Re: The American Dream | Novela Colectiva

por **hood.** Dom 09 Mar 2014, 4:58 pm

hemmo. escribió:
mcvey. escribió:
~~te amo~~
de hecho dije para hacer chupones :meh:pero no significa que quiera chupar el resto ah

~~he he yo igual~~
sí bueno, básicamente es lo mismo.
te gusta su cuello, o sea. ~~ igual yolo

bueno pero si vamos a hacer una orgia algo tengo que hacerle si no me quedo cogiendo con luke del otro lado ah.

GINAAAAAAAA NECESITO UNA LISTA DE PERSONAJES O ALGO PORQUE ME PIERDO The American Dream | Novela Colectiva - Página 42 917567405

The American Dream | Novela Colectiva - Página 42 917567405

por **hemmo.** Dom 09 Mar 2014, 4:59 pm

mcvey. escribió:
bueno pero si vamos a hacer una orgia algo tengo que hacerle si no me quedo cogiendo con luke del otro lado ah.

GINAAAAAAAA NECESITO UNA LISTA DE PERSONAJES O ALGO PORQUE ME PIERDO

NECESITAMOS MÁS DICKS EN NUESTRAS VIDAS

por Invitado Dom 09 Mar 2014, 4:59 pm

El ponqué ordena la apertura de este spoiler:

Capítulo 015

P R I M E R A P A R T E.

✖Codes by Kitty Sykes.

→b y Trián.

Daniel se había separado de su improvisado nuevo grupo de compañeros una vez la reunión había terminado; había buscado su habitación, se cambió de ropa y ahora simplemente caminaba por ahí. Con suerte esperando encontrarles o encontrar a otra persona.

La vida del rubio tendía a ser un poco, sino, muy solitaria. No se quejaba, él mismo se las había apañado para pasar desapercibido entre las personas. Pero todos necesitamos de alguien alguna vez y aunque Daniel no lo dijera, necesitaba más de las personas de lo que se atrevía a creer. En especial de su madre.

Estaba pensando en su madre cuando se topó con una chica castaña-rojiza con los ojos hinchados. Instantáneamente sintió un tirón en el estómago. ¿Quién y por qué haría llorar a alguien como ella? Era hermosa, alta y esbelta. Una modelo. Tenía un libro en su mano a medio cerrar, lo apretaba con fuerza mientras murmuraba palabras, Daniel pensó que se veía malditamente indefensa.

Sin saber por qué o con qué motivo caminó hacia ella. Cuando la castaña lo miro elevó una mano.

—¿También vas a decirme que soy estúpida porque soy modelo?
—¿Por qué lo haría? —Preguntó instantáneamente. La castaña lo consideró un momento y luego se encogió de hombros.
—No lo sé —dijo sinceramente—. ¿tú lo sabes?
—Bueno, hay personas a las que les gusta molestar a otras personas —Pensó en Lorreine y Nathan mientras lo decía, aquel par molesto que no podía vivir sin el otro aunque lo negase—. Creo que no debes tomarte tan en serio cosas así. Realmente no te conocen. —La pelirroja lo observó por un momento, sorbió su nariz y asintió.
—Gracias.
—¿Qué lees? —Preguntó señalando el libro. La chica le mostró la portada azul con el par de nubes en las que se leía “The fault in our star”
—El libro más hermoso y triste del siglo veintiuno.
—Hm, ¿es ese en el que los protagonistas tienen cáncer? —La castaña apretó los ojos un momento, como si hubiera recordado algo que odiaba, entonces asintió y los volvió a abrir—. Lo siento, ¿te molestó mi pregunta?
—Oh, no. Es sólo que un chico, bueno, me adelantó el final y… —Se le quebró la voz.

Daniel no sabía qué era que te arruinaran un final, por lo general nadie en su casa leía los libros que él leía, y sus amigos ni siquiera leían, entonces no solía tener problemas, sin embargo, sintió como si entendiera lo horrible que debería ser. Por ejemplo, si le hubieran dicho que en el Símbolo Perdido de Dan Brown, Langdon muere se habría deprimido demasiado. El Profesor Langdon es de lejos su personaje favorito, desde el Código DaVinci hasta Inferno, lo idolatraba.

Cabe aclarar que realmente no muere, sino que Dan se las apaña para hacer para que sí.

Miró a la castaña e hizo algo que nunca, NUNCA creería que iba a hacer. Pasó un brazo por sus hombros y la atrajo hacía el apretándola contra su pecho, sentía la necesidad de proteger a esa niña con el corazón y alma.

