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¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Muy bien chicas... Lo prometido es deuda, aquí os traigo el capitulo que os prometí! :bounce:
perdonad la tardanza... esque me surgieron mil y un problemas y cosas que tenía que hacer, ya os contaré luego con mas calma que aquí ahora mismo son las 2:43 de la mañana!!! y muero de sueño...
Por lo tanto si veis algun fallo en el capitulo... tanto falta de ortografía como de concordancia, entendedme... estoy muerta de sueño! :zz: no se ni cómo he sido capaz de terminar el cap...
Bienvenia a las nuevas lectoras, una ilusion tenerlas aquí, como siempre, sois geniales y desde luego que las mejores :)
Gracias por la paciencia... En recompenza os traigo este cap que es uno de los más largos(si no recuerdo mal :P)
Por cierto... alguna se ha fijado que ya pone que soy del foro!? :D jajajajaja antes era Nueva...!
bueno, no me extiendo más y os dejo el capi, como siempre espero que os guste!
con amor: Nella!
Capitulo 3
Ese día de marzo, en esa misma ciudad, unas horas antes del encontronazo entre ____ y Joseph.
La redacción está completamente vacía. Solo quedan el jefe, encerrado como siempre en su pequeño despacho, y él, que además está a punto de terminar un artículo sobre esa banda escocesa de moda en Reino Unido. Bajito, muy bajito, en el ordenador suena All you need is love, pero no la original de los Beatles sino una versión que sale en la película Love actually. ¨Todo lo que necesitas es amor¨.
Joseph relee una vez más lo que ha escrito. Prácticamente, cada vez que escribe una línea, examina el texto entero. ¨Ya casi está¨, piensa.
Escribir, la música...: esto es lo que le gusta de verdad. Vale, la revista no es gran cosa y el sueldo tampoco. Pero es su primer trabajo serio a sus Veintidós años y quizás, con el tiempo, pueda llegar a más. A la Rolling Stone, por ejemplo. Pero por ahora se conforma con lo que tiene. Otros compañeros de carrera aún no tienen trabajo mientras que él, además, escribe sobre lo que le gusta.
Termina la canción y comienza I finally found someone cantada a dúo por Brian Adams y Barbara Streisand. ¨Finalmente encontré a alguien¨. Joe sonríe. Recuerda que esa cancion se la pasó a ____ por MSN. Ella no la conocía por el título, pero cuando la oyó, dijo: ¨Ahhhh, siiiii. ¡¡¡¡Esta salió en Operación Triunfo!!!!¨.
Él, en su soledad, sentado frente al ordenador portátil, no pudo evitar sonreír ante la respuesta de aquella chica que en las últimas semanas le había robado un trocito del corazón. ¿Estaba enamorado?
Esa tarde darían un pasito más. Después de dos meses hablando cada día, por fin se iban a ver, se iban a oler...
Entonces descubriría si realmente aquella chica le gustaba de verdad.
En ese momento se abre la puerta del despacho del jefe. Jaime Suárez, con aire triunfista y a pasos acelerados, avanza hasta la mesa en la que Joe está terminando su artículo.
-Lo conseguimos: confirmado. Esta tarde nos visita Katia para una entrevista.
-¿Katia? ¿¨Esa¨ Katia?
-¿Cuantas cantantes conoces que se llamen Katia, Joseph?
Katia se había convertido en las últimas semanas en un fenómeno social. Cualquier adolescente llevaba en su ipod la canción Ilusionas mi corazón, el numero uno en las listas de ventas del mes anterior. La joven cantante había irrumpido de una manera abrumadora en el panorama musical con su primer single.
-¡Qué suerte! ¿Se encargará usted de la entrevista?
-No, Joe, lo harás tú. Maite y Valeria no están en la ciudad. Y yo estoy ya muy mayor para este tipo de entrevistas. Tú te entenderás mejor con ella: casi teneis la misma edad.
Joe sólo pudo forzar una sonrisa. ¡Precisamente esa tarde tenía que ser...! La tarde que tenía libre, la tarde en la que había queado con ____...¨Un periodista no tiene horarios, Joseph: siempre tenemos que estar al pie del cañón y dispuestos.¨ Le solía comentar su jefe cuando le veía mirar el reloj al acercarse la hora de salida de la redacción.
-¿Y a qué hora va a venir?- preguntó el chico preocupado.
-Pues su agente nos ha dicho que sobre las cuatro de la tarde.
Mentalmente Joe calculó el tiempo que le llevaría aquello y llegar después a su cita. Con un poco de suerte a las cuatro y media o cinco menos cuarto habría terminado. En cuarenta minutos llegaría en metro sin problemas al lugar donde había quedado con ____. No podía is a casa a cambiarse, pero eso no le importaba demasiado. Él siempre estaba correctamente vestido: elegante, pero, al mismo tiempo, desenfadado. No era una costumbre sino su estilo.
-Muy bien, jefe, yo me encargo. Me pondré a preparar la entrevista ahora mismo.
-Perfecto, Joseph. Aquí tienes. -Una carpeta con fotos, entrevistas anteriores, artículos sobre Katia y su CD, caen encima de la mesa del joven periodista-. Entra en Internet también y busca información sobre ella. Pero nada de entretenerse con el MSN, ¿eh?
El joven sonríe. ¿Sabía su jefe que en ocasiones, cuando había poco trabajo, hablaba con ____ desde el ordenador de la redacción?
-Me pongo en ello inmediatamente.
Durante casi dos horas, Joe se olvida del mundo y estudia a fondo todo lo relacionado con la cantante. Incluso escucha el disco un par de veces. Los minutos pasan y la entrevista se acerca. También la cita con ____. A las cuatro menos cuarto ha terminado de preparar la entrevista.
Entra en el despacho de Jaime Suárez, al que entrega el trabajo realizado: personal, pero no íntimo; una entrevista muy cuidada, pero con su toque encantador. De todas formas, Joseph sabe que eso solo será el cincuenta porciento de lo que realmente saldrá cuando esté con ella. La mejor entrevista es la que surge de la improvisación cuando dos personas establecen una conversación con tranquilidad. El guión sólo está para dar seguridad por si la mente se queda en blanco.
Su jefe termina de inspeccionar el trabajo y sonríe complacido:
-Esto está muy bien. No cabe duda de que serás un gran periodista y que pronto emigrarás de esta pequeña redacción.
El halago de Jaime Suárez produce una gran sonrisa en Joe aunque no puede evitar mirar el reloj con algo de ansiedad.
-Son las cuatro y cuarto; tiene que estar al llegar- señala el jefe.
Pero a las cuatro y media Katia no ha llegado. Ni a las cinco menos cuarto. Tampoco a las cinco la joven cantante ha aparecido en la redacción. Joe se muerde las uñas. No puede creerse que aquello le esté pasando. Cada vez más nervioso, mira su reloj cada medio minuto.
Ya es seguro que llegará tarde a su encuentro con ____. En un intento desesperado entra en el MSN de su ordenador para ver si ella está conectada y poder avisarla de que se va a retrasar. Pero la chica no está.
Tensión. Nervios. Las cinco y cuarto. ¨¡Mierda, las cinco y media!¨. ____ ya debe de estar allí esperándole, con su mochila de las Supernenas. ¨¡La rosa!¨.
Ni se había acordado en toda la tarde de ella. El día anterior había comprado una docena que regaló a su madre. Nadie se dio cuenta de que, en lugar de doce rosas, había trece. Una de más, para su identificación personal.
¨¡Qué clásico!¨, le había dicho ella. Si, realmente Joe se consideraba un clásico, pero adaptado a la época en la que vivía. Podía oír tanto a Metallica como a Rihana, a Laura Pausini como a El Barrio. Leía tanto Agatha Christie como a Ruiz Zafón, Pérez Reverte como a Stephen King. Le quedaban tan bien las chaquetas de sport como los pantalones vaqueros rotos. Era un chico preparado para vivir lo que le tocase vivir y en cualquier circunstancia. Tan indefinible como impredecible. En la Facultad siempre se lo decían: lo que hoy en día te hace triunfar es la versatilidad y ser polifacético. Y él lo era.
-¡Ya está aquí!- grita Jaime Suárez desde la puerta del despacho. La chica que trabaja en recepción se lo acaba de comunicar. Acto seguido el jefe corre para recibir a la invitada.
