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Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Ficha:
Nombre: Maldecidas (Between heaven and hell).
Autor: Colectiva.
Adaptación: No.
Género: Mucha drama, suspenso, romance, fantasía.
Advertencias: Escenas y vocabulario fuertes.
Otras páginas: Solo OnlyWn.
Maldecidas
Si en el diccionario se buscará una palabra que las definiera por igual, esa seria “Problema”, porque solo con verlas te podías imaginar el cartel en su frente diciendo “No me toques que muerdo”. Estas cinco chicas, quinceañeras, solo querían divertirse como cualquier otro adolescente, y no les importaba como el mundo las viera (por lo menos no a todas). Pero la indiferencia de las chicas hacia el pensamiento humano se les salió de las manos. Puede que a veces, si se necesite parar por un minuto y escuchar la opinión de otra persona. Porque, en algunos extremos, tu vida se puede ir a la mierda si no lo haces.
Todo había empezado como un juego, nadie se iba a terminar viciando. Eso creyeron. Pero lo que no sabían es que cuando se entra en ese “juego macabro” del alcohol, drogas y cigarrillos ya no hay vuelta atrás hasta que lo terminas. Y la manera de terminar el juego es la muerte.
Y así fue, terminaron muriendo en un trágico accidente automovilístico, provocado por la ebriedad de la conductora, donde, lamentablemente, los cuerpos fueron incinerados gracias a que el auto en donde viajaban se incendió en el choque. Ahora vagan por el mundo, sin paso al cielo ni al infierno, sin vida, pero tampoco completamente muertas. El ¿por qué? de esto, cada una de las chicas hizo algo completamente imperdonable, pero no irremediable. Asesinatos, suicidio, secuestro, venganza, posesión, lo que sea que hayan hecho (o tratado de hacer) en su corta vida. Se les dará otro cuerpo y tendrán que cumplir una misión, ayudar a las personas que afectaron así podrán descansar eternamente. Pero si no lo logran serán maldecidas, viviendo eternamente en la soledad de la nada.
♡♡♡♡♡♡
Peronajes
Leer todas las descripciones es obligatorio.
- Asesina.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“Todas las personas en el mundo tienen a alguien que no les cae bien, les desagrada o simplemente no encajan ni para estar es una misma habitación a la vez. Pero, llegar al límite de asesinar a alguien, ese alguien sí que te debe haber destruido la vida”
- Suicida.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“El mundo es perfecto, o por lo menos lo era hasta que llegamos nosotros, los humanos, con todas nuestras imperfecciones, y como vimos que algo era mejor que nosotros lo empezamos a destruir de apoco. Justo como las personas perfectas se destruyen (o son destruidas) por los comentarios y/o agresiones físicas de idiotas que están segados por celos y estupidez.”
- Secuestradora. RESERVADO PARA MI:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“Iba a ser solamente una broma, nadie saldría herido. Era el baile de graduación, nos habían invitado los chicos de años mayores y tendría que ser épico, pero no lo seria si ella se encontraba en él. Así que lo hicimos, mejor dicho, lo hice. Pero todo se salió de control. Nunca había visto tanta sangre.”
- V de Venganza.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“Cuando te rompen el corazón por tercera vez consecutiva ya no lo soportas. Odias a todos y en especial a los que te dañaron. Yo decidí hacer lo que era correcto para mí, me vengué de todo aquel que se haya cruzado en mi camino para mal.”
- Posesiva.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“¿Vieron cuándo quieren tanto a alguien qué no quieren qué ese alguien se separe de ustedes, qué morirían si lo hace? Bueno, yo lo quería de esa manera. Pero, por mi mala suerte, ese sentimiento no era correspondido. Y yo lo sabía muy bien, pero no iba a dejar que se alejara de mí, aunque tuviera que obligarlo.”
♡♡♡♡♡♡
Reglas & aclaraciones
Leer todo es obligatorio para poder participar.
Regla n°1: Son audiciones, no se reserva.Aclaración:Regla n°2: Se adicionará con una descripción de la vida del personaje que elegirán, o si quieren, un capitulo o un shot que hayan escrito. No fichas.Regla n°3: La novela podrá ser escrita en 1° o 3° persona. Hablando por mi, me es indiferente. Así que dejo que ustedes decidan como quieren escribir. Al tener a las cuatro chicas que necesito se elegirá en que persona sera escrita la novela.La historia comenzará con el día en que mueren. Al ya estar muertas la chicas, de apoco irán narrando la historia de su pasado, lo que han hecho que no las deja morir en paz. Cada una de ustedes tendrá el poder de hacer lo quiere con su personaje, emparejarlo con un humano, o que haya tenido un amor en su primera vida que nunca olvidará, qué se yo, hagan lo que ustedes quieran, pero recuerden que siempre tenga que ver con la misión encargada o por lo menos, que tenga coherencia.
Hola Ladys
Chicas, me presento, díganme Loly, soy de Argentina y con mucho amor les traigo esta idea para una novela colectiva. La iba escribir sola y subirla a Wattpad pero luego pensé que seria mucho más lindo si la escribía con otras personas. Por favor, perdónenme si es un asco y no se entiende (o simplemente es mala la idea), es que es la primera vez que presento una idea para una novela colectiva. Espero que adicionen si les gusta. Byeee.
PD: Voy a usar a Kaya Scodelario como Secuestradora.Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Hola bella, quede facinada con la idea, asi que voy a audicionar... Mañana dejo todo por que me tengo que ir a dormir.
Soy Priscilla, y tambien soy de Argentina kdljsalkdj.
Soy Priscilla, y tambien soy de Argentina kdljsalkdj.
Invitado
Invitado
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Hola Priscilla:3 (que lindo nombre).Priscilla.- escribió:Hola bella, quede facinada con la idea, asi que voy a audicionar... Mañana dejo todo por que me tengo que ir a dormir.
Soy Priscilla, y tambien soy de Argentina kdljsalkdj.
No importa linda linda, yo espero.
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
¿Nadie más quiere participar?
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Audicionen... Ah no se que decía yo, si ni siquiera mande mi... cosa todavía.
Invitado
Invitado
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Oh dios, esta novela esta tan hermosa . pero hay algo que no entendi, es que, tenemos que poner una descripción de la vida de el personaje y el fic u O.S o si quieres hacer la descripción y si quieres el cap. (?
Invitado
Invitado
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Priscilla.- escribió:Audicionen... Ah no se que decía yo, si ni siquiera mande mi... cosa todavía.
"Cosa" jajaja, no importa, ya van a caer ante la tentación y van a entrar a audicionar... o eso espero.
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
paularamirez escribió:Oh dios, esta novela esta tan hermosa . pero hay algo que no entendi, es que, tenemos que poner una descripción de la vida de el personaje y el fic u O.S o si quieres hacer la descripción y si quieres el cap. (?
Hola linda :) Es la descripción o el OS/Capitulo. Vos decidí.
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Ah genial, entonces te mandare un capitulo, porque ando media ocupada y quiero cumplir..
Invitado
Invitado
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Tessa Foster | Lily Collins | Suicida | Niall Horan.
