De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.

Angeles escribió:Bueno... prácticamente lo violó .___. Pero lo disfrutaron e.e 
No sé jajaja me quedé como .____. ah
Pobre Alberto o:
Me gusto el capitulo!!! Perdón que sea así tan feo, pero tengo sueño jajaja saludos!

Hola.
Bueno si, prácticamente se lo violo.
Pero Louis lo disfruto.
Oh si Alberto y el misterio de lo que le paso a su hermana.
No te preocupes:)
Sale saludos.
Bye

{KDSGÑL amo
amo tu novela
la amo
es impresionante o-o
no había comentado antes pero ahora lo haré,
siguela! c:

Oh dios.

El capitulo fue demasiado.
Ay, no se.


A Harry le gusta lo salvaje

Y a Louis igual...


Que más da.


Espero la sigas pronto linda.
Saludos.

Que intenso a Harreh le gustooo :3

Debby1D escribió:Pero.. el muy hijo de puta lo violo, literalmente.
No importa si después a Louis le gusto (?
Lo que le hizo no se compara con lo que habia hecho Louis antes. 
Yo apuesto uno de mis pies(? a que ni cambio de gusto, ni era la primera vez con un chico. Harry esta MUY en el closet y quiere taparlo con su imagen de homofobico imbécil. 
A todo esto.. si a Louis se le rompieron los pantalones, se va a ir de la fiesta en boxers? ah mira por lo que se venia a preocupar JAJAJ
Seguila pronto por favor!
Adios ♥

Hola!
Se podría decir que si, se lo violo.
Al parecer le gusto, así que ¿cuenta como violación?
Si, Louis y la importancia de sus pantalones, jajaja.
Ya la sigo!:)
Bye

KarliKryptonite escribió:{KDSGÑL amo
amo tu novela
la amo
es impresionante o-o
no había comentado antes pero ahora lo haré,
siguela! c:

Hola:)
Que bueno que te guste:)
Saludos linda!
Gracias por comentar.
Bye

BrookneyJ escribió:wow me encanto
ese Louis si que sabe como desquitarse jejeje
y a ese  Harry valla que lo disfruto jejeje
saludos
síguela pronto :P

Hola!
Oh si ambos se dieron a su manera.
Y la sigo!:)
Saludos.
Bye

Neljaiddys escribió:Oh dios.

El capitulo fue demasiado.
Ay, no se.


A Harry le gusta lo salvaje

Y a Louis igual...


Que más da.


Espero la sigas pronto linda.
Saludos.

Hola!
Si al parecer a Harry le gusta fuerte y duro.
Y a Louis ni se diga.
Saludos:)
bye

@Daniela1D escribió:Que intenso a Harreh le gustooo :3

Hola!
Si, les gusto, de eso no hay duda.
Saludos.
Bye

-¡TU HAS FOLLADO!

Sí, ese era Jorge. Louis y sus colegas decidieron ir el domingo a tomar un café en la cafetería del barrio. Lo único que le faltaba a Louis es que le recordaran cualquier cosa que tuviera que ver con la noche del viernes. Mientras intentaba eludir la afirmación de Jorge, y las expectantes caras como esperando una respuesta de sus otros amigos, Louis se dirigió a la barra de la cafetería para recoger su café.

-“¿Qué si he follado? ¡JA!, Más bien me han taladrado” – pensó Louis.

Tras intentar recuperarse de todo lo que había tenido lugar en aquella habitación, Louis arregló como pudo sus pantalones rotos (que parece que sí que al final de la noche los utilizó en plan go-gó). Bajó a la planta baja de la casa de Marta, se puso su chaqueta, que menos mal que le cubría la desnudez parcial de su culo, y buscó a Pedro para decirle que se iba.

