SOLVEDO (ZAYN MALIK Y TU)|

Abrí el cierre de la maleta de Celeste, no dejaría que ese imbécil de Scott arruinará mis planes de nuevo.

Saque todo lo que contenía esta maleta y comencé a husmear si no existía en eso la mínima posibilidad de encontrarla de nuevo,  puesto que no sabía a donde se habían “mudado” gracias a que ella no me quiso decir. Y todo esto era culpa de Solvedo. Maldita perra, ojalá se muera pronto.

 

Llegué al elevador y pulse el último botón que me llevaría a la cima de este edificio,  no estaba ni un poco nervioso, de hecho ni siquiera tendría que estar aquí si no necesitara hablar con mi padre.

Al abrirse las puertas automáticamente salí de este y me encontré con una mujer sentada en el escritorio. - Buenos días, señor. Su padre se encuentra en  la sala de juntas. - Era nueva, pero estaba preparada. - Una aspirina y un café amargo. - Le pedí recargándome en la pared, la mujer sonrió y se levanto de las silla acomódense la falda que llevaba arriba de las rodillas y camino hacia la otra habitación. Me senté en la silla individual negra mientras esperaba mi café, mientras examinaba un poco los papeleos acomodados…  ¿Un auto a  nombre de Silvia Stone? ¿Quién mierda era?  Escuche un abrir de puertas donde de la señorita entro acomodando la pastilla a lado de un vaso de agua y mi café. Yo observaba por la ventana. - ¿Cuando te contrataron? - 4 meses aproximadamente.- Respondió camine a la pastilla tomando un gran sorbo esperando que matará mi migraña un poco. - Toca y dile a mi padre que estoy aquí. - Ordene. - No puedo, señor. Su padre pidió que no lo molestarán  mientras estaba adentro. - Contesto ella mirándome detalladamente - ¿Qué no me escuchaste? Toca la maldita puerta y dile que estoy aquí, no tengo tú tiempo ni el de él. - Cas gruñí ella se levantó e hice lo que le pedí. Tome el teléfono llamando a seguridad del edifico mientras ella estaba dentro. - ¿Señor? - Respondió una voz masculina del otro lado, en mi interior sentía extraño no sabía lo que era pero muy adentro de todo lo que yo creía sabía lo que estaba a punto de pasar.  - Harry. Necesito que me digas quien es Silvia Stone. - Pos supuesto, Sr. Styles. - Respondió del otro lado, escuche varias teclas cuando la señorita entro, su mirada se dirigió al teléfono por un momento pero termino sentándose de nuevo - Dice que espere, hasta que su junta acabe. - Sonrió. Qué hipócrita. - Señor, Silvia Stone es la secretaria del  Sr. Styles, fue… - Termine la llamada, mire mis pies por un segundo… ¿Acaso hoy era el día perfecto para herirme?  Mi rabia estaba aumentando de manera rápida, no solo por su existencia sino por que mi padre le había comprado jodido auto, él tenía una amante después de todo, mi madre no tenía ni medio año de muerta - ¿Por qué lo aceptaste? - Pregunte tragando saliva - Discúlpeme, Señor. No entiendo a que se refiere. -Respondió comencé a parpadear evitando que mis ojos  se llenarán de lagrimas. -  Toma todas tus putas cosas. Largate de aquí, ahora. - Mire hacia otro lado, ella estaba perpleja. - No entiendo, ¿Qué hice? - Acabo con mi paciencia - ¡¿Comó?! ¡Te metiste en mi familia! ¡Mi padre te compro un puto coche! ¡Largate de aquí! - Grite señalando la puerta de servicio. Ella estaba llorando ya pero en cuanto la puerta abrió ella salió. - ¡¿Qué está pasando!? - Escuche detrás, al girarme mi padre nos veía sorprendido, tras de él un grupo de hombres de traje evitaban mirarnos.- Eres un hijo de puta, ¿Cómo te atreves? - Sentía el agua salirse de mis ojos, no pude evitarlo más sin embargo mi voz seguía sonando normal - Harry Edward Styles, basta. - ¿Por qué le hiciste eso? Ella te amaba. Te amo siempre, hasta en sus últimos días. - Me quejé el se giro cerrando la sala de juntas. - No sé de… - No sabes de que estoy hablando. No.¡ Ya lo escuche! ¡Dime el por que! ¡Dime!- Harry podemos hablar de esto en casa. - Solo… ¿Dime por que le hiciste eso? - Pregunte, pero por supuesto él no contesto.  - Ella acaba de morir. ¿Esto es lo que haces cada día? ¿Te acuestas con cualquiera? - Pregunte - No. No me acuesto con cualquiera, niño rebelde. SAL DE AQUÍ O LLAMARÉ A SEGURIDAD. - Amenazó, abrí el primer gabinete de su escritorio y encontré una caja de ... condones. Mi mundo se detuvo por un segundo, me había dado un golpe en la cara, sentí mi mejilla punzante. - He dicho que nos veremos en casa. - Elevo su tono de voz, cogí los papeles y me encargué de verterles el café amargo frio encima - Puedes irte al demonio.

