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Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Me encantóoooo sube más cap jiji está buenisima la nove :-D
roxithap
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
pooorfaaaa mas caaapiiiss
chelis
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Capítulo 12
—¡Cómo se atreve a llamarme cobarde!
________ se paseó de un lado para otro de la habitación, lívida de furia ante los acontecimientos de la noche. Hacía una hora que había regresado a casa, pero no había dejado de moverse el tiempo suficiente para que Anne pudiese ayudarla a desvestirse.
Por esa razón, la doncella se había sentado en los pies de la cama y observaba cómo su ama se paseaba.
—No me lo imagino —dijo Anne con sequedad—, en particular si consideramos que intentaste abofetearle en un lugar público.
________ no notó la ironía de la mujer y, fijándose solo en las palabras, agitó las manos en el aire llena de frustración.
—Exactamente —convino—. ¡Esa no es una actitud cobarde!
—Tampoco es propia de una dama.
—Sí, bueno, pero eso no viene al caso —replicó _______—. ¡El caso es que Joseph Jonas, marqués de Ralston, se ha enfrentado a mí en un lugar público cuando se dirigía a reunirse con su amante y, además, se las ha arreglado para insultarme! —Golpeó el suelo con el pie—. ¡Se ha atrevido a llamarme cobarde!
Anne no pudo contener una sonrisa.
—En honor a la verdad, me parece que le has provocado.
________ se detuvo en seco y miró a la doncella, llena de incredulidad.
—Para estar tan preocupada, hace solo unos días, porque pudiera arruinar mi reputación al acudir a una taberna, parece que te has puesto de parte de Joe con mucha rapidez. ¡Se supone que tienes que defenderme a mí!
—Y lo haré por los siglos de los siglos, ________. Pero ibas en busca de aventuras y tienes que admitir que Joe parece haberte dado justo lo que querías.
—¡Te aseguro que no estaba buscando que me insultaran y besaran en público!
Anne arqueó una ceja con incredulidad.
—¿Quieres decir que no lo has disfrutado?
—¡No!
—¿Nada de nada?
—Ni un poquito.
—Mmm-mmm —fue la incrédula respuesta de la doncella.
—¡No he disfrutado!
—Eso es lo que has dicho. —Anne se puso en pie y le indicó a ________ que se volviera hacia el tocador para desabrocharle la larga hilera de botones que cerraba el vestido en la espalda.
________ permaneció quieta y callada durante un buen rato.
—Está bien, puede que me gustara un poco —confesó finalmente.
—Ah, claro, solo un poco.
________ suspiró y se volvió, a pesar de que Anne todavía no había terminado de desabrochar el vestido. La doncella volvió a sentarse en la cama, y ________, a pasearse de un lado para otro.
—De acuerdo. Más que un poco. Lo he disfrutado inmensamente, igual que todas las demás veces que me ha besado. —Percibió la mirada de sorpresa de Anne y se vio obligada a decir—: Sí, me ha besado en más ocasiones. ¿Por qué no iba a disfrutarlo? Se nota que ese hombre tiene mucha experiencia besando.
Anne se aclaró la voz.
—Es evidente.
________ giró la cabeza para mirar a la doncella.
—¡Te lo aseguro! Anne, seguro que jamás te han besado así.
—Tendré que creerte.
________ asintió con la cabeza, seriamente.
—En efecto. Joe es todo lo que puedas imaginar que puede ser un hombre… Primero regala palabras tentadoras y miradas pícaras, luego te rodea con los brazos y… Realmente no puedes comprender cómo has llegado allí, pero…
Se dejó llevar por los recuerdos, mirando al techo mientras se sujetaba el vestido contra el pecho. Anne se puso en pie, con intención de terminar de desabrocharle la prenda, pero antes de que llegara hasta ella, la mirada de ________ pasó de soñadora a irritada, y comenzó a pasearse de nuevo.
—Y entonces el muy… el muy… se aparta y te mira de esa manera relamida y presumida, como el absoluto canalla que es, y cuando intentas defenderte…
—¿Golpeándole?
—… y cuando intentas defenderte… —repitió ________—. ¿Qué hace entonces?
—¿Te llama cobarde? —preguntó Anne, retóricamente.
—¡Te llama cobarde! ¡Es un hombre completamente exasperante!
—Eso parece —dijo Anne, acercándose a la espalda de ________ para continuar desabrochándole los botones.
