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Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
Waaaaaa siguelaaa!!
Me imagino qe si solo le qedo la tarjeta de "solo emergensias" se gasto todo lo qe tenia para todo el viaje!! osea qe lo guastoo TODO! wajajajaj y un ropa y zapatos wow!
Yayaya me encanto el cap!! *-*
Tienes qe seguirlaaa.... ya quiero qe se despierte !
SIGUEEE!
Me imagino qe si solo le qedo la tarjeta de "solo emergensias" se gasto todo lo qe tenia para todo el viaje!! osea qe lo guastoo TODO! wajajajaj y un ropa y zapatos wow!
Yayaya me encanto el cap!! *-*
Tienes qe seguirlaaa.... ya quiero qe se despierte !
SIGUEEE!
CrazyxJonas
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
hi¡¡ new reader he leido muchas te tus adaptaciones y siempre son geniales¡¡¡¡ para una muestra esta que se ve esta zpr genial ¡¡ asi que no la dejes ahi y sigue ¡¡¡¡¡¡¡ :hi:
manuh♥
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
3
Noto un martilleo en la cabeza, como si me estuvieran taladrando el cráneo. Siento náuseas, pero me quedo quieta, sentada como estoy, y mantengo los ojos cerrados hasta que se me pasa, y el martilleo se desvanece.
Abro un ojo, esperando a que vuelva a empezar, pero no es así, de modo que abro el otro también.
El dolor de cabeza ha desaparecido. Claro que ahora se me presenta otro problema: estoy sentada en un suelo embarrado, y mi mano izquierda, que está apoyada en él, está hundiéndose en la tierra. Entonces levanto la cabeza y lo que veo hace que se acelere el pulso y que de mi garganta escape un grito ahogado.
Estoy rodeada de árboles, y no de unos cuantos árboles, como si hubiese sido transportada de la acera a un parque cercano; esto es tan grande que podría ser un parque nacional. El sol se está poniendo y lo única que alcanzo a ver son los troncos de los árboles, sombras, y más barro. Y algún que otro pájaro aún tiene el valor de trinar, como si éste fuese un día como cualquier otro de sus vidas.
Esto no tiene ningún sentido; ninguno. Al frotarme los ojos, segura de que estoy sufriendo alucinaciones, me tiembla la mano, y cuando vuelvo a abrirlos nada ha cambiado.
Oh, dios mío, Oh, dios mío, oh, dios mío… Aquí hay algo que no va bien; nada bien. Miro a mi alrededor y me obligo a inspirar varias veces profundamente. Que no té entre el pánico, Callie; tiene que haber una explicación lógica para todo esto.
Mis bolsas han desaparecido; las tres. ¿Me habrán robado? Todavía tengo el bolso firmemente agarrado y tras echarle un rápido vistazo compruebo que no falta nada. Pero entonces… ¿y el resto de mis cosas? Bajo la vista hacia mis pies y me siento aliviada al ver mis zapatos de Prada de cuatrocientos dólares. Uf, menos mal.
Doblo las piernas y apoyo la frente en las rodillas. La sien izquierda, donde me golpeé, todavía me duele. Me muerdo el labio inferior y miro otra vez en torno a mí. ¿Qué demonios está pasando?
Compré estos zapatos, caminé unos pasos con ellos, me caí, y ahora estoy… ¿en mitad de la nada? Aquí hay algo que no encaja. No recuerdo haber visto árboles como éstos, pero quizás estaban detrás de las tiendas. Quizá alguien me apartó de la acera.
Pero no importa dónde mire, lo único que veo son árboles. Debe haber cientos. No, miles. Y cuantos más veo más deseo siento de salir corriendo. ¿Qué diablos está pasando? ¿Cómo puede ser que me diera un golpe en la cabeza en mitad de Londres y ahora me haya despertado en un bosque?
Entonces se oye un aullido a lo lejos y me pongo en pie a toda prisa. Ay, Dios. ¿Hay lobos en Inglaterra? Quizá solo haya sido un perro. Pero por el sonido parecía un animal grande; muy gran del muy, muy grande.
Echo a caminar con paso rápido en la dirección opuesta. Mis zapatos se hunden en el barro, y tengo que extender los brazos para no perder el equilibrio. Es como si estuviera atravesando un banco de arenas movedizas. A este paso no llegaré a ninguna parte, y el sol ya está ocultándose. Y eso no es bueno, nada bueno; no quiero estar aquí, a la intemperie, cuando caiga la noche.
Inspiro profundamente, tratando de calmar los latidos de mi corazón, que se han disparado. Estas cosas surrealistas sólo pasan en las noticias, no es algo que le pase a la gente como yo.
Me tropiezo con las raíces de un árbol y caigo de rodillas. El barro penetra los vaqueros y los ojos se me llenan de lágrimas mientras vuelvo a ponerme de pie como puedo. Genial. Justo así es como quería pasar yola noche. Debería estar en una fiesta, bailando y cruzando dardos envenenados con Ángela, pero no, en vez de eso estoy deambulando por un parque de Inglaterra. Sola. Mientras oscurece. Sigo sin entenderlo. ¿Por qué estoy aquí? ¿Y si ni siquiera estoy yendo en línea recta? ¡Podría estar caminando en círculos! ¡Puede que no llegue jamás a ningún sitio!
Hace frío y hay demasiado silencio. El follaje de los árboles apenas deja pasar la poca luz que queda y esta oscuridad me pone nerviosa. ¿Qué ha sido eso? Me ha parecido ver algo moverse. No, era sólo una hoja cayendo. Estoy paranoica.
Al cabo de diez minutos de caminata y de maldecir a Inglaterra y todo lo inglés oigo algo. Parece algún tipo de vehículo avanzando, y suena casi como un tren, sólo que el estruendo no es tan grande. Luego, se oye un relincho.
¿Qué diablos…? Esto no puede ser bueno. Me escondo tras el tronco de un roble enorme, y me quedo observando. Por favor, por favor, que no sea un asesino con un hacha.
Y entonces aparece un carruaje tirado por cuatro caballos grises. ¿Me he despertado en un cuento de hadas
Me quedo mirándolo perpleja mientras pasa rodando, haciendo que la tierra tiemble bajo mis pies. El estruendo se disipa a medida que el carruaje se aleja, y caigo en la cuenta de que quizás debería haber aprovechado para pedir ayuda.
Tal vez fueran buena gente y habrían podido ayudarme. De pronto se me cae el alma a los pies. ¿Y si resulta que estoy a kilómetros y kilómetros de la ciudad? ¿Y si no encuentro el modo de salir de aquí? Tal vez acaben encontrando mi cuerpo en lo más profundo de estos bosques. Y nadie sabrá nunca que me ha ocurrido, porque ni siquiera lo sé yo.
Esto me da mala espina, muy, muy mala espina, pero no tengo otra opción más que seguir caminado. Aunque no se ve signo alguno de civilización, no puede estar tan lejos del hotel. O cuando menos de una casa donde tenga teléfono. Podría llamar a la señora Bentley, pero no sé cómo voy a explicarle esto. Nos advirtió que no quería que saliéramos solos, y yo. Sin saber cómo, he acabado perdida en un bosque. Jamás me creerá.
Bueno, al menos gracias al carruaje que ha pasado ahora sé que hay una carretera a unos quince metros de donde estoy. Sin embargo, cuando llego allí veo que es más bien un camino de tierra, y a ambos lados hay un surco profundo. Por suerte el barro está endurecido y no se me hunden los zapatos, así que puedo caminar más rápido. También hay más luz que entre los árboles, con lo que habrá menos probabilidades de que tropiece.
El silencio es total. Lo único que se oye es el ruido de mis pisadas, que se magnifica con esta quietud. El sol no ha desaparecido aún, pero la luna se alza ya a mis espaldas y las estrellas parpadean en el cielo. Su luz se refleja en los charcos dispersos, e intento no pensar en que esta noche parece que hubiera más estrellas que la noche anterior.
Camino hasta que el sol n o es ya más que una línea en el horizonte, y me lamento por no haber detenido aquel carruaje para pedir ayuda. Tengo ampollas en los pies y la parte de los tobillos en carne viva por el roce de los zapatos; la cabeza me da vueltas.
¿Podría ser que esto no sea más que un sueño? Quizá me quedé inconsciente al golpearme en la cabeza y ahora estoy en la cama de un hospital soñando toda esta absurda historia. Podría ser. O no.
¡Dios! No puedo creer que esto esté pasando. Los ojos se me vuelven a llenar de lágrimas, sólo que esta vez dejo que fluyan por mis mejillas. Esto no es justo. No he hecho nada para merecer esto. Debería ser Ángela quien estuviese aquí, poniendo a prueba su capacidad de supervivencia. Fue ella quien se río de mí. Yo creía que el “karma” ponía en su sitio a quién se lo merecía, no que te pateaba cuando está hundida.
Éste es, oficialmente, el peor día de mi vida. ¿Por qué me encabezoné en persuadir a mi madre para que me dejara venir a Inglaterra? Tenía razón: no estaba preparada para un viaje al extranjero, y si estuviera aquí ahora mismo le pediría que me llevase de vuelta a casa. Y pasaría el verano haciendo lo que hago siempre: ir al cine, navegar por Internet, leer revistas, atiborrarme de comida basura… Puede que esas cosas nunca lleguen a satisfacerme como lo harían las cosas que quiero de verdad, pero si no hubiera venido al menos ahora no estará perdida en medio de un bosque en Inglaterra.
Diviso algo a lo lejos, delante de mí. Vuelvo a esconderme detrás de un árbol y guiño los ojos, intentando discernir qué es. Hay como un brillo… ¡Luces! ¡Debo estar cerca de alguna casa! Salgo de detrás del árbol y avanzo en esa dirección tan rápido como me lo permiten mis doloridos pies.
A estas alturas mis zapatos deben estar para tirarlos. Cuatrocientos dólares a la basura. ¿Cómo voy a explicarle eso a mi madre? Por un m omento pienso en quitármelos, pero no creo que descalza vaya a ir mejor, así que me los dejo puestos. Cuando estoy ya a unos quince metros de las luces compruebo que son faroles. Faroles de verdad, llenos de aceite.
¡Pero es una casa! O al menos entre las sombras se distingue un tejado. Al alcanzar la cima a la que pertenece ese tejado, me quedo atónita a la ver la casa a la que pertenece el tejado. Llamarlo “casa” parece tonto; es un castillo, y se alza sobre una verde loma.
La hierba trepa por sus muros y cubre el ala oeste. El edificio entero es e piedra, como los castillos de los cuentos de hadas, y con el crepúsculo su aspecto es a la vez imponente y tenebroso. Me quedo mirando un buen rato, preguntándome qué clase de gente habitará en él. Deben ser muy ricos. Me pregunto si me ayudarán a me tomarán por una adolescente que se ha escapado de casa o algo así.
Como no tengo más opciones, cojeo en dirección a la entrada principal, y pronto la tierra da paso a un empedrado de adoquines. Los pies me duelen horrores y estoy tiritando. Antes hacía incluso un poco de calor, pero ahora mi ropa está húmeda por el barro.
Además, en los últimos veinte minutos se ha levantad un viento que aúlla entre los árboles. Si esta gente no me ayuda… No quiero ni pensar en cómo me las apañaré si no me ayudan.
Paso junto a un estanque enorme donde nadan unos pocos gansos, y por fin llego a la entrada. La puerta es enorme; dos veces más alta que una puerta normal. Es tan grande que podría ser la puerta de la Ciudad Esmeralda del Mago de Oz.
Cierro los ojos y llamo. Van a ayudarme. Van a ayudarme. Van a ayudarme.
Andiie
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
Y... la dejaste en la mejor parte mujer!!!!!
sos mala... como pudiste hacer eso???
si es un sueño... la chica tiene una imaginacion muy activa...
siguela!!!!!
sos mala... como pudiste hacer eso???
si es un sueño... la chica tiene una imaginacion muy activa...
siguela!!!!!
eli_jonatika
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
Haa!!!! llego a otro siglo :affraid:mencanto me encanto hahaha porfavor sube otrooo :bounce: ame el cap xD
Val's Matth.
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
wee aki estoyy
nueva lectoraaaa
siento llegar tan
tardeeeee
aaaaaa pero
llegueeeeeeeee
sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeee
nueva lectoraaaa
siento llegar tan
tardeeeee
aaaaaa pero
llegueeeeeeeee
sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Última edición por next to you ♥ el Jue 11 Ago 2011, 9:57 pm, editado 1 vez
next to you
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
QE MALA!!!!
XK LA DEJAS AHI?
OMG!!?NO ES JUSTO!
SIGUELA!!!!
XK LA DEJAS AHI?
OMG!!?NO ES JUSTO!
SIGUELA!!!!
Just Me! Melissa! :)
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
Gracias por los coments chicas!
estoy aburrida asi que subire cap ahorita lo edito haha
Thanks *-*
estoy aburrida asi que subire cap ahorita lo edito haha
Thanks *-*
Andiie
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
4
La puerta de la mansión se abre antes de que pueda bajarla mano, como si al otro lado de la puerta hubiera habido alguien todo el tiempo. Ante mí me encuentro un anciano cuya fija mirada y desdeñosa sonrisa me hacen retroceder. El estómago se me encoge. No parece muy amistoso. Viste unas ropas muy anticuadas —camisa blanca almidonada y chaqué negro—, pero eso no es lo más raro. Lo más raro es que lleva una peluca empolvada a lo George Washington. Baja la vista hacia mi camiseta y mis vaqueros manchados, y se dispone a darme con la puerta en las narices.
—¡Espere! —le ruego, interponiendo un pie para que no cierre.
La puerta rebota contra mis adoloridos dedos y una punzada de dolor me sube por la pierna. Sí, decididamente los zapatos han quedado para tirarlos.
—Por favor, ne… necesito ayuda —balbuceo. ¿Es una locura que le esté pidiendo ayuda a un tipo con una peluca empolvada?—. Me he perdido y…
—¿Rebecca? —dice desde dentro la voz de una chica, con ese acento melódico y claro que tienen los británicos.
Alargo el cuello con la esperanza de verla, pero se abalanza sobre mí con tal rapidez que sólo acierto a vislumbrar su cabello castaño y su hermosa piel blanca antes de que me eche los brazos al cuello.
—¡Eres tú! —chilla entusiasmada—. ¡Por tu acento americano sabía que tenías que ser tú! Pero no te esperábamos hasta dentro de un mes. ¡Si hace nada he recibido tu última carta, en la que me contabas que pronto comprarías los pasajes para el viaje en barco!
Me abraza con tanta fuerza que casi no puedo respirar y, apretujada como estoy contra ella, noto que lleva un corsé bajo el anticuado vestido porque se me están clavando las varillas a través de la camiseta. Debe tener más o menos mi edad, puede incluso que menos de dieciocho años, aunque con esa ropa parece mayor.
Los faroles, la ropa anticuada, el carruaje… el tamaño de esos árboles… el modo en que brillan las estrellas… No, es una locura. Es sólo que Inglaterra es muy distinta de los Estados Unidos, eso es todo. Seguro que la legislación medioambiental en Inglaterra es mucho mejor que la nuestra.
Cuando la chica se ríe incómoda, caigo en la cuenta de que me he quedado embobada mirándola.
—¡Soy yo, Emily! Ha pasado mucho tiempo, ¿no? Creo que teníamos siete años la última vez que nos vimos. ¡Cómo te he echado de menos!, ¡mi mejor amiga!
—Eh, no yo no… —comienzo a decir, pero de inmediato me callo—.
Al fin y al cabo necesito ayuda. ¿Estaría mal que le dejase creer que soy esa tal Rebeca? De todos modos no será por mucho tiempo. ¿Qué mal puede haber en eso?
—Me alegro de estar aquí —le digo. Me invade la culpa, pero no tengo elección. Si no consigo ayuda acabaré pasando la noche en el bosque, sola y asustada.
—Vamos dentro; aquí fuera hace frío. ¡Estoy tan contenta de que hayas venido! No sabes lo que me estoy aburriendo, es esta visita a Harksbury. Sólo llevo tres semanas y ya estoy cansada de lo monótono que asesto. ¿Dónde están tus cosas?
Gesticula mucho con las manos, y su entusiasmo hace que las lance al aire todo el rato.
—¿Eh? —Veo que está mirando detrás de mí, y cuando me vuelvo comprendo lo que quiere decir.
Claro, si acabo de llegar de América debería traer equipaje conmigo—. Es que… mis maletas se cayeron por la borda durante una tormenta; lo perdí todo.
—Vaya, qué contratiempo! Pero en fin, yo diría que debemos tener la misma talla. ¿Llecas puesta… ropa de hombre? ¡Qué embarazoso ha debido ser para ti tener que ir así vestida!
Me sonrojo, aunque no sé muy bien porqué. Es ella quien lleva puesto un vestido violeta con volantes… ¿y soy yo la que debería sentir vergüenza?
¿Quién será esa chica? ¿Y por qué va vestida así? Los ingleses son muy raros. Apuesto a que se trata de unas de esas familias tradicionales chapadas a la antigua. Quizá sean aristócratas.
—¿Puedo usar tu teléfono? —le pregunto sin rodeos.
Si consigo hablar con la señora Bentley podré poner fin a esta charada y pronto estaré en mi habitación del hotel dándome una ducha y descansando los pies con mis zapatillas, suaves y calentitas.
La chica se detiene, ladea la cabeza y me mira, como un perro aguzando el oído. Al hacerlo, sus rizos castaños rebotan, igual que un anuncio de champú.
—¿Nuestro qué?
—Tu teléfono —repito, tratando de no parecer tan desesperada como me siento.
La chica arruga su varicilla respingona.
—Me temo que no tenemos.
Los ojos se me empañan, pero contengo las lágrimas. Probablemente tenga un iPhone carísimo que no quiere que use. Seguro que cree que se lo robaría.
—¿Y no podrias… em… llevarme a la ciudad? — le pregunto—. Es que necesito ropa. Como he perdido toda la mía… —Mientras hablo, siento cómo se tensa el nudo que tengo en la garganta, y las últimas palabras que salen de ella suenan como un graznido.
—¿A la ciudad? ¿A estas horas? Iremos juntas mañana a primera hora; quiero comprarme unos lazos nuevos. Pero lo que tienes que hacer ahora es descansar. Su Gracia ya se ha retirado y yo me dirigía a mis aposentos cuando oí tu voz. Vamos, té acomodaré y mañana por la mañana iremos a la ciudad.
—Pero… es que es importante. Por favor. Sólo sería un momento.
Me detesto cuando noto que me tiembla el labio inferior, como si fuera una niña pequeña, y me lo muerdo hasta hacerlo sangrar.
La chica parece confundida. Se me queda mirando con el ceño fruncido, y eso no me gusta. Me da la sensación de que intuye que hay algo más, que no soy la verdadera Rebecca. Si me descubre volveré a encontrarme deambulando por ahí sola, en la oscuridad, preguntándome quién es esa chica y por qué se comporta de un modo tan extraño.
—No puedo pedir que saquen el carruaje a estas horas sin el permiso de Su Gracia. No me atrevo a despertarlo, por mucho que sea mi primo. Tendrás que esperar a mañana.
Llegados a este punto ya ni me preocupa que haya dicho “carruaje” en vez de “coche”. Trago saliva, conteniéndome para no suplicar, y en lugar de eso, asiento. Adiós a mis planes para esta noche. Ahora que había reunido el valor suficiente para r a esa discoteca…
Lo peor de todo es que estoy segura que para cuando regrese al hotel mañana la señora Bentley habrá enviado a un equipo de rescate a buscarme, pero no tengo más opciones.
—De acuerdo, no hay prisa —respondo—. Estoy… estoy muy contenta de estar aquí.
Ella sonríe, me toma de la mano y me conduce dentro. Los pies me duelen con cada paso que doy, pero cuando ya estamos dentro se me queda la mente completamente en blanco y me siento hipnotizada por lo que veo ante mí. El recibidor es inmenso, con un techo abovedado de al menos diez metros y una escalera tan impresionante que en ella podrían caber cien personas. En la pared hay un mural que debe medir por lo menos cinco metros de ancho, donde se representa una escena de caballos saltando en un bosque. A medio camino hay un rellano donde la escalera se bifurca, cada tramo en dirección a un ala de la mansión.
Este lugar es como un museo, sólo que más grande y más lujoso. El suelo, que tiene un dibujo de mosaico y parece mármol, o granito, discurre por largos pasillos hasta imponentes puertas de madera de roble. También hay molduras de madera en las paredes y en los techos, y de las paredes cuelgan enormes retratos en marcos dorados. Debió hacer falta una escalera de Cunco metros por lo menos para colocarlos.
