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Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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roxithap
Eu^_^
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
WOW gracias por todos sus comentarios chicas, no esperaba que pasaran de pagina tan rápido!
Yo sabía que el capítulo anterior les iba a gustar ;) ajajaja
Ahora me pongo a editar un nuevo cap :D
Muchos beeeeeeeesos
Yo sabía que el capítulo anterior les iba a gustar ;) ajajaja
Ahora me pongo a editar un nuevo cap :D
Muchos beeeeeeeesos
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Continuación del capítulo 15
Mucho más tarde, Joe se sentó ante el piano, deseando que el instrumento realizara la misma tarea que había cumplido a lo largo de toda su vida… ayudarlo a olvidar. Tocó con rigor… Con una fuerza que arrancó un desgarrador sonido del teclado. Las notas acudieron rápidas y furiosas, los dedos volaron sobre las teclas mientras cerraba los ojos y esperaba que la música arrancara a ________ de su mente. «Siempre has sido tú.»
La melodía lo envolvió, sombría y venenosa, escociéndole en los sentidos mientras se demoraba en las notas más bajas, derramando sus emociones en la manera en que tocaba. El sonido, doloroso y lírico, lo castigó, recordándole una y otra vez la expresión de ________, herida y lastimada, poco antes de huir de su casa. Antes de huir de él.
«Pero desearía que fuera cualquier otro.»
Maldijo, y el sonido fue tragado por los arpegios del piano. Las frías palabras de _________ —por otro lado muy merecidas—, lo habían dejado consumido en el deseo por poseerla. Por marcarla como suya.
Sabía que la había presionado hasta los límites de su conciencia, de su cuerpo, de sus emociones. Supo en todo momento lo que estaba haciendo y que estaba yendo demasiado lejos. Pero no habría podido detenerse ni aunque hubiera querido. Había estado tan capturado por el momento como ella. Podría haber entrado el propio rey en el estudio, y ni siquiera lo habría mirado.
Aquella certeza lo conmocionó, y detuvo los dedos sobre el teclado. Negó con la cabeza, como si así la pudiera borrar de su memoria. ¿Qué tenía esa mujer? ¿Aquella mujer corriente y sin pretensiones a la que jamás había percibido antes? «No hay nada corriente y sin pretensiones en ella.»
Y se odiaba a sí mismo por describirla como tal.
No… Lady ________ Hartwell era ella misma de una manera única, absolutamente nueva y diferente de todas las mujeres que había conocido antes. Y era esa intoxicante mezcla de curiosidad inocente y voluntad femenina lo que le había llevado a comportarse de la manera en que lo había hecho.
La deseaba. Con todo su ser. De una manera en que no había deseado a ninguna mujer.
Pero, por supuesto, no la podía tener.
Nick tenía razón; ________ quería amor. Él mismo lo había sabido desde el principio. Ella no ocultaba que creía en el poder de ese sentimiento ni la fe inquebrantable que tenía en él. Detuvo la melodía, preguntándose qué se sentiría al creer con tanta convicción en la fuerza del amor para hacer el bien. Para alcanzar la felicidad.
Negó con la cabeza, inclinándose sobre las teclas. Él nunca había visto esa cara del amor. Solo el dolor que provocaba, la devastación en la que se sumía el alma cuando acababa. Un recuerdo inundó su mente, su padre jurándole amor eterno a su madre. Una mujer que abandonó sus deberes como esposa y madre sin volver la vista atrás. Dos veces.
Así era el amor eterno.
Maldijo sin contenerse. No podía creer en la misma clase de amor en que creía ________, pero eso no le daba derecho a tratarla con semejante falta de escrúpulos. No negaba el placer que había sentido al tenerla entre sus brazos esa tarde, pero admitía que su comportamiento había sido inaceptable. Ella se merecía algo mejor.
Se disculparía. Incluso aunque no lamentaba en lo más mínimo lo que había hecho.
Continuó tocando, notas cada vez más lentas, más contemplativas, que reflejaban a la perfección su estado de ánimo.
Unos minutos después, sonó un golpe seco y dejó de tocar, girándose en el banco para mirar hacia la puerta. Por un fugaz momento, se preguntó si sería posible que ________ hubiera regresado, si sería ella la que aguardaría detrás de la puerta, esperando a que le diera permiso para entrar.
—Adelante.
La puerta se abrió y vio la silueta de una mujer a contraluz en el pasillo. Su hermana.
Al parecer, estaba rodeado de hembras que merecían sus disculpas.
