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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
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Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Miranda Shay
Nombre de la chica: Miranda Violet Shay.
Nombre de la representante: Lily Collins.
Nombre del chico: Niall Horan.
Nombre del representante: Niall Horan.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
Nombre de la representante: Lily Collins.
Nombre del chico: Niall Horan.
Nombre del representante: Niall Horan.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
- Spoiler:
- Abrí los ojos y Harry ya no estaba a mi lado. Mi única compañía era la lluvia, que caía torrencialmente y golpeaba la ventanilla del auto con violencia. En cualquier momento comenzaría a granizar y nuestra cita se arruinaría por completo.
—Piensa positivo Lizzie, piensa positivo —me dije a mi misma inhalando y exhalando.
Abroche mi abrigo e intente hacerme bolita en el asiento de copiloto. Hacía tanto frio dentro del auto que me castañeaban los dientes y podía ver las venas de mis brazos con claridad. Como medida desesperada por entrar en calor frote mis manos y sople aire caliente sobre ellas, pero aun así la corriente helada que entraba por los orificios de las puertas me rodeaba y opte por cruzarme de brazos. Un foco se prendió sobre mi cabeza e intente acercarme para encender la calefacción cuando escuche un grito proveniente de fuera que me hizo empalidecer.
— ¡Suéltame!
Era la voz de Harry, y no se escuchaba muy lejos, ¿Acaso se había metido en algún problema? En definitiva no me quedaría a esperar la respuesta. Salí del auto sin importar la lluvia y arroje mis zapatillas dentro del auto para que no se llenaran de lodo. Las enromes gotas heladas que caían de las nubes golpeaban mi rostro y hacia tanto frío que podía ver mi aliento mientras corría descalza por el asfalto. Pero eso no me importaba, necesitaba encontrar a Harry y saber porque había gritado de esa manera.
— ¡Harry! —chille, esperando respuesta.
— ¡Entra al auto Elizabeth! —me ordeno a lo lejos, comencé a seguir su voz.
— ¡¿Dónde estás?! —grite mientras corría en círculos.
— ¡No ven…!
Paro de hablar como si algo o alguien lo hubiera interrumpido y yo me desespere. ¿Por qué demonios habíamos parado en este lugar en primer lugar?, tantos lugares para cargar combustible y a mi novio se le ocurrió uno lejos de cualquier rastro de civilización. Seguí corriendo a ciegas ya que la lluvia no me permitía observar el camino con claridad, hasta que no muy lejos pude divisar un chico de espaldas con un paraguas en mano.
—Harry…
Mi voz se cortó y la sonrisa en mis labios se desvaneció en el momento que él se giró para mirarme y yo pude ver a una chica colgada de su cuello con sus labios pegados en los de mi novio.
—Elizabeth —dijo mi nombre, arrojándole el paraguas a la castaña que lo acompañaba.
— ¿Para eso paramos aquí? —pregunte cuando las saladas lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas— ¿Para encontrarte con ella mientras yo esperaba en el auto?
—No es lo que parece —dijo, mientras se acercaba— yo te prepare una cita, aquí mismo y te deje en el auto para verificar que la lluvia…
— ¡No estoy ciega, yo sé lo que vi! —Grite con furia— no… ¡No vuelvas a buscarme jamás Harry!
Di la media vuelta decidida a seguir mi camino pero el tomo mi brazo con tanta fuerza que la presión comenzó a lastimarme.
—Déjame explicarte, Elise es…
—Vamos Harry, dile lo que en verdad somos —interrumpió la recién nombrada mientras se acercaba a nosotros— nos hemos estado divirtiendo mucho a tus espaldas, Lizzie.
La chica dijo mi sobrenombre con tanta burla y malicia en su tono de voz que me entraron unas inmensas ganas de desquitar todo mi odio hacia ella y romperle la nariz, pero no dejaría que el enojo me transformara. Mire a Harry, este me observaba desesperado y empapado por la lluvia.
—Aléjate de mí.
Me solté de su agarre y corrí, corrí lo más rápido que pude para que no pudiera alcanzarme. El sonido de su voz gritando mi nombre a lo lejos me taladraba el oído, pero no pensaba volver, pesaba más el orgullo que el amor.
PD: Nunca eh publicado un fic, por lo que el capitulo me salio corto y tal vez algo... raro(?), si necesitas algo mas largo avísame y yo lo corrijo.
Invitado
Invitado
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
ahora acepto tu ficha el gif<33.Rain. escribió:Necesito audicionar
- ¡Britney<3!:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Invitado
Invitado
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Rain. escribió:
- ficha :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Miranda ShayNombre de la chica: Miranda Violet Shay.
Nombre de la representante: Lily Collins.
Nombre del chico: Niall Horan.
Nombre del representante: Niall Horan.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
- Spoiler:
Abrí los ojos y Harry ya no estaba a mi lado. Mi única compañía era la lluvia, que caía torrencialmente y golpeaba la ventanilla del auto con violencia. En cualquier momento comenzaría a granizar y nuestra cita se arruinaría por completo.
—Piensa positivo Lizzie, piensa positivo —me dije a mi misma inhalando y exhalando.
Abroche mi abrigo e intente hacerme bolita en el asiento de copiloto. Hacía tanto frio dentro del auto que me castañeaban los dientes y podía ver las venas de mis brazos con claridad. Como medida desesperada por entrar en calor frote mis manos y sople aire caliente sobre ellas, pero aun así la corriente helada que entraba por los orificios de las puertas me rodeaba y opte por cruzarme de brazos. Un foco se prendió sobre mi cabeza e intente acercarme para encender la calefacción cuando escuche un grito proveniente de fuera que me hizo empalidecer.
— ¡Suéltame!
Era la voz de Harry, y no se escuchaba muy lejos, ¿Acaso se había metido en algún problema? En definitiva no me quedaría a esperar la respuesta. Salí del auto sin importar la lluvia y arroje mis zapatillas dentro del auto para que no se llenaran de lodo. Las enromes gotas heladas que caían de las nubes golpeaban mi rostro y hacia tanto frío que podía ver mi aliento mientras corría descalza por el asfalto. Pero eso no me importaba, necesitaba encontrar a Harry y saber porque había gritado de esa manera.
— ¡Harry! —chille, esperando respuesta.
— ¡Entra al auto Elizabeth! —me ordeno a lo lejos, comencé a seguir su voz.
— ¡¿Dónde estás?! —grite mientras corría en círculos.
— ¡No ven…!
Paro de hablar como si algo o alguien lo hubiera interrumpido y yo me desespere. ¿Por qué demonios habíamos parado en este lugar en primer lugar?, tantos lugares para cargar combustible y a mi novio se le ocurrió uno lejos de cualquier rastro de civilización. Seguí corriendo a ciegas ya que la lluvia no me permitía observar el camino con claridad, hasta que no muy lejos pude divisar un chico de espaldas con un paraguas en mano.
—Harry…
Mi voz se cortó y la sonrisa en mis labios se desvaneció en el momento que él se giró para mirarme y yo pude ver a una chica colgada de su cuello con sus labios pegados en los de mi novio.
—Elizabeth —dijo mi nombre, arrojándole el paraguas a la castaña que lo acompañaba.
— ¿Para eso paramos aquí? —pregunte cuando las saladas lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas— ¿Para encontrarte con ella mientras yo esperaba en el auto?
—No es lo que parece —dijo, mientras se acercaba— yo te prepare una cita, aquí mismo y te deje en el auto para verificar que la lluvia…
— ¡No estoy ciega, yo sé lo que vi! —Grite con furia— no… ¡No vuelvas a buscarme jamás Harry!
Di la media vuelta decidida a seguir mi camino pero el tomo mi brazo con tanta fuerza que la presión comenzó a lastimarme.
—Déjame explicarte, Elise es…
—Vamos Harry, dile lo que en verdad somos —interrumpió la recién nombrada mientras se acercaba a nosotros— nos hemos estado divirtiendo mucho a tus espaldas, Lizzie.
La chica dijo mi sobrenombre con tanta burla y malicia en su tono de voz que me entraron unas inmensas ganas de desquitar todo mi odio hacia ella y romperle la nariz, pero no dejaría que el enojo me transformara. Mire a Harry, este me observaba desesperado y empapado por la lluvia.
—Aléjate de mí.
Me solté de su agarre y corrí, corrí lo más rápido que pude para que no pudiera alcanzarme. El sonido de su voz gritando mi nombre a lo lejos me taladraba el oído, pero no pensaba volver, pesaba más el orgullo que el amor.
PD: Nunca eh publicado un fic, por lo que el capitulo me salio corto y tal vez algo... raro(?), si necesitas algo mas largo avísame y yo lo corrijo.
Ficha aceptada
tranquila, está todo bien<33.
Invitado
Invitado
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Ay connyyy, amo la idea, las drogas ahí todos los problemas, sou perfect. Dany tiene a la hija del Kurco y una firma de Gerard, sou perfect x2. Luego te dejo el gif de su gemela Britney y la ficha y todo.
ceonella.
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
CamiiBeliberStyles escribió:Ay connyyy, amo la idea, las drogas ahí todos los problemas, sou perfect. Dany tiene a la hija del Kurco y una firma de Gerard, sou perfect x2. Luego te dejo el gif de su gemela Britney y la ficha y todo.
Hola qué tal? <3. xd
Invitado
Invitado
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Norah Dawson
Nombre de la chica: Nora Danielle Dawson.
Nombre de la representante: Dove Cameron
Nombre del chico: Augustus Winslet.
Nombre del representante: Joshua Brand.
Rol: Escrito de tu autoría:
Nombre de la representante: Dove Cameron
Nombre del chico: Augustus Winslet.
Nombre del representante: Joshua Brand.
Rol: Escrito de tu autoría:
- Aquí:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo Uno“I shake through the wreckage for signs of life, scrolling through the paragraphs clicking through the photographs; I wish I could make sense of what we do burning down the capitals, the wisest of the animals. Who are you? What are you living for? ...”
El despertador comenzó a sonar a su horario habitual, siete de la mañana en punto. Como era de costumbre, dejé que la música sonara mientras miraba al techo ya despierta tres minutos antes de que el despertador comenzara a sonar. Era una extraña manía que tenía y como era habitual, también sabía que mis padres comenzarían a protestar por el ruido.
- ¡Jenna! – Gritaba mi padre desde su habitación – ¡apaga esa cosa! ¡Tus hermanos duermen! - gritaba las mismas palabras que todos los días, tanto así que parecían un discurso matutino.
