Like a Host! | N.C

De una u otra manera Liliana odiaba el instituto, tenía la certeza que desde que entrara por la puerta principal de esa pesadilla le iría mal, quiera o no eso se lo conseguiría de todas maneras posibles, pero como rechazar la insistencia de su madre, la cual no dejo de gritarle por más de una semana que debía de asistir.
Toda su cabeza era un manojo de nervios, pero en especial por ese estúpido club de Hostess, algo que le atraía problemas, un punto más a favor del instituto. Pero de una manera las cosas que había dentro de la sala era irresistible no romperlas, todo tan caro y fino que ¿Cómo no hacerlo? ¿Cómo no trozar la mesa de centro de vidrio importado? ¿O los floreros de porcelana fina? Todo tenía la etiqueta: “rómpeme.”
Las manos del castaño sobre los hombros de Lily le causo cierta tensión, era horrible sentirse manejada por un chico egocéntrico, un chico que se cree la maravilla del mundo. Unas cuantas rubias que estaban en la entrada no le sacaban la mirada de encima a Tomlinson y Liliana se molesto al ver como lo observaban, ¿Qué demonios le veían? ¿Por qué se lo comían con la mirada? Todo era molesto e incomodo.

- Pasen y disfruten caballeros – sonrió Grant – pero en especial ustedes damas – su sonrisa se agrando más de lo que pudo

Todo el salón se disperso, cada quien soltó a la chica que tenía enfrente y se fueron con una o dos chicas; algunas rubias con ropa extravagante y otras sencillas aunque siempre tenían que exagerar sus riquezas enfrente de las demás personas, todas eran diferentes en aspecto pero siempre y después de todo seguirían siendo las niñas mimadas o las ricas del colegio, algo que le molestaba a todas las chicas.
Los hombres que estaban en la puerta veían a las chicas como si fueran carnadas, algo que las hacía sentir nerviosas. Alice volteo con cara de pánico y observo a sus compañeras en desgracia, Ally trataba de ser amable, algo que en definitiva no podía salir a flote, Clarissa no podía ocultar su repulsión, al igual que Summer y Charlotte, pero eso no importo cuando cada chico se acerco a sus anfitrionas, sus pasos eran decididos pero aún así las llegaron a intimidar.
Algunas tuvieron que soportar las miradas de los chicos – las cuales no eran muy amigables y cómodas -, parece que querían algo además de una tarde con ellas y eso las espantaba más de lo necesario o más bien, más de lo que estaban anteriormente.

- Hola hermosa – sonrió un chico rubio enfrente de Liliana

Fantini intento buscar ayuda en alguien que estuviera cerca, pero todas estaban ocupadas con un chico, después de todo no le quedaba de otra que soportar a este castigo diario.

- Primero no me digas hermosa, que me suena que le hables a un animal así que te agradecería que no me llamaras así – trato de sonreír amablemente pero solo le salió una mueca sarcástica
- Veo que tienes carácter preciosa – la sonrisa no desaparecía del rostro del chico después de todo que esperaba de un ricachón
- Algún problema con eso – técnicamente le escupió en la cara, dado que el muchacho mostro su cara de dolido

¿Acaso el podía estar dolido? Algo en el fondo de Liliana la hacía sentir culpable, pero recordó que la sección de anfitrionas femeninas había nacido de la necesitada de chicos precoces. Lo último que necesitaba en este instituto era que un rubio hijo de papá viniera y se quisiera pasar a “ser un encanto”, pobre idiota era algo que jamás podría lograr.

- Disculpe amigo, permítame un momento – una voz se escucho detrás de ella y de un momento a otro se veía conducida lejos de donde estaba el rubio – Se puede saber ¿Qué demonios estabas haciendo? Cosas como esa le pueden costar demasiada reputación al club – la voz de Tomlinson sonaba tranquila pero Liliana supo que detrás de esa tranquilidad se encontraba molesto de verdad
- Y eso a mí que me interesa, lo que le pasa al club no es de mi incumbencia, si termina esta farsa por mi está bien – Fantini se cruzo de brazos algo que Louis imito
- Si este club se viene abajo, todas ustedes lo harán y ¿Tienes una idea de lo que puede ocurrir si eso llegara a pasar? – el muchacho entrecerró los ojos – a nosotros no nos ocurrirá gran cosa, tenemos dinero de montones y hasta podemos encontrar una nueva diversión, pero ustedes ¿Cómo saldaran la deuda que tienen con nosotros? Y sabes me gustaría tener a alguien que me traiga la comida – su voz sonaba mas de burla que seriedad pero Liliana sabía que tenía razón.