—Juliana, entra. —Se puso en pie y agarró una cerilla para prender un candelabro cercano y llevarlo hacia la lámpara—. No me había dado cuenta de que estuviera tan oscuro.
—Es bastante tarde —señaló Juliana con voz queda, sentándose y esperando a que él encendiera varias velas más y se sentara enfrente. Cuando ella comenzó a hablar, él la interrumpió levantando la mano.
—Por favor, deja que me disculpe. —La joven agrandó los ojos cuando él añadió—: No debería haber perdido la calma.
Ella sonrió.
—Parece que además de otras cosas, tenemos en común un temperamento volátil, hermano.
Él curvó los labios.
—Eso parece, sí.
Juliana suspiró y se relajó en la silla.
—He venido a fare la pace.
Joe estiró las piernas y se reclinó mientras esbozaba una sonrisa ante la expresión italiana de su hermana.
—A mí también me encantaría hacer las paces.
Ella le ofreció un enorme paquete envuelto en papel de regalo.
—En Italia tenemos una expresión, una costumbre. Ofrecer un regalo tras una discusión… como gesto de paz.
Él tomó el paquete.
—Es una costumbre que también tenemos los ingleses.
Juliana sonrió ampliamente.
—Me alegra ver que algunas cosas son iguales en todas partes.
—Comienzo a pensar que has sufrido demasiados cambios últimamente.
Ella inclinó la cabeza.
—Si tú lo dices… —Miró el regalo—. ¿No quieres saber lo que es?
Joe bajó la vista al paquete, cuidadosamente envuelto para proteger el contenido, y se sintió lleno de curiosidad. ¿Cuánto tiempo hacía que no recibía un regalo? ¿Un regalo de alguien que no esperaba nada a cambio? Observó a su hermana. Tenía una expresión de expectante excitación en la cara; evidentemente, esperaba que él disfrutara de lo que hubiera dentro del paquete.
Y él se moría de intriga.
Se inclinó sobre el regalo y rompió la cuerda que lo sujetaba antes de desenvolverlo. Luego giró el libro entre las manos y la miró, parecía ensimismada.
—¿Cómo has sabido que tengo pasión por Mozart?
Ella sonrió.
—Yo también duermo aquí, no es difícil adivinar quién es tu compositor favorito.
Joe pasó los dedos con reverencia sobre la cubierta de piel.
—Comenzaré a leerlo esta noche. —Le sostuvo la mirada con una expresión seria—. Gracias, Juliana.
Ella esbozó una tímida sonrisa.
—De nada. Me alegro de que te haya gustado.
—Pues me ha encantado.
Se maravilló de que la chica hubiera descubierto sus preferencias con tanta precisión. De que a alguien que solo unas semanas atrás era una extraña para él, se le hubiera ocurrido comprarle un regalo.
—No tengo nada para ti.
Ella se rió.
—Claro que no. ¿Por qué ibas a tenerlo? —Como pareció que él era incapaz de responder con acierto, ella añadió—: Somos familia. Esto es lo que hacen los hermanos ¿verdad?
Él se quedó un momento pensándolo.
—La verdad es que no sé demasiado bien lo que hace la familia. Hace mucho tiempo que solo tengo a Nick.
Juliana consideró sus palabras.
—En efecto. Bueno, ¿acordamos ahora que esto es una familia? ¿Al menos, nuestra familia?
—Me parece una idea fantástica.
Juliana aplaudió enseguida al tiempo que esbozaba una amplia sonrisa.
—¡Excelente! —Y añadió en tono casual—: ¿Sabías, milord, que siempre he querido tener un hermano que me malcriara?
Él se rió de aquella fingida inocencia.
—¿De veras? ¿Puedo sugerirte que trates ese tema con Nick?
Ella agrandó los ojos ante la broma antes de estallar en carcajadas.
—¡Creo que es un plan maravilloso! —Bajando la voz hasta convertirla en un susurro conspirador, dijo—: ¿Crees que será muy extravagante?
—No debes esperar otra cosa.
—¡Por supuesto!
Se acomodaron en un agradable silencio durante unos minutos mientras Juliana observaba cómo Joe hojeaba su libro nuevo. Por fin, él levantó la mirada.
—¿Cuándo encontraste tiempo para comprarlo?
Juliana movió la mano en el aire.
—Oh, hace varias semanas ________, Mariana y yo estábamos en Bond Street y vimos una librería. Ese libro fue muy bien recomendado y ________ pareció pensar que sería un regalo excelente para ti.