Joseph suspira y se dirige a la entrada de la redacción. Por la puerta entran conversando amigablemente Jaime Suárez y el representante de la chica, Mauricio Torres, vestido con chaqueta y corbata. Katia solo sonríe, sin decir nada.
-Perdónenos el retraso. Hemos tenido una entrevista en una emisore de radio justo en el otro extremo de la ciudad que ha terminado tardísimo. Apenas hemos comido un sándwich cada uno.
-No se preocupe. Ya sabes cómo son estas cosas de los medios. Ni siquiera nos habíamos dado cuenta de la hora que era.
Joe, que en esos momentos se ha unido al trío, arquea las cejas, aunque trata de disimular su disgusto.
-Ah, Joseph, estás aquí- dice Jaime tomando del brazo a su pupilo-. Éste es Joseph Jonas, el periodista que le va a hacer la entrevista a Katia.
El joven estrecha la mano del representante y luego, algo confuso, da dos besos a la cantante, a la que en un principio también se había propuesto saludar con la mano.
Katia es en persona mucho más guapa que en las fotos que Joe había estado examinando toda la tarde. Emana como una luz de su presencia y su rostro transmite calma. Tiene una sonrisa inmensa y sus ojos no pueden ser más celestes, seguramente fracias a la elección de unas lentillas de ese color. Es pequeñita, de esas personas que suelen ir diciendo que las cosas buenas vienen en frascos pequeños. Lo único que podría desentonar en aquella chica era su pelo de color rosa y, sin embargo, a ella le queda como si fuera el suyo natural. Aunque en sus actuaciones suele vestir con ropa más estrafalaria más propia de Punky Brewster que de una cantante de éxito, a la entrevista ha ido con unos jeans ajustaditos de color oscuro y una camiseta roja y negra bastante discreta. En sus manos porta una torera vaquera a juego con el pantalón.
-Bueno, chicos, os dejamos solos para que os centréis en la entrevista- señala en jefe, invitando al agente a pasar a su despacho para dar más privacidad al trabajo de Joseph. Jaime sabe que en el cara a cara a solas, su muchacho gana mucho.
Cuando se quedan solos, Joe invita a la joven a que se siente en un sofá al fondo de la redacción, Él acerca otro y se sitúa enfrente de ella.
-Antes de nada quería pedirte disculpas por el retraso- se anticipa Katia-. Lo siento mucho, de verdad. He visto tu cara cuando tu jefe ha dicho que no importaba. Seguro que tienes algo que hacer...
-No te preocupes, solamente estaba preparando la entrevista- miente Joe.
La chica lo mira a los ojos y esboza una simpática sonrisa.
-Bueno, no insisto más. Comencemos. Cuanto antes empecemos, antes terminaremos.
Joe asiente y pone en marcha la grabadora.
La entrevista resulta tal y como pretendía. Amena, divertida, personal sin llegar a intimar en la vida de Katia. Es incluso algo atrevida. Lo cierto es que aquella joven de veinte años, que aparenta dieciséis, durante casi una hora hace olvidar a Joe que tiene la cita que lleva soñando desde hace dos meses. Una conversación encantadora.
-Pues ya está. Hemos terminado- dice el periodista cerrando la libreta en la que había estado apuntando algunos datos importantes. Luego pulsa el stop de la grabadora y la deja encima de su mesa.
-Ha sido muy agradable- señala ella, levantándose del sillón-. Una cosa, Joe, ¿Tienes coche?
Este la mira sorprendido.
-No.
-Vale, entonces dime dónde te llevo.
La cara del chico es de desconcierto absoluto.
-¿A qué te refieres?
-Vamos... No perdamos más tiempo,he venido en mi coche. ¡Corre! Luego vendré por Mauricio.
Katia coge la mano de Joseph y ambos salen corriendo de la redacción. Y continúan corriendo por la calle. Paran dos segundos para respirar y siguen corriendo hasta llegar al Audi más peculiar de toda la ciudad. Joe se queda boquiabierto cuando ve aquel coche rosa con la capota negra.
-¡Hace juego con tu pelo!- bromea sonriente.
La chica no dice nada, pero también sonríe.
En el camino, el joven le cuenta la historia por encima, sin entrar en detalles como que ____ y él aún no se han visto. La chica de pelo rosa y ojos celestísimos escucha atentamente y conduce lo más deprisa que puede hasta el lugar en el que ____ y Joe deberían haberse reunido hace más de hora y cuarto.
-¡Espera! ¡Para ahí un momento!- grita él de improviso.
Katia obedece y aparca rápidamente en doble fila. Joseph se baja raudo. A los dos minutos regresa con una rosa roja en la mano.
-Un chico clásico- ríe ella. Y sigue conduciendo como alma que lleva el diablo hasta el punto del encuentro.
Por fin llegan.
-Me quedo por aquí. Muchas gracias, Katia- dice bajándose del coche y asomando la cabeza por la ventanilla.
-Es lo menos que podía hacer. Que tengas suerte, Joe. Y si ella no te perdona, yo te hago un justificante.
Y la joven del pelo rosa, número uno en todas las listas musicales del país, guiña un ojo, aprieta el acelerador y se aleja de allí.
Joseph corre hacia el lugar exacto donde dos días antes habían concertado la cita.
Mira a un lado y al otro, alrededos y a lo lejos. Busca entre la gente sentada en los bancos cercanos. Pero ____ no está. Era de esperar...
¨Habrá pensado que soy un capullo y que me he echado atrás¨.
Vistazo al reloj. Tardísimo. Resopla. Vuelve a mirar hacia todas partes. Nada. No hay esperanza.
-Joven...- Una voz delicada, acompañada de una mano en su hombro, sorprende a Joe a su espalda.
El chico se gira para encontrarse ante una anciana con un organillo y un recipiente lleno de barquillos.
-Dígame, señora...-pregunta el periodista algo desconcertado.
-¿Está buscando a alguien, verdad?
-¡Si! ¿Ha visto usted a una joven morena con una mochila?
-Con esa descripción, a muchas. Esto está lleno de jovencitas... Pero una se ha pasado delante de mi más de una hora mirando el reloj. Se metió en aquella cafetería hace un rato- dice la anciana señalando el Starbuks-. Lo que no le puedo garantizar es que continúe allí ahora mismo.
-¡Muchísimas gracias, señora!
Joe corre todo lo veloz que puede, saltándose incluso los semáforos y oyendo algún que otro insulto de algún que otro conductor al cruzar la calle cuando no debía. Entra en el Starbuks como si de un corredor de cien metros lisos se tratase. Tres jóvenes alemanas o inglesas que hacen cola para pedir su bebida se le quedan mirando. Entonces ve la escalera y, subiendo los escalones de dos en dos, llega hasta arriba donde una joven no puede esquivarlo y termina dando con su trasero en el suelo. Joe consigue no pisarla y en su impulso cae de rodillas justo detrás. La rosa resbala de su mano. Al ver aquella mochila de las Supernenas y la mirada de aquella chica comprende que su cita con ____ acaba de comenzar. Él también la mira y sonrie.
-Perdona por el retraso, amor. Encantado. Soy Joseph.
____ tarda en reaccionar. Ante sí está el chico con el que lleva hablando dos meses. Dos meses de bromas, risas, iconos, canciones, juegos, palabras. Muchas palabras. Pero ni siquiera se habían visto nunca. Ni una foto. Nada. Sin embargo, ella estaba convencida de que le gustaba. Y ahora lo tenía de rodillas a su lado. Como en un sueño. Irreal.
Joe se pone de pie y le tiende la mano para ayudarla a levantarse.
____ lo mira a los ojos. Es realmente guapo. Más tal vez de lo que ella había pensado.
-Deja, ya puedo yo sola- dice con seriedad.
Joe no puede dejar de mirarla ni un segundo. Es muy guapapa. Más tal vez de lo que él habia pensado.
La chica se levanta como puede, ayudándise con ambas manos. Se coloca la falda y la camiseta en su sitio, se echa el pelo hacia atrás y baja por las escaleras sin decir nada.
-Lo siento- se disculpa Joe, siguiéndola de cerca, tras recoger la rosa del suelo-. Todo ha sido por...
-Shhhh, no digas nada- le interrumpe ella dándose la vuelta y mirándole con una sonrisa-. Has veniso; tarde, pero has venido: eso es lo que cuenta.
El joven periodista no aparta la mirada de la suya. Tiene ganas de besarla.
-Eso es para mi, ¿no?- pregunta ella señalando la rosa que Joseph lleva en la mano.
