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"En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Cap 2 (II)
Perdon por no haber subido :D
Espero que les gusten :P
_______ frotó sus caderas contra las de él. Nick notó que su miembro palpitaba y que le bajaba un escalofrío por la espalda. La mirada de la joven contenía un reto sexual. Y que le mataran si no quería responder a él tan pronto como fuera posible. Dios, quería devorarla. El deseo le clavó unas garras implacables con más intensidad que nunca. Pero esperar era importante porque ella también lo era, y mucho.
—Bueno, sospecho que tú eres un poco terca y yo no soy siempre dócil.
—Pero si te diera un rodillazo en este impresionante equipo... —le pasó las uñas por la espalda y a él se le puso la piel de gallina—, ¿no estaría tirando piedras contra mi propio tejado?
Nick sonrió ampliamente.
—Me gusta cómo piensas.
—Cuéntame más sobre ti.
Nick no estaba centrado en la conversación. De hecho, estaba realizando un enorme esfuerzo para concentrarse. Conseguir conocerla también era importante. _______ no era una mujer cualquiera para él y quería que lo supiera desde el principio. Estaba totalmente empalmado ahora mismo, pero a pesar de ello, quería hablar con ella. Valorarla.
—Mi padre, a quien llamamos cariñosamente Coronel, está retirado del Ejército y se mosqueó cuando mi hermano y yo nos alistamos en la Marina y nos convertimos en SEALs. Además tengo una hermana pequeña que vive con su marido en Lafayette. Están esperando su primer hijo. ¿Qué me dices de ti?
—¿En Lafayette? Ahí es donde vivo yo. Mi madre y mi padrastro todavía están en la casa donde crecí. Mi hermana mayor, que es la que no nos quita la vista de encima, se llama Marisol y vive con su marido y sus hijos a poca distancia de ellos. Ya te he hablado de mi hermano. Yo soy la pequeña. —Ladeó la cabeza y, además de lujuria, una innegable inteligencia brilló en aquellos ojos color avellana—. ¿Y tu madre?
Ese era el único tema del que no hablaba. Con nadie. Con esa pregunta _______ había intentado ser educada, así que no se sintió obligado a responder.
Se contoneó contra ella mientras llevaba la mano a su nuca y le rozaba la mejilla con los labios camino de la oreja.
—¿De qué quieres hablar en realidad?
_______ suspiró, le deslizó la mano debajo de la camiseta y le arañó suavemente la parte inferior de la espalda, excitándole tanto que pareció que en su interior estallaban los fuegos artificiales del cuatro de julio. La necesidad de tocarla, de acariciarla y complacerla lo atravesó.
Él le deslizó la boca abierta por el cuello, casi como si estuviera lamiéndolo, casi como si estuviera besándola allí, pero sin llegar a hacerlo. Ella contuvo la respiración y ladeó la cabeza, ofreciéndole la garganta. Una señal de rendición que hizo que su erección palpitara y se humedeciera.
Con un gruñido, él apretó la polla contra su sexo. Ella presionó su cuerpo en respuesta mientras separaba los labios en un gemido.
—¿Quieres que hablemos de cómo voy a follarte, _______?
—¿Tú y Joe?
Nick vaciló.
—No puedo hablar por él. Pero sí sé lo que yo voy a hacerte.
Ella volvió a mirarle a los ojos, ahora con más audacia.
—Me encanta que tengas planes. Pero deberías preguntarme cuáles son los míos.
_______ se adueñó de su boca con atrevimiento y le besó de manera increíblemente suave pero exigente e intensa. Luego se apartó de forma juguetona, dejándole conocer un indicio de su sabor, nuevo e intoxicante, imposible de ignorar. Al momento, Nick notó que una llamarada se propagaba por su cuerpo y la apretó contra sí con más fuerza.
Ella interrumpió el beso con una risa ronca que le hizo estremecer.
—_______... —le advirtió.
La joven volvió a esbozar una sonrisa descarada. Sabía que le estaba provocando, que le tenía pillado por las pelotas y no pensaba dejar de presionarle. A él le gustaba aquella faceta juguetona que mostraba, así que le permitió continuar... por ahora.
_______ se puso de puntillas y se acercó todavía más, rozándole los labios de nuevo. Se aferró a sus brazos mientras profundizaba el beso, moviendo la lengua con la suavidad y rapidez de una elusiva mariposa. Sabía a cerezas, un poco a tequila y a puro pecado. Le ponía a cien.
Cuando ella escapó, Nick miró a su alrededor. La hermana de _______ tenía el ceño fruncido, pero sus amigas sonreían de oreja a oreja. Joe seguía hablando con un colega mientras bebía otra cerveza y les miraba de vez en cuando con inquietud. Nick siguió bailando y se acercó todavía más al ventanal que tenía aquellas impresionantes vistas nocturnas sobre el Strip de Las Vegas Boulevard South.