Luego, la voy a emparejar con Nialler. Estoy haciendo la descripción, pero mientras tanto te dejo esto. Luego la agrego.
- Terapia de Shock:
- ✯By [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prologo
El doctor Joseph Robertson, psicólogo reconocido, se encontraba devastado. Su hijo, su pequeño y único hijo.
¿Qué iban a pensar de el ahora? Si no había sido capaz de rescatar a sus propio hijo ¿Cómo iba a poder rescatar a sus pacientes?
Se dejo caer en el sillón de cuero negro de la biblioteca, que también utilizaba como escritorio, con un vaso de whisky, a medio tomar, descansando en su mano.
Había pasado dos años desde que su hijo había entrado en el vicio de las drogas, y el, como padre y profesional se había encargado de devolverlo a la vida.
Lo llevo a los mejores especialistas, a las mejores instituciones. Pago terapias carísimas, y hasta el mismo intervino, todo por salvarlo.
Pensó que lo había hecho, que lo había logrado. Hasta hace un mes atrás…
Su hijo nunca había abandonado esa vida, el seguía no solo consumiendo, sino también cometiendo delitos para conseguir un par de píldoras.
A sus veintiún años había sido condenado a ocho años de prisión, luego que la policía lo arrestara por comenzar una pelea callejera, que termino sacando al descubierto la verdadera identidad de Matthew Robertson, su hijo.
Joseph se encontraba tan ensimismado en su pensamiento que no se percato de la presencia de su esposa en la habitación.
Molly lo miraba con el ceño fruncido apoyada en el lumbral de la puerta. Su esposo había estado así desde que la sentencia de su hijo, y la mujer no lo lograba entender.
-Dijiste que lo volverías a tomar, Joseph…-le reprocho su esposa. El hombre, cansado de su actitud, dejo el vaso sobre la pequeña mesita ratona que tenia enfrente.
-¿Y que quieres que haga? ¿Quieres que haga como si nada hubiese pasado? ¿Quieres que actúe como vos?-pregunto Joseph con exasperación.
-Yo no actúo como si nada hubiese pasado… También es mi hijo-respondió la mujer.
-Pues… No parece-
-Es lo mejor, Joseph…-
-¿Lo mejor? ¡Ahí adentro lo van a tratar de la peor manera! ¿Cuándo va a abrir los ojos?-soltó el hombre levantándose de golpe. Molly mantenía la misma postura tranquila, mientra el dolor se reflejaba en su rostro.
-Es mejor que lo castiguen ahí adentro antes que lo terminen matando acá afuera… O peor aun, que se muera por una sobredosis-dijo Molly mirando seriamente a su esposo, que parecía desorientado.
-Molly…-
-Ser cocientes de todo lo que perdimos o podemos perder incrementa nuestra ganas de salir adelante, Joe.. Y vos mas que nadie debería saberlo…-se limito a decir.
-¿Que?-
-Que prefiero que este en la cárcel, antes que termine en un cajón muerto Joseph... Es la única manera que tenemos para que el se de cuenta de lo que estaba haciendo... ¿No funciona así en la psicología? Es como hacer terapia...-dijo la mujer. El doctor Robertson miro sorprendió a su esposa. Nunca, en sus veinte años de casados, ella se había metido con su profesión o había hecho algún comentario que se le relacionara.... y aunque le costase admitirlo, tenia razón.
Sus palabras eran tan sabias que sintió admiración por ella. El, el psicólogo reconocido, no había sido capaz de entenderlo hasta ahora... O quizás su dolor lo había impedido.
-Como una terapia-repitió, caminando hacia su esposa que lo miraba como si fuera un loco. El hombre la tomo pos la cintura y le planto un apasionado beso en los labios-Eres un genio, ¿Lo sabias?-soltó, liberándola de sus brazos para luego caminar hasta su escritorio y sentarse tras el mismo en su silla de cuero.
-¿Acaso te volviste loco Joseph?-pregunto Molly sorprendida. Su esposo levanto la mirada y negó con la cabeza para luego volver a su tarea. Había comenzado a escribir teorías que podrían servirle como argumentos cuando lo presentara ante el Ministerio.-La comida estará en una hora-se limito a decir su esposa, aun sin entender que le pasaba. Salio de la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos.
-Como una terapia-volvió a repetir.
Su objetivo en cada una de sus terapias era justamente esa: Hacerles ver a sus pacientes cual era su error, o hacia donde debían dirigirse. Eso debía hacer ahora.
No ganaría nada quedándose de brazos cruzados durante ocho largos años, tampoco podrida revertir el hecho de que su hijo se encontrara preso. Quizás podría hacer otra cosa... Ayudar.
Si era capaz de salvar a los adolescentes descarrilados que estaban tirando sus vidas a la basura, seria capaz de perdonarse a si mismo por no haber podido salvar a su propio hijo. Les demostraría que la vida no era como ellos creían.
La droga, el alcohol, y la violencia no eran el camino. Y la única forma era haciéndolos caer. Porque después de todo, uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.
-Buenas noches Peter, tengo algo importante que decirte...-dijo Joseph luego de haber marcado el numero de su amigo y colega. La terapia de shock seria su próximo experimento.
- Spoiler:
- Prologo
“Un esquizofrénico es una persona que ya tiene una tendencia natural para ausentarse de este mundo, hasta que un hecho-grave o superficial, dependiendo de cada caso hace que cree una realidad solo para el. El caso puede evolucionar hasta un punto en que el paciente te ausenta totalmente de la realidad, que llamamos catatota, o por el contrario puede ir mejorando y permitir que el paciente trabaje y desarrolle una vida prácticamente normal. Depende tan solo de un factor: el ambiente. ”- Verónica decide morir, Pablo Coelho.
“Veinticinco, veinticuatro, veintitrés, veintidós, veintiuno, veinte…”. La castaña contaba los minutos para marcharse de ese horrible lugar. Había pasado tres años de su vida concurriendo a esas monótonas sesiones con su psicólogo en aquella oficina gris que solo contaba con un gran ventanal, dos amplios sillones negros y una biblioteca repleta de libros, algo viejos y polvorientos.
Estaba aburrida. Nunca había logrado entender como el joven de no mas de veintiocho años podía llevar una vida tan organizada y meticulosamente planeada.
Se podía identificar que era un hombre estructurado de familia adinerada, seguramente casado, y con uno o dos hijos. Su psicólogo no era la persona mas divertida del mundo, al igual que sus sesiones no eran tan gratas como las de la Doctora Smith, su psiquiatra.
Pero la había ayudado, ese hombre que estaba sentado frente a ella, observándola, con una mano sobre su pierna, sujetando un anotador y una lapicera, y la otra alrededor de su barbilla, con su dedo índice cruzándole los labios, la había ayudado.
-Aun faltan un par de minutos Coraline… Entiendo que consideres que ya estas curada, es una patología muy común… Pero tu madre…-
-Mi madre cree que aun es conveniente que asista para afinar asperezas-lo interrumpió la castaña con voz suave y algo pausada- Se cual es su opinión, ella misma se encarga de dejarme bien en claro que mi locura ha afectado su vida hasta el punto de llegar a corromper su matrimonio, con mi padre…-continuo, fijando su vista en algún punto indeterminado en la pared.
