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Wherever We Are -audiciones abiertas.
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Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
*gif de como conocí a vuestra madre* holap, amé la idea<3 en realidad estaba entre ashton y zayn, pero ana se fue por irwin así que me iré por malik<3 pronto pongo mi ficha<3
taeyong.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
Camz. escribió:la acabo de cambiar xd es de una nc kasjdgsad
jhahkaf y ahora la tienes de pll, ahque. Quiero acabar de ver esa serie de una vez...
spitfire.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
Wanda. escribió:*gif de como conocí a vuestra madre* holap, amé la idea<3 en realidad estaba entre ashton y zayn, pero ana se fue por irwin así que me iré por malik<3 pronto pongo mi ficha<3
Holap Wands (?) Muchas gracias <3 Espero tu ficha por Zayn, ahque.
spitfire.
ficha. ♡
taylor summers
Chico por el que audicionas: zayn malik.
Representante: nicola peltz.
OS o cap tuyo:
- Capítulo de tu autoría:
- to change everything. | prólogo. :
- Abril, 2137.
Últimamente me he quedado flotando en el limbo de mis pensamientos y la realidad. De todas maneras, a todos nos ha pasado y supongo que es normal. Ese momento en el que te sientes perdida y acomplejada, incomprendida y juzgada. Somos seres humanos y hasta el más fuerte sufre.
Mi papá solía decirme que yo era una pequeña fuerte, aunque en realidad siempre fui una niña cobarde y tímida. Pero creo que lo dice por el hecho de que todas las veces que me caí en mi niñez, yo me levantaba, aún con rasmillones en las rodillas, y seguía jugando. Sin siquiera botar una lágrima. Al pasar los años me di cuenta que las personas deberíamos aprender de ello. Pequeñas experiencias de nuestra niñez, en realidad son enseñanzas de vida. Y no nos dábamos cuenta. Esa es la razón por la cual las personas han cambiado, la sociedad ha cambiado, aunque yo siempre lo he vivido todo igual.
Papá me contaba que cuando él era niño no era tan así. La tecnología existía, pero ellos tenían claro que habían cosas que eran más importantes. Sus padres lo incentivaban a seguir sus sueños, y él se esforzaba por ello. Ahora tienes el futuro completamente asegurado y pocas veces te encuentras con una persona pobre. Aunque si te puedes encontrar con personas realmente ignorantes.
A veces me pregunto, ¿Quiénes somos realmente?
Las personas somos como una moneda. Tenemos dos caras; la que mostramos a la gente y la que ocultamos. Únicamente conocida por nosotros mismos. Somos quienes queremos ser, uno muestra lo que quieren que vean cuando en realidad todos los sentimientos están escondidos. Escondidos tras nuestra segunda cara. La vida. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción. Nunca el mundo estará hecho solamente de honestidad, porque todos tenemos secretos. Todos escondemos algo y todos ocultamos quien realmente somos. A veces fingimos ser felices cuando en realidad uno solo quiere abrir unas alas imaginarias y volar lejos. Alejarse de los problemas, ser libres. Dejar de fingir todo lo que decimos ser. Podemos arriesgarnos a serlo, pero no lo hacemos. ¿Por qué? Simplemente cobardía. La cobardía, el temor a ser juzgados nos consume. ¿Por qué ahora no puedes ser tu mismo? ¿Por qué no podemos dejar los comentarios atrás? Fácil. El temor a ser juzgado. Y no seré hipócrita, yo tengo miedo de los comentarios hacia mí. Tengo ganas de solamente pasar desapercibida entre la gente. Que no me noten, ni me juzguen. Ser invisible. Y no me afectaría. Ya nada podría afectarme más. Mis alas de los sueños y la esperanza se rompieron. Estoy hueca. Ya no siento nada más que tristeza, y la felicidad que solía tener está cubierta bajo los mantos del temor y la inseguridad. Mis pensamientos encerrados en mi cabeza, sin salir de allí. Permanecen, sin irse, metiéndome en mi mundo. Siempre hay soluciones, pero he perdido las ganas de luchar, de levantarme nuevamente. Me dejo caer sin intentar superar cada problema. No hago el esfuerzo de volver a levantarme, simplemente lo dejo. Me echo a morir. Sin valor para superar todo y seguir adelante. Aunque siempre hay algo que jamás querrás dejar. Cuando leo, por ejemplo. Siento que me voy, me desvanezco poco a poco y luego aparezco encerrada en el mundo de mi imaginación, sin querer salir de allí, con la ilusión de quedarme para siempre. La lectura me lleva a mundos fantásticos, a lugares extraordinarios. Abre las puertas de nuestra mente a reflexionar que es la verdadera vida. Nos hace preguntarnos cosas que jamás nos preguntamos. ¿En realidad existo? ¿Que será de mí? ¿De mi vida? ¿Cuando muera? ¿Quedaré en el olvido o mi ausencia será notada? ¿Habrá vida después de la muerte o simplemente seré...nada? Nosotros elegimos quienes somos. Nosotros elegimos el rumbo que queremos tomar. Solo nosotros. El destino es solo una excusa para no luchar por nuestro futuro o lo que será de nosotros. Nosotros elegimos en que creer. Yo tenía la mentalidad de no pensar en un futuro, vivir del pasado. Vivir de los recuerdos, vivir para respirar y no para vivir.
Recuerdo aquellas mañanas de Invierno que solía sentarme con mi padre en el viejo sofá que teníamos. Nos tomábamos un café y hablábamos sobre diversos temas. Recuerdo que un día quisimos hablar sobre la vida. Él se quedó callado largos segundos, pero luego habló. "La muerte está tan segura de su victoria, que te da toda una vida de ventaja" había dicho. Y allí empecé a mirar las cosas de manera diferente. Lo había comprendido. Nada es más importante que la vida. Aunque estés triste, feliz o enojado. Deprimido o confundido. Solo son etapas. Etapas que nos enseñan a superarnos, porque la vida es una etapa de superación. No hay que rendirse sin intentarlo. Todo problema tiene solución. Todo abismo tiene forma de cruzar. Todo se puede lograr. Simplemente debes luchar por ello. Y eso estoy haciendo yo, superaré cada problema con la frente en alto y saldré adelante. Levantándome una y otra vez si es necesario. Mi padre se va a morir, no tengo amigos y las pocas personas que conozco solo se burlan de mi personalidad. Tengo completamente presente que soy extraña. Me lo repito una y otra vez. Ahora solo me queda recordar sus consejos.
Tomé su mano, fría y algo arrugada debido a la leucemia. Las lágrimas comienzan a brotar por sí solas de mis ojos. Él me sonríe con esfuerzo.
—No llores. —me susurra —Por favor, no lo hagas.
Le sonrío una vez más, como siempre hago para él. Sabía que sería la última vez. El sujeta mi mano, con fuerza, como si no quisiera dejarme.
—Te tengo un regalo, pequeña Samantha. —tose un poco, pero continúa. —En casa, cuando te vayas, ve al laboratorio.
Mi padre era científico.
En realidad, actualmente los estereotipos de “científicos locos” ya no estaban presentes, ya que ellos descubrieron el uso de muchos de los artefactos tecnológicos actuales, hecho que los hizo respetables e incluso dignos de admiración.
Sinceramente, creo que le debo mucho de lo que soy a mi papá. No diré que fue perfecto, porque todos en algún momento tenemos problemas con nuestros padres.