Esa vez ________ se lo permitió, quedándose inmóvil mientras le soltaba el vestido y salía de él. Anne comenzó entonces a ocuparse de los cordones del corsé, y ella suspiró cuando la apretada prenda se aflojó. Parte de la cólera se evaporó cuando se liberó de los rígidos confines de las ballenas.
Ya con el camisón puesto, se rodeó con los brazos y respiró hondo. Anne la guió para que se sentara ante el tocador y comenzó a peinarle el espeso pelo castaño. La sensación era gloriosa, y suspiró, cerrando los ojos.
—Por supuesto, he disfrutado del beso —masculló al cabo de un rato.
—Eso parece —repitió Anne, dándolo por hecho.
—Desearía no hacer siempre el tonto cuando Joe está cerca.
—Siempre has hecho el tonto cuando él está cerca.
—Sí, pero ahora estoy mucho más cerca. Es diferente.
—¿Por qué?
—Porque antes me limitaba a soñar con él. Ahora estoy con él. Hablo de verdad con él. Estoy descubriendo al Joe auténtico. No es ya una criatura que yo me inventé. Es de carne y hueso y… Y ahora no puedo evitar preguntarme… —Se quedó callada, renuente a decir lo que pensaba. «¿Y si fuera mío?»
No tuvo que decir las palabras, Anne las intuyó. Cuando ________ abrió los ojos y sostuvo la mirada de Anne en el espejo, vio en ellos la respuesta de la mujer. «Joe no es para ti, _______.»
—Lo sé, Anne —susurró ________, más para recordárselo a sí misma que para responder a la criada.
Pero, desde luego, no lo sabía. Ya no sabía nada. Hacía solo unas semanas, se habría reído ante la idea de que Joseph Jonas conociera incluso su nombre, por no hablar de que estuviera dispuesto a cruzar unas palabras con ella. Y ahora… Ahora la besaba en carruajes oscuros o en pasillos todavía más oscuros… Y hacía que se preguntara por qué había sido tan tonta con él desde el principio.
Estaba segura de que esa noche él se dirigía al camerino de la cantante, y no cabía duda de que ella no era competencia para aquella belleza griega. Joe no podía sentirse atraído por ella.
Se obligó a estudiarse en el espejo, catalogando sus defectos: pelo castaño, común y poco interesante; ojos marrones, demasiado grandes; cara redonda, diferente a las de las más bellas de la sociedad, que tenían forma de corazón; boca demasiado ancha, con los labios no tan arqueados como debería. Mientras enumeraba cada uno de esos rasgos, pensó en todas las mujeres con las que se había relacionado a Joe, en todas esas Helenas de Troya con rasgos que paralizaban a los hombres.
Él la había dejado y se había ido con su amante que, con toda seguridad, lo habría recibido con los brazos abiertos. ¿Qué mujer en sus cabales no lo haría?
Y ella había regresado a casa, a su cama fría y vacía… para soñar con lo imposible.
Se le llenaron los ojos de lágrimas e intentó secárselas antes de que Anne las viera, pero comenzaron a deslizársele por las mejillas con tanta rapidez que le resultó imposible disimular la tristeza. Sorbió por la nariz, llamando la atención de la doncella que, al verlo, dejó de peinarla y se agachó ante ella.
________ permitió que la anciana la rodeara con los brazos y, apoyando la cabeza en su hombro, dejó de contener las lágrimas. Sollozó contra la áspera lana del vestido de la criada, dejando que aflorara la tristeza que llevaba años consumiéndola. Lloró por toda una década de temporadas —cada año más solterona que el anterior—, viendo cómo se casaban todas sus amigas, cómo se comprometía Mariana… Por toda la tristeza que había ocultado, negándose a que su sombrío pesar oscureciera la felicidad de los demás.
Pero ahora Joe estaba haciendo estragos en sus sentidos y le recordaba todo lo que había querido y nunca tendría. Ahora ya no se podía contener.
Siguió llorando durante un buen rato mientras Anne murmuraba de manera tranquilizadora sin dejar de acariciarle la espalda. Cuando ya no le quedó energía para seguir haciéndolo, ________ se enderezó, se apartó de la doncella y le ofreció una acuosa sonrisa de agradecimiento.
—No sé qué me pasa.
—¡Oh, mi niña! —exclamó Anne, en el mismo tono que usaba cuando ________ era pequeña y se lamentaba de alguna injusticia—. Tu príncipe azul llegará algún día.
________ curvó levemente los labios con ironía. Anne había dicho esas mismas palabras incontables veces en las últimas dos décadas.
—Perdona, Anne, pero ya no estoy segura de ello.
