The fame.

Capítulo Dos.

Estrella.{Charlie & Tom.

Usualmente, solía dormir con Tom, pero está noche dormí solo, por el castigo que nuestros managers nos habían puesto por el simple echo de tocar a Tom y mirarlo mientras dábamos un concierto en New York. Ya era normal para mí que siempre lo trataran alejar de mí, sabía que para ellos era difícil nuestra relación, en realidad para todos lo era, no puedes salir a la calle y gritarle al mundo "¡Soy gay!" , y aún más si eres famoso.

Las entrevistas eran difíciles para ambos, era difícil tener que ocultar nuestro amor todas horas, era difícil no poder tomarlo de la mano o besarlo cuando yo quisiera, era más difícil tener que verlo con una chica que no conocía de la mano de lo que se suponía era mío, sin embargo, Tom no era mío, al menos el mundo sabía que no era mío, y en realidad sentía que él no me pertenecía en lo absoluto.

Tal vez pudimos pasar miles de pruebas y obstáculos antes, pero antes eramos más jóvenes, ahora siento como si la vida se me fuera en ganar una guerra que ya está perdida, quisiera descansar de todo esto, y se que Tom también, pero simplemente por ahora no podemos hacer nada, no tenemos nada, solo amor, un amor que para mí se siente tan real. Somos él y yo contra todo.

Por Tom, podría soportar miles y millones de insultos, golpes, burlas y muchas cosas más, Tom era mi todo, mi mundo, mi suerte, mi destino, mi fortuna, mi primer y verdadero amor. Desde que lo conocí supe que nuestra amistad era especial, por que el no me trataba como si fuera su amigo, me trataba como algo más, al igual que yo lo trataba a él. Él era mi mitad del corazón.

Pero ahora todo se volvía un poco más difícil, hasta respirar a veces dolía.
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—Charlie, levántate se hace tarde—Escuché como alguien me habló, y luego sentí como sacudió mi cuerpo de la cama. Bostecé y algo aturdido me paré de la cama, parpadeando varias veces, topándome con Milen; mi estilista, mirándome fijamente.

—¿Qué hora es?—Murmuré con voz ronca, fijando mi vista al despertador que yacía en mi mesa de noche.

—Las cinco veinticinco, y si no te levantas ahora no podré peinarte—Murmuró, y asentí al verificar la hora en aquel aparato, vaya que era temprano, el despertador ni siquiera había sonado. Me paré con pasos torpes y temblorosos hasta ir directamente al baño, ahí me duche y salí un par de minutos después, semi desnudo.

—¿Me ha llamado Tom?—Le pregunté, y ella me miró por unos segundos para luego soltar un pequeño suspiro.

—Hace media hora, vaya que lo tienes un poco loco y preocupado, ni siquiera se dio cuenta que hay mucha diferencia horaria, quería hablar contigo, pero se lo negué, estabas dormido y quería que durmieras lo suficiente—Dijo, y callé sonriendo, amaba cuando Tom se preocupaba por mí, amaba que fuera tan sobreprotector conmigo, lo amaba a él simplemente.

—Lo llamaré—Dije de pronto, y ella detuvo su andar por la habitación para lanzarme una mirada desaprobatoria.

—Te demorarás mucho tiempo, lo verás en un par de horas, mejor ven acá y déjame peinarte esos rizos—Hice un puchero.

—Por favor, Milen, no lo he visto, y ayer salió con Delya, solo quiero confirmar que no durmió en el mismo hotel que ella—Milen soltó un bufido,y asintió.

—Solo apúrate, Charlie—Asentí con una enorme sonrisa plantada en mi rostro, y corrí hacia la mesa de noche, tomando mi celular con prisa. Al encontrarlo, marqué rápidamente el número de Tom, y puse la bocina en mi oreja, con mi corazón golpeando mi pecho fuertemente.

—¿Aló?—Contestaron después de unos segundos, pero la voz que habló, no fue la que precisamente quise escuchar.