Joe se puso rígido al oír mencionar a ________.
—¿De veras?
Juliana asintió con la cabeza.
—Suele dar muy buenos consejos. —Cuando lo vio cambiar de posición en el sillón sin añadir nada, Juliana entrecerró los ojos—. Parece que te sientes culpable, hermano.
Joe apartó la mirada, centrando su atención en el candelabro que había encendido antes.
—Me parece que me las he arreglado la mar de bien para que se fuera enfadada esta tarde. Creo que en estos momentos está muy furiosa conmigo.
—Ah —se burló ella, en un tono divertido y serio a la vez—. Quieres decir que monsieur Latuffe no ha sido el único idiota esta tarde.
Joe curvó los labios antes de ponerse serio.
—No. Parece que no. —Se relajó en el sillón—. ¿Sabes? Creo que nunca me habían hablado así.
Ella sonrió.
—Eso es porque nunca has tenido una hermana, Joe.
Él consideró sus palabras.
—Creo que tienes razón.
—Fue ________ quien me hizo caer en la cuenta. Es diferente a otras mujeres —confesó Juliana, extralimitándose un poco—. Está dispuesta a hacer lo que sea necesario para que una situación se resuelva como es debido.
Una imagen parpadeó en su mente: _________ en el umbral del estudio, dolida por las palabras que había oído sin querer y aun así dispuesta a defender a Juliana ante él, a decirle que se había sobrepasado con ella. Como si su orgullo fuera, de alguna manera, menos importante que la felicidad de Juliana.
Cuando volvió a prestarle atención a su hermana, observó que lo miraba con entendimiento.
—Veo que has notado lo mismo.
—Sí. ________ es notable.
—Quizá deberías disculparte con ella por tu… —Agitó la mano, buscando la palabra.
—¿Idiotez?
Ella sonrió.
—Tú lo has dicho.
Joe se removió en la silla, cruzando las piernas antes de que se quedaran callados de nuevo, cada uno ensimismado en sus pensamientos.
—¿Te gusta el arte? —Joe fue el primero en hablar.
Ella levantó la mirada con curiosidad.
—Sí.
—Me encantaría llevarte a la exposición de la Royal Art. —Alzó el libro—. Para agradecerte el regalo.
—No tienes que agradecérmelo, ¿recuerdas? Esto es lo que se hace en nuestra familia.
Él asintió con la cabeza.
—Entonces, me gustaría que nuestra familia visitara la exposición.
—Ah, muy bien. Si vas a convertirlo en una regla, supongo que no me queda más remedio que aceptar la invitación.
Él se rió.
—Qué magnánima eres.
—Eso creo.
Joe se inclinó hacia delante con una sonrisa.
—¿Sabes, Juliana? Creo que deberías haber tenido un hermano hace mucho tiempo.
Juliana ladeó la cabeza otra vez, en un gesto que él comenzaba a considerar cautivador.
—Creo que es posible que tengas razón.
Mucho más tarde, Joe se sentó ante el piano, deseando que el instrumento realizara la misma tarea que había cumplido a lo largo de toda su vida… ayudarlo a olvidar. Tocó con rigor… Con una fuerza que arrancó un desgarrador sonido del teclado. Las notas acudieron rápidas y furiosas, los dedos volaron sobre las teclas mientras cerraba los ojos y esperaba que la música arrancara a ________ de su mente. «Siempre has sido tú.»
La melodía lo envolvió, sombría y venenosa, escociéndole en los sentidos mientras se demoraba en las notas más bajas, derramando sus emociones en la manera en que tocaba. El sonido, doloroso y lírico, lo castigó, recordándole una y otra vez la expresión de ________, herida y lastimada, poco antes de huir de su casa. Antes de huir de él.
«Pero desearía que fuera cualquier otro.»
Maldijo, y el sonido fue tragado por los arpegios del piano. Las frías palabras de _________ —por otro lado muy merecidas—, lo habían dejado consumido en el deseo por poseerla. Por marcarla como suya.
Sabía que la había presionado hasta los límites de su conciencia, de su cuerpo, de sus emociones. Supo en todo momento lo que estaba haciendo y que estaba yendo demasiado lejos. Pero no habría podido detenerse ni aunque hubiera querido. Había estado tan capturado por el momento como ella. Podría haber entrado el propio rey en el estudio, y ni siquiera lo habría mirado.