Esperé unos cuantos minutos más para apagar la alarma me gustaba hacer enojar a mi padre. El no era un hombre bueno con mamá. Tenía una mujer y yo lo sabía. Sé que el sonido del despertador no molestaba a mis hermanos ni a mi madre, es por eso que lo dejaba sonar un buen rato. Mi madre siempre me daba en el gusto y eso no me gustaba. Puede sonar ilógico, ya que a la mayoría le gustaría que sus padres les dieran el favor en todo, sin embargo, para mí era un tortura, sentía que lo hacía por lástima y para más encima eso provocaba peleas con mi padre, quien siempre buscaba la ocasión perfecta para generar una discusión con mamá y así excusarse para salir de la casa fingiendo enojo, siendo que lo hacía para encontrarse con su amante. – Jenna Marie Rathbone, apaga eso en este momento si no quieres que me levante en este mismo momento – dijo el hombre enfurecido. Vaya, eso era nuevo, nunca me había llamado por mi nombre completo. Odiaba que lo despertara por la mañana, pero a mí me daba lo mismos.
Me giré apoyándome de costado para tomar mi teléfono celular para apagar la alarma, “Perfect Symmetry” de Keane que ya iba por el segundo estribillo.
Me tiré a la cama nuevamente mirando al techo con mi cuerpo completamente extendido y relajado. Me llevé las manos a los ojos, me restregué los ojos apretándolos fuertemente y luego abrí los ojos bruscamente para encontrar el efecto que buscaba: las pelusas de mil colores que se proyectaban sobre el techo blanco de mi habitación. Repetí la acción tres veces y luego me dispuse a levantarme. De seguro mi madre estaría esperándome con el desayuno listo, como todas las mañanas, sentada sobre la mesa esperando a que bajara y me lo comiera TODO para luego volver a la cama. Nunca pasaba. Me negaba a comer todo el revoltijo que mi madre preparaba ¡parecía un banquete para siete personas! Me vestí con mi clásico poleron tres tallas más grande que el mío – necesitaba cubrir los kilos que tenía demás – esta vez era de color gris, me puse shorts de mezclilla – los cuales prácticamente no se notaban ya que el poleron los tapaba – mis converse blancas y unas medias negras para intentar cubrir mis muslos que habían engordado a tal punto de casi no dejar espacio entre ellos. Me até el cabello en una cola alta, tomé mi bolso y salí de mi habitación arrastrando los pies.
- ¡Buenos días nena! – exclamó mi madre con una “felicidad” desbordante, fruto de cinismo. La mire apenada. Había llorado. Sus ojos estaban rodeados por círculos oscuros y hundidos, mientras que sus ojos estaban hinchados y rojos. Me acerqué a la mesa con los puños apretados. Miré el montón de comida sobre la mesa y una oleada de nauseas me invadieron. Habían dos waffles, un sándwich de pan integral con lechuga, tomate y jamón de pavo, una banana y un jugo de naranja recién exprimido. – espero que te guste el desayuno que te he preparado – me sonrió de medio lado.
- ¿enciendes la t.v mamá? – le dije desviando el tema. Ella me miró resignada y encendió la televisión que había en la cocina. Justo en ese momento aproveché de tomar un trozo de waffle y envolverlo en servilleta para meterlo al bolsillo de mi pantalón. Tomé jugo de naranja y di un mordisco a mi sándwich. Me fui desasiendo de los waffles poco a poco mientras mi madre observaba la televisión. Cuando solo quedo un trozo de Waffle, un poquito de jugo de naranja – casi nada – y la mayor parte del sándwich decidí que ya era suficiente para dejar contenta a mamá.
- estoy lista, mamá – dije tratando de sonar lo más segura posible, si notaba mi nerviosismo, sabría que algo le ocultaba.
-pero casi no has probado tu sándwich, amor – me miró con el ceño fruncido.
-no, en realidad prefiero envolverlo y llevarlo al instituto, ¿no te molesta, verdad? – pregunté tratando de que quedara conforme – además ya estoy satisfecha – agregué. Mi madre suspiró resignada y tomó el sándwich para envolverlo. Sabía perfectamente que no había ni una opción de que probara el sándwich en el instituto.
Caminé rápidamente a la salida en cuanto me tendió el envoltorio, no quería enfrentarme a sus interrogatorios.
-Jenna, espera – dijo siguiéndome al living cuando estaba a punto de abrir la puerta y largarme. Mierda. - ¿serías tan amable de mostrarme lo que tienes en los bolsillos de tus pantalones? – dijo cruzándose de brazos. Sentí el sudor frío aparecer en mi frente y un escalofrío recorrer cada una de mis vertebras de arriba abajo. Me había pillado, ahora tendría que buscar más tips para una técnica de “como disimular la no ingesta de alimentos”
- no tengo nada, mamá – le dije girando el pomo de la puerta para comenzar a salir. Ella se acercó rápidamente y forcejeó conmigo hasta que pudo meter una de sus manos a mis bolsillos y sacar unas cuantas servilletas con waffles. Me miró seriamente y negó con su cabeza. – Hasta cuando, Jenna- dijo mientras sus ojos se inundaban de lágrimas. - ¡hasta cuando! – gritó apoyándose en el sillón – te doy mi atención las veinticuatro horas del día, te llevo a psicólogos, nutricionistas, centros de integración, terapias ocupacionales, ¡gasto hasta lo que no tenemos para que mejores tu salud! – exclamó llorando mientras se dejaba caer en el sillón sin fuerzas. Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos comenzaron a picar. “Lo siento, mamá” pensé. - ¿Qué quieres, Jenn? ¿quieres que tome medidas más drásticas? – amenazó perdiendo los estribos - ¿quieres que te interne? ¿eso es lo que quieres? – gritó nuevamente - ¿no te bastó con estar internada una semana y media en el hospital? ¡Te juegas la vida día a día! – sollozó – ya no puedo más, Jenna – otro sollozo. Mi madre apoyó su cabeza en sus manos apoyadas en sus rodillas, mientras se tiraba el cabello, un acto de máxima desesperación en mi madre. Las lágrimas se escaparon de mis ojo inundando mis mejillas, me dolía verla así, pero no podía hacer nada, no QUERÍA hacer algo – lo peor es que no pones de tu parte – dijo sin mirarme siguiendo es la misma posición. Abrí la puerta de la entrada y antes de irme me giré para murmurar un “lo siento” para luego salir de la caza dando un portazo.
Me limpié las lágrimas y en el camino al instituto boté los residuos de comida que quedaban en mis bolsillos, me repugnaban, me daban asco.
Llegué al instituto antes de que el timbre sonara. En el camino me encontré con mi mejor amiga, Kendall, una chica coreana que había llegado hace un tiempo a instituto.
-¡Jenn! – gritó la chica corriendo por el pasillo en mi dirección – al fin te encuentro, ¿a que no adivinas? – dijo mi amiga llegando a mi lado emocionada, me dio pena no poder contagiarme con su alegría. “K” [se pronuncia Key] era una chica que encontraba que todo en la vida era bello y que la tristeza era algo que uno mismo se buscaba, sin embargo, ella no tendría de que preocuparse en su vida, Kendall tenía la familia perfecta.
-¿tiene que ver con Gabriel? – pregunté tratando de sonar intrigada, era obvio que se trataba de él, mi amiga “enamorada” de ese chico, más bien, obsesionada.
-¡sí! ¿Cómo lo supiste? – dijo emocionada. Abrí mi boca para soltar un “siempre se trata de él, Kendall” pero la cerré inmediatamente, no le iba a romper la ilusión.
-pues… desbordas alegría – mentí casi sin mentir, en realidad ella desbordaba alegría.
- es que es inevitable – dijo dando saltitos – estaba en mi casillero cambiando los libros y de pronto alguien me tocó el hombro y… y… ¡era él! – gritó emocionada.
- eso es asombroso, “K”, realmente me alegro por ti – le sonreí, en realidad me sentía bien de verla tan contenta, Kendall era una excelente chica y se merecía todo lo bueno que le había pasado, le estaba pasando y le iba a pasar.
- Bieber se acercó a mí para preguntarme donde estaba Lavender Prince – dijo sonriente. En ese momento me dieron ganas de zarandearla para que entendiera que eso no era motivo para emocionarse o hacerse ilusiones.
- aamm… - abrí y cerré la boca nuevamente tratando de encontrar las palabras precisas para decir y no causarle daño – Kendall… - comencé, aún no estaba segura de lo que le diría pero tenía que bajarla de aquella nube donde se había subido. – creo que comprendes que el hecho que te haya preguntado por Lavender no significa que está coqueteando contigo, ¿verdad? – le dije con gesto de lástima al ver como poco a poco su sonrisa se borraba.
-pero… ¿porqué fue tan amable conmigo? – preguntó frunciendo el ceño.
- lo hizo por cortesía, nena – le dije apretando su rostro derecho para darle cariño. Es injusto que una chica tan amable, hermosa y simpática no fuera correspondida por el chico que amaba desde hace ya unos años.
- creo que él jamás se podrá interesar en mí, ¿verdad? – dijo con gesto deprimido. Era tan extraño verla deprimida, estaba demasiado acostumbrada a verla sacándole sonrisas al mundo y repartiendo amor y cariño.
- claro que sí, “K”, solo hazte notar – le alenté – háblale, invítalo a salir, toma tú la iniciativa – agregué.
-no, es imposible que se vaya a fijar en mí – sonrió con rabia – soy diferente y a nadie le gusta la gente diferente – finalizó.
- no digas eso, “K”- la reproché – yo te adoro por cómo eres y por quién eres, no me interesa que seas diferente, para mí eres igual a todos – le alenté, pero eso no sirvió para que su expresión apenada se borrara de su rostro. En ese momento no sabía qué hacer. Es primera vez que veía a Kendall de esa manera y no me gustaba para nada. De pronto, el chico por el que mi amiga suspiraba, apareció por el pasillo doblando desde pasillo donde estaba el conservatorio de música caminando para el lado contrario donde estábamos Kendall y yo. Fue allí cuando una idea loca se vino a mi cabeza. Sin embargo, por más loca que pudiera resultar mi idea – sin mencionar lo furiosa que se pondría Kendall por hacer aquello – lo haría.
- ¡hey!... Gabriel, ¿verdad? – pregunté al chico corriendo a su lado para alcanzarlo.
- Jenna, ¿Qué haces? – susurró “K” furiosa al ver que la tomaba de la muñeca para arrastrarla en dirección donde se iba el chico. – no Jenna, olvídalo – me regañó tratando de frenarme. Tarde, muy tarde para retractarse ya que el chico se giraba hacia nosotras.
- ¿sucede algo, Rathbone? – preguntó amablemente el chico. Vaya, sabía mi apellido, yo pensaba que él no tenía idea de quienes tenía por compañeros de clases.
- no es nada solo… ¿te ha tocado con Lavender Prince en el laboratorio de química? – pregunté tratando de sonar lo más natural posible.
-así es – afirmó.
