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~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Capítulo 7
Si me concentraba, podía mantenerme de puntillas, lo que aliviaba la insufrible tensión de mis hombros y mi espalda. Yo era dolor puro y nada más. Sin pensamientos, sin emociones, solo un cuerpo pidiendo a gritos ser liberado. Mis pantorrillas se retorcieron de dolor y sufrí un calambre. Empujé mi peso contra el suelo, para aliviar el fuego de mis piernas. Me giré de un lado al otro, esperando encontrar una posición que doliera un poco menos que la anterior. Los minutos se alargaron hasta interminables horas. El dolor saturó cada músculo de mi tenso y estirado cuerpo. Empecé a gimotear en voz baja, que fue volviéndose más alta con cada respiración. Pánico entraba, pánico salía. Había temido ser golpeada. Ahora le dejaría golpearme si tan sólo me dejara marchar.
Un pensamiento horrendo cruzo mi mente. «¿Qué pasa si ni siquiera está aquí? ¿Qué pasa si no vuelve por mucho tiempo? ¿Cómo podría aguantar este tipo de tortura durante otra hora, abandonada sola durante toda la noche? Si es que era de noche».
Intenté dejar de sentir el dolor, intentando dejar que mi mente venciera a mi cuerpo. Me centré en el sonido del cuero que ataba mis muñecas chirriando contra el poste de la cama. Mi respiración. El modo en el que el calor de mi cuerpo había calentando el hierro forjado de la cama a mi espalda. Intenté encontrar la paz más allá del dolor, más allá del sufrimiento. Tal y como había hecho cuando él me había azotado, pero el truco no me funcionó esta vez.
Cada aliento que tomaba parecía estrechar más mis ataduras. Lloré. En silencio al principio, luego en ruidosos quejidos. Mi estomago se retorció y de pronto entendí por qué no me había amordazado... Iba a vomitar. Luché por seguir respirando, y pensando en cosas relajantes que pudieran mantener los calambres del estomago a raya. La historia de mi vida, manteniendo lo inevitable a raya.
Gotas de sudor caían por el hueco entre mis pechos y se acumulaban en mi ombligo. Me agitó, esa sensación de sudor pegajoso por todas partes. Mi pelo se me pegaba a la cara, espalda y costados. Me estaba llevando al delirio. Me agité violentamente con la frustración, cada músculo convirtiéndose en dolor fundido.
Entonces oí lo último que esperaba.
Por un momento, lo deseché como un producto de mi imaginación. No podía recordar cuan a menudo en el pasado me había despertado en la oscuridad pensando que había escuchado algo. Estoy imaginando cosas. Me quede quieta en silencio y me concentré atentamente en los sonidos que me rodeaban. Estaba en todas partes. Contuve la respiración superficial, negándome a dejar que el sonido de mi propia respiración me distrajera en mi búsqueda. Lo oí otra vez.
Definitivamente una mujer. ¿Llorando? No, algo más. Había gritos, sí, algunos de ellos con reminiscencias de dolor, pero estaban en la onda de un sonido mucho más primario. El sudor formaba gotas en mi piel recalentada que se hacían más grandes y corrían a través de los contornos de mi cuerpo. Agudicé el oído, pero me esforcé por no sentir. Escuché con más atención y capté el inequívoco ruido sordo de algo golpeando repetidamente lo que sólo podía ser una pared o algún otro objeto duro e inmóvil.
Me quedé quieta, tomando rápidas inhalaciones mientras intentaba asimilar todo lo que me rodeaba. Alguien estaba practicando sexo. ¿Era... Zayn? ¿Con ella, con esa mujer? Incluso aunque me preguntaba a mí misma, sabía la respuesta. Por supuesto. Zayn estaba practicando sexo.
Hijo. De. Puta.
El calor brotó a través de mi cuerpo. No podía respirar. No podía gritar. Pero el sentimiento había vuelto. Me había atado –desnuda– a un poste de la cama. Para que sufriera. Y él estaba en algún lugar de la casa follándose a alguna puta hasta reventar. No estaba pensando en mí. En el dolor que sufría por su culpa. Tan solo lo hacía. No. Le. Importaba. Lágrimas calientes se derramaban por mi cara.
No podía sino preguntarme si él estaba siendo amable con ella. ¿Estaba su cara enterrada entre sus piernas como había hecho conmigo? El pensamiento me provocó cosas inusuales. Nunca antes había tenido un orgasmo. Nunca. Pero él lo había forzado en mí. ¿Qué quería eso decir? Entré en pánico, frenética, e intentando soltarme con las fuerzas que me quedaban... nada.
