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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
Nueva lectora! :D Me encanta esta novela!
Creo que es de la misma autora de Un Hombre Sin Piedad *-*
Por favor, S I G U E L A!
Creo que es de la misma autora de Un Hombre Sin Piedad *-*
Por favor, S I G U E L A!
Dayi_JonasLove!*
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
siguela....................................
https://onlywn.activoforo.com/t7470-asi-lo-quiso-el-destino-un-jonas-y-tu
https://onlywn.activoforo.com/t7470-asi-lo-quiso-el-destino-un-jonas-y-tu
jamileth
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
CAP LARGO:DDDD! jakhskjashjas lo siento vinieron mis amigos & amigas por mi y me llevaron a la fuerza(? jajajajajaj
Capítulo 4
Dos años después
—_____________, ¿quieres una taza de café? —le preguntó su cliente desde la puerta de la oficina, mientras ella estudiaba los libros de contabilidad.
—Sí, gracias. Si no es mucha molestia...
—No, claro que no —sonrió Marcella.
—Gracias.
—De nada. ¡Me has salvado de la ruina!
—No, mujer —sonrió ___________—. Sólo he descubierto que tenías más dinero del que pensabas.
—Tú lo dices a tu manera, yo lo digo a la mía. Voy a buscar el café.
_____________ suspiró, contenta. Había hecho progresos asombrosos en los últimos dos años. El más importante había sido que, cuando Dorie Hart le ofreció un trabajo como contable, con clientes incluidos, por fin pudo dejar el apestoso garaje.
A Dorie le gustaba mucho su trabajo y había seguido haciéndolo tras su matrimonio con Corrigan Hart, pero su familia la tenía demasiado ocupada. __________ había sido un regalo del cielo, le decía siempre. Ahora podía dejar a sus clientes en buenas manos.
De modo que llevaba la contabilidad de una boutique, un arquitecto, el propietario de una carnicería, un gimnasio y una docena de negocios en Jacobsville. Y todo gracias a Lita, que era muy amiga de Dorie. Había sido un increíble golpe de suerte.___________, que estaba resignada a trabajar para otros toda la vida, ahora era una mujer de negocios con su propia empresa.
Y, por si ésa no fuera fortuna suficiente, cuando se ofreció a escribir algún artículo ocasional para la asociación de ganaderos de Jacobsville en su tiempo libre, aceptaron de inmediato. Lo habría hecho como favor para los Hart, ya que Corrigan era el presidente, pero se negaron. Le daban un cheque por cada artículo. Igual que sus habilidades con las Matemáticas, sus habilidades con el idioma le habían sido de gran utilidad.
Merrie estaba trabajando como enfermera en un hospital de San Antonio. Hablaban por teléfono al menos dos veces al mes, pero estaban demasiado ocupadas como para verse a menudo. ___________ nunca le había contado a su amiga lo que había pasado aquel fin de semana y tampoco le preguntaba por Nicholas. Merrie parecía intuir que había pasado algo, pero era tan discreta que nunca se había preguntado.
El otoño había hecho que las hojas de los arces se volvieran de un precioso color escarlata. ___________ estaba inquieta, como si algo estuviera a punto de cambiar su vida. Hacía su trabajo todos los días intentando no pensar en Nicholas Jonas, pero sentía un miedo extraño, como una premonición.
Shelby Jacobs estaba organizando una fiesta benéfica para un refugio de animales abandonados. A ____________ le gustaría ir, pero el comisario Hayes Carson estaba en el comité organizador y cada día mostraba más interés por ella.
Y no sabía si eso le gustaba o no. Le caía bien Hayes, pero su corazón no se aceleraba cuando estaba con él. Aunque a lo mejor eso era bueno.
Cuando apareció en la pensión el viernes por la tarde, se sentó en el balancín del porche con él. Su habitación contenía poco más que una cama y una cómoda y no le gustaba que un hombre entrase allí. Hayes parecía saberlo, porque se sentó en el balancín sin decir nada.
—El viernes que viene tenemos el baile benéfico —le recordó—. ¿Por qué no vas conmigo?
Ella rió, nerviosa.
—Hace siglos que no bailo. No sé si me acuerdo de cómo se hace.
—Yo te enseñaré.
__________ lo estudió. La verdad era que Hayes era guapísimo. Tenía el pelo rubio, los ojos oscuros y un rostro serio. El uniforme destacaba un cuerpo musculoso. Parecía un campeón del rodeo, con hombros anchos, caderas delgadas y larguísimas piernas. Muchas chicas de Jacobsville habían intentado que se interesase por ellas, pero ninguna había tenido éxito. Era un solterón empedernido y parecía inmune a las mujeres. Raramente sonreía, pero también podía ser encantador y en aquel momento lo estaba siendo.
_____________ no había salido con nadie en varios meses y le sorprendía que Hayes la invitase. Ella siempre iba en vaqueros, no era coqueta...
—Venga, no puedes estar todo el día trabajando.
—Mira quién habla. ¿No te fuiste de vacaciones por última vez hace cuatro años?
—Es que me encanta mi trabajo —rió Hayes. —Ya lo sé. Los traficantes de droga han dejado una estela de polvo de aquí a la frontera.
—Ése es mi trabajo. Pero tú... ¿por qué no sales más? ¿Es que tienes algún amor secreto?
___________ intentó sonreír. Era cierto a medias, pero no pensaba admitirlo.
—Qué va.
