"Pide un deseo" (Nick)

Rachel aun no podía que sus dos mejores amigos la estaban dejando allí en medio de la nada, sin despedirse y parecían casi celebrar que se iban. Sonreían tanto que ese gesto parecía estar dibujado en sus caras. Rachel empezó a llorar en silencio y se despidió con la mano.
— ¿Cuál es su expresión ahora?—preguntaba Kate sonriendo entre dientes y mirando a Logan. El miró hacia la puerta donde estaba Rachel.
— Esta llorando—le respondió borrando la sonrisa de su rostro.
— ¿no crees que es demasiado cruel?
— Es solo una tarde y además, debo admitir que disfruto la idea de que aceptaras una cita para enseñarle a tu amiga a no hablar disparates.
— Pues yo no lo considero un martirio, si es que es eso lo que quieres que responda.
— Quiero…--le había mirado tan coquetamente que los pensamientos de Kate se habían difuminado y mezclado.
— ¿besarme?—preguntó interrumpiendo—casi diciendo lo que ella en realidad quería— y Logan sonrío.
— Aparte—entonces ambos soltaron risitas y Logan le agarró de la mano—, ¿puedo hacer algo como una tarde con oportunidades para que al menos yo te guste un poco?
— 100 puntos tienes por agárrame la mano con suavidad y otros 100 por no insistir tanto con que me amas y todas esas estupideces.
— ¿Cuántos puntos tengo que juntar?
— Algo así como… 1500…
— Acepto el reto—abrió la puerta de acompañante del auto y ella negó con la cabeza.
— Hoy el barco lo navego yo—rodeó el auto y entró en el asiento de conductor.
— ¿Qué hacemos, capitán?—le preguntó el entrando al auto.
— ¿me enseñas?—Logan volteó a mirarla como reprendiéndola y ella hizo un gesto como diciéndole perdón.
— De acuerdo…—contestó un poco dubitativo.
— 100 puntos si lo haces—le guiñó el ojo y la clase comenzó.


— Aun no puedo creer que casi chocamos—repitió por tercera vez, hartando la paciencia de Logan, quien se salió del auto furioso. Era la primera vez que Kate lo veía así. Estaba enojado de verdad, y ella no sabía que pensar. Se incorporó lentamente y salió del auto con cautela.
— Soy un hombre estúpido. Soy un imbécil.
— ¿por qué dices eso?
— Porque sigo creyendo que si hago todas estas cosas por ti, tu… no sé…
— ¿me enamore de ti?—preguntó Kate con timidez, ocultando el rostro con su pelo.
— Exacto. Pero ¿sabes qué? Creo que nunca sucederá. Y sé que ni siquiera lo he intentado demasiado pero por qué intentar algo que está perdido.
— Algo que no se ha creado aun nunca puede estar perdido. Y menos algo en lo que yo también estoy poniendo mi fe.
— ¿qué?
— Tengo fe en que algún día volveré a ser feliz, como cuando tenía a mi hermana. Esos tiempos en que tenía alguien en que confiar. Pero a ti ¿Quién te quitó la fe? A mí me la han devuelto tu y Rachel—Logan dio un paso al frente, haciendo que ambos terminaran cara a cara.
— Prometo que no volveré a rendirme contigo—Kate sonrío y se abrazaron con fuerza—. Es algo raro estar diciéndote que te haré sentir algo—ambos rieron y Kate se separó levemente de él.
— Para mí es raro saber que tal vez tú pudiste hacerme sentir algo.
— ¿Qué sucedió allí?—ambos miraron hacia el policía que se encontraba mirándolos.
— Nada, oficial. Solo tuvimos un pequeño inconveniente, pero ya está solucionado—Kate se acercó al policía y entonces le cayeron las fichas a Logan.
— Espera ¿pudiste?—Kate lo miró un segundo con una sonrisa pero volteó de nuevo hacia el policía. Casi dándole una sutil pista de que a ella le gustaba la idea de este constante juego de amor entre ellos.

Luego de la conversación con el policía—a la cual Logan no le había prestado mucha atención—, ambos estacionaron el auto y decidieron ir caminando hasta el lugar que había elegido Katherine, y Logan no sabía cuál era.
— Creo que fue una buena decisión venir caminando hasta el lago.
— Si. Y no quería decirlo, pero cuando manejabas temía por nosotros—Kate le fulminó con la mirada y levantando un dedo mandonamente dijo:
— 300 puntos menos.
— ¡¿Qué?! ¿por qué?—preguntó en reclamo y se puso frente a ella deteniendo su paso.
— Porque me ofendí. En la cita perfecta no puede haber ofensas.
— ¿Pero por qué 300?
— Porque hace un rato me habías gritado—él la miró un poco molesto y respondió con astucia:
— ¡En una cita perfecta no matas a la persona con la que sales!
— Cero puntos. ¿quieres tener menos?
— ¿Cómo es posible? ¿por qué eres así?
— Porque eres tú—ella soltó una risita, luego agarró la mano de él con suavidad y tenue contacto, para seguir caminando.
— ¿Qué quiere decir eso?
— Mejores personas, más exigencias—cuando Kate dijo eso, Logan sintió como se le hinchaba el pecho de tanta vanidad y terminó riéndose de sí mismo—. Borra la sonrisa vanidosa de tu cara, en este instante.
— ¿me vas a restar más puntos?
— Ahora tiene menos 200.
— ¿qué diablos? Explícame.
— Eres tan malo que tienes un numero negativo—empezó a reír de forma maléfica y el la ignoró al ver lo que tenía en frente.
— Sabía que me habías dicho que era un lago, pero nunca había venido aquí.
— Solía venir con mi hermana. Por eso te lo quería mostrar.
— Hablando de tu hermana, no sabía que tenías una hermana.
— Exacto. La tenía. Falleció en un accidente hace dos años. Y prometo que hace dos años no era ni una pizca de amarga de lo que soy ahora. Ella era lo único que tenía—sonrío con tristeza a Logan y el paso su brazo por los hombros de Kate.
— Siento que tuvieras que pasar por aquello—acarició el brazo de ella con ternura y dijo—: pero todo sucede por algo. Tal vez ya era su hora.
— ¿A una niña de 8 años le llega su hora?, ¿por qué suceden estas cosas?—preguntó iracunda—. Me quitaron lo único que me quedaba, Logan. Y tú nunca vas a dimensionarlo porque nunca pasaste por nada parecido.
— Es cierto. Nunca perdí a una hermana a los ocho años, pero si perdí a gente que amaba. A gente que amaba mucho. No me digas que nunca voy a poder dimensionarlo porque realmente no me conoces—le contestó molesto entre dientes.
En ese momento Logan trataba de contener ese enojo que tenía contra Katherine. Ella pensaba que nadie sufrió lo que ella, pensaba que ella era la única que podía entender las complejidades de la mente torcida de la gente, pensaba que la única que nadie entendería lo que había dentro de su corazón y mente. Especialmente lo peor que había llegado a pensar es que ella es la única que había perdido a alguien.
El caminó hacia un banco que había allí y se sentó en el, tratando de apreciar la belleza de alrededor para tranquilizarse.
— Definitivamente no me conoces—repitió en un susurró leve.