Un guardián entre el centeno

mierda.

No voy a escribir un discurso, solo diré gracias.

El sarcasmo es el orgasmo de la inteligencia.

Estamos en la era de las pvts. Ya casi nadie lee.

Estaba desesperado. Movía mis pies de manera rápida y continua. Mi respiración no era común. Mi mirada hostil. Miré a mí alrededor. Horrible estaba mi habitación, todo tirado por el suelo, una caja de fosforo. Rasqué mi nuca con mis manos. El abanico tiraba el adecuado, sin embargo para mí no era suficiente. Rasqué mi cabeza, la tomé entre mismos y negué. Era estresante. Era uno de los peores sentimientos que uno podía sentir. Todo empezaba a dar calor.

No quería que nadie me dijera nada. No quería oír nada. Esto no me podía estar pasando. Era tan estúpido. Me levante y empecé a caminar en círculos a pasos grandes. Le di masajes a mi sien. Insólito. Sin sentido. Me abracé a mí mismo, trataba de buscar una respuesta, encontrar una solución. En esos momentos podía lanzar cualquier tipo de palabras sin importar a quién fuera y cuánto podría herirla. Esto no me podía pasar a mí. El internet estaba lento.

El puto de Grant casi se saca la madre.

Mu, yo igual estaba hasta la mierda cuando terminé de escribir eso. Gracias.

Pues yo tengo un diario, pero yo le digo Journal, porque suena mucho más masculino.

Debo de dejar de ser vago. No hago nada. No estudio, no leo, no escribo, no dibujo, no pinto, nada de nada. Debo dejar de hacer eso.

Alice.

Hoy tuve una gran idea, pero lo olvidé.