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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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ELITE.
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Re: ELITE.
Deben de entender que no suelo entrar mucho al foro por cuestiones del colegio, no es una excusa pero me temo que se me complica mucho escribir. Lamento mucho mi irresponsabilidad y tienen derecho a juzgarme por quejarme de algo que, constantemente, yo hago. Eh estado escribiendo poco a poco, el poco tiempo que me queda libre cuando no tengo mucho que hacer al día siguiente.
Eh terminado finalmente el capítulo, espero que os guste... Al menos un poco.
Eh terminado finalmente el capítulo, espero que os guste... Al menos un poco.
Invitado
Invitado
Re: ELITE.
capítulo once: siento que... mejor olvídalo.
Ezra Van Hulton.
“Son las cuatro de la tarde” pensó Ezra levantando el dobladillo de su chaqueta, miro su reloj y efectivamente estaba muy temprano.
Cuando llegó a la casa grande, vio que estaban encendidas las luces de la planta baja; creyó que todavía estarían en el comedor. Se sentía ese calor estático y amenazante que precede a las violentas tempestades de verano. Era natural que salieran después de comer. Se ocultó en un lugar del parque que le permitía vigilar la salida de gente por aquel bar y esperó.
— Son cosas de las que nos podemos equivocar a veces, Winter… Él es un buen tipo.
Ezra no le causo ni una pisca de sorpresa ver a la rubia en aquel lugar de mala racha, más sin embargo fue como un baldado de agua fría cuando pudo notar la miedosa expresión de Charlotte. Cambio su postura y mantuvo su oído muy alerta a cualquier señal emitida por el trió.
— ¡¿Cómo dices?! Es un cretino de primera. No sabes lo fastidiada que estoy por tenerlo que ver siempre en mi casa, creyéndose el papel de “hermano”.
— Se agradecida con lo que te dan, Win. No todos gozan de ello.
Ezra hizo una mueca, imitando la acción de Charlie al notar la tensión brotar por los poros de Toy. ¡Ahora comprendía su actitud! Todo el tiempo quiso expresar su enfado por la recortada familia que tenía, sentía la mera necesidad de que todos le temieran para así evitar una decepción más. ¡Pobre!
— Lo dices por tu madre.
— Ni que lo digas —resoplo con ironía, Alaska.
Charlotte le dio un largo trago a su bebida.
— Chicas no creo que sea un buen momento para…
— ¡Quieres siempre tomar el control de todo! Deja de llamar la atención con tus tontos problemas, Toy. Madura, por Dios.
“No debió decir eso” pensó Ezra, automáticamente.
— No pienso discutir contigo mis problemas, no es asunto tuyo.
Winter se erizo de pies a cabeza.
— No te creas una chica mala, Alaska.
— ¿Por qué me temes, entonces?
No respondió en el instante. Dejó su brazo y quedó pensativa. ¿Eso era verdad? Hasta ese momento no me había hecho con claridad la pregunta y más bien había obedecido a una especie de instinto. Con una ramita, Ezra, comenzó a trazar dibujos geométricos en la tierra —escuchando atentamente, claro—.
— No sé —murmuró al cabo de un buen rato—. Todavía no lo sé.
Reflexionaba intensamente y con la ramita complicaba cada vez más los dibujos.
— Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas. No, no es eso... Me sentía bastante tonta, de ninguna manera era esa mi forma de ser. Hice un gran esfuerzo mental, ¿acaso yo no razonaba? Por el contrario, mi cerebro estaba constantemente razonando como una máquina de calcular; por ejemplo, en esta misma historia ¿no me había pasado meses razonando y barajando hipótesis y clasificándolas? Y, en cierto modo, ¿no había encontrado mi felicidad al fin, gracias a mi capacidad lógica?
Theo sintió que estaba cerca de la verdad, muy cerca, y tuvó miedo de perderla: hizo un enorme esfuerzo.
— ¡No es que no sepa razonar! Al contrario, razono siempre. Pero imagine usted un capitán que en cada instante fija matemáticamente su posición y sigue su ruta hacia el objetivo con un rigor implacable. Pero que no sabe por qué va hacia ese objetivo, ¿entiende?
Winter miró un instante con perplejidad; luego volvió nuevamente a mirar el árbol.
— Siento que tú serás algo esencial para lo que tengo que hacer, aunque todavía no me doy cuenta de la razón.
Volvió a dibujar con la ramita y siguió haciendo un gran esfuerzo mental. Al cabo de un tiempo, agrego:
— Por lo pronto sé que esto no tiene mucho sentido ahora y, como te dije, no es asunto tuyo.
— Si lo es —murmuró.
Se enfureció y gritó:
— ¡No me hables de querer preocuparte!
Se dio vuelta sorprendida.
— ¿Y no podría ser que yo tuviera la misma opinión? — Charlotte interrumpió a su amiga, mirando a Toy con ojos acusadores.
— ¿Qué opinión?
— La de Winter.
La miró ansiosamente; pero su cara, de perfil, era inescrutable, con sus mandíbulas apretadas. Respondió con firmeza:
— Me temó que pierdo el interés acerca de una “amistad” hacia ustedes.
— ¿Te vas?
Theo levanto la vista de inmediato, siguiendo la figura oscura de Antoinette caminando por las calles del Sur. Se apresuró en salir de los arbustos, sin hacer sospechar a las dos rubias que aún se miraban desanimadamente.
Quedaba el camino inverso, ver si alguno de sus amigos era, por azar, amigo de ella. Y eso sí podía hacerse sin hallarla previamente, pues bastaría con interrogar a cada uno de sus conocidos acerca de una muchacha de tal estatura y de pelo así y así. Todo esto, sin embargo, le pareció una especie de frivolidad y lo desechó, le avergonzó el sólo imaginar que hacía preguntas de esa naturaleza a gentes como Spike o Liam.
Al siguiente minuto se detuvo en seco cuando se encontró frente a frente con los ojos verdes más oscuros y brillantes. Antoinette no expresaba ninguna faceta que Ezra pudiera criticar o diferenciar del enfado tan profundo y calvario.
— ¿Qué demonios haces siguiéndome, Theodore?
— Uhm… quería saber si estabas… bien.
— Me encuentro perfectamente bien, gracias —Ezra se tambaleo. — Ahora largo.
Suspiro variadas veces, asegurándose de lo que iba a decirle.