—No todos los hombres son como tu padre. Ella apretó las manos. Miraba al horizonte, intentando no dejar que los recuerdos le afectasen.
—Mi madre decía que antes de casarse era un perfecto caballero. Salieron juntos durante un año... y luego, cuando descubrió lo brutal que era, estaba embarazada y no tenía adonde ir.
Hayes tomó su mano.
—Cuando llegó aquí nadie sabía mucho sobre él. Pero tú conoces bien a la gente de Jacobsville y diría que lo sabes todo sobre mí.
—Sí, bueno, todo el mundo lo sabe. No pegas a nadie a menos que antes te peguen a ti.
—Eso es. Así que estás absolutamente a salvo conmigo.
_____________ suspiró.
—Es difícil decirte que no.
—Lo pasaremos bien, ya verás. Además, ayudaremos a recaudar fondos para el refugio y le daremos a la gente algo de qué hablar.
—Sí, podría ser divertido —sonrió ella—. No sales con nadie, ¿verdad?
—No. Me gusta demasiado mi propia compañía. Además, está Andy. Me estropea un poco la vida social.
—¡No pienso ir a tu casa!
—Lo sé, ninguna mujer quiere venir a mi casa —Hayes suspiró—. Pero ya está bastante domesticado. Y es vegetariano. Ni siquiera se come un ratón.
—Tu escamoso compañero de casa va a hacer que sigas soltero para toda la vida.
—Pero lo tengo desde hace seis años. Es mi única mascota.
—Porque si tuvieras otra se la comería.
—Pero si es vegetariano...
—¿Estás seguro? ¿No ha desaparecido ningún perro o gato del barrio últimamente?
Hayes hizo una mueca.
—Es absurdo tener miedo de un animal vegetariano. Es como tener miedo de una vaca.
—Andy no se parece a ninguna vaca. ¿Recuerdas cuando lo llevaste al colegio para hablarles de herpetología a los niños? Creo recordar que no puedes volver a poner el pie allí...
—¡No intentó atacar a esa chica! Sólo quería subírsele encima, nada más.
___________ tuvo que contener una carcajada.
—Seguro que no vuelves a llevarlo a ningún sitio.
—No, eso desde luego —suspiró Hayes—. Supongo que el pobre tendrá terror a las niñas durante el resto de su vida.
—Pues si no lo metes en una jaula, no me esperes en tu casa.
—Andy odia las jaulas. Es demasiado grande. Además, se sienta encima de la nevera y come bichos.
____________ lo miró, perpleja.
—Tienes que salir más, Hayes.
—Lo intento, pero nadie quiere salir conmigo —protestó él.
—Mentiroso. Muy bien, iré contigo al baile. Pero la gente lo comentará durante semanas.
—Me da igual. Soy inmune a los cotilleos. Y tú también.
—Sí, bueno... ¿Vaqueros y botas?
—No —contestó Hayes—. Hay que ir con vestido y zapatos de tacón.
—¡Pero a mí no me gusta arreglarme!
—A mí tampoco, pero es por una buena causa. Vendré a buscarte el viernes a las siete. ¿Te parece?
—Me compraré un vestido —sonrió ____________.
—¡Así se habla!
Todo el mundo en Jacobsville se enteró de que iba al baile con Hayes Carson. Resultaba increíble que la información viajase tan rápido, aunque era predecible en un pueblo tan pequeño.
Incluso Merrie se enteró, en San Antonio.
—¿Hayes te ha pedido que vayas con él al baile? —le preguntó por teléfono—. ¡Pero si no sale con nadie! Al menos, no ha salido con nadie desde que la hija de Jones lo dejó por un millonario australiano.
—Eso fue hace dos años. Y yo creo que sigue pensando en ella. Sólo vamos a un baile benéfico, Merrie. No me ha pedido que me case con él.
—Nunca se sabe —rió su amiga—. A lo mejor se siente solo.
—¡Tranquila, tranquila! No quiero casarme y Hayes tampoco.
—¿Por qué no?
—Me gusta vivir sola —contestó ____________.
—Anda ya...
—El baile es a beneficio de un refugio para animales. Hay tantos perros abandonados... es una pena.
—A mí también me gustan los animales, pero Hayes no te ha pedido que vayas con él por los perros abandonados, te lo digo yo. A lo mejor quiere salir contigo para que otra mujer lo deje en paz. Eso es lo que suele hacer mi hermano.
—A tu hermano se le da mejor que a Hayes —dijo ____________, enigmática.
—Sí, bueno, es que Nicholas tiene práctica —suspiró Merrie—. Pero últimamente no sale con nadie. Le pregunté por qué y me contestó que ya no le divertía. Si no lo conociese tan bien, pensaría que ha encontrado a alguien que le gusta de verdad.
—No lo creo —murmuró ____________. Aunque le entristecía pensar que Merrie pudiera tener razón.
—¿Sabes una cosa? Creo que yo también iré a la fiesta —dijo su amiga de repente—. Voy a pedirle a alguna compañera que haga mi turno en el hospital. Dile a Hayes que me guarde un baile.
—Puede llevarnos a las dos —rió _____________—. Eso sí que daría lugar a cotilleos.
—A mí me gustaba cuando íbamos al instituto, pero él no se fijaba en mí. Fue más o menos cuando se lió con ésa que luego lo dejó por el australiano. Se lo merecía. Todo el mundo sabía que no era más que una buscavidas.
—Hayes tiene su propio rancho —le recordó _____________.