-Ya hemos hablado acerca de eso Cora-dijo su psicólogo.- Creí que habíamos dejado en claro que lo que te paso debe quedar en el pasado… Ni tu ni nadie podrá remediarlo-
-Lo se.-susurro Coraline mordiéndose el labio inferior para seguir conectada con esa realidad que todo el mundo compartía, pero que para ella solo era un pasatiempo, luego de su sesión, probablemente volvería a su realidad, esa donde se sentía segura.-Pero mi madre se encarga de recordármelo todos los días, ¿Usted no puede hablar con ella?-pregunto.
-¿Y que quieres que le diga, Cora?-pregunto el psicólogo escribiendo rápidamente cada palabra que salía por la boca de la castaña junto con alguna que otra observación que luego lo ayudarían a analizar su progreso.
Si algo estaba seguro era que su comportamiento era influenciado, en gran parte, por su madre.
Susan, no era no persona mal. Simplemente no había podido perdonar a su hija por cosas que, como bien sabia, no había hecho intencionalmente. Pero la odio y el rencor que sintió en ese momento la cegó, desquitándose con Coraline.
-No lo se… Que ya me ha dado el alta-respondió Coraline haciendo una mueca que bien podía interpretarse como sonrisa, pero que no lo era del todo, aun se podía ver el dolor detrás de sus ojos.
-No puedo hacer eso… Eres tu la que debe decirle cuando parar.-dijo el, observando como la castaña ponía los ojos en blanco.
-¿A usted le parece fácil?-soltó Coraline sin prestarle atención a la pequeña sonrisa que surcaba los labios de su psicólogo.
-¿Fácil?-repitió el- Debemos primero analizar su significado. Es una palabra muy amplia que debe ser usada con respeto… Depende de quien lo mire será mas o menos fácil, Cora... Por ejemplo, para algunos amar es fácil, pero hay quienes, pasan su vida buscando a quien amar, a su alma gemela o a un gran amigo con quien compartir momentos y nunca lo consiguen... Y eso, no es por falta de sentimientos o por que no sean seres humanos... Ese "algo" llamado destino lo quiso así... Y ellos no tienen otra opción mas que aceptarlo.... Por eso, fácil, no es la palabra que yo usaría Coraline.-explico el hombre parándose de su asiento para servirse un poco de café que lo esperaba, caliente, sobre una pequeña mesa a la orilla de la puerta de entrada.
-Entonces… ¿Qué palabra usaría?-pregunto la castaña, volviendo a repasar lo minutos que le faltaban para salir corriendo de ese lugar.
-Preparado… Yo me preguntaría si ya estoy preparado-le respondió dando un sorbo a su café.
-¿Estoy preparada para ponerle un limite a mi madre?-dijo ella pensando seriamente en las palabras que el hombro le había dicho- No, no estoy preparada… Aun no.
-¿Entonces?-
-¿Entonces, que?-
-Entonces por que sigues quejándote de tus secciones semanales conmigo, si aun no eres capaz de enfrentar a tu propia madre…-le respondió el, quitándole las palabras de la boca a la castaña, que ya sabia de antemano cual seria su respuesta.
En esos tres años había llegado a analizar al joven hombre mas que a cualquier otra persona. No lo conocía… ¡Por supuesto que no lo conocía!, pero ella podía ver a través de sus ojos azules cuando el estaba alegre o triste, e incluso cual seria el rumbo de su conversación.
-¿Cree usted que seré capaz de encontrar a mi alma gemela?-pregunto la castaña cambiando de tema. Esa pregunta le había quedado rondado en su mente luego que el mencionara la palabra "amor", además, Cora ya estaba cansada del mismo discurso. No quería hablar de su madre, ni de su pasado.
-¿Es fácil para ti el amor?-respondió el psicólogo, aun de pie frente a la puerta. Cora advirtió que esas serian las ultimas palabras que cruzarían por esa semana. El reloj ya había marcado las cuatro en punto y sus sesión acababa de terminar.
-Yo amo a alguien-soltó la castaña, esta vez formando una verdadera sonrisa.
-Afortunada seas Coraline, no hay nada mas saludable en esta vida que al amor…-
-¿Pero usted cree que alguien pueda llegar a amarme? Soy una esquizofrenia en pleno proceso de rehabilitación… Es casi imposible-hablo Cora, recordando las palabras que su madre le había dicho en mas de una ocasión sobre amar y ser amada.
-Cualquier ser en este mundo que posea sentimiento es libre de amar Coraline… Y ya te he dicho que no me trates de usted, me haces sentir viejo, y solo tengo seis años mas que vos…-dijo el joven, revisando su reloj pulsera para asegurarse que aun le quedaban un par de minutos para llegar a la importante reunión planificada por su prometida desde, hacia ya, un mes.
-Lo siento, Niall. No volverá a pasar, lo prometo-dijo la castaña, poniéndose de pie para despedirse de su psicólogo hasta la siguiente semana.
El joven, rubio y de grandes ojos azules del color del cielo luego de una tormenta, le abrió la puerta a su ultima paciente. Coraline, la joven que había llegado hasta su consultorio un frió día de invierno, inmersa en su propia realidad intentando salir adelante luego de su traumática experiencia.
"Ayuda", fue lo primero que escucho salir de sus labios, y automáticamente, Niall Horan entendió que ella lo necesitaba.
Invitado
Invitado
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Priscilla.- escribió:
Tessa Foster | Lily Collins | Suicida | Niall Horan.
Luego, la voy a emparejar con Nialler. Estoy haciendo la descripción, pero mientras tanto te dejo esto. Luego la agrego.
- Terapia de Shock:
✯By [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Prologo
El doctor Joseph Robertson, psicólogo reconocido, se encontraba devastado. Su hijo, su pequeño y único hijo.
¿Qué iban a pensar de el ahora? Si no había sido capaz de rescatar a sus propio hijo ¿Cómo iba a poder rescatar a sus pacientes?
Se dejo caer en el sillón de cuero negro de la biblioteca, que también utilizaba como escritorio, con un vaso de whisky, a medio tomar, descansando en su mano.
Había pasado dos años desde que su hijo había entrado en el vicio de las drogas, y el, como padre y profesional se había encargado de devolverlo a la vida.
Lo llevo a los mejores especialistas, a las mejores instituciones. Pago terapias carísimas, y hasta el mismo intervino, todo por salvarlo.
Pensó que lo había hecho, que lo había logrado. Hasta hace un mes atrás…
Su hijo nunca había abandonado esa vida, el seguía no solo consumiendo, sino también cometiendo delitos para conseguir un par de píldoras.
A sus veintiún años había sido condenado a ocho años de prisión, luego que la policía lo arrestara por comenzar una pelea callejera, que termino sacando al descubierto la verdadera identidad de Matthew Robertson, su hijo.
Joseph se encontraba tan ensimismado en su pensamiento que no se percato de la presencia de su esposa en la habitación.
Molly lo miraba con el ceño fruncido apoyada en el lumbral de la puerta. Su esposo había estado así desde que la sentencia de su hijo, y la mujer no lo lograba entender.
