poppy holland is not dating boys anymore. {luke hemmings} cancelada.

capitulo dos.

¡Su madre había hecho de cupido! Poppy estaba increíblemente fastidiada. Observaba a Luke sonriendo y a su madre aplaudir nerviosamente luego de su respuesta. Se cruzó de brazos y, en un gesto infantil, le mostró la lengua a su madre.
— Vale, chicos, creo que deberían ir ya. ¿Qué me dicen?
— ¡Claro! —asintió Luke. Maldito. ¡Se las pagaría! De eso estaba segura—. Vamos, Popps.
— ¡Que va! —Poppy levantó sus hombros en señal de resignación. La perfecta dueña de casa abrió la puerta y dejo salir a los chicos. Se despidió moviendo su mano alegremente y cuando comenzaba a cerrar la puerta, Luke dio media vuelta, y gritó:
— ¡Yo cuidaré de Poppy, Señora Davis! ¡No dejaré que hable con ningún extraño! —la mujer lanzó una carcajada, cerró la puerta y cuando dio media vuelta, se encontró con la mirada del niño de cabellos castaños y una mirada divertida.

La mujer levantó sus hombros y caminó hacía su oficina. Y Fox siguió sus pasos, tropezando con sus zapatos de tacón. El chico entró a la oficina y la mujer le miró frunciendo el ceño.

— ¿Qué? —pregunto, mientras trabajaba en su computadora.
— Mamá... —comenzó Fox. Sí algo le ocurre a mí insoportable hermana mayor, le romperé los huesos al tal Luke. Fox recordó la altura del chico. Quizá debía conseguirse una escalera antes de intentar golpearlo. Sí, una escalera no le haría daño a nadie—. ¿Realmente crees que puedes confiar en ese chico? Digo, mi hermana está recientemente conociendo. ¡Ni siquiera se habían visto alguna vez!
— Vamos, Foxy —dijo ella tiernamente, girando su cabeza para observar de mejor angulo a su hijo—. ¿Desde cuándo te preocupas tanto por tu hermana?
— Desde que la enviaste con un chico desconocido en una cita sorpresa.
— ¡Oh, Luke no es un desconocido! ¡Es el hijo de una empresaria con la cual trabajo! Este último tiempo he estado conversando con ella, y me ha dicho que Luke es realmente un buen chico.
— ¿Puedes, tú, asegurar eso? —preguntó inspeccionando cada movimiento de su madre. La mujer sonrió y lanzó un grito de diversión.
— ¡Niño! ¡Tienes la astucia de tu madre! —Fox rió y negó con la cabeza. A veces, el niño era realmente un adulto cuando se lo proponía—. Ahora ve a jugar con tus amigos. Estoy convencida y confió plenamente de que Poppy pasará un buen tiempo con el chico. Busca a Jack o a Kyle y saca esa horrible idea de Luke de tu cabeza, ¿sí?

El chico asintió, corrió fuera de la oficina y salió por la puerta principal gritando: — ¡No me esperes! ¡Llegaré tarde!


No estaba pasando un buen tiempo con Luke. Sí, el chico era muy guapo, llevaba gafas de sol y manejaba una camioneta Toyota, horriblemente, debía admitir, ¡pero no se habían dirigido la palabra durante todo el viaje!

— ¡Ya no lo soporto más! —Poppy gritó frustrada—. ¡No me has dirigido la palabra durante todo este tiempo!
— ¿Qué? —preguntó, sin mirarle e intentado no chocar con ningún auto. Su camioneta ya había sufrido bastante. Y no estaba dispuesto a volver a arreglar la camioneta. Se estaba quedando sin repuestos.
— Mira, Luke —Poppy hizo comillas al mencionar su nombre—. Puedes ir a dejarme a la casa de mi amiga, que, por cierto, no queda tan lejos de aquí, y podremos fingir que fue una gran cita. Podré llegar caminando a mi casa, decirle que tuve un gran momento contigo y que, incluso, ¡te besé como una descarada! ¿Quieres hacer nuestra vida más sencilla?
— ¿Y qué voy a hacer con esa canasta? —Poppy giró su cabeza y observó los asientos traseros. Efectivamente, una canasta se situaba en el asiento junto a la ventana.
— ¿Era eso lo que olía así? ¡Dios mío! ¡Pensé que era yo! —murmuro aliviada y sonriendo. Luke estalló en una carcajada y Poppy le siguió—. ¿Qué tiene la canasta?

Poppy se giró hacía los asientos traseros e intento tomar la canasta, se estiró y movió sus dedos como si aquel movimiento acercaría la canasta a ella.