— No puedo dejarte… sola aquí, Toy.
— ¡Eh dicho que largo! —grito furibunda. — No tengo paciencia para tus diálogos tontos, largo sino quieres terminar con un ojo morado.
Aquello lo dejo consternado, al punto de rebosar la copa y atarse a la dura realidad de que Toy era imposible, acabaría con su limitada paciencia siempre que hubiese una razón para que tuviera una templada y cortante actitud con el maestro del silencio. Ese era, por supuesto, Ezra.
Sus pestañas alzaron la altitud exacta para que el contemplara la serena expresión en sus ojos esmeralda.
— Disculpe usted, joven.
— ¿Por qué? —cuestiono el rubio, frustrado por el repentino cambio de humor.
Antoinette se remojo los labios, mandando zumbidos a la virilidad sensible de Ezra.
— Me eh comportado como una completa tonta delante de un chico que no tiene nada que ver con mi enfado, por eso repito y cito; disculpe usted, joven.
Toy carecía de aquella característica reconocida en las mujeres como ella; paciencia, elegancia, tolerancia, respeto por sí misma y, así mismo, por los demás. Era una joya extraña entre muchas rocas de oro. Sin duda mucha gente podía notar esa hermosa brillantez que hasta un inútil podría reconocer. Dueña de una fascinante mirada profunda y discreta, que arriesga demostrar una bestia arrinconada, amarrada con cadenas de fuerza.
Una caja de sorpresas sin duda.
Sonrió con sorna al notar como el rubio la miraba fijamente, en un intento fallido de averiguar que escondía bajo esa mueca de sarcasmo y burla.
— Me gusta que me tutees, Toy.
— No lo quiero de ese modo, yo lo trato como quiero.
— ¿Estás bien? —frunció el ceño, ignorando la actitud cortante de la chica. Ella parecía importarle poco sus sentimientos o su amabilidad.
— Eh dicho que me siento perfectamente bien. ¿Sufres de los oídos, Ezra? Su familia francesa parece tener mucho dinero como para pagarle una cirugía.
Uh, eso dolió.
— Eres una insolente.
— Y todas las cosas que mi madre constantemente me dice, no tiene que recordármelo. El proceso lo hace mi madre personalmente, evite la fatiga —su tono fue más bajo, mirando hacia otro lado menos a los ojos grises de Ezra. — Retírese.
— No.
— Ezra…
— Ahórrate los insultos, puedo soportarlos hasta cierto punto. Tengo límites, Alaska. Limites que todos con sentido común poseemos en nuestro más acurrucado corazón.
Toy giro sobre sus talones y continúo su caminata en dirección contraria a la que debería llevarla a casa.
— Eres una niña sin control, tú estás completamente loca, ¿acaso no tienes sentimientos? —no parecía interesarle lo que decía Ezra a sus espaldas, más sin embargo después de unos minutos lo miro sobre su hombro.
— Te doy una noticia que seguramente no te ah llegado, amigo. Yo no tengo corazón.
Y si terminara con cada remordimiento que oculta la cruel realidad del miedo que extinguía sus esperanzas de lo que realmente quería hacer. El poder creer que hizo el mundo mejor, que realmente hizo un bien y no solo que fue la real culpable de aquella miseria.
— Eres como un libro abierto, hijo, un libro al que debí dejarle la cubierta cuando todavía estaba nuevo.
Savoen sacó el puro que guardaba en el bolsillo izquierdo y que utilizaba en sus pequeñas victorias personales; lo prendió, le dio una bocanada honda y continuó viéndolo con aires de suficiencia. Lo miraba por encima del hombro, repudiaba ver que algo tan perfecto se dejara caer tan fácil en las manos sucias de un infeliz.
— Pero así están las cosas, papá; tú tan triste y yo tan hijo de puta.
Savoen salió de la habitación sin cruzar miradas con él, no quería que su madre descubriera el asco que sentía por ambos. Bajó a la cocina completamente a oscuras, temía encontrarse a sí mismo sentado en las escaleras con una cerveza en la mano, juzgándose a sí mismo, sintiendo vergüenza de ser él. Sacó una lata sellada con papel celofán de la nevera, la destapó y le dio un sorbo.
— Mirmihan dice que no puedes beber.
El hombre de unos treintaisiete años asomo su largo cuello por un lado de la puerta del refrigerador. Enarco una ceja y le dio otro sorbo a la lata.
— El doctor Waters dice que no puedes tener sexo a los dieciséis, al menos una dama no. ¿Eres virgen?
Ezra se sonrojo.
— ¡Padre!
— Es de lo más normal, Theo. ¿Crees que no me preocupo por ti? ¿Quién ha sido?
Se encogió de hombros y sus pensamientos lo comenzaron a atormentar; la vergüenza y la ira de tener que presenciar aquel tema tan bochornoso con un miembro de su familia que no hacía más que darle órdenes y desaparecer en las noches como un monstruo escurridizo, buscando desesperadamente un lugar donde disfrutar de algunas copas. Sin duda era de lo peor… más que hablar de eso frente a la maestra de Biología o de una chica.
Toy.
— Fue… hace mucho, ni lo recuerdo —mintió.
Sonrió irónicamente, cerrando de portazo el refrigerador.
— ¡Embustero! Ni yo que soy más viejo que tu; se me ha olvidado mi primera vez. Anda, cuenta.
— No, es… vergonzoso. Mejor me iré a dormir…
— ¿Eres gay? —mascullo con temor a escuchar una afirmación como respuesta. Lo último que quería era un hijo que le atrajeran los penes.
Ezra contemplo a su padre unos minutos, con incredulidad de lo que había escuchado. Subió las escalares de dos en dos y al final del pasillo le dijo:
— Me gustan los pechos, papá.
El fresco aroma a limpio impregnaba la nariz de Ezra, suspirando y ofreciéndole una cálida sonrisa a la chica que se aproximaba a él. Sus ojos verdes esmeralda, cabello largo y castaño recogido en una coleta. Era la feminidad andante, casi recibiendo la misma atención que la unión entre Antoinette y Spike. Aquello le hizo pasar malos momentos en recuerdos que le parecían una pérdida de tiempo. Contoneando sus caderas, Blaire se inclinó sobre sus converse negros y deposito un dulce beso en su mejilla.
— ¿Qué tal?
— No me quejo —poso ambas manos sobre sus caderas, a regañadientes asentí— estoy bien.
