Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 14 de 32. • Comparte
Página 14 de 32. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15 ... 23 ... 32
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
si!" pon otro cap me encantpo este
que pasara cunado joe
se entere que esta
embarazada?
siguela
que pasara cunado joe
se entere que esta
embarazada?
siguela
andreita
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
—¿Estabas preparada? —le preguntó, dubitativo, al recordar la velocidad con que había sucedido todo.
«¿Si estaba preparada? —se preguntó, incrédula—. ¿Acaso no se da cuenta? ¿Quiere que esté más preparada? Pero si casi me he abalanzado encima de él.» Pero entonces dibujó una mueca porque, de repente, se dio cuenta de que se refería a las esponjas que se suponía que llevaba y se preguntó, extrañada, qué había provocado que se lo preguntara, puesto que no había vuelto a hacerlo desde la noche de bodas.
—Sí, estaba preparada desde poco después de que llegaras —respondió ella. Notó su suspiro de alivio y eso la enfureció y le dolió a partes iguales.
Tuvo que hacer un esfuerzo por no llevarse la mano al estómago. Allí tenía la solución a los miedos de Joe. Le daría un hijo fuerte y se levantaría sana y salva de la cama. Sólo rezaba para que Dios, al menos, le concediera eso.
· Capítulo 14
__________ alargó la mano y sólo tocó la sábana fría. Suspiró y, cuando notó una náusea, corrió hacia el orinal. Debilitada, pero sin náuseas, se limpió. Con una compresa fría en la frente, volvió a la cama para descansar unos instantes y decidió que era mucho mejor que Joe se marchara tan temprano. Puede que los hombres tardaran un poco en descubrir que una mujer estaba embarazada, pero incluso el más lento de todos empezaría a sospechar si dicha mujer vomitara cada mañana.
Sin embargo, era descorazonador descubrir que ya no se encontraba allí. Estaba inmersa en sus pensamientos cuando descubrió que alguien había entrado en la habitación. Esperaba a Meg y, por eso, al ver a Storm se sorprendió.
—Meg no se encuentra demasiado bien, por eso vengo yo a ver si necesitas algo. ¿Tú también te encuentras mal?
—Sólo es un dolor de cabeza.
—Ah, son horribles. Deja que te refresque la compresa.
__________ no se dio cuenta del error que había cometido hasta que Storm estuvo detrás del biombo que había delante del orinal y de los utensilios de higiene. Cuando oyó que contenía la respiración, frunció el ceño. Entonces su cuñada apareció de detrás del biombo, y no necesitó mirarla para saber que había encontrado las esponjas. Las dejaba a la vista para Joe. Sin embargo, la ira en el rostro de Storm la incomodó. Por un momento, maldijo a Joe. Al fin y al cabo, era culpa suya que ella se viera en aquella situación tan incómoda. Sabía que ya no podía seguir ocultando la verdad a su cuñada y esperaba que ella la entendiera y le ayudara a mantener el secreto.
—__________, jamás me lo habría imaginado de ti. Incluso ahora, que tengo la prueba en las manos, me cuesta creerlo. ¿Por eso dices que no te da miedo parir, porque sabes que no te va a pasar? ¿Cómo ayuda todo esto a Joe?
—Storm, ven y siéntate. Es una historia larga y complicada.
Recelosa, Storm dejó la esponja en su sitio, le acercó la compresa fría y se sentó.
—Espero que sirva para tranquilizarme. Somos amigas, y deseo que sigamos siéndolo, a pesar de que quiero a Joe como a un hermano y siento que esto es una traición hacia él.
—Fue él quien quiso que las usara. Insistió mucho.
—Sí bueno, pero eso no significa que tuvieras que hacerle caso.
—Tenía que hacerlo o no compartiríamos cama. —Con la mayor discreción posible, ___________ le explicó a Storm lo que pasó la víspera de la boda y la noche de bodas.
—Está claro que cree que es mejor condenar tu alma que arriesgar tu vida por tu hijo —dijo Storm, muy seria.
—Entonces, ¿tú también crees que es un pecado mortal?
—Sí, es un pecado mortal contra ti. Si me dices que no quieres tener hijos, no te creeré.
—Nunca diría una mentira así, aunque sé que no voy a librarme del pecado de mentir. No me dejó otra opción, Storm.
—Lo sé y creo que él no se da cuenta de lo cruel que ha sido. Sólo piensa en protegerte. Esto es un desastre. ¿Cómo podrás demostrarle entonces que no todas las mujeres se mueren en el parto, que tú puedes hacerlo, si te obliga a utilizar esas cosas?
—No usándolas —respondió __________, muy despacio, y sonrió cuando vio que Storm abría los ojos y entendía lo que estaba diciendo—. Las utilicé una vez en la noche de bodas. Me bastó para descubrir que Joe no se da cuenta de si las llevo o no, aunque me extraña.
—Se deja llevar por la pasión. Imagino que sólo quiere saciarse. Pobrecita __________, te obliga a engañarlo y sé que eso te inquieta. No quisiera estar en tu piel.
—Hay algo más que me inquieta y es que tengo que pedirte que mantengas mi engaño en secreto, que compartas mi mentira.
—Por supuesto que lo haré.
—Te veo muy decidida.
—Sí. Pero algún día se lo dirás, ¿no?
—Sí, cuando llegue el niño.
—Llegará.
—Ya lo sé. —_________ sonrió—. Dentro de unos seis o siete meses. Cuesta saberlo con exactitud.
—Qué rápido.
—No tanto como me habría gustado. Me hubiera gustado haberme quedado embarazada la primera noche que dormimos juntos.
—Las esponjas a veces fallan. Yo las utilizo y las llevaba cuando me quedé embarazada de Blythe.
—Ah, ya me extrañaba. Se lleva muy poco tiempo con Moran. Apenas un año. Veo que son muy útiles para controlar los embarazos. En realidad, empiezo a pensar que mi madre también las usaba, y Meg está de acuerdo. En mi familia, casi todos nos llevamos dos años. Es lo que pretendo hacer yo.
—Perfecto. Quería hablarte de esto. Tener un niño requiere mucho esfuerzo por parte de la mujer, antes, durante y después. Necesitas tiempo para recuperarte, para ganar fuerzas y, no sólo por ti, sino también por el bebé. Creo que descansar entre un embarazo y otro es el motivo por el cual mis hijos y yo estamos vivos. Así que Colin tendrá un nieto —murmuró Storm con una sonrisa.
—Pero si ya tiene cinco.
—Sí, pero él quiere que todos sus hijos conozcan el placer de ser padres. Está al final de su vida y quiere ver a sus hijos felices. Y sabe que Joe también lo necesita, por mucho que él lo niegue.
—Tengo que mantener en secreto mi estado lo máximo posible.
—Bueno, el primero tarda en notarse, pero ¿por qué quieres esconderlo?
—Por los temores de Joe.
—Ah, claro. Cuando lo descubra, se morirá de la preocupación.
