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"The Big Ben" [Marc & Ben]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
Capítulo 19
Observé con una pequeña sonrisa a Catelynn, quien reía animadamente frente al chiste de Benjamin, a un lado mío. Divagué mi vista hacia el plato de comida, tan perfectamente armado que ya me parecía cotidiano tener una obra de arte como comida cada día. Tomé el tenedor y me dispuse a agarrar un tomate entre los dientes del servicio, pero otra broma salió desde los labios de Ben.
-Si supieras lo amargado que es-dijo, sonriendo-Si hasta se pone celoso de su propia hermana.
Con aquella broma me di por aludido, sin que siquiera tuviese que pronunciar mi nombre. Catelynn rió, como si el asunto no fuese de relevancia y ni siquiera se inmutó frente el comentario que nos señalaba a Ben y a mí como pareja.
Dejé el tenedor una vez más al lado de mi plato y me armé de valor para contraatacar, para aclarar las cosas. Quedé con la boca abierta y con los ánimos en la punta de la lengua, ya que ésta vez me detuvo un grito externo al de nuestra mesa.
-¡Marc!-exclamó George, con el balón de futbol americano encerrado en su mano izquierda mientras con la otra me hacía señas en alusión a él-¡Marc!
Aturdido y desconcertado, solamente fui capaz de observar a mi alrededor para comprobar si era yo aquel sujeto a quién le hablaba con tanta confianza. Me di por aludido cuando comprobé que nadie más había volteado. Observé otra vez a George y a su grupo de amigos populares y sonrientes. Mi rostro de desentendimiento permaneció intacto en los siguientes segundos que tomaron espacio.
-¿Qué?-modulé.
Benjamin carraspeó su garganta, intentando tomar otra vez mi atención. Pero no hice el menor caso y me mantuve atento a cada una de las reacciones del grupo.
-¡Ven!-gritó George.
Sin dudar ni preguntar, me levanté, tomé mi plato y corrí con la mayor muestra de agilidad que di en toda mi vida en dirección a la mesa de George y sus amigos. En esos momentos, cuando por fin estaba siendo aceptado en el círculo social de una persona popular, poco me importó dejar con la palabra en la boca a Benjamin, o mostrar cuál arrogante puedo ser a Catelynn.
Era popular otra vez, y eso, era lo único que importaba.
_______________________
Abrí la puerta del refrigerador y busqué con curiosidad por alguna merienda que llamara mi atención. Mis ojos iban de allí por allá dentro del enorme aparato, hurgando con despreocupación. Encontré una botella de vidrio verde con una etiqueta que marcaba “Heineken”. Saqué mi cabeza del refrigerador y observé a todos los ángulos posibles en busca de alguien: nadie, perfecto. Tomé la botella de cerveza y cerré la puerta del refrigerador. Me acerqué al mesón americano, dejé la botella sobre éste y me agaché a buscar en el mueble por algún destapador o un cuchillo que me ayudase. Cuando por fin encontré algo útil y lo tomé entre mis manos, me levanté del suelo. Di un salto de susto.-¿Qué es eso?-preguntó Ella, al otro lado del mesón mientras señalaba con una mano la cerveza. No esperó mi respuesta y empezó a leer la etiqueta-Cer…ve…
Tomé rápidamente la cerveza entre mis manos, quitándosela de la vista. Ella refunfuñó.
-¡Quiero verla!-pidió. De pronto, casi como de arte de magia, dejó de insistir.
Levanté una ceja, extrañado.
-¿Sucedió algo?-pregunté.
-Ben te llamó hoy luego de clases. Dijo que le llamases en cuanto tuvieras tiempo.
Rodeé los ojos. Me volteé, dándole la espalda a Ella y destapé la cerveza. Llevé a mis labios el contenido amarillento y solté un gemido de alivio al sentirlo en contra de mi lengua. Limpié la comisura de mis labios que se había ensuciado con espuma y observé otra vez a Ella.
-Dile que no tengo tiempo si vuelve a llamar-dije. Comencé a caminar en dirección a mi cuarto.
Kurt bajó de las escaleras corriendo y se acercó a mis tobillos, por donde pasó repetidamente hasta lograr detener mi paso. Suspiré y le tomé en brazos con mi mano libre. Volví a dar un sorbo de cerveza para continuar mi caminata.
-Dijo que le dejaste solo. Se enfadó mucho-continuó Ella-Es descortés dejar a las personas solas, hermanito. Deberías saberlo ya-rodeé los ojos otra vez y me acerqué a la escalera-Me estás dejando sola-reclamó. Detuve mi pie a centímetros del segundo escalón.
Lancé a Kurt al suelo, junto con la botella de cerveza que estalló en mil pedazos al tocar el suelo, y me acerqué corriendo a Ella. No quería recibir regaños, ni mucho menos de alguien menor que yo. No. No en aquel día glorioso para mi vida. Me agaché a la altura de Ella y le observé con expresión amenazante.
-No le dejé solo. ¿Me entiendes?-dije furioso-No le dejé solo. Catelynn se quedó con él ¡¿Entiendes?! ¡Benjamin es un arrogante y narcisista que se preocupa solo de él mismo y nadie más!-exploté en gritos. Sentí los pies de Kurt correr hasta refugiarse en algún lugar-¡Éste es mi día de gloria y Benjamin solo es capaz de pensar en sí! ¡No se da cuenta de lo feliz que fui sentándome junto a George, Madeleine, Patrick…!-en un momento pensé en nombrar a todo el grupo, pero al darme cuenta de que demoraría más de lo que quería, continué gritando-¡¡No dejaré que un narcisista homosexual me derribe mi día, mucho menos una pequeña mocosa como tú!! ¡¿Entiendes?!-grité finalmente, dejando la casa sumida en el eco de mi voz y los sollozos pequeños de Ella.
Isabella había empezado a llorar a la mitad de mis regaños y tenía la cara empapada de lágrimas. Bajé las cejas y relajé los músculos de mi cara junto con mis hombros al darme cuenta de que había cargado más de lo necesario mis palabras contra Ella. Acerqué una mano para tocarle y calmarla, pero Ella se apartó un paso hacia atrás.
-¿Qué…-intentó preguntar, pero una lágrima le cayó en una comisura de su labio y se entrometió en su boca, por lo que debió tragar para quitar el sabor salado de ésta. Continuó sollozando-qué es…qué es homosexual?-preguntó al fin.
Abrí los ojos y cerré mi mandíbula que repentinamente había relajado la presión, dejándome boquiabierto. Tragué un amargo sabor a saliva y lamenté el hecho de haber botado la cerveza. Me senté en el suelo y pasé una mano por mi pelo, intentando darme un poco más de tiempo. De todas formas, era un intento desesperado. Si bien estaba ganando segundos, Ella preguntaría otra vez y debía responder.