Los gritos de la otra mujer se habían hecho más ruidosos y más guturales. De hecho, mientras escuchaba, atentamente, sus sonidos alternaban entre suaves y bajos ronroneos y fuertes y penetrantes gritos. Suaves, luego fuertes, sin cesar. Me olvidé del dolor por un momento, paralizada por los sonidos de la mujer. Cuando más escuchaba, más parecía capaz de discernir. Ella parecía estar disfrutando. De pronto, en un trasfondo más intenso, predominaron los gemidos más fuertes. Recordaba esos gemidos de antes, cuando me había lamido con su lengua. El calor estalló por todo mi cuerpo con el recuerdo, más sudor, más vértigo, más gemidos.
Vergüenza, placer y no había dejado de pensar en ello. Cerré los ojos. ¿Por qué coño no podía simplemente desmayarme? Los sonidos de él se volvieron un poco diferentes, más furiosos y más trabajosos, como un corredor intentando terminar una carrera. Rechiné mis dientes y me incliné hacia delante de un modo inconsciente para mí. Mis hombros ardían. Mis dificultades no se habían aliviado.
La mujer gritó, con voz ronca, gritos ásperos que parecían venir de lo más hondo de su garganta. Estaba chillando algo. Me pregunté si podría ser su nombre. El pensamiento me irritó totalmente por alguna razón. Aquí estaba yo, en este lugar, atada a un jodido poste de la cama como una cosa mientras otra mujer gritaba su nombre. Sin duda durante intensos orgasmos. Mientras tanto, yo tenía que llamarle Amo. No se me permitía decir su nombre. Ni siquiera cuando me corría, no es que fuera a hacerlo de todas formas, esa no era la cuestión.
Ella chilló otra vez y esta vez no pude evitar gimotear su nombre en voz alta, no en éxtasis como ella, sino en agonía. No había dicho su nombre antes, y no me había dado cuenta hasta ahora. Lo había pensado cada día desde que había llegado aquí. Él era Zayn en mi cabeza, siempre, pero no había dejado que su nombre saliera de mis labios. Lo dije otra vez, atreviéndome a llamarle por su nombre un poco más alto, dispuesta a superar la competición. Nuevos dolores me embistieron, fuertes, cálidos y húmedos entre mis piernas. Las apreté una contra la otra.
— Zayn. —gemía yo.
—¡ Zayn! —gritaba ella.
Me empujé hacia delante entre mis correas, ignorando el dolor, ignorando el ardor en mis piernas, cualquier cosa que me distrajera de escuchar atentamente. Podía oírle. — Zayn... —empujé hacia delante. Él estaba jadeando, alto y fuerte. Sus sonidos se abrían camino incluso cuando los gemidos de la mujer se hacían más duraderos y extraños. El pánico creció dentro de mí. El sudor. El jodido sudor, pegándose a mí, irritándome, llevándome hacia un frenesí que nunca había sentido. Si pensara que podría tener el más mínimo éxito, habría intentado morderme el brazo como un coyote para liberarme.
—¡Déjame ir! —grité—. ¡Déjame ir! —lloré lastimosamente, jadeando y aspirando aire tan rápido y fuerte como pude. Susurré su nombre. Mis músculos se contrajeron con espasmos. Mis gritos se mezclaron con los de ella, con los de él, todos nosotros juntos en una sinfonía de placer y dolor. La oí llegar a lo más alto en un grito agudo que apenas supero el mío propio. Me desmayé. Al fin. No sé cuánto tiempo permanecí allí, vulnerable mientras colgaba, olvidada por todo el mundo.
Lo que sí recuerdo es despertarme con la sensación de calidez y de un peso denso sentado a horcajadas sobre mis muslos. Ni siquiera sentí una punzada de pánico. Mi pelo estaba mojado pero limpio, oliendo a la familiar lavanda. Unas manos fuertes presionaban mis hombros contra el suave colchón que tenía debajo y no pude evitar gemir de alivio ni lloriquear recordando el dolor. Sabía que eran sus manos, no importaba quien me tocara en un futuro, siempre reconocería sus manos. Lo que no sabía, era como interpretarlo.
Sus pulgares presionaban cada lado de mi columna vertebral entre mis hombros y recorrían mi carne hasta la base de mi cuello. Sus dedos se clavaron entre mi pelo mojado y tiraron de él suavemente. Mi cuero cabelludo se estremeció y mi cuerpo le siguió.
Sentí que debía decir algo, hacer algo. Despotricar contra él, darle un puñetazo, una patada, chillarle, hacer algo violento para infligir un dolor inimaginable contra su persona, pero sus manos se sentían demasiado bien y mi cuerpo dolorido las necesitaba desesperadamente. Además, nunca ganaría contra él de ninguna manera. Sus grandes manos presionaban los dos hombros. Solté una larga exhalación. No. No podía luchar contra él.
Luego, porque no podía aguantarme, le pregunté, —¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué yo? —Inhaló bruscamente y exhaló. No dejó de frotarme, ni pretendió que no sabía lo que le estaba preguntado.