— Deja ya de atormentarte, olvídala. Hay muchas chicas lindas por aquí.
Ezra se detuvo ceñudo. ¿A qué se refería con eso?
— ¿Qué?
— Oh, no tienes que ocultármelo. Un chico acabo de afirmarlo; tú y Toy salían. Anoche terminaron y por eso ambos están de malhumor. ¿Crees que puede estar saliendo con Spike?
No escucho nada más cuando su vista se nublo totalmente. La ira comenzó a freír sus entrañas, fijándose en todas partes menos a los ojos preocupantes de Blaire. Era de más que la chica se sintiera mal al ver la reacción de su compañero de Ciencia, le había afectado mucho.
— No salía con ella, nunca lo haría y nunca lo haré.
Antoinette se apartó de su amiga Winter al escuchar a un hombrecillo decir algo referente a ella, al darse vuelta noto la expresión confundida de Blaire y se dio cuenta de que había sido él, Ezra.
Comenzó a dar grandes zancadas hasta la siguiente aula que pertenecía a la Biblioteca. Tomo coraje para tomar a Ezra por las orejas y llevarlo hasta el otro extremo de esta.
— ¡Hey! ¿Qué ocurre contigo?
— ¿Qué le has dicho a Blaire sobre nosotros?
Theo hizo una mueca.
— Nada.
— Ezra… —su tono de voz fue, visiblemente, amenazante.
— Eh dicho que nada.
— Mientes…
— ¡Bien! ¿Qué quieres escuchar? ¿Qué me gustas y me duele que me lastimes siempre? Vale, pues lo eh dicho. ¿Satisfecha ahora, Mrs. Borde?
“Tic-Tac” sonó el reloj y parece que ya no está pensando tanto en mí. Mira, si algún día regresas haré mi esfuerzo por quererte, pero si no, te olvidaré y me olvidarás; solo seremos dos desconocidos con una larga historia junta. Te quiero, pero te olvido.
Qué hacer con tantos recuerdos vacíos que ya no le llenan.
— Es por esto que eh decidido no intentarlo más; me rindo… No voy a gastar más tiempo intentando encontrar la salida de tú vacío y oscuro corazón.
—… No debiste.
Ezra sonrió dolidamente, sacudiendo su cabeza levemente.
— Sí, tienes razón… Nunca debí fijarme en ti, Antoinette. Nunca.
«Una nueva situación se presenta en Constance, resulta muy incómodo encontrarse con situaciones amorosas. Al parecer, esta vez E tenía intenciones buenas al respecto, pero A no tenía ningún interés en escucharlo. Quien sabe, creo que E ya se hartó de buscar. Sin duda se tardó mucho en darse cuenta que A… no conoce el amor.»
Cuando llegó a la casa grande, vio que estaban encendidas las luces de la planta baja; creyó que todavía estarían en el comedor. Se sentía ese calor estático y amenazante que precede a las violentas tempestades de verano. Era natural que salieran después de comer. Se ocultó en un lugar del parque que le permitía vigilar la salida de gente por aquel bar y esperó.
— Son cosas de las que nos podemos equivocar a veces, Winter… Él es un buen tipo.
Ezra no le causo ni una pisca de sorpresa ver a la rubia en aquel lugar de mala racha, más sin embargo fue como un baldado de agua fría cuando pudo notar la miedosa expresión de Charlotte. Cambio su postura y mantuvo su oído muy alerta a cualquier señal emitida por el trió.
— ¡¿Cómo dices?! Es un cretino de primera. No sabes lo fastidiada que estoy por tenerlo que ver siempre en mi casa, creyéndose el papel de “hermano”.
— Se agradecida con lo que te dan, Win. No todos gozan de ello.
Ezra hizo una mueca, imitando la acción de Charlie al notar la tensión brotar por los poros de Toy. ¡Ahora comprendía su actitud! Todo el tiempo quiso expresar su enfado por la recortada familia que tenía, sentía la mera necesidad de que todos le temieran para así evitar una decepción más. ¡Pobre!
— Lo dices por tu madre.
— Ni que lo digas —resoplo con ironía, Alaska.
Charlotte le dio un largo trago a su bebida.
— Chicas no creo que sea un buen momento para…
— ¡Quieres siempre tomar el control de todo! Deja de llamar la atención con tus tontos problemas, Toy. Madura, por Dios.
“No debió decir eso” pensó Ezra, automáticamente.
— No pienso discutir contigo mis problemas, no es asunto tuyo.
Winter se erizo de pies a cabeza.
— No te creas una chica mala, Alaska.
— ¿Por qué me temes, entonces?
No respondió en el instante. Dejó su brazo y quedó pensativa. ¿Eso era verdad? Hasta ese momento no me había hecho con claridad la pregunta y más bien había obedecido a una especie de instinto. Con una ramita, Ezra, comenzó a trazar dibujos geométricos en la tierra —escuchando atentamente, claro—.
— No sé —murmuró al cabo de un buen rato—. Todavía no lo sé.
Reflexionaba intensamente y con la ramita complicaba cada vez más los dibujos.
— Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas. No, no es eso... Me sentía bastante tonta, de ninguna manera era esa mi forma de ser. Hice un gran esfuerzo mental, ¿acaso yo no razonaba? Por el contrario, mi cerebro estaba constantemente razonando como una máquina de calcular; por ejemplo, en esta misma historia ¿no me había pasado meses razonando y barajando hipótesis y clasificándolas? Y, en cierto modo, ¿no había encontrado mi felicidad al fin, gracias a mi capacidad lógica?
Theo sintió que estaba cerca de la verdad, muy cerca, y tuvó miedo de perderla: hizo un enorme esfuerzo.
— ¡No es que no sepa razonar! Al contrario, razono siempre. Pero imagine usted un capitán que en cada instante fija matemáticamente su posición y sigue su ruta hacia el objetivo con un rigor implacable. Pero que no sabe por qué va hacia ese objetivo, ¿entiende?
Winter miró un instante con perplejidad; luego volvió nuevamente a mirar el árbol.
— Siento que tú serás algo esencial para lo que tengo que hacer, aunque todavía no me doy cuenta de la razón.
Volvió a dibujar con la ramita y siguió haciendo un gran esfuerzo mental. Al cabo de un tiempo, agrego:
— Por lo pronto sé que esto no tiene mucho sentido ahora y, como te dije, no es asunto tuyo.