—Mira, no te preocupes, cosas así pasan siempre —La soltó—. ¿Tu nombre?
—Channel, como la marca de ropa. —Daniel enarcó ambas cejas y sonrió.
—Un gusto, Channel como-la-marca-de-ropa —Channel sonrió igual; habría reído de no ser porque estaba algo triste aún—. Soy Daniel. Como el que interpreta a Harry Potter.
—¿Me estás diciendo que no se llama Harry Potter? ¿Tiene otro nombre? —Preguntó con una cara estupefacta. Daniel parpadeó y sonrió.
—Me estás tomando el pelo. —Aseguró y entonces Channel estalló a reír.
—¡Eres agradable, Daniel!
—Tú también lo eres, Channel.
—Vale, vale. ¿Tienes pareja para el baile? —Daniel se encogió de hombros y negó—. ¿vienes conmigo, por favor? Eres la única persona que hasta el momento me agrada.
—¿Me estás pidiendo que sea tu pareja? ¿No que el hombre propone y la mujer dispone? —Channel se colocó roja cual tomate. Daniel largó una carcajada, le gustaba bromear con ella—. Sólo bromeo, Channel. Un gusto ser tu pareja. Ahora, ¿te parece si te invito a tomar algo en la cafetería?

The American Dream | Novela Colectiva - Página 42 IvjyPi3

Demi caminó hacía la mesa dónde Terrence se encontraba escarbando un plato de algo que Demi no quiso saber qué era.
—¿Escuchaste sobre las parejas? —Dijo en tanto llegó— ¡Me parece injusto! ¡No conocemos a nadie! —Se cruzó de brazos y se sentó junto a la única persona que por el momento conocía— Ni mencionar las absurdas reglas…
—Creo que ese es el punto, Demi —Masculló con la boca llena de comida. Tragó—. ¿Por qué te molesta tanto? Eres buena abriéndote a las personas.
—No, no. Tu eres un caso diferente, tienes ese je ne sais quoi, que hizo que te amara instantáneamente. Fue como amistad a primera vista. Por el contrario, esta gente no me inspira la mínima confianza. Excepto claro, ese chico con el cabello genial, pero eso va por otro lado —Terrence comió otro bocado—. Hey, Rex. ¿Vas conmigo a la fiesta? —Preguntó acomodando un mechón de cabello tras su oreja. Rex se quedó congelado con la cuchara a medio camino del plato, Demi le acaba de pedir que fuera su Valentine, ¿cómo debía sentirse respecto a eso? ¿Qué significaba eso, para empezar? —. No pongas esa cara, Rex. Iremos como amigos.
—No, yo no… —Se maldijo por ser tan torpe y tragó comida nuevamente—. Lo siento. Me encantaría ir contigo, Demi. —Demi sonrió.
—Gracias. —Y entonces comenzó a tararear una canción con sus dedos en la mesa.
—Demi.
—¿Qué?
—¿Tienes otro nombre? —Demi lo miró extrañado y el mismo mechón de cabello que había acomodado cayó a sus ojos.
—¿Por qué la pregunta?
—Bueno, eres hermosa y agradable. Pronto todos te conocerán y te amarán, y todos te dirán Demi. Pero yo fui el primero en conocerte, me gustaría tenerte un apodo personal, algo que signifique algo para ti y para mí. —Demi parpadeó.
—Joder, eso es lo más lindo que he escuchado. Si no fuera porque… —Demi cerró la boca abruptamente y golpeteó nerviosamente la mesa—. Audrey.
—¿Audrey?
—Audrey.
—¿Cómo Audrey Hepburn?
—Si.
—Hm, bien —Frunció el ceño, después sonrió—. Andy, entonces.
—¿Andy?
—¿No te gusta? —Demi lo pensó por un instante, desde que nació siempre había sido Demi. Su segundo nombre había sido apenas tocado, y ahora estaba Terrence colocándole su primer apodo. Sonrió.
—Me encanta. —Acomodó su cabello otra vez y se levantó.
—¿Te vas?
—Iré a refrescarme un poco. Hay un… ahm… asunto que tengo que considerar. No tardará mucho, estaré lista para la fiesta, no te preocupes. —Le guiñó un ojo y le dedicó una sonrisa, entonces se fue caminando lentamente hacía su habitación.

Mientras caminaba buscaba nerviosamente a su tío, no sabía por qué, sólo sentía que necesitaba tenerlo en su campo visual de vez en cuando para asegurarse de que no se metiera en problemas. A veces –cuando lo veía más a menudo- el solía llamarla Tigrilla, porque la primera vez que la tuvo en brazos –en eso ella tenía tres o cuatro meses- le mandó la mano al rostro y lo aruñó con las pequeñas uñas de bebé que tenía. Desde entonces era Tigrilla.

Pero pasó el tiempo. Demi no se dio cuenta de aquella vez que faltó a su noveno cumpleaños, o cuando no estaba junto a sus abuelos y sus padres la mañana de navidad del siguiente año, no se dio cuenta de cuando se saltó el día de acción de gracias o no fue a recogerla para recoger dulces juntos, y antes de darse cuenta, Harry la estaba llamando por su nombre otra vez, casi no lo veía y apenas si oía noticias de él.

