Re: "Mi Querido Secuestrador" Joe y tu. [TERMINADA]

por **Mrs. Nick Jonas** Dom 31 Jul 2011, 10:12 pm

Vicky Jonas Skyscraper <3 escribió:Por qué la pág 15 se demora tanto en llegar????!
ya queremos maratón!

tienes razon ya se tardo mucho :¬¬:

por **Mrs. Nick Jonas** Dom 31 Jul 2011, 10:14 pm

al fin llego la pagina 15 "Mi Querido Secuestrador" Joe y tu. [TERMINADA] - Página 15 88550944

sube el maraton :bounce:

por **Nani Jonas** Lun 01 Ago 2011, 1:33 pm

perdon por desapareserme esqe
no tenia internet me gusto mucho el
capi tienes qe subir el maraton plis

por **Victoria Just In Love** Lun 01 Ago 2011, 4:10 pm

Al fiiiiin!!!
pág 15!!!
MARATÓN!!!

por **chelis** Lun 01 Ago 2011, 4:50 pm

eeeeeeeeeeeeeeeesssperando

maaaraaatoooonnnn

por **CrazyxJonas** Lun 01 Ago 2011, 5:04 pm

:OOOOO Vamos en la pagina 15!
Quiero maraton! NOW!!!!
Siguelaaaaaaaa!!! Pleaseeeee!!

por **Joaa!** Lun 01 Ago 2011, 6:00 pm

PAGINA 15!
MARATON!

por **CrazyxJonas** Lun 01 Ago 2011, 6:06 pm

Joaa! escribió:PAGINA 15!
MARATON!

Sisisisi!
SIGUELAAAAA!!

por **|Mili#Jonas|** Lun 01 Ago 2011, 6:09 pm

:hi: ... Disculpen x no pasarme, antes.
Estuve ocupada con mi otra Nove, q es nueva, y deje de lado esta.
Bueno, ya q han llegado a la pagina 15, en unos minutos subire 5 capitulos o 6..
;)
Graciias x sus comentarioss! Estare subiendoles los capitulos en unos minutos ya que ando ocupada, pero se los subire asi disfrutan!
(=

por **Mrs. Nick Jonas** Lun 01 Ago 2011, 8:13 pm

siii

ya quiero leer los caps :bounce:

por **Joaa!** Mar 02 Ago 2011, 12:21 am

Ahh ya quiero el maraton

por **|Mili#Jonas|** Mar 02 Ago 2011, 12:39 pm

Capitulo 22.

