New World Disorder {nc}

bowie: zoe ✖ Clara

capitulo 05

La ciudad, el lugar perfecto para pasar desapercibido, las personas simplemente miran al frente mientras caminan por las calles sin pensar si quiera con quien se están cruzando, tal vez su alma gemela o incluso con un asesino, un suicidio. Realmente el ser humano está creado para tener dentro de si el egoísmo. A Clara le encantaba viajar el tren, era el único lugar donde podía descansar y trataba de intentar no tener ilusiones, por lo que el ruido la relajaba y ayudaba a no tenerlas. El pitido del tren le alertaba del hecho de que la parada final estaba por llegar y con ella su destino, recogió sus cosas y se acomodó su abrigo verde militar para pasar lo mejor posible desapercibida, en su mochila guardó su bloc particular y miró hacia la ventana viendo su rostro. Genial, pensó. Hacía semanas que no pisaba ningún sitio decente y eso le había pasado factura, sus ojeras por no dormir se podían ver a kilómetros e su palidez era mayor que nunca. Bufó y salió del tren.
La estación estaba totalmente cristalizada dejando ver lo que le rodeaba; la ciudad. Se podía ver el tren de cercanías por arriba de las carreteras de forma que parecía volar, los edificios modernos y los carteles publicitarios. Puso bien su mochila y sacó el cabello que había quedado enganchado por la chaqueta. Adelanto con varios pasos decididos hasta llegar a la zona de salida donde debías pasar tu ticket, pero para su sorpresa había un control con detector de identidad. Pasó nerviosa intentando que no se notara absolutamente nada, pero su pulso cardíaco no podía parar de elevarse. Su nombre apareció en la pantalla invisible y uno de los guardias le susurró algo al oído de su compañera y esta sacó la pistola, se acercó hacia ella para decirle:

— ¿Cuanto durará su estancia señorita Oswald? —preguntó la rubia con coleta. Ella trago saliva para contestarle..
— Pues lo cierto es que no es algo exacto... —pudo ver como el compañero de esta se preparaba para inmovilizarla así que sin pensarlo dos veces echó a correr.
— Avisa a los robots.

La joven castaña corría entre la gente chocando con ella mientras se hacía paso entre ellos intentando huir de los seres roboticos que la perseguían, se paró sin saber si girar a la izquierda, parecía un barrio más marginal.
Todo pareció emborronarse hasta llegar al centro donde una luz brillante se acervaba intensamente hasta penetrar en sus ojos donde se veía una escena concreta, los seres roboticos la habían llevado de nuevo a aquella sala. El mismo interrogatorio seguía siendo igual de duro, cada vez que no respondía a una pregunta pese a no saber la respuesta con más químicos experimentaban o la maltrataban, el dolor lo podía sentir como si lo estuviera reviviendo con su propia piel. Finalmente todo volvió a su curso y vio en la misma calle donde se encontraba. Lo tomó como señal de no seguir en esa dirección. Se paró en una tienda de antigüedades entrando y pasando del dependiente con un simple "por favor" para luego subir las escaleras hasta el piso de arriba y encontrando una ventana por donde salta sin miedo hasta a caer al balcón de al lado y salir por la escalera de incendios para huir del lugar quedando paralelamente a la calle de antes. Su intento parecía haber sido en vano, ya que se encontró a uno de los robots a lo lejos maldijo corriendo de nuevo hasta que alguien le agarró del brazo y se la llevó del lugar.
Llegaron a un edificio blanco y alto donde entraron gracias a la llave que el hombre tenía, pasando por recepción donde el hombre saludó al recepcionista. Ella solo podía ver la parte de detrás de él, cabello moreno y espalda musculada e ancha. Finalmente llegaron al ascensor.

— Estamos a salvo tranquila —ella le mira extrañada, no entiende lo que acaba de pasar.
— Perdona pero... ¿Quien eres?
— Oh si perdona, soy John Smith —dice con una sonrisa pero ella no puede cambiar su expresión.
— Clara, Clara Oswald —por primera vez le mira a los ojos al aceptar su mano como saludo. Era un hombre bastante alto, le sacará los veinte centímetros, pelo moreno con un ligero flequillo apartado y barbilla peculiar. Después se puso a uno de los lados del ascensor mirando al suelo esperando a que el ascensor hiciera el típico ding.

Al entrar no pudo imaginarse lo que estaba viendo, la casa era increíble. Muebles de última generación y modernos, conjunto de blancos y grises, la terraza de cristales completamente transparentes. "Acomódate como si fuera tu propia casa" dijo él, ella se quitó la chaqueta dejándola en uno de los sofás quedándose con el vestido rojo que tenía debajo y saliendo a contemplar las vistas desde el balcón. El sol se contraponía con los edificios creando una mezcla de colores única en contraluz.

— ¿Quieres algo? Agua o algo de comer —le pregunta.
— John, ¿por que me has salvado?
— Es claro, eres una mutante, como yo.
— Si, pero como has podido saberlo. Es decir, espera... — hace una pausa para analizarlo y volviendo hacia él— ¿Cómo tú?
— Si yo soy como tú. Un mutante, también llamado anti-humano para la gente que nos rechaza. —le explica— Estaba navegando en mi red, gracias a mi cyberpatía y tecnopatía, encontré un vídeo de seguridad de ti huyendo y escuchando la orden de cazarte. Como estaba cerca decidí ayudarte. —ella se quedó sorprendida— di algo.
— Nunca había conocido otro mutante. Bueno salvo los que tienen encerrados, conocí a una chica aun que lo cierto es que la vi morir más bien.

Spoiler: