Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The American Dream | Novela Colectiva
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 52 de 61. • Comparte
Página 52 de 61. • 1 ... 27 ... 51, 52, 53 ... 56 ... 61
Re: The American Dream | Novela Colectiva
me voy de fin de semana ): pero llevaré la notebook y podré escribir ): igualmente tengo wifi en el consultorio, e idk ): con suerte puedo subir mañana a la noche, o a más tardar el domingo que me cargan crédito ): si no le enviaría el capítulo por partes a alguien para que lo suba:c esolkasj
no he podido escribir nada por dos razones, 1) pocas tramas. 3) no he tocado la computadora estos días y ahora sólo la utilizo para hacer un trabajo :C
no he podido escribir nada por dos razones, 1) pocas tramas. 3) no he tocado la computadora estos días y ahora sólo la utilizo para hacer un trabajo :C
hemmo.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Te esperamos, lali :ccc aunque no te tardes tanto bc no hay cap desde hace ._. idk la vdd ya perdí la cuenta :cc
Atenea.
-------
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Lo se y lo siento. Solo pido perdón, pero si subiré y trataré de no demorarme. Tmpc es cuestion que presente cualquier cosa socorro lol
hemmo.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
nota de autor: hi, ily perdón por la demora. el capítulo es kk igual hope u like it.
luke hemmings as sid, camila c as sadie, cara delevingne as nir, jack harries as dipper & francisco lachowski as ethan.
luke hemmings as sid, camila c as sadie, cara delevingne as nir, jack harries as dipper & francisco lachowski as ethan.
capítulo 017.
✖Codes by Kitty Sykes.
→by hemmo
→Nirvana | Sid | Dipper | Ethan | Sadie
— ¿No celulares? ¿¡En serio!? ¿Cómo voy a vencer a Aoi en el Flappy Bird? –exclamó en voz baja, Nirvana, mientras caminaba hacia su habitación, acompañada por su hermano y su primo. –La vida es injusta y esto es una porquería.
— Contrólate, Nir. –pidió Siddhartha, en su habitual tono de voz. –Las reglas son un poco severas, pero estoy seguro que podrás seguirlas.
Aoi negó con la cabeza y rodeó a su prima con su brazo.
— Mírale el lado positivo a todo esto… las reglas se pueden romper, y tú eres una especialista en eso. –sonrió, pero la rubia seguía con una expresión enfurruñada en su rostro. –Y a propósito, Sid, ¿quién usa la palabra severo en una oración?
Sin embargo, Nirvana aún continuaba enojada por todas esas reglas que habían puesto, no le parecían del todo justas, y mucho menos para adolescentes. Era como privar el hábitat natural y las costumbres de cada uno de ellos, y no estaba de más decir que le parecían un poco –o quizá bastante– ridículas, como si hubiesen sido hechas para gente del siglo pasado; eran innecesarias y un poco fuera de lugar, pero ella no podía hacer nada, más que expresar su opinión.
— Ya, ahora vuélense. –les dijo a sus parientes en cuanto encontró su habitación. Básicamente, lo único que hizo luego de abrir la puerta, fue cerrársela en sus caras.
No estaba de humor para soportarlos, más bien, para soportar a cualquier persona que estuviese a la redonda. Para su suerte, sus compañeras de habitación no estaban, así que ella podría leer o dormir un rato. Últimamente, no había tenido el tiempo suficiente para leer, y ni hablar de dormir, tenía tantas pocas horas de sueño que las ojeras habían comenzado a formarse bajo sus ojos.
Decidió que mejor sería escuchar un poco de música, relajarse y echarse una corta siesta. Así que lo hizo, aunque no duró más de media hora, ya que una de sus compañeras de cuarto entró entonando una melodía sobre un baile y entonces....
— Cállate que cantas mal. –ordenó, tapándose la cabeza con la almohada. Se acordó del baile de San Valentín y maldijo en todos los idiomas… no tenía idea de con quién asistir, ni que usar, ni nada de ello. No es que le importase, precisamente, pero tampoco… no, a decir verdad, no le importaba mucho, y si iría allí, sólo sería para pasar un buen rato.
Se levantó de la cama dispuesta a buscar a Aoi, habrían pasado unos veinte minutos de la última vez que lo había visto… Salió de su cuarto peinándose el cabello con las manos mientras lo buscaba por todo TAD; y vale decir que demoró un buen tiempo hasta que lo encontró. No tenía idea de dónde se había metido, y cuando lo encontró, en la cafetería, lo primero que hizo fue aproximarse a él.
— ¡Nirvana! –prorrumpió su primo en cuanto la vio.
— Hola… –musitó, medio dormida por el cansancio. – ¿Sabes? La próxima vez te pondré un rastreador en el culo, te busqué por todos lados.
Nirvana miró fijamente a Aoi, y se dio cuenta que no estaba solo, a su lado estaba la chica castaña a la que Aoi había tocado hoy, y otro chico de ojos azules verdosos y cabello rubio oscuro que reconoció como uno de los amigos de su hermano.
— Tranquila, tranquila. –contestó. –He estado dando vueltas todo el día, ¿tú ya tienes pareja para el baile?
— Negativo.
— ¿No tienes pareja? A ver… -ésta vez, fue la chica quien habló, mientras miraba por el lugar, en busca de alguien para la rubia. Lo primero que pensó Nirvana sobre ella fue que era… bastante rápida, ya que tenía el cabello medio despeinado, como si acabase de haberlo hecho. –Ah, sí, soy Cameron.
— Nirvana.
— Ezra. –se presentó el otro joven, sonriendo.
— A nadie le interesa. –dijo Nirvana.
La risa de Aoi se escuchó por sobre el ruido y algunas personas voltearon a verlos. Entre ellas, una r ubia a la que Nirvana le había echado el ojo durante la mañana. A decir verdad, la ojiazul se sentía atraída hacia ella, y aunque no tenía miedo de hablarle y encararla, posiblemente la chica fuese heterosexual, además, estaba con un chico.
— Ella parece interesada en ti. –intervino Cameron otra vez.
— ¿Tú dices?
— Es cien por ciento lesbiana. Mira como se viste.
— Entonces yo voy a suponer que por cómo te vistes, tú eres así por ciento ramera. –susurró Nir, pero Cameron hizo caso omiso a su comentario. –Creo que le hablaré.
— Hazlo, no tienes nada que perder. –la alentó Ezra, y Nirvana sólo asintió.
Habrían pasado unas cuantas horas cuando Nirvana volvió a su habitación. Había estado todo el tiempo fuera con Kat, la chica con la que, oficialmente, iría al baile. Fue como una sorpresa para ella que le dijera que sí, porque, a decir verdad, no se lo esperaba. Ciertamente, seguía aún en una nube. Kat le había parecido increíble, en el sentido de la palabra, era como su otra mitad. Tenían muchas cosas en común, y aunque la hubiese conocido hacía un par de horas, sentía como si lo hiciese desde mucho tiempo antes.
Sonrió mientras se acostaba en su cama, aún quedaba tiempo para el baile, y no tenía muchos ánimos de apurarse. Había pensado en tomar una ducha cuando llegase, pero el baño estaba ocupado, así que se dedicó a buscar qué ponerse. Sabía que la mayoría de las chicas se vestirían con atuendos que buscasen provocar, o cosas de esas, pero siendo Nirvana Harrington, en su vida utilizaría lo mismo que esas chicas, ella era más de trajes de vestir, pero lo consideraba demasiado formal para la ocasión.
— Mierda. –siseó, ya que no encontraba nada que ponerse: todo en su valija eran camisetas cortadas de bandas, algunas suyas y otras de su hermano. Inclusive, algunas de Aoi. –No tengo nada que ponerme.
Rebuscó por todos lados, y cuando estaba a punto de darse por vencida –y sería triste, porque debería pedir algo de ropa y ya era más o menos tarde, además, no iba a dejar plantada a Kat por nada del mundo–, encontró lo que podía ser un buen atuendo. Sin perder más tiempo, corrió a las duchas. Estaba segura que esta noche la pasaría genial.
— Contrólate, Nir. –pidió Siddhartha, en su habitual tono de voz. –Las reglas son un poco severas, pero estoy seguro que podrás seguirlas.
Aoi negó con la cabeza y rodeó a su prima con su brazo.
— Mírale el lado positivo a todo esto… las reglas se pueden romper, y tú eres una especialista en eso. –sonrió, pero la rubia seguía con una expresión enfurruñada en su rostro. –Y a propósito, Sid, ¿quién usa la palabra severo en una oración?
Sin embargo, Nirvana aún continuaba enojada por todas esas reglas que habían puesto, no le parecían del todo justas, y mucho menos para adolescentes. Era como privar el hábitat natural y las costumbres de cada uno de ellos, y no estaba de más decir que le parecían un poco –o quizá bastante– ridículas, como si hubiesen sido hechas para gente del siglo pasado; eran innecesarias y un poco fuera de lugar, pero ella no podía hacer nada, más que expresar su opinión.