 

Los hombres también lloran. No podía dejar de hacerlo, lo que me dolía de esta situación es que lo estaba haciendo mientras mi madre aun seguía viva, mi madre… ¡Por Dios! Él nos mintió.

Bebí de nuevo de la botella, estaba tan borracho que la bebida pasaba como si fuera agua a través de mi garganta, apague el televisor y cerré los ojos.

Estaba cansado, mi corazón latía demasiado fuerte, creía que m perforaría el pecho.

Las lagrimas escurrían más ... quería gritar, desaparecer, todo me estaba persiguiendo, mis recuerdos, mis miedos, me mataban.  - ¡Puta madre! Tenías razón ____________.

 

Capitulo: Entre verdades y mentiras.

 

- Harry, cariño ¿Dime que está pasando? - Mi tia acaricio mis rulos una vez más antes de soltarme de su abrazo, tenía lagrimas en los ojos - Te pareces tanto a tú madre… lo lamento. - Dijo ella limpiándose las mejillas, no me gustaba verla llorar pero no estaba en condiciones para brindarle mi apoyo.- Te quiero tía. - Respondí antes de salir de su habitación, obtuve las llaves de la casa de mi madre, las mías las perdí tras un poco de droga.

 

No iba a dejar que siguiera arruinando nuestro propio apellido mucho menos que arruinara la paciencia que aún conservaba no sé si ya era personal, supongo que sí.

Entre a la casa y al observar todo vi a mi madre caminando por ahí, aun estaba su esencia.

Camine pasando por la cocina, abrí un par de cajones hasta que encontré todo el paquete de bolsas de basura, el encendedor de mis cigarrillos con una H de oro y justo en su oficina pensé en echar todas sus cosas pero creí que esto no le importaría a si que lo deje para el final y fui a la recamará principal, varias botellas de alcohol, uno que otro condón usado, ropa interior femenina, cigarrillos, esté se parecía mucho a la habitación del imbécil de mi primo mucho antes de conocer a ____________. ¿Como podía siquiera pensar en esos pendejos?, fui a la parte de su armario y comencé a echar todo, pantalones, zapatos, todo.

 

-¿Qué estás haciendo? - escuche su voz una sonrisa se mostró en mi amargado rostro, le mostré las bolsas negras que tenía en mi mano - Te estoy hablando. - Exigió elevando la voz más hacia a mi - Recogí tus cosas por ti. A partir de ahora  no perteneces a esta casa. - Se las habiente justo en el pecho y me encargué de empujarlo hacia la entrada, opuso resistencia más no utilizo violencia - ¿Qué crees que haces? - Te corro de la casa, ¿Tú que crees? - ¡¡MÁS VALE QUE TE DETENGAS!! - NO. Más vele que te detengas tú. Esta casa era de mi madre que no se te olvide. - Todavía hay un testamento, tal vez la casa ya es mía. - Ataco - Bueno entonces peleare por ella si es necesario. Jamás vas a volver a pisar de nuevo tierra santa. - Exclame yo por mi parte, abrí la puerta y el apretó los puños con fuerza - Esta casa se volvió Styles cuando me case con tu madre. - Siempre será una Malik. Yo llevo sangre Malik. ¿Quién aquí es el que esta en discordia? Sal y no dejes que te humille más. - Evite mirarlo por que quería darle unos buenos golpes, quería asesinarlo y solo de pensarlo me llenaba de rabia. - Es solo mientras puedes Harry Edward Styles. - Salió y camino digno a su automóvil, de no ser que estaba a su nombre también se lo abría quitado.

