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De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.Angeles escribió:Holaa!!!
Ok, leí los dos capítulos de ayer sjadgn perdón por no comentar D:
A ver... Harry se enganchó, LE GUSTA LOUIS! Iba todo tan tierno y "cachondo" JAJAJA cuando se encontraban en secreto, el primer beso en la heladera JAJAJA Pero ¿ahora todo se fue a la mierda? No le voy a echar la culpa a Harry, porque... no sabía que carajos hacer, con toda la vida que pasó y todo eso, estaba asustado u_u
Obviamente pudo haber hecho algo, pero bueno... no lo hizo. Y ahora Louis ESTÁ LLORANDO D':
Y Harry se fue herido de la casa de Louis, no solo físicamente si no sentimentalmente también y JSGAOÑDG
No sé, fue mucho en cuatro capítulos jajaja
Me gustaron mucho!!!
Saludos!
No hay problema.
Oh si, Harry callo por Louis.
Oh, si primero se dan de todo, luego se besan tierna mente, y bueno pasan algunas cosas y se van ala mierda. Si, así fue.
Si la neta, yo no se con quien enojarme, porque Harry al momento no movió ni un dedo por Louis, y Louis fue y se lo echo de mal forma, y luego cuando quieres odiarlo y larga a llorar.
Bueno, si ¿no? muchas cosas juntas.
Que bueno que te hayan gustado.
Saludos
Bye.
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.Alex_YopP escribió:wooooooooooaaaa... pobre Louis y pobre Hazza.... no se que pensar.... los dos fueron unos idiotas!!! espero que pronto se arreglen las cosas entre esos 2 cabezotas...!!!
Los dos son un par de idotas, mal paridos.
Bueno, ya la sigo.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.Kaathi escribió:Sentí que me paralizaba y es que al final deje de respirar y luego me acorde que lo necesitaba...
Esto me sobrepaso de una manera horrible.
Fue tan horroroso que Harry no hiciera nada por Louis, pero sentí mucho más mal lo que Louis hizo con Harry.
Síguela cuando puedas.
Cuídate.
¿Intenso?
Si ambos se comportaron mal.
Ya la sigo.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.andy19 escribió:yo...yo..yo.... porqe CARAJO!!! PORQE!!!
TOSO IBA BIEN TODO IBA PUTAMENTE BIEN!!!
HAROLD NO PUDISTE DEFENDER A LOU
Y TU LOUIS TU!! NO DEVISTE TRATAR A SI A HAROLD CARAJO NO DEBISTE!!!!
estoy llorando te juro q estoy llorando paresco maria magdalena xD
o solo siguela pliiiiiiiis
BYE
ANDY BESOS x
Bueno las cosas no siempre son miel sobre hojuelas.
Tiene que haber altibajos, si no, ¿Cual seria el chiste.
Tranqui, te aseguro ya no lloraras.
Ya la sigo.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.AdrianaDirectioner:) escribió:¿Cres que la vida de una lectora es jodidamente facil? CLARO QUE NO! SABES QUE MIERDAS ME PASA AHORA! NO PODRÉ DORMIR PUTAMADRE! PINCHE LOUIS MAMON DE MIERDA! QUE SE JODA!
Si, te entiendo. A mi me encanta leer, y cuando me dejan con un capitulo que me rompe, nose, me vuelvo loca. Bueno tranquila, que ya la sigo.
No le eches tanto odio a Louis.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.Love4Larry escribió:Noooooooooo
Harry ql! Como le hizo eso a lou!
Y dp el otro wn se venga u.u
Quedaron ambos pa la caga!
Hoyyy otrooooo plsssss i need it
Es sabado 1313
Uunnn besooooote
Xxx
Love ya
Amm bueno ambos se fueron al demonio.
Ya la sigo:)
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.KarliKryptonite escribió:Dios, lo que hizo Louis
fue...
horrible, terrible!
)):
no lo merecía, pobre Harry, osea,
si la cago, pero, tenía que entenderlo):
DIOS
SIGUELA):
Eh, no odien tanto a Louis.
Bueno se lo merece, pero también Harry se fue ala mierda.
Bueno ya la sigo.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.MariaJoseMoralesHernandez escribió:Síguela por favor!, para cómo es posible que Harry haya dejado que lo lo golpearán y humillarán y no hacer nada al respecto, al menos por el simple hecho que tenían una relacion( si se pude llamar si), al menos por respeto lo hubiera ayudado a algo, pero bueno ha pasado por muchas cosa y dices pues bueno pobresito Harry ha pasado m por muchas cosas, pero no es pretexto para que trate así de feo a Louis, estoy muy descepcionada de el, pero en fin por favor síguela estoy más picada que un clavo a la pared
PD:nueva lectora:)
No se, Harry es un idiota.
Si Louis también fue un idiota.
Bueno ya la sigo, bienvenida.
Saludos.
Bye
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Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
SIGUELAAAAAAA PLISSSSSSSS LAAA AMOGUII :(L): :(L): :(L):
paolitam66
Capitulo 12.
Examen final.
-Louis, cambia esa cara de no-muerto que llevas. Un poco más y aquel chico de allí sale corriendo pensando que vas a succionarle el cerebro como un puto zombi en La Noche de los Muertos Vivientes – dijo Jorge mientras recogían sus mochilas de la pista de baloncesto tras jugar un partido con un grupo de muchachos del barrio.
Sí, definitivamente eso era Louis: un zombi, un cadáver, un no-muerto, con vida por fuera pero totalmente vacío por dentro. El sábado lo pasó todo el día en la cama, encerrado en su cuarto. Le hizo pensar a sus padres que estaba estudiando, ya que pronto serían los exámenes de Selectividad. Quería olvidar. Quería encerrar en un baúl las tres últimas semanas, lanzarlo al mar y que se lo llevara lejos la marea.
Sus colegas decidieron ir a casa de Edu para comer. Louis los seguía como un cadáver sin rumbo, la mirada perdida y una pesadumbre palpable a su alrededor.
-Louis, ¿Qué coño te pasa? – dijo Rafa mientras ponía las pizzas sobre la mesa para empezar a comer.
-Yo diría que hay problemas en el paraíso – rió Jorge acomodándose en el sofá.
Louis lo miró. En sus ojos se mostraba la desesperación, la ansiedad que recorría su cuerpo, las horas de insomnio, las ganas de gritar a todo pulmón. Sus ojos brillaron al aparecer una fina capa acuosa en ellos y a Jorge le cambió la cara. Podría ser un estúpido la mayor parte del tiempo pero sería capaz de dar media pierna por el bienestar de sus amigos y sabía que algo andaba mal. Sentándose junto a él, pasándole el brazo por los hombros y con voz seria, volvió a hablar:
-Eh, Lou, ¿Qué te pasa, tío?
Y Louis explotó. Comenzó a hablar. Les contó todo, desde el principio hasta el final, sin dejar detalles, ni si quiera los escabrosos. Mientras sus palabras salían, ninguno de los presentes lo interrumpía. Louis pensó que era mejor así. Necesitaba soltarlo todo de una vez y seguido. Al terminar, pudo sentir un alivio en su cuerpo y su mente. Jamás pensó que decir en voz alta todo lo que llevaba dentro sería, como normalmente se dice, quitarse un peso de encima.
Los chicos no hablaron. Lo miraban con caras serias, pensativas. Louis estaba cabizbajo, sentado en el sofá con sus codos apoyados sobre sus rodillas. Después de varios segundos de espera, Edu habló:
-¿Te ha dado fuerte por el chaval, eh? – no iba con retintín, no había sarcasmo en su voz. Sencillamente estaba afirmando lo que claramente se veía.
Lo único que hizo Louis fue respirar hondo. Jorge volvió a su habitual modo de ser:
-Bueno, por lo menos os habéis roto el culo mutuamente.
-¡Cierra la boca, Jorge! – le espetó Rafa.
-¿Por qué? ¿Es que no ves lo que pasa aquí? Están que se le cae, y nunca mejor dicho, el culo uno por el otro. El problema del chaval es que no quiere que nadie sepa que se le pone dura con un buen mástil enterrado en su culo.
-¡JORGE! – gritaron Rafa y Edu al unísono.
