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Mensaje por ElitzJb Miér 27 Ago 2014, 5:14 pm

CAPÍTULO 28


Con una lentitud sensual de la cual no era consciente la pelirroja deslizaba por la pantorrilla una de las medias negras con bordes de encajes, hasta llevarla al muslo donde la prensó al liguero, mientras sonreía feliz y ansiosa. El lugar era ambientado por Pretty Woman, a un volumen moderado ya que debía estar atenta al teléfono.
Al terminar con las medias dio una vuelta delante del espejo de cuerpo entero, observando lo hermoso que se le veía el exclusivo conjunto de lencería, fijando su mirada con detenimiento en ciertas partes de su cuerpo, al menos las que le preocupaban, por lo que tomó entre sus manos una parte de sus muslos y lo apretó.
—¡Gracias al cielo, cero celulitis! —exclamó emocionada —. Sería inaceptable, me patearía el culo, al verme como un queso.
Eligió un vestido cruzado el cual le marcaba provocativamente la cintura y le daba una hermosa forma a sus senos, sonrió satisfecha y se peinó con los dedos el flequillo, el maquillaje utilizado fue bien sencillo y a prueba de agua, porque lo último que quería era parecer un transformista delante de uno de los hombres más influyentes del continente y cada vez que se lo decía no lo podía creer.
—Definitivamente es tu día de suerte Sophia, mi madre se sentiría orgullosa de mí.
Se encaminó al cajón donde tenía sus joyas, pensando cual sería la perfecta para combinar, cuando el teléfono del intercomunicador irrumpió, corrió al reproductor de audio y pausó la música.
—Es él, bueno son ellos... —dijo corriendo al teléfono, lo levantó y saludó—. Buenos días.
—Buenos días señorita Cuthbert, somos los guardaespaldas del señor
Jonas .
—Sí... —Se mordió un grito de felicidad, pero no pudo evitar brincar—. En unos minutos bajo. —Tomando el control de la situación, al respirar profundamente para no parecer una adolescente histérica.
—Gracias señorita.
—De nada, pueden esperar en recepción, tomen asiento por favor —Le dijo y colgó, para marcar rápidamente a la extensión del conserje, el cual atendió casi inmediatamente—. Giacomo, hay unos señores en recepción, no son terroristas, son amigos míos, por favor ofréceles algo.
—Bene... bien. —Se corrigió el italiano—. Gracias por avisar Sophia.
—Gracias a ti. —Colgó y regresó trotando a su habitación, donde eligió unos zarcillos y pulseras, no creyó conveniente ningún tipo de collar. Se montó en sus tacones los cuales la hicieron lucir más alta y estilizada, se roció un poco de perfume y se miró una vez más al espejo.
Apagó el reproductor y las luces, salió de la habitación y se encaminó a la pequeña sala donde tenía la maleta preparada, la cual agarró y le dio un último vistazo a su pequeño departamento tipo estudio, del cual salió, cerrando muy bien la puerta, al entrar al ascensor el corazón se le instaló en la garganta latiendo descontroladamente y sabía que no era miedo, solo era ansiedad.
Cuando las puertas del elevador se abrieron en la planta baja divisó a dos hombres sentados en el sofá de cuero marrón, a uno lo reconocía de los que andaba con el señor Jonas ese día en el hotel y que le había entregado la tarjeta, al otro... El otro seguro sería uno de los tantos hombres que trabajaban para el magnate.
—Disculpen la demora —dijo para hacerse notar, aunque ya ellos la habían visto y se ponían de pie.
—No hay nada que disculpar señorita, nos acompaña por favor —pidió haciendo un ademán con la mano para que ella los adelantara.
—Sí enseguida los acompaño, voy dejar las llaves con el conserje. — Agitando sutilmente el manojo de llaves. Ellos asintieron en silencio, por lo que se encaminó y llamó a la puerta de cristal.
—Giacomo, este fin de semana no voy a estar, por favor está pendiente, estoy segura que apagué todo, pero por si acaso, aquí tienes las llaves.
—¿Tienes problema con la justicia? Parecen del FBI. — Alargando la mirada hacia los hombres.
—No, son los guardaespaldas de un amigo —dijo sonriendo con complicidad.
—Si así están los guardaespaldas no me quiero imaginar a tu amigo, podrías darle mi número a cualquiera de los dos, aunque prefiero el moreno, la debe tener de a metro —dijo con pillería el chico que tenía muy claro su homosexualidad.
—¡Eres un puto goloso! —Golpeándole el hombro y ambos rieron—. Bien me voy, ya sabes cuida de mis cosas.
—Con gusto cariño, ahora ve y no pierdas el tiempo... Coge día y noche, día y noche no le des tregua a tu amigo.
—Con las ganas que le tengo, ni que me saque bandera blanca —dijo guiñándole un ojo y se encaminó—. Estoy lista. —Regalándole una sonrisa a los hombres.
La escoltaron hasta un lujoso automóvil que los esperaba en frente del edificio, le abrieron la puerta y subió, se sentía nerviosa no podía evitarlo, aunque tratase de distraerse observando las calles que conocía de memoria y que eran exactamente igual a todos los días. Gente de un lado a otro con su andar apresurado, atropellándose entre ellos mismos, algunos pedían disculpas otros simplemente no lo hacían, solo seguían con su camino, hablando por teléfono y apurados por llegar a algún sitio, los autos zigzagueando tratando de pasar a otros, sobre todo los taxistas, lo cuales ya tenían gran experiencia en sortear las atestadas calles de Manhattan, muy pocos paseando a sus perros, otros trotando tal vez con dirección al Central
Park.
Poco a poco la aglomerada ciudad fue quedando atrás y las calles más despejadas le permitían al chofer conducir más de prisa, cuando llegaron al exclusivo aeródromo, fue consciente de que por primera vez subiría a un avión y su corazón iniciaba nuevamente los latidos apresurados.
Entraron a una suntuosa y solitaria sala de espera, donde sus tacones hacían eco en el mármol, mientras seguía a uno de los hombres y el otro iba detrás de ella que amablemente le llevaba el equipaje.
¡Estaba loca! En su pobre vida había imaginado experimentar este episodio, no tenía cabida y aún no se lo creía, llegaron a un túnel de cristal desde donde pudo observar la pista, había ¡Tres aviones! ¡Tres putos aviones!... Tragó en seco para pasar el asombro que hacía nudo en su garganta y no quería parecer pueblerina, no sabía de marcas de aeronaves, pero estas debían ser muy actuales por el modelo, no eran tan grandes como un avión comercial, pero el estilo puntiagudo de la parte delantera le daba un toque sofisticado, el color blanco que predominaba y en la cola las franjas amarillas y verdes destellaban ante el sol.
Al entrar al avión fue atrapada en una burbuja al ver la ostentosidad del interior, tenía unas doce butacas en color blanco, cada una tenía en el posa brazos mantas en color verde, ese tono del mismo de la bandera de Brasil, en las de la izquierda había dos que se miraban de frente y tenían una mesa de centro, una gran pantalla quedaba justo encima de su cabeza de la cual se percató por estar observando el techo.
—Señorita puede ponerse cómoda. —Le dijo uno de los hombres y se encaminaba por el amplio pasillo, llegó hasta una puerta la cual señaló—. Aquí está el baño y si quiere descansar esta puerta la llevará al dormitorio.
¡Mamma mía! Esto es lujo —Pensó la pelirroja sonriendo y asintiendo con la cabeza.
—Si necesita algo, cualquier cosa, bebida o comida, cada butaca tiene un botón para comunicarse con la cabina de servicio y con gusto le haremos llegar lo que desee, por el momento tiene agua gasificada y sin gas... No
conocemos sus gustos, en diez minutos despegaremos, yo regresaré para hacerle compañía durante el despegue —dijo de manera cordial.
—Gracias, es muy amable. —Apenas si podía hablar ante las emociones estrellándose en su pecho.
El hombre asintió en silencio y se encaminó, dejándola sola en la cabina, Sophia se dejó caer en una de las confortables y amplias butacas, acariciando con una de sus manos la suave manta verde selva.
—¡La reina Isabel y yo! —exclamó y sentía ganas de llorar ante la felicidad sintiéndose la misma Cenicienta—. Claro esto es cien veces mejor que un carruaje... Me he sacado el loto de la Florida... ¡No lo puedo creer voy a conocer Brasil! Gracias Dios eres muy, muy generoso conmigo, ya sabía que tantas decepciones era porque me estabas guardando algo muy bueno y mira que me has sorprendido. —Tenía ganas de subirse en la butaca y brincar, pero seguramente tenían cámaras, por lo que prefirió calmarse y dejar de patalear ante la emoción.
(_Tn) sentía los párpados demasiado pesados por lo que decidió dejar los ojos cerrados y estirar su cuerpo como si fuese una gata, giró en la cama un par de veces sin ser consciente donde se encontraba, la pereza abandonaba poco a poco su cuerpo y el sueño se esfumaba completamente, abrió los ojos y vio el cuarto iluminado, por la luz de la mañana que entraba a través de las cortinas blancas, las cuales se agitaban dócilmente gracias a que la ventana se encontraba abierta.
—¡Estoy viva! Gracias Dios por no enviar ningún tornado. —Se dijo al recordar el día anterior, sin saber en qué momento se quedó dormida ni cuantas horas durmió, de lo que si estaba segura, era de que sentía el cuerpo liviano y completamente relajado, todo el cansancio acumulado por el viaje de los últimos días le había pasado factura y esas horas de descanso habían sido un gran respiro para poder seguir con su camino.
Se incorporó y sus pies tocaron el suelo, no pudo evitar reír al recordar que la cama se había roto, observó uno de los listones por fuera del colchón y su rostro se sonrojó presagiando la vergüenza que sentiría al momento de informar en recepción sobre el incidente.
De seguro Joe se encontraría en el baño, pero no escuchaba el agua, se puso de pie y se encaminaba al baño, para llamar a la puerta cuando a través de las cortinas lo divisó en el jardín del motel practicando capoeira, definitivamente ese deporte le apasionaba y a ella la excitaba, verlo contorsionarse y hacer acrobacias activaba en ella los sensores del deseo y el animal de la lujuria empezaba a rugir en su interior, al ver el sol acariciarlo con sus rayos alegres, sacándole destellos a la piel bronceada, sobre todo sus hombros, se encontraban sonrojados por el sol de los ultimo días, ese color incitaba a morderlos, saborearlos y acariciarlos.
Su lengua se le pegó al paladar ante esas ganas de probarlo que la asaltaron, queriendo brincar por la ventana y correr hasta él, derribarlo y tener relaciones sexuales aún en contra de su voluntad, en medio de ese jardín.
Pero al parecer no era la única, cuando en un atisbo de cordura, desvió la mirada de su objeto de deseo y se percató que en la habitación del fondo había tres chicas disfrutando de la función de Capoeira de su hombre, las sonrisas y el cuchicheo que mantenían entre ellas, evidenciaban que lo deseaban, que las tenía tan excitadas como a ella.
—Malditas fisgonas —murmuró sintiendo que la sangre le entraba en ebullición, si tuviera el poder de chasquear los dedos y volverlas polvo no dudaría un segundo en hacerlo—. Ya verán... Lastimosamente ese brasileño es mío. —Apoyó las manos al borde de la ventana para hacerse notar—. ¡Buenos días! —saludó y Joe dio una voltereta para caer de pie en un movimiento limpio.
(_Tn) le regaló su mejor sonrisa y él también al tiempo que trotaba hacia la ventana, apenas acortó la distancia, llevó ambas manos al rostro sudoroso y sonrojado del chico sin dejarlo respirar lo besó, lo hizo con una intensidad desconocida, con cierta rabia en contra de las mujeres que espiaban y con una vehemencia que las miradas de las espectadoras habían
despertado en ella.
—Me vas a matar... —dijo con el pecho agitado, ya que ante el esfuerzo realizado en la capoeira se encontraba sin aliento y (_Tn) no le dio tiempo para recuperarlo.
—Ven aquí... —Jalándolo por los hombros instándolo a que entrara por la ventana.
Joe la miró entre divertido y sorprendido por la actitud que demostraba, sin embargo no pudo negarse al pedido y apoyó sus manos en el borde de la ventana para de un brinco y entrar.
La chica al tenerlo más cerca se puso de puntillas y volvió a besarlo con arrebato, con la necesidad de confirmar de que Joe era de ella y que aunque otras lo miraran no tendrían el premio, no podrían confirmar que coger con él era tan fantástico como su apariencia lo gritaba.
Su pasión la llevó al cuello y aún de puntillas sacó su lengua, la pasaba, succionaba y cabalgaba con sus labios por la piel bronceada, sin dejar respiro, viajando a los hombros que había deseado y regalándole suaves mordiscos.
—(_Tn) ... (_Tn) ... Estoy sudado... —Le advertía ronroneando ante el deseo que ella despertaba y estaba en la eterna batalla entre detenerla y no.
—Ala mierda con que estés sudado Joe ... Quiero probarte, quiero beberme tu sudor, deseo hacerlo... cállate si no vas a colaborar. —Le pidió llevando sus manos a las caderas de él y bajándole el pantalón de chándal blanco.
Con besos y suaves mordiscos se instaló en las tetillas del chico que apretaba con los dientes ante el deseo que despertaba, de la misma manera bajó por el abdomen pasando lánguidamente la lengua por el camino feliz, se puso de rodillas, encontrándose con la erección naciente de Joe , antes de agarrarle el miembro ancló las manos en las caderas y sopló el glande que se enrojecía y él se estremeció, ella se mordió el labio maliciosamente y lo repitió una vez más atenta a los pálpitos en el pene
que lo aumentaban rítmicamente.
Se aferró con sus manos y lo desvistió, lo expuso para ella, friccionando con lentitud, lo sentía cobrar vida, posó su lengua entre los testículos y el nacimiento del pene y lo acariciaba en ascenso sintiendo como las venas latían contra sus papilas gustativas, llegó al punto más sensible y sólo esa parte la metió en su boca para después chuparla de manera agónica.
—(_Tn) ... aprendes rápido, que bien lo haces... así muñeca... así. — pedía con la cabeza hacia el techo de la habitación y con los ojos cerrados.
—Mírame. —Le pidió ella en medio de succiones—. Mira como te disfruto... Me gusta como sabes, aunque estés sudado, veamos qué tan rápido se carga este revolver. —Sonriendo picaramente y lo agitaba con una de sus manos, de abajo hacia arriba y viceversa, imprimiendo rapidez y fuerza, mientras se mordía el labio inferior para contener sus ganas, esas que hacían palpitar sus pliegues.
La mirada dorada de Joe sobre ella, eran dos llamas que se extendían aumentando la excitación convirtiéndola en una mujer insaciable y primitiva, lo que hacía no lo consideraba sucio, era lo más erótico que había experimentado, era lujuria total, eran ganas que no tenía por qué reprimirse, ansiedad que Joe despertaba en ella.
—¿Quieres que me lo lleve todo a la boca? —preguntó con voz entre sensual y picara, como una niña que estaba a punto de cometer una travesura y se pasaba la lengua por los labios saboreándolo.
—Quiero ver hasta dónde te llega, recuerda respirar por la nariz... —Le aconsejó fundiendo su mirada ardiente en ella.
(_Tn) respiró profundo, abrió la boca y solo introdujo la mitad para después retirarse suavemente, acariciándolo con los labios, evitando usar los dientes, la piel de Joe era muy sensible, era suave y eso le gustaba, sentir la suavidad reinar en su boca, así como lo tibio y las venas soportando la sangre que circulaba a toda velocidad, textura que no encontraba en ningún alimento, sabores que no eran los más deliciosos, pero que le gustaban y la incitaban a seguir probando, tragó la mezcla de
saliva y savia, para repetir la acción de comerlo solo hasta la mitad, se aferró con una de sus manos a uno de los muslos de Joe y lo sintió temblando.
Una vez más inhaló profundamente y se lo llevó hasta el fondo, respiró por la nariz, reteniendo la mezcla que se formaba en su boca, para utilizarla a su favor y brindarle a él más lubricidad, lentamente hizo retirada, paladeando y tragando.
—De esta manera sí me parece un cañón —dijo sonriendo ya que no pudo con todo, sin embargo lo intentó una vez más, pero no lo retuvo, lo hizo deslizar en su boca, afuera, adentro, moviendo la cabeza con la velocidad requerida, Joe se estaba desestabilizando y solo jadeaba como animal herido, no quería sacárselo porque estaba disfrutando su desayuno rico en proteínas, por lo que se aferró con sus manos a las nalgas del brasileño, percatándose de como apretaba el culo para contenerse y no envestirla, solo dejarse llevar por el ritmo que ella imponía.
—(_Tn) párate... ya detente, me voy a correr en tu boca. —Le pidió tomándola por los cabellos y los jaló para retirarla un poco.
—Quiero que lo hagas —dijo y una vez más iba al ataque.
Joe no dejó que lo hiciera con una mano en los cabellos y con la otra en un brazo la levantó y la miró a los ojos.
—Quiero cogerte primero... y no solo la boca. —La encaminó a la cama, pero al tener los pantalones de chándal enrollados en los tobillos trastabilló y cayó en el colchón, lo que era lo mismo el suelo.
Ambos rieron y aunque estaban un poco adoloridos por el golpe era más fuerte la lujuria que cabalgaba desbocaba por su ser, a (_Tn) el nudo de la camisa se le había desecho mientras dormía por lo que solo le quedaban tres botones, los cuales llegaron a su fin cuando Joe abrió de un tirón la prenda haciendo volar los botones por la habitación, en un movimiento maestro abrió el broche delantero del brassier ¡Benditas prendas que hacían las cosas más fáciles! Expuso los senos para él y se abalanzó sobre estos con la misma crueldad sexual que (_Tn) le había contagiado, no
estaba siendo cuidadoso, solo quería comérselos, devorarlos por enteros y ella no se quejaba, solo le pedía que no se detuviera, le gustaba sentirlo famélico de ella, por ella.
Se mudó a la boca e introducía su lengua de manera urgente, mientras su erección naufragaba en el vientre de la chica, para una vez más regresar a los senos con urgencia, con embeleso, como si solo le quedaran segundos de vida y no quería perderse nada, las manos escurridizas se escaparon por debajo de la mini falda de jean y le saco la tanga de hilo.
Se incorporó y con la ayuda de ella terminó de quitarle la prenda y sus ojos de fuego la recorrían de manera perversa, elevó la falda hasta la cintura y le sostuvo las piernas justo encima de las rodillas las unió y se las colocó encima de un hombro asegurándolas con uno de sus brazos, elevándole la parte inferior del cuerpo, se mordió el labio inferior y la penetró de manera contundente que hizo que el cuerpo de (_Tn) se arqueara y soltara un grito de placer, dejándola suspendida en esa sensación por varios segundos, mientras sus fluidos corrían por medio de sus nalgas.
(_Tn) sintió que la jalaba fuera del colchón y apenas se daba cuenta que su cabeza quedaba fuera de la pequeña cama y que se podría golpear cuando Joe empezara a moverse dentro de ella, al tener las piernas elevadas y cerradas podía sentirlo mucho más, haciendo derroche en ella.
Joe bajó del colchón y se ubicó en el suelo, que era menos de un palmo, la diferencia de espacio creó un puente perfecto y (_Tn) se unía aún más, entraba todo en ella, entraba por completo y era la locura, cada milímetro de su pene dentro de ella, disfrutando del mar ardiente que lo hacía palpitar desenfrenado, empezó a moverse dentro, y lo hacía de abajo hacia arriba, repitiéndolo una y otra vez, con lentitud, brindándole la experiencia del roce, del más mínimo latido retumbar en su interior, sentir la sangre circulando a través de las venas, los temblores que lo sacudían cada vez que llegaba al límite, así como su carnes ansiosas se cerraban cuando él hacía retirada, pero a los segundos volvían a abrirse espacio para dejarlo entrar, cada vez que entraba su cuerpo se elevaba por el impacto y un jadeo vibraba en el ambiente.
La chica iba a enloquecer, se aferraba a las sábanas y no podía cerrar la boca, no podía hacerlo, ni siquiera podía moverse porque él le mantenía encarcelada las piernas y encima de su hombro, el movimiento que hacía con su pelvis solo podía compararlo con la ondas que creaba una serpiente al arrastrase, Joe Jonas la impresionaba y enloquecía, solo él podría moverse de esa manera alcanzando todos los puntos en su interior y amenazando con hacerla explotar.
—¡Ya! Por favor... Joe —estallaría en millones de pedazos si no se detenía, necesitaba tregua para respirar. —No... no, sigue... sigue. —Le pedía cuando él reducía sus envestidas y dejaba de sentir con la misma intensidad.
El poderoso orgasmo estaba dando sus anuncios cuando empezó a vivir los espasmos que se apoderaban de su vientre, los pulmones se le cerraban y él lo presentía porque cambió el movimiento y ritmo de sus acometidas, entrando y saliendo de ella con una rapidez que la hacía alucinar, obligándola a morder la sábana y estalló en millones de partículas las cuales se dispersaron en la habitación y cayeron al suelo donde se derritieron, fluidos como nunca sentía brotar de su interior, recobraba la conciencia y sentía cierta vergüenza porque pensaba que se había orinado, pero había experimentado por primera vez la potente eyaculación femenina.
Él la dejó descansar unos segundos para después echarse una vez más a correr, dentro de ella, viviendo plenamente el placer de hacerla su mujer, cada embestida le confirmaba que eso que sentía al deslizarse en el interior de (_Tn) , nunca lo había sentido con otra, era físico, sensorial y sentimental, los roncos jadeos ante el orgasmo no se hicieron esperar, esa maravillosa descarga eléctrica que lo recorría por entero, lo hacía morir y revivir, le hacía perderse en esa luz intensa que le nublaba la visión.
—¿Vas a probarme? —preguntó de manera urgente porque sus testículos ya se contraían ante la inminente descarga.
—No solo quiero probarte, también quiero beberte. —Le dijo y lo vio salir en un movimiento rápido, Joe puso cada rodilla por encima de sus hombros, dejando el cuello de ella en medio de sus muslos y con una mano
se agitaba el miembro.
—Abre la boca, aquí va el avión —dijo sonriendo refiriéndose a como los padres instan a los niños a comer.
(_Tn) obedeció y sin embargo le golpeó uno de los muslos ante la payasada de él. La primera descarga se le fue al final de la garganta donde lo retuvo, la segunda fue contra su labio superior y la tercera le cayó en la barbilla, respiró profundo y tragó, pasando la lengua por su labio superior para saborear el semen del brasileño y era de un sabor salobre con un toque dulzón ese que ya había probado mientras le daba sexo oral, pero más intenso.
Se pasó uno de los dedos por la barbilla y se retiró el resto, llevándolo a la boca de Joe , él lo observó como llenándose de valor, pero ante la mirada de ella le chupó el dedo, probando su propio semen.
—¿Te gusta? —Le preguntó juguetonamente
—No está mal... Bueno es mi semen, no esperaba menos —dijo con supremacía y se llevó otro golpe en el muslo.
—Cuando sacaron a los arrogantes, egocéntricos ya tú habías montado una monarquía. —Le dijo ella riendo.
—A ti te gusta, eso lo sé, apenas si hiciste arqueadas... Pero te confieso algo. —La miró a los ojos mientras bajaba su cuerpo para estar más cerca —. Me gusta más tu sabor —murmuró contra los labios de ella para después unirse en un beso, el cual él mismo interrumpió—. Vamos a bañarnos, ya es tarde... Nos hemos retrasado lo suficiente con lo de la tormenta.
Después de un reconfortante baño y empacar las pocas cosas que habían utilizado, se encontraban en la recepción del motel, solo tenían que entregar la llave y retirarse, ya que habían pagado por adelanto, pero el sentido de la justicia en Joe se hizo presente y no lo dejó marcharse sin pagar por el daño ocasionado.
—Señor podría cobrarse la cama. —Tendiéndole la tarjeta—. Hubo un pequeño accidente, puede cobrar por una matrimonial.
El hombre aún no entendía, se encontraba algo aturdido ante las noticias, no le daba la cabeza para hilar la idea por completo y su mirada de desconcierto hizo que Joe pasara uno de sus brazos por encima de los hombros de (_Tn) y la pegara a su cuerpo.
—Es que estamos recién casados —dijo con una amplia sonrisa.
—Ah... —Apenas esbozó el hombre asintiendo con cierto asombro, evidenciando que había entendido la situación.
Los ojos de (_Tn) estuvieron a punto de desorbitarse ante el comentario de Joe y surgieron unos instintos asesinos casi incontrolables y solo se conformó con pasarle el brazo por la cintura y amenazar con fracturarle las costillas, al tiempo que trataba de sonreír, así como la frente se le perlaba con sudoración fría ante el pánico que la frase “Recién casados” provocaba en ella.
El gerente del motel era consciente de que la cama ya era vieja por lo que fue generoso con el cobro, en su época dorada no le hubiese dado importancia, pero lastimosamente la afluencia de clientes había bajado considerablemente y las pocas habitaciones que rentaba apenas le daban para mantener el lugar, sin duda era una víctima más de la globalización.
Agradecieron y salieron rumbo al estacionamiento para emprender una vez más el viaje.
—Estamos recién casados. —Se mofó (_Tn) de las palabras que Joe había utilizado—. ¿No pudiste decir algo mejor?
—¿Algo como qué? —preguntó divertido.
—¡La verdad! —exclamó adelantándosele varios pasos a Joe que no pudo evitar posarle la mirada en el culo y en lo provocativo que se le veía con ese short de jean, mientras las espuelas de las botas tintinaban ante el paso enérgico de la chica—. Solo te faltó decirle, es que le rompimos la
cama porque estábamos cogiendo como unos salvajes.
—Y lo hicimos ¿o no? —preguntó tratando de contener la risa y se sentía muy bien verla enojada por tal tontería.
—Vale, lo hicimos, pero ya la cama estaba rota, no se rompió mientras cogíamos... No en el mismo orden.
—Las matemáticas me enseñaron que el orden de los productos no alteran el resultado, si fue antes, durante o después de coger igual la cama se hizo mierda.
—Sí pero a mí sí me afecta —dijo colocando en el asiento trasero el bolso y las bolsas de la tienda que llevaba en las manos.
—¿En qué te afecta? —preguntó tragando en seco al ver como ella al dejar las cosas lo torturaba con el culo.
—En que no podemos decirle a todo el mundo que andamos cogiendo, así como si nada. —Abriendo la puerta del Ford y subiendo al lado del copiloto, mientras Joe dejaba la guitarra y el bolso de él, que contenía la laptop, al lado de lo que (_Tn) había dejado.
—Coger es menos absurdo que saltar sobre la cama porque un rayo cayó cerca... cuando esa proximidad fue a unos dos kilómetros y asegurabas que la descarga eléctrica se esparciría por la tierra y morirías electrocutada. — Agarrando la cámara que colgaba de su cuello, para tomarle una foto con esa molestia que le encantaba, después de inmortalizar ese ceño fruncido, se acercó y por encima de la puerta le dio un beso y le acarició una de las mejillas con el pulgar de su mano derecha—. Tienes que ser más arriesgada (_Tn) , vive la vida tal como quieres, sin importar lo que los demás digan o piensen, si esas personas no van a colaborar con que seas feliz entonces que se jodan, piensa en ti, no en el que dirán... Cogimos, se rompió la cama, qué más da, no somos los primeros y ni seremos los últimos... Pareces mi abuela, bueno mi abuela aún va a playas nudistas y tiene setenta años, eso la hace feliz y no le importa exponer su desnudez delante de chicas de veinte por el que dirán.
—De hierro tu abuela —dijo en un puchero que todavía evidenciaba esa molestia casi infantil.
—No, no es de hierro, solo hace lo que le gusta y no se pone a pensar en lo que dirán de ella, eso es lo que te jode (_Tn) antepones a los que te rodean, no pienses en lo que otros puedan pensar de ti.
—Bien eso haré, después no te quejes.
—No me quejaré... Si te hace feliz, que te importe una mierda mis quejas, aprovecha este viaje para ponerlo en práctica, no veras más a estas personas o al menos no en un largo tiempo. —Le dio un nuevo beso el cual duro, mientras tomó una foto que los retrató unidos por sus bocas y al fondo quedó el aviso del motel. Después de eso Joe bordeó el auto y subió, poniéndolo en marcha, salieron del lugar y tomaron carretera.
—Bueno seré feliz sin que me importe lo que los demás piensen y colocaré la música que a mí solo me gusta, ese rock de los Rolling Stones hasta el metal de Sepultura queda eliminado —dijo buscando su lista de reproducción.
—No, ya habíamos hecho un trato, hay una lista compartida... Es muy distinto, no te expliqué la cláusula donde específica que tienes que ser feliz, pero también hacer feliz a tu pareja, solo eso te debe importar.
—Joe Jonas . —Dejando el iPod y buscando en la guantera los lentes de sol, eligiendo para ambos los estilos aviadores polarizados, se colocó los de ella y le tendió los de él, ya que el sol esa mañana era intenso —. No te gusta perder, todo lo ajustas a tus necesidades.
—No son mis necesidades es ser imparcial, equitativo, igualdad... cincuenta y cincuenta, si solo me saturas de tu música, tendremos el final de Thelma y Louis, juro que nos lanzaremos del Gran Cañón y no quedaras ni para comida de carroñeros.
—¡Está bien, seguiré sintiéndome una estrella del rock frustrada! — exclamó reproduciendo música a la primera.
—Prefiero ser una estrella de rock frustrado y no una diva del pop que se engorda a la primera. —Contraataque del brasileño.
—No voy a discutir contigo sobre música y no solo me gusta el pop.
—Es mejor que no lo hagas, porque no tienes argumentos y a mí no solo me gusta el rock.
—No, a ti no te puedo ganar una —dijo agarrando su iPhone y aprovechó que tenía cobertura para llamar a Sophia.
Marcó y la operadora le anunció que el número del teléfono móvil se encontraba fuera de servicio, intentó una vez más y solo recibió el mismo mensaje.
—¿Qué pasa? —preguntó Joe al percatarse de que (_Tn) no podía comunicarse.
—No puedo comunicarme con Sophia... Me dice que esta fuera de servicio.
—Seguramente es tu teléfono, espera que lleguemos a Amarillo, hay más cobertura.
—Creo que es mejor idea... Estoy aburrida —dijo subiendo los pies al tablero, para que Joe no se diese cuenta de que solo le estaba tomando el pelo.
—¿Y qué quieres hacer? Puedes pasar las fotos de la cámara a la portátil. —Dándole opciones de entretenimiento.
—No, más bien. —Agarrando la cámara fotográfica que se encontraba entre los muslos de Joe —. Haré unas fotografías del camino. —Fijó el lente al paisaje capturándolo en varias oportunidades, para después deleitarse con el perfil preciosamente varonil del brasileño, captándolo una y otra vez con la mirada al camino, él sabía que lo fotografiaba pero seguía con la mirada impasible al frente.
(_Tn) en ese momento a través del lente, descubrió que por Joe
sentía algo que no podía definir, algo realmente intenso. Lo admiraba, apreciaba, deseaba, quería ser su amante y su amiga, más que su amiga, quería ser su confidente, él se aferraba a su corazón y a su cabeza, los latidos llevaban su nombre, los pensamientos también, era algo intenso y hermoso, realmente era bonito lo que sentía y que no podía definir, ni siquiera era amor, porque el concepto que tenia del sentimiento no se acercaba a lo que experimentaba.
Sintió impotencia, seguida de ganas de llorar porque se estaba enrollando, algo pasaba con ella y no tenía la maldita idea de lo que era.
Joe estaba atento al más mínimo movimiento de (_Tn) , a cada una de las fotografías que le había hecho y también que llevaba varios minutos observándolo fijamente, embelesada con su perfil y de cierta manera atacaba los cimientos de su seguridad.
—¿Pasa algo? —preguntó sin desviar la mirada de la carretera.
—No... Nada, solo estoy esperando que cambie un poco el paisaje. —Al menos lograba dar una explicación coherente al tiempo que salía de su hipnotismo—. Pero como falta mucho para eso, mejor hago otra cosa. — Dejando a un lado la cámara se puso de rodillas sobre el asiento y buscó en la parte trasera dos botellas de agua las cuales sostuvo con una mano, queriendo retomar el control de la situación, pero al mismo tiempo queriendo disfrutar de Joe , tanto como quería. Con cuidado se puso de pie sosteniéndose del vidrio delantero y el brasileño al ver lo que ella hacia decidió reducir la velocidad.
(_Tn) pasó una pierna por detrás del cuello de Joe y se sentó en el respaldo del asiento del chofer colocando ambos muslos encima de los hombros del brasileño el cual quedó deslumbrado ante la iniciativa de la chica, se aferró al volante con una sola mano y la otra la pasó por detrás la rodilla abrazándose a la pierna a la cual le dio un beso.
Desde esa altura el cabello de (_Tn) se agitaba aún más y era como cintas de sedas azabaches que se batían con fuerza ante el viento, siendo de momento los únicos habitantes en la larga carretera, mientras el Sol sacaba furiosos destellos a los lentes de ambos.
Las notas de la batería y seguido de la guitarra de uno de los temas de Maroon 5 y favoritos de (_Tn) , pero con el cover de Evro se dejó escuchar y ella no pudo evitar emocionarse y cantar.
—How daré you say that my behavior is unacceptable So condescending unnecessarily critical I have the tendency ofgetting very physical So watchyour step cause ifl do you'II need a miracle.
Sintiéndose eufórica, amaba la letra de ese tema y estaba haciendo lo que quería, como quería y sentir los suaves labios de Joe depositarle besos de manera intermitente en la pierna que llevaba abrazada le enviaba una especie de descarga eléctrica por la parte interior de su muslo a su centro concentrándose mayormente en su clítoris, pero era una sensación de la cual podría disfrutar sin la necesidad requerir penetración alguna, al menos podría esperar hasta llegar a Amarillo. Mientras seguía cantando destapaba una de las botellas de agua.
Y aprovechó que el coro de la canción le dio tiempo para hablar. — ¡Abre la boca! —Le pidió a Joe quien para hacerlo debió reducir considerablemente la velocidad, elevó la cabeza y abrió la boca ante lo cual (_Tn) desde cierta distancia le dejó caer un chorro del vital líquido —. ¿Quieres más? —preguntó ya que solo quería saciar la sed en ese hombre que la hacía sentir ese algo que aún no definía.
—Otro poco —pidió viviendo el momento más erótico que alguna vez hubiese experimentado y tenía demasiados para comparar, pero ninguno se le acercaba.
(_Tn) le dio un tragó al agua y la retuvo en su boca, se dobló un poco, aferrándose con una de sus manos a la mandíbula de Joe y de su boca le dio a beber agua.
—¿Un poco más?
—Si es de la misma manera toda la que quieras, me convierto en camello —dijo mordiéndose el labio inferior de manera provocativa.
—Te mearas —dijo divertida y repitió la acción y su manera particular de saciar la sed en Joe , lo vio tragar y una vez más le llenó la boca, pero él no la tragó, sólo la expulsó bañando el rostro de (_Tn) agarrándola por sorpresa, sus instintos normales le gritaban que lo golpeara, pero su lujuria se impuso y le obligó a que lo besara con arrebato, un beso furioso, esa fue su manera de castigarlo, un castigo que sin duda él disfrutaba, cuando los labios palpitaban y dolían ante la intensidad del beso se separaron y ella agarró la botella y se la vació encima, bañándolo, destapó la otra y no la derramó sobre Joe sino sobre ella, refrescando un poco la piel acalorada por la intensidad del Sol y del beso.
—No tenemos toda la vida para llegar a Amarillo —le dijo para que aumentara la velocidad.
Lo cual Joe hizo y podía sentir que el viento le secaba el rostro, sin embargo su ropa seguía mojada y él feliz, pleno, nunca podría olvidar este viaje, cada minuto que pasaba se hacía más especial, sobre todo la voz de (_Tn) cantando con entusiasmo, sentada prácticamente sobre sus hombros.
La chica disfrutaba de la velocidad que Joe llevaba porque más se agitaban sus cabellos, su franelilla blanca y mojada se le pegaba al cuerpo evidenciando claramente que no llevaba puesto sujetador, mientras no solo hacía el intento de cantar en portugués también del torso para arriba bailaba aunque no supiera como se hacía solo se dejaba llevar por el ritmo de la samba, esa que le había dado la vuelta al mundo a principios de año.
La mirada de (_Tn) captó a la distancia varios destellos los cuales se acercaban cada vez más, dándole la oportunidad de apreciar vestimenta negra de cuero y más de treinta clásicas Harley Davidson acercándose, la emoción que la embargó fue total, jamás pensó que tendría la dicha de encontrarlos en el camino, eso era demasiado.
—¡Son los motorizados! —exclamó a punto de grito ese que evidenciaba su felicidad.
—Se acercan —dijo Joe sonriendo ante la emoción de (_Tn) .
—¡Siempre quise hacer esto! —Apenas dijo se quitó la camiseta sin mangas, cuando los motorizados estaban realmente cerca todos le regalaron un concierto de bocinas al verla con los senos al aire y agitando la prenda, uno de ellos pasó muy cerca del auto reduciendo un poco la velocidad.
—¡Afortunado! —Le gritó a Joe y (_Tn) le regaló la camisera, ante lo cual él le lanzó un beso.
La caravana de hombres vestidos con pantalones y chalecos de cuero, pañuelos en las cabezas, lentes de sol y tatuajes, no dejaron de regalarle silbidos y aunado a eso el toque de cornetas hasta que desaparecieron en la distancia.
—¡Estás loca! —dijo Joe riendo viéndola aún en topless.
—Para que veas que no solo tu abuela anda con las tetas al aire —dijo riendo ante la euforia que sentía, lo tomó por la mandíbula se dobló y le dio un beso en la coronilla, arrancándole una carcajada al brasileño.