 

 Me senté en la sala, mire mis manos y era como si de repente todas las estupideces que había hecho se comenzarán a tatuar en ellas. Scott, _______________, Celeste, incluso Zayn se encontraban en mis manos. Estaban sucias, creo que ella tenía razón de no ser por que fuera mi madre la habría apostado.

 

Abrí los ojos y había un oficial picándome con su palo negro, no recuerdo su nombre. - Joven, esté parque es parque no un dormitorio, le pido que vaya a casa y tome una gran ducha. La próxima será una multa. - Me senté, talle los ojos y me pregunte ¿Cómo mierda había llegado  aquí? Intente ubicarme y me encontraba en NY aún.

 

Y todo lo que había platicado había sido un sueño.

Pero en algo si tenía razón estaba buscando algo y eso era una respuesta.

Capitulo: Sangre Malik.

 

Estaba sentado frente a mi abogado y él con el suyo.

Lo miraba sin ningún cuidado al infeliz ese, sí esa casa estaba a su nombre lo iba a pagar muy caro, si ya había hecho cosas peores que no fuera capaz de matar a mi propio padre entonces no podía llamarme Harry Styles.

- ¿Entonces están de acuerdo? - Dijo aquél viejo de varaba blanca. No escuché ni pizca de lo que había dicho pero para eso le pagaba a mi abogado

- Acepta- Susurro bajo solo para mi oído. Conteste eso mismo.

Mi padre se pasaba la mano por aquél cabello que estaba perdiendo su color a penas, parecía tranquilo.

 

No podía creerlo.

Capitulo:  Adiós.

Día 85

No había pensado en esto, ni siquiera por que estaba embarazada la idea se me había pasado por la mente.

Grite muy fuerte. Muy fuerte. El dolor era insoportable.

Mantuve los ojos abiertos como platos al sentir el horrible dolor abdominal matándome por dentro, gritaba sin parar y me sorprendía que Scott ni siquiera se asomará por aquí.

Sabía lo que estaba apunto de pasar y no quería aceptarlo.

No quería y no podía.

Salía mucha sangre entre mis piernas, demasiada, que llegue a pensar que tal vez moriría de desangre.

Tengo que aceptar que estaba asustada, había estado presente en asesinatos cometidos por mano propia, me habían hecho cosas atroces, había hecho toda una matanza yo sola  y ¿Me daba miedo un aborto?

Eres una asesina. Eres una ase…

Era una asesina, pero también me di cuenta que era una persona.

El dolor me hiso doblarme a la mitad, tal vez no lo lograría sinceramente no lo sabía no veía siquiera una pizca de posibilidad… era peor que los latigazos en la espalda que Scott me había dado 2 días atrás.

Quería morirme después de sentir que me vaciaba por dentro con un peso muerto, el piso estaba manchado de sangre mis piernas, mis manos, la blusa que cubría mis muslos, lloré como loca al ver a mi bebé en el piso.

No puedo explicar como se veía, no puedo decir como me sentía por que estaba más que devastada.

Día 87

Scott bajo por las escaleras, me encontró desnuda por que con mi ropa había limpiado mi propia sangre… sangre de mi sangre. Temblaba  como nunca lo hice y la debilidad, la impotencia que sentía eran demasiado amargas incluso para mí.

- ¿Por qué hay sangre en tu ropa? - Pregunto él al examinarlas, solo me limite a abrazarme a mi misma, no iba a encontrar nada de lo que me había sucedido.