Él asiennte sin hablar y se la da. ____ inspira el aroma de la flor y cierra los ojos. Cuando los vuelve a abrir, sonríe y le coge la mano. Él, sorprendido, la aprieta suavemente y también sonríe.
Y así, cogidos de la mano, salen de la cafetería.
Ya es noche cerrada. Caminan por la ciudad unidos, enlazados, como una pareja. A la luz de las farolas, con el brillo de la luna en una noche despejada y con el ruido de los coches y de las motos de fondo. Los ruidos de la noche no impiden que ellos se sientan solos. Únicos. En perfecta armonía. Como si nada más existiesen ____ y Joe. Joe y ____. Como si fueran novios de toda la vida.
-Así que has tenido que entrevistar a Katia...-comenta ella, caminando de espaldas a unos pasos por delante, sin apartar los ojos de él. Sí. Es realmente guapo.
-Eso es. Es muy simpática.
-Me encanta su canción.-Y la chica comienza a cantar con su suave voz Ilusionas mi corazón. Joseph sonría y tararea en su mente el tema.
-Además, ella ha sido la que me ha traído en coche.
-¿De verdad que te has montado con Katia en su propio coche?
-Si, y tendrías que verlo.
-¿Está bien?
-¡Genial! Un Audi deportivo de color rosa. Nunca vi uno igual.
-No, tonto. Hablaba de ella..., que si es tan guapa como parece en las fotos y en la tele.
Joseph no dice nada y piensa bien la respuesta. Realmente Katia le ha parecido mucho mejor en persona que en todas las fotos y vídeos que había visto. Sinceramente, la pequeña cantante es una chica preciosa.
-Normal. Es una chica normal- termina respondiendo.
-Mientes- refunfuña ella, pero enseguida la sonrisa vuelve a iluminar su rostro-. Seguro que es más guapa que yo.
Joe se pone una mano en la barbilla y se la frota.
-Pues ahora que lo dices..., quizás. De hecho, cuando hemos llegado al lugar donde habia quedado contigo, le he dicho que siguiera para delante, que quería cenar con ella. Pero que tenía otra entrevista...
-¡Capullo!-grita ____, haciéndole ver que se enfada y se acerca a golpearle.
Joe la esquiva y corre divertido, alejándose de ella. Cuando la chica le va a dar alcance, él acelera un poco y se vuelve a escapar. Y así una vez tras otra, hasta que finalmente se deja atrapar y se abrazan. Su primer abrazo.
-Estoy cansada. Me has hecho correr mucho. No te ha valido con tenerme una hora de pie esperándote: ahora, además, tengo que correr detrás de ti.
-Sentémonos allí.
Es un banco vacío en una pequeña plazoleta con una fuente iluminanda detrás. Se oye de fondo cómo caen los chorros de agua regando el suelo de la fuente lleno de monedas. ____ se sienta en el banco y, cuando Joe lo va a hacer a su lado pone la mano para evitarlo.
-Espera.
El joven no entiende qué ocurre. ¿Se ha enfadado?
-¿No quieres que me siente a tu lado?
-Desfila para mí.
Joe no sabe si reírse o tomárselo a broma.
-¿Lo dices en serio?
-¿Tú ves que tenga cara de chiste? Desfila. Quiero comprobar si esas descripciones que hacías de ti mismo en el MSN eran ciertas.
El joven se echa a reír, pero acepta dándose por vencido.
-De acuerdo. Pero luego tú, ¿vale? Promételo.
____ acepta la condición. Cruza los dedos, les da un besito y lo promete.
Joseph se coloca enfrente y comienza a caminar en línea recta. No lo hace mal. ____ cruza las piernas y mira con atención.
-Caqueta fuera- le dice.
Joe se quita la chaqueta, se la cuelga de un hombro y continúa desfilando. Va y viene. Se acerca y se aleja. La luz que embellece la fuente lo ilumina. ____ no le quita el ojo de encima ni por un momento. Finalmente el chico se detiene ante ella esperando el veredicto.
-¿Y bien?
-Mmmmmm... Es cierto, tienes los hombros anchos. Creo que sí, que mides metro ochenta y tres, como decías. Tampoco creo que me hayas mentido con el peso. Pero hay una cosa que decías en la que no estoy de acuerdo.
-¿En cuál?- pregunta curioso.
-Tienes buen culo. No ¨normal¨, como me decías. Me gusta.
Joseph no puede evitar una carcajada mientras se vuelve a acercar a ____:
-Ahora tú. Lo prometiste.
-Espera, aún no he terminado. Agáchate.
El joven suspira. No entiende, pero obedece. Tiene su cara justo en frente de la de la chica.
-Mírame fijamente a los ojos.
Ambos sostienen la mirada unos segundos. Unos segundos larguísimos. Unos segundos sin fin.
-Si, son azules- dice ella por fin.
Pero sus miradas no se desvían. Sus ojos siguen fijos, los de cada uno en los del otro. Los ojos de cielo de Joe. Los ojos color miel de ____. Uno perdido en el otro.
-¿Puedo pedirte algo?- pregunta Joseph.
Ella sonríe.
-No hace falta, amor. Puedes besarme.
____ acerca sus labios a los de Joe y los roza unos instantes con los suyos para terminar dándole un primer beso rápido. Luego, otro algo más largo y profundo. El tercero supera al segundo. Y así fue cómo, con la luz de la luna en una noche despejada, con el ruido del agua de una fuente como banda sonora, ___ y Joe se dieron su primer beso.
Fin del cap.
perdonad la tardanza... esque me surgieron mil y un problemas y cosas que tenía que hacer, ya os contaré luego con mas calma que aquí ahora mismo son las 2:43 de la mañana!!! y muero de sueño...
Por lo tanto si veis algun fallo en el capitulo... tanto falta de ortografía como de concordancia, entendedme... estoy muerta de sueño! :zz: no se ni cómo he sido capaz de terminar el cap...
Bienvenia a las nuevas lectoras, una ilusion tenerlas aquí, como siempre, sois geniales y desde luego que las mejores :)
Gracias por la paciencia... En recompenza os traigo este cap que es uno de los más largos(si no recuerdo mal :P)
Por cierto... alguna se ha fijado que ya pone que soy del foro!? :D jajajajaja antes era Nueva...!
bueno, no me extiendo más y os dejo el capi, como siempre espero que os guste!
con amor: Nella!
Capitulo 3
Ese día de marzo, en esa misma ciudad, unas horas antes del encontronazo entre ____ y Joseph.
La redacción está completamente vacía. Solo quedan el jefe, encerrado como siempre en su pequeño despacho, y él, que además está a punto de terminar un artículo sobre esa banda escocesa de moda en Reino Unido. Bajito, muy bajito, en el ordenador suena All you need is love, pero no la original de los Beatles sino una versión que sale en la película Love actually. ¨Todo lo que necesitas es amor¨.
Joseph relee una vez más lo que ha escrito. Prácticamente, cada vez que escribe una línea, examina el texto entero. ¨Ya casi está¨, piensa.
Escribir, la música...: esto es lo que le gusta de verdad. Vale, la revista no es gran cosa y el sueldo tampoco. Pero es su primer trabajo serio a sus Veintidós años y quizás, con el tiempo, pueda llegar a más. A la Rolling Stone, por ejemplo. Pero por ahora se conforma con lo que tiene. Otros compañeros de carrera aún no tienen trabajo mientras que él, además, escribe sobre lo que le gusta.
Termina la canción y comienza I finally found someone cantada a dúo por Brian Adams y Barbara Streisand. ¨Finalmente encontré a alguien¨. Joe sonríe. Recuerda que esa cancion se la pasó a ____ por MSN. Ella no la conocía por el título, pero cuando la oyó, dijo: ¨Ahhhh, siiiii. ¡¡¡¡Esta salió en Operación Triunfo!!!!¨.
Él, en su soledad, sentado frente al ordenador portátil, no pudo evitar sonreír ante la respuesta de aquella chica que en las últimas semanas le había robado un trocito del corazón. ¿Estaba enamorado?
Esa tarde darían un pasito más. Después de dos meses hablando cada día, por fin se iban a ver, se iban a oler...
Entonces descubriría si realmente aquella chica le gustaba de verdad.
En ese momento se abre la puerta del despacho del jefe. Jaime Suárez, con aire triunfista y a pasos acelerados, avanza hasta la mesa en la que Joe está terminando su artículo.
-Lo conseguimos: confirmado. Esta tarde nos visita Katia para una entrevista.