ElitzJb
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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Miér 27 Ago 2014, 5:15 pm

CAPÍTULO 29
Sophia se encontraba acostada boca abajo en el inmenso y placentero lecho, con su cuerpo laxo después de pasar una noche inolvidable, completamente satisfecha con la experiencia vivida. Abrió los ojos lentamente y las pupilas cerrándose ante la claridad de la habitación avistaron en primer plano al culo de Reinhard Jonas entrando al baño, una sonrisa se apoderó de su rostro adormilado. En medio de un suspiro cerró los ojos y decidió revivir en pensamientos todo, una vez más.
Cuando el avión privado de Jonas aterrizó en la pista, las piernas empezaron a temblarle y el corazón a punto de vomitarlo, durante el viaje se había sentido como una reina, los guardaespaldas le habían brindado todo tipo de atenciones, pero cuando se encaminó a la puerta de la nave vaciló al menos un par de minutos, mientras asimilaba que al bajar las escaleras una alfombra roja ¡una jodida alfombra roja! La esperaba, tuvo que respirar profundamente y parecer tranquila cuando solo quería llorar de felicidad, armándose de seguridad para no rodar por las escaleras y hacer de cuenta que esas cosas no la sorprendían, sino saltaría al ruedo la pueblerina o la mesera de restaurante de camino.
Odiaba controlarse, pero con un hombre tan importante debía hacerlo, cada molécula de su cuerpo dieron volteretas cayeron desmayadas ante el asombro, cuando uno de los hombres más importantes del continente y el más influyente de Brasil, se acercaba sonriente con un smoking y un inmenso ramo de rosas rojas.
Le había dicho que tenía trabajo pendiente y que por esa razón no podía buscarla, pero que se encargaría de que su traslado fuese placentero, eso lo había cumplido, pero no pensó que la estaría esperando a su llegada.
—Bienvenida, es mi manera de disculparme por no ir personalmente a buscarla. —La voz de seguridad del brasileño se le aferraba a los nervios y tuvo que obligarse a mantener el autocontrol para no estremecerse.
—Gracias... No se hubiese molestado, comprendo que es un hombre muy ocupado. —Se felicitó mentalmente porque sólo titubeó un poco, mientras recibía el ramo, que debía tener una cincuenta rosas.
—Me imagino que ha sentido el cambio de clima, por favor vamos a un lugar más fresco. —Colocándole una mano en la espalda la guió a un auto lujoso, con todo lo que había preparado esperaba una limosina, pero una de esas no le llegaba a los pies a la maravilla que tenía a pocos pasos.
Es el clima, pensé que era mi temperatura corporal y todo lo que este hombre me provoca. —Caviló la pelirroja y le sonreía amablemente.
Entraron al vehículo y al salir del aeródromo la vista de Sophia paseaba del hombre a su lado al paisaje que se presentaba, así como se percataba de las camionetas que lo seguían y las que iban adelante, ni el jefe de estado contaría con tanta seguridad.
—¿Es la primera vez que visita Brasil? —preguntó, al ver como la chica miraba atenta todo a su alrededor.
—Sí señor... Es tan alegre como me la imaginé.
—Reinhard, por favor llámeme Reinhard. —Le pidió amablemente.
—Está bien Reinhard, ¿Podrías llamarme Sophia? —Le solicitó, mirando los hermosos ojos celestes del hombre y lo interesante que se veía con las líneas de expresión en la frente y alrededor de los ojos, también de las canas que adornaban sutilmente su cabello claro.
—Por supuesto Sophia... —Tomándole la mano con galantería. — ¿Cómo van tus cosas? —preguntó interesándose en ella, otro simplemente hubiese empezado a alardear de todo lo que poseía, punto a favor para el brasileño.
—Bien, muy bien... Trabajo todos los días, voy al gimnasio... No tengo muchas cosas de las cuales hablar —dijo sonriendo nerviosamente.
—Creo que sí tienes, solo que no tienes confianza y lo entiendo, pero si
quieres contarme de que trabajas, pequeñas cosas que nos ayuden a conocernos mejor... De mí tal vez sepas algunas cosas por los diarios, pero no todo el tiempo dicen la verdad.
—Trabajo en una boutique en la quinta avenida, es de mi mejor amiga, de usted solo sé que tiene dos hijos y es separado, también sé de su sobrino, el asistente fiscal, a él lo conozco personalmente.
—¿Te has metido en problemas? —preguntó sonriente—. Espero y Joe no te haya hecho pasar un mal momento, tiene un carácter fuerte, pero...
—No... no —Lo detuvo—. Lo conozco por casualidad, no por asuntos legales.
—¿Has salido con él? ¿O tienes a alguien? —Su manera de preguntar era sutil, ella en ningún momento se sintió intimidada.
—Si tuviese a alguien no hubiese aceptado la invitación y no he salido con Joe . —Respiró profundo y parpadeó para agarrar el valor, porque sentía que debía hacerlo, debía decirle a Reinhard como era que conocía al sobrino—. Él está saliendo con mi amiga. —soltó sin respirar, lo dijo sin pausa y con prisa.
—¿Tu amiga es (_Tn) Winstead? ¿La diseñadora?; ¿Con la que está viajando? Es decir la misma de las orquídeas. —preguntaba con una sonrisa de sorpresa.
—Sí —dijo tímidamente—. ¿Cómo sabe todo eso? —preguntó sin poder atajar su curiosidad.
—Tengo algunos informantes, Joe no me lo ha contado... Creo que en situaciones de mujeres pierde la confianza en su tío... Puede ser algo controlador de mi parte pero sé cada movimiento de mis hijos y de mi sobrino... quien se empeña en que haga la diferencia es Joe pero para mí es mi hijo también, es hijo de mi única hermana... —La voz del hombre al nombrar las últimas palabras evidenciaron nostalgia.
—Solo lo conozco a él, ni siquiera he visto a su hijo... y me sorprendo
de lo pequeño que puede ser el mundo algunas veces. —Sumida en la mirada celeste.
—Podría ser más pequeño aún —murmuró deslumbrado en la belleza de la pelirroja—. Hemos llegado. —Avisó al tiempo que los autos se detenían, ella le regaló una sonrisa.
Uno de los guardaespaldas abrió la puerta del flamante vehículo, él bajó y le tendió la mano encaminándola por un túnel de cristal, que los llevó a las puertas de un amplio ascensor ella se sentía nerviosa y seguramente él era consciente de sus temblores.
—Evité llevarte a un restaurante porque las miradas de los curiosos te harían sentir incómoda y me tomé el atrevimiento de hacer algo más íntimo —dijo una vez solos en el elevador.
—Gracias por pensar en mi comodidad.
—Ante todo, tu comodidad.
Las puertas cromadas se abrieron en el último piso y los recibió un corredor extremadamente lujoso, con alfombras de terciopelo rojo, con disimulo se acarició la barbilla con los nudillos con esto ordenándole a su quijada que no cayera al suelo.
Al llegar al final del pasillo se abrió paso una inmensa sala que ante el aturdimiento no pudo memorizarla por completo, solo podía decir que era increíble.
—Bienvenido señor Jonas , bienvenida señorita —saludó una mujer vestida con un elegante traje negro.
—Gracias —dijo Sophia sonriéndole.
—Gracias Jennifer —dijo, Reinhard con una sonrisa de confianza y siguió el ademán de la mujer, que los condujo a un salón, que sobresalía del edificio y era de cristales mostrándole la ciudad por entero a Sophia, el sol en el horizonte casi apagado con una luz naranja increíble, parecía estar
sumergiéndose en el agua a la cual pintaba con su color.
En el gran salón solo había una mesa redonda con velas que le daban intimidad al lugar y en una esquina un gran piano de cola, en un negro brillante y un hombre sentado en el banquillo les regalaba embriagantes y maravillosas notas.
—Disculpe —dijo la mujer tendiéndole las manos, para que le entregará el ramo de rosas, Sophia se lo dio de manera renuente, en su vida le habían regalado algo tan hermoso—. Las pondré en agua. —Regalándole una sonrisa evidenciando que se había dado cuenta del recelo en ella por soltarlo.
—Es muy amable de su parte —acoto eligiendo primero en su cabeza que palabras utilizar, percatándose en ese momento que todos los empleados de Reinhard Jonas hablaban perfectamente en inglés.
La mujer se alejó y Reinhard le colocó una mano en la espalda guiándola al centro del salón donde se encontraba la mesa, le ayudó con la silla dejándole al frente el exótico paisaje de Río de Janeiro.
—Es increíble —murmuró maravillada.
Reinhard también ancló su mirada en la bahía y dejó libre un pesado suspiro.
—No hay nada igual en el mundo, le he dado la vuelta varias veces y me he sentido tentado a establecerme en otro sitio, tal vez en Irlanda con mis padres, lastimosamente la situación económica de Brasil está muy mal distribuida y eso afecta, pero no lo cambiaría por nada, Brasil es mágico, esto que ves no es nada con todo lo que este país tiene... Sus paisajes son extraordinarios, su gente es alegre, tienen un calor humano que es envidia en el resto del mundo, tiene fútbol, samba, carnavales... Es un tesoro, solo que está empañado por las manos de algunos ambiciosos.
—Y usted se encarga de pulir, al menos una parte de este tesoro —dijo desviando la mirada del paisaje y anclándola en el hombre al frente.
—Hago el intento, es lo menos que se merece, me ha dado tanto e intento retribuir de cierta manera lo que mi tierra me da, aunque solo soy brasileño de nacimiento, siento como si todos mis antepasados hubiesen nacido en este país.
—Es admirable.
—Gracias... ¿Es alérgica a algún alimento? —preguntó dejándole saber que se iba a dar la cena.
—No... Bueno, no que lo sepa, siempre existe la posibilidad de ir a un hospital antes de que muera por intoxicación —dijo sonriendo y el gesto se le congeló al escuchar la media carcajada del hombre, era realmente varonil y aunque las líneas de expresión se intensificaron más, solo lo hicieron más atractivo.
Lo iba a disfrutar de eso estaba segura, la sola presencia del hombre la excitaba, se encontraba ansiosa.
La cena llegó y como era de esperarse fue a la altura que el magnate podía ofrecer, primero hicieron un brindis y después cenaron, mientras conversaban y se conocían un poco mejor, enterándose que el lugar donde se encontraban era de él y que lo visitaba muy poco, ya que vivía en una casa junto a su hijo, nuera y nieto, por lo que dedujo que se encontraba en el nido de conquistas del hombre.
Ella le hizo saber que le apasionaba el mundo de la moda tanto como a su amiga, solo que era más ágil en la administración, por lo que se sentía plenamente feliz con el trabajo que llevaba a cabo.
Le contó un poco de sus padres que estos murieron cuando tenía doce años y que desde entonces vivió con su abuela, la cual murió seis años más tarde y a los 18 años se había independizado, porque no quiso irse a vivir con ningún otro familiar.
Al finalizar la cena Reinhard la invitó a bailar una pieza lenta y sensual, se miraban a los ojos y seguían conversando, pero inminentemente se dio el primer beso, ese que no conoció otro final que la cama en donde se
encontraba.
Sophia abrió los ojos una vez más regresando al presente y se mordió el labio inferior al recordar la noche de derroche que había pasado, que si bien era un cincuentón se defendía como uno de treinta y cinco, el hombre tenía un cuerpo atlético y lo mejor de todo aún el culo lo tenía donde debía ir, no se le había caído con los años.
Rindió perfectamente en dos oportunidades, no tenía nada de que quejarse cuando había experimentado varios orgasmos demostrándole que tenía experiencia y entonces le dio la razón a (_Tn) , la desenvoltura de un brasileño en la cama no se comparaba con ninguno de otra nacionalidad.

ElitzJb
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Mensaje por ElitzJb Miér 27 Ago 2014, 5:18 pm