—¿Por qué no tú, Gatita? ¿Habrías escogido a alguna otra para ocupar tu lugar? —La suavidad empezó a convertirse en rudeza—. ¿Si aceptara dejarte marchar a cambio de alguna otra chica, eso estaría mejor? —quería gritar que sí.
Silencio.
Sólo sus manos amasando mi carne.
—¿Qué va a pasarme? —pregunté en voz baja, casi esperando que no me hubiera oído. No estaba segura de querer una respuesta. No hubo respuesta, luego:
—Lo que yo quiera.
Antes de que pudiera hablar de nuevo, sus dedos estaban haciendo aquello en mi pelo otra vez. Sólo que esta vez ladeó mi cabeza suavemente, presionando con su pulgar a lo largo de curva tras mi oreja. Mi boca se aflojó. Cerré los ojos, incapaz de pensar en nada más que en las sensaciones que me atravesaban. ¿Había estado siempre así de hambrienta de caricias? La respuesta se me escapó.
—¿Quién era la mujer con la que estabas? —Sus dedos se quedaron quietos y me maldije a mí misma por ser tan... yo. Sin embargo, mi corazón se aceleró mientras esperaba más que ansiosa su respuesta.
Por poco evité ronronear y estirarme bajo él como un gato cuando sus dedos una vez más recorrieron mi cuero cabelludo y detrás de mi oreja—. Vaya, vaya, Gatita, qué orejas más grandes tienes. —Se rió y el sonido irradió a través de mí una emoción desconocida.
—¡Ey! —dije con indignación—. Mis orejas no son grandes. Ni siquiera un poquito. —Y no lo son, ¡de verdad! Sus carcajadas me incitaron—. No es que ella haya intentado ser silenciosa. «¡ Zayn! ¡Oh, Zayn!» —Sus carcajadas murieron de golpe y su tirón en mi pelo se hizo menos que agradable, aunque la reacción parecía involuntaria. Me quedé quieta, mordiéndome con fuerza el labio. ¿Mi estupidez nunca cesaría?—. Lo siento, Amo —susurré.
Terminó demasiado rápido, parecía que no iba a haber más conversación. Inesperadamente fue al cuarto de baño y volvió con un cubo de agua y una esponja que dejó en el suelo. Me levantó sin decir una palabra de sus intenciones. Yo tampoco hablé, demasiado asustada de incitarle hacia alguna otra forma de tortura. Me colocó en el suelo. Cerca de una gran mancha húmeda.
—Te measte el suelo —dijo, sus emociones enmascaradas tras una expresión serena. Aparté la mirada, avergonzada y asustada a la vez. Caminó hacia la puerta y se paró, su mano agarrando el pomo. Dándome la espalda dijo, — Nunca me vuelvas a llamar por ese nombre, Gatita. Tú no me conoces. No así. —Se fue y cerró la puerta detrás de él. Mientras miraba fijamente la gran mancha delante de mí, oí la cerradura de la puerta. Mi cara ardía con el calor de mi bochorno. ¿Por qué me dolía el pecho? Parpadeé para evitar la amenaza de lágrimas.
No sabía qué hacer con Zayn, a veces era tan amable y tierno y otras, le temía con toda mi alma. ¿Quién diablos era esa mujer? «¿Por qué podía llamarle Zayn?».
***
El tiempo pasó y pasó. Nunca más oí a la mujer, pero a menudo me preguntaba que había sido de ella. Mi vida se volvió monótona, ocupada sólo por Zayn, mis castigos, mis orgasmos ocasionales, y la interminable oscuridad. Había pasado mucho tiempo desde que había visto el sol, o la luna, o cualquier otra luz que no viniera de las velas o de las luces de noche. Perdí la pista de los días. Solía ser capaz de contarlos por la comida que me traía, pero ya no más. Ahora sabía que Zayn me alimentaba cuando él sentía que debía comer, cuando él pensaba que debía comer.
Me estaba perdiendo. Si tan sólo tuviera alguna noción de tiempo, podría... no sé... algo. Finalmente, me enfadé tanto que arranqué la luz de noche de la pared y la tiré con tanta fuerza como pude, oyéndola romperse. Me pasé lo que parecieron varias horas llorando en la oscuridad negra como el carbón, temiendo desenchufar la luz de noche del cuarto de baño y moverla, porque probablemente no sería capaz de encontrar el enchufe. Puse mis ojos cerca del fondo de la puerta, esperando ver algo, pero todo lo que vi fue oscuridad. Golpeé la puerta con todas mis fuerzas, gritando y llorando, pero nadie vino... a nadie le importaba. Miré fijamente a la oscuridad preguntándome si la muerte sería así. Me tumbé de espaldas, imaginándome a mí misma en un ataúd mirando a la nada, totalmente olvidada. Creo que incluso dormí con los ojos abiertos.
