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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Doctor Who N.C.
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Re: Doctor Who N.C.
comienzo a escribir, solo tengo una duda existencial (?) ¿Debo narrar desde el punto de vista de ambos personajes? ¿Mi personaje debe enfrentarse a algo sobrenatural junto al doctor? solo eso y comienzo a escribir.
Invitado
Invitado
Re: Doctor Who N.C.
Solo desde tu punto de vista, en la siguiente ronda será del otro personaje, si, en el muro interactivo viene la descripción de algunosConnú. escribió:comienzo a escribir, solo tengo una duda existencial (?) ¿Debo narrar desde el punto de vista de ambos personajes? ¿Mi personaje debe enfrentarse a algo sobrenatural junto al doctor? solo eso y comienzo a escribir.
LunaLunnel.
Re: Doctor Who N.C.
opd, juré que lo había enviado hace dos días tendré que reescribirlo bc si no se subió, significa que lo perdí:c comenzaré de inmediato, de inmediato.<3
Invitado
Invitado
Re: Doctor Who N.C.
Capítulo 03
Clarissa Drew
Paseé mi vista por la habitación ya amoblada. Vaya, de verdad mi padre se había dado el trabajo de rellenar las paredes con mis dibujos, fotografías. Incluso los cajones tenían ropa de antes y alguno que otro maquillaje encima de las cómodas. La cama con plumones beige seguía en medio de la habitación, con el respaldo de fierro que siempre estuvo allí. Claro, olvidé decir, que mi habitación ocupaba todo el segundo piso de la casa y además tenía solo tres paredes, la cuarta, era solo una baranda de hierro negro.
Los dibujos eran mayoritariamente las cosas que soñaba o escuchaba. Historias sin terminar, cuentos sin leer, sueños interminables. En fin, era todo lo que yo justamente deseaba olvidar. Gran trabajo, pá.
- Clary, ¿Ya has ido a inscribirte en la escuela? - Le medio sonreí.
- Sí, he ido esta mañana. ¿Ha pasado algo con los profores más... antiguos? - Pregunté extrañada.
Recordé que había pasado algo raro esta mañana mientras hablaba con la profesra Hawkins, la señora de Historia.
- No - Respondió pensativo - Creo que no.
- Oh, bueno, iré al bar de Jamie, quizá necesite mi ayuda - Sonreí.
Me puse la chaqueta verde y lo último que escuché de mi papá fue un "Hasta pronto". Jamie era un buen amigo, tenía veinte años y también tenía un bar antiguo donde generalmente iban viejecillos a revivir sus mejores años. Tanto la música, como el ambiente - y también los clientes - estaban en su fecha de caducación, pero Jamie lo mantenía abierto para ellos y antes de irme le ayudaba a atender a los ancianos.
Metí mis manos en los bolsillos, y encogí mis hombros por el frío. Un hombre con aspecto británico se me acercó con un aparato raro y comenzó a caminar a mi lado. Luego de una cuadra, me giré, metí mis manos en los bolsillos y lo quedé mirando boquiabierta.
- ¿Quién eres y porqué me sigues? - Pregunté extrañada, sin dejar de mirar su aparato.
- Soy el doctor, y me dirigo al bar de Jamie - Dijo normal.
- ¿El doctor? ¿Tienes un doctorado? ¿O al menos algún nombre? ¿Británico o Americano? - Pregunté rápidamente.
- Muchas preguntas, pocas respuestas, niña.
- Me llamo Clarissa, y tengo 17, técnicamente soy una adolescente apunto de convertirse en adulta - Dije caminando nuevamente.
- Pareciera que tu cabello se incendia - Sonrió levemente.
- Me gusta así - Me encogí de hombros.
Llegamos al bar de Jamie, y extrañamente, no había música de los cuarenta. Jamie estaba sentado en la barra, limpiando y con los ojos desenfocados. Me acerqué a él, sin dejar de ver el espantado rostro de "El Doctor". Algunos viejecillos vieron su aparto con curiosidad, otros, con miedo. Jamie, por otro lado, parecía poseído.
Algunos ancianos se pusieron de pie, y comenzaron a acercarse.
- ¿Qué sucede? - Pregunté al ver como abrían sus labios.
- Ellos son Eknodines - Contestó apretando algunos botones de su aparato.
- Ah... - Me miró ceñudo.
- Corre - Comencé a seguirlo fuera del bar de Jamie.
Llegamos a una plaza, yo casi sin aire, él, señalando el cielo con su rarito control. Se acercó a una cabina color azul, con una expresión de "¡Aquí estabas, te he buscado todo este tiempo!", aún con mis manos apoyadas en mis rodillas, no dejé de mirarlo. Entró a ella y mirándome a los ojos, hizo un ademán para que me acercara.