-No pienso esconderme. ¡Joder, nunca lo he hecho! No pienso ser su teleputa particular cuando tenga ganas de cambiar el pescado por la carne. Pero eso sí, bien escondiditos para que SU HOMBRÍA no se vea mezclada con el amariconamiento del maricon de turno – dijo Louis con rabia sarcástica.
-Lou – dijo Edu suavemente – Siempre has tenido un problema – Louis lo miró con ojos destellantes. Lo único que le faltaba es que le espetaran algo – Nunca has entendido cómo puede afectar a cada uno el darse cuenta que no eres como la sociedad indica. Sólo porque tú aceptaste desde primera hora que te gustaban los tíos no significa que para otros sea igual de fácil. Sólo has vivido en tus carnes la aceptación. Pero no has pasado por el miedo, las lágrimas, el verte diferente e incluso darte asco de ti mismo. El qué dirán tus padres, tus amigos, tu familia. Negar lo que eres cuando sabes que es imposible sentir lo que sientes. La frustración de ver cómo puedes ser apartado sólo porque no sigues los gustos marcados.
Louis escuchaba sin apartar la mirada de Edu. Sabía lo que quería decir. Su amigo de la infancia no tuvo un camino de rosas al saber que era gay. Tras intentar negárselo varias veces, enrollándose con chicas a diestro y siniestro, acabó aceptándolo no sin represalias por parte de su familia. Su padre dejó de hablarle, casi hasta el punto de repudiarle. Su madre lloraba cada vez que le miraba a la cara. Incluso ahora, con dieciocho años, sus padres aún intentaban traer a las hijas de sus amigos a comidas que hacían en casa para ver si el chico se “enmendaba”.
-Pero… ¿Y qué quieres Edu? ¿Qué pase por alto cómo me humilló delante de todo el mundo sólo porque el señorito AÚN no acepta lo que es? – dijo Louis con un tembleque en su voz.
-¿Sabes? – comenzó Edu riendo irónicamente – Ni si quiera sé como no destrozó esa puerta y te reventó a palos después de lo que hiciste. ¿Qué te hace pensar que el chaval quiere seguir teniendo algo contigo?
-¡¿PERO ES QUE TE VAS A PONER DE SU PARTE?! ¡Esto ya es lo que me faltaba, Joder! – gritó Louis incrédulo.
Aunque en el fondo sabía que Edu tenía razón. Él también se lo había preguntado. Si alguien hubiera tenido los huevos de hacerle algo así se los habría cortado. “¿Por qué no lo había hecho Hazza? ¿Por qué no hizo nada cuando lo empotró contra la mesa? ¿Por qué ni si quiera gritó cuando… cuando...?” Un tinte rojo mezclado con agua empezó a aparecer en la mente de Louis y rápidamente desechó la imagen. Jorge también estaba en lo cierto. Ambos se habían roto el culo mutuamente y Harry fue el primero en hacerlo. La historia de los dos estaba manchada por ambos lados.
-Louis – siguió calmadamente Edu – Mira… yo creo que ninguno sabemos qué decirte. Tú no sabes ni lo que quieres y no sabemos lo que ronda por la cabeza del chico. Pero más te vale llegar a alguna solución o vais a acabar jodiéndoos la vida el uno al otro.
Tras jugar un rato a la play para bajar los ánimos, se despidieron y cada uno se fue a su casa. Nada más llegar a la suya, Louis se metió en la cama. No quería pesar, sólo quería dormir y soñar. Los sueños, siempre que no fueran pesadillas, le hacían a Louis evadirse en un mundo paralelo donde la tristeza o la rabia no existían, sólo felicidad y risas. Pero a la mañana siguiente, tendría que enfrentarse a la realidad.
Louis estaba tan inquieto, o quizás más, que el lunes pasado. No tenía ni idea de qué ocurriría. No sabía como actuaría Harry, ni si quiera sabía como lo haría el mismo. Las dos primeras horas fueron interminables. Sentía cómo retumbaba en su pecho cada bombeo de su corazón y sus manos no paraban de sudar, mientras los profesores hablaban, regañaban y volvían a hablar.
La campana sonó indicando la hora del recreo. Como siempre, Pedro lo acompañó a la cafetería. Sentado en la mesa, con su café en la mano, su pie no paraba de repiquetear el suelo, mientras taladraba la puerta de la cafetería con la mirada. Los minutos pasaban. La incertidumbre y la ansiedad crecían. Pero no apareció. Ni Harry ni sus lacayos. Louis pensó que incluso era mejor así. Tendría un día más para recrear el hipotético escenario en el que se encontraría con Harry.
Pero al día siguiente tampoco le vio el pelo. Empezó a impacientarse un poco. ¿Qué le habría pasado? Tampoco es que fuera la primera vez que el chico no se presentaba durante dos días, sólo que la ansiedad y los nervios le carcomían por dentro. Pero cuando llegó el miércoles y tampoco apareció, la tensión de la que era partícipe su estado de ánimo se reflejó en cómo gritó una incoherencia a Pedro cuando sencillamente éste le pidió un bolígrafo.
“!JODER! ¿DÓNDE ESTABA? ¿Le habría pasado algo? ¿Le habría hecho daño aquella noche? ¡Coño, pues claro que le había hecho daño! Y no sólo mental”
El miércoles por la noche no pegó ojo. Su cuerpo era un manojo de nervios, su mente un hervidero de pensamientos que le provocaban un terrible dolor de cabeza. Si Harry no aparecía el jueves explotaría, literalmente. Estaba incluso pensando en preguntarle a la zorra de la rubia qué pasaba con él.
Cuando la hora del recreo del jueves llegó y tampoco había rastro de Harry por ningún lado, su cuerpo empezó a estallar en pequeñas convulsiones internas. Buscó como loco a la rubia por mitad del colegio y, por la otra mitad, a los estúpidos de Goyle y Crabbe. Pero no hubo suerte. “¿Dónde estaban los gilipollas cuando los necesitabas?”
Como un autómata se dirigió a la clase de Educación física. Iba a ser la primera vez que diera esta clase sin la presencia de Harry. Entró en el vestuario, que estaba lleno de alumnos cambiándose para la clase, puso su bolsa de deporte sobre uno de los bancos de al lado de las taquillas y comenzó a desvestirse. Poco a poco, los murmullos de los chicos iban desapareciendo mientras iban saliendo. Louis estaba empezando a guardar la ropa que se había quitado, cuando escuchó hablar a alguien:
-Eh, tío, Hazza, ¿Cómo andas, que no se te ha visto el pelo en toda la semana?
Estático, petrificado, inmóvil. Sus zapatos quedaron a medio guardar. Sus ojos abiertos de par en par mirando hacia la pared. Su cuerpo empezó a exudar un sudor frío, cortante. Harry tardó unos segundos en contestar.
-Cosas que tenía que hacer y… pensar.
Aquella última palabra pinchó de lleno el corazón de Louis. Por el rabillo del ojo vio como Harry se sentaba en el banco de al lado, a unos tres metros, y colocaba su bolsa de deporte en el suelo entre sus piernas.
-Pues te habrás comido mucho la cabeza pensando por tres días, cabronazo – dijo otro chico riendo a carcajadas.
Louis seguía clavado en sus pies, absorto, inamovible. En su campo directo de visión sólo la pared.
-No sabes hasta que punto.
La voz de ultratumba que salía de Harry lo hizo estremecer. Sintió como la mirada del chico le atravesaba cada poro de su piel. En un intento de no parecer un idiota allí quieto, con los zapatos en alto a medio guardar, obligó a su cuerpo a seguir metiendo su ropa en la mochila.
Con los ojos puestos en el interior de su bolsa de deporte, percibió como Harry bajaba su cabeza y apoyaba los codos en sus rodillas. El chico soltó un suspiro vencido, agotado, resignado, y se quedó cabizbajo. Tres segundos exactos pasaron, escuchándose sólo el roce de las ropas de los estudiantes al cambiarse, cuando:
-Me he enamorado de ti.
Silencio.
Silencio sepulcral.
Más silencio.
Los ojos de Louis parecían dos pelotas de tenis y, al mismo tiempo que su cerebro intentaba formar la pregunta ¿Qué?, alguno de los presentes la hizo. Harry no contestó y, todavía con su cabeza gacha y con voz pausada, siguió:
-Tana me dijo una vez que la mayor cobardía de una persona es hacer creer a alguien que te interesa para luego no hacerlo – alguien dijo algo como ¿De qué coño estás hablando, Harry? Volvió a no tener respuesta – Yo no soy un cobarde Louis – y levantando su cabeza, le espetó – No lo soy.