_________ asintió.
—Por mucho que yo diga, sé que quiere mantenerme a salvo y que se preocupa por mí. A sus ojos, estar embarazada es como si me hubieran puesto un cuchillo en el cuello. Cuanto menos tiempo tenga que tener esta imagen en la cabeza, mejor.
—¿Tienes miedo, _________? Muchas mujeres tienen miedo. Yo tenía un poco.
—Un poco. Si algo sale mal…
—Le pido a Dios que no.
—Yo también, pero si algo sale mal, se lo confesaré. No permitiré que cargue con más culpas. Le diré que yo corrí el riesgo asumiendo las consecuencias, que lo desobedecí. No podrá culparse cuando sepa que lo engañé.
—Te ayudaré, aunque tengo la sensación de que no será necesario. El niño que llevas y tú estaréis bien. Hoy tengo intención de visitar a los granjeros. Se acerca el invierno y voy a ver si necesitan algo más para afrontarlo.
—¿Joe se ha vuelto a ir? —preguntó aunque, en su corazón, sabía que sí.
—Sí. Phelan ha ido con él. Venga, te mantendré muy ocupada para compensar esa pérdida.
Storm cumplió su palabra e __________ se vio invadida por la desilusión, el agradecimiento y la diversión. A pesar de las concesiones que le hicieron debido a su estado, cada noche se acostaba agotada.
Una noche, mientras se lavaba casi sin fuerzas, se dio cuenta de que hacía una semana que no veía a Joe. No había dejado de echarlo de menos ni un minuto, pero descubrió que el trabajo duro la había mantenido demasiado ocupada para entretenerse en esos pensamientos. Enlazaba un día con el siguiente y no paraba de trabajar desde que se levantaba. La soledad que hubiera podido sentir por las noches quedaba ensombrecida por el cansancio. El cuerpo le pedía dormir y nada podía interponerse en su camino. Mientras suspiraba, se metía en la cama y empezaba a caer rendida, se preguntó si Joe también se aferraba al trabajo duro para mantenerse alejado de ella, si agotaba su cuerpo hasta el límite para que la pasión por ella, que nunca había escondido, quedara enterrada.
Joe suspiró mientras comía el pan con queso que un agotado sirviente le había traído. Phelan se había acostado, porque estaba demasiado cansado para pensar en comida. Después de una semana de trabajo duro, el trayecto nocturno hasta Caraidland los había dejado sin fuerzas.
Meneó la cabeza y se preguntó cuánto tiempo podría continuar así sin perder la cabeza. Había regresado a la casa por un motivo, y sólo uno: __________. Por mucho que trabajara, no podía olvidarse de cuánto la necesitaba. Y, al final, las ganas de verla, hablar con ella y abrazarla eran demasiado fuertes para ignorarlas. Al cabo de un rato, se levantó y se dirigió a su habitación.
_________ se despertó ante la pasión. Estaba tan excitada que apenas fue consciente de que Joe había vuelto a casa. Cuando se quedaron abrazados y saciados, se preguntó, algo triste, cuánto tiempo se quedaría, pero enseguida eliminó ese pensamiento.
—¿Eres tú, Joe? —preguntó, dormida, y sonrió cuando la tomó por los brazos y la agitó.
Al ver la sonrisa, Joe le apretó el hombro en un gesto de dulce reprimenda.
—Bruja. ¿Quién creías que era?
—No sé, como está tan oscuro y me has despertado tan de golpe, sin darme tiempo para pensar… —Se encogió de hombros.
—_________, esas bromas son muy peligrosas —gruñó él, mientras se separaba y rompía un poco la intimidad del abrazo, aunque seguía rodeado por los delicados brazos de ella.
—¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer?
—Un marido tiene derecho a pegar a su mujer infiel.
—¿Infiel yo? —Vio cómo se levantaba y cogía un paño húmedo para limpiarse los dos.
—Muy infiel —murmuró, mientras se limpiaba y luego la limpiaba a ella con delicadeza—. Y también descarada e impertinente.
—Madre mía, cuántos defectos —respondió ella, mientras volvía a abrazarlo.
—Sí, pero intento ignorarlos. —Le besuqueó los pechos.
—Qué galante.
—Ya lo sé.
—Y vanidoso.
—¿Vanidoso? Debería castigarte por estas palabras tan crueles.
—¿Y en qué consistirá ese castigo?
—Si te quedas despierta un rato más, te lo demostraré.
Y no tuvo que hacer grandes esfuerzos por mantenerse despierta mientras disfrutaba de la pasión que Joe le entregaba sin reparos.
Cuando por la mañana se despertó y vio que todavía estaba entre sus brazos, sintió mucha alegría y un poco de miedo. Le encantaría pasar unos días con él, pero tenía miedo de que descubriera que estaba embarazada antes de que ella estuviera preparada para explicárselo. Las náuseas iban y venía, algo que, según Storm, era una señal de que estaban desapareciendo. Sin embargo, no podía estar segura de que se encontraría bien cada mañana. En ese momento descubrió las ventajas de la ausencia de Joe.
—¡Joe! —exclamó, sorprendida, cuando el hombre que creía dormido empezó a acariciarla—, creía que estabas dormido.
—Y lo estoy —gruñó él, pegado a su cuello—. Estoy soñando.
—Pues tienes unos sueños muy reales.
—__________ —murmuró mientras se colocaba encima de ella—, no tienes ni idea.
Salieron de la cama pasado mediodía. _________ buscó a Storm. Se sentía culpable por no haberla podido ayudar con todo el trabajo que tenía.
—No te preocupes. Me has ayudado mucho y sé que volverás a hacerlo, pero tómate un tiempo con Joe. Es importante.
—Es que me siento culpable por dejarte todo el trabajo a ti sola.
—No sufras. Lo he hecho los últimos diez años y lo seguiré haciendo cuando te vayas a vivir a Muircraig. Será mejor que no me acostumbre a tu ayuda. ¿Hasta cuándo se quedará Joe?
—No creo que mucho. Está recogiendo víveres. De repente, ha recordado que era la excusa para venir a casa —dijo, arrastrando las palabras.
Storm se rió, pero luego añadió:
—___________…
—No, no tienes que decirme nada. Sé que ha sonado algo amargo, pero no te mentí cuando te dije que se me pasaba enseguida. Me he prometido que, durante las horas que esté conmigo, mi actitud no será excusa para su abandono. Me temo que eso significa que tendré que tragarme muchas cosas que luego soltaré en el peor momento. Ten paciencia conmigo, por favor.
—Te entiendo perfectamente. No necesitas paciencia. Cada vez que veo las acciones de Joe, me maravillo ante tu tolerancia. A estas alturas, yo ya le habría dado una paliza a Tavis por esta tontería tan dolorosa. Si necesitas vaciar la ira que se acumulará mientras tengas que morderte la lengua, estoy más que dispuesta a escucharte. A mí ya me habría dado algo.
—No me falta demasiado. Si oyes un ruido fuerte por la noche, no sufras. Es que habré dado rienda suelta a mis ganas de sacarlo de la cama a patadas.