Aquella noche no pensó. Al tumbarse en su cama, enseguida sus ojos se cerraron. Pero el sábado sí que dio para estrujarse el cerebro. ¿Qué coño había pasado? Vamos por partes:

1º empezamos con mal piel porque machaqué a sus amiguitos.
2º me enfrenté a él diciéndole que si se ponía tonto, básicamente me lo follaría.
3º me pegó una paliza por pasarme de listo.
4º le pegué un sobeteo por pasarse de listo.
5º básicamente, fue él el que me folló.

Viéndolo desde este escueto resumen, se diría que hasta me lo estaba buscando. Pero entonces, ¿Por qué un macho alfa heterosexual se dignaría a darle una lección a un puto maricón de mierda? Además, ¡COÑO! Ahora que lo pensaba, ¡EL CABRÓN NO HABÍA UTILIZADO CONDÓN! ¡Pero será mamón! A saber a cuantas zorras se habría tirado.

Louis seguía y seguía dándole vueltas al asunto. En caliente, pensaba que el mamón, básicamente lo había violado. Pero luego en frío, recordaba sus roncos jadeos, aquella mano en su garganta, embestidas profundas y suaves. Desde luego, si te tirabas todas las horas de un día y su noche empalmado por recordar cómo “supuestamente te habían violado”, definitivamente no debería catalogarse como violación.

¿Y ahora… qué? ¡Joder! Con otros tíos no era tan difícil. Se acostaba con ellos, si le gustaba volvían a verse un par de veces más, y si no, pues no los volvía a llamar, incluso aunque hubiesen estado en su mismo instituto. Pero Hazza tenía algo: esa aura peligrosa, esa voz profunda, esa sonrisa con hoyuelos.

Volviendo a la mesa con su café, Louis había olvidado por qué todos lo miraban.

-¿Y bien? – Ahora era Edu el que hablaba – Vamos Lou que nos conocemos, esa cara que tienes lleva el nombre de POLVO escrita. Aunque… diría que hay algo raro… no sé… ¿No terminó del todo bien? ¿Volviste a encontrar un coño tras los pantalones?

El estruendo de risas por parte de sus colegas hizo que algunos clientes de la cafetería se volvieran hacia ellos. Louis calmó a las tres implacables hienas diciéndoles que sólo fue un polvo más y que lo raro que Edu veía es que estaba aún haciéndose a su nuevo instituto. Tuvo que inventarse un estudiante imaginario el cual se tiró en la fiesta del viernes. Menos mal que no fueron muy insistentes para que les contara todos los detalles.

Y el lunes llegó. Por suerte aquella semana sólo tendrían clases lunes y martes ya que las fiestas de la ciudad comenzaban el miércoles.

-“Mejor” – pensó Louis – “Así no tendré que soportar su mirada muchas horas”.

Y no se equivocaba, ya que en ninguno de esos dos días le vio el pelo a Harry. Parecía que el chaval se había tomado las vacaciones por adelantado. En la cafetería, mientras bebía su café junto a Pedro, Raquel se sentó tan sigilosamente a su lado, que hasta que no le habló, ni se percató de que se encontraba allí.

-Oye, Mark Lenders, ¿Qué le hiciste el viernes a Albertito? – dijo Raquel mientras mascaba un palo de regaliz desinteresadamente.

¿Mark Lenders? Dios, no sabía porqué pero cada vez que esta chica hablaba, en la mente de Louis se dibujaban escenas de Jorge y ella. Ya incluso los veía en plan familia feliz con una bonita casa, dos críos y un perro. ¡Mierda! ¡Alberto! Se había olvidado completamente de él.

-¿De qué estás hablando? – preguntó Louis temeroso por la respuesta.

-Buueeenooo… el pobrecito salió despavorido de la fiesta justo después de que te lo llevaras para hacer quién sabe qué – dijo Raquel mientras seguía mordisqueando tranquilamente su caramelo.

-¿Por qué no se lo preguntas a él? – preguntó Louis como esperando que el chico le hubiera contado que era Harry el que tuvo la culpa y no él.

