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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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❆ Seven Sisters❆
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Re: ❆ Seven Sisters❆
la enecé quedó en el olvido :ccc extraño escribir y leer,¡¡vuelvaaaaan,perraaaaaasss!! :_
Delph.
Re: ❆ Seven Sisters❆
Lo siento chicas, pero pasen mi turno. Resulta que tenía todo en la notebook ya listo, pero me enrosqué sin querer con los cables de internet y el cargador y me caí arrastrando la not conmigo. La llevamos del técnico y nos dijo que el disco rígido estaba hecho pedazos y que había que poner uno nuevo. Lo peor de todo, es que no voy a poder recuperar nada de la not, ni fotos, ni escritos, ni nada. Así que pido que pasen mi turno y veré si llego para escribir en el último turno
Pevensie
Re: ❆ Seven Sisters❆
Capitulo 010.
Lana Holmes, Beau Mirchoff.
Mamá siempre me dijo que si deseas algo con todo el corazón, sucedería. Sin embargo, mi madre abandono toda esperanza de buena vida hace ya mucho tiempo, lo que hace difícil creerle, porque, desde el día que mi padre partió a quién sabe dónde con Dios sabrá quién, lo que más he deseado, con todo mi buen y noble corazón de dieciocho años, fue que él regresara una vez más a mí.
Nunca lo hizo.
Tal vez está mejor de esa forma.
Mis hermanos, Brandon y Martin, dos cabezas huecas (tipico en la familia Holmes), ambos mayores que yo, siempre le tuvieron un rencor ardiente a mi padre. Lo detestan con pasión. Mamá nunca realmente hablo del tema, siempre que intentaba hablar con ella sobre él, solía evadir el tema con determinación, así que, eventualmente, dejé de preguntar. Mamá es la más reservada de todos, pero, todas las veces que he preguntado sobre mi padre en el pasado, sus ojos se llenaban de una furia que desaparecía al segundo. Mamá le odia. Tal vez yo le odio también.
Después de todo, él me abandonó. Él nos abandonó a todos.
El hecho de que el dicho que mamá me contó hace ya muchos años no sea verdad, influyó bastante en mi vida. No, vale, influye mucho en mi vida, porque lo sigue haciendo.
De un momento a otro, mi estomago ruge en el momento en el que el auto llega a su destino. Jaló de la palanca de manejo, arranco bruscamente las llaves y el motor deja de rugir. Bajo de la camioneta, se trata de mi siempre compañera, mi camioneta Toyota Hilux* roja, del año noventa. Una preciosura, como lo etiquetaría mi abuela Lucinda, de parte de mi madre, Kayla. Hemos vivido con ella desde hace ya... ¿doce años? no estoy segura. Es una anciana muy simpática. Suele decir que tengo los ojos de mi padre. Usualmente, mamá la calla cuando hace comentarios sobre él, en especial, sobre nuestra similitud. A veces me quedó despierta en frente de nuestra humilde chimenea mientras la abuela me cuenta historias sobre mi padre y mi madre. Ella a veces me dice que siempre le agradaría mí padre, incluso si no quisiera después de lo que le hizo a sus nietos e hija.
Cierro la puerta bruscamente y comienzo a caminar. Mis zapatos altos golpetean contra el pavimento con un sonido hueco e extenuante, casi agotador. Me hace recordar a las películas. Por el rabillo del ojo, veo a un anciano paseando un cachorro salchicha*. Después de todo, son las ocho de la mañana, un miércoles, y normalmente todos están ocupados trabajando o dentro de la escuela. Probablemente deba dirigirme allí más tarde. Agh. Cuando veo la figura del anciano desaparecer, apresuradamente acerco mi bolso a mi pecho e introduzco mi mano derecha en él. Mi mano toca lo que parece ser lentes de sol, un collar, llaves, un billetera, pero no lo que estoy buscando. ¿Dónde está? ¿Me lo he olvidado en casa?
Finalmente, mis dedos rozan algo áspero, lo que parece ser lana. Mis dedos lo rozan por unos minutos, mientras la lana hace que la piel me haga cosquillas y hace que incluso se me escape alguna que otra risita estúpida. Finalmente, logro arrancarlo de las cavidades del monstruo come cosas en el que sea convertido mi bolso.