—Y ha heredado dinero de su padre, pero no es el tipo de hombre que vive de algo que no se ha ganado él mismo. Es como Nick . Los dos son muy independientes.
—Como tú.
—Sí, claro, es verdad.
A que no saben lo que pasará en el siguiente Cap :33 chachacha chan :3 jajajjajajaja cren que ********* se encuentre con _____________ :o
Capítulo 4
Dos años después
—_____________, ¿quieres una taza de café? —le preguntó su cliente desde la puerta de la oficina, mientras ella estudiaba los libros de contabilidad.
—Sí, gracias. Si no es mucha molestia...
—No, claro que no —sonrió Marcella.
—Gracias.
—De nada. ¡Me has salvado de la ruina!
—No, mujer —sonrió ___________—. Sólo he descubierto que tenías más dinero del que pensabas.
—Tú lo dices a tu manera, yo lo digo a la mía. Voy a buscar el café.
_____________ suspiró, contenta. Había hecho progresos asombrosos en los últimos dos años. El más importante había sido que, cuando Dorie Hart le ofreció un trabajo como contable, con clientes incluidos, por fin pudo dejar el apestoso garaje.
A Dorie le gustaba mucho su trabajo y había seguido haciéndolo tras su matrimonio con Corrigan Hart, pero su familia la tenía demasiado ocupada. __________ había sido un regalo del cielo, le decía siempre. Ahora podía dejar a sus clientes en buenas manos.
De modo que llevaba la contabilidad de una boutique, un arquitecto, el propietario de una carnicería, un gimnasio y una docena de negocios en Jacobsville. Y todo gracias a Lita, que era muy amiga de Dorie. Había sido un increíble golpe de suerte.___________, que estaba resignada a trabajar para otros toda la vida, ahora era una mujer de negocios con su propia empresa.
Y, por si ésa no fuera fortuna suficiente, cuando se ofreció a escribir algún artículo ocasional para la asociación de ganaderos de Jacobsville en su tiempo libre, aceptaron de inmediato. Lo habría hecho como favor para los Hart, ya que Corrigan era el presidente, pero se negaron. Le daban un cheque por cada artículo. Igual que sus habilidades con las Matemáticas, sus habilidades con el idioma le habían sido de gran utilidad.
Merrie estaba trabajando como enfermera en un hospital de San Antonio. Hablaban por teléfono al menos dos veces al mes, pero estaban demasiado ocupadas como para verse a menudo. ___________ nunca le había contado a su amiga lo que había pasado aquel fin de semana y tampoco le preguntaba por Nicholas. Merrie parecía intuir que había pasado algo, pero era tan discreta que nunca se había preguntado.
El otoño había hecho que las hojas de los arces se volvieran de un precioso color escarlata. ___________ estaba inquieta, como si algo estuviera a punto de cambiar su vida. Hacía su trabajo todos los días intentando no pensar en Nicholas Jonas, pero sentía un miedo extraño, como una premonición.
Shelby Jacobs estaba organizando una fiesta benéfica para un refugio de animales abandonados. A ____________ le gustaría ir, pero el comisario Hayes Carson estaba en el comité organizador y cada día mostraba más interés por ella.
Y no sabía si eso le gustaba o no. Le caía bien Hayes, pero su corazón no se aceleraba cuando estaba con él. Aunque a lo mejor eso era bueno.
Cuando apareció en la pensión el viernes por la tarde, se sentó en el balancín del porche con él. Su habitación contenía poco más que una cama y una cómoda y no le gustaba que un hombre entrase allí. Hayes parecía saberlo, porque se sentó en el balancín sin decir nada.
—El viernes que viene tenemos el baile benéfico —le recordó—. ¿Por qué no vas conmigo?
Ella rió, nerviosa.
—Hace siglos que no bailo. No sé si me acuerdo de cómo se hace.
—Yo te enseñaré.
__________ lo estudió. La verdad era que Hayes era guapísimo. Tenía el pelo rubio, los ojos oscuros y un rostro serio. El uniforme destacaba un cuerpo musculoso. Parecía un campeón del rodeo, con hombros anchos, caderas delgadas y larguísimas piernas. Muchas chicas de Jacobsville habían intentado que se interesase por ellas, pero ninguna había tenido éxito. Era un solterón empedernido y parecía inmune a las mujeres. Raramente sonreía, pero también podía ser encantador y en aquel momento lo estaba siendo.
_____________ no había salido con nadie en varios meses y le sorprendía que Hayes la invitase. Ella siempre iba en vaqueros, no era coqueta...
—Venga, no puedes estar todo el día trabajando.
—Mira quién habla. ¿No te fuiste de vacaciones por última vez hace cuatro años?
—Es que me encanta mi trabajo —rió Hayes. —Ya lo sé. Los traficantes de droga han dejado una estela de polvo de aquí a la frontera.
—Ése es mi trabajo. Pero tú... ¿por qué no sales más? ¿Es que tienes algún amor secreto?
___________ intentó sonreír. Era cierto a medias, pero no pensaba admitirlo.
—Qué va.
—No todos los hombres son como tu padre. Ella apretó las manos. Miraba al horizonte, intentando no dejar que los recuerdos le afectasen.
—Mi madre decía que antes de casarse era un perfecto caballero. Salieron juntos durante un año... y luego, cuando descubrió lo brutal que era, estaba embarazada y no tenía adonde ir.
Hayes tomó su mano.
—Cuando llegó aquí nadie sabía mucho sobre él. Pero tú conoces bien a la gente de Jacobsville y diría que lo sabes todo sobre mí.