-bueno, la cosa es que yo quería ser con lavender, pero mi amiga, Kendall, quedaría sola- le explique te molesta si cambiamos de pareja, me refiero a, Lavender y yo, tú y Kendall – le sonreí tratando de parecerle lo bastante simpática para que el chico accediera. Cuando el chico abrió y cerró la boca al no tener palabra, sinceramente pensé que se negaría, pero luego sonrió mirando a Kendall
- claro, si Lee no tiene problema – dijo llamando a mi amiga por su apellido. Suspiré aliviada.
- yoo… - comenzó a decir Kendall completamente nerviosa al ver que Gabriel y yo la mirábamos atentamente. - ¿sabes mi apellido? – preguntó de pronto sorprendida como si recientemente se hubiera dado cuenta de que Bieber la había llamado por su apellido. A veces Kendall podría parecer una chica poco despierta…
-claro que lo sé, estamos en el mismo salón, ¿recuerdas? – el chico le sonrió de medio lado, como si el comentario de “K” le hubiera causado gracia.
-bueno, entonces está hecho – le sonreí – muchas gracias por el cambio, Gabriel – le agradecí tomando a mi embobada amiga de la muñeca para comenzar a arrastrarla hacia una de las únicas clases que coincidían, Matemáticas.
- de nada, Rathbone – respondió amablemente – nos vemos, Kendall – agregó susurrando el nombre de mi mejor amiga, la cual comenzó a apretar mi mano hasta estrangularla.
- adiós, Gabriel - sonrió “K”.
Cuando el chico se despidió con un gesto de la mano me di cuenta que tenia una de las paletas que mi amiga solía dejar pegada a su casillero. Sinceramente no sé como nadie se daba cuenta que era ella.
- no puedo creer que sigas haciendo esa estupidez – le dije rodando los ojos cuando nos habíamos alejado lo suficiente de Gabriel como para que no pudiera escucharnos – digo, Kendall, ha calculado alguna vez cuanto gastas mensual al comprar todas esos caramelos? – le pregunté frunciendo el seño, la chica se puso colorada al instante.
-me da lo mismo – respondió riendo.
- estás obsesionada, Kendall Lee – me reí en su cara.
- obsesionada no, Jenna Marie Rathbone, Enamorada – contraatacó remarcando la última palabra para luego suspirar.
-estás loca – le sonreí antes de que entráramos a mi peor pesadilla, la clase de Matemáticas con Romilda Vane.
…
- La jornada de clases dio por terminada y todo los estudiantes se apresuraron para salir rápidamente, sin embargo yo no tenía intención de correr a casa, es más, tampoco podía volver corriendo a casa ya que tenía clases con la psicóloga del instituto, Candace Fitzyerald.
Caminé por los pasillos tranquilamente ya que había aguardado unos cuantos minutos en la sala de clases esperando a que la sala se vaciara. Para llegar a la oficina de Fitzyerald, tenía que entrar obligadamente a la oficina del directorio ya que allí se encontraba el despacho de la psicóloga. Entré cuidadosamente tratando de que la maldita puerta donde estaba la secretaria del establecimiento, no se golpeara muy fuerte al cerrarse como solía pasar. Sin embargo, sin querer, solté la puerta de un golpe y me quedé estática en el lugar. Allí había un chico. Un chico de piel tostada y limpia, ojos color azul cielo intensos, cabello castaño, labios medianamente gruesos y nariz perfecta. Alto y delgado. Un chico que me miró atentamente de pies a cabeza como si hubiera visto un fantasma. Un chico que conocía perfectamente. Ese chico era Danniel Tomlinson, el chico que me intimidaba y se burlaba de mí durante la primaria por haber tenido sobrepeso, el causante de mi actual infierno, el porqué de mi lucha diaria contra mi supuesta “enfermedad”. Por un momento, los fantasmas y las pesadillas del pasado me invadieron, haciéndome estremecer de la cabeza a los pies.
En ese momento no supe que hacer, no sabía si salir de la oficina o si quedarme y hacer que no le conocía, probablemente ni se recordaba de mí. De pronto, la secretaria, salió de uno de los despachos.
-Muy bien, Señor Tomlinson, aquí tiene su comprobante de matrícula – dijo la secretaria entregándole una serie de papeles – también sus horarios y su acta de traslado de institución escolar – siguió explicando la rubia – no olvide que su tutor debe venir a firmar los documentos que faltan, puede iniciar mañana – finalizó la mujer sentándose nuevamente en su silla.
- gracias – dijo el chico en tono frío. Su voz había madurado al igual que su cuerpo, me preguntaba si también habría madurado mentalmente.
- ¡oh! Jenna, cariño – dijo la mujer al percatarse de mi presencia y el chico abrió los ojos a tope al escuchar mi nombre y deseé que Annie no hubiera mencionado mi nombre. Aquella mujer era un amor, siempre trataba a los estudiantes con la mayor dulzura posible. Algunas veces me preguntaba si acaso ella era la madre perdida de Kendall, sus personalidades eran muy similares. Espabilé rápidamente, tragué saliva, relajé la mandíbula, la cual había tensado al escuchar mi nombre salir de los labios de la secretaria y aclaré mi garganta para que mi voz sonara seria y fría.
- hola Annie – le salude por el nombre y me acerqué insegura hasta apoyarme sobre la mesa de la mujer.
-¿Qué se te ofrece cariño? – preguntó la mujer.
-vengo a entrevista con Candice – respondí mirando de reojo al chico que mantenía su mirada fija en mí.
- pasa, está en su despacho- me indicó.
Respondí con un simple “gracias” y salí disparada al despacho de Candice.
- pero si aquí tenemos a mi paciente favorita – exclamó la mujer.
-Hola Candice – dije sentándome en la silla sin ganas pero acelerada por el reencuentro con Tomlinson.
-bien, vamos al grano – dijo la mujer sacando una ficha con mi nombre - no estás intentando suicidarte, ¿verdad? – preguntó directa. A veces me preguntaba en qué lugar había conseguido su título de psicóloga, sinceramente.
- n… no – dije entrecerrando el entrecejo, de todas maneras no me sorprendían sus preguntas, siempre eran casi las misma, con ciertas variaciones.
- ¿estás comiendo? – preguntó sonriéndome.
-sí… - respondí insegura.
-¿crees que estás superando tu enfermedad, cariño? - ¡Qué no tenía una puta enfermedad!
-completamente – fingí.
-muy bien, hemos terminado, Jenn, nos vemos la próxima semana- dijo mostrando sus dientes en una sonrisa.
Me levanté con el ceño fruncido, esta vez, la “sesión” había terminado antes de lo usual. No es que hubiera sido mucha la diferencia entre esta y las otras “sesiones” pero esta había sido realmente corta. Cuando estuve en la entrada con la puerta abierta me giré para preguntarle si es que era verdad que la sesión había acabado, pero antes de que pudiera hablar, la mujer habló.
- sí, Jenna, terminamos, puedes irte – dijo sin quitar su sonrisa de su rostro y haciendo un gesto queriendo decir “vete, nena, vete de una vez”. Salí sin protestar.
…………
- hey, Danna, ¿podrías apagar eso? – dije arrugando el entrecejo al sentir el olor a porro inundándome la nariz mientras estaba tirada en mi cama con la cabeza colgando – recuerda que mi madre entra a la habitación cada un minutos – dije exagerando.
- no debería preocuparte- dijo la chica rubia – no creo que se moleste, es más, yo creo que se alegraría de saber que algo ha pasado por tu boca que no sea desde dentro de tu cuerpo – dijo la chica.
- Danna…- la regañó Ángel, mi prima, quién era su mejor amiga. Mis tíos habían venido a visitar a mi madre ya que ella había llamado a la madre de Ángel, su cuñada, pidiéndole compañía durante la tarde. Mi madre se llevaba mucho mejor con su cuñada que con su propio hermano debido a que este último se había enojado con mamá cuando ella se vino a Inglaterra para casarse con papá y había huido de Grecia, su país natal. Danna, a diferencia de mí, asumía que tenía problemas alimenticios, mientras que yo me negaba a hacerlo.
- vale, lo siento – dijo la chica apagando el porro.
-ahora dime, Jenn… ¿qué es lo taaan grave que te ha sucedido para no querer volver al instituto? – preguntó mi prima. Suspiré derrotada al recordar a Tomlinson.
- mi peor pesadilla ha vuelto a aparecer – exclamé girándome sobre la cama y apoyándome sobre los codos, Ángel estaba a mi derecha y Ángel a mi izquierda, ambas sentadas en el suelo – Danniel Tomlinson ha vuelto…- finalicé resignada.
Mess.
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Melissa escribió:
- Ficha:
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Nombre de la representante: Dove Cameron
Nombre del chico: Augustus Winslet.
Nombre del representante: Joshua Brand.
Rol: Escrito de tu autoría:
- Aquí:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Capítulo Uno“I shake through the wreckage for signs of life, scrolling through the paragraphs clicking through the photographs; I wish I could make sense of what we do burning down the capitals, the wisest of the animals. Who are you? What are you living for? ...”
El despertador comenzó a sonar a su horario habitual, siete de la mañana en punto. Como era de costumbre, dejé que la música sonara mientras miraba al techo ya despierta tres minutos antes de que el despertador comenzara a sonar. Era una extraña manía que tenía y como era habitual, también sabía que mis padres comenzarían a protestar por el ruido.
- ¡Jenna! – Gritaba mi padre desde su habitación – ¡apaga esa cosa! ¡Tus hermanos duermen! - gritaba las mismas palabras que todos los días, tanto así que parecían un discurso matutino.
Esperé unos cuantos minutos más para apagar la alarma me gustaba hacer enojar a mi padre. El no era un hombre bueno con mamá. Tenía una mujer y yo lo sabía. Sé que el sonido del despertador no molestaba a mis hermanos ni a mi madre, es por eso que lo dejaba sonar un buen rato. Mi madre siempre me daba en el gusto y eso no me gustaba. Puede sonar ilógico, ya que a la mayoría le gustaría que sus padres les dieran el favor en todo, sin embargo, para mí era un tortura, sentía que lo hacía por lástima y para más encima eso provocaba peleas con mi padre, quien siempre buscaba la ocasión perfecta para generar una discusión con mamá y así excusarse para salir de la casa fingiendo enojo, siendo que lo hacía para encontrarse con su amante. – Jenna Marie Rathbone, apaga eso en este momento si no quieres que me levante en este mismo momento – dijo el hombre enfurecido. Vaya, eso era nuevo, nunca me había llamado por mi nombre completo. Odiaba que lo despertara por la mañana, pero a mí me daba lo mismos.
Me giré apoyándome de costado para tomar mi teléfono celular para apagar la alarma, “Perfect Symmetry” de Keane que ya iba por el segundo estribillo.