— Ya, ahora vuélense. –les dijo a sus parientes en cuanto encontró su habitación. Básicamente, lo único que hizo luego de abrir la puerta, fue cerrársela en sus caras.
No estaba de humor para soportarlos, más bien, para soportar a cualquier persona que estuviese a la redonda. Para su suerte, sus compañeras de habitación no estaban, así que ella podría leer o dormir un rato. Últimamente, no había tenido el tiempo suficiente para leer, y ni hablar de dormir, tenía tantas pocas horas de sueño que las ojeras habían comenzado a formarse bajo sus ojos.
Decidió que mejor sería escuchar un poco de música, relajarse y echarse una corta siesta. Así que lo hizo, aunque no duró más de media hora, ya que una de sus compañeras de cuarto entró entonando una melodía sobre un baile y entonces....
— Cállate que cantas mal. –ordenó, tapándose la cabeza con la almohada. Se acordó del baile de San Valentín y maldijo en todos los idiomas… no tenía idea de con quién asistir, ni que usar, ni nada de ello. No es que le importase, precisamente, pero tampoco… no, a decir verdad, no le importaba mucho, y si iría allí, sólo sería para pasar un buen rato.
Se levantó de la cama dispuesta a buscar a Aoi, habrían pasado unos veinte minutos de la última vez que lo había visto… Salió de su cuarto peinándose el cabello con las manos mientras lo buscaba por todo TAD; y vale decir que demoró un buen tiempo hasta que lo encontró. No tenía idea de dónde se había metido, y cuando lo encontró, en la cafetería, lo primero que hizo fue aproximarse a él.
— ¡Nirvana! –prorrumpió su primo en cuanto la vio.
— Hola… –musitó, medio dormida por el cansancio. – ¿Sabes? La próxima vez te pondré un rastreador en el culo, te busqué por todos lados.
Nirvana miró fijamente a Aoi, y se dio cuenta que no estaba solo, a su lado estaba la chica castaña a la que Aoi había tocado hoy, y otro chico de ojos azules verdosos y cabello rubio oscuro que reconoció como uno de los amigos de su hermano.
— Tranquila, tranquila. –contestó. –He estado dando vueltas todo el día, ¿tú ya tienes pareja para el baile?
— Negativo.
— ¿No tienes pareja? A ver… -ésta vez, fue la chica quien habló, mientras miraba por el lugar, en busca de alguien para la rubia. Lo primero que pensó Nirvana sobre ella fue que era… bastante rápida, ya que tenía el cabello medio despeinado, como si acabase de haberlo hecho. –Ah, sí, soy Cameron.
— Nirvana.
— Ezra. –se presentó el otro joven, sonriendo.
— A nadie le interesa. –dijo Nirvana.
La risa de Aoi se escuchó por sobre el ruido y algunas personas voltearon a verlos. Entre ellas, una r ubia a la que Nirvana le había echado el ojo durante la mañana. A decir verdad, la ojiazul se sentía atraída hacia ella, y aunque no tenía miedo de hablarle y encararla, posiblemente la chica fuese heterosexual, además, estaba con un chico.
— Ella parece interesada en ti. –intervino Cameron otra vez.
— ¿Tú dices?
— Es cien por ciento lesbiana. Mira como se viste.
— Entonces yo voy a suponer que por cómo te vistes, tú eres así por ciento ramera. –susurró Nir, pero Cameron hizo caso omiso a su comentario. –Creo que le hablaré.
— Hazlo, no tienes nada que perder. –la alentó Ezra, y Nirvana sólo asintió.
Habrían pasado unas cuantas horas cuando Nirvana volvió a su habitación. Había estado todo el tiempo fuera con Kat, la chica con la que, oficialmente, iría al baile. Fue como una sorpresa para ella que le dijera que sí, porque, a decir verdad, no se lo esperaba. Ciertamente, seguía aún en una nube. Kat le había parecido increíble, en el sentido de la palabra, era como su otra mitad. Tenían muchas cosas en común, y aunque la hubiese conocido hacía un par de horas, sentía como si lo hiciese desde mucho tiempo antes.
Sonrió mientras se acostaba en su cama, aún quedaba tiempo para el baile, y no tenía muchos ánimos de apurarse. Había pensado en tomar una ducha cuando llegase, pero el baño estaba ocupado, así que se dedicó a buscar qué ponerse. Sabía que la mayoría de las chicas se vestirían con atuendos que buscasen provocar, o cosas de esas, pero siendo Nirvana Harrington, en su vida utilizaría lo mismo que esas chicas, ella era más de trajes de vestir, pero lo consideraba demasiado formal para la ocasión.
— Mierda. –siseó, ya que no encontraba nada que ponerse: todo en su valija eran camisetas cortadas de bandas, algunas suyas y otras de su hermano. Inclusive, algunas de Aoi. –No tengo nada que ponerme.
Rebuscó por todos lados, y cuando estaba a punto de darse por vencida –y sería triste, porque debería pedir algo de ropa y ya era más o menos tarde, además, no iba a dejar plantada a Kat por nada del mundo–, encontró lo que podía ser un buen atuendo. Sin perder más tiempo, corrió a las duchas. Estaba segura que esta noche la pasaría genial.
●●●
When I get home you’re so dead de Mayday Parade sonaba en los auriculares de Sid; últimamente, lo único que escuchaba era Mayday Parade, y se sabía todas sus canciones. Aún así, y sin dudas, su favorita de ellos era Stay. Cerró los ojos mientras disfrutaba la música.
Se había separado de Nirvana y Aoi hacía un rato, y ahora sólo quería meditar. Sin embargo, no podía hacerlo. La duda sobre con quién iría al baile lo acechaba. De momento, las únicas personas que conocía en TAD eran a su hermana, su primo, los mellizos Carstairs, Nova y a éste chico, Ian. Eran relativamente pocos, suponiendo que seguramente, la mayoría de ellos ya tendría pareja para ir al baile. No iba a ir con Nirvana porque quedaría raro y sería incómodo, lo mismo con Aoi. De los Carstairs, sabía que ellos ya tenían pareja, igual que Nova. Y quizás podría preguntarle a Ian si quería ir con él, sólo como amigos, claro.
Había momentos en los que Sid deseaba ser más como su familia, porque todos eran tan extrovertidos y no tenían vergüenza de nada… y a él le daba incluso vergüenza pedirle un favor a alguien cercano. Tenía que cambiar eso, era más una debilidad que cualquier cosa, y ser así de reservado no le ayudaba mucho. Soltó un suspiro, y se dio cuenta que su habitación estaba totalmente vacía, así que podría prender algunas velas aromáticas para relajarse un poco, luego quizás podría visitar a sus amigos y hablar con ellos en busca de algún consejo.
Encendió una vela con aroma a manzanilla y miel, y dejó que la fragancia inundase el dormitorio. A punto de comenzar a hacer sus meditaciones, alguien abrió bruscamente la puerta. Era un chico de cabello moreno con rulos y ojos cafés, que lo miró alarmado. Luego miró la vela, y…
— ¡Socorro! ¡Fuego! –chilló.
Sid pudo asegurar que cualquier persona a veinte millas de distancia lo había haberlo escuchado.
— ¿Qué te su…?
— ¡Aléjate de mí, brujo pagano!
Entonces el chico se acercó, y sopló la vela, apagándola.
— Yo sólo venía a cambiarme y me encuentro con un hereje en medio de un rito… cómo están las cosas hoy en día. –se quejó, antes de darse la vuelta e irse, dejando a Siddhartha sin entender nada.
— Así que eso fue todo lo que sucedió… –el rubio dijo en cuanto terminó su relato, ante la mirada de expectación de Aaron.
— ¿Te apagó la vela y se fue? Por lo que dices, seguro está enfermo de la cabeza. –su acompañante levantó las cejas, y el ojiazul sólo se encogió de hombros.
— Sí, fue realmente raro. –Sid respondió mientras le daba un sorbo a su limonada.
— Ya me imagino.
Un silencio se formó entre ellos dos. Sid se vio tentado a romperlo un par de veces, pero a la vez, le gustaba el silencio. No era incómodo, pero tampoco era lo más confortable del mundo.
— Aún no tengo con quién ir al baile. –dijo con honestidad. –No conozco a muchas personas aún, y bueno…
— Uhm… ¿Sadie? –Aaron quiso saber. Pero Sid negó porque no sabía quién era. – ¿Sun? –y otra vez, hubo negación por su parte. –Bueno, ellas me parecen agradables… podrías invitarlas si es que no tienen pareja.
— Me parece una buena idea, pero no las conozco. Había pensado en decirle a Ian si quería ir como amigos. Tú sabes… creo que tengo un poco más de confianza con él.
Aaron asintió. Aquél gesto le dio un poco más de confianza a Sid. No quería que luego le llamasen de cualquier forma por ir con alguien de su mismo sexo a un baile,
— Pues… invita a Ian. –sonrió–. Ahora vamos a buscarlo.
La búsqueda de Ian no había sido muy difícil. Sid recordaba que él compartía cuarto con Aoi, así que se dirigieron, como primera opción, hacia allí. Y con suerte estaba él. Siendo sinceros, Siddhartha estaba hecho una bola de nervios. A sus dieciséis años, no solía hacer este tipo de cosas. Y aunque la mayoría de las veces él parecía muy calmado, había situaciones que le alteraban, y ésta era una de ellas. No le alteraba invitar a Ian, claro, sino, no sabía cómo reaccionar en caso que a) Ian le dijera que no, b) Ian tuviese otra pareja o c) Ian aceptase. Si bien, la última opción era la que esperaba, no sabía que podía decir después.
Aaron tocó la puerta y le dio una palmada en el hombro como señal de apoyo. En primer lugar, y con instintos de violencia dignos de su hermana, tenía ganas de golpear al rubio por no haberlo detenido antes. Quizás, su mejor alternativa sería ir solo y omitir este acto ridículo. No tenía ningún problema con ello, pero no… tuvo que contarle su idea a Aaron, y él lo había echado, prácticamente, a los leones. Pero aunque no había leones, y lo único que tenía que hacer era preguntarle a Ian si quería ir con él, no podía impedir sentirse nervioso y con miedo.
— ¿Sí? – «mierda» mentalmente dijo Sid cuando vio la figura de Ian abrir la puerta. –Oh, hola chicos. ¿Cómo están?
— Bien. –comentó Aaron con una sonrisa. –Queríamos saber… sí tienes con quién ir al baile.
El moreno pensó un poco antes de responder; Siddhartha con los nervios carcomiéndolo por dentro. Finalmente, se encogió de hombros.
— Honestamente, no. Tampoco pensaba mucho ir.
— Oh… ya veo. –intervino Sid. –Bueno, creo que…
— Creo que Sid quería saber si te gustaría ir con él al baile. Tú sabes, como amigos, y para pasar un buen rato. ¿No es cierto, Sid? –y probablemente, si las miradas matasen, Sid estaría bajo tierra. Aaron sólo trataba de ayudar, después de todo. El ojiazul asintió.
Ian entreabrió la boca. Realmente sería extraño, y no sólo para Sid, sino también para Aaron, que negase la propuesta. Pasaron unos cuantos segundos incómodos cuando por fin el moreno habló.
— Por mí está bien. –le sonrió con gratitud.
— Entonces perfecto. –cortó Aaron. –Nos vemos esta noche.
Se había separado de Nirvana y Aoi hacía un rato, y ahora sólo quería meditar. Sin embargo, no podía hacerlo. La duda sobre con quién iría al baile lo acechaba. De momento, las únicas personas que conocía en TAD eran a su hermana, su primo, los mellizos Carstairs, Nova y a éste chico, Ian. Eran relativamente pocos, suponiendo que seguramente, la mayoría de ellos ya tendría pareja para ir al baile. No iba a ir con Nirvana porque quedaría raro y sería incómodo, lo mismo con Aoi. De los Carstairs, sabía que ellos ya tenían pareja, igual que Nova. Y quizás podría preguntarle a Ian si quería ir con él, sólo como amigos, claro.
Había momentos en los que Sid deseaba ser más como su familia, porque todos eran tan extrovertidos y no tenían vergüenza de nada… y a él le daba incluso vergüenza pedirle un favor a alguien cercano. Tenía que cambiar eso, era más una debilidad que cualquier cosa, y ser así de reservado no le ayudaba mucho. Soltó un suspiro, y se dio cuenta que su habitación estaba totalmente vacía, así que podría prender algunas velas aromáticas para relajarse un poco, luego quizás podría visitar a sus amigos y hablar con ellos en busca de algún consejo.
Encendió una vela con aroma a manzanilla y miel, y dejó que la fragancia inundase el dormitorio. A punto de comenzar a hacer sus meditaciones, alguien abrió bruscamente la puerta. Era un chico de cabello moreno con rulos y ojos cafés, que lo miró alarmado. Luego miró la vela, y…
— ¡Socorro! ¡Fuego! –chilló.
Sid pudo asegurar que cualquier persona a veinte millas de distancia lo había haberlo escuchado.
— ¿Qué te su…?
— ¡Aléjate de mí, brujo pagano!
Entonces el chico se acercó, y sopló la vela, apagándola.
— Yo sólo venía a cambiarme y me encuentro con un hereje en medio de un rito… cómo están las cosas hoy en día. –se quejó, antes de darse la vuelta e irse, dejando a Siddhartha sin entender nada.
— Así que eso fue todo lo que sucedió… –el rubio dijo en cuanto terminó su relato, ante la mirada de expectación de Aaron.
— ¿Te apagó la vela y se fue? Por lo que dices, seguro está enfermo de la cabeza. –su acompañante levantó las cejas, y el ojiazul sólo se encogió de hombros.
— Sí, fue realmente raro. –Sid respondió mientras le daba un sorbo a su limonada.
— Ya me imagino.
Un silencio se formó entre ellos dos. Sid se vio tentado a romperlo un par de veces, pero a la vez, le gustaba el silencio. No era incómodo, pero tampoco era lo más confortable del mundo.
— Aún no tengo con quién ir al baile. –dijo con honestidad. –No conozco a muchas personas aún, y bueno…
— Uhm… ¿Sadie? –Aaron quiso saber. Pero Sid negó porque no sabía quién era. – ¿Sun? –y otra vez, hubo negación por su parte. –Bueno, ellas me parecen agradables… podrías invitarlas si es que no tienen pareja.
— Me parece una buena idea, pero no las conozco. Había pensado en decirle a Ian si quería ir como amigos. Tú sabes… creo que tengo un poco más de confianza con él.
Aaron asintió. Aquél gesto le dio un poco más de confianza a Sid. No quería que luego le llamasen de cualquier forma por ir con alguien de su mismo sexo a un baile,
— Pues… invita a Ian. –sonrió–. Ahora vamos a buscarlo.
La búsqueda de Ian no había sido muy difícil. Sid recordaba que él compartía cuarto con Aoi, así que se dirigieron, como primera opción, hacia allí. Y con suerte estaba él. Siendo sinceros, Siddhartha estaba hecho una bola de nervios. A sus dieciséis años, no solía hacer este tipo de cosas. Y aunque la mayoría de las veces él parecía muy calmado, había situaciones que le alteraban, y ésta era una de ellas. No le alteraba invitar a Ian, claro, sino, no sabía cómo reaccionar en caso que a) Ian le dijera que no, b) Ian tuviese otra pareja o c) Ian aceptase. Si bien, la última opción era la que esperaba, no sabía que podía decir después.
Aaron tocó la puerta y le dio una palmada en el hombro como señal de apoyo. En primer lugar, y con instintos de violencia dignos de su hermana, tenía ganas de golpear al rubio por no haberlo detenido antes. Quizás, su mejor alternativa sería ir solo y omitir este acto ridículo. No tenía ningún problema con ello, pero no… tuvo que contarle su idea a Aaron, y él lo había echado, prácticamente, a los leones. Pero aunque no había leones, y lo único que tenía que hacer era preguntarle a Ian si quería ir con él, no podía impedir sentirse nervioso y con miedo.
— ¿Sí? – «mierda» mentalmente dijo Sid cuando vio la figura de Ian abrir la puerta. –Oh, hola chicos. ¿Cómo están?
— Bien. –comentó Aaron con una sonrisa. –Queríamos saber… sí tienes con quién ir al baile.
El moreno pensó un poco antes de responder; Siddhartha con los nervios carcomiéndolo por dentro. Finalmente, se encogió de hombros.
— Honestamente, no. Tampoco pensaba mucho ir.
— Oh… ya veo. –intervino Sid. –Bueno, creo que…
— Creo que Sid quería saber si te gustaría ir con él al baile. Tú sabes, como amigos, y para pasar un buen rato. ¿No es cierto, Sid? –y probablemente, si las miradas matasen, Sid estaría bajo tierra. Aaron sólo trataba de ayudar, después de todo. El ojiazul asintió.
Ian entreabrió la boca. Realmente sería extraño, y no sólo para Sid, sino también para Aaron, que negase la propuesta. Pasaron unos cuantos segundos incómodos cuando por fin el moreno habló.
— Por mí está bien. –le sonrió con gratitud.
— Entonces perfecto. –cortó Aaron. –Nos vemos esta noche.
●●●
Dipper no sabía cómo sentirse, ya que Nora lo había rechazado, y sabía que ella iría al baile con un chico llamado Ethan, el cual no le agradaba para nada.
No se sentía muy bien, en principio, porque no creía que la actitud de Nora hubiese sido la mejor, de todas formas, no tenía nada que reprochar. Tampoco quería ilusionarse con ella, porque sabía que él no era su tipo, que no cumplía sus expectativas, y que no era ideal para ella. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? Peor aún… ¿por qué él se había fijado en ella? No la conocía de mucho tiempo, más bien dicho, hacía un día la había conocido y ya sentía como si se le hubiese volado la cabeza.
Al término de la reunión donde aclararon todas esas cosas sobre el baile, y las reglas –las cuales no le parecían interesantes, así que casi no las había escuchado–, Dipper había salido a recorrer todo el condominio. Desde el hall, hasta el patio, donde se encontraba ahora. Había pasado por las habitaciones incluso, las cocinas, la cafetería… Vale decir que era bastante curioso e inquieto, y en sus diecinueve años, nunca había podido controlarse cuando algo le llamaba la atención. Sin darse cuenta, volvió a pensar en Nora. Ella sí le llamaba la atención. Soltó un bufido resignado, y continuó caminando hasta toparse con un chico alto y de ojos verdes.
— Hola. –lo saludó, trató de sonar alegre, pero su intento resultó vano.
— Hey… –le respondió. Al verlo desanimado, preguntó: -¿Te pasa algo? –inquirió. –Soy Hugo, por cierto.
— Soy Dipper. Y te seré sincero, si me pasa algo.
— ¿Quieres hablar? –ofreció él, Dipper afirmó con la cabeza. Ambos se acercaron a unos bancos para sentarse allí. A Dip le llamó la atención que el chico fuese tan amable, ciertamente y después de conocer a Nora, no creía que hubiese gente muy agradable aquí. – ¿Qué ocurre?
— Suena raro, pero creo que me gusta una chica. Y es más raro aún porque la he conocido hoy, incluso le he preguntado si quería ir al baile conmigo y me dijo que no, ha aceptado ir con otro chico.
Hugo quedó pensativo por un rato y lo primero que pensó el castaño fue que creería que estaba loco. Vamos… cualquiera lo creería. ¿Amor a primera vista? ¿En el siglo XXI? ¿Qué clase de humano racional cree que eso existe? Seguramente, Hugo no. Dipper miró otra vez al suelo, sin saber qué decir para romper el silencio.
— ¿Sabes algo que es mucho más raro que todo eso? Es que creo que tienes algo de razón. A simple vista no pareces un mal chico, y estoy seguro que no lo eres. No deberías estar triste porque esa chica te haya rechazado, eso sólo prueba que debes demostrar ser mejor de lo que ella cree. Si entonces no se da cuenta, hay muchas otras chicas que son mejores, y que seguramente, valen más que ella.
Lo miró un poco sorprendido, no se esperaba esa respuesta. Fue como una pequeña guía para un desorientado, y lo hizo sentir mejor. Presentía que iba a llevarse muy bien con Hugo, por lo que le agradeció el consejo y continuó hablando con él durante casi tres cuartos de hora más. Una conversación bastante amena, igual que la compañía del rubio. Al final, éste se despidió porque tenía que terminar de ver unas cosas para el baile.
Mientras hacía el camino para llegar a la cafetería, Dipper seguía preguntándose con quién podría ir al baile. No es que le importase llegar solo, al contrario, no le molestaría, pero no era alguien que pudiese pasar el tiempo ‘solo’, si no, tenía que estar en constante compañía. A decir verdad, desde que había llegado sólo había hablado con pocas personas, y sólo Hugo y una chica llamada Roxanne, le habían parecido agradables como para considerarlos amigos.
Cuando por fin llegó a la cafetería, pidió una coca cola para refrescarse. Examinando las mesas, encontró a una chica de cabello café sentada sola. Esperó que no le molestase su compañía, porque se veía triste a lo lejos, y él era totalmente de esas personas que no toleraban ver a alguien mal.
— ¿Puedo sentarme? –Dipper quiso averiguar, la chica lo miró y afirmó con la cabeza, sin darle importancia al tema. –Me llamo Dipper.
— Yo soy Madison, llámame Maddie.
— Me gusta tu apodo. ¿Por qué estás triste? –inquirió.
— No estoy triste.
— Si lo estás. Se nota. ¿Qué te ocurre?
— Nada, y si me pasase algo no te lo diría, perdón.
— Como prefieras. ¿Te digo algo? Te verías más bonita si sonrieras.
Como auto reflejo, ella lo hizo. Pero unos instantes después deshizo su sonrisa.
— Seguro eres de esos chicos que quieres que todas caigan a tus pies.
Dipper asintió, medio ofendido.
— Eso no es cierto. ¿Lo parezco? Sé honesta conmigo, Maddie. ¿Lo crees? –él puso su mejor cara de niño inofensivo, y ella negó. –Lo sabía, porque no es así. Te aseguro que cualquiera de esos chicos no sufriría porque una chica lo rechazó.
— Espera… ¿te rechazó una chica? –Dip asintió ante la cara de incredulidad de Madison. -¿Por qué?
— No lo sé, porque quizás no cumplo el estándar que ella quiere. Ahora… ¿me dirás porqué estás triste?
— Nadie me invitó al baile aún. –ella resopló ahogada. –Es difícil, siendo una chica, no creo que eso importe, pero duele en parte que nadie se haya tomado la molestia de invitarme.
El castaño le sonrió mostrando todos sus dientes antes de casi chillar.
— ¡Entonces yo me tomaré la molestia! ¡Iremos al baile, juntos, Maddie, y no tienes opción!
Luego de eso, Dipper se alejó de allí, soltando algunas risas y dejando a Maddie con la boca abierta.
No se sentía muy bien, en principio, porque no creía que la actitud de Nora hubiese sido la mejor, de todas formas, no tenía nada que reprochar. Tampoco quería ilusionarse con ella, porque sabía que él no era su tipo, que no cumplía sus expectativas, y que no era ideal para ella. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? Peor aún… ¿por qué él se había fijado en ella? No la conocía de mucho tiempo, más bien dicho, hacía un día la había conocido y ya sentía como si se le hubiese volado la cabeza.
Al término de la reunión donde aclararon todas esas cosas sobre el baile, y las reglas –las cuales no le parecían interesantes, así que casi no las había escuchado–, Dipper había salido a recorrer todo el condominio. Desde el hall, hasta el patio, donde se encontraba ahora. Había pasado por las habitaciones incluso, las cocinas, la cafetería… Vale decir que era bastante curioso e inquieto, y en sus diecinueve años, nunca había podido controlarse cuando algo le llamaba la atención. Sin darse cuenta, volvió a pensar en Nora. Ella sí le llamaba la atención. Soltó un bufido resignado, y continuó caminando hasta toparse con un chico alto y de ojos verdes.
— Hola. –lo saludó, trató de sonar alegre, pero su intento resultó vano.
— Hey… –le respondió. Al verlo desanimado, preguntó: -¿Te pasa algo? –inquirió. –Soy Hugo, por cierto.
— Soy Dipper. Y te seré sincero, si me pasa algo.
— ¿Quieres hablar? –ofreció él, Dipper afirmó con la cabeza. Ambos se acercaron a unos bancos para sentarse allí. A Dip le llamó la atención que el chico fuese tan amable, ciertamente y después de conocer a Nora, no creía que hubiese gente muy agradable aquí. – ¿Qué ocurre?
— Suena raro, pero creo que me gusta una chica. Y es más raro aún porque la he conocido hoy, incluso le he preguntado si quería ir al baile conmigo y me dijo que no, ha aceptado ir con otro chico.
Hugo quedó pensativo por un rato y lo primero que pensó el castaño fue que creería que estaba loco. Vamos… cualquiera lo creería. ¿Amor a primera vista? ¿En el siglo XXI? ¿Qué clase de humano racional cree que eso existe? Seguramente, Hugo no. Dipper miró otra vez al suelo, sin saber qué decir para romper el silencio.
— ¿Sabes algo que es mucho más raro que todo eso? Es que creo que tienes algo de razón. A simple vista no pareces un mal chico, y estoy seguro que no lo eres. No deberías estar triste porque esa chica te haya rechazado, eso sólo prueba que debes demostrar ser mejor de lo que ella cree. Si entonces no se da cuenta, hay muchas otras chicas que son mejores, y que seguramente, valen más que ella.
Lo miró un poco sorprendido, no se esperaba esa respuesta. Fue como una pequeña guía para un desorientado, y lo hizo sentir mejor. Presentía que iba a llevarse muy bien con Hugo, por lo que le agradeció el consejo y continuó hablando con él durante casi tres cuartos de hora más. Una conversación bastante amena, igual que la compañía del rubio. Al final, éste se despidió porque tenía que terminar de ver unas cosas para el baile.
Mientras hacía el camino para llegar a la cafetería, Dipper seguía preguntándose con quién podría ir al baile. No es que le importase llegar solo, al contrario, no le molestaría, pero no era alguien que pudiese pasar el tiempo ‘solo’, si no, tenía que estar en constante compañía. A decir verdad, desde que había llegado sólo había hablado con pocas personas, y sólo Hugo y una chica llamada Roxanne, le habían parecido agradables como para considerarlos amigos.
Cuando por fin llegó a la cafetería, pidió una coca cola para refrescarse. Examinando las mesas, encontró a una chica de cabello café sentada sola. Esperó que no le molestase su compañía, porque se veía triste a lo lejos, y él era totalmente de esas personas que no toleraban ver a alguien mal.
— ¿Puedo sentarme? –Dipper quiso averiguar, la chica lo miró y afirmó con la cabeza, sin darle importancia al tema. –Me llamo Dipper.
— Yo soy Madison, llámame Maddie.
— Me gusta tu apodo. ¿Por qué estás triste? –inquirió.
— No estoy triste.
— Si lo estás. Se nota. ¿Qué te ocurre?
— Nada, y si me pasase algo no te lo diría, perdón.
— Como prefieras. ¿Te digo algo? Te verías más bonita si sonrieras.
Como auto reflejo, ella lo hizo. Pero unos instantes después deshizo su sonrisa.
— Seguro eres de esos chicos que quieres que todas caigan a tus pies.
Dipper asintió, medio ofendido.
— Eso no es cierto. ¿Lo parezco? Sé honesta conmigo, Maddie. ¿Lo crees? –él puso su mejor cara de niño inofensivo, y ella negó. –Lo sabía, porque no es así. Te aseguro que cualquiera de esos chicos no sufriría porque una chica lo rechazó.
— Espera… ¿te rechazó una chica? –Dip asintió ante la cara de incredulidad de Madison. -¿Por qué?
— No lo sé, porque quizás no cumplo el estándar que ella quiere. Ahora… ¿me dirás porqué estás triste?
— Nadie me invitó al baile aún. –ella resopló ahogada. –Es difícil, siendo una chica, no creo que eso importe, pero duele en parte que nadie se haya tomado la molestia de invitarme.
El castaño le sonrió mostrando todos sus dientes antes de casi chillar.
— ¡Entonces yo me tomaré la molestia! ¡Iremos al baile, juntos, Maddie, y no tienes opción!
Luego de eso, Dipper se alejó de allí, soltando algunas risas y dejando a Maddie con la boca abierta.
●●●
Ethan normalmente estaba acostumbrado a obtener todo lo que quería, cualquier cosa y sin importar qué costase. Así que no se sorprendió en absoluto cuando se acercó a una chica de cabello castaño y mechas californianas, con ojos azules increíblemente bonitos para él, y le pidió que fuese al baile de San Valentín con él. Ella aceptó, sin que tuviese que rogar –porque, vale, no iba a hacerlo–. Se llamaba Nora, lo sabía, pero tampoco le importaba mucho. Era algo así como algo de una noche, un pasatiempo que no duraría más que un par de horas, como lo eran todas.
Sí bien, él quería ser actor y esa era la principal razón por la que estaba en The American Dream, Ethan consideraba que la mayoría de las chicas eran bastante bonitas y que podría pasar buenos ratos aquí. No obstante, algunas cosas del lugar no le gustaban: como esos locos revolucionarios de los Harrington y el otro chico de cabello colorido que andaba pegado a ellos, o Zeppelin Hitchcock. Recién llevaba un día allí, y ya conocía de vista a muchas personas. La mayoría de ellas le caía mal.
De todas maneras, no era algo de lo que quisiera preocuparse por el momento. A parte de Nora Underwood, Ethan había echado el ojo a algunas de sus próximas ‘presas’, como les decía a sus futuras conquistas. ¿Nombres? Maggie y Tara. Ambas eran lo suficientemente bonitas para él, y sabía que podría acercárseles cuando pudiese. Vamos… ¿quién se resistía a él? Nadie.
En cuanto vio a la castaña de ojos celestes como el cielo, lo primero que pensó fue en acercarse a ella y hablar, luego una cosa llevaría a la otra, y lo demás sería historia. Sonrió con autosuficiencia cuando iba a aproximarse a ella, pero no pudo concretar la acción porque se había chocado con una chica rubia, que ahora yacía en el suelo.
— Ugh, mierda. Ten cuidado por dónde pisas, idiota. –prácticamente, le gritó, mientras se levantaba. Ethan estaba seguro que ella era una de las Harrington, pero no sabía su nombre.
— ¿Disculpa? –replicó él.
— Disculpa… tú deberías pedirme una. –rezongó. –Pero cierto, ibas tan concentrado mirándole el trasero a Maggie que no te fijas por dónde vas. Estoy apurada, por cierto.
Él bufó. Ella también lo hizo.
— Complicada, ya veo. –trató de decir de forma seductora. La rubia carcajeó.
— Pene parado, ya veo yo…
Fue lo único que dijo antes de irse, en dirección opuesta a él. Suspiró pesadamente mientras miraba el panorama: Maggie ya no estaba, y a él se le hacía tarde. Decidió que lo mejor por el momento sería irse a su habitación y alistarse, ya casi era tiempo de la fiesta.
Sí bien, él quería ser actor y esa era la principal razón por la que estaba en The American Dream, Ethan consideraba que la mayoría de las chicas eran bastante bonitas y que podría pasar buenos ratos aquí. No obstante, algunas cosas del lugar no le gustaban: como esos locos revolucionarios de los Harrington y el otro chico de cabello colorido que andaba pegado a ellos, o Zeppelin Hitchcock. Recién llevaba un día allí, y ya conocía de vista a muchas personas. La mayoría de ellas le caía mal.
De todas maneras, no era algo de lo que quisiera preocuparse por el momento. A parte de Nora Underwood, Ethan había echado el ojo a algunas de sus próximas ‘presas’, como les decía a sus futuras conquistas. ¿Nombres? Maggie y Tara. Ambas eran lo suficientemente bonitas para él, y sabía que podría acercárseles cuando pudiese. Vamos… ¿quién se resistía a él? Nadie.
En cuanto vio a la castaña de ojos celestes como el cielo, lo primero que pensó fue en acercarse a ella y hablar, luego una cosa llevaría a la otra, y lo demás sería historia. Sonrió con autosuficiencia cuando iba a aproximarse a ella, pero no pudo concretar la acción porque se había chocado con una chica rubia, que ahora yacía en el suelo.
— Ugh, mierda. Ten cuidado por dónde pisas, idiota. –prácticamente, le gritó, mientras se levantaba. Ethan estaba seguro que ella era una de las Harrington, pero no sabía su nombre.
— ¿Disculpa? –replicó él.
— Disculpa… tú deberías pedirme una. –rezongó. –Pero cierto, ibas tan concentrado mirándole el trasero a Maggie que no te fijas por dónde vas. Estoy apurada, por cierto.
Él bufó. Ella también lo hizo.
— Complicada, ya veo. –trató de decir de forma seductora. La rubia carcajeó.
— Pene parado, ya veo yo…
Fue lo único que dijo antes de irse, en dirección opuesta a él. Suspiró pesadamente mientras miraba el panorama: Maggie ya no estaba, y a él se le hacía tarde. Decidió que lo mejor por el momento sería irse a su habitación y alistarse, ya casi era tiempo de la fiesta.
●●●
Sadie estaba de camino a su dormitorio después de haber pasado gran parte de la tarde con Cameron en la cafetería. La chica le caía bastante bien, contra todo pronóstico, claro, puesto que Cameron no parecía ser muy amigable con el resto de las personas. Sin embargo, a ella le había agradado, y le gustaba que compartiesen habitación. De hecho, todas sus compañeras de cuarto le caían bien: Sunshine era un encanto de persona, al igual que Roxanne. Con ellas había decidido que se prepararían para el baile.
Hablando del baile, la castaña no había conseguido pareja aún. Aunque no pareciese, aquello le preocupaba. Principalmente, porque muchas ganas de asistir, y aunque ir sola podría ser una opción, no era lo que más le gustaba. Iba a ser como llevar un cartel de fracasada en la cara si se aparecía por allí sin pareja.
Gruñó mientras trataba de abrir la puerta de su habitación. Al intentar un par de veces, se fijó en el número y… no, definitivamente, ese no era su cuarto. Cuando estaba a punto de voltearse y continuar su camino, la puerta se abrió.
— ¿Buscas algo? –le dijo un chico castaño con rulos, ella lo reconocía porque había oído a alguien hablar de él y señalarlo. Se llamaba Elías.
Sadie negó con la cabeza.
— Sólo me equivoqué de habitación. Lo lamento, fue sin intención. –contestó algo apenada.
— Oh, está bien. Suele pasar. –le dedicó una cálida sonrisa, y luego siguió hablando. -¿Quieres que te acompañe a tu cuarto?
— Uhm… está bien, si tú dices. –musitó, sin saber bien que decir, pero Elías ya estaba afuera, y caminaba un par de pasos delante de ella, Sadie decidió no quedarse muy atrás.
— ¿Cómo te llamas?
— Soy Sandrine… bueno, Sadie. ¿Tú eres Elías, verdad? –preguntó, él asintió con la cabeza.