La puerta se abrió. Un sonido a llaves retumbó por la casa junto con algunos pasos que variaban en tacones y zapatos formales. Ambos se detuvieron cuando supuse que habían alcanzado el líquido espeso y amarillo de cerveza esparcido del suelo junto con el montón de vidrios rotos. Tragué aire, rogué por unos segundos más, y, al no ver respuesta a mis suplicas, volteé a ver. Rick y Kate habían llegado a casa.
-¡¿Qué demonios sucede aquí?!-gritaron mi padre y Kate en un coro de voces simultaneas. Supuse que la escena de una botella de cerveza quebrada, una niña llorando, un gato asustado y un adolescente enfadado y asustado no era la mejor que se podía esperar cuando llegas a casa.
Apreté los labios y me dispuse a que dieran el broche de oro a aquel día tan especialmente bipolar.
Algunas veces creía que era mejor estar en la escuela que en casa, por lo menos allí me trataban mejor… O mis actos eran mejor recibidos.
-Nada malo, mamá. Sólo se me ha caído la botella y…-me levanté del suelo.
-¡Nada malo!-repitió. Su grito me hizo saltar y casi caer nuevamente-¡Ella está llorando y tú me dices que no sucede nada malo! Intenta buscar una excusa mejor, Marc, hasta ahora me empiezo a desesperar.
Ella comenzó a llorar más fuerte. La verdad es que en esos momentos deseaba llorar junto a ella, lanzarme al abismo del olvido y salvarme del castigo que tenía frente a mis narices. Pero debía ser algo maduro.
-¿Es eso cerveza?-preguntó Rick, señalando el suelo. La etiqueta de la botella se había despegado y ahora flotaba sobre el charco como si fuese la bandera de un antiguo barco español.
Sujeté mi cabeza con ambas manos antes de escuchar un grito de asombro por parte mi madre.
_________________________
Horas más tarde, cuando conseguí convencer a mis padres de que la semejante bienvenida que habían pillado cuando pusieron un pie en la casa no era tan mala como se esperaba - - y aunque mis excusas y afirmaciones estaban al nivel de un fiscal profesional, no conseguí salir del castigo- -, salté fuera de casa en dirección al establo en busca de la anhelada soledad que había estado buscando desde que salí de la escuela. Jimmie estaba tan saludable como siempre, son su crin negro reluciente que brillaba como el sol con cada contacto a la luna. Sus músculos bien marcados no salían de forma y el relinchido que lanzaba tras que le tocaba era capaz de asustar a todos los animales salvajes del más feroz de los bosques. Tras ponerle correctamente las riendas al caballo, me monté sobre éste y dispuse a salir por la puerta del establo.
Otra vez salté del susto, casi consiguiendo caer al suelo, al ver a Benjamin ocupando todo el lugar del umbral - - que debería estar despejado - - con su cuerpo.
-¿Pero qué demonios haces aquí?-pregunté en un susurro. Mi garganta se había secado de la impresión.
-Pensé que Isabella te diría que me llamases-se acercó al caballo. Pasó su mano por la mandíbula de éste y continuó hablando con despreocupación-Así que de eso se trataba ¿Eh?-hizo un silencio, buscando mi respuesta. Prosiguió-Eso era todo. Conseguir la anhelada fama escolar. La popularidad escolar. Los amigos… el cariño…tu educación… todo se podían ir al demonio ¿No? La idea final era ser el chico popular sin importar qué.
Abrí mi boca para alegar, pero Benjamin fue más rápido en hablar.
-¡Al demonio Catelynn!-rugió despacio, apretando los dientes-¡Al demonio conmigo! ¡No te importamos! ¡Para ti somos basura!
-Benjamin, yo…
-¡Cállate!-gruñó, levantando su vista hacia mí.
Apreté las riendas del caballo con ambas manos, aguantando mis palabras.
-¡No somos más que un estorbo para ti! En cuanto George te llamó para que te sentases con él, ni siquiera lo pensaste, ni siquiera preguntaste, te fuiste. Nos dejaste ahí, solos…-bajó la mirada al heno bajo sus pies. Dejó de acariciar la mandíbula de Jimmie- la amistad no te importaba. Catelynn no te importaba… -negó con el rostro- Yo no te importaba…
-No somos amigos-dije. Me bajé del caballo-No somos amigos.
-¿Entonces qué?-me observó enarcando las cejas-¿Conocidos? ¿Compañeros? ¿Enemigos?
Relamí mis labios y guardé mis manos en mis bolsillos para ocultar mi nerviosismo. Los músculos entre mis dedos se habían agarrotado por completo, dejándome como piedra.
-Cualquier cosa, pero no amigos.
Benjamin frunció el ceño, se alejó un par de pasos y me observó dudando de sus palabras varios segundos en los cuales el silencio reinó en la conversación. La música nocturna nos acompañaba aquella noche: el crujir de los árboles ante cada ventolera, el esplendor de los grillos con su cri-cri tan peculiar. Y el silencio… Aquel silencio ausente y presente. Aquel silencio de reflexión y de inmensidad. Aquel sabio silencio que te hacía sentir minúsculo frente a su presencia.
-¿Novios?-se animó a preguntar.
De no haber sido por la luz de la Luna que golpeó su cara frente a su movimiento persistente, no habría notado el rubor en sus mejillas. Esbocé una sonrisa.
-Si eso te suena bien…. pero no amigos, porque eso, es lo que menos somos.
.................................................................................................................................................................................................
Volví. é____é Mis pruebas semestrales acabaron el viernes pasado así que desde ahora soy legalmente LIBRE. Les subo éste capítulo aprovechando mi condición de 'libertad' xdé. ¡Las quiero y he extrañado demasiado subir!
Espero que les haya gustado.
xoxo
Javi's Jonas
Espero que les haya gustado.
xoxo
Javi's Jonas
JaviOfJonas
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
awwsss!!! Aunque sigo creyendo que Ben es manipulador y mandon, me resultan tiernos estos momentos y mas cuando lei que se ruborizaba ^_^
gracias por el cap!!! Ya extrañaba esta nove :B
Patu
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
Uwaaaa... Hace mucho que no pasaba por aquí... ^_^ Quedó medio congelado todo pero aún así, el hielo se derrite e.e Espero el siguiente capítulo, ya que al parecer
Miss alzheimer está super ocupada tratando de molestarme con todo lo que se le ocurre ¬____¬ Así que LEE con ATENCIÓN, ni creas que me he olvidado solo por que estemos de vacaciones y no pueda molestarte más seguido.. Así que mueve esas manitas y termina el capítulo! Te Quiero :3 ewe Nos vemos pronto 1313
Miss alzheimer está super ocupada tratando de molestarme con todo lo que se le ocurre ¬____¬ Así que LEE con ATENCIÓN, ni creas que me he olvidado solo por que estemos de vacaciones y no pueda molestarte más seguido.. Así que mueve esas manitas y termina el capítulo! Te Quiero :3 ewe Nos vemos pronto 1313
Tamara-san.. :3
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
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Lisy
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
FINAL
Capítulo 20
-Benjamin- murmuré asustado.