Después de todo estaban atadas a los idiotas por más de quince millones y eso es por cada chica, no terminarían de pagar cuando se acabara la universidad.
Lo último que quería era ser esclava de un chico como él, no soportaba la idea de tener que hacer deberes o ser la persona que le llevara las frituras porque el señor no quería parar la película y levantarse del sillón, eso significaba que tenía que estar con el día y tarde, hasta posiblemente la noche…Infierno total.

- ¿Todo bien por aquí? ¿Louis? ¿Fátima? – Grant se presento con los brazos cruzados y mirada retadora, se veía serio pero estaba a cinco segundos de sacar esa sonrisa…como siempre
- Mi nombre es Liliana – renegó sin quitar la mirada de Louis – Y está todo bien, no hay problema – hablo seriamente pero sin despegar la vista del castaño que estaba enfrente de ella – Louis solo me estaba explicando algo acerca de los clientes, así que si me permiten iré con mi cliente – la voz de Lily sonó en un tono amable y tranquilo

Dicho esto camino chocando el hombro con el de Tomlinson y siguió su camino con resignación, se sentía rebajada por la otra opción que le había dado Louis al saber que no había otra manera de pagar la deuda, era preferible tener que soportar chicos ricos. No había de otras, así que tenía que comenzar el show inmediatamente.

- Perdona mi trato anterior solo que este día no fue de los mejores – sonrió como si estuviera visualizando a su mejor amiga, algo físicamente imposible
- Bien pues vamos a un lugar donde podamos entablar conversación – su sonrisa seductora daba repulsión para Liliana

Había aprendido a fingir con muchas personas, este cliente no sería la excepción tenía que soportar todo aquello que estaba por venir, tenía que hacerlo, así que con aires de derrota total camino al lado del chico, sin más que poder hacer, después de todo estaba atada al club por un largo tiempo.


Las puertas se cerraron detrás del último cliente en abandonar la sala, por fin había terminado todo, eran libres…hasta mañana. Liliana se acomodo su cabello, el pobre chico rubio se había ido una hora antes al saber que sus deberes como anfitriona no llevaban más allá fuera del club, después de decirle que no era posible tener una cita el chico se había mostrado ofendido seriamente, para después salir por la puerta gritando como un loco. Cinco minutos después tuvo otra de las pequeñas charlas con Tomlinson acerca del trato que le debía de dar a los chicos, aunque después de saber las intenciones del rubio no pudo ocultar su enfado por el atrevimiento del chico.
Tomo la chaqueta intentando quitar los pensamientos que se le cruzaban por la mente, quería correr lejos y salir del instituto, ganas de no volver jamás algo que quería exactamente en ese momento, no podía seguir por mucho tiempo en esa sala, no por mucho.

- Recuerden chicas que mañana nos vemos para otra ronda, hoy lo hicieron bien aunque tuvieron algunos errores – hablo Grant con su sonrisa acercándose lentamente a donde estaba Ally
- Ni se te ocurra acercarte – amenazo Ally en cuanto supo las intenciones del líder del grupo, el cual se mostro nuevamente ofendido como el día anterior
- ¿Y que ya nos podemos ir? – pregunto molesta Destiny
- Oh vamos tenemos la tarde completa, después de todo nos queda un tiempo de caridad con ustedes – sugirió uno de los hermanos Harries, aún no se podía diferenciarlos al tener gran parecido entre los gemelos
- Ahora quieren que nos unamos a su fiesta de té o algo parecido – Daphne quiso bromear pero algo apareció en los ojos de cada uno de los anfitriones
- ¡Ni se les ocurra! – grito Melissa, la cual se había anticipado a los planes de los anfitriones
- Debemos de darles una bienvenida un poco más…privada – Josh sonrió de lado
- Será una gran oportunidad para conocernos mutuamente – secundo Alex quien tenía la mirada perdida, algo condenadamente seductor
- No creo que forme parte de nuestro “contrato” – hablo Phoebe
- No, no lo es…pero habrá comida – hablo Jake desde el fondo

El estomago de cada una de las chicas gruño en una sonora respuesta, todas sabían que era su perdición, los bocadillos que habían ofrecido durante las largas horas del club eran exclusivamente para los clientes, metías una mano en una bandeja de comida y técnicamente debías trescientos más en la deuda, algo que no se dieron el lujo, teniendo que guardar en su subconsciente la petición constante de su estomago por comida, era como una especie de tortura cruel.

