Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Tell your story |nc|
Página 19 de 30. • Comparte
Página 19 de 30. • 1 ... 11 ... 18, 19, 20 ... 24 ... 30
capítulo 13
Capítulo 13
Cleo Annette
Miraba el reloj que colgaba junto al librero de la oficina más o menos cada cinco o seis minutos. No era para nada disimulada con mis tremendas ganas de irme de allí y largarme a la habitación a dormir por el resto de la mañana. Es decir, ¿a qué idiota se le ocurrió dejar las terapias con el psicólogo los domingos? Los domingos eran sagrados y reservados total y exclusivamente para hacer nada por todo el día. Sin embargo, debía abstenerme a obedecer y desde hace unos quince minutos me encontraba en la oficina con el dicho psicólogo o psiquiatra que me atendería.
—Entonces...¿usted qué es? —pregunté, tratando de distraerlo lo suficiente para que mi tiempo pasara sin que me preguntase nada que me haga incómoda.
—Psiquiatra, también tengo varios post-grados en Psicología Clínica y Pediátrica —me contestó con orgullo.
Se llamaba Joseph y parecía de algunos 28 años, más o menos. No parecía llevarle muchos años a mi hermano mayor, así que por eso lo supuse. Me sonrió amablemente, como se suponía que lo hacían todos los loqueros que tenían que lidiar con nosotros. Muchas personas me habían dicho que ellos están más locos que nosotros. Hmmm, tal vez trataré de averiguarlo con este...
Abrí la boca para hablar nuevamente pero él subió una mano en señal de que hiciese silencio, por lo que cerré la boca y lo miré expectante.
—Cuál nombre prefieres: ¿Annette o Cleo? —preguntó de la nada.
Fruncí el ceño porque esa pregunta vino inesperadamente y porque mencionó Annette, el nombre que utilizaban mis padres y él que detesto con toda mi alma.
—Cleo.
—¿Y por qué no te gusta Annette? —inquirió— Suena como nombre de princesa, ¿no? —alzó las cejas.
—No soy una princesa —espeté de mala gana, fulminándolo con la mirada.
—Ah, ¿no? ¿Y qué eres?
Entrecerré los ojos y observé sus manos escribir sin cesar en su libreta de apuntes.
—Una persona que detesta que la comparen —musité luego de dar un suspiro.
No veía por qué negarme a hablarle, eso solo empeoraría mi reporte y quería salir de allí lo más rápido posible. En vez de eso, me resigné a responder lo más vago posible, para que al final no pudiera sacar mucho de mí.
—Ups, lo siento —sonrió apenado— Entonces, no princesas. Ni nada. Solo Cleo.
Asentí sin decir nada. Intentaba descifrar el carácter de este hombre. Supongo que él hacía lo mismo conmigo.
—Entonces, ¿algo de lo que quieras hablar? ¿Algo que quieras sacar de tu pecho? —preguntó mientras se reclinaba en su silla— ¿O prefieres que comencemos hablando de algo simple?
—¿Qué es ‘simple’ para usted? —cuestioné a cambio.
Sonrió y asintió para sí mismo. Parecía...¿complacido con mi respuesta en forma de pregunta? Ugh.
—Buena pregunta. Pues, algo como...¿cuál es tu objetivo?
—Salir de aquí —contesté sin dudar.
—¿Y después de eso?
—Largarme de mi casa.
—¿Por qué? ¿No te gusta tu hogar, vivir con tu familia?
Sin poder evitarlo, me tensé en la silla y mis uñas se clavaron en mis brazos, los cuales tenía cruzados por encima de mi pecho. Dejé mi vista fija en un punto del escritorio, pero era obvio que estaba enojándome. O enojándome más. Nunca había sido buena suprimiendo mis emociones, no empezaría ahora.
—No —mantuve la compostura.
—¿Quieres hablar de ello?
Su tono de voz era paciente. Cuando miré su rostro, su expresión me hacía saber que tampoco tenía prisa por saber. Recordé lo que había dicho a poco momentos de llegar. ‘No creas que estoy aquí para analizarte como un robot o algo así, ¿okey? Soy más como un diario con voz propia que te escuchará y te aconsejará para que mejores. No voy a obligarte a nada.’ Lentamente, aflojé el agarra de mis brazos y tomé aire.
—No hay mucho de que hablar —dije después de estar más calmada. Se había quedado observándome en silencio. Lo más probable es que supiera lo de mis problemas, pero hasta el momento no había dicho nada— Solo que allá hay demasiadas presiones con lo ‘perfecto’ que debe ser uno, cuando ellos no lo son y punto. Y en parte, los típicos problemas de una familia clase alta que es más material que cualquier otra cosa.
Asintió y escribió un par de cosas en su libreta. Quería tomarla y leer todo, pero me obligué a desviar la vista y pasarla por los libros a mi derecha.
—¿Y que con tus hermanos?
Me tensé por otro momento y apreté los labios, formando una línea recta. No quería hablar ni pensar en eso por el momento.
—Mejor cambiemos de tema.