Me tiré a la cama nuevamente mirando al techo con mi cuerpo completamente extendido y relajado. Me llevé las manos a los ojos, me restregué los ojos apretándolos fuertemente y luego abrí los ojos bruscamente para encontrar el efecto que buscaba: las pelusas de mil colores que se proyectaban sobre el techo blanco de mi habitación. Repetí la acción tres veces y luego me dispuse a levantarme. De seguro mi madre estaría esperándome con el desayuno listo, como todas las mañanas, sentada sobre la mesa esperando a que bajara y me lo comiera TODO para luego volver a la cama. Nunca pasaba. Me negaba a comer todo el revoltijo que mi madre preparaba ¡parecía un banquete para siete personas! Me vestí con mi clásico poleron tres tallas más grande que el mío – necesitaba cubrir los kilos que tenía demás – esta vez era de color gris, me puse shorts de mezclilla – los cuales prácticamente no se notaban ya que el poleron los tapaba – mis converse blancas y unas medias negras para intentar cubrir mis muslos que habían engordado a tal punto de casi no dejar espacio entre ellos. Me até el cabello en una cola alta, tomé mi bolso y salí de mi habitación arrastrando los pies.
- ¡Buenos días nena! – exclamó mi madre con una “felicidad” desbordante, fruto de cinismo. La mire apenada. Había llorado. Sus ojos estaban rodeados por círculos oscuros y hundidos, mientras que sus ojos estaban hinchados y rojos. Me acerqué a la mesa con los puños apretados. Miré el montón de comida sobre la mesa y una oleada de nauseas me invadieron. Habían dos waffles, un sándwich de pan integral con lechuga, tomate y jamón de pavo, una banana y un jugo de naranja recién exprimido. – espero que te guste el desayuno que te he preparado – me sonrió de medio lado.
- ¿enciendes la t.v mamá? – le dije desviando el tema. Ella me miró resignada y encendió la televisión que había en la cocina. Justo en ese momento aproveché de tomar un trozo de waffle y envolverlo en servilleta para meterlo al bolsillo de mi pantalón. Tomé jugo de naranja y di un mordisco a mi sándwich. Me fui desasiendo de los waffles poco a poco mientras mi madre observaba la televisión. Cuando solo quedo un trozo de Waffle, un poquito de jugo de naranja – casi nada – y la mayor parte del sándwich decidí que ya era suficiente para dejar contenta a mamá.
- estoy lista, mamá – dije tratando de sonar lo más segura posible, si notaba mi nerviosismo, sabría que algo le ocultaba.
-pero casi no has probado tu sándwich, amor – me miró con el ceño fruncido.
-no, en realidad prefiero envolverlo y llevarlo al instituto, ¿no te molesta, verdad? – pregunté tratando de que quedara conforme – además ya estoy satisfecha – agregué. Mi madre suspiró resignada y tomó el sándwich para envolverlo. Sabía perfectamente que no había ni una opción de que probara el sándwich en el instituto.
Caminé rápidamente a la salida en cuanto me tendió el envoltorio, no quería enfrentarme a sus interrogatorios.
-Jenna, espera – dijo siguiéndome al living cuando estaba a punto de abrir la puerta y largarme. Mierda. - ¿serías tan amable de mostrarme lo que tienes en los bolsillos de tus pantalones? – dijo cruzándose de brazos. Sentí el sudor frío aparecer en mi frente y un escalofrío recorrer cada una de mis vertebras de arriba abajo. Me había pillado, ahora tendría que buscar más tips para una técnica de “como disimular la no ingesta de alimentos”
- no tengo nada, mamá – le dije girando el pomo de la puerta para comenzar a salir. Ella se acercó rápidamente y forcejeó conmigo hasta que pudo meter una de sus manos a mis bolsillos y sacar unas cuantas servilletas con waffles. Me miró seriamente y negó con su cabeza. – Hasta cuando, Jenna- dijo mientras sus ojos se inundaban de lágrimas. - ¡hasta cuando! – gritó apoyándose en el sillón – te doy mi atención las veinticuatro horas del día, te llevo a psicólogos, nutricionistas, centros de integración, terapias ocupacionales, ¡gasto hasta lo que no tenemos para que mejores tu salud! – exclamó llorando mientras se dejaba caer en el sillón sin fuerzas. Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos comenzaron a picar. “Lo siento, mamá” pensé. - ¿Qué quieres, Jenn? ¿quieres que tome medidas más drásticas? – amenazó perdiendo los estribos - ¿quieres que te interne? ¿eso es lo que quieres? – gritó nuevamente - ¿no te bastó con estar internada una semana y media en el hospital? ¡Te juegas la vida día a día! – sollozó – ya no puedo más, Jenna – otro sollozo. Mi madre apoyó su cabeza en sus manos apoyadas en sus rodillas, mientras se tiraba el cabello, un acto de máxima desesperación en mi madre. Las lágrimas se escaparon de mis ojo inundando mis mejillas, me dolía verla así, pero no podía hacer nada, no QUERÍA hacer algo – lo peor es que no pones de tu parte – dijo sin mirarme siguiendo es la misma posición. Abrí la puerta de la entrada y antes de irme me giré para murmurar un “lo siento” para luego salir de la caza dando un portazo.
Me limpié las lágrimas y en el camino al instituto boté los residuos de comida que quedaban en mis bolsillos, me repugnaban, me daban asco.
Llegué al instituto antes de que el timbre sonara. En el camino me encontré con mi mejor amiga, Kendall, una chica coreana que había llegado hace un tiempo a instituto.
-¡Jenn! – gritó la chica corriendo por el pasillo en mi dirección – al fin te encuentro, ¿a que no adivinas? – dijo mi amiga llegando a mi lado emocionada, me dio pena no poder contagiarme con su alegría. “K” [se pronuncia Key] era una chica que encontraba que todo en la vida era bello y que la tristeza era algo que uno mismo se buscaba, sin embargo, ella no tendría de que preocuparse en su vida, Kendall tenía la familia perfecta.
-¿tiene que ver con Gabriel? – pregunté tratando de sonar intrigada, era obvio que se trataba de él, mi amiga “enamorada” de ese chico, más bien, obsesionada.
-¡sí! ¿Cómo lo supiste? – dijo emocionada. Abrí mi boca para soltar un “siempre se trata de él, Kendall” pero la cerré inmediatamente, no le iba a romper la ilusión.
-pues… desbordas alegría – mentí casi sin mentir, en realidad ella desbordaba alegría.
- es que es inevitable – dijo dando saltitos – estaba en mi casillero cambiando los libros y de pronto alguien me tocó el hombro y… y… ¡era él! – gritó emocionada.
- eso es asombroso, “K”, realmente me alegro por ti – le sonreí, en realidad me sentía bien de verla tan contenta, Kendall era una excelente chica y se merecía todo lo bueno que le había pasado, le estaba pasando y le iba a pasar.
- Bieber se acercó a mí para preguntarme donde estaba Lavender Prince – dijo sonriente. En ese momento me dieron ganas de zarandearla para que entendiera que eso no era motivo para emocionarse o hacerse ilusiones.
- aamm… - abrí y cerré la boca nuevamente tratando de encontrar las palabras precisas para decir y no causarle daño – Kendall… - comencé, aún no estaba segura de lo que le diría pero tenía que bajarla de aquella nube donde se había subido. – creo que comprendes que el hecho que te haya preguntado por Lavender no significa que está coqueteando contigo, ¿verdad? – le dije con gesto de lástima al ver como poco a poco su sonrisa se borraba.
-pero… ¿porqué fue tan amable conmigo? – preguntó frunciendo el ceño.
- lo hizo por cortesía, nena – le dije apretando su rostro derecho para darle cariño. Es injusto que una chica tan amable, hermosa y simpática no fuera correspondida por el chico que amaba desde hace ya unos años.
- creo que él jamás se podrá interesar en mí, ¿verdad? – dijo con gesto deprimido. Era tan extraño verla deprimida, estaba demasiado acostumbrada a verla sacándole sonrisas al mundo y repartiendo amor y cariño.
- claro que sí, “K”, solo hazte notar – le alenté – háblale, invítalo a salir, toma tú la iniciativa – agregué.
-no, es imposible que se vaya a fijar en mí – sonrió con rabia – soy diferente y a nadie le gusta la gente diferente – finalizó.
- no digas eso, “K”- la reproché – yo te adoro por cómo eres y por quién eres, no me interesa que seas diferente, para mí eres igual a todos – le alenté, pero eso no sirvió para que su expresión apenada se borrara de su rostro. En ese momento no sabía qué hacer. Es primera vez que veía a Kendall de esa manera y no me gustaba para nada. De pronto, el chico por el que mi amiga suspiraba, apareció por el pasillo doblando desde pasillo donde estaba el conservatorio de música caminando para el lado contrario donde estábamos Kendall y yo. Fue allí cuando una idea loca se vino a mi cabeza. Sin embargo, por más loca que pudiera resultar mi idea – sin mencionar lo furiosa que se pondría Kendall por hacer aquello – lo haría.
- ¡hey!... Gabriel, ¿verdad? – pregunté al chico corriendo a su lado para alcanzarlo.
- Jenna, ¿Qué haces? – susurró “K” furiosa al ver que la tomaba de la muñeca para arrastrarla en dirección donde se iba el chico. – no Jenna, olvídalo – me regañó tratando de frenarme. Tarde, muy tarde para retractarse ya que el chico se giraba hacia nosotras.
- ¿sucede algo, Rathbone? – preguntó amablemente el chico. Vaya, sabía mi apellido, yo pensaba que él no tenía idea de quienes tenía por compañeros de clases.
- no es nada solo… ¿te ha tocado con Lavender Prince en el laboratorio de química? – pregunté tratando de sonar lo más natural posible.
-así es – afirmó.
-bueno, la cosa es que yo quería ser con lavender, pero mi amiga, Kendall, quedaría sola- le explique te molesta si cambiamos de pareja, me refiero a, Lavender y yo, tú y Kendall – le sonreí tratando de parecerle lo bastante simpática para que el chico accediera. Cuando el chico abrió y cerró la boca al no tener palabra, sinceramente pensé que se negaría, pero luego sonrió mirando a Kendall
- claro, si Lee no tiene problema – dijo llamando a mi amiga por su apellido. Suspiré aliviada.
- yoo… - comenzó a decir Kendall completamente nerviosa al ver que Gabriel y yo la mirábamos atentamente. - ¿sabes mi apellido? – preguntó de pronto sorprendida como si recientemente se hubiera dado cuenta de que Bieber la había llamado por su apellido. A veces Kendall podría parecer una chica poco despierta…
-claro que lo sé, estamos en el mismo salón, ¿recuerdas? – el chico le sonrió de medio lado, como si el comentario de “K” le hubiera causado gracia.