CAPÍTULO 30
El calor era sofocante, el sol cada vez más intenso, pero eso no menguó la emoción cuando llegaron al Rancho Cadillac. (_Tn) bajó de un brinco del auto y salió corriendo por medio del desierto donde se encontraban de ocho a diez Cadillacs enterrados hasta la mitad, la cantidad de grafitis que los adornaban eran la fiel muestra de la cantidad incalculable de personas que habían visitado el lugar, Joe se limitó a hacer fotografías desde diferentes ángulos, capturando el sueño de (_Tn) para que ella lo reviviera una y otra vez por medio de las imágenes.
—Joe , ven acá... Mira hay sprays —dijo (_Tn) agarrando dos frascos metálicos.
El brasileño trotó hasta donde se encontraba la chica, sintiendo como el vapor del desierto le subía por los pies y le calentaba todo el cuerpo, al llegar hasta el monumento de autos se metió debajo de uno para aprovechar la sombra.
—Haz tu grafiti —le pidió y el sudor le corría por las sienes, las cuales le latían ante el vapor—. Mientras lo haces te tomaré fotos.
—Está bien, pero tienes que hacer el tuyo también.
—Claro que lo haré aunque no soy bueno para dibujar, por algo estudié leyes.
—Bueno yo hago el dibujo y tu escribes —dijo agitando las latas con energía, al tiempo que Joe elevaba el pulgar indicándole que estaba de acuerdo.
(_Tn) se esmeró en hacerlo perfecto, además que se encontraba sumamente inspirada, mientras el chico seguía de cuclillas debajo del Cadillac y de vez en cuando le tomaba fotos.
Se llevó unos treinta y cinco minutos creando el dibujo, el cual opacaba
a los demás, había pintado el momento, ella dibujando el auto y debajo de este a Joe fotografiándola y lo nombró “Ruta 66”
—Listo ya puedes salir de tu guarida, te toca escribir. —Le dijo tendiéndole un spray amarillo.
Joe salió y al verlo se quedó pasmado, le había quedado perfecto y no pudo controlar sus impulsos de besar una de las sienes de (_Tn) , ella sonrió satisfecha.
—Agarra un poco de sombra. —Le pidió entregándole la cámara y tomando la lata de pintura amarilla.
—No tardes—acoto resguardándose debajo del auto—. Esto podría caerse y aplastarme —dijo admirando hacia arriba la carrocería.
—Tiene el 60 por ciento enterrado, es decir las probabilidades de que te aplaste es de un cero coma uno por ciento. —Le dijo e iniciaba su escrito, creando un fondo negro.
Joe sonreía mientras escribía y se dejaba llevar por lo que sentía de momento, eran cosas que quería decirle a (_Tn) pero que aún no reunía el valor.
—¿Falta mucho? —preguntó, la chica impulsándose con la punta de sus pies y bajándose, haciendo sentadillas a medias para no perder la costumbre, se decía.
—Ya casi nada... —contestó terminando la última palabra—. ¡Listo!
(_Tn) salió casi en medio de una carrera y una amplia sonrisa, poniéndose de pie al lado de Joe , el gesto en su rostro se enfrió al no entender una sola palabra del casi testamento que él había escrito.
—¿Esto está en portugués? —Inquirió sin poder creerlo.
—Efectivamente es portugués —dijo pasándole un brazo por el cuello y pegándola a él.
—Te pasas de gracioso Jonas , ¿Cómo se supone que sabré lo que dice? —inquirió con ganas de golpearlo.
—Algún día lo sabrás, ahora debemos irnos... —Tomándola por una mano y casi arrastrándola.
—No es justo —masculló, pero enseguida recordó que tenía en la mano la cámara e hizo una fotografía.
—Eh... Dame eso, no se vale. —Arrebatándole la cámara, pero (_Tn) logró hacer otra.
—Si la borras continúas solo con el viaje porque de aquí mismo me regresaré a Nueva York. —Lo amenazó.
—Sí, ya quiero verte caminando. —Joe no era de los que se dejaba intimidar.
—No caminaré, bien puedo pedir cola, me excita la sola idea de montarme en un camión de carga pesada.
(_Tn) no tuvo que hablar mucho para que Joe se imaginara la escena, ella de copiloto de un camionero y de como éste no dejaría de mirarle las piernas, eso hizo que en él la temperatura corporal aumentara y sobrepasara a la que había en el desierto, no dijo nada sólo tensó la mandíbula para controlar ese animal que se desataba en su interior, no pudo contraatacar con cinismo como era su costumbre.
Sólo le entregó la cámara y adelantó varios pasos sintiéndose molesto, no con ella, sino con él por ser tan tonto y subestimar la astucia de (_Tn) ¡se había jodido!
(_Tn) apresuró el paso para alcanzarlo, Joe llegó antes que ella al auto y subió encendiéndolo sin esperar a la chica, la cual corrió para subir a este.
Ninguno de los dos hablaba, ni siquiera pusieron música, (_Tn) se sentó dándole la espalda con la mirada hacia el paisaje y sentía rabia,
también ganas de llorar, unas que no lograba comprender y no pudo luchar contra las lágrimas, lo que solo la llenaba de impotencia y aumentaba su molestia, con coraje se limpiaba las lágrimas pero estas no dejaban de salir, por el contrario el sentimiento en su pecho aumentaba y más suspiros se escapaban sin poder evitarlo.
—¿Pasa algo? —preguntó Joe al suponer que (_Tn) lloraba y ese era un golpe bajo para él, cualquier molestia se esfumaría ante las lágrimas de una mujer—. ¿(_Tn) por qué lloras? —inquirió deteniendo el auto a un lado de la vía y colocándole una mano en el hombro.
—No me toques. —Quitando la mano de Joe con esa rabia que la consumía, no quería mostrarle sus lágrimas a él—. No pasa nada.
— ¿Y por nada lloras y no quieres que te toque?
—Solo quiero que me lleves a la primera estación de autobuses, voy a regresar a Nueva York, no quiero seguir con este viaje, puedes seguirlo solo si es lo que tanto quieres. —Sin volverse, pero el sentimiento se intensificaba y el llanto se hacía más fuerte sin poder controlarlo.
—Bien, si eso es lo que quieres, nos regresamos... Seguir el viaje no tiene sentido si no lo hago contigo.
—Podrías regresar solo, yo igual me iré en bus.
—(_Tn) mírame... —Sintiéndose impotente. —Mírame.
—¡¿Qué?! ¡¿Para qué quieres que lo haga?! —preguntó volviéndose molesta con las lágrimas rodando por sus mejillas las cuales se limpió, enrojeciendo aún más su rostro—. No sé qué mierda te pasa, no es mi culpa que te molestes por nada y la pagues conmigo ignorándome como a una estúpida.
—No te he ignorado.
—¿No? te has metido la lengua en el culo y casi me dejas botada.
—No pensaba hacerlo.
—No me vengas con eso, encendiste el auto y si no corro te hubieses largado sin mí ¿tengo culpa de que escribieras en maldito portugués? Se supone que es algo de dos, que yo también debería entender lo que has escrito en el Cadillac.
—Te he demostrado lo que he escrito... —hablaba cuando ella intervino.
—Acertijo es un personaje ficticio, no me jodas con eso.
Joe divisaba a través de las lágrimas la molestia en los ojos de (_Tn) y él se sentía entre la espada y la pared maldiciéndose por ser tan espontáneo y tan estúpido.
—No te jodo con eso, entonces tampoco jodas el momento... Por algo lo hice, dile a tu curiosidad que se controle y no armes un drama por eso.
—Un momento que ignoro totalmente, no sé por qué te armas tantos misterios, todo en ti es un maldito misterio.
—Así soy, no me gustan las cosas fáciles, ahora deja de llorar... Ven acá (_Tn) . —Tomándola por una mano y jalándola hacia su cuerpo.
(_Tn) no quería pero definitivamente él era más fuerte y en muy poco tiempo estuvo con el rostro hundido en el pecho de Joe , percatándose de que los latidos del corazón masculinos se encontraban muy, pero muy alterados.
Joe la abrazó fuertemente apoyando la barbilla en la coronilla de la chica.
—Lo siento... Solo puedo decirte que lo que escribí es muy importante para mí, sí me molesté, lo admito, pero no contigo sino con un tipo que ni siquiera conozco, con ese chofer del camión.
—¿Qué chofer?; ¿De qué camión hablas? —preguntó desconcertada.
—Al que pensabas pedir la cola de regreso a Nueva York.
Las palabras de Joe le parecieron estúpidas y adorables, por lo que
no pudo evitar sonreír y comprender que justamente en el momento en que ella nombro lo del camión fue cuando cambió de actitud.
—Te perdono, solo con una condición —murmuró embriagándose con el aroma de él, que era la mezcla de su perfume y el sudor, alertando su exaltación femenina.
—¿Cuál? —preguntó sin soltar el abrazo.
—Que me lleves a comer a Donuts y después me ayudes a lavar la ropa.
—Te llevaré a comer a Donuts, pero eso de lavar no sé hacerlo.
—Joe no es nada complicado.
—Lo haré, vale por ti lo haré para que veas que no soy tan intransigente como piensas. —Tomando entre sus manos el rostro de (_Tn) , perdiéndose una vez más en esa mirada como tanto le gustaba hacerlo, la luz intensa le mostraba los iris con el color de los bosques de Suiza en primavera, casi absolutos, ya que las pupilas apenas si podía apreciarlas.
(_Tn) lo vio acercarse cada vez más, sabía que buscaba un beso, por lo que cerró los ojos y los labios de Joe no se posaron en sus labios como esperaba, besó sus párpados caídos con una ternura hasta el momento desconocida, era como si con el gesto le pidiera que no llorara, después en la frente y por último en los labios, con un beso tan inocente como el de un niño de cinco años.
—Vamos a atestarnos de comida chatarra. —Le dijo alejándose un poco, pero pasando uno de sus brazos por encima de los hombros de (_Tn) pegándola a su cuerpo y con la mano libre puso en marcha nuevamente el vehículo.
Al llegar a la famosa parada de comida, se ubicaron en una mesa y disfrutaron de la especialidad de la casa, (_Tn) que estaba acostumbrada a comer muy poco, apenas si pudo comerse la mitad del plato, sumidos en la conversación que llevaban a cabo no le prestaban atención a las miradas sobre ellos, ambos levantaban pasiones donde llegaban, los hombres
deseaban a (_Tn) y las mujeres suspiraban por Joe .
Salieron del local con pared frontal de cristales transparentes y luces de neón, con vasos de té helado en sus manos y se dirigieron al motel donde se bañaron juntos, Joe salió del baño con la toalla envuelta en las caderas y se dejó caer pesadamente sobre la cama, ahí se quedó tirado boca abajo, mientras (_Tn) se colocó la única falda de jean que le quedaba limpia y una camiseta negra de la banda Metallica que era de Joe y se hizo un nudo a un lado para que le quedara ajustada y no le llegara a los muslos.
Abrió los bolsos y empezó a sacar todas las prendas sucias, las cuales lanzaba sobre la cama y con la intención de hacer el momento divertido sepultaba al brasileño entre vestimentas.
—Deja de hacerte el dormido y tratar con ese truco barato evadir responsabilidades —dijo una vez terminado de sacar todo y metiéndolo en una bolsa grande.
El ligero estremecimiento de él le hizo saber que se estaba riendo, por lo que se le lanzó encima y nada más hermoso que el rostro de él riendo ante la picardía.
—Vamos Joe ... Se nos hará tarde. —Depositándole un beso en la mejilla—. Ya todo está listo, no quiero que nos cierren la lavandería.
—Está bien... está bien, ya me levanto. —Ella rodó sobre el cuerpo de él y cayó en la cama, brindándole el espacio para que pudiese levantarse.
Joe se colocó una bermuda beige estilo cargo con bolsillos laterales, la cual le llegaba a las rodillas, una camiseta sin mangas negra y una gorra del mismo color, decidió usar unas sandalias raja dedos al igual que (_Tn) .
Agarró la bolsa y se la echó sobre el hombro, salieron de la habitación y subieron al auto, en menos de diez minutos llegaron a la lavandería donde solo se encontraba la dueña, ambos supusieron que no era día de lavado en Amarillo y se encaminaron a las lavadoras que estaban al fondo.
(_Tn) se encargó de comprar en el local de al lado, lo que utilizaría, además de una revista de modas y otra de finanzas para Joe y así tener en que invertir el tiempo mientras las lavadoras hacían el trabajo, el brasileño se quedó dividiendo las prendas por colores tal como ella le había pedido.
—En mi vida había hecho esto —mascullaba Joe mientras apilaba sus jeans—. No sé qué mierda me pasa, yo, un fiscal del distrito de Manhattan lavando ¡es inaudito! Si mi tío o mis primos pudiesen verme seguro se mean de la risa... Thor me graba y lo sube a la red, solo me falta ponerme el mandil y cocinar, voy a aclararle unos puntos a (_Tn) , donde quede totalmente prohibido el uso de lavadoras, secadoras, cocinas... nada de eso, no soy un ama de casa...
—¡Listo! Encontré todo lo que vamos a utilizar ¡qué bien! Lo has hecho perfecto. —Colocándole una mano en el cuello y obligándolo a bajarse para regalarle un beso de felicitaciones.
Joe correspondió al toque casual de labios que (_Tn) le ofrecía.
—No quiero hacer esto —refunfuñaba una vez más—. La tienda que está a pocas cuadras de aquí se ve que tiene toda esa ropa tejana que te gusta, podría colocarme camisa a cuadros todos días con tal de no lavar.
—Joe yo tampoco quiero hacerlo ¿acaso tengo cara de que lo hago muy a menudo? No verdad, de hecho llevo más de tres años sin usar una lavadora... —Al ver como Joe abría los ojos de par en par, evidenciando temor—. Tranquilo eso no se olvida... Lo que quiero decir es que una cosa es que no queramos hacerlo, otra es que tenemos que hacerlo, son nuestros deberes, al menos durante el viaje, cuando regresemos a Nueva York, tendremos a las personas que se encargan de hacerlo, odio ser un ama de casa, nunca me verás en una casa atendiendo hijos y engordándome, cuando mi pasión es ver mis diseños en las pasarelas más prestigiosas del planeta.
—Supongo que me has dejado sin opciones y que tengo que cumplir con el deber —dijo y su voz denotaba que no estaba totalmente convencido.
—Que no lo vas a hacer solo ¡deja el drama! —Poniéndose de puntillas y girándole la gorra, colocándole la visera hacia atrás—. Hasta te he traído una revista, para que te entretengas mientras esta maravillosa máquina hace el trabajo. —Golpeando suavemente la lavadora y Joe clavó la mirada en la revista de finanzas.
Mierda finanzas, definitivamente (_Tn) no conoce mis gustos, entre finanzas y leyes hay una gran diferencia. —Pensó al tiempo que agarraba la revista y hacía una mueca algo parecida a una sonrisa.
—Sé que no es de leyes pero era lo más aburrido que había en la tienda y me dije esto es para Joe —dijo sonriendo.
—¿Me estás llamando aburrido? —preguntó lanzando la revista sobre una de las bancas de espera.
—No, solo que pensé que las finanzas calaban en tus gustos. — Proseguía con su sutil burla.
—¿Sabes qué cala en mis gustos? —inquirió observando como ella levantaba la tapa de la lavadora—. Una Penthouse.
—Lástima, mujeres rubias con tetas de silicona, frígidas y gritonas exageradas no hay, te toca conformarte conmigo, así que sonríe... Quiero cara de satisfecho —hablaba mientras Joe echaba la ropa blanca, una vez que terminó de hacerlo ella cerró la tapa con fuerza innecesaria.
Utilizaron otra para las prendas de colores claro, mientras que en otra lavadora algunas prendas de Jeans y en otra la ropa interior. Decidieron utilizar varias para terminar cuanto antes con la labor.
—No dije que no esté satisfecho, solo que podía recrear un poco la vista, alimentar el morbo... ¿No te gusta alimentar el morbo? —preguntó dejándose caer sentado en una tumbona de mimbre que se encontraba en el lugar y agarrando la revista que estaba en la banca de al lado.
—Si crees que para alimentar mi morbo tengo que ver penes de veintidós centímetros y hasta más, en su mayoría agrandados con
photoshop, no... no alimento mi morbo. —Agarrando la revista de modas y sentándose en la banca con las piernas cruzadas, manteniéndose elegantemente erguida.
—Bien como tú digas... —Sumiéndose en la entrevista que le habían hecho a un reconocido empresario norteamericano, al no tener nada que argumentarle a (_Tn) , pero después de un minuto y como un aguijonazo algo no le cuadro—. ¿Cómo es que sabes que son agrandados con Photoshop? —inquirió descubriendo que (_Tn) veía hombres desnudos.
—Es... es... es eso lo que hacen ¿o no? Digo es una suposición. — Evidenciándose delante de Joe .
—¡Morbosa! —exclamó divertido—.Y me tratas como si fuese un pervertido, es normal ser curiosa —hablaba y veía como ella se sonrojaba y quería enterrar la cabeza en la revista—. (_Tn) no eres una niña, eres una mujer... Creo que tienes algo invertido por ahí, a veces te crees más mujer de lo que realmente eres, al menos en la madurez y en lo tozuda, pero hablar de sexualidad con tu pareja te da vergüenza.
—Mejor voy a ver cómo va la ropa —dijo poniéndose de pie y encaminándose hacia las lavadoras.
Estúpida, soy una estúpida, no tengo porque avergonzarme que me guste ver a David Gandy desnudo. —Se decía en pensamientos apoyando ambas manos sobre la lavadora, cerrando los ojos y dejando libre un suspiro, tratando de encontrar el valor, pero sobretodo el cinismo para contraatacar.
Sintió las manos de Joe aferrárseles en las caderas y se le acoplaba por detrás, pegándola a la lavadora, sin haberle dejado espacio, ni tiempo para al menos sobresaltarse ante la presencia inesperada de él.
Inevitablemente su cuerpo empezó a temblar al sentir el aliento calentar su nuca, esa parte tan sensible en ella y se le hacía más fácil debilitarla al tener el área despejada de cabellos por llevar un moño de tomate muy alto, evitando las altas temperaturas de Amarillo.
La respiración de Joe recorría su nuca y las partes laterales de su
cuello, no la tocaba, no le hablaba y tampoco le permitía moverse, él tenía el control, él movía los hilos de esa marioneta en la cual la convertía y solo movía la cabeza al lado contrario de donde él respiraba, para ofrecerle en bandeja de plata su cuello, poniendo los ojos en blanco, con el corazón acelerado y los pezones rozando la camiseta de Metallica, eso le pasaba por no llevar brassier.
—¿Qué haces?— preguntó en un hilo de voz al sentir como Joe empezaba a excitarse, su miembro endureciendo con cada latido podía sentirlo aún a través de la mini falda de jean.
—Alimentar el morbo entre nosotros —murmuró con esa voz tan profunda y lenta que la hacía líquida.
—No vamos a coger aquí Joe ... Detrás de esas secadoras está una señora que merece respeto. —Eso fue lo que salió de su boca pero su trasero buscaba sentir la rigidez del miembro.
—No vamos a irrespetarla, ella no tiene por que enterarse de lo que pasa aquí. —Una de sus manos abandonó la cadera y la introdujo debajo de la falda, acariciándole una de las nalgas con suavidad y en el momento menos esperado la agarró con firmeza, arrancándole un jadeo a la chica.
—Si nos pillan llamaran a la policía y terminaremos en prisión.
—Si viene la policía tendrán que esperar a que acabe y después podrán darme cadena perpetua si les da la gana —murmuró dejando su tibio aliento en el cuello de (_Tn) .
—Solo... Venimos a lavar... —Intentaba hablar pero con Joe agarrándole el culo era casi imposible.
—Y eso hacemos... Mira la ropa se está lavando, solo que coger me parece más entretenido que leer una revista de finanzas. —Agarrando el hilo de la tanga y haciéndolo a un lado.
—No... no está bien esto Joe , no es el lugar ni la hora más apropiada. —Inevitablemente con sus ojos en blanco por el deseo.
—Para saciarnos no hacen falta horarios, ni lugares, solo las ganas. — Sintiendo las maravillosas sacudidas de (_Tn) cuando él deslizaba su dedo medio entre los pliegues que le hacían saber lo deseosa que se encontraba—. El cuerpo no entiende de eso, igual se excita si te toco y esa adrenalina de saber que pueden pillarte hace que te excites mucho más rápido, eso no es perversión... No estás enferma (_Tn) , así es la naturaleza del ser humano.
—No... Eres tú, es tu culpa... Provocas en mí lo impredecible de mi conducta... Yo no soy así —hablaba con el corazón en la boca.
—Así somos todos, muñeca yo ya estoy listo —dijo tomándole una mano y llevándola hacia atrás, le instó a que tocará su erección en el punto más alto.
En medio del desenfreno de los sentidos (_Tn) apretó, tanteándolo, sintiéndolo duro, muy duro y ella no podía resistirse, apenas si retenía el orgasmo que él le estaba provocando con el dedo en su interior.
—Bien... No tardes, rápido Joe ... —pidió urgente.
—Esa voracidad sexual es lo que me gusta —susurró su júbilo.
No retiró el dedo solo lo deslizó por medio de las nalgas de las chica deteniéndose en ese lugar específico que anhelaba, ella se tensó inmediatamente.
—Tranquila sé que aún no he tenido los méritos suficientes, solo estoy tocándolo, familiarizándome un poco —hablaba solo presionándolo un poco y la chica se relajaba algo que él podía fácilmente notar.
(_Tn) sintió como retiró el dedo y en ese momento descubrió que la presión que ejercía en su ano, era magnifica pero sabía que más allá de eso dolería, mientras se relamía los labios ante la pasión desbocada.
Sus sentidos en guardia eran partícipes del momento, escuchando perfectamente cuando se bajaba el cierre de la bermuda, seguido de eso le bajó las tangas y ella le ayudó levantando los pies.
—Esto ya puede lavarse, ves así no llevamos ropa sucia —dijo abriendo la tapa de la lavadora y lanzando la prenda íntima.
(_Tn) por instinto, por deseo y excitación abrió un poco las piernas y sacó el derrier, mientras Joe le levantaba la falda, mordiéndose un jadeo y cerrando los ojos, al tiempo que su cuerpo se estremeció cuando él la penetró.
El brasileño la tomó nuevamente por las caderas, entrando y saliendo de ella con rapidez y precisión, su labio inferior tembloroso ante el placer que le brindaba a su miembro la fricción de la vagina de (_Tn) , esa sensación que se le extendía por todo el cuerpo y lo envolvía, apoderándose de todo lo que era.
Abandonó su cuerpo unos segundos y la hizo girar tomándola por la cintura la elevó y la sentó en la lavadora, con manos rápidas se bajó la bermuda, eso de solo sacárselo por el cierre era muy incómodo.
Ya ella lo esperaba ansiosa por lo que una vez más se sumergió en la chica, haciéndola delirar con sus arremetidas, mientras al cuerpo tembloroso de ella se aunaban las vibraciones de la lavadora y él podía sentirla cada vez que irrumpía en sus entrañas proporcionándole más placer.
—No te detengas... Llévame contigo al abismo donde grito y ruego por más. —Le pidió (_Tn) tomándolo por el cuello con fuerza—. No te pares ahora. —Le suplicó cuando empezaba a divisar la luz que la cegaba en medio del orgasmo.
—No pienso hacerlo... ¿Así lo quieres? —Le preguntaba y era más contundente con sus penetraciones.
—Sí... sí, así Joe ... —Arqueándose y tensándose en su despegue al cielo.
Él buscaba la manera de satisfacerla, de no dejarla a medias, tal vez por eso primero calentaba muy bien el área de trabajo, para no derramarse sin tener la convicción de que (_Tn) primero había vivido el estallido.
Segundos después él enterró la cabeza en el pecho de (_Tn) , sintiendo como los latidos del corazón de ella retumbaban, con sus brazos le cerraba la cintura y depositaba besos cortos en los senos cubiertos por la camiseta, esperando que la respiración en él se normalizara.
—Si de esta manera me vas a entretener, quiero lavar todos los días.
—Te dije que no era tan malo —dijo la chica tomándole el rostro e instándolo a que elevara la cabeza, para mirarlo a los ojos y besarlo un par de veces en los labios que aun entreabiertos buscaban oxígeno.
—Necesito que dejes de besarme, para poder alzarme la bermuda no quiero mostrarle el culo a la dueña de la lavandería.
(_Tn) no pudo evitar reír y observar como él se quitaba la camiseta sin mangas y se limpiaba la dejó caer sobre la lavadora y se alzó la bermuda, la chica aprovechó la prenda y se limpió entre los muslos, para después abrir la tapa y lanzarla.
—Puedes regresar sin camiseta al motel —bajando de un brinco y se encaminó, donde habían echado la ropa blanca la cual ya estaba lista, cambio el agua un par de veces y Joe se encargó de meter las prendas en la secadora, mientras ella revisaba la otra.




CAPÍTULO 31
Después de un extenuante día de lavado, (_Tn) se encontraba sentada sobre sus piernas en el centro de la cama viendo un capítulo de Supernatural y comiendo yogurt, mientras Joe estaba sumido en su portátil revisando algunos correos que le habían llegado de la fiscalía, aunque hubiese adelantado sus vacaciones, el trabajo no lo abandonaba, eran un par de asesoramientos de compañeros, así como otro le pedía ayuda en un caso.
Otro correo era de Smith que le notificaba sobre el caso del banco Wester, el dueño se lanzó a la quiebra a principios de año dejando a los empleados y clientes a la deriva, estaban seguros que eso de la quiebra no era más que una pantalla para largarse del país con el dinero que quien sabe a qué isla del Caribe lo habrá transferido. El juez había dictado detención preventiva contra Jacob Roberts. ¡Eso era buena noticia!
Pero no tenía ningún correo de Cooper y necesitaba saber de él, le había dicho que apenas tuviese noticias se las haría llegar y éstas se estaban tardando más de lo debido.
Sumido en parte de su trabajo, las horas pasaban sin darse cuenta. Le llegó un mensaje instantáneo y era de su primo Thor, le extrañó verlo conectado porque normalmente estaría entrenando o durmiendo.
Que bolas primo, a esta hora estaría cogiendo y no conectado.
Joe no pudo evitar reír y al buscar a (_Tn) con la mirada se percató de que se había quedado dormida y fue en ese momento que se dio cuenta que eran las 10:45 pm.
Solo trabajo un poco ya he cogido durante la tarde ¿qué haces conectado a esta hora? —Tecleó su respuesta y la envió.
Casi al instante Thor le contestaba.
Se supone que estás de vacaciones, solo tienes que hacer feliz a (_Tn) , olvidarte por un tiempo del abogado. Estaba algo aburrido no tengo a quien joderle la vida y decidí entretenerme un poco... ¡Que mierda! No te voy a dar explicaciones.
Joe trató de no carcajearse para no despertar a (_Tn) , sabiendo que nunca podía ganarle a Thor, este no se dejaba acorralar ni por las buenas.
Está bien, no hago preguntas, seguro estabas haciéndote una paja. ¿Cómo están las cosas por allá?
Joe esperaba la respuesta pero esta no llegaba, estaba por desconectarse y largarse a dormir cuando recibió el mensaje de Thor.
Todo está bien, al menos el apartamento sigue en pie. No tengo necesidad de masturbarme. ¿Dónde te encuentras?
Joe empezó a teclear su respuesta y despedida.
Estamos en Amarillo, por la mañana nos vamos a Albuquerque, lo que me recuerda que debo dormir.
Te llamo durante la tarde, espero y ahora si contestes mis llamadas.
Esta vez la respuesta de Thor, no tardo tanto.
Sí, es mejor que descanses, te he dicho que no contesté porque estaba ocupado, no eres el único que tiene obligaciones, ni mujeres.
Espero tu llamada.
Joe leyó el mensaje de Thor y se desconectó, cerró los programas abiertos y apagó la portátil. Dejó libre un suspiro y se llevó las manos
entrelazadas a la nuca, adhiriéndose al espaldar de la silla, mientras observaba a (_Tn) dormir.
Después de un minuto, se puso de pie y se acercó a la cama, agarró la sábana y la arropó, ya que ella solo se encontraba con un camisón, de cerca observó el hermoso rostro relajado, sintiendo una ternura que lo calaba por entero, esa sensación que embargaba su pecho. Sólo en (_Tn) había descubierto esa combinación que abarcaba todo. Ella era deseo, pasión, lujuria, felicidad, rabia, ternura...y estaba seguro que había más emociones, solo que de momento no lograba definirlas.
Le dio un beso en los cabellos y se dirigió al baño, del cual regresó pasado unos minutos, para acostarse detrás de la chica la cual refugió entre sus brazos, dándole otro beso en los cabellos, sintiéndose protector, sintiéndola pequeña en su abrazo.
A (_Tn) las ganas de ir al baño la atacaron durante la madrugada, aún en medio de la somnolencia sintió el cuerpo caliente de Joe a su espalda y este le tenía una de las manos sobre el seno izquierdo, no pudo evitar sonreír y quitárselo con cuidado para no despertarlo.
Al entrar al baño, se dio cuenta de que estaba menstruando, era algo que ya esperaba.
—Mierda, no pudiste perdonarme al menos este tiempo, tienes que llegar a joder el viaje. —Se dijo y se levantó con fastidio, comprendiendo en ese momento porqué había actuado tan estúpidamente el día anterior al ponerse a llorar por una tontería.
Regresó a la habitación y buscó en su bolso de mano los tampones para ir de nuevo al baño donde hizo lo necesario para evitar manchar las sábanas.
Sin embargo el sueño se le había esfumado y Joe se encontraba profundamente dormido, sabía que si se metía en la cama solo empezaría a dar vueltas y lo incomodaría.
Vio sobre la mesa de noche la cámara y recordó las fotos de los
Cadillacs y sabía que era el mejor momento para averiguar qué era lo que Joe había escrito, dormido no podría impedírselo.
Antes de encaminarse a la portátil, no pudo evitar tomarle una foto, la cual salió con la hermosa luz de la lámpara de noche sobre su rostro.
Después de unos minutos se encontraba tecleando en el traductor las palabras que Joe había escrito en portugués, con un solo click el corazón se le instaló en la garganta y quiso correr a abrazarlo y besarlo, pero no quería despertarlo al leer.
Tengo a mi lado a la mujer que me pidió confianza, algo que en mí es imposible, al menos lo era antes de conocerla, porque poco a poco me la está robando, no se la estoy brindando y eso hace todo más fácil, con (_Tn) todo es más fácil.
Entonces a su memoria saltaron también las palabras expuestas en una de las notas que acompañaban a las orquídeas que le había enviado, esa donde decía; Que era una Pantera y que estaba dispuesto a quemarse con tal de estar a su lado, porque sin duda la Mariposa era ella.
Joe le tenía miedo al fuego y estaba dispuesto a vencer sus miedos por ella. ¿Era eso lo que quería decir la nota? O simplemente estaba sacando conclusiones a la ligera.
—Sí solo estoy haciéndome un película con todo esto, son cosas sin sentido, estoy viendo fantasmas donde no los hay, lo que hay entre Joe y yo es simplemente química, amistad... La pasamos muy bien cogiendo, solo eso. —Cerró la página y se dispuso a pasar las fotografías a la portátil, pero su curiosidad femenina, se vio aguijoneada al tener el acceso a algo de Joe , era privado, no pretendía buscar conversaciones con otras mujeres, ni pornografía, nada de eso, solo quería conocerlo un poco más a través de un aparato electrónico.
Entro a los documentos y solo se encontró con docenas de carpetas, la mirada de ella las recorría de arriba abajo.
* Teoría del Caso: Justin Adams
*Teoría del Caso: Dana Bruner
* Teoría del Caso: Jonathan Bratt
* Teoría del Caso: David Haythe.
Todas las carpetas eran sin duda parte de su trabajo, leía cada nombre, hasta que uno captó absolutamente su atención.
* Teoría del Caso: Elizabeth Jonas .
Sus dedos latían ante las ganas que tenía por abrir la carpeta y saber qué era lo que escondía Joe . Aún recordaba la conversación que tuvo con alguien por teléfono cuando estuvo en su departamento y creía que estaba dormida, también el significado del tatuaje, ese juramento, era hacer justicia por su madre, pero ¿qué había pasado?
Cerró los ojos y le dio click a la carpeta, al abrirlo solo se encontró con el campo donde pedía clave de acceso.
—Debí suponerlo —murmuró dejando libre un suspiro y alargando la mirada para constatar que Joe seguía profundamente dormido.
Quiso saber si solo era la carpeta de Elizabeth Jonas la que se encontraba bloqueada, pero todas pedían clave de acceso, sin duda alguna resguardaba su trabajo.
Sabiendo que no encontraría nada fisgoneando entre los documentos de Joe , decidió ver las fotografías que ya él había descargado.
Pero en las imágenes encontró otra carpeta de Elizabeth Jonas y entre paréntesis mamá, eso la llenó de ternura y de cierta tristeza porque saber que la llevaba con él era fiel muestra de que la extrañaba.
Sin siquiera pensarlo le dio click y esta si abrió, a simple vista podía notarse que eran imágenes escaneadas, encontrándose a una joven de cabellos rubios obscuro, ojos avellanas y la sonrisa era la misma de Joe , él la había heredado, era hermosa, se le veía muy espontánea, pero también elegante y estaba segura que no llegaba a los veinte años.
Si esa era la madre de Joe , él no se parecía mucho, solo la nariz y la sonrisa, de resto tendría que ser parecido al padre, en una de las fotografías estaba cargada por un chico y reconoció al señor Reinhard Jonas , era muy parecido a Thor, solo que con menos masa muscular.
—¡Qué envidia de cuerpo! —exclamó muy bajo al verla en lo que parecían ser los carnavales de Río de Janeiro.
En otra estaba en una playa, ella en medio de dos jóvenes, uno era el tío de Joe y podía jurar que el otro era el padre por la forma de pasarle el brazo por la cintura de manera más íntima, era muy guapo, ojos azules y cabello oscuro, había varias fotografías con el mismo chico y no le quedaron dudas, ese era el padre de Joe y se les veía muy bien juntos.
En otra estaba la misma chica, la fotografía la mostraba muy joven y tenía una orquídea morada en las manos, parecía ser una imagen profesional, como si fuese para un book de modelos.
Siguió revisando las fotografías, hasta que también conoció a los abuelos de Joe , señores muy elegantes que no parecía que fuesen a playas nudistas.
El canto de un gallo cercano le hizo mirar la hora y casi brincó de la silla cuando vio que eran las 5:20am. Rápidamente cerró la carpeta y apagó la portátil dejándola tal y como estaba no quería que Joe mal interpretara ese pequeño vistazo a su intimidad.
Se encaminó a la cama y con cuidado se acostó detrás de él, ya que este se había robado su lado de la cama, pasó su brazo por la cintura y buscó una de las manos entrelazándola a la suya, depositándole varios besos en la espalda tentada por la suavidad y calidez de la piel.
—¿Tienes ganas de coger? —preguntó con la voz ronca evidenciando que estaba más dormido que despierto.
—Si tengo, pero te voy a dejar descansar, además no puedo... Me declaro fuera de servicios por los próximos cuatro días al menos hasta que lleguemos a Flagstaff.
Él se volvió en la cama, poniéndose de frente y uniendo su frente a la de la chica, con los ojos cerrados.
—¿Quién dice que estoy cansado? ¿Y por qué me pondrás en huelga tanto tiempo? —murmuró y a ciegas le acariciaba los cabellos a (_Tn) .
—Puede que no estés cansado, pero debes estar relajado... Y bueno, mi condición como mujer se impuso, me vino la regla.
—Mierda, nunca he compartido con una mujer con la regla... Pero eso no es inconveniente igual podríamos hacerlo, mientras haya ganas lo demás no importa... Dime algo ¿son ciertos esos cambios de humor en las mujeres o solo son mitos?
—Son mitos... No mentira, es cierto, muy cierto... Así que te advierto si ves que me comporto como una estúpida llorona o me vuelvo insoportable no es mi culpa, de todo eso se encargan las hormonas.
—Bien, me alegra saberlo, así sé que cuando llores porque nos toque despedirnos de Santa fe o cualquier otro lugar, solo te abrazaré y te prometeré traerte de vuelta, cuando te molestes porque se acabó el agua, solo te dejo sola, que destroces el lugar y cuando regrese traeré agua... ¿Crees que es la manera de lidiar con tus estados de ánimo?
—Mejor que cualquiera, Oscar ya sabe porque me irrito por cualquier cosa... —No pudo evitar sonreír—. Ya estas advertido.
—¿Quieres mucho a Oscar?
—Es al hombre que más quiero, te he dicho que ha sido mi soporte y sé que también me quiere, irá conmigo a donde vaya.
—Entonces tendré que revisar una vez más la cajuela del auto, puede que Oscar este metido allí y no nos hayamos dado cuenta.
—No es para tanto, él sabe darme mi espacio... Ahora sigue durmiendo que falta muy poco para que amanezca y nos toque despedirnos de Amarillo, deberás abrazarme y prometerme que me traerás de nuevo, si no
quieres que me deshidrate llorando.
—Te traeré todas las veces que quieras. —Aún con los ojos cerrados buscó los labios de (_Tn) y le depositó tiernos besos.
No dijeron nada más solo se quedaron en silencio, ya que tampoco volvieron a dormir, Joe abrió los ojos y se miró en los de (_Tn) por mucho, mucho tiempo, ella hacía lo mismo, no hacían falta palabras, sus miradas expresaban ese sentimiento que ninguno de los dos se atrevía a pronunciar.