-Dijiste que lo volverías a tomar, Joseph…-le reprocho su esposa. El hombre, cansado de su actitud, dejo el vaso sobre la pequeña mesita ratona que tenia enfrente.
-¿Y que quieres que haga? ¿Quieres que haga como si nada hubiese pasado? ¿Quieres que actúe como vos?-pregunto Joseph con exasperación.
-Yo no actúo como si nada hubiese pasado… También es mi hijo-respondió la mujer.
-Pues… No parece-
-Es lo mejor, Joseph…-
-¿Lo mejor? ¡Ahí adentro lo van a tratar de la peor manera! ¿Cuándo va a abrir los ojos?-soltó el hombre levantándose de golpe. Molly mantenía la misma postura tranquila, mientra el dolor se reflejaba en su rostro.
-Es mejor que lo castiguen ahí adentro antes que lo terminen matando acá afuera… O peor aun, que se muera por una sobredosis-dijo Molly mirando seriamente a su esposo, que parecía desorientado.
-Molly…-
-Ser cocientes de todo lo que perdimos o podemos perder incrementa nuestra ganas de salir adelante, Joe.. Y vos mas que nadie debería saberlo…-se limito a decir.
-¿Que?-
-Que prefiero que este en la cárcel, antes que termine en un cajón muerto Joseph... Es la única manera que tenemos para que el se de cuenta de lo que estaba haciendo... ¿No funciona así en la psicología? Es como hacer terapia...-dijo la mujer. El doctor Robertson miro sorprendió a su esposa. Nunca, en sus veinte años de casados, ella se había metido con su profesión o había hecho algún comentario que se le relacionara.... y aunque le costase admitirlo, tenia razón.
Sus palabras eran tan sabias que sintió admiración por ella. El, el psicólogo reconocido, no había sido capaz de entenderlo hasta ahora... O quizás su dolor lo había impedido.
-Como una terapia-repitió, caminando hacia su esposa que lo miraba como si fuera un loco. El hombre la tomo pos la cintura y le planto un apasionado beso en los labios-Eres un genio, ¿Lo sabias?-soltó, liberándola de sus brazos para luego caminar hasta su escritorio y sentarse tras el mismo en su silla de cuero.
-¿Acaso te volviste loco Joseph?-pregunto Molly sorprendida. Su esposo levanto la mirada y negó con la cabeza para luego volver a su tarea. Había comenzado a escribir teorías que podrían servirle como argumentos cuando lo presentara ante el Ministerio.-La comida estará en una hora-se limito a decir su esposa, aun sin entender que le pasaba. Salio de la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos.
-Como una terapia-volvió a repetir.
Su objetivo en cada una de sus terapias era justamente esa: Hacerles ver a sus pacientes cual era su error, o hacia donde debían dirigirse. Eso debía hacer ahora.
No ganaría nada quedándose de brazos cruzados durante ocho largos años, tampoco podrida revertir el hecho de que su hijo se encontrara preso. Quizás podría hacer otra cosa... Ayudar.
Si era capaz de salvar a los adolescentes descarrilados que estaban tirando sus vidas a la basura, seria capaz de perdonarse a si mismo por no haber podido salvar a su propio hijo. Les demostraría que la vida no era como ellos creían.
La droga, el alcohol, y la violencia no eran el camino. Y la única forma era haciéndolos caer. Porque después de todo, uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.
-Buenas noches Peter, tengo algo importante que decirte...-dijo Joseph luego de haber marcado el numero de su amigo y colega. La terapia de shock seria su próximo experimento.
- Spoiler:
Prologo
“Un esquizofrénico es una persona que ya tiene una tendencia natural para ausentarse de este mundo, hasta que un hecho-grave o superficial, dependiendo de cada caso hace que cree una realidad solo para el. El caso puede evolucionar hasta un punto en que el paciente te ausenta totalmente de la realidad, que llamamos catatota, o por el contrario puede ir mejorando y permitir que el paciente trabaje y desarrolle una vida prácticamente normal. Depende tan solo de un factor: el ambiente. ”- Verónica decide morir, Pablo Coelho.
“Veinticinco, veinticuatro, veintitrés, veintidós, veintiuno, veinte…”. La castaña contaba los minutos para marcharse de ese horrible lugar. Había pasado tres años de su vida concurriendo a esas monótonas sesiones con su psicólogo en aquella oficina gris que solo contaba con un gran ventanal, dos amplios sillones negros y una biblioteca repleta de libros, algo viejos y polvorientos.
Estaba aburrida. Nunca había logrado entender como el joven de no mas de veintiocho años podía llevar una vida tan organizada y meticulosamente planeada.
Se podía identificar que era un hombre estructurado de familia adinerada, seguramente casado, y con uno o dos hijos. Su psicólogo no era la persona mas divertida del mundo, al igual que sus sesiones no eran tan gratas como las de la Doctora Smith, su psiquiatra.
Pero la había ayudado, ese hombre que estaba sentado frente a ella, observándola, con una mano sobre su pierna, sujetando un anotador y una lapicera, y la otra alrededor de su barbilla, con su dedo índice cruzándole los labios, la había ayudado.
-Aun faltan un par de minutos Coraline… Entiendo que consideres que ya estas curada, es una patología muy común… Pero tu madre…-
-Mi madre cree que aun es conveniente que asista para afinar asperezas-lo interrumpió la castaña con voz suave y algo pausada- Se cual es su opinión, ella misma se encarga de dejarme bien en claro que mi locura ha afectado su vida hasta el punto de llegar a corromper su matrimonio, con mi padre…-continuo, fijando su vista en algún punto indeterminado en la pared.
-Ya hemos hablado acerca de eso Cora-dijo su psicólogo.- Creí que habíamos dejado en claro que lo que te paso debe quedar en el pasado… Ni tu ni nadie podrá remediarlo-
-Lo se.-susurro Coraline mordiéndose el labio inferior para seguir conectada con esa realidad que todo el mundo compartía, pero que para ella solo era un pasatiempo, luego de su sesión, probablemente volvería a su realidad, esa donde se sentía segura.-Pero mi madre se encarga de recordármelo todos los días, ¿Usted no puede hablar con ella?-pregunto.
-¿Y que quieres que le diga, Cora?-pregunto el psicólogo escribiendo rápidamente cada palabra que salía por la boca de la castaña junto con alguna que otra observación que luego lo ayudarían a analizar su progreso.
Si algo estaba seguro era que su comportamiento era influenciado, en gran parte, por su madre.
Susan, no era no persona mal. Simplemente no había podido perdonar a su hija por cosas que, como bien sabia, no había hecho intencionalmente. Pero la odio y el rencor que sintió en ese momento la cegó, desquitándose con Coraline.
-No lo se… Que ya me ha dado el alta-respondió Coraline haciendo una mueca que bien podía interpretarse como sonrisa, pero que no lo era del todo, aun se podía ver el dolor detrás de sus ojos.
-No puedo hacer eso… Eres tu la que debe decirle cuando parar.-dijo el, observando como la castaña ponía los ojos en blanco.
-¿A usted le parece fácil?-soltó Coraline sin prestarle atención a la pequeña sonrisa que surcaba los labios de su psicólogo.
