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¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Hoooooooooola chicas!!!!!!! :)
Bueno, vale, lo admito, sé que dije que iba a intentar subiros el cap hace un par de días... pero se me complicó todo!
No me daba tiempo a terminarlo y encima mi madre se empeño en dejarme usar el ordenador solo 30 minutos por día ._. y fue horrible intentar escribir el cap...
Pero bueno, al menos ya me he librado de los 30 minutos y he podido terminar por fin el capi para vosotras...
Es largo así que espero que por eso me perdoneis :bounce: poooorfis, que soy buena chica :jeje:
Bienvenidas a las nuevas lectoras, gracias por seguir la nove, en serio, es muy bonito saber que os gusta la historia a todas vosotras! :)
aquí os dejo el cap; espero os guste! :D
Capitulo 5
A la mañana siguiente, un día cualquiera de marzo.
Tres chicas bromean sentadas sobre las mesas de un aula de primero de bachiller. Ríen sin reparos, gritan y susurran, hablan de mil y un rumores suyos, pero principalmente de otros. Como los cotilleos sobre el chico de la clase de al lado, del que se rumorea que es gay. Parece ser que otros dos se han liado en un baño del instituto. A aquella rubia dicen las malas lenguas que le gusta el de Química. Y la morena de al lado, ¿no tenía antes las tetas más pequeñas? Seguro que son operadas.
La campana suena anunciando que las clases van a comenzar. A primera, Matemáticas.
-¿Y ____?- pregunta Cris al advertir que su amiga aún no ha llegado.
-Se habrá quedado dormida. No creo que haya pegado ojo anoche. Seguro no ha parado de...
Diana se calla a tiempo. El profesor de Matemáticas aparece en esos momentos por la puerta. Las tres continúan sentadas sobre las mesas, que ni tan siquiera son sus lugares en clase.
-Buenos días, Sugus. ¿Pueden hacer el favor de sentarse como personas normales? El hombre inventó la silla por algún motivo. Si son tan amables y generosas, cada una a su sitio.
Sugus: ese era el apodo que aquel hombre de cuarenta y muchos años había puesto al cuarteto que ocupaba la esquina izquierda del final de la clase.
-Profe, ¿por qué nos has llamado sugus?- quiso saber Cris el primer día que oyó su nuevo mote.
-Porque estoy cansado de nombraros una por una cada vez que os llamo la atención. Así me ahorro trabajo- señaló aquel hombre sin ningún tipo de emoción.
-Ah, pero ¿por qué precisamente sugus?¿Es que estamos tan buenas como esos caramelos, eh, profe?- intervino Diana guiñándole un ojo a su maestro.
-Eso que lo decidan vuestros novios. Sois sugus porque cada día vais vestidas de colorines y a veces me cuestra tragaros. Como me pasa a mi con algunos sugus.
El resto de la clase rompió a carcajadas mientras las cuatro chicas enrojecieron, aunque también terminaron riendo como los demás y aceptando con humor la nueva denominación de origen de su profesor de matemáticas.
Cris, Diana y Miriam por fin se bajan de las mesas y ocupan sus asientos. El profesor de matemáticas está a punto de cerrar la puerta para comenzar la clase cuando a toda velocidad, y por el hueco que aún queda, ____ entra en clase.
-Señorita García, la clase de educación física es a cuarta hora- indica inexpresivo aquel hombre-. Ahora toca matemáticas, ¿recuerda? Con la aparición estelar de sus amigas las derivadas.
-Perdona, profe. Un atasco en el coche.
-Espero que le hayan hecho el control de alcoholemia. Ocupe su lugar habitual y respire hondo.
____ no hace caso a la ironía de su profesor y camina hacia su mesa. La verdad es que se ha quedado dormida y ha perdido el autobús. Su padre la ha tenido que llevar al instituto y en el trayecto apenas han cruzado palabra. Está reciente la bronca de anoche. ¨Todo a su tiempo¨, piensa la chica.
La cuarta Sugus completa el grupo ante las miradas curiosas de sus amigas. Las tres sostienen una media sonrisa en sus maquilladas bocas. ____ no sabe qué pasa.
-¿Qué? -se mira el pantalón, pero la cremallera de su vaquero está cerrada.- ¿Por qué me mirais así?
Miriam toma la palabra.
-Chicas, ¿Vosotras qué opináis? ¿pensáis que lo ha hecho?
-¿Que si he hecho qué?-. Pregunta ____ sin entender nada.
-Que si te tiraste a tu amigo invisible- suelta Diana.
El chico que está delante de Diana gira la cabeza y la mira con asombro. Luego exhibe una sonrisilla.
-¡Mira para adelante!- Le ordena la joven, que acompaña su indicación con un gesto de su dedo corazón.
El muchacho obedece y se reanuda la conversación de las amigas con el ruido de fondo de las explicaciones del profesor de matemáticas.
-Bueno, ¿qué? ¿te lo tiraste o no?- insiste Diana hablando ahora mucho más bajito.
-Nooooo- dice ____ en un tono casi inaudible.
-¿Te tiró él?- vuelve a preguntar la más interesada del grupo por esos asuntos.
-Creo que no se dice así, Diana- señana Cris.
-Ya salió la profesora de lengua... ¿qué más da cómo se diga? ¿Hubo mambo?
-Que noooo...- ____ ya no sabe cómo decirlo.
Miriam observa a su amiga y, al verla tan azorada, trata de cambiar el rumbo de la conversación.
-Déjala ya, Diana. Cariño, lo pasaste bien ¿verdad?.
La protagonista de la mañana asiente mientras sonríe. Y en voz baja les cuenta por encima su cita con Joe.
-¡Qué romántico!- dice entusiasmada Cris tras oir atentamente la historia de ____.
-Me alegro de que hayas encontrado a alguien así, cariño.- añade Miriam.
-¡Y encima tiene buen culo! Las hay con suerte...-Interviene Diana-. Bueno, y ahora, ¿qué? ¿Se puede decir que ya sois novios?- pregunta mientras le quita el envoltorio a un chupachups y se lo mete en la boca.
El profesor de matemáticas llama para que salga a la pizarra a Martín, el chico que está justo delante de Diana y con el que antes ha tenido la discusión.
-Pues supongo que lo somos, ¿no?-dice dubitativa ____.
-Da igual la denominación: es tu chico y ya está. ¿Qué mas da la palabra que uséis para definiros?- comenta Miriam.
-Claro, lo importante es que os queráis, que salgáis juntos, que disfrutéis juntos...
-...Y que tengáis sexo juntos... -interrumpe Diana a Cris, tras dar una sonora chupada a su caramelo y elevando un poco el tono de voz.
-Shhhhhhhh- Es el sonido que las otras tres Sugus hacen a la vez después de oír lo que ha dicho su amiga.
-¿Qué he dicho? Está claro que estos dos... ¿O no, ____?
-Déjala ya, mujer. No la atosigues con eso.
-Lo acabo de conocer, Diana. ¿No te parece un poco pronto?.
-Llevas dos meses hablando con él. Llegáis, os veis, os coméis a besos... Y el tio tiene buen culo. ¿Qué más quieres?
-Pues querrá más cosas, Diana. No todo es sexo, sexo, sexo.
-Claro que no, Mir. Pero somos jóvenes y tenemos que disfrutar. Si no lo hacemos ahora ¿Cuando lo vamos a hacer?.
-Déjala que lo haga cuando ella quiera y esté preparada.- Dice Cris muy bajito.
____ respira hondo. A veces, se siente un poco agobiada por la cuestión de su virginidad: es la única virgen del grupo. No es que no le apetezca hacerlo, es que aún no ha encontrado al chico adecuado para su primera vez. Muchas dudas absorben su mente. ¿Es demasiado exigente? ¿Está preparada? ¿Podría ser Joe el primero?
-Chicas, dejadlo, ya se verá...-concluye ____ con una mueca divertida, aunque sin dejar a un lado sus pensamientos más íntimos.
-Claro, cariño, tú no tengas prisa... -señala Miriam mirándole a los ojos con una sonrisa.
Y las cuatro Sugus se quedan en silencio por primera vez en lo que va de clase.
Martín no ha logrado resolver el problema que el profesor de matemáticas le ha puesto en la pizarra y vuelve cabizbajo a su sitio. Cuando llega a su asiento se encuentra la mirada de Diana, que está encantada con su chupachups. Ella se da cuenta que el joven la observa y le guiña un ojo. Luego se saca el caramelo de la boca y le lanza un beso imaginario. El muchacho sonríe, pero vuelve a ponerse serio cuando Diana repite el gesto con el dedo corazón que le hizo anteriormente. Martín se sienta y mira hacia adelante.
-Bueno, ya que el virtuoso señor Martín no ha conseguido resolvernos este ejercicio, propio de mi sobrino que tiene siete años y medio, probaremos fortuna y le daremos la alternativa al señor Parra. Así que Mario Parra, suba al escenario e ilústrenos.
Mario no se entera del aviso del profesor. Desde el otro extremo de la clase tiene los ojos puestos en ella. Cuando cree que le mira, rápidamente los aparta y huye de aquellos ojos color miel.
Está desesperado. Siente tanto por dentro cuando la ve reir, hablar, caminar, que no sabe ni cómo explicas sus emociones. Nora una punzada en su interior y un nudo en la garganta que a veces no le deja ni respirar.
-Señor Parra, puede dejar de estar en la ídem y acudir al encerado...
El chico ve que su hermana, desde la otra punta del aula, le está haciendo gestos para que espabile y salga a resolver la derivada. Por fin se ha dado cuenta y, como quien despierta de un largo sueño, vuelve a la realidad. Con torpeza, dando algún que otro bandazo, se dirige a la pizarra.
En el camino sigue pensando que no puede continuar así, que tiene que hacer algo. Lleva mucho tiempo tratando de decidirse a romper su silencio y cree que es el momento. Sí, decidido: tiene que decirle a ____ que la quiere, que la ama por encima de todo en este mundo. Tiene que hablar. Su corazón así se lo indica.
Pero el corazón de Mario, ese corazón de adolescente enamorado, se hará añicos en cuestión de horas.
Esa misma mañana de ese día de marzo, en la redacción de una revista de música.
Joseph ha llegado temprano, como tenía pensado. Quería cuanto antes ponerse a redactar la entrevista que el día anterior había hecho a Katia. Desde las nueve de la mañana lleva oyendo en su grabadora la conversación con la cantante. Incluso grabada, su voz suena bonita. Sí, sin duda Katia tiene algo especial. Puede gustar ono su música, pero es indudable que transmite. Y en persona, mucho más.