1/5

Mientras caminábamos, lentamente, vimos a un señor que vendía algodones de azúcar.
—Eh… ¿quieres uno? —me preguntó.
—Bueno… —me balanceé sobre mis pies, como una niña pequeña con mis brazos atrás, y reímos…
Esperé por los algodones de azúcar mirando hacia la luna, y sonreía. Me sentía feliz de estar compartiendo con Nick… es divertido, tierno y…
—Aquí tienes.
—Lindo —dije con aire de tonta, recibiendo el algodón de azúcar… en su cara veía la luna… y me di cuenta de algo, el señor “cara de luna” me miraba confundido—. Lindo… a-algodón de azúcar, lindo algodón de azúcar —sonreí inocente, e inmediatamente me metí un pedazo de algodón en la boca, tratando de disimular que estaba sonrojada, Nick rió.
—¿Vamos? —me preguntó, avanzando un poco.
—Claro —sonreí, y volví a comer de mi algodón de azúcar.
Caminamos un poco más, aún me sentía avergonzada de haber pensado en voz alta… nunca me había pasado eso.
—Señorita… ¿que está haciendo a estas horas de la noche, caminando, tan sola? —miré a Nick, y estallé en risa. Tenía puestos bigotes… ¡de algodón de azúcar!, y los tocaba como si fueran de verdad, lo que daba más risa… ¿habían visto bigotes rosados?
—Que tonto eres… —reí.
—¿Perdón?, señorita, me ha faltado el respeto —con su aire de mayor, luego no pudo contener la risa… ambos reíamos. ¿No hay un manicomnio cerca?, fiu, que suerte.
Seguimos caminando, de vez en cuando me reía de algo que decía Nick. Y sin duda, me río aún más cuando le sucede algo, esta vez, se le cayó el algodón de azúcar; y se arrodilló a ver su algodón de azúcar melancólicamente.
—Fuiste el mejor algodón de azúcar que alguien pudo desear comer —dramatizó, y reí aún más, la risa era incontenible—. No es chistoso… amé el sabor que tenía… —hizo puchero… oh, que tierno se veía… Paré de reír como loca, a reír más suavemente.
Seguía mirando su algodón de azúcar, y para hacer algo, ya que él había otorgado toda la diversión, me puse en cuclillas a su lado y saqué un pedazo de algodón de azúcar. Él lo iba a tomar, pero me negué.
—Abre la boca —sonreí, y parece que no se esperó eso.
—No yo puedo so…
—Abre la boca —hice una mueca de “enojada”, y Nick abrió la boca. Me acerqué un poco más y le di el pedazo de algodón de azúcar… y tragó, obviamente. Yo reí y me paré, para comer otro pedazo.
Nick comenzó a señalarme sus labios, yo no entendía.
—Esque tienes… ah —se acercó y acercó su dedo pulgar a mis labios, quitando, supongo, algodón de azúcar. Mientras lo hacía, noté que me miraba… de una manera… en que no lo había hecho antes.
La distancia se iba acortando, y mi respiración se agitaba… ya estábamos considerablemente cerca, y ladeó su cabeza, proporcionando una suave presión sobre mis labios. Probé sus llamativos labios, y mi mundo se pintó de rosa cuando los saboreé.
Se alejó lentamente, y por un impulso, me abalancé sobre él en un tierno abrazo, que me correspondió.
Mis mejillas eran delatadoras… ahora me sentía nerviosa al tener a Nicholas a centímetros míos, caminando ambos… en silencio total…
—Llegamos —me avisó él, con una sonrisa.
—¡Al fin, un auto!, sentía que moría de tanto caminar —reímos—, oh… ¿me prestas el baño? —lo noté dudoso… algo raro… pero finalmente me acompañó al interior de su casa y me señaló dónde estaba al baño. “Sigue el pasillo hasta el fondo, esa puerta es”.

Narra ______ Sweet.

Me encuentro discutiendo —para variar—, con Joe. Esque yo quería jugo, y él también… pero no pienso servirle, y tampoco darle del que YO preparé.
—¡Haz tu propio jugo! —le grité adueñándome del jarrón y del vaso.
—¿Tanto te cuesta darme un poco?, ¡mezquina!
—¡YO lo preparé! —le saqué la lengua, y me miró con rabia.
—Sólo quiero un vaso de jugo, ¿si?, para conformidad tuya, no quedan más sobres de jugo en polvo —hizo una mueca de obviedad, la que ignoré.
—Oh… en ese caso… —había comenzado a sonreír—, me llevare el jugo al sótano —sonreí—, tendrás que quedarte sin jugo —le hice un puchero de burla, y me proponía a salir por la puerta, y dirigirme al pasillo… no sin antes ocupar el baño—. Con permiso —le sonreí irónicamente, y me abrí paso hacia la puerta.

Primer capitulo del maraton (= ahora sigo subiendo.

por **|Mili#Jonas|** Mar 02 Ago 2011, 12:48 pm

Capitulo 23.

2/5

—No tan rápido —se acercó a mí como un rayo, y me detuvo casi saliendo por la puerta. Entonces entramos a la cocina nuevamente.
—Suéltame —le exigí.
—No.
—¡Suéltame Joseph, es sólo un jugo! —lo miré con odio… pero yo bien sé que él no causa odio en mí… Sin embargo, es tan idiota a veces… bueno, muchas veces… siempre es idiota, lo admito.

Narra Selena.