Storm se rió y meneó la cabeza.
—No tiene gracia, lo sé. Pero el invierno se acerca y tendrá que quedarse en casa. El viaje hasta Muircraig es peligroso y no podrán trabajar con el frío. ¿Cómo te has encontrado hoy?
—No he tenido náuseas. Quizá tenga suerte y, mientras Joe esté aquí, me encuentre bien. Es demasiado pronto para que descubra que estoy embarazada. Esta mañana he descubierto que, por mucho que me duela, que pase tantos días fuera tiene sus ventajas.
—Sí, que no está para ver los cambios.
—Y, como está seguro de que hago todo lo que puedo para mantenerme estéril, ni se le pasa por la cabeza que pueda estar embarazada. —Suspiró y meneó la cabeza—. Sólo espero no añadir más responsabilidad sobre su espalda.
—Bueno, ya está. No permitas que sus miedos te contaminen. Todas las embarazadas tienen miedos, pero no puedes permitir que los de Joe sustituyan los tuyos. Podrían hacerte mucho daño, y lo sabes.
—Sí, tienes razón. Estoy decidida a desterrar la oscuridad de su corazón, no a imponerla en el mío. Como tú bien dices, el invierno se acerca. Pronto no habrá manera de ocultarle mi estado y, entonces, me temo que llegará una gran batalla.
—Sí, sus miedos se intensificarán. Mira, te está buscando. Vete.
—¿Seguro, Storm? —preguntó ___________ mientras miraba a su marido desde la puerta del granero.
—Claro que sí.
__________ se pasó casi todo el día con Joe y empezó a preguntarse por qué se preocupaba. Parecía que quería tenerla cerca a pesar de mostrarse distante. Era bastante doloroso ver cómo lo preparaba todo minuciosamente para volver a marcharse. Al final, ella se rindió y, con la excusa de que necesitaba darse un baño antes de la cena, se marchó. Si quería poder estar con ánimos de recibirlo en su cama por la noche, necesitaba alejarse de su frialdad, de los intentos en vano de romper su muralla.
Joe la vio alejarse y se maldijo. La sujetaba con fuerza con una mano mientras, con la otra, la alejaba. Era una locura, y una crueldad, pero no podía detener aquella actitud tan contradictoria.
—¡Qué cara! ¿Mi hermanita te ha hecho enfadar?
Joe le dedicó una sonrisa a Robert, que estaba apoyado en el quicio de la puerta de los establos, y le preguntó:
—¿Ha habido suerte?
—No, maldito sea ese MacLennon. Está cerca.
—Siempre. No quiere perder ni una oportunidad de atacarme.
—Siempre te vigila, es cierto. Lo veo de reojo o encuentro sus huellas, pero siempre se escapa. ¿Estás seguro de que no es un espíritu?
—No, vive, a pesar de que hay muchos que quieren acabar con su vida. Es asombroso cómo puede eludirnos. Es casi sobrenatural.
—Llegará su hora. Flirtea con la muerte demasiado a menudo. Y me temo que te traigo más malas noticias. Sobre Fraser.
—¿Por fin ese gusano deslenguado se ha decidido a venir por nosotros?
—Creo que sí. Su propia familia nos ha prevenido. Lo están buscando, a él y a doce de sus hombres.
—¿No están seguros de que se dirija hacia aquí?
—No, pero creen que es lo más probable. No quieren ninguna enemistad con tu familia ni con la mía así que, a pesar de ser un familiar suyo, han preferido avisarnos. Han insinuado que no quieren volver a saber nada de él y ya no sienten ninguna necesidad de protegerlo de su propia locura.
—Y, sin embargo, lo buscan.
—El vínculo de sangre es muy fuerte. Creo que no quieren que se diga que no hicieron nada. Ahora, pase lo que pase, ellos tienen las manos limpias. ¿Vas a poner a __________ sobre aviso?
—Creo que no. Sólo es una posibilidad. Y, con lo de MacLennon, está bien vigilada. No creo necesario añadir más protección.
—Sí y, gracias a lo de MacLennon, ella también está más alerta —pensó en voz alta Robert—. Bueno, tengo que ir a quitarme el polvo de encima. ¿Vuelves a salir volando hacia Muircraig?
Joe murmuró una respuesta afirmativa y vio cómo Robert se alejaba. Se dijo que salir volando era la expresión correcta, pero le incomodaba que los demás lo percibieran así.
__________ se despertó en una cama vacía y no se sorprendió. Joe la había mantenido despierta casi toda la noche con su pasión. Enfadada, se preguntó cuánto creía él que le duraría aquella gula sensual. Teniendo en cuenta lo ocupada que la había tenido toda la noche, se dijo que no la sorprendería si no regresaba hasta dentro de dos semanas. Con un suspiro y una reprimenda por su amargura, se levantó. Storm le había dicho que todavía quedaba mucho por hacer y esperaba que tuviera razón.
Trabajó muy duro durante casi tres semanas. Ocupaba cada minuto del día, porque cada vez necesitaba trabajar más puesto que Joe no regresaba. Funcionaba para evitar quedarse tumbada en la cama y despierta por la noche, pero, cuando llegó el final de la tercera semana, cada vez se detenía más a menudo frente a las ventanas, mirando hacia Muircraig, como si así pudiera conseguir que Joe regresara.
—¿Estás cansada? —le preguntó Storm mientras se acercaba a la puerta del ahumadero, donde estaba ___________.
—No, no es cansancio. Es que ya no podía seguir trabajando con la carne. Me temo que me provoca arcadas.
—Ven, vamos a sentarnos un momento. A mí también me vendrá bien descansar un rato. Y tomar un refrigerio. ¿Y ahora qué pasa?
Las dos mujeres vieron cómo un niño harapiento esquivaba a los hombres y se les acercaba. Cuando los guardas intentaron darle caza, Storm los detuvo levantando la mano. Era tan pequeño que no podría hacerles nada aunque fuera armado. ___________ escuchó cómo el chico le explicaba algo a Storm muy alterado. De todos modos, no hablaba el gaélico lo suficientemente bien como para entender qué pasaba.
—Tengo que irme, __________. Me necesitan —dijo Storm mientras corría hacia su habitación para recoger lo que iba a necesitar.
—¿Qué sucede? —le preguntó ella, pisándole los talones—. No lo he entendido bien.
—Es verdad, lamento admitir que es un idioma que está de capa caída. Ya me extrañaba que no te hubieras alterado más.
—¿Es Joe? —__________ notó que el corazón se le paraba de miedo mientras Storm recogía sus medicinas.
—No, pero es igual de malo. Robert. Está herido.
—¿Es grave?
—El chico no ha sido muy concreto. Pero necesita atención médica.
—Te acompañaré.
—¿Crees que deberías? El trayecto a caballo y…
—Estaré bien. Podemos montar a Beltraine. Es un caballo fuerte y rápido.
Al acercarse a los establos para que ensillaran al animal, uno de los hombres insistió en acompañarlas. Fue entonces cuando ___________ recordó la amenaza de MacLennon. Asustada, se preguntó si Robert habría sido víctima de la locura de ese hombre.