A pesar de que no podía saberlo con seguridad, parecía como si las visitas de Zayn a mi habitación se volvieran más y más infrecuentes. Mientras tanto, yo me volví menos y menos nerviosa ante su presencia, de hecho, se volvía más reconfortante cada día. Pero él, por otro lado, parecía cada vez más irritado conmigo. Más molesto, su enfado a menudo se transformaba en mi castigo, y yo estaba obsesionada con evitar ambos. Cuando me tocaba, me forzaba a permanecer inmóvil. Cuando me hablaba, no decía una palabra. Cuando no podía evitar resistirme, inmediatamente suplicaba su perdón. Pero cuanto más cedía, más cruel se volvía. No lo entendía.
—Ríndete —me había dicho.
—No sé qué quieres decir —había insistido yo.
Giré un poco mi cabeza, escuchando algo familiar. Mi oído se había vuelto muy bueno y sólo me llevó otro segundo saberlo. Platos. Me incorporé rápidamente, golpeando la puerta. No hubo respuesta. Me tumbé de espaldas, presionando las plantas de mis pies contra la puerta y procediendo a hacer algo que sabía que era estúpido. Pateé la puerta con furia, exigiendo que tomara conciencia de mí. Otra vez, no hubo respuesta. Empecé a sentir pánico en serio.
—¡Por favor! —chillé—. ¡Está oscuro aquí dentro y quiero salir!
Cuando no oí más que silencio grité con desesperación.
—¡ Zayn! Zayn... por favor, abre la puerta. —Nada. Eso fue hasta que alguien pateó la puerta tan fuerte que vi un destello de color. Gateé hacia atrás, muerta de miedo. Por una vez aliviada de que la puerta fuera gruesa, robusta y estuviera cerrada con llave.
Nunca había estado tan llena de presentimientos como cuando oí el sonido de una llave girando en la cerradura. Por primera vez, consideré la oscuridad como una aliada. Gateé hasta debajo de la cama. Encajaba de una forma tan increíblemente estrecha, que me quedé inmovilizada, incapaz de girar mi cabeza entre el suelo y somier a mi espalda. Contuve el aliento cuando la puerta se abrió. El latido de mi corazón literalmente movió todo mi cuerpo. Cerré los ojos con fuerza, pretendiendo estar en otro lugar. Una voz en mi cabeza me reprendió. «¿Bajo la cama? Estúpida. Jodidamente estúpida».
—¿Pero qué diablos? —le oí murmurar. El alivio fue breve cuando me di cuenta de que era Zayn quien había entrado en la habitación—. Oh, Gatita, ¿qué hemos hecho ahora? —se burló.
—Lo siento —dije, pero no creo que me oyera. La puerta se cerró. Escuché... sólo los latidos de mi corazón. Había crujidos. Sabía que se movía por la habitación pero no podía discernir donde estaba exactamente hasta que oí sus zapatos contra las baldosas del suelo del baño.
Me mordí el labio tan fuerte que noté el sabor de sangre en mi boca. Su voz llenó la habitación. —Dime una cosa Gatita...
Sus pasos se sentían cerca.
—¿Cuándo exactamente te imaginaste a ti misma como...? ¿Mi amante? —El latido de mi corazón hizo vibrar mi cráneo. —¿Fue la primera vez que hice que te corrieras con mi boca? ¿O una de las muchas veces desde entonces, que te he puesto sobre mis rodillas? Parece que eso te gusta. —Sentí la cama descender sobre mí con su peso. Desafortunadamente era en el lado hacia el que yo no miraba. Ahora estaba llorando abiertamente. Él sabía dónde estaba y estaba jugando conmigo.
—Lo siento, Amo —susurré.
Él se mofó, burlándose de mi patética naturaleza sin decir una palabra.
—Si te saco a rastras será muy doloroso. Es mejor que te las arregles tú misma — canturreó.
Sollozando, le dije que iba a salir, rogándole ya que no me hiciera daño. Me sentí ridícula, reptando sobre mi barriga como un animal. Llorando, suplicando, incapaz de mostrar ninguna emoción excepto miedo. Y frustrada porque de nuevo, me lo había buscado yo misma más que nada.
Una vez que estuve fuera, me levantó y presionó mi cabeza contra su pecho, acunándome con cuidado una y otra vez. Me agarré a él con fuerza, ambos brazos abrazando firmemente su cintura. Se había convertido en algo natural para mí el buscar refugio en sus brazos, incluso si él los había usado para sujetarme y azotarme. Le dije que lo sentía. Él suspiró y me sostuvo más cerca, sus labios contra mi oreja.
—Lo sentirás, Gatita. —En un instante me empujó boca abajo sobre la cama.
Lloriqueé pero no forcejeé. Quería mostrarle lo obediente que podía ser, lo sincera que era en mi promesa de no decir su nombre nunca más. De no suponer nunca que había ese nivel de intimidad entre nosotros. Con dedos hábiles consiguió atar mis muñecas juntas entre los barrotes del cabecero.