— Tiene... —frenó fuertemente, provocando que Poppy se golpeara directamente en el rostro. Luke maldijo por lo bajo. ¡Esta chica ni siquiera traía un cinturón!
— ¡Ay! —gritó, mientras se restregaba su mano en la cara, para disminuir el dolor—. Duele, duele, ay, duele.

La camioneta dio un giro, se estaciono junto a la calle y el chico apretó un botón para indicar que estaba parado allí. Se giró hacía Poppy y se acerco para ver si tenía algún tipo de lesión o herida que tuviera que ser observada por algún doctor. La chica había puesto sus brazos como escudo para que él no pudiera verle. Luke se quitó el cinturón y peinando su cabello desesperadamente.

— Popps... —comenzó el chico, frustrado de que la cita con la chica estuviera siendo un total fracaso y que ella lo odiara masivamente. ¡Todo lo haces genial, Hemmings!
— Te dije que no me llamaras así —la voz quebrantada se escucho en el auto. Pero sonó como tal cual el eco en la cabeza de Luke. Poppy estaba llorando. Se sentía un asco y realmente estaba agotado—. Dios, duele, duele.
— Poppy, por favor, déjame ver. ¿Qué pasa si tienes alguna lesión y debemos ir a algún hospital?
— ¿Por qué eres tan correcto? —la chica quitó su escudo y mostró su rostro, donde lágrimas caían sin cesar.

El chico se acercó a ella, entrecerrando sus ojos y colocando sus manos delicadamente entre sus mejillas. Movió su mano lentamente por la cara de la chica, hasta llegar a su cabello y correrlo de su rostro, para obtener una mejor vista de su frente algo enrojecida. No, al parecer solo había sido un golpe. No tendría que llevarle a ver a ningún doctor. Suspiro aliviado y masajeo la frente de Poppy.

— Te puedo asegurar, que sí llevaras cinturón no te dolería tanto.
— ¿No tengo nada?
— No, nada. Solo una enorme grieta en la cabeza —dijo él.
— ¿Qué? —gritó la chica, tocando su cabeza y cuidando de que todo estaba en su lugar—. Eres un tonto.
— Sí, lo soy. Y soy genial —sonrió de lado y observo a Poppy quitarse las lágrimas de sus mejillas. Su tonto corazón de chico sensible se estrujo por verle así. ¡Ay, qué romántico!
— ¿Qué llevas en la canasta? —preguntó Poppy, todavía llorosa—. Huele bien.
— Uh, bueno... la verdad es que no soy muy inteligente cuando se trata de comida en una cita, así que traje... pizza —murmuro Luke, enredando cada palabra que decía—. Espero no te importe.
— ¡Genial! ¡Pizza! —aplaudió Poppy, sonriendo y observando la canasta. Frunció el ceño y le miró, recordando que le odiaba. ¡Lo odias, Poppy Holland Davis! ¡Lo odias tanto como el brócoli!—. ¿Y para que la canasta?
— Quería que pareciera algo que había sido pensando, así que le pedí la canasta a mi tía y traje la pizza allí.

Poppy escuchó a una bocina sonar tras suyo. ¿Es que la gente no veía las malditas luces? ¡Ciegos!

— Vamos ya —Luke volvió a encender el auto y aceleró. Poppy se colocó su cinturón y se cruzó de brazos, esperando algo que ni ella lograba entender—. La verdad es que iba a llevarte a un lugar bastante lindo, pero veo que la hora ha avanzado rápido y no creo que lleguemos muy temprano allá.
— Conozco un lugar donde podremos sentarnos, comer y charlar. Está a unas calles. Solo sigue mis indicaciones —el chico asintió algo desconfiado y escucho cada dirección y orden que le daba la chica, y las siguió al pie de la letra. La mujer lo llevaría a un precipicio lejos de la ciudad y lo tiraría allí, se dijo.

Giró en algunas esquinas y Poppy le indico que se estacionara, observo el lugar en donde estaban, sorprendido, asintió y miró a la chica a su lado. Ella sonreía y miraba el lugar con una mirada ciertamente nostálgica.

Se habían estacionado junto a una casa abandonada, antigua y rodeada de grandiosas plantas. La naturaleza reclamaba su territorio y comenzaba a deteriorar la casa. Ya casi ni podía notar los detalles de la construcción.

— Aquí me asesinaras y dejaras mi cuerpo. ¿Cuanto tiempo me darás antes de pegarme un tiro y esconderme? La verdad es que me gustaría comerme la pizza antes de morir —preguntó, divertido con sus gracias—. ¿Tienes los cadáveres de tus ex novios en algún armario? Por que me gustaría verlo también.
— Primero, sí te fuera a asesinar serías mi novio, no un chico con el que estoy saliendo en una cita.
— ¿No me consideras como un novio?