-¿Cómo llevas el precio de la fama? ¿Ha cambiado tu vida desde que eres popular?
Joe recuerda que en ese momento Katia hizo una pausa pensando bien la respuesta que iba a dar.
-Si, ha cambiado- responde rotunda-. He oído a personas que cuando explican algo parecido a lo que a mí me ha ocurrido, cuentan que hacen las mismas cosas, van con las mismas personas que antes, tienen los mismos gustos..., solo que ahora son conocidos. Yo no puedo decir lo mismo. Mi vida ha cambiado completamente. Mis amigos de toda la vida me miran de otra forma. Piensan que porque salgo en la tele o vendo discos soy distinta. Me tratan con un respeto que no debieran. Porque yo soy igual que ellos- guarda silencio, pero no como una invitación a la otra persona a hablar sino como para reflexionar sobre lo que está diciendo; finalmente continúa-: y ligo menos que antes- suelta de repente con una gran sonrisa.
-¿Ligas menos?
-Sí, mucho menos. La popularidad infunde respeto. Y no me gusta, porque no soy ningún referente para nadie, no lo merezco. Fumo, de vez en cuando bebo, no escribo mis canciones... Sin embargo, me he convertido en una especia de icono pop. Creen que no he roto un plato en mi vida. Y lo cierto es que llevo unas cuantas vajillas destrozadas...
Joe admira la sinceridad de su acompañante. En su corta experiencia como periodista está acostumbrado a que la gente acuda a los tópicos de siempre para solventar una entrevista: la típica promoción para vender los discos. Katia no es así, no huye de la verdad ni dice lo políticamente correcto. Tampoco la ve como una de esas personas que dicen ser sinceras porque dicen lo que piensan. Lo que uno piensa no tiene por qué ser la realidad ni tiene por qué ser sincero. Definitivamente, ella es distinta a las demás.
-Y a ti, ¿Te ha cambiado la vida?- pregunta Katia.
Recuerda bien esa parte de la conversación. Se sorprendio mucho tras ser él mismo el preguntado. Pese a que Joe llevaba las entrevistas al terreno del diálogo, no al típico prenguta-respuesta, no entraba en el guión que Katia quisiera saber sobre él.
-Pues sí, me ha cambiado.
-¿Desde que eres periodista?
-Sí- afirma el jóven-. Me he mudado hace poco, dependo de mi mismo y tengo algo de dinero en mi bolsillo, aunque ahora soy yo el que lo gana. Pero sobretodo he cambiado personalmente. Ser periodista es mi vocación, y me siento realizado al haber llegado a la meta. Me siento bien.
Recuerda que en ese instante sus ojos azules se encontraron con los ojos celestes de Katia y por un momento sintió rubor, pero al mismo tiempo confianza. La burbuja imaginaria de la que tanto se hablaba se había roto: la separación entre ambos no era la suficiente. Pero no le importaba demasiado, y tampoco a ella parecía importarle.
En la grabadora no se oye nada. Es un instante de silencio mutuo. Dicen que si se puede estar en silencio junto a una persona sin sentirse incómodo es que realmente existe química entre ambos. Eso es lo que parecía pasarles a Joseph y Katia.
Joe pulsa el stop de la grabadora. Piensa ahora en ____. ¿Existía también esa química entre ellos? Eso parecía. La noche anterior había sido como un sueño. Todo como en una película de Julia Roberts o de Hugh Grant. Seguramente, sí hicieran la película de su cita de anoche, de los últimos dos meses, el resultado sería una comedia romántica. El tropiezo, la rosa por el suelo, la fuente, el desfile..., el beso. El primer beso. Posiblemente, ahí el director gritaría ¨corten¨. Posiblemente, la película de ____ y Joe terminaría con el primer roce de sus labios y una música romántica de fondo, con cierto toque pop, como Ilusionas mi corazón.
De pronto siente unas ganas enormes de verla.
-Baja de tu nube, Joseph.
El joven periodista no se ha percatado de la llegada de su jefe.
-Estoy en plena tierra firme, con los pies siempre en el suelo- señala el chico, dando un par de golpes en el suelo, zapateando con ambos pies-. ¿Qué desea?
-Pues hay novedades. Tengo dos noticias para ti: una buena y una mala.
¨Un poco peliculero¨, piensa Joe.
-Empecemos por la buena, entonces.
-Te doy la tarde libre.
-¡Vaya, sí que está generoso...! ¡Gracias! ¿Y la mala?
-Te necesito esta noche.
Joe frunce el ceño extrañado.
-¿Para?
-Ha llamado el representante de Katia. Ayer al final no hicimos las fotos para la entrevista. No sé dónde fuisteis ni quiero saberlo, pero dejamos el trabajo por la mitad.
-¿Y qué tengo yo que ver con las fotos? Ya se encarga de eso Kevin.
-Sí, él, como siempre, hará las fotos. Pero quieren que tú estés presente.
-¿Kevin quiere que yo esté presente?
-Kevin ha aceptado, aunque no de muy buena gana. La que quiere que estés presente es Katia.
Una noticia inesperada. Ella quería que él estuviese en la sesión de fotos. ¿para qué?