-¿Fácil?-repitió el- Debemos primero analizar su significado. Es una palabra muy amplia que debe ser usada con respeto… Depende de quien lo mire será mas o menos fácil, Cora... Por ejemplo, para algunos amar es fácil, pero hay quienes, pasan su vida buscando a quien amar, a su alma gemela o a un gran amigo con quien compartir momentos y nunca lo consiguen... Y eso, no es por falta de sentimientos o por que no sean seres humanos... Ese "algo" llamado destino lo quiso así... Y ellos no tienen otra opción mas que aceptarlo.... Por eso, fácil, no es la palabra que yo usaría Coraline.-explico el hombre parándose de su asiento para servirse un poco de café que lo esperaba, caliente, sobre una pequeña mesa a la orilla de la puerta de entrada.
-Entonces… ¿Qué palabra usaría?-pregunto la castaña, volviendo a repasar lo minutos que le faltaban para salir corriendo de ese lugar.
-Preparado… Yo me preguntaría si ya estoy preparado-le respondió dando un sorbo a su café.
-¿Estoy preparada para ponerle un limite a mi madre?-dijo ella pensando seriamente en las palabras que el hombro le había dicho- No, no estoy preparada… Aun no.
-¿Entonces?-
-¿Entonces, que?-
-Entonces por que sigues quejándote de tus secciones semanales conmigo, si aun no eres capaz de enfrentar a tu propia madre…-le respondió el, quitándole las palabras de la boca a la castaña, que ya sabia de antemano cual seria su respuesta.
En esos tres años había llegado a analizar al joven hombre mas que a cualquier otra persona. No lo conocía… ¡Por supuesto que no lo conocía!, pero ella podía ver a través de sus ojos azules cuando el estaba alegre o triste, e incluso cual seria el rumbo de su conversación.
-¿Cree usted que seré capaz de encontrar a mi alma gemela?-pregunto la castaña cambiando de tema. Esa pregunta le había quedado rondado en su mente luego que el mencionara la palabra "amor", además, Cora ya estaba cansada del mismo discurso. No quería hablar de su madre, ni de su pasado.
-¿Es fácil para ti el amor?-respondió el psicólogo, aun de pie frente a la puerta. Cora advirtió que esas serian las ultimas palabras que cruzarían por esa semana. El reloj ya había marcado las cuatro en punto y sus sesión acababa de terminar.
-Yo amo a alguien-soltó la castaña, esta vez formando una verdadera sonrisa.
-Afortunada seas Coraline, no hay nada mas saludable en esta vida que al amor…-
-¿Pero usted cree que alguien pueda llegar a amarme? Soy una esquizofrenia en pleno proceso de rehabilitación… Es casi imposible-hablo Cora, recordando las palabras que su madre le había dicho en mas de una ocasión sobre amar y ser amada.
-Cualquier ser en este mundo que posea sentimiento es libre de amar Coraline… Y ya te he dicho que no me trates de usted, me haces sentir viejo, y solo tengo seis años mas que vos…-dijo el joven, revisando su reloj pulsera para asegurarse que aun le quedaban un par de minutos para llegar a la importante reunión planificada por su prometida desde, hacia ya, un mes.
-Lo siento, Niall. No volverá a pasar, lo prometo-dijo la castaña, poniéndose de pie para despedirse de su psicólogo hasta la siguiente semana.
El joven, rubio y de grandes ojos azules del color del cielo luego de una tormenta, le abrió la puerta a su ultima paciente. Coraline, la joven que había llegado hasta su consultorio un frió día de invierno, inmersa en su propia realidad intentando salir adelante luego de su traumática experiencia.
"Ayuda", fue lo primero que escucho salir de sus labios, y automáticamente, Niall Horan entendió que ella lo necesitaba.
Audición aceptada
ALDHSK :3 Me gusta mucho como escribís, enserio. Audición aceptadisima.
Me párese muy cute que hayas elegido a Lily.
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
:lloro: ¿Nadie más? No se asusten, no muerdo che.
Basket case
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Amo a Lily, me encanta lkjdlaksd
Si queres puedo ayudarte... Lo pondré en mi firma si queres, obvio.
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Invitado
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Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
Hooooooooooooooooooooooooooooooooooooooli:3
Yo querer audicionar, ah. No, pero en serio quiero audicionar :DDDD adoré la idea, ¿Te dejo el capitulo primero o...?
Bueh, espero que me respondas mejor ^^
Preeeeeeeeeeegunta antes de retirarme por un ratito, ¿Por qué tu nombre es Basket Case? :)
Besos, Ángel
Yo querer audicionar, ah. No, pero en serio quiero audicionar :DDDD adoré la idea, ¿Te dejo el capitulo primero o...?
Bueh, espero que me respondas mejor ^^
Preeeeeeeeeeegunta antes de retirarme por un ratito, ¿Por qué tu nombre es Basket Case? :)
Besos, Ángel
Walters.
Re: Maldecidas (Between heaven and hell) | Novela colectiva | Audiciones abiertas
- abremee:
- AMÉ LA IDEA! La verdad los personajes son todos geniales, pero la asesina y la posesiva son las que mas llaman mi atención. Audicionaré para la asesina pero si llegas a cambiarme por la posesiva no me molestaria jaja, realmente nose cual elegir!
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Daphne Young|Cara Delevingne|Harry Styles|La asesina
- Historia para una audicion de N.C:
- ↘Historia. Martina Cox nació la madrugada del martes número 13 del mes de agosto, 1992. Su llegada no fue hermosa y feliz como la de la mayoría de los bebés. Sino que fue trágica. Su madre murió en el parto por causas que no pudieron determinar. Era una familia muy pequeña y no se hablaban entre todos, por lo que luego de ese día, Martina se quedó a cargo de su padre y su abuela paterna.
Su abuela trató de darle la mejor vida posible pese a los problemas económicos que tenían. Le brindaba amor y realmente la amaba, no como su padre, que la consideraba la causa de muerte de la mujer de su vida. Nina, la abuela, intentaba hacer entrar en razón al hombre pero esto no era posible, estaba cegado ante el dolor de su amada esposa.
Así, los años fueron pasando y cuando la pequeña Martina cursaba su primer año de escuela su abuela ya muy mayor falleció. Nunca había sido todo color de rosas para la niña, pero ese día su vida se volvió realmente gris.
Su padre sentía que no le quedaba nada en este mundo por lo que sin importarle entró en el alcohol. A sus 7 años Martina vivía prácticamente sola, su padre la ignoraba por completo. Ella aprendió sola el camino a la escuela siendo empujada a comportarse como alguien mayor, sin disfrutar su infancia.
Cuando cumplió 12 no pensó que las cosas podrían ir peor pero si lo fueron. Su padre estaba completamente perdido y cada bronca que traía la descargaba con la pobre chica. Ella hubiera preferido que él la siguiera ignorando, pero no. Ahora el maltrato no solo era psicológico, sino que también se volvió físico.
Poco tiempo después el hombre murió en una pelea callejera. La vida de Martina estaba acabada. La enviaron a un reformatorio. Todo era triste, gris y ella, terminó volviéndose igual. Probablemente no fueron los peores años de su vida los que pasó ahí dentro, pero no habían sido nada bueno.