Lo enfocó a la distancia, esa melena castaña que ella habría deseado tener, mientras hablaba con no-se-quién. Demi respiró aliviada y trotó camino a su habitación.

Había personas aleatoriamente caminando por ahí, Demi llegó a contar más de diez, joder, no se imaginaba conociendo a tantas personas. Sentía que sería toda una antisocial en la institución y eso la deprimió un poco, pero sólo un poco.

Cuando llegó a su habitación –a la cual tuvo la suerte de llegar antes que todas sus compañeras- iba a abrir la puerta cuando su mirada se enfocó en una rubia que pasaba. Tenía ojos verdes y cabello rubio, piel blanca, era alta y hermosa.

Sintió que su pecho se comprimió dolorosamente. Se quedó un instante mirándola, ansiando que la rubia devolviera la mierda sin saber por qué. Entonces pasó. La chica pareció hacer sentido el llamado de la mirada azulada de Demi y rastreó el lugar en busca de los ojos que la acosaban. Entonces encontró a Demi mirándola. Sus miradas se conectaron y entonces Demi abrió la puerta de un empujón y se introdujo agresivamente en ella.

Había dos chicas dentro pero poco y nada le importó, cerró la puerta y se apoyó contra ella mientras sujetaba una mano en su pecho que no dejaba de doler. Se le hacía difícil respirar. Cerró los ojos y se deslizó por la puerta al suelo, tranquilizó su respiración mientras se regañaba mentalmente por ser tan estúpida.

—Disculpa, prototipo de modelo barata, aún no he desarrollado poderes de tele transportación por lo que necesito pasar por la puerta que estás obstruyendo. —Abrió los ojos y se encontró con unos duros ojos marrones que la miraban con desdén. Demi apretó los labios.

—Oh, mi padre tenía un nombre para ti —dijo mientras se levantaba—. Llama-atención. Adelante, señorita, disculpe la molestia generada por mi andrajosa presencia, una persona como yo no tiene derecho a estar ante su importantísima imagen, ruego entonces, señorita, que disculpe mi ignorancia y falta de clase ante sus muy sofisticadas palabras llenas de sabias reflexiones pensadas para el bien de la comunidad.

No supo que respondió la chica pero de seguro no era algo muy agradable, pasó por su lado empujándola con el hombro y se encerró en el baño, el cual gracias a Dios, estaba vacío. Abrió la llave, se mojó las manos y se miró en el espejo. Su pecho aún dolía.

Demi no recuerda cuando fue la última vez que se sintió así. Hace mucho, quizá. De cualquier manera, la chica del pasillo era lesbiana, y eso Demi lo sabía perfectamente.

Porque ella también lo era.

—Irás conmigo al baile, sin elección. —Dijo en tanto volvió a ver a Nova después de la muy-inútil-reunión. La pelirroja le dedicó una sonrisa encantadora y se encogió de hombros. Eso era un sí.
— ¿Pensé que me ibas a invitar a un café? —Oliver asintió y le sonrió.
—Claro que si, ma’am —Dobló el brazo derecho para que Nova lo enlazara con el suyo y esta con una risa lo hizo, entonces estiró el otro y dijo: —Por aquí, Ma’am. ¿Gustaría usted estar en el comedor o en el recibidor?
—En el recibidor si no es mucho pedir, señor.
—¡Lo que la damisela ordene, se dará! —Caminó con ella hasta el recibidor dónde la dejó en un sillón—. ¿Puedo saber su pedido, Ma’am? —Nova río nuevamente.
—Capuccino, con crema.
—En seguida, Ma’am. Ruego que hasta entonces se divierta con nuestra amplia sección de entretenimiento —Y con un gesto señaló hacía las revistas sobre la mesa de café. Nova negó, ¿Qué clase de idiota era Oliver? No se sentía atraído por él en lo absoluto, era como si el hecho de que él tampoco los repeliese, sin embargo entendía por qué las mujeres se enamoraban de él. Era un puto encanto. Se estiró cuan largo era el sofá y espero por él.

Y mientras esperaba, un chico con más tatuajes que piel se pasó por ahí, buscaba a alguien pero al verla se acercó, y la miró. Nova habría pensado que era genial, ¡Eran tantos tatuajes! Hay que tener pelotas para eso, pensó que el chico sería genial… y entonces habló.

—¿Qué te hace creer que puedes estar en un lugar como este? —Al obtener una mirada llena de incredulidad por parte de la chica rió fuertemente— Eres tan pequeña y frágil que una guitarra acústica te aplastaría, tan delgada que al intentar bailar te partirías en dos y tan poco expresiva que dudo que lo tuyo será la actuación. ¿Qué puedes hacer de útil que no lo haría una pluma fuera de su pájaro, niña?