—No te preocupes, _________ —le dijo Storm en cuanto montó detrás de ella—. Robert se pondrá bien.
—Dios te oiga. Si la familia tiene un favorito, es él. ¿Adónde vamos?
—A la vieja cabaña de Sorcha. Lo han llevado allí. ¿Te acuerdas? Fuimos hace tres días a solucionar una pelea por la cosecha.
__________ asintió y puso el caballo en marcha. Apenas era consciente del hombre armado que cabalgaba a su lado. Desde su boda, aquella compañía había sido tan constante que ya le resultaba imperceptible. Una vocecita en su cabeza le dijo que, si la herida de Robert era consecuencia de un ataque de MacLennon, necesitarían al hombre a su lado, pero estaba demasiado preocupada por el bienestar de su hermano para pensar en eso. Si tenían problemas para llegar hasta él, ya se lo plantearía en su momento, no antes.
Cuando redujeron la velocidad, porque ya estaban cerca de la cabaña que buscaban, __________ frunció el ceño. Notó que se le erizaban los pelos de la nuca y detuvo el caballo. Se inclinó sobre la silla y miró fijamente la cabaña, para intentar descubrir qué la había puesto en alerta. Se amonestó por sus tonterías y se dijo que, mientras ella se quedaba allí fuera, Robert podía estar muriéndose, pero aun así no se decidió. Había algo que le despertaba dudas.
—¿Por qué te detienes, ___________?
___________ abrió los ojos cuando vio algo que no encajaba en aquella escena.
—Storm, el caballo de Robert no está aquí.
Storm frunció el ceño y protestó:
—Quizás el animal ha huido, se ha asustado y unas manos inexpertas no han podido retenerlo.
—¿Y no nos lo habríamos cruzado por el camino?
—Sí, quizá sí. Robbie, ¿tú cómo lo ves?
—Está todo muy tranquilo.
—Sí, quizá demasiado pero…
—Robert podría estar ahí dentro.
—Sí, __________. Es lo que creo.
—Pero, desde aquí, tengo la sensación de que algo no va bien.
—¿Quieres que volvamos a buscar más hombres?
—Tardaríamos y puede que a Robert no le quede demasiado. ¿Dónde ha ido el niño?
—No lo he visto desde que hemos hablado con él —respondió Storm, muy despacio.
Justo cuando decidió entrar en la cabaña, Robbie gritó. El sonido que precedió al grito le heló la sangre a ___________. Y cuando Storm y ella se volvieron hacia él, vieron cómo se desplomaba y caía del caballo. No le sorprendió ver el astil de una flecha clavado en su espalda. El sonido que había oído la había avisado. Cuando hizo ademán de ir a ayudarlo, Storm la sujetó con fuerza y la detuvo.
—Poco podemos hacer por él. No nos lo permitirán. Mira detrás de nosotras.
___________ volvió la cabeza y contuvo la respiración. Seis hombres armados cabalgaban hacia ellas. No lo dudó ni un segundo y puso a Beltraine al galope. Los hombres estaban entre ellas y Caraidland, así que se dirigió hacia Muircraig, a pesar de que albergaba pocas esperanzas de que pudieran escapar.
—Se están moviendo para rodearnos —gritó Storm—. Son más de seis.
__________ maldijo e intentó varias maniobras evasivas, pero aquellos hombres eran buenos. A pesar de ser una buena amazona, __________ tenía poca experiencia jugando y ganando en ese juego tan peligroso. Con pocas esperanzas de éxito a medida que el círculo se iba estrechando, intentó atravesarlo. Gritó cuando las riendas le resbalaron de las manos y le quemaron la piel. Beltraine, alterado, estuvo a punto de lanzarlas por los aires. Entonces ella apretó los dientes porque sabía que, si ella se soltaba, Storm también se caería. Cuando Beltraine se calmó, ella estaba aturdida y miraba fijamente a los hombres que las rodeaban.
—Maldición —farfulló Storm—. Una emboscada. Pero ¿de quién y por qué?
—Creo que él mismo nos lo dirá —murmuró __________ cuando uno de los hombres se adelantó—. No es MacLennon. Es demasiado bajo y gordo.
—Vaya, dos encantadoras damiselas en la misma trampa.
—¿Quién es usted y qué quiere? —preguntó ____________, haciendo un esfuerzo para que el miedo no se le reflejara en la voz.
—Cuando sepa quién soy, señora, sabrá perfectamente qué quiero.
Algo de aquella voz le congeló la sangre. Se quedó con todo el cuerpo tenso mientras el hombre se quitaba el casco y, entonces, contuvo la respiración. A pesar de la nariz torcida y las dos cicatrices que le desfiguraban el rostro, no tenía ninguna duda de quién era el hombre que tenía delante.
—Fraser.
—Vaya, me recuerdas, ¿verdad, cariño? ¿No vas a decir nada más?
—Estás loco, Fraser —le espetó Storm—. Si nos haces algo a cualquiera de las dos, dentro de poco habrá tantas espadas atravesando tu cuerpo que parecerás un erizo.
—Vaya, la zorra inglesa de Tavis.
—Ella no te ha hecho nada, Fraser. Suéltala —exigió ___________—. Tu problema es conmigo, no con ella.
—¿Para que pueda ir a buscar ayuda? Creo que no. Venga —dijo, y ordenó a uno de sus hombres que cogiera las riendas de Beltraine.
—¿Adónde nos llevas?
—Al infierno, señora. Eso es, al infierno. —Fraser se rió a carcajadas e ___________ se estremeció, y notó que Storm también—. Y, con este cebo, tu marido no tardará en unirse a la fiesta.
ForJoeJonas
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
ahhh seguila pronto :bounce:se quedo bien interesante :|
creo que meresemos un maraton
creo que meresemos un maraton
aranzhitha
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
omj no puedo creerlo
estupido ese
que no les haga adaç
siguelaaaaaaa
estupido ese
que no les haga adaç
siguelaaaaaaa
andreita
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
aaaa Dios haora que pasaraa
fldglhryol siguelaaaaaaaaaaaaaaaa
fldglhryol siguelaaaaaaaaaaaaaaaa
next to you
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh maldito gordooooo!!!!
espera a que se entere joeeeee!!!!!!!!!!!!
y no te la vas a cabar siguela porfaaaa
espera a que se entere joeeeee!!!!!!!!!!!!
y no te la vas a cabar siguela porfaaaa
chelis
Re: ·Matrimonio a la Fuerza· (Joe y tu)
—Fraser.
—Vaya, me recuerdas, ¿verdad, cariño? ¿No vas a decir nada más?
—Estás loco, Fraser —le espetó Storm—. Si nos haces algo a cualquiera de las dos, dentro de poco habrá tantas espadas atravesando tu cuerpo que parecerás un erizo.
—Vaya, la zorra inglesa de Tavis.