Tengo la suerte de que él no me odia, pero hay gente a la que si le sucede, y lo siento mucho. Además de todo, papá siempre me hacía sentir única. Yo siempre me sentí especial y distinta a los demás, no por lucirme, solo creo que voy mas allá. Soy más…profunda. Y eso en este tiempo es raro. ¡Solo tengo trece años y he leído más libros que cualquier persona adulta de esta generación!
Cuando sentí que el pulso de mi padre desapareció, solté su mano. Sabía que debía hacerlo, no podía seguir viviendo del pasado.
« Se supone que no debo mirar atrás, ¿verdad? »
Decidí hacer la última petición que él me había planteado. Antes de salir realicé los trámites correspondientes después de su muerte. Por alguna razón sentí que luego no podría hacerlo.
Tomé un taxi, el cual se demoró en llegar, y me dirigí a mi casa.
No vivía en una mansión. Mi casa siempre ha sido una humilde vivienda, no pequeña, pero distinta a cualquier otra. Lo que yo tenía entendido era que la casa había pertenecido a mi tatarabuelo, aunque nunca he tenido razones para creer que es verdad o mentira. El piso es de mármol y la mayoría de los objetos que hay dentro son de épocas antiguas, lo cual me parece algo muy interesante. Cada uno de ellos tiene una historia diferente.
Cuando llegué, sentía que debía dar mil pasos para llegar a la puerta. Porque tenía la seguridad de que no volvería a ser lo mismo entrar. Ahora estaría todo callado, sin vida. Y la culpa se estaba apoderando de mi corazón. Dolía mucho saber que de un momento a otro me había quedado sola para siempre.
Suspiré y me adentré, intentando que mis sentimientos no escaparan. Corrí al laboratorio ubicado al otro lado de la vivienda. Coloqué la contraseña para que la compuerta se abriera y esperé unos mínimos segundos. Frente a mis ojos se encontraba aquella sala en la que crecí y viví la mayoría de los mejores momentos de mi vida. Hasta que vi algo extraño, muy extraño.
Comencé a caminar con lentitud hacía el invento desconocido para mí. Era por llamarle de alguna manera “peculiar”. Por suerte, mi padre solía dejar una pequeña descripción cerca de sus máquinas.
Comencé a buscar entre el desorden, hasta que encontré lo que creí era una breve descripción, aunque en realidad era una carta.
“Querida Samantha:
Cuando leas esto yo ya estaré muerto, y por esa misma razón cambiará tu vida para siempre. La máquina que está frente a tus ojos es el objeto que te llevará a cumplir tu mayor sueño.
Yo siempre quise que tú fueras feliz por sobre todo, y después de varios años, he logrado mi objetivo.
No puedo sacar a los personajes de los libros, Sam. Intenté de todo, pero no pude. No me rendí, porque yo te enseñé que eso es incorrecto. Encontré otra manera. Tú puedes adentrarte en ellos. Más abajo te dejaré las instrucciones para ocuparla. Úsala con sabiduría, y espero que de una vez por todas, seas feliz.
Te ama mucho, tu papá.”
Por un momento me sentí en shock, pero bastaron unos segundos para darme cuenta de que yo estaba sonriendo.
Me puse nerviosa luego de comenzar a leer las instrucciones. Esto, como la carta decía, cambiaría completamente toda mi vida.
Cuando ya sabía cómo ocuparla, me posicioné frente a ella y realicé los procedimientos necesarios.
Vi una resplandeciente luz blanca que era tan intensa a tal punto de que sentía que me cegaría.
—Gracias, papá.
Y luego no vi nada.
- ashes of love. | one shot.:
[/color][/font]Ella solía sentarse bajo aquel robusto árbol, miraba el cielo y al pasar la mano por el césped sentía como se le mojaban los dedos. Sonreía, y luego sacaba su libro para leer.
Sersh siempre realizaba la misma rutina, no había siquiera un alma que la molestara; aquella sensación le agradaba por completo, y solo la podía sentir en aquel parque cercano a su casa.
Solo ese lugar era importante para ella, ningún otro. Era especial, y por sobre todo; único. En aquel único lugar conoció después de un tiempo, al que sería el amor de su vida.
Fue un recuerdo que duró en ella para siempre, a lo largo de su vida; ella recordó cada detalle de su historia con él, cada promesa, cada palabra, cada beso y cada sentimiento. Todo estaba presente, absolutamente en su cabeza.
Se conocieron en una bellísima Primavera de 2010, exactamente en el 12 de Abril. El cumpleaños de la chica, aunque no le importaba mucho. Corría mientras las lágrimas caían sin parar de sus azulados ojos. La respiración se le acababa, solamente quería llegar a su árbol.
Sus padres la habían regañado por el hecho de llegar un poco atrasada a casa, y lo peor, habían olvidado que ese día, Sersh cumplía años.
Nunca había pasado, sus padres la querían y sobreprotegían muchísimo, Saoirse sabía que este último tiempo ellos se encontraban bastante estresados por sus gastos económicos, pero jamás pensó que olvidarían algo tan importante, o al menos para ella.
Y cuando pensó que se calmaría, estaba muy equivocada.
Frente a ella, sentado bajo el gran árbol, había un chico escribiendo en un libro, quitándole su lugar.
Inhaló sorprendida, nadie jamás, en todos los años en los que ella iba al parque, se había puesto en aquel lugar, nadie menos ella.
El chico levantó la mirada y frunció el ceño al ver sus lágrimas. Se paró y se acercó a ella a pasos lentos.
—No llores, pequeña. —el rubio le sonrió intentando alentarla. —Por favor, no llores. —el chico era inexperto consolando a la gente, pero hacía lo que podía, y no se le ocurrió más que abrazarla.
—Ey, suéltame. —logró decir ella, cesando su llanto. —Ni siquiera te conozco.
—Soy Jake Abel, tengo 22 años. —le sonrió, aquella chica para él era solo una niña. Una niña muy atractiva.
—¿22? —indagó Saoirse y él asintió. —Saoirse Ronan, 16 años.
Jake lo presintió, no parecía ser de su edad.
—¿Seahorse Ronan? —ella lo miró seria. — ¿Swishy?
Quizás la manera en la que él la había hecho reír había sido especial, y ella no lo notó hasta después de mucho tiempo.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
12 de Agosto de 2010, habían pasado exactamente cuatro meses desde que se conocieron. Se habían vuelto grandes amigos, y ahora compartían aquel especial árbol.
Los padres de Sersh estaban de acuerdo con ello, porque ellos tenían la mentalidad de que tanto para el amor como para la amistad; no hay edad, además de que la diferencia no era tan grande.
El padre de Jake también lo aceptaba, incluso la chiquilla le caía de maravilla, el problema era Kim Abel.
—¡Es solo una niña! — le había gritado a su hijo. —¡Tiene 16 años, Jacob! ¡No puedes!
—¡Pero yo amo a esa niña, mamá! —y ella había quedado en silencio. Jake hace mucho tenía claridad de sus sentimientos hacia Saoirse, y no dejaría que nada los separara. —Yo amo a esa niña.
Ahora se encontraban allí, recostados en el pasto, uno al lado del otro.
Faltaba un mes para que llegara la Primavera, pero por alguna extraña razón, ese día parecía que las floreces crecían en torno a las hojas de los árboles sobre ellos.
—¿Sabes? Es curioso. —el rubio había comenzado a hablar de la nda.
—¿Qué cosa? —la chica lo miró a los ojos, sin saber a qué se refería.