Poppy le enseñó el dedo corazón y se bajo de la camioneta de un salto. Se quedó mirando el lugar y Luke se acercó a ella con la canasta en las manos.

— Aquí solíamos venir mis amigos y yo a jugar a las escondidas, cuando la casa era segura por dentro —dijo, rascando su brazo incómodamente—. Luego la casa se llenó de árboles y no era más que una jungla donde no podíamos entrar.
— ¿Y quieres entrar y comer dentro? —preguntó extrañado.
— No, no. El jardín trasero es espacioso y siempre vengo a pensar o a tocar guitarra. Lo he mantenido limpio y bien cuidado.
— ¿Tocas la guitarra? ¡Genial, yo...!
— Te he dicho que toco la guitarra, no hace falta esa pregunta.

El chico arrugó la nariz y caminaron adentrándose a la casa, mientras Poppy movía algunas ramas para que Luke y su enorme cuerpo delgado pudiera entrar. Algunos muebles viejos y ya algo desgastados estaban alrededor de la casa y Luke no pudo evitar preguntarle el porqué de ello.

— La pareja que solía vivir aquí se separó, y cada uno se fue por su lado, dejando de lado los muebles, convencidos de que el otro se haría cargo de ello —contestó despreocupadamente, abriendo paso entre las ramas para que el chico pasara fuera de la habitación.

Fuera de la casa ya, Poppy sonrió y Luke miraba anonado. La chica le quitó la canasta de las manos y se dispuso a sentarse en el césped, finamente cortado por ella. El chico se sentó junto a ella y abrió la canasta, dejando ver la pizza y las gaseosas que traía dentro. Sacó todo y abrió la caja de pizza.

— De pepperoni, ¿te gusta? —inseguro de su decisión, arregló su cabello una y otra vez.
— Está muy bien —la verdad era, que la pizza de pepperoni era la favorita de Poppy Holland. Pero no iba a decirlo, claro. No quería que él conociera ese detalle jugoso. Se lo guardaría para ella. No quería acercarse mucho a él. Saco un pedazo y comenzó a comerla—. Oye, ¿te has dado cuenta, de que la caja es cuadrada, la pizza es redonda y los pedazos son triangulares? ¡Nada cuadra en esto!

El chico rió y negó con la cabeza. Poppy entrecerró los ojos y volvió a su postura despectiva y maleducada.

— No te sientas cómodo conmigo por mis chistes horribles, sigo detestando la idea de que mi mamá me buscara un chico para salir.
— ¡Entonces haré preguntas incómodas! Si no puedo tener comodidad, que sea incomodidad.
— No le temo a la incomodidad —murmuro la chica, divertida con la ocurrencia de él.
— ¿Ah, sí? Ya veremos —pregunto divertido—. Y si te llegara a preguntar: ¿Cómo se llama tu ex novio? ¿De que color es la mayoría de tu ropa interior? ¿Te gustan mis ojos? ¿Cómo y con quien fue tu primer beso? ¿Crees que...?
— ¡Vale, vale! suficientes preguntas. Y las voy a responder, de todos modos. Primera pregunta; el nombre de mi ex novio es Lee. Segunda; mi ropa interior es negra y blanca. Tercera pregunta; No, tus ojos son aburridos, al igual que tú. ¡Y por último! Cuarta pregunta; Fue con Lee, en un parque y el simplemente me besó —ya estaba, Poppy no podía avergonzarse de nada de lo que decía por que todo era verdad. Excepto claro, la ropa interior. ¡No quería decirle a un chico que su ropa era de conejitos amarillos! ¡Sonaría muy mal!— Ahora, responde exactamente las mismas preguntas.
— La verdad es que sí son preguntas incómodas, pero has respondido, así que también lo haré. Bien, primera pregunta; El nombre de mi ex novia es Olivia. Segunda; diría que blanca y negra, al igual que tú. Tercero, y esta es la verdad; Me gustan mis ojos.

Poppy le interrumpió antes de que siguiera con sus respuestas: — Creí que debías contestarme sí te gustaban mis ojos, ¡no los tuyos!

— Oh. Bueno. Sí, creo que sí me gustan tus ojos.
— Demonios —susurro la chica.
— ¿Y cuál era la última pregunta?
— Con quien fue tu primer beso.
— ¡Sí! Fue con mi vecina, en mi camioneta.
— ¿Ella era guapa? —preguntó, intrigada.
— A la chica le faltaba un diente.