ElitzJb
ElitzJb


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Miér 27 Ago 2014, 5:27 pm

CAPÍTULO 32
William Cooper se encontraba en su oficina, disfrutando de un café ruso, ese bien cargado con su chorrito de whisky, para entrar en calor y despertarse completamente, mientras se ponía al día con las noticias en el New York Times.
Un becario llamó a la puerta y él le hizo un ademán para que el joven pasara.
—Buenos días detective, le han enviado el informe de la morgue con el caso de Elizabeth Jonas . —Entregándole la carpeta.
Cooper se puso de pie para recibirla, evidenciando que realmente le interesaba la correspondencia.
—Gracias Mark, déjame solo por favor.
—Sí señor, si necesita algo ya sabe estoy...
—Sí hombre, ya sé que estás disponible, pero deja de parecer puta en quincena, deja de ofrecerte para todo que después te agarran el número, necesitamos hombres con las bolas bien cargadas, ser el becario no te convierte en menos de los que están allá afuera, estás capacitado para hacer el mismo trabajo. —Le aconsejó con su manera ruda de ser, pero que lo hacía para que el chico aprendiera de una vez por todas porque ya le había dicho de manera más aceptable que no fuese tan sumiso y parecía no entender.
—Sí señor —dijo y salió casi despavorido de la oficina.
Cooper solo negó con la cabeza, el chico era inteligente, pero muy cobarde. Dejó de lado lo del becario y se fue a la correspondencia en sus manos, rasgó la etiqueta de información clasificada y sacó la carpeta del sobre, al tiempo que con una mano se colocaba los lentes de aumento.
Abrió la carpeta y se saltó todo el protocolo del saludo, se fue directamente a lo que le interesaba, un resumen realizado por los dos, firmado por el especialista de Nueva York y que trabajaba para la unidad policial y el de Las Vegas que Jonas había mandado a buscar.
Era un informe parcial de la reconstrucción del cuerpo de Elizabeth Jonas , el cual formaba parte de la segunda fase, de las tres que tenían previstas realizar.
Leía atentamente lo que enunciaba y apenas llevaba la mitad cuando se dejó caer sentando en su sillón, sintiendo una gran presión apoderarse de su pecho y esta aumentaba a cada párrafo.
—¡Dios bendito! —exclamó horrorizado.
No podía si quiera entender a Jonas , ¿Cómo había soportado eso? ¿Cómo aún después de tantos años se lo guardaba? Él mismo buscaría a esos hijos de puta y podría regalarle las cabezas en bandeja de plata y evitarse todo el proceso de llevarlos a juicio.
Solo podía imaginar a su hijo mayor que contaba con nueve años en una situación como esa, presenciando tal atrocidad que lo dejaría marcado de por vida y él corazón le taladraba el pecho.
Ahora podía entender la actitud de Jonas al salir corriendo de la sala de conferencias, comprendía ese miedo y dolor que vio en sus ojos el día de la exhumación del cadáver, no era una simple obsesión, no sólo es hacer justicia por su madre, lo necesita para poder superar ese episodio de su vida en el que se encontraba estancado.
Revisó a grandes rasgos las fotografías forenses de cómo se encontraba la reconstrucción del cadáver y leyó la conclusión donde informaban que en diez días le enviarían la última fase, que lo encontrado hasta el momento solo era a lo que podían llegar con más facilidad y según lo que les podía ofrecer el estado de la estructura ósea, también le dejaban claro que habría lesiones imposibles de recuperar en el proceso, pero con lo encontrado hasta ahora tenían para seguir trabajando sobre el caso.
Cooper lanzó la carpeta sobre el escritorio y fue consciente del temblor en sus manos y ese gran nudo en su garganta, Dios lo librara de pasar por semejante situación porque enloquecería, su perfil psicológico se iría a la mierda, pero no descansaría hasta mandarlos al infierno.
Sin poder más las lágrimas inundaron los ojos azules y antes de que estas se derramaran se las seco, respiró profundo en varias oportunidades, para calmarse, no debía dejar que un caso lo afectará de esa manera, pero no podía evitarlo, porque tenía le versión de los hechos de Jonas y era lo que hasta el momento le cuadraba con el informe forense.
Sin pensarlo, solo arrastrado por una necesidad que no podía comprender, por esa misma que no lograba desligarse del caso, agarró el teléfono y marcó a su casa.
—Hola cariño —saludó a su esposa que contestaba la llamada—. ¿Cómo estás?
—Estoy bien, Dilan acaba de quedarse dormido ¿cómo has llegado al trabajo?
—Bien, poniéndome al día con un caso, recuerdas, el de Jonas .
—Sí claro, el del fiscal, el que dice que no está hecho para domingos familiares.
—El mismo... ¿Cariño, Willy está cerca? —preguntó tratando de que su voz no evidenciara las emociones.
—Está metido de cabeza en el X-box ¡Willy!—Le informó a su esposo lo que el niño hacía y lo llamó—. ¡Tu padre al teléfono!
—Hola papi —saludó el niño evidenciando que había corrido para ponerse al teléfono.
—Hola campeón, me dice tu mami que estás jugando al X-Box... ¿Vamos ganando?
—Aún no puedo superar tu puntuación papi —decía emocionado.
—Bueno esta tarde cuando llegue te confiaré unos trucos, te quiero hijo.
—Yo también papi, le diré a mami que te prepare maíz para la cena.
—Ese es mi hijo, pensando en lo que le gusta a su padre... Recuerda hacer los deberes, ahora te tengo que dejar.
—Adiós papi.
—Adiós hijo. —William Cooper finalizó la llamada y trató de concentrarse en su trabajo, esperaría que Jonas regresara de sus vacaciones lo que menos quería era enlutarle un momento en el cual debía dejar todo por fuera y disfrutar.


CAPÍTULO 33
Cuando Thor le dijo a Megan que necesitaban recurrir cuanto antes a un método anticonceptivo seguro porque habría momentos en que no tendría condones a mano, ella solo pensó en que su novio tendría ganas muy a menudo, pero jamás pensó que sería ella la que no podría controlarse, cada vez que lo tenía cerca la piel se le prendía en llamas y el deseo empezaba a devorársela por dentro.
Habían pasado muy pocos días desde que había dejado de ser virgen y después de pasar dos días con él en su departamento no habían tenido la oportunidad de poder estar a solas durante el tiempo requerido, debían conformarse con toquetearse en algunos lugares apartados del Central Park en su rutina de trote diario y eso sólo la dejaba peor.
Apenas escuchó la corneta del Lexus se paró de un brinco de la banca y le dio un beso a su amiga Ciryl en la mejilla, quien le hizo un gesto vulgar con su mano cerca de su boca y con su lengua en la parte interior de su mejilla como si estuviese proporcionando sexo oral.
—Aún no llegamos a esa parte —dijo con la mirada brillante por la emoción y excitación que de golpe la asaltaba.
—Bueno, no tardes... Aunque no lo hagas todavía, quedaras muy mal, te enseñaré como hacerlo para que tengas a ese fortachón en la palma de tu mano.
—Anótalo en la agenda. —Le pidió con esa picardía que la caracterizaba.
Ciryl sacó una agenda rosada y morada de Barbie.
—Esto no cuadra en esta agenda, pero igual te haré un hueco en la clase del jueves a las siete... A ver, sí aquí... Enseñarle a Megan a hacer una buena mamada —hablaba mientras escribía—. Si quieres no regreses a la
clase, te prestaré los apuntes y si puedo te grabaré un poco la clase.
—¡Gracias Ciryl! No tengo como pagarte.
—No tienes que pagarme nada, me agrada verte tan bien, eso era lo que te hacía falta, un hombre que te distrajera de las tonterías de no comer y del soy horrible.
—Ya sé que no lo soy, Thor me dice todo el tiempo lo que le gusto, le gustan mis tetitas —chillando de emoción y agarrándoselas, cuando la corneta del Lexus se escuchaba una vez más.
—Bueno ya no lo hagas esperar que se le nota que está ansioso por coger.
—No más que yo amiga. —Le dio un nuevo beso y salió corriendo.
El corazón se le instaló en la garganta al ver el auto, pero no dejo de correr, hasta llegar a este, abrir la puerta y subirse.
—Larguémonos que me muero por besarte y pueden vernos las cámaras, no quiero que me sancionen por inmoral —dijo con voz urgente.
Thor le regaló una sonrisa y le tomó la mano entrelazando sus dedos con los de ella, sintiendo como esa pequeña mano tenía el poder para descontrolarlo.
Apenas habían avanzado una cuadra cuando el semáforo de la primera intersección se lo encontraron en rojo, Megan no pudo evitarlo, verlo vestido con ese gris plomo, pantalón de lino, chaleco y saco de lana, camisa blanca y corbata negra con rayas grises y plateada, lo hacían lucir de muerte lenta y ella no podía con la tortura por lo que en un impulso y como un rayo se ubicó a horcajadas en medio de las piernas de su novio, con desespero le llevó las manos al rostro y lo besó con las ganas que la calcinaban.
—Megan... Megan —dijo alejándola un poco—. Estamos en plena vía pública, un segundo más y no te van a sancionar por inmoral, nos van a
llevar detenidos. —Tomándola por la cintura y llevándola de regreso al asiento del copiloto.
—Busca un lugar seguro cuanto antes —dijo metiéndose las manos por debajo de la falda a cuadros que llevaba puesta y que le llegaba por arriba de las rodillas, quitándose las bragas moradas de encajes que se había comprado para enseñárselas a su novio, ya no quería nada de ositos, ni manzanas o fresas, seguiría usando colores pasteles, pero con un modelo más sugerentes, estaba segura que las transparencias ocasionarían erecciones que la frutas definitivamente no.
—Vamos al departamento —dijo atendiendo la luz en verde, pero su voz delataba la urgencia que también reinaba en él.
—¡No! Llegar nos tomará mucho tiempo, quiero tenerte ya.
—Ay Megan... ay Megan. —Sin saber qué hacer, porque se suponía que ella debía ser la razonable de la relación, al menos en el sexo.
Sin pensarlo mucho Thor cruzó a la derecha y se metió en el primer estacionamiento que encontró, a una velocidad que se ganaría una multa exorbitante si algún fiscal de tránsito o policía lo viese, subió al tercer piso, ya que en los dos primeros había más autos y no quería exponer a Megan o tener que detenerse en el momento menos esperado.
Estacionó y una vez más Megan lo sorprendía con su agilidad, en un abrir y cerrar de ojos la tenía encima, besándolo con desespero, él solo llevó sus manos debajo de la falda y se aferró al culo de la chica, compartiendo jadeos.
Megan mientras lo besaba lo sentía sofocado, tal vez por la vestimenta, por lo que llevó sus manos a la corbata del chico y con lentos jalones la deshizo, brindándole un poco más de comodidad, le desabotonó el chaleco y la camisa, pasando sus manos temblorosas por el abdomen, deleitándose con la firmeza de cada músculo y la erección empezaba a ser tangible a través de los pantalones de lino y pudo sentirla más cuando él llevó las manos a las caderas e hizo que se sentara, rozándose contra el centro ansioso.
—No te me has salido de la cabeza un solo instante, anhelaba este momento... Me has enfermado Thor... Me has vuelto dependiente del sexo... Yo no era así, no lo era —hablaba jalando la corbata y sacándola del cuello.
—Es bueno, el sexo es bueno... —dijo con una sonrisa maliciosa—. ¿No te parece?
—Si me gusta y mucho... Me gusta sentir cada segundo cuando me tocas, no hay nada mejor en la tierra, ni en el cielo a cuando me haces tu mujer... Ser tu mujer es lo mejor que me ha pasado en la vida — murmuraba temblorosa por la excitación, agarró una de las manos de Thor y amarró uno de los extremos de la corbata a la muñeca del chico, tiró de la prenda y la pasó por detrás de su cuerpo y a través del volante para con el otro extremo amarrar la otra muñeca.
Thor no podía asimilar que Megan lo había atado al volante de su auto, le quitaba el control y por primera vez se sentía indefenso.
—¿Qué has hecho Megan? —preguntó tirando de sus manos, pero no podía zafarse y su mirada se ancló en la chica desabotonándose lentamente el jersey, mientras se relamía los labios, mostrándose ansiosa, ocasionando con esto que las pulsaciones que provocaban su erección se desbocaran.
—Recuerdas que me diste el control, por primera vez en mi vida, tengo el control... No dependo de mis miedos, puedo hacer lo que quiera y no lo que me impongan —hablaba quitándose la camiseta que llevaba puesta y sin perder tiempo se quitó el brassier, apoyándose con sus rodillas se incorporó al tiempo que se aferraba a los cabellos de Thor—. Mis tetitas están ansiosas —murmuró rozando sus pezones contra los labios del rubio y un jadeo irrumpió en su garganta al sentir la poderosa y dolorosa succión, pero era un dolor que provocaba latidos de placer en su centro.
El pecho le iba a reventar ante el influjo de su respiración y se convertía en un cúmulo de temblores, al sentir como Thor hacía derroche con sus senos, de uno brincaba al otro y los besaba o tiraba de los pezones y no podía más, no podía soportar las exigencias de su vagina.
Aflojó el agarre en los cabellos rubios y deslizó sus manos con lentitud, al tiempo que alejaba sus pechos de la boca de Thor, lo tomó por las mejillas y le elevó la cabeza, encontrándoselo sudoroso y con los labios hinchados y sonrojados por la tarea realizada con sus senos. Se miraron a los ojos por varios segundos y él tiró un mordisco al aire tratando de alcanzarle la boca.
—Quiero besarte, déjame besarte, si no me besas tiraré de la corbata hasta romperla y tomaré yo el control.
—¿Estas ansioso mi dios del trueno? Sí... sí lo estás —dijo sonriendo con pillería—. Puedo sentirlo, porque ha empezado a llover entre mis muslos.
—Megan... Ven aquí dame tu boca... —Le pidió guiñándole un ojo con seducción.
—¿Solo quieres mi boca? —Reteniéndole la cabeza con las manos a cada lado, percibiendo que le encantaba la sensación de las orejas de Thor entre sus dedos índice y medio.
—Te quiero a ti, toda... Quiero besarte y cogerte... —Estaba por decir algo mas pero ella dejó caer la boca sobre la suya y entonces se descontroló, la hizo gemir y suplicar en medio de besos voraces.
Megan deslizó las manos por el cuello, pecho y abdomen hasta llegar a la hebilla de la correa la cual desabrochó, así como desabotonó el pantalón y bajó el cierre, apenas tomó entre sus manos la elástica del slips y el miembro de Thor saltó, estaba tan duro que apenas si la tela lo había soportado.
El rubio ansioso empezó a bramar en la boca de Megan, conteniendo sus impulsos, para no reventar la corbata y penetrarla de una vez por todas, cuando ella por fin sació esa necesidad al dejarse vencer poco a poco, ofreciéndole el anhelado coito y él suspiró aliviado.
Megan empezó a moverse como sus instintos le indicaban, lo hacía de arriba hacia abajo, apoyándose en los hombros de su novio.
—Más rápido, un poco más rápido. —Pedía Thor con la respiración acelerada y su miraba se paseaba desde los ojos de la chica, por la boca y llegaba a las oscilación en sus pequeños senos a causa de ese movimiento que intensificaba ante el pedido.
Sabiendo que eran torpes pero ponía todo su empeño en mejorarlo, sin embargo en el momento en que el placer la dominaba hacía las cosas a su manera, se dejó caer, apretando sus muslos contra los de su novio se balanceó de atrás hacia adelante, aferrándose con fuerza a la solapas del saco amenazándolas con desintegrarlas y enterró su frente en el pecho de Thor, moviéndose más rápido en busca del éxtasis, cerró los ojos y los jadeos salían sin parar, respirando con la boca abierta y no podía si quiera hablar, los pulmones le jadeaban por oxígeno, el corazón se le estallaría, pero aún así no se detenía seguía forzando al cuerpo a dar más.
Le costaba mucho más respirar y el ambiente era más húmedo y sabía que se debía al lugar donde se encontraban, era más reducido, pero todo era distinto era más salvaje, ella se desconocía, nunca había sido tan lasciva, ni en sus pensamientos, había imaginado actuar de esa manera.
Bramó y su cuerpo se tensó, todo, absolutamente todo desapareció a su alrededor, no escuchaba nada, no veía nada solo era consciente de los temblores intermitentes que se apoderaban de su cuerpo sin poder evitarlos.
Regresó a la realidad ligera, temblorosa, sudorosa y sonriente, queriendo dar por terminado su momento, iba a levantarse, para reacomodarse y proseguir con su novio cuando él lo percibió.
—No lo hagas Megan... Un poco más, solo un poco más hazlo por mí, para mí —dijo él con voz urgente.
—Lo siento... Disculpa... —dijo moviéndose de nuevo.
—No hay nada que disculpar... Comprendo que estés aturdida y quieras dejar el trabajo a medias... Es normal que llegues primero que yo.
—No pensaba dejarte a medias, eso nunca... No voy a dejarte de
ninguna manera. —Palabras claves de Megan para que el corazón de Thor tomara latidos distintos más rápidos e intensos.
Sentía que las manos se le estaban durmiendo, tal vez la corbata atándole las muñecas le estaban cortando la circulación por lo que se aferró al volante, sintiendo como Megan con sus movimientos le arrancaba ese orgasmo, lo hacía delirar ante el placer, la sentía tan estrecha, tan acoplada a su miembro que glorificaba cada roce de ella, largos gruñidos se escapaban de su garganta, sonido que expresaba cuando llegaba al umbral del cielo. Para después de segundos descargarse.
Era la primera vez que Thor eyaculaba dentro de ella sin ningún tipo de protección y al sentir la primera descarga dio un respingo y no pudo evitar una carcajada, la cual se intensificó con la segunda, pero con la tercera y cuarta, solo reía.
—Me hace cosquillas... Sentí cuando eyaculaste, caliente y me dio cosquillas. —Sin parar de reír y contagiándolo con su risa, pero la de él era más cansada—. ¿Te ha gustado?
—Me has sorprendido, no esperaba que actuaras de esta manera... Megan, yo soy un caso perdido, podría coger en una iglesia si me dan ganas, pero tú no tienes por qué hacerlo... no si no te sientes cómoda.
—¿Te he dado la impresión de parecer incómoda? —preguntó apoyándose sobre sus rodillas elevándose y ofreciéndole una vez más los senos, enloquecía de placer cada vez que Thor deslizaba su lengua por ellos, era una sensación que la descontrolaba, pero al mismo tiempo la relajaba—. Si por mí fuera podríamos quedarnos aquí y hacerlo una vez más.
—Si me das diez minutos estaré listo de nuevo —dijo pasando lánguidamente su lengua por medio de los senos y atado a la mirada de ella.
—Te daré todo el tiempo que necesites, aunque pensándolo bien... Un confesionario debe ser emocionante. —Elevando una ceja con picardía.
— ¡Megan! —La voz de Thor fue un dulce regaño que a ella le encantó —. Solo fue un decir.
—Bueno está bien, vamos a tu cama... Tengo hasta las nueve porque Ciryl me grabará las clases.
—Creo que seré tu perdición, si antes ibas mal en los estudios, ahora vas a reprobar por mi culpa.
—Prometo mejorar en los estudios, pero hoy no quiero ir a clases, quiero seguir a tu lado, quiero meterme en tu cama y disfrutar contigo... Me gusta sentir como me quemas con tus labios.
—Mierda... —masculló—. No puedo ser serio o ponerte autoridad porque odiaba que lo hicieran y odio tener que hacerlo contigo.
—No lo hagas, para los regaños tengo a mi padre, a ti te quiero para que me hagas volar... —dijo moviéndose de un lado a otro como si estuviese dejándose llevar por el viento—. Hoy quiero sentir tu peso, sé que puedo, ya no quiero hacerlo todo el tiempo arriba, si te busqué así tan alto y tan fuerte es porque quiero sentirte sobre mi cuerpo, ya tendrás la oportunidad de levantarte si ves que no respiro.
Él no pudo evitar soltar una carcajada. —¡Me vas a enloquecer! Eres una jovencita tremenda, entonces no perdamos el tiempo para sentirme completamente desnudo y excitado encima de ti.
Megan soltó un grito de emoción y con agilidad empezó a desamarrar la corbata, librándolo, le dio un beso y se pasó al lado del copiloto, mientras Thor resguardó su miembro, así como abotonó a medías su camisa.
Puso en marcha el automóvil y bajó los vidrios de las ventanillas para que entrará aire y que el olor a sexo se disimulara.
Thor una vez más le tomó la mano y entrelazó sus dedos con los de Megan, besándola a segundos, nunca en su vida había sido tan entregado o tan cariñoso, era algo que le salía de la nada, era una necesidad de brindarle cariño a Megan y que a él lo hacía sentirse pleno.
De pronto Megan se lanzó bruscamente hacia abajo, casi escondiéndose debajo del tablero.
—¿Que paso? —preguntó desconcertado.
—¡Mi mamá! —exclamó en voz baja como si pudiesen escucharla, mientras los autos se detenían ante un semáforo en rojo.
—¿Dónde?
—En el auto de al lado, la rubia —contestó manteniendo el mismo tono.
Thor miró de soslayo al auto negro de al lado y vio a la mujer que no alcanzaba los cincuenta, pero que se conservaba muy bien pasándole los brazos por el cuello a un chico que podía jurar tenía la misma edad que él y se besaban, más bien el hombre le estaba revisando las amígdalas.
—¿Con... tu papá? —Arrastró lentamente la pregunta, porque no le cuadraba algo en las apariencias, tal vez por los rasgos asiáticos del acompañante.
—¡No! Recuerda que mi papá regresa mañana... Es su amante.
—Ah... —Asintiendo lentamente tratando de procesar la información—. Con razón. —canturreó sonriente—. Arriesgada mi suegra, ya sé a quién has salido. —Ampliando la sonrisa y poniendo en marcha el auto, en la cuadra siguiente el coche en que se desplazaba la madre de Megan cruzó y ellos siguieron de largo.
ElitzJb
ElitzJb


