❆ Seven Sisters❆

Capitulo 011.

El viento frío y helado entraba por la ventana que el día de ayer lo había dejado abierto, cogí el edredon que se encontraba en el suelo y me cubrí el cuerpo, ya que estaba temblando. Nuevamente estaba cayendo en brazos de morfeo, pero el sonido del móvil hizo que abra los ojos a tope. Destapé mi brazo y lo guíe hasta la mesa de noche, cogí el móvil y desactivé la alarma.
Salí envuelta en la toalla, me vestí con unos jeans negros que marcaban mis trabajadas piernas, también me coloqué la blusa verde agua que contenía un estampado de la bandera de Irlanda y por último los tacones negros.
Me dispuse a descender por las escaleras y fui intervenida por Rita, la cual me dio los buenos días y me guío hasta el comedor para animarme a probar los bocaditos que hizo durante toda la mañana.
Aplaudí con entusiasmo al ver bajar a David de aquel bus en el cuál 11 personas más se encontraban eso sin contar al entrenador, que al verme me dedicó una sonrisa en forma de saludo. Algunas chicas se juntaron y miraban atontadas a los compañeros de David, yo sólo me acerqué hasta él.
—Llegaste— le acaricié la mejilla.
—Te he extrañado— colocó su mano encima de la mía mientras que la otra se posicionó en mi cintura.
Nos acercamos y nos profundizamos en un beso tierno y a la vez desesperado  por estos 3 meses de estar alejados.
—Señorita Neeson, un gusto volver a verla.— Hablaron detrás mio.
—Steve ¿Cómo estas?— Me separé de David y me lancé para darle un fuerte abrazo al hombre ganador de varias medallas y trofeos por ser un excelente entrenador.
—Digamos que un poco agotado, ya sabes el viaje y estos muchachos.— Señalo al grupo de jugadores que él dirigía.

>>Hey<< gritaron al unisono los chicos con una voz de ofendidos obviamente fingidos. Yo solo reí ante eso y pude observar que algunos integrantes habían sido reemplazados. Me quedé observando al rubio oji-azules, el cual también me correspondía la mirada con una sonrisa en el rostro.

—Acuerdate que estoy acá.— Susurraron en mi oído, lo cuál hizo que la piel se me erice.
—Solo observo a los nuevos jugadores, no soy Norah para estar metiéndome con dos o tres a la vez— Expliqué un poco burlona al recordar aquella joven que ha sido recorrida por medio instituto.
—¿Norah?— Pregunta desconcertado.
—Luego te cuento, aunque nunca terminaré— Reí a grandes carcajadas a lo que sentí una que otras miradas puestas en mí.

A lo lejos pude notar a una muchacha que llevaba muletas, me quedé observándola por que no sabía usarlas. Pero la persona que la acompañaba, supuse que era su enamorado la ayuda a mantenerse en pie.


—¡Cuanto tiempo sin verte Dave!— Habla Clarie dirigiéndose al oji-verde.
—Lo mismo digo madre.— Estos dos empezaban a ponerme nerviosa, ya que, si empezaban una charla no había cuando acabar.
—Nos avisas cuando la cena este lista— Tiré del brazo del castaño para empezar a subir los escalones.

Entramos a mi habitación y como siempre estaba desordenado. Le aclaré dos veces a Claire que se tomara la molestia de conseguir a una muchacha que pueda ordenar todo esto. Desde que July se fue, mi madre no tiene mucha confianza en la servidumbre, puesta que esa tipa se llevó dinero que mi Padre había separado para el nuevo auto de Claire, y también mis ropas que recién habían llegado de Francia. No me imagino a una tipa de su clase vestida con ropa exclusiva, como bien dice "La mona que se viste de seda, mona se queda".
Estaba tan metida en mis pensamientos que al darme cuenta David y yo estábamos tumbados en la cama. Él me proporcionaba besos en el cuello a lo que el cuerpo se me estremecía.
—¿Tengo competencia?— Su pregunta me sacó del trance en el que me encontraba.
—¿Competencia?— No entendí su pregunta. A lo que me quede un poco pensativa.
—Hablo de los chicos.. ¿Alguien esta detrás de Berenice D'onadio?— Me encanta que se pusiera en plan del enamorado celoso.

—Hay pretendientes, pero ninguno esta a mi nivel— No me iba aponer a relatar sobre Henry o los otros que me llenan el casillero de obsequios.
—Bien.. Y yo ¿Estoy a su nivel señorita Neeson?— Reí a mis adentros por la forma en que se estaba comportando. Realmente extrañaba estas escenitas.
—Siendo sinceros no, pero tu sonrisa ayuda en algo.— Pude notar su rostro ofendido.

Antes de que pueda articular una palabra, uní nuestros labios. Él posicionó su mano izquierda en mi pierna. Yo iba desabrochando botón por botón de su camisa, pero me detuve por cuatro golpes provenientes de la puerta.

—¿Quien?
—La señora Claire manda a decir que la cena está servida.
—Ya vamos.— Respondió de inmediato David.

Con algo de fastidio y pereza me levanté de la cama. Me acomodé la blusa y el cabello. Luego bajamos a la primera planta, en donde se encontraba Claire, la cual no estaba sola. Al reconocer el rostro de aquella chica que había visto por la mañana, mi rostro cambió a uno molesto y desconcertado, ya que Claire no me habló sobre esto.