—Ella no te ha hecho nada, Fraser. Suéltala —exigió _________—. Tu problema es conmigo, no con ella.
—¿Para que pueda ir a buscar ayuda? Creo que no. Venga —dijo, y ordenó a uno de sus hombres que cogiera las riendas de Beltraine.
—¿Adónde nos llevas?
—Al infierno, señora. Eso es, al infierno. —Fraser se rió a carcajadas e __________ se estremeció, y notó que Storm también—. Y, con este cebo, tu marido no tardará en unirse a la fiesta.
· Capítulo 15
La rabia que Joe sentía por ceder ante la necesidad de ver a __________ desapareció cuando entró en el salón y vio que Tavis estaba ahogando a un hombre con las manos mientras Robert lanzaba miradas fulminantes al extraño.
—¿Qué es esto?
Tavis lanzó al hombre al suelo.
—Fraser.
Joe notó cómo el miedo le congelaba la sangre.
—¿_________?
—La tiene cautiva. A ella y a Storm —gruñó Tavis—. Al menos es lo que dice este animal.
—Es lo único que pudo decir antes de que tu hermano lo estrangulara —dijo Robert, arrastrando las palabras, aunque la furia le provocó un tono de voz duro.
—Tavis —dijo Colin mientras agarraba a su hijo mayor por un hombro, en un gesto de compasión y comprensión—. Eso no ayuda. ¿Ya ha recuperado el aliento? —le preguntó al hombre que vigilaba al mensajero de Fraser—. Sé que el mensaje es más largo.
Cuando los guardias lo levantaron, el mensajero de Fraser respiraba con dificultad.
—Quiere a Joe. Cambia a las mujeres por Joe MacLagan. Cabaña de Sorcha.
Robert sujetó a Joe cuando se disponía a marcharse.
—¿Adónde crees que vas?
—Ya has oído sus condiciones.
—He oído lo que parece una trampa.
—¿Y crees que yo no? No tengo otra opción. No podemos dejar a Storm y a ________ en sus manos.
—Y no podemos dejar que te entregues. Sólo conseguiríamos que os matara a los tres.
—No sé cómo pretende salir airoso de esta locura —gruñó Tavis, y luego miró al mensajero de Fraser, dibujó una fría sonrisa y sacó su navaja—. Quizás este cobarde nos lo explique. No será difícil que un perro como él aúlle. —Miró a su padre—. No podemos planear nada hasta que conozcamos las intenciones de Fraser. Incluso sus desvaríos podrían sernos de utilidad.
—Si me entrego… —empezó a decir Joe.
—Si te entregas, te matará —dijo Tavis, con contundencia—, y después matará a las mujeres. Quizá mantenga a Storm con vida para utilizarla como moneda de cambio de su libertad, pero no lo creo. Entregarte tampoco nos daría más tiempo.
Colin fue hasta las puertas del salón, las cerró y luego se volvió.
—Adelante, Tavis.
A Joe no le gustaba torturar a un hombre, y sabía que a Tavis tampoco le hacía mucha gracia, pero estaban desesperados. El hombre no hablaría a menos que estuviera seguro de que ellos serían más crueles y le harían más daño que su señor. Para tranquilidad de Joe, el hombre habló enseguida. No obstante, tuvieron que hacer muchos esfuerzos para no matarlo cuando les explicó las amenazas y los planes de Fraser para llevar a cabo su enrevesada venganza.
—No tenía planeado secuestrar a la otra mujer —concluyó—. La utilizará para protegerse si lo atacan.
—Tavis, si me entrego recuperarás a Storm.
—Sí y, si la recupero a costa de tu vida y la de _________, me cortará el pescuezo. Iain, ese hombre tiene que estar loco para creer que puede hacer esto y salir con vida. No puedes razonar con tipos así. Tendremos que rescatarlas.
—Puede ser muy peligroso —dijo, aunque sabía que Tavis tenía razón.
—Sí, pero no tenemos más opciones. Si le pasa algo a las mujeres, perro pulgoso —gruñó Tavis hacia su prisionero—, te colgaremos de los pulgares en la fachada de Caraidland y serás un festín fresco y caliente para los cuervos. Vigiladlo bien.
—Y ahora que tenemos la información, ¿qué hacemos? —preguntó Robert.
—Ir a buscar a las mujeres y, con un poco de suerte, sacarlas sanas y salvas —respondió Colin, muy despacio.
_________ apenas pudo contener un grito cuando Fraser las hizo bajar a la fuerza de los lomos de Beltraine. Sabía que había tenido suerte de aterrizar sin hacerse ninguna herida grave pero, cuando se volvió hacia Storm, vio que estaba inconsciente, aunque sin heridas. Al intentar ayudarla, Fraser la agarró por el pelo y la levantó.
—Debería haberme puesto el tocado —farfulló—. ¿Storm?
—Estoy bien, _________. Me he dado un golpe en la cabeza, pero nada más —respondió ésta mientras uno de los hombres de Fraser la levantaba con rudeza—. ¿Dónde está Sorcha?
—¿Te refieres a la vieja que vivía aquí? —Fraser lanzó a _________ al interior de la cabaña—. Está muerta.
—Hijo de puta —dijo Storm, entre dientes, mientras la lanzaban encima de su cuñada, provocando que las dos perdieran el equilibrio y cayeran al suelo.
—No habría sobrevivido el invierno.
—¿Señor? —Otro de los hombres de Fraser apareció en la puerta—. El hombre al que hemos alcanzado ha desaparecido.
—Da igual, si vive para avisar a alguien, no podrá darles más información que mi mensajero.
—Joe no es estúpido, Fraser. No se entregará como si esto fuera un sacrificio pagano —dijo _________, con frialdad, mientras Storm y ella se levantaban.
—Pues yo creo que sí. Por su mujercita, se entregará. Y también tenemos a la inglesa de Tavis —y acarició la mejilla de Storm.
Ella le apartó la mano con violencia.
—Mantén tus asquerosas manos lejos de mí, desgraciado.
Maldiciendo, Fraser le dio una bofetada en la boca.
—Puta inglesa. Pocos escoceses me culparían por matar a la hija de un margrave.
_________ se arrodilló junto a Storm y lanzó una mirada desafiante a Fraser.
—Y hay muchos que te matarán si le haces algo. Para empezar, todos los miembros del clan MacLagan. Si crees que vas a salir vivo de esta, estás más loco de lo que pensaba.
—Tengo derecho a vengarme.
—¿Vengarte? ¿Por qué? ¿Porque un hombre impidió que violaras a su mujer?
—Pero ahora no está aquí para impedírmelo, ¿no es así? Pero antes tengo que colocar a mis hombres. —Se volvió y se marchó con sus hombres.
—¿Estás bien, Storm? —preguntó __________ cuando se sentó al lado de su cuñada.
—Sí, las he vivido peores. Maldición, no veo una salida a esto.
—No crees que Joe venga, ¿verdad?
—No lo sé. El primer impulso será hacer lo que le ha dicho el mensajero, pero espero que se imponga la serenidad. Seguro que saben que eso no nos ayudará, que se trata de un loco. Tiene que estar loco para hacer esto.