—Muy bien —inclinó la cabeza— ¿Qué tal...qué te parece la estadía en el Instituto? Compañera de habitación, amigas, todo eso.
Asentí. Hablar de las chicas sería mucho más cómodo que cualquier otra cosa. A pesar del poco tiempo que teníamos aquí, me sentía más cómoda con ellas que con mis compañeras del colegio. Les interesaba más mis hermanos o mi dinero o la piscina de mi casa que el hecho de ofrecerme su amistad.
—Seré directa. La estadía aquí me hierve la sangre porque parece más una correccional que un lugar de rehabilitación —escupí— Es decir, ¿por qué rayos tengo que ir a las clases con una pijama? ¿Por qué no puedo usar mi ropa y ya? Para algo la tengo —resoplé y él se rió— Además, eso de no dejarnos traer celulares...¿Han pensado que tal vez alguno de nosotros encuentre calma en las canciones de sus artistas favoritos? Tal vez no el celular, pero si algo como un Ipod o Mp3.
Continué hablándole sobre todo eso y luego de decir que hablaría de esas sugerencias con los Administradores, me preguntó acerca de las personas de aquí. Primero le hablé de Tim, su timidez y de mis sospechas sobre su pasado. Luego le hablé de Kiara y lo que me fastidiaba que no comiera, y así sucesivamente con el resto de las chicas. Le hablé del tenis y de lo genial que fue jugar con Liam, hasta que llegó la tipa que me hizo perder un poco la paciencia.
—Hablando de ese incidente —me dijo cuando terminé de contarle sobre la raqueta y los jarrones en el pasillo luego de hablar con Garret— Me han dicho que no has tomado las medicinas que se te han resetado desde que te diagnosticaron con Bipolaridad. ¿Por qué es eso?
—No necesito drogas.
—Todo el mundo necesita medicinas, Cleo. Nadie está completamente sano.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Contemplaba los arañazos en mis brazos mientras el agua de la ducha caía desde mi cabello hasta mis pies. Había tenido una pesadilla que me había hecho despertar muy exaltada, con depresión y mucho antes de lo que usualmente lo hacía. Ahora me encontraba completamente desanimada. Una ducha fría podría calmarme lo suficiente para verme normal cuando Tim despertara.
Usualmente, ella era quien se levantaba primero que yo y al salir del baño, me removía hasta que salía de la inconsciencia y me mandaba a duchar. Me vestí con uno de los pantalones de pijama hasta debajo de las rodillas, un suéter de que los traje de mi casa verde y recogí las mangas hasta los codos y dejé mi cabello envuelto en una toalla para que se secara.
—¿Cleo? —susurró la chica desde su cama, estrujándose los ojos— ¿Qué haces despierta tan temprano?
—Ummm...—subí la mirada del cajón de ropa— ¿Se me acabó el sueño?
—Hmm...—me miró dudosa.
—Deja de pensar cosas que no son, rubia —chasqueé la lengua— Mejor vete a duchar.
—Ya, ya —soltó una risita— No es para que te me pongas así.
Se levantó de su cama y se metió al baño rápidamente. Una media hora después, nos encontrábamos de camino hacia la cafetería para desayunarnos. Lo único que me tenía de buen humor, dentro de lo que cabe, era el hecho de que iba a comer algo sabroso.
Al llegar a la mesa, ya con nuestras bandejas, comencé a buscar un lugar donde sentarme. Por un lado estaban Becca, Bonnie y el irritante de Louis a su lado, con Liam al otro lado de él. Viendo como Tim se tensó al notar su presencia, refunfuñé por lo bajo y me fui a sentar al lado de Liam para que ella se sentara con Julie y Kiara. Sin embargo, justo cuando crucé por detrás de los chicos para sentarme en el final de la mesa, Louis empujó a Liam y ambos me sentaron en medio de ambos.
—¿Qué demonios...? —me quejé, cuidando que el jugo no se derramara— Liam, ¿de qué lado estás?
—Del que me deje desayunar en paz —contestó mientras daba un sorbo de su jugo.
—Buenos días —sonrió Louis, a mi izquierda.
Rodé los ojos en su dirección.
—No me jodas.
—Pero si el solo te saludó —se rió Julie, al parecer estaba de increíble humor cada vez que Louis lograba sacarme de mis cabales.
Tal vez era porque yo siempre la fastidaba cada vez que podía. Di un vistazo al desayuno de Kiara. Desde el accidente ese en clases de física, cuando se desmayó, todas hemos estado algo paranoicas con el asunto de la buena alimentación. La enana podía quejarse y pelear sus derechos sobre su alimentación todo lo que pudiera —pero simplemente no me iba (o íbamos) a quedar tranquila pudiendo hacer algo para ayudarla con eso.
—Su saludo es suficiente para-
—Dejarte sin aliento, lo sé —me interrumpió, inclinándose hacia mí— Tengo ese efecto en las personas.