- ¿Qué es esto?
- Es la Tardis, mi máquina del tiempo - Una...
- ¿Funciona? - Pregunté emocionada - ¿En realidad funciona?
- ¿Quieres probar? - Sonrió piscópata.
- Debo volver con mi padre - Miré hacia atrás... - Pero un viajecito no estaría mal - Entré con él - ¿Donde iremos? ¿Podemos ir a la época de la segunda guerra mundial? ¿O al primer concierto de Los Beatles? ¡Quizá a la independencia de Chile contra España! Siempre he querido ver a los indios latinoamericanos...
- ¿Siempre haces tantas preguntas, niña? - Lo miré mal - Reitero, ¿siempre haces tantas preguntas, adolescente apunto de ser adulta? - Sonreí.
- Casi - Me encogí de hombros - Ahora probemos esto - Sonreí emocionada.
Los dibujos eran mayoritariamente las cosas que soñaba o escuchaba. Historias sin terminar, cuentos sin leer, sueños interminables. En fin, era todo lo que yo justamente deseaba olvidar. Gran trabajo, pá.
- Clary, ¿Ya has ido a inscribirte en la escuela? - Le medio sonreí.
- Sí, he ido esta mañana. ¿Ha pasado algo con los profores más... antiguos? - Pregunté extrañada.
Recordé que había pasado algo raro esta mañana mientras hablaba con la profesra Hawkins, la señora de Historia.
- No - Respondió pensativo - Creo que no.
- Oh, bueno, iré al bar de Jamie, quizá necesite mi ayuda - Sonreí.
Me puse la chaqueta verde y lo último que escuché de mi papá fue un "Hasta pronto". Jamie era un buen amigo, tenía veinte años y también tenía un bar antiguo donde generalmente iban viejecillos a revivir sus mejores años. Tanto la música, como el ambiente - y también los clientes - estaban en su fecha de caducación, pero Jamie lo mantenía abierto para ellos y antes de irme le ayudaba a atender a los ancianos.
Metí mis manos en los bolsillos, y encogí mis hombros por el frío. Un hombre con aspecto británico se me acercó con un aparato raro y comenzó a caminar a mi lado. Luego de una cuadra, me giré, metí mis manos en los bolsillos y lo quedé mirando boquiabierta.
- ¿Quién eres y porqué me sigues? - Pregunté extrañada, sin dejar de mirar su aparato.
- Soy el doctor, y me dirigo al bar de Jamie - Dijo normal.
- ¿El doctor? ¿Tienes un doctorado? ¿O al menos algún nombre? ¿Británico o Americano? - Pregunté rápidamente.
- Muchas preguntas, pocas respuestas, niña.
- Me llamo Clarissa, y tengo 17, técnicamente soy una adolescente apunto de convertirse en adulta - Dije caminando nuevamente.
- Pareciera que tu cabello se incendia - Sonrió levemente.
- Me gusta así - Me encogí de hombros.
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Llegamos al bar de Jamie, y extrañamente, no había música de los cuarenta. Jamie estaba sentado en la barra, limpiando y con los ojos desenfocados. Me acerqué a él, sin dejar de ver el espantado rostro de "El Doctor". Algunos viejecillos vieron su aparto con curiosidad, otros, con miedo. Jamie, por otro lado, parecía poseído.
Algunos ancianos se pusieron de pie, y comenzaron a acercarse.
- ¿Qué sucede? - Pregunté al ver como abrían sus labios.
- Ellos son Eknodines - Contestó apretando algunos botones de su aparato.
- Ah... - Me miró ceñudo.
- Corre - Comencé a seguirlo fuera del bar de Jamie.
Llegamos a una plaza, yo casi sin aire, él, señalando el cielo con su rarito control. Se acercó a una cabina color azul, con una expresión de "¡Aquí estabas, te he buscado todo este tiempo!", aún con mis manos apoyadas en mis rodillas, no dejé de mirarlo. Entró a ella y mirándome a los ojos, hizo un ademán para que me acercara.
- ¿Qué es esto?
- Es la Tardis, mi máquina del tiempo - Una...
- ¿Funciona? - Pregunté emocionada - ¿En realidad funciona?
- ¿Quieres probar? - Sonrió piscópata.
- Debo volver con mi padre - Miré hacia atrás... - Pero un viajecito no estaría mal - Entré con él - ¿Donde iremos? ¿Podemos ir a la época de la segunda guerra mundial? ¿O al primer concierto de Los Beatles? ¡Quizá a la independencia de Chile contra España! Siempre he querido ver a los indios latinoamericanos...