-Bueno. Pero ¿Tiene que ser de noche?
-Sí, Kevin ya tenía la idea pensada así y no le voy a hacer cambiar sus planes de trabajo. Ellos han aceptado, así que os veréis esta noche.
En ese momento el móvil de Joe suena. Ve el número en la pantalla, que es el mismo del que ayer tenía tres llamadas perdidas. Pide permiso para cogerlo a su jefe, que asiente y se retira a su despacho. A continuación, descuelga.
-¿Si...?- contesta el joven.
-Hola, Joseph. Soy yo.
Joe enseguida reconoce aquella voz.
-¿Katia?
-Sí, veo que me recuerdas.
¨Es complicado olvidarte cuando llevo toda la mañana oyéndote en la grabadora¨, piensa.
-Claro, no hace ni 24 horas que nos vimos. Mi memoria empieza a flojear pero no llega a tanto. ¿Cómo tienes mi móvil?
-Llame ayer a la redacción de tu revista y me lo dieron.
-Veo que es sencillo conseguir mi teléfono particular.
-No te creas, tuve que usar todas mis dotes. Hasta le canté a la chica que me atendió para que me creyera cuando le dije que era Katia...
-Y te creyó.
-Sí- afirmó para despues hacer una de esas pausas a las que Joe se estaba empezando a acostumbrar-. Te llamé ayer...- dijo unos segundos más tarde.
-Discúlpame. Cuando vi tus perdidas era ya muy tarde, no quise molestar.
-No me habrías molestado.
-No sabía que eras tú...
-Es natural, no tenías mi número. Tenía que habértelo dado ayer antes de despedirnos... -otro silencio, este más breve que el anterior-. Te llamé para preguntarte si habías tenido suerte con tu chica.
La razón era esa. ¿Simple curiosidad? ¿Cortesía?
-Pues sí, al final no me hizo falta ninguna justificación. Pero muchas gracias por llevarme; sin tí no hubiese llegado a tiempo.
-En realidad, si llegaste tan tarde fue por mi culpa. Me alegro de que todo saliese bien.
-Gracias.
-No solo te llamé para eso- continuó-. Te quería pedir también que vinieses a la sesión de fotos, aunque imagino que tu jefe ya te habrá informado.
-Sí, me lo acaba de comunicar. No entiendo muy bien qué pueda pintar yo allí, pero iré.
-Ahora la que te da las gracias soy yo. Es muy sencillo: posiblemente la de ayer haya sido la mejor entrevista que me han hecho en estos meses. Fue muy agradable. Quisiera que dieras tu punto de vista en las fotos.
¿¨La mejor entrevista en estos meses¨? Sí que era indudable que había cierta química entre los dos. La conversación fué más una charla de amigos que una entrevista. Joe sigue sin entender muy bien qué pintaría él en una sesión fotográfica y qué podría aportar, pero no dice nada en contra de la idea de Katia.
-Si tu crees que puedo ayudar, allí estaré.
-Gracias, Joe. Estoy convencida de que contigo todo será más sencillo. No me gustan mucho este tipo de cosas porque me veo ridícula posando. Así me sentiré más cómoda.
-Nos vemos entonces esta noche, Katia.
-Perfecto. Un beso, Joe. Hasta esta noche.
La cantante es la primera en colgar. Mientras, Joe continúa con el móvil en la mano. Está pensativo. Aquella chica es realmente agradable y se siente muy cómodo con ella. Sin embargo, él ya tiene chica. Y le entusiasma. Le apetece mucho estar con ____. Le encantaría besarla ahora mismo. Suspira. No puede dejar de pensar en ella. Y de repente, algo le viene a la mente. Llama a Información y solicita un número. Lo anota en un post-it amarillo y da las gracias a la operadora. Cuelga y enseguida marca el número que le acaban de facilitar. Tras dos bips, una mujer responde. La conversación dura cinco minutos escasos.
Satisfecho, pero necesita algo más. Entra en el despacho de Jaime Suárez.
-Jefe, ¿Puedo pedirle un favor?
-Sí, claro, dime, Joe.
-Como tengo la sesión de fotos esta noche y no tengo jornada de tarde, ¿le importa que me vaya a la una? No hay demasiado trabajo.
-Claro, sin ningún problema.
-Gracias, jefe.
El joven periodista cierra la puerta del despacho de su jefe y, sonriente, se dirige a su mesa a continuar con el reportaje de la cantante del pelo de color rosa.
Fin del capitulo.
Bueno, vale, lo admito, sé que dije que iba a intentar subiros el cap hace un par de días... pero se me complicó todo!
No me daba tiempo a terminarlo y encima mi madre se empeño en dejarme usar el ordenador solo 30 minutos por día ._. y fue horrible intentar escribir el cap...
Pero bueno, al menos ya me he librado de los 30 minutos y he podido terminar por fin el capi para vosotras...
Es largo así que espero que por eso me perdoneis :bounce: poooorfis, que soy buena chica :jeje:
Bienvenidas a las nuevas lectoras, gracias por seguir la nove, en serio, es muy bonito saber que os gusta la historia a todas vosotras! :)
aquí os dejo el cap; espero os guste! :D
Capitulo 5
A la mañana siguiente, un día cualquiera de marzo.
