Los 7 pecados capitales.

Luego de la excitante sesión de placer que acababa de vivir, comenzaba a vestirse. Le costaba un poco poder acomodarse correctamente el nudo de la corbata por lo que lanzó un gruñido de frustración. Su acompañante se deslizaba fuera del baño vestida por completo y maquillada a la perfección, aparentando que lo sucedido anteriormente nunca pasó.
 
 
 
 
--Muchas veces me preguntó como logras hacer ese nudo por las mañanas-- Bromeó su secretaria.
 
 
Él volteo a verla y le regalo una fría mirada. No sentía nada por ella y era otra de las tantas aventuras que tenía en su placentera vida sexual. La chica era una joven de veinte años con un cuerpo curvilíneo. Su rojiza cabellera caía sobre sus hombros perdiéndose entre sus hombros. Sonrío para sí mismo notando que siempre elegía chicas rubias o coloradas pero nunca castañas. ¿Por qué? Fácil, su ex novia era una muchacha de cabellos y ojos oscuros, tan atrayentes y enigmáticos que tan sólo al momento de haber conectado miradas, cayo rendido a sus pies.
Negó inconscientemente y luego de haber revivido brevemente los recuerdos que su corazón trataba de eliminar de su mente, su rostro se endureció. Las facciones se volvieron inexpresivas.
 
 
--Todo fue una mentira. Una maldita mentira.-- Susurró. Esa historia era pasada y nunca más volvería a experimentar alguna aventura similar a tal. Ya aprendió la lección. Él amo y entrego su corazón a esa pequeña bruja que lo tenía hechizado pero ella sólo lo desecho para luego contraer matrimonio con nada más y nada menos que su padre.
 
 
--Date prisa.-- Exigió con notables ganas de abandonar el cuarto de hotel. En media hora debían encontrarse con unos nuevos posibles socios que a la empresa le aportarían una gran suma de ingresos como también le abrirían nuevas puertas para poder a su vez entablar relaciones con otras empresas, ganando una nueva posición ante la competencia.
 
 
La chica simplemente tomó su bolso. Ambos salieron de allí como si fueran dos extraños y completos desconocidos. Otra vez, su anhelo en el cuál su jefe se mostraba cariñoso con ella, quedó desechado. Él no era un hombre de compromisos y mucho menos, alguien que se dejará atrapar por las redes peligrosas del amor. Sabía que si le decía que estaba comenzando a sentir cosas hacia ese atractivo hombre, la dejaría sin dudarlo y ella no deseaba perderlo. Prefería seguir siendo usada y compartirlo con otras a no tenerlo aunque sean sólo unas cuantas horas a la semana.
 
 
***
 
 
 
Subía tan aprisa por las escaleras como le era posible. El haber terminado con Frank la dejó abrumada. Nunca pensó que le fuera difícil dar por finalizado un romance de unas pocas semanas. Ella quería algo más que unas cuantas noches de pasión; Anhelaba enamorarse y entregarse por primera vez a la persona que su corazón haya decidido amar aunque claro está, esa persona todavía no llegaba a su vida. Tenía mucha suerte de que su hermana Constance la acompañará ese día, sino se sentiría sola.
Mientras más y más avanzaba, comenzó a oír sonidos raros que la dejaron confundida. Se escondió como pudo, una vez que logró captar de donde provenían tales ruidos. Era una pareja que se besaba apasionadamente. El hombre de espaldas mantenía a la mujer firmemente acorralada contra la pared mientras sus manos recorrían cada parte del cuerpo de ella. Se sintió incomoda e intentó mirar en otra dirección pero por algún motivo desconocido no podía hacerlo. La escena frente a sus ojos la tenía hipnotizada hasta que los apasionados amantes separaron sus labios.
 
 
--Eres increíble nena.-- Dijo el hombre con la voz ronca.
 
 
--También tu Harry.-- Sonrío ella. La espectadora de tal escena nunca pensó encontrar a su hermana besándose de tal manera con ese extraño en dicho lugar completamente alejado de todos.
 