¡Boom! Aquello lo mató. Cerrando sus ojos e inspirando fuertemente, recordó como lo había llamado cobarde por eso mismo: por no aceptar lo que era, por jugar con él. “Pero… espera… ¿Qué es lo primero que había dicho?”. Ayudando a las neuronas del cerebro de Louis a obtener aquella respuesta, alguien de los presentes se lo recordó:
-Tío, ¿Acabas de decir que estás enamorado de éste?
Ahora, sí hubo respuesta.
-Lárgate, Rubén. Largaos todos – dijo Harry dominante, inquisitivo. Louis diría que incluso feroz.
-Pero, ¿Qué…? – dijo Rubén incrédulo.
-Fuera, ¡YA! – Louis respingó un poco por la dureza en la voz de Harry.
Sin mediar ni una palabra más, escuchó los pasos de los chicos saliendo del vestuario.
Aquel silencio mortuorio otra vez. Louis seguía mirando su mochila. El sudor frío aún se pegaba a su cuerpo.
-¿Sabes cuanto tiempo estuve parado delante de la puerta de tu casa? – la voz de Harry era opaca, sin emoción. Louis no contestó. De todas formas sabía que el chico no quería una respuesta. Era una pregunta que él mismo contestaría – Media hora… treinta putos minutos... allí parado… congelándome… ¿Y sabes que pensé cada uno de aquellos minutos, Lou? – otra pregunta sin querer la respuesta – Las mil y una formas posibles que tenía de patear la puerta y partirte la cara más de lo que ya la tenías.
Louis dejó de guardar sus cosas, se mordió el labio, cerró sus ojos y hundió sus hombros derrotado. Soltó un suspiro quebrado, pero no se movió de su posición.
-No soy un cobarde, Lou – volvió a repetir, pero su voz ahora era ahogada – Pero… acabo de pasar la peor puta semana de mi vida. Y créeme – soltó una risa estrangulada y prosiguió – He tenido muchas mierdas de semanas.
Louis no lo ponía en duda. Con aquellos padres viviendo sus propias vidas, sin importarles que comía, hacía o quería su hijo. Harry volvió a hablar, pero Louis seguía siendo incapaz de mirarlo.
-He machacado mi cabeza cada uno de los siete días. En varios de ellos quería matarte – más sudor frío – Pero en otros, simplemente...
Pasaron ¿Segundos? ¿Minutos? Louis no lo supo con exactitud, pero ambos permanecieron callados. Harry se recostó sobre la pared y volvió a hablar:
-¿Recuerdas el día de la playa? – “Cómo para olvidarlo” – Jamás, óyeme bien Louis, JAMÁS, habría dejado que un tío me chupase la polla… jamás… Pero para ese día, ya habías hecho algo… algo conmigo… algo dentro de mí – soltó una risa como para sí mismo – ¡Joder, Louis! ¡Me diste el mejor puto orgasmo de mi vida en las duchas! Quizás eso fue lo que me hizo hacerte eso… eso en casa de Marta. Vale sí, quería que te jodieras por atreverte a tocarme sin yo quererlo, pero al sentir lo que me hiciste sentir… yo sólo… quería sentirlo otra vez.
Louis escuchaba palabra a palabra, frase a frase. Iban entrando en su mente y encajando las piezas de su confrontada relación como en un puzzle.
-El día de la playa me abandoné, Louis… me abandoné a ti. No sé qué coño estabas haciendo conmigo, pero cuando dijiste “Mi turno”… no sé… mi cuerpo quería que realmente hicieras uso de ese turno.
Louis aún no lo miraba, pero se extrañó al sentir un leve tono de deseo necesitado en su voz. Cuando Harry volvió a hablar, sus palabras iban acompañadas de una risa pecaminosa.
-Cómo no pudiste “cumplir con tu palabra”, decidí ir en busca de ese turno. No tienes ni idea que tres días pasé pensando qué mierda hacer para ir a buscarte… Carlos no es mi primo, Louis – ahora, sí, Louis lo miró interrogante, y vio como a Harry se le dibujaba una sonrisa traviesa – Es un amigo.
El chico le dio unos segundos a Louis para recuperarse de la impresión de aquella confesión.
-Yo sabía dónde vivías tú porque Vanesa es la sobrina del director y conoce la vida entera de cada uno del instituto –“Vanesa, Vanesa… será la zorra rubia” – Así que como Carlos vivía por tu barrio, le dije que me iba a pasar las fiestas con él, a ver si tenía suerte y me topaba contigo. Lo que nunca me imaginé es que la prima de Carlos fuera amiguita tuya – Harry rió – Cuando te vi allí en la mesa casi se me caen las pelotas al suelo, tío.
“¿Realmente le estaba diciendo que fue a buscarlo? ¿A él? ¿Maquinó todo aquello sólo para ver si, a lo mejor, se lo encontraba por el barrio?”
-Cuando me viste en el callejón, estaba decidiendo de qué manera abordarte para llevarte conmigo – Louis respiró hondo sin apartar los ojos de él – Pero parece que eso lo decidiste tú ¿Eh? – dijo Harry con una sonrisa dulce.
-Lou… Lou… – Harry suspiró necesitado – Pase lo que pase entre nosotros, ese fin de semana va a estar clavado dentro de mí de por vida – Louis sentía que los ojos empezaban a picarle – Fue… Joder, no sé explicarlo… ¡Coño, Lou! ¡Te comí la polla! – dijo Harry elevando la voz y sus manos a sus cabellos.
Pero lo que más le sorprendió a Louis fue, que mientras tiraba de sus pelos y se mordía el labio inferior, el gusto que se reflejaba en su cara era digno de observar.
-Hace tres semanas le habría roto todos los huesos del cuerpo a quien se atreviese a decirme que acabaría siendo un chupapollas… y me gustó Louis – y cerrando los ojos siguió – ¡Joder si me gustó!
Louis necesitaba algo, un poste, una columna, un palo, algo a lo que agarrarse para no dejarse caer como un gilipollas por lo que las palabras de Harry estaban haciendo al equilibrio de su cuerpo. De repente, a Harry se le cambió la expresión a una sombría. Volvió a dejar sus codos sobre las rodillas y, con voz fúnebre, dijo:
-¿Sabes?... Sí que fui un puto cobarde… Antes de ir el viernes a tu casa… después de lo que pasó en el instituto… quería arrancarme la piel a tiras… Lou – y Harry levantó su cabeza para mirarlo suplicante – Esto es un nuevo para mí, ¡No es fácil, joder! No es fácil entender lo que estoy sintiendo. No es fácil saber que lo que quiero es que estés aquí, conmigo, que me gusta sentirte a mi alrededor, que necesito verte a cada hora… que me gusta cuando me besas, cuando me tocas… Sé que debería haber parado aquella tunda de palos, pero estaba como ido… realmente no tenía ni puta idea de qué hacer, Louis.
Louis recordó las palabras de Edu. “¿De verdad soy así? ¿De verdad no puedo entender que a los demás no les sea tan fácil darse cuenta que no es malo que te guste tu mismo sexo? ¿Qué pueden tener gente a su alrededor, como Edu, que dejarían de quererlo por ser gay? ¿Realmente soy incapaz de llegar a entender eso?”
-Me mataste por dentro Lou… – prosiguió Harry sombrío – En tu cocina… me hundiste… pero supongo que después de no impedir que los chicos te pegaran, de alguna manera me lo merecía – la voz de Harry cambió a una irónica – Aunque tío, podrías haberme sólo machacado a puñetazos – y con tono recriminatorio le dijo – He estado con dolor de culo cuatro días, mamón… pero bueno, al fin y al cabo, yo te lo hice primero.
¡Joder con “El Machote”!. Era capaz de hacerle sentir el hombre más feliz sobre la faz de la tierra diciéndole que lo necesitaba a su lado, para luego, hundirle en la miseria echándole en cara todas las mierdas que había cometido. Y por primera vez, desde que Louis había cruzado las puertas del vestuario y, con ese vaivén de emociones dentro de su cuerpo, dijo:
-Entonces, Harry… ¿A dónde nos lleva esto?