La chica pelirroja miró con la boca abierta unos instantes al chico que se burlaba de ella. ¿Qué mierda le había hecho para que la tratara así? Nada. Fue cuestión de segundos llegar a la conclusión de que él era molesto por naturaleza y menos que eso para hacer algo al respecto. Estirándose con pereza y levantándose con lentitud se acercó a él unos pasos. Éste arqueó las cejas con una sonrisa burlona y ella sonrió por qué en un par de segundos esa sonrisa se iría. Entonces, antes de que él reaccionara a su sonrisa levanto su pierna derecha, con la que era más hábil y la planto con fuerza entre su entrepierna. Lo siguiente fue un gemido, una exclamación ahogada a sus espaldas y luego el chico estaba en el suelo hecho un ovillo.

— Te sorprenderías, Pizarra con patas. —Y sin siquiera preocuparse por él, se dejó caer en el sofá con un montón de miradas incrédulas sobre ella que la hacía permanecer con la sonrisa.

Entonces llegó Oliver con el café. Miró al chico en el suelo, miro a Nova y pareció comprenderlo todo.

—Vale, espero nunca terminar así —Dijo y le entregó el café a Nova—. Ven, Nova. Vámonos de aquí.

No era la primera vez que a Nathan lo pateaban en la entre pierna, pero era, de seguro, la más dolorosa. ¿Arrepentido? No, Nathan no conocía ese sentimiento. Estaba adolorido, eso era otra cosa. Después de un par de minutos consiguió ponerse en pie, y se dio cuenta de que alguien lo miraba.

Vale, muchas personas lo miraban, pero había un par de ojos que llamaban su atención.

—Vaya…
—Las siguientes palabras que digas definirán el resto de tu vida, Lilith Fray —Dijo señalándola—. Piénsalas bien. —La castaña levantó ambos brazos a la altura de sus hombros mientras sonreía burlonamente.
—¿Cómo sabes mi…? —Nathan la miró de una manera que hizo que se quisiera tragar sus palabras. Tragó saliva en cambió y borró la sonrisa.
—¡Hey, Nate! —Entonces llegó una castaña que corrió a abrazarlo. Él respondió el abrazo y besó su cabello. Lynn casi no creyó lo que veía.
—¿Tengo qué matar a alguien? —Carrie sonrió y negó.
—No, no. ¿Me presentas a tu amiga? —Señaló a Lynn. Se sonrojó, no sólo se había quedado como idiota mirando la escena, sino que ahora el que la miraba lleno de burla era Nathan.
—Ella es Lynn. Lynn, Carrie. —La castaña se soltó de su abrazo para estrechar su mano con alegría.
—Eres muy bonita. No como la antigua novia de Nate; Hannah. Digo, era asombrosa, tenía tatuado toda esta parte —Señalo desde su muñeca derecha hasta su cuello—. Pero era una grosera. Y el corte militar no le iba, además…
—Carrie, ¿Por qué le cuentas eso a Lynn? —Carrie parpadeó y se sonrojó.
—Lo siento —Susurró y le dedicó una sonrisa antes de volver con su primo—. Como sea, te dejo. Iré a pasear por ahí, ya sabes, aplaude si crees en las hadas —rió—. Un gusto concerté, Lynn. —Agitó la mano y se fue corriendo.
—Eso fue… —Comenzó Lynn pero cuando volvió a mirar a Nathan, él no estaba ahí. Al contrario, estaba junto a ella. Dio un respingo y se llevó una mano al pecho. Nate le dedicó una sonrisa y se fue. Lynn se estremeció, sintió cada poro de su cuerpo pidiendo a gritos algo de cafeína.
—¡Hey, Lynn! ¡Por aquí! —Lynn miró hacia dónde la llamaban. Estaba Nova con un chico al que no conocía.

Alaska había secuestrado a Travis en tanto la reunión había terminado, lo llevaba de la mano buscando a Carrie.

—Por amor de dios todo poderoso, Alaska. ¿No puedo simplemente ir contigo?
—No. Fuiste una mala persona con Carrie y ahora lo pagarás. Se le llama crímen y castigo, Además, ¿no está en la biblia o algo así?
—Sé más respetuosa cuando te refieras a la palabra del señor, Alaska —La reprendió mientras tropezaba torpemente siguiéndole el rítmo a su hermana—. Él ve y escucha todo.
—Como sea, como sea. —Habían tenido discusiones sobre el tema, Alaska creía que se entregaba demasiado a Dios mientras que Travis argumentaba que, por el contrario, no lo hacía lo suficiente.

Apuraba a su hermano porque quería a) evitar una pelea, b) asegurarse de que Travis cumpliera su castigo c) volver a su cuarto y ver qué podía hacer consigo.

Lo arrastró por pasillos y habitaciones mientras él le daba un sermón digno de un seminarista que apenas si escucho más allá de las quejas porque iba muy rápido. Después de diez minutos, jadeante como estaba, se rindió. Soltó a su hermano y enfrentándolo con los brazos como jarras lo miró fríamente.