Los dos emprendieron viaje hacia el dormitorio de Sadie, el cual quedaba en otro extremo. Demoraron un poco, pero no importó mucho porque estaban pasándola bien. Sadie descubrió que él también le caía bien, era una suerte haberse encontrado con personas tan agradables… Además, habían conversado de todos los temas: desde religión –ahora sabía que Elías era judío y muy conservador–, pasando por temas como la naturaleza, la comida y las bromas, hasta llegar al baile, entonces fue cuando Elías le preguntó:
— ¿Con quién irás al baile, Sadie?
— Ehm… de momento con nadie. ¿Y tú?
— ¿¡Cómo que no irás con nadie!? ¿Quieres ir conmigo? Bueno, no te obligo… es tu decisión… perdona, creo que lo he dicho todo muy rápido.
Sandrine sólo rió.
— Bueno… si tu quieres, a mí me encantaría ir contigo al baile.
Sin darse cuenta, ambos habían llegado a la habitación de Sadie, y parecía que habían estado parados allí un buen rato.
— Eso es genial, entonces. –Elías sonrió. –Pasaré a buscarte luego, nos vemos, Sadie.
El castaño se marchó, y Sadie tenía una sonrisa tonta en la cara, que obviamente, sus compañeras de cuarto notaron en cuanto ella abrió la puerta.
— Escuchamos todo. –soltó Sunshine, la rubia estaba sentada en su cama, al igual que Roxanne. -¡Cuéntanos que pasó, ahora!
— Oh… nada en especial. –Sadie le restó importancia con un gesto de su mano. -Se llama Elías e iremos al baile. Eso es todo. ¿Ustedes con quién irán?
Sunshine levantó una ceja, como si no le creyera.
— Iré con Zep. –reveló. –Y por lo que sé, esta señorita… -dijo señalando a Rox. –irá con Aaron.
— Aaron me parece simpático. –reconoció la castaña. –A propósito, ¿Zep no te da… algo de miedo? Él es como tan…
— Son sólo apariencias, es una buena persona. Aunque claro, no lo parece.
Sadie asintió, ya que no sabía muy bien que contestar.
— ¡Es hora de prepararnos! –anunció Roxanne, para evitar un silencio incómodo. Y verdaderamente, Sadie lo agradeció en silencio.
Estaba emocionada, este sería el primer baile al que asistiría, y por suerte, había encontrado a alguien tan divertido como Elías para ir.
Hablando del baile, la castaña no había conseguido pareja aún. Aunque no pareciese, aquello le preocupaba. Principalmente, porque muchas ganas de asistir, y aunque ir sola podría ser una opción, no era lo que más le gustaba. Iba a ser como llevar un cartel de fracasada en la cara si se aparecía por allí sin pareja.
Gruñó mientras trataba de abrir la puerta de su habitación. Al intentar un par de veces, se fijó en el número y… no, definitivamente, ese no era su cuarto. Cuando estaba a punto de voltearse y continuar su camino, la puerta se abrió.
— ¿Buscas algo? –le dijo un chico castaño con rulos, ella lo reconocía porque había oído a alguien hablar de él y señalarlo. Se llamaba Elías.
Sadie negó con la cabeza.
— Sólo me equivoqué de habitación. Lo lamento, fue sin intención. –contestó algo apenada.
— Oh, está bien. Suele pasar. –le dedicó una cálida sonrisa, y luego siguió hablando. -¿Quieres que te acompañe a tu cuarto?
— Uhm… está bien, si tú dices. –musitó, sin saber bien que decir, pero Elías ya estaba afuera, y caminaba un par de pasos delante de ella, Sadie decidió no quedarse muy atrás.
— ¿Cómo te llamas?
— Soy Sandrine… bueno, Sadie. ¿Tú eres Elías, verdad? –preguntó, él asintió con la cabeza.
Los dos emprendieron viaje hacia el dormitorio de Sadie, el cual quedaba en otro extremo. Demoraron un poco, pero no importó mucho porque estaban pasándola bien. Sadie descubrió que él también le caía bien, era una suerte haberse encontrado con personas tan agradables… Además, habían conversado de todos los temas: desde religión –ahora sabía que Elías era judío y muy conservador–, pasando por temas como la naturaleza, la comida y las bromas, hasta llegar al baile, entonces fue cuando Elías le preguntó:
— ¿Con quién irás al baile, Sadie?
— Ehm… de momento con nadie. ¿Y tú?
— ¿¡Cómo que no irás con nadie!? ¿Quieres ir conmigo? Bueno, no te obligo… es tu decisión… perdona, creo que lo he dicho todo muy rápido.
Sandrine sólo rió.
— Bueno… si tu quieres, a mí me encantaría ir contigo al baile.
Sin darse cuenta, ambos habían llegado a la habitación de Sadie, y parecía que habían estado parados allí un buen rato.
— Eso es genial, entonces. –Elías sonrió. –Pasaré a buscarte luego, nos vemos, Sadie.
El castaño se marchó, y Sadie tenía una sonrisa tonta en la cara, que obviamente, sus compañeras de cuarto notaron en cuanto ella abrió la puerta.
— Escuchamos todo. –soltó Sunshine, la rubia estaba sentada en su cama, al igual que Roxanne. -¡Cuéntanos que pasó, ahora!
— Oh… nada en especial. –Sadie le restó importancia con un gesto de su mano. -Se llama Elías e iremos al baile. Eso es todo. ¿Ustedes con quién irán?
Sunshine levantó una ceja, como si no le creyera.
— Iré con Zep. –reveló. –Y por lo que sé, esta señorita… -dijo señalando a Rox. –irá con Aaron.
— Aaron me parece simpático. –reconoció la castaña. –A propósito, ¿Zep no te da… algo de miedo? Él es como tan…
— Son sólo apariencias, es una buena persona. Aunque claro, no lo parece.
Sadie asintió, ya que no sabía muy bien que contestar.
— ¡Es hora de prepararnos! –anunció Roxanne, para evitar un silencio incómodo. Y verdaderamente, Sadie lo agradeció en silencio.
Estaba emocionada, este sería el primer baile al que asistiría, y por suerte, había encontrado a alguien tan divertido como Elías para ir.
●●●
Sid la había pasado bien en su totalidad estando con Ian. Se llevaban bien, y la fiesta había estado lo suficiente entretenida. Aunque, claro, todo se había arruinado en cuanto se encontró con Cameron. La castaña de ojos verdes lo primero que había sido, no había sido ni saludarlos, ni preguntarles cómo la pasaban, si no, le había convidado una copa que tenía alguna sustancia extraña, y aunque al comienzo Sid no estaba muy seguro de beberla, luego vio que Ezra lo hacía. Y poco a poco continuó bebiendo eso junto a Aaron y a Ezra, incluso Cameron, Aoi y otras personas más que él no conocía.
Tenía la cabeza latiéndole, pero aún de esa forma se reía del chiste estúpido que había hecho Ezra sobre conejos bailarines y tailandeses, o filipinos. Alguno de los dos. Respiraba con dificultad, y trataba de moverse al ritmo de una canción que no conocía junto a Aaron, sabía que bailando tenía dos pies izquierdos, pero lo hacía. A lo lejos veía a Cameron riéndose de él, o de sus pasos, o de las dos cosas… No pensaba con claridad y sabía que cuando Nirvana se enterase, le echaría una bronca tremenda.
— Auch… -oyó como una chica castaña, que utilizaba un vestido negro que le sentaba bastante bien, dijo.
— Ohhhh… -exclamó, sobresaltado. Acababa de darse cuenta que le había pisado el pie. –Lo siento tanto, en serio.
— Está bien. –dijo ella, y lo miró a los ojos.
La diferencia de altura entre los dos era notable, y aunque Sid tuviese sólo dieciséis, era mucho más alto de lo normal. La chica tenía unos ojos increíblemente bonitos, o no sabía si era por el hecho de estar borracho, o porque realmente la chica tenía unos ojos bonitos, que se quedó impactado mirándola. Al parecer, la joven se percató, ya que apartó la mirada algo intimidada y luego se marchó. Sid continuó mirándola hasta que la vio desaparecer entre el gentío.
— ¡Vamos todos a bailar la macarena! –escuchó la lejana voz de Aoi por alguna parte, pero él estaba lo suficientemente cansado como para recostarse en un poste, en el que se encontraba una pareja que se besaba ehm… apasionadamente.
Sid sacudió la cabeza un par de veces, alguien le preguntó si estaba bien, y entonces él solamente se deshizo de todo lo que había tomado de la peor forma…
Nirvana estaba totalmente encantada con Kat. Se llevaban muy bien y compartían gustos, y había descubierto esta noche que ella era la chica ideal, no había duda alguna de ello. Sabía que si en un par de semanas su relación seguía así, quizás luego podrían ser algo más. La idea sólo la hizo sonreír.
— ¿Por qué sonríes? –preguntó su acompañante, la cual ahora había reemplazado su cabellera rubia por una púrpura. Tal como Nir le había dicho que le sentaría bien. Honestamente, la mayor de los Harrington no pensaba que ella lo haría, pero en las escasas horas que llevaba de conocerla, Katsandra había demostrado ser impredecible.