Saliendo del baño escuché algunos gritos, entre Joe y… ¿una chica?, discutían tan fuerte, que pensé en entrar… y estaba girando la perilla, pero me detuve, era mejor no meterme en problemas ajenos.
Así que aquí estoy, en camino a ni idea dónde con Nick.
—Entonces… lo de…
—Shhh —me calló—, cuando lleguemos a donde te llevo, hazme todas las preguntas que quieras. ¿Si? —me sonrió unos segundos, y volvió a fijar su vista en el volante.
Íbamos escuchando música, entretenidos. Teníamos casi los mismos gustos para la música.
Cuando ya pensaba que estábamos bastante lejos y que quizá cuánto rato más tardaríamos en llegar, Nick comenzó a entrar en un camino de bosque. No eran más que árboles y árboles… hasta que divisé un poco más allá una pequeña cabaña, algo así como un lago, y algunos troncos puestos en círculo alrededor de unas piedras, aparentemente donde hubo una fogata.
Nick paró el auto, y bajó. Yo también iba a bajar, pero lo vi en frente mío, a través del vidrio, y me abrió la puerta, como todo un caballero… era mágico todo esto.
—Gracias —le dije con timidez, y me aparté un poco de allí, viéndolo llegar a mi lado.
—Ahora sí puedes hablar… —rió luego de unos segundos en silencio, yo acompañé su risa.
—La verdad… el paisaje me dejó sin palabras… todo esto es más que hermoso… —sonreí, observando un poco más a mi alrededor.
—Por el comentario que me hiciste en la feria… supuse que te gustaría conocer esto… —me devolvió la sonrisa.
—Wow, supones bastante bien —reímos.
—Con Joe siempre venimos a aquí. Bueno… ya no tan seguido como antes, pero siempre que teníamos un fin de semana libre, invitábamos a algunos amigos y veníamos —comentó.
—Oh… que lindo —sonreí—, seguramente también invitaban amigas… ¿o no? —le sonreí picarona, y reímos.
—Eh… siendo sincero… no… —sonrió.
—Ya, no necesitas aparentar… eres como todo chico… además, muchas chicas detrás de ti debes tener —obvié.
—Siéndote sincero, no lo creo… y si así es, no me he dado cuenta —rió—, sólo he tenido dos novias… Muchas de las chicas que tratan de acercarse a mí, son demasiado superficiales… y no son de mi gusto ese tipo de chicas —se sonrojó, y al mismo tiempo lo miré sorprendida.
—¿Sólo dos?, a simple vista, atraes a la mujer que quieras —reí, y me sonrojé por mi comentario.
—Hay pocas mujeres de mi gusto… pero… conozco a una-algunas… si, algunas… —¿conoce a UNA?, juro que escuché “una” antes de “algunas”.
—Ah —reí—, ¿esa cabaña es de ustedes? —pregunté.
—Sí.
—¿No tienes fósforos?, podríamos encender una fogata, y si tienes comida… mucho mejor —reímos.
Lo acompañé al interior de la cabaña, era algo tenebrosa sin luz… pero por suerte encontró el interruptor de luz de inmediato, y fuimos a husmear a la cocina. Encontramos fósforos y para nuestra suerte, algunos malvaviscos.
—¿Seguro que eso se hace así? —pregunté entremedio de risas, viendo como encendía el fósforo y este se apagaba con el viento—, no puedo creer que no sepas encender un fósforo… —reí nuevamente.
—¿Crees que es fácil con viento?, bien, pues inténtalo tú entonces —me entregó la caja de fósforos de mala gana, algo me dice que “insulté su sentido de macho”, lo que me causó más risa.
Tomé un fósforo de la caja, y lo encendí al instante, tirándolo a las astillas que había en el centro del círculo de piedras, y dejando a Nick pasmado.
—Hablas con una ex-scout —le guiñé el ojo divertida y luego reí.
—¡Oh, pero eso es casi como hacer trampa!, ¡no se vale! —refunfuñó como niño pequeño.
—Bien… ¿perdóname por haber sido scout?, que tonto… —reímos ambos, y nos sentamos en los troncos, para comenzar a asar malvaviscos.
Me coloqué los palos con los malvaviscos en la cabeza.
—¿Qué opinas de que soy una alce? —hice una mueca rara, y rió a carcajadas.
—Que eres una muy bonita alce —dijo en un susurro apenas audible, pero supongo que mis oídos de alce me ayudaron a alcanzar a escucharlo… Preferí fingir que no escuché nada y seguir asando mis malvaviscos.
En unos segundos, bueno… no tan rápido, alrededor de una hora creo, estuvimos llenos de malvaviscos, sin poder comer más.
—Siento que reventaré en cualquier momento… ¡nunca había comido tanto! —reí.
—¿Crees que yo no? —reímos aún más.