El silencio que se esparcía por sobre los pastizales de aquel místico lugar parecía haber alcanzado a mi amigo hasta sumergirlo en el semblante de una piedra: quieto, mudo, sordo… sin vida.
-No puedo seguir así-continué, a sabiendas de que no me escucharía-No puedo seguir mintiendo.
No respondió. Su vista se mantuvo fija en los arboles más delante de nosotros. Observé alrededor: ningún cuerpo o alguna señal de vida inteligente a kilómetros ¿Qué hacíamos allí? No tenía idea de cómo había llegado. En varias hectáreas era únicamente la compañía de Ben, quien parecía no tomar en cuenta mis palabras.
-No quiero, Ben. No quiero seguir mintiendo. No sé qué soy.
Benjamin finalmente reaccionó, primeramente moviendo dos de sus dedos sobre sus rodillas para luego mecer la mano, comprobando la función de esta. Su vista bajó a su única acción, movió su cuello. Respiró hondamente y volteó a verme.
-Si tú no te descubres-comentó con una voz serena, pero un semblante asustado-Yo no pienso hacerlo.
Abrí los ojos de par en par mientras tragaba una bocanada pequeña de aire. Kurt ronroneó en su lecho a los pies de mi cama, moviendo su cola durante unos segundos.
<<El techo de mi pieza >> pensé.
Lo que ahora estaba viendo era el techo de mi pieza. Fue un sueño.
Unas voces del otro lado de la puerta comenzaron a hacerse presentes, junto con un par de risas. Pasos, voces y risas que cada vez parecían estar más cerca. La puerta se abrió, dejando a la vista a Rick, Kate e Isabella –quien cargaba un pastel entre sus pequeñas manos-.
-¡Feliz cumpleaños!-corearon.
Kate se acercó a Isabella, sacó un encendedor y prendió fuego a la mecha de la vela con el número “15”. Le dio un pequeño empujón a mi hermana, señalando que caminara hacia mí.
Sonreí y pasé una mano por mi cabello. Me senté rápidamente en la cama, levantando mi torso que ahora parecía más pesado que de costumbre.
-Debes pedir un deseo.
Observé a Ella. Su pequeña sonrisa figuraba tras sus labios finos y delgados. Unas pecas marrones apenas visibles aparecían en sus mejillas, y sus ojos, cargados de resentimiento hacia mí, se disimulaban con la alegría que intentaba llevar.
Debía pedirle perdón por lo que había sucedido hace dos días atrás.
-Dime qué puedo pedir-le incité, sonriendo.
Isabella se encogió de hombros.
-Sopla la vela, o se derretirá sobre el pastel-comentó Kate, quien aún se hallaba al lado de Rick, desde el umbral.
<<Valentía>>murmuré con mis labios. Tomé aire y soplé. El fuego se extinguió en una danza corta antes de desaparecer.
Kate y Rick aplaudieron. Isabella continuó observándome con curiosidad.
_____________________
Comprobé mi imagen en la ventanilla del Mazda. Arreglé mi flequillo cubierto con el gorro con dos dedos y asomé un poco la vista en dirección a la escuela: ya quedaban algo así como 100 metros para llegar. Acomodé el arete en mi oreja, luego mi corbata y finalmente dejé descansar mis manos.Oliver detuvo el motor del automóvil. Volteó en su asiento a observarme.
-Quería desearle un feliz cumpleaños.
Sonreí y rasqué mi mejilla.
-Gracias.
Mi vista nuevamente se concentró en el establecimiento, ahora a mi lado.
Tenía miedo, no deseaba hablar con Benjamin. No quería recordar la conversación de hace un par de días ni mucho menos quería quedar como débil una vez más cuando había logrado convencerme a mí mismo de la posición que estaba tomando… Pero aquel sujeto, que se había enfrentado a Benjamin con tanta convicción, no era yo.
<<¿Acaso tenía miedo de mi valentía?>> hice una mueca al notar lo idiota que sería aquello.
-Joven Holly-llamó Oliver, tras notar que no me movía-Se le hace tarde.
Apreté mis labios.
-Sí.
Estiré mi mano en dirección a la mochila, le tomé y la colgué a mi hombro para luego abrir la puerta. Salí del auto en un lento movimiento, asustado de que mis rodillas flaquearan y me estampase contra el piso. El día era claro y despejado. Inhalé aire, cerré la puerta.
-Tenga un buen día-dijo el Sr. Deep, desde dentro del automóvil.
-Gracias.
Me guié a la fuerza en dirección a la entrada del establecimiento. Varios adolescentes entraban corriendo en apuros y empujones. Preferí darme mi tiempo y caminé a paso lento y cansado, sumido en la preocupación de mis pensamientos.
Tendría que hacer algo contra aquel disgusto que comenzaba a llevarme conmigo mismo. Mi pasado, marcado por llagas de mentiras y falsas personalidades, me incitaba continuamente a seguir enterrado entre un disfraz de chico popular, contento y júbilo de alegría. La verdad rascaba y escarbaba desde lo más dentro de mí ser para ser llevada a la luz, al exterior. Era una pelea de una persona, que se dividía en dos.
-¡Marc!-gritó Catelynn. Sus brazos rodearon mi cuello en un par de segundos. Desperté de un salto de mis pensamientos-¡Feliz cumpleaños!
Le abracé igualmente, procurando mantener el nerviosismo dentro de mí.
-Lo has recordado, gracias.
Solté a Catelynn y besé su mejilla en señal de saludo. Ella sonrió.
-Claro que lo he recordado-me sacó la lengua, mostrando un arete que ahora relucía allí-Tu regalo te lo entregaré después de clases ¿Sí?
Fruncí el ceño y me concentré pesadamente en los movimientos de Catelynn ¿Un arete?
-¿Te has hecho un are…?
-¡Marc!-el grito agudo de una chica que se colgó a mi lado me alertó, pero no lo suficiente como para no perder el equilibrio cuando ella saltó sobre mí. Lancé mi mochila al pasto en las pocas fracciones de segundos y caí luego al asfalto, rodando un par de veces-¡Feliz cumpleaños!-mencionó Madeleine, con la misma naturalidad.
-¡Me has botado!-le reclamé sonriendo para evitar mostrar mi disgusto.
Madeleine rodeó los ojos. El sentimiento alegre de su sonrisa me contagio, haciendo sonreír sin motivo alguno. Madeleine besó mi mejilla y se levantó sin decir nada, con el sonido de su risa como acompañamiento. Levanté mi pecho del pasto mientras soltaba una última carcajada.
-Gracias-dije a Madeleine. Ella sonrío una vez más.
-¿Harás una fiesta o algo por estilo?-extendió una de sus manos hacia mí.
Apreté los labios y negué con el rostro, rascando continuamente mi nuca que parecía haber tenido la reacción alérgica más rápida de la historia al tocar el pasto. Acepté la ayuda de Mad y me reincorporé de un salto. Sacudí mi ropa con calma.
-Si deseas, yo puedo hacer una en mi casa-ofreció. Levanté la vista durante unos segundos, observando un par de veces el cabello colorido de Madeleine que ahora solamente tenía un par de mechas pintadas y el resto dejaba asomar el rubio natural.
Le sonreí en respuesta y me acerqué a mi mochila para volver a tomarla.
-Creo que no, gracias-rebusqué entre mi mochila por mi celular y lo guardé dentro de uno de los bolsillos de la chaqueta-Pero te lo cobraré más tarde.
Catelynn tocó disimuladamente el hombro de Madeleine y la observó en una milésima de segundo, transmitiendo un mensaje que pasó casi desapercibido frente a mis ojos. Madeleine se volteó hacia mí y besó mi mejilla mientras me daba empujones en dirección a la puerta de la escuela.
-Entra, se hace tarde para la primera clase.
-¡Hey! ¿Por qué me empujas?-pregunté intentando observar hacia atrás.
-¡Se te hace tarde!-aclaró mientras me dejaba al lado de la entrada. Me dio un empujón más para así lograr hacerme entrar. Cuando volteé a verla, no estaba.
Fruncí el ceño molesto e intenté buscarla inútilmente: los últimos estudiantes atrasados entraban como avalancha y me guiaban en dirección contraria de mi destino. Por cada paso que daba, me devolvía tres. Suspiré y me resigné a caminar en busca del casillero.
El pasillo pareció partirse en dos cuando una chica de primero grado exclamó “¡Marc, feliz cumpleaños!”. Me volteé en dirección a ella, le sonreí por cortesía y continué caminando. Ésta vez el resto de los alumnos detuvieron sus actividades específicamente para voltear a verme, sonreírme y desearme un feliz día. Me fue imposible responderles a todos, sus palabras se mezclaban como crema con salsa y todo parecía ser una misma voz coreando la misma frase. No tenía que responder, verdaderamente. Quizás con solo asentir hubiese bastado, pero aquella idea la tuve luego de quedarme sin aliento tras decir repetidamente “gracias”.
_____________________
Cerré el cubículo del baño tras de mí. Comprobé una vez más que no había ruido alguno y saqué mi celular. Busqué en la lista de contactos el teléfono de Ella, suspiré pesadamente tras repasar qué le diría y luego apreté el botón “llamar”. Llevé el celular hasta mi oreja y esperé a que mi hermana contestase.
-¿Alo?-pregunté cuando dejé de sentir el sonido inquietante del tono de espera.
Una única respiración se hizo presente del otro lado de la línea. La respiración agitada y enojada de Ella sonaba una y otra vez y no respondía a mis incesantes llamados. Tras dos minutos de llamarla, y al darme cuenta de que cortaría en cualquier segundo, empecé a hablar sin importar.
-Ella, sé que me quieres cortar. Si yo fuera tú, también lo haría…-Revolví mi cabello-¡Maldición! ¡Me daría hasta una patada en los huevos! Lo merezco, lo sé-sentí su risa, corta pero agradable, resonar-Pero necesito que me escuches ¿Sí?-esperé un momento. No había respuesta-¿Puedes?-apreté mis labios nerviosamente, expectante de escuchar su voz otra vez. Me resigné a hablar únicamente-Me porté asqueroso contigo, me porté como el imbécil que soy y la verdad es que me merezco que me ignores. Pero me siento aún peor cuando no me contestas. Siento que me muero a cada segundo cuando recuerdo que estás enojada conmigo. Tienes toda la razón para estarlo…Aquel día-suspiré y recorrí mi vista hacia el techo-aquel día estaba tan sumido en mí mismo que no era capaz de pensar en nadie más, en nada más-me apoyé contra la pared del cubículo y apreté mi frente con dos dedos-Fui tan estúpido aquel día. Fui tan imbécil. Un real imbécil. Lo lamento demasiado, Ella. Tú sabes que no pido perdón, eso lo sabes mejor que nadie, pero por ti-Sonreí-por ti diría perdón mil veces y me pondría de rodillas incluso. Quiero que lo recuerdes. También debes recordar que soy un total idiota y a veces me comportó así… espero que sepas cómo perdonarme.
Bajé mi vista y me mantuve con el teléfono apegado a mi oreja, atento a cada sonido desde el otro lado de la línea, esperando con cada segundo mientras contenía el aliento.
-Te gusta Benjamin, ¿Cierto?
Su respuesta me hizo recuperar el aliento de un salto y reincorporarme rápidamente, haciendo que perdiese el equilibrio y cayese súbitamente al suelo sin siquiera darme la oportunidad de recuperarme. Quedé allí, asustado y con la camisa hasta la mandíbula mientras me aferraba como podía para poder levantarme. Intenté razonar un par de segundos. Tomé mi tiempo, aclaré las pocas respuestas que nacían desde mi cerebro y finalmente me levanté.
-Sí-apreté mis labios.
-Ya.
El pitido de que la llamada había acabado me obligó a darme cuenta de que le había revelado el secreto a mi pequeña hermana, que de seguro Ella en su más sana inocencia les diría a mis padres.
Abrí la puerta del cubículo. Salté del susto.
-Benjamin-dije en un susurro. Cerré los párpados y me acerqué al lavamanos en una carrera idiotamente rápida.
Ben me siguió, abrió un grifo y se lavó las manos con paciencia.
-Le estabas pidiendo perdón a Ella. Eres un amor-burló con una risa aguantada que se hacía notoria tras su ancha muestra de gracia.
Le observé serio, dándome cuenta de que debía pedirle perdón igualmente. ¿Por qué debía hacerlo? No tenía idea. Era algo que sentía, algo que debía hacer o me volvería loco antes de la hora de almuerzo.
Quizás debía pedirle perdón por comportarme como el chico valiente que no soy. Necesitaba a Ben. Él sería valiente por los dos.
Trague saliva apagando de a poco las palabras apretadas entre mi garganta que se aprisionaban unas contra otras para salir primero. Terminé por no saber cómo empezar.