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Miér 27 Ago 2014, 5:29 pm

CAPÍTULO 34
Joe y (_Tn) se miraban sonrientes mientras trataban de comer las hamburguesas que les habían servido y que estaban seguros no alcanzarían a consumir en su totalidad.
—Esto me hará salir una barriga espantosa —murmuró divertida la chica agarrando la jarra de cerveza—. Esto no es lo que acostumbro a cenar.
—Aprovecha, cuando regreses a Nueva York podrás internarte en el gimnasio. —Le dijo Joe alzando su jarra y chocándola con la de ella—. Solo disfruta el momento.
—Lo estoy disfrutando, me encanta este lugar... Si no fuese tan cosmopolita y no me encantara diseñar, podría vivir aquí, es verdaderamente hermoso, tanta naturaleza, todo apartado del bullicio, parece haberse quedado detenido en el tiempo. —Recorriendo con su mirada el local donde se encontraban, que era de madera, con ventanas de cristales y el olor a roble reinaba en el lugar.
—Sin duda alguna, más específicamente en los 80, creí que esas cosas ya no existían. —Ladeando la cabeza sutilmente señalando la rockola a un lado de la entrada.
—Te dije que debíamos traer la cámara, hemos perdido la oportunidad
de fotografiarla, me pregunto si funcionará o solo va con la decoración. — Terminó de decir y se llevó la hamburguesa a la boca teniendo que abrir demasiado la boca para morderla, al hacerlo la salsa rodó por una de sus comisuras y apenas si podía masticar y sonreía.
Joe en un impulso se incorporó y se echó hacia adelante, pasándole la lengua le retiró el hilo de salsa blanca, para dejarse caer sentado nuevamente.
(_Tn) agarró la servilleta y la agitó delante de él mientras seguía masticando, al tragar le dijo.
—Tengo servilletas.
—Yo quiero ser tu servilleta. —Mordiéndose el labio inferior, provocando el deseo en la chica.
—Hay personas aquí Joe ... Esto está lleno y no les gustará lo que haces.
—Si te fijas, nadie se volvió a mirarnos todos están en sus propias conversaciones y son personas adultas, con camisas de cuadros y pantalones de mezclilla —dijo sonriendo y su mirada fue captada por el dije de un águila en la pulsera de (_Tn) , para después mirarse la de él que era un halcón, quisiera saber cuál era el significado y por qué la vendedora de artesanía indígena no quiso cobrar nada por ellas.
(_Tn) se quedó mirándolo a medio masticar y podía jurar que podía leer sus pensamientos, por lo que trató de disimularlo tomando un gran trago de cerveza y seguidamente le dio otro mordisco a su hamburguesa atragantándose mientras despejaba sus pensamientos y al mismo tiempo inventado un tema de conversación que la llevase lejos del de los dijes colgando de sus muñecas.
—¿Sabes jugar billar? —preguntó (_Tn) desviando la mirada a la mesa al final del local.
—Un poco... Nunca me ha llamado la atención, pero si quieres podría
explicarte, espero y le agarres la técnica más rápido que al esquí acuático —dijo sonriente.
—No me lo recuerdes que aún me duele el culo. —Hizo un puchero y sonreía, recordando su aventura durante la tarde en el lago, donde Joe la sorprendió al esquiar perfectamente en el agua y que le había dicho que los deportes acuáticos se le daban muy bien, había crecido en la costa, en Brasil casi todos saben, esquiar o surfear—. Pero acepto que me enseñes a jugar billar.
—Después de la cena lo haremos, si quieres nos podemos quedar un día más.
—Me encantaría, me gusta mucho Flagstaff, pero ya estamos muy cerca del Gran Cañón... Prefiero que nos quedemos más tiempo en el parque, hay tanto por ver, sé que lo hay, hace un par de años estuve decida a realizar este viaje y me estudie todas las guías turísticas. —Regalándole una sonrisa a la señora que retiraba los platos con medias hamburguesas.
Joe la admiraba en silencio y aunque no fuese matemático sacaba cuentas muy rápido, dos años atrás ella mantenía una relación con Sturgess y no pudo evitar que en su estómago una hoguera cobrara vida al imaginarla con Richard viviendo cada momento, cada minutos que ellos habían compartido durante el viaje, torturándose, pero al mismo tiempo sintiendo alivio al saber que esa oportunidad no se dio.
—¿Desean más cerveza? —preguntó la mujer amablemente y ambos se miraron para ponerse de acuerdo.
—Sí, dos más por favor. —Pidió, Joe . La mujer asintió y se retiró sin borrar la calidad sonrisa que le regalaba a los turistas.
—No pienso emborracharme, no quiero hacer el ridículo en este lugar — acotó la chica riendo.
—No vamos a emborracharnos, yo no dejaré que lo hagas... ¿Por cierto alguna vez te has emborrachado? —preguntó estirando su mano por encima de la mesa y solo rozaba con la yema sus dedos, la punta de los de
(_Tn) . Con ese simple toque cortándole la respiración y robándole la concentración.
Ella negó con la cabeza mucho antes de contestar. —No, nunca lo he hecho... No sé qué se siente, siempre paro cuando empiezo a sentirme mareada... ¿Y tú? Aunque no debería preguntarlo.
—Muchas veces, sobre todo en la adolescencia, hubo un tiempo que me emborrachaba todos los fines de semana, cuando entré en la universidad lo hacía pero no tan a menudo, ya cuando me gradué y me dieron el puesto de asistente al fiscal general mucho menos, debo dar el ejemplo y bla, bla, bla... —La mujer llegó con las cervezas y ellos le dieron el primer trago disfrutando de lo fría que se encontraba.
—¿Y quieres emborracharte hoy? Podría mantenerme sobria y cuidar de ti, aquí nadie podrá juzgar al fiscal.
—No, no quiero hacerlo, sería muy desagradable que termine vomitando los restos mal digeridos de mi hamburguesa sobre tus botas... Si me emborracharía lo haría contigo, a solas.
—Prometo que lo haremos antes de regresar a Nueva York... —Estaba por decir algo mas pero el feedback de un micrófono interrumpió la conversación.
—Buenas noches bienvenidos sean todos, damas y caballeros. —Empezó a hablar un hombre vestido de vaquero con un gracioso bigote, que se encontraba tras la barra con luces directas de varios colores sobre él—. Hoy es jueves, algunos ya conocen la tradición, pero como sabemos que siempre hay turistas nos complace explicarles en qué consisten nuestros jueves nocturnos. Nuestra misión principal es mantener viva la creencia de nuestros antepasados, los indios, es por eso que contamos las leyendas, esas que han pasado de generación en generación, y que atesoramos porque son sinónimo de sabiduría.
(_Tn) y Joe pusieron su total atención en el hombre al igual que todos los presentes.
—Hoy les contaré dos leyendas, la primera es de los Cherokees. —Les anunció y se dispuso a contar—. Estaba un niño con su abuelo, en una noche de Luna llena, pero el abuelo veía al niño un poco angustiado y decidió preguntarle que le pasaba. El pequeño le contestó.
—Es que tengo un dilema abuelo, siento que tengo en mi interior a dos lobos luchando constantemente... Uno de ellos está lleno de rabia, odio, ira, con ganas de destruir todo a su alrededor, el otro en cambio está lleno de amor, luz y generosidad. Me gustaría saber cuál de los dos va a ganar.
El abuelo se tomó unos minutos para meditar. Cuando encontró la respuesta correcta, le colocó una mano en el pecho a su pequeño nieto y mirándolo a los ojos le dijo. “Ganara al que tu alimentes”
Joe se sintió plenamente identificado con la leyenda, sintiendo como en su interior todo se volvía un completo caos, solo bajó la mirada a su mano derecha que inconscientemente empuñaba la servilleta.
Ojalá todo fuese tan fácil como lo dice la leyenda, ¿Cómo no alimentar también al odio?; ¿Cómo dejarte en el olvido? ¿Cómo no hacer nada? No es lo que te mereces mamá y no voy a desistir del juramento que te hice. — Se dijo en pensamientos.
Mientras Joe se encontraba sumido en sus cavilaciones el hombre había explicado y dado ejemplos sobre la leyenda, para después contar la siguiente.
—¿Cuántas parejas tenemos aquí hoy? —preguntó y varias personas levantaron la mano,
Joe tomó la de (_Tn) y la elevó, estaban seguro de que eran pareja todo este tiempo lo habían confirmado, al menos mientras viajaban lo hacían como tal. Ella solo lo miró de soslayo y le regaló una sonrisa.
—Unos cuantos enamorados —acotó sonriente el hombre—. La siguiente leyenda es de los Sioux, esa que nos muestra que el amor no es una atadura. Empezamos. —Se aclaró la garganta e inicio—. Unos jóvenes
enamorados, llegaron tomados de la mano hasta la tienda del viejo brujo de la tribu. Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, junto a su amada Nube Azul, la hija del cacique y una de las mujeres más hermosa de la tribu.
—Nos amamos... —Empezó el joven guerrero.
—Y nos vamos a casar —dijo ella
—Nos queremos tanto que tenemos miedo... Queremos un hechizo, un conjuro o un talismán, algo que nos garantice que podemos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro, hasta encontrar la muerte. —Era lo que más deseaba Toro Bravo.
—Por favor ¿hay algo que podamos hacer? —preguntó la hermosa hija del cacique.
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes, mientras pensaba en sus sabias palabras.
—Hay algo. —dijo al fin el viejo—. Pero no sé, es una tarea muy difícil y sacrificada...Nube Azul. —Dirigiéndose a la joven india—. ¿Ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos y tendrás que cazar al halcón más vigoroso y hermoso del monte... Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida, el tercer día después de Luna llena ¿comprendiste? —Le preguntó y como ella deseaba tener hasta la muerte al joven guerrero aceptó el reto.
—Y tu Toro Bravo. —Dirigiéndose en esta oportunidad al joven indio —. Deberás escalar la montaña del trueno, cuando llegues a la cima encontrarás a la más brava de todas las águilas...
En ese momento, Joe comprendió que esa leyenda tenía que ver con los dijes que colgaban de sus pulseras y (_Tn) pensó lo mismo porque ambos cruzaron su mirada, pero muy rápidamente la regresaron al hombre que seguía contando la historia.
—Y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin herirla,
la necesito ante mi viva y tendrás que estar aquí el mismo día que Nube Azul, si están dispuestos salgan ahora.
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada... Ella hacia el norte y él hacia el sur. El día establecido frente a la tienda del brujo los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas, eran verdaderamente hermosos ejemplares.
—¿Y ahora que haremos? —preguntó el joven—. ¿Las mataremos y beberemos en honor de su sangre?
—No —dijo el brujo.
—Los cocinaremos y comeremos el valor de su carne. —Propuso la joven.
—No —repitió el viejo—. Harán lo que les digo: tomen las aves y atenías entre sí, por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar el vuelo, pero solo consiguieron revolcarse, unos minutos después irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí, hasta lastimarse.
—Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto, son ustedes como un águila y un halcón... Si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no solo vivirán arrastrándose, sino que además tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro...Si quieren que el amor entre ustedes perdure... “Vuelen juntos, pero jamás atados” y podrán conocer el amor más allá de la muerte.
Joe y (_Tn) intentaban asimilar la leyenda, sin duda alguna los había cautivado, pero no se atrevían a mirarse por temor a que su mirada y entusiasmo delatara los sentimientos que los dominaban.
Los aplausos de los presentes irrumpieron en el lugar y ellos se unieron a la algarabía, las mujeres que servían de meseras en el lugar salieron. Y una de ellas se paró al lado de la mesa que ocupaban, así como las demás se pararon en otras.
El hombre se ubicó a un lado de la rockola, captando la atención de los chicos que constataron que aún funcionaba, le introdujo una moneda que sirvió para darle vida al iluminarla.
—Ahora a las parejas que nos acompañan esta noche, sí esas mismas que levantaron las manos, los invitamos a que vuelen juntos y que sigan enamorándose sin necesidad de atarse —dijo estas palabras y el sonido de un piano salía de la rockola.
Las mujeres les pidieron que se pusieran de pie y los tomaron por las manos guiándolos al centro del salón el cual bajó la intensidad de la luz.
Joe y (_Tn) se encontraban renuentes a caminar, además de confundidos, por un lado no querían hacerlo porque se sentían vulnerables y por el otro lado si querían, no habían bailado nunca ese género musical.
Ambos no podían evitar reír nerviosamente retraídos, además del tema que les tocaría bailar era tan viejo como la rockola, pero que ambos conocían, sin embargo nunca antes le habían prestado atención a la letra.
—No vayas a pisarme —dijo (_Tn) con esa sonrisa nerviosa que bailaba en sus labios.
—No solo sé bailar electrónica y ritmos tropicales... No me subestimes (_Tn) ... —También riendo ante el tema que empezaban a bailar.
Arrancándole con esto una risa enérgica a (_Tn) tratando ambos de distraer su atención en otra cosa y alejarse completamente de ese momento tan romántico que compartían.
Joe se percató de que varias miradas se encontraban sobre ellos y no quería que malinterpretaran sus risas nerviosas como de burlas, por lo que apoyó la frente en el hombro de (_Tn) y siguió riendo, algo que no podía
ocultar en el movimiento de sus hombros.
Al no encontrarse amparado por la mirada de la chica, la estupidez que se había apoderado de él fue disminuyendo de a poco, mientras seguía guiándola en la suave melodía, a la que por primera vez le prestaba verdaderamente atención a la letra, juraba que hasta se la sabía, pero eran de esas canciones que uno memorizaba sin darle importancia.
Y el tema solo le decía como se sentía, todo lo que le venía pasando desde hacía un tiempo atrás, tal vez desde el mismo momento en que conoció a (_Tn) y no se alejó de ella, sino que la buscó tratando de jugar con fuego, aún cuando era su mayor miedo.
Por instinto y ganas, le llevó la mano a la nuca y sin previo aviso levantó la cabeza y la besó, sin darle tiempo a ella para reaccionar, sin dejarle más opciones que corresponder al intenso gesto, pegándola a su cuerpo, queriendo fundirla en él.
(_Tn) se dejó llevar por Joe y por esa sensación extraordinaria que él provocaba en ella, cerrando con sus brazos y colgándose del cuello masculino se ahogó en el beso, ese que hacía dolorosos y rápidos los latidos de su corazón haciéndola sentir más viva que nunca.
Los aplausos reventaron la burbuja en la que se encontraban, haciéndoles saber que el tema había llegado a su fin, Joe la tomó por la mano y la guió al final del local donde se encontraban dos mesas de billar.
Eligieron una y Joe agarró uno de los tacos, ese que podía adecuarse a las manos de (_Tn) , le explicó en qué consistía y lo más básico del billar o por lo menos lo que él sabía.
(_Tn) estaba preparándose para retirar el triángulo que mantenía las esferas en el centro de la mesa, cuando una de las meseras les colocó en la mesa de al lado una bandeja con dos jarras de cervezas, sabía que no se la tomaría porque la anterior había quedado por la mitad.
Joe sí agarró su jarra y le dio un trago, para después hacerle un ademán para que se acercara lo que ella hizo con ligereza, le explicó cómo
utilizar la tiza y (_Tn) intentó, eso no era nada de otro mundo.
Después de varios minutos le daba por primera vez con el taco a la esfera negra, la del número 8, podía estrellarla contra otras pero no alcanzaba a que ninguna entrara en alguno de los seis hoyos dispuestos.
Un hombre mayor se les unió, dejándolos a ambos con la boca abierta ante la destreza y amablemente les explicó que debían concentrarse más en la precisión del tiro, así como marcar el objetivo, que podían haber muchas esferas pero sólo elegir una y entonces obtendrían el resultado que esperaban.
Cuando quisieron darse cuenta de la hora ya era media noche por lo que decidieron regresar a su habitación que era un conjunto de cabañas, estaba como a diez minutos y regresarían caminando.
Al salir del local todos se despidieron amablemente como si los conocieran de toda la vida, deseándoles un feliz viaje, pero sobretodo tenerlos de regreso.
—Se ven demasiado cerca las estrellas —dijo (_Tn) inhalando profundamente, robándose el olor de los boques y soltando el aire en un suspiro—. Hay demasiadas, en Nueva York no se ven iguales. —sintiendo que el cielo se le vendría encima o que con solo estirar la mano podría tocarlo.
—En Nueva York ni las ves —acotó Joe con la mirada al cielo, mientras caminaban por la calle solitaria enmarcada con pinos.
—Algún día regresaré a este lugar, me ha encantado.
—Te acompañaré.
—¡Ya puedes dejar eso! —exclamó con media carcajada —. Recuerda que dejé de menstruar ayer.
—Igual quiero hacerlo, ahora si no quieres que te acompañe vendré solo.
—No habría nadie mejor con quien venir. —Agarrándole la mano, la
cual Joe le apretó con cariño, para después entrelazar sus dedos con los de ella, era la primera vez que lo hacía, siempre que le agarraba la mano no le ofrecía ese contacto tan íntimo.
—Aún nos quedan por visitar muchos lugares.
—¿Sabes qué quiero hacer en Los Ángeles? —Le hizo la pregunta emocionada como una niña.
—No sé, pero seguro terminaremos haciéndolo.
—Pues tendrás que hacerlo... Quiero que vayamos a un local donde haya karaokes.
—Bien, entonces eso haremos, total no regresaremos a ese local y podemos hacer el ridículo.
— ¡Qué bien! Quiero vestirme toda de cuero negro...
—No digas eso que implantas ideas muy... Muy lascivas en mi cabeza. —Interrumpiendo lo que ella iba a decir.
—No es por lo que tú piensas, es para cantar I love Rock and Roll. — canturreó el nombre del tema.
—Después de todo sí te gusta el rock entonces.
—Claro que me gusta el rock, me encanta, sólo que también me gusta escuchar otro tipo de música y sobre todo actuales, pareces un viejo escuchando esos grupos de los 80, acepto a Bon Jovi.
—El rock de hoy en día es una mierda, admítelo, por algo prefiero esos que le gustan a mi tío.
—A veces no logro saber quién eres en realidad, si eres el extrovertido niñato de mierda que le gusta la electrónica, incluyendo sus festivales, el mítico viejo que le gusta el rock de los 80 o el que tiene el perfil de un asesino en serie que recrea escenas de crímenes con música clásica.
—¿A ti cuál te gusta más? —preguntó adelantándose dos pasos y parándose delante de ella tomándole la otra mano—. Dime cuál te gusta más y lo seré cuando este contigo.
(_Tn) dio gracias al cielo por haberse puesto un pantalón de jean y no falda porque seguramente Joe se percataría de que con esas palabras le había bajado las pantaletas, que todo se detuvo por segundos, la sangre, el corazón, el cerebro, el tiempo, absolutamente todo había quedado suspendido en ese preciso momento, pero ella no quería a otro, lo quería a él con todos sus gustos musicales, con sus demonios, sus miedos, con su arrogancia y su maldito ego por los cielos, lo quería brasileño y fiscal, dominante y sumiso, compresivo y testarudo, todo lo que creaba esa personalidad que había formado en ella una telaraña de confusiones, pero que disfrutaba.
—Quiero que seas Joe Jonas , no quiero que tengas que limitarte, me habías dicho que no cambiarías aunque te lo pidiera.
—Y no pienso hacerlo, seré el mismo desgraciado, hoy, mañana, dentro de veinte años... Solo que podría ofrecerte esa parte de mí que más te gusta.
—Quiero discutir contigo... Que no des tu brazo a torcer, que me hagas molestar y despiertes mis instintos asesinos, si te pido que me ofrezcas solo las facetas que más me gustan de tu personalidad no sería lo mismo — Sumida en la mirada de él que podía iluminarla, eran dos flamas que brillaban en la oscuridad que los rodeaba, solo acompañados por el sonido de los grillos.
—¿Entonces me haces molestar por gusto? —preguntó con dientes apretados y juguetón le llevó las manos a las caderas y la hizo retroceder.
—¿Joe a dónde vamos? —inquirió sonriente pero no dejó de caminar, hasta que la hierba que franqueaba el camino le llegó hasta las pantorrillas.
—Quiero verte perder la razón, ya extraño ver como saboreas la gloria que te ofrezco.
—Aquí no Joe .
—No, aquí no... Será justo detrás de ese pino. —Tomándola por una mano, la arrastró adentrándose al bosque.
—Pero es mejor en la cabaña... Ya estamos cerca.
—Ya sabes que soy algo impaciente... Espero que eso también te guste de mí, porque me tuviste cinco días en huelga y eso... eso no se hace, así que no me pidas que espere un minuto más porque no lo haré. — Adhiriéndola al gran tronco, poniéndola de espaldas a la carretera y de frente a las montañas de picos nevados los cuales brillaban en la oscuridad, así como al rostro de (_Tn) la Luna con sus rayos lo iluminaba, brindándole un hermoso color casi plata a su piel.
Joe llevó sus manos a las mejillas femeninas, elevándole el rostro para dejarle caer lentos y suaves besos, escondidos detrás del pino parecían dos adolescentes que se besaban por primera vez, él a segundos admiraba el rostro de ella y comprendía porque los Indios le llamaban a sus mujeres Luna.
(_Tn) en ese momento era su Luna terrenal una que podía tocar, mirar, besar, era realmente hermosa, como ninguna otra, la que estaba en el cielo no podía opacarla, no podía arrancarle las mismas miradas, ni provocarle las mismas emociones.
—Eres hermosa (_Tn) , verdaderamente hermosa. —Sus pensamientos no pudieron contenerse y las palabras salieron en murmullos que se estrellaron contra los labios a medio abrir de la chica.
—Sabía que era lo que pensabas... —susurró con una sonrisa extasiada, sintiéndose la mujer más dichosa del planeta.
—Deberías haber dicho que yo también... Que soy guapo, varonil, que te traigo loca. —Su voz profunda tenía un poco de picardía que hacía que las rodillas de ella temblaran—. ¿Por qué te cuesta tanto hacerme un cumplido?
—Porque no hace falta que te lo diga... Ya lo sabes. —Nunca le había gustado decirle a un hombre sobre sus cualidades, estaba acostumbrada a que fuesen ellos quienes lo hicieran con ella y con Joe no lo hacía por temor, debía admitirlo, temía que al decirle lo maravillosamente hermoso que le parecía algún día él utilizara sus propias palabras en contra.
—Estás muy equivocada —dijo desabotonándole el pantalón de mezclilla—. Quiero escuchar lo que te gusta de mi... mi certeza no es nada comparado con lo que pueda salir de tu boca... Ni siquiera me has dicho si te gustan mis besos. —Succionándole ambos labios, chupándole la boca con ímpetu—. Si te gusta todo, absolutamente todo lo que hacemos... Sé que lo disfrutas, pero quiero que tú me lo digas, tus palabras pueden... Podrían tener un gran poder sobre mí.
—Joe ... —Gimió cuando él le mordisqueaba la barbilla y se dirigía a la oreja. —Joe ...
—Dilo —susurró muy lentamente en el oído.
—Me gusta, cuando me besas... Aveces dejas de hacerlo y yo no quiero que lo hagas... Te busco, otras no lo hago, no puedo hacerlo, sabes que me gusta tu culo, tus piernas... Tu boca, me gusta tu boca y todo lo que me haces con ella.
—Haré que no solo te guste, si no que no puedas vivir sin ella... Necesitaras de mi boca. —Acercándose y rozando con sus labios los temblorosos de (_Tn) , sin llegar a besarla y dejándole las ganas latiendo en los labios—. La imaginaras, soñaras con ella. —Poco a poco fue descendiendo, hasta colocarse de rodillas levantó la camiseta que ella llevaba puesta y dejó caer suaves besos sobre el abdomen de la chica, presionándola más entre el tronco del pino y su boca, sacó su lengua y la pasó por el ombligo, en varias oportunidades hasta introducirla y hacer espirales en el pequeño agujero, arrancándole gemidos que podían escucharse a través del canto de los grillos.
Bajó lentamente el jean hasta los muslos y solo la parte delantera de las pantaletas, acarició con la punta de su nariz la suavidad que le ofrecía el monte de Venus, ese que siempre se presentaba ante él completamente
depilado.
—Algún día me gustaría verlo al estilo brasileño. —Acariciándolo con los labios, haciendo que el suave roce enloqueciera y humedeciera a (_Tn) .
—Te lo mostraré como lo quieras... Lo tendrás como lo quieras. —Y sentía que el pecho se le iba a reventar cuando él empezó a pasarle la lengua con lentas y suaves pinceladas, haciendo que la piel de su monte de Venus se erizara y apretaba sus muslos reteniendo las savias que empezaban a brotar de su centro.
El brasileño dejaba caer lentos y húmedos besos intercalados con suaves mordidas que creaban vacíos intermitentes en el estómago de (_Tn) , por lo que se aferró inconscientemente a los cabellos de él.
El cuerpo de (_Tn) respingó abruptamente haciendo que Joe cayera sentado al suelo, no pudo evitarlo cuando sintió un pinchazo en su nalga derecha.
—¡Una serpiente! Me ha picado una serpiente —dijo alejándose del tronco como si este fuese hierro caliente.
—¿Cómo que te ha picado una serpiente? Ellas muerden no pican. — Poniéndose de pie y sacando el móvil de su bolsillo, para observar la picadura o mordedura, aún no podría decir de que se trataba.
—Bueno no sé... Si fue una serpiente, pero algo me picó —dijo rascándose la nalga.
—No te rasques, déjame ver, solo déjame ver. —Poniéndose de cuclillas detrás de ella.
—Seguro me ha deformado la nalga —murmuró con ganas de llorar ante el ardor.
Joe con la luz del teléfono móvil, logró divisar el ronchón rojo que le salió casi inmediatamente, seguro era la picadura de un bachaco o un
alacrán, rápidamente llevó su boca y succionó con fuerza la parte afectada, lo hizo en varias oportunidades.
—Ahora terminaras de deformarla.
—No se te va a deformar nada, solo por si acaso, pero no es nada grave... Vamos a la cabaña, te pondré un poco de hielo, si te da fiebre te llevaré al médico. —Ayudándole a subir el jean.
—¿Y si me muero? No puedo morirme estamos a tan solo 110 kilómetros del Gran Cañón.
—(_Tn) , me tienes las bolas llenas de tu temor a la muerte... No te vas a morir porque te haya picado un alacrán u otro insecto.
—¿Y si fue una araña Armadeira? —preguntó y observaba cómo él se ponía de pie.
—Si hubiese sido una Armadeira ya estarías vomitando o con taquicardia... —Frunció el ceño un poco ante el desconcierto. —Además, esa araña solo la encuentras en Brasil, la única cosa de nacionalidad brasileña que estuvo a punto de picarte te está diciendo que no ha sido nada grave... Ven vamos a la cabaña —dijo tomándole la mano y guiándola, al salir a la carretera, pasó uno de sus brazos por encima de los hombros de (_Tn) y la pegó a su cuerpo, ella se aferró a la cintura de él.
—Cuando has visto la muerte de cerca, cuando has estado a un respiro de morir, aprendes a valorar la vida, sabes lo maravillosa que es y entonces le tienes miedo a la muerte —murmuró (_Tn) con la cabeza en el costado izquierdo de Joe .
El brasileño sintió que el corazón se le contraía y el oxígeno en sus pulmones desaparecía, solo la refugió más en su cuerpo y un nudo se le formaba en la garganta de solo pensar que (_Tn) estuvo a punto de morir, ella no dijo nada y él necesitaba saberlo, pero no la presionaría, sabía lo difícil por no decir imposible que podría ser abrírsele a alguien.
—¿Quieres hablar sobre eso? —preguntó Joe después de varios
minutos.
—No... no puedo hacerlo... ya estamos por llegar —dijo al ver las débiles luces del conjunto de cabañas del motel.
—Está bien, lo comprendo... ¿Aún te duele mucho? —preguntó y su voz denotaba preocupación.
—Solo un poco, en realidad nunca dolió demasiado... Estoy segura de que no era una Armadeira. —Entrando a la propiedad que se encontraba cercada por media pared de piedras.
—Si quieres puedes adelantarte, ponte un poco de hielo o mejor espérame en la ducha, tengo que buscar algo en el auto —dándole un beso en la frente.
—Te esperaré en la ducha para que continúes con lo que ese entrometido bicho interrumpió —dijo sonriente cambiando el semblante taciturno que se había apoderado de ella en el momento en que le confesó a Joe el por qué de su miedo a morir—. Así que no tardes. —Poniéndose de puntilla y dándole un beso.
—No tardaré. —Correspondiendo al beso—. Y me reservo mis ganas de nalguearte.
—Por favor —dijo ella guiñándole un ojo y se encaminó a la cabaña.
Joe se dirigió al auto y buscó en la guantera la caja de cigarrillos y el encendedor, se sentó sobre la maleta y se dispuso a fumar, tratando con eso de calmar los nervios y la ansiedad que lo corroían, estaba decidido.
Le diría a (_Tn) lo que sentía, le diría que la quería, no solo como la mujer que se coge y nada más, le confesaría que cada vez que está con ella también involucra sentimientos, ese nuevo sentimiento que descubrió, esa diferencia que ella marcaba, había tenido la oportunidad de compararla y diferenciar un polvo para desahogarse de... Maldita sea, le parecía tan ridículo, pero así era... a (_Tn) le hacía el amor, podía ser algo tan voraz, con tantas ganas, con toda la experiencia que poseía, experimentar con ella
todas las posiciones, ser lascivos, ser sucios... Pero era magnífico, con ella no encontraba límites, le gustaba verla reír, escuchar su voz, verla dormir, le gustaba el ritmo que ella provocaba a los latidos de su corazón.
Nunca antes se había comportado de esa manera y sentía miedo. Era algo parecido a cuando aún siendo un niño tuvo entre sus manos una paloma y no quería apretarla para no hacerle daño y sin embargo debía retenerla para que no se le escapara, esa sensación de felicidad y de no saber qué hacer, eso era lo que le pasaba con (_Tn) .
Terminó el cigarro y la última bocanada de humo la expulsó en medio de un suspiro, llenándose de valor, necesitaba encontrar la manera más fácil de decírselo, porque se sentía como el cazador cazado, ella se lo había advertido, pero estaba seguro que (_Tn) le correspondía de la misma manera, ella también lo siente, lo ve en sus ojos, lo siente en sus caricias y en la manera en que se entrega, entonces no tiene por qué perder tanto tiempo, aunque claro eso es lo que se dice, pero su estúpido cuerpo no le hace caso a sus pensamientos y sigue temblando como si estuviese caminando al paredón donde lo fusilarían.
Recordó una manera más fácil de hacerlo, por lo que bajó de un brinco de la maleta y la abrió, sacó el amplificador y que no se le diera a alguno de los huéspedes de las otras cabañas poner la queja.
Cargó con el amplificador a la cabaña, ahí tenía la guitarra, pues nunca la dejaba en el auto, al llegar agarró la guitarra y sin conectarla al amplificador trato de afinarla rápidamente a las notas que utilizaría, probándola con dedos temblorosos, mientras que mentalmente llevaba la melodía.
Al encontrar afinarla, la conectó a un volumen bajo en el amplificador e hizo un solo de guitarra imitando al piano y el corazón se le instalaba en la garganta era la primera vez que sentía tanto miedo, un miedo tan maravilloso, era un miedo bonito.
(_Tn) terminaba de ducharse, cuando escuchó el solo de guitarra, tomó la toalla y se envolvió en ella dejándose el cabello suelto y mojado, porque estaba segura que eso era dentro de su cabaña, abrió la puerta del baño y se
encontró a Joe en primer plano, sentado al borde de la cama que empezó a cantar.
—I can t fight this feeling any —No puedo luchar contra este
longer sentimiento por más tiempo.
Andyet I’m still afraid to let it Y sin embargo, todavía tengo miedo a
flow dejarlo fluir.
What started out as friendship Lo que comenzó como amistad se ha
has grown stronger hecho más fuerte.
I only wish I had the strength to Sólo desearía tener la fuerza para
let it show. mostrarlo
(_Tn) simplemente se congelo y los latidos del corazon le retumbaban en el pecho, las lágrimas creaban remolinos en su garganta, era algo tan bonito, era tierno y romántico, la voz de Joe no era maravillosa, pero para ella era perfecta, notar el nerviosismo en él solo le daban ganas correr y abrazarlo, mientras se obligaba a morderse el labio inferior para no
derramar las lágrimas.
—I tell myself that I can 't hold out forever
I say there is no reason for my fear
Cause I feel so secure when were together
You give my Ufe direction you make
—Me digo, que no puedo aguantarlo para siempre
Me digo que no hay razón para mi miedo
Porque me siento tan seguro cuando estamos juntos
Le da sentido a mi vida, hace que
everything so clear todo sea más claro
A Joe apenas si los dedos temblorosos le daban para mantener las notas del tema, la voz le vibraba y sentía unas estúpidas ganas de llorar, quien pudiese verlo diría que era un maricón pero nada en su vida lo había hecho con tanto sentimiento, nunca antes hizo algo de corazón, para él lo que hacía no era cursi, ni ridículo, solo era él tratando de expresar lo que sentía.
—And even as I wonder I'm keeping you in sight
You 're a candle in the window on a coid dark winter's night
And I'm getting closer than I ever thought I might.
—Y al mismo tiempo que deambulo, te mantengo a la vista.
Eres una vela en la ventana en una oscura y fría noche de invierno
Y me estoy acercando más de lo que jamás pensé que podría.
(_Tn) se moría por mirarlo directamente a los ojos, pero él con su nerviosismo le esquivaba la mirada, tratando de marcar las notas en la guitarra, era un momento perfecto, era un momento hermoso, maravillo
—And I can t fight this
feeling anymore
I've forgotten what I started —Y no puedo luchar más contra este
fighting for sentimiento.
It's time to bring this ship He olvidado aquello por lo que empecé
into the shore a luchar
Es hora de llevar este barco a la costa
And throw away the cars y tirar de los remos para siempre
forever
Porque no puedo luchar más contra
Cause I can t fight this este sentimiento
feeling anymore
He olvidado aquello por lo que empecé
I've forgotten what I started a luchar
fighting for
Y si tengo que arrastrarme por el suelo
And if I have to crawl upon
the floor Vendré y tiraré la puerta abajo
Come crashing through your Ya no puedo luchar contra este
door sentimiento.
Baby I can t fight this
feeling anymore.
Acortó la distancia parándose frente a él y abrió la toalla, mostrando su cuerpo desnudo y húmedo, dejó caer la tela de paño tras sus pies y Joe se confundió un poco con el solo de guitarra y su mirada fuego le quemaba los senos, mientras ella sentía que el agua que escurría de su cabello se deslizaba por sus nalgas. Con una de sus manos agarró el mástil de la guitarra y se la quitó, colocándola a un lado de la cama se arrodilló sobre el colchón dejando las piernas de Joe en medio.
—(_Tn) yo...
—Shhh. —Ella le llevó las yemas de los dedos a la boca pidiéndole que se callara, no quería escucharlo, no quería escuchar lo que sabía Joe quería decirle porque rompería la magia, cambiaría drásticamente ante ella y no quería, no quería que Joe cambiara.
Lo tomó por el rostro y lo besó, tanto como pudo, todo el tiempo posible para evitar que hablara, lo besaba con arrebato y con ternura y su cuerpo inició las vibraciones que Joe despertaba con sus caricias, él empezaba a recórrela por entera con sus manos, se paseaba por los muslos, escalaba
por sus costillas, se aferraba a la espalda y a los senos, incendiando cada poro que tocaba.
La boca de (_Tn) fue en busca del cuello de Joe mientras él le revolvía el cabello mojado.
—(_Tn) ... Necesito decirte algo... —estrellándole el cálido aliento en la oreja, evidenciando la respiración forzada por el deseo y el nerviosismo.
—No lo digas... Por favor... —Le suplicó una vez más amordazándolo a besos—. No hace falta... Solo... —Mordisqueando los labios del brasileño —. Solo dame la gloria, esa que siempre pones a mis pies... Solo eso.
Joe la tomó por la cintura y la hizo descansar sobre la cama y con energía y rapidez se desvistió, besando cada centímetro del cuerpo de (_Tn) , sintiendo su piel palmo a palmo, sintiéndola entregarse por entero, aunque no le permitiera hablar, podía demostrárselo, tenía la oportunidad de demostrarle cada vez que irrumpiera en ella lo que con palabras no pudo.
La besó toda y la besó tanto que sus labios cosquilleaban y aún así no dejaba de hacerlo, entró en (_Tn) con lentitud y no alejó su cuerpo del de ella un solo centímetro, piel a piel, arropándola con su cuerpo, mirándola a los ojos todo el tiempo, besándola a cada momento, acariciándole el rostro y los cabellos, entrelazando sus manos, moviéndose dentro y fuera, siendo invasivo y cuidadoso.
Joe le trasladó las estrellas a la habitación, estrellas que la cegaron, así como una explosión en su pecho, como si le hubiese explotado el corazón en millones de pedazos y cuando reiniciaron los latidos, era otro, ya no era el mismo corazón, al parecer el que estalló no pudo reconstruirse y sabía que ya no sería la misma.
Él seguía brindándole el movimiento de sus caderas, seguía escalando a la cumbre del placer, la tomó por el rostro y se perdió en la mirada brillante de (_Tn) , la besó una y otra vez, ahogó sus roncos jadeos en ella y mezclaron los alientos, eyaculando dentro y manteniéndola abrazada.
(_Tn) sintió como si un dique se reventara en su pecho y no pudo contra la fuerza de las lágrimas, esas que salieron acompañadas por un sollozo, sintiéndose triste e impotente, porque no podía definir lo que sentía y no quería que Joe le ayudase a darle un significado porque sabía que la palabra que tal vez utilizaría era la más que aborrecía.
Joe solo bajó de su cuerpo y se dejó caer acostado a un lado tomándola entre sus brazos, pero ella se alejó, no quería que la viera llorando, no de esa manera, se acostó dándole la espalda.
Él no se rindió la abrazó fuertemente y le depositaba besos en los cabellos, se acercó al oído.
—Todo va a estar bien... todo va a estar bien (_Tn) . —Besándole el hombro y ella solo seguía llorando.
Joe comprendía que era un momento en el cual solo necesitaba desahogarse, que llorar era la única manera de evitar que esa presión en el pecho no la consumiera.
Sabía que (_Tn) tenía problemas, que tenía miedos y necesitaba encontrar la manera de ayudarla, quería sacarla a flote, arrancársela de los brazos a esos demonios del pasado que la mantenían cautiva, él podía identificar los problemas en (_Tn) , solo era una niña asustada, era un cordero tratando de disfrazarse de lobo y no debía ser de esa manera, debía brillar con luz propia, sin temores, para preocupaciones estaba él y sin siquiera dudarlo cargaría también con los temores de (_Tn) , aunque no pudiese con los de él mismo, por ella lo haría.
—Voy a estar aquí, no me iré a ningún lado y no voy a permitir que tú tampoco lo hagas... Puedes llorar todo lo que quieras, cuando salga el sol haré de cuenta que esto no ha pasado, ahora sólo deja salir tu dolor... Con el sol en el horizonte volveremos a ser los mismos.
(_Tn) no dijo nada solo le tomó la mano y le dio un beso, para seguir llorando, tal vez maldiciendo su pasado, ese que la había marcado y no le permitía entregarse por completo, anclando su mirada borrosa por las lágrimas, en los dijes del halcón y el águila que tintineaban entre si al
chocarse.