-¿Katia? ¿¨Esa¨ Katia?
-¿Cuantas cantantes conoces que se llamen Katia, Joseph?
Katia se había convertido en las últimas semanas en un fenómeno social. Cualquier adolescente llevaba en su ipod la canción Ilusionas mi corazón, el numero uno en las listas de ventas del mes anterior. La joven cantante había irrumpido de una manera abrumadora en el panorama musical con su primer single.
-¡Qué suerte! ¿Se encargará usted de la entrevista?
-No, Joe, lo harás tú. Maite y Valeria no están en la ciudad. Y yo estoy ya muy mayor para este tipo de entrevistas. Tú te entenderás mejor con ella: casi teneis la misma edad.
Joe sólo pudo forzar una sonrisa. ¡Precisamente esa tarde tenía que ser...! La tarde que tenía libre, la tarde en la que había queado con ____...¨Un periodista no tiene horarios, Joseph: siempre tenemos que estar al pie del cañón y dispuestos.¨ Le solía comentar su jefe cuando le veía mirar el reloj al acercarse la hora de salida de la redacción.
-¿Y a qué hora va a venir?- preguntó el chico preocupado.
-Pues su agente nos ha dicho que sobre las cuatro de la tarde.
Mentalmente Joe calculó el tiempo que le llevaría aquello y llegar después a su cita. Con un poco de suerte a las cuatro y media o cinco menos cuarto habría terminado. En cuarenta minutos llegaría en metro sin problemas al lugar donde había quedado con ____. No podía is a casa a cambiarse, pero eso no le importaba demasiado. Él siempre estaba correctamente vestido: elegante, pero, al mismo tiempo, desenfadado. No era una costumbre sino su estilo.
-Muy bien, jefe, yo me encargo. Me pondré a preparar la entrevista ahora mismo.
-Perfecto, Joseph. Aquí tienes. -Una carpeta con fotos, entrevistas anteriores, artículos sobre Katia y su CD, caen encima de la mesa del joven periodista-. Entra en Internet también y busca información sobre ella. Pero nada de entretenerse con el MSN, ¿eh?
El joven sonríe. ¿Sabía su jefe que en ocasiones, cuando había poco trabajo, hablaba con ____ desde el ordenador de la redacción?
-Me pongo en ello inmediatamente.
Durante casi dos horas, Joe se olvida del mundo y estudia a fondo todo lo relacionado con la cantante. Incluso escucha el disco un par de veces. Los minutos pasan y la entrevista se acerca. También la cita con ____. A las cuatro menos cuarto ha terminado de preparar la entrevista.
Entra en el despacho de Jaime Suárez, al que entrega el trabajo realizado: personal, pero no íntimo; una entrevista muy cuidada, pero con su toque encantador. De todas formas, Joseph sabe que eso solo será el cincuenta porciento de lo que realmente saldrá cuando esté con ella. La mejor entrevista es la que surge de la improvisación cuando dos personas establecen una conversación con tranquilidad. El guión sólo está para dar seguridad por si la mente se queda en blanco.
Su jefe termina de inspeccionar el trabajo y sonríe complacido:
-Esto está muy bien. No cabe duda de que serás un gran periodista y que pronto emigrarás de esta pequeña redacción.
El halago de Jaime Suárez produce una gran sonrisa en Joe aunque no puede evitar mirar el reloj con algo de ansiedad.
-Son las cuatro y cuarto; tiene que estar al llegar- señala el jefe.
Pero a las cuatro y media Katia no ha llegado. Ni a las cinco menos cuarto. Tampoco a las cinco la joven cantante ha aparecido en la redacción. Joe se muerde las uñas. No puede creerse que aquello le esté pasando. Cada vez más nervioso, mira su reloj cada medio minuto.
Ya es seguro que llegará tarde a su encuentro con ____. En un intento desesperado entra en el MSN de su ordenador para ver si ella está conectada y poder avisarla de que se va a retrasar. Pero la chica no está.
Tensión. Nervios. Las cinco y cuarto. ¨¡Mierda, las cinco y media!¨. ____ ya debe de estar allí esperándole, con su mochila de las Supernenas. ¨¡La rosa!¨.
Ni se había acordado en toda la tarde de ella. El día anterior había comprado una docena que regaló a su madre. Nadie se dio cuenta de que, en lugar de doce rosas, había trece. Una de más, para su identificación personal.
¨¡Qué clásico!¨, le había dicho ella. Si, realmente Joe se consideraba un clásico, pero adaptado a la época en la que vivía. Podía oír tanto a Metallica como a Rihana, a Laura Pausini como a El Barrio. Leía tanto Agatha Christie como a Ruiz Zafón, Pérez Reverte como a Stephen King. Le quedaban tan bien las chaquetas de sport como los pantalones vaqueros rotos. Era un chico preparado para vivir lo que le tocase vivir y en cualquier circunstancia. Tan indefinible como impredecible. En la Facultad siempre se lo decían: lo que hoy en día te hace triunfar es la versatilidad y ser polifacético. Y él lo era.
-¡Ya está aquí!- grita Jaime Suárez desde la puerta del despacho. La chica que trabaja en recepción se lo acaba de comunicar. Acto seguido el jefe corre para recibir a la invitada.
Joseph suspira y se dirige a la entrada de la redacción. Por la puerta entran conversando amigablemente Jaime Suárez y el representante de la chica, Mauricio Torres, vestido con chaqueta y corbata. Katia solo sonríe, sin decir nada.
-Perdónenos el retraso. Hemos tenido una entrevista en una emisore de radio justo en el otro extremo de la ciudad que ha terminado tardísimo. Apenas hemos comido un sándwich cada uno.
-No se preocupe. Ya sabes cómo son estas cosas de los medios. Ni siquiera nos habíamos dado cuenta de la hora que era.
Joe, que en esos momentos se ha unido al trío, arquea las cejas, aunque trata de disimular su disgusto.
-Ah, Joseph, estás aquí- dice Jaime tomando del brazo a su pupilo-. Éste es Joseph Jonas, el periodista que le va a hacer la entrevista a Katia.
El joven estrecha la mano del representante y luego, algo confuso, da dos besos a la cantante, a la que en un principio también se había propuesto saludar con la mano.
Katia es en persona mucho más guapa que en las fotos que Joe había estado examinando toda la tarde. Emana como una luz de su presencia y su rostro transmite calma. Tiene una sonrisa inmensa y sus ojos no pueden ser más celestes, seguramente fracias a la elección de unas lentillas de ese color. Es pequeñita, de esas personas que suelen ir diciendo que las cosas buenas vienen en frascos pequeños. Lo único que podría desentonar en aquella chica era su pelo de color rosa y, sin embargo, a ella le queda como si fuera el suyo natural. Aunque en sus actuaciones suele vestir con ropa más estrafalaria más propia de Punky Brewster que de una cantante de éxito, a la entrevista ha ido con unos jeans ajustaditos de color oscuro y una camiseta roja y negra bastante discreta. En sus manos porta una torera vaquera a juego con el pantalón.
-Bueno, chicos, os dejamos solos para que os centréis en la entrevista- señala en jefe, invitando al agente a pasar a su despacho para dar más privacidad al trabajo de Joseph. Jaime sabe que en el cara a cara a solas, su muchacho gana mucho.
Cuando se quedan solos, Joe invita a la joven a que se siente en un sofá al fondo de la redacción, Él acerca otro y se sitúa enfrente de ella.
-Antes de nada quería pedirte disculpas por el retraso- se anticipa Katia-. Lo siento mucho, de verdad. He visto tu cara cuando tu jefe ha dicho que no importaba. Seguro que tienes algo que hacer...
-No te preocupes, solamente estaba preparando la entrevista- miente Joe.
La chica lo mira a los ojos y esboza una simpática sonrisa.
-Bueno, no insisto más. Comencemos. Cuanto antes empecemos, antes terminaremos.
Joe asiente y pone en marcha la grabadora.
La entrevista resulta tal y como pretendía. Amena, divertida, personal sin llegar a intimar en la vida de Katia. Es incluso algo atrevida. Lo cierto es que aquella joven de veinte años, que aparenta dieciséis, durante casi una hora hace olvidar a Joe que tiene la cita que lleva soñando desde hace dos meses. Una conversación encantadora.
-Pues ya está. Hemos terminado- dice el periodista cerrando la libreta en la que había estado apuntando algunos datos importantes. Luego pulsa el stop de la grabadora y la deja encima de su mesa.