—Sí, pero no puede ganar aunque vierta la sangre que pretende. No es tan hábil como MacLennon, así que hay esperanza.
Storm tomó a _________ de las manos y, dubitativa, dijo:
—___________, pretende…
—Sí, ya lo sé. Al menos, no te ha amenazado a ti con lo mismo.
—Pero eso no significa que no vaya a hacerlo.
—No, ya lo sé. Debemos rezar por un rescate rápido o por algo que lo entretenga.
—Quizá podamos enfrentarnos a él las dos juntas. Tengo mi daga. Los muy lerdos no nos han registrado.
—Esperemos que sea tan estúpido como para enfrentarse a las dos a la vez.
—Hasta ahora, no ha demostrado gran inteligencia. Aunque sabía que Robert estaba aquí, que podía utilizar a tu hermano como cebo.
—Eso es fácil de averiguar. Robert está obsesionado con encontrar a MacLennon y no se esconde.
—Entonces, quizá también sepa que Joe no está en Caraidland, sino en Muircraig —respondió Storm, con tranquilidad, mirando preocupada a su cuñada.
__________ asintió.
—Ya lo había pensado. Estamos solas y tenemos que actuar a conciencia hasta que se demuestre lo contrario.
—Sí. A ese cerdo no le será fácil deshonrarnos. Quizás esto nos sirva de consuelo.
A pesar de que no había forma de escapar de la cabaña sin que las vieran, buscaron una salida. Encontraron un pequeño agujero en una pared que, con un poco de esfuerzo para agrandarlo, podría servir. Sin embargo, no les serviría de nada hasta la noche, cuando tendrían alguna posibilidad de escapar de los hombres de Fraser. Ninguna de las dos quiso pensar demasiado en lo que podría pasarles hasta la noche.
Cuando Fraser regresó, ___________ y Storm se cogieron de las manos para enfrentarlo. No era tan alto y fuerte como sus maridos, pero ambas sabían que podría con ellas con cierta facilidad a menos que Storm pudiera utilizar la daga. Por muy pequeño que fuera, era un hombre de batalla y ellas eran muy menudas. Necesitarían mucha suerte para vencerlo antes de que pudiera hacerles daño.
Sin embargo, y para mayor horror de _________, Fraser ni siquiera les dio la oportunidad. Con una agilidad sorprendente, golpeó a Storm en la mandíbula. La mujer cayó inconsciente al suelo con apenas un gemido, y ella lo miró fijamente, presa de la ira y el pánico.
—Ahora pagarás por lo que tu marido me hizo.
__________ retrocedió mientras deseaba que la cabaña no fuera tan pequeña.
—Hizo lo que habría hecho cualquiera al ver algo suyo amenazado.
—Casi me mata.
—Quería hacerlo. Sí, y no te merecías otra cosa. Tienes suerte de que lo detuvieran y te dejara vivir.
—¿Suerte? —exclamó, entre dientes, mientras alargaba la mano y la agarraba por el pelo—. Serás zorra. Me dejó lleno de cicatrices y cojo.
__________ reprimió un gritó cuando la pegó a la pared. La sujetaba con tanta fuerza que se le humedecieron los ojos. Cuando le rasgó la pechera del vestido y la camisola, sintió pánico, pero intentó controlarlo. Si quería resistirse, tenía que mantener la cabeza clara. No obstante, le costó mucho estar calmada cuando ese animal empezó a manosearle los pechos y, cuando ella intentó arañarle las manos, le dio varios cachetes.
—¿Sabes qué más me hizo? Me lisió —dijo, entre dientes—. El hijo de puta me lisió. Sí, pero su preciosa mujercita será mi medicina. Por los clavos de Cristo, me devolverás a la vida o morirás en el intento —y empezó a desabrocharse los pantalones.
En su intento por quedar expuesto, aflojó la mano que sujetaba a _________ y ella se aprovechó. Apretó los puños como garras y le golpeó en la cara. Cuando él gritó e, instintivamente, se protegió la cara, ella escapó. El golpe no fue definitivo ni ella lo suficientemente rápida. Con un rugido salvaje, Fraser la agarró por la falda. Se la rasgó y ella cayó. Y antes de que ________ pudiera levantarse, Fraser ya estaba encima de ella.
Le sujetó los brazos por encima de la cabeza y frotó su flácido órgano contra sus pechos. _________ sintió arcadas de asco. Intentó desesperadamente quitárselo de encima, pero él se rió de sus esfuerzos. Ella tenía miedo por el bebé que llevaba dentro, porque estaba segura de que no sobreviviría al calvario que Fraser le tenía preparado.
Cuando percibió un ligero movimiento a un lado, creyó ver un pequeño rayo de esperanza. Por desgracia, y a pesar de las distracciones, Fraser también presintió el peligro. Cuando Storm intentó atacarlo con la daga, se volvió para parar el golpe.
—Zorra. Zorra inglesa —exclamó él mientras agarraba la muñeca de Storm con fuerza y le daba una bofetada—. Pagarás por esto.
Storm gritó cuando Fraser le retorció la muñeca. _________ vio cómo la daga le resbalaba de la mano. Entonces él tiró a Storm al suelo y se abalanzó encima de ella. Horrorizada, _________ vio cómo la agarraba por el cuello. Fraser parecía ajeno a cómo ella le clavaba las uñas mientras le quitaba la vida y la maldecía.
Con miedo de que matara a Storm antes de que ella pudiera detenerlo, _________ gateó hasta la daga. Y con la única idea de detenerlo, le clavó el arma en la espalda. Él gritó y la golpeó, lanzándola contra la pared con tanta fuerza que le cortó la respiración momentáneamente y la dejó semiinconsciente.
_________ estuvo a punto de echarse a llorar cuando vio que se levantaba y se dirigía hacia ella. Se levantó, se preparó para el ataque, pero entonces, sin quitarle la vista de encima, Fraser cayó al suelo de rodillas. __________ tuvo un momento de pánico cuando la agarró de la falda, y entonces puso los ojos en blanco y cayó al suelo bocabajo y no se movió. Entonces miró a Storm, que estaba a cuatro patas intentando recuperar el aliento. Pasó lo más lejos posible del cuerpo de Fraser, acabó de rasgar el trozo de falda que tenía agarrado y corrió al lado de Storm.
—¿Está muerto? —preguntó Storm, ronca, mientras se dejaba caer en los brazos de __________.
—Creo que sí. Nunca he… —empezó a decir _________ con voz temblorosa.
—Sé lo que sientes, pero, en cuanto se te pase el miedo y recuerdes lo que pensaba hacernos, estarás bien. —Storm meneó la cabeza—. Es culpa mía. No he planeado mi ataque. Me desperté, vi lo que te estaba haciendo y, sencillamente, fui a por él. Quería detenerlo antes de que pudiera perpetrar ese último acto indigno.
—No creo que hubiera podido. Por lo visto, Joe le hizo algo cuando se pelearon.