-bueno, entonces está hecho – le sonreí – muchas gracias por el cambio, Gabriel – le agradecí tomando a mi embobada amiga de la muñeca para comenzar a arrastrarla hacia una de las únicas clases que coincidían, Matemáticas.
- de nada, Rathbone – respondió amablemente – nos vemos, Kendall – agregó susurrando el nombre de mi mejor amiga, la cual comenzó a apretar mi mano hasta estrangularla.
- adiós, Gabriel - sonrió “K”.
Cuando el chico se despidió con un gesto de la mano me di cuenta que tenia una de las paletas que mi amiga solía dejar pegada a su casillero. Sinceramente no sé como nadie se daba cuenta que era ella.
- no puedo creer que sigas haciendo esa estupidez – le dije rodando los ojos cuando nos habíamos alejado lo suficiente de Gabriel como para que no pudiera escucharnos – digo, Kendall, ha calculado alguna vez cuanto gastas mensual al comprar todas esos caramelos? – le pregunté frunciendo el seño, la chica se puso colorada al instante.
-me da lo mismo – respondió riendo.
- estás obsesionada, Kendall Lee – me reí en su cara.
- obsesionada no, Jenna Marie Rathbone, Enamorada – contraatacó remarcando la última palabra para luego suspirar.
-estás loca – le sonreí antes de que entráramos a mi peor pesadilla, la clase de Matemáticas con Romilda Vane.
…
- La jornada de clases dio por terminada y todo los estudiantes se apresuraron para salir rápidamente, sin embargo yo no tenía intención de correr a casa, es más, tampoco podía volver corriendo a casa ya que tenía clases con la psicóloga del instituto, Candace Fitzyerald.
Caminé por los pasillos tranquilamente ya que había aguardado unos cuantos minutos en la sala de clases esperando a que la sala se vaciara. Para llegar a la oficina de Fitzyerald, tenía que entrar obligadamente a la oficina del directorio ya que allí se encontraba el despacho de la psicóloga. Entré cuidadosamente tratando de que la maldita puerta donde estaba la secretaria del establecimiento, no se golpeara muy fuerte al cerrarse como solía pasar. Sin embargo, sin querer, solté la puerta de un golpe y me quedé estática en el lugar. Allí había un chico. Un chico de piel tostada y limpia, ojos color azul cielo intensos, cabello castaño, labios medianamente gruesos y nariz perfecta. Alto y delgado. Un chico que me miró atentamente de pies a cabeza como si hubiera visto un fantasma. Un chico que conocía perfectamente. Ese chico era Danniel Tomlinson, el chico que me intimidaba y se burlaba de mí durante la primaria por haber tenido sobrepeso, el causante de mi actual infierno, el porqué de mi lucha diaria contra mi supuesta “enfermedad”. Por un momento, los fantasmas y las pesadillas del pasado me invadieron, haciéndome estremecer de la cabeza a los pies.
En ese momento no supe que hacer, no sabía si salir de la oficina o si quedarme y hacer que no le conocía, probablemente ni se recordaba de mí. De pronto, la secretaria, salió de uno de los despachos.
-Muy bien, Señor Tomlinson, aquí tiene su comprobante de matrícula – dijo la secretaria entregándole una serie de papeles – también sus horarios y su acta de traslado de institución escolar – siguió explicando la rubia – no olvide que su tutor debe venir a firmar los documentos que faltan, puede iniciar mañana – finalizó la mujer sentándose nuevamente en su silla.
- gracias – dijo el chico en tono frío. Su voz había madurado al igual que su cuerpo, me preguntaba si también habría madurado mentalmente.
- ¡oh! Jenna, cariño – dijo la mujer al percatarse de mi presencia y el chico abrió los ojos a tope al escuchar mi nombre y deseé que Annie no hubiera mencionado mi nombre. Aquella mujer era un amor, siempre trataba a los estudiantes con la mayor dulzura posible. Algunas veces me preguntaba si acaso ella era la madre perdida de Kendall, sus personalidades eran muy similares. Espabilé rápidamente, tragué saliva, relajé la mandíbula, la cual había tensado al escuchar mi nombre salir de los labios de la secretaria y aclaré mi garganta para que mi voz sonara seria y fría.
- hola Annie – le salude por el nombre y me acerqué insegura hasta apoyarme sobre la mesa de la mujer.
-¿Qué se te ofrece cariño? – preguntó la mujer.
-vengo a entrevista con Candice – respondí mirando de reojo al chico que mantenía su mirada fija en mí.
- pasa, está en su despacho- me indicó.
Respondí con un simple “gracias” y salí disparada al despacho de Candice.
- pero si aquí tenemos a mi paciente favorita – exclamó la mujer.
-Hola Candice – dije sentándome en la silla sin ganas pero acelerada por el reencuentro con Tomlinson.
-bien, vamos al grano – dijo la mujer sacando una ficha con mi nombre - no estás intentando suicidarte, ¿verdad? – preguntó directa. A veces me preguntaba en qué lugar había conseguido su título de psicóloga, sinceramente.
- n… no – dije entrecerrando el entrecejo, de todas maneras no me sorprendían sus preguntas, siempre eran casi las misma, con ciertas variaciones.
- ¿estás comiendo? – preguntó sonriéndome.
-sí… - respondí insegura.
-¿crees que estás superando tu enfermedad, cariño? - ¡Qué no tenía una puta enfermedad!
-completamente – fingí.
-muy bien, hemos terminado, Jenn, nos vemos la próxima semana- dijo mostrando sus dientes en una sonrisa.
Me levanté con el ceño fruncido, esta vez, la “sesión” había terminado antes de lo usual. No es que hubiera sido mucha la diferencia entre esta y las otras “sesiones” pero esta había sido realmente corta. Cuando estuve en la entrada con la puerta abierta me giré para preguntarle si es que era verdad que la sesión había acabado, pero antes de que pudiera hablar, la mujer habló.
- sí, Jenna, terminamos, puedes irte – dijo sin quitar su sonrisa de su rostro y haciendo un gesto queriendo decir “vete, nena, vete de una vez”. Salí sin protestar.
…………
- hey, Danna, ¿podrías apagar eso? – dije arrugando el entrecejo al sentir el olor a porro inundándome la nariz mientras estaba tirada en mi cama con la cabeza colgando – recuerda que mi madre entra a la habitación cada un minutos – dije exagerando.
- no debería preocuparte- dijo la chica rubia – no creo que se moleste, es más, yo creo que se alegraría de saber que algo ha pasado por tu boca que no sea desde dentro de tu cuerpo – dijo la chica.
- Danna…- la regañó Ángel, mi prima, quién era su mejor amiga. Mis tíos habían venido a visitar a mi madre ya que ella había llamado a la madre de Ángel, su cuñada, pidiéndole compañía durante la tarde. Mi madre se llevaba mucho mejor con su cuñada que con su propio hermano debido a que este último se había enojado con mamá cuando ella se vino a Inglaterra para casarse con papá y había huido de Grecia, su país natal. Danna, a diferencia de mí, asumía que tenía problemas alimenticios, mientras que yo me negaba a hacerlo.
- vale, lo siento – dijo la chica apagando el porro.
-ahora dime, Jenn… ¿qué es lo taaan grave que te ha sucedido para no querer volver al instituto? – preguntó mi prima. Suspiré derrotada al recordar a Tomlinson.
- mi peor pesadilla ha vuelto a aparecer – exclamé girándome sobre la cama y apoyándome sobre los codos, Ángel estaba a mi derecha y Ángel a mi izquierda, ambas sentadas en el suelo – Danniel Tomlinson ha vuelto…- finalicé resignada.
Ficha aceptada
Invitado
Invitado
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
Courth Novoselic.
Nombre de la chica: Courtney Jamie Novoselic.
Nombre de la representante: Saoirse Ronan.
Nombre del chico: Tate James Cook.
Nombre del representante: Jake Bugg.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
Nombre de la representante: Saoirse Ronan.
Nombre del chico: Tate James Cook.
Nombre del representante: Jake Bugg.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
- miss.. | nc:
- Capítulo dos.Deja que el especial de media noche me ilumine con su luz.
Esta bien.. Lea respira.. es solo una sesión, como todas las otras. ¡Dios! ¡¿de qué estoy hablando?! Mi carrera cambió, ellos cambiaron y tratan de cambiarme, la meta que más costó conseguir, se había vuelto en un infierno. Parece que ahora solo es “desnuda o nada”. La gente que apenas ayudaban, corría, pasaban con ropa que apenas cubría mi cuerpo y me habían dejado asustada y preocupada, como siempre, frente a un espejo con reflectores redondos a cada lado, mirándome con desprecio y asco, ¿qué estoy haciendo? La única manera de poder lograr estar en una estúpida revista, era esta, mostrando el cuerpo. Ya no era lo mismo levantarse temprano, tomar un poco de café y vestirse a gusto para una buena sesión de fotos, ahora estas, daban pena. Yo misma me daba pena, extrañaba a mis hermanos y por supuesto a mi papá, mudarme lejos, a la gran ciudad no había sido la mejor idea. Extrañaba a mi verdadera representante, Barbra, ella era mi ídola. ¿A quién tengo a ahora? Joan, la mujer más descuidada y repugnante en todo el mundo, que obviamente solo quiere dinero.. y hablando de roma, aquí viene la tortura.
—¡Niña! ¡¿Qué estas haciendo?! ¡Prepárate!—.me gritó moviendo su mano derecha porque la otra sostenía su estúpido celular.
—No me apetece hacer esta sesión—.Traté de ser lo más sincera posible.
—Oh vamos, ¿quién eres?—.respondió con la pregunta a la cual, ella misma tenía la respuesta.
—A lo que tu asumes, tu fuente de dinero, eso es la mierda que soy ahora, ¡por tu culpa!—. Me levanté de la silla para mirarla sin compasión alguna, nunca me calló bien esta mujer.
—¡Oh pero por favor! No decides que hacer aquí, solo prepárate sola porque no tenemos suficiente dinero como para organizar ayuda, ¿qué crees? Por tu culpa, anda, sales en 3 minutos, lo quieras o no ¿ok?—. Amenazó antes de girar sus tobillos e irse, sus pasos se escuchaban desde lejos gracias a sus tacos de aguja que por cierto, eran horribles. Meneaba la cadera para mostrar juventud.
Como ella misma me planteó, me preparé sola y sin ayuda, me coloqué la lencería que apenas tapaba mi cuerpo y salí hacía la sesión.
—Llegaste por fin—.bufó mi odioso compañero, Colton.
—Sí, lo que sea—. Respondí fría.
En eso llega Joan con decepción e su rostro mientras que yo y Colton mirábamos algo confundidos.