— Uhm… por nada en especial. Me gusta estar contigo. –confesó con total sinceridad.
— A mí igual me gusta estar contigo, Nir. –la chica respondió, provocando que la sonrisa de la rubia se ensanchara más.
Nirvana la tomó de la mano, iba a llevarla al patio para que así pudiesen entrar con mayor tranquilidad. La fiesta se había vuelto, en sí, una verdadera fiesta. Alguien había colado alcohol y aunque la blonda había tomado un poco, todavía podía pensar con claridad… al contrario de algunos chicos que ella veía a lo lejos, que hacían el ridículo bailando como si fuesen animales y largando carcajadas lo suficientemente altas como para que Nirvana los escuchase. Sólo rogó al cielo, a Buda y a todas las deidades que ninguno de esos chicos fuese su hermano, o no tendría vergüenza en gritarle de todo hasta que se le pasase la borrachera. Eliminando esos pensamientos de su mente, Nir se concentró en la chica que tenía a su lado. Cuando finalmente pudo sentarse en una banca, la conversación entre ellas dos comenzó a fluir con naturalidad. Claro, hasta que…
— ¡Nirvana, Siddhartha está borracho!
Era Aoi, interrumpiendo momentos importantes desde tiempos inmemorables, por supuesto.
— La puta madre. –Nirvana murmuró, alejándose un poco de Kat. -¿Qué mierda pasa ahora? ¿No puedo tener un puto instante para mí misma y debo controlarlos a ustedes dos todo el tiempo? Si serán…
— Técnicamente, sí. –el peliazul respondió. –Como la mayor nos debes cuidar, primita querida.
El chico se sentó en la banca, apartando a Kat, que la verdad, se sentía algo incómoda con la situación. Aoi le dio un beso en la mejilla a Nirvana, olía terriblemente a alcohol.
— ¿Por qué diablos vienes a acusar a mi hermano, sí tú también estás borracho?
— Porque yo estaba… estaba… estaba…
— ¿Cómo estabas? No seas disco rayado, Aoi.
— Estaba con él y él se emborrachó.
— Eso no tiene sentido. Te golpearé a la próxima que interrumpas. Tienes tres segundos para esfumarte de mi vista.
— ¡Pero es que Sid le vomitó a una chica!
Nirvana creyó que lo mejor sería lanzar a Aoi a un riachuelo y dejar que se hundiese… pero luego pensó que le quedaba algo de cariño por él y lo abrazó, para luego susurrarle al oído algunas cuantas cosas.
— Te daré dinero si te largas ahora.
— ¿De cuánto hablamos?
— Una buena cifra. Ahora, vete y déjame sola. Luego arreglo lo de Sid.
Ethan estaba sorprendido, ya que la había estado pasando muy bien con Nora. Era agradable pero no era muy de su estilo, igualmente, aquello no le impidió pasarla bien. Toda la noche había sido bastante entretenida, excepto cuando, en plena sesión de besuqueo con su pareja de la noche, un chico había venido y le había vomitado encima. Había sido asqueroso y le había disgustado, así que lo primero que hizo fue huir de la escena, no sin antes toparse con la chica Harrington, que venía a paso veloz hacia donde estaban ellos.
— ¡Siddhartha! –bramó. Oh… pensó Ethan, el muchacho que le había vomitado a Nora era, entonces, el hermano de la rubia. Claro, con razón el parecido. -¿¡Cómo puedes ser tan irresponsable!? Es una noche, Sid… ¡y te emborrachas!
Ethan hizo una de las cosas que mejor podía hacer, lentamente, y sin ser notado, se salió de la escena.
Dipper observaba todo junto a Maddie. Veía a Nirvana gritar y alzar los brazos escandalizada, y por un momento quiso ir hacia allí y ayudar a Nora, que permanecía quieta sin saber muy bien que hacer. Sabía que en cualquier momento iba a explotar.
— ¿Quieres ir a ayudar? –preguntó a Madison, pero ella negó.
— Ve tú, si quieres. –respondió. –No me apetece meterme en líos. De todas formas, muchas gracias por la noche, Dip.
Dipper ofreció una sonrisa como respuesta, y se aproximó a donde estaba el problema.
— ¡Y espera a que se entere mamá! –escuchó a Nirvana. -¡Te crucificará como crucificaron a Jesucristo!
— Pero no somos católicos, Nirvana… Y mamá no cree…
— ¡Ya deja de contestarme y vete a dormir!
El rubio obedeció de mala gana, y Nora continuaba en su lugar sin decir ni una palabra.
— ¿Te acompaño a tu habitación?
— ¿Por qué vienes si sabes que te diré que no?
— Bueno, sólo quiero ayudar.
— Seré amable, no quiero tu ayuda.
— ¿Segura?
— Sí, segura. ¿Puedes irte? Tu presencia me disgusta.
— Pues mira quien lo dice, estás literalmente bañada en vómito de un adolescente hormonal.
La ojiazul lo fulminó con la mirada. Se dio media vuelta y se fue. Nirvana, que aún estaba allí, se acercó hacia él y le palmeó la espalda.
— Mírale el lado bueno, las más complicadas son a veces las que más valen.
Tenía la cabeza latiéndole, pero aún de esa forma se reía del chiste estúpido que había hecho Ezra sobre conejos bailarines y tailandeses, o filipinos. Alguno de los dos. Respiraba con dificultad, y trataba de moverse al ritmo de una canción que no conocía junto a Aaron, sabía que bailando tenía dos pies izquierdos, pero lo hacía. A lo lejos veía a Cameron riéndose de él, o de sus pasos, o de las dos cosas… No pensaba con claridad y sabía que cuando Nirvana se enterase, le echaría una bronca tremenda.
— Auch… -oyó como una chica castaña, que utilizaba un vestido negro que le sentaba bastante bien, dijo.
— Ohhhh… -exclamó, sobresaltado. Acababa de darse cuenta que le había pisado el pie. –Lo siento tanto, en serio.
— Está bien. –dijo ella, y lo miró a los ojos.
La diferencia de altura entre los dos era notable, y aunque Sid tuviese sólo dieciséis, era mucho más alto de lo normal. La chica tenía unos ojos increíblemente bonitos, o no sabía si era por el hecho de estar borracho, o porque realmente la chica tenía unos ojos bonitos, que se quedó impactado mirándola. Al parecer, la joven se percató, ya que apartó la mirada algo intimidada y luego se marchó. Sid continuó mirándola hasta que la vio desaparecer entre el gentío.
— ¡Vamos todos a bailar la macarena! –escuchó la lejana voz de Aoi por alguna parte, pero él estaba lo suficientemente cansado como para recostarse en un poste, en el que se encontraba una pareja que se besaba ehm… apasionadamente.
Sid sacudió la cabeza un par de veces, alguien le preguntó si estaba bien, y entonces él solamente se deshizo de todo lo que había tomado de la peor forma…
Nirvana estaba totalmente encantada con Kat. Se llevaban muy bien y compartían gustos, y había descubierto esta noche que ella era la chica ideal, no había duda alguna de ello. Sabía que si en un par de semanas su relación seguía así, quizás luego podrían ser algo más. La idea sólo la hizo sonreír.
— ¿Por qué sonríes? –preguntó su acompañante, la cual ahora había reemplazado su cabellera rubia por una púrpura. Tal como Nir le había dicho que le sentaría bien. Honestamente, la mayor de los Harrington no pensaba que ella lo haría, pero en las escasas horas que llevaba de conocerla, Katsandra había demostrado ser impredecible.
— Uhm… por nada en especial. Me gusta estar contigo. –confesó con total sinceridad.
— A mí igual me gusta estar contigo, Nir. –la chica respondió, provocando que la sonrisa de la rubia se ensanchara más.
Nirvana la tomó de la mano, iba a llevarla al patio para que así pudiesen entrar con mayor tranquilidad. La fiesta se había vuelto, en sí, una verdadera fiesta. Alguien había colado alcohol y aunque la blonda había tomado un poco, todavía podía pensar con claridad… al contrario de algunos chicos que ella veía a lo lejos, que hacían el ridículo bailando como si fuesen animales y largando carcajadas lo suficientemente altas como para que Nirvana los escuchase. Sólo rogó al cielo, a Buda y a todas las deidades que ninguno de esos chicos fuese su hermano, o no tendría vergüenza en gritarle de todo hasta que se le pasase la borrachera. Eliminando esos pensamientos de su mente, Nir se concentró en la chica que tenía a su lado. Cuando finalmente pudo sentarse en una banca, la conversación entre ellas dos comenzó a fluir con naturalidad. Claro, hasta que…
— ¡Nirvana, Siddhartha está borracho!
Era Aoi, interrumpiendo momentos importantes desde tiempos inmemorables, por supuesto.