Mi cuerpo se tensó, mentalizándose. Su peso dejó la cama. Luego le oí desvestirse. Esto era diferente. Muy diferente. Empujé contra mis ataduras.
—No, por favor. —No pude evitar decirlo.
Fue lento en sus preparativos. Miré fijamente a la negra oscuridad del entorno, intentando captar una visión clara de él. La sangre me golpeaba las orejas y mi miedo era casi tangible en el aire que me rodeaba. Su peso desplazó la cama e instantáneamente supe que no había forma de evitar lo que iba a ocurrir. Se tumbó con el pecho desnudo contra mi espalda descubierta, su peso prácticamente aplastándome.
—¿Quieres ser mi amante, Gatita? ¿Es por eso que me llamas por mi nombre? —Me rebelé con furia, intentando sacármelo de encima y tirando de las correas de mis muñecas. Fue menos que inútil. Le sentí ponerse duro entre mis muslos. Me quedé tumbada sin moverme. Estaba completamente desnudo. Nunca antes había estado completamente desnudo. Sollocé entre las sábanas. Él no sonaba falto de aire en absoluto, mientras continuaba hablando contra mi oído—. Te he hecho correrte muchas veces, pero ni una sola te he hecho devolverme el favor. Tienes que ganarte el derecho a llamarme por mi nombre.
—Amo, por favor —grité en la oscuridad.
Se apretó contra mí, su erección insoportablemente caliente y dura entre mis piernas temblorosas.
—No, no me llames así, no esta noche. Llámame por mi nombre ya que estás a punto de ganártelo. —Tan solo lloré más fuerte.
Suspiró, áspero, enfadado ¿decepcionado? Rodó quitándose de encima, su gran constitución forzando el colchón a crujir mientras se tumbaba cerca de mí. Yo no podía dejar de llorar, aunque me inundó el alivio. ¡Por qué estaba haciendo esto! Me acarició el pelo durante un buen rato, tocándome la cara con la punta de los dedos. La cama crujió otra vez mientras recolocaba su cuerpo para masajearme la espalda, los brazos y las piernas, despacio, con cuidado... como un experto. Lloré sin hacer ruido sobre la cama, luego no tanto cuando consiguió apaciguarme con una sensación irracional de seguridad. Me tensé por todas partes cuando se tumbó de nuevo con todo su cuerpo sobre el mío. Me dijo que me relajara una y otra vez.
Me besó por todas partes, no como antes, no enfadado. Y que Dios me ayude, eso no debería haber marcado una diferencia, pero de algún modo lo hizo. Nunca antes había estado así de cerca de un hombre. Nunca había sabido como el calor de su cuerpo desnudo presionando el mío podría afectarme. Luché contra el acto reflejo. Mi cuerpo quería curvarse contra él y mi mente me decía que sería un horrible error. ¿Cómo sería tocarle de la forma que él me tocaba a mí? ¿Estaría tan absolutamente hechizado como yo parecía estarlo con él?
A pesar de mis esfuerzos me perdí a mí misma en sus dulces caricias, dejando salir suaves gemidos de mis labios. Su mano palmeó mi trasero, apretándolo, curioseando con cuidado. No luché contra él. Ni siquiera cuando sus dedos siguieron el pliegue sobre la curva de mi trasero y desplegaron los labios exteriores de mi sexo. El miedo me traspasó, pero me forcé a mí misma a calmarme bajo sus caricias. Me había hecho eso antes, usado sus dedos contra esa traidora abertura para llevarme hacia la cima del éxtasis. Y tenía razón: nunca había pedido lo mismo de mí. Ni una sola vez. Necesitaba esto. Necesitaba olvidar todo, incluso por unos pocos minutos. Me hacía sentir bien, muy bien y era difícil resistirse cuando él me habría forzado de todas formas. Me frotó sin parar, arrancando los gemidos de mi pecho. Estaba llegando, el hormigueo que conducía a la explosión.
—Abre las piernas —susurró, su polla palpitante frotando contra el exterior de mi muslo. Pensar en ello me hizo gemir más fuerte de lo que nunca lo había hecho. No sabía que me estaba pasando. Sólo sabía que necesitaba abrir las piernas—. Ábrelas más —gruñó y yo obedecí.
Temblé descontroladamente mientras el orgasmo me agarraba desde muy adentro. Incliné mis caderas hacia atrás, buscando sus dedos, suplicando sin palabras una caricia más firme. Me dio lo que quería y me aferré a mi orgasmo el mayor tiempo posible. Apenas registré en mi mente cuando se irguió sobre sus rodillas y tomó posición entre mis muslos lascivamente abiertos. En el momento en que algo hizo contacto con mi culo, salté. Sus manos presionaron entre mis hombros.
—Baja la cabeza. —Sus dedos sacaron la humedad que yo había creado y la aplicaron con destreza en el apretado anillo de músculos. Me agité sin control.