—Una de las razones por la cual amo tu nombre es su significado, libertad. Es exactamente como me siento cuando estoy a tu lado, libre. —Sersh no pudo disimular su sorpresa, su boca formó una gran ‘O’ por lo que el ojiazul rió fuertemente. Con esa risa que tanto la hipnotizaba.
En realidad, ambos se gustaban, o más que gustar, se querían. Un sentimiento completamente puro y transparente.
Sus miradas conectaron, como siempre lo hacían y unieron sus manos.
—Quiero que seas mi novia. —le susurró él unos minutos después, con suavidad y sin siquiera mirarla.
—Y yo quiero ser tu novia. —ella sonrió, sin mirarlo también. No se acercaron, ni se alejaron, simplemente se mantuvieron quietos toda la tarde mirando el cielo. Juntos, y sin separar sus manos.
Nada importaba, nada más que ellos.
—Te quiero, Jacob Allen Abel.
—Yo también te quiero, Saoirse Una Ronan.
Ese día quisieron dejar su amor proclamado en aquel especial árbol, que después llevaría las iniciales de ambos encerradas en un corazón.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
—¿Alguna vez te has preguntado cómo será cuando fallezcamos? —Sersh levantó la mirada para encontrarse con los orbes azules de su novio, que la miraban tiernamente mientras le acariciaba el cabello. —Yo sí, estaremos viejitos y acostados en nuestro dormitorios, tomados de las manos, y sin que nos demos cuenta, morimos dormidos. Recordando nuestra vida juntos, morimos felices.
La chica se abrazó a su pecho.
—Cuando muera, quiero que lancen mis cenizas al mar. —murmuró mirando el océano frente a ellos, Jake la sentó sobre su regazo y le besó la frente.
—Lanzaran las cenizas de ambos al mar, estaremos juntos para siempre. Nuestras cenizas al mar, serán nuestras cenizas de amor. —ninguno de los dos lo supo, pero esa sería su promesa más importante.
Quizás, aún después de dos años, Kim Abel no aceptaba la relación, y no se molestaba en disimular su poco agrado por Saoirse, pero después de todo, ellos superarían cada barrera que se les interpusiera. Ellos eran fuertes, el amor que se tenían los hacía fuertes, y no se dejarían consumir por el fracaso.
Se amaban, eso era seguro.
Jacob se levantó de la alta roca en la que estaban sentados y le ofreció la mano a su chica. Las olas les salpicaban ferozmente. Habían sido unos descuidados al ubicarse en aquella gran roca dentro del océano.
—¡Estás loco, vas a matarte! —gritó ella a carcajadas, pero el rubio no le hizo caso, la levantó de un tirón y la tomó en brazos mientras ella gritaba. —¡No, bájame! ¡Jake, en serio, bájame! —el la posicionó a su lado, sujetándola por la cintura para que no se callera y comenzó a gritar en dirección al mar.
—¡Amo a Saoirse Ronan! ¡Mi Sersh! ¡La amo! —sonreía como nunca, y sus gritos se escuchaban llenos de entusiasmo a lo largo de toda la playa.
—¡Escuche mundo, amo a Jake Abel! —el nuevamente la tomó entre sus brazos, y se lanzó al agua.
Ambos se hundieron en el refrescante mar, y cuando salieron a flote, con el agua a altura de sus cuellos, se acercaron hasta que sus labios se unieron en un beso.
—Estás loco. —le dijo ella cuando se separaron.
—Sí, por ti. —y se volvieron a besar. Demostrando el amor que se tenían, sin importar nada.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
23 de Octubre de 2014.
El tiempo pasaba muy rápido, y Saoirse con Jake estaban formando su propia familia. Tenían un pequeño hijo, de solamente un año y medio de edad, Tyler Abel.
¡Oh, que niño más bello! Poseía un hermoso cabello rubio, ojos extremadamente calipsos y una sonrisa encantadora. Un bebé hermosísimo, incluso, el regalón de su abuela paterna, que actualmente al menos toleraba a su yerna.
El pequeño se encontraba con Kim, mientras ellos se dirigían a su vivienda.
Era de noche, se encontraba todo muy oscuro y frío, pero aún así ellos estaban felices.
Aún se encontraban cerca de la casa de los señores Abel, aunque actualmente era solamente Kim Abel, pues su marido había muerto poco después del nacimiento de Tyler debido a una enfermedad terminal.
Iban con precaución debido a la poca visión que tenían.
Aún así no sirvió de nada.
—Estoy preocupado, Sersh. —le susurró de repente Jake, y ella se asustó, ya que él siempre se tomaba todo con calma.
—¿Sucede algo? —cuestionó la irlandesa.
—Siento que va a suceder algo. —contestó, con miedo en la voz. —Te amo más que a cualquier cosa, a ti y a Tyler, son mi todo. —
Ella sin darse cuenta y sin saber la razón comenzó a llorar, aquellas palabras le sonaban como una despedida. Aunque en realidad lo fueron.
—También te amo, eres lo más importante para mí. —pero ella no pudo continuar, porque sintió como un impactó la golpeó fuertemente. Después sintió un peso sobre ella, pero no pudo abrir los ojos. Lo único que escuchaba era un pitido que la desesperaba en aquel infierno negro. No veía, no oía, no sentía. Estaba tan asustada que perdió el conocimiento, y al despertar, quiso no haberlo hecho.
Se encontraba recostada en una camilla blanca, de la cual se levantó de golpe al abrir los ojos.
—¡Jake, Jake! —chilló. Aún se encontraba en la fría carretera, por lo que el viento le golpeaba el rostro.
—Señorita, cálmese. —le susurró una enfermera, pero Sersh no hizo caso.
—¡Jake! —siguió gritando. Hasta que sus ojos se encontraron con una imagen horrible.
Una auto destrozado junto a un cuerpo, cubierto por una manta gris.
—¿Jake? —susurró con un hilo de voz, la misma enfermera se posicionó a su lado observándola con lástima y comenzó a hablar.
—El auto que los chocó vino por su lado. —Sersh esperó que siguiera. —Probablemente el choque a usted no la hubiera matado…pero si la bolsa de aire. —la chica sintió las lágrimas picarles en los ojos, la enfermera continuó. —Pero el chico se interpuso, y el impacto de la bolsa de aire lo recibió él.
No necesitó nada más para romper a llorar allí mismo.
A lo lejos, pudo observar a una persona en un sus mismas condiciones, cargando un bebé.
Allí se encontraba Kim, llorando a mares por la pérdida de su hijo.
Sersh se acercó a ella con lentitud, y cuando estuvieron frente a frente, sin importar sus diferencias, se abrazaron sin cesar el llanto. Se necesitaban la una a la otra, estaban igual de destruidas, igual de acabadas.
—No llores, pequeña. —le susurró la mujer. —Por favor, no llores. —la irlandesa lloró con más intensidad. Kim era tan parecida a Jake…Aún pensaba que todo era una pesadilla de la cual despertaría en la mañana, pero no era así. Lamentablemente todo lo que estaba ocurriendo era verdad, completamente real. Ese era el problema.
Una realidad rota, en eso se había transformado aquel 23 de Octubre, el infierno en vida.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
10 de Enero de 2015.
Allí se encontraba Kim Abel, en la roca donde Jake y Sersh habían hecho la promesa.
Y era hora de cumplirla.
Hace unos días la chica había muerto debido a un disparo no premeditado que ocasionaron unos ladrones en un robo, Sersh no tenía oportunidades.