-Ha sido muy agradable- señala ella, levantándose del sillón-. Una cosa, Joe, ¿Tienes coche?
Este la mira sorprendido.
-No.
-Vale, entonces dime dónde te llevo.
La cara del chico es de desconcierto absoluto.
-¿A qué te refieres?
-Vamos... No perdamos más tiempo,he venido en mi coche. ¡Corre! Luego vendré por Mauricio.
Katia coge la mano de Joseph y ambos salen corriendo de la redacción. Y continúan corriendo por la calle. Paran dos segundos para respirar y siguen corriendo hasta llegar al Audi más peculiar de toda la ciudad. Joe se queda boquiabierto cuando ve aquel coche rosa con la capota negra.
-¡Hace juego con tu pelo!- bromea sonriente.
La chica no dice nada, pero también sonríe.
En el camino, el joven le cuenta la historia por encima, sin entrar en detalles como que ____ y él aún no se han visto. La chica de pelo rosa y ojos celestísimos escucha atentamente y conduce lo más deprisa que puede hasta el lugar en el que ____ y Joe deberían haberse reunido hace más de hora y cuarto.
-¡Espera! ¡Para ahí un momento!- grita él de improviso.
Katia obedece y aparca rápidamente en doble fila. Joseph se baja raudo. A los dos minutos regresa con una rosa roja en la mano.
-Un chico clásico- ríe ella. Y sigue conduciendo como alma que lleva el diablo hasta el punto del encuentro.
Por fin llegan.
-Me quedo por aquí. Muchas gracias, Katia- dice bajándose del coche y asomando la cabeza por la ventanilla.
-Es lo menos que podía hacer. Que tengas suerte, Joe. Y si ella no te perdona, yo te hago un justificante.
Y la joven del pelo rosa, número uno en todas las listas musicales del país, guiña un ojo, aprieta el acelerador y se aleja de allí.
Joseph corre hacia el lugar exacto donde dos días antes habían concertado la cita.
Mira a un lado y al otro, alrededos y a lo lejos. Busca entre la gente sentada en los bancos cercanos. Pero ____ no está. Era de esperar...
¨Habrá pensado que soy un capullo y que me he echado atrás¨.
Vistazo al reloj. Tardísimo. Resopla. Vuelve a mirar hacia todas partes. Nada. No hay esperanza.
-Joven...- Una voz delicada, acompañada de una mano en su hombro, sorprende a Joe a su espalda.
El chico se gira para encontrarse ante una anciana con un organillo y un recipiente lleno de barquillos.
-Dígame, señora...-pregunta el periodista algo desconcertado.
-¿Está buscando a alguien, verdad?
-¡Si! ¿Ha visto usted a una joven morena con una mochila?
-Con esa descripción, a muchas. Esto está lleno de jovencitas... Pero una se ha pasado delante de mi más de una hora mirando el reloj. Se metió en aquella cafetería hace un rato- dice la anciana señalando el Starbuks-. Lo que no le puedo garantizar es que continúe allí ahora mismo.
-¡Muchísimas gracias, señora!
Joe corre todo lo veloz que puede, saltándose incluso los semáforos y oyendo algún que otro insulto de algún que otro conductor al cruzar la calle cuando no debía. Entra en el Starbuks como si de un corredor de cien metros lisos se tratase. Tres jóvenes alemanas o inglesas que hacen cola para pedir su bebida se le quedan mirando. Entonces ve la escalera y, subiendo los escalones de dos en dos, llega hasta arriba donde una joven no puede esquivarlo y termina dando con su trasero en el suelo. Joe consigue no pisarla y en su impulso cae de rodillas justo detrás. La rosa resbala de su mano. Al ver aquella mochila de las Supernenas y la mirada de aquella chica comprende que su cita con ____ acaba de comenzar. Él también la mira y sonrie.
-Perdona por el retraso, amor. Encantado. Soy Joseph.
____ tarda en reaccionar. Ante sí está el chico con el que lleva hablando dos meses. Dos meses de bromas, risas, iconos, canciones, juegos, palabras. Muchas palabras. Pero ni siquiera se habían visto nunca. Ni una foto. Nada. Sin embargo, ella estaba convencida de que le gustaba. Y ahora lo tenía de rodillas a su lado. Como en un sueño. Irreal.
Joe se pone de pie y le tiende la mano para ayudarla a levantarse.
____ lo mira a los ojos. Es realmente guapo. Más tal vez de lo que ella había pensado.
-Deja, ya puedo yo sola- dice con seriedad.
Joe no puede dejar de mirarla ni un segundo. Es muy guapapa. Más tal vez de lo que él habia pensado.
La chica se levanta como puede, ayudándise con ambas manos. Se coloca la falda y la camiseta en su sitio, se echa el pelo hacia atrás y baja por las escaleras sin decir nada.
-Lo siento- se disculpa Joe, siguiéndola de cerca, tras recoger la rosa del suelo-. Todo ha sido por...
-Shhhh, no digas nada- le interrumpe ella dándose la vuelta y mirándole con una sonrisa-. Has veniso; tarde, pero has venido: eso es lo que cuenta.
El joven periodista no aparta la mirada de la suya. Tiene ganas de besarla.
-Eso es para mi, ¿no?- pregunta ella señalando la rosa que Joseph lleva en la mano.
Él asiennte sin hablar y se la da. ____ inspira el aroma de la flor y cierra los ojos. Cuando los vuelve a abrir, sonríe y le coge la mano. Él, sorprendido, la aprieta suavemente y también sonríe.
Y así, cogidos de la mano, salen de la cafetería.
Ya es noche cerrada. Caminan por la ciudad unidos, enlazados, como una pareja. A la luz de las farolas, con el brillo de la luna en una noche despejada y con el ruido de los coches y de las motos de fondo. Los ruidos de la noche no impiden que ellos se sientan solos. Únicos. En perfecta armonía. Como si nada más existiesen ____ y Joe. Joe y ____. Como si fueran novios de toda la vida.
-Así que has tenido que entrevistar a Katia...-comenta ella, caminando de espaldas a unos pasos por delante, sin apartar los ojos de él. Sí. Es realmente guapo.
-Eso es. Es muy simpática.
-Me encanta su canción.-Y la chica comienza a cantar con su suave voz Ilusionas mi corazón. Joseph sonría y tararea en su mente el tema.
-Además, ella ha sido la que me ha traído en coche.
-¿De verdad que te has montado con Katia en su propio coche?
-Si, y tendrías que verlo.
-¿Está bien?
-¡Genial! Un Audi deportivo de color rosa. Nunca vi uno igual.
-No, tonto. Hablaba de ella..., que si es tan guapa como parece en las fotos y en la tele.
Joseph no dice nada y piensa bien la respuesta. Realmente Katia le ha parecido mucho mejor en persona que en todas las fotos y vídeos que había visto. Sinceramente, la pequeña cantante es una chica preciosa.
-Normal. Es una chica normal- termina respondiendo.
-Mientes- refunfuña ella, pero enseguida la sonrisa vuelve a iluminar su rostro-. Seguro que es más guapa que yo.
Joe se pone una mano en la barbilla y se la frota.
-Pues ahora que lo dices..., quizás. De hecho, cuando hemos llegado al lugar donde habia quedado contigo, le he dicho que siguiera para delante, que quería cenar con ella. Pero que tenía otra entrevista...
-¡Capullo!-grita ____, haciéndole ver que se enfada y se acerca a golpearle.
Joe la esquiva y corre divertido, alejándose de ella. Cuando la chica le va a dar alcance, él acelera un poco y se vuelve a escapar. Y así una vez tras otra, hasta que finalmente se deja atrapar y se abrazan. Su primer abrazo.
-Estoy cansada. Me has hecho correr mucho. No te ha valido con tenerme una hora de pie esperándote: ahora, además, tengo que correr detrás de ti.
-Sentémonos allí.
Es un banco vacío en una pequeña plazoleta con una fuente iluminanda detrás. Se oye de fondo cómo caen los chorros de agua regando el suelo de la fuente lleno de monedas. ____ se sienta en el banco y, cuando Joe lo va a hacer a su lado pone la mano para evitarlo.
-Espera.
El joven no entiende qué ocurre. ¿Se ha enfadado?
-¿No quieres que me siente a tu lado?
-Desfila para mí.
Joe no sabe si reírse o tomárselo a broma.
-¿Lo dices en serio?