 
Volvieron a unir sus labios y  comenzaron a subir las escaleras manteniendo entre ellos una distancia prudente para evitar levantar sospechas.
Lynn espero que estuvieran lo suficientemente lejos de sí para salir de su escondite y dirigirse a su destino. La sala de reuniones.
Al llegar se encontró con su hermana que le regalo una sonrisa, disculpándola por su demora.  Tomaron asiento y esperaron a que se hiciera presente uno de los miembros faltantes.
 
 
--¿Estas bien?-- Preguntó Constance observándola fijamente. --Te ves pálida e incómoda.
 
Abrió sus labios para responderle cuando se oyó el crujido de la puerta. Un hombre entró acompañado de una joven, al parecer su secretaria. Tomó asiento en la cabecera de la mesa y mientras les repartían unas carpetas a cada uno de los presentes, Harry comenzó a mirar uno por uno hasta que su mirada chocó con la de Constance, quién lo miro con complicidad.
Lynn observaba los gráficos y analizaba la información que le brindaba en los informes. La verdad que EnterPrice poseía buenos números financieros y la propuesta que ofrecieron a Chaprist era realmente interesante. Serían idiotas si la rechazarán. Sintió una mirada posada sobre ella que la hacía sentir levemente incomoda por no decir abrumada. Al levantar la vista se encontró con uno ojos verdes mirándola interesados, lanzándole una mirada coqueta. Ella no era tonta y lo reconoció desde el momento en que pisó la sala, era el misterioso Harry que se besaba con Constance.
Cortó la conexión que su mirada había provocado con la de ese completo desconocido y se concentró en seguir mirando los papales que acunaba entre sus manos.
 
 
--Muy bien, creo que es hora de comenzar esta reunión. --Dijo Harry. Todas las miradas se centraron en él excepto una. Esa muchacha evitaba mirarlo de una forma tan descaradamente obvia que comenzó a molestarse. Nadie nunca lo había rechazado indirectamente de una manera tan hiriente para él. Su ego y orgullo se encontraban realmente heridos.
 
 
--Soy Constance París y ella es mi hermana Lynn. Ambas venimos en representación de nuestro padre el cuál se encuentra de viaje por razones estrictamente personales. Se disculpa por lo sucedido pero deben entender que la salud de nuestra madre es delicada en estos momentos.
 
 
Comenzaron a discutir los asuntos por los cuáles se produjo la reunión cuando en medio de ella, Lynn realizó una pregunta que tanto Harry como sus socios tardaron en responder.
 
 
--Eso es lo que todavía no logra convencerme. Entiendo que las probabilidades de que el proyecto fracase con escasas sin embargo, nosotros aportaríamos el capital por lo cual obviamente tendríamos perdidas mayores a las de EnterPrice. --Dedujo Lynn atrayendo hacia ella la mirada de Harry.
 
 
--Como dices, es casi improbable que el proyectó llegué a fracasar pero deben darse cuenta que de esto se trata el negocio. Debemos  de tomar riesgos. Es decisión de ustedes. Su padre las habrá puesto al tanto sobre la situación; EnterPrice aportaba la mano de obra mientras Chaprist lo hacía con el capital. Ambas empresas quedamos expuestas a sufrir pérdidas que podrían dejarnos en la ruina si algo llegara a salir mal. -- Respondió esté y por fin en lo que iba de la reunión, ella volteó a verlo.
 
 
--Tienes razón. Las estadísticas son muy altas y si todo sale correctamente, recibiríamos nuevos inversores interesados en asociarse con nosotros. Si bien sigo teniendo mis dudas, haz expuesto un punto de vista imposible de refutar. --Dijo ella disimulando sus nervios ante la intensa mirada que él le lanzaba y luego simplemente, volvió a ignorarlo rehuyéndole lo más posible.
 
 
Terminaron de discutir unos pocos asuntos restantes cuando se dio por finalizada la junta. Constance salió  antes ya que debía terminar de ultimar unos detalles sobre una cena benéfica esa noche. Lynn por su parte, estaba guardando algunos papeles en su bolso, cuando sintió una presencia junto a ella.
 