Sus ojos azules me miraban rebosantes de diversión mientras yo le devolví la mirada con irritación. Antes de poder pensarlo concretamente, le estaba dando jalones de moño por sus cabellos de la nuca. ¡Era demasiado temprano para andar jodiendo!
—Disculpa a Cleo, Louis, como ya te he dicho-
—Sí, lo de sus días —gruñó el chico, masajeando su nuca— Creo que un día va a asesinar a alguien y esa excusa no la va a salvar de caer presa.
—No dejaré rastros —me encogí de hombros.
—No tienes remedio, Cleo —se rió Bonnie.
—Ya lo creo —concordó Tim.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Me encontraba en una de las clases a las que nos obligaban a asistir. En realidad, todo en este lugar me parecía obligatorio, a excepción de la comida y el deporte. El italiano Guiseppe, maestro de la clase ‘guía de vida’, se había pasado toda la primera media hora parloteando sobre lo difícil que es para todo el mundo, en nuestra etapa de la vida, encontrar el camino que se supone que deberíamos seguir por el resto de nuestras vidas.
Luego de cansarse de hablar —supuse—, conectó el proyector que había traído consigo para colocarnos un documental sobre el tema y personas dando testificaciones sobre el asunto, así como psicológos y psiquiátras. Después de veinte minutos escuchando aquello, comencé a distraerme pensando en cualquier otra cosa. El problema residía en que cada vez que intentaba distraerme, terminaba pensando en lo miserable que era mi situación actual.
Estaba prácticamente presa, sin libertades que gozé toda mi vida, sin mi preciada bebida, sin mi auto, sin mi Ipod. Sin nada. Lo único que hacía esto algo duradero era que podía estar con las chicas y olvidarme de todo por un momento. Claro, hasta que no volviera a ponerme depresiva sobre las cosas que me habían arrebatado sin dudarlo solo porque mi maldita abuela decidió decir que yo estaba loca, con adicción al alcohol y que intenté matarla.
Maldita vieja.
Justo en ese momento, un ‘crack’ de algo rompiéndose me sacó de mi burbuja de pensamientos. Parpadeé y miré hacia abajo, donde se encontraba mi mano derecha sujetando un lápiz, lápiz que yo acababa de romper en dos. Ups. Lentamente, coloqué el lápiz en la esquina de mi pupitre, esperando que nadie haya notado la escena.
Sin embargo, al levantar la mirada me topé con los ojos azules del idiota de Tomlinson, que me observaban con las cejas levantadas y una sonrisa de ‘Te ví, eh’. Como respuesta, rodé los ojos y le enseñé mi dedo de en medio.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Me encontraba de camino a la cocina, para cumplir con el maldito castigo que me había asignado Garret. La verdad es que estaba a punto de ir a ocultarme a otro piso o escabullirme en una de las aulas de recreación de personas mayores, para no ser notada. Sin embargo, Tim me había dicho que mejor era cumplir con esto ahora y no ganarme uno más largo en el intento de evitarlo.
Tenía razón. Lo detestaba, pero la tenía.
Una de las señoras me recibió con una sonrisa amable, por lo que mi primera impresión fue que tal vez el trabajo no sería tan malo.
—Soy Celia. Garret nos informó que te unirías a nosotras por dos semanas, ¿no es asi? —me preguntó y yo asentí sin decir nada— Bien, pues te voy a ir explicando lo que vas a hacer, ven por aquí atrás.
La señora parecía ser de casi cincuenta años, si no es que más. Llevaba su cabello oscuro recogido en un moño y debajo de una malla negra. Fuimos a la parte de la cocina en la que había un enorme fregadero de un lado, mientras que del otro estaban los hornos y estufas en donde se preparaba todo. Además, el refrigerador enorme y otra puerta que supongo que daba con una salida para arrojar las sobras o la basura.
—Podrías ayudar a servir comida o podrías quedarte aquí detrás, preparando los moldes para colocarlos en las repisas de allá en la cafetería, o...
—Prefiero quedarme aquí atrás, fregando o poniendo la comida en los moldes y colocando los jugos en vasos y todo eso —la interrumpí rápidamente— Si me quedo allá afuera y alguien comienza a burlarse de mí, no voy a responder por mis actos.
Para mi sorpresa, la señora soltó una carcajada. Pero yo no estaba bromeando en lo absoluto. Dos señoras más que estaban allí cuando dije eso, me miraron alertadas.
—Está bien, querida, como desees —manoteó en el aire, restándole importancia al asunto— Tu turno será hasta las siete, donde vas a cenar su porción que voy a guardar cuando empecemos a servir —explica y me pasa uno de los delantal y guantes de látex.
Le agradecí y justo antes de irse, se volteó y me miró.
—Ah, se me olvidaba, hay otro chico acá al que castigaron justo antes que a ti. Tiene que estar por llegar, se llama Dominic.
Asentí y con eso, Celia terminó de irse. Me coloqué los guantes, arreglé el beanie gris que tenía puesto en el cabello y me estaba tratando de amarrar el lazo del delantal en vano. Después del tercer intento de hacer el maldito nudo, estaba punto de sacármelo y arrojarlo en el suelo cuando unas manos envolvieron las mías y las alejaron de allí.