¡Aja, te encontré, maldito!
Tomo el pasamontañas negro y me lo pongo, casi como si fuera cosa de todos los días. Tal vez me he acostumbrado tanto a hacerlo, que, bien podría ya ser una rutina para mí. Desde que me he mudado desde Tower Hamlets a Seven Sisters, la vida ha sido un poco más difícil. En especial desde que nos mudamos con la tía Luci (realmente insiste en que la llamemos de ese modo), pero ahora mismo, no puedo relatar la historia de mi vida antes de asaltar una gasolinera.
Sigo caminando, con el sonido extenuante que hacen mis tacones al hacer contacto con el pavimento sigue constante. Me acerco a la puerta lentamente, y al estar enfrente el olor nauseabundo a nachos con queso me inunda las fosas nasales. De una patada, ya un poco mareada por el olor detestable, abro la puerta mientras saco el arma del bolsillo trasero de mis jeans, una crosman c31* y la campanita resuena en la sala cortando el fino aire y el silencio que había.
-¡Manos arriba todo el mundo!
A pesar de que solo hay dos cajeras y una niña de trece años, grito con fuerza y mi voz, determinada y confiada, les hace hacer lo que les digo. Miró a las cajeras, hay una rubia alta de ojos cafés, y la otra es mediana, pelirroja y de ojos cafés, también.
-¡Tú, pelirroja! –exclamo, llamando su atención. Su amiga o compañera de trabajo suelta un chillido, pero ella permanece calmada a pesar de a verla llamado. Me agrada, generalmente a gente se vuelve loca -¡Saca todo el dinero de la registradora! ¡Y tú! –grito, dirigiéndome a la niña, que tiene dos trenzas rubias y pecas adorables. Ella me mira con miedo en la mirada -¡Tráemelo!
La chica termina de recoger los billetes y se los da a la niña, que asiente y varias lágrimas se deslizan bajo su rostro. Camina con paso inseguro hacia mí, nerviosa y temblando. Sin embargo, no bajo la guardia ni me ablando. Jamás mataría a alguien. No por ahora.
Cuando la niña llega, le arranco el dinero de las manos con mi mano libre. En instinto, levanto el arma al techo y disparo, haciendo que las mujeres chillen y se escondan, varias lágrimas siendo derramadas en el camino, yo, por mi parte, corro fuera de la tienda hasta mi camioneta, donde oigo el motor rugir y sonrió a la nada antes de alejarme hasta la secundaría que tanto me esperaba.
En la escuela, no necesite dar muchas excusas para que me dejaran entrar. Allí conocen mi situación y la de mi madre. Saben sobre la depresión de ella y como me afecta a mí y a mis estudios. Puntos extras y cosas así, son lo que yo le llamo “una-cosa-buena-para-una-vida-de-mierda-de-parte-de-tu-escuela-la-cual-siente-pena-por-tí.” Es un poco largo, lo sé. Es la forma de la escuela de decir que sabe de mi situación y que la entiende. Odio recibir caridad, pero saltearse una suspensión y una llamada a mi madre pueden hacer que me trague mí orgullo una que otra vez.
-Hey, Lana –una voz femenina dice detrás de mí. Me doy vuelta y me encuentro con la gran y conocida Norah Shay.
Norah y yo no somos amigas. Bueno, casi. Norah es una chica bastante buena y muy guapa, pero una perra. Yo también soy una perra, así que tal vez podríamos llegar a ser amigas, pero jamás hemos hablado demasiado. Norah usa ropa muy reveladora a veces, y es considerada una puta por acostarse con chicos. De todas formas, ella me agrada, así que siempre la defiendo cuando alguna plástica de por ahí le insulta.
Las plásticas son grano en el culo, y lo saben. Por eso siguen existiendo. Para arruinarme la vida.
-Oh, hola, Norah –le digo sonriendo. Norah sonríe malévolamente y yo frunzo el ceño -¿Y esa sonrisa?
Su sonrisa se vuelve un ceño fruncido.
-¿No lo has escuchado? –me dice, incrédula.
-¿Escuchar qué? –le digo sin cambiar mi expresión.
-Varios chicos de una escuela que queda en quién sabe dónde vienen a jugar fútbol aquí, un partido, específicamente –me dice, sonriente.