-¿Tú ves que tenga cara de chiste? Desfila. Quiero comprobar si esas descripciones que hacías de ti mismo en el MSN eran ciertas.
El joven se echa a reír, pero acepta dándose por vencido.
-De acuerdo. Pero luego tú, ¿vale? Promételo.
____ acepta la condición. Cruza los dedos, les da un besito y lo promete.
Joseph se coloca enfrente y comienza a caminar en línea recta. No lo hace mal. ____ cruza las piernas y mira con atención.
-Caqueta fuera- le dice.
Joe se quita la chaqueta, se la cuelga de un hombro y continúa desfilando. Va y viene. Se acerca y se aleja. La luz que embellece la fuente lo ilumina. ____ no le quita el ojo de encima ni por un momento. Finalmente el chico se detiene ante ella esperando el veredicto.
-¿Y bien?
-Mmmmmm... Es cierto, tienes los hombros anchos. Creo que sí, que mides metro ochenta y tres, como decías. Tampoco creo que me hayas mentido con el peso. Pero hay una cosa que decías en la que no estoy de acuerdo.
-¿En cuál?- pregunta curioso.
-Tienes buen culo. No ¨normal¨, como me decías. Me gusta.
Joseph no puede evitar una carcajada mientras se vuelve a acercar a ____:
-Ahora tú. Lo prometiste.
-Espera, aún no he terminado. Agáchate.
El joven suspira. No entiende, pero obedece. Tiene su cara justo en frente de la de la chica.
-Mírame fijamente a los ojos.
Ambos sostienen la mirada unos segundos. Unos segundos larguísimos. Unos segundos sin fin.
-Si, son azules- dice ella por fin.
Pero sus miradas no se desvían. Sus ojos siguen fijos, los de cada uno en los del otro. Los ojos de cielo de Joe. Los ojos color miel de ____. Uno perdido en el otro.
-¿Puedo pedirte algo?- pregunta Joseph.
Ella sonríe.
-No hace falta, amor. Puedes besarme.
____ acerca sus labios a los de Joe y los roza unos instantes con los suyos para terminar dándole un primer beso rápido. Luego, otro algo más largo y profundo. El tercero supera al segundo. Y así fue cómo, con la luz de la luna en una noche despejada, con el ruido del agua de una fuente como banda sonora, ___ y Joe se dieron su primer beso.
Fin del cap.
Nella †
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Me gusta me gusta (: valió la pena esperar >.< sigue subiendo (:
Isi
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
oooooooooooo que bon ito siguela plis esta genial
lovely last
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Heey chicas!! Perdonad, perdondad de verdad! pero aun no he podido pasar el capi adaptado! como ya os dije se me borro el documento y tengo que irlos haciendo uno por uno! :S
Mañana intentaré subiros un capitulo :D esperoo que me perdoneis por las tardanzas... :S
Y por cierto... bienvenidas a las nuevas lectoras! :D
Os quiero muchote a todas! :hug: :polli: jajajaja
Mañana intentaré subiros un capitulo :D esperoo que me perdoneis por las tardanzas... :S
Y por cierto... bienvenidas a las nuevas lectoras! :D
Os quiero muchote a todas! :hug: :polli: jajajaja
Nella †
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Hola chicas! :bounce:
Os traigo como os dije el cuarto capítulo! :D
Bienvenidas a las nuevas lectoras!
y gracias a todas por sus preciosos mensajes! :polli: :hug:
Quereis que os cuente algo que me ha pasado hoy!?
bueno... quizás no... pero voy a contaroslo de todas maneras :roll: :risa:
Hoy me he despertado super tarde y con un humor fatal....!
encima llevo todo el día queriendo hablar con alguien por internet pero no se conecta! y no podré hablar con esa persona hasta mañana :(
y lo que es peor... todos mis amigos están de vacaciones y yo me tengo que esperar hasta Agosto para poder ir de vacas
estoy super fatal... por suerte mi mejor amiga vuelve de viaje hoy y podré hablar con ella :bounce:
No os ha pasado eso nunca? que os despertais un día y decís: bwa... hoy va a ser un mal día...
y como que parece que el mundo se pone en vuestra contra??!
pues eso me pasó a mi hoy... :(
pero bueno... al menos me he animado un poco leyendo vuestros mensajes y escribiendoos este nuevo capitulo...
Sois geniales chcias! :D :hug:
os quiero un montón!!
esperoo que os guste el capitulo de hoy :)
Capitulo 4
Esa misma noche de un día cualquiera de marzo.
____ gira la llave de la puerta de su cada. Es tarde. Para ella, muy tarde. Sabe que le espera una buena bronca, pero le da igual. No hay ninguna regañina de sus padres que no valga una buena noche como aquella.
Minutos antes, en el taxi de vuelta a casa, acompañada por él, suena su móvil. La quinta llamada. Esta vez lo coge, haciéndole un gesto a Joe como diciendo ¨menuda me va a caer¨. El chico junta las manos y le pide perdón.
-Ya estoy ahí, mamá. Me he retrasado haciendo los deberes en casa de Miriam.
-¿Sabes la hora que es? ¿Por qué no me has cogido el mñovil antes?
-No lo había oído. Perdona.
-¡Llevo una hora llamándote! ¡Estábamos a punto de llamar a la policía! Solo tienes dieciséis años... No puedes estar a estas horas por ahí. ¡Mañana tienes clase!
-Sois unos exagerados. Y casi tengo diecisiete, ¿recuerdas?
-¿Exagerados?
-Mamá, ahora no puedo hablar; estoy ahí en nada.
-¿Cómo que no puedes hablar? ¿Por dónde demonios estás?
-Ya llego. Un beso mamá.-Y cuelga.
Entra lenta y silenciosamente en casa, peroel oído de unos padres esperando a su hija es tan fijo como el de un murciélago. Y ambos salen del salón al mismo tiempo. Al mismo paso. Un, dos, paso ligero. Lo dos con la misma cara de enfado.
-¡Castigada un mes!-Es lo primero que sale de la boca de su madre.
-¿Un mes? Creo que eres demasiado buena, Mercedes. ¡Dos meses como mínimo!
-Me parece bien, Paco. Dos meses sin salir de tu habitación.
____ refunfuña. Sabe que ahora es mejor no decir nada. Mañana pedirá perdón, prometerá que no lo volverá a hacer más y sus padres se olvidarán del castigo.
-Y ahora sube a tu cuarto. Y nada de ordenador ni televisión. ¡Ni una luz encendida en cinco minutos!
La chica no dice nada y sube a su habitación haciendo sonar sus botas a cada paso, en cada escalón. Sabe que sus padres tienen razón. Al menos esta vez si la tienen. Pero tiene que fingir estar enfadada. Sin embargo, por dentro, en su interior, su corazón está dando saltos de felicidad. No puede denar de pensar en los labios de Joseph. En su boca. En sus caricias. En cómo, abrazados, le acariciaba el pelo y se estremecía. ¿Se estaba enamorando?
____ entra en su habitación y se lanza de cabeza a la cama. Coge a su pequeño león de peluche y lo abraza.
-¡Tusi!-grita, achuchando a su compañero de almohada, de sueños, de sueños que ahora empiezan a hacerse realidad.
____ acuesta a Tusi a su lado, se da la vuelta, coloca sus manos detrás de la noca y mira al techo de la habitación. Todo está oscuro. Solo una leve luz baña su habitación: la luz de la noche.
Qué sensación tan maravillosa tiene dentro... En ese instante, un leve ¨toc toc¨ suena en la puerta. ____ se incorpora y se sienta en la cama. ¡Uff, sus padres otra vez!
-Pasad.
La puerta se abre despacio. No son sus padres: una pequeña figura de larga cabellera rubia y un pijama de Hello Kitty entra y enciende la luz.
-Erica, ¿qué haces despierta?
-Solo quería darte las buenas noches.
Su hermana pequeña se acerca a la cama, la abraza y le da un beso.
-Buenas noches, princesa.
-¿Por qué te gritaban papá y mamá?¿Has hecho algo malo?
-Pues...-____, no sabe qué contestar a su hermana de cinco años-, si.
-¿Y te han castigado?
-Si.
-____, ¿por qué tienes esa sonrisa todo el rato en la boca si te han castigado?
____ suelta una carcajada.
-Cuando seas mayor lo comprenderás. Ahora..., ¡a la cama!
Erica le da otro beso y sale corriendo de la habitación.