Estaba muy sorprendida de descubrir que mi miedo surgía a partes iguales del bochorno atronador de ser tocada en un lugar tan secreto, como del dolor que implicada ser penetrada ahí. Esa no era una parte de mi cuerpo que debiera ser vista. Yo en verdad nunca la había visto. Cuando uno de sus dedos traspasó mi entrada y embistió esa secreta parte de mí, se volvió la única parte que sabía que existía. Me doblé contra la intrusión, pero importó muy poco. Presionó hacia dentro despacio, pidiéndome que me relajara antes de salir y entrar otra vez.
Parecía que iba a seguir para siempre y todo el tiempo me sentí más concentrada en no avergonzarme que en lo que estaba haciéndome en ese momento. Poco después, ya no dolía más. Aparentemente satisfecho, me sujeto firmemente por la zona lumbar.
Algo increíblemente grande presionó contra mi entrada. Me quedé congelada. No había ninguna maldita manera de que fuera a meter aquella cosa dentro de mí. Me rebelé. Luché contra lo inevitable.
—Relájate, Gatita. Relájate. Inspira profundamente… bien, otra vez. —Me estaba partiendo por la mitad. Mi universo volcó patas arriba. Me sujetó firmemente mientras se abría camino empujando dentro de mí, todo mientras me daba instrucciones. Escuché atentamente sus palabras seguras e intenté hacer exactamente lo que me pedía. Pese a que el dolor sobrepasaba al placer, hice lo que pude para meterme las sábanas en la boca. Pasó un buen rato antes de que me llenara por completo. Se paró, y puso su cabeza sobre la mía, hablándome con dulzura. —No luches. —Acarició mis pechos, mi vientre, besó mi hombro, una vez más haciéndome gemir de placer contra mi voluntad. «¿Contra tu voluntad? ¿De verdad?». Mi cuerpo se relajó y su enorme tamaño se asentó dentro de mí. Su respiración calentó mi nuca y dejó escapar un gruñido. El sonido, tan masculino, tan primitivo, me maravilló.
—Por favor —susurré, pero no sabía lo que le estaba pidiendo. Estaba dentro de mí, en cada célula. Su pene palpitó dentro de mí y pude sentirlo. Pero más que eso, sabía que él podía sentirme a mí. No sólo mi temblor, sino a mí. Cada día era más vulnerable que el anterior. Cada día él me quitaba más conciencia de mí misma. Y ahora se había llevado la última que me quedaba, lo último de mí. ¿Pero eso en quién me convertía? ¿En una extensión de él? ¿En alguien nuevo? No lo sabía. No quería saberlo.
Se inclinó sobre mí, limpiándome a besos las lágrimas a los lados de mi cara. Y todavía no se movía. No era suficiente con follar mi cuerpo, quería follar también mi mente. Estaba funcionando. Quería que fuera amable conmigo. Que me besara. Que lo hiciera agradable para mí. Tenía miedo de que me doliera y una vez más le miré buscando protección. ¡Qué jodido era eso!
Entonces me folló.
En toda mi vida, nunca había sentido nada como eso. La sensación me asaltó, paralizándome, como si a mi mente no le fuera posible asimilar como debería reaccionar. Todo mi cuerpo tembló y se agitó alrededor de él mientras me empalaba una y otra vez, y aún entonces, había presente algo de placer morboso. Se acumulaba dentro de mí y suplicaba por liberarse. ¿Siempre era así? Sentiría lo mismo que si me follara mi… incluso mis pensamientos ponían reparos a la palabra coño. Zayn lo llama coño. Me corrí. Fuerte. Esa fuerza le mantuvo quieto dentro de mí mientras yo palpitaba rodeándole. Hizo un sonido de dolor y presionó su boca contra mi hombro.
—Dios… sabía que serías así. —Antes de que tuviera oportunidad de preguntarle qué quería decir, se movió en mi interior y todos los pensamientos huyeron. Me corrí varias veces más mientras me follaba, cada vez me redujo más y más a ser alguien que yo reconocía menos y menos. Finalmente, apretó y tiró de mi culo. —Te siento tan bien. Me encanta tu estrecho culito. —Gruñó y se empujo contra mí.
Creció dentro de mí y yo no podía creer que realmente pudiera hacerse más grande. Gimió ruidosamente—. ¡Oh, joder! —momentos después me llenó con su semen.
Cuando dejó de palpitar en mi interior, se derrumbó encima de mí, susurrándome al oído palabras reconfortantes. Lloré suavemente bajo él, mientras se convertía de nuevo en todo suavidad y consuelo. Se estiró para alcanzar algo y lo colocó debajo de mí. Tiró suavemente, su polla saliendo de mí lentamente y causando un pánico insoportable. ¡Su semen salía de mí! Me contraje sin motivo y él bufó. Otra vez había encontrado nuevas maneras de humillarme. Las lágrimas se derramaron por mis mejillas ardientes.