- Esta bien preciosa no contestes, pero luego no te quejes del dolor. - Dijo él ordenando al tipo bate y al desconocido que me trajeran algo de ropa para cubrir lo que había sido un cuerpo bonito.

Me vestí de manera lenta y dolorosa pero por lo menos logré vestirme, cuando él salió seguí con mis penas, jugué conmigo misma y me aposte a que si sobreviviría hasta el día 90 sería por el tipo de karma que debía de llevar y ese día moriría mi alma, si sobrevivía al día 95 sería demasiado y si vivía hasta el día 100 sería un milagro.

Cerré los ojos esperando morir de una vez por que no iba a intentarlo más, no dejaría que la esperanza se burlará de mi otra vez, en voz baja le pedí perdón a Celeste, a mis padres, a Airam, a Louis, a Max, a Zayn y al bebé que había perdido.

Capitulo: I´ll find you (Te encontrare)

Cuando se dio por terminada la sesión mi abogado se encargo de sacarme del edificio y llevarme lejos del hombre al que por muchos años le dije papá y que ahora se encontraba peor que una fiera, estaba feliz no solo por que se me había quedado el 98% de todo lo que poseía mi madre sino por que a él no le había dejado nada. Casi salí del edificio brincando de la emoción.

Cuando llegué a casa se me informo el abogado que ya estaría en proceso de todos los trámites para que pronto lo que mi madre había declarado mío estuviera ya en mi nombre  y a mi disposición.

Para cuando acabo el día sorprendentemente acostado en la habitación que había sido mía sin ni

Ninguna pizca de droga o cerveza o cualquier cosa que alterara mi cerebro, estaba feliz sin más.

Y antes de que parasarán varias  semanas  comencé a hacer lo que mi madre me había pedido vender sus joyas y visitar lugares que lo necesitaban, aparecí varias veces en el periódico gracias a eso pero no quería llamar la atención porque yo solo cumplía con lo los deseos de mi madre, así que decidí que cada vez que donará algo sería a nombre de mi madre como debía ser.

Por primera vez en la vida sentía que estaba haciendo algo bien.

- ¿Si queda claro verdad Sr. Styles? - Pregunto el abogado de forma directa, hablábamos incómodamente (al menos para mí) sobre el Sr. Styles. Quien no me había dado absolutamente nada de lo que decía en el testamento de mi madre de hecho no lo había visto ni le había hablado  desde ese día. - Por supuesto. Búsquenlo y preparé una demanda si es necesario - Comente. No me importaba en absoluto lo que él hiciera con tal de que me diera lo que correspondía y cumpliera los sueños de mi mamá - Haga lo que tenga que hacer - Ordene, el hombre se levanto y salió del estudio.

Antes de que comenzará a pensar en todos los problemas que ya tenía revise los papeles que mi padre guardaba…. la mayoría eran contratos, papeles de gastos que pasaba cada vez más rápido y que termine por desechar, la luz se comenzaba a poner brillosa, estaba cansado había sido un largo día pero quería terminar lo que empecé así que comencé a vaciar los cajones del escritorio con más y más papeles que también se fueron a la basura, abrí el último cajón y lo único que contenía era una llave.

No era chica como para ser de una puerta y no era la correspondiente para ser de una caja de seguridad puesto que ya no utilizaban las llaves… era plateada, delgada e incluso parecía fina, tenía detalles de enredaderas en la cabeza, la comencé a jugar con los dedos y la volví a examinar descubrí que tenía  letras SYS Jamás había visto una llave igual. No en mi familia ni mucho menos en los que me rodeaban…

Para ser una persona que intenta estar bien me metía en muchos problemas sin buscarlos.

Día 110

Escucho ruidos por primera vez en días.

No sé si estoy muriendo (no me vendría mal sí así fuera), tal vez esto es lo que pasa cuando no comes en días, hace frío aún no creo soportarlo un día más, no puedo mover mis pies, no siento mis brazos.

Tengo miedo.

Louis.

Lo veo. Lo tengo frente a mí.

Sus ojos se aguadan al instante, esos ojos azules que impactan.

No puedo mantener los ojos abiertos por más tiempo.