Estábamos tendidos en la hierba, mirando hacia las estrellas, que ese día brillaban más que cualquier otro día que yo recuerde… Repentinamente me giré hacia Nick, para hablarle, pero quedé demasiado cerca de su rostro… Con timidez me alejé.
—E-eh… ¿Qué hora es? —pregunté finalmente.
—Las… —miró su reloj—, ¡3:32 a.m.! —exclamó sorprendido.
—¿Esto queda muy lejos de Bellerose?
—Viajamos aproximadamente una hora y media… pero el tiempo pasó rápido…
—Entonces… ¿dices que la cabaña es tuya? —me sonrojé.
—¿No confías en mí para manejar? —entrecerró los ojos.
—No es eso… no es que no confíe en ti, no confío en los demás conductores… Es sábado, sabes que siempre hay gente ebria… ¿qué pasa si nos chocan?, es mejor prevenir… ¿por qué no nos quedamos en tu cabaña hoy y mañana nos vamos temprano a Bellerose? —propuse, igualmente algo tímida, es decir, me estaba invitando sola a una “casa” ajena.
—Buena idea —se puso de pie, y me tendió la mano para ayudarme a ponerme de pie—, tenemos suerte de que tan solo hace tres semanas vinimos Joe y yo —rió, y lo acompañé hasta la “tenebrosa” cabaña.
Caminamos por un largo pasillo, bueno no, no era largo, pero si daba miedo de noche, y ya frente a una puerta, Nick la abrió.
—Dormirás aquí, yo en la de en frente —se dio vuelta a mostrarme la suya, y sonrió.
—C-claro —sonreí de la mejor manera que pude.
—Cualquier cosa, no dudes en ir y despertarme, ¿si?
—Está bien, buenas noches —le sonreí y entré, sentí cómo cerraba la puerta.
Supongo que por ese lugar no llegaba electricidad, ya que había una vela en el velador, y luego todo era alumbrado por la luz de la luna que entraba por una pequeña ventana.
Me acosté en la cama, que estaba heladísima… hubiera deseado un guatero.
Di vuelta como una hora en la cama, tratando de tomar un poco de calor, pero no lo lograba… mucho menos lograba dormir.
Comencé a frustrarme… y ya fue demasiado cuando oí crujir la madera, eso me llenó de terror… ¿existen los fantasmas?, ¡Selena no pienses en eso!, soy una estúpida… me asusto sola, genial.
Decidí levantarme de la cama, con toda la valentía del mundo, y abrí la puerta de la habitación, para luego cerrarla y abrir la puerta de la habitación de Nick, entré y lo miré… La luz de la luna alumbraba su perfecto rostro… estaba durmiendo plácidamente con los labios entreabiertos, la cabeza ladeada y los brazos destapados de las frazadas… era adorable verlo así.
Con toda la lástima de despertarlo de su aparente placentero sueño, me acerqué a su cama y comencé a moverlo suavemente, pidiéndole que despierte.
—¿Ah? —abrió los ojos lentamente, y pasó una de sus manos por sus ojos, volviendo a verme—, ¿qué pasa? —sonrió, algo dormido aún, pero despertó con los segundos.
—E-esque… sé que es tonto, y que ya soy grande y todo eso… —me sonrojé, y arqueó una ceja—, esque… la habitación es aterradora estando sola… y… oí crujir la madera… Sinceramente me da miedo dormir allí sola… y también tengo frío, no puedo tomar calor —me sonrojé aún más en pensar lo que voy a decir—, ¿po-podría… dormir conti-tigo? —hice mi puchero más adorable, para que me dijera que sí, sólo río y acarició mi mejilla.
—Claro que si. Cuando era más pequeño también me daba miedo esta cabaña —rió, y se hizo a un lado mientras yo me acostaba a su lado —con ropa, claro—. Me di vuelta, dándole la espalda, y sentí su calor corporal, —como no, mi espalda era un iceberg—, ¡pero él era un guaterito humano!, es cómico llamarlo así, pero lo parece.
Repentinamente, me abrazó, y provocó que me sonroje, sí, una vez más.
—Estás congelada… ¿un poco mejor así? —preguntó.
—Mucho, tú eres como un guatero humano —reímos, y una paz invadió mi mente por varios minutos yo supongo. Estaba a punto de quedarme dormida, pero me sacó de eso sentirlo mover su mano en mi cintura lentamente, de arriba hacia abajo… y sentía los latidos de su corazón… latía rápido, así como el mío.
—S-selena… —balbuceó parando su acción, yo tragué saliva.
—¿Dime?
—Y-yo… sé que… nos conocemos alrededor de cinco días… sin contar todo el mes que no nos vimos, pero igualmente hablábamos por celular… y yo… —podía sentir su nerviosismo… deseaba que continúe hablando, y lo hizo—, y-yo… Quizá es rápido pero… tú me gustas… mucho… siento que comienzo a enamorarme de ti…