-No ha venido y tampoco me contesta al móvil.

-El gilipollas de Hazza lo amenazó con no sé qué de hacerle una visita a su hermana por lo ma... – Louis se calló enseguida. Tanto Raquel como Pedro lo miraron con los ojos muy abiertos llenos de espanto.

-¿QUE QUÉ? – dijeron los dos al unísono.

-Pues… que… – tampoco pudo terminar esa frase.

-Hijo de puta – masculló Raquel entre dientes.

-¿Qué… que pasa con su hermana? – preguntó Louis cauteloso.

Raquel lo miró por varios segundos antes de contestar, como si estuviera sopesando el contárselo o no.

-Fue violada – sentenció la chica. Louis no daba crédito a lo que escuchaba. Tras otros segundos siguió – Por su padre – silencio – Sólo tenía doce años – más silencio – Alberto es muy susceptible con ese tema.

-“¿Y quién no?” – pensó Louis. Pues sí que iba a ser verdad la reputación del instituto. Aquella historia era diga de los más bajos fondos. Y vaya hijo de puta que estaba hecho “el machote”, recurriendo a algo tan mezquino para conseguir lo que quería.

-En fin, hablemos de otra cosa. Esta noche: ¡MORAGA! – dijo Raquel dando varias palmadas de felicidad – Tenéis que venir. Vamos a estar unos cuantos del instituto, bueno, bastantes. Así que vallan cogiendo los trajes de baño y unas cuantas toallas. No les hará falta nada más.







Louis les dijo a sus amigos si les apetecía ir a la moraga, ya que Louis sí que había pensado que se pasaría un rato, pero todos iban a pasar este primer día de las fiestas de la ciudad con sus familias. De todos modos quedaban cinco días por delante antes del lunes y habían quedado el fin de semana para pasarlo juntos.

Volvió a recoger a Pedro para dirigirse hacia la fiesta en la playa. Cada día que pasaba se encariñaba más con él. Podría decirse que era como el hermano menor que nunca tuvo. A pesar de que era un chico bastante dicharachero, en ocasiones, Louis lo observaba y veía que fijaba la vista en un punto y se quedaba varios minutos mirando al vacío con una mirada perdida. No conocía como era su vida fuera del instituto, ya que tampoco hablaba demasiado de ella, pero Louis podría jurar que algo había que lo inquietaba.

Llegaron a la zona de la playa donde el grupo de estudiantes había montado todos los bártulos. Tenían una carpa, y bajo ella varias sillas y mesas, con una barbacoa y un generador para las luces y la música. Louis pensó que esta gente se lo montaba bien. El lugar estaba bastante abarrotado. Casi juraría que tres cuartas partes del instituto se había congregado allí.

Llevaba ya un rato acomodado en varias toallas expandidas sobre la arena junto a varios estudiantes, cuando vio acercarse a un grupo de personas. Mientas la tenue luz de las bombillas colocadas a lo largo de la carpa dejaba ver las caras de los nuevos visitantes, a Louis le dio un vuelco el corazón. Harry se acercaba con ese aire de superioridad que siempre emanaba seguido de unos cuatros tíos más y de la chica rubia que estaba con él el primer día que lo vio.

-“¿Pero qué coño hace aquí?” – pensó Louis, pero antes de que terminara ese pensamiento, se contestó el mismo – “Joder Louis eres idiota, ¿Y porqué no estaría aquí? Es una fiesta del instituto ¿No? Diría que hasta tiene más derecho de estar aquí que yo”.

Louis fijó su vista en él. “!Mierda, que bueno está!”.Allí, de noche, y con la poca luz que las bombillas reflejaban, Louis estudió su cara. El verde de sus ojos se distinguía a leguas por el brillo que proyectaban, su frondoso pelo rizado castaño en punta perfecto para meter los dedos y tirar de él. Alguien le dijo algo y aquellos perfectos hoyuelos se dibujaron en su cara. A Louis casi se la cae el cubata que sostenía cuando Harry giró su cara y lo miró. No tuvo el tiempo suficiente para analizar la mirada ya que la chica rubia lo cogió del brazo y se lo llevó para ponerse una bebida.