Nos bañamos juntos por primera vez, apretados en la bañera, mi cuerpo entre sus piernas, contra una parte de él que aún no había visto. Mantuvo mi cabeza contra su pecho. Lloré contra él, indiferente y exhausta, con todas mis fuerzas agotadas.
Me acarició, me lavó, me habló. —¿Cuál es tu nombre?
—Gatita —murmuré débilmente.
—¿Y el mío? —se tensó entre mis dedos.
—Amo.
Después del baño, me secó con una toalla en silencio. Lo agradecí. Me subí a la cama sin protestar, buscando la inconsciencia del sueño incluso cuando rezaba por no soñar con todo lo que acababa de suceder. Quebranto, confusión y más incertidumbre. Más impotencia. Mis oraciones, como todas, quedaron sin respuesta. Se tumbó a mi lado y supe que dormir no era una opción.
Abrí los ojos y miré fijamente a la oscuridad. Estaba bloqueada, hundida. No sólo estaba conmocionada por lo que me había hecho, sino que estaba más conmocionada aún por cómo había conseguido que mi cuerpo se volviera en mi contra. El dolor había sido intenso, y aún a veces había sido como si ese mismo dolor se uniera con el temblor violento que me atravesó cuando me había hecho correrme. La vergüenza me abrumó. Parte de mí lo había disfrutado. Las pocas veces que él había disminuido el ritmo antes de ese temblor, yo le había retenido apretándole más. «¿Hacía donde se suponía que iría a partir de ahora?». Me tumbé allí, con los ojos abiertos de par en par, mi respiración lenta, mi alma derrotada, y me quedé mirando al vacío.
Se quedo tumbado junto a mí, desnudo y caliente contra mi piel. Intenté no moverme, no pensar en él, no pensar en nada excepto en la oscura habitación que rápidamente se estaba convirtiendo en toda mi vida. Las lágrimas atravesaron mi cara, saliendo de mi ojo derecho, cruzando el puente de mi nariz, entrando dentro de mi ojo izquierdo y cayendo en mi almohada. «Mi almohada, mi única amiga».
Sollocé, dispuesta a mantener mis lágrimas en privado. Eran mías, no suyas. Y en cualquier caso a él no le importarían. «Él no se preocupaba por mí de todas formas».
—Gatita, esa no es la forma de comportarse —dijo, su voz indicando que estaba completamente despierto y listo para atormentarme—. Sé que no fue del todo malo para ti, te corriste, más de una vez. —Sus palabras me atravesaron, y una fuerte punzada de humillación en el pecho me hizo encerrarme más en mí misma. Quería decir algo cruel, pero me lo tragué. No quería abrir la boca, si lo hacía, sólo estallaría en lágrimas y no quería llorar más. Estaba harta de llorar. Me besó en la cabeza y me aparté.
Tragué saliva muy fuerte y tomé una larga y lenta inspiración.
—Todo lo que quieres es hacerme daño —dije con calma. Un indicio de miedo se unió a mis palabras. Esperaba más violencia pero no me importaba una mierda. En lugar de eso me acalló.
—Ven aquí —dijo, con mucha dulzura, sonando tan seguro—. Todo va a salir bien. — Me agarró bruscamente y me giró la cara hacia su pecho. Antes de que pudiera pensar en ello, estreché mis brazos a su alrededor y le abracé tan fuerte como pude. Era mi tormento y mi consuelo; el creador de la oscuridad, y la luz que había dentro de mí. No me importaba que sin duda pudiera hacerme daño en cualquier momento, justo ahora; necesitaba a alguien que me abrazara, alguien que fuera amable conmigo, alguien que me dijera exactamente esas palabras. «Todo va a salir bien». No iba a ser así, por supuesto, lo sabía. Pero no me importaba.
Necesitaba la mentira. Necesitaba mis libros, mis películas, y ahora, los brazos de Zayn. Me abrazó durante lo que pareció una eternidad, y me meció con ternura, hasta que todo mi llanto se acalló y simplemente descansé contra él.
—Por favor, no me dejes aquí. Odio estar aquí.
Sus dedos acariciaron el lateral de mi cara y me dieron esperanza. Pero entonces le sentí moverse lentamente saliendo de la cama. Sin una palabra de consuelo, recogió su ropa y me abandonó. Perdida, me tumbé de nuevo y tiré acercando más mi almohada. Olía como él.
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Intriga muajaja :3direction_zap escribió:HAAAAAA!!!! Por que eres malita y me dejas con la intriga :( siguela pliss quiero que zayn y la raya se lleven mejor me me gusta ver que sufren :( pooooooorr favooooorrrr siguelaa pliss ;)
Ya subii 2 caps!!