—Déjame ayudar —dijo una voz a mis espaldas. Era masculina, por lo que asumí que era mi compañero de castigo.
Por lo menos no estaré sola.
—Te veías que estabas a punto de romper el pobre delantal —se rió mientras terminaba de hacer el nudo— Ya está.
—Gracias —dije después de rodar los ojos y sonreír un poco.
Me giré y me encontré con un muchacho más alto que yo, con cabello castaño rapado casi completamente a los lados, mientras que en el medio tenía mucho más volumen, llevaba una cola corta, hasta el final del cuello. Sus ojos eran verdes y tenía un piercing en el labio. Me sonreía de lado, con simpatía.
—Soy Dominic —me ofreció su mano, la cual tomé— Llevo siendo castigado en esta cocina desde hace varios meses y eres la primera compañera que envían. Oh, ¿qué hiciste para provocar la enorme furia de estos ridículos pacifistas psicólogos? —la forma en que recitó todo eso, levantando los brazos al aire con la pregunta, provocaron que soltara una carcajada ruidosa.
—Soy Cleo. Y, no hice nada que no fuera provocado —me encogí de hombros— ¿Qué hiciste tú? Por lo que acabas de decir, te han castigado más de una vez.
En vez de responder, se llevó una mano detrás de la nuca y se rascó allí, haciendo una mueca de ‘yo no fui’.
—Digamos que soy algo complicado —espetó.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
—¿Desde cuándo estás aquí? —cuestioné mientras colocábamos los recipientes con puré de papa en sus lugares.
Habíamos estado hablando todo el tiempo sobre todo y nada. Las reglas estúpidas del lugar, la vestimenta, las clases y sobre los psicólogos. Nada que llegara a un tema profundo, como por qué nos encontrábamos en un centro de rehabilitación y ese tipo de cosas. El chico tenía 19 años y hasta ahora, su meta era salir de allí antes de cumplir los 20. Por debajo de las mangas del suéter que llevaba puesto pude divisar el comienzo de algunos tatuajes.
—Hm, desde hace un par de meses —respondió mientras movía los recipientes del lugar donde trabajábamos hasta la mesa en donde serían recogidos por Celia y las demás— ¿Tú?
—Un par de semanas, creo. Pero parece mucho más —suspiré.
—Oh y eso solo es el comienzo —musitó— Espera a que llegues a la etapa de la desesperación.
—¿En cuál etapa estoy ahora? —lo miré curiosa y divertida.
—Pues, la primera de todas es negación, o es la más común —chasqueó la lengua— Luego viene la etapa de la ira contra todo esto —creo que nunca saldré de esa etapa, pensé— Después la desesperación, la depresión y al final la aceptación.
—¿Cuánto duras para llegar a la última?
—Eso depende de ti —se encogió de hombros— Al final, todo depende de ti.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Algo de lo que dijo Dominic pareció quedarse en mi subconsciente por el resto de la noche, porque al siguiente día, me tomé la medicación justo en el desayuno como me fue indicado desde mi primera cita con el psicólogo. Realmente, llevaba una medicación desde que me habían diagnosticado con Bipolaridad —sin embargo, casi nunca la utilizaba. Lo hacía únicamente cuando me encontraba tan alterada que no podía aguantarme nada y encima, estaba alrededor de mucha gente como para ingerir alcohol.
Por primera vez desde las primeras noches que pasé aquí, se puede decir que me sentía algo...relajada. Tal vez si debería tomarme las pastillas más a menudo, pensé. Estaba recostada en el césped de uno de los jardines, medio cubierta por un árbol, aunque de todos modos los rayos atravesaban por donde podían. Por lo que cubría mis ojos con uno de mis brazos mientras el otro reposaba en mi estómago.
Escuché pasos acercarse a donde me encontraba, así que rogué para que esa persona decidiera ignorarme y seguir de largo. Sin embargo, me di cuenta de que no sería como deseé cuando de repente, una sombra cubrió por completo los rayos del sol.
—Oye, ¿estás viva? —preguntó nadie más que Louis.
Suspiré.
—Déjame en paz, Louis.
Hubo silencio por un momento, pero no se quitó.
—¡Wow! ¿Acaso estás sedada? —exclamó— Realmente me hablaste sin gritar. Eso es un gran avance.
—¿Quieres que te comience a gritar? —amenacé, todavía sin remover el brazo de mis ojos.
—No digas esa clase de cosas, pueden ser malinterpretadas —se rió.
—Jodete.
—Y hasta aquí llegamos con los modales —se lamentó— Tienes graves problemas de actitud, ¿sabes?
Se movió y escuché como se echó hacia atrás. Levanté un poco el brazo de mis ojos y de reojo, observé como se sentaba a mi lado, apoyando su espalda en el tronco del árbol.
—¿Por qué crees que estoy aquí, imbécil? ¿Por ser un ángel? —a pesar de que le hablé de mala gana y cortante, no tengo los ánimos para gritarle como siempre.