—Chicos, lamentablemente el fotógrafo tubo una “emergencia”—levantando sus dedos formando comillas en la palabra emergencia.
—¿Dices que no voy a posar frente a un pedófilo y con el niño porcelana? ¡Dios santo! ¡Gracias!—.corrí con la felicidad de un niño en Navidad a mi camerino.
—Se nota que odia esto—. Pronunciaron ambos al mismo tiempo.
Unos minutos después estaba en mi camerino vistiéndome y me apresuraba a llamar a mi papá, quería asegurarme de que estaba bien y contarle lo que me había provocado una sonrisa más larga que los Himalayas.
—¿Por qué sonríes tanto?—. Alguien habló riendo cerca de mi oído derecho lo que causo escalofríos.
—¡Adam! ¿Qué haces aquí?—. Dije luego de haber corrido y saltado sobre él más rápido que Forest Gump.
—Oh vamos Lea ¿a quién engañas? Odias este lugar, así que vine a buscarte para salir a descansar, podemos ir al bar ‘Especial de media noche’, hoy los pianistas hacen un especial de Billy Joel, ¿qué dices?—. Menciono par de ideas mientras me sonreía.
—Pues, si terminé de trabajar iría pero asumo que Joan no me va a dejar—. Un poco de lastima por desperdiciar una muy buena idea.
—Escápate, no es la primera vez que lo haces y admítelo, es divertido—. Respondió con una risa contagiosa.
—Esta bien, déjame preparar el bolso— sonreí mientras metía las cosas necesarias en un bolso de cuero.
Salimos juntos por la ventana, mientras cruzábamos yendo hacía el bar, pasábamos por las calles que estaban iluminadas por las luces de cada farol. No me preocupaba por Joan que seguramente me buscaba para solucionar cuentas o problemas, solo para eso. Quería despejar mi mente un tiempo, recordar y reflexionar, papá siempre me dijo “Si alguna vez estás en x ciudad, mejor será que te portes bien, mejor que no hagas apuestas, allí, mejor que no armes bronca, o el sheriff te cogerá. Y sus muchachos te humillarán. Y cuando quieras darte cuenta, bonita, vas camino a la cárcel” era obviamente parte de una canción pero iba perfecta para el humor de mi papá, una pequeña sonrisa formaron mis labios al recordarlo, mejor será que te portes bien Lea.Capítulo siete.Don't waste your time on me you're already the voice inside my head.
Cuando llegué a casa, lo único que quería hacer era descansar, obviamente mi cuerpo estaba agotado al igual que mi cabeza y yo misma. Solo quería estar sin gente, sola, ya era tiempo de descansar, tiempo para mi. Dejé mi bolso sobre la mesita de luz cerca de una foto, dios.. esa foto, la foto de mi ex novio. ¿Nombre? Dan Atwood, puede que el aya sido un gran idiota, pero aún así él era perfecto. ¿Dónde esta él? En un lugar mejor, seguramente. Bajé el cuadro, aunque lo ame, no quería verlo, nunca había sentido algo así por una persona, él era lo más especial para mi, gracias a él seguía con mis pies sobre la tierra, merecía muchas cosas, tan joven y no las obtuvo. Mis pensamientos desaparecieron gracias a un golpe seco a la puerta, Joan y Colton..
—¡Señorita! ¡Ábranos la puerta de inmediato!—la irritable voz de Joan habló por detrás de la puerta.
—Oye con más cuidado, debemos ser más amables para que nos responda..—Aún así se escuchaban los casi sollozos de Colton hablando con Joan.
—Aunque no quiera abrirles, aun así lo hago, pasen.—Me limite a decir mientras les aguardaba el paso.
—Bien, sabes perfectamente porque estamos aquí, ahora habla, ¿con quién te fuiste?—
—¿Por qué te diría si ya sé muy bien lo que podrían hacer?—
—¿Te cuesta entenderlo verdad? A nosotros nos tratas con respeto ¿ok? Soy tu representante y él tu compañero, ahora, anda, ¿con quién?—Le fulminé con una mirada mientras me quedaba en silencio, no quiera decirles.—¡Habla! Fue con el flacuchento de cabello oscuro ¿verdad?
—No te importa.
—Vamos Lea, dime por lo menos a mi.
—¿Por qué a ti Colton? Ignorante.
—Dime, ¿o quieres que le haga lo mismo a tu noviesito? ¿cómo era su nombre?—me miró sonriendo y luego miró a Joan, ella sabía la respuesta.
—Dan Atwood, el idiota de cabellera rubia, ¿con quién te abra cambiado? ¿Y si le pasa algo a tu amigo como lo que le pasó a dan? ¿Lo recuerdas?
—¡¿Cómo no olvidarle si él esta muerto?!—las lagrimas comenzaron a bajar, la sala quedo muda, ningún ruido acompañaba la noche. Colton bajó la mirada, tal vez se sentía arrepentido de lo que dijo, pero Joan solo recogió su bolso luego de haberlo dejado en la silla y acomodarse contra la pared.
—Bien, Colton, hoy te quedas con ella, mañana va a ser un largo día.—Largó un suspiro mientras se iba de la casa dejándonos a mi y a Colton solos, yo me percaté de decir algo, solo me senté en la cama mientras que él posaba su mirada en mi.-SEMI HOT.-
Pasaron, posiblemente dos horas de un incomodo silencio y la tensión se sentía, comencé a caminar por toda la casa, estaba nerviosa. Colton reposó su cuerpo en la cama como si estuviese en su propia casa mientras observaba como jugaba con mis dedos, mi pelo y corría en círculos por toda la casa. Prendí el televisor, lo apagué, fui a la cocina, salí de ahí, no tenía ni idea de que hacer para acabar mis nervios y poder iniciar una conversación con Colton, la incomodidad no me gustaba para nada.
—¿Sabes que así podrías romper el piso?—preguntó sin ningún problema, gracias, gracias por cortar el silencio.
—¿Em-em? ¿Qué?—tartamudeé, tratando de no confundir la situación.
—Nada—soltó una pequeña risa para luego acercase a mi—Y dime ¿yo fui quién te ayudó a olvidar a ese?—sonreía él idiota.
—Yo-yo nunca lo olvidé, ahora si puedes, suelta mi cadera.—
—¿Por qué? ¿Es ilegal?—dijo y así comenzó a depositar besos en mi cuello, puedo jurar que le grite ciertas cosas cuales no me gustaría repetir, sus manos acariciaban todo mi cuerpo y las mías trataban de alejarlas, alejarlo a él. No lo quería en mi, lo odiaba, pero su fuerza era más superior a la mía, si es que se le puede decir fuerza a lo que tengo de pequeños brazos.
- glee; nueva generación.:
- Capítulo 002.McKingley High, no sé mucho de esa escuela. El amigo de mi papá, will schuester, me recomendó esta escuela, aún así nunca me gusto ser "la nueva", es como ser un bicho raro. Espero que no este lleno de esas personas que se creen geniales, y causan la superioridad. Dios, los odio. Un par de botas y la misma ropa de siempre, simple y cómoda. No me preocupaba mucho lo que pensaran de mi, pero me dijeron mucho acerca de esa secundaria, veremos que me espera. Fui a la cocina, de seguro papá ya se había ido a trabajar, tomé un poco de jugo y me fui caminando como siempre me gusto hacerlo.
Bien aquí te encuentras Frances, haha, que escuela. No entiendo la razón de las miradas de los demás, basta con ignorarlos. Desde lejos venían unos chicos con chaquetas, no de cuero, esas de deporte. Pasaban y empujaban a todos aquellos que estén en "su" camino, demostraban mucho confianza a si mismo, esto causaba la impresión de su arrogancia. Eran cuatro, pero era obvio que faltaban, uno rubio al medio
—Miren miren chicos, eres nueva ¿verdad?—
—Y tu eres un egocéntrico ¿verdad?—
—Uhhh..—dijeron las demás personas que se hacían presentes en el pasillo.
Su confianzuda mirada cambio a una confundida mientras yo solo sonreía satisfecha hasta que los cuatro me tiraron algo que no pude reconocer, pero era frío y pegajoso, hoy te habían "golpeado" Frances. Muchos comenzaron a reír además de aquellos cuatro chicos, luego se fueron dejándome con la boca abierta de sorpresa y toda mojada por lo que lanzaron. Obviamente corrí al baño.
Luego de que el color de aquella cosa cambiara y se secar mi pelo y mi ropa, salí. Cerca de la puerta vi unas tablillas con distintas inscripciones, clubes y demás. ¿Club Glee? ¿Qué era eso? El profesor de nombre Finn Hudson, es del que me hablo el amigo de papá. ¿por qué no entrar? Se veía entretenido.
'Frances Harrison' escribí cerca de otro nombre con una estrella, bien, se notaba el talento en esa pequeña estrellita dorada.
—¿vas a entrar al club Glee?—preguntó alguien detrás mio.Capítulo 006.No podría bajarme a ese nivel.
—¡Ya en serio! Deja ese jugo —dijo Frances entre risas, ambos reían.
—¿Y qué pasa si no lo hago?—la miró desafiadamente mientras tiene le jugo listo para tirárselo.
—Me tiras a penas una gotita del jugo y te castro.—con firmeza dijo cada palabra, parecía una guerra de vaqueros de los años 70.
—No te atreverías, además, valgo oro—dijo otra vez entre risas, ambos. Después de tenerla acorralada le devolvió su jugo y la tranquilidad volvió, salvo cuando escucharon la puerta de salidas de emergencia abrirse, era Elizabeth.
—Ah no, esto es increíble, ¡¿ahora con la perdedora?!—dijo Eli amenazante mientras cogía a Frances del brazo y fuerte.
—¡Oye suéltame! ¿quién te crees?—
—Oh sí pelea de gatas—gritó emocionado Brian mientras levantaba su puño en signo de pelea y diversión, algo que confundió a las chicas.
—¡Brian no! Lamento acabar tu diversión pero creo que debes manejar a tu noviesita.—mientras se soltaba del agarre de Elizabeth, Frances comenzaba camino otra vez hacía adentro.•••
Prendí un cigarrillo y me adentre al pasillo, faltaba poco para el timbre y para las audiciones del club Glee, no es de mi mucho interés pero debía distraerme y ese club demostraba futuro. Tal vez entre al de las porrista, solo para molestarlas, era gracioso verlas volverse locas por no encontrar su maquillaje. Para esperar un poco de los minutos que faltaban, mientras esperaba, solo miraba sus comportamientos. ¿Cómo era posible que sea tan.. “perfectos”? Sus vidas, no tienen preocupaciones, la mía es un completo desorden, ellos disfrutan y crean, eso se nota. La duda invadía mi cuerpo, todo el tiempo.A lo único que temo, es a fallar.