por **|Mili#Jonas|** Mar 02 Ago 2011, 12:55 pm

Capitulo 24.

3/5

Me paralicé con sus palabras… no emitía sonido alguno, no se movía siquiera un pelo de mi cuerpo… me preocupaba dejar de respirar. Y entonces volvió a hablar.
—Yo s-sentí que debía decírtelo ahora… por el beso que te di… y por como reaccionaste pe-pensé que… que quizá… tú no sientes algo tan diferente a lo que yo siento… —esperaba que yo dijera algo, puedo percibirlo. Pero, ¿qué decir?
—¿P-odemos dormir?, estoy agotada, y ya comienza a darme sueño… Buenas noches —¿qué?, ¿fue lo más “inteligente” que se me ocurrió decir?, ¡gran, GRAN tonta!
Nick no dijo nada, esperé varios minutos, haciéndome la dormida. Se dio vuelta quedando de espaldas a mí, así como yo ya estaba de espaldas a él.
No quiero que esto afecte la amistad que estábamos teniendo… pero… ¿qué le puedo decir?, es verdad que me atrae… un poco… mucho… bien, me gusta mucho. Pero… enamorarme… es una palabra tan difícil de pensar cuando recién lo conozco… Sin embargo, con el paso del tiempo… podría decirla sin problemas.
Me di vuelta, lo abracé por la cintura y apegué mi cara a su espalda.
—Nick… ¿ya estás dormido?
—Aún no… Pensaba dormir ahora.
—Perdón… ¿si?, sé que… esperabas que te dijera algo… pero… ¿qué puedo decir?, nos estamos conociendo… quedan muchas cosas más por saber tanto yo de ti como tú de mí. No podría decirte que me estoy enamorando si no es eso lo que siento… —¡ouch!, ¿no pude buscar palabras más adecuadas, específicas y menos hirientes?, debí pensarlo mejor antes de decirlo.
Nick tomó mis manos, sin perder su delicadeza, y las alejó de su cuerpo…
—Entiendo. ¿Podemos dormir?, para despertar temprano e irnos.
—Eh…
—Buenas noches —se acomodó en la cama, para dormir, supongo. Y yo me di vuelta mirando hacia el techo.
—Aún no comienzo a enamorarme porque no te conozco lo suficiente. Eso no quiere decir que no me gustes… —hablé, y Nick se dio vuelta casi como un rayo para mirarme.
—¿Q-qué? —estaba sorprendido, y sus ojos tenían un brillo enternecedor, y alegre.
Me giré para mirarlo, acercarme unos centímetros hasta sentir su calor, y posar mi mano en su mejilla cariñosamente.
—Aún no estoy enamorada. Pero sí sé… que me gustas… mucho… —con algo de timidez me acerqué aún más a su rostro, acortando la distancia entre nuestros labios, y volviendo a probar ese sabor dulce que tienen los suyos… dándome cuenta, de que nada de esto se lo esperaba… pero le encantaba.