ElitzJb
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Mensaje por chelis Dom 31 Ago 2014, 5:53 pm

nooooo!!!... por queeeee???
que no se les olvide.. joe por fin se sincero!!!! y aaaaarrrgggg!!!...
pero que le paso a tn!!!???..
por que no puede entregarse al amor????
chelis
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Mensaje por aranzhitha Mar 02 Sep 2014, 7:16 am

Owww Joe es un tierno!
Al fin se sinceró!
Que la paso a la rayiz!?
Síguela!
aranzhitha
aranzhitha


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Mensaje por chelis Vie 05 Sep 2014, 4:04 pm

oootroooooo
chelis
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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por pepijudd Miér 10 Sep 2014, 1:56 pm

me encantaaaaaaaaaaa........ sube pronto el prox. capituloooooo
pepijudd
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Mensaje por aranzhitha Miér 10 Sep 2014, 10:43 pm

Síguela!
aranzhitha
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Mensaje por chelis Jue 11 Sep 2014, 6:04 pm

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Mensaje por imontserrat Vie 12 Sep 2014, 10:09 pm

No había tenido la oportunidad de leer todos los capítulos, pero, diablos, esta novela es genial, cada vez mi adicción a ella se alimenta jajaja. Quiero saber que va a pasar con ellos, por fin Joe decidio decirle que la quería y ahora quede confundida si el se olvidara de que trato de demostrar su sentimiento o del llanto de ella.
imontserrat
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Mensaje por ElitzJb Sáb 13 Sep 2014, 12:55 pm

CAPÍTULO 35



El ritmo tropical con notas sensuales de la Bossa Nova, entretenían a las mujeres que se paseaban por los diseños exclusivos de (_Tn)  Winstead y conversaban sobre que prenda llevar y que color elegir.
—Sophie... Sophie. —Una cliente, fiel admiradora de los diseños de Winstead Boutique, llamaba a la pelirroja que pasaba cerca con unas carteras estilo sobre en color mostaza.
—¡Hola Mary! —saludó con entusiasmo y con un beso en la mejilla, al ver a la joven mujer tan rubia como una Barbie.
—Hola divina, necesito una cita con (_Tn) , es que mi hermano se casa y yo seré dama de honor, me gustaría que (_Tn) , se encargara de diseñar nuestro vestuario.
—Estoy segura que (_Tn)  estará encantada de hacerlo, ¿te parece si te doy cita para dentro dos semanas? —preguntó colocando las carteras en una vitrina de vidrio transparente con los peldaños acolchados de terciopelo negro y adornado con cristales de Swarovski que le ofrecían distinción al mueble.
—¡Dos semanas! Creo que es mucho tiempo, mi hermano se casa en tres meses... ¿No puedes hacerme un espacio en su agenda antes? —casi suplicó.
—Mary, no lo tiene... Es que (_Tn)  no está en Nueva York, está de viaje.
—¿No me digas que ya concretó algo en Europa? Espero que no se olvide de mí cuando tenga a celebridades de todo el mundo, vistiendo sus diseños... Es que son tan exquisitos —dijo emocionada.
—Esa es la meta de (_Tn)  y sé que lo conseguirá, pero el viaje no es de negocios, es personal... Está compartiendo con su pareja.
—¡Ya va! Un momento... No me digas que el culo perfecto y espalda alucinante en el instragram es de su pareja, pensé que era una publicidad o algo así.
—Es su pareja. —Le aclaró Sophia sonriente.
—¡Está buenísimo! Y es que (_Tn)  no merece menos, si es una muñeca.
—Tienes razón... En cuanto a lo de tu trabajo podría ayudarte, te voy facilitar un catálogo de diseños que aún no ha confeccionado y lo tiene para ocasiones especiales, así ves si hay algún modelo que les guste, también te entregaré las muestras de las telas y así cuando (_Tn)  regrese ya tendrás al menos una idea de lo que quieres ¿te parece? —preguntó con amabilidad.
—Sí, me parece perfecto... Sé que encontraré algo que me guste, bueno me encanta todo lo que diseña (_Tn) , pero necesito que las demás chicas se pongan de acuerdo con algún modelo.
—Bien entonces acompáñame —dijo encaminándose y la rubia la siguió.
Sophia la guió al salón donde se encontraban los blogs y las muestras de telas, la mujer admiró un maniquí que tenía un vestido de novia puesto.
—Aún no lo termina, quiere hacerle algunos detalles a la parte inferior de la falda y a la V del escote en la espalda —informó la pelirroja al ver como la chica se había quedado prendada en el diseño.
—Es hermoso y muy, muy sensual... Seguro el novio boqueará al ver a la dichosa novia.
—Es lo que se espera... Mira aquí tienes, te llamaré en un par de días para que me informes si necesitas alguna otra cosa.
—Gracias Sophie, sé que esto me servirá de mucho... Por cierto me encanta tu bronceado, ¿a qué solárium fuiste? Al de Trump.
—Gracias, oh Mary es que mi bronceado es natural... Todo se lo debo al maravilloso sol que hace en Brasil —dijo con una amplia sonrisa.
—Brasil... ¿Brasil maravilhosa? —preguntó sonriente ante la sorpresa.
—Sí, pasé el fin de semana allá.
—Y ustedes viajan, viajan y no invitan.
—No era algo que estuviese en mis planes, me invitó un amigo y apenas si me dio tiempo de empacar algunas cosas.
—¿Quién es? ¿Lo conozco? Vamos suelta Sophie, suelta.
—No, estoy segura que no lo conoces. —Con una sonrisa que no podía ocultar su emoción—. Pero prometo presentarlo cuando tenga la oportunidad.
—Está bien, solo por eso te perdono... —A la chica en ese momento la interrumpió el sonido de su teléfono móvil con un mensaje entrante, el cual reviso—. Me tengo que ir... Prometí llevar a mi hermana con el odontólogo y ya me está esperando.
—Ve entonces, ya sabes te llamaré en un par de días.
—Esperaré tu llamada, aunque si las chicas se deciden antes te llamaré... —Acercándose y dándole un beso en la mejilla—. Si hablas con (_Tn)  le dices que me muero de la envidia, pero de la buena... Tremendo lomo el que se está comiendo.
—Se lo diré —dijo Sophia sonriente y vio salir a la chica rubia.
Aprovechó ese momento a solas para recordar su maravilloso día en el lujosísimo yate de Reinhard, aún todo le parecía un sueño, todo absolutamente todo, hasta el hombre con el cual cogió en la cubierta de un yate con el Sol en lo alto del cielo y que ahora le costaba ligarlo al empresario respetable y poderoso.
Dejó libre un gran suspiro, porque ya había despertado, ella se encontraba nuevamente en el gris Nueva York y solo la llamó lunes y martes, estaba a viernes y no había recibido si quiera un mensaje, sabía que era un hombre ocupado y que tal vez la aventura era para un solo fin de semana, pero ella se moría por repetirla.
No se podía permitir entristecer porque conocía muy bien cuál era su situación, así que enderezó la espalda, sacó el trasero y salió con su caminar elegante y una sonrisa a seguir con su trabajo, la cual perdió entusiasmo al ver a Henry Brockman hablando con Oscar.
El dueño de Elitte desvió la mirada hacia ella y Oscar hizo lo mismo, intercambiaron unas palabras y Henry se encaminó, sin duda alguna hacia ella.
—Bueno días señorita Cuthbert —saludó extendiéndole la mano.
—Buenos días señor Brockman ¿cómo se encuentra? —preguntó por cortesía.
—Bien, muy bien gracias... Pero necesito urgentemente comunicarme con (_Tn) , lo he intentado pero su número me sale fuera de área y solo he conseguido preocuparme aún más.
—No tiene por qué preocuparse señor, (_Tn)  está muy bien.
—Si Oscar me ha informado que se encuentra fuera del estado, pero me gustaría saber si existe la posibilidad de comunicarme con ella de alguna manera.
—¿Pasa algo con la publicidad? Pensé que el monto acordado era el total, pero si es el caso podría ponerlo en contacto con el abogado de (_Tn) .
—No... no es necesario la intervención de ningún abogado, solo necesito que ella me de unos datos, le he preguntado a Oscar pero me dice que no tiene idea y que usted tampoco.
—Si Oscar se lo ha dicho es porque así es, disculpe ¿desea algo de tomar? Que mal educada soy.
—No le de importancia apenas si la he dejado hablar, pero me gustaría un poco de agua por favor.
—Enseguida se la traigo, puede tomar asiento si lo desea.
—Gracias así estoy bien —dijo llevándose las manos a los bolsillos.
Sophia se encaminó y pudo observar a través de los espejos como Henry Brockman le clavaba la mirada en el culo y no le dio importancia ya estaba acostumbrada a ello, nada conseguían con solo mirar, los hombres difícilmente podían controlar la vista.
Brockman admiraba el lugar, era exclusivo en todo el sentido de la palabra y una sonrisa cínica se dibujó en sus labios.
—Aquí tiene. —La pelirroja le tendía una bandeja con el vaso con agua, él lo agarró le dio un tragó y dejó libre un suspiro. — ¿Tiene información de cuándo llegará (_Tn) ?
—La verdad no sé, espero que dentro de dos semanas, nunca se sabe cuánto tiempo quieran darse las parejas. —se lo lanzó de una, porque quería que ese hombre saliera de una vez por todas de la vida de su amiga, algo en él no le daba buena espina y ya se lo había advertido a (_Tn)  pero nadie podía ganarle a ella en tozudez.
—¿Disculpe? —Preguntó sin poder ocultar su desconcierto.
—Es que (_Tn)  está de viaje con su pareja —dijo sonriendo y
levantando ambas cejas.
—Con... ¿Con el fiscal? —preguntó sintiendo como si le hubiesen dado un golpe en la boca del estómago sacándole el oxígeno.
—Sí con el fiscal Jonas . —Le fue bien clara para que no le quedaran dudas.
—¿Jonas ? —inquirió más desconcertado aún, ese apellido le despertó muchas, muchas emociones desde tristeza hasta odio.
Parece estúpido este tipo o definitivamente la vejez ya lo está dejando sordo. —Caviló Sophia mirando como el hombre había perdido compostura.
—Joe  Jonas es el nombre del fiscal, pensé que lo sabía señor Brockman. —Le dijo fingiendo inocencia.
—Sí... si lo sabía solo que no lo recordaba. —Tratando de ocultar lo afectado que se encontraba—. Ya sabe señorita Cuthbert, uno a veces tiene tantas cosas en la cabeza.
—Sí me imagino, usted es un hombre muy ocupado... Sé que no puedo ayudarlo, pero si (_Tn)  se comunica conmigo, le diré que usted necesita hablar con ella y sé que buscará la manera de llamarlo.
—Por favor señorita, es que necesito hablar sobre una petición que me han hecho. —Colocando el vaso sobre una mesa—. Debo regresar a Elitte, gracias por todo.
—Siempre es un placer señor Brockman. —Despidiéndolo con una amplia sonrisa fingida.
Henry salió de la boutique con un gran mar de confusión en su cabeza y el odio consumiéndole el pecho, el chofer le abrió la puerta y él subió al auto.
Percatándose de que cuando el imbécil del fiscal le había mostrado la placa en el hospital no se tomó la molestia de al menos mirar el nombre y
ahora resultaba que seguramente era hijo del maldito de Reinhard Jonas , su odio hacía el brasileño no tenía límites, uno que aumentaba con los años, nunca cedió, nunca quiso ayudarlo, si solo le hubiese mostrado un poco de apoyo nada habría pasado, ella seguiría con vida, pero siempre prefirió a Marión Ribeiro, claro era su amigo.
Solo conocía al que trabajaba en el grupo EMX, por algunos diarios y revistas, pero no tenía idea que el otro fuese fiscal del distrito.
Ahora otro Jonas se interponía en su camino, otro maldito Jonas quería arrebatarle a la mujer que le robaba el sueño, pero esta vez no perdería, (_Tn)  sería su mujer, le gustaba demasiado como para dejársela al hijo de puta del fiscal.





CAPÍTULO 36



La mirada de (_Tn)  que en ese momento era de un hermoso violeta claro, brillaba ante la emoción que la embargaba, mientras los frenéticos latidos de su corazón hacían fiesta, la excitación no la dejó esperar a Joe  y como una niña curiosa corrió al hermoso helicóptero en colores morado y blanco que los esperaba.
No pudo evitar acariciarlo y elevar la cabeza para observar las aspas y no podía controlar la sonrisa.
—¿Te gusta? —preguntó Joe  y sin perder tiempo ni esperar poses en (_Tn) , le hizo varias fotos.
—Es maravilloso... —Y se mordió la lengua antes de decirle que era primera vez que veía un helicóptero de cerca—. Pero no perdamos tiempo, debemos seguir con el viaje... —Se encaminó hacia el auto—. Ven Joe  que allá vienen los dueños. —Le dijo al ver que dos hombres salían de la pequeña edificación que parecía ser una central, pero no pudo avanzar mucho porque el brasileño en un movimiento rápido la retuvo por el brazo.
—¿A dónde vas? Ese helicóptero es para nosotros.
—¿Qué? ¡No! eso sí que no, ahora si has enloquecido Joe  —dijo y el pánico se instaló en sus ojos—. Yo no me voy a subir a esa cosa, ahí se ve hermoso, volando también, pero sin mí adentro... Le tengo miedo a los aviones.
—Ah no (_Tn) , deja de ser tan miedosa... Pensé que tenías más ovarios.
—Y los tengo pero también quiero seguir manteniéndolos... —Se acercó a él, al ver que los hombres venían cerca y le habló en voz baja—. ¿Sabes cuántos helicópteros tienen fallas mientras sobre vuelan el gran cañón? Docenas al año... Y yo sinceramente no confío en esos señores, tal vez ni
son pilotos certificados.
—Está bien que no confíes en ellos, porque quien va a pilotear soy yo.
—¡Tú! —Soltó una carcajada nerviosa—. ¿Te has vuelto loco? Definitivamente el sol que has recibido en estos días te ha rostizado las neuronas.
—Y a ti te ha derretido el valor... Vamos (_Tn)  quiero que salga a flote tu sentido de la aventura.
—Aventura una mierda, contigo piloteando esa cosa no me monto, no eres piloto certificado.
—No necesito serlo, pero sé pilotear, sino supiera ni lo intentaría, no voy a exponernos... Recuerda que mi primo tiene una aeronáutica y prácticamente vivíamos en las pistas de controles de vuelo, un helicóptero no es nada comparado con los aviones militares que he piloteado.
—Bueno no quiero comprobarlo, mi sueño es solo ver desde una meseta el atardecer no hace falta que me mate en el intento...
—Buenas tardes señor Jonas . —Saludaron los hombres llegando.
—Buenas tardes señores, les presento a mi pareja.
—Mucho gusto señorita, Steve Garson —saludó uno de ellos tendiéndole la mano amablemente.
—Un placer, señor Garson.
—Ronald Heinz. —El otro hombre se presentaba ante (_Tn) .
—(_Tn)  Winstead —dijo sonriendo, pero el nerviosismo se dejaba ver.
—Entonces ¿Está listo señor Jonas ? —preguntó con una franca sonrisa Heinz.
—Todo listo. —Siguiendo a los hombres que se encaminaron al helicóptero, mientras tomaba a (_Tn)  por una mano y la arrastraba con él.
La chica sentía que el corazón le oprimía la garganta y no la dejaba respirar, sus manos empezaron a sudar demasiado y su vista se tornó borrosa, sumiéndose en una nube de temor que no le dejó ser consciente de nada a su alrededor, completamente aturdida apenas veía la boca de Joe  y de los hombres moverse, pero no podía escucharlos, ni siquiera reaccionó cuando su novio la cargo y la metió dentro de la nave.
Los nervios no le dejaban opciones para resistirse, cuando las hélices del helicóptero empezaron a dar vueltas sus oídos empezaron a silbar ante el sonido, pero antes de que pudiese llevarse las manos a los oídos todo quedó en silencio, apenas sintió la vibración del aparato elevarse se aferró a la barra de al lado y cerró los ojos lo más fuerte que podía e intentaba tragarse los latidos del corazón que hacían desastre en su garganta. No podía decir exactamente cuánto tiempo pasó hasta que la voz de Joe  caló en sus oídos.
—Abre los ojos, no seas cobarde... Te lo estás perdiendo. —En ese momento fue consciente de que tenía puesto unos audífonos y que por ahí escuchaba a Joe .
—Estás loco... Eres un loco de mierda... —chilló y sus manos no dejaban de querer hacer polvo la barra—. ¿Qué he hecho Dios mío?
—Nada en este momento, no estás haciendo nada y si nos estrellamos morirás sin ver lo hermoso que se ve el Gran Cañón desde aquí y todo porque dejas que el puto miedo te manipule... Abre los ojos (_Tn) , si no lo haces voy estrellar el helicóptero, no vine hasta aquí para que no apreciaras el paisaje. —Tratando de convencerla de alguna manera.
—¡Dame tiempo! ¡Dame tiempo!—gritó colérica y respiró profundo en varias oportunidades, mientras Joe  se burlaba de ella, algo de lo que no podía ser consciente por estar con los ojos cerrados.
(_Tn)  soltó lentamente el aire por la boca y primero abrió un ojo y
luego el otro, para después abrir la boca ante lo que veía, el color terracota reinaba en el paisaje, los desfiladeros de ambos lados y ellos volaban por el medio de la brecha más grande y profunda del planeta, algunas mesetas se imponían más que otras y el Sol calaba con sus rayos creando un espectáculo único en el mundo.
Sin darse cuenta las lágrimas rodaban por sus mejillas y no podía cerrar su boca ante la impresión, no podía siquiera asimilarlo, había tenido tanto tiempo haciéndose a la idea y ahora que podía apreciarlo en todo su esplendor no se lo creía.
—¿Qué te parece? —preguntó Joe  al ver que ella no emulaba ni una palabra.
—Es... es magnífico... Gracias Joe , gracias. —Sin poder apartar la mirada del paisaje y sentía que toda su vida se reducía a ese asombroso momento.
—Hoy vamos a sobrevolarlo, mañana bajaremos al río, hay muchas cosas por hacer, te había dicho que serían dos días pero, en realidad serán tres.
—Ahhhh— Casi inmediatamente volviendo la mirada a Joe , quien fruncía el ceño y la mueca en su cara le avisaba que había calado con su grito en él—. Eres genial. —Le dijo levantándole el dedo pulgar y él le correspondió de la misma manera y una amplia sonrisa, maravillándola con ese gesto que era magnifico, ese gesto que le robaba el oxígeno y la cordura.
—Vamos a divertirnos, la adrenalina te llegará al punto más alto.
—Eso de que la adrenalina me llegará al punto más alto, no me gusta cómo se escucha, no hagas locuras con esta cosa.
—No pienso maniobrar con el helicóptero, no quiero que mueras de un ataque al corazón, solo te hablo del Rafting que haremos en los rápidos, tal vez no te va a gustar como se ve, pero si cómo se siente —dijo con una amplia sonrisa—. Esta noche acamparemos en un lugar seguro.
El cuerpo de (_Tn)  se tensó ante las palabras de Joe  aunado a eso tuvo que aferrarse a la barra, cuando el helicóptero ladeó para entrar por uno de los laberintos, el cual era realmente increíble el contraste del rojizo de las tierras y el verde selva de la vegetación que coronaba esa zona.
La tarde se hacía notar cuando todo el paisaje se cubría de naranja, inclusive el cielo con su Sol inmenso adornado por nubes que adoptaban la misma coloración, nadie podía discutir que era uno de los misterios más maravillosos en el planeta.
—Vamos a descender sobre esa meseta y después nos iremos al pueblo Supai que es habitado por los indios Havasupai, en una de sus tiendas pasaremos la noche. —Le informaba para no darle sorpresas que tal vez no le agradarían, pero ella asintió con entusiasmo.
Joe  hizo el descenso con la mayor precaución posible, le habían informado que el clima estaría a su favor, pero nunca le gustaba fiarse de los “Expertos en meteorología”
(_Tn)  inconscientemente se aferró una vez más a la barra cuando el helicóptero empezaba a tocar tierra y se balanceaba de un lado a otro, hasta que dejó de hacerlo y entonces pudo respirar con tranquilidad.
Después de unos minutos Joe  abría su puerta y le ayudaba a quitarse el cinturón de seguridad, la tomó por la cintura y la ayudó a bajar.
—¿Estás preparada para esto? —preguntó colocándola en el suelo.
—Desde que nací —dijo con emoción parándose firme para sentir debajo de sus botas de excursión el suelo firme de la meseta.
—Así deberías decir al montarte en un helicóptero —dijo sonriente.
—Eso es otra cosa, no me gustan los aviones, pero admito que el viaje ha sido divertido.
Joe  buscó en el asiento trasero las mantas que había llevado por si enfriaba y para sentarse al borde del mundo y la cámara fotográfica para
revivir ese momento siempre, le tomó la mano a (_Tn)  y se encaminaron lo más cerca posible, pero manteniendo la distancia prudente.
(_Tn)  se encargó de quitarle las mantas y colocarlas en el suelo y se sentaron, ella se ubicó en medio de las piernas de Joe  quien la adhirió a su cuerpo y le cerró la cintura con los brazos.
—Su magnitud y belleza son perfectas —murmuró (_Tn)  anonadada ante el paisaje—. Mi imaginación nunca llegó a hacerle justicia, gracias por traerme Joe , es algo que nunca olvidaré.
—Por ende nunca me olvidarás —dijo besándole una mejilla de manera juguetona.
—Recuerdo que en el banco, cuando me porté como estúpida insegura, me dijiste que solo te importaba el presente y marcar la diferencia... Lo has hecho y sé que con esto tu ego alcanzará la magnitud del Gran Cañón. —Acariciándole los brazos al chico con energía, esa que la embargaba.
—Si eres tú quién me lo dice, que no te quede la menor duda. — Estrechándola un poco más entre sus brazos y apoyando la barbilla sobre el hombro derecho de (_Tn) .
La chica quería inmortalizar el momento, por lo que agarró la cámara y empezó a hacer fotografías, a medida que capturaba el paisaje para la eternidad, pensó en hacer un collage y mandar a hacer un mural para su departamento y vivir todos los días esa oportunidad que Joe  le había brindado.
—¿Me podrías hacer una secuencia? —preguntó volviendo medio cuerpo y entregándole la cámara a Joe .
—¡Claro! —exclamó agarrando el aparato, y entonces vio como (_Tn)  se dio media vuelta y se puso de rodillas frente a él.
Joe  empezó a fotografiarla extasiado con lo hermosa que se veía con el paisaje detrás, mostrándosela, sensual y exótica.
(_Tn)  con cuidado jaló la liga que le sostenía el cabello y su cabello empezó a agitarse al aire libre y Joe  no perdía el tiempo.
—No quiero que dejes de hacer la secuencia. —Le dijo y empezó a quitarse la camiseta sin mangas que llevaba puesta, una blanca con el águila americana estampada al frente, con lentitud y toda la sensualidad que poseía se deshizo del brassier y escuchaba una y otra vez el sonido de la cámara al capturar la serie de fotografías, se llevó una de sus manos y desabotonó el short de tela en color caqui, se detuvo para que Joe  captara el momento con el botón entre sus dedos, mientras ella le regalaba una mirada sugerente y se mordía el labio inferior, para después sonreírle con picardía.
A Joe  el corazón se le instalaba en la garganta, al verla tan perfecta y además regarle su sonrisa, sensualidad y belleza, sintiendo que el jean empezaba a molestarle y lo hacía sufrir con esa ganas que despertaba en él.
Los cambiantes juegos de luces y sombras se posaban sobre el cuerpo desnudo de (_Tn) , se tornaba, naranja, rojo, amarillo, obscuro y era algo fuera del planeta.
En el momento menos esperado por Joe  ella llevó la mano al zoom de la cámara y la agarró. Gateó hasta él y se puso a ahorcajadas tomándole el rostro con ambas manos, presionándolo solo para constatar que ese momento era real.
—Esa secuencia es mi regalo para ti, te la quedarás, pero quiero que tú me regales una también. —Tuvo que apretar los dientes reteniendo con eso el jadeo que irrumpió en su garganta cuando sintió las manos tibias de Joe  cubrirle los senos.
—Te daré todo lo que quieras, con tal que en unos minutos mates este deseo que has hecho nacer en mí. —Posando una de sus manos en la nuca de (_Tn)  y la acercó para tirar suavemente del labio inferior de la chica, ese que sugerentemente ella había invitado a que lo hiciese, mientras su otra mano aprisionaba con un poco más de fuerza el pecho al que se aferraba.
—Quedamos en que me cogerías en este lugar... Estamos perdiendo el tiempo. —Rozando la punta de su nariz con la de él.
—Entonces no perdamos tiempo que ya estoy adolorido, este maldito jean me está torturando.
(_Tn)  le brindó el espacio observando como Joe  se ponía de rodillas y empezaba a desvestirse y entonces ella descubrió en él una sensualidad arrolladora, creaba un abismo en su estómago y apenas si podía mantener la cámara en sus manos y hacer la secuencia fotográfica de un Joe  dorado pintado por la luz del Sol, desnudándose ante ella, la erección era amenazante, tanto como esa mirada que le desbarataba cualquier fortaleza, no dejó por fuera ningún cuadro, lo capturó todas las veces que pudo, porque eso sería para ella.
Una vez tan desnudos como la naturaleza, Joe  le tendió la mano al tiempo que se sentaba con las piernas cruzadas y (_Tn)  se sentó encima de él. Con el solo hecho de retratarlo se había excitado al punto de que ella misma recurrió a la penetración al primer contacto, aunque lo hizo lentamente para que la lubricación de ambos ayudara a la fricción y a delirar de placer.
Ella colocó la cámara a un lado y cerró con sus brazos el cuello de Joe , quien empezó a enloquecerla con las caricias en su espalda y las lenguas se buscaron, se encontraron y se enredaron en una lucha íntima en la cual ambas resultaban ganadoras.
—Quiero que sepas que tú también has creado una gran diferencia en mí y lo sabes, estoy seguro que lo sabes —murmuró profundamente colgándose a los cabellos de (_Tn) —. Muévete muñeca... No me hagas sufrir. —Le suplicó besándole la punta de la nariz.
Esas palabras de Joe  la cegaron, despertando en su interior un huracán de ansiedad y se empezó a mover lenta y constantemente, haciéndolo temblar entre sus brazos y se sentía poderosa, única, arrolladora. La seguridad en ella aumentaba ante cada beso y caricia que él le regalaba.
El brasileño la tomó por las nalgas y le instó a que hiciera los movimientos más rápidos e intensos, marcando sus manos ante la presión con que se aferraba, haciéndola danzar con intensidad o ligereza, dependiendo de lo que su placer le pedía.
Esa manera de Joe  de dominar la situación, aunque se encontrase debajo de ella le gustaba demasiado, sentirlo deslizarse dentro y fuera de ella, era una sensación que la marcaría de por vida, nadie se había compenetrado de la misma manera, no solo era algo físico y placentero, era también espiritual porque podía sentirlo.
—Así Joe ... Se siente muy bien... —musitaba en medio de jadeos ahogados—. Me haces flotar... Esto es solo una pequeña parte de lo que me haces sentir... Cada vez que entras en mí, me haces recorrer el universo, en segundos... en segundos.
La conexión existente entre todos los elementos de la naturaleza y ellos los llenaba de energía, la amplitud del cielo, que estaba más cerca que nunca y a pocos metros un abismo por el cual se sentirían caer en unos minutos y sabrían que no se harían daño alguno. La grandeza y eternidad del lugar, contrastaba inevitablemente con la existencia humana que ellos brindaban.
Joe  sentía el pecho agitado de (_Tn)  contra el suyo y solo la cerraba más entre sus brazos con una enorme necesidad de fundir su piel con la de ella, mientras su boca no se detenía, arremetiendo con sus besos, ninguna otra mujer le despertó esa necesidad de besar, de querer comérsela poco a poco, enloquecer al sentir la piel de (_Tn)  estremecer ante sus caricias sólo avivaba la llama del deseo en él.
Sin poder evitarlo el cuerpo de Joe  se revelaba y también participaba moviéndose, irrumpiendo con la fuerza que de momento poseía y en su vientre y testículos el orgasmo se arremolinaba, así como maniobraba con el cuerpo tensado de (_Tn)  viviendo la cumbre del placer y él se apuraba para llegar y estallar, para alcanzarla en el rito y recobrar poco a poco la calma.
Él quería quedarse en ese lugar, seguir abandonados en el placer, pero
bien sabía que no podían hacerlo, tuvieron que vestirse y marcharse del mágico lugar, no sin antes hacerse una foto, desnudos y abrazados en la cual sus cuerpos salieron a contra luz en un paisaje entre rojizo y vetado por las sombras negras de las nubes.
ElitzJb
ElitzJb