Nick ignoró todo lo que les rodeaba e introdujo los dedos en el sedoso cabello oscuro que caía sobre la espalda de _______. Tiró con tuerza hasta que ella arqueó la garganta.
—Estás jugando con fuego.
Una sonrisa petulante y sexy curvó sus labios en un gesto absolutamente impúdico. —Puedo manejarlo.
—Deberías averiguar qué juegos me gustan antes de mostrarte tan confiada.
—Cuéntamelos.
El miró fijamente sus dilatadas pupilas y notó el pulso que le latía en el cuello. Sonrió.
—Prefiero enseñártelos.
Nick asumió el mando y la besó con intensidad. Traspasó los labios de _______, aquella boca con sabor a tequila y cerezas, y enredó su lengua con la de ella en un baile sensual. Le exigió mucho. Tomó lo que quiso. Se dejó guiar por las pistas que ella le daba, los gemidos y los escalofríos, que le decían todo lo que _______ deseaba. Y luego se lo ofreció.
Todavía devorándole la boca, Nick le agarró las muñecas y se las sujetó juntas con una mano inquebrantable en el hueco de la espalda. Pegó los muslos a los de ella y se frotó contra su cuerpo... Pecho, vientre, cadera... La apretó contra la pared para inmovilizarla.
Ella contuvo la respiración y él se tragó el suspiro con otro beso. «Maldición, sí.»
Su cuerpo se estremecía por la necesidad de desnudarla, de follarla, de poseerla por completo. Mientras su mente se veía inundada por unas imágenes crudamente eróticas y se dejaba embriagar por su sabor, ella liberó una mano y la deslizó entre sus cuerpos, cerrando los dedos en torno a su miembro. Cuando se lo apretó, el deseo atravesó a Nick. Rechinó los clientes y contuvo un siseo mientras volvía a capturar la mano de _______ y se la llevaba de nuevo a la espalda.
_______ estaba acostumbrada a asumir el mando. No cedería el control con facilidad, pero Nick estaba decidido a ser paciente. Le gustaban los retos. Y no pensaba rendirse hasta que ella claudicara por completo.
Después de soplar las velas, _______ se abandonó a la celebración. La tarde se convirtió en noche mientras ella charlaba, bailaba y ardía al saber el placer que le esperaba.
Dos horas después, el pastel estaba terminándose y la mayor parte de los invitados habían vuelto a sus habitaciones o habían bajado a jugar al casino. _______ se bebió el cuarto margarita de la noche y se sintió un poco más eufórica. Una chica no cumplía todos los días veinticinco años, así que no pasaba nada por estar un poco achispada.
Percibía a Nick a su espalda, muy cerca de ella, con la mano sobre su cadera. El calor de su cuerpo atravesó el suéter y la minifalda negra cuando le apretó la erección contra el trasero. Todo él hablaba de posesión, y estaba segura de que no la dejaría marchar hasta que quedara satisfecho y la hubiera poseído de todas las maneras en que un hombre podía poseer a una mujer. Con la ayuda de Joe, por supuesto.
Desde que habían bailado, _______ encontró difícil centrar la atención en algo que no fuera desnudar el duro cuerpo de Nick y averiguar lo bien que podía hacerla sentir. Lo que no entendía era por qué demonios había animado a Joe a beber como un cosaco.
Y respecto a eso, ¿en qué estaba pensando Joe? Ese rollo que se traía de chico universitario la aburría. Jamás le había visto beber tanta cerveza. ¿Por qué esa noche?
—¡Más, más, más! —coreó la pequeña multitud compuesta por Tim, el oponente de Joe, su novia y su hermano. Nick guardó silencio.
Tras cuatro minutos de reto, ambos adversarios abrieron una nueva lata de cerveza —la cuarta de Tim y la quinta de Joe—, que ambos apuraron con fruición.
Dos minutos después, Joe eructó y sostuvo en alto la sexta cerveza vacía.
—¡Lo conseguí!
Dadas las copiosas cantidades de cerveza y vodka que había estado ingiriendo durante las últimas horas, Joe estaba borracho como una cuba. Sus palabras eran gangosas y movía con dificultad las extremidades. _______ suspiró y se dirigió a hacer café. Si quería que la ayudara a cumplir su fantasía, tenía que conseguir que recuperara un poco de sobriedad.
Su oponente, Tim, dejó la lata por la mitad.
—Joder, soy demasiado viejo para beber más que tú. —Suspiró, luego se volvió hacia su novia con el ceño fruncido—. Vámonos.
Después de que Tim cogiera a su novia del brazo y se dirigiera a la puerta, Trey, su hermano, se acercó a abrazar a _______.