—Ah, claro. Teniendo en cuenta lo que intentaba hacer, seguro que sabía dónde golpeaba. Y de ahí le ha venido su locura.
—He pensado lo mismo. ¿Y ahora qué hacemos? Si sus hombres descubren esto, podrían matarnos. Quizá le sean realmente leales.
—Lo dudo, pero será mejor que no corramos ningún riesgo. Vamos a intentar ampliar el agujero en aquella pared. ¿Has oído algo?
—Sí, he… —Las palabras de _________ quedaron en el aire cuando vio que Fraser se levantaba—. Madre de Dios, no está muerto.
En ese momento, uno de los hombres de Fraser entró en la cabaña.
—Han llegado los MacLagan. Han matado a cinco hombres antes incluso de que supiéramos que estaban cerca. Será mejor que huya, señor. Está todo perdido.
—No, no del todo. Mata a estas zorras.
El joven miró a _______ y a Storm horrorizado. No sólo parecía sorprendido por la orden, sino también por las evidencias claras de que las había tratado mal. __________ se preguntó si el chico no había oído a Fraser, que le había dejado muy claras sus intenciones, o quizá sencillamente no se lo había creído. En el fondo, sabía que no las mataría, lo veía en sus ojos grises pálidos.
—No puedo —dijo, con voz ronca—. Usted nunca dijo… ¿Qué les ha hecho? Sólo son dos mujeres, dos mujeres indefensas. No lo haré.
—De acuerdo. Entonces, muere con ellas.
_________ gritó cuando Fraser atravesó al chico con su espada. El joven retrocedió varios pasos, con la mirada sorprendida y fija en Fraser, y cayó al suelo. Storm y ella se tensaron, preparadas para el ataque de Fraser, pero él se rió y salió de la cabaña. Cuando oyó que bloqueaba la puerta desde fuera, enfurecida pensó que, al menos, sí que había planeado bien cómo mantenerlas cautivas, pero luego corrió con Storm para ver si había matado al chico.
—No está muerto —dijo, aliviada, cuando le encontró el pulso.
—No sé por qué nos preocupamos tanto. Es uno de los hombres de Fraser.
—Sólo es un chico y se ha negado a matarnos.
—Sí, ya lo sé. Es que el miedo me altera. Tenemos que vendarle la herida. —Las dos se rasgaron tiras de sus enaguas, aunque las de _________ estaban tan destrozadas que apenas pudo contribuir—. La espada le ha atravesado el costado en un corte limpio.
—¿Intentamos escapar ahora o esperamos a Joe y a Tavis? —_________ frunció el ceño, husmeó el aire y se quedó inmóvil—. Humo —susurró.
—Ese perro asqueroso. Venga, ayúdame a llevar al chico hasta el fondo. Tenemos que salir. No podemos esperar a nuestros maridos.
Joe miró la pequeña cabaña y tuvo que hacer un enorme esfuerzo por no cabalgar hasta allí blandiendo la espada. Se dio cuenta de que Tavis estaba tan tenso como él y sospechaba que su hermano sentía lo mismo. Tenían que ir despacio, pero era lo más difícil que había hecho en su vida. Se tensó cuando vio que Fraser salía de la cabaña. Se dijo que ojalá pudiera estar seguro de que no había más hombres con él para sencillamente acercarse, matarlo y rescatar a __________ y a Storm.
—Fraser —gritó—. Ríndete. Has perdido.
—Sí, pero tú también, Joe MacLagan —gritó Fraser, y cogió un palo del fuego que había delante de la cabaña y se colocó a un lado.
—¿Qué está haciendo? —refunfuñó Tavis, y avisó a los arqueros para que estuvieran preparados.
Fraser regresó al fuego y rió de una forma que Joe se estremeció.
—Sí, MacLagan, tú también has perdido.
—¡No! —exclamó Joe cuando entendió qué pretendía hacer con el palo ardiendo que tenía en la mano.
Cuando Fraser lanzó el palo al tejado de paja de la cabaña, los arqueros de los MacLagan dispararon. Un segundo después, el cuerpo de Fraser estaba lleno de flechas. Con un enloquecido grito secundado por Tavis, Joe cabalgó hacia la cabaña, pero, cuando llegó, ya estaba envuelta en llamas. Cuando Tavis y él intentaron acercarse, un pálido Colin ordenó a sus hombres que los detuvieran. El fuego estaba consumiendo la cabaña tan deprisa que, aunque hubieran entrado, nunca habrían podido salir con vida. Y tampoco podían recurrir al agua que había cerca porque no tenían con qué transportarla.
—La parte de atrás está mejor —gritó un hombre, y todos corrieron hacia allí.
_________ no creía haber tenido nunca tanto miedo. Storm y ella estaban rompiendo la pared, pero parecía que progresaban muy despacio. La cabaña se estaba llenando de humo. Le picaban los ojos y tenía la sensación de que se estaba quedando sin aire. Vio que Storm no estaba mucho mejor. Cuando lograron hacer un agujero lo suficientemente grande para escapar, pedazos de paja en llamas del tejado empezaron a derrumbarse.
—_________, tú primero —ordenó Storm—. Y no discutas. Estás embarazada. Sal y luego tira del chico.
Sabía que, discutiendo, sólo conseguiría perder unos segundos preciosos, de modo que se arrastró y salió. Desde fuera, agarró al joven por los sobacos y empezó a tirar pero, de repente, alguien la apartó. La alejaron de la cabaña, que se consumía bajo las llamas, y vio atónita cómo Joe y Tavis sacaban al chico y, después, Tavis sacó a Storm. Unos segundos después, el tejado se desplomó y formó una lluvia de chispas y varias cayeron encima de Tavis, que era quien estaba más cerca. _________ lo oyó maldecir cuando quizá demasiadas manos empezaron a golpearlo en la espalda para sofocar el fuego. Entonces Joe se quitó la túnica y la cubrió con ella, e ________ salió de su estupor. En ese momento, se dio cuenta de que había estado allí sentada casi desnuda delante de todos los MacLagan.
Joe vio la ropa hecha jirones y los moretones y le entraron ganas de echarse a llorar.
—Hemos tenido que esperar; teníamos que ir despacio por si os mataba.
_________, que todavía estaba sonrojada por lo expuesta que había estado delante de los hombres de su marido, asintió mientras él la ayudaba a levantarse y susurró:
—No pasa nada.
—Si me hubiera entregado, como Fraser exigía, te habría podido ahorrar todo esto.
—Estoy viva, Joe. Eso es lo que cuenta.
—Yo siento lo mismo. Créeme. Independientemente de lo que te haya hecho ese hijo de puta, lo único que me preocupa es que has sobrevivido.
_________ comprendió lo que Joe creía que había pasado y susurró:
—No me ha violado, Joe.
Él la agarró con delicadeza por los hombros y dijo:
—__________, no tienes que mentir. Da igual. No es culpa tuya.