-Estas a salvo, ________- Escucho una voz más masculina como la de Max ¿Qué rayos está pasando? Siento unos brazos en mi cuerpo que me toman con delicadeza.

- ¡Necesitamos llevarla a un hospital! - Grita una mujer - ¡Estaba secuestrada!¡La busca la policía!¡Scoot!¡No puede ir a un hospital! - Dice  con más fuerza, vuelvo a mantener abiertos los ojos lo más que puedo y veo el piso manchado de sangre, el vaso de agua, las cadenas al otro lado, me veo a mi. Me veo a mi.

¡Me estoy muriendo!!¡Me veo a mi!!

Quiero llorar como solo he llorado una vez pero no puedo, ya no puedo.

-¿Qué te hicieron ___________?- Escucho a Max.

- Salgan de aquí me voy a apresurar - Dice la misma voz femenina, Jacqueline Sailler.

El cuarto desaparece conforme cierro los ojos, me veo cruzando esos corredores intentando escapar, luego la cocina, donde Celeste peleaba con puños….

No la salve.

No la salve.

NO LA SALVE.

 -No la salve.. - Logro decir apenas. Lou me mira con calma pero quiere gritar, solo tengo eso de prueba. - No la salve. - Siento que estoy soñando.

Más adelante veo una puerta la cual esta abierta, salgo de ahí.

Nieve.

Fría.

Nieve.

Blanca.

-Estamos en diciembre - Dice Lou.

El lugar solo tiene esta casa color amarillo.

Me encontraba ahí.

Me introducen a un auto que no tarda quieto más que unos segundos.

Estaba sola en un lugar inhabitado.

1, 2, 3…

La única prueba que tengo esta en mí.

Todo lo que viví quedo en mí.

-¡Llama a quien sea! - grita Max quien sostiene mi cabeza y me tapa con su abrigo y otras cosas más.

-Max- Susurro. Me ve y tiene las lágrimas cayendo de sus mejillas. - Estoy bien.

-Por supuesto que sí. - Su mano pasa alrededor de las mías.

-Estas a salvo.

Mientras tanto:

-Cuidado, Zayn.

-Mamá sé como caminar - Respondí tomándola de la mano, ella solo asintió con una sonrisa, sabía que era difícil para ella obviamente tener a su único hijo en el hospital era bastante. Al salir por las puertas cristalinas me sentí vivo de nuevo, una camioneta negra nos esperaba ya con un rulos recargado en el cofre fumando, me sentí feliz de verlo.- Hola Harry - Salude caminando hacia él, me miro con un poco de extrañeza. - Hola Zayn - Bueno eso era más una pregunta que un saludo pero viniendo de él nada me podría sorprender, apago su cigarrillo y todos nos fuimos a casa.

Al llegar a casa me esperaban todos mis amigos,  los había extrañado.

Harry desde que habíamos llegado se aparto y observo de lejos. Creo que aunque fuera incomodo todos sabían la situación en la que estaba: Había olvidado lo que ha pasado antes de mi accidente-¿Estamos bien o no? - Pregunte a Harry quien casi no me había hablado en desde que llegué. Sus ojos verdes se fijaron en los míos analizándome detalla mente. - ¿Enserio no recuerdas nada de lo que paso antes? ¿Recuerdas nuestra pelea? - Pregunto siendo directo - De la única pelea de la que me acuerdo es cuando te enojaste por que mi mano aplasto tú helado de chocolate y el perrito de Val se lo comió - Respondí sonriendo - No enserio no recuerdo nada esto es demasiado incomodo. - Respondí tomando el poco refresco que tenía. Cuando recordé algo. - ¿Sabes algo de _________? -Pregunte y el comenzó a toser. - No. La última vez que la ví fue mucho antes de esto. - Sonrió. - Espero que este bien. Recuerdo que peleamos por algo y no sé ni siquiera en que situación estamos  - Pensé. - ¿Sabes si terminamos? - Pregunté. - La verdad no lo sé,  salí por unos cuantos días Zayn.

- Le preguntaré a Liam o a Niall. - Respondí.

No recordaba nada más