Kim abrió el frasco, donde yacían las cenizas de ambos y las lanzó al mar, tal como ambos habrían querido.
Dejando libres sus cenizas de amor....
—Tus padres se amaban muchísimo, Tyler. —le susurró la envejecida mujer a su nieto, de solo unos 17 años de edad. —Y te amaban muchísimo a ti.
—Te quiero, abuela. —susurró el chiquillo de ojos calipsos.
—Y yo a ti, pequeño.
- gif.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
taeyong.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
¿POR QUÉ TODOS QUIEREN A ASHTON?
Iré a por Cal, ah.
Te tengo que contar una cosa y te vas a enfadar conmigo (?)
Iré a por Cal, ah.
Te tengo que contar una cosa y te vas a enfadar conmigo (?)
blake.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
Wanda. escribió:
taylor summers
Chico por el que audicionas: zayn malik.
Representante: nicola peltz.
OS o cap tuyo:
- Capítulo de tu autoría:
- to change everything. | prólogo. :
Abril, 2137.
Últimamente me he quedado flotando en el limbo de mis pensamientos y la realidad. De todas maneras, a todos nos ha pasado y supongo que es normal. Ese momento en el que te sientes perdida y acomplejada, incomprendida y juzgada. Somos seres humanos y hasta el más fuerte sufre.
Mi papá solía decirme que yo era una pequeña fuerte, aunque en realidad siempre fui una niña cobarde y tímida. Pero creo que lo dice por el hecho de que todas las veces que me caí en mi niñez, yo me levantaba, aún con rasmillones en las rodillas, y seguía jugando. Sin siquiera botar una lágrima. Al pasar los años me di cuenta que las personas deberíamos aprender de ello. Pequeñas experiencias de nuestra niñez, en realidad son enseñanzas de vida. Y no nos dábamos cuenta. Esa es la razón por la cual las personas han cambiado, la sociedad ha cambiado, aunque yo siempre lo he vivido todo igual.
Papá me contaba que cuando él era niño no era tan así. La tecnología existía, pero ellos tenían claro que habían cosas que eran más importantes. Sus padres lo incentivaban a seguir sus sueños, y él se esforzaba por ello. Ahora tienes el futuro completamente asegurado y pocas veces te encuentras con una persona pobre. Aunque si te puedes encontrar con personas realmente ignorantes.
A veces me pregunto, ¿Quiénes somos realmente?
Las personas somos como una moneda. Tenemos dos caras; la que mostramos a la gente y la que ocultamos. Únicamente conocida por nosotros mismos. Somos quienes queremos ser, uno muestra lo que quieren que vean cuando en realidad todos los sentimientos están escondidos. Escondidos tras nuestra segunda cara. La vida. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción. Nunca el mundo estará hecho solamente de honestidad, porque todos tenemos secretos. Todos escondemos algo y todos ocultamos quien realmente somos. A veces fingimos ser felices cuando en realidad uno solo quiere abrir unas alas imaginarias y volar lejos. Alejarse de los problemas, ser libres. Dejar de fingir todo lo que decimos ser. Podemos arriesgarnos a serlo, pero no lo hacemos. ¿Por qué? Simplemente cobardía. La cobardía, el temor a ser juzgados nos consume. ¿Por qué ahora no puedes ser tu mismo? ¿Por qué no podemos dejar los comentarios atrás? Fácil. El temor a ser juzgado. Y no seré hipócrita, yo tengo miedo de los comentarios hacia mí. Tengo ganas de solamente pasar desapercibida entre la gente. Que no me noten, ni me juzguen. Ser invisible. Y no me afectaría. Ya nada podría afectarme más. Mis alas de los sueños y la esperanza se rompieron. Estoy hueca. Ya no siento nada más que tristeza, y la felicidad que solía tener está cubierta bajo los mantos del temor y la inseguridad. Mis pensamientos encerrados en mi cabeza, sin salir de allí. Permanecen, sin irse, metiéndome en mi mundo. Siempre hay soluciones, pero he perdido las ganas de luchar, de levantarme nuevamente. Me dejo caer sin intentar superar cada problema. No hago el esfuerzo de volver a levantarme, simplemente lo dejo. Me echo a morir. Sin valor para superar todo y seguir adelante. Aunque siempre hay algo que jamás querrás dejar. Cuando leo, por ejemplo. Siento que me voy, me desvanezco poco a poco y luego aparezco encerrada en el mundo de mi imaginación, sin querer salir de allí, con la ilusión de quedarme para siempre. La lectura me lleva a mundos fantásticos, a lugares extraordinarios. Abre las puertas de nuestra mente a reflexionar que es la verdadera vida. Nos hace preguntarnos cosas que jamás nos preguntamos. ¿En realidad existo? ¿Que será de mí? ¿De mi vida? ¿Cuando muera? ¿Quedaré en el olvido o mi ausencia será notada? ¿Habrá vida después de la muerte o simplemente seré...nada? Nosotros elegimos quienes somos. Nosotros elegimos el rumbo que queremos tomar. Solo nosotros. El destino es solo una excusa para no luchar por nuestro futuro o lo que será de nosotros. Nosotros elegimos en que creer. Yo tenía la mentalidad de no pensar en un futuro, vivir del pasado. Vivir de los recuerdos, vivir para respirar y no para vivir.
Recuerdo aquellas mañanas de Invierno que solía sentarme con mi padre en el viejo sofá que teníamos. Nos tomábamos un café y hablábamos sobre diversos temas. Recuerdo que un día quisimos hablar sobre la vida. Él se quedó callado largos segundos, pero luego habló. "La muerte está tan segura de su victoria, que te da toda una vida de ventaja" había dicho. Y allí empecé a mirar las cosas de manera diferente. Lo había comprendido. Nada es más importante que la vida. Aunque estés triste, feliz o enojado. Deprimido o confundido. Solo son etapas. Etapas que nos enseñan a superarnos, porque la vida es una etapa de superación. No hay que rendirse sin intentarlo. Todo problema tiene solución. Todo abismo tiene forma de cruzar. Todo se puede lograr. Simplemente debes luchar por ello. Y eso estoy haciendo yo, superaré cada problema con la frente en alto y saldré adelante. Levantándome una y otra vez si es necesario. Mi padre se va a morir, no tengo amigos y las pocas personas que conozco solo se burlan de mi personalidad. Tengo completamente presente que soy extraña. Me lo repito una y otra vez. Ahora solo me queda recordar sus consejos.
Tomé su mano, fría y algo arrugada debido a la leucemia. Las lágrimas comienzan a brotar por sí solas de mis ojos. Él me sonríe con esfuerzo.
—No llores. —me susurra —Por favor, no lo hagas.
Le sonrío una vez más, como siempre hago para él. Sabía que sería la última vez. El sujeta mi mano, con fuerza, como si no quisiera dejarme.
—Te tengo un regalo, pequeña Samantha. —tose un poco, pero continúa. —En casa, cuando te vayas, ve al laboratorio.
Mi padre era científico.
En realidad, actualmente los estereotipos de “científicos locos” ya no estaban presentes, ya que ellos descubrieron el uso de muchos de los artefactos tecnológicos actuales, hecho que los hizo respetables e incluso dignos de admiración.
Sinceramente, creo que le debo mucho de lo que soy a mi papá. No diré que fue perfecto, porque todos en algún momento tenemos problemas con nuestros padres.