Tres chicas bromean sentadas sobre las mesas de un aula de primero de bachiller. Ríen sin reparos, gritan y susurran, hablan de mil y un rumores suyos, pero principalmente de otros. Como los cotilleos sobre el chico de la clase de al lado, del que se rumorea que es gay. Parece ser que otros dos se han liado en un baño del instituto. A aquella rubia dicen las malas lenguas que le gusta el de Química. Y la morena de al lado, ¿no tenía antes las tetas más pequeñas? Seguro que son operadas.
La campana suena anunciando que las clases van a comenzar. A primera, Matemáticas.
-¿Y ____?- pregunta Cris al advertir que su amiga aún no ha llegado.
-Se habrá quedado dormida. No creo que haya pegado ojo anoche. Seguro no ha parado de...
Diana se calla a tiempo. El profesor de Matemáticas aparece en esos momentos por la puerta. Las tres continúan sentadas sobre las mesas, que ni tan siquiera son sus lugares en clase.
-Buenos días, Sugus. ¿Pueden hacer el favor de sentarse como personas normales? El hombre inventó la silla por algún motivo. Si son tan amables y generosas, cada una a su sitio.
Sugus: ese era el apodo que aquel hombre de cuarenta y muchos años había puesto al cuarteto que ocupaba la esquina izquierda del final de la clase.
-Profe, ¿por qué nos has llamado sugus?- quiso saber Cris el primer día que oyó su nuevo mote.
-Porque estoy cansado de nombraros una por una cada vez que os llamo la atención. Así me ahorro trabajo- señaló aquel hombre sin ningún tipo de emoción.
-Ah, pero ¿por qué precisamente sugus?¿Es que estamos tan buenas como esos caramelos, eh, profe?- intervino Diana guiñándole un ojo a su maestro.
-Eso que lo decidan vuestros novios. Sois sugus porque cada día vais vestidas de colorines y a veces me cuestra tragaros. Como me pasa a mi con algunos sugus.
El resto de la clase rompió a carcajadas mientras las cuatro chicas enrojecieron, aunque también terminaron riendo como los demás y aceptando con humor la nueva denominación de origen de su profesor de matemáticas.
Cris, Diana y Miriam por fin se bajan de las mesas y ocupan sus asientos. El profesor de matemáticas está a punto de cerrar la puerta para comenzar la clase cuando a toda velocidad, y por el hueco que aún queda, ____ entra en clase.
-Señorita García, la clase de educación física es a cuarta hora- indica inexpresivo aquel hombre-. Ahora toca matemáticas, ¿recuerda? Con la aparición estelar de sus amigas las derivadas.
-Perdona, profe. Un atasco en el coche.
-Espero que le hayan hecho el control de alcoholemia. Ocupe su lugar habitual y respire hondo.
____ no hace caso a la ironía de su profesor y camina hacia su mesa. La verdad es que se ha quedado dormida y ha perdido el autobús. Su padre la ha tenido que llevar al instituto y en el trayecto apenas han cruzado palabra. Está reciente la bronca de anoche. ¨Todo a su tiempo¨, piensa la chica.
La cuarta Sugus completa el grupo ante las miradas curiosas de sus amigas. Las tres sostienen una media sonrisa en sus maquilladas bocas. ____ no sabe qué pasa.
-¿Qué? -se mira el pantalón, pero la cremallera de su vaquero está cerrada.- ¿Por qué me mirais así?
Miriam toma la palabra.
-Chicas, ¿Vosotras qué opináis? ¿pensáis que lo ha hecho?
-¿Que si he hecho qué?-. Pregunta ____ sin entender nada.
-Que si te tiraste a tu amigo invisible- suelta Diana.
El chico que está delante de Diana gira la cabeza y la mira con asombro. Luego exhibe una sonrisilla.
-¡Mira para adelante!- Le ordena la joven, que acompaña su indicación con un gesto de su dedo corazón.
El muchacho obedece y se reanuda la conversación de las amigas con el ruido de fondo de las explicaciones del profesor de matemáticas.
-Bueno, ¿qué? ¿te lo tiraste o no?- insiste Diana hablando ahora mucho más bajito.
-Nooooo- dice ____ en un tono casi inaudible.
-¿Te tiró él?- vuelve a preguntar la más interesada del grupo por esos asuntos.
-Creo que no se dice así, Diana- señana Cris.
-Ya salió la profesora de lengua... ¿qué más da cómo se diga? ¿Hubo mambo?
-Que noooo...- ____ ya no sabe cómo decirlo.
Miriam observa a su amiga y, al verla tan azorada, trata de cambiar el rumbo de la conversación.
-Déjala ya, Diana. Cariño, lo pasaste bien ¿verdad?.
La protagonista de la mañana asiente mientras sonríe. Y en voz baja les cuenta por encima su cita con Joe.
-¡Qué romántico!- dice entusiasmada Cris tras oir atentamente la historia de ____.
-Me alegro de que hayas encontrado a alguien así, cariño.- añade Miriam.
-¡Y encima tiene buen culo! Las hay con suerte...-Interviene Diana-. Bueno, y ahora, ¿qué? ¿Se puede decir que ya sois novios?- pregunta mientras le quita el envoltorio a un chupachups y se lo mete en la boca.
El profesor de matemáticas llama para que salga a la pizarra a Martín, el chico que está justo delante de Diana y con el que antes ha tenido la discusión.