—En realidad, estoy entre problemas de Ira o Bipolaridad, aunque no sé qué tipo —soltó y yo finalmente lo miré, extrañada— Porque a pesar de que estás enojada la mayoría del tiempo, también te dan ataques de depresión, como la vez que...
Su voz se fue apagando cuano notó mi mirada en él y, probablemente, la expresión de perplejidad que tenía mi rostro. ¿Qué diablos?
Sin decir nada, me levanté de allí y comencé a alejarme dando largos pasos lo más rápido posible.
—¡Oye! ¿A dónde vas? —exclamó y en segundos, había alcanzado mi paso.
—¡Lejos de ti! Aléjate, ¿quieres? —lo miré de soslayo— ¡Eres un acosador!
—¿Eh? ¡Claro que no! —se defendió.
—¿¡Que no!? ¡Acabas de decir una análisis de mí, todas esas cosas...! —señalé hacia el lugar en donde estábamos hace un rato— ¡Ni siquiera llevo un mes aquí!
—Eso no significa que sea un acosador —espetó, ofendido.
—Ah, ¿no? De seguro por eso estás aquí-
—No sabes quién soy, Cleo —me interrumpió y por primera vez desde que lo conocí, su rostro estaba completamente serio— Así que ni se te ocurra asumir cosas de mí que no son.
Copié su faceta y me crucé de brazos.
—Lo mismo para ti, Louis. No te me acerques.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Me encontraba deambulando por los pasillos del Instituto cuando ya estaba oscureciendo. No tenía ganas de cenar ya que había comido tarde por estar ayudando a Celia y a las demás señoras a recoger todo el desastre de la cafetería. Además, tampoco tenía muchas ganas de socializar. Quería estar sola con mis pensamientos por un momento. Estaba por salir a los jardines cuando algo captó mi campo de visión, parecía ser un guillo en el suelo. Cuando me agaché para recogerlo, algo de metal golpea mi cabeza con mucha fuerza, tanta que creo que me quedé aturdida por unos momentos. Parpadeé con rapidez y me levanté lo más rápido que puedo, sintiendo mis ojos aguarse repentinamente por el dolor y por inercia, llevé una mano al lugar, para sentir sangre saliendo de la herida. Mierda...
Mi primer instinto fue comenzar a buscar con qué me golpeé, pero encontré las respuestas al observar la silueta de alguien sujetando lo que parecía ser una raqueta. Inesperadamente, siento los nudillos de alguien chocar con mi mejilla, ocasionando que el interior de mi boca y mi lengua comenzaran a sangrar.
—¿¡Qué diablos!? —grité adolorida.
—¡Esto es por creerte que puedes andar golpeando a una de mis chicas! —chilló una chica, apareciendo de la nada.
Las luces de aquella parte del lugar no se encontraban muy cerca, por lo que únicamente pude distinguir su cabello marrón. Al parecer estaba algo aturdida por el golpe aún, porque no podía reaccionar adecuadamente a lo que me estaba diciendo.
De pronto, alguien golpeó mis costillas y yo solté un gruñido de dolor. Fue de la misma dirección que el golpe en la mejilla, por lo que me giré un poco tratando de ver. Escuché una risotada provenir de aquel lugar, por igual. Estaba rodeada por tres hijas de puta.
La chica que me ha golpeado en la cabeza con la raqueta intentó acercarse de nuevo pero la bloqueé con un brazo. Con el otro, jalé la raqueta hacia mí provocando que ella cayera hacia adelante, dándome el perfecto chance para quitarle la raqueta y tumbarla en el suelo con un golpe en el costado.
—¡Oye!
—¡Déjala!
La pateé para asegurarme de que no se levantara por un buen rato, pero antes de poder girarme, una de las otras dos templó de mi cabello con fuerza hacia atrás. Terminé cayendo de espaldas en el suelo y mi cabeza chocó con el frío y duro cemento. ¡Joder!
Alguien me pateó en el mismo costado en el que me golpearon antes. Creía haber visto rojo del dolor pero de igual manera intenté levantarme del suelo. Si no lo hacía, sería peor. No me dejaron porque volvieron a patearme y esta vez chillé del dolor.
¿¡Dónde diablos están los supervisores!?
¡Son tres contra mí!
En mi campo de visión, cuando abrí los ojos luego de cerrarlos por el dolor, observé un par de piernas. Sin pensarlo, agarré los tobillos de la susodicha y la meneé hasta que logré hacer que cayera en el suelo. Intentó darme en la cara, me siento y logré darle un puñetazo justo en la nariz y arañarle la mejilla.
—¡Váyanse al diablo! —rugí.
Alguien me haló hacia detrás e hizo que de la vuelta. Fue tan rápido que al final solo sentí el puño conectar con mi nariz y posteriormente, la sangre brotar de la misma. Mi voz sonó pastosa cuando grité y parpadeé rápidamente para no derramar lágrimas, pero joder, dolía como el infierno. Cuando probé mi propia sangre, la que salía de mi nariz, algo pareció hacer clic dentro de mi cerebro.