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Sáb 13 Sep 2014, 1:01 pm

CAPÍTULO 37



Pasaron la noche en una hermosa tienda pintoresca y al día siguiente muy temprano salieron en compañía de un indio que les sirvió de guía para llevarlos a las cascadas de Havasu, que según los habitantes era un espectáculo, no por las cantidad de agua o por su magnitud, sino por el paisaje mágico que les regalaba, con sus tierras rojizas y sus aguas azules verdosas que escapaban de la imaginación humana.
—El nombre del pueblo se debe a estas cascadas Havasupai significa “El pueblo del agua azul verdosa” la característica de tonalidades es debido a la alta concentración de carbonato de calcio. —hablaba el hombre que los guiaba.
—¿Y podremos bañarnos? —preguntó (_Tn) que iba agarrada de la mano de Joe y trataban de mantenerle el paso al habitante—. Es que me he traído el traje de baño.
—Claro que puede bañarse señora, las piscinas naturales son muy bonitas y los minerales ayudan a la piel.
Ya le habían dicho al hombre que no eran esposos, pero no había manera de que desistiera y todo se debía a las pulseras con los dos dijes del halcón y el águila.
—Las tres caídas de agua principales y las más atrayentes son tres, cascada Havasu, cascada Mooney y cascada Navajo, vamos primero a la Havasu, para que se refresque un poco señora.
Caminaron cerca de dos kilómetros, algo que (_Tn) agradeció porque últimamente había comido cualquier cosa y no se había ejercitado lo suficiente, como antesala a la llegada de su primera parada escucharon el agua caer y eso hizo que el corazón de ella brincará ante la expectativa y cuando por fin su mirada capto el lugar, la boca se le abrió involuntariamente y el asombro se le convirtió en una sonrisa, ante la
emoción solo se colgó del cuello de Joe y le dejó caer una lluvia de besos.
—Esto es maravilloso, es increíble. —Dejó de abrazarlo y empezó a quitarse el short y las botas, todo lo hacía rápido hasta quedar con un traje de baño con flores moradas y fondo negro, la parte superior era en forma de triángulo con bolados que le daban más volumen a sus senos.
Joe la admiraba divertido, (_Tn) se mostraba como la chica que era, deslumbrada ante las bellezas que la naturaleza ofrecía, sin poder controlar su euforia, la vio darse un chapuzón y salir después como una sirena que lo encantaba con su belleza y sensualidad.
—¿Joe qué estas esperando?—preguntó estirando los brazos hacia adelante y haciendo un claro gesto para que él entrara, mostrándose realmente entusiasmada.
—¿Es necesario? —inquirió divertido.
—Es obligatorio, si no entras, saldré a buscarte —advirtió, de manera juguetona.
—Está bien, ya voy —dijo quitándose la camiseta, las botas y el jean, quedándose con un slips brasileño en color negro y turquesa.
Al minuto ambos se encontraban abrazados y sumergiéndose en las aguas azules verdosas, sin perder la oportunidad de demostrar en medio de besos lo felices que se encontraban de estar en el lugar.
(_Tn) cerraba con sus brazos el cuello de Joe , mientras él cerraba con sus manos las caderas, manteniéndola a flote, besándole la clavícula izquierda y sorbiendo las gotas de agua que le vibraban en la piel.
—Sería maravilloso coger en este lugar —murmuró la chica en el oído del brasileño.
—Insaciable... Aquí no podemos, no quieres brindarle una sesión porno al pobre hombre.
—Últimamente me he dado cuenta que puedes hacer cualquier cosa posible y sé que puedes cogerme sin que el señor se dé cuenta.
—Será rápido... Maldita sea, no sé por qué no puedo negarte nada— masculló pegándola a su cuerpo.
—Porque lo tengo comiendo en la palma de mi mano fiscal.
—Si tenerme comiendo en la palma de tu mano se reduce a coger todo el tiempo, ten por seguro que me tendrás por mucho tiempo... (_Tn) muero por coger contigo, lo haré siempre que tenga la oportunidad y no quiero que estas ganas mermen, que no lo hagan nunca. —Le decía seriamente mirándola a los ojos, ahogándose en ese mar que se abría en la mirada de (_Tn) .
—No lo harán, yo me encargaré de eso, te voy a seducir día a día. — recorriéndole con lentitud la mandíbula con la yema de uno de sus dedos, sintiendo la deliciosa aspereza de su barba.
—Empieza por quitarte la tanga. —Le pidió manteniéndose serio, y ella empezaba a sentir la naciente erección amenazar contra su abdomen.
—Se dará cuenta el hombre de lo que voy a hacer —murmuró, sin poder creer que él se lo había tomado enserio.
—Quítate la tanga. —Le exigió de una manera que (_Tn) no pudo negarse—. Ahora entrégamela. —Ella la puso en las manos de Joe —. Si la quieres de vuelta deberás seguirme. —Y se sumergió, nadando hasta la caída de 37 metros y adentrándose en la pequeña cueva detrás de esta, donde la caída de agua no sería un peligro.
(_Tn) cerró los ojos y dejó libre un suspiro arrepintiéndose de haber hecho la propuesta, no le quedó más que llenarse de valor y respirar profundamente, tratando de nadar rápido para que el hombre no disfrutara de sus preciadas partes, la fuerza del desplome del agua apenas si la dejaba acercarse y se preguntaba cómo le había hecho Joe para pasar al otro lado y después de observar por unos minutos se percató de que por el costado derecho había un espacio ya que una piedra arriba dividía la caída
del agua y fue por ese lugar que encontró la manera de entrar.
Joe la esperaba sonriente con la tanga en la cabeza, como a ella le gustaba colocárselas.
—Si te tardabas un minuto más iba a recurrir a mi amiga de la adolescencia. —dijo agitando la mano derecha.
—Tu amiga no es tan buena como la que tengo entre las piernas. — denotando coquetería con la voz.
—Lo que tienes entre las piernas no es una amiga, es el paraíso —dijo acercándose a ella y pasándole un brazo por la cintura la pegó a su cuerpo, tomándole con la otra mano uno de los muslos y entonces ella se aferró con sus piernas a las caderas del brasileño tanteando su erección y sin perder tiempo para no hacer esperar tanto al guía se dieron a la tarea de satisfacer la necesidad lo más rápido posible.
Ese mismo día visitaron las dos cascadas restantes y que eran igual de maravillosas, en medidas diferentes, con estilos únicos que atrapaban la admiración de los visitantes.
Regresaron a la tienda indígena para pasar la noche ahí y fueron invitados a una noche de fogata y leyendas, a la cual Joe no asistió, pero no impidió a (_Tn) que lo hiciese, su miedo al fuego no tenía por qué interferir en las actividades de la chica.
Cuando ella regresó lo sorprendió al traerle grabadas en el teléfono móvil las leyendas y entonces entre los dos las escucharon acostados y abrazados, haciéndose mimos de manera inconscientemente, mientras observaban la Luna a través de la ventana y con ese gesto (_Tn) logró ganar más terreno en el corazón de Joe .
Como se había planeado, a primera hora salieron al norte, sobrevolaron una vez más hasta llegar al área de Rafting rápidos, la angustia en (_Tn) no se hizo esperar, Joe estaba acostumbrado a esos deportes extremos, pero ella no, lo único extremo que había hecho en su vida era atravesar corriendo la Quinta avenida sobre tacones de quince centímetros, subir a
ese bote inflable, sobre aguas tan turbulentas era una muerte segura, si llegaba a caer la corriente la arrastraría y los golpes que se llevaría con las piedras serían realmente dolorosos, pero no se atrevía a decirle que no a Joe , se estaba dejando colocar el chaleco salvavidas mientras estaba a punto de vomitar el corazón.
Al subir y sentir los primeros rápidos solo se aferraba a la cuerda con todas sus fuerzas y le enterraba las uñas en el ante brazo a su acompañante, con los ojos cerrados escuchaba como las aguas bravas se estrellaban contra el bote así como la sentía fría salpicar contra tu rostro.
Poco a poco fue agarrando confianza y abriendo los ojos a segundos, disfrutando de las sacudidas a las que era sometida, se sentía como una muñeca de trapo en los brazos de una niña inquieta, era una especie de tortura divertida, sin duda alguna la adrenalina llegaba al punto más alto, era tentar a la muerte, burlarse de ella a cada segundo.
Ni en su más loco sueño imaginó hacer eso, Joe la estaba metiendo en un mundo arriesgado y excitante, era sinónimo de lo que era su personalidad, tal vez por eso demostraba tanta fortaleza porque no le temía nada, bueno solo al fuego y entonces compensaba ese temor con tentar al agua.
Después de tres horas ya gritaba eufórica y comprendió por qué debía ser algo que debían hacer en ayunas, aún faltaban dos horas, un total de cinco horas, siendo arrastrados por la mayor fuerza y rudeza de aguas del río Colorado harían vomitar el estómago a cualquiera. Esa tarde visitaron la plataforma Sky walk, la cual quedaba suspendida a 1200 metros al vacío y era de cristal, lo que le daba la sensación de estar parado en la nada.
En ese lugar llegó a su fin la travesía en el gran cañón, una experiencia inolvidable para ambos, sobre todo para (_Tn) , que fue más, mucho más de lo que soñó porque nunca imaginó hacerlo con un hombre que le despertase tantas emociones y le hiciera vivir tantas experiencias, estaba segura que el único aparte de Joe que le hubiese hecho ese sueño realidad habría sido Richard Sturgess y no lo habrían hecho completamente solos, seguro con guías todo el tiempo, lamentablemente no era tan arriesgado, ni tan apasionado, por lo que apenas habrían sobrevolado el
parque, eso si ella se hubiese negado, él no le hubiese insistido, no la obligaría a vencer sus estúpidos miedos y hacerle vivir cada momento, ponerla a un respiro de la muerte para que se burlara de ella.




CAPÍTULO 38



El próximo destino fue Las Vegas, después de tres años (_Tn) regresaba al lugar que la ayudó a crecer; ese que forjó su personalidad, al ver los luminosos anuncios que empezaban a encenderse uno a uno a medida que la noche arropaba la ciudad se dio cuenta de que había extrañado ese lugar.
Se dio cuenta de que Joe le había hecho trampa con el hotel, cuando ante ellos se presentaba iluminada la pirámide del hotel Luxor.
—Después de todo lo que vivimos en el Gran Cañón merecemos un poco de comodidad... En el Spa te están esperando. —Le dijo posándole una mano en la rodilla derecha.
—¿Y el auto? —preguntó ya que lo habían dejado al sur del Gran Cañón.
—Ya nos está esperando en el estacionamiento del Luxor.
—Entonces nos daremos un baño, bajaré al Spa tu dormirás un rato y cuando regrese te daré un masaje.
—Mierda... Entonces me tocará cancelar la cita con la japonesa que me iba a dar una sesión de relajamiento total.
—Si no quieres que mande a esa japonesa de una patada en el culo a su continente, será mejor qué la canceles... Yo me encargaré de darte la sesión de relajamiento total.
— ¿Te dan celos? —preguntó elevando una ceja con picardía.
—Sí —dijo determinante y mirándolo a los ojos tomando por sorpresa a Joe que esperaba que lo negará y escuchar eso, hizo que su emoción aumentara, tanto que podía rebasar los límites que el taxi que los transportaba le ponía—. No voy a permitir que manoseen a mi guía.
—¿Más? si ya tú me has borrado los poros —dijo divertido sin poder ocultar su emoción.
—Y dejaré mis huellas tatuadas en tu piel. —Acercándose al oído del chico y mordiéndole el lóbulo de la oreja, para después susúrrale—. Si dejas que otra te toque, podrás ir despidiéndote del premio, esta noche iba a dejar que empezaras a trabajar en ello, pero si otra te toca podrás despedirte definitivamente de lo que tanto anhelas.
—(_Tn) ... —murmuró el diminutivo con voz temblorosa ante lo que despertaba en él la expectativa—. Creo que podríamos empezar apenas lleguemos y después hacer todo lo demás.
—No... No señor, primero quiero estar relajada y humectada el sol me tiene la piel hecha un asco... Si vale la pena, se hace esperar, así que te toca esperar unas horas más y eso sí, te quiero mínimo como el señor Darcy.
—Como un británico desabrido, no por favor. —masculló en medio de un puchero.
—¿Te traes algo en contra de los británicos? —preguntó elevando una ceja y en ese momento el taxi se detenía frente a la entrada del Luxor.
Les abrieron las puertas y ellos bajaron, se encaminaron a recepción y de ahí los guiaron a la habitación, en el ascensor (_Tn) retomó la conversación.
—No has respondido Joe .
—¿Qué no he respondido? —preguntó haciéndose el desentendido.
—No me has dicho ¿Qué te traes en contra de los británicos?
—Yo. —dijo señalándose el pecho—. Nada. —Elevando sus hombros y dejándolos caer despreocupadamente—. Es solo que has dicho como Darcy... Y la mujer... ¿Cómo se llamaba la famosa autora?
—Jane Austen. —Le dijo sonriendo y mirándolo con entusiasmo.
—Bien, esa Austen no escribió. —Se acercó para murmurarle y evitar que el botones delante de ellos escuchara—. Al Darcy pidiéndole el culo al personaje femenino... ¿Cómo se supone que voy a hacerlo como él? Te tocará conformarte con un carioca cuidadoso, que sabe perfectamente cómo hacer el trabajo.
—Entonces me tocará confiar en un carioca “Cuidadoso” —Contestó sintiendo como la conversación empezaba a excitarla.
—De eso se trata, de que confíes en mí, entonces nos damos un baño, tú vas al Spa y yo saldré a hacer unas compras de último momento.
Las puertas del ascensor se abrieron y el botones los guió a la habitación, al llegar (_Tn) se percató de que el equipaje se encontraba en el lugar, sin perder tiempo entró al baño y se desvistió, entraba a la ducha cuando Joe la alcanzó, ambos disfrutaron de un baño combinando diferentes temperaturas de agua, que ayudaba a disminuir el cansancio en el cuerpo de ambos y sacar el fogaje del sol.
(_Tn) se secó un poco el cabello con el secador, para no perder el tiempo y se colocó un vestido celeste con flores blancas de un estilo silvestre, mientras Joe se colocó un jean y una camisa negra, la cual se arremangó hasta los codos y se dejó los primeros tres botones sueltos.
Ambos salieron de la habitación y él la dejó en el Spa.
—Seguramente llego antes de que terminen contigo, te estaré esperando en la habitación. —Llevándole las manos a las caderas la adhirió a su cuerpo y combinó besos y suaves mordeduras en los labios de la chica.
—Está bien, de todas maneras tengo el teléfono y así estaremos comunicados.
—Perfecto... Ahora sí me largo porque este lugar me trae recuerdos que...
—¡Ya! No lo digas... Fuera de aquí. —Empujándolo juguetonamente y se dio media vuelta entrando al lugar donde la mimarían un poco.
El olor a rosas y miel inundó sus fosas nasales y una mujer la llevó a los baños donde se desvistió y se colocó la tanga desechable y la bata de baño, con su teléfono y vestido en mano, acompañó a la masajista hasta el cuarto que se encontraba iluminado tenuemente, ayudado por las velas aromáticas, se acostó en la camilla y la mujer le explicó en qué consistía la sesión que tenía preparada para ella.
Empezó con compresas de leche y miel la cual dejaría por unos veinte minutos, para refrescar un poco la piel que fue expuesta al insistente sol.
—¿Puedo realizar una llamada? —preguntó dirigiéndose a la mujer que había terminado.
—Claro señorita. —respondió la masajista y se encaminó, agarró el iPhone de (_Tn) y se lo entregó—. Regresaré en unos minutos.
—Gracias. —Vio a la mujer salir y marcó a Sophia, después de tres intentos escuchó la voz de su amiga.
—¡Estas viva! pensé que Jonas te había descuartizado y lanzado al pozo del mundo —dijo con su característica forma de ser.
—Hola Sophie, no, para tu mala suerte aún sigo con vida ¡la estoy pasando de maravilla! He hecho tantas cosas que cuando te lo cuente no lo podrás creer, pero llevo fotos de todo.
—¿De todo? —preguntó la pelirroja con picardía.
—No de esas no tengo ¡sucia! Bueno si hay unas por ahí, pero no te las voy mostrar. —hablaba más emocionada que una niña con su primera muñeca—. No te había llamado antes porque me fallaba la conexión, en estos momentos estoy en el Luxor dándome unos masajes para quitarme tanto cansancio de encima, pero cuéntame ¿cómo están? —preguntó interesándose por sus amigos.
—O sea que estás en Las Vegas... ¿Vas a saludar? Nosotros estamos muy bien, así que puedes seguir cogiendo como coneja.
—Sophie, la verdad no creo pasar a saludar, sabes que ando con Joe
y---
—Está bien, te entiendo perfectamente —intervino antes de poner entre la espada y la pared a su amiga.
—¿Cómo están las cosas en la boutique?
—De maravilla y todo va al día, he hecho los pagos y pedidos, Mary Wild quiere mandar a diseñar unos vestidos de damas de honor, le facilité el catálogo de emergencias y las muestras de telas, así que no tienes por ahora nada de qué preocuparte.
—Sophie... ¿Qué pasó con Richard? Me ha extrañado que no me haya llamado... No quiero. —No encontrabas las palabras exactas para no parecer una desgraciada. —Sabes que es un buen hombre y que lo aprecio, no quiero que sufra... Al menos, no por mi culpa.
—Divina eso es inevitable, porque no puedes mandar en los sentimientos, él regresó a Londres, te ha dejado una carta...Tendrás tiempo de leerla cuando regreses, ya sabes tan antiguo y protocolar como siempre.
—Me da pena con él —murmuró siendo como un lamento que se le escapaba.
—Ya encontrará una mujer que lo quiera tan aburrido como es, es un señor muy lindo, que representa, pero la falta de espíritu nadie se lo quita, así que aleja esos demonios y disfruta, ¿por qué no me cuentas que te están haciendo? —preguntó tratando de hacerle olvidar a (_Tn) cualquier remordimiento de consciencia por Sturgess, él había tenido su oportunidad y la había desechado por imbécil.
—Me están colocando unas compresas con leche y miel para la insolación, aunque en realidad no estoy carbonizada y después un tratamiento de hidratación.
—Eso me suena a noche especial y ¿Jonas dónde anda? Espero y se esté portando a la altura, porque si no Oscar lo castrará se lo ha advertido.
—Sí, me he enterado de eso, par de traidores, pero no me quejo se está portando muy bien, me ha impresionado y no deja de hacerlo, aunque está demente. Salió a hacer unas compras... En cuanto a la noche especial espero que sí, estoy un poco nerviosa, mejor dicho muy nerviosa.
—Ay (_Tn) , no exageres ni que te fueran a desvirgar, ya pasaste por eso hace mucho, a Jonas debes conocerle hasta el último lunar.
—Más o menos... Me lo conozco por entero, al menos por fuera y bueno... Sophie. —Su voz vibraba ante el nerviosismo, pero necesitaba consejos.
—¿Pasa algo? —preguntó con socarronería al escuchar el tono de voz de su amiga.
—Voy a intentarlo.
—¿A intentar qué? Ay (_Tn) ve al grano que me angustias —dijo desesperándose.
—Joe me va a desvirgar esta noche... Lo que me queda. —dijo con precaución y tragando en seco.
—¡Mierda! Le darás el culo a Joe ... Entonces si se ha portado a la altura el fiscal —dijo soltando una sonora carcajada.
—No, si quieres lo públicas en las redes sociales... Sophie es enserio, necesito que me digas ¿qué tan doloroso es?
—¡Solo que estoy impresionada! Quien iba a pensar que (_Tn) Winstead terminaría dando el culo... —Sin poder evitar reír—. Eso solo se hace por amor... Tiene que haber mucho amor de por medio.
—Que amor, ni que mierda, sólo que tengo ganas, quiero experimentar eso es todo ¿es o no es doloroso del uno al diez, cuánto me das?
—(_Tn) , no puedo darte una puntuación en eso, todo depende del hombre y dé que no te vayas a ir de apurada, poco a poco... Jonas debe tener experiencia en eso, que no se haga, se le ve en la frente estampando el
“Vengo desvirgando culos desde que tengo quince años” sin embargo siempre duele, pero no te acobardes, solo tienes que relajarte y afrontar la situación, tampoco es que hoy a la primera te lo dejes meter todo.
—Por cierto ¿estás sola?
—¡Obvio! Estoy en tu oficina, registrando las ventas, tampoco soy tan indiscreta.
— ¿Crees entonces que no lo haga? ¿Espero un poco más?
—Quieres hacerlo de eso no hay duda, lo que te aconsejo es que no quemes todas las municiones esta noche porque pasaras tres días sin poder sentarte... Le dices “Fiscal solo la punta” —Imitando en las últimas palabras la voz de (_Tn) .
—Bien eso haré —dijo carcajeándose. —Sophie te tengo que dejar. —Le dijo al escuchar la puerta abrirse.
—Mañana me llamas y me das las noticias... Después dicen que el fiscal no le mueve nada por dentro y me la está volviendo puta, primero la boca y ahora el culo... Eso no se le da a un hombre al que solo se le tienen ganas.
—¡Ya Sophie! Has salido más rosa que yo, solo que estoy a punto de cumplir 24 años y no quiero llegar a 25 siendo una estúpida.
—Bien, como digas. —Dejando una risita en el aire—. Te quiero fea.
—Yo también. —Con esas últimas palabras finalizó la llamada.
Le entregó el teléfono móvil a la mujer, que lo colocó sobre la mesa y se dispuso a masajearle los pies hasta los tobillos, lo mismo hizo con las manos arrancándole a (_Tn) suspiros de satisfacción, sumiéndola en un estado de relajación total, uno que la aisló completamente del mundo, mientras las manos se deslizaban por el cuerpo de la chica con maestría, haciéndola perder el sentido del tiempo, cuando la mujer terminó había transcurrido una hora y media.
Regresó a las duchas y se retiró los restos de cremas utilizadas, sintiendo la piel realmente renovada, desnuda y mojada se miró al espejo por un largo rato percatándose que había aclarado un poco la piel, ya no se le veía tan tostada por el sol.
Sin dejar de observarse con detenimiento se llevó las manos a las caderas a modo de jarra, inhalando y exhalando profundamente, pensando que Sophia tenía razón, había estado renuente, es más, estaba en contra del sexo anal, pero con Joe se desconocía, con él quería experimentarlo todo.
En seis meses que llevaban juntos, claro sin contar el tiempo que duraron separados, había logrado brindarle más confianza de lo que lo había hecho con Richard en dos años.
Con él todo era más espontáneo y sabía que no estaba cediendo por petición de Joe , así lo deseaba, cada vez que rozaba con sus dedos esa zona despertaba nuevas sensaciones y sabía que podía intensificarlas si se atrevía a más que roces.
—Bueno, solo no acobardarme... —Dejando libre un suspiro, tomó la toalla y se secó para para después vestirse nuevamente.
Se encaminó de regreso a la habitación y durante el trayecto se percató de lo hermoso que era el hotel y de que aunque vivió muchos años en Las Vegas nunca lo había visitado.
Sentía el corazón latir fuertemente, tanto que juraba retumbaba con cada latido en sus costillas, sabía que ya Joe estaría en la habitación y no tenía idea de cómo reaccionaría al verlo, no quería salir corriendo.
Respiró profundo una vez más y se regañó mentalmente, no debía tener miedo, porque estaba segura que Joe no la forzaría, entonces se estaba comportando como una estúpida.
Sin pensarlo pasó la tarjeta y abrió la puerta, la cual se encontraba en penumbras y no pudo evitar sentirse sorprendida al ver un camino de estrellas fluorescentes en la alfombra, las siguió mientras sonreía, estas la
llevaron al baño y debajo de una de las luces laterales colgaba un albornoz de seda gris perla.
Era evidente que no quería que prendiera las luces por lo que no lo hizo, dejó el teléfono sobre el lavabo, se quitó el vestido y la ropa interior, se colocó el albornoz y entonces el dilema entre si soltarse el cabello o dejarse el moño que llevaba puesto.
Al final le pareció que era más erótico el cabello suelto, el cual le cayó como un salto de agua ébano hasta la cintura, ahorrando tiempo y ansiedad se encaminó de regreso a la habitación siguiendo las estrellas, se sobresaltó al sentir las manos de Joe andársele en la cintura y pegándola a su cuerpo.
—¿Quieres bailar? —preguntó rozando con sus labios una de las orejas de la chica.
—Si no hay música. —Posando sus manos sobre las de Joe .
—Sí la hay, solo da un paso a la derecha. —Le pidió guiándola y la soltó.
Joe jaló la sabana que cubría las demás estrellas y un espectáculo de estrellas fluorescente vistió el suelo de la habitación, una metáfora algo infantil y romántica de lo que sería bajarle el cielo.
A (_Tn) se le abrió la boca ante la sorpresa y no pudo evitar llevarse las manos al rostro ante la emoción ¡era maravilloso! No podía si quiera verle la cara a Joe solo podía ver las estrellas bajo sus pies, técnicamente se sentía en el cielo.
Seguido de eso la maravillosa, sensual y potente voz de Barry White, hacía eco en la habitación, la tomó por la mano y la guió a la mitad del cielo que Joe había creado para ella, la abrazó y le hizo seguir las notas del tema, haciéndole saber que era un bailarín extraordinario y a través de la canción le pedía que no cambiara intentando complacerlo y que nunca antes lo había decepcionado, pero sobre todo le decía que no la dejaría en tiempos difíciles.
Se abrazó a él sintiéndolo con el torso desnudo, por lo que sus manos caprichosas se deleitaron acariciándole la espalda, tanteando cada músculo en esta, la suave textura de su piel, esa que la había hecho adicta y sabía que cortar esa dependencia no sería tarea fácil, su boca buscó la de Joe y él la besó al ritmo de las notas musicales, lenta y sensualmente, su lengua entrando y enredándose, haciendo espirales que la enloquecían y le robaba poco a poco el oxígeno.
En medio del alucinante beso el tema llegó a su fin y él la encaminó, como una pantera se adaptaba rápidamente a la oscuridad, mientras que ella arrastraba los pies para no caer de bruces y arruinar la magia del momento, sabía que sería un repertorio de Barry White, cuando la voz del hombre seguía amenizando la velada y en ese momento Joe era su principio, su fin, su todo.
Una suave y fría textura delineaba sus labios y el sentido del olfato se intensificó, percibiendo el olor a fresas, mientras Joe le paseaba la fruta por los labios entre abiertos, ella la saboreó con la punta de la lengua serpenteando cada vez que tenía la oportunidad, hasta que él le dio la oportunidad de morderla.
—Gracias —dijo al terminar de masticar y tragar la fruta.
—Shhh... No agradezcas, no tienes nada que agradecer. —Tomándole el rostro y besándola nuevamente, para después ofrecerle otra fresa.
Las luces se encendieron y (_Tn) se encontró nuevamente en la tierra, más específicamente en la habitación del hotel Luxor de Las Vegas y Joe servía champagne, en dos copas dejándolas a la mitad y les dejó caer una fresa a cada una dentro entregándole una de las copas con la dorada y burbujeante bebida y él agarró la de él.
—¿Por qué brindamos? —preguntó navegando en la mirada de Joe la cual tenía destellos del mismo color de la bebida.
—Por este momento... Para cosas futuras habrá más champagne. — Sosteniéndole la mirada a (_Tn) y sintiéndose como nunca antes, nunca se había preocupado por hacer algo especial con una mujer y se sentía
estúpidamente nervioso.
—Entonces por este momento y por el cielo particular que has puesto a mis pies. —Chocaron sutilmente las copas y le dieron un sorbo a las bebidas sin desviar las miradas el uno del otro, creando mediante ella una conexión extraordinaria.
Joe la tomó por la mano y la guió al amplio lecho y juraba que (_Tn) podía sentir como temblaba y eso solo aumentaba su nerviosismo, quisiera que ella no tuviese tanto poder sobre él, que no lo descontrolara de esa manera, porque era algo totalmente nuevo y no le había dado tiempo de adaptarse y aprender a lidiar con emociones que no podía esconder, no podía escudarlas y eso lo hacía realmente vulnerable, era una maldita pantera domada.
Tomaron asiento al borde de la cama y una vez más saborearon el burbujeante líquido, encontrando el sutil sabor que la fresa destilaba. A (_Tn) le llamó la atención una caja mediana de forma rectangular, de terciopelo rojo que reposaba sobre la cama.
—Solo es algo que hará las cosas más fáciles —habló Joe al ver la interrogante en la mirada de (_Tn) —. ¿Quieres saber qué es? —preguntó tratando de recuperar su seguridad.
—Sí me gustaría saber que es —contestó acariciando las sábanas con una de sus manos en un intento de ocultar su estupidez, porque las palabras se le habían escondido y no querían salir.
—No es un anillo de compromiso —dijo a manera de broma, colocando la copa con champagne sobre la mesa de noche.
—Estoy segura que eso no es y no te preocupes, no me quita el sueño.
—Eso lo sé —acotó Joe con toda seguridad, (_Tn) no quería ningún compromiso ya se lo había dejado saber de muchas maneras. Joe agarró la caja y la abrió ante (_Tn) .
—Qué lindo... —dijo agarrándolo—. Es tierno. —Soltando una pequeña
carcajada.
—Es un iniciador, esto no puedo hacerlo solo —dijo sintiendo que el peso en su pecho disminuía, temía que (_Tn) rechazara el vibrador.
(_Tn) observaba el iniciador anal rojo granate, el estuche traía un estimulante sexual y lubricante a base de agua. No podía hacerse la ofendida porque estaba segura que Joe habría visto su colección de juguetes sexuales en su vestidor.
—Estoy segura que el señor Darcy no contaba con uno de estos —acotó sonriendo.
—Ya se las habrá ingeniado el señor Darcy... Aunque si quieres que sea a lo antiguo también estoy dispuesto.
—¿Y si te digo que quiero que todos los créditos te los lleves tú? No quiero usar el iniciador, bien podemos ir poco a poco, pero no quiero sentir esta cosa, te quiero sentir a ti.
—Bien, como tú quieras, haremos las cosas como tú quieras. — Colocando la caja sobre la mesa de noche, al lado de la copa—. ¿Te gusta esa música? Si quieres podemos cambiarla y ponemos a Pitbull. — Lanzando la picardía al aire.
—Me encanta Barry White. —Soltando una carcajada ante la burla de él —. No me imagino coger con Pitbull de fondo. —Sin dejar de carcajearse —. No lograría alcanzar el orgasmo.
Joe tomó la mano de (_Tn) y la jaló hacia él haciendo que el champagne en la copa de la chica se derramará, pero eso no fue impedimento para besarla con las ganas que había despertado en él las carcajadas de ella.
Llevó una de sus manos a la nuca de ella y acariciaba con el pulgar la mejilla, tratando de descubrir en los ojos de (_Tn) ese misterio que lo hipnotizaba.
Ella se sintió vulnerable ante la mirada de Joe , por lo que se lanzó en busca del beso, pero él se alejó sin que sus pupilas se desviaran del blanco, la miró tanto como quiso y sin embargo no encontró una sola razón, ninguna prueba que le indicará qué tipo de hechizo había usado con él.
Entonces como no tenía opciones, no le quedaba más que seguir hundiéndose más y más en ese mar de emociones que (_Tn) le ofrecía, la tomó con ambas manos por el rostro y la besó con arrebato, con descontrol, sin dejar de besarla, succionando la lengua de (_Tn) , instándola a hurgar en su boca, que no solo se apoderara de su aliento, sino también de su razón, mientras sus manos empezaban a desamarrar el nudo del albornoz de seda y los dedos de (_Tn) tantearon su vientre en busca del botón del pantalón, haciendo que intermitentes temblores se apoderaran de su abdomen.
Abrió la bata y entonces cesó en el beso, se alejó un poco y llevó su mano al monte de venus de la chica y posó la parte posterior de sus dedos, inició en ascenso una caricia lenta y placenteramente tortuosa, con el dedo índice bordeó el ombligo y ella le regalaba estremecimientos sutiles y la increíble, alucinante y maravillosa oportunidad de observar como la piel se iba erizando por donde él acariciaba.
A (_Tn) le pareció una eternidad desde que Joe inicio la caricia con sus dedos, rozándola con sus nudillos que la obligaban a poner los ojos en blanco ante la sensación, pasando por el valle en medio de sus senos, hasta llegar a los labios, los cuales rozaba con lentitud, pero con una posesión que la enloquecía.
Sin poder evitarlo se abalanzó sobre él, arrastrada por los impulsos que se despertaban en ella y recorrió con labios y dientes el cuello masculino, mientras se quitaba a jalones el albornoz y lo lanzaba al suelo.
—No puedo más, se me va a reventar el pecho... —murmuraba ayudando a Joe a quitarse los pantalones—. Estoy ansiosa, quiero que me hagas suplicar por más... Joe , no me hagas esperar. —Sintiendo como se le cortaba la respiración.
—No te haré esperar, pongamos manos a la obra —dijo girándola y poniéndola boca abajo y se acostó sobre la chica que jadeo ante la expectativa.
Joe , se aferró a la mandíbula femenina y la ayudó a girar la cabeza y una vez más asaltaba la boca, mientras su lengua lasciva irrumpía en la boca de (_Tn) , su miembro se empalmaba en medio de las nalgas, haciéndola vibrar íntegramente, solo creando en ella ansiedad, que ante la expectativa y el deseo el músculo se fuese relajando.
—Dame unos segundos —murmuró contra los labios hinchados de la chica y se incorporó para agarrar el lubricante el cual utilizó para impregnar sus dedos lo suficiente para no hacerle daño y se dejó caer nuevamente sobre el cuerpo de (_Tn) besándole una de las sienes, sintiendo los latidos retumbar en sus labios, su mano se aventuró y se deslizó hasta llegar al punto exacto y ella apretó las nalgas, sabía que era por el contraste de calor y frío, pero a los segundos aflojó y entonces él siguió mimando el lugar con la yema de su dedo medio—. Necesito más espacio... Así es muy difícil —susurró y le daba un nuevo beso.
Se puso de rodillas y la jaló por las caderas para que se pusiera a gatas, entonces el aprovecho los líquidos que de su vagina palpitante brotaban y los arrastró hasta el ano, mientras que con su mano libre le acariciaba las nalgas.
—¿Qué tal se siente? —preguntó introduciendo lenta muy lentamente el dedo.
(_Tn) sentía la presión y sus piernas temblaban, no era doloroso, solo una mezcla de incomodidad y ansiedad, además de las pataletas que hacía su vagina reclamando atención.
—Se siente bien... Pero quiero más, Joe dame más... —hablaba cuando el iniciador cayendo cerca de ella captó su atención.
—Sé lo que necesitas, utilízalo, eso nos ayudará a ambos.
Ella no estaba muy segura de usarlo, no delante de Joe , pero el deseo
que la recorría era más poderoso, esa ráfaga de fuego recorriendo su espina dorsal y los latidos dolorosos que creaban un vacío retumbante en su centro la empujó a hacerlo y en segundos las vibraciones del iniciador estremecían sus clítoris, obligándola a jadear y podía sentir el dedo de Joe resbalando, entrando y saliendo con lentitud era tanto el placer que la cegaba, así como sus labios repartían besos sobre sus nalgas.
Él no aguantaría, ver a (_Tn) entregada a tanto placer iba a hacer que se corriera, por lo que abandonó la labor y con una de sus manos agarró su erección y la guió al ano, un gruñido retumbo en el ambiente al sentirlo, hizo un poco de presión bien sabía que aún no podía entrar y esa presión fue suficiente para que todo su cuerpo se sacudiera y antes de que pudiese perder los estribos guío a su ansioso amigo a la vagina y liberó un jadeo que saciaba esa ansiedad que le hacía hervir la sangre y se dio a la tarea de volver el mundo de revés.
No permitió qué (_Tn) dejará de estimularse con el iniciador, mientras él a segundos utilizaba uno de sus pulgares para acostumbrar a ese músculo que había empezado a conquistar.
El estallido de los sentidos llegó rápidamente, debido a la estimulación que habían recibido, (_Tn) sensorial y Joe visual, derrumbándose extasiados en la cama, esperando que los latidos recobraran su ritmo normal, mientras se regalaban cansadas y tiernas caricias y ambos descubrían que sus miradas les gritaban lo que por orgullo sus bocas callaban.
ElitzJb
ElitzJb