-Nos lleva a que vas a tener que ser paciente y esperar que todo lo que estoy sintiendo termine por… aceptarlo. No es que te vaya a negar delante de nadie Louis, no soy un cobarde, ya te lo he dicho, pero… sólo entiéndeme, ¿Vale? Creo que ya sabes todo lo que ronda por mi cabeza, así que… eso… ten paciencia conmigo.
“¿Le estaba diciendo que quería estar con él? ¿Qué estaba dispuesto a pasarse al “lado oscuro” y quedarse? ¿A pesar de lo que dijeran sus amigos, sus vecinos,… Tana?”
Louis aún estaba intentando recopilar todo lo que aquella conversación había dado de sí. Y decidió empezar por el principio. “¿Cómo comenzó la cosa? ¡Ah... sí!” Y a Louis se le dibujó la sonrisa más pícara, traviesa y juguetona de todas las que nunca había mostrado en su vida. Su cuerpo desprendía sensualidad mientras iba acercándose poco a poco a Harry.
-A ver, recopilemos. ¿Qué fue lo primero que dijiste? Es queeeeee, no estaba prestando mucha atencióoooon, y creo que no lo escuché muy bien – dijo Louis, haciendo un gesto cómico con su mano.
Sentado en el banco, mirándolo desde esa posición, Harry empezó a sonreír, mostrando en sus mejillas la gran debilidad de Louis.
-¡Ah, no, nene! Olvídate de eso. Lo dije una vez y no lo volverás a escuchar por lo que te queda de vida – contestó Harry intentando ser severo, pero su amplia sonrisa lo delataba.
“¿Nene? ¡Dios! ¡Acababa de matarlo!” Louis hizo acopio de todo su valor para no tumbarlo sobre el banco y hacerle el amor allí mismo. Con un pie, apartó la bolsa de deporte de Harry que tenía entre los pies, se arrodilló entre sus piernas y, agarrándolo de la cintura, lo acercó a él, quedando la entrepierna del chico pegada a su abdomen y la nariz a la suya propia.
Si miraron tiernamente.
-Me tienes loco, machote – dijo Louis, moviendo su cabeza sutilmente para lograr un suave roce de sus labios con los de Harry.
El chico cerró los ojos y suspiró. Louis comenzó a darle pequeños lametones, primero en un labio, luego en otro, mientras Harry se dejaba hacer. Sin poder suportarlo más, y sintiendo como una necesidad apremiante lo quemaba, pasó una mano por el cuello del muchacho y apretó sus bocas juntas. Ambos gimieron y comenzaron a saborearse. Pero la intensidad del beso subió cuando el torrente de todos los sentimientos que albergaban cada uno estalló. Sus respiraciones eran profundas y erráticas y sus manos devoraban toda la piel que encontraban a su paso.
Un ruido alborotador fuera de los vestuarios los hizo separarse súbitamente. “¡Coño, la clase de educación física ha terminado!” Louis había estado tan fuera de la realidad durante aquellas dos horas, que ni se acordaba que aún estaban en el instituto y que se habían saltado la clase.
Rápidamente se separaron y se pusieron de pie justo cuando entraba el primero de los estudiantes al vestuario. Se miraron inquietos por varios segundos mientras, uno tras otro, los chicos iban llegando. Rubén entró y miró a Louis, para, justamente después, desviar su mirada a Harry.
Louis se quedó perplejo por lo que vio. Un Harry, altivo, altanero y desafiante como nunca lo había visto antes, le devolvió la mirada a Rubén. Recogiendo su bolsa de deporte del suelo, agarró la mano de Louis, a la vista de todos los presentes, y comenzó a salir del vestuario seguido de un muy estupefacto Louis. Desde luego, esta era una muy buena manera para empezar a demostrar lo que le dijo: que no iba a negarle ante nadie.
-¿Dónde está Tana? – dijo Louis mientras entraban por la puerta de la casa de Harry.
-En una asociación para gente de su edad. No volverá hasta las ocho más o menos.
Harry cerró la puerta y, sonriendo, se le quedó mirando. Desvió la mirada hacia abajo y juntó una de las palmas de su mano con una de las de Louis. Empezó a acariciarla suavemente, palma contra palma, y poco a poco, fue entrelazando sus dedos.
Ambos miraban el movimiento de sus manos, de esa caricia que estaba expresando los nuevos sentimientos que los llenaban. Apretando sus dedos, Harry lo miró y dijo:
-Vamos a mi cuarto.
Louis lo siguió sin soltar aquel agarre. Si Jorge le viera la sonrisa estúpida que no se borraba de su cara lo desheredaría como amigo.
Llegaron al cuarto y se quedaron uno frente al otro. Harry se mordió los labios y metió sus manos por debajo de la camisa de Louis, trazando cada uno de los músculos de su abdomen, sintiendo cómo se amoldaban a sus dedos. Fue subiendo por aquel camino robusto que era el pecho de Louis e hizo una parada en sus pezones. Con la yema de uno de sus dedos lo circuló, mientras Louis gemía aún con aquella tonta sonrisa.
Siguió su camino ascendente, arrastrando la camisa con él, y la quitó pasándola por los brazos y cuello de Louis. Una vez tirada en el suelo, Harry pasó la punta de su lengua lamiendo uno de los pezones. Sacó sus dientes, y antes de morderlo, levantó sus ojos hacia Louis.
-¡Auch! – se quejó Louis mientras le devolvía la mirada sonriente.
-Eso por haber vuelto mi vida del revés – dijo Harry con el pezón en la boca.
Louis rió. “No tienes ni idea de lo que me ha gustado hacerlo”.
El chico comenzó a subir por su cuello, plantando besos a diestro y siniestro, mordiendo, lamiendo. Louis lo abrazó por la cintura y lo estrujó. Quería sentirlo así: suyo, su machote. Bajó sus manos hacia sus nalgas y lo alzó. Instintivamente, Harry abrazó sus caderas con las piernas y su cuello con los brazos.
Mientras se besaban de una manera viva y apasionada, Louis los arrastró a la cama, quedando él de espaldas y con el chico encima suyo. Se separaron por falta de aire. Louis comenzó a desabrochar los pantalones de Harry mientras éste se quitaba su camisa. No sin esfuerzo, los quitó junto con los calzoncillos fuera del cuerpo del muchacho, pero antes de que Harry volviera a su posición le dijo:
-No… ven aquí – y agarrando los muslos de Harry, lo arrastró a través de su cuerpo tumbado y lo dejó a ambos lados de su cabeza.
Sin darle cuartel al chaval, se metió de lleno la polla semidura del chico en la boca. Debido a la impresión, y para no desestabilizarse, Harry se sujetó del cabecero de la cama con ambas manos y gimió fuerte cuando Louis puso las suyas a su trasero.
-Lou… aahhhhh…
Por instinto, Harry empezó a mover sus caderas, viendo como aquella boca chupaba y lamía su miembro. No supo si fue por la semana que llevaba sin eyacular o por lo caliente del momento, que no pudo aguantar su orgasmo y se corrió sin dejar de mirar a Louis y como éste tragaba, o eso pensaba él, todo su esperma.
Justo cuando sintió que Harry se corrió, Louis tuvo un súbito pensamiento: “!Mierda! ¡Lubricante!” Pero con la primera onda de semen que se estrelló contra su garganta, le llegó la respuesta.
Con un Harry aún jadeante por su clímax, Louis lo abrazó por la espalda e hizo que se girara para tumbarlo sobre el colchón. Se quitó sus pantalones en un santiamén, le abrió las piernas y se posicionó entre ellas. Harry lo miró en el momento que Louis escupía el semen de su boca sobre sus dedos. Los ojos del chico irradiaban una lujuria desorbitada por aquel hecho y Louis no lo hizo esperar.
Empapó la entrada con el lubricante natural y con el resto recubrió su polla. No lo preparó. Tal era su ansia, su apetito sexual por poseer a su machote que acomodó su eje entre las nalgas y, eso sí, muy lentamente, comenzó a introducirse en él.
Harry hizo un gesto de dolor. Louis lo miró y paró. No iba a joder aquel momento sólo por su anhelo de sentirse dentro de él. Pero Harry movió la cabeza afirmativamente y comenzó a hundirse en el interior. Ambos jadeaban sonoramente, sin apartar la mirada el uno del otro hasta que sus carnes se tocaron.