Arrojé la raqueta que aún sujetaba, al rostro de la tipa que me había golpeado en la nariz. Traté de levantarme y de ignorar el dolor inmenso que sentía en toda la cabeza y en mis costillas. La otra tipa se me arrojó encima, la que había tumbado primero pero la esquivo y cuando trató de jalarme de los cabellos, le doy un rodillazo en el estómago que la dejó sin aire. La de la nariz sangrando trató de sujetarme por los pies, pero la pateé antes de que pudiera acercarse.
—¡¡No se metan conmigo, hijas de puta!! —chillé a todo pulmón.
La única razón por la que dejé de patearla es porque comencé a ver doble y me alejé un poco, para ganar más tiempo antes de que se levantaran. Como pude, comencé a buscar algo con que noquearlas para que me dejaran en paz. Una piedra, lo que sea. De manera frenética, miraba el suelo en busca de algo; sin embargo, mis ojos no se enfocaban en nada. Ahora estaba viendo más borroso. Y el dolor pareció incrementar, lo que me hizo tambalearme.
De repente y para mi alivio, escuché pasos acercarse por un pasillo a unos cuantos metros de donde nos encontrábamos.
—¡Oh por Dios! —vociferó alguien que no pude reconocer.
Siseé y sujeté la cabeza con una de mis manos.
—¿Qué pasó aquí?
—Rápido, llévenlas a la enfermería.
¿Por qué no se callan?
Mis piernas flaquearon y esperé el impacto con el suelo. Unos brazos me sujetaron por la cintura, evitando otro posible golpe. Mi primera reacción es removerme como loca, por si es una de las asquerosas hijas de-
—Tranquila, soy yo —musitó Louis.
Por primera vez, me sentí aliviada de que sea él y no alguien más. Así que dejé de moverme y él, de manera gentil, pasó un brazo por debajo de mis rodillas, cargándome justo antes de que mis ojos se cerraran y quedara inconsciente.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Lo primero en sentir cuando me desperté fue algo suave y acolchado en el medio de mi cara. Un vendaje en la nariz, supuse. Sentía algo más en la cabeza, pero no podía decir si eran puntos o un simple vendaje, aunque esperaba con fe que fuera el segundo. Por igual, la misma sensación en las costillas, además de un ligero dolor en el costado izquierdo —el que había sido golpeado más veces.
Todavía no quería abrir los ojos. La razón mayormente era porque los sentía pesados, probablemente haya sido producto de la anestesia. Entonces escuché los susurridos de varias personas, al parecer estaban discutiendo por algo. Logré escuchar varios ‘¡cállate, yo lo haré!’ y ‘¡dejen de discutir!’, subiendo el volumen de voz cada vez más. Y mi cabeza estaba comenzando a doler.
—¿Podrían callarse? —gruñí. Tosí par de veces al sentir la garganta seca.
Los susurridos se detuvieron abruptamente. Finalmente, abrí los ojos de golpe, lo cual fue mala idea porque la claridad me hizo cerrarlos casi de inmediato. Parpadeé de manera lenta, nuevamente, hasta acostumbrarme y observar a mi alrededor. Lo primero que vi es a Tim acercarse con un vaso de agua hacia mí, el cual acepté gustosa.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Kiara, llegando junto con Julie al otro lado de la camilla rápidamente.
—Eh, medio adormilada —bostecé— ¿Qué ocurrió?
—Bueno, te alegrarás de saber que todo el evento quedó en grabado así que se ve perfectamente como esas tres put-chicas te atacaron primero —Louis estaba entrando cuando pregunté, con Liam pisándole los talones— Así que las van a castigar. O algo así.
Asentí sin decir nada. Tenía que agradecerle por haberme llevado, pero ni loca lo haría frente a todo el mundo. Lo haría después. Por ahora, no sería cortante con él. Los chicos se quedaron conmigo casi todo el tiempo. Salieron un momento cuando vino el Doctor Phillips a hacerme un chequeo sobre mis heridas, mi estado actual y para obligarme a tomar un calmante cada ocho horas. Becca y Bonnie vinieron unos momentos después, pero la primera se disculpó diciendo que tenía asuntos que atender y se fue. En algún momento, me quedé dormida nuevamente y cuando despierto, Bonnie y Louis estaban riéndose sobre algo que tenía a Kiara tan roja como un tomate. Asumí que tenía que ver con Harry. Tim estaba sentada en el sillón observando todo con una pequeña sonrisa. Ni Liam ni Julie estaban allí cuando volví a despertar.
Justo cuando estaba por preguntarle si pensaban dormir toda la noche conmigo, alguien tocó la puerta. Una cabellera castaña con los lados rapados se asomó por la puerta, sonriendo cuando reparó en mí.
—¿Cómo...?
—Los chismes recorren el mundo como una plaga, Cleo —guiñó un ojo y se adentró a la habitación— Hola —saludó al resto y fue a pararse junto a mí— Entonces, ¿tres contra uno, eh?