— Si lo es —murmuró.
Se enfureció y gritó:
— ¡No me hables de querer preocuparte!
Se dio vuelta sorprendida.
— ¿Y no podría ser que yo tuviera la misma opinión? — Charlotte interrumpió a su amiga, mirando a Toy con ojos acusadores.
— ¿Qué opinión?
— La de Winter.
La miró ansiosamente; pero su cara, de perfil, era inescrutable, con sus mandíbulas apretadas. Respondió con firmeza:
— Me temó que pierdo el interés acerca de una “amistad” hacia ustedes.
— ¿Te vas?
Theo levanto la vista de inmediato, siguiendo la figura oscura de Antoinette caminando por las calles del Sur. Se apresuró en salir de los arbustos, sin hacer sospechar a las dos rubias que aún se miraban desanimadamente.
Quedaba el camino inverso, ver si alguno de sus amigos era, por azar, amigo de ella. Y eso sí podía hacerse sin hallarla previamente, pues bastaría con interrogar a cada uno de sus conocidos acerca de una muchacha de tal estatura y de pelo así y así. Todo esto, sin embargo, le pareció una especie de frivolidad y lo desechó, le avergonzó el sólo imaginar que hacía preguntas de esa naturaleza a gentes como Spike o Liam.
Al siguiente minuto se detuvo en seco cuando se encontró frente a frente con los ojos verdes más oscuros y brillantes. Antoinette no expresaba ninguna faceta que Ezra pudiera criticar o diferenciar del enfado tan profundo y calvario.
— ¿Qué demonios haces siguiéndome, Theodore?
— Uhm… quería saber si estabas… bien.
— Me encuentro perfectamente bien, gracias —Ezra se tambaleo. — Ahora largo.
Suspiro variadas veces, asegurándose de lo que iba a decirle.
— No puedo dejarte… sola aquí, Toy.
— ¡Eh dicho que largo! —grito furibunda. — No tengo paciencia para tus diálogos tontos, largo sino quieres terminar con un ojo morado.
Aquello lo dejo consternado, al punto de rebosar la copa y atarse a la dura realidad de que Toy era imposible, acabaría con su limitada paciencia siempre que hubiese una razón para que tuviera una templada y cortante actitud con el maestro del silencio. Ese era, por supuesto, Ezra.
Sus pestañas alzaron la altitud exacta para que el contemplara la serena expresión en sus ojos esmeralda.
— Disculpe usted, joven.
— ¿Por qué? —cuestiono el rubio, frustrado por el repentino cambio de humor.
Antoinette se remojo los labios, mandando zumbidos a la virilidad sensible de Ezra.
— Me eh comportado como una completa tonta delante de un chico que no tiene nada que ver con mi enfado, por eso repito y cito; disculpe usted, joven.
Toy carecía de aquella característica reconocida en las mujeres como ella; paciencia, elegancia, tolerancia, respeto por sí misma y, así mismo, por los demás. Era una joya extraña entre muchas rocas de oro. Sin duda mucha gente podía notar esa hermosa brillantez que hasta un inútil podría reconocer. Dueña de una fascinante mirada profunda y discreta, que arriesga demostrar una bestia arrinconada, amarrada con cadenas de fuerza.
Una caja de sorpresas sin duda.
Sonrió con sorna al notar como el rubio la miraba fijamente, en un intento fallido de averiguar que escondía bajo esa mueca de sarcasmo y burla.
— Me gusta que me tutees, Toy.
— No lo quiero de ese modo, yo lo trato como quiero.
— ¿Estás bien? —frunció el ceño, ignorando la actitud cortante de la chica. Ella parecía importarle poco sus sentimientos o su amabilidad.
— Eh dicho que me siento perfectamente bien. ¿Sufres de los oídos, Ezra? Su familia francesa parece tener mucho dinero como para pagarle una cirugía.
Uh, eso dolió.
— Eres una insolente.
— Y todas las cosas que mi madre constantemente me dice, no tiene que recordármelo. El proceso lo hace mi madre personalmente, evite la fatiga —su tono fue más bajo, mirando hacia otro lado menos a los ojos grises de Ezra. — Retírese.
— No.
— Ezra…
— Ahórrate los insultos, puedo soportarlos hasta cierto punto. Tengo límites, Alaska. Limites que todos con sentido común poseemos en nuestro más acurrucado corazón.
Toy giro sobre sus talones y continúo su caminata en dirección contraria a la que debería llevarla a casa.
— Eres una niña sin control, tú estás completamente loca, ¿acaso no tienes sentimientos? —no parecía interesarle lo que decía Ezra a sus espaldas, más sin embargo después de unos minutos lo miro sobre su hombro.
— Te doy una noticia que seguramente no te ah llegado, amigo. Yo no tengo corazón.
[…]
Y si terminara con cada remordimiento que oculta la cruel realidad del miedo que extinguía sus esperanzas de lo que realmente quería hacer. El poder creer que hizo el mundo mejor, que realmente hizo un bien y no solo que fue la real culpable de aquella miseria.
— Eres como un libro abierto, hijo, un libro al que debí dejarle la cubierta cuando todavía estaba nuevo.
Savoen sacó el puro que guardaba en el bolsillo izquierdo y que utilizaba en sus pequeñas victorias personales; lo prendió, le dio una bocanada honda y continuó viéndolo con aires de suficiencia. Lo miraba por encima del hombro, repudiaba ver que algo tan perfecto se dejara caer tan fácil en las manos sucias de un infeliz.
— Pero así están las cosas, papá; tú tan triste y yo tan hijo de puta.
Savoen salió de la habitación sin cruzar miradas con él, no quería que su madre descubriera el asco que sentía por ambos. Bajó a la cocina completamente a oscuras, temía encontrarse a sí mismo sentado en las escaleras con una cerveza en la mano, juzgándose a sí mismo, sintiendo vergüenza de ser él. Sacó una lata sellada con papel celofán de la nevera, la destapó y le dio un sorbo.
— Mirmihan dice que no puedes beber.
El hombre de unos treintaisiete años asomo su largo cuello por un lado de la puerta del refrigerador. Enarco una ceja y le dio otro sorbo a la lata.
— El doctor Waters dice que no puedes tener sexo a los dieciséis, al menos una dama no. ¿Eres virgen?
Ezra se sonrojo.
— ¡Padre!