Narra Danielle

—¿Te sucede algo? —preguntó Kevin viendo que yo no dejaba de ir de un lado a otro con mi celular—, ¿a quién llamas?
—A Selena… —corté la llamada y me fui a sentar a su lado.
—Si salió con Nicholas es posible que llegue muy tarde… o quizá mañana…
—¿Qué?, ¿qué piensas tú que es mi hermana?, ella no se quedaría fuera sin avisar —respondí algo enojada.
—Es una adolescente Dany… y se puede decir que nosotros aún lo somos, ¿no sería una actitud predecible?
—No en ella… no es de las que son “rebeldes”, osea, hace de todo, pero siempre me llama… Y con todo lo que está pasando debería tener más en cuenta eso… —bajé la mirada. Quizá debería despreocuparme de este tema, seguramente está bien. Lo que debe preocuparme es _______… ¿cómo estará?, ¿estará viva?, no Dany que estupidez piensas… ¡obvio que esta viva!, tiene que estarlo, y espero que lo esté.
—Tranquilízate. ________ ya aparecerá… aunque sea tarde o temprano, pero estará bien, lo prometo —me sonrió.
—¿Cómo sabes que pensaba en eso? —fue realmente raro que supiera.
—Por tu expresión… ¿sabías que no te ves nada alegre cuando piensas en ella? Y prefiero verte alegre… te ves mucho más linda sonriendo. Deberías seguir mi consejo —rió.
—Kevin… no has encendido el televisor en todo el día —ignoré su comentario.
—Ya no vigilan.
—¡¿Qué?!, ¡¿cómo rayos encontraremos a ______ si no vigilan?! —su apodo siempre varía en mi boca, si es algo serio, “_____”, en este caso es demasiado serio, hablamos de su vida.
—Ellos ya descubrieron que los seguimos… eso sólo haría que tomen precauciones, y no es la idea. Debemos de ver qué hacen sin vigilancia. Y de por sí es raro que Joseph no salga de la casa… pero está Frankie, lo que puede ser el por qué. Vaya… resultó más listo de lo que pensaba —comenzó a pensar…
—Aún sospechas de él…
—Sí, pero lamentablemente no ha ocurrido nada como para que mis sospechas aumenten.
—Ya veo… —suspiré.
—¿Tienes un poco más de café? —habló luego de unos minutos, para variar, pidiendo café, esperen… ¿café?
—¿No piensas dormir?
—Para tranquilidad tuya, sirve para saber a qué hora llegue Selena y además, tengo varias cosas que investigar.
—Aha… bueno, ahora te traigo café —le sonreí, y fui a la cocina. Le preparé un café rápido, y se lo llevé… Cuando llegaba al living, lo pude ver conteniendo la risa… no sabía de qué—. ¿De qué te ríes?
—Shhh, escucha —tomó el café y siguió aguantando las risotadas.
Agudicé mi oído, y pude oír… ¿a Matt cantando en la ducha?
—¿Es M-Matt? —pregunté apenas, en el mismo estado que Kevin, él sólo asintió con la cabeza y explotamos a reír hasta más no poder.
Me tiré al sillón cuando casi no soportaba la risa por el “canto” de Matt, si a eso se le podía llamar… hablar…
Y Kevin estaba en las mismas condiciones que yo, o incluso peor ya que él sólo lo conocía con su faceta seria.
A consecuencia del canturreo de Matt y nuestras risas, Kevin derramó su café… sobre mí, ocasionando que las risas se cesen.
—Pe-perdón —se disculpó mirando mi polera blanca convertida en café.
¡Blanca!, ¡oh por Dios!
—¡No me mires! —le ordené furiosa cubriéndome con una almohada, pero ya me había visto hace tres minutos, lo que tardé en darme cuenta de que mi polera blanca traslucía, y era de mi pijama. ¡Que vergüenza!
Kevin miraba hacia otro lado, podía verlo igual de avergonzado, pero no tanto como yo lo estaba… Me paré de allí cabizbaja y me dirigí a mi habitación, cerrando con un gran portazo… ¿Algo peor que alguien te vea, con una polera blanca que trasluce, sin nada debajo?, ¡nada! Creo que desde ahora no podré mirarlo a la cara…