-Ben…
Sus ojos azules bajaron hasta toparse contra mí. Sus facciones serenas se mantenían en lugar, intentando no mostrar los reales sentimientos que escondía tras aquella máscara.
La puerta del baño de chicos se abrió a mis espaldas mientras un montón de chicos con la chaqueta de rugby del colegio entraban. Un coro de voces muy graves entonaban al mismo tiempo “Feliz cumpleaños” y varios reían animadamente. Benjamin se retiro un paso hacia atrás. Gruñí despacio, preguntándome a mí mismo por qué se alejaba. Volteé mi cabeza a la izquierda para observar a través del espejo cómo los chicos de rugby me lanzaban simultáneamente agua con la ayuda de vasos plásticos rojos.
Sentí el líquido frio en contra de mi espalda, empapando mi ropa y de a poco como se impregnaba la tela mojada en contra de mi piel. Luego las gotas caían desde mi nuca y mi pelo por mi columna vertebral. Abrí la boca y tragué aire lentamente, sintiendo la ráfaga de viento que entró por la puerta abierta y me enfrió hasta los huesos.
-¡Feliz cumpleaños!-gritó George, quien parecía estar en cabecera de la broma. Un grito de risas le acompañó a la frase.
Benjamin apretó los labios y bajó la vista en dirección al lavabo frente a él. Pude sentir su enfado allí. Pude sentir su resignación al él darse cuenta de que yo elegiría irme antes que tener que decirle lo que fuese que quería decir.
Me adelanté el paso que él retrocedió, saqué de un tirón la gorra mojada y la tiré al lavabo.
George agarró mi brazo y me tironeó en su dirección.
-¡Vamos! ¡Hay que celebrar!-gritaba repetidamente mientras me alejaba de Benjamin.
El equipo de rugby le ayudó a llevarme. No pude hacer nada.
_______________________
Música por doquier saltaba por las murallas, esquivaba a las personas en el local y finalmente llegaba a mis oídos. En aquellos momentos simplemente escuchaba el eco de todo, la última palabra de cada oración y la última nota de cualquier canción. No me sentía allí. Mi mente divagaba en otro lugar.
-¡Marc!-llamó Rick a mi lado mientras zamarreaba mi hombro continuamente, casi intentando botarme.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo antes de que abriese los ojos de par en par. Volteé hacia mi padre y me zafé de su agarre antes de que cayese al suelo.
-Estoy aquí ¿Sabes? No es necesario que me golpees.
-No te había golpeado-reclamó mientras bebía de una copa en su mano izquierda-Pero estaba a medio punto de hacerlo si es que no respondías. ¡Anímate!-me sonrió mientras golpeaba mi espalda. Di un paso adelante para evitar su golpe-¡Es tu cumpleaños!
Apreté los labios y observé hacia la fiesta.
¿En algún momento de mi vida me había visto a mí mismo tan desconcentrado de mi entorno? No estaba allí, no me cabía duda. Sin importar qué pensaran los demás mi mente no estaba allí. Quería volver a tierra, volver a sentir algo.
<<Benjamin>> pensé <<Ben, hazme un último favor y devuelve mi mente a mí>>
Era su culpa. Lo sabía. Era culpa de Ben que yo me hallase así. Su culpa y de nadie más. Le necesitaba para volver a ser natural, para volver a sentirme normal… así mismo como le necesitaba para continuar respirando.
<< ¡Aparece!>> pedí más desesperado.
-Marc- Catelynn llegó a mi lado, con una sonrisa sobre sus labios y haciendo un pequeño giro para dar a lucir el vestido tan especial que usaba aquella noche- ¿Deseas bailar?
En un minuto la primera palabra que apareció en mi mente fue simplemente un “No”, pero mi padre se encontraba a mi lado así que me vi obligado a aceptar, o Rick me llevaría a rastras a bailar.
Catelynn se sonrojó. Descubrió su cara de un mechón de pelo dorado que se había arrancado de su peinado y volvió a sonreír.
<<Está coqueteando>> reaccioné de pronto.
Asentí, para darle a claro que bailaría con ella. Catelynn me tendió su mano sin dejar de esbozar sus dientes. Parecía ansiosa, pero serena. Pude sentir su nivel de felicidad en el aire. Aquello era algo que deseaba hace mucho tiempo.
Me pregunté dónde estaría Ben, qué le habría detenido a venir. ¿Acaso no se daba cuenta de cuánta falta me hacía? ¿Acaso no notaba que yo no vivía aquí, que todo mi mundo se hallaba en él? ¿Acaso no podía mirar al lado y ver que yo había deseado disculparme, que no era mi culpa que George llegase con todos los gorilas de rugby? Sonreí. <<Claro que no lo nota… De haber sido así, estaría aquí y yo estaría bailando con él>>.
Jamás me había encontrado a mí mismo de aquella forma tan mediocre. Jamás había necesitado de nadie excepto de Ella. Jamás me había sentido tan desesperado y enojado. Jamás me había enamorado a tal grado.
-¿En qué piensas?-consultó Catelynn.
Sacudí mi cabeza, asustado. Otra vez me había despegado del mundo sin notarlo.
-No es nada.
Nada. ¡Pero qué ridículo eres, Marc! Nada es todo para ti.
<<Benjamin… Benjamin… Benjamin…Benjamin>> de alguna forma todo me recordaba su cara. Todo me acordaba a él. Era su nombre por doquier. Su existencia y no existencia a la misma vez. Aunque todo lucía ser como él, nada lo era en verdad. Nada llegaba ser Benjamin II Kingman. Nada tenía su altura.
Catelynn suspiró. Quitó sus manos de alrededor de mi cuello y se alejó un paso mientras bajaba la cabeza con resignación. Su sonrisa se esfumó, su nivel de felicidad bajó al igual que su mirada.
-Marc-suspiró otra vez-Ben está en la entrada. Ve con él.
Algunas veces había dudado de la capacidad de las mujeres para intuir los sentimientos de los demás. Ahora no.
Fruncí el entrecejo y me dispuse a hablar. Catelynn fue más rápida.
-Sé lo que sucede. Ve con él-nuevamente corrió su cabello dorado travieso, pero no levantó la vista- Aunque no lo creas, ambos se necesitan como nada más en éste mundo- me observó. Aquella mirada jamás la olvidaré. Se resignó, era aquello. Se resignó de esperar a que yo me decidiese por ella- Ve a recibir a tu invitado, Marc. Después de todo, es tu fiesta ¿No?
Mi primera reacción fue observar hacia la entrada. Me giré por completo en aquella dirección, sin decir absolutamente nada mientras volvía a salir de mi entorno para llenarme en un espacio irreal. Cuando comprobé que Benjamin realmente se hallaba ahí respiré aliviado a la vez que los latidos dentro de mí aumentaban. Volteé a Catelynn, le observé sin expresión y sin palabras en la boca por decir y marché rumbo a la entrada.