—Sí, bueno, todo el mundo lo sabe. No pegas a nadie a menos que antes te peguen a ti.
—Eso es. Así que estás absolutamente a salvo conmigo.
_____________ suspiró.
—Es difícil decirte que no.
—Lo pasaremos bien, ya verás. Además, ayudaremos a recaudar fondos para el refugio y le daremos a la gente algo de qué hablar.
—Sí, podría ser divertido —sonrió ella—. No sales con nadie, ¿verdad?
—No. Me gusta demasiado mi propia compañía. Además, está Andy. Me estropea un poco la vida social.
—¡No pienso ir a tu casa!
—Lo sé, ninguna mujer quiere venir a mi casa —Hayes suspiró—. Pero ya está bastante domesticado. Y es vegetariano. Ni siquiera se come un ratón.
—Tu escamoso compañero de casa va a hacer que sigas soltero para toda la vida.
—Pero lo tengo desde hace seis años. Es mi única mascota.
—Porque si tuvieras otra se la comería.
—Pero si es vegetariano...
—¿Estás seguro? ¿No ha desaparecido ningún perro o gato del barrio últimamente?
Hayes hizo una mueca.
—Es absurdo tener miedo de un animal vegetariano. Es como tener miedo de una vaca.
—Andy no se parece a ninguna vaca. ¿Recuerdas cuando lo llevaste al colegio para hablarles de herpetología a los niños? Creo recordar que no puedes volver a poner el pie allí...
—¡No intentó atacar a esa chica! Sólo quería subírsele encima, nada más.
___________ tuvo que contener una carcajada.
—Seguro que no vuelves a llevarlo a ningún sitio.
—No, eso desde luego —suspiró Hayes—. Supongo que el pobre tendrá terror a las niñas durante el resto de su vida.
—Pues si no lo metes en una jaula, no me esperes en tu casa.
—Andy odia las jaulas. Es demasiado grande. Además, se sienta encima de la nevera y come bichos.
____________ lo miró, perpleja.
—Tienes que salir más, Hayes.
—Lo intento, pero nadie quiere salir conmigo —protestó él.
—Mentiroso. Muy bien, iré contigo al baile. Pero la gente lo comentará durante semanas.
—Me da igual. Soy inmune a los cotilleos. Y tú también.
—Sí, bueno... ¿Vaqueros y botas?
—No —contestó Hayes—. Hay que ir con vestido y zapatos de tacón.
—¡Pero a mí no me gusta arreglarme!
—A mí tampoco, pero es por una buena causa. Vendré a buscarte el viernes a las siete. ¿Te parece?
—Me compraré un vestido —sonrió ____________.
—¡Así se habla!
Todo el mundo en Jacobsville se enteró de que iba al baile con Hayes Carson. Resultaba increíble que la información viajase tan rápido, aunque era predecible en un pueblo tan pequeño.
Incluso Merrie se enteró, en San Antonio.
—¿Hayes te ha pedido que vayas con él al baile? —le preguntó por teléfono—. ¡Pero si no sale con nadie! Al menos, no ha salido con nadie desde que la hija de Jones lo dejó por un millonario australiano.
—Eso fue hace dos años. Y yo creo que sigue pensando en ella. Sólo vamos a un baile benéfico, Merrie. No me ha pedido que me case con él.
—Nunca se sabe —rió su amiga—. A lo mejor se siente solo.
—¡Tranquila, tranquila! No quiero casarme y Hayes tampoco.
—¿Por qué no?
—Me gusta vivir sola —contestó ____________.
—Anda ya...
—El baile es a beneficio de un refugio para animales. Hay tantos perros abandonados... es una pena.
—A mí también me gustan los animales, pero Hayes no te ha pedido que vayas con él por los perros abandonados, te lo digo yo. A lo mejor quiere salir contigo para que otra mujer lo deje en paz. Eso es lo que suele hacer mi hermano.
—A tu hermano se le da mejor que a Hayes —dijo ____________, enigmática.
—Sí, bueno, es que Nicholas tiene práctica —suspiró Merrie—. Pero últimamente no sale con nadie. Le pregunté por qué y me contestó que ya no le divertía. Si no lo conociese tan bien, pensaría que ha encontrado a alguien que le gusta de verdad.
—No lo creo —murmuró ____________. Aunque le entristecía pensar que Merrie pudiera tener razón.
—¿Sabes una cosa? Creo que yo también iré a la fiesta —dijo su amiga de repente—. Voy a pedirle a alguna compañera que haga mi turno en el hospital. Dile a Hayes que me guarde un baile.
—Puede llevarnos a las dos —rió _____________—. Eso sí que daría lugar a cotilleos.
—A mí me gustaba cuando íbamos al instituto, pero él no se fijaba en mí. Fue más o menos cuando se lió con ésa que luego lo dejó por el australiano. Se lo merecía. Todo el mundo sabía que no era más que una buscavidas.
—Hayes tiene su propio rancho —le recordó _____________.
—Y ha heredado dinero de su padre, pero no es el tipo de hombre que vive de algo que no se ha ganado él mismo. Es como Nick . Los dos son muy independientes.
—Como tú.
—Sí, claro, es verdad.