— La puta madre. –Nirvana murmuró, alejándose un poco de Kat. -¿Qué mierda pasa ahora? ¿No puedo tener un puto instante para mí misma y debo controlarlos a ustedes dos todo el tiempo? Si serán…
— Técnicamente, sí. –el peliazul respondió. –Como la mayor nos debes cuidar, primita querida.
El chico se sentó en la banca, apartando a Kat, que la verdad, se sentía algo incómoda con la situación. Aoi le dio un beso en la mejilla a Nirvana, olía terriblemente a alcohol.
— ¿Por qué diablos vienes a acusar a mi hermano, sí tú también estás borracho?
— Porque yo estaba… estaba… estaba…
— ¿Cómo estabas? No seas disco rayado, Aoi.
— Estaba con él y él se emborrachó.
— Eso no tiene sentido. Te golpearé a la próxima que interrumpas. Tienes tres segundos para esfumarte de mi vista.
— ¡Pero es que Sid le vomitó a una chica!
Nirvana creyó que lo mejor sería lanzar a Aoi a un riachuelo y dejar que se hundiese… pero luego pensó que le quedaba algo de cariño por él y lo abrazó, para luego susurrarle al oído algunas cuantas cosas.
— Te daré dinero si te largas ahora.
— ¿De cuánto hablamos?
— Una buena cifra. Ahora, vete y déjame sola. Luego arreglo lo de Sid.
Ethan estaba sorprendido, ya que la había estado pasando muy bien con Nora. Era agradable pero no era muy de su estilo, igualmente, aquello no le impidió pasarla bien. Toda la noche había sido bastante entretenida, excepto cuando, en plena sesión de besuqueo con su pareja de la noche, un chico había venido y le había vomitado encima. Había sido asqueroso y le había disgustado, así que lo primero que hizo fue huir de la escena, no sin antes toparse con la chica Harrington, que venía a paso veloz hacia donde estaban ellos.
— ¡Siddhartha! –bramó. Oh… pensó Ethan, el muchacho que le había vomitado a Nora era, entonces, el hermano de la rubia. Claro, con razón el parecido. -¿¡Cómo puedes ser tan irresponsable!? Es una noche, Sid… ¡y te emborrachas!
Ethan hizo una de las cosas que mejor podía hacer, lentamente, y sin ser notado, se salió de la escena.
Dipper observaba todo junto a Maddie. Veía a Nirvana gritar y alzar los brazos escandalizada, y por un momento quiso ir hacia allí y ayudar a Nora, que permanecía quieta sin saber muy bien que hacer. Sabía que en cualquier momento iba a explotar.
— ¿Quieres ir a ayudar? –preguntó a Madison, pero ella negó.
— Ve tú, si quieres. –respondió. –No me apetece meterme en líos. De todas formas, muchas gracias por la noche, Dip.
Dipper ofreció una sonrisa como respuesta, y se aproximó a donde estaba el problema.
— ¡Y espera a que se entere mamá! –escuchó a Nirvana. -¡Te crucificará como crucificaron a Jesucristo!
— Pero no somos católicos, Nirvana… Y mamá no cree…
— ¡Ya deja de contestarme y vete a dormir!
El rubio obedeció de mala gana, y Nora continuaba en su lugar sin decir ni una palabra.
— ¿Te acompaño a tu habitación?
— ¿Por qué vienes si sabes que te diré que no?
— Bueno, sólo quiero ayudar.
— Seré amable, no quiero tu ayuda.
— ¿Segura?
— Sí, segura. ¿Puedes irte? Tu presencia me disgusta.
— Pues mira quien lo dice, estás literalmente bañada en vómito de un adolescente hormonal.
La ojiazul lo fulminó con la mirada. Se dio media vuelta y se fue. Nirvana, que aún estaba allí, se acercó hacia él y le palmeó la espalda.
— Mírale el lado bueno, las más complicadas son a veces las que más valen.
hemmo.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
- leer:
- alégrense que son 5.4k palabras e idk, pido perdón por no incluir casi personajes, apenas tengo tramas y el capítulo quedó raro pero es que recién despupes de casi tres meses escribo para una nc y bueno(?) la escritura se hace con la práctica y basically. es muy mierda todo así que les pido perdón, las amo mucho <3 asldkasdj gracias por esperar ):
sigue: idkkkkkkkkkkkkkk luego que gin diga:c
pd. feliz cumpleaños vir :'D
hemmo.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
pero es que sid le vomitó a una chica!!! cuando no aoi siendo estúpido che gkhpogkdf. amo a nirvana y a kat, jó son tan cutes): tmb a ethan pq es re yolo aguanten las vaginas yyy dipper tan cute con maddie aw yYyYYyY hUGO COMO AMO A HUGO): yyYYyYy tambiÉN LO DEL BRUJO PAGANO FUE TAN ese elías se pasa ahre. yyyy ian yyyy sid yyy sian yyyyyyyyyyyyyyyyyyyy IJFGSOPSKDOPSDKFOPSKDOPKDFDJPSDAK OGDISSD´PKDSF46543243562434423465LECHUGA fue todo tan hermoso): y pegaría un par de diálogos para reírme por comentario but esta mierda anda mal): tu capítulo fue genial lalons srsly
Clifford.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
QUE PEDASO DE PAJERO SID AJAJAJAAJJAJAJJA
bueno dsp comento pero te amo y a tu capítulo y y y yy y me siento mal chau ):
bueno dsp comento pero te amo y a tu capítulo y y y yy y me siento mal chau ):
hood.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
- lalons <3:
- Mujer, que sepas que amo a lot tus capítulos bc siempre me hacen reír demasiado y esta vez no fue la excepción, srsly, me reí mucho en varias partes yyyy askdjasdnjas amo a nirvana, idk, es cul la wna y ella toda liberal y que le valga todo lo demás, ay, que cul es, la rulea la vdd yyy que estaba nerviosa por invitar a kat y morí de ternura con las dos en todo el capítulo bc eran tan askjdnakjdnas yy askdjasdnj sid, ay, yo lo amo así como es, pero srsly que no debería de ser tan cerrado :c aún así, le amo yy cuando elías llego y apago la vela YO ME QUEDE CON CARA DE WTF ASÍ COMO SID PERO ME REÍ MUCHO BC ELÍAS ESTA LOCO JAJAJAJAJAJAJAJAJJAJA yyy askdjasjdns cuando sid invitó a ian kajnkasjdnajksdnajndas FELEEL ASKJANSKDJANSDKASDJSA aunque fue aaron quién hablo la vdd , pero, ay, que tiernos todos :ccc yyy luego ethan todo así "nadie se resiste a mis encantos" me agrada el wn bc es idk askdjnadnjasd la rulea a su manera :cc yy askdjans AUNQUE DEBERÍA DE FIJARSE EN NIRVANA Y NO EN UNA FUTURA PRESA MÁS ;_; akjsdnajkdnanjsd yyy luego sadie kajsdjnas omg, sadie con elías, ay, muero de ternura con los dos, elías es tan sweet :cc y sadie más kjsakjdsa yyy no sé. Sid le vomitó a Ethan askdjasjdajns JAJAJAJAJA ME RE MEO XDDD, y Nirvana toda gruñona con su hno y ay ;_; amé mucho tu cap Y ME OLVIDÉ DE DIPPER OMG KAJSDANJDSA PERO EL ES TAN LINDO, DULCE, HERMOSO Y BELLO Y NORA DEBE FIJARSE EN ÉL Y NO HACERLE EL FUCHI BC ES TAN ASKJASKDASDNJAS LO AMÉ EN TODO EL CAP Y CUANDO PLATICO CON HUGO Y AL FINAL, amo a dipper y eso askdjnadjnsa, me encanto mucho tu cap, lali<333
ilysm<333 :c
Atenea.
-------
Re: The American Dream | Novela Colectiva
LULONS Y LALONS TIENEN COLOR, HELP, ES MUCHO ASKDJASJDNAS OMG, FELICIDADES, CHICAS
Atenea.
-------
Re: The American Dream | Novela Colectiva
GRACIAS
PD. MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS EN MI CAPÍTULO y quiero que mily suba eso :c
PD. MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS EN MI CAPÍTULO y quiero que mily suba eso :c
hemmo.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Milenka, sube :ccc skjdnasjdnas yo tbm quiero cap
Atenea.
-------
Re: The American Dream | Novela Colectiva
omg, tengo que ponerme al dia en leer muchos caps :c pero apenas termine de leerlos comentaré cada uno<3
pd. felicidades por tener color, chicas
pd. felicidades por tener color, chicas
believe.
Página 52 de 61. • 1 ... 27 ... 51, 52, 53 ... 56 ... 61
Temas similares
» ~Five stories, the same dream~ [One Direction] |Novela Colectiva| (CANCELADA)
» The American Dream
» ✫ { i'm miss american dream.
» I can make the stars dance
» The American Dream | NC | 2.
» The American Dream
» ✫ { i'm miss american dream.
» I can make the stars dance
» The American Dream | NC | 2.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 52 de 61.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.