Run, honey, run 'cause you're Timeless| Harry s. |SE NECESITAN LECTORAS!

Un viaje es la necesidad interna de recurrir a olvidar tu pasado.

Capítulo 1.

La chica de cabello rizado sostenía fuertemente el sobre amarillo entre sus temblorosos dedos, lo había estado observando por aproximadamente veinte minutos y aun no podía salir de su ensimismamiento. Su respiración subía y bajaba rápidamente, creando un vaivén digno de ver. Y no era para menos, pues en ese pequeño papel venia la respuesta a sus dudas, la respuesta crucial que decidiría su futuro, de hecho, un futuro no-tan-lejano, que la hacía vibrar de la expectación.

Finalmente algo la hizo volver en sí, cambio el sobre de una mano a otra para apreciarlo un poco más, quería saborear el momento, a si fuera para bien o para mal. 

Rasgo lentamente el papel para liberar la tan preciada carta que había estado esperando con tantas ansias durante un mes, y la abrió, maravillándose de su olor, el cual no era agradable, pero tan loca como estaba, esto último no parecía importarle mucho.

Conforme sus ojos iban pasando por las delgadas líneas que contenían la valiosa información, la felicidad que sentía se fue instalando desde su interior hasta el exterior, mostrándolo con una enorme sonrisa que enseñaban sus dientes aperlados, parecida a la sonrisa Colgate de las modelos que este tenía, gracias a un tratamiento de ortodoncia por el cual había tenía que pasar hacia unos cuantos años atrás. Y, sin poder evitarlo, dio un pequeño grito, que más que alegrar, causo descontento en la casa.

Su madre, que estaba a unos pequeños pasos de distancia, soltó la cuchara con la que estaba moviendo la salsa que había hecho gracias a las recientes clases que había tomado en una escuela de gastronomía, a solo unas cuadras de ahí. Su hermana, tiro sus plumones al piso del susto dejando, de ser posible, su cuarto más sucio que antes.

La chica simplemente atino a encogerse de hombros, esperando con temor la reprimenda que estaba por recibir.

Xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxo

Un mes después…

La maleta color verde chillón rebosaba de  ropa que le había sido puesta sin orden alguno encima. La cama en donde esta reposaba se encontraba de igual modo, de hecho, la habitación entera era un verdadero desastre desde hacía varios días, y su dueña se encontraba en algún lugar de la casa buscando afanosamente las papeletas que debía entregar en menos de dos horas en el aeropuerto internacional de su país.

Media hora y media más tarde entro a la habitación con una sonrisa triunfal plasmada en su cara, aunque al ver el reguero que aún tenía que acomodar, esta desapareció por completo, sin siquiera quedar un fantasma de ella. Su madre, apiadándose de su inútil hija,  le ayudo a limpiar el lugar y rehacer la maleta, esta vez con un poco de más conciencia.

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Se sentó con toda parsimonia sobre el abultado asiento del avión, no estaba en primera clase, pero la sección se veía cómoda, más de lo que llego a esperar para la zona comercial. 

Saco los auriculares de su bolsa negra, que tenía pintada letras blancas con rojo alrededor de si, posterior mente tomo su BlackBerry de una de las bolsas laterales, tenía varios años con ese celular, pero no se deshacía de él, primero porque no le iban a comprar otro, y segundo porque literalmente lo amaba. Se le había caído quien sabe cuántas veces, mojado y tenía un montón de rayones alrededor, pero eso sí, seguía vivo.

Eligio modo aleatorio, y se recostó ligeramente, tenía doce horas de vuelo por delante, doce horas en las que su trasero se entumecería por la presión que recibía.

Sonrió con los ojos cerrados, era excitante lo que estaba por ocurrir, y a la vez terrorífico. Estaba segura de que el año estaría lleno de sorpresas, y no tenía idea de cuantas.