 
--¿Estas ocupada ahora, preciosa? -- Esa voz que la hacía temblar de deseo desde que la oyó, provocó que sintiera temor de lo que podría llegar a hacer si permanecía cerca de ese atractivo ejecutivo unos momentos más. Debía huir rápidamente.
 
 
--Tengo una cita. --Mintió. Harry pudo notar su voz temblar pero no lograba determinar porque.
 
 
Uno por uno comenzaron a desaparecer los miembros de la empresa, ignorando por completo como su jefe seducía a la hija de uno de sus posibles socios.
 
 
--Oh vamos. ¿No puedes cancelarla? Te prometo que disfrutarás y mucho. --Susurró en el oído de ella para luego lamer sensualmente el lóbulo de la oreja izquierda de Lynn, causándole escalofríos.
 
 
--Lo siento. Debo irme. --Dijo ella apartándose de él y saliendo a toda prisa de la sala. Harry maldijo en voz baja y comenzó a planear como haría que esa sexy mujer terminará  en su cama, bajo él brindándole placer.
 
 
Permaneció sentado mientras una sonrisa se formaba en su rostro. Nadie se le resistía ni lo rechaza y obviamente, ella no sería la excepción.
 
 
--Lynn 1- Harry 0. Por ahora. -- añadió esto último susurrando a su vez que en su mente imaginaba como disfrutaría de esa tímida gatita hasta llevarla al grado máximo de placer.
 
 
***
 
 
Esa noche, iba del brazo de Brandon, su mejor amigo desde que tiene memoria. La ropa que vestía no era para nada a lo que estaba acostumbrada a usar, al contrario, era demasiado revelador. Escote pronunciado, corto y además, pegado al cuerpo. Totalmente lo contrario a ella. Todavía no podía creer como dejó que su hermana terminará convenciéndola de usar tal cosa. Posiblemente todos la verían como una fácil o una caza fortunas.
Al entrar al gran salón, muchas miradas se posaron en ellos. Las mujeres la miraban celosas por la forma de vestir y el atractivo acompañante mientras hombres le lanzaban miradas lujuriosas, intimidándola por completo.
 
 
--Vamos por algo de beber. Esta noche será muy larga. -Dijo Lynn.
 
 
--Estas hermosa. No hagas caso a nada, además estás conmigo. -- Sonrió Brandon.
 
 
--Deberías escuchar a tu pareja. Te ves increíblemente hermosa. --Oyó que la halagaban desde atrás y al voltear se encontró nuevamente con el hombre que atormento sus pacíficos pensamientos toda la tarde. Era Harry Whalberg acompañado por una hermosa morena.
 
 
--Gracias. --Agradeció educadamente. Brandon al parecer notó su incomodidad porque la tomo de la cintura acercándola a él.
 
 
--Vamos a bailar. --Propuso él. Ella sonrió y se dirigieron a la pista de baile. --Mujer, ¿qué sucede con ese bombón? Te miraba como si quisiera saltar sobre ti y rasgarte la ropa.
 
 
Ahora muchas cosas se entenderán, Brandon es su mejor amigo y además, gay. Pese a ser muy atractivo, siempre mantuvo bajo la imagen de macho alfa, la verdad. Tan sólo Lynn y unos cuántos pocos amigos, sabían sobre la orientación sexual del rubio.
 
 
Continuaron bailando entre risas otras tres melodías más hasta que el celular de ella comenzó a sonar. Al mirar quién era, salió al balcón luego de haberse disculpado con su pareja. Era su padre por lo cual respondería tal llamada sin dudarlo.
 
 
--Papá. ¿Qué sucede? ¿Mamá está bien? --preguntó apresurada.
 
 
--Hija tu madre está bien. Ah evolucionado de forma favorable, no es eso por lo que te llamo sino por Frank. Me ha llamado, dice que terminaste con él.
 