—¿Quién eres?—Le pregunté con furia inquirida. Por favor que no sea quien creo que es.

—Delya, la novia de Tom—Pronunció con un tono divertido, apreté el teléfono contra mi oreja, y solté un fuerte suspiro pesado.

—Soy Charlie—Dije cortante, y un silencio nos inundó, lo único que podía escuchar era la respiración agitada de la chica tras la línea. Me pregunté si ella era tonta o solamente fingía, obviamente Tom me tenía registrado como "Bebé", vaya que lo sabía, y sabía que Delya estaba consciente que Tom estaba conmigo, por el contrato que tenían. No la conocía en persona, pero ella sabía nuestra situación.

—En un momento te lo comunico, fue al baño—Dijo con voz temblorosa y luego carraspeó—Di-digo...estaba-mos comi-endo y f-fue al baño...y-yo lo lamen-to—Tartamudeó, y sonreí triunfante tras el tono que uso.

—No deberías tomar cosas que no son tuyas, además de que solo eres una empleada—Aspiré aire con orgullo, esperando la respuesta de la creída de Delya.

—Si, lo lamento—Se disculpó con temor—El ya está en camino—Soltó un suspiró, y luego escuché a lo lejos la voz te Tom reclamarle a la tipa, y luego contestó.

—¿Bebé?—Sonreí.

—¿Cómo estás, amor?—Le pregunté, y escuché un pesado suspiro retumbar en la bocina del iphone.

—Te extraño mucho—Murmuró—Extraño tus besos, tus grandes manos, tus caricias...

—Yo también te extraño, Tom—Murmuré—¿Por qué estas con ella?—Pregunté casi al instante, recordando el mal momento que tuve.

—Estábamos en una charla con Peter, estaba regañándola por su vestido de ayer, no pongo mucha atención, he ido al baño y la he encontrado hablando por mi celular justamente contigo, mientras que Peter estaba revisando su auto por una multa o algo que sucedió—Suspiro rebosando de alegría, y brinco un poco.

—No importa, te amo—Susurro.

—Te amo más, bebé, lo sabes, te amo más que esto, sabes que Delya jamás...

—No, Tom, esta bien, te creo—Susurro otra vez—Todo esta bien.

—No, Charlie quiero que esto te quedé claro, quiero que sepas que te amo, y Delya jamás significara más que solamente una farsa, por que eso es lo que es, una farsa—Aprieto mis labios con fuerza, y las lágrimas bordean mis ojos. Me odio por ser débil, por ser el tonto de la relación que siempre está llorando y lleno de celos, el que siempre reclama, y pide más; cuando en realidad, Tom no me puede dar más, porque ya me lo ha dado todo.

—¡Hoy regreso!—Exclama, y me trago las lágrimas.

—¡Genial!—Exclamó también—te veré hoy en el hotel—Le susurró, y podría jurar que sus mejillas toman un precioso color carmesí—Te estaré esperando, amor—Escuchó como ríe nerviosamente.

—Yo...—Tartamudea—también esperare ansioso...—Susurra, y siento como ese preciado sentimiento se arremolina en el interior de mi estómago, siento como mis rodillas flaquean, dando la ilusión de que podría caerme en cualquier momento.

Después de unos minutos más, Tom cuelga para seguir con la farsa de que está con Delya, y luego prepararse para el viaje de nuevo a New York.

Hoy habrá una entrevista, y darán la farsa de que Tom está con Delya y que no pudo asistir, esto posiblemente me incomodé al tener que dar las explicaciones de su ausencia, pero se que al final de todo lo malo, y de toda la falsedad, vendrá lo bueno, vendrá Tom a envolverme entre sus brazos mientras me susurra al oído una y otra vez que me ama, y que nada ni nadie en el mundo nos podrá separar, mientras mi cuerpo se estremece a su toque, y mi esperanza se eleva creyendo que algún día seremos tan libres como lo deseamos.