La niña no entiende muy bien lo que su hermana mayor le acaba de decir, pero piensa que ojalá sus padres la próxima vez que ella se porte mal le pongan el mismo castigo que a ____.
¡Ella tambien quiere estar tan feliz como su hermana!
En un lugar apartado de la ciudad, esa noche de un día cualquiera de marzo.
Fin.
Fascinante. Precioso. Encantador.
A Nick se le agotan los adjetivos para calificar la novela que acaba de terminar de leer: Perdona si te llamo amor. Escondido bajo la tímida luz habitación cierra el libro y regusta el agridulce sabor del final. Por un lado, se siente satisfecho de haber encontrado una historia así. Por otro lado le entristece que no haya más páginas. Niki y Alessandro dejan de existir.
En ese momento le viene a la cabeza la chica de la cafetería. A decir verdad, la ha tenido en la cabeza desde que la vio buscando algo en aquella mochila fucsia de las Supernenas. Es preciosa. Especial. Se ríe al recordar el golpe que se dio contra la mesa. Sus ojos se encontraron bajo la mesa cuando ella se agachaba para recoger el libro. El mismo libro que él estaba leyendo. ¿Sería cosa del destino? Una serendipia. Como en aquella película, Serendipity, en la que el destino marca el camino de Jhon Cusack y Kate Beckinsale.
Nicholas se levanta de la cama y va hacia la mesa en la que tiene el ordenador. Lo enciende y rápidamente entra en su MSN en busca de la dirección de la desconocida del Starbuks. Sin embargo, no hay nadie que le haya añadido a su lista de contactos. Mira entonces su correo electrónico. Publicidad y más publicidad, pero ningún e-mail.
¿Qué esperaba? ¿Que le iba a agregar? Tal vez a ella hasta le ha molestado el gesto de cambiar los libros. Quizás esa chica se ha reido de él cuando ha visto lo que había escrito en la última página. Seguramente piense que es idiota. Un idiota iluso.
Entonces Nick siente vergüenza de sí mismo, de su acto, de su romanticismo... Pero él es así: no puede evitarlo.
El deseo de desahogarse recorre su cuerpo. Sabe qué es lo que necesita. Se acerca a una funda donde guarda su tesoro más valioso. Lo toma y sale de su habitación. Camina por un estrecho pasillo que finaliza en una escalera. Arriba, en el techo, hay una pequeña trampilla. La abre y sube. La noche es estrellada, despejada, con una luna brillante. La ciudad está muy bonita desde esa pequeña ladera donde vive desde hace unos meses. Alejado, pero al mismo tiempo cerca de todo. Siente una ligera brisa fría que penetra en él haciéndole temblar, pero no le importa: merece la pena.
El joven apoya su espalda contra la pared y coloca sus labios dulcemente sobre la lengüeta de la boquilla. Agara con delicadeza aquel cuerpo plateado y comienza a hacerlo sonar. Y durante unos minutos Nick se entrega a su saxofón y a la música.
En una zona más céntrica de la ciudad, aproximadamente a la misma hora en la que Nick hace sonar su saxo.
Paga al taxista y, con paso firme, entra en su edificio. Sube en ascensor hasta la planta en la que tiene su pequeño apartamento donde, desde hace unas semanas, vive solo. Llega hasta su puerta, abre y entra. Todo lo hace con una sonrisa en la boca. A veces hasta silba feliz aquella canción: Ilusionas mi corazón.
Joe se quita la chaqueta y cuidadosamente la deja en un perchero de la entrada. Está exultante. Todo ha ido perfecto. Demasiado perfecto quizá. Ella es mejor incluso de lo que había imaginado. Si le gustaba antes, ahora... Su corazón late muy deprisa cuando piensa en esa noche mágica.
Mira su reloj. Es muy tarde y mañana tiene que madrugar. La realidad nos hace despertar de los sueños. ¡Pero no ha sido un sueño! Aquello ha sido real... ____ es real. Ya no es solo la chica invisible que había conquistado un trocito de su corazón: ahora es una persona que pertenece ya a su realidad. Y sabe cómo huele. Sabe cómo siente. Sabe cómo besa.
Esta noche soñará con ella, está seguro.
Antes tiene que dormirse. Debe hacerlo porque, si no, mañana no rendirá en el trabajo. Sí, a las siete se despertará. Busca el móvil para programar la alarma a esa hora. ¿Dónde está? Sí, en la chaqueta. Regresa hasta el perchero y lo encuentra en uno de los bolsillos. Está apagado. Se debió desconectar durante la velada con ____. Unos segundos después de encenderlo, un pitidito anuncia que ha recibido llamadas perdidas. Tres, y las tres de un mismo número. Las tres de un número desconocido.
Mira de nuevo el reloj y considera que es muy tarde para devolver la llamada. Mañana lo hará desde el trabajo.
Lo que no sabe Joe es que la persona que le ha llamado jugará un papel importante en su vida en los próximos días.
Fin del capítulo.
Os traigo como os dije el cuarto capítulo! :D
Bienvenidas a las nuevas lectoras!
y gracias a todas por sus preciosos mensajes! :polli: :hug:
Quereis que os cuente algo que me ha pasado hoy!?
bueno... quizás no... pero voy a contaroslo de todas maneras :roll: :risa:
Hoy me he despertado super tarde y con un humor fatal....!
encima llevo todo el día queriendo hablar con alguien por internet pero no se conecta! y no podré hablar con esa persona hasta mañana :(
y lo que es peor... todos mis amigos están de vacaciones y yo me tengo que esperar hasta Agosto para poder ir de vacas
estoy super fatal... por suerte mi mejor amiga vuelve de viaje hoy y podré hablar con ella :bounce:
No os ha pasado eso nunca? que os despertais un día y decís: bwa... hoy va a ser un mal día...
y como que parece que el mundo se pone en vuestra contra??!
pues eso me pasó a mi hoy... :(
pero bueno... al menos me he animado un poco leyendo vuestros mensajes y escribiendoos este nuevo capitulo...
Sois geniales chcias! :D :hug:
os quiero un montón!!
esperoo que os guste el capitulo de hoy :)
Capitulo 4
Esa misma noche de un día cualquiera de marzo.
____ gira la llave de la puerta de su cada. Es tarde. Para ella, muy tarde. Sabe que le espera una buena bronca, pero le da igual. No hay ninguna regañina de sus padres que no valga una buena noche como aquella.
Minutos antes, en el taxi de vuelta a casa, acompañada por él, suena su móvil. La quinta llamada. Esta vez lo coge, haciéndole un gesto a Joe como diciendo ¨menuda me va a caer¨. El chico junta las manos y le pide perdón.
-Ya estoy ahí, mamá. Me he retrasado haciendo los deberes en casa de Miriam.
-¿Sabes la hora que es? ¿Por qué no me has cogido el mñovil antes?
-No lo había oído. Perdona.
-¡Llevo una hora llamándote! ¡Estábamos a punto de llamar a la policía! Solo tienes dieciséis años... No puedes estar a estas horas por ahí. ¡Mañana tienes clase!
-Sois unos exagerados. Y casi tengo diecisiete, ¿recuerdas?
-¿Exagerados?
-Mamá, ahora no puedo hablar; estoy ahí en nada.
-¿Cómo que no puedes hablar? ¿Por dónde demonios estás?
-Ya llego. Un beso mamá.-Y cuelga.
Entra lenta y silenciosamente en casa, peroel oído de unos padres esperando a su hija es tan fijo como el de un murciélago. Y ambos salen del salón al mismo tiempo. Al mismo paso. Un, dos, paso ligero. Lo dos con la misma cara de enfado.
-¡Castigada un mes!-Es lo primero que sale de la boca de su madre.
-¿Un mes? Creo que eres demasiado buena, Mercedes. ¡Dos meses como mínimo!
-Me parece bien, Paco. Dos meses sin salir de tu habitación.
____ refunfuña. Sabe que ahora es mejor no decir nada. Mañana pedirá perdón, prometerá que no lo volverá a hacer más y sus padres se olvidarán del castigo.
-Y ahora sube a tu cuarto. Y nada de ordenador ni televisión. ¡Ni una luz encendida en cinco minutos!
La chica no dice nada y sube a su habitación haciendo sonar sus botas a cada paso, en cada escalón. Sabe que sus padres tienen razón. Al menos esta vez si la tienen. Pero tiene que fingir estar enfadada. Sin embargo, por dentro, en su interior, su corazón está dando saltos de felicidad. No puede denar de pensar en los labios de Joseph. En su boca. En sus caricias. En cómo, abrazados, le acariciaba el pelo y se estremecía. ¿Se estaba enamorando?