-Pues supongo que lo somos, ¿no?-dice dubitativa ____.
-Da igual la denominación: es tu chico y ya está. ¿Qué mas da la palabra que uséis para definiros?- comenta Miriam.
-Claro, lo importante es que os queráis, que salgáis juntos, que disfrutéis juntos...
-...Y que tengáis sexo juntos... -interrumpe Diana a Cris, tras dar una sonora chupada a su caramelo y elevando un poco el tono de voz.
-Shhhhhhhh- Es el sonido que las otras tres Sugus hacen a la vez después de oír lo que ha dicho su amiga.
-¿Qué he dicho? Está claro que estos dos... ¿O no, ____?
-Déjala ya, mujer. No la atosigues con eso.
-Lo acabo de conocer, Diana. ¿No te parece un poco pronto?.
-Llevas dos meses hablando con él. Llegáis, os veis, os coméis a besos... Y el tio tiene buen culo. ¿Qué más quieres?
-Pues querrá más cosas, Diana. No todo es sexo, sexo, sexo.
-Claro que no, Mir. Pero somos jóvenes y tenemos que disfrutar. Si no lo hacemos ahora ¿Cuando lo vamos a hacer?.
-Déjala que lo haga cuando ella quiera y esté preparada.- Dice Cris muy bajito.
____ respira hondo. A veces, se siente un poco agobiada por la cuestión de su virginidad: es la única virgen del grupo. No es que no le apetezca hacerlo, es que aún no ha encontrado al chico adecuado para su primera vez. Muchas dudas absorben su mente. ¿Es demasiado exigente? ¿Está preparada? ¿Podría ser Joe el primero?
-Chicas, dejadlo, ya se verá...-concluye ____ con una mueca divertida, aunque sin dejar a un lado sus pensamientos más íntimos.
-Claro, cariño, tú no tengas prisa... -señala Miriam mirándole a los ojos con una sonrisa.
Y las cuatro Sugus se quedan en silencio por primera vez en lo que va de clase.
Martín no ha logrado resolver el problema que el profesor de matemáticas le ha puesto en la pizarra y vuelve cabizbajo a su sitio. Cuando llega a su asiento se encuentra la mirada de Diana, que está encantada con su chupachups. Ella se da cuenta que el joven la observa y le guiña un ojo. Luego se saca el caramelo de la boca y le lanza un beso imaginario. El muchacho sonríe, pero vuelve a ponerse serio cuando Diana repite el gesto con el dedo corazón que le hizo anteriormente. Martín se sienta y mira hacia adelante.
-Bueno, ya que el virtuoso señor Martín no ha conseguido resolvernos este ejercicio, propio de mi sobrino que tiene siete años y medio, probaremos fortuna y le daremos la alternativa al señor Parra. Así que Mario Parra, suba al escenario e ilústrenos.
Mario no se entera del aviso del profesor. Desde el otro extremo de la clase tiene los ojos puestos en ella. Cuando cree que le mira, rápidamente los aparta y huye de aquellos ojos color miel.
Está desesperado. Siente tanto por dentro cuando la ve reir, hablar, caminar, que no sabe ni cómo explicas sus emociones. Nora una punzada en su interior y un nudo en la garganta que a veces no le deja ni respirar.
-Señor Parra, puede dejar de estar en la ídem y acudir al encerado...
El chico ve que su hermana, desde la otra punta del aula, le está haciendo gestos para que espabile y salga a resolver la derivada. Por fin se ha dado cuenta y, como quien despierta de un largo sueño, vuelve a la realidad. Con torpeza, dando algún que otro bandazo, se dirige a la pizarra.
En el camino sigue pensando que no puede continuar así, que tiene que hacer algo. Lleva mucho tiempo tratando de decidirse a romper su silencio y cree que es el momento. Sí, decidido: tiene que decirle a ____ que la quiere, que la ama por encima de todo en este mundo. Tiene que hablar. Su corazón así se lo indica.
Pero el corazón de Mario, ese corazón de adolescente enamorado, se hará añicos en cuestión de horas.
Esa misma mañana de ese día de marzo, en la redacción de una revista de música.
Joseph ha llegado temprano, como tenía pensado. Quería cuanto antes ponerse a redactar la entrevista que el día anterior había hecho a Katia. Desde las nueve de la mañana lleva oyendo en su grabadora la conversación con la cantante. Incluso grabada, su voz suena bonita. Sí, sin duda Katia tiene algo especial. Puede gustar ono su música, pero es indudable que transmite. Y en persona, mucho más.
-¿Cómo llevas el precio de la fama? ¿Ha cambiado tu vida desde que eres popular?
Joe recuerda que en ese momento Katia hizo una pausa pensando bien la respuesta que iba a dar.
-Si, ha cambiado- responde rotunda-. He oído a personas que cuando explican algo parecido a lo que a mí me ha ocurrido, cuentan que hacen las mismas cosas, van con las mismas personas que antes, tienen los mismos gustos..., solo que ahora son conocidos. Yo no puedo decir lo mismo. Mi vida ha cambiado completamente. Mis amigos de toda la vida me miran de otra forma. Piensan que porque salgo en la tele o vendo discos soy distinta. Me tratan con un respeto que no debieran. Porque yo soy igual que ellos- guarda silencio, pero no como una invitación a la otra persona a hablar sino como para reflexionar sobre lo que está diciendo; finalmente continúa-: y ligo menos que antes- suelta de repente con una gran sonrisa.