Tengo la suerte de que él no me odia, pero hay gente a la que si le sucede, y lo siento mucho. Además de todo, papá siempre me hacía sentir única. Yo siempre me sentí especial y distinta a los demás, no por lucirme, solo creo que voy mas allá. Soy más…profunda. Y eso en este tiempo es raro. ¡Solo tengo trece años y he leído más libros que cualquier persona adulta de esta generación!
Cuando sentí que el pulso de mi padre desapareció, solté su mano. Sabía que debía hacerlo, no podía seguir viviendo del pasado.
« Se supone que no debo mirar atrás, ¿verdad? »
Decidí hacer la última petición que él me había planteado. Antes de salir realicé los trámites correspondientes después de su muerte. Por alguna razón sentí que luego no podría hacerlo.
Tomé un taxi, el cual se demoró en llegar, y me dirigí a mi casa.
No vivía en una mansión. Mi casa siempre ha sido una humilde vivienda, no pequeña, pero distinta a cualquier otra. Lo que yo tenía entendido era que la casa había pertenecido a mi tatarabuelo, aunque nunca he tenido razones para creer que es verdad o mentira. El piso es de mármol y la mayoría de los objetos que hay dentro son de épocas antiguas, lo cual me parece algo muy interesante. Cada uno de ellos tiene una historia diferente.
Cuando llegué, sentía que debía dar mil pasos para llegar a la puerta. Porque tenía la seguridad de que no volvería a ser lo mismo entrar. Ahora estaría todo callado, sin vida. Y la culpa se estaba apoderando de mi corazón. Dolía mucho saber que de un momento a otro me había quedado sola para siempre.
Suspiré y me adentré, intentando que mis sentimientos no escaparan. Corrí al laboratorio ubicado al otro lado de la vivienda. Coloqué la contraseña para que la compuerta se abriera y esperé unos mínimos segundos. Frente a mis ojos se encontraba aquella sala en la que crecí y viví la mayoría de los mejores momentos de mi vida. Hasta que vi algo extraño, muy extraño.
Comencé a caminar con lentitud hacía el invento desconocido para mí. Era por llamarle de alguna manera “peculiar”. Por suerte, mi padre solía dejar una pequeña descripción cerca de sus máquinas.
Comencé a buscar entre el desorden, hasta que encontré lo que creí era una breve descripción, aunque en realidad era una carta.
“Querida Samantha:
Cuando leas esto yo ya estaré muerto, y por esa misma razón cambiará tu vida para siempre. La máquina que está frente a tus ojos es el objeto que te llevará a cumplir tu mayor sueño.
Yo siempre quise que tú fueras feliz por sobre todo, y después de varios años, he logrado mi objetivo.
No puedo sacar a los personajes de los libros, Sam. Intenté de todo, pero no pude. No me rendí, porque yo te enseñé que eso es incorrecto. Encontré otra manera. Tú puedes adentrarte en ellos. Más abajo te dejaré las instrucciones para ocuparla. Úsala con sabiduría, y espero que de una vez por todas, seas feliz.
Te ama mucho, tu papá.”
Por un momento me sentí en shock, pero bastaron unos segundos para darme cuenta de que yo estaba sonriendo.
Me puse nerviosa luego de comenzar a leer las instrucciones. Esto, como la carta decía, cambiaría completamente toda mi vida.
Cuando ya sabía cómo ocuparla, me posicioné frente a ella y realicé los procedimientos necesarios.
Vi una resplandeciente luz blanca que era tan intensa a tal punto de que sentía que me cegaría.
—Gracias, papá.
Y luego no vi nada.
- ashes of love. | one shot.:
[/color][/font]Ella solía sentarse bajo aquel robusto árbol, miraba el cielo y al pasar la mano por el césped sentía como se le mojaban los dedos. Sonreía, y luego sacaba su libro para leer.
Sersh siempre realizaba la misma rutina, no había siquiera un alma que la molestara; aquella sensación le agradaba por completo, y solo la podía sentir en aquel parque cercano a su casa.
Solo ese lugar era importante para ella, ningún otro. Era especial, y por sobre todo; único. En aquel único lugar conoció después de un tiempo, al que sería el amor de su vida.
Fue un recuerdo que duró en ella para siempre, a lo largo de su vida; ella recordó cada detalle de su historia con él, cada promesa, cada palabra, cada beso y cada sentimiento. Todo estaba presente, absolutamente en su cabeza.
Se conocieron en una bellísima Primavera de 2010, exactamente en el 12 de Abril. El cumpleaños de la chica, aunque no le importaba mucho. Corría mientras las lágrimas caían sin parar de sus azulados ojos. La respiración se le acababa, solamente quería llegar a su árbol.
Sus padres la habían regañado por el hecho de llegar un poco atrasada a casa, y lo peor, habían olvidado que ese día, Sersh cumplía años.
Nunca había pasado, sus padres la querían y sobreprotegían muchísimo, Saoirse sabía que este último tiempo ellos se encontraban bastante estresados por sus gastos económicos, pero jamás pensó que olvidarían algo tan importante, o al menos para ella.
Y cuando pensó que se calmaría, estaba muy equivocada.
Frente a ella, sentado bajo el gran árbol, había un chico escribiendo en un libro, quitándole su lugar.
Inhaló sorprendida, nadie jamás, en todos los años en los que ella iba al parque, se había puesto en aquel lugar, nadie menos ella.
El chico levantó la mirada y frunció el ceño al ver sus lágrimas. Se paró y se acercó a ella a pasos lentos.
—No llores, pequeña. —el rubio le sonrió intentando alentarla. —Por favor, no llores. —el chico era inexperto consolando a la gente, pero hacía lo que podía, y no se le ocurrió más que abrazarla.
—Ey, suéltame. —logró decir ella, cesando su llanto. —Ni siquiera te conozco.
—Soy Jake Abel, tengo 22 años. —le sonrió, aquella chica para él era solo una niña. Una niña muy atractiva.
—¿22? —indagó Saoirse y él asintió. —Saoirse Ronan, 16 años.
Jake lo presintió, no parecía ser de su edad.
—¿Seahorse Ronan? —ella lo miró seria. — ¿Swishy?
Quizás la manera en la que él la había hecho reír había sido especial, y ella no lo notó hasta después de mucho tiempo.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
12 de Agosto de 2010, habían pasado exactamente cuatro meses desde que se conocieron. Se habían vuelto grandes amigos, y ahora compartían aquel especial árbol.
Los padres de Sersh estaban de acuerdo con ello, porque ellos tenían la mentalidad de que tanto para el amor como para la amistad; no hay edad, además de que la diferencia no era tan grande.
El padre de Jake también lo aceptaba, incluso la chiquilla le caía de maravilla, el problema era Kim Abel.
—¡Es solo una niña! — le había gritado a su hijo. —¡Tiene 16 años, Jacob! ¡No puedes!
—¡Pero yo amo a esa niña, mamá! —y ella había quedado en silencio. Jake hace mucho tenía claridad de sus sentimientos hacia Saoirse, y no dejaría que nada los separara. —Yo amo a esa niña.
Ahora se encontraban allí, recostados en el pasto, uno al lado del otro.
Faltaba un mes para que llegara la Primavera, pero por alguna extraña razón, ese día parecía que las floreces crecían en torno a las hojas de los árboles sobre ellos.
—¿Sabes? Es curioso. —el rubio había comenzado a hablar de la nda.
—¿Qué cosa? —la chica lo miró a los ojos, sin saber a qué se refería.