La joven, ya entrada en la adolescencia era agresiva y sarcástica. No quería a nadie y buscaba cualquier excusa, solo una mala mirada, para comenzar una pelea. Ya no era la nena sumisa de antes, se había cansado de ser la maltratada y por eso ahora lo hacía con los demás, comenzando así a ganarse el respeto de todos en el reformatorio.
Su vida volvió a cambiar cuando cumplió los 18, la echaron a la calle sin importarles si tenía o no a donde ir. La vergüenza se apoderó de ella pero no le quedó otra que pedir dinero para comer, pero fue por poco tiempo. Una noche fría en el subte, Martina intentaba dormir, temblando de frío, un buen hombre se apiadó de ella. Le ofreció un techo y comida al ver a la joven tan sola.
Desde ese momento, Martina Cox, se hizo llamar Nina Fox, queriendo dejar atrás su oscuro pasado. Parecía que las cosas cambiaban y mejoraban de a poco. Consiguió un humilde trabajo, donde ganaba poco y trabajaba mucho pero al menos podía gastar algo de dinero en su propia imagen y el resto dárselo a aquel hombre.
Conoció a un joven de su edad humilde pero de buen corazón. Con él comenzaron una relación afectiva y fue la primera vez desde la muerte de su abuela que volvió a sentirse realmente amada. Eran una hermosa pareja y hacían planes a futuro, de casarse, y vivir juntos para siempre.
Nina volvía tarde de su trabajo cuando sintió disparos en donde ahora era su casa y corrió hacia allí. Cuando llegó vio a su novio de espaldas levantando las manos y suplicando que no lo mataran, pero quien tenía el arma no tuvo piedad y disparó contra él para luego huir corriendo. La última gota de esperanza se fue junto con el amor y no solo eso, en la casa también estaba el hombre, a quien asesinaron como a su novio, a sangre fría.
No quería saber más nada con la vida e intento terminar con esta cortando sus muñecas. Cumplió sus 20 años en el hospital. Luego de un mes de rehabilitación le dieron de alta. Ese día, su vida cambiaría por completo. Un hombre de traje y corbata, muy bien arreglado se acercó a ella ofreciéndole el cielo y la tierra si le permitía ayudarla. ¿Qué más podía perder? Aunque era consciente de que en el mundo que estaba a punto de meterse no era bueno, nada, pero nada podría salirle peor en la vida que hasta ahora.
- cap de novela.:
Desde que tengo memoria, he visto incontable cantidad de amaneceres en Colonia, pero siempre me pregunté si en todos los lados serían iguales.
Mamá me dice que sí, ella sí ha ido a la ciudad, ha viajado a Argentina, pero yo siempre he estado acá. Amo donde vivo, pero amaría un día verme obligada a volver. Siempre soñé con conocer el mundo, siempre quise ser independiente y ver más allá de las simples cosas, y es día a día lo que intento. No hay muchos jóvenes en el pueblo, solo turistas y en verano. El invierno es un poco triste, tengo que pedalear kilómetros para llegar al liceo
y eso es de las cosas que más me gustan. Más de una vez he visto mochileros en las rutas y siempre soñé con serlo. Por eso, el deseo que pedí cuando soplé mis diecinueve velas fué salir de mi pueblo en busca de amaneceres.
El despertador sonó a las seis treinta a.m era sábado y no tenía porque estar puesto, pero lo estaba, si hay algo que me gusta es sentirlo y saber que puedo volver a dormir.
-Apagá esa porquería nena-
-Shh, seguí durmiendo Nikki-
Apagué el despertador y me levanté al baño, sentí un almohadón pegar en mi espalda pero lo ignoré, Nicole era así.
Estaba por volver a la cama cuando empezó a entrar luz por mi ventana. No lo dudé, me abrigué, calcé y salí de la casa en total silencio a ver el amanecer. La luz era cada vez más fuerte, mi película favorita desde chica es ‘’El rey león’’ comienza con un amanecer, para mí, una inteligente metáfora que indica el comienzo de algo nuevo. En un amanecer todo cambia, algo empieza y siempre hay oportunidades. El sol ya había salido, encandilaban sus fuertes rayos que hacían ver el pasto del jardín con un brillo único. Ya era suficiente, volví a la cama llena de paz y armonía.
-Señorita peace and love ¿Podrías dejar de despertarme a las seis de la mañana? Dormí pésimo por tu culpa-
Se sentó a la mesa junto a nosotros para desayunar.
-Sí claro, por eso roncabas cuando volví-
Reí probando mi café con leche.
-No te banco hoy, no me hables-
Cuando Nicole se levantaba así era insoportable, ignorarla sería lo mejor.
-Mar, hoy con tu papá vamos a salir ¿Venís?-
-Me encantaría, pero tengo mucho que estudiar y tengo ganas de caminar un rato sola-
-Está bien-
Se levantaron ambos de la mesa. Papá me dio un beso en la frente y mamá solo alborotó mi pelo.
-Dejen limpia la cocina-
-Sí má-
Respondimos al unísono y miré a Nikki.
-¿Qué?-
Preguntó de mala gana.
-Que no te soporto cuando te levantás así, pero no me vas a arruinar el día-
Respiré profundo y me levanté a lavar mi taza.
-Tendrías que haber nacido en los sesenta, me estresás-
Se levantó y se fue, dejando todas sus migas y su taza sobre la mesa, que fastidio me daba cuando hacía eso, como si fuese su esclava.
-No soy tu sirvienta nena-
No ganaba nada con quejarme, no iba a darme bolilla, opté por lavar y limpiar antes de buscar mi mochila y salir de la casa.
El frío me abrazó, pero el sol estaba radiante, a lo lejos divisé un carro tirado por caballos que venía muy rápido hacia mí.
-Buen día-
Saludé a Pepe, el veterano de la zona, abuelo, le decimos. Es un señor que sabe y conoce mucho acerca de todo, puede responderte una pregunta de la primera guerra mundial tanto como el último cd de Rihanna. Es querido por todos por acá, por supuesto incluyéndome.
-Buen día señorita ¿A dónde va tan temprano?-
-A caminar don Pepe, voy a buscar algún lugar donde haya solcito para leer y tal vez, si la inspiración llega, escribir algo-
-Me parece bien ¿Te arrimo a algún lado?-
-No no es necesario muchas gracias-
-Entonces adiós señorita, que tenga un buen día-
-Gracias igualmente-
Sonreí y lo ví irse con su carro y sus hermosos caballos. Yo soy la primera en defender a los animales, y me encanta don Pepe porque tiene a sus caballos en perfecto estado.
Empecé a caminar por la Avenida Artigas para llegar directo a la rambla costanera, por donde paso cada mañana para ir a trabajar. Se lo hermoso que es el paisaje pero nunca me cansaría de verlo.
De repente, sin saber el porqué, me puse a pensar que pasaría si yo me fuese de casa. Nose porque me lo cuestioné, pero viendo las hermosas costas de mi querida Colonia se me ocurrió que tal vez sería una buena idea conocer más de mi hermoso país.