Aquella certeza lo conmocionó, y detuvo los dedos sobre el teclado. Negó con la cabeza, como si así la pudiera borrar de su memoria. ¿Qué tenía esa mujer? ¿Aquella mujer corriente y sin pretensiones a la que jamás había percibido antes? «No hay nada corriente y sin pretensiones en ella.»
Y se odiaba a sí mismo por describirla como tal.
No… Lady ________ Hartwell era ella misma de una manera única, absolutamente nueva y diferente de todas las mujeres que había conocido antes. Y era esa intoxicante mezcla de curiosidad inocente y voluntad femenina lo que le había llevado a comportarse de la manera en que lo había hecho.
La deseaba. Con todo su ser. De una manera en que no había deseado a ninguna mujer.
Pero, por supuesto, no la podía tener.
Nick tenía razón; ________ quería amor. Él mismo lo había sabido desde el principio. Ella no ocultaba que creía en el poder de ese sentimiento ni la fe inquebrantable que tenía en él. Detuvo la melodía, preguntándose qué se sentiría al creer con tanta convicción en la fuerza del amor para hacer el bien. Para alcanzar la felicidad.
Negó con la cabeza, inclinándose sobre las teclas. Él nunca había visto esa cara del amor. Solo el dolor que provocaba, la devastación en la que se sumía el alma cuando acababa. Un recuerdo inundó su mente, su padre jurándole amor eterno a su madre. Una mujer que abandonó sus deberes como esposa y madre sin volver la vista atrás. Dos veces.
Así era el amor eterno.
Maldijo sin contenerse. No podía creer en la misma clase de amor en que creía ________, pero eso no le daba derecho a tratarla con semejante falta de escrúpulos. No negaba el placer que había sentido al tenerla entre sus brazos esa tarde, pero admitía que su comportamiento había sido inaceptable. Ella se merecía algo mejor.
Se disculparía. Incluso aunque no lamentaba en lo más mínimo lo que había hecho.
Continuó tocando, notas cada vez más lentas, más contemplativas, que reflejaban a la perfección su estado de ánimo.
Unos minutos después, sonó un golpe seco y dejó de tocar, girándose en el banco para mirar hacia la puerta. Por un fugaz momento, se preguntó si sería posible que ________ hubiera regresado, si sería ella la que aguardaría detrás de la puerta, esperando a que le diera permiso para entrar.
—Adelante.
La puerta se abrió y vio la silueta de una mujer a contraluz en el pasillo. Su hermana.
Al parecer, estaba rodeado de hembras que merecían sus disculpas.
—Juliana, entra. —Se puso en pie y agarró una cerilla para prender un candelabro cercano y llevarlo hacia la lámpara—. No me había dado cuenta de que estuviera tan oscuro.
—Es bastante tarde —señaló Juliana con voz queda, sentándose y esperando a que él encendiera varias velas más y se sentara enfrente. Cuando ella comenzó a hablar, él la interrumpió levantando la mano.
—Por favor, deja que me disculpe. —La joven agrandó los ojos cuando él añadió—: No debería haber perdido la calma.
Ella sonrió.
—Parece que además de otras cosas, tenemos en común un temperamento volátil, hermano.
Él curvó los labios.
—Eso parece, sí.
Juliana suspiró y se relajó en la silla.
—He venido a fare la pace.
Joe estiró las piernas y se reclinó mientras esbozaba una sonrisa ante la expresión italiana de su hermana.
—A mí también me encantaría hacer las paces.
Ella le ofreció un enorme paquete envuelto en papel de regalo.
—En Italia tenemos una expresión, una costumbre. Ofrecer un regalo tras una discusión… como gesto de paz.
Él tomó el paquete.
—Es una costumbre que también tenemos los ingleses.
Juliana sonrió ampliamente.
—Me alegra ver que algunas cosas son iguales en todas partes.
—Comienzo a pensar que has sufrido demasiados cambios últimamente.
Ella inclinó la cabeza.
—Si tú lo dices… —Miró el regalo—. ¿No quieres saber lo que es?
Joe bajó la vista al paquete, cuidadosamente envuelto para proteger el contenido, y se sintió lleno de curiosidad. ¿Cuánto tiempo hacía que no recibía un regalo? ¿Un regalo de alguien que no esperaba nada a cambio? Observó a su hermana. Tenía una expresión de expectante excitación en la cara; evidentemente, esperaba que él disfrutara de lo que hubiera dentro del paquete.
Y él se moría de intriga.