 
--Pensé que era sobre mamá. --Musitó agradecida. Luego recordó el motivo de su llamada.-- Además lo que suceda entre él y yo, es asunto nuestro. Por favor, no te entrometas. Sabes que respeto tus opiniones siempre, pero esta vez no me dejaré manipular por ti para hacer algo que no quiero y tú deseas. Se acabo papá, ya no.
 
 
--¡Soy tu padre! ¡Debes obedecerme!
 
 
--Tengo veintitrés años. Ya no soy una niña. Siempre hice todo lo que me pediste pero ya no. Te lo dije ayer, no me casaré con Frank para hacerte feliz a ti. No haré tal sacrificio por un padre que no me aprecia.
 
 
--¡Pero nos conviene a todos!
 
 
--¿Te oyes? Tú mismo acabas de repetirlo, nos conviene a todos pero.. ¿y yo? No me ataré a un hombre que no me produce ningún sentimiento referido al afecto porque tú lo desees. Cuando me casé será porque estoy enamorada papá y no porque tú me presiones. Lo siento. Si tanto quieres emparentar con Frank, dile a Constance ya que ella y él se entienden. Perdóname pero no puedo, te lo dije antes y te lo volveré a repetir las veces que sea necesario.
 
 
Colgó con los ojos aguados, ignorando como su padre le gritaba. Ella creía en el amor verdadero y sabía que pronto lo encontraría pero mientras esperaba a su príncipe, viviría su vida a su modo. Toda su juventud se la pasó tratando de complacer a su padre y sus intentos siempre fueron fallidos, ahora debía ser ella la que eligiera su manera de vivir.
 
 
Se acercó al borde del balcón. Su mirada se posó en la luna y luego bajo su mirada encontrándose con una escena donde nuevamente Harry se veía expuesto. Esta vez la mujer con la que lo veía era Sally Parker. Sin importarle el lugar o el motivo que lo llevaron al lugar ni mucho menos su acompañante a la cuál seguramente abandono con alguna excusa, se encontraba teniendo sexo salvaje, frente a las narices de todos. Cada vez se sentía más y más segura de que rechazarlo y alejarse de él, era lo mejor que podía hacer.
 
 
Ignorando los gemidos que llegaban a ella, volteó y entró al salón nuevamente encontrándose con una joven conocida que al parecer buscada al sujeto que ella momentos atrás vio.
 
 
--Disculpa, ¿Has visto a Harry?
 
 
--No lo siento. A lo mejor está en el baño de hombres.
 
 
--Aquí estoy amor. --Dijo el ojiverde.
 
 
--¿Dónde estabas? Me dejaste sola, te busqué por todas partes.
 
 
--Salí a tomar un poco de aire. Me sentía mareado. --Se excusó.
 
 
Lynn lo miró sorprendida. ¿Cómo hacía para mentir y fingir tan bien? Él la miraba seduciéndola con la mirada pero ella no caería. Ya lo vio con Constance y ahora con Sally momentos antes. Ambos tenían visiones distintas de la vida. Lynn buscaba el amor, mientras Harry el placer propio sin importar nada.
 
 
--Por cierto, no nos hemos presentado. Soy Selene, prometida de Harry. --Sonrió la chica ofreciéndole su mano.
 
 
Prometida. Esas palabras eran incluso más alarmantes todavía. Se casaría con ella pero le era infiel con otras. Se compadeció de ella, no sabía lo que su novio y futuro esposo hacia a sus espaldas. Era increíble como teniendo a una mujer hermosa, Harry la engañará pero bueno, eso no era su asunto. Ella ya lo rechazó y ahora que sabía esto, se mantendría todavía mucho más alejada de él. No sería una más de la larga lista de las amantes que pasaron por su cama.
 
 
--Soy Lynn. --Simplemente dijo y correspondió el saludo de ella para luego dirigirse a buscar a su amigo.
 
 
Harry la miró alejarse y perderse entre los invitados. Sabía que ella lo había visto con Sally pero ya no podía hacer nada. Sólo una cosa tenía segura. Lynn estaría en su cama para brindarle placer o dejaba de llamarse Harry Whalberg.