Caminando, despacio me enamoré de la idea de poder salir de mi casa a conocer nuevos lugares ¿Porqué no? Soy grande, tengo trabajo, ahorros y ganas, muchas ganas de sentirme libre.
Ví una moto pasar con quien supuse era un hombre que llevaba un gran mochila y sobre de dormir. Indudablemente iba al camping por eso pensé
¿Porqué no empezar por algo cerca? Si podía sobrevivir sola en un camping, que se que lo haría ¿Porqué no? Podría ser el comienzo de un largo viaje por quien sabe donde.
-¿¡Qué!? Decime ¿En que estabas pensando Martina?-
-Mamá no es para tanto, soy mayor de edad, quiero ser independiente y vivir en un camping-
-Hija, eso es anormal, a los camping se va de paseo, te vas a agarrar una pulmonía ahora en invierno-
-Mamá te estoy avisando acerca de la desición que tomé, no es una pregunta-
Jamás le había gritado ni faltado el respeto a mamá por lo que no iba a empezar a hacerlo ahora, por eso me contuve de cualquier loco impulso y me encerré en mi cuarto-
-¿Qué hacés nena?-
Preguntó Nikki tirada desde la cama.
-Te voy a hacer feliz, me voy de casa-
Abrí mi sector del ropero para seleccionar la mejor ropa, lo más útil, necesario y abrigado.
-No sos graciosa, sabelo-
Rió irónica por lo que preferí ignorarla y seguir con lo mío. Eso hasta que mamá abrió la puerta sin previo aviso volviendo a querer frenarme.
-Martina no te podés ir de tu casa a un camping ¿Estás loca? Mirame cuando te hablo-
Pidió al ver que la ignoraba.
-¿Entonces es enserio?-
Preguntó Nikki quedando sentada en la cama con cara de preocupación. Al parecer hasta me tiene cariño.
-Claro que es enserio, solo que mamá no quiere creerlo-
Crucé frente a ella hacia el baño en busca de mi cepillo de dientes y peine.
-Es una locura Martu-
Acotó mi hermana.
-Lo sé-
Dije con tranquilidad y terminé de guardar cosas por lo que cerré la valija y miré a Nicole.
-Pero como nunca salí a hacer locuras con mi familia voy a empezar a hacerlas sola-
Nicole se quedó callada al ver la cara de enojo de mamá.
-¿Es un reclamo?-
Preguntó mi madre.
-No, para nada, estoy diciendo lo que siento y pienso-
Salí del cuarto con la valija.
-Martina vos cruzás esa puerta y no volves a entrar ¿Escuchaste?-
-Que conste que vos lo dijiste-
Me encogí de hombros y salí al frente para subir a mi bicicleta.
-Martina no estoy jugando-
El tono de voz de mamá iba en aumento.
-Yo tampoco má, cuando llegue te hago saber-
Empecé a pedalear dejando mi casa atrás y a mi familia anonadada.
Pensaba una despedida diferente, pero no me dejó opción de que fuera así.
Por eso, dejé caer una lágrima por mi mejilla, pero ya no iba a dar marcha atrás solo pedalearía hacia adelante, en busca de mi vida.
La gente dentro del camping era contada con los dedos de una mano. Tal como dijo mamá, es anormal venir a un camping en invierno, no para mí.
Entré a la recepción siendo atendida por un señor mayor.
-¿En que puedo ayudarla señorita?-
-¿Tiene cabañas disponibles?-
-Sí ¿Con cuantas camas?-
-Solo una-
¿Es para usted?-
-Si-
-Que jovencita-
Exclamó mientras bajo el mostrador buscaba la llave.
-No hay mucha gente ¿No?-
-Alojado no hay nadie, vienen en carpas a pasar el día ¿Que la trae sola por acá? Si se puede saber, claro-
Me entregó la llave, la cabaña número siete, mi favorito.
-Vengo en busca de mi independencia-
Sonreí.
Todavía me sentía un poco mal por como me fuí de casa, mis ojos vidriosos lo dejaban en evidencia.
-¿Puedo hacer algo por usted?-
-Con cobrarme es suficiente-
Pedí sin perder mi amabilidad.
-Por supuesto ¿Cuántos días?-
-Anóteme una semana por ahora-
Me dijo el costo entregué el dinero y me despedí.
-Muchas gracias, hasta luego-
-Adiós señorita, estamos a sus ordenes-
-Gracias-
Dije ya desde afuera y con mi llave en mano subí a la bicicleta en busca de la cabaña siete.
Para mi suerte se encontraba cerca del río, era un lugar alejado y tranquilo solo para mí.
Por fuera parecía una casita de muñecas. Era un quincho con paredes blancas, la puerta y marco de las ventanas en madera oscura. También tenía un pequeño sendero de piedra rodeado por pasto descuidado y quemado por el frío.
Por dentro era más pequeña todavía, al entrar a los lados había dos puertas.
Un el mini baño, con solo inodoro y pileta más las canillas del duchero sin cortina, ni mampara ni nada.
En frente, una cocina y heladera pequeña con un mueble colgante como lacena. Luego, era todo habitación, cama de una plaza contra la pared una mesa con dos sillas y un mantel lleno de polvo al igual que el ropero que era bastante espacioso. Una lámpara en la mesita de luz y a los pies de la cama una televisión radio de esas antiquísimas. Lo primero que hice fue abrir las ventanas. No había pensado en la tierra que podría haber, por lo que no llevé nada para limpiar, no había opción más que pedirle al conserje algo para higienizar mi nuevo hogar.
La valija quedó sobre la cama y decidí esta vez caminar para conocer bien el camino.
Abrí la puerta y sonaron las campanitas que advertían la presencia de alguien.
-Señorita ¿En que la puedo ayudar?-
Era el mismo señor que hace un rato, amable como la primera vez.
-Quería pedirle si no podría prestarme algún producto de limpieza y un trapo. Yo mañana trabajo y voy a comprar todo lo necesario. Pero hoy vine sin nada-
-Pero por supuesto, discúlpeme que no le ofrecí-
-No hay problema-
Sonreí y el señor se perdió tras la cortina de tela. Sentí las campanas nuevamente y voltee a ver.
-Buenas tardes-
-Buenas-
Respondió el muchacho, llevaba una chaqueta de cuero, pantalones con flecos a los lados y un casco en mano. Ojos verdes, pelo castaño y una sonrisa blanca y perfecta.
-¿Sos de por acá?-
Preguntó.
-Si ¿Puedo ayudarte en algo?-
-Tengo que llegar a la iglesia y no tengo idea como-
-Es re fácil, seguís todo por la rambla hasta la avenida General Flores y enseguida te vas a dar cuenta-
-Muchas gracias ¿Hace mucho que vivís acá? Me parece que sabés mucho-
Reí.
-Nací acá y sí, te puedo guiar a cualquier parte de la ciudad. Mi bicicleta y yo la conocemos de memoria-
-Woow, podrías ser mi guía turística-
-Imposible, acabo de llegar al camping y tengo todo desordenado, pero si querés mañana después de las seis podemos vernos-
-Me encantaría-
Justo cuando estábamos cruzando miradas en el mejor momento de la charla aparece el señor con un balde, trapo y productos de limpieza.