—Una de las razones por la cual amo tu nombre es su significado, libertad. Es exactamente como me siento cuando estoy a tu lado, libre. —Sersh no pudo disimular su sorpresa, su boca formó una gran ‘O’ por lo que el ojiazul rió fuertemente. Con esa risa que tanto la hipnotizaba.
En realidad, ambos se gustaban, o más que gustar, se querían. Un sentimiento completamente puro y transparente.
Sus miradas conectaron, como siempre lo hacían y unieron sus manos.
—Quiero que seas mi novia. —le susurró él unos minutos después, con suavidad y sin siquiera mirarla.
—Y yo quiero ser tu novia. —ella sonrió, sin mirarlo también. No se acercaron, ni se alejaron, simplemente se mantuvieron quietos toda la tarde mirando el cielo. Juntos, y sin separar sus manos.
Nada importaba, nada más que ellos.
—Te quiero, Jacob Allen Abel.
—Yo también te quiero, Saoirse Una Ronan.
Ese día quisieron dejar su amor proclamado en aquel especial árbol, que después llevaría las iniciales de ambos encerradas en un corazón.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
—¿Alguna vez te has preguntado cómo será cuando fallezcamos? —Sersh levantó la mirada para encontrarse con los orbes azules de su novio, que la miraban tiernamente mientras le acariciaba el cabello. —Yo sí, estaremos viejitos y acostados en nuestro dormitorios, tomados de las manos, y sin que nos demos cuenta, morimos dormidos. Recordando nuestra vida juntos, morimos felices.
La chica se abrazó a su pecho.
—Cuando muera, quiero que lancen mis cenizas al mar. —murmuró mirando el océano frente a ellos, Jake la sentó sobre su regazo y le besó la frente.
—Lanzaran las cenizas de ambos al mar, estaremos juntos para siempre. Nuestras cenizas al mar, serán nuestras cenizas de amor. —ninguno de los dos lo supo, pero esa sería su promesa más importante.
Quizás, aún después de dos años, Kim Abel no aceptaba la relación, y no se molestaba en disimular su poco agrado por Saoirse, pero después de todo, ellos superarían cada barrera que se les interpusiera. Ellos eran fuertes, el amor que se tenían los hacía fuertes, y no se dejarían consumir por el fracaso.
Se amaban, eso era seguro.
Jacob se levantó de la alta roca en la que estaban sentados y le ofreció la mano a su chica. Las olas les salpicaban ferozmente. Habían sido unos descuidados al ubicarse en aquella gran roca dentro del océano.
—¡Estás loco, vas a matarte! —gritó ella a carcajadas, pero el rubio no le hizo caso, la levantó de un tirón y la tomó en brazos mientras ella gritaba. —¡No, bájame! ¡Jake, en serio, bájame! —el la posicionó a su lado, sujetándola por la cintura para que no se callera y comenzó a gritar en dirección al mar.
—¡Amo a Saoirse Ronan! ¡Mi Sersh! ¡La amo! —sonreía como nunca, y sus gritos se escuchaban llenos de entusiasmo a lo largo de toda la playa.
—¡Escuche mundo, amo a Jake Abel! —el nuevamente la tomó entre sus brazos, y se lanzó al agua.
Ambos se hundieron en el refrescante mar, y cuando salieron a flote, con el agua a altura de sus cuellos, se acercaron hasta que sus labios se unieron en un beso.
—Estás loco. —le dijo ella cuando se separaron.
—Sí, por ti. —y se volvieron a besar. Demostrando el amor que se tenían, sin importar nada.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
23 de Octubre de 2014.
El tiempo pasaba muy rápido, y Saoirse con Jake estaban formando su propia familia. Tenían un pequeño hijo, de solamente un año y medio de edad, Tyler Abel.
¡Oh, que niño más bello! Poseía un hermoso cabello rubio, ojos extremadamente calipsos y una sonrisa encantadora. Un bebé hermosísimo, incluso, el regalón de su abuela paterna, que actualmente al menos toleraba a su yerna.
El pequeño se encontraba con Kim, mientras ellos se dirigían a su vivienda.
Era de noche, se encontraba todo muy oscuro y frío, pero aún así ellos estaban felices.
Aún se encontraban cerca de la casa de los señores Abel, aunque actualmente era solamente Kim Abel, pues su marido había muerto poco después del nacimiento de Tyler debido a una enfermedad terminal.
Iban con precaución debido a la poca visión que tenían.
Aún así no sirvió de nada.
—Estoy preocupado, Sersh. —le susurró de repente Jake, y ella se asustó, ya que él siempre se tomaba todo con calma.
—¿Sucede algo? —cuestionó la irlandesa.
—Siento que va a suceder algo. —contestó, con miedo en la voz. —Te amo más que a cualquier cosa, a ti y a Tyler, son mi todo. —
Ella sin darse cuenta y sin saber la razón comenzó a llorar, aquellas palabras le sonaban como una despedida. Aunque en realidad lo fueron.
—También te amo, eres lo más importante para mí. —pero ella no pudo continuar, porque sintió como un impactó la golpeó fuertemente. Después sintió un peso sobre ella, pero no pudo abrir los ojos. Lo único que escuchaba era un pitido que la desesperaba en aquel infierno negro. No veía, no oía, no sentía. Estaba tan asustada que perdió el conocimiento, y al despertar, quiso no haberlo hecho.
Se encontraba recostada en una camilla blanca, de la cual se levantó de golpe al abrir los ojos.
—¡Jake, Jake! —chilló. Aún se encontraba en la fría carretera, por lo que el viento le golpeaba el rostro.
—Señorita, cálmese. —le susurró una enfermera, pero Sersh no hizo caso.
—¡Jake! —siguió gritando. Hasta que sus ojos se encontraron con una imagen horrible.
Una auto destrozado junto a un cuerpo, cubierto por una manta gris.
—¿Jake? —susurró con un hilo de voz, la misma enfermera se posicionó a su lado observándola con lástima y comenzó a hablar.
—El auto que los chocó vino por su lado. —Sersh esperó que siguiera. —Probablemente el choque a usted no la hubiera matado…pero si la bolsa de aire. —la chica sintió las lágrimas picarles en los ojos, la enfermera continuó. —Pero el chico se interpuso, y el impacto de la bolsa de aire lo recibió él.
No necesitó nada más para romper a llorar allí mismo.
A lo lejos, pudo observar a una persona en un sus mismas condiciones, cargando un bebé.
Allí se encontraba Kim, llorando a mares por la pérdida de su hijo.
Sersh se acercó a ella con lentitud, y cuando estuvieron frente a frente, sin importar sus diferencias, se abrazaron sin cesar el llanto. Se necesitaban la una a la otra, estaban igual de destruidas, igual de acabadas.
—No llores, pequeña. —le susurró la mujer. —Por favor, no llores. —la irlandesa lloró con más intensidad. Kim era tan parecida a Jake…Aún pensaba que todo era una pesadilla de la cual despertaría en la mañana, pero no era así. Lamentablemente todo lo que estaba ocurriendo era verdad, completamente real. Ese era el problema.
Una realidad rota, en eso se había transformado aquel 23 de Octubre, el infierno en vida.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
10 de Enero de 2015.
Allí se encontraba Kim Abel, en la roca donde Jake y Sersh habían hecho la promesa.
Y era hora de cumplirla.
Hace unos días la chica había muerto debido a un disparo no premeditado que ocasionaron unos ladrones en un robo, Sersh no tenía oportunidades.
Kim abrió el frasco, donde yacían las cenizas de ambos y las lanzó al mar, tal como ambos habrían querido.