____ entra en su habitación y se lanza de cabeza a la cama. Coge a su pequeño león de peluche y lo abraza.
-¡Tusi!-grita, achuchando a su compañero de almohada, de sueños, de sueños que ahora empiezan a hacerse realidad.
____ acuesta a Tusi a su lado, se da la vuelta, coloca sus manos detrás de la noca y mira al techo de la habitación. Todo está oscuro. Solo una leve luz baña su habitación: la luz de la noche.
Qué sensación tan maravillosa tiene dentro... En ese instante, un leve ¨toc toc¨ suena en la puerta. ____ se incorpora y se sienta en la cama. ¡Uff, sus padres otra vez!
-Pasad.
La puerta se abre despacio. No son sus padres: una pequeña figura de larga cabellera rubia y un pijama de Hello Kitty entra y enciende la luz.
-Erica, ¿qué haces despierta?
-Solo quería darte las buenas noches.
Su hermana pequeña se acerca a la cama, la abraza y le da un beso.
-Buenas noches, princesa.
-¿Por qué te gritaban papá y mamá?¿Has hecho algo malo?
-Pues...-____, no sabe qué contestar a su hermana de cinco años-, si.
-¿Y te han castigado?
-Si.
-____, ¿por qué tienes esa sonrisa todo el rato en la boca si te han castigado?
____ suelta una carcajada.
-Cuando seas mayor lo comprenderás. Ahora..., ¡a la cama!
Erica le da otro beso y sale corriendo de la habitación.
La niña no entiende muy bien lo que su hermana mayor le acaba de decir, pero piensa que ojalá sus padres la próxima vez que ella se porte mal le pongan el mismo castigo que a ____.
¡Ella tambien quiere estar tan feliz como su hermana!
En un lugar apartado de la ciudad, esa noche de un día cualquiera de marzo.
Fin.
Fascinante. Precioso. Encantador.
A Nick se le agotan los adjetivos para calificar la novela que acaba de terminar de leer: Perdona si te llamo amor. Escondido bajo la tímida luz habitación cierra el libro y regusta el agridulce sabor del final. Por un lado, se siente satisfecho de haber encontrado una historia así. Por otro lado le entristece que no haya más páginas. Niki y Alessandro dejan de existir.
En ese momento le viene a la cabeza la chica de la cafetería. A decir verdad, la ha tenido en la cabeza desde que la vio buscando algo en aquella mochila fucsia de las Supernenas. Es preciosa. Especial. Se ríe al recordar el golpe que se dio contra la mesa. Sus ojos se encontraron bajo la mesa cuando ella se agachaba para recoger el libro. El mismo libro que él estaba leyendo. ¿Sería cosa del destino? Una serendipia. Como en aquella película, Serendipity, en la que el destino marca el camino de Jhon Cusack y Kate Beckinsale.
Nicholas se levanta de la cama y va hacia la mesa en la que tiene el ordenador. Lo enciende y rápidamente entra en su MSN en busca de la dirección de la desconocida del Starbuks. Sin embargo, no hay nadie que le haya añadido a su lista de contactos. Mira entonces su correo electrónico. Publicidad y más publicidad, pero ningún e-mail.
¿Qué esperaba? ¿Que le iba a agregar? Tal vez a ella hasta le ha molestado el gesto de cambiar los libros. Quizás esa chica se ha reido de él cuando ha visto lo que había escrito en la última página. Seguramente piense que es idiota. Un idiota iluso.
Entonces Nick siente vergüenza de sí mismo, de su acto, de su romanticismo... Pero él es así: no puede evitarlo.
El deseo de desahogarse recorre su cuerpo. Sabe qué es lo que necesita. Se acerca a una funda donde guarda su tesoro más valioso. Lo toma y sale de su habitación. Camina por un estrecho pasillo que finaliza en una escalera. Arriba, en el techo, hay una pequeña trampilla. La abre y sube. La noche es estrellada, despejada, con una luna brillante. La ciudad está muy bonita desde esa pequeña ladera donde vive desde hace unos meses. Alejado, pero al mismo tiempo cerca de todo. Siente una ligera brisa fría que penetra en él haciéndole temblar, pero no le importa: merece la pena.
El joven apoya su espalda contra la pared y coloca sus labios dulcemente sobre la lengüeta de la boquilla. Agara con delicadeza aquel cuerpo plateado y comienza a hacerlo sonar. Y durante unos minutos Nick se entrega a su saxofón y a la música.
En una zona más céntrica de la ciudad, aproximadamente a la misma hora en la que Nick hace sonar su saxo.
Paga al taxista y, con paso firme, entra en su edificio. Sube en ascensor hasta la planta en la que tiene su pequeño apartamento donde, desde hace unas semanas, vive solo. Llega hasta su puerta, abre y entra. Todo lo hace con una sonrisa en la boca. A veces hasta silba feliz aquella canción: Ilusionas mi corazón.
Joe se quita la chaqueta y cuidadosamente la deja en un perchero de la entrada. Está exultante. Todo ha ido perfecto. Demasiado perfecto quizá. Ella es mejor incluso de lo que había imaginado. Si le gustaba antes, ahora... Su corazón late muy deprisa cuando piensa en esa noche mágica.
Mira su reloj. Es muy tarde y mañana tiene que madrugar. La realidad nos hace despertar de los sueños. ¡Pero no ha sido un sueño! Aquello ha sido real... ____ es real. Ya no es solo la chica invisible que había conquistado un trocito de su corazón: ahora es una persona que pertenece ya a su realidad. Y sabe cómo huele. Sabe cómo siente. Sabe cómo besa.
Esta noche soñará con ella, está seguro.
Antes tiene que dormirse. Debe hacerlo porque, si no, mañana no rendirá en el trabajo. Sí, a las siete se despertará. Busca el móvil para programar la alarma a esa hora. ¿Dónde está? Sí, en la chaqueta. Regresa hasta el perchero y lo encuentra en uno de los bolsillos. Está apagado. Se debió desconectar durante la velada con ____. Unos segundos después de encenderlo, un pitidito anuncia que ha recibido llamadas perdidas. Tres, y las tres de un mismo número. Las tres de un número desconocido.
Mira de nuevo el reloj y considera que es muy tarde para devolver la llamada. Mañana lo hará desde el trabajo.
Lo que no sabe Joe es que la persona que le ha llamado jugará un papel importante en su vida en los próximos días.
Fin del capítulo.
Nella †
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
ahhh
siguelaaa
sguelaaaa
prontoo
pliz
me encanta la noveee
q bello joeeee
siguelaaa
sguelaaaa
prontoo
pliz
me encanta la noveee
q bello joeeee
nickian
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
esta hermoso este libro, es un libro no?
en cualquier libreria se consigue? esqe enserio
apenas van unos capis y ya me enamore de los dos
jajaja SUBEE!
en cualquier libreria se consigue? esqe enserio
apenas van unos capis y ya me enamore de los dos
jajaja SUBEE!
MaryPeters
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
ahhh
plizzz
siguelaa
siguelaaaa
siguelaaaaaa
yaaaaaa
plizzz
ya
yaa
plizzz
siguelaa
siguelaaaa
siguelaaaaaa
yaaaaaa
plizzz
ya
yaa
nickian
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Querida mejor amiga.. a que no te molesta que patrocine aquí la nove que te dije que iba a hacer? :P no verdad? No. Genial, te adoro eres la mejor :D jajajajajaja
Hola chicas, bueno os dejo el link por si queréis pasar y leer un poco de qué va.. :)
https://onlywn.activoforo.com/t6484-bleeding-love-joetu
PD: Ornella Síguela ¬¬
Hola chicas, bueno os dejo el link por si queréis pasar y leer un poco de qué va.. :)
https://onlywn.activoforo.com/t6484-bleeding-love-joetu
PD: Ornella Síguela ¬¬
Invitado
Invitado
Re: ¨Canciones para ____¨(Joe, Nick & Tú)
Chicaaas!! perdonadme una vez mas la demora, si que la seguire, pero necesito que me deis un poco de tiempo... son vacaciones y tengo la cabeza en las nubes y ultimamente me han pasado mil y una cosas! no os imaginais... Os subire capi en cuanto pueda, que espero que sea pronto :)
Os quiero mucho!!
Os quiero mucho!!
Nella †
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