Ruedo los ojos, justo cuando una de las plásticas, específicamente Brittany Jeep, se acerca a nosotras y yo ruedo los ojos.
-¿Qué quieres, Brittany? –le ladra Norah antes de que yo pueda hacerlo.
-Solo a advertirte –sonríe maliciosamente, mientras detrás se acercan las otras cabezas huecas -. No te acuestes con ninguno de ellos.
Ruedo los ojos, pero en silencio. No soy muy abierta con las personas, y nadie intenta habalr conmigo. Bien, así es mejor.
-¿Y tú qué? –dice, dirigiéndose a mí. Norah rueda los ojos.
-Já. Muy gracioso, Brittany –ríe sin gracia Norah -. Ve a oler pantaletas a otra parte.
Brittany sonríe una vez más y da la vuelta, mientras se aleja por el pasillo. Millones de miradas masculinas (y algunas femeninas) caen sobre ella, pero yo me doy vuelta para no lidiar con su presencia. Sin embargo, las puertas de la escuela se abren abruptamente, y mi mirada, como la de todos, se dirige a ese lugar en especial.
Allí se encuentran siete muchachos y un hombre algo mayor. Aunque no pasa los cuarenta o treinta. Pero no es el entrenador lo que me llama la atención, sino los jugadores. Todos son increíblemente guapos. Los músculos resaltan en sus brazos y muestran venas, lo que deja expuesto lo atléticos que son. Todos llevan el mismo uniforme, así que supongo que deben ser del club o escuela que Norah mencionó.
No puedo evitar sonreír.
Es hora de actuar con estos ingenuos.
Nunca lo hizo.
Tal vez está mejor de esa forma.
Mis hermanos, Brandon y Martin, dos cabezas huecas (tipico en la familia Holmes), ambos mayores que yo, siempre le tuvieron un rencor ardiente a mi padre. Lo detestan con pasión. Mamá nunca realmente hablo del tema, siempre que intentaba hablar con ella sobre él, solía evadir el tema con determinación, así que, eventualmente, dejé de preguntar. Mamá es la más reservada de todos, pero, todas las veces que he preguntado sobre mi padre en el pasado, sus ojos se llenaban de una furia que desaparecía al segundo. Mamá le odia. Tal vez yo le odio también.
Después de todo, él me abandonó. Él nos abandonó a todos.
El hecho de que el dicho que mamá me contó hace ya muchos años no sea verdad, influyó bastante en mi vida. No, vale, influye mucho en mi vida, porque lo sigue haciendo.
De un momento a otro, mi estomago ruge en el momento en el que el auto llega a su destino. Jaló de la palanca de manejo, arranco bruscamente las llaves y el motor deja de rugir. Bajo de la camioneta, se trata de mi siempre compañera, mi camioneta Toyota Hilux* roja, del año noventa. Una preciosura, como lo etiquetaría mi abuela Lucinda, de parte de mi madre, Kayla. Hemos vivido con ella desde hace ya... ¿doce años? no estoy segura. Es una anciana muy simpática. Suele decir que tengo los ojos de mi padre. Usualmente, mamá la calla cuando hace comentarios sobre él, en especial, sobre nuestra similitud. A veces me quedó despierta en frente de nuestra humilde chimenea mientras la abuela me cuenta historias sobre mi padre y mi madre. Ella a veces me dice que siempre le agradaría mí padre, incluso si no quisiera después de lo que le hizo a sus nietos e hija.
Cierro la puerta bruscamente y comienzo a caminar. Mis zapatos altos golpetean contra el pavimento con un sonido hueco e extenuante, casi agotador. Me hace recordar a las películas. Por el rabillo del ojo, veo a un anciano paseando un cachorro salchicha*. Después de todo, son las ocho de la mañana, un miércoles, y normalmente todos están ocupados trabajando o dentro de la escuela. Probablemente deba dirigirme allí más tarde. Agh. Cuando veo la figura del anciano desaparecer, apresuradamente acerco mi bolso a mi pecho e introduzco mi mano derecha en él. Mi mano toca lo que parece ser lentes de sol, un collar, llaves, un billetera, pero no lo que estoy buscando. ¿Dónde está? ¿Me lo he olvidado en casa?