—Oh, lo hará —afirmó Anne con seguridad—. Y cuando menos te lo esperes.
—Creo que ya me he cansado de esperar. —________ se rió sin humor—. Probablemente esa sea la razón por la que me he fijado en el caballero oscuro.
Anne le ahuecó la mejilla con la mano.
—Creo que sería mejor que te dedicaras a tachar puntos de esa ridícula lista tuya —dijo con una sonrisa—, en vez de andar en compañía de Joe. Si fuera tú, me olvidaría de él.
—Es más fácil decirlo que hacerlo —aseguró ________. Había algo que la impulsaba hacia ese hombre sin importar lo mucho que la enfureciera. Al contrario, su arrogancia solo servía para hacerlo más atractivo. Suspiró—. Quizá tengas razón. Debería olvidarme de Joe y volver a centrarme en mi lista. —Cogió el papel del tocador, donde lo había dejado antes—. Por supuesto, ya he realizado las tareas más simples.
Anne emitió un gruñido de incredulidad.
—Por supuesto, porque ir a una taberna a beber whisky es una tarea de lo más simple —dijo secamente—. ¿Qué te queda?
—Montar a horcajadas, practicar esgrima, asistir a un duelo, disparar una pistola y jugar a las cartas en un club de caballeros —enumeró, omitiendo el resto de los artículos, los que le avergonzaba compartir incluso con su confidente más cercana.
—Hmm, es todo un reto.
—En efecto —señaló ________ con aire pensativo, mordisqueándose el labio inferior mientras releía la lista.
—Sin embargo, una cosa es segura —continuó Anne.
—¿Cuál?
—No importa lo que hagas después, nadie te llamará cobarde por hacerlas.
________ buscó la mirada de Anne y, tras un sorprendente silencio, las dos estallaron en carcajadas.
—¡Cómo se atreve a llamarme cobarde!
________ se paseó de un lado para otro de la habitación, lívida de furia ante los acontecimientos de la noche. Hacía una hora que había regresado a casa, pero no había dejado de moverse el tiempo suficiente para que Anne pudiese ayudarla a desvestirse.
Por esa razón, la doncella se había sentado en los pies de la cama y observaba cómo su ama se paseaba.
—No me lo imagino —dijo Anne con sequedad—, en particular si consideramos que intentaste abofetearle en un lugar público.
________ no notó la ironía de la mujer y, fijándose solo en las palabras, agitó las manos en el aire llena de frustración.
—Exactamente —convino—. ¡Esa no es una actitud cobarde!
—Tampoco es propia de una dama.
—Sí, bueno, pero eso no viene al caso —replicó _______—. ¡El caso es que Joseph Jonas, marqués de Ralston, se ha enfrentado a mí en un lugar público cuando se dirigía a reunirse con su amante y, además, se las ha arreglado para insultarme! —Golpeó el suelo con el pie—. ¡Se ha atrevido a llamarme cobarde!
Anne no pudo contener una sonrisa.
—En honor a la verdad, me parece que le has provocado.
________ se detuvo en seco y miró a la doncella, llena de incredulidad.
—Para estar tan preocupada, hace solo unos días, porque pudiera arruinar mi reputación al acudir a una taberna, parece que te has puesto de parte de Joe con mucha rapidez. ¡Se supone que tienes que defenderme a mí!
—Y lo haré por los siglos de los siglos, ________. Pero ibas en busca de aventuras y tienes que admitir que Joe parece haberte dado justo lo que querías.
—¡Te aseguro que no estaba buscando que me insultaran y besaran en público!
Anne arqueó una ceja con incredulidad.
—¿Quieres decir que no lo has disfrutado?
—¡No!
—¿Nada de nada?
—Ni un poquito.
—Mmm-mmm —fue la incrédula respuesta de la doncella.
—¡No he disfrutado!
—Eso es lo que has dicho. —Anne se puso en pie y le indicó a ________ que se volviera hacia el tocador para desabrocharle la larga hilera de botones que cerraba el vestido en la espalda.
________ permaneció quieta y callada durante un buen rato.
—Está bien, puede que me gustara un poco —confesó finalmente.
—Ah, claro, solo un poco.
________ suspiró y se volvió, a pesar de que Anne todavía no había terminado de desabrochar el vestido. La doncella volvió a sentarse en la cama, y ________, a pasearse de un lado para otro.