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida – dijo Louis con una respiración profunda, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Harry.
Éste le mostró sus hoyuelos y se perdió en el mar azul que eran los ojos de Louis, al igual que había hecho, sin saberlo, el primer día que lo vio sentado en las escaleras de la cafetería.
..........................................................................................
Hola.
Bueno, lo siento mucho por no haber actualizado, tenia, o mas bien tengo mucha tarea:(
Y aparte un examen, del cual casi no se nada.
Así que eso, ah y mi estúpido Internet que no coopera.
Bueno que tengan un buen domingo, oh lo que queda de.
Saludos.
Bye:)
-Louis, cambia esa cara de no-muerto que llevas. Un poco más y aquel chico de allí sale corriendo pensando que vas a succionarle el cerebro como un puto zombi en La Noche de los Muertos Vivientes – dijo Jorge mientras recogían sus mochilas de la pista de baloncesto tras jugar un partido con un grupo de muchachos del barrio.
Sí, definitivamente eso era Louis: un zombi, un cadáver, un no-muerto, con vida por fuera pero totalmente vacío por dentro. El sábado lo pasó todo el día en la cama, encerrado en su cuarto. Le hizo pensar a sus padres que estaba estudiando, ya que pronto serían los exámenes de Selectividad. Quería olvidar. Quería encerrar en un baúl las tres últimas semanas, lanzarlo al mar y que se lo llevara lejos la marea.
Sus colegas decidieron ir a casa de Edu para comer. Louis los seguía como un cadáver sin rumbo, la mirada perdida y una pesadumbre palpable a su alrededor.
-Louis, ¿Qué coño te pasa? – dijo Rafa mientras ponía las pizzas sobre la mesa para empezar a comer.
-Yo diría que hay problemas en el paraíso – rió Jorge acomodándose en el sofá.
Louis lo miró. En sus ojos se mostraba la desesperación, la ansiedad que recorría su cuerpo, las horas de insomnio, las ganas de gritar a todo pulmón. Sus ojos brillaron al aparecer una fina capa acuosa en ellos y a Jorge le cambió la cara. Podría ser un estúpido la mayor parte del tiempo pero sería capaz de dar media pierna por el bienestar de sus amigos y sabía que algo andaba mal. Sentándose junto a él, pasándole el brazo por los hombros y con voz seria, volvió a hablar:
-Eh, Lou, ¿Qué te pasa, tío?
Y Louis explotó. Comenzó a hablar. Les contó todo, desde el principio hasta el final, sin dejar detalles, ni si quiera los escabrosos. Mientras sus palabras salían, ninguno de los presentes lo interrumpía. Louis pensó que era mejor así. Necesitaba soltarlo todo de una vez y seguido. Al terminar, pudo sentir un alivio en su cuerpo y su mente. Jamás pensó que decir en voz alta todo lo que llevaba dentro sería, como normalmente se dice, quitarse un peso de encima.
Los chicos no hablaron. Lo miraban con caras serias, pensativas. Louis estaba cabizbajo, sentado en el sofá con sus codos apoyados sobre sus rodillas. Después de varios segundos de espera, Edu habló:
-¿Te ha dado fuerte por el chaval, eh? – no iba con retintín, no había sarcasmo en su voz. Sencillamente estaba afirmando lo que claramente se veía.
Lo único que hizo Louis fue respirar hondo. Jorge volvió a su habitual modo de ser:
-Bueno, por lo menos os habéis roto el culo mutuamente.
-¡Cierra la boca, Jorge! – le espetó Rafa.
-¿Por qué? ¿Es que no ves lo que pasa aquí? Están que se le cae, y nunca mejor dicho, el culo uno por el otro. El problema del chaval es que no quiere que nadie sepa que se le pone dura con un buen mástil enterrado en su culo.
-¡JORGE! – gritaron Rafa y Edu al unísono.
-No pienso esconderme. ¡Joder, nunca lo he hecho! No pienso ser su teleputa particular cuando tenga ganas de cambiar el pescado por la carne. Pero eso sí, bien escondiditos para que SU HOMBRÍA no se vea mezclada con el amariconamiento del maricon de turno – dijo Louis con rabia sarcástica.
-Lou – dijo Edu suavemente – Siempre has tenido un problema – Louis lo miró con ojos destellantes. Lo único que le faltaba es que le espetaran algo – Nunca has entendido cómo puede afectar a cada uno el darse cuenta que no eres como la sociedad indica. Sólo porque tú aceptaste desde primera hora que te gustaban los tíos no significa que para otros sea igual de fácil. Sólo has vivido en tus carnes la aceptación. Pero no has pasado por el miedo, las lágrimas, el verte diferente e incluso darte asco de ti mismo. El qué dirán tus padres, tus amigos, tu familia. Negar lo que eres cuando sabes que es imposible sentir lo que sientes. La frustración de ver cómo puedes ser apartado sólo porque no sigues los gustos marcados.
Louis escuchaba sin apartar la mirada de Edu. Sabía lo que quería decir. Su amigo de la infancia no tuvo un camino de rosas al saber que era gay. Tras intentar negárselo varias veces, enrollándose con chicas a diestro y siniestro, acabó aceptándolo no sin represalias por parte de su familia. Su padre dejó de hablarle, casi hasta el punto de repudiarle. Su madre lloraba cada vez que le miraba a la cara. Incluso ahora, con dieciocho años, sus padres aún intentaban traer a las hijas de sus amigos a comidas que hacían en casa para ver si el chico se “enmendaba”.
-Pero… ¿Y qué quieres Edu? ¿Qué pase por alto cómo me humilló delante de todo el mundo sólo porque el señorito AÚN no acepta lo que es? – dijo Louis con un tembleque en su voz.
-¿Sabes? – comenzó Edu riendo irónicamente – Ni si quiera sé como no destrozó esa puerta y te reventó a palos después de lo que hiciste. ¿Qué te hace pensar que el chaval quiere seguir teniendo algo contigo?
-¡¿PERO ES QUE TE VAS A PONER DE SU PARTE?! ¡Esto ya es lo que me faltaba, Joder! – gritó Louis incrédulo.
Aunque en el fondo sabía que Edu tenía razón. Él también se lo había preguntado. Si alguien hubiera tenido los huevos de hacerle algo así se los habría cortado. “¿Por qué no lo había hecho Hazza? ¿Por qué no hizo nada cuando lo empotró contra la mesa? ¿Por qué ni si quiera gritó cuando… cuando...?” Un tinte rojo mezclado con agua empezó a aparecer en la mente de Louis y rápidamente desechó la imagen. Jorge también estaba en lo cierto. Ambos se habían roto el culo mutuamente y Harry fue el primero en hacerlo. La historia de los dos estaba manchada por ambos lados.
-Louis – siguió calmadamente Edu – Mira… yo creo que ninguno sabemos qué decirte. Tú no sabes ni lo que quieres y no sabemos lo que ronda por la cabeza del chico. Pero más te vale llegar a alguna solución o vais a acabar jodiéndoos la vida el uno al otro.
Tras jugar un rato a la play para bajar los ánimos, se despidieron y cada uno se fue a su casa. Nada más llegar a la suya, Louis se metió en la cama. No quería pesar, sólo quería dormir y soñar. Los sueños, siempre que no fueran pesadillas, le hacían a Louis evadirse en un mundo paralelo donde la tristeza o la rabia no existían, sólo felicidad y risas. Pero a la mañana siguiente, tendría que enfrentarse a la realidad.
Louis estaba tan inquieto, o quizás más, que el lunes pasado. No tenía ni idea de qué ocurriría. No sabía como actuaría Harry, ni si quiera sabía como lo haría el mismo. Las dos primeras horas fueron interminables. Sentía cómo retumbaba en su pecho cada bombeo de su corazón y sus manos no paraban de sudar, mientras los profesores hablaban, regañaban y volvían a hablar.
La campana sonó indicando la hora del recreo. Como siempre, Pedro lo acompañó a la cafetería. Sentado en la mesa, con su café en la mano, su pie no paraba de repiquetear el suelo, mientras taladraba la puerta de la cafetería con la mirada. Los minutos pasaban. La incertidumbre y la ansiedad crecían. Pero no apareció. Ni Harry ni sus lacayos. Louis pensó que incluso era mejor así. Tendría un día más para recrear el hipotético escenario en el que se encontraría con Harry.