Mi presión se disparó a medida que me acercaba más y más. Se me hacía más difícil respirar y mantenerme de pie. Con cada segundo temblores en mis dedos y mis rodillas aparecían y me amenazaban con caer al piso. Tenía miedo.
Puse con temor un pie fuera del local, asustado de encontrarme frente a frente con Ben. Respiré hondo y salí.
Benjamin me observó, asustado igualmente. Dudó un par de segundos, lo pude sentir en el aire. Movió su mano levemente, comprobando que aún podía responder a las órdenes de su cerebro. Se acercó con sumo cuidado un paso. No me moví. Corrió en dirección hacia mí, alborotado. Tomó mi cara entre sus manos, logrando que mis emociones llegasen a lo más profundo de mi corazón y luchasen entre sí para hacer estallar aquel órgano. Tragué saliva.
-Te amo-susurró observándome fijamente, mostrando toda su franqueza a través del color azulado de sus ojos.
Un escalofrío me recorrió la piel, erizando el vello leve de mis brazos. Intenté no perderme en otro lugar y mantener la compostura por algo, aunque sea por Ella. No podía besarle en un lugar tan público. No… No podía.
<<No puedo. No puedo besarle aquí. No puedo, no puedo, no puedo, no puedo…>> pensé continuamente hasta lograr convencerme de aquello << ¿Por qué no puedo? ¿En qué está mal?>>
Relamí mis labios, respiré un par de minutos, agitado.
-Te amo-respondí antes de abrazarle. Le necesitaba cerca.
____________________________
Sacudí mi cabeza, moviendo rápidamente el flequillo que cubría mis ojos y observé a la izquierda. Vi a Benjamin. En aquel momento, me perdí en mis pensamientos. Intenté buscar una salida a aquella confusión, a aquel esquema tan complicado.
Observé a mi mano en busca de una respuesta. El anillo de Benjamin se hallaba en mi dedo anular. Le quité y giré un par de veces para leer la inscripción.
-“Marcus”-susurré. Otra vez guié mi vista a Ben.
Él se hallaba descansado, hundido en lo más profundo de sus sentimientos, con su mente a kilómetros de distancia de aquí. En el planeta de sus sueños y deseos. De pronto, el “qué dirán” de la gente dejó de importarme. Recordé con perfección la noche anterior, el cariño que jamás había sentido y la aceptación que Benjamin me había entregado. Sentía que calzaba perfectamente con él. No importaba si estaba bien o mal. Él me entendía, tal y como era. Me aceptaba.
-¡Hay que buscar en su cuarto, Rick!
Con aquel grito de mi madre caí en la cuenta de que me encontraba en mi cuarto. De que estaba en casa y de que me hallaba a metros de distancia de mi familia.
-¡Tengo un compromiso con Marc y no lo pienso romper!-exclamó de vuelta.
-¡Tu hijo está perdido! ¡Tenemos que entrar a ver si está o no en su cuarto, imbécil!
Guié rápidamente mi mano a mi oreja derecha, donde se debía encontrar el arete. No estaba. La mano de Benjamin le tenía encerrado entre sus dedos, guardándolo con recelo a sí mismo. Aún asustado por el hecho de que debía sacar a Ben de allí sin que lo notasen mis padres, intenté despertar a Ben.
-Ben… Ben… despierta, por favor.
-¡Déjame entrar a ver en la pieza de Marc!-alegó mi madre a Rick. Ya podía sentir su voz más cerca que antes.
-Ben…- removí el cuerpo adormecido del joven Kingman.
-¡No puedo!-gritó de vuelta papá-¡Es un trato! ¡Si él no está, yo no puedo entrar!
-Benjamin… despierta, por favor. Despierta-intenté una vez más, implorando a los cielos porque mi amigo regresase de aquel lejano lugar al que se había escapado su mente-Ben…
El timbre escandaloso de papá retumbo por la casa. Todo se sumió en un silencio hasta que finalmente, el grito de júbilo de mamá volvió a encender el ruido.
-¡Debe ser Marc!
-Benjamin, despierta, despierta-probé suerte una vez más.
Esta vez, él se removió levemente, guiando una de sus manos en dirección a su frente y formando círculos con su palma alrededor de sus sienes. Emitió un despacio quejido mientras bostezaba, soñoliento.
-Dime-murmuró mientras volvía a apoyar la cabeza en la almohada.
-Despierta, Ben. Debemos salir de aquí.
En algún momento, había creído que se podían oír los sonidos de la muerte y que serían tenebrosos. Quejidos y lamentos de gente, voces de ultratumba rebotando el piso y una risa maléfica acompañada de múltiples chillidos de metal al encontrarse, asomaban a mi mente cada vez que pensaba en “los sonidos de la muerte”. Jamás creí que aquel llamado del otro lado de la vida vendría desde el quejido de una puerta al abrirse.
La suave luz del fondo de mi pieza –que se había tornado oscura tras haber cerrado la cortina la noche anterior- se amplió al ritmo de la puerta.
Dicen que cuando te golpeas realmente fuerte tu visión se hace roja, como la sangre que sientes emanar desde algún lugar de tu cuerpo.
Isabella estaba al otro lado de la puerta de mi cuarto. Verla allí se me hizo más duro que mil patadas en la cabeza. Mi visión parecía la de un vampiro; rojo como el de la sangre por doquier. Jamás creí que un momento en mi vida definiera el resto de ella, hasta ese entonces.
-¿Marc…?-susurró Ella débilmente.
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Chicas, lamento demasiado subir el final tan tarde. Y bueno, más que todo lamento no haber dado una explicación. De cualquier forma les agradezco mucho que hayan leído y más aún que lleguen hasta el final. Gracias, de verdad.
Bueno, como siento que les he faltado el respeto de alguna forma, creo que lo mejor sería darles una explicación o algo siquiera para poder compensar mi falta de educación. Resulta que el final lo había hecho desde hace mucho y lo tenía anotado en una libreta con la que siempre ando por si deseo escribir. El capítulo final lo tenía listo antes de que me fuese de vacaciones. Se lo entregué a la Tamara para que lo revisase y hiciese las útlimas correcciones. Tuve un par de conflictos con ella y, no sé que demonios me sucedió, pero desde aquel entonces no me dejé terminar de escribirlo, quizás habrá sido el conflicto o no sé. No me dejé hacer las correcciones que la Tamara me dijo. Y, ahora, tras recibir el mensaje que va justo arriba de éste, decidí subir el capítulo sin las correcciones de la Tamara.