Finalmente, mis dedos rozan algo áspero, lo que parece ser lana. Mis dedos lo rozan por unos minutos, mientras la lana hace que la piel me haga cosquillas y hace que incluso se me escape alguna que otra risita estúpida. Finalmente, logro arrancarlo de las cavidades del monstruo come cosas en el que sea convertido mi bolso.
¡Aja, te encontré, maldito!
Tomo el pasamontañas negro y me lo pongo, casi como si fuera cosa de todos los días. Tal vez me he acostumbrado tanto a hacerlo, que, bien podría ya ser una rutina para mí. Desde que me he mudado desde Tower Hamlets a Seven Sisters, la vida ha sido un poco más difícil. En especial desde que nos mudamos con la tía Luci (realmente insiste en que la llamemos de ese modo), pero ahora mismo, no puedo relatar la historia de mi vida antes de asaltar una gasolinera.
Sigo caminando, con el sonido extenuante que hacen mis tacones al hacer contacto con el pavimento sigue constante. Me acerco a la puerta lentamente, y al estar enfrente el olor nauseabundo a nachos con queso me inunda las fosas nasales. De una patada, ya un poco mareada por el olor detestable, abro la puerta mientras saco el arma del bolsillo trasero de mis jeans, una crosman c31* y la campanita resuena en la sala cortando el fino aire y el silencio que había.
-¡Manos arriba todo el mundo!
A pesar de que solo hay dos cajeras y una niña de trece años, grito con fuerza y mi voz, determinada y confiada, les hace hacer lo que les digo. Miró a las cajeras, hay una rubia alta de ojos cafés, y la otra es mediana, pelirroja y de ojos cafés, también.
-¡Tú, pelirroja! –exclamo, llamando su atención. Su amiga o compañera de trabajo suelta un chillido, pero ella permanece calmada a pesar de a verla llamado. Me agrada, generalmente a gente se vuelve loca -¡Saca todo el dinero de la registradora! ¡Y tú! –grito, dirigiéndome a la niña, que tiene dos trenzas rubias y pecas adorables. Ella me mira con miedo en la mirada -¡Tráemelo!
La chica termina de recoger los billetes y se los da a la niña, que asiente y varias lágrimas se deslizan bajo su rostro. Camina con paso inseguro hacia mí, nerviosa y temblando. Sin embargo, no bajo la guardia ni me ablando. Jamás mataría a alguien. No por ahora.
Cuando la niña llega, le arranco el dinero de las manos con mi mano libre. En instinto, levanto el arma al techo y disparo, haciendo que las mujeres chillen y se escondan, varias lágrimas siendo derramadas en el camino, yo, por mi parte, corro fuera de la tienda hasta mi camioneta, donde oigo el motor rugir y sonrió a la nada antes de alejarme hasta la secundaría que tanto me esperaba.
(xxx)
En la escuela, no necesite dar muchas excusas para que me dejaran entrar. Allí conocen mi situación y la de mi madre. Saben sobre la depresión de ella y como me afecta a mí y a mis estudios. Puntos extras y cosas así, son lo que yo le llamo “una-cosa-buena-para-una-vida-de-mierda-de-parte-de-tu-escuela-la-cual-siente-pena-por-tí.” Es un poco largo, lo sé. Es la forma de la escuela de decir que sabe de mi situación y que la entiende. Odio recibir caridad, pero saltearse una suspensión y una llamada a mi madre pueden hacer que me trague mí orgullo una que otra vez.
-Hey, Lana –una voz femenina dice detrás de mí. Me doy vuelta y me encuentro con la gran y conocida Norah Shay.
Norah y yo no somos amigas. Bueno, casi. Norah es una chica bastante buena y muy guapa, pero una perra. Yo también soy una perra, así que tal vez podríamos llegar a ser amigas, pero jamás hemos hablado demasiado. Norah usa ropa muy reveladora a veces, y es considerada una puta por acostarse con chicos. De todas formas, ella me agrada, así que siempre la defiendo cuando alguna plástica de por ahí le insulta.
Las plásticas son grano en el culo, y lo saben. Por eso siguen existiendo. Para arruinarme la vida.
-Oh, hola, Norah –le digo sonriendo. Norah sonríe malévolamente y yo frunzo el ceño -¿Y esa sonrisa?
Su sonrisa se vuelve un ceño fruncido.