por **|Mili#Jonas|** Mar 02 Ago 2011, 1:02 pm

Capitulo 25.

4/5

Con la vergüenza tan sólo un poco superada, me acosté, para poder conciliar el sueño, y tratar de dejar de lado lo que acababa de suceder.

Narra Kevin Jonas.

Avergonzado de sobremanera, oí como Dany daba un retumbante portazo desde su habitación…
Nunca en mi vida me había sentido tan ultrajador con una mujer, y es que lo que acaba de ocurrir, aunque fuese un accidente, fue demasiado descortés, sobre todo porque la miré al menos tres minutos, minutos en los que debí haberme volteado de inmediato a ver hacia otro lado. Y no lo hice porque… porque algo me lo impidió… un algo que no conozco muy bien, y que deseo que nunca más aparezca, sería bastante humillación si algo así se repite.
—¿Qué sucedió? —preguntó Matt llegando ya vestido, no me di cuenta cuando dejó de ducharse, y… hablar… o lo que sea que hacía, porque eso canto no era.
—Eh na-nada… —dudé que me creyera, supuse que mis mejillas enrojecidas me delatarían, pero no lo hicieron, por suerte.
—Ah, bueno. Y, ¿qué hay de nuevo con la investigación?
—Aún nada… necesito investigar más a fondo, y rápido. Porque si estoy en lo correcto, Joe buscará una forma de esconder a ________ antes de que sus tíos vuelvan, ellos llegan pasado mañana, bueno… mañana, considerando que es más de medianoche.
—Realmente eres sorprendente. Espero que encuentres algo que nos diga si él la tiene, aunque creo que eso es obvio… Pero también necesitamos un por qué. Así que… ¿dormirás?
—No. Y así aprovecharé de causarle una molestia menos a Danielle vigilando la hora de llegada de Selena—sonreí casi haciendo una mueca, y suspirando… a causa de haber recordado el incidente de hace unos minutos.
—Ah… —me miró como si yo fuera sospechoso de algo, no me gustaba esa mirada—, y… entonces… ¿qué hay con Dany?, ella tiene veinte, tú tienes veintiuno… —esa mirada se convirtió en una maliciosa, casi insinuando algo, y entonces aclaré mi garganta.
—Disculpe, no lo comprendo.
—¡Oh, vamos!, ¡no es como si yo fuera un vejete!, y he visto como la observas… —nuevamente esa mirada, que por alguna extraña razón provocaba que mis mejillas tomaran un color rojizo, y riera… nervioso.
—Está loco… yo pienso en el trabajo, ¿bien? Allá usted si la encuentra linda o si ve que la miro en una forma que no es. Simplemente es una de las mejores amigas de la víctima del caso que investigo —centré mi vista en la pared.
—La juventud de estos días… —rezongó alejándose a dormir—, ¡buenas noches! —me gritó a lo lejos.
Y así entonces me quedaré intentando averiguar más sobre Joseph Jonas. Con el aire de la noche como testigo de lo que pueda hallar.

Narra Nicholas Jonas.