—Travis, por favor, apiádate de mi… —comenzó a decir, pero un revoloteo llamó su atención. A la distancia, Carrie caminaba con prisa mientras aplaudía en un intervalo de tiempo indeterminado.

«Qué chica tan extraña» Pensó Alaska, y sin embargo, Carrie le inspiraba una simpatía que hacía querer encerrarla en sus brazos y su pecho y evitar que cualquiera le hiciera daño. Y eso que no la conocía.

—¡Carrie! —Gritó cuando la vio. Su hermano se giró en seco. La castaña los miró y le dedicó una amplia sonrisa antes de venir dando pequeños saltitos hacía ellos. Cuando llegó, aplaudió dos veces más.
—Alaska, Travis. Bonito verlos nuevamente —Se giró a Travis—, esta vez no la arrollé.
—Me di cuenta… —comenzó Travis pero ante la mirada de su hermana, suspiró y se detuvo. Entonces tomó aire—. Carrie, ¿irás con alguien al baile?
—Yo… bueno, no. —Frunció el ceño, la pregunta obviamente la tomó desprevenida. ¿Por qué le interesaba? Ladeó la cabeza un poco y luego al otro lado, su cabello meneándose cuan largo era con cada movimiento y haciéndole cosquillas en la espalda a través de la tela. Sonrió.
—¿Irías conmigo?
—¿Quieres que vaya contigo?
—Si.
—Entonces voy.

Alaska le dirigió a su hermano una mirada de: “No era tan difícil, ¿ves?” y entonces le sonrió a Carrie.

—¿Ya te instalaste Carrie?
—Uh, sí. Esta chica, Simone es de lo más de mona. No hablé mucho con las demás, por raro que parezca.
—Ya veo, hey, ¿quieres ir a por un café?
—¡Claro! Amo el café.
—Vale, ve a la mesa y búscanos un lugar. —Carrie asintió y se fue trotando hacía la cafetería… bueno, no, se fue hacía el otro lado, sin embargo se dio cuenta a tiempo y cambió de rumbo, aunque Alaska vio el rubor en sus mejillas por lo que se obligó a no reír. Entonces se fijó en su hermano.
—Dios estaría orgulloso de ti. —palmeó su hombro y comenzó a avanzar.
—¿Por qué parece que aludieras a que dios no existe?
—Tal vez porque no lo hace… —murmuró con una sonrisa en el rostro y entonces corrió tan rápido como pudo en dirección a la cafetería. Para su desgracia, eso cogió desprevenida a sus pulmones y antes de que pudiera evitarlo, la taquicardia atacó.

Channel, como la marca de ropa, era maravillosa. Era distraída, alegre, e incluso algo torpe, era exactamente el tipo de hermana menor que Daniel habría dado la vida por tener. Sentía que su adoración por la chica crecía mediante pasaba más segundos con ella.
—Entonces Hazel logró subir los escalones, pero casi pierde ambos pulmones en el proceso.
—Pobre Hazel, sinceramente no imagino cómo es tener cáncer. —murmuró mientras se llevaba el café a los labios. Apuró lo que quedaba de la taza y la dejó en la mesa.
—Tampoco yo… —Comentó un poco taciturna su acompañante—. ¿Cómo crees que se siente despertar un día y saber que puede ser el último de tu vida?
—Channie, todos los días pueden ser el último de tu vida. Este café podría haber tenido un componente químico sin sabor letal para los órganos internos que podría matarme en… ugh… argh… chann… —Daniel hizo la actuación de su vida. Gimió de dolor mientras se retorcía en la mesa acoplando cada movimiento con el sentimiento. Agitaba su pecho y rodaba los ojos, hacía como que era un esfuerzo enorme poder parpadear y se deslizó en el asiento hasta el suelo mientras tosía y respiraba como si le costara las siete vidas de un gato.

En tanto empezó la actuación, no sólo Channel, sino que dos castañas se acercaron preocupadas a ayudar. Channel estaba fuera de sí misma mientras entraba en pánico. La castaña de piel tostada trataba de calmarla mientras la otra le llamaba agitando las manos.

Decidió que las había hecho sufrir bastante por lo que se tranquilizó y se incorporó. Al sentarme miraba directamente a la castaña número uno y lo primero que Daniel pensó fue: Qué lindos ojos.

Si había entrado en shook, Daniel no lo sabía. Sólo quería quedarse ahí mirando sus ojos. Entonces su mirada pasó por cada centímetro de su rostro: su mandíbula, sus pómulos, su mentón, sus labios.