—De acuerdo. Más que un poco. Lo he disfrutado inmensamente, igual que todas las demás veces que me ha besado. —Percibió la mirada de sorpresa de Anne y se vio obligada a decir—: Sí, me ha besado en más ocasiones. ¿Por qué no iba a disfrutarlo? Se nota que ese hombre tiene mucha experiencia besando.
Anne se aclaró la voz.
—Es evidente.
________ giró la cabeza para mirar a la doncella.
—¡Te lo aseguro! Anne, seguro que jamás te han besado así.
—Tendré que creerte.
________ asintió con la cabeza, seriamente.
—En efecto. Joe es todo lo que puedas imaginar que puede ser un hombre… Primero regala palabras tentadoras y miradas pícaras, luego te rodea con los brazos y… Realmente no puedes comprender cómo has llegado allí, pero…
Se dejó llevar por los recuerdos, mirando al techo mientras se sujetaba el vestido contra el pecho. Anne se puso en pie, con intención de terminar de desabrocharle la prenda, pero antes de que llegara hasta ella, la mirada de ________ pasó de soñadora a irritada, y comenzó a pasearse de nuevo.
—Y entonces el muy… el muy… se aparta y te mira de esa manera relamida y presumida, como el absoluto canalla que es, y cuando intentas defenderte…
—¿Golpeándole?
—… y cuando intentas defenderte… —repitió ________—. ¿Qué hace entonces?
—¿Te llama cobarde? —preguntó Anne, retóricamente.
—¡Te llama cobarde! ¡Es un hombre completamente exasperante!
—Eso parece —dijo Anne, acercándose a la espalda de ________ para continuar desabrochándole los botones.
Esa vez ________ se lo permitió, quedándose inmóvil mientras le soltaba el vestido y salía de él. Anne comenzó entonces a ocuparse de los cordones del corsé, y ella suspiró cuando la apretada prenda se aflojó. Parte de la cólera se evaporó cuando se liberó de los rígidos confines de las ballenas.
Ya con el camisón puesto, se rodeó con los brazos y respiró hondo. Anne la guió para que se sentara ante el tocador y comenzó a peinarle el espeso pelo castaño. La sensación era gloriosa, y suspiró, cerrando los ojos.
—Por supuesto, he disfrutado del beso —masculló al cabo de un rato.
—Eso parece —repitió Anne, dándolo por hecho.
—Desearía no hacer siempre el tonto cuando Joe está cerca.
—Siempre has hecho el tonto cuando él está cerca.
—Sí, pero ahora estoy mucho más cerca. Es diferente.
—¿Por qué?
—Porque antes me limitaba a soñar con él. Ahora estoy con él. Hablo de verdad con él. Estoy descubriendo al Joe auténtico. No es ya una criatura que yo me inventé. Es de carne y hueso y… Y ahora no puedo evitar preguntarme… —Se quedó callada, renuente a decir lo que pensaba. «¿Y si fuera mío?»
No tuvo que decir las palabras, Anne las intuyó. Cuando ________ abrió los ojos y sostuvo la mirada de Anne en el espejo, vio en ellos la respuesta de la mujer. «Joe no es para ti, _______.»
—Lo sé, Anne —susurró ________, más para recordárselo a sí misma que para responder a la criada.
Pero, desde luego, no lo sabía. Ya no sabía nada. Hacía solo unas semanas, se habría reído ante la idea de que Joseph Jonas conociera incluso su nombre, por no hablar de que estuviera dispuesto a cruzar unas palabras con ella. Y ahora… Ahora la besaba en carruajes oscuros o en pasillos todavía más oscuros… Y hacía que se preguntara por qué había sido tan tonta con él desde el principio.
Estaba segura de que esa noche él se dirigía al camerino de la cantante, y no cabía duda de que ella no era competencia para aquella belleza griega. Joe no podía sentirse atraído por ella.
Se obligó a estudiarse en el espejo, catalogando sus defectos: pelo castaño, común y poco interesante; ojos marrones, demasiado grandes; cara redonda, diferente a las de las más bellas de la sociedad, que tenían forma de corazón; boca demasiado ancha, con los labios no tan arqueados como debería. Mientras enumeraba cada uno de esos rasgos, pensó en todas las mujeres con las que se había relacionado a Joe, en todas esas Helenas de Troya con rasgos que paralizaban a los hombres.
Él la había dejado y se había ido con su amante que, con toda seguridad, lo habría recibido con los brazos abiertos. ¿Qué mujer en sus cabales no lo haría?
Y ella había regresado a casa, a su cama fría y vacía… para soñar con lo imposible.