La noche pasaba, y los estudiantes cada vez estaban más doblados y ruidosos debido a la gran cantidad de alcohol. Louis pensó que había poca comida en comparación a los litros y litros de sangría, ron y derivados de los cuales podías servirte. Los matones de Harry le dirigían miradas asesinas de vez en cuando, aunque menos mal que no decidieron tomarse la revancha, porque no tenía muchas ganas de pelear.

En un momento de la noche, Harry se puso en su campo de visión. Sonreía tontamente y la chica rubia no paraba de sobetearlo. Juraría que “el machote” se había servido una buena cantidad de aquellos litros de alcohol. Louis seguía sentado sobre las toallas con Pedro, Raquel y algunos chicos y chicas más, pero sólo tenía ojos para la pareja que se encontraba a unos cinco metros de distancia.

Harry puso a la chica entre él y la visión de Louis. La cogió por la cintura, apoyó su mentón sobre el hombro de la rubia y levantó la vista lentamente hacia Louis. ¡Joder!. Aquel levantamiento de ojos había sido la cosa más erótica que Louis había visto nunca. Es como si hubiese sido una dulce caída de ojos pero al revés. Aunque lo peor vino después. Bueno, lo peor según se mirase porque Louis creyó que podría correrse allí mismo sobre la toalla.

Sin dejar de mirarlo, Harry fue levantando sus labios poco a poco para formar la sonrisa lasciva ganadora del oscar al erotismo en estado puro. Harry apartó suavemente el cabello del hombro de la muchacha, sacó su lengua y recorrió el cuello de la chica desde la base hasta la mandíbula.

El tiempo se paró, o por lo menos para Louis. Seguía sin poder apartar la vista del recorrido de aquella sinuosa lengua y para colmo, la intensa mirada que Harry le dirigía mientras lamía, lo dejó estático en la toalla.

“¡¿Qué pasa conmigo?!” Tendría que estar pensando mil y una formas de cómo machacar al tío por hacerle lo que le hizo el viernes y allí estaba: sentado en la playa, con la polla más dura que el cemento y más caliente que el palo de un churrero. “¡¿Y de que va el cabrón?!¿Acaso está intentando ponerme cachondo?” Eso fue lo que definitivamente pensó Louis, cuando, nada más acabar aquella exasperante lamida, Harry terminó pasándose la lengua por sus labios y dándose un pequeño mordisco en el inferior.

Aquello lo mató. No entendía exactamente a qué jugaba el chico, pero para juegos, los suyos. “¿Buscas pelea? Pues vas a tenerla.”

Harry se separó de la chica y fue a por más bebida. Pasó largo rato, mientras conversaba con sus “lacayos”, pero Louis no apartaba la vista de él. Estaba dispuesto a enseñarle cómo de verdad se pone cachondo a un tío nada más surgiera la oportunidad. Y esa oportunidad llegó más pronto que tarde.

Vio como se apartaba del grupo y se dirigía hacia unas rocas en la arena. Disculpándose ante los chicos con los que estaba, dijo que iba a mear, y siguió a Harry. Éste no es que caminara demasiado recto, pero se apoyó en una de las rocas y despareció tras ella. Sigilosamente fue tras él, y una vez que pasó las piedras, observó a Harry orinando de espaldas, a unos tres metros, con la cintura del pantalón dejando ver la parte superior de los cachetes de su culo.

La sonrisa de triunfo que apareció en la cara de Louis brillaba. Se situó justo detrás de Harry  y, en un susurro junto a su oído, le dijo:

-Te dije que vigilaras tu espalda.

El respingo que dio, aparte de cortarle la meada, hizo que se volviera rápidamente hacia Louis. Los ojos de Harry se abrieron como platos, pero enseguida la rabia apareció en ellos.