—Sip —hice una mueca— Para nada justo, pero me reconforta que las golpeé fuerte. Son unas hijas de puta.
Se rió.
—Bueno, esperemos que no vuelvas a meterte en líos así —sonrió— Ya me estoy acostumbrando a tu compañía.
—Qué cursi —le saqué la lengua.
—Hieres mis sentimientos, Cleo —intentó fingir tristeza y se llevó una mano al pecho.
—Qué mamita —rodé los ojos, pero aún así sonreía.
Sus carcajadas aumentaron.
—Por cierto, ¿ya cenaste? —cuestionó— Puedo meterme a la cocina y traerte uno de los sándwiches que casi te atragantas el otro día —se burló.
—Hey —reproché, pero no con la potencia que quería por mis costillas— Sí, tráeme eso. Con jugo de naranja, por favor.
—Vuelvo en un momento, m’lady —hizo una reverencia y se giró para irse.
—¡Gracias!
Cuando la puerta se cerró, fue cuando me di cuenta de que todos habían estado observándonos conversar. No conocían a Dominic porque la única vez que hablaba con él era en el castigo, en la cocina. El primero en romper el silencio fue Louis.
—Entonces, ¿cuándo te fastidio con buenas intenciones, por qué a mi me tratas mal y a él no? —chasqueó la lengua y señaló la puerta por la que acababa de salir el castaño.
Olvidaré lo de no ser cortante.
—Él no me irrita, tu sí.
—Y yo que creía ser adorable todos estos años —suspiró teatralmente.
—Lamento romper tu burbuja de mentiras —dije con sarcasmo.
—Compénsamelo con un helado.
—Te estás yendo demasiado rápido, chico.
—No soy un chico.
—De acuerdo, eres anciano-
—Tampoco. Más vieja pareces-
—¡Paren ya! Parecen dos bebés —nos sermoneó Kiara, burlándose al final.
—Todo es culpa de él —lo señalé con el pulgar.
—Tu actúas tan inmadura como él, Cleo —se burló nuevamente.
—Solo espera a que pueda moverme bien de nuevo... —amenacé en broma.
—Ni Tim ni yo te tenemos miedo —me siguió el juego.
—No me metas en tus líos, Ky —se apresuró a decir la chica, haciéndome soltar una risotada que terminó por provocarme más dolor en las costillas.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Cuando me levanté al día siguiente, estaba sola. Había una bandeja con desayuno junto a mi cama, así que me senté y comencé a comerlo todo. Al terminar, fui al baño a hacer mis necesidades. Cuando salí, me encontré con nadie más que Louis allí.
—¿No tienes una clase a la cual asistir? —cuestioné mientras caminaba hacia la cama, empujando el suero.
—Tal vez —respondió vagamente, acercándose para ayudarme.
Todavía me dolían las heridas, aunque el dolor disminuía considerablemente con la ayuda de los calmantes.
—¿Y no piensas ir?
—Quise venir acá primero —rodó los ojos— Decir gracias no te mataría, ¿sabes?
—A eso iba —refunfuñé, sentándome en la cama con su ayuda. Solté un suspiro cuando estuve cómoda y lo miré— Gracias por todo —sonrió satisfecho— chico —su sonrisa se borró y la mía apareció.
En ese momento, entró una de las enfermeras. Supuse que era a retirar la bandeja y preguntarme cómo me encontraba, pero además de eso, traía a alguien con ella. Mis ojos se abrieron en grande cuando observé a uno de mis hermanos entrar a la habitación, con el ceño fruncido y gesto preocupado por todo su rostro. Cabello marrón y corto, y ojos idénticos a los míos —cuando éramos más pequeños, la gente solía confundirnos con mellizos.
Al verme, Terry se acercó y me abrazó con fuerza. Cuando me quejé del dolor, bajó un poco la intensidad pero de todos modos no me soltó. Lo abracé de vuelta con gusto. Había pasado demasiado tiempo sin uno de aquellos abrazos. Terry era mi hermano preferido, con el único que sentía que tenía un lazo de familia real. No es que no quisiera a los otros, pero Cody estaba más centrado en soccer que en cualquier otra csa y Lucas se encontraba demasiado ocupado desde siempre, últimamente con su trabajo y su novia como para prestarme atención.
—Antes de que comiences a pelearme por no venir antes a visitarte —comenzó a decir cuando terminamos el abrazo— Tienes que saber que nuestros queridos padres nos informaron ayer. ¿Puedes creerlo? —exclamó con enojo— Casi rompo las valijas importadas de mamá. ¿Cómo diablos te mandan acá sin decirnos nada? —gruñó— No puedo creer que no nos dejaron opinar en esto.
—No me dejaron opinar a mí, que soy la ‘del problema’ —hice las comillas en el aire— ¿Qué te hace pensar que te dejarían a ti?
—¡Y mírate! Voy a demandar a estos hijos de puta por dejar que esto te pase.
—No me salvo de estas cosas ni siquiera en un centro de rehabilitación, ¿eh? —traté de bromear.