-¿Ligas menos?
-Sí, mucho menos. La popularidad infunde respeto. Y no me gusta, porque no soy ningún referente para nadie, no lo merezco. Fumo, de vez en cuando bebo, no escribo mis canciones... Sin embargo, me he convertido en una especia de icono pop. Creen que no he roto un plato en mi vida. Y lo cierto es que llevo unas cuantas vajillas destrozadas...
Joe admira la sinceridad de su acompañante. En su corta experiencia como periodista está acostumbrado a que la gente acuda a los tópicos de siempre para solventar una entrevista: la típica promoción para vender los discos. Katia no es así, no huye de la verdad ni dice lo políticamente correcto. Tampoco la ve como una de esas personas que dicen ser sinceras porque dicen lo que piensan. Lo que uno piensa no tiene por qué ser la realidad ni tiene por qué ser sincero. Definitivamente, ella es distinta a las demás.
-Y a ti, ¿Te ha cambiado la vida?- pregunta Katia.
Recuerda bien esa parte de la conversación. Se sorprendio mucho tras ser él mismo el preguntado. Pese a que Joe llevaba las entrevistas al terreno del diálogo, no al típico prenguta-respuesta, no entraba en el guión que Katia quisiera saber sobre él.
-Pues sí, me ha cambiado.
-¿Desde que eres periodista?
-Sí- afirma el jóven-. Me he mudado hace poco, dependo de mi mismo y tengo algo de dinero en mi bolsillo, aunque ahora soy yo el que lo gana. Pero sobretodo he cambiado personalmente. Ser periodista es mi vocación, y me siento realizado al haber llegado a la meta. Me siento bien.
Recuerda que en ese instante sus ojos azules se encontraron con los ojos celestes de Katia y por un momento sintió rubor, pero al mismo tiempo confianza. La burbuja imaginaria de la que tanto se hablaba se había roto: la separación entre ambos no era la suficiente. Pero no le importaba demasiado, y tampoco a ella parecía importarle.
En la grabadora no se oye nada. Es un instante de silencio mutuo. Dicen que si se puede estar en silencio junto a una persona sin sentirse incómodo es que realmente existe química entre ambos. Eso es lo que parecía pasarles a Joseph y Katia.
Joe pulsa el stop de la grabadora. Piensa ahora en ____. ¿Existía también esa química entre ellos? Eso parecía. La noche anterior había sido como un sueño. Todo como en una película de Julia Roberts o de Hugh Grant. Seguramente, sí hicieran la película de su cita de anoche, de los últimos dos meses, el resultado sería una comedia romántica. El tropiezo, la rosa por el suelo, la fuente, el desfile..., el beso. El primer beso. Posiblemente, ahí el director gritaría ¨corten¨. Posiblemente, la película de ____ y Joe terminaría con el primer roce de sus labios y una música romántica de fondo, con cierto toque pop, como Ilusionas mi corazón.
De pronto siente unas ganas enormes de verla.
-Baja de tu nube, Joseph.
El joven periodista no se ha percatado de la llegada de su jefe.
-Estoy en plena tierra firme, con los pies siempre en el suelo- señala el chico, dando un par de golpes en el suelo, zapateando con ambos pies-. ¿Qué desea?
-Pues hay novedades. Tengo dos noticias para ti: una buena y una mala.
¨Un poco peliculero¨, piensa Joe.
-Empecemos por la buena, entonces.
-Te doy la tarde libre.
-¡Vaya, sí que está generoso...! ¡Gracias! ¿Y la mala?
-Te necesito esta noche.
Joe frunce el ceño extrañado.
-¿Para?
-Ha llamado el representante de Katia. Ayer al final no hicimos las fotos para la entrevista. No sé dónde fuisteis ni quiero saberlo, pero dejamos el trabajo por la mitad.
-¿Y qué tengo yo que ver con las fotos? Ya se encarga de eso Kevin.
-Sí, él, como siempre, hará las fotos. Pero quieren que tú estés presente.
-¿Kevin quiere que yo esté presente?
-Kevin ha aceptado, aunque no de muy buena gana. La que quiere que estés presente es Katia.
Una noticia inesperada. Ella quería que él estuviese en la sesión de fotos. ¿para qué?
-Bueno. Pero ¿Tiene que ser de noche?
-Sí, Kevin ya tenía la idea pensada así y no le voy a hacer cambiar sus planes de trabajo. Ellos han aceptado, así que os veréis esta noche.
En ese momento el móvil de Joe suena. Ve el número en la pantalla, que es el mismo del que ayer tenía tres llamadas perdidas. Pide permiso para cogerlo a su jefe, que asiente y se retira a su despacho. A continuación, descuelga.
-¿Si...?- contesta el joven.
-Hola, Joseph. Soy yo.
Joe enseguida reconoce aquella voz.
-¿Katia?
-Sí, veo que me recuerdas.
¨Es complicado olvidarte cuando llevo toda la mañana oyéndote en la grabadora¨, piensa.
-Claro, no hace ni 24 horas que nos vimos. Mi memoria empieza a flojear pero no llega a tanto. ¿Cómo tienes mi móvil?