Sintió que su corazón dio un brinco. ¿Quién era ella?—¿Daniel? ¿Estás conmigo? —Lloró Channel. Entonces Daniel se sintió la peor persona del mundo, sin embargo aún tenía la adrenalina de hacer lo que disfrutaba fundida en las venas y tenía qué dejarla salir. Se rió, dando a entender a las tres muchachas que estaba bien.

Lo primero fue preocupación, y hacerle entender a las mujeres, (Lynn, Channel y Carrie, respectivamente) que estaba bien era una pesadilla, Channel y Carrie no se lo creían mientras que Lynn lo reñía por ser un auténtico idiota mientras que lo felicitaba por ser tan buen actor y aseguraba que tendría buen futuro. Entonces recordaba lo que le había hecho, y comenzaba a regañarlo otra vez.

De todas, la que menos habló fue Carrie. Y eso entristeció al joven. Pero esta le daba una sonrisa que hacía que no le importara.
—Creo que pediré más café. —Dijo por fin Lynn, entonces se incorporó.
—Oh, espera, no podrás con cuatro tazas, deja te ayudo… —Dijo Channel y antes de que alguien protestara, siguió a la castaña. Entonces eran Daniel y Carrie.
—Eres muy buen actor, si. Quizá te use como personaje para una novela. —Daniel iba a preguntar lo obvio, “¿Escribes?”, pero se evitó a sí mismo quedar como un idiota más grande y le dedicó una sonrisa tímida, entonces reformuló su pregunta y la lanzó.
—¿Una novela feliz o triste? —Carrie golpeó su mentón un par de veces, como si realmente lo considerara.
—Media. Te haría todo un drama. Perdiste a tu madre, tu padre es un leñador y tienes que estudiar y trabajar para ayudar a la familia, pero en realidad tienes un secreto, eres un acosador. Te enamoras del personaje…
—Carrie.
—Carrie —La castaña no pareció darse cuenta—, y la persigues a todos lados, ella se asusta al principió pero eventualmente caerá en el morbo y la oscuridad de tu mirada, entonces se dejará llevar por tu sedienta obsesión. Serán felices por un tiempo. Entonces ella enfermará cruelmente y sufrirá mucho, incluso a punto de morir, te obsesionarás con la enfermera que la cuida y en un arranque de desesperación y pasión, la asesinas.
—¿A sangre fría o con arma?
—Sangre fría. —Carrie se inclinó en la mesa, hacía Daniel. Sus ojos estaban de un verde realmente brillante. Carrie se sentó sobre sus piernas para poder quedar en la altura en la que estaba y estiró lentamente sus brazos— “Y entre suspiros, gemidos, el frío de la noche irrumpió en la calurosa habitación. La luna indiscreta observaba el acto de adulterio más cruel y morbo en sus últimos años acompañada de sus fieles las estrellas que parecían cerrar los ojos y volver a abrirlos sólo para saber que ocurría, avergonzarse y cerrarlos otra vez.

Daniel dejó de besar a la mujer entre sus brazos y se encontró admirando su rostro. En él veía a los ojos de su esposa, lo cual lo enfureció irracionalmente. Su esposa no era ella. Su esposa estaba muriendo. Él amaba más a su esposa que a esa rastrera.

La acunó en sus brazos y la colocó en su espalda. Posicionó cada pierna a un lado del tronco de la mujer y con una sonrisa llena de perversión tomó el rostro de la mujer en sus manos. En horcajadas como estaba se inclinó hasta poder besarla. Sus manos bajaron a su mandíbula. Entonces a su cuello —Carrie acunó sus pequeñas manos en el cuello de Daniel—. Y las apretó. La seguía besando pero ella se había detenido en seco, pensaba que era una broma, pero no lo era.

Muy tarde intentó zafarse del agarre. Sentía su cabeza explotar por la falta de oxígeno y a pesar de removerse y aruñar, el hombre no se movería, no la dejaría hasta matarla. Y con su vista impedida por su mata de cabello, pues aún la besaba mórbidamente como si no hiciera el más mínimo daño, cerró los ojos y aceptó su fin.

«Sus manos están frías.» Pensó. Y le pareció el pensamiento más irracional y estúpido, ¿Por qué estaban frías, a pesar de la situación? ¿Por qué pensaba en eso? Lo cuestionaría si tuviera más tiempo, pero, había muerto.

Mientras que Daniel sólo podía pensar en su mujer, Carrie…” —Iba a seguir narrando pero al parecer reaccionó al mencionar su propio nombre lo que le cayó como balde de cubos de hielo. Su cuello, mejillas e incluso orejas se sonrojaron.

Un carraspeo irrumpió la incomodidad. Daniel estaba pálido, no exageradamente, no parecía que no respirara, pero era evidentemente por la presión que ejercían las manos de Carrie en su cuello. Esta le sonrió, lo soltó y se colocó en su lugar como si nada. Lynn y Channel, aunque perturbadas y fascinadas por la historia –al menos lo que habían llegado a oír, pasaron por alto el suceso y entregaron a cada uno una taza, entonces se sentaron y siguieron platicando.