Eso por no mencionar la colorida alfombra —con borlas incluidas en ambos extremos— que descansa bajo mis zapatos de Prada. Esta gente tiene dinero, mucho dinero, más del que se necesita para vivir. Seguro que tienen un avión privado y su propia pista de aterrizaje.
—Ven, sígueme.
Casi espero que la voz de Emily resuene en este inmenso espacio, pero no se oye eco alguno. La sigo hacia las escaleras, pero apenas subo el primer escalón, se me engancha el tacón y caigo de rodillas. Es la gota que colma el vaso y no puedo evitar ponerme a llorar. Ya no aguanto más; no comprendo por qué está pasando esto y tampoco quiero entenderlo. Quiero que termine. Quiero volver a casa y sentirme cómoda y feliz, pero estoy tan lejos que ni siquiera sé dónde me encuentro. ¿Por qué me está pasando esto? ¿Qué he hecho para merecerlo? Esta mañana me sentía fatal y ahora las cosas han empeorado aún más. ¿Qué otra cosa podría salir mal?
—¿Rebecca? —La chica corre escalones abajo, y cuando me toca el hombro doy un respingo.
No sé cuánto me lleva tranquilizarme, pero cuando al fin logro frenar las lágrimas y me limpio la nariz en el hombro de la camiseta, antes de alzar la vista, Emily sigue de pie allí.
—Pe… perdona. Es que ha sido un viaje muy… largo.
Ella asiente, como si comprendiera, y yo me seco las mejillas y trato de sorber los mocos que probablemente cuelguen de mi nariz.
La sigo en silencio hasta que llegamos arriba. Emily me conduce por un pasillo interminable, y pasamos puertas tras puerta hasta que ya no se ve el principio del pasillo.
La casa resulta fantasmagórica, iluminada sólo por velas. La llama de cada una se estremece a nuestro paso, haciendo bailar nuestras sombras. Emily me abre la puerta y hace un ademán para que entre. Luego añade algo sobre la doncella, y se marcha.
Yo entro, cierro la puerta tras de mí y me dirijo a la cama. Me echo sobre el edredón, hundo el rostro en la almohada, y me echo a llorar de nuevo.
Andiie
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
Waaaaa.... pobrecitaa!
Debe sentirse horrible, yo me sentiria igual
sin saber donde estoy! xdd
Pero mañana es otro dia, seguro y todo se solucionas!
Ojala seas asi.... y qe no descubran qe no es Rebeca
Me encanta la nove...
Siguelaaa! pleasee
Debe sentirse horrible, yo me sentiria igual
sin saber donde estoy! xdd
Pero mañana es otro dia, seguro y todo se solucionas!
Ojala seas asi.... y qe no descubran qe no es Rebeca
Me encanta la nove...
Siguelaaa! pleasee
CrazyxJonas
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
la Rayis no es capaz de unir algunos cables?? osea, le dio las mil y un pistas... y no se le ocurrio nada??
Emily se habia emocionado mucho... se ve que quiere mucho a Rebeca...
que va a pasar cuando aparezca la verdadera Rebeca? o sera que cambio de cuerpo con la Rayis????
que lio....
adivino... el primo es Nick! o no? ni idea! siguela!!!!
Emily se habia emocionado mucho... se ve que quiere mucho a Rebeca...
que va a pasar cuando aparezca la verdadera Rebeca? o sera que cambio de cuerpo con la Rayis????
que lio....
adivino... el primo es Nick! o no? ni idea! siguela!!!!
eli_jonatika
Re: Prada&Prejuicio- Adaptación [Nick&Tu]
eli_jonatika escribió:la Rayis no es capaz de unir algunos cables?? osea, le dio las mil y un pistas... y no se le ocurrio nada??
Emily se habia emocionado mucho... se ve que quiere mucho a Rebeca...
que va a pasar cuando aparezca la verdadera Rebeca? o sera que cambio de cuerpo con la Rayis????
que lio....
adivino... el primo es Nick! o no? ni idea! siguela!!!!
Sip el primo es nick
Andiie
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