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 23 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Sáb 13 Sep 2014, 1:18 pm

CAPÍTULO 39


Los días de libertad de Megan habían terminado con la llegada de su padre, ya no podía pasar tanto tiempo con Thor y eso la ponía del mal humor, lo que para Henry Brockman solo eran pataletas de adolescente.
No le había dado permiso para salir al parque que estaba cerca, por lo que lo martirizaba con música a todo volumen, que aunque estuviese en su habitación hacía vibrar los cristales de la casa.
Era sábado si su padre no estuviera en casa, estaría en este preciso momento en el polígono disparando la Walther P99 de Thor, compitiendo con él puntería, aunque nunca le ganara, eso la hacía drenar energía y no se llenaba de ansiedad.
Estaba molesta, muy molesta, quería patear cualquier cosa, romper lo primero que se le atravesara, además esa sensación en su entrepierna de desear a su novio, era algo que Dimitri Vegas a todo volumen no lograba calmar.
Se encontraba acostada con las piernas elevadas en la pared, no se había siquiera quitado el pijama de camiseta y cachetero, mientras con la planta de su pie golpeaba al ritmo de la electrónica la pared que sabía su padre estaba al otro lado, si ella no tendría paz, él mucho menos.
No entendía por qué le costaba tanto dejarla salir, si igual nunca le prestaba atención, solo se regodeaba de mantenerla cautiva en la casa y lo peor de todo era que aún no armaba un plan lo suficientemente convincente para escaparse con Thor al TomorrowWorld, pero se iría aunque se muriera, se iba a escapar.
Henry Brockman sentía que la cabeza iba a estallarle y no podía concentrarse en la película que estaba viendo, tanto que tuvo que ponerle subtítulos para poder entender los diálogos.
—¿Morgana puedes decirle a tu hija que le baje el volumen? —Le pidió a su esposa que estaba a su lado sumida en el teléfono móvil.
—Es justo que tú también te hagas cargo de ella algunas veces, te recuerdo querido que no me la hice con el dedo. —Mostrándole el dedo medio y siguió tecleando en su teléfono.
Con molestia se levantó de la cama y salió a la habitación de al lado, tocó a la puerta por costumbre y al saber que sería imposible que su hija lo escuchara, abrió, pasó de largo hasta el iPod y lo quitó del amplificador.
—¿Puedes darme un poco de paz? Estoy tratando de ver una película, paso dos días en casa y me haces la vida imposible.
Megan al ver que su padre silenciaba la música no hizo nada, solo se quedó en la misma posición, esperando que saliera para volver a colocar el iPod, pero decidió hablar.
—Entonces debo aburrirme todo el día aquí mientras ves tus películas, se nota que no hay igualdad en esta casa ¿te cuesta tanto dejarme salir al parque?... Tengo que sacar a Tyrion.
—Está bien Megan, puedes llevar a pasear al animal ese. —Cedió ante las insistencias de su hija—. Pero estás aquí en dos horas, un minuto más y estarás castigada de por vida.
En ese momento la chica rodó sobre la cama y brincó ante la emoción, salió corriendo y se lanzó a los brazos de Henry.
—Gracias papi, te prometo que estaré en dos horas, ni un minuto menos. —Depositándole un beso en la mejilla.
—Y ni un minuto más, ahora ve a cambiarte que no puedes andar así, ya eres una señorita. —Sintiéndose impresionado ante la euforia de su hija.
—Sí, sí ya corro a bañarme, ahora sí puedes ver tus películas tranquilo. —Agarró su teléfono y corrió al baño con él.
Henry solo negó con la cabeza y salió de la habitación de su hija
con la esperanza de poder entender la trama de la película, al llegar a su habitación coloco la alarma en una 1:58 horas para que le avisara si Megan llegaba a casa en el tiempo estipulado.
Desde el baño la chica llamó a Thor avisándole donde encontrarse, acordando verse en media hora cerca de la casa de Megan.
Al ducharse buscó ropa que no le hiciera difícil la tarea a las manos de Thor de escabullirse dentro y que le acariciara esas partes que en ese preciso momento lo reclamaban. Se hizo una coleta de medio lado en la base de la nuca y se maquilló solo un poco, agarró a Tyrion y salió de la casa tratando de hacer el menor ruido posible y que así su padre no se diese cuenta del tiempo exacto en el que había salido.
Mientras caminaba le hablaba a Tyrion de lo emocionada que estaba, de lo feliz que su novio la hacía y entonces sintió un auto ronronearle atrás, pero ella no lo conocía, sin duda era un lujazo de auto, pero no era Thor, por lo que siguió caminando y este la emparejó, quien conducía apenas lo dejaba avanzar para mantenerle el paso, se llenó de nervios y caminó más rápido con la mirada al frente.
—¿Señorita la llevo al cielo? —Se ofreció quien bajó la ventanilla del lado del copiloto mientras seguía conduciendo y entonces ella miró al conductor con el rabillo del ojo, no pudo evitar sonreír y que el miedo se le bajara de golpe, sin embargo los latidos del corazón se avivaron.
—Lo siento señor, no lo conozco. —Sin volverse a mirarlo y siguió caminando por la acera con la jaula de Tyrion en sus brazos.
—Y yo que pensaba permitirle conducir. —Le hizo saber y entonces Megan no pudo dar un paso más, se detuvo con una amplia sonrisa y entonces subió.
Tal como lo había planeado Thor había logrado vender el Acura NSX y había adquirido un Bugatti Veyron en colores azul y negro y se encontraba feliz con su nuevo juguete.
—¡Está espectacular! Me encanta... me encanta, asombroso. —
Acariciando la tapicería del auto.
El rubio agarró la jaula y la elevó observando al hámster que lo reconocía.
—Tyrion, somos invisibles —dijo, para que Megan se diera cuenta que ni siquiera lo había saludado.
—Lo siento, lo siento novio mío —acotó ella abalanzándose sobre él y dejándole caer una lluvia de besos en el rostro, evitando la boca, esa sería el postre—. Aún estoy cerca de mi casa, a donde nos vamos, podría conducir hasta tu departamento.
—Están las señoras de la limpieza, podemos buscar un lugar apartado y estrenar esta belleza. —Palmeando el volante.
—¿Pero, lo vamos a hacer delante de Tyrion? —preguntó con la mirada en la mascota—. Lo vamos a pervertir, se va perturbar.
—No tiene por qué vernos, le ponemos mi camiseta encima y asunto arreglado.
Megan se carcajeó, mientras asentía con entusiasmo.
—Encuentra ese lugar apartado ¿podré conducir de regreso?
—Depende de cómo te muevas —manifestó guiñándole un ojo con picardía y poniendo el marcha el vehículo.
Thor encontró el lugar apropiado para evitar ser descubiertos y sin perder tiempo se dieron a la tarea de entregarse al placer que uno le brindaba al otro, en medio de jadeos, gruñidos, sudores, susurros, fricciones y besos. Explotaron y alcanzaron la plenitud del momento, mientras Tyrion en su jaula cubierto por la camiseta de Thor se ejercitaba en la rueda.





CAPÍTULO 40
El auto clásico negro, se desplazaba al límite de la velocidad permitida por la panorámica carretera que bordeaba la costa californiana, hechizando con su belleza a quien tuviese la oportunidad de hacer el recorrido, la brisa se estrellaba contra el rostro de Joe mientras que el intenso sol le sacaba destellos a los lentes, con sus dedos tamborileaba el volante al ritmo de la batería de Time is running out de Muse y cantaba en voz baja para no despertar a (_Tn) que iba dormida en el asiento trasero del vehículo.
La noche anterior habían visitado un local en Los Angeles y aunque la pasaron muy bien tuvo que controlar sus impulsos de romperle la cara a dos hombres que intentaron seducir a (_Tn) , mientras se encontraba en la tarima cantando el tema que tanto quería e iba vestida de cuero, recordar cómo se veía, era demasiado para él, esa mujer era definición de sensualidad e iba a fulminarlo de un ataque al corazón y cómo si fuese
poco su vestimenta, se lució en el escenario, no mostró nerviosismo en ningún momento, ese despliegue de seguridad y erotismo, lograron que su sed de ella lo calcinara, por lo que apenas bajó la tomó de la mano y en el baño de mujeres tuvieron sexo, como si fuesen unos adolescentes que no podían controlar el arrebato sexual y en medio de arremetidas y besos voraces, la felicitó por la presentación y cumpleaños.
Ella se sorprendió porque pensaba que lo había olvidado y aunque no le había hecho el regalo oficial, sí pensaba hacerlo, solo estaba esperando el momento apropiado para entregárselo, aún le quedaba toda la tarde para hacerlo.
Iban camino a la playa Rincón en Santa Barbara que también contaba con olas perfectas, ya que al llegar a playa Malibu en Los Angeles, se encontraba a reventar, pensaba enseñarle a surfear a (_Tn) y con tantas personas alrededor no lograría concentrarse.
Estaban por llegar y miró a través del retrovisor a (_Tn) , ella se encontraba de espaldas y una sonrisa curvó sus labios al verla de espalda y la falda de jean se había subido, dejándole al descubierto el trasero enfundado la tanga fucsia del traje de baño.
Estiró la mano y agarró la cámara que iba en el asiento del copiloto, donde la había dejado (_Tn) antes de decidir dormir unos minutos, sin enfocar, solo agarrando como podía ya que tampoco detenía el auto, le hizo un par de fotografías al culo de (_Tn) , para después regresar la cámara al asiento.
—Despierta Scarlet que no estamos en Tokio —dijo nalgueándola suavemente, refiriéndose a la toma del trasero de la actriz Scarlet Johansson en el film Perdidos en Tokio, que la lanzó a la fama.
—Solo un poco más Joe . —Apenas removiéndose en el asiento.
—Despierta y deja de soñar que estamos cogiendo, hasta dormida me pides más, vas a acabar con mi vida.
—No estoy soñando que estamos... Cogiendo, solo quiero dormir un
minuto más —murmuró sintiendo los párpados sumamente pesados.
—Estamos por llegar, vamos primero a alquilar las tablas y la vestimenta —informó mirándola a ella y al camino de manera intermitente.
—Está bien... Como tú digas.
—Vale, sigue durmiendo un minuto más. —Le concedió y siguió conduciendo.
Cuando por fin llegaron al local donde alquilarían las tablas de surf y todo el equipo, (_Tn) puso total atención en las instrucciones que les ofrecían algunos chicos surfistas, así como recibía cada folleto que le entregaban, mientras Joe hablaba con el dueño del local y a segundos la miraba de soslayo, pero su mandíbula tensada y el músculo vibrándole, era la fiel prueba de que no le agradaba la cercanía de los hombres, sin embargo ella se hacia la desentendida porque no hacía nada malo, sólo agradecía y recibía lo que le entregaban, pero al ver que ninguno de los tres se iba y que empezaban a sacar conversación que no venía al caso, decidió cortar con la charla.
—Gracias por todo chicos, son muy amables... Pero voy a ver por cual tabla me decido.
—Si quieres te puedo recomendar una —intervino el moreno alto y fornido, de ojos grises, que parecía ser hawaiano.
—Gracias, pero ya tengo quien me ayude con eso.
—Bueno, si vas a quedarte esta noche aquí hay unos pubs en los cuales la puedes pasar muy bien, podríamos llevarte.
—No, por la tarde vamos a San Francisco, es que vamos a ver las olas de Maverick.
—No se te ocurra meterte a esa playa, podrías salir muerta, esa es solo para profesionales. — advirtió un poco alarmado, un rubio casi dorado por
su magnífico bronceado y unos ojos verdes impactantes.
—Gracias por la advertencia, pero solo vamos a ver las olas, mi novio me ha dicho que alcanzan hasta los 15 metros y quiero ver si es cierto.
—Tiene razón, pueden alcanzar 18 metros cuando se avecinan tormentas.
—Bueno gracias por todo... Voy a buscar mi tabla —dijo dándose la vuelta y encaminándose donde se encontraba Joe de espaldas y sin poder evitarlo, tal vez porque su subconsciente así lo quiso, introdujo la mano por dentro de la camiseta y empezó a acariciarle la espalda, disfrutando de la cálida y suave piel, así como la dureza y formación en esta.
—¿Qué colores prefieres para la tabla?—preguntó en voz baja, manteniendo esa conexión e intimidad entre ellos y mientras hablaba le miraba los labios, ya sabía ella que cuando Joe hacia eso era porque quería un beso, uno que no se atrevía a pedirle o darle.
—Quiero colores brillantes, que resalten —contestó y se puso de puntillas dándole un par de toques de labios, pero él se los succionó con ternura y mariposas revolotearon en su vientre.
—Tengo varias y hay bastante livianas para mujeres —acotó el dueño del local—.Acompáñenme por favor.
(_Tn) y Joe lo siguieron a un local contiguo que se comunicaban por una puerta doble de cristal y se encontraron rodeados de cientos de tablas haciendo con eso difícil la decisión de (_Tn) .
Joe si fue más rápido y agarró una que tenía los colores de la bandera de Brasil, mientras que (_Tn) se decidió por una fucsia con unas mariposas en azul metalizado, con bordes negros.
Ambos agarraron bragas negras, la de Joe con unas franjas verdes y la de la chica con franjas fucsias, firmaron el contrato y se dirigieron a la playa.
Se presentaba ante ellos playa Rincón, con sus hermosas tonalidades de azul y sus olas perfectas, si bien no estaba solitaria había menos personas que en Malibu y Joe podría explicarle a (_Tn) .
Al entrar el agua no estaba tan fría como esperaban, era bastante cálida lo que ayudaría en demasía a las prácticas.
—¿Estás seguro que sabes surfear? Es que no quiero hacer el ridículo — dijo (_Tn) dejando caer la tabla en la orilla.
—No tengo que mentirte en los deportes que practico para tratar de impresionarte como estaban haciendo los chicos en la tienda, si quiero impresionarte prefiero actuar y no hablar.
—Sabía que te estaba causando comezón el verme con los surfistas. — aguijoneó con burla.
Joe soltó un bufido. —Te equivocas, en ningún momento me causaron comezón —dijo observando hacia la playa.
—Mírame a los ojos y niégamelo.
—Viene una ola, voy a aprovecharla... —Sabiendo que no le daría tiempo, pero no iba a darle explicaciones a (_Tn) , ya vendría otra mientras se adentraba al agua.
—¡Vale, prefiero ver una demostración primero!... ¡Si esa es tu manera de huir! —Le dijo en voz alta al ver que Joe se alejaba.
Después de unos minutos la sonrisa se le congeló al ver que Joe estaba a la altura de cualquiera de los otros surfistas que lo acompañaban y sólo se preguntaba en pensamientos.
¿Qué mierda no sabe hacer Joe ?
Regresaba a la orilla con la tabla bajo el brazo, mientras se sacudía con la mano libre el exceso de agua de los cabellos y se le veía hermosamente agitado, ella no pudo evitar aplaudir emocionada y corrió hacia él quien al verla ir a toda velocidad soltó la tabla para atajarla, pero perdió el
equilibrio y cayeron al agua, sabían que tenían muchas miradas encima y no les quedó más que reírse de ellos mismos y besarse, mientras sus cuerpos servían de rompeolas.
—¿Hay algo que no sepas hacer? —preguntó en medio de húmedos y salados besos por las olas que los habían bañado.
—Sí, no se hacer fogatas, tampoco toco el piano, ni cocino.
—Entonces no eres perfecto —murmuró hechizada por la belleza de Joe .
—La perfección no existe, vamos a que te subas a esa tabla. —Rodando con ella, poniéndose encima le dio otro beso y se levantó, tomándola por la mano la ayudó a ponerse en pie.
Cada uno tomó su tabla y Joe le explicó como colocarla y acostarse encima de ella, como mover, brazos y piernas.
—Ahora (_Tn) , rema... Rema. —Le indicaba que remará con los brazos—. Cuando venga una ola dejas de remar y te aferras a los bordes de la tabla, al pasarla continuaras remando ¿entendido? —preguntó y ella asintió en silencio—. Bien, entonces sigue remando no te quedes mirándome. —Le dijo con una maravillosa sonrisa.
(_Tn) remaba y remaba y los hombros le dolían, hasta que llegaron donde ya no tocaba fondo, sabía nadar, sino le hubiese dado un ataque de pánico.
—¿Ahora qué hago? —preguntó al ver que no hacían nada.
—Esperemos que venga una ola y te dejas llevar, pero antes de que la otra te sorprenda vas a llevar las manos al borde de la tabla te impulsarás con los brazos y te pondrás de cuclillas con los pies como te expliqué, después te levantarás, hazlo sin miedo recuerda que es agua y no te vas a hacer daño, si llegas a caer sólo te aferras a la tabla ella misma te sacará a flote.
—Bien, entendido.
(_Tn) esperó la ola e hizo todo lo que Joe le dijo, pero no logró levantarse antes de poder impulsarse terminó en el agua, lo repitieron incontables veces y el aliento ya le faltaba, eso era agotador, pero cuando se daba por vencida, en su último intento, logró al menos ponerse de cuclillas.
El viento cada vez era más fuerte y las olas más agresivas por lo que decidieron regresar a la orilla, no quisieron quedarse mucho tiempo porque aún Joe tenía que conducir hasta San Francisco.
Hicieron la entrega de las tablas y el equipo en el local de alquiler y se dispusieron a continuar con el viaje, durante el camino se detuvieron para comer y disfrutaron de una enorme langosta acompañada con vino blanco.
Ya la tarde caía cuando llegaron a los altos despeñaderos que lindaban a la playa Maverick, el trayecto les llevó casi cinco horas de viaje, pero bien valía la pena al sentir la fría brisa rozándole los rostros y se sentían pequeños e insignificantes al ver la altura de las olas y la fuerza con la que se estrellaban contra los peñascos, así como otras tantas morían en la orilla, perdiendo completamente la potencia con la que se creaban.
(_Tn) se encontraba sentada en medio de las piernas de Joe que la abrazaba protegiéndola del frío, ella no podía evitar sentir nostalgia porque sabía que al día siguiente debían regresar a Los Ángeles, donde debían dejar el auto y regresar en avión a Nueva York y una vez más las responsabilidades absorberían el tiempo de ambos, estaba segura que la magia disminuiría y se preguntaba ¿cómo haría para dormir sin Joe ? Se había acostumbrado a dormir entre sus brazos, a conversar hasta altas horas de la madrugada, a ver su cara todo el día, con sus diferentes estados de ánimo.
Volver a la rutina de solo verse los fines de semana no le parecía nada atractiva, el sueño había llegado a su fin y ella no estaba preparada para despertar, nunca se había sentido dependiente de un hombre, pero con Joe todo era absolutamente distinto.
—¿Qué tanto piensas? —preguntó en un susurro en su oído, intensificando esa sensación que la ahogaba.
—En que todo esto es tan hermoso, tan inmenso... No tiene fin, somos tan pequeños y me estoy despidiendo aunque no quiero que el viaje termine, fue maravilloso, la pasé muy bien... Nunca en mi vida había disfrutado tanto, todo esto escapaba de mi imaginación.
—Y eso es demasiado porque tu imaginación es única, tienes una gran inventiva, tampoco quiero regresar, me quedaría aquí, porque me siento bien, feliz... No en realidad me siento plenamente feliz. —Estrechó más el abrazo—. Solo pienso regresar a Nueva York y verme nuevamente envuelto en tantas cosas que a veces quisiera olvidar, pero no puedo hacerlo, no hasta que logre un pendiente que tengo, sin embargo aún nos queda una última parada. — Buscando en el bolsillo de la chaqueta que se había puesto, sacó los dos boletos y los colocó frente a (_Tn) , sosteniéndolos con fuerza para que el viento no se los arrancase de la mano —. ¡Feliz cumpleaños!
—TomorrowWorld Chattahoochee Hills —(_Tn) leía en voz alta lo que decían los boletos que Joe le presentaba.
—Te debo la experiencia de vivir un festival de música electrónica, la última vez me porté como un imbécil, es que siempre veo fantasmas donde no los hay y la desconfianza me gana, me lleno de rabia y hago cosas de las cuales me arrepiento...
—Te entiendo, sé que eres un esquizofrénico de mierda, pero así me gustas.
—¿Enserio te gusto? —preguntó emocionándose como un niño. Sintió la necesidad de decirle lo que había hecho en Bélgica, mientras estuvo molesto, pero había sido algo sin importancia, en ningún momento sintió que esa mujer opacara las emociones que (_Tn) empezaba a explotar dentro de él en ese entonces, aunque si tuviese la oportunidad de regresar el tiempo, no lo hubiese hecho, ni siquiera hubiese desconfiado de ella, pero ya nada podía hacer, cada experiencia vivida era un aprendizaje.
—Se supone que si estoy aquí contigo y que cogemos a cada rato es porque me gustas.
—¡Lo sabía! Sé que te traigo loca.
—No te emociones, que solo me gustas, no me traes loca ni que fueras temporada de descuento. —Trataba ocultar con bromas la felicidad que sentía, no mostrarse tan eufórica delante de Joe , pero no pudo contener sus impulsos por besarlo—. No vayas a soltar los boletos. —advirtió mientras le mordisqueaba los labios.
Joe guardó los tickets en su chaqueta y se dispuso a corresponder con insaciables ganas el beso.
En medio risas, conversaciones y besos llegó la fría noche, pero solo se envolvieron en una manta y se quedaron ahí observando la luna llena, la cual los iluminaba y se balanceaba sobre el océano pacífico.


ElitzJb
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