-Puto maricón de mier... – Harry no pudo terminar el insulto, porque sin mediar palabra, Louis lo empujó por los hombros haciendo que cayera sobre la arena.

-¿Sabes? Ya estoy harto de tu puta chulería – gruñó Louis mientras se ponía a horcajadas sobre las caderas de Harry y aprisionaba los hombros del chaval con sus manos. Acercándose a su cara, siguió – ¿Quieres jugar? – Louis agarró las muñecas de de Harry y las levantó sobre su cabeza – Pues vamos a hacerlo, machote, pero a MI manera.

Harry intentaba forcejear ante el agarre de sus muñecas, pero estaba claro que el entumecimiento que su cuerpo sentía por la ingesta de alcohol no lo ayudaría en su intento. Louis también pudo notarlo. Acercándose a su oído, le dijo:

-Esta vez no quiero atarte, Harold – Louis lamió el lóbulo suavemente. Sujetó las muñecas de Harr y con una sola mano, y la otra la dirigió al flácido miembro, que asomaba por la cremallera del pantalón ya que al chico no le dio tiempo a subírselo mientras orinaba. Un sonido ahogado llegó a través de la garganta de Harry cuando aquellos dedos cosquillearon la punta de su pene. Louis no sabía si era debido al shock que el muchacho tendría porque un tío le estaba tocando la polla o por que el alcohol dejaba su cuerpo totalmente laxo, pero Harry ni si quiera intentó moverse ante aquel toque.

Louis acarició el pene, primero con la palma de la mano, y luego con la parte posterior. Harry seguía sin decir ni pío y cerró los ojos fuertemente cuando sintió la caricia. Acercándose a sus labios, y ahora sí, empuñando el miembro en sus manos, Louis dijo:

-Voy a follarte… Hazza.

Los ojos de muchacho se abrieron rápidamente. Louis le apretó más el eje y sin darle mucho tiempo de reacción a Harry, volvió a hablar:

-Voy a meter mi gorda polla en ese culo virgen – Louis masajeaba de arriba abajo la carne de Harry, que empezaba a ganar grosor, tranquilo, pausado, al igual que sus palabras. Entre dientes, Harry contestó:

-Hazlo cabrón y estás muerto.

Louis sonrió. Apretó más fuerte las muñecas del chico y empezó a masturbarlo un poco más rápido. Harry hundió su cabeza en la arena y se mordió el labio inferior, haciendo que ningún sonido escapara de su boca. El cuello de Harry quedó al descubierto, y sin pensárselo dos veces, Louis comenzó a besar aquella vena que tanto llamó su atención el primer día que vio al chaval. Un jadeo interno agitó la garganta de Harry y Louis pudo sentir como vibraba en sus labios mientras le besaba.

-Te voy… a… destrozar – dijo Harry emitiendo un pequeño jadeo cuando Louis dio un mordisco a la vena.

Sinceramente Louis no pensaba que el muchacho lo dijera muy enserio, pues parecía que los besos y caricias que estaba recibiendo no le eran demasiado desagradables. En vista de ello, Louis probó algo. Empezó a bajar por el cuello hacia el pecho, cubierto con una ligera camisa, sin dejar de masajear su eje y manteniendo el agarre en sus muñecas.

Al llegar a los pezones, hizo círculos con la lengua en uno de ellos, humedeciendo la camisa, y luego dio un ligero mordisco. Louis sintió como Harry levantaba su cabeza y lo miraba. Pero Louis siguió lamiendo aquel pezón cubierto. Empezó a masturbar más en serio a Harry, y éste, ante el nuevo masajeo volvió a enterrar su cabello en la arena. Louis notó como los brazos del chico perdían la tensión que hasta ahora tenían y decidió actuar. Poco a poco, fue dejando las muñecas libres mientras bajaba por el abdomen, dando pequeños besos y mordiscos. Como bien supuso Louis, Harry no lo atacó por verse libre de su agarre. Sus brazos se quedaron quietos sobre su cabeza y, por si al muchacho se le ocurría cambiar de opinión, Louis empuñó hacia arriba el pene de Harry y lamió la punta, que ya estaba cubierta con una pequeña capa de pre-semen.