—Pero ya te lo he dicho, no me ha…
—A veces —la interrumpió Robert—, dicen que la conmoción es tan grande que la mujer lo borra de su mente. Será mejor que la llevemos a Caraidland.
—Sí —asintió Joe—. Meg la atenderá.
—Joe, quieres escucharme… —empezó a decir ella.
—Venga, ________, te llevaremos con Meg. Aprenderás a aceptarlo —le dijo él, con voz suave—, y a entender que a mí no me importa.
—Joe —replicó ella—. No me ha violado.
—_________, todos sabemos la verdad —respondió él con tristeza.
_________ siguió su mirada y no necesitaba ver lo que había debajo de la túnica que llevaba. Era perfectamente consciente del aspecto andrajoso de su vestimenta. No obstante, aquello no demostraba nada. Después miró a Storm, pero la pobre no podía hablar, puesto que el intento de asfixia la había dejado sin voz. Sin embargo, le señaló con la cabeza las piernas y, cuando __________ bajó la mirada, contuvo la respiración porque vio sangre; un pequeño hilo de sangre desde los muslos hasta las pantorrillas. Por un terrible segundo, creyó que estaba perdiendo a su hijo, pero luego se dio cuenta del picor en los muslos y se tranquilizó. En algún momento de la pelea con Fraser, éste debía de haberla cortado, o ella misma se había hecho daño al intentar salir tan deprisa de la cabaña.
Joe y Robert hablaban de ella a su lado como si fuera invisible. Empezó a ponerse furiosa. Por muy conmocionada que estuviera, y por muy mal aspecto que tuviera, ella sabía mejor que nadie si la habían violado o no. Sabía que la ira había aparecido tan deprisa porque el calvario que había pasado le había puesto los sentimientos a flor de piel, pero, cuando Joe le habló como si fuera una niña pequeña, asustada y estúpida, y los hombres allí reunidos la miraron con compasión, maldijo en voz baja y le apartó las manos de un golpe.
—Siento tener que rechazar tu noble comprensión, Joe MacLagan, pero no hay necesidad de ella —enfatizó las palabras clavándole el dedo índice en el pecho—. Y ahora escúchame, cabeza de chorlito, sé lo que me han hecho. Sí, Fraser lo intentó pero no pudo. No podría violar ni a un agujero en el barro. Cuando tú, cabezahueca, le diste aquella paliza en la corte, le hiciste papilla los cojones y el desgraciado no podría empalmarse ni sujetándosela con un palo. —La expresión atónita de Joe, así como el repentino silencio que los rodeó, provocó que __________ se diera cuenta de lo que había dicho—. Ay, madre de Dios, ¿qué he dicho? —gimió, tapándose la boca con una mano mientras miraba horrorizada a Joe.
—Bueno —dijo él, conteniendo la risa—, lo has dejado más claro que el agua.
Cuando se echó a reír y todos sus hombres y su familia se unieron a él, _________ creyó que iba a morirse de la vergüenza. Se tapó la sofocada cara con las manos y deseó desaparecer. Estaba segura de que una dama no podía utilizar ese lenguaje.
—Chica —murmuró Joe, con la voz temblorosa de la risa—, puedes quedarte así hasta el juicio final y no pasará nada. No desaparecerás.
Aquello provocó que los hombres rieran todavía con más ganas, con lo que ________ se olvidó de la vergüenza y los miró fijamente:
—Zoquetes. Me voy a casa.
—Espera, cariño —dijo Joe mientras la seguía intentando contener la risa—. Iré a buscar mi caballo.
—No, muchas gracias. Iré con el mío —respondió ella, con altanería para, a continuación, ponerse los dedos en la boca y silbar para llamar a Beltraine, que enseguida salió del bosque y trotó hasta ella.
Se estaba preguntando cómo montar sin enseñar demasiado las piernas cuando oyó que alguien mencionaba al joven herido. Alguien dijo que era uno de los hombres de Fraser y varias voces sugirieron cosas horribles que podían hacerle. Cuando vio que Storm estaba intentando interferir por el joven, pero que todavía no había recuperado la voz, ________ corrió hasta el chico. Fue consciente de que Joe la siguió y se mantuvo a su lado.
—No, no podéis hacerle daño.
—¿Os ha ayudado?
—Joe, cuando Fraser le ordenó que nos matara, se negó. Fraser le clavó la espada.
—Pero ha formado parte de todo esto, querida. No lo ha detenido.
_________ miró a su marido y, muy despacio, dijo:
—Cuando entró para decirle a Fraser que habíais llegado, se horrorizó ante lo que nos había hecho a Storm y a mí. Se quedó de piedra cuando le ordenó que nos matara. Creo que sólo es un chico que buscaba una aventura y no tenía ni idea de dónde se estaba metiendo. Ni de quién era el hombre con quien cabalgaba. Podría habernos matado, pero no lo hizo y, si Fraser no hubiera estado debilitado por una herida, el chico habría muerto por ese gesto. ¿No puedes darle otra oportunidad? Es una recompensa mínima.
—Sí que lo es.
_________ empezó a notarse muy cansada mientras Joe arreglaba el transporte del chico hasta Caraidland. No intentó cabalgar sola y lo esperó. Joe montó y Robert la ayudó a subir al caballo. Cuando estuvo sentada en el regazo de Joe, se dejó invadir por el agotamiento.
—________, ¿y la sangre de las piernas? —le preguntó Joe en voz baja.
—Me he cortado. No sé si luchando con Fraser o al arrastrarme para salir de la cabaña —respondió ella, casi sin fuerzas—. ¿Habéis encontrado a Robbie?
—Sí, regresaba a Caraidland. Se pondrá bien.
—¿Y Fraser?
—Muerto.
—Bueno, una amenaza menos. Es una lástima que la locura de MacLennon no lo haga tan estúpido como a Fraser.
—Sí, una pena —asintió Joe, y entonces descubrió que ella se había quedado dormida y la sujetó un poco más fuerte.
Bajó la mirada hasta la mujer que dormía en sus brazos. Desde el momento en que se había enterado de que estaba en manos de Fraser, había luchado contra el pánico. No podía dejar de pensar en los días que se había mantenido lejos de ella, días que ya no podría recuperar. La profundidad del miedo por su seguridad le reveló algo que realmente no quería saber. Ella ya no lo estaba atrayendo… ya lo tenía.
ForJoeJonas
Página 14 de 32. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15 ... 23 ... 32
Temas similares
» Matrimonio a la fuerza - H.S y tu -
» Memories of Autumn
» SHE & HE... ALL AROUND THE WORLD (JUSTIN BIEBER, JOSH HUTCHERSON Y TU) SEGUNDA TEMPORADA DE DREAMS
» ✖ welcome to the jungle.
» La Fuerza Del Destino (Ziam)
» Memories of Autumn
» SHE & HE... ALL AROUND THE WORLD (JUSTIN BIEBER, JOSH HUTCHERSON Y TU) SEGUNDA TEMPORADA DE DREAMS
» ✖ welcome to the jungle.
» La Fuerza Del Destino (Ziam)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 14 de 32.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.