Cuando Daniel vio a Carrie pensó que parecía el tipo de personas que te enamoraban con rapidez. Quiso tragarse sus palabras pero era imposible y además eran ciertas. Sólo que demasiado. Daniel tenía un crush con ella, y así de escalofriante como un niño lo puede llegar a ser, se sentía fascinado con ella.

Desde que Lynn se había levantado de la buena platica sobre los derechos de los homosexuales para ayudar a aquel rubio que parecía estar muriendo no regresó a la mesa con Oliver y Nova, y sin embargo Nova pasó por alto eso mientras le contaba un par de anécdotas de sus hermanos.

Tenía… ¿trece hermanos? Oliver había perdido la cuenta. No recordaba el nombre de ninguno, NINGUNO. Tenía dos madres y una porción de sus hermanos eran homosexuales, por lo demás, Nova estaba lejos de ser una chica normal.

Oliver también se dio cuenta de que era delgada.

Vale, TODAS las chicas en The American Dream eran delgadas, pero Nova era EN SERIO delgada. Sospechaba que si tomaba su cintura con ambas manos lograría cerrarlas como un cinturón, como la chica esa de American Next’s Top Model. La cual por cierto, ganó.

Oliver trató de no amargarse al recordarlo, pero le daba asco lo mucho que Banks había alagado la delgadez de la muchacha y más aún cuando se dieron cuenta que -¡vaya sorpresa, nadie lo esperaba!- tenía problemas alimenticios.

Pensó que tal vez Nova podía ser parte de ese club. Del club de chicas que se miraban al espejo mientras que su mente decía tanta mierda de ellas como era posible sólo para hacerlas odiarse, cortarse, vomitar lo que habían comido y esas cosas.

La mayoría de esas chicas nunca se recuperaba del todo y por un instante Oliver temió que Nova fuera de ese grupo. Se prometió a sí mismo estar pendiente de su alimentación, sólo para asegurarse, por lo pronto, le dedicó otra sonrisa y se volvió a conectar a la historia.

—Entonces se colocó la grapadora en los labios y se montó en el sillón, nos miró y nos dijo: ¡Me haré un piercing, me haré un piercing! Entonces resbaló y la grapadora se activó. Chilló de dolor durante horas mientras mama intentaba quitarle las grapas esperando a que mamá no llegara a casa y la reprimiera por ser tan descuidada. Por lo general nunca pelean, ni siquiera cuando eso pasó pelearon, es asombroso. La cosa es que aún tiene la cicatriz y en cada tanto nos reímos de él por ser tan estúpido. —Oliver admiró el brillo en los ojos de Nova al hablar de sus hermanos. Realmente los quería.

Oliver, por otro lado, era hijo único, y no tenía madre, mientras que Nova tenía dos. Un solitario hijo único lleno de lujos y niñeras. ¿Qué si tenía anécdotas? ¡Un montón! Pero le parecía que contar cómo te abriste la cabeza al accidentalmente hacer una broma fallida a tu niñera no era nada comparado con un hermano gilipollas grapándose el labio. Oliver casi se sintió celoso. Casi. Sino es porque un destello de mírame-aquí-estoy lo distrajo del pensamiento.

Levantó la mirada justo a tiempo para ver a una chica de cabello castaño y piel blanca riéndose de un rubio de ojos azules. El rubio era irrelevante, la chica por otro lado era maravillosa. La simetría de su rostro y la naturalidad con la que reía. Cada poro del cuerpo de Oliver se centró y en ella y todos clamaban lo mismo al unísono: ¡Tiene qué ser mía!

Oliver tenía ese no-se-qué que hacía que cada vez que estuviera cerca de una potencial pareja, simplemente lo supiera. Analizó a la chica mientras se sentaba con el rubio y estudió los siguientes movimientos.

a) Él sería un caballero -¿Cómo no- y se ofrecería a ir por el café, pagarlo y volver, lo que le daría tiempo a Oliver de hacer su movimiento.
b) Ella pelearía por el derecho a las mujeres –o lo que fuese- y al final iría ella. Entonces él podría interceptarla.
c) Podrían no comer nada. Lo cual era estúpido porque vienes a una cafetería a comer.