Se inclinó sobre el regalo y rompió la cuerda que lo sujetaba antes de desenvolverlo. Luego giró el libro entre las manos y la miró, parecía ensimismada.
—¿Cómo has sabido que tengo pasión por Mozart?
Ella sonrió.
—Yo también duermo aquí, no es difícil adivinar quién es tu compositor favorito.
Joe pasó los dedos con reverencia sobre la cubierta de piel.
—Comenzaré a leerlo esta noche. —Le sostuvo la mirada con una expresión seria—. Gracias, Juliana.
Ella esbozó una tímida sonrisa.
—De nada. Me alegro de que te haya gustado.
—Pues me ha encantado.
Se maravilló de que la chica hubiera descubierto sus preferencias con tanta precisión. De que a alguien que solo unas semanas atrás era una extraña para él, se le hubiera ocurrido comprarle un regalo.
—No tengo nada para ti.
Ella se rió.
—Claro que no. ¿Por qué ibas a tenerlo? —Como pareció que él era incapaz de responder con acierto, ella añadió—: Somos familia. Esto es lo que hacen los hermanos ¿verdad?
Él se quedó un momento pensándolo.
—La verdad es que no sé demasiado bien lo que hace la familia. Hace mucho tiempo que solo tengo a Nick.
Juliana consideró sus palabras.
—En efecto. Bueno, ¿acordamos ahora que esto es una familia? ¿Al menos, nuestra familia?
—Me parece una idea fantástica.
Juliana aplaudió enseguida al tiempo que esbozaba una amplia sonrisa.
—¡Excelente! —Y añadió en tono casual—: ¿Sabías, milord, que siempre he querido tener un hermano que me malcriara?
Él se rió de aquella fingida inocencia.
—¿De veras? ¿Puedo sugerirte que trates ese tema con Nick?
Ella agrandó los ojos ante la broma antes de estallar en carcajadas.
—¡Creo que es un plan maravilloso! —Bajando la voz hasta convertirla en un susurro conspirador, dijo—: ¿Crees que será muy extravagante?
—No debes esperar otra cosa.
—¡Por supuesto!
Se acomodaron en un agradable silencio durante unos minutos mientras Juliana observaba cómo Joe hojeaba su libro nuevo. Por fin, él levantó la mirada.
—¿Cuándo encontraste tiempo para comprarlo?
Juliana movió la mano en el aire.
—Oh, hace varias semanas ________, Mariana y yo estábamos en Bond Street y vimos una librería. Ese libro fue muy bien recomendado y ________ pareció pensar que sería un regalo excelente para ti.
Joe se puso rígido al oír mencionar a ________.
—¿De veras?
Juliana asintió con la cabeza.
—Suele dar muy buenos consejos. —Cuando lo vio cambiar de posición en el sillón sin añadir nada, Juliana entrecerró los ojos—. Parece que te sientes culpable, hermano.
Joe apartó la mirada, centrando su atención en el candelabro que había encendido antes.
—Me parece que me las he arreglado la mar de bien para que se fuera enfadada esta tarde. Creo que en estos momentos está muy furiosa conmigo.
—Ah —se burló ella, en un tono divertido y serio a la vez—. Quieres decir que monsieur Latuffe no ha sido el único idiota esta tarde.
Joe curvó los labios antes de ponerse serio.
—No. Parece que no. —Se relajó en el sillón—. ¿Sabes? Creo que nunca me habían hablado así.
Ella sonrió.
—Eso es porque nunca has tenido una hermana, Joe.
Él consideró sus palabras.
—Creo que tienes razón.
—Fue ________ quien me hizo caer en la cuenta. Es diferente a otras mujeres —confesó Juliana, extralimitándose un poco—. Está dispuesta a hacer lo que sea necesario para que una situación se resuelva como es debido.
Una imagen parpadeó en su mente: _________ en el umbral del estudio, dolida por las palabras que había oído sin querer y aun así dispuesta a defender a Juliana ante él, a decirle que se había sobrepasado con ella. Como si su orgullo fuera, de alguna manera, menos importante que la felicidad de Juliana.
Cuando volvió a prestarle atención a su hermana, observó que lo miraba con entendimiento.
—Veo que has notado lo mismo.
—Sí. ________ es notable.
—Quizá deberías disculparte con ella por tu… —Agitó la mano, buscando la palabra.
—¿Idiotez?
Ella sonrió.
—Tú lo has dicho.
Joe se removió en la silla, cruzando las piernas antes de que se quedaran callados de nuevo, cada uno ensimismado en sus pensamientos.