A que no saben lo que pasará en el siguiente Cap :33 chachacha chan :3 jajajjajajaja cren que ********* se encuentre con _____________ :o
Julie
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
@Dayi_JonasLove!* Creo que si es de la misma autora de Un Hombre sin piedad esta es una de las tantas novelas de Diana Plamer de la serie 'Hombres de Texas' & BIENVENIDA
Julie
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
plis otro para que nos vayamos a dormir felicess :)
#Fire Rouge..*
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
sisissisi
es que muchas duermen ahora :(
es que muchas duermen ahora :(
#Fire Rouge..*
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
CONTINUACION CAP(:
—¿Qué tal lo de ser enfermera?
—Me encanta —contestó Merrie—. Es el mejor trabajo del mundo.
—Pero si estás todo el día con gente enferma...
—¿Gente enferma, yo? ¿Estás segura? —Trabajas en un hospital.
—Ah, claro, ahora lo entiendo... por eso todos están en la cama.
_____________ soltó una carcajada.
—Me alegro de que te guste tu trabajo. Puede que no lo creas, pero a mí también me gusta el mío.
—Ya lo sé. Y me alegro de que estés contenta. Ah, hablando de cosas alegres... ¿sabes algo de Rachel?
_____________ hizo una mueca.
—No mucho. Sólo que está intentando alejarse de Jerry, el traficante, para irse a vivir con un hombre rico. No me dijo su nombre, pero sí que estaba casado.
—No me sorprende.
—No pude entender mucho de lo que me contaba porque... no se la entendía. Hablaba de forma incoherente. No puedo imaginar lo que un hombre rico puede ver en una mujer que está todo el día drogada o borracha. Ni cómo puede actuar en esas condiciones.
—Mientras te deje en paz...
—Sí, supongo que sí. Pero me preocupa. Es la única familia que tengo —suspiró ______________—. A lo mejor ese hombre la saca de las drogas. A menos que se entere su mujer, claro.
—¿Ha discutido con el traficante?
—No tengo ni idea. Pero, por lo visto, el millonario le compra diamantes.
—No voy a preguntar qué le da ella a cambio.
_____________ hizo una mueca.
—Yo tampoco.
—Bueno, nos vemos en el baile. ¿Dónde es y a qué hora?
Cuando colgó, ____________ se sentía inquieta. ¿Y si el amante de Rachel era alguien conocido y su mujer se enteraba de la relación? A pesar de ser una persona egoísta y sin compasión por los demás, su hermana era una enferma. Un escándalo como ése la enviaría al precipicio.
Había habido algo muy raro en su última conversación con ella. Rachel le había pedido que le diera un mensaje al propietario de la única panadería del pueblo; algo sobre un cargamento de harina que no había llegado a tiempo. ____________, que no entendió nada, se había olvidado del mensaje hasta aquel momento. Rachel le contó también que le había dado un ultimátum a su amante rico: o se divorciaba de su mujer o hacía pública su aventura. ____________ le había rogado que no lo hiciera, pero su hermana se había reído. Según Rachel, la esposa no era una amenaza para ella. Se jactaba de saber sacarles dinero a los hombres... como si fuera una habilidad de la que pudiera sentirse orgullosa.
Y la conversación había terminado como siempre, con Rachel colgando de malas maneras.
____________ suspiró, pensativa. Su hermana se había mostrado sorprendida cuando le contó que su padre le pegaba. Según ella, su padre no era un hombre violento. Con ella no, le había dicho _____________. Porque a ella la quería. ___________, sin embargo, no era más que una criada.
Durante unos segundos, Rachel había parecido compungida. Pero duró eso, unos segundos. Y enseguida volvió a ser la misma de siempre.
____________ se dio cuenta de que estaba temblando. Reviviendo esos días siempre se sentía triste. Los recuerdos eran terribles.
Aunque __________ había ido dispuesta a comprar un vestido, la dueña de la boutique, una de sus clientas, insistió en prestarle uno de sus propios diseños.
—Es de tu talla —insistió Marcella Black—. Además, es de un mismo color verde hermoso. Ven a las cinco y te maquillaré. No quiero discusiones. El viernes vas a parecer una princesa.
—Me convertiré en una rana a medianoche —le advirtió _________.
—De eso nada.
—Muy bien, a las cinco el viernes. Y gracias, Marcella. De verdad.
La mujer arrugó la nariz afectuosamente.
—Dile a todo el mundo quién te ha hecho el vestido y estamos en paz.
—¡Claro que lo haré!
Hayes no llevaba uniforme esa noche. Se había puesto un traje oscuro con una camisa blanca y una corbata azul. Sus zapatos brillaban tanto que reflejaban la luz del porche.
___________ acababa de llegar en su Volkswagen de segunda mano de la boutique, donde Marcella la había maquillado y peinado, sujetando su pelo castaño en un elegante moño. Se había quedado de piedra con el resultado. Nunca se había maquillado así, pero el espejo le decía lo guapa que estaba.
Y Hayes no pudo disimular su sorpresa.
—Estás preciosa —le dijo, ofreciéndole una cajita con una orquídea—. Me han dicho que las chicas las llevan en la muñeca.
—Sí —murmuró ___________—. Para que no se aplasten mientras bailan. No tenías que comprarme nada, Hayes. Pero gracias, es preciosa.
—Pensé que te gustaría. ¿Nos vamos?
Ella asintió. Llevaba un bolsito de noche que Marcella le había prestado junto con el vestido. Y se sentía como Cenicienta.
El centro cultural de Jacobsville estaba lleno de gente. Además de los veterinarios del refugio con sus esposas, habían acudido todos los «pilares de la comunidad».