Eso fue, y espero que arregle un poco el "roce". Espero que disfruten el capítulo, y, nuevamente, les pido disculpas.
Cuídense y las leo en el epílogo que subiré mañana. Cualquier comentario o duda que tengan tan sólo preguntenlo. c:
Las quiero.
xoxo
Javi's Jonas
Chicas, lamento demasiado subir el final tan tarde. Y bueno, más que todo lamento no haber dado una explicación. De cualquier forma les agradezco mucho que hayan leído y más aún que lleguen hasta el final. Gracias, de verdad.
Bueno, como siento que les he faltado el respeto de alguna forma, creo que lo mejor sería darles una explicación o algo siquiera para poder compensar mi falta de educación. Resulta que el final lo había hecho desde hace mucho y lo tenía anotado en una libreta con la que siempre ando por si deseo escribir. El capítulo final lo tenía listo antes de que me fuese de vacaciones. Se lo entregué a la Tamara para que lo revisase y hiciese las útlimas correcciones. Tuve un par de conflictos con ella y, no sé que demonios me sucedió, pero desde aquel entonces no me dejé terminar de escribirlo, quizás habrá sido el conflicto o no sé. No me dejé hacer las correcciones que la Tamara me dijo. Y, ahora, tras recibir el mensaje que va justo arriba de éste, decidí subir el capítulo sin las correcciones de la Tamara.
Eso fue, y espero que arregle un poco el "roce". Espero que disfruten el capítulo, y, nuevamente, les pido disculpas.
Cuídense y las leo en el epílogo que subiré mañana. Cualquier comentario o duda que tengan tan sólo preguntenlo. c:
Las quiero.
xoxo
Javi's Jonas
JaviOfJonas
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
sakgjfgkaalgka no puedes dejarlo asi o.o no puedo creer que Ella los viera ._.
aunque por otro lado, que tiernos son ^^ siempre crei que Marc seria el primero en decir “te amo” pero en fin, Ben me sorprendio. Dejame decirte que extrañe demasiado esta nove y me deleité leyendo el capitulo, es increible que ya esté tan cerca de terminar. Escribes estupendamente (:
Y no te preocupes por la tardanza, no es una falta de respeto, es comprensible. Ojala todo mejore.
Esperaré por el epilogo :D
Patu
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
Epílogo
Una semana después de mi cumpleaños ya todo había cambiado.Tamborileé mis dedos sobre mi rodilla derecha mientras tarareaba tranquilamente una canción de “The kooks”. Dejé vagar mí vista por el cuarto: un diplomado de psicología yacía enmarcado en frente de mí, colgando desde la mitad de la pared y acaparando toda la atención. El resto de las paredes se mantenían desnudas. Dos plantas intentaban dar vida con aire sombrío a aquella sala de espera y una mesita de café con diversas revistas sobre ésta se exponía al público.
-I may say it was your fault/ Cause I know you could have done more/ Oh; you are so naïve yet so.- susurré despacio mientras me dejaba escapar en aquella canción –How could this be done/ by such a smile and sweetheart/ oh; and your sweet and pretty face/ In such an ugly way/ something so beautiful…
<<En un camino tan erróneo… algo tan hermoso>> aquella frase de la canción se repitió en mi mente <<Un camino erróneo…>>
Para Kate, el hecho de verme le había sacado un suspiro de alivio. No le había importado el lugar y la circunstancia en la que me había encontrado. Simplemente estaba vivo y a salvo y ella sólo eso le importó.
Para Ella fue más sencillo. No entendía nada.
Para Rick… Hm… Para Rick pareció haber sido peor encontrarme que me mantuviese perdido.
-Marcus.
Le había escuchado, pero no quería moverme. No quería voltear.
-Marcus-su voz fue más severa ésta vez.
Suspiré. Dejé de mover mis dedos sobre mi rodilla y volteé levemente mi cabeza en su dirección. La psicóloga, de apellido francés que se me hizo muy fácil olvidar, me dedicó una sonrisa. Señaló dentro de su despacho, donde yacían mis padres sentados en sofás individuales, y entró. Levanté mi cuerpo del asiento y le seguí.
Sabía lo idiota que sería aquello. Jamás debí haber aceptado… aunque si no iba voluntariamente me habrían llevado a rastras.
-Bueno-comenzó la psicóloga, con una voz temblorosa y asustada frente a la amarga expresión de mi padre-Marc, ya le he explicado a tus padres lo que hemos conversado anteriormente nosotros a solas.
Rodeé los ojos y suspiré.
-Vale. Rick se lo tomó a malas.
-¡Marcus, compórtate!-me regañó mi madre, tendiendo un brazo en dirección a mí para llamar mi atención. La psicóloga se interpuso.
-No, está bien-sonrió y me observó-Es bueno que digas todo lo que piensas ahora, Marcus-acallé. Ella continuó-Tus padres-señaló a ambos-ya… ya pueden asimilar la situación de forma correcta. Ahora vendría el proceso más complicado: La aceptación.
Rick se levantó del asiento mientras pasaba una mano por su cara y emitía suaves jadeos.
-¿Por qué demonios no podías ser normal, Marc?-preguntó papá sorpresivamente-¡¿Por qué?! ¡¿Qué cosa tiene Ben que no pueda tener una chica?! ¡Maldita sea, Marcus! ¡Eres un marica!
-¡Rick!-gruñó mi madre.
La psicóloga se levantó del asiento abruptamente y sujetó a mi padre de un brazo.
-Con calma, por favor. Esto es tan difícil tanto para Marcus como para ustedes.
Tomé mi cabeza entre mis dos manos y me senté en un sillón algo alejado, mis dedos habían comenzado a temblar. La incertidumbre de qué haría me tenía asustado de pies a cabeza. No había forma de darle un buen final a aquello.
________________________
La cena fue más fría aún.-Sería bueno que te fueses con tu madre hoy mismo a Inglaterra-comentó Rick, dejando los cubiertos de lado mientras emitía un gruñido al hablarme.
-Papá-le llamé. Él giró bruscamente hacia mí y arrugó la nariz. Tragué saliva-Aunque me vaya al otro lado del mundo, a mí no me dejará de gustar Ben. El será mi pareja sí o sí, te agrade o no.
-Que bien saber que escuchas mi opinión.
Mamá me sonrió, quizás por compasión o por el simple hecho de que le pareció gracioso verme enfrentando a mi padre. Extendió su mano por la mesa hasta tocar la mía.
-Isabella te mandó saludos desde Londres-anunció.
Rick bufó.
<<Ella… Oh, cuánto lo siento, Ella. Te he jodido la infancia. Ella, perdóname….perdóname>>
-¿Cómo le está yendo por allá?-pregunté, acallando mis remordimientos.