— Es de lo más normal, Theo. ¿Crees que no me preocupo por ti? ¿Quién ha sido?
Se encogió de hombros y sus pensamientos lo comenzaron a atormentar; la vergüenza y la ira de tener que presenciar aquel tema tan bochornoso con un miembro de su familia que no hacía más que darle órdenes y desaparecer en las noches como un monstruo escurridizo, buscando desesperadamente un lugar donde disfrutar de algunas copas. Sin duda era de lo peor… más que hablar de eso frente a la maestra de Biología o de una chica.
Toy.
— Fue… hace mucho, ni lo recuerdo —mintió.
Sonrió irónicamente, cerrando de portazo el refrigerador.
— ¡Embustero! Ni yo que soy más viejo que tu; se me ha olvidado mi primera vez. Anda, cuenta.
— No, es… vergonzoso. Mejor me iré a dormir…
— ¿Eres gay? —mascullo con temor a escuchar una afirmación como respuesta. Lo último que quería era un hijo que le atrajeran los penes.
Ezra contemplo a su padre unos minutos, con incredulidad de lo que había escuchado. Subió las escalares de dos en dos y al final del pasillo le dijo:
— Me gustan los pechos, papá.
[…]
El fresco aroma a limpio impregnaba la nariz de Ezra, suspirando y ofreciéndole una cálida sonrisa a la chica que se aproximaba a él. Sus ojos verdes esmeralda, cabello largo y castaño recogido en una coleta. Era la feminidad andante, casi recibiendo la misma atención que la unión entre Antoinette y Spike. Aquello le hizo pasar malos momentos en recuerdos que le parecían una pérdida de tiempo. Contoneando sus caderas, Blaire se inclinó sobre sus converse negros y deposito un dulce beso en su mejilla.
— ¿Qué tal?
— No me quejo —poso ambas manos sobre sus caderas, a regañadientes asentí— estoy bien.
— Deja ya de atormentarte, olvídala. Hay muchas chicas lindas por aquí.
Ezra se detuvo ceñudo. ¿A qué se refería con eso?
— ¿Qué?
— Oh, no tienes que ocultármelo. Un chico acabo de afirmarlo; tú y Toy salían. Anoche terminaron y por eso ambos están de malhumor. ¿Crees que puede estar saliendo con Spike?
No escucho nada más cuando su vista se nublo totalmente. La ira comenzó a freír sus entrañas, fijándose en todas partes menos a los ojos preocupantes de Blaire. Era de más que la chica se sintiera mal al ver la reacción de su compañero de Ciencia, le había afectado mucho.
— No salía con ella, nunca lo haría y nunca lo haré.
Antoinette se apartó de su amiga Winter al escuchar a un hombrecillo decir algo referente a ella, al darse vuelta noto la expresión confundida de Blaire y se dio cuenta de que había sido él, Ezra.
Comenzó a dar grandes zancadas hasta la siguiente aula que pertenecía a la Biblioteca. Tomo coraje para tomar a Ezra por las orejas y llevarlo hasta el otro extremo de esta.
— ¡Hey! ¿Qué ocurre contigo?
— ¿Qué le has dicho a Blaire sobre nosotros?
Theo hizo una mueca.
— Nada.
— Ezra… —su tono de voz fue, visiblemente, amenazante.
— Eh dicho que nada.
— Mientes…
— ¡Bien! ¿Qué quieres escuchar? ¿Qué me gustas y me duele que me lastimes siempre? Vale, pues lo eh dicho. ¿Satisfecha ahora, Mrs. Borde?
“Tic-Tac” sonó el reloj y parece que ya no está pensando tanto en mí. Mira, si algún día regresas haré mi esfuerzo por quererte, pero si no, te olvidaré y me olvidarás; solo seremos dos desconocidos con una larga historia junta. Te quiero, pero te olvido.
Qué hacer con tantos recuerdos vacíos que ya no le llenan.
— Es por esto que eh decidido no intentarlo más; me rindo… No voy a gastar más tiempo intentando encontrar la salida de tú vacío y oscuro corazón.
—… No debiste.
Ezra sonrió dolidamente, sacudiendo su cabeza levemente.
— Sí, tienes razón… Nunca debí fijarme en ti, Antoinette. Nunca.
[...]
«Una nueva situación se presenta en Constance, resulta muy incómodo encontrarse con situaciones amorosas. Al parecer, esta vez E tenía intenciones buenas al respecto, pero A no tenía ningún interés en escucharlo. Quien sabe, creo que E ya se hartó de buscar. Sin duda se tardó mucho en darse cuenta que A… no conoce el amor.»
Invitado
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Re: ELITE.
My big sistah, no me esperaba menos de ti, estuvo perfecto el capítulo *-* Me confundí un poco al principio, pero luego comprendí dnnndnddjddn Pobre Ezra:( Él solo quería conquistar y ayudar a Toy ;-; Me dio risa la parte de la virginidad dnndndndndn le hubiera dicho que sí era gay dndnjdnjxkdkdkd Quizás a Blaire le gusta Ezra okno ._. Las palabras dichas por gg me mataron, fueron tan :O chan.
Hermoso capítulo y comprendo lo de la tardanza, big sistah, no te preocupes<3 creo que sigo yo, porque Debs se fue:( las quiero<3
Hermoso capítulo y comprendo lo de la tardanza, big sistah, no te preocupes<3 creo que sigo yo, porque Debs se fue:( las quiero<3
Invitado
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Re: ELITE.
sabes, escribes hermoso. Tus capítulos siempre son muy buenos, no hay ninguno que te decepcione. Ezra me parece un poco sumiso, pero igual me agrada mucho. Necesito que la sigannnn.
Última edición por Mitchell. el Vie 28 Feb 2014, 9:50 am, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: ELITE.
Valio la pena la espera asdfkjsndkf *-* te quedo perfecto el capitulo & me enamore de tu escritura askdfnsdk<33
Ame que incluyeras en el capitulo a mi bella Win hiciste muy bien su personaje so, eso. Las chicas explotaron aksdjnfsdk todas contra todas , Ezra fue de mi agrado ya que es tan tierno que quería proteger de Toy & ella tan testaruda & educada que provoco que la amara(?XD asdfnsdk gad, cuando le pregunta si aun es virgen o que si era gay HAHAHA i can't con ese pedazo, plz. & lo mejor de todo es: Ezra se le confeso! fue hermoso! & ella tan seca, fría y odiosa
Espero con ansias el próximo capitulo<3
Ame que incluyeras en el capitulo a mi bella Win hiciste muy bien su personaje so, eso. Las chicas explotaron aksdjnfsdk todas contra todas , Ezra fue de mi agrado ya que es tan tierno que quería proteger de Toy & ella tan testaruda & educada que provoco que la amara(?XD asdfnsdk gad, cuando le pregunta si aun es virgen o que si era gay HAHAHA i can't con ese pedazo, plz. & lo mejor de todo es: Ezra se le confeso! fue hermoso! & ella tan seca, fría y odiosa
Espero con ansias el próximo capitulo<3
Oblivion.