- ¿Y qué nos cobraran cada bocado? – pregunto Crystal con sarcasmo sacando risas de parte de algunas chicas  
- Nos ofendes hermosa – la mano de Nicholas se dirigió a su pecho en un signo exagerado y bastante teatral
- Pues parece que lo van a hacer, después de todo son ricos ustedes pagan con tarjetas de crédito y tienen su vida arreglada – Liliana trato de calmar su odio pero no fue posible y los chicos en su mayoría se vieron molestos, excepto algunos que siguieron con sus caras neutras, aunque después de todo les dio en el orgullo
- Bien, tranquilos, tranquilas no hay porque ponernos molestos, simplemente vengan las que quieren comer con nosotros, no están obligadas y la comida no es de paga – Gustin se adelanto antes de que alguno de los chicos lanzara un comentario que pusiera de peor humor a las chicas
- Pues por mi parte tengo hambre – Eli levanto la mano en señal de timidez
- Yo también – siguió Ally quien no quería dejar atrás a su prima, aunque se mostraba insegura por las verdaderas intenciones de los chicos
- Bueno ya que dicen iré pero con la condición de que el rizado no se me acerque – Melissa sonrió con ironía a un castaño ofendido,  
- Iré con tal de que no me salgan con alguna sorpresa – Isabelle se cruzo de brazos volteando a ver a las demás chicas

Todas sin más que decir y vencidas por sus antojos y la hambruna que se les abría paso cada vez más fuerte por su estomago, no tuvieron de otra que aceptar la propuesta de los anfitriones, al parecer no tenían tan malas intenciones, eso querían creer pero a fin de cuentas cada quien tenía sus dudas acerca de los miembros del grupo.
Hasta el momento todo estaba yendo bien, algunas lo habían pasado bien junto con sus clientes mientras que otras chicas ni se habían molestado en dirigirle la palabra al pobre muchacho que le hablaba al aire.
Recogieron cada quien sus pertenencias y siguieron a los chicos los cuales iban bastante entretenidos en sus charlas de siempre, seguramente cosas de ricos o asuntos que no tenían que ver con las chicas, pensamiento que cruzo por la mente de cada chica del lugar.
La caminata no duro demasiado solamente unos minutos, dado el tamaño enorme del instituto, nadie se había acostumbrado al gigantesco lugar donde estaban condenadas. El lugar era más como un salón de estar, como si fueran a servir una cena para más de cien personas, era increíblemente hermosa la decoración, no pudieron ocultar su sorpresa ante la escena que les deparaba, pero lo mejor era la comida que se encontraba en los platos, desde ensaladas que se veían deliciosas hasta los platillos fuertes preparados con delicias, así que ni hablar de los postres que estaban repartidos por toda la mesa, el olor que la mesa desprendía era delicioso. Con impaciencia incalculable las chicas se sentaron en la mesa y comieron con precaución pero al poco tiempo todos e incluso los chicos comían como nunca, los platillos se fueron acabando de poco a poco, de los platillos para cien personas solo quedaron raciones para dos.

- Fue la mejor comida de mi vida – anuncio Clarissa mientras se frotaba el estomago con una sonrisa en sus rostro
- Y la mía – siguió Crystal con la misma sonrisa que tenía su compañera
- Quisiera comer todos los días así – hablo Phoebe a lo que todas concordaron
- De una vez que estamos aquí deberíamos de decirles sobre las “técnicas” sobre cómo ser un buen anfitrión – hablo Nicholas al lado de Gustin
- Me gusta la idea – Justin levanto la mano a favor a lo que los demás asintieron con un acuerdo silencioso
- Oh vamos no nos pueden dejar tranquilas al menos por esta tarde – suspiro Alice frustrada
- ¿Y de que tema quieren hablar? – Niall se mostraba tranquilo con la mirada puesta en una chica en especial
- Ustedes propongan – la voz de Destiny sonó tan tranquila y pacifica
- Bueno, pues cuéntenos como llegaron al instituto, después de todo deben de tener sus experiencias - Harry estaba distraído hablando del lado opuesto a donde se encontraba Melissa por petición de la castaña
- Yo llegue…- comenzó Daphne

Los relatos de cada chica se fueron contando, algunas con desconfianza de lo que podría traer confiar demasiado en completos extraños como lo eran aquellos ricos, pero después de los primero tres relatos el ambiente tenso comenzó a dispersarse, como una nube que se la lleva el viento, dejando a su paso un aire amigable, como si hubieran sido amigos desde hace mucho tiempo, todo iba muy bien entre todos los miembros, al parecer se podían llevar bien sin la necesidad de decirse palabras insultantes, todo era risas, charlas, comida y poco de bebida, era la mejor cena de cada una de ellas y eso lo sabían desde que comenzaron a mostrarse como eran en verdad.