Harry soltó un jadeo entreabriendo sus labios y volvió a mirar a Louis. Éste no apartó sus ojos del chico y, abriendo su boca, se introdujo el miembro hasta su garganta. Eso era, literalmente, pan comido para Louis. Siempre le gustaba decir que tenía un “Master en mamar pollas”.

Louis se estremeció cuando vio como los brazos de Harry bajaban hacia él. Pero sólo quedó en un pequeño susto cuando observó que los había bajado para situarlos a ambos lado de su cuerpo y agarrar un puñado de arena en cada una de sus manos, como si fueran unas sábanas.

Louis empezó a subir y bajar por el caliente eje mientras le bajaba los pantalones y terminaba quitándoselos. Se situó entre las piernas del chico, haciendo que se abrieran más a su paso. Parece que este hecho más bien le gustó al chaval, porque Louis empezó a escuchar pequeños gemidos de Harry cada vez que su boca cubría su pene.

Se deleitó chupando, lamiendo, escupiendo, masajeando, mordiendo todo el ancho miembro. Los jadeos de Harry eran más cortos en el tiempo, sus manos arañaban la arena y un fuerte gemido gutural indicó a Louis que su recompensa por “el duro trabajo” estaba por llegar.

Arqueando la espalda y embistiendo en la boca de Louis, Harry empezó a correrse. Empezó, porque Louis juraría que estuvo tragando semen por varios minutos. El medio gemido, medio grito que soltó el chico seguro que se escuchó a varios metros a la redonda.

Louis alzó su vista para encontrar a Harry abierto de piernas, con su pecho subiendo y bajando mientras intentaba calmarse y con uno de sus brazos tapando sus ojos. Louis se cernió sobre él y le quitó suavemente el brazo que cubría su cara. Harry abrió sus ojos. Se miraron por varios segundos, con caras carentes de expresiones. Louis acercó su cabeza, quedando nariz con nariz, y susurró:

-Mi turno

-¡hazzaaaa! ¿Andas por ahíiiii?

Tanto Louis como Harry  se miraron con los ojos llenos de espanto al escuchar aquel grito. Sin mucho tacto, Harry empujó a Louis, cogió sus pantalones y comenzó a ponérselos tan rápido que se cayó de bruces contra la arena. Louis lo observaba con sus rodillas hincadas sobre la playa. En un abrir y cerrar de ojos, había desaparecido tras la roca y Louis se la quedó mirando, como si ésta tuviera la solución al torrente de pensamientos que taladraban su mente.

.................................................................................................
*Moraga: es una fiesta tradicional nocturna generalmente en la playa.

Química y física
Los tres días siguientes, Louis los pasó con sus padres. Las fiestas básicamente consistían en comer, comer y comer e ir a visitar a los parientes. Debido a tanto ajetreo, Louis apenas se pudo parar a pensar en todo lo ocurrido. Estaba deseando que llegase el viernes por la noche porque sus padres se iban fuera de la ciudad a visitar a unos tíos suyos y tendría la casa para él solito. Eso sólo significaba una cosa: llegar tan tarde como le diera la gana y hacer también eso, lo que le diera la gana.

Había quedado con sus amigos el viernes noche porque se celebraba una fiesta en el garito de su barrio. Tenía buena pinta: bebidas, buena música y noche de colegas. Perfecta combinación para echar a un lado toda aquella extraña semana. Tras despedirse de sus padres y cenar, se dirigió al bar, donde Jorge, Rafa y Edu ya estaban esperándolo en la puerta.