Entonces, mientras Oliver analizaba la situación, comenzaron una pequeña discusión, ella se cruzó de brazos y trató de ser imponente pero él era imposible, al parecer. «Error —se dijo a sí mismo—, ¿la quieres? Déjala ganar. Pero prométele que serás tú la próxima vez, entonces te aseguras un lugar en su agenda de citas.» Finalmente se fue y ella se sentó algo resignada en la mesa más cercana. Barrio un par de servilletas usadas y unas tazas lo más lejos que pudo sin dejarlas caer o arrojarlas al piso y se dedicó a simplemente existir.
—Ni siquiera me escuchas. —protestó Nova.
—Cierto. De cualquier manera, ya regreso, Nova. —Se levantó y maniobró en zig-zag hasta llegar a la mesa de la chica. Esta lo miró expectante, sus ojos marrones penetraban su alma pero él levantó un muro evitando que ella viera cualquier cosa. Cualquiera.
—¿te puedo ayudar en algo? —Oliver tomó aire, sabía cuál paso tomar y para ser sincero, si se trataba de conquistas, era el que más odiaba.
—¿Pato o pingüino? —Al parecer la chica lo encontró gracioso. Se cubrió la boca y rió mientras sus mejillas se pintaban de un tono carmesí. Oliver sonrió porque eso era una buena noticia.
—Patos.
—¿Patos? —preguntó mirándola directamente a los ojos. Dejó de reír pero aún sonreía. Aceptó el reto valientemente y se enderezó.
—Patos.
—Pensé que eras más de pingüinos.
—De ninguna manera, demasiado agresivos para mí.
—Entonces, ¿qué tenemos aquí, shawty? —La castaña se sonrojó más y finalmente apartó la mirada avergonzada. Parecía no saber qué era coquetear, o si lo sabía, bueno, estaba avergonzada de ello.
—Alaska. —Dijo mientras admiraba sus manos.
—Oliver. —Y esa era su salida. Se levantó llamando la atención de la muchacha, esta parpadeó mientras se alejaba pero todo lo que hizo él fue guiñar el ojo e irse. Alaska sujetó el dije de ángel en su cuello y se sintió acalorada en lugares donde no debería. Se sonrojó más.
—¿Mi consejo? Aléjate de ese Lechuguino. No te merece. —Dijo Christian en tanto llegó con las tazas de café.
—Para nada, nadie merece enrollarse con el desastre que soy yo. —Dijo y se llevó la taza a los labios. Christian frunció el ceño ante el comentario pero lo dejó pasar por alto.
«El café quema calorías cuando tienes el estómago vació—recordó—. Cada taza posee sólo cinco calorías pero no se debe tomar más de cinco o estimulará el poco sueño y por consecuente el hambre.»

por Invitado Dom 09 Mar 2014, 5:00 pm

p.d: ignoren la anormalidad del div.
p.d: si, el div es de mi creación.

por Invitado Dom 09 Mar 2014, 5:23 pm

comment del ponqué para galu:

por **Clifford.** Dom 09 Mar 2014, 5:28 pm

feels normal:

por Invitado Dom 09 Mar 2014, 5:32 pm

"NATHAN LA PATADA EN LAS BOLAS SE LA MERECÍA POR GAY Y POR ATREVIDO TKB"

OMG JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

por **Atenea.** Dom 09 Mar 2014, 8:26 pm

Solo paso para decir que ya leí la primera parte de mi amada valu y que tengo los filz a más no poder y espero la sig parte The American Dream | Novela Colectiva - Página 42 917567405

y mañana veo si puedo comentar.
De todos modos, SABES QUE LO AMÉ, BLDA AKJSDAKSJDNS FUE TAN ASKDASNDJAS OMG NOO KADNKAJDKAJSDJKASD CHRIS AKSJDAKJDAJS, LUEGO DEMI Y TERRENCE KJSADKASDSA LUEGO OLVIER BC AMO A OLIVER Y OMG DANIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELLL ES EL SER HUMANO MÁS TIERNO DE TODO EL PUTO MUNDO (APARTE DE STEFAN), Y LO AMOA SDKJANDJASDNJAS Y OMG ;_; Y LYNNNN Y DEMIII Y CARRIE CON DNIEL SAKDNASKDJASJDN I CAN'T KASJDASJK LUEGO OLIVER COQUETEANDOLE A ALASKA Y LUEGO CHRIS DE PROTECTOR TAN RÁPIDO ;_; BEFOOOOOOOOOOOOSSS KJDASKDAJKS AY FEELS, WN ;-; COMENTO COMO SE DEBE MAÑANA ;_;

por **Clifford.** Dom 09 Mar 2014, 10:52 pm

por **Atenea.** Mar 11 Mar 2014, 9:13 am

espero por la 2da parte de valu :aah:

por **hood.** Lun 17 Mar 2014, 2:31 pm

qUE PASA

por **nayeon.** Lun 17 Mar 2014, 2:37 pm

por **hood.** Lun 17 Mar 2014, 2:37 pm

SAY SOMETHING IM GIVIN' UP ON YOU

por **bxmbshell.** Lun 17 Mar 2014, 2:38 pm

por **nayeon.** Lun 17 Mar 2014, 2:40 pm

mcvey. escribió:SAY SOMETHING IM GIVIN' UP ON YOU

Cami amo a Char jajjajajjaja eso

cuando suban la segunda aprte comento todo junto el cap de valu ♥♥♥

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