—Feliz cumpleaños, _______. Espero que sea una gran noche.
Ella sonrió al policía de treinta y tantos años.
—Gracias por venir a Las Vegas para celebrarlo conmigo.
—¿Cómo iba a perderme este estupendo fin de semana? —Se volvió y miró a Nick de arriba abajo—. ¿Ya sabes qué vas a hacer el resto de la noche o quieres que me quede contigo?
Lo que traducido quería decir «¿estás bien con este extraño?»
Nadie sabía nada de Nick excepto Joe, que le había asegurado que era un gran tipo con un montón de medallas. Pero incluso si aquel hombre tan sexy no hubiera sido SEAL, _______ hubiera sabido que era buena gente a pesar de que cuando le dio el beso, hacía unas horas, le había demostrado que tenía un lado duro e inflexible.
_______ sonrió.
—Estoy bien. Ve a disfrutar del resto de la noche.
Trey encogió los hombros.
—Tengo una ficha de cien dólares del Caesar's en el bolsillo.
Ella se rió y les hizo señas a los tres para que se fueran. Luego se acercó lentamente a la pequeña cocina de la suite. Hallie y Chloe se habían marchado unos minutos antes para intentar ligarse a algún tío bueno con el que pasar la noche. Se reuniría con ellas por la mañana para tomar el vuelo a casa. Marisol había vuelto a su habitación poco después de que _______ hubiera apagado las velas. Madre de dos niños de corta edad, no estaba acostumbrada a pasarse la noche de marcha.
Joe, Nick y ella estaban al fin solos en la suite. Ahora comenzaría de una vez por todas la auténtica diversión. Después de tomar café.
Puso en marcha la cafetera y cogió las tazas de la vitrina. Se dio la vuelta y se tropezó con Nick allí mismo. Soltó un gritito.
—Oh... Me has asustado. ¡No te acerques a hurtadillas!
La sombra de una sonrisa jugueteó en los labios masculinos.
—Lo siento. ¿Puedo ayudarte en algo?
—No. Gracias. ¿Quieres una taza? —dijo señalando la cafetera.
—Por ahora no. ¿Tú quieres una?
—Lo cierto es que no me gusta. —Lanzó una mirada a la salita de la suite y encogió los hombros al mirar a su amigo, que estaba repantigado en un sillón con los ojos entrecerrados—. Pero parece que Joe necesita una con urgencia.
—A mí no me hace falta ningún jodido café —ladró Joe, incorporándose—. Sólo estaba esperando a que se fuera todo el mundo para poder follarte. ¿O ya no quieres jugar, _______?
Ella quería participar en un trío desde hacía mucho tiempo. Según había oído era algo que quien lo probaba, repetía. Ansiaba saber si le gustaría.
Pero Joe estaba como una cuba. Era cierto que jamás la había dejado insatisfecha fueran cuales fueran las circunstancias. Y él le gustaba, aunque lo consideraba un amigo y no un amante. No podía negar que follaba bien.
¿Y Nick? Simplemente teniéndolo cerca se estremecía de pies a cabeza. Durante las últimas horas había comenzado a sospechar que él no sólo era intenso, sino que cruzaba los límites normales con contundencia y que quizá fuera demasiado dominante. Eso debería hacerle poner pies en polvorosa. Dado su historial familiar, la idea de tropezarse con un hombre dominante la aterraba. Pero Nick conseguía que humedeciera las bragas de la excitación.
Si dejaba pasar esa oportunidad porque la situación no era perfecta, ¿volvería a tener la oportunidad de que eso ocurriera? ¿De tropezarse con un hombre como él?
De ella dependía llevar a cabo su mayor fantasía. La tenía al alcance de la mano, sólo tenía que dirigirse al dormitorio.
—Claro que quiero jugar. —Respiró hondo y sostuvo la mirada azul de Nick—. ¿Y tú?
Cada vez que le miraba se le entrecortaba la respiración. Estaba buenísimo, pero ella no se sentía así con cada tío bueno que conocía. Era él. Parecía una tormenta a punto de estallar. Por fuera era frío y controlado, pero interiormente apenas lograba sujetar las riendas. Y _______ quería hacerle perder el control.
—He venido aquí por ti. Pero yo no juego, querida —dijo Nick, arrastrando las palabras.
—Entonces... supongo que podemos irnos al dormitorio.
—¡Maldito escalón! —dijo Joe cuando tropezó.
Nick le sujetó y le ayudó a recuperar el equilibrio para atravesar el vestíbulo de la suite. Se dirigió a la habitación tambaleándose. Logró avanzar dando tumbos de una pared a otra como si se tratara de una bola de billar. Ella le observó mordisqueándose los labios.