Pero al día siguiente tampoco le vio el pelo. Empezó a impacientarse un poco. ¿Qué le habría pasado? Tampoco es que fuera la primera vez que el chico no se presentaba durante dos días, sólo que la ansiedad y los nervios le carcomían por dentro. Pero cuando llegó el miércoles y tampoco apareció, la tensión de la que era partícipe su estado de ánimo se reflejó en cómo gritó una incoherencia a Pedro cuando sencillamente éste le pidió un bolígrafo.
“!JODER! ¿DÓNDE ESTABA? ¿Le habría pasado algo? ¿Le habría hecho daño aquella noche? ¡Coño, pues claro que le había hecho daño! Y no sólo mental”
El miércoles por la noche no pegó ojo. Su cuerpo era un manojo de nervios, su mente un hervidero de pensamientos que le provocaban un terrible dolor de cabeza. Si Harry no aparecía el jueves explotaría, literalmente. Estaba incluso pensando en preguntarle a la zorra de la rubia qué pasaba con él.
Cuando la hora del recreo del jueves llegó y tampoco había rastro de Harry por ningún lado, su cuerpo empezó a estallar en pequeñas convulsiones internas. Buscó como loco a la rubia por mitad del colegio y, por la otra mitad, a los estúpidos de Goyle y Crabbe. Pero no hubo suerte. “¿Dónde estaban los gilipollas cuando los necesitabas?”
Como un autómata se dirigió a la clase de Educación física. Iba a ser la primera vez que diera esta clase sin la presencia de Harry. Entró en el vestuario, que estaba lleno de alumnos cambiándose para la clase, puso su bolsa de deporte sobre uno de los bancos de al lado de las taquillas y comenzó a desvestirse. Poco a poco, los murmullos de los chicos iban desapareciendo mientras iban saliendo. Louis estaba empezando a guardar la ropa que se había quitado, cuando escuchó hablar a alguien:
-Eh, tío, Hazza, ¿Cómo andas, que no se te ha visto el pelo en toda la semana?
Estático, petrificado, inmóvil. Sus zapatos quedaron a medio guardar. Sus ojos abiertos de par en par mirando hacia la pared. Su cuerpo empezó a exudar un sudor frío, cortante. Harry tardó unos segundos en contestar.
-Cosas que tenía que hacer y… pensar.
Aquella última palabra pinchó de lleno el corazón de Louis. Por el rabillo del ojo vio como Harry se sentaba en el banco de al lado, a unos tres metros, y colocaba su bolsa de deporte en el suelo entre sus piernas.
-Pues te habrás comido mucho la cabeza pensando por tres días, cabronazo – dijo otro chico riendo a carcajadas.
Louis seguía clavado en sus pies, absorto, inamovible. En su campo directo de visión sólo la pared.
-No sabes hasta que punto.
La voz de ultratumba que salía de Harry lo hizo estremecer. Sintió como la mirada del chico le atravesaba cada poro de su piel. En un intento de no parecer un idiota allí quieto, con los zapatos en alto a medio guardar, obligó a su cuerpo a seguir metiendo su ropa en la mochila.
Con los ojos puestos en el interior de su bolsa de deporte, percibió como Harry bajaba su cabeza y apoyaba los codos en sus rodillas. El chico soltó un suspiro vencido, agotado, resignado, y se quedó cabizbajo. Tres segundos exactos pasaron, escuchándose sólo el roce de las ropas de los estudiantes al cambiarse, cuando:
-Me he enamorado de ti.
Silencio.
Silencio sepulcral.
Más silencio.
Los ojos de Louis parecían dos pelotas de tenis y, al mismo tiempo que su cerebro intentaba formar la pregunta ¿Qué?, alguno de los presentes la hizo. Harry no contestó y, todavía con su cabeza gacha y con voz pausada, siguió:
-Tana me dijo una vez que la mayor cobardía de una persona es hacer creer a alguien que te interesa para luego no hacerlo – alguien dijo algo como ¿De qué coño estás hablando, Harry? Volvió a no tener respuesta – Yo no soy un cobarde Louis – y levantando su cabeza, le espetó – No lo soy.
¡Boom! Aquello lo mató. Cerrando sus ojos e inspirando fuertemente, recordó como lo había llamado cobarde por eso mismo: por no aceptar lo que era, por jugar con él. “Pero… espera… ¿Qué es lo primero que había dicho?”. Ayudando a las neuronas del cerebro de Louis a obtener aquella respuesta, alguien de los presentes se lo recordó:
-Tío, ¿Acabas de decir que estás enamorado de éste?
Ahora, sí hubo respuesta.
-Lárgate, Rubén. Largaos todos – dijo Harry dominante, inquisitivo. Louis diría que incluso feroz.
-Pero, ¿Qué…? – dijo Rubén incrédulo.
-Fuera, ¡YA! – Louis respingó un poco por la dureza en la voz de Harry.
Sin mediar ni una palabra más, escuchó los pasos de los chicos saliendo del vestuario.
Aquel silencio mortuorio otra vez. Louis seguía mirando su mochila. El sudor frío aún se pegaba a su cuerpo.
-¿Sabes cuanto tiempo estuve parado delante de la puerta de tu casa? – la voz de Harry era opaca, sin emoción. Louis no contestó. De todas formas sabía que el chico no quería una respuesta. Era una pregunta que él mismo contestaría – Media hora… treinta putos minutos... allí parado… congelándome… ¿Y sabes que pensé cada uno de aquellos minutos, Lou? – otra pregunta sin querer la respuesta – Las mil y una formas posibles que tenía de patear la puerta y partirte la cara más de lo que ya la tenías.
Louis dejó de guardar sus cosas, se mordió el labio, cerró sus ojos y hundió sus hombros derrotado. Soltó un suspiro quebrado, pero no se movió de su posición.
-No soy un cobarde, Lou – volvió a repetir, pero su voz ahora era ahogada – Pero… acabo de pasar la peor puta semana de mi vida. Y créeme – soltó una risa estrangulada y prosiguió – He tenido muchas mierdas de semanas.
Louis no lo ponía en duda. Con aquellos padres viviendo sus propias vidas, sin importarles que comía, hacía o quería su hijo. Harry volvió a hablar, pero Louis seguía siendo incapaz de mirarlo.
-He machacado mi cabeza cada uno de los siete días. En varios de ellos quería matarte – más sudor frío – Pero en otros, simplemente...
Pasaron ¿Segundos? ¿Minutos? Louis no lo supo con exactitud, pero ambos permanecieron callados. Harry se recostó sobre la pared y volvió a hablar:
-¿Recuerdas el día de la playa? – “Cómo para olvidarlo” – Jamás, óyeme bien Louis, JAMÁS, habría dejado que un tío me chupase la polla… jamás… Pero para ese día, ya habías hecho algo… algo conmigo… algo dentro de mí – soltó una risa como para sí mismo – ¡Joder, Louis! ¡Me diste el mejor puto orgasmo de mi vida en las duchas! Quizás eso fue lo que me hizo hacerte eso… eso en casa de Marta. Vale sí, quería que te jodieras por atreverte a tocarme sin yo quererlo, pero al sentir lo que me hiciste sentir… yo sólo… quería sentirlo otra vez.
Louis escuchaba palabra a palabra, frase a frase. Iban entrando en su mente y encajando las piezas de su confrontada relación como en un puzzle.
-El día de la playa me abandoné, Louis… me abandoné a ti. No sé qué coño estabas haciendo conmigo, pero cuando dijiste “Mi turno”… no sé… mi cuerpo quería que realmente hicieras uso de ese turno.
Louis aún no lo miraba, pero se extrañó al sentir un leve tono de deseo necesitado en su voz. Cuando Harry volvió a hablar, sus palabras iban acompañadas de una risa pecaminosa.
-Cómo no pudiste “cumplir con tu palabra”, decidí ir en busca de ese turno. No tienes ni idea que tres días pasé pensando qué mierda hacer para ir a buscarte… Carlos no es mi primo, Louis – ahora, sí, Louis lo miró interrogante, y vio como a Harry se le dibujaba una sonrisa traviesa – Es un amigo.