Es increíble que me haya dicho que le gusto… Por primera vez creo que mi corazón se saldrá de mi pecho si sigue latiendo como ahora.
—Ahora sí, ¿podemos dormir? —sonrió, luego de alejar sus labios de los míos.
—Si —creo que soné como idiota, pero eso no importaba teniéndola a ella tan cerca de mí.
Se acurrucó en mi pecho pasando sus manos alrededor de mi cintura, y suspiró… Era reconfortante oír tan solo nuestras respiraciones. Era el único sonido que se oía, y lo perfecto era que iban al compás…
Me quedé despierto algunos minutos más para observarla… tan hermosa e inocente durmiendo con su cabeza recostada en mi pecho… Las ganas de acariciar su rostro me ganaron, y acerqué mi mano a su mejilla cuidadosamente, dándome cuenta de que al fin había tomado calor, ya que antes de eso era como un trozo de hielo con vida… un hermoso trozo de hielo.
Sonreí para mí mismo al verla moverse y sonreír inconcientemente.
Con toda esa paz, concilié el sueño rápidamente, y lo mejor era que me sentía muy a gusto.

—Nick… hey… despierta… —oí su angelical voz susurrarme en el oído y moverme cuidadosamente.
Abrí mis ojos con lentitud y pude verla a mi lado sonriente.
—Buenos días —dije con la voz aún un poco ronca.
—Buenos días bello durmiente —rió—, ¿tienes idea de cuánto tiempo he pasado despertándote?
—Eh… no… —me avergoncé un poco.
—¡Cinco minutos! —reímos.
—¡Wow, si que duermo, eh! —carcajeamos con más ganas.
—Son las doce… Nick debemos irnos… no llamé a Danielle… y con todo lo que sucede… debe estar preocupada… —miró hacia otro lado… supe entonces que recordó a ______… Pero… aunque ella también es importante para mí, creo que Joe lo es más… al menos por ahora.
—Tienes razón, debemos levantarnos —me salí de la cama en un brinco, y me agaché a recoger mi pantalón.
—¡AH!, ¡¡NICK!! —la miré extrañado y ella se tapó los ojos—, ¡¡MÍRATE!! —me miré, y estaba sólo en ropa interior, rayos… que idiota soy.
Me sonrojé hasta quedar como el planeta Marte y me coloqué el pantalón deprisa.
—Perdón… se me había olvidado… —aún no se quitaba ese color de mis mejillas—, ya puedes ver… —se destapó los ojos.
—No puedo creerlo, ¿dormiste sólo en ropa interior?
—Eh… esque siempre duermo así… no sabía que vendrías a dormir conmigo… no estaba preparado, ¿bien?, de haber sido el caso contrario, hubiera dormido con ropa —miré hacia otro lado, esta situación no podía ser más vergonzosa.
—Bien… ¿Vamos? —se levantó, y nos dirigimos a la salida de la cabaña—. Tendré un buen recuerdo de este lugar —la miré, y un tierno rubor inundó sus pómulos, reí sin hacerlo notar.
—¿En serio?, ¿por qué si se puede saber? —me hice el indiferente, mientras cerraba la cabaña con llave.
—P-porque… ¡no me hagas decirlo, tú lo sabes! —miró hacia otro lado tratando de ocultar el color de sus mejillas, yo reí.
—Me gustaría tener otro buen recuerdo de los muchos que tengo de este lugar… —me acerqué a ella, esperando intimidarla un poco… Lo que me salió al revés, porque se acopló a mi cuerpo, y entrelacé mis manos en su cintura, sintiendo poco a poco el juego entretenido que nuestras narices tenían, y buscando sus labios con deseo luego de unos segundos.
—¿Como ese? —me preguntó sonrojada.
—Mmm… quizá… o… quizá como este… —le robé un beso fugaz, y reímos.
Escuché unos arbustos sonar a lo lejos… me preocupé. ¿Me estarán siguiendo…?, pero… Ya no se ve nada raro fuera de mi casa…
—¡¡Ah!! —gritó Selena dando un salto… ¡¿qué había allí?!

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