—Puedo hacer que te transfieran a otro, si quieres —dijo rápidamente.
Escuché la puerta cerrarse y asumí que Louis se había ido a su clase de una vez por todas, al igual que la enfermera.
—No soy una cobarde —fruncí el ceño— Si alguien se irá, serán ellas.
Soltó una risotada, pero después sus facciones adquirieron total seriedad y me miró a los ojos.
—Cuando salgas de aquí, te vas a vivir conmigo —mis ojos se abrieron de la sorpresa— ¿De acuerdo?
A modo de respuesta, solo pude abrazarlo con todas mis fuerzas y asentir sin decir nada. Porque creía que iba a comenzar a llorar si lo hacía.
- leer:
- Bien, ahí esta el capítulo(? Espero que les guste y sigue Cata las quierooo
PD: Disculpen si hay faltas u.u
Última edición por Torstein. el Jue 07 Mayo 2015, 10:09 pm, editado 1 vez
hange.
Re: Tell your story |nc|
A ver, Emilya, por donde empezamos?
Joseph. Se me re hace Joe Jonas y me dan ganas de tener un psiquiatra así no me culpes que sea increiblemente sensual
No comprendo aun porque Cleo no toma sus medicinas. Osea, entiendo que no quiera depender de los medicamentos, pero si haciendo caso se ira mas rapido ¿por qué no, entonces? Pero que va, esta chica es dificil :whatever: :whatever:
Louis esta empecinado en estar cerca de ella y Cleo esta como "NO ME TOQUES, BACTERIA" Creo que esta chica necesitaba mas golpes para ver su error de alejar a semejante papote
Dominic... bueno, no puedo pensar nada bueno ni nada malo de él, todavia no tengo una opinion formada de él, pero se nota que se preocupa por Cleo y congeniaron bien. Me intriga saber porque esta allí...
AGHHHH esas perras golpeando a mi linda Cleo :matar: Hijas de su madre, ¡encima pelean sucio! Comprendo que quieran vengar a su amiga, pero no las tres juntas, tramposas. Yo estaba como "PELEA CLEO, PELEA! QUE APAREZCA BECCA, KIKI O ALGUNA PERO QUE AYUDE!" Y nadie aparecia
ACA DEBE HABER VENDETTA!
AWWW Louis se puso celosito de Dominic ¡QUE LINDO QUE LINDO! Quiero mas escenas así
Terry parece muy dulce Necesito que me digas como quien te lo imaginas para enamorarme de él (??)
ME ENCANTO EL CAP, EMILYA. Espero ansiosa el de cata
Joseph. Se me re hace Joe Jonas y me dan ganas de tener un psiquiatra así no me culpes que sea increiblemente sensual
No comprendo aun porque Cleo no toma sus medicinas. Osea, entiendo que no quiera depender de los medicamentos, pero si haciendo caso se ira mas rapido ¿por qué no, entonces? Pero que va, esta chica es dificil :whatever: :whatever:
Louis esta empecinado en estar cerca de ella y Cleo esta como "NO ME TOQUES, BACTERIA" Creo que esta chica necesitaba mas golpes para ver su error de alejar a semejante papote
Dominic... bueno, no puedo pensar nada bueno ni nada malo de él, todavia no tengo una opinion formada de él, pero se nota que se preocupa por Cleo y congeniaron bien. Me intriga saber porque esta allí...
AGHHHH esas perras golpeando a mi linda Cleo :matar: Hijas de su madre, ¡encima pelean sucio! Comprendo que quieran vengar a su amiga, pero no las tres juntas, tramposas. Yo estaba como "PELEA CLEO, PELEA! QUE APAREZCA BECCA, KIKI O ALGUNA PERO QUE AYUDE!" Y nadie aparecia
ACA DEBE HABER VENDETTA!
AWWW Louis se puso celosito de Dominic ¡QUE LINDO QUE LINDO! Quiero mas escenas así
Terry parece muy dulce Necesito que me digas como quien te lo imaginas para enamorarme de él (??)
ME ENCANTO EL CAP, EMILYA. Espero ansiosa el de cata
Jaeger.
----
Re: Tell your story |nc|
AJAJAJAJAJAJ KANDEEEE, ame tu comentario mujer
Eso de la vendetta, ya veremos y sobre Dominic, también
Graciasss
Dani, esperamos por ti
Eso de la vendetta, ya veremos y sobre Dominic, también
Graciasss
Dani, esperamos por ti
hange.
Re: Tell your story |nc|
por mi?????? no sigo yo. seguia cata!!!!
porque me hacen estooooooo. se llama bullying cibernetico por exceso de trabajo
porque me hacen estooooooo. se llama bullying cibernetico por exceso de trabajo
Ariel.
---
Página 19 de 30. • 1 ... 11 ... 18, 19, 20 ... 24 ... 30
Temas similares
» ~Let me tell you a story~
» Tell your story
» her eyes saw him and they hated.
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» A Different Story. | N.C |
» Tell your story
» her eyes saw him and they hated.
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» A Different Story. | N.C |
Página 19 de 30.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.