—¿Te gusta el arte? —Joe fue el primero en hablar.
Ella levantó la mirada con curiosidad.
—Sí.
—Me encantaría llevarte a la exposición de la Royal Art. —Alzó el libro—. Para agradecerte el regalo.
—No tienes que agradecérmelo, ¿recuerdas? Esto es lo que se hace en nuestra familia.
Él asintió con la cabeza.
—Entonces, me gustaría que nuestra familia visitara la exposición.
—Ah, muy bien. Si vas a convertirlo en una regla, supongo que no me queda más remedio que aceptar la invitación.
Él se rió.
—Qué magnánima eres.
—Eso creo.
Joe se inclinó hacia delante con una sonrisa.
—¿Sabes, Juliana? Creo que deberías haber tenido un hermano hace mucho tiempo.
Juliana ladeó la cabeza otra vez, en un gesto que él comenzaba a considerar cautivador.
—Creo que es posible que tengas razón.
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Awww!!!, Joe esta empezando a sentir algo >w<
ahaha Muchas gracias por subir el capitulo
Y espero con ansias la continuacion :)
ahaha Muchas gracias por subir el capitulo
Y espero con ansias la continuacion :)
Augustinesg
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
ay :) si joe empieza a sentir algo que
quiere negar!!! sigo pensando que joe
es un hijo de pitufos por lo que les hizo
a las dos...... pero creo q me alegro de que
sienta algo por _________ siguelaaaaaaaaa
quiere negar!!! sigo pensando que joe
es un hijo de pitufos por lo que les hizo
a las dos...... pero creo q me alegro de que
sienta algo por _________ siguelaaaaaaaaa
#Fire Rouge..*
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Ahh me encanta esta novelaa!!
SIGUE SIGUE SIGUE
quiero mas caps, hasta que Joe y _____ se encuentren
SIGUE SIGUE SIGUE
quiero mas caps, hasta que Joe y _____ se encuentren
Creadora
AleMoralesT3
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Hola de nuevo Floor <3 amm si me dicen arte o arthy como gustes!! Perdón por no pasar fueron días largos y tristes, pero ahora todo parece estar mejor, y tu nove me encanta, me encantaron los caps, muchas gracias x subirlos, y me encanta como escribes, me declaro tu fan #1 :D....
En cuanto a lo de la imagen gracias, lo intentaré!!!! Gracias x la ayuda!!!! :)
En cuanto a lo de la imagen gracias, lo intentaré!!!! Gracias x la ayuda!!!! :)
Invitado
Invitado
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
yo no soy la que sube la nove....
esa es otra flor :)
pero estoy de acuerdo contigoo
Flor tienes que seguirlaaaa
bueno espero que te funcione
va, mas bien que me entiendas
besos floopii.xoxo
esa es otra flor :)
pero estoy de acuerdo contigoo
Flor tienes que seguirlaaaa
bueno espero que te funcione
va, mas bien que me entiendas
besos floopii.xoxo
#Fire Rouge..*
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Chicaaaaaaaaaaaaaaas perdón por no haber subido cap hoy, es que no tuve internet en la computadora en todo el día porque hubo mucha tormenta :(
Si mañana internet coopera conmigo subo 2 caps ;)
Gracias por sus comentarios <3
Si mañana internet coopera conmigo subo 2 caps ;)
Gracias por sus comentarios <3
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
AHHHHHHHHHHHHHH u.u
QUIERO CAP
esperare
SIGUEEE
QUIERO CAP
esperare
SIGUEEE
Creadora
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Ahi me lei todos los caps desde ayer :)
La historia es hermosa, me encantan las historias antiguas de la noblezaa n.n
Me e enamoradoo de toda la historia, confieso que incluso no deje de hablar de ella
a mis amigas :)
Siguela cuando puedas Floor
Desde ase tiempo que soi seguidora fanstasmita de todaas tus novees
peroo eso terminoo!!
La historia es hermosa, me encantan las historias antiguas de la noblezaa n.n
Me e enamoradoo de toda la historia, confieso que incluso no deje de hablar de ella
a mis amigas :)
Siguela cuando puedas Floor
Desde ase tiempo que soi seguidora fanstasmita de todaas tus novees
peroo eso terminoo!!
Invitado
Invitado
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Aaa pero q despistada!!! Bueno floopi gracias x todo y flor sube CAP porfa soy tu fan #1!!! me encanta la nove!!! <3
Invitado
Invitado
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