Justin y Shelby Ballenger habían ido con sus tres hijos. El mayor trabajaba en el almacén de ganado con Justin durante el verano, antes de volver a la universidad; los otros todavía estaban en el instituto. Los hermanos Tremayne y los Hart, con sus esposas, Micah Steele, la doctora Coltrain con su marido, Copper. J.D. Langley y Fay, Matt Caldwell y su mujer, Leslie y Cash Grier con Tippy. Judd Dunn y su mujer, Christabel, mirándose con la misma cara de amor que el día que se casaron...
—Es asombroso que quepa tanta gente aquí —dijo Hayes.
—Desde luego. Con el dinero que van a ganar esta noche, seguro que pueden construir otro refugio.
—No lo dudo.
Cuando se chocaron con Willie Carr, el propietario de la panadería, Ivy recordó el mensaje que Rachel le había dado para él.
—Willie, mi hermana me ha pedido que te dijera una cosa.
Willie Carr miró a su mujer, incómodo.
—¿Y por qué iba a decirme algo Rachel? Hace siglos que no la veo. No te engaño, cariño, no te preocupes —añadió mirando a su mujer.
—Era algo sobre un cargamento de harina que no ha llegado cuando debía o algo así.
Willie se aclaró la garganta.
—Yo no sé nada sobre ningún cargamento de harina de Nueva York. Rachel debía de referirse a otra persona.
—Sí, supongo que sí —asintió ella, sorprendida—. A veces es un poco incoherente.
—Si te manda mensajes sobre harina, desde luego —rió Willie, tomando a su esposa del brazo.
—¿De qué cargamento de harina hablaba tu hermana? —le preguntó Hayes.
—No lo sé. Pero me dijo que le pasara el mensaje a Willie.
—¿Cuándo te dijo eso, ____________?
—Hace unos días, pero se me había olvidado. ¿Por qué?
Hayes la llevó hacia una mesa donde Cash Grier, el jefe de policía, estaba tomando ponche con su mujer, Tippy, que se alejó un momento para saludar a unos conocidos.
—¿Qué tal? —los saludó Cash.
—Rachel le ha enviado un mensaje a Willie.
—¿Qué mensaje?
Hayes le pidió a ___________ que lo repitiera.
—¿Un código? —preguntó el jefe de policía.
—Lo envió hace unos días.
—Ah, qué coincidencia.
—Eso prueba la conexión de la que hablábamos antes —Hayes se volvió hacia ____________—. Si tu hermana vuelve a darte algún mensaje para Willie o cualquier otra persona, dímelo.
—Rachel está mezclada en algo ilegal, ¿verdad?
—No necesariamente —contestó el comisario—. Pero sí conoce a alguien que lo está.
—Rachel quiere dejar a su novio —dijo __________ entonces—. Ahora tiene una relación con un hombre casado y me temo que todo va a terminar fatal.
—La gente que se involucra con las drogas siempre termina fatal —dijo Hayes, sombrío.
—Sí, ya lo sé.
Tippy, la esposa de Cash, volvió con ellos en ese momento.
—Hola, _________
—Hola, Tippy, estás muy guapa.
—Marcella me ha hecho el vestido. Y el tuyo también, ¿verdad?
Ella asintió, sonriendo.
—Es precioso.
—Marcella es genial. Le he enviado fotos de sus vestidos a una amiga que tengo en Nueva York. Pero no se lo digas, quiero que sea una sorpresa.
—No le diré nada, no te preocupes. Sería estupendo que alguien se interesara por su trabajo...
—Oye, que yo he venido aquí a bailar —protestó Hayes.
Cash miró a su compañero de arriba abajo.
—¿En serio?
—Sé que no soy tan buen bailarín como tú, Grier —rió el comisario—. Pero también sé bailar La Macarena.
—¿Ah, sí? Pues yo le he enseñado a Tippy.
—En ese caso —replicó Hayes, sonriendo—, que gane el mejor.
Y, después de decir eso, se dirigió al director de la orquesta para decirle algo al oído. Todos empezaron a reír cuando Hayes Carson apareció en la pista de baile llevando a _____________ del brazo.
—Uno, dos, tres, cuatro —contó el director. Y empezaron a sonar los primeros compases de La Macarena.
_____________, que había visto a mucha gente bailándola en televisión, conocía los movimientos. Y no era la única porque, de repente, la pista se llenó de gente.
Hayes ejecutaba los rápidos movimientos de las manos como si los hiciera todos los días, pero cuando llegaron al segundo coro,____________ cayó en sus brazos, muerta de risa.
—¡No estoy en forma! —exclamó—. Tengo que salir más.
—Justo lo que yo estaba pensando —replicó él.
_____________ miró hacia la puerta en ese momento. Y sus ojos se encontraron con un par de ojos azules. Su corazón se detuvo cuando Nicholas Jonas lanzó sobre ella una mirada que podía haber derretido acero.
AQUI ESTA SU CAPSOTOTOTE.
—¿Qué tal lo de ser enfermera?
—Me encanta —contestó Merrie—. Es el mejor trabajo del mundo.
—Pero si estás todo el día con gente enferma...
—¿Gente enferma, yo? ¿Estás segura? —Trabajas en un hospital.
—Ah, claro, ahora lo entiendo... por eso todos están en la cama.
_____________ soltó una carcajada.
—Me alegro de que te guste tu trabajo. Puede que no lo creas, pero a mí también me gusta el mío.
—Ya lo sé. Y me alegro de que estés contenta. Ah, hablando de cosas alegres... ¿sabes algo de Rachel?