-Le agradezco mucho señor-
Agarré las cosas.
-Podés llamarme Cacho, todos por acá me dicen así-
-Soy Martina-
Estiré mi mano con una sonrisa para estrecharla con la de él.
-Y me voy, nos vemos-
Saludé a ambos y salí con el balde hacia mi cabaña nuevamente.
-¡Martina!-
Sentí mi nombre y voltee a ver.
-Rambla costanera, General Flores, es fácil-
Sonreí ya que pensé que se había olvidado.
-No, no es eso-
-¿Entonces?-
-Quería preguntarte si aceptas ir conmigo mañana a la iglesia. Es el casamiento de un amigo, hoy es el último ensayo-
Lo pensé, era raro que un chico me invitase a salir y ni siquiera sabía su nombre.
-Podría aceptar si primero me decís tu nombre-
-Enzo, soy de capital y ando paseando un poco por el país-
-¿Enserio? Yo me fuí de casa porque quiero hacer lo mismo-
-Te llevo a donde quieras-
-No te ofendas pero preferiría conocerte mejor-
-Entiendo ¿Nos vemos mañana? Es a las siete-
-No te prometo nada, si voy te busco-
-Está bien. Ojalá nos veamos denuevo-
Sonrió.
-Sí-
Mordí mi labio inferior demostrando cierta vergüenza que me provocaba estar frente a un chico tan directo como Enzo.
-Adiós-
Saludé y seguí mi rumbo, por supuesto con la cabeza puesta en el hombre que acababa de conocer.
Estaba dejando todo impecable, empecé por lo alto y terminé por el piso que quedó brillante al igual que cada mueble. Cerré las ventanas luego de que todo el polvo salió y admiré mi nuevo hogar.
-Soy independiente-
Sonreí hasta con un poco de emoción. Sentía que al fin comenzaba a vivir mi vida. Pese a eso iba a ser raro no dormir en casa.
Prendí la vieja televisión para sentirme un poco acompañada y decidí llamar a mamá.
-Martina al fin ¿Dónde estás?-
-Hola mamá, estoy bien, quería avisarte eso y que no voy a dormir a casa de hoy en más-
-Hija tu padre también te pide que vuelvas-
-Por favor, no dramaticen estoy bien, alquilé un lugarcito y estoy calentita bajo techo-
-Hasta tu hermana está preocupada, volvé-
-Mamá solo quería avisarte que estoy genial, los quiero mucho, adiós-
No quería ser así de grosera con mi mamá, pero apagué el celular y me metí a la ducha, pese al frío gracias a la limpieza había entrado en calor.
Bajo la ducha pensaba en mi futuro pero solo veía una nube blanca, nose que quiero para mi vida. Creo que viajar y vivir el presente me hará darme cuenta para que soy buena.
Solo demoré unos cinco minutos, me sequé mi largo pelo envolviéndolo en una toalla al igual que mi cuerpo. Comencé a vestirme sin apuro y pensé en que no había comido nada. No tenía secador, por lo que escurrí mi pelo lo más que pude y lo dejé suelto para que se secase.
Salí, cerré con llave y subí a mi bici solo con plata en el bolsillo en busca de algún lugar donde comer.
Pedalee hasta el Hipódromo donde hay un restaurante y que yo supiera era el lugar más cercano. Igual esto sería una excepción, no todos los días viviría a comida de restaurante, fideos, arroz y sopas sería lo más variado de mi menú.
Me puse a pensar en que mi imagen no era la mejor para ir a un lugar así, ví entrar a señoras de vestido y hombres de traje, mientras yo parecía una pordiosera con jeans y championes.
-¿La puedo ayudar en algo señorita?-
-Sí, quería comer algo-
-Ya le traigo-
Dijo dándose la vuelta pero lo frené.
-Espere señor, no vengo a pedir comida, vengo a pagar por cenar-
-Discúlpeme si la ofendí
Se sintió culpable, su voz y mirada lo dejaron en evidencia.
-No se preocupe, no debe ver gente como yo todos los días-
Sonreí para dejarle en claro que todo estaba bien.
-Lo siento pero no la puedo dejar pasar con ese atuendo-
Se lamentó.
-Pero yo estoy por relevar, podemos pasar por la cocina-
-¿Enserio?-
-Si claro. Augusto, mucho gusto-
Estiró su mano.
-Martina-
Sonreí respondiendo al saludo.
Rato después nos encontrábamos en la cocina del enorme Hipódromo.
Hasta la cocina era de lujo. Los pisos y azulejos brillaban, al igual que todas las hoyas y cubiertos.
-La verdad esta cocina no tiene nada que envidiarle el restaurante del hipódromo-
Dije mientras comía una pata de pollo, estaba tentada a agarrarla con la mano pero no quería que Augusto pensase que soy una salvaje. Eso hasta que él lo hizo.
-Si es verdad y podés comer como quieras sin que nadie te mirare raro-
-Exacto-
Sonreí y ahora sin miedo agarré la pata con la mano para terminar de comerla.
-¿Donde vivís?-
Le pregunté.
-Soy de acá, vivo cerca de la iglesia de San Benito ¿Vos?-
-En este momento estoy viviendo en el camping de acá-
-Woow que valiente ¿Y eso porqué? Si se puede saber-
-Por nada en especial, simplemente tenía hambre de independencia y me fuí de casa-
Estaba cenando con un extraño, era el segundo que cruzaba el día de hoy, pero me sentía tan bien que parecía que los conociera de toda la vida.
Terminamos de comer y ya se hacía tarde.
-Llevate esto-
Me dió más comida en una bandeja la cual acepté.
-Gracias te debo una-
-No hay de que-
Sonrió.
-¿Te llevo?-
-No gracias, vine en bici-
-Cierto, bueno te acompaño-
-Dale-
Salimos por la puerta de atrás hasta que nos frenó un señor con mala cara.
-¿Este quien es?-
Le pregunté por lo bajo.
-¿Usted quien es?-
Preguntó el hombre de traje y peinado con gomina hacia atrás.
-Soy...-
-Vino a buscar a trabajo-
Acotó enseguida a Augusto.
-Está bien, venga mañana después de la una-
No me dejó ni responder que ya se había ido.
-Es el jefe-
-Si lo noté ¿Pero porqué le dijiste eso?-
-Porque sino me echaba por entrar con alguien a la cocina-
-¿Pusiste en riesgo tu trabajo por una desconocida?-
Pregunté sorprendida.
-Una desconocida que me cayó muy bien-
-Vos también-
Lo saludé con un beso en la mejilla y monté mi bicicleta.
-Gracias por todo-
-¿Nos vemos mañana?-
Preguntó.
-Sí, después de la una-
Sonreí y comencé a pedalear rumbo al camping.
Por las noches se volvía más frío y el viento soplaba fuerte por la rambla.
Siempre a lo lejos se veía alguna luz de barcos o boyas que hacían reflejo en el agua volviéndolo un paisaje mágico.
Llegué a “casa” lavé mis manos, dientes y me acosté sobre el colchón.
Tapé mi cuerpo con ropa porque no había llevado sábanas. Entre pensamientos y reflexiones nose a que hora pero me quedé dormida.
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