-Bien-mamá sonrió una vez más-Casi ya ni recuerda lo que sucedió. Está bien, Marc. Ahora sólo debes preocuparte por ti.
Le sonreí en respuesta.
<<Ella…>>
________________________
De vuelta a Londres las cosas ya eran más calmadas. Por lo menos no debía soportar a Rick con tanta frecuencia.
Caminé a paso lento por los pasillos desolados de mi antigua escuela de Londres, con la vista clavada en la hoja de entrada que había llenado recientemente en el despacho de le secretaria Amelie. Ya estaba oficialmente devuelta.
-¡Marc!
No había escuchado los pasos de alguien más atrás mío. Estaba perdido en una nula sensación del tiempo. Volteé. No pude evitar dejar escapar una ancha sonrisa cuando divise a Tom Galway corriendo hacia mí desde final del pasillo.
-¡Imbécil! –Exclamé abrazándolo-¡Creí que no te vería más!
-¡Vaya, qué ánimos!-le solté de mi agarre. Tom me observó de pies a cabeza-No has cambiado en casi nada.
Levanté mi pelo que cubría el nuevo arete en mi oreja izquierda, dándolo a exhibir a Tom.
-Eso sí ha cambiado-sonreí y dejé de nuevo que mi cabello cubriese la joya-lo hizo una amiga de Texas.
Tom se cruzó de brazos y observó al suelo, pensativo.
-Texas ¿Eh?-Tom dio un paso, dándome el aviso de que empezaría a caminar. Me apresuré a seguirlo-¿Qué tal son las cosas por allí?
-A veces bien-Quité mi mochila de mi hombro para guardar la hoja de admisión-A veces mal, como en cualquier lugar, la verdad.
-Hm.
Hubo un silencio especial, no lo suficiente largo como para ser incómodo, ni muy sepulcral como para ser eterno. Era un simple silencio de comprensión.
-Ya lo sé-soltó finalmente Tom.
Bajé la cabeza y metí mis manos en los bolsillos de mis jeans. Dejé escapar un suspiro.
-¿También el resto de la escuela?-Tom asintió a mi incógnita. Volví a suspirar-¿Ya no soy popular?
Hubo otro silencio confuso una vez más, acompañado de nuestros pasos y de una especie de quejido por parte de mi amigo.
-¡Dios, no!-dijo Tom-Increíblemente lo eres-esperó una respuesta de mi parte. Me quedé en silencio-A las chicas les pareció algo bastante-dudó en la palabra unos segundos-tierno. Y a los chicos algo bastante valiente. En las últimas semanas solamente se hablaba de tu nombre por aquí.
Sonreí.
-¿Y qué piensas tú?-me detuve, observando fijamente a Tom.
Tom dio un par de pasos más y se detuvo un metro delante de mí. Volteó a verme y me sonrió igualmente.
-Yo creo que tienes agallas, Marc. Cuando se es popular, cuesta ser sincero contigo mismo-le sonreí en respuesta. Tom miró su reloj y volteó alarmado en dirección al final del pasillo, observando a través de la ventana ubicada allí como empezaba la práctica de rugby-Bien, Marc, me debo ir. Paso luego de la práctica a tu casa ¿Está bien?-automáticamente comenzó a correr, sin siquiera dejarme responder.
-¡Creo que no podrá ser hoy!-grité cuando Tom ya se iba en mitad del pasillo. Él volteó y levantó una ceja-Es que…-apreté nerviosamente mi labio y bajé la vista-hoy viene Ben.
Tom sonrió y rodeó los ojos.
-Es mi novio-le aclaré rápidamente mientras sentía como me sonrojaba en milésimas de segundo.
-¡Está bien!-gritó antes de volver a correr. Extendió una mano al cielo y se despidió-¡Te veo mañana en la escuela!
__________________
Sentí las manos grandes y veloces de Benjamin cubrir mis ojos. Él emitió una risa.
-¿Sabes quién soy?
Si bien el viento que recorría por el parque frente al gran monumento de Londres que significaba “The Big Ben” era lo suficientemente rápido como para distorsionar las palabras de cualquiera, para mí fue bastante fácil identificarle.
-Benjamin-susurré sonriente. Guié mis manos a las de Ben y las quité de mi vista. Volteé mi rostro hacia atrás de mí, donde se hallaba Ben.
-Hola-él ocupó sus dos manos para saltar con facilidad la banca en la que me hallaba sentado y en el mismo salto se logró sentar a mi lado.
-¿Cómo estás?-pregunté.
En ese momento, las campanas sonoras del Big Ben comenzaron a sonar en un gran bullicio.
-Devastado-respondió Benjamin, sonriendo como si sus palabras no tuviesen importancia.
Fruncí el ceño e intenté averiguar si bromeaba a través de sus ojos.
-¿Qué sucedió?
Ben suspiró y se sentó correctamente en el banco de la plaza.
-Mi padre decidió dejarle la empresa a Jerry, mi hermano mayor, el que estudiaba odontología en Australia.
-¿Tan poco comprensivo fue?
Ben no pudo evitar sonreír mientras desviaba su vista al edificio que aún no terminaba de marcar la hora. Nuevamente posó sus ojos en mí antes de continuar hablando.
-Nada de eso-negó con la cabeza. Sonrió una vez más-En el mundo de las empresas, Marc, todo se trata de apariencias. No puedo creer que no te hayas dado cuenta.
Según mi cuenta, faltaban dos campanazos más para que el reloj terminase de sonar.
-Lo siento-fue lo único que pude decir. Bajé la vista.
Benjamin tomó mi mentón con dos de sus dedos. Me obligó a observarle.
-Son simplemente pequeños precios a pagar, Marc-y me besó, junto con la última campana del reloj más famoso del mundo.
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Bueno, no me queda más que agradecerles por leer.
Cuídense.
xoxo
Javi's Jonas
Cuídense.
xoxo
Javi's Jonas
JaviOfJonas
Re: "The Big Ben" [Marc & Ben]
D: NO PUEDO CREER QUE TERMINARA! (siempre que finaliza alguna de tus novelas tardo en asimilarlo ._. asi que dame tiempo [?]) OMG! Como pueden ser asi de mierdas los padres de Marc y Ben? :| Lamentablemente este tipo de “machos” abundan ¬¬ pero sabes? Solo me queda un leve sabor amargo por eso, ya que lo mas importante es que Ben y Marc estan juntos ^_^ y ademas Marc es mas popular (? Ok, eso no importa tanto.
En fin, Javi, Javi, Javi ¿Cómo te explico que ame totalmente esta novela? Gracias a vos por escribir como los dioses, sos increible, mi idola de la escritura a decir verdad :lol!:
Espero seguir leyendo muchas historias mas de vos, te quiero
Patu
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