Dejando libres sus cenizas de amor....
—Tus padres se amaban muchísimo, Tyler. —le susurró la envejecida mujer a su nieto, de solo unos 17 años de edad. —Y te amaban muchísimo a ti.
—Te quiero, abuela. —susurró el chiquillo de ojos calipsos.
—Y yo a ti, pequeño.
- gif.:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
ficha aceptada.
Me has dejado sin palabras, de verdad. Es perfecto. No he encontrado un solo fallo en el primer capítulo, y tampoco en el segundo. Ni faltas. En serio, es una de las mejores cosas que he leído. El prólogo es simplemente genial, deja con ganas de leer el resto, escribes con una soltura increíble, jamás había leído algo así. En serio, no sé que hacer bc es demasiado per-fect y no sé como comentarlo...
Solo, ah, me han encantado.
Suerte <3
spitfire.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
flowerpower24 escribió:¿POR QUÉ TODOS QUIEREN A ASHTON?
Iré a por Cal, ah.
Te tengo que contar una cosa y te vas a enfadar conmigo (?)
PORQUE ASH ES AMOR.
Pues espero la ficha por Cal que también es amor.
Te he hablado por wa but no respondiste...
spitfire.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
YA SÉ QUE ES AMOR SOS.
Bien, buscaré una representante y entonces te dejaré mi ficha.
Es que no sé qué le pasa a mi móvil, no va. Ahora lo pongo a cargar btw. De todos modos, idk sí quiero contártelo. Por un lado sí bc te lo cuento todo pero por el otro no quiero que te enfades ni nada así.
Bien, buscaré una representante y entonces te dejaré mi ficha.
Es que no sé qué le pasa a mi móvil, no va. Ahora lo pongo a cargar btw. De todos modos, idk sí quiero contártelo. Por un lado sí bc te lo cuento todo pero por el otro no quiero que te enfades ni nada así.
blake.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
flowerpower24 escribió:YA SÉ QUE ES AMOR SOS.
Bien, buscaré una representante y entonces te dejaré mi ficha.
Es que no sé qué le pasa a mi móvil, no va. Ahora lo pongo a cargar btw. De todos modos, idk sí quiero contártelo. Por un lado sí bc te lo cuento todo pero por el otro no quiero que te enfades ni nada así.
Shippear a Cal es difícil...
Pues no te hagas de rogar y cuéntamelo -.-
spitfire.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
¡WANDA.!
OH POR DIOS!!
ESPERO QUE PODAMOS ESTAR JUNTAS DE NUEVO EN UNA N.C
AY OJALA QUE PUEDA QUEDAR Y ASI ESTAMOS JUNTAS
AAAY
WANDA. ¿VOS TE ACORDAS DE "HEAST HIGH SCHOOL"?
OH POR DIOS!!
ESPERO QUE PODAMOS ESTAR JUNTAS DE NUEVO EN UNA N.C
AY OJALA QUE PUEDA QUEDAR Y ASI ESTAMOS JUNTAS
AAAY
WANDA. ¿VOS TE ACORDAS DE "HEAST HIGH SCHOOL"?
Última edición por Niall's Little Princess. el Miér 15 Ene 2014, 1:50 pm, editado 1 vez
Niall's Little Princess.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
Ahora que todo ha sido confesado y me amas igual, subiré mi ficha para Calum.
blake.
Re: Wherever We Are -audiciones abiertas.
Elena (Len).
Chico por el que audicionas: Michael Clifford
Representante: Camila Cabello.
OS o cap tuyo:
- RMIOSP:
- Se acercó al chico, que la miraba desde el fondo de la clase, intentando no parecer asustada. En el fondo lo estaba, y bastante. Aquel chico de ojos verdes y enorme sonrisa era el más popular de todo el colegio y ella… Sólo una simple nerd sin amigos. Cogió sus cosas y, sin dejar de mirarle, se trasladó a la mesa de al lado. Su último trabajo de aquel año, a pocas semanas del final del curso. Hacía demasiado calor y a nadie le apetecía concentrarse en eso ya. Se incluía a sí misma. Sin embargo, era lo que había así que se puso manos a la obra.
—Soy Skyler.— se presentó, consciente de que no había hablado con él en la vida.
—Harry.— esbozó una sonrisa que hubiera dejado sentada en el suelo a cualquiera. La chica también sonrió, dejando ver que sus ojos podían brillar debajo de esas gafas de pasta gruesas.
—¿Tienes algo en mente para el proyecto?— preguntó, dejando claro que no tenía ni idea de cómo entablar conversación y hacerse su amiga. Estaba avergonzada de su timidez.
—Pues había pensado que…— el chico empezó a hablar, señalando los apuntes y Skyler, como una tonta, se quedó perdida en sus maravillosos ojos verdes. Nunca había conocido a un chico como él, que despertase esas mariposas en su tripa.— ¿Te parece bien?
—¿Qué? Oh… yo… Sí, claro. Lo que tú quieras— no, definitivamente esa volvía a ser su primera vez en algo. Siempre que había trabajos grupales o en parejas le tocaba a ella hacerlo todo mientras los otros se reían. Esta vez, en cambio… Harry era diferente. Parecía el típico chulito que se cree muy guapo, pero de cerca se notaba demasiado bien que no lo era.
—¿Vienes mañana a mi casa y así empezamos? Es un poco largo, para tenerlo mejor preparado.— al ver la mirada de la chica, Harry se sonrojó y bajó la mirada— Si quieres, claro…
—Sí, perfecto. ¿Me das tu dirección?— Harry cogió un bolígrafo y, al no ver nada encima de su mesa que le pudiera servir, escribió en el brazo de Skyler. Esa fue la primera vez que se tocaron. Y algo en ellos saltó. Intenso, electrizante. Algo completamente diferente, para los dos.
Y empezaron a hablar. ¿De qué? De todo lo que a Harry se le ocurría. Llevaban viviendo en el mismo sitio desde que nacieron, cruzándose todos los días por los pasillos y viéndose en las calles y nunca habían cruzado palabra. Por suerte para Skyler, Harry era un chico tan extrovertido que era imposible que se callase. Ella simplemente respondía con timidez y le reía las bromas. Era muy agradable. No dejaron de reír en toda la hora que tuvieron de clase. Porque algo fuerte se estaba formando entre ellos, pero ninguno de los dos lo había notado. Aún.
—Buenas tardes, Anne— saludó la chica a la mujer de ojos verdes que se encontraba en la cocina de la casa. Le dio un beso en la mejilla a la que, en tan poco tiempo, se había convertido en una especie de madre para ella.
—Skyler, cariño, ¿qué tal estás?— la apretó contra su cuerpo, como siempre hacía y Skyler rió, con esa risa tan cantarina suya.— Harry está arriba. Me parece que lo único que quiere es que el curso acabe de una vez para poder pasar todo su tiempo contigo— se lo secreteó al oído como si fuera un secreto y ella se volvió a reír.
—Mamá, calla. Al final la vas a asustar.— Harry apareció por las escaleras muy sonriente. Llevaba sus siempre característicos rizos despeinados y una camiseta blanca.
—Pues no, porque ella me quiere más que a ti. Entre chicas nos entendemos. Y pídele ya de una vez que sea tu novia. Oficialmente, Edward. Quiero algo bonito para esta preciosidad.— Skyler se sonrojó al máximo y Harry también.
—¡Mamá! Vamos Sky, esta mujer loca está desvariando de nuevo— soltó una carcajada y le dio un beso a Anne. Después cogió la mano de Harry y los dos salieron por la puerta.