Posé mis manos sobre las ruedas mientras trataba de avanzar hacía mi casillero, las miradas se posaban en mi, no por tener algo especial o “cool”, de hecho era la terrible silla de ruedas en la cual estaba sentado. La gente pensaba que era un monstruo, para nada, soy solo una persona normal. Tenía la tranquilidad y confianza a pegadas a mi sonrisa, hasta que aparecieron los chicos del equipo de fútbol, dios.
—Hey miren, es el loco de la silla, ¿qué onda?—dijo entre risas mientras me epgaba en la frente con un poco de delicadeza, muy poca.
—¿Sabes? No quiero tener problemas, espero que me dejen pasar.—le respondí al chico, creo que era el tal Niall, eso creo.
—¿Qué crees? Yo sí.—lo último lo dijo frunciendo el ceño para luego hacer como una señal para que los demás chicos, me tiraran slushy. Todos comenzaron a reír como siempre mientras yo me congelaba, no entendía el humor a todo esto. Cuando por fin pude abrir mis ojos, vi a la chica con la que hablé cuando sobre el club Glee, recuerdo cuando le pregunté si se iba a unir y ella solo asintió con la cabeza mientras sonreía, ella estaba decidida a ayudarme y eso me encantaba.
—Oye escucha, no debes prestarles atención, dejarán de molestarte, o eso espero.—dijo mientras cogía la silla para poder ayudarme.—Falta poco para la audición así que, vamos juntos, yo te ayudo.—sin más que decir yo solo sonreía, era increíble lo muy tonto que era para esto, y fue así como fuimos juntos al auditorio, esperaba con ansías escucharla cantar.
•••
—Bien, dime tu nombre y que vas a cantar.—dijo el profesor conocido como Finn, al ver que una chica se subía al escenario, era Frances.
—Soy Frances, y voy a cantar “Yesterday” de una de mis bandas favoritas, los Beatles.—dijo mostrando su sonrisa mientras se acercaba a recoger la guitarra que se encontraba cerca.
—Bien, adelante.—dijo para anotar algo en su libreta y poder escuchar a la joven.
Yesterday,
All my troubles seemed so far away,
Now it looks as though they're here to stay
Oh I believe in yesterday
Suddenly,
I'm not half the girl I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh yesterday came suddenly
Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday
Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday
Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday
Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday
Al terminar solo quedo mirando al esperar la reacción del profesor, Finn. Al cantar se había notado cierta nostalgia y sentimiento en la canción, sí le había gustado a Finn, la voz era impresionante como la de muchos y se sentía el amor a la canción, Louis desde los asientos aplaudía con tanta emoción que daba risa. Ella lo había hecho genial y ahora le tocaba a Louis.
—Bien, dime tu nombre y que vas a cantar.—le dijo al chico sobre ruedas mientras el temblaba un poco por los nervios.
—Em-em, soy Louis, y voy a cantar That’s all right Mamma, de Elvis.—tartamudeo un poco para luego ponerse a pensar, estaba nervioso.
—Oh genial, bueno, anda chico, canta.—sonrió y luego anotó otra vez en su libreta.
Well, that's all right, mama
That's all right for you
That's all right mama, just anyway you do
Well, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
Mama she done told me,
Papa done told me too
'Son, that gal your foolin' with,
She ain't no good for you'
But, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
I'm leaving town, baby
I'm leaving town for sure
Well, then you won't be bothered with
Me hanging 'round your door
Well, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
Al terminar Finn aplaudió al igual que Frances, lo había hecho demasiado bien, su voz era increíble y la canción iba con él, ambos hicieron canciones con guitarras salvo que Louis no la toco por la silla que lo impedía un poco, pero aún así llevaba el talento con él, posiblemente ya estaban en el club y ambos no tenían vergüenza.
perdón por la tardanza y eso *inserte gif de britney* espero que este todo bien c:
ceonella.
Re: nicotine {novela colectiva. {audiciones abiertas.
CamiiBeliberStyles escribió:
- ficha :AA:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Courth Novoselic.Nombre de la chica: Courtney Jamie Novoselic.
Nombre de la representante: Saoirse Ronan.
Nombre del chico: Tate James Cook.
Nombre del representante: Jake Bugg.
Rol: La popular.
Escrito de tu autoría:
- miss.. | nc:
Capítulo dos.Deja que el especial de media noche me ilumine con su luz.
Esta bien.. Lea respira.. es solo una sesión, como todas las otras. ¡Dios! ¡¿de qué estoy hablando?! Mi carrera cambió, ellos cambiaron y tratan de cambiarme, la meta que más costó conseguir, se había vuelto en un infierno. Parece que ahora solo es “desnuda o nada”. La gente que apenas ayudaban, corría, pasaban con ropa que apenas cubría mi cuerpo y me habían dejado asustada y preocupada, como siempre, frente a un espejo con reflectores redondos a cada lado, mirándome con desprecio y asco, ¿qué estoy haciendo? La única manera de poder lograr estar en una estúpida revista, era esta, mostrando el cuerpo. Ya no era lo mismo levantarse temprano, tomar un poco de café y vestirse a gusto para una buena sesión de fotos, ahora estas, daban pena. Yo misma me daba pena, extrañaba a mis hermanos y por supuesto a mi papá, mudarme lejos, a la gran ciudad no había sido la mejor idea. Extrañaba a mi verdadera representante, Barbra, ella era mi ídola. ¿A quién tengo a ahora? Joan, la mujer más descuidada y repugnante en todo el mundo, que obviamente solo quiere dinero.. y hablando de roma, aquí viene la tortura.
—¡Niña! ¡¿Qué estas haciendo?! ¡Prepárate!—.me gritó moviendo su mano derecha porque la otra sostenía su estúpido celular.
—No me apetece hacer esta sesión—.Traté de ser lo más sincera posible.
—Oh vamos, ¿quién eres?—.respondió con la pregunta a la cual, ella misma tenía la respuesta.
—A lo que tu asumes, tu fuente de dinero, eso es la mierda que soy ahora, ¡por tu culpa!—. Me levanté de la silla para mirarla sin compasión alguna, nunca me calló bien esta mujer.
—¡Oh pero por favor! No decides que hacer aquí, solo prepárate sola porque no tenemos suficiente dinero como para organizar ayuda, ¿qué crees? Por tu culpa, anda, sales en 3 minutos, lo quieras o no ¿ok?—. Amenazó antes de girar sus tobillos e irse, sus pasos se escuchaban desde lejos gracias a sus tacos de aguja que por cierto, eran horribles. Meneaba la cadera para mostrar juventud.
Como ella misma me planteó, me preparé sola y sin ayuda, me coloqué la lencería que apenas tapaba mi cuerpo y salí hacía la sesión.
—Llegaste por fin—.bufó mi odioso compañero, Colton.
—Sí, lo que sea—. Respondí fría.
En eso llega Joan con decepción e su rostro mientras que yo y Colton mirábamos algo confundidos.
—Chicos, lamentablemente el fotógrafo tubo una “emergencia”—levantando sus dedos formando comillas en la palabra emergencia.
—¿Dices que no voy a posar frente a un pedófilo y con el niño porcelana? ¡Dios santo! ¡Gracias!—.corrí con la felicidad de un niño en Navidad a mi camerino.
—Se nota que odia esto—. Pronunciaron ambos al mismo tiempo.
Unos minutos después estaba en mi camerino vistiéndome y me apresuraba a llamar a mi papá, quería asegurarme de que estaba bien y contarle lo que me había provocado una sonrisa más larga que los Himalayas.
—¿Por qué sonríes tanto?—. Alguien habló riendo cerca de mi oído derecho lo que causo escalofríos.
—¡Adam! ¿Qué haces aquí?—. Dije luego de haber corrido y saltado sobre él más rápido que Forest Gump.
—Oh vamos Lea ¿a quién engañas? Odias este lugar, así que vine a buscarte para salir a descansar, podemos ir al bar ‘Especial de media noche’, hoy los pianistas hacen un especial de Billy Joel, ¿qué dices?—. Menciono par de ideas mientras me sonreía.
—Pues, si terminé de trabajar iría pero asumo que Joan no me va a dejar—. Un poco de lastima por desperdiciar una muy buena idea.
—Escápate, no es la primera vez que lo haces y admítelo, es divertido—. Respondió con una risa contagiosa.
—Esta bien, déjame preparar el bolso— sonreí mientras metía las cosas necesarias en un bolso de cuero.
Salimos juntos por la ventana, mientras cruzábamos yendo hacía el bar, pasábamos por las calles que estaban iluminadas por las luces de cada farol. No me preocupaba por Joan que seguramente me buscaba para solucionar cuentas o problemas, solo para eso. Quería despejar mi mente un tiempo, recordar y reflexionar, papá siempre me dijo “Si alguna vez estás en x ciudad, mejor será que te portes bien, mejor que no hagas apuestas, allí, mejor que no armes bronca, o el sheriff te cogerá. Y sus muchachos te humillarán. Y cuando quieras darte cuenta, bonita, vas camino a la cárcel” era obviamente parte de una canción pero iba perfecta para el humor de mi papá, una pequeña sonrisa formaron mis labios al recordarlo, mejor será que te portes bien Lea. Capítulo siete.Don't waste your time on me you're already the voice inside my head.
Cuando llegué a casa, lo único que quería hacer era descansar, obviamente mi cuerpo estaba agotado al igual que mi cabeza y yo misma. Solo quería estar sin gente, sola, ya era tiempo de descansar, tiempo para mi. Dejé mi bolso sobre la mesita de luz cerca de una foto, dios.. esa foto, la foto de mi ex novio. ¿Nombre? Dan Atwood, puede que el aya sido un gran idiota, pero aún así él era perfecto. ¿Dónde esta él? En un lugar mejor, seguramente. Bajé el cuadro, aunque lo ame, no quería verlo, nunca había sentido algo así por una persona, él era lo más especial para mi, gracias a él seguía con mis pies sobre la tierra, merecía muchas cosas, tan joven y no las obtuvo. Mis pensamientos desaparecieron gracias a un golpe seco a la puerta, Joan y Colton..
—¡Señorita! ¡Ábranos la puerta de inmediato!—la irritable voz de Joan habló por detrás de la puerta.
—Oye con más cuidado, debemos ser más amables para que nos responda..—Aún así se escuchaban los casi sollozos de Colton hablando con Joan.
—Aunque no quiera abrirles, aun así lo hago, pasen.—Me limite a decir mientras les aguardaba el paso.
—Bien, sabes perfectamente porque estamos aquí, ahora habla, ¿con quién te fuiste?—
—¿Por qué te diría si ya sé muy bien lo que podrían hacer?—
—¿Te cuesta entenderlo verdad? A nosotros nos tratas con respeto ¿ok? Soy tu representante y él tu compañero, ahora, anda, ¿con quién?—Le fulminé con una mirada mientras me quedaba en silencio, no quiera decirles.—¡Habla! Fue con el flacuchento de cabello oscuro ¿verdad?