No habia podido entrar u.u muchoos problems pfpf
Perooo ahi estaan los caps... BASTANTEE IMPACTANTES jajaj
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Hoolaa.. BIENVENIDA BEIA :3Anne.Payne escribió:Holiis soy la nueva.. soy ana :) eehesta muy buena.. he leido 50 sombras y me encanta. No puedo vivir sin eso libros jaja! Pliis siguela no quiero tener esta intrigaa
pd: soy de argentina :)
cuando subes capituloo voy a moriir? … chauuchiis
Jaja sii son muy buenos, yo los he leido como 1000000000 veces jaja..
Ahi la segui, subi 2 caps :3
De qe parte de argentina????
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Sii, es muy triste lo qe le pasoo.. peroo confiamos en qe _____ ayude en algo(? jajaj :)happy*eva escribió:Aaaa porque la dejaste alli fue tan javsjabs ooo y la istoria de zayn es un poco tristee y lo que aran despues uyyy cada vez esto es mas entrete ya sigela
Sii algo pero grasias por preguntar
aaasss si as maratonn por fis esto es realmente buenoo aaaa y si los capitulos son asi como dises me mataras ok no literalmente pero quedare con secuelas jajajjaa naaaa ya sigelaaa porfisss ;)
De nada linda :)
Ahi subi 2 caps, mas tarde subo otrooo :)
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
alskdalksdal :Sdirection_zap escribió:Hayy mujer por que no la sigues me muero por dios!! Sigielaa si no le dire a harry que te rove el aconicionador y tu gato :p sigielaa!!
Peerdon peroo no habia podido entrar u.u estuve con mucho lio :S
Pero ahi subi 2 caps...
MAs tarde subo otroo..
Oh noo!! mi acondicionador no eh shushushu jajaa mi gatoooo es mine!! jaja
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Ahiiii la seguiii :3PerrieDirection escribió:Assdssdadas
Siguelaaa :)
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
BEIIAS MIAS(?
AHI SUBI 2 CAPS... UN POCO IMPACTANTE(? jajajaj
YOOOO SE QE LES GUSTOOOOO :3
MAS TARDEE SUBOO OTROOO :)
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Haaaaaa!! Pero como estos capis me mataron eran jsjdjaiksjs zayn yo se que quieres a raya y eso te enfada e.e ajjajaj sep tienes razon IM-PAC-TAN-TES :0 jajaja muero haaa jajaj okey no le dire que balla solo por que subiste dos :D jijijiji ya me voy chau cuidate ;)
Y no se te olvide de seguiela si mo ya saves
Y no se te olvide de seguiela si mo ya saves
direction_zap
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Ooooo claro que me gusto estubieron tan akjshsjskskjs ayyy que creo que ya moriii jajajjajajaj por eso te quiero porque siempre suves estos cap que son tan kabsiensj la amo bueno ya me voyy cahuuuu aaaa bueno ahora estoy con wifi asi que me va durara poco :( pero cuando ya tenga internet leooo los cap que vas a suvier bueno mas que nada moriree jajaja
sigelaaa
sigelaaa
happy*eva
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
jajajjaj Sii, lo se! Son aldhalsjdal :3 jajajadirection_zap escribió:Haaaaaa!! Pero como estos capis me mataron eran jsjdjaiksjs zayn yo se que quieres a raya y eso te enfada e.e ajjajaj sep tienes razon IM-PAC-TAN-TES :0 jajaja muero haaa jajaj okey no le dire que balla solo por que subiste dos :D jijijiji ya me voy chau cuidate ;)
Y no se te olvide de seguiela si mo ya saves
Zaayn pilliiiin(? jajaj el la loveaa y no lo dice? :O
jajaj bueno, estoy salvada e.e jajaj
Ya suboo caps beiiaa :3
Un besooooo enormees!!
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Me alegro qe te hayan gustado!!! :3 jaja aww yo tambien te qieroo beia!happy*eva escribió:Ooooo claro que me gusto estubieron tan akjshsjskskjs ayyy que creo que ya moriii jajajjajajaj por eso te quiero porque siempre suves estos cap que son tan kabsiensj la amo bueno ya me voyy cahuuuu aaaa bueno ahora estoy con wifi asi que me va durara poco :( pero cuando ya tenga internet leooo los cap que vas a suvier bueno mas que nada moriree jajaja
sigelaaa
jajaj
Buenoo, espero qe los puedas leer :)
noo no mueras jajaja <3
Besiitoss!!
ZarryLoover
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Ouuu no la has seguido
la seguiras :(
porfiii siguela!!
la seguiras :(
porfiii siguela!!
direction_zap
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Aaaa poque aun no la sigess por fis subeee siii ;)
happy*eva
Re: ~¢αρтıνe ıи тħe đαяк~ |zαyη мαlιк & ____ яυíz | ¡нσт!
Tal vez ya no subas o estes.muy ocupada pero yo segire esperando aqui :'(
happy*eva
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