-¿No lo has escuchado? –me dice, incrédula.
-¿Escuchar qué? –le digo sin cambiar mi expresión.
-Varios chicos de una escuela que queda en quién sabe dónde vienen a jugar fútbol aquí, un partido, específicamente –me dice, sonriente.
Ruedo los ojos, justo cuando una de las plásticas, específicamente Brittany Jeep, se acerca a nosotras y yo ruedo los ojos.
-¿Qué quieres, Brittany? –le ladra Norah antes de que yo pueda hacerlo.
-Solo a advertirte –sonríe maliciosamente, mientras detrás se acercan las otras cabezas huecas -. No te acuestes con ninguno de ellos.
Ruedo los ojos, pero en silencio. No soy muy abierta con las personas, y nadie intenta habalr conmigo. Bien, así es mejor.
-¿Y tú qué? –dice, dirigiéndose a mí. Norah rueda los ojos.
-Já. Muy gracioso, Brittany –ríe sin gracia Norah -. Ve a oler pantaletas a otra parte.
Brittany sonríe una vez más y da la vuelta, mientras se aleja por el pasillo. Millones de miradas masculinas (y algunas femeninas) caen sobre ella, pero yo me doy vuelta para no lidiar con su presencia. Sin embargo, las puertas de la escuela se abren abruptamente, y mi mirada, como la de todos, se dirige a ese lugar en especial.
Allí se encuentran siete muchachos y un hombre algo mayor. Aunque no pasa los cuarenta o treinta. Pero no es el entrenador lo que me llama la atención, sino los jugadores. Todos son increíblemente guapos. Los músculos resaltan en sus brazos y muestran venas, lo que deja expuesto lo atléticos que son. Todos llevan el mismo uniforme, así que supongo que deben ser del club o escuela que Norah mencionó.
No puedo evitar sonreír.
Es hora de actuar con estos ingenuos.
(xxx).
- Spoiler pa las pi' (?):
- eeeeeeeeeah, ahre. ya subí, creo que es medio largo, bt ojalá les guste, a mí me gusto. creo. en fin, cambie a mi representante porque parecía un poco mayor, so, esop. las amo<33.
aclaración: lana es reservada, deja todas sus opiniones para sí misma y puede presentarse muy insegura, pero le gusta jugar mucho con las personas. las ve como objetos insignificantes, solo considera a la gente cercana digna de no ser "engañada", por así decirlo.
Toyota Hilux: link.
crosman c31: http://www.rlairgunsupply.com/images/products/crosman%20c31%20reman.jpgSigue: o nads, o mar.
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Re: ❆ Seven Sisters❆
te quedó muy bueno el capítulo <3 me gusta leer los demás capítulos porque puedo darme cuenta de lo diferentes que son nuestros personajes y,aun así,van a terminar siendo amigas (o algo así xd). Creo que Heidi,mi pj,va a ser una de las más cerradas :3 espero que podamos estar más activas en la nc;ya quiero leer y escribir más ((: que estén bien,chicas :*
Delph.
Re: ❆ Seven Sisters❆
¡Subiste! aksjdkasj, ¿hace cuanto que no subíamos por aquí? me encantó el capitulo. Me reí con Ve a oler pantaletas a otra parte. y que dejaste el spoiler pa las pi' JAJAJAJAJAJAJA. Ademas, ¡apareció Norah en el capitulo! aksdjskad, ya quiero escribir. Creo que sigue Helen ya que su turno en esta ronda la pasó al final, luego Mar que sucedió lo mismo y terminamos la segunda ronda c:
Bob; cuando pueda te paso el capitulo deyasabesque que siempre me olvido de pasártelo, pero en estos momentos no tengo el pendrive a mi alrededor :c
Bob; cuando pueda te paso el capitulo deyasabesque que siempre me olvido de pasártelo, pero en estos momentos no tengo el pendrive a mi alrededor :c
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Re: ❆ Seven Sisters❆
me acabo de dar cuenta que el código en el primer mensaje está mal
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Re: ❆ Seven Sisters❆
Gaaad, hace tiempo no pasaba por aquí, gracias chicas por los comentarios<3 y Lucy, ame tu capitulo, en serio assdffkgl ... Ya quiero leer el de Helen:maluli:
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