- ¿Siempre haces tantas preguntas, niña? - Lo miré mal - Reitero, ¿siempre haces tantas preguntas, adolescente apunto de ser adulta? - Sonreí.
- Casi - Me encogí de hombros - Ahora probemos esto - Sonreí emocionada.
En word se veía más largo u-ú Pero buano, no las haré esperar más, aquí está mi capítulo. No integré a ninguna de las demás chicas porque Clarissa vive en Irlanda y Emily y Scarlet se encontraron en Canadá, so, no sé (?) Sigue: Louise.
Invitado
Invitado
Re: Doctor Who N.C.
kjfafjkafjabfjabgja ¡Me encantaron los capítulos! Todos estuvieron genial así que si alguien lo niega le pego con mi palo golpeador de mentirosos, yum.
LittleMuffin
Re: Doctor Who N.C.
Esteph me encantó tu capítulo:3 ahora esperáremos el de Karly:3
Pd: no creen que este bombón es tan perfecto? Es mi chiquito bebe:3
Pd: no creen que este bombón es tan perfecto? Es mi chiquito bebe:3
- Spoiler:
LunaLunnel.
Re: Doctor Who N.C.
Ay :c
Yo re juraba comentar pero al final pues no xd
Soy una mala, perdón u.u no volverá a pasar lo prometo :c
Ya re leo los capítulos, comento y escribo el mío :c
Perdón de nuevo :c
Yo re juraba comentar pero al final pues no xd
Soy una mala, perdón u.u no volverá a pasar lo prometo :c
Ya re leo los capítulos, comento y escribo el mío :c
Perdón de nuevo :c
Invitado
Invitado
Re: Doctor Who N.C.
sus capítulos estuvieron hermosos, en serio. no tengo mucho tiempo para comentar y por eso les dejo este post bien caca :c pero espero ansiosa los demás
Sunrise.
Re: Doctor Who N.C.
Capítulo 4
Mariella Jagaciak
Mariella soltó un leve suspiro, y se dejo caer en su cama había terminado de decorar su habitación —La cual hace años que no acomodaba— miro el computador que tenía en su escritorio a lado de una enorme biblioteca de madera la cual contenía demasiados libros muchos que Marie no había leído, se levanto y busco «Crazy» si sus padres se enteraran de que escuchaba desde Aerosmith hasta Guns N’ Roses les daría un ataque si bien, Marie solo tenía permitido escuchar música clásica típico de Beethoven o Mozart aunque de hecho nunca lo hacía, al terminar la canción recibió una llamada de Clarissa su mejor amiga desde pequeña.
— ¿Y? ¿Vendrás a mi casa? es noche de películas —
— Clarissa, no lo sé; mi madre no me dejará lo tengo por seguro —
— Pues escápate, Liliana invito al chico de la vez pasada ese que te pareció adorable —
— Solamente dije que se parecía a Axl Rose no que fuera adorable —
— Bueno, algo es algo ¿no? ¡Vamos, Marie! —
— No lo sé, ya veré —
— Marie puedes dejar una vez ese papel de niña buena, solo tienes una vida y tu no la vives —
— Ajá, hasta luego Clarissa —
— ¿Qué? no me cuelgues… ¡Mariella! yo sé dónde vives —
La chica, miro mal el celular para luego lanzarlo a una parte de su habitación de tonos claros; apago el computador y tomo un polvoriento libro pensado para si mismo « ¿Cuan vieja era aquella biblioteca? » aunque no entendía bien el titulo del texto empezó con su lectura siendo interrumpida por unos leves murmullos que provenían de la parte baja de la casa, Mariella bajo pensando que se trataba de su padre pues su madre ya había llegado y estaba en su habitación preparando algo para su próximo juicio. Miro abajo y observo unas pequeñas criaturas blancas, parecían flores con unos lazos colgando, pensó en que estaba soñando por lo que se pellizco como en las películas, miro que había una ¿cabina telefónica? afuera de su casa y vio a un hombre bastante atractivo — Mas sin embargo para nada atractivo para el gusto que tenia Marie —.
— ¿Quién es usted? y ¿Por qué esta esa cabina telefónica arriba de las hortalizas de mi madre? —
— Soy el doctor y esas flores no eran justamente “lindas” ahora ¿Quién eres tu? — Marie miro de reojo las hortalinzas para luego decir:
— Mariella Jagaciak, encantada —
— Y ¿Cuántos años tienes? ¿13, 14 o 15? —
— De hecho 17, disculpe “doctor” no quiero sonar grosera pero no me ha respondido que es esa cabina—
— Eso no importa — El “doctor” saco un aparato extraño y entro a la casa, miro a las pequeñas cosas blancas y se dedico un segundo a observar cada detalle de la parte baja.