-“Noche de viernes, Jorge hará que tiembles” – como no, Jorge con sus magníficos comentarios y rimas sin sentido.

-Eres un disco rayado Jorge, siempre con lo mismo – le dijo Rafa mientras todos entraban al bar.

-Espera, espera, “Noche de viernes, todas querrán verme” – mientras lo decía se iba riendo de, por lo que él pensaba, era la frase del año.

-Corta el rollo, tío – dijo Edu haciendo hueco para los cuatro en la barra del bar.

-“Noche de vier… – no terminó la frase ya que Louis lo hizo por él.

-“NOCHE DE VIERNES, UN PUÑETAZO OBTIENES” – Louia le dio un golpe en el hombro y con aquello acabó la poesía por aquella noche.

Las horas iban pasando entre risas, copas, algún que otro baile y Jorge y Rafa mariposeando con todo lo que llevara faldas. Los amigos con los que habían quedado iban llegando a cuenta gotas. En un momento de la noche, Jorge se acercó a Louis, que estaba en la barra pidiendo su cuarto cubata.

-¡Lou! ¡Mira! ¡Allí está María! – dijo señalando a una muchacha pelirroja de ojos verdes sentada en una mesa junto a dos chicos vueltos de espaldas.

María era el amor platónico de Jorge. Platónico porque aún no se la había tirado después de meses rondándola. Louis estaba seguro que en cuanto lo hiciera, esa pequeña obsesión la pondría en la siguiente tía con un buen par de tetas.

-Anda, ven conmigo. Voy a invitarla a una copa – dijo Jorge mientras cogía el brazo de Louis y lo arrastraba hacia la mesa.

-¡Oye! ¿Y porqué no me invitas a mí también? ¿Es que tengo que tener tetas? – preguntó Louis, mientras cogía su copa y se dejaba llevar.

-Básicamente – dijo Jorge mientras llegaban a la mesa quedando justo en frente de María. – Hola guapa, ¿Cómo andas?.

María los miró y sonrió. Louis comenzó a dar un buche de su copa en el mismo momento que los dos chicos sentados en la mesa giraron sus cabezas para ver quién saludaba a la chica. Louis abrió los ojos completamente y se atragantó con el sorbo que le dio a su bebida, teniendo que apartar la copa de sus labios y tosiendo fuertemente.

-Eh tío, bebe con moderación – dijo Jorge mientras le daba unas cuantas palmaditas en su espalda.

¡¿¿¿QUEEEEEEEEEE???! Pero……!¿COOOOOMOOOOO?! No, espera !¿POR QUEEEEEE?! A Louis sólo le faltaba el dónde y el cuándo para formular las cinco preguntas fundamentales. Pero es que lo que sus ojos veían no podía ser cierto. Allí estaba, “el machote”, “el chulo gilipollas engreído”, el que lo había “violado”, al que había sobeteado y mamado. Para consuelo de Louis, por lo menos el chaval no tenía una cara muy diferente a la pasmada que él mismo mostraba.

-¿Estás bien, Lou? – preguntó María.

¡¿Bien?! ¿¿BIEN?? No joder, no estaba bien. Estaba noqueado, impactado. ¿Pero qué coño hacía allí?

-Estos son Carlos y Hazza. Carlos es mi primo y Hazza es primo de Carlos así que se podría decir que Hazza es mi primo segundo. Han venido aquí por eso de las fiestas, y les estaba enseñando el barrio. Ellos viven a una hora de aquí y les decía que qué bien que han venido en viernes porque...

Bla, bla, bla. Louis lo mismo podría haber estado escuchando una conferencia de energía cuántica. Lo único que su mente procesaba era: hazza, en mi barrio, con mi gente. El momento de asombro ya había pasado y Louis y Harry se miraban fijamente. Parecía que no hubiese nada ni nadie a su alrededor: no gente, no música, no amigos... solo ellos dos.

-¿Verdad Lou?