_____________ hizo una mueca.
—No mucho. Sólo que está intentando alejarse de Jerry, el traficante, para irse a vivir con un hombre rico. No me dijo su nombre, pero sí que estaba casado.
—No me sorprende.
—No pude entender mucho de lo que me contaba porque... no se la entendía. Hablaba de forma incoherente. No puedo imaginar lo que un hombre rico puede ver en una mujer que está todo el día drogada o borracha. Ni cómo puede actuar en esas condiciones.
—Mientras te deje en paz...
—Sí, supongo que sí. Pero me preocupa. Es la única familia que tengo —suspiró ______________—. A lo mejor ese hombre la saca de las drogas. A menos que se entere su mujer, claro.
—¿Ha discutido con el traficante?
—No tengo ni idea. Pero, por lo visto, el millonario le compra diamantes.
—No voy a preguntar qué le da ella a cambio.
_____________ hizo una mueca.
—Yo tampoco.
—Bueno, nos vemos en el baile. ¿Dónde es y a qué hora?
Cuando colgó, ____________ se sentía inquieta. ¿Y si el amante de Rachel era alguien conocido y su mujer se enteraba de la relación? A pesar de ser una persona egoísta y sin compasión por los demás, su hermana era una enferma. Un escándalo como ése la enviaría al precipicio.
Había habido algo muy raro en su última conversación con ella. Rachel le había pedido que le diera un mensaje al propietario de la única panadería del pueblo; algo sobre un cargamento de harina que no había llegado a tiempo. ____________, que no entendió nada, se había olvidado del mensaje hasta aquel momento. Rachel le contó también que le había dado un ultimátum a su amante rico: o se divorciaba de su mujer o hacía pública su aventura. ____________ le había rogado que no lo hiciera, pero su hermana se había reído. Según Rachel, la esposa no era una amenaza para ella. Se jactaba de saber sacarles dinero a los hombres... como si fuera una habilidad de la que pudiera sentirse orgullosa.
Y la conversación había terminado como siempre, con Rachel colgando de malas maneras.
____________ suspiró, pensativa. Su hermana se había mostrado sorprendida cuando le contó que su padre le pegaba. Según ella, su padre no era un hombre violento. Con ella no, le había dicho _____________. Porque a ella la quería. ___________, sin embargo, no era más que una criada.
Durante unos segundos, Rachel había parecido compungida. Pero duró eso, unos segundos. Y enseguida volvió a ser la misma de siempre.
____________ se dio cuenta de que estaba temblando. Reviviendo esos días siempre se sentía triste. Los recuerdos eran terribles.
Aunque __________ había ido dispuesta a comprar un vestido, la dueña de la boutique, una de sus clientas, insistió en prestarle uno de sus propios diseños.
—Es de tu talla —insistió Marcella Black—. Además, es de un mismo color verde hermoso. Ven a las cinco y te maquillaré. No quiero discusiones. El viernes vas a parecer una princesa.
—Me convertiré en una rana a medianoche —le advirtió _________.
—De eso nada.
—Muy bien, a las cinco el viernes. Y gracias, Marcella. De verdad.
La mujer arrugó la nariz afectuosamente.
—Dile a todo el mundo quién te ha hecho el vestido y estamos en paz.
—¡Claro que lo haré!
Hayes no llevaba uniforme esa noche. Se había puesto un traje oscuro con una camisa blanca y una corbata azul. Sus zapatos brillaban tanto que reflejaban la luz del porche.
___________ acababa de llegar en su Volkswagen de segunda mano de la boutique, donde Marcella la había maquillado y peinado, sujetando su pelo castaño en un elegante moño. Se había quedado de piedra con el resultado. Nunca se había maquillado así, pero el espejo le decía lo guapa que estaba.
Y Hayes no pudo disimular su sorpresa.
—Estás preciosa —le dijo, ofreciéndole una cajita con una orquídea—. Me han dicho que las chicas las llevan en la muñeca.
—Sí —murmuró ___________—. Para que no se aplasten mientras bailan. No tenías que comprarme nada, Hayes. Pero gracias, es preciosa.
—Pensé que te gustaría. ¿Nos vamos?
Ella asintió. Llevaba un bolsito de noche que Marcella le había prestado junto con el vestido. Y se sentía como Cenicienta.
El centro cultural de Jacobsville estaba lleno de gente. Además de los veterinarios del refugio con sus esposas, habían acudido todos los «pilares de la comunidad».
Justin y Shelby Ballenger habían ido con sus tres hijos. El mayor trabajaba en el almacén de ganado con Justin durante el verano, antes de volver a la universidad; los otros todavía estaban en el instituto. Los hermanos Tremayne y los Hart, con sus esposas, Micah Steele, la doctora Coltrain con su marido, Copper. J.D. Langley y Fay, Matt Caldwell y su mujer, Leslie y Cash Grier con Tippy. Judd Dunn y su mujer, Christabel, mirándose con la misma cara de amor que el día que se casaron...
—Es asombroso que quepa tanta gente aquí —dijo Hayes.
—Desde luego. Con el dinero que van a ganar esta noche, seguro que pueden construir otro refugio.
—No lo dudo.
Cuando se chocaron con Willie Carr, el propietario de la panadería, Ivy recordó el mensaje que Rachel le había dado para él.
—Willie, mi hermana me ha pedido que te dijera una cosa.
Willie Carr miró a su mujer, incómodo.