Re: ELITE.
capítulo doce: en la jaula del león.
Daniel Russel
Los celos lo recorrían por completo, y es que aún no entendía cómo su hermana podía estar enamorada del estúpido de Styles, el chico no era para nada del agrado del castaño, a pesar de que tiempo atrás fueron amigos.
— Dan, déjala, Charlotte es lo bastante grande para saber las cosas que hace y siente —Lo aconsejaba su mejor amigo, Ezra. El chico era bastante ácido con Dan, lo cual era recíproco. Pero se apoyaban cuando lo necesitaban. Era el único no-elite que soportaba, y aunque no lo admitiera, una de las pocas personas que quería.
Daniel no tenía amigos, aparte de Ezra. Prefería entablar una “amistad” con una linda chica que no le costara llevar a la cama, con la única que no se acostaría sería con Rachel y pobre de alguien que lo hiciera, era igual de sobreprotector con su hermana, lo cual sabía que era paranoico y aburrido para ella, pero a la vez, Charlie le arruinaba una que otra cita por sus celos. Así eran los hermanos Russel, celosos y sobreprotectores entre ellos.
— Lo sé, pero es cómo pedirle a una madre que no cuide de su hijo, imposible —Caminaba por los pasillos con el pecho y la cabeza en alto, mientras que la socarrona sonrisa no se la quitaba nadie, por ahora.
Su amigo negó con la cabeza y le dijo que debía ir a ver unos asuntos, se despidieron y el castaño se apoyó en una pared que estaba cerca.
— ¿Sucede algo, Dan? —Una voz dulce y algo aguda atravesó sus oídos, volteó la cara y se encontró con el rostro angelical de la pequeña Gardener.
— Solo observaba un poco este pasillo lleno de idiotas —Dijo sin quitar su actitud ególatra— Aún no sé cómo pueden aceptar este tipo de personas aquí.
— Porque tanto como los alumnos y los docentes están cegados por algo llamado “hipocresía” —Le agradaba Tiffany, era una chica igual a él, ególatra y malvada, aunque lo último la rubia lo tenía por toda la piel, él, no tanto.
— Buen punto, Tiffy —Se irguió y se puso delante de la ojiazul, lo cual trató de ocultar aquel color carmesí que siempre aparecía sin avisar por sus mejillas cuando se encontraba cerca del castaño— Deberíamos hacer un plan para vengarnos de todos, ¿no crees? —Le susurró al oído.
— Podríamos encerrarlos a todos en el gimnasio y tirar una bomba —Dijo la chica levantando una de sus rubias y delgadas cejas.
— Muy buena idea, conseguiré algunas bombas por ahí —El castaño movió un poco la cabeza para sacar algunos cabellos que caían por su frente— Debo irme, Tiffy. Luego hablamos —Le dio un sonoro beso en la mejilla y caminó con una sonrisa victoriosa y ególatra, a sabiendas que la rubia se acariciaba la mejilla y le miraba el trasero.
La clase de biología era lo más aburrido por lo que tenía que pasar, además de que todas las chicas que estaban ahí ya habían pasado por su cama, algunas más de tres veces. Quería carne nueva, se había acostado con casi toda la escuela, pero aún faltaban. Las amigas de su hermana son intocables, eso lo sabía, en especial Toy, ella era tóxica, platónica y, por sobre todo, imposible, ya que era la “amada” de su mejor amigo. Aunque eso no le quitaba lo hombre y cuando podía le miraba el trasero por unos cortos segundos. Tiffany tampoco había pasado por sus manos y es que la chica era muy astuta y perversa, definitivamente ella también le era imposible, aunque obviamente notaba que estaba interesada en él, por lo que se aprovechaba de ello, nunca se sabe… Quizás más adelante ella podría ser una más de la lista. Con las de no-elite ni hablar, no quería contagiarse de la pobreza del pueblo, así que Kitra y Blaire estaban más que tachadas.
Siguió pensando en ello cuando una morena se asomó por la puerta algo agitada. ¿Cómo no haberlo pensado antes? Aquella chica era de elite, atractiva y de un cuerpo bastante sexy. Le sería difícil, pero no imposible. A más tardar en un mes la tendría en su cama. La chica sintió una mirada puesta en ella y se volteó, encontrándose con los ojos del castaño. Le sonrió coqueta y se fue a sentar en su puesto.
Próxima conquista de Daniel Russel: Jane Jessica Clark Winter alias J.J.
Daniel Russel se encontraba con el labio roto, el idiota de Spike lo había golpeado sin ningún motivo, aunque obviamente él tampoco se quedó de brazos cruzados y le devolvió el golpe. O al menos trató de hacerlo. Aun así el Russel de en medio salió más que perdedor en aquella batalla sin razón, es que ¿cómo si quiera intentar luchar contra un tipo que ha peleado con hombres tres veces más grandes? En ese caso Dan tenía mucha desventaja.
Sin embargo, su hermana corrió a ayudarlo junto con sus amigas, lo que “impidió” que Cedric lo golpeara nuevamente.
— No sé qué mierda le sucede, ni siquiera sé por qué me golpeó —Dijo Daniel a su hermana, la cual con un pañuelo le trataba de sacar un poco de sangre del labio.
— Es un salvaje —Dijo Charlie enfurecida.
Winter y Antoinette estaban detrás de la castaña mirando la situación con algo de risa en su cara. El gran Daniel Russel había sido golpeado, por nada más ni nada menos que Cedric Spencer.
— Me las pagará, tarde o temprano me encontraré con él y me vengaré —Espetó Dan con enojo y los ojos casi lanzando fuego, lo que hizo erizar la piel de las tres chicas.
— Por favor, Russel, sabes que aunque tengas todas las armas del mundo no podrás derrotar a Cedric —Le dijo Winter.