Louis reaccionó ante la voz de Edu. ¿Cuándo coño había llegado a la mesa? Giró su cabeza parpadeando un par de veces y preguntó:

-¿Qué?

-Que no hay problema para sentarnos aquí. Llamo a Rafa y nos tomamos unas cuantas más – dijo Edu mientras se volvía y estiraba el brazo para decirle a Rafa que se acercara.

¿Cómo que no hay problema? ¡!CLARO QUE LO HAY!! Pero cualquiera separaba a Jorge de María. Además, tampoco es que pudiera decirles a sus colegas el porqué no podía sentarse allí: “Si, veréis, es que Hazza, este pedazo de chico aquí sentado, me metió su polla a la fuerza, pero vamos, que lo disfruté como un perro chico, y después me dio por chuparle el nabo como si fuera un pirulo tropical, pero el caso es que nos odiamos a muerte y por eso no puedo sentarme junto a él”

Dos minutos más tarde, estaban todos alrededor de la mesa bebiendo, riendo y charlando. Louia intentaba no mirar a Harry, algo difícil ya que se había sentado justo enfrente de él.

Tras veinte minutos, Harry se levantó. Louis lo siguió con la mirada viendo que se dirigía al cuarto de baño. “Joder, vaya mierda de noche. ¿Es que ni en mis ratos libres voy a quitármelo de encima? Además, que puta casualidad lo del primito de María. Llevo conociendo a la chica por pocos años y nunca había traído a sus primos, porque de ser así, un tío como Hazza no me habría pasado desapercibido”

Doliéndole un poco la cabeza y retumbándole la música y el griterío del bar, decidió tomar un rato el aire. Salió por la puerta de atrás porque sabía que habría menos gente. La puerta daba a un callejón sombrío que estaba vacío a excepción de una persona: Hazza.

Estaba fumándose un cigarro, apoyado en la pared del callejón y su cabeza ligeramente mirando hacia arriba mientras inhalaba una calada del cigarrillo. Al escuchar la puerta cerrarse, Harry bajó la cabeza y miró a Louis. Lentamente, echó el humo de sus pulmones a través de sus labios.

Louis estaba estático en el lugar, observando como aquel humo era expulsado. Podría haberse metido devuelta en el bar, podría haber cogido calle abajo y largarse de una buena vez de allí, incluso podría haberse liado a hostias con el gilipollas allí mismo. Pero no, no lo hizo. Comenzó a acortar la distancia entre ellos. Louis juraría que no quería hacerlo, pero parecía que las órdenes en su cerebro ya estaban dadas, y éstas eran mover las piernas hacia Harry.

Se paró justo enfrente de él, a medio metro. Harry dio una calada a su cigarro mientras lo miraba con los ojos entrecerrados para que no le entrara el humo. Apartando el cigarro de su boca y mostrando una sonrisa ¿lasciva?, separó sus labios y dirigió el humo sobrante directo a la cara de Louis. Éste cerró sus ojos sintiendo la mezcla de humo y aliento rodear su rostro. Tras abrirlos, aquella sonrisa seguí allí.

Otra vez el cerebro de Louis mandaba órdenes sin que él diera su aprobación. Acortó la distancia y puso las manos sobre la pared a ambos lados de la cabeza de Harry. Volvió a acercarse un poco más y dijo:

-¿A qué estás jugando Hazza? – aquella pregunta no era una advertencia, ni siquiera iba cargada de ira. Aquella pregunta era eso, una pregunta con tono de incredulidad. Harry acentuó su sonrisa y contestó:

-Al mismo juego que tú, Lou.

Tras varios segundos examinándose uno al otro, Louis fue a por todas y habló:

-¿Quieres seguir jugando en mi casa? – Harry volvió a dar una calada al cigarro, pero esta vez soltó el humo de lado y enarcó ligeramente las cejas. Louis no supo muy bien como interpretar aquel movimiento, pero le bastó – Lo tomaré como un sí.