El aire fresco de la calle les dio en la cara. Era un verdadero gusto para los dos. Hacía un calor insoportable en aquellos momentos y sobre todo por las tardes. Harry cogió la mano de Skyler y la llevó calles arriba. Serpentearon por un montón de sitios, hasta que llegaron a una esquina.
—Harry, ¿qué…?
—Sssh. —la mandó callar con un gesto— Espera, te voy a poner esto, ¿vale?— la rodeó y, por detrás, le puso una venda en los ojos, de forma que Skyler no podía ver nada.—Tranquila, yo estoy contigo. Dame la mano.— ella lo hizo y juntos caminaron durante unos seis minutos más. Cuando llegaron, Harry se paró y, murmurándole palabras de amor al oído, le quitó la venda.
Skyler se llevó las manos a la boca. Delante de ella estaba el viejo jardín abandonado del señor Cassewell, pero ya no era el mismo. Alguien lo había arreglado. El césped estaba cortado y las ramas, podadas. Había rosas y flores esparcidas por todo el suelo y, en el centro, se encontraba un mantel de picnic con una cena encima. Skyler estaba tan maravillada que no podía hablar. La emoción le había superado. Sin embargo, Harry interpretó aquello como un gesto negativo.
—Sé que no es mucho, lo siento. No tenía mucho tiempo y…— en ese momento fue Skyler la que le puso el dedo en los labios a él. Sonrió como nunca lo había hecho y se acercó más a él.
—Todo es perfecto, como tú— Harry le quitó las gafas a Skyler y se acercó más a ella. Ya no pasaba ni una brizna de aire entre ellos.
Y ocurrió lo esperado. Se besaron. Lo que Anne no sabía, ni siquiera se lo podía imaginar, era que ese era su primer beso. Nunc antes se habían besado. Quizá por la inexperiencia de Skyler, y también por las ganas de que todo saliese perfecto de Harry. Era su amor verdadero. Él lo sabía. Los dos se sentían el uno al otro. Pero no era pasional, era romántico, pausado y lento. Era un beso de amor verdadero. Cuando se separaron, Harry juntó su frente con la de la chica y la miró a los ojos. Estaba fascinado por el brillo de éstos y el ligero rubor de sus mejillas. Era tan tierna…
—Te quiero— susurró Skyler, mirando al suelo. Él, por toda respuesta, volvió a besarla con cariño, como la primera vez. Deseando que aquel momento no acabase nunca.
Cenaron entre risas, bromas y, sobre todo, besos. Por fin se habían confesado el uno al otro que se querían y que era verdadero. Lo que pensaban y sentían cada uno al verse era mutuo. Aquellas semanas de trabajar juntos, codo con codo, viéndose todos los días los habían marcado. Habían creado algo que era indestructible.
Estaba sola, escondida en un patio interno, donde estaba segura de que nadie la encontraría. Se había saltado la primera hora y ahora mismo también se estaba perdiendo la segunda. No podía dejar de llorar. Los sucesos acontecidos cuando había llegado al colegio la atormentaban. Había sido su primera pelea, en toda su vida.
Sujetó sus gafas rotas entre sus manos y se encogió más en sí misma, intentando desaparecer. Sólo quería ser invisible, para todos. Se tocó el labio, que le estaba sangrando, intentando que parase. Surgió el efecto contrario, ahora le dolía y escocía.
De toda la vida le habían hecho bullying. Pero no de esa manera. Era cierto que ella nunca había sido popular y por tanto se reían de ella las típicas chicas perfectas. Muchas veces se burlaban o le gritaban cosas feas por los pasillos. Nada en comparación con lo de aquel día. La chica con la que Harry había estado anteriormente estaba esperándola en la puerta del colegio. En opinión de Skyler, una rubia sin cerebro. Cuando llegó, ella empezó a gritarle cosas y, al ver que Sky lo único que quería era irse, le pegó una bofetada. Según ella, a ella se la trataba con respeto y nadie la pisaría ni saldría con SU Harry Styles. Skyler se había llevado dos buenas bofetadas por ello y, por si fuera poco, le había roto las gafas.
Oyó pasos apresurados que se aproximaban a donde ella estaba, así que se secó las lágrimas y se acercó más a la pared, intentando pasar desapercibida gracias a las sombras. No ocurrió. Harry se arrodilló delante de ella y, sin mirarla siquiera, la abrazó. Dejó que todo su amor fluyese, intentando que ella se sintiese segura, a salvo entre sus brazos. Escuchó que Skyler gemía, signo de que volvía a llorar, y la apretó más contra él. Cuando ella se recobró un poco, Harry se incorporó, sin dejar de sostenerla, para mirarla.
—¿Qué te han hecho, Sky?— estaba horrorizado. No se había percatado antes de que le sangraba el labio. Se sacó un clínex del bolsillo e intentó limpiar un poco la sangre, lo más dulcemente que pudo.
—No quiero recordarlo, Harry. Ha sido horrible.— volvió a bajar la cabeza y se llevó al pecho los trozos de sus gafas.
—Ya pasó. Todo está bien, pequeña. Yo te voy a proteger, de ellas y de todos. Te prometo que ya nunca más.— en condiciones normales Skyler se habría replanteado la imposibilidad de su promesa. Pero no en ese momento. Estaba tan destruida que se abrazó a él mientras él le susurraba en el oído palabras de amor que, poco a poco, consiguieron tranquilizarla.
Estaban los dos solos. El silencio hacía que el ambiente fuera todavía más romántico. Llevaban ya un mes entero de vacaciones, juntos siempre. No podían apartar la mirada el uno del otro. Harry llevó sus manos al vestido de Skyler. Ella se sonrojó.
—Tengo miedo, Harry.— confesó en un susurro.
—Sky, ¿confías en mí?— ella asintió con la cabeza.— Entonces, tranquila. No vamos a hacer nada que tú no quieras. ¿Quieres esto?
—Sí— confesó ella. Harry le besó la punta de la nariz
—Para mí también es la primera vez— le confesó en el oído. Poco a poco los besos fueron haciéndose más lentos, más dulces. No eran salvajes ni intensos, eran los propios de dos personas que se quieren.
Cada vez más románticos. La ropa fue desapareciendo y fue sustituida por amor y por besos. Y así fue como Harry y Skyler se demostraron, al fin, que de verdad se amaban completamente el uno al otro. Que querían entregárselo todo.
El verano ya estaba terminando. Skyler estaba en su habitación, leyendo un libro. Pronto vendrían de nuevo los insultos, los estudios, los exámenes… El colegio. Llevaba todo el verano con Harry. De su mano, sin separarse de él ni un solo segundo. De pronto, escuchó el sonido de un mensaje entrante. Se imaginó que sería de Harry para quedar o algo, así que lo cogió entusiasmada. Lo que leyó le congeló el rostro. Dejó caer el teléfono y una lágrima rodó por su mejilla. Harry acababa de cortar con ella por un mensaje de texto. Ni siquiera se lo había dicho a la cara. Y, lo peor, era que no exponía motivo alguno. Al final, había resultado que Skyler era una de muchas, sólo un rollito de verano. Nada más.
En aquella habitación, en aquel momento, Skyler Jones se hizo una promesa que no rompería, nunca. No más Harry Styles, jamás. Y se terminó aquella Skyler. Ya nunca más nadie lograría llegar a su vida y hacerla daño. No.
blake.
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