— Además, los golpes dentro de la escuela están prohibidos, ¿quieres qué te suspendan? —Dijo Antoinette mirando sus uñas.
— Si así fuera, Cedric ya no estaría en esta escuela —Dijo Charlotte defendiendo a su hermano.
— Sabes que Spencer tiene a todos comiendo en la palma de su mano —Le dijo Winter.
Las rubias se retiraron un rato después, Charlotte, por el contrario, llevó a su hermano a la enfermería, la cual parecía más una clínica. Daniel reprochó y le decía que se encontraba bien, pero la pequeña Russel no tardó en hacerlo cambiar de opinión con una de sus encantadoras y a la vez manipuladoras sonrisas.
— No quiero que te metas en peleas, Dan —Lo miró su hermana con preocupación— Sé que quieres vengarte y todo eso, pero solo saldrás lastimado y perjudicado.
— ¿Crees que no podré vencer al idiota de Cedric, Charlotte? —Su hermano solo la llamaba por su nombre completo cuando estaba realmente cabreado, lo cual hizo que la castaña hiciera una mueca.
— Sabes que no es eso, Dan.
— ¿Entonces qué es, Charlie? —Espetó subiendo el tono de voz, la castaña solo lo miró en silencio— Que bien, mi hermana no confía en mí.
— Sabes que no se trata de eso-
— Sé perfectamente de qué trata —Le cortó levantándose de la camilla y poniéndose en frente de ella. La superaba por una cabeza— Cuando veas a ese estúpido todo golpeado y moribundo verás de lo que soy capaz. Nadie se mete con el gran Daniel Russel sin pagar las consecuencias después.
Y sin más que decir salió hecho una furia de la enfermería, ante la mirada preocupada de su pequeña hermana.
Se quería desquitar, quería molestar a alguien, para que este le respondiera y pudiese al fin sacarse las ganas de golpear. Caminó hasta el patio, a esa hora la mayoría de los perdedores –para Dan– se encontraban ahí.
Buscó con la mirada una presa fácil, alguien que se molestara rápido. ¡Bingo! Liam Payne se encontraba apoyado en uno de los árboles con los ojos cerrados. El chico odiaba el ruido y lo sabía porque siempre lo hacía callar en la clase de alemán, y es Dan no podía evitar reírse del profesor dueño de la verruga más grande y peluda de todo el universo.
Se acercó a un grupo de chicas huecas que se encontraban cerca de donde estaba Payne –quienes al verlo suspiraron– y comenzó una conversación con ellas, en el volumen más alto que pudiese existir, sin contar las voces y risas chillonas de sus acompañantes.
En pocos minutos vio que el no-elite se levantaba, pero en vez de ir hacia donde se encontraban ellos, caminó hasta otro lugar. Prefirió alejarse, lo que a Dan lo hizo enojar más.
— ¿Qué piensan de las camareras? Yo creo que sus hijos son la escoria del mundo y deberían recoger nuestra basura —Dijo Dan en dirección a Liam, el cual no tardó en voltearse lentamente hacia él con los nudillos blancos.
Sabía que el punto débil de la mayoría de las personas eran sus familiares, es decir, si se metían con su hermana, mejor que tuvieran los pasajes a otro planeta de inmediato, porque no se cansaría hasta vengarse de la forma más cruel y dolorosa.
— Repítelo, Russel —Dijo con un tono de voz carente de paciencia.
— Que sus hijos son la escoria del mundo y deben recoger nuestra mierda—Le dijo lento y remarcando cada palabra, de la forma en la que se les habla a los niños cuando no entienden.
Liam se le lanzó encima con un puño en alto, pero Daniel fue más rápido y lo desvió con su antebrazo. Y antes de que alguien pudiese hacer algo, el elite ya había golpeado con su puño la mandíbula de Liam, el cual cayó al suelo.
— ¿Crees que puedes golpearme? Escúchame muy bien, pobretón. No se le golpea a la gente que es superior a ti, deberías lamer sus botas. Así que comienza ya con tu trabajo de recolector de basura, estúpido —Salió Dan ante la mirada de todos con una sonrisa malvada, los puños cerrados y su ego en alto.
No sabía qué hacer o cómo actuar ante Jane, nunca había hablado con ella e incluso, no se había acordado de que existía hasta la clase de biología. Había escuchado de ella, era como Tiffany, pero un poco menos cruel.
— ¿Qué haces? —Le preguntó alguien a su lado.
— Nada que te importe, Charlotte —Le respondió fríamente a su hermana, le dolía que ella no creyera que él era capaz de derrotar a Cedric y es que el chico había golpeado su orgullo, algo que pagaría caro.
— ¿Cuánto más seguirás molesto conmigo? —Le respondió una ya cansada Queen Bee.
— Lo siento, pero ahora no tengo tiempo —Dijo cortándola, odiaba ser así con su amada hermanita, pero su orgullo era más grande— Tengo una nueva conquista.
Caminó hasta la morena con paso firme y seguro, es decir, era el gran Daniel Russel y ninguna chica se resistía a sus encantos.
— Hola, Jane —Saludó a la chica con una sonrisa coqueta y su mejor pose de chico encantador.
— ¿Daniel Russel? Esto sí que es una sorpresa —Le dijo J.J. con una ceja en alto.
— Tan solo quería saludar a mi compañera de biología y decirle que en verdad me agrada estar en una clase con ella —Le dijo en tono encantador a lo que Jane sonrió coqueta. Sabía exactamente lo que quería el chico y se divertiría con ello.
— ¿Somos compañeros en biología? Nunca te había notado —Dijo con un tono irónico.
Aquello le cayó como un balde de agua fría, la chica estaba actuando todo lo contrario a lo que pensaba, y aquello le gustó.
— ¿En verdad? No se notó cuando me sonreíste en la clase —Le dijo de manera socarrona a la chica. Él también sabía jugar sucio.
Por la cara de la morena supo que había acertado, trató de disimularlo, pero Daniel notó que no se esperaba ese comentario.
— ¿A qué quieres llegar con esto, Russel?
— A nada, es cierto que deseo entablar una amistosa conversación contigo. Me pareces interesante, Jane, la manera en la que te comportas y los secretos que debes esconder tras esos comentarios sarcásticos me incitan a querer conocer a Jane Winter, no a J.J.