—No te importa.
—Vamos Lea, dime por lo menos a mi.
—¿Por qué a ti Colton? Ignorante.
—Dime, ¿o quieres que le haga lo mismo a tu noviesito? ¿cómo era su nombre?—me miró sonriendo y luego miró a Joan, ella sabía la respuesta.
—Dan Atwood, el idiota de cabellera rubia, ¿con quién te abra cambiado? ¿Y si le pasa algo a tu amigo como lo que le pasó a dan? ¿Lo recuerdas?
—¡¿Cómo no olvidarle si él esta muerto?!—las lagrimas comenzaron a bajar, la sala quedo muda, ningún ruido acompañaba la noche. Colton bajó la mirada, tal vez se sentía arrepentido de lo que dijo, pero Joan solo recogió su bolso luego de haberlo dejado en la silla y acomodarse contra la pared.
—Bien, Colton, hoy te quedas con ella, mañana va a ser un largo día.—Largó un suspiro mientras se iba de la casa dejándonos a mi y a Colton solos, yo me percaté de decir algo, solo me senté en la cama mientras que él posaba su mirada en mi.-SEMI HOT.-
Pasaron, posiblemente dos horas de un incomodo silencio y la tensión se sentía, comencé a caminar por toda la casa, estaba nerviosa. Colton reposó su cuerpo en la cama como si estuviese en su propia casa mientras observaba como jugaba con mis dedos, mi pelo y corría en círculos por toda la casa. Prendí el televisor, lo apagué, fui a la cocina, salí de ahí, no tenía ni idea de que hacer para acabar mis nervios y poder iniciar una conversación con Colton, la incomodidad no me gustaba para nada.
—¿Sabes que así podrías romper el piso?—preguntó sin ningún problema, gracias, gracias por cortar el silencio.
—¿Em-em? ¿Qué?—tartamudeé, tratando de no confundir la situación.
—Nada—soltó una pequeña risa para luego acercase a mi—Y dime ¿yo fui quién te ayudó a olvidar a ese?—sonreía él idiota.
—Yo-yo nunca lo olvidé, ahora si puedes, suelta mi cadera.—
—¿Por qué? ¿Es ilegal?—dijo y así comenzó a depositar besos en mi cuello, puedo jurar que le grite ciertas cosas cuales no me gustaría repetir, sus manos acariciaban todo mi cuerpo y las mías trataban de alejarlas, alejarlo a él. No lo quería en mi, lo odiaba, pero su fuerza era más superior a la mía, si es que se le puede decir fuerza a lo que tengo de pequeños brazos.
- glee; nueva generación.:
Capítulo 002.McKingley High, no sé mucho de esa escuela. El amigo de mi papá, will schuester, me recomendó esta escuela, aún así nunca me gusto ser "la nueva", es como ser un bicho raro. Espero que no este lleno de esas personas que se creen geniales, y causan la superioridad. Dios, los odio. Un par de botas y la misma ropa de siempre, simple y cómoda. No me preocupaba mucho lo que pensaran de mi, pero me dijeron mucho acerca de esa secundaria, veremos que me espera. Fui a la cocina, de seguro papá ya se había ido a trabajar, tomé un poco de jugo y me fui caminando como siempre me gusto hacerlo.
Bien aquí te encuentras Frances, haha, que escuela. No entiendo la razón de las miradas de los demás, basta con ignorarlos. Desde lejos venían unos chicos con chaquetas, no de cuero, esas de deporte. Pasaban y empujaban a todos aquellos que estén en "su" camino, demostraban mucho confianza a si mismo, esto causaba la impresión de su arrogancia. Eran cuatro, pero era obvio que faltaban, uno rubio al medio
—Miren miren chicos, eres nueva ¿verdad?—
—Y tu eres un egocéntrico ¿verdad?—
—Uhhh..—dijeron las demás personas que se hacían presentes en el pasillo.
Su confianzuda mirada cambio a una confundida mientras yo solo sonreía satisfecha hasta que los cuatro me tiraron algo que no pude reconocer, pero era frío y pegajoso, hoy te habían "golpeado" Frances. Muchos comenzaron a reír además de aquellos cuatro chicos, luego se fueron dejándome con la boca abierta de sorpresa y toda mojada por lo que lanzaron. Obviamente corrí al baño.
Luego de que el color de aquella cosa cambiara y se secar mi pelo y mi ropa, salí. Cerca de la puerta vi unas tablillas con distintas inscripciones, clubes y demás. ¿Club Glee? ¿Qué era eso? El profesor de nombre Finn Hudson, es del que me hablo el amigo de papá. ¿por qué no entrar? Se veía entretenido.
'Frances Harrison' escribí cerca de otro nombre con una estrella, bien, se notaba el talento en esa pequeña estrellita dorada.
—¿vas a entrar al club Glee?—preguntó alguien detrás mio. Capítulo 006.No podría bajarme a ese nivel.
—¡Ya en serio! Deja ese jugo —dijo Frances entre risas, ambos reían.
—¿Y qué pasa si no lo hago?—la miró desafiadamente mientras tiene le jugo listo para tirárselo.
—Me tiras a penas una gotita del jugo y te castro.—con firmeza dijo cada palabra, parecía una guerra de vaqueros de los años 70.
—No te atreverías, además, valgo oro—dijo otra vez entre risas, ambos. Después de tenerla acorralada le devolvió su jugo y la tranquilidad volvió, salvo cuando escucharon la puerta de salidas de emergencia abrirse, era Elizabeth.
—Ah no, esto es increíble, ¡¿ahora con la perdedora?!—dijo Eli amenazante mientras cogía a Frances del brazo y fuerte.
—¡Oye suéltame! ¿quién te crees?—
—Oh sí pelea de gatas—gritó emocionado Brian mientras levantaba su puño en signo de pelea y diversión, algo que confundió a las chicas.
—¡Brian no! Lamento acabar tu diversión pero creo que debes manejar a tu noviesita.—mientras se soltaba del agarre de Elizabeth, Frances comenzaba camino otra vez hacía adentro.•••
Prendí un cigarrillo y me adentre al pasillo, faltaba poco para el timbre y para las audiciones del club Glee, no es de mi mucho interés pero debía distraerme y ese club demostraba futuro. Tal vez entre al de las porrista, solo para molestarlas, era gracioso verlas volverse locas por no encontrar su maquillaje. Para esperar un poco de los minutos que faltaban, mientras esperaba, solo miraba sus comportamientos. ¿Cómo era posible que sea tan.. “perfectos”? Sus vidas, no tienen preocupaciones, la mía es un completo desorden, ellos disfrutan y crean, eso se nota. La duda invadía mi cuerpo, todo el tiempo.A lo único que temo, es a fallar.
Posé mis manos sobre las ruedas mientras trataba de avanzar hacía mi casillero, las miradas se posaban en mi, no por tener algo especial o “cool”, de hecho era la terrible silla de ruedas en la cual estaba sentado. La gente pensaba que era un monstruo, para nada, soy solo una persona normal. Tenía la tranquilidad y confianza a pegadas a mi sonrisa, hasta que aparecieron los chicos del equipo de fútbol, dios.
—Hey miren, es el loco de la silla, ¿qué onda?—dijo entre risas mientras me epgaba en la frente con un poco de delicadeza, muy poca.
—¿Sabes? No quiero tener problemas, espero que me dejen pasar.—le respondí al chico, creo que era el tal Niall, eso creo.
—¿Qué crees? Yo sí.—lo último lo dijo frunciendo el ceño para luego hacer como una señal para que los demás chicos, me tiraran slushy. Todos comenzaron a reír como siempre mientras yo me congelaba, no entendía el humor a todo esto. Cuando por fin pude abrir mis ojos, vi a la chica con la que hablé cuando sobre el club Glee, recuerdo cuando le pregunté si se iba a unir y ella solo asintió con la cabeza mientras sonreía, ella estaba decidida a ayudarme y eso me encantaba.
—Oye escucha, no debes prestarles atención, dejarán de molestarte, o eso espero.—dijo mientras cogía la silla para poder ayudarme.—Falta poco para la audición así que, vamos juntos, yo te ayudo.—sin más que decir yo solo sonreía, era increíble lo muy tonto que era para esto, y fue así como fuimos juntos al auditorio, esperaba con ansías escucharla cantar.
•••
—Bien, dime tu nombre y que vas a cantar.—dijo el profesor conocido como Finn, al ver que una chica se subía al escenario, era Frances.
—Soy Frances, y voy a cantar “Yesterday” de una de mis bandas favoritas, los Beatles.—dijo mostrando su sonrisa mientras se acercaba a recoger la guitarra que se encontraba cerca.
—Bien, adelante.—dijo para anotar algo en su libreta y poder escuchar a la joven.
Yesterday,
All my troubles seemed so far away,
Now it looks as though they're here to stay
Oh I believe in yesterday
Suddenly,
I'm not half the girl I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh yesterday came suddenly
Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday
Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday
Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday
Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday
Al terminar solo quedo mirando al esperar la reacción del profesor, Finn. Al cantar se había notado cierta nostalgia y sentimiento en la canción, sí le había gustado a Finn, la voz era impresionante como la de muchos y se sentía el amor a la canción, Louis desde los asientos aplaudía con tanta emoción que daba risa. Ella lo había hecho genial y ahora le tocaba a Louis.
—Bien, dime tu nombre y que vas a cantar.—le dijo al chico sobre ruedas mientras el temblaba un poco por los nervios.
—Em-em, soy Louis, y voy a cantar That’s all right Mamma, de Elvis.—tartamudeo un poco para luego ponerse a pensar, estaba nervioso.
—Oh genial, bueno, anda chico, canta.—sonrió y luego anotó otra vez en su libreta.
Well, that's all right, mama
That's all right for you
That's all right mama, just anyway you do
Well, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
Mama she done told me,
Papa done told me too
'Son, that gal your foolin' with,
She ain't no good for you'
But, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
I'm leaving town, baby
I'm leaving town for sure
Well, then you won't be bothered with
Me hanging 'round your door
Well, that's all right, that's all right.
That's all right now mama, anyway you do
Al terminar Finn aplaudió al igual que Frances, lo había hecho demasiado bien, su voz era increíble y la canción iba con él, ambos hicieron canciones con guitarras salvo que Louis no la toco por la silla que lo impedía un poco, pero aún así llevaba el talento con él, posiblemente ya estaban en el club y ambos no tenían vergüenza.
perdón por la tardanza y eso *inserte gif de britney* espero que este todo bien c:
Ficha aceptada.
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