- ¿En serio hiciste eso? – pregunto Jake a Isabelle quien contaba su pequeña historia
- Lo tenía que hacer, después de todo no me dejaron otra opción – las risas siguieron su curso, las historias hacían ambiente intimo como si fueran amigos de mucho tiempo

Liliana se mantenía un poco al margen, dándose cuenta de que su vida no había tenido tantas aventuras como la de sus amigas, no tenía cosas divertidas que contar, toda su infancia se redujo desde lo de su padre, no quería recordar su infancia, ni mucho menos su adolescencia, solo se limitaba a jugar con un tenedor a mover un pequeño guisante y de vez en cuando prestar atención a lo que las chicas decían, logrando sacar varias sonrisas de la castaña, más no alcanzaron para hacerla sentir alegre.

- ¿Por qué no te unes? – una voz irritante y muy conocida hablo a su lado
- No tengo nada inteligente que añadir – volteo con pesadez encontrando un par de ojos celestes que la miraban con curiosidad
- Estoy seguro de que tienes una anécdota interesante, no se la infancia está llena de momentos divertidos – la sonrisa de Louis era contagiosa pero Liliana no quería sonreír, sabía que solo iba a lograr una mueca parecida a una burla, algo que podía afectar al castaño
- Mi infancia no estuvo llena de aventuras, te podría asegurar que nunca subí un árbol o incluso nunca tuve una mascota
- ¿Ninguna? – la sorpresa de la voz de Louis era palpable
- Nunca, a mi madre no le gustaban los perros, estuve cerca de un gato solo que nos mudamos de casa y perdí esperanzas de poder tener una mascota – la voz de Liliana destacaba nostalgia, solo que no sabía si era por su casa o por sus primeros diez años perdidos
- Pues me encargare un día de estos que tengas un perro que te llene de saliva – el comentario tan absurdo del oji-azul logro sacar un sonrisa de Liliana pero no llego mas allá
- Y dime tu, no has participado tanto en la cena – Lily intento cambiar urgente el tema
- Pues, que puedo decir…no se tengo muchísimas anécdotas, pero una cosa es tenerlas y otra es acordarse de ellas
- Entonces me dices que no recuerdas nada
- Exacto a diferencia yo si trepe un árbol y como consecuencia me quebré un brazo – Liliana pudo sentir la tristeza en la voz de Louis pero no sabía que había de triste en subir un árbol y caerse
- Dos mese con un yeso ¿Cierto?
- Los dos meses con mas comezón de mi vida – aseguro mientras una sonrisa sin tristeza se abría paso en sus ojos - ¿Qué me dices de tus padres?

Tema incomodo, nunca había hablado directamente con alguien de su padre ni mucho menos de su madre, era un tema que no le gustaba decir, su madre no fue precisamente una persona que cocinaba galletas todos los días y de su padre apenas recordaba un poco.
- No tengo de que hablar de ellos – la voz de Lily sonó dura, intento no hacerlo pero era imposible tocando ese tema

- ¿Así que no te llevas bien con ellos? ¿Qué te encontraron fumando?
- ¿De qué hablas Tomlinson?
- Y yo pensado que tenías una vida horrible – soltó demasiado aire como si lo estuviera conteniendo
- Nunca dije que tenía mala vida – Liliana dejo caer el tenedor encima del plato ocasionando un ruido haciendo que varios voltearon al poco tiempo tenían la mirada de todos encima – Que no lleve una buena relación con mi madre no significa que considere mala mi vida entera – contesto tomando su chaqueta – y mi padre murió cuando era pequeña, ¿Eso te contesta Louis? – el tono de voz amable en la voz de Liliana había desaparecido

Con lo poco que quedaba de coraje se levanto y salió del lugar, sintiendo las miradas de chicos y chicas, pero en especial una que era la de un castaño arrepentido.