— ¿Tus padres son ricos o…?
— ¿Ricos? no lo creo.
— Pues parecen tener mucho dinero.
— No debería de hablar de las cuentas bancarias de mis padres con un extraño, lamento decirle. — El doctor miro mal a la castaña quien se encogió de hombros mas sin embargo sabía que tenía razón en lo que acaba de decir.
— Estas cosas, son los Isolus —
— De acuerdo, ahora no sé si me pudiera decir que es esa cabina —
— Te lo diré a penas me des algo de comida — Mariella suspiro, y le entrego al doctor algo de comida de la cena, más bien le dio “recalentado”.
— Esa cabina es la TARDIS, es una máquina del tiempo. — La chica entorno una sonrisa y soltó unas risas leves.
— Una máquina del tiempo, de acuerdo —
— Puedes probarla si no me crees — Marie, sonrió y seguida por el doctor entro a la cabina.
— Y bien, ¿una fecha?
— No lo sé, quisiera ir a la época del titanic cuando zarpo del puerto. —Marie pensó en ese momento en lo que Clarisa le dijo y antes de pensarlo dos veces y negarse era tarde, mas ella lo vio como un pequeño viaje además a ¿Quién le haría daño ese viaje?
— ¿Y? ¿Vendrás a mi casa? es noche de películas —
— Clarissa, no lo sé; mi madre no me dejará lo tengo por seguro —
— Pues escápate, Liliana invito al chico de la vez pasada ese que te pareció adorable —
— Solamente dije que se parecía a Axl Rose no que fuera adorable —
— Bueno, algo es algo ¿no? ¡Vamos, Marie! —
— No lo sé, ya veré —
— Marie puedes dejar una vez ese papel de niña buena, solo tienes una vida y tu no la vives —
— Ajá, hasta luego Clarissa —
— ¿Qué? no me cuelgues… ¡Mariella! yo sé dónde vives —
La chica, miro mal el celular para luego lanzarlo a una parte de su habitación de tonos claros; apago el computador y tomo un polvoriento libro pensado para si mismo « ¿Cuan vieja era aquella biblioteca? » aunque no entendía bien el titulo del texto empezó con su lectura siendo interrumpida por unos leves murmullos que provenían de la parte baja de la casa, Mariella bajo pensando que se trataba de su padre pues su madre ya había llegado y estaba en su habitación preparando algo para su próximo juicio. Miro abajo y observo unas pequeñas criaturas blancas, parecían flores con unos lazos colgando, pensó en que estaba soñando por lo que se pellizco como en las películas, miro que había una ¿cabina telefónica? afuera de su casa y vio a un hombre bastante atractivo — Mas sin embargo para nada atractivo para el gusto que tenia Marie —.
— ¿Quién es usted? y ¿Por qué esta esa cabina telefónica arriba de las hortalizas de mi madre? —
— Soy el doctor y esas flores no eran justamente “lindas” ahora ¿Quién eres tu? — Marie miro de reojo las hortalinzas para luego decir:
— Mariella Jagaciak, encantada —
— Y ¿Cuántos años tienes? ¿13, 14 o 15? —
— De hecho 17, disculpe “doctor” no quiero sonar grosera pero no me ha respondido que es esa cabina—
— Eso no importa — El “doctor” saco un aparato extraño y entro a la casa, miro a las pequeñas cosas blancas y se dedico un segundo a observar cada detalle de la parte baja.
— ¿Tus padres son ricos o…?
— ¿Ricos? no lo creo.
— Pues parecen tener mucho dinero.
— No debería de hablar de las cuentas bancarias de mis padres con un extraño, lamento decirle. — El doctor miro mal a la castaña quien se encogió de hombros mas sin embargo sabía que tenía razón en lo que acaba de decir.
— Estas cosas, son los Isolus —
— De acuerdo, ahora no sé si me pudiera decir que es esa cabina —
— Te lo diré a penas me des algo de comida — Mariella suspiro, y le entrego al doctor algo de comida de la cena, más bien le dio “recalentado”.
— Esa cabina es la TARDIS, es una máquina del tiempo. — La chica entorno una sonrisa y soltó unas risas leves.
— Una máquina del tiempo, de acuerdo —
— Puedes probarla si no me crees — Marie, sonrió y seguida por el doctor entro a la cabina.
— Y bien, ¿una fecha?
— No lo sé, quisiera ir a la época del titanic cuando zarpo del puerto. —Marie pensó en ese momento en lo que Clarisa le dijo y antes de pensarlo dos veces y negarse era tarde, mas ella lo vio como un pequeño viaje además a ¿Quién le haría daño ese viaje?
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