El chico le dio unos segundos a Louis para recuperarse de la impresión de aquella confesión.
-Yo sabía dónde vivías tú porque Vanesa es la sobrina del director y conoce la vida entera de cada uno del instituto –“Vanesa, Vanesa… será la zorra rubia” – Así que como Carlos vivía por tu barrio, le dije que me iba a pasar las fiestas con él, a ver si tenía suerte y me topaba contigo. Lo que nunca me imaginé es que la prima de Carlos fuera amiguita tuya – Harry rió – Cuando te vi allí en la mesa casi se me caen las pelotas al suelo, tío.
“¿Realmente le estaba diciendo que fue a buscarlo? ¿A él? ¿Maquinó todo aquello sólo para ver si, a lo mejor, se lo encontraba por el barrio?”
-Cuando me viste en el callejón, estaba decidiendo de qué manera abordarte para llevarte conmigo – Louis respiró hondo sin apartar los ojos de él – Pero parece que eso lo decidiste tú ¿Eh? – dijo Harry con una sonrisa dulce.
-Lou… Lou… – Harry suspiró necesitado – Pase lo que pase entre nosotros, ese fin de semana va a estar clavado dentro de mí de por vida – Louis sentía que los ojos empezaban a picarle – Fue… Joder, no sé explicarlo… ¡Coño, Lou! ¡Te comí la polla! – dijo Harry elevando la voz y sus manos a sus cabellos.
Pero lo que más le sorprendió a Louis fue, que mientras tiraba de sus pelos y se mordía el labio inferior, el gusto que se reflejaba en su cara era digno de observar.
-Hace tres semanas le habría roto todos los huesos del cuerpo a quien se atreviese a decirme que acabaría siendo un chupapollas… y me gustó Louis – y cerrando los ojos siguió – ¡Joder si me gustó!
Louis necesitaba algo, un poste, una columna, un palo, algo a lo que agarrarse para no dejarse caer como un gilipollas por lo que las palabras de Harry estaban haciendo al equilibrio de su cuerpo. De repente, a Harry se le cambió la expresión a una sombría. Volvió a dejar sus codos sobre las rodillas y, con voz fúnebre, dijo:
-¿Sabes?... Sí que fui un puto cobarde… Antes de ir el viernes a tu casa… después de lo que pasó en el instituto… quería arrancarme la piel a tiras… Lou – y Harry levantó su cabeza para mirarlo suplicante – Esto es un nuevo para mí, ¡No es fácil, joder! No es fácil entender lo que estoy sintiendo. No es fácil saber que lo que quiero es que estés aquí, conmigo, que me gusta sentirte a mi alrededor, que necesito verte a cada hora… que me gusta cuando me besas, cuando me tocas… Sé que debería haber parado aquella tunda de palos, pero estaba como ido… realmente no tenía ni puta idea de qué hacer, Louis.
Louis recordó las palabras de Edu. “¿De verdad soy así? ¿De verdad no puedo entender que a los demás no les sea tan fácil darse cuenta que no es malo que te guste tu mismo sexo? ¿Qué pueden tener gente a su alrededor, como Edu, que dejarían de quererlo por ser gay? ¿Realmente soy incapaz de llegar a entender eso?”
-Me mataste por dentro Lou… – prosiguió Harry sombrío – En tu cocina… me hundiste… pero supongo que después de no impedir que los chicos te pegaran, de alguna manera me lo merecía – la voz de Harry cambió a una irónica – Aunque tío, podrías haberme sólo machacado a puñetazos – y con tono recriminatorio le dijo – He estado con dolor de culo cuatro días, mamón… pero bueno, al fin y al cabo, yo te lo hice primero.
¡Joder con “El Machote”!. Era capaz de hacerle sentir el hombre más feliz sobre la faz de la tierra diciéndole que lo necesitaba a su lado, para luego, hundirle en la miseria echándole en cara todas las mierdas que había cometido. Y por primera vez, desde que Louis había cruzado las puertas del vestuario y, con ese vaivén de emociones dentro de su cuerpo, dijo:
-Entonces, Harry… ¿A dónde nos lleva esto?
-Nos lleva a que vas a tener que ser paciente y esperar que todo lo que estoy sintiendo termine por… aceptarlo. No es que te vaya a negar delante de nadie Louis, no soy un cobarde, ya te lo he dicho, pero… sólo entiéndeme, ¿Vale? Creo que ya sabes todo lo que ronda por mi cabeza, así que… eso… ten paciencia conmigo.
“¿Le estaba diciendo que quería estar con él? ¿Qué estaba dispuesto a pasarse al “lado oscuro” y quedarse? ¿A pesar de lo que dijeran sus amigos, sus vecinos,… Tana?”
Louis aún estaba intentando recopilar todo lo que aquella conversación había dado de sí. Y decidió empezar por el principio. “¿Cómo comenzó la cosa? ¡Ah... sí!” Y a Louis se le dibujó la sonrisa más pícara, traviesa y juguetona de todas las que nunca había mostrado en su vida. Su cuerpo desprendía sensualidad mientras iba acercándose poco a poco a Harry.
-A ver, recopilemos. ¿Qué fue lo primero que dijiste? Es queeeeee, no estaba prestando mucha atencióoooon, y creo que no lo escuché muy bien – dijo Louis, haciendo un gesto cómico con su mano.
Sentado en el banco, mirándolo desde esa posición, Harry empezó a sonreír, mostrando en sus mejillas la gran debilidad de Louis.
-¡Ah, no, nene! Olvídate de eso. Lo dije una vez y no lo volverás a escuchar por lo que te queda de vida – contestó Harry intentando ser severo, pero su amplia sonrisa lo delataba.
“¿Nene? ¡Dios! ¡Acababa de matarlo!” Louis hizo acopio de todo su valor para no tumbarlo sobre el banco y hacerle el amor allí mismo. Con un pie, apartó la bolsa de deporte de Harry que tenía entre los pies, se arrodilló entre sus piernas y, agarrándolo de la cintura, lo acercó a él, quedando la entrepierna del chico pegada a su abdomen y la nariz a la suya propia.
Si miraron tiernamente.
-Me tienes loco, machote – dijo Louis, moviendo su cabeza sutilmente para lograr un suave roce de sus labios con los de Harry.
El chico cerró los ojos y suspiró. Louis comenzó a darle pequeños lametones, primero en un labio, luego en otro, mientras Harry se dejaba hacer. Sin poder suportarlo más, y sintiendo como una necesidad apremiante lo quemaba, pasó una mano por el cuello del muchacho y apretó sus bocas juntas. Ambos gimieron y comenzaron a saborearse. Pero la intensidad del beso subió cuando el torrente de todos los sentimientos que albergaban cada uno estalló. Sus respiraciones eran profundas y erráticas y sus manos devoraban toda la piel que encontraban a su paso.
Un ruido alborotador fuera de los vestuarios los hizo separarse súbitamente. “¡Coño, la clase de educación física ha terminado!” Louis había estado tan fuera de la realidad durante aquellas dos horas, que ni se acordaba que aún estaban en el instituto y que se habían saltado la clase.
Rápidamente se separaron y se pusieron de pie justo cuando entraba el primero de los estudiantes al vestuario. Se miraron inquietos por varios segundos mientras, uno tras otro, los chicos iban llegando. Rubén entró y miró a Louis, para, justamente después, desviar su mirada a Harry.
Louis se quedó perplejo por lo que vio. Un Harry, altivo, altanero y desafiante como nunca lo había visto antes, le devolvió la mirada a Rubén. Recogiendo su bolsa de deporte del suelo, agarró la mano de Louis, a la vista de todos los presentes, y comenzó a salir del vestuario seguido de un muy estupefacto Louis. Desde luego, esta era una muy buena manera para empezar a demostrar lo que le dijo: que no iba a negarle ante nadie.
-¿Dónde está Tana? – dijo Louis mientras entraban por la puerta de la casa de Harry.
-En una asociación para gente de su edad. No volverá hasta las ocho más o menos.
Harry cerró la puerta y, sonriendo, se le quedó mirando. Desvió la mirada hacia abajo y juntó una de las palmas de su mano con una de las de Louis. Empezó a acariciarla suavemente, palma contra palma, y poco a poco, fue entrelazando sus dedos.