-Llame ayer a la redacción de tu revista y me lo dieron.
-Veo que es sencillo conseguir mi teléfono particular.
-No te creas, tuve que usar todas mis dotes. Hasta le canté a la chica que me atendió para que me creyera cuando le dije que era Katia...
-Y te creyó.
-Sí- afirmó para despues hacer una de esas pausas a las que Joe se estaba empezando a acostumbrar-. Te llamé ayer...- dijo unos segundos más tarde.
-Discúlpame. Cuando vi tus perdidas era ya muy tarde, no quise molestar.
-No me habrías molestado.
-No sabía que eras tú...
-Es natural, no tenías mi número. Tenía que habértelo dado ayer antes de despedirnos... -otro silencio, este más breve que el anterior-. Te llamé para preguntarte si habías tenido suerte con tu chica.
La razón era esa. ¿Simple curiosidad? ¿Cortesía?
-Pues sí, al final no me hizo falta ninguna justificación. Pero muchas gracias por llevarme; sin tí no hubiese llegado a tiempo.
-En realidad, si llegaste tan tarde fue por mi culpa. Me alegro de que todo saliese bien.
-Gracias.
-No solo te llamé para eso- continuó-. Te quería pedir también que vinieses a la sesión de fotos, aunque imagino que tu jefe ya te habrá informado.
-Sí, me lo acaba de comunicar. No entiendo muy bien qué pueda pintar yo allí, pero iré.
-Ahora la que te da las gracias soy yo. Es muy sencillo: posiblemente la de ayer haya sido la mejor entrevista que me han hecho en estos meses. Fue muy agradable. Quisiera que dieras tu punto de vista en las fotos.
¿¨La mejor entrevista en estos meses¨? Sí que era indudable que había cierta química entre los dos. La conversación fué más una charla de amigos que una entrevista. Joe sigue sin entender muy bien qué pintaría él en una sesión fotográfica y qué podría aportar, pero no dice nada en contra de la idea de Katia.
-Si tu crees que puedo ayudar, allí estaré.
-Gracias, Joe. Estoy convencida de que contigo todo será más sencillo. No me gustan mucho este tipo de cosas porque me veo ridícula posando. Así me sentiré más cómoda.
-Nos vemos entonces esta noche, Katia.
-Perfecto. Un beso, Joe. Hasta esta noche.
La cantante es la primera en colgar. Mientras, Joe continúa con el móvil en la mano. Está pensativo. Aquella chica es realmente agradable y se siente muy cómodo con ella. Sin embargo, él ya tiene chica. Y le entusiasma. Le apetece mucho estar con ____. Le encantaría besarla ahora mismo. Suspira. No puede dejar de pensar en ella. Y de repente, algo le viene a la mente. Llama a Información y solicita un número. Lo anota en un post-it amarillo y da las gracias a la operadora. Cuelga y enseguida marca el número que le acaban de facilitar. Tras dos bips, una mujer responde. La conversación dura cinco minutos escasos.
Satisfecho, pero necesita algo más. Entra en el despacho de Jaime Suárez.
-Jefe, ¿Puedo pedirle un favor?
-Sí, claro, dime, Joe.
-Como tengo la sesión de fotos esta noche y no tengo jornada de tarde, ¿le importa que me vaya a la una? No hay demasiado trabajo.
-Claro, sin ningún problema.
-Gracias, jefe.
El joven periodista cierra la puerta del despacho de su jefe y, sonriente, se dirige a su mesa a continuar con el reportaje de la cantante del pelo de color rosa.
Fin del capitulo.
Nella †
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Ahhh! New reader :)
Amo tu Novelaaa!
Se ve Super-Interesanteee!
Me mueroo por seguirr leyendoo!
SIGUELAAA!
Amo tu Novelaaa!
Se ve Super-Interesanteee!
Me mueroo por seguirr leyendoo!
SIGUELAAA!
Ruth Esther<3
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
olaaa! nueva lectora!
me encanta tu nove,pero todavía me voy por el capitulo 4,no
podía esperar a comentar,esta geniial!
ah!y yo tambiien soi de España! :D
me encanta tu nove,pero todavía me voy por el capitulo 4,no
podía esperar a comentar,esta geniial!
ah!y yo tambiien soi de España! :D
sisabella12
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
NUEVA LECTORA :3 waa
co]mo te atreves a dejarlo asi
que tal si si si si a Joe♥
lo roba un oompa loompa eh eh XD
en fin tienes que seguirla
co]mo te atreves a dejarlo asi
que tal si si si si a Joe♥
lo roba un oompa loompa eh eh XD
en fin tienes que seguirla
Invitado
Invitado
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
'Owww! (: Que linda la noveee!
Me encantaa! Soy nueva y fiel lectoraa! (:
Yaa Quiero leer los proximos capitulos, Está muy interesante ^^ ..
Seguilaa esta bellisima la nove (:
Me encantaa! Soy nueva y fiel lectoraa! (:
Yaa Quiero leer los proximos capitulos, Está muy interesante ^^ ..
Seguilaa esta bellisima la nove (:
Invitado
Invitado
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Pooorfaaa!
Subee otroo cap!
Poooooooooorfaaa! ;)
Subee otroo cap!
Poooooooooorfaaa! ;)
Invitado
Invitado
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