—¿Y por qué iba a decirme algo Rachel? Hace siglos que no la veo. No te engaño, cariño, no te preocupes —añadió mirando a su mujer.
—Era algo sobre un cargamento de harina que no ha llegado cuando debía o algo así.
Willie se aclaró la garganta.
—Yo no sé nada sobre ningún cargamento de harina de Nueva York. Rachel debía de referirse a otra persona.
—Sí, supongo que sí —asintió ella, sorprendida—. A veces es un poco incoherente.
—Si te manda mensajes sobre harina, desde luego —rió Willie, tomando a su esposa del brazo.
—¿De qué cargamento de harina hablaba tu hermana? —le preguntó Hayes.
—No lo sé. Pero me dijo que le pasara el mensaje a Willie.
—¿Cuándo te dijo eso, ____________?
—Hace unos días, pero se me había olvidado. ¿Por qué?
Hayes la llevó hacia una mesa donde Cash Grier, el jefe de policía, estaba tomando ponche con su mujer, Tippy, que se alejó un momento para saludar a unos conocidos.
—¿Qué tal? —los saludó Cash.
—Rachel le ha enviado un mensaje a Willie.
—¿Qué mensaje?
Hayes le pidió a ___________ que lo repitiera.
—¿Un código? —preguntó el jefe de policía.
—Lo envió hace unos días.
—Ah, qué coincidencia.
—Eso prueba la conexión de la que hablábamos antes —Hayes se volvió hacia ____________—. Si tu hermana vuelve a darte algún mensaje para Willie o cualquier otra persona, dímelo.
—Rachel está mezclada en algo ilegal, ¿verdad?
—No necesariamente —contestó el comisario—. Pero sí conoce a alguien que lo está.
—Rachel quiere dejar a su novio —dijo __________ entonces—. Ahora tiene una relación con un hombre casado y me temo que todo va a terminar fatal.
—La gente que se involucra con las drogas siempre termina fatal —dijo Hayes, sombrío.
—Sí, ya lo sé.
Tippy, la esposa de Cash, volvió con ellos en ese momento.
—Hola, _________
—Hola, Tippy, estás muy guapa.
—Marcella me ha hecho el vestido. Y el tuyo también, ¿verdad?
Ella asintió, sonriendo.
—Es precioso.
—Marcella es genial. Le he enviado fotos de sus vestidos a una amiga que tengo en Nueva York. Pero no se lo digas, quiero que sea una sorpresa.
—No le diré nada, no te preocupes. Sería estupendo que alguien se interesara por su trabajo...
—Oye, que yo he venido aquí a bailar —protestó Hayes.
Cash miró a su compañero de arriba abajo.
—¿En serio?
—Sé que no soy tan buen bailarín como tú, Grier —rió el comisario—. Pero también sé bailar La Macarena.
—¿Ah, sí? Pues yo le he enseñado a Tippy.
—En ese caso —replicó Hayes, sonriendo—, que gane el mejor.
Y, después de decir eso, se dirigió al director de la orquesta para decirle algo al oído. Todos empezaron a reír cuando Hayes Carson apareció en la pista de baile llevando a _____________ del brazo.
—Uno, dos, tres, cuatro —contó el director. Y empezaron a sonar los primeros compases de La Macarena.
_____________, que había visto a mucha gente bailándola en televisión, conocía los movimientos. Y no era la única porque, de repente, la pista se llenó de gente.
Hayes ejecutaba los rápidos movimientos de las manos como si los hiciera todos los días, pero cuando llegaron al segundo coro,____________ cayó en sus brazos, muerta de risa.
—¡No estoy en forma! —exclamó—. Tengo que salir más.
—Justo lo que yo estaba pensando —replicó él.
_____________ miró hacia la puerta en ese momento. Y sus ojos se encontraron con un par de ojos azules. Su corazón se detuvo cuando Nicholas Jonas lanzó sobre ella una mirada que podía haber derretido acero.
AQUI ESTA SU CAPSOTOTOTE.
Julie
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
hola nuevaa lectora la nove esta super buena me encanta seguilaa plzzz :)
raqel d' Jonas(NJJ<3
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah..!!!!!! tienes que seguirla a la de YA..!!! uuuuufff que emocionante porfin aaaah jaja sabes ese tal Hayes me gustaria que se pareciera a Alex pettyfer jaja si que me lo imagino xP jaja saludos espero cap
Bianca
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
siguela................................
me enknto el cap.................
https://onlywn.activoforo.com/t7470-asi-lo-quiso-el-destino-un-jonas-y-tu
me enknto el cap.................
https://onlywn.activoforo.com/t7470-asi-lo-quiso-el-destino-un-jonas-y-tu
jamileth
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
Sabia que era de la misma autora jajajaja! Es el mismo tipo de historia, o bueno, similar. Y como todos los libros de esta autora me han encantado, ten por seguro quebmi precncia será fija por aquí :D
Y mas cuando dejas los caps así! Por Dios Nicholas! No podías llegar en otro momento?! :(
jajajajaja porfavor SIGUELAAAAAAA!
Y mas cuando dejas los caps así! Por Dios Nicholas! No podías llegar en otro momento?! :(
jajajajaja porfavor SIGUELAAAAAAA!
Dayi_JonasLove!*
Re: Rosas De Invierno Adaptacion [NickJonas&Tu]
meee suuper encanntaaa!!
siguelaa por favoorr!! :)
siguelaa por favoorr!! :)
Catiita!
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