Ambos miraban el movimiento de sus manos, de esa caricia que estaba expresando los nuevos sentimientos que los llenaban. Apretando sus dedos, Harry lo miró y dijo:
-Vamos a mi cuarto.
Louis lo siguió sin soltar aquel agarre. Si Jorge le viera la sonrisa estúpida que no se borraba de su cara lo desheredaría como amigo.
Llegaron al cuarto y se quedaron uno frente al otro. Harry se mordió los labios y metió sus manos por debajo de la camisa de Louis, trazando cada uno de los músculos de su abdomen, sintiendo cómo se amoldaban a sus dedos. Fue subiendo por aquel camino robusto que era el pecho de Louis e hizo una parada en sus pezones. Con la yema de uno de sus dedos lo circuló, mientras Louis gemía aún con aquella tonta sonrisa.
Siguió su camino ascendente, arrastrando la camisa con él, y la quitó pasándola por los brazos y cuello de Louis. Una vez tirada en el suelo, Harry pasó la punta de su lengua lamiendo uno de los pezones. Sacó sus dientes, y antes de morderlo, levantó sus ojos hacia Louis.
-¡Auch! – se quejó Louis mientras le devolvía la mirada sonriente.
-Eso por haber vuelto mi vida del revés – dijo Harry con el pezón en la boca.
Louis rió. “No tienes ni idea de lo que me ha gustado hacerlo”.
El chico comenzó a subir por su cuello, plantando besos a diestro y siniestro, mordiendo, lamiendo. Louis lo abrazó por la cintura y lo estrujó. Quería sentirlo así: suyo, su machote. Bajó sus manos hacia sus nalgas y lo alzó. Instintivamente, Harry abrazó sus caderas con las piernas y su cuello con los brazos.
Mientras se besaban de una manera viva y apasionada, Louis los arrastró a la cama, quedando él de espaldas y con el chico encima suyo. Se separaron por falta de aire. Louis comenzó a desabrochar los pantalones de Harry mientras éste se quitaba su camisa. No sin esfuerzo, los quitó junto con los calzoncillos fuera del cuerpo del muchacho, pero antes de que Harry volviera a su posición le dijo:
-No… ven aquí – y agarrando los muslos de Harry, lo arrastró a través de su cuerpo tumbado y lo dejó a ambos lados de su cabeza.
Sin darle cuartel al chaval, se metió de lleno la polla semidura del chico en la boca. Debido a la impresión, y para no desestabilizarse, Harry se sujetó del cabecero de la cama con ambas manos y gimió fuerte cuando Louis puso las suyas a su trasero.
-Lou… aahhhhh…
Por instinto, Harry empezó a mover sus caderas, viendo como aquella boca chupaba y lamía su miembro. No supo si fue por la semana que llevaba sin eyacular o por lo caliente del momento, que no pudo aguantar su orgasmo y se corrió sin dejar de mirar a Louis y como éste tragaba, o eso pensaba él, todo su esperma.
Justo cuando sintió que Harry se corrió, Louis tuvo un súbito pensamiento: “!Mierda! ¡Lubricante!” Pero con la primera onda de semen que se estrelló contra su garganta, le llegó la respuesta.
Con un Harry aún jadeante por su clímax, Louis lo abrazó por la espalda e hizo que se girara para tumbarlo sobre el colchón. Se quitó sus pantalones en un santiamén, le abrió las piernas y se posicionó entre ellas. Harry lo miró en el momento que Louis escupía el semen de su boca sobre sus dedos. Los ojos del chico irradiaban una lujuria desorbitada por aquel hecho y Louis no lo hizo esperar.
Empapó la entrada con el lubricante natural y con el resto recubrió su polla. No lo preparó. Tal era su ansia, su apetito sexual por poseer a su machote que acomodó su eje entre las nalgas y, eso sí, muy lentamente, comenzó a introducirse en él.
Harry hizo un gesto de dolor. Louis lo miró y paró. No iba a joder aquel momento sólo por su anhelo de sentirse dentro de él. Pero Harry movió la cabeza afirmativamente y comenzó a hundirse en el interior. Ambos jadeaban sonoramente, sin apartar la mirada el uno del otro hasta que sus carnes se tocaron.
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida – dijo Louis con una respiración profunda, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Harry.
Éste le mostró sus hoyuelos y se perdió en el mar azul que eran los ojos de Louis, al igual que había hecho, sin saberlo, el primer día que lo vio sentado en las escaleras de la cafetería.
..........................................................................................
Hola.
Bueno, lo siento mucho por no haber actualizado, tenia, o mas bien tengo mucha tarea:(
Y aparte un examen, del cual casi no se nada.
Así que eso, ah y mi estúpido Internet que no coopera.
Bueno que tengan un buen domingo, oh lo que queda de.
Saludos.
Bye:)
Última edición por lizethstylinson el Dom 13 Oct 2013, 7:33 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Hola.paolitam66 escribió:SIGUELAAAAAAA PLISSSSSSSS LAAA AMOGUII :(L): :(L): :(L):
Tranqui, ya la seguí.
Saludos:)
Invitado
Invitado
Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
Awwwwwww jwglkghajslgnsdjñfa
Este capitulo fue muy tierno, hasta que escupió el semen en la mano JAJAJAJAJAJA pero después siguió siendo tierno.
Como de una dijo "Me he enamorado de ti" sin importarle la gente c':
Y esto: "No es fácil entender lo que estoy sintiendo. No es fácil saber que lo que quiero es que estés aquí, conmigo, que me gusta sentirte a mi alrededor, que necesito verte a cada hora… que me gusta cuando me besas, cuando me tocas… " Awwww *-*
Si, pobre Harry, no sabía que hacer, estaba asustado... supongo que lo entiendo.
Y Louis lo entendió y mnasdfñsa ahora está todo bien :D
Encima lo agarró de la mano antes de irse de las duchas esas sjdgns eso fue muy tierno u_u
No no no, y cuando se arrodilló y lo beso, O CUANDO LE ROZÓ LA MANO Y LAS ENTRELAZÓ EN SU CASA!!! ah, se emocionaba por todo JAJAJA
Pero me gustó mucho el capitulo c':
Fue muy lindo :3
Saludos!!!
Este capitulo fue muy tierno, hasta que escupió el semen en la mano JAJAJAJAJAJA pero después siguió siendo tierno.
Como de una dijo "Me he enamorado de ti" sin importarle la gente c':
Y esto: "No es fácil entender lo que estoy sintiendo. No es fácil saber que lo que quiero es que estés aquí, conmigo, que me gusta sentirte a mi alrededor, que necesito verte a cada hora… que me gusta cuando me besas, cuando me tocas… " Awwww *-*
Si, pobre Harry, no sabía que hacer, estaba asustado... supongo que lo entiendo.
Y Louis lo entendió y mnasdfñsa ahora está todo bien :D
Encima lo agarró de la mano antes de irse de las duchas esas sjdgns eso fue muy tierno u_u
No no no, y cuando se arrodilló y lo beso, O CUANDO LE ROZÓ LA MANO Y LAS ENTRELAZÓ EN SU CASA!!! ah, se emocionaba por todo JAJAJA
Pero me gustó mucho el capitulo c':
Fue muy lindo :3
Saludos!!!
Angeles
Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
PTM yo igual tengo examen y... ME VALE VERGA!!! :D
IDK. LOUIS! Ya dejo de ser tan pendejo! :') y el harold :3
IDK. LOUIS! Ya dejo de ser tan pendejo! :') y el harold :3
AdrianaDirectioner:)
Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
yo tengo muuuuuuuuuucha tarea y estoy aqui... mañana estare en la uni como loca tratando de terminarla jeje pero el capi estuvo genial... me encanto todo lo que Harry le dijo... por fin estan dejando de ser tan estupidos ambos!!! que bueno que empiecen una relacion estovo muy bueno el capi!!!
Alex_YopP
Re: De clase a clase. (larry stylinson) Terminada.
hermoso capitulo!!!!
lo :(L): :(L): :(L): :(L): :(L):
mucho muchooooooooooooo
nunca imagine lo que Hazza había hecho por Lou
OMG increíble
síguela pronto
saludos!!!
lo :(L): :(L): :(L): :(L): :(L):
mucho muchooooooooooooo
nunca imagine lo que Hazza había hecho por Lou
OMG increíble
síguela pronto
saludos!!!
BrookneyJ
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