Se le llenaron los ojos de lágrimas e intentó secárselas antes de que Anne las viera, pero comenzaron a deslizársele por las mejillas con tanta rapidez que le resultó imposible disimular la tristeza. Sorbió por la nariz, llamando la atención de la doncella que, al verlo, dejó de peinarla y se agachó ante ella.
________ permitió que la anciana la rodeara con los brazos y, apoyando la cabeza en su hombro, dejó de contener las lágrimas. Sollozó contra la áspera lana del vestido de la criada, dejando que aflorara la tristeza que llevaba años consumiéndola. Lloró por toda una década de temporadas —cada año más solterona que el anterior—, viendo cómo se casaban todas sus amigas, cómo se comprometía Mariana… Por toda la tristeza que había ocultado, negándose a que su sombrío pesar oscureciera la felicidad de los demás.
Pero ahora Joe estaba haciendo estragos en sus sentidos y le recordaba todo lo que había querido y nunca tendría. Ahora ya no se podía contener.
Siguió llorando durante un buen rato mientras Anne murmuraba de manera tranquilizadora sin dejar de acariciarle la espalda. Cuando ya no le quedó energía para seguir haciéndolo, ________ se enderezó, se apartó de la doncella y le ofreció una acuosa sonrisa de agradecimiento.
—No sé qué me pasa.
—¡Oh, mi niña! —exclamó Anne, en el mismo tono que usaba cuando ________ era pequeña y se lamentaba de alguna injusticia—. Tu príncipe azul llegará algún día.
________ curvó levemente los labios con ironía. Anne había dicho esas mismas palabras incontables veces en las últimas dos décadas.
—Perdona, Anne, pero ya no estoy segura de ello.
—Oh, lo hará —afirmó Anne con seguridad—. Y cuando menos te lo esperes.
—Creo que ya me he cansado de esperar. —________ se rió sin humor—. Probablemente esa sea la razón por la que me he fijado en el caballero oscuro.
Anne le ahuecó la mejilla con la mano.
—Creo que sería mejor que te dedicaras a tachar puntos de esa ridícula lista tuya —dijo con una sonrisa—, en vez de andar en compañía de Joe. Si fuera tú, me olvidaría de él.
—Es más fácil decirlo que hacerlo —aseguró ________. Había algo que la impulsaba hacia ese hombre sin importar lo mucho que la enfureciera. Al contrario, su arrogancia solo servía para hacerlo más atractivo. Suspiró—. Quizá tengas razón. Debería olvidarme de Joe y volver a centrarme en mi lista. —Cogió el papel del tocador, donde lo había dejado antes—. Por supuesto, ya he realizado las tareas más simples.
Anne emitió un gruñido de incredulidad.
—Por supuesto, porque ir a una taberna a beber whisky es una tarea de lo más simple —dijo secamente—. ¿Qué te queda?
—Montar a horcajadas, practicar esgrima, asistir a un duelo, disparar una pistola y jugar a las cartas en un club de caballeros —enumeró, omitiendo el resto de los artículos, los que le avergonzaba compartir incluso con su confidente más cercana.
—Hmm, es todo un reto.
—En efecto —señaló ________ con aire pensativo, mordisqueándose el labio inferior mientras releía la lista.
—Sin embargo, una cosa es segura —continuó Anne.
—¿Cuál?
—No importa lo que hagas después, nadie te llamará cobarde por hacerlas.
________ buscó la mirada de Anne y, tras un sorprendente silencio, las dos estallaron en carcajadas.
F l ♥ r e n c i a.
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
jajajajajajajajaja... que linda es anne como nos alegraa con sus comentarioooossss.... y esse joe esta siego o quee ..... jejejeje siguela porfaaaaa aaaannndaaaa
chelis
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
AMO esta novelaa!!!
SIGUELAA(:
SIGUELAA(:
Creadora
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Hi!
NUEVA LECTORA!(:
Me encanto la novela tienes que seguir subiendola!(:
NUEVA LECTORA!(:
Me encanto la novela tienes que seguir subiendola!(:
Invitado
Invitado
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
me encanta quiero ver como
hace con lo del club de
caballeros jajajaj
siguelaa
hace con lo del club de
caballeros jajajaj
siguelaa
#Fire Rouge..*
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
esperando mas capis
chelis
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
Encerio me encanta tu nove!!! sube cap pronto :-D
roxithap
Re: Nueve reglas que romper para conquistar a un Libertino (Joe & Tú) [TERMINADA]
porfaaaaa otro capisss
chelis
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