La morena se sonrojó y volteó el rostro. Daniel sabía que para ganarse a la chica, primero debía demostrarle que estaba interesado, lo cual fue pan comido al notar que le gusta que demuestren interés en ella.
”Típica chica que desea llamar la atención.” Pensó Daniel.
Antes de que el castaño pudiera agregar algo más, Jane se fue. Sonrió para sí mismo, estaba logrando acercarse a ella, o al menos eso pensaba.
— ¿Interesado en J. J.? —Le preguntó una voz a su lado.
— Necesito nuevas conquistas, siempre se repiten las mismas, Ezra —Le dijo a su castaño amigo— Jane es una de las que no ha estado en mi cama, aún.
— Nunca cambias, Daniel —Le palmeó la espalda.
— Es cierto, es que, nunca podrás cambiar a este ser tan perfecto, Ezra, el mundo necesita de la belleza Russel para seguir viviendo —Le dijo Daniel, muchos lo tomarán como una broma, pero no lo era, hablaba en serio, al menos para sí mismo.
— Hablando de los Russel —Le comentó Ezra— ¿Todo bien con Charlotte?
— Creo que no —Hizo una mueca de disgusto— Cree que no puedo enfrentarme a Spencer.
— ¿Ah? ¿Y por qué deberías enfrentarte a Cedric? —Le cuestionó su amigo.
— El muy idiota llegó de la nada y me golpeó, menos mal que llegaron las chicas y me detuvieron, te juro que lo hubiese dejado en coma, pero no quise dejarlo en vergüenza en ese instante, así que la venganza llegará de a poco para él.
Ezra sabía de sobra que Daniel no hubiese podido derrotar a Cedric ni aunque quisiera, pero no lo iba a contradecir, sería como hablarle a una pared, inútil y una pérdida de tiempo.
— ¿Qué tal todo con Antoinette? —Le preguntó Dan a su amigo.
Ezra no dijo nada y solo se limitó a mirar el suelo. Dan comprendió el mensaje y prefirió callar.
— Pues, creo que es hora de irnos —Dijo rascándose la nuca, un claro signo de incomodidad.
— Sí, claro —Dijo Ezra igual que Daniel— Nos vemos mañana.
Se despidieron con un saludo de puño y cada uno tomó un rumbo distinto.
El celular de Daniel vibró en su bolsillo trasero, un nuevo mensaje de Gossip Girl.
«¡Cuidado chicas! El gran D está buscando nueva conquista y por lo que se ve su objetivo está en nuestra morena favorita, J. Tengan cuidado, porque si se meten con él, caerán en la jaula del león... »
Le causó risa el mensaje, ¿la jaula del león? ¡Já! Peor aún, en la jaula de todos los carnívoros existentes.
Siguió su camino hacia la salida, sin notar la oculta presencia de una rubia totalmente enfurecida con su celular entre las manos. El odio que poseía por J.J. aumentó en el frío corazón de la pequeña Gardener.
- Hi!:
- Siento la tardanza, pero no sabía cómo seguir u.u Así que, agregué a todos los personajes del círculo cercano de Dan e.e O al menos los que más pude e.e Si hay algo que no les gusto que puse sobre su personaje me dicen, lo cambiaré en seguida. Bueno, espero que les guste este capítulo caca, pero es difícil venir después de my big sistah bc deja la vara muy alta ;-; Sin más que decir las dejo, espero a la siguiente<3 Las quiero<3
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Re: ELITE.
¿Qué te digo, mi hermosa hermanita? Muy interesante. Me agrado las pequeñas partes en las que comienzo a notar la verdadera personalidad de Dan. Es decir; me lo imaginaba muy... no sé, ¿tranquilo y normal? Me agrada saber que es un bruto de primera. Otra cosa; J.J no puede ser así, o sea, no me cabe la menor duda que será un reto muy grande para él lograr encontrar algun indicio para que acabe suspirando su nombre. Quién sabe, me causa curiosidad. ¡Bom! No dejo de sorprenderme con lo que salen en GG, joder, estoy que les mando detectives para saber como coño se enteran de todo. Toy es una chica difícil, ya verán la rebelión de esta mujer. ¡Todo cool, guapa!
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Re: ELITE.
hemmings. escribió:¿Qué te digo, mi hermosa hermanita? Muy interesante. Me agrado las pequeñas partes en las que comienzo a notar la verdadera personalidad de Dan. Es decir; me lo imaginaba muy... no sé, ¿tranquilo y normal? Me agrada saber que es un bruto de primera. Otra cosa; J.J no puede ser así, o sea, no me cabe la menor duda que será un reto muy grande para él lograr encontrar algun indicio para que acabe suspirando su nombre. Quién sabe, me causa curiosidad. ¡Bom! No dejo de sorprenderme con lo que salen en GG, joder, estoy que les mando detectives para saber como coño se enteran de todo. Toy es una chica difícil, ya verán la rebelión de esta mujer. ¡Todo cool, guapa!
Gracias mi gran hermanota (? hfhsjfhfhfd Mis personajes son la pareja malota (? jdnsfhafhkjshfjsaf J.J. será un gran desafío, sobretodo con Tiffany rondando los lares sjhafhkfsahf xd Yo también quiero saber como se enteran de todo Es que debía poner que Daniel miraba el trasero de Toy bc, podrían ser buenas tramas más adelante Gracias big sistah<3
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Re: ELITE.
asi que... Esta era la ansiada trama es mucho mejor de lo que pensé. Me acabas de dar una realmente increíble idea para tramas, después por wa te digo que es <333 ame el capitulo me encanto absolutamente todo, la personalidad de Dan es tan... Arrrogante, simplemente me encanta. Tienen que seguirla!
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Re: ELITE.
¿podria subir al final de la ronda? aún no tengo una idea de lo que tengo que escribir.
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Re: ELITE.
Hola, bueno, antes que nada, quiero pedirles perdón. Sé que me he ausentado bastante en ésta nc, pero ésto no me avisaba si llegaban nuevos mensajes de los temas y se me hizo un gran lío todo. Perdón, en serio, tendría que comentar cada capítulo, pero no tengo mucho tiempo. Leí absolutamente todos sus capítulo y me encantaron, amé cada personaje y las tramas, todo. Son unas grandes escritoras. Pido perdón de vuelta, y nada. Una pregunta, ¿alguien bondadosa que agregue a mi pj a su capítulo? mi bby quedó solito.
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