—Bueno, sospecho que tú eres un poco terca y yo no soy siempre dócil.
—Pero si te diera un rodillazo en este impresionante equipo... —le pasó las uñas por la espalda y a él se le puso la piel de gallina—, ¿no estaría tirando piedras contra mi propio tejado?
Nick sonrió ampliamente.
—Me gusta cómo piensas.
—Cuéntame más sobre ti.
Nick no estaba centrado en la conversación. De hecho, estaba realizando un enorme esfuerzo para concentrarse. Conseguir conocerla también era importante. _______ no era una mujer cualquiera para él y quería que lo supiera desde el principio. Estaba totalmente empalmado ahora mismo, pero a pesar de ello, quería hablar con ella. Valorarla.
—Mi padre, a quien llamamos cariñosamente Coronel, está retirado del Ejército y se mosqueó cuando mi hermano y yo nos alistamos en la Marina y nos convertimos en SEALs. Además tengo una hermana pequeña que vive con su marido en Lafayette. Están esperando su primer hijo. ¿Qué me dices de ti?
—¿En Lafayette? Ahí es donde vivo yo. Mi madre y mi padrastro todavía están en la casa donde crecí. Mi hermana mayor, que es la que no nos quita la vista de encima, se llama Marisol y vive con su marido y sus hijos a poca distancia de ellos. Ya te he hablado de mi hermano. Yo soy la pequeña. —Ladeó la cabeza y, además de lujuria, una innegable inteligencia brilló en aquellos ojos color avellana—. ¿Y tu madre?
Ese era el único tema del que no hablaba. Con nadie. Con esa pregunta _______ había intentado ser educada, así que no se sintió obligado a responder.
Se contoneó contra ella mientras llevaba la mano a su nuca y le rozaba la mejilla con los labios camino de la oreja.
—¿De qué quieres hablar en realidad?
_______ suspiró, le deslizó la mano debajo de la camiseta y le arañó suavemente la parte inferior de la espalda, excitándole tanto que pareció que en su interior estallaban los fuegos artificiales del cuatro de julio. La necesidad de tocarla, de acariciarla y complacerla lo atravesó.
Él le deslizó la boca abierta por el cuello, casi como si estuviera lamiéndolo, casi como si estuviera besándola allí, pero sin llegar a hacerlo. Ella contuvo la respiración y ladeó la cabeza, ofreciéndole la garganta. Una señal de rendición que hizo que su erección palpitara y se humedeciera.
Con un gruñido, él apretó la polla contra su sexo. Ella presionó su cuerpo en respuesta mientras separaba los labios en un gemido.
—¿Quieres que hablemos de cómo voy a follarte, _______?
—¿Tú y Joe?
Nick vaciló.
—No puedo hablar por él. Pero sí sé lo que yo voy a hacerte.
Ella volvió a mirarle a los ojos, ahora con más audacia.
—Me encanta que tengas planes. Pero deberías preguntarme cuáles son los míos.
_______ se adueñó de su boca con atrevimiento y le besó de manera increíblemente suave pero exigente e intensa. Luego se apartó de forma juguetona, dejándole conocer un indicio de su sabor, nuevo e intoxicante, imposible de ignorar. Al momento, Nick notó que una llamarada se propagaba por su cuerpo y la apretó contra sí con más fuerza.
Ella interrumpió el beso con una risa ronca que le hizo estremecer.
—_______... —le advirtió.
La joven volvió a esbozar una sonrisa descarada. Sabía que le estaba provocando, que le tenía pillado por las pelotas y no pensaba dejar de presionarle. A él le gustaba aquella faceta juguetona que mostraba, así que le permitió continuar... por ahora.
_______ se puso de puntillas y se acercó todavía más, rozándole los labios de nuevo. Se aferró a sus brazos mientras profundizaba el beso, moviendo la lengua con la suavidad y rapidez de una elusiva mariposa. Sabía a cerezas, un poco a tequila y a puro pecado. Le ponía a cien.
Cuando ella escapó, Nick miró a su alrededor. La hermana de _______ tenía el ceño fruncido, pero sus amigas sonreían de oreja a oreja. Joe seguía hablando con un colega mientras bebía otra cerveza y les miraba de vez en cuando con inquietud. Nick siguió bailando y se acercó todavía más al ventanal que tenía aquellas impresionantes vistas nocturnas sobre el Strip de Las Vegas Boulevard South.
Nick ignoró todo lo que les rodeaba e introdujo los dedos en el sedoso cabello oscuro que caía sobre la espalda de _______. Tiró con tuerza hasta que ella arqueó la garganta.
—Estás jugando con fuego.
Una sonrisa petulante y sexy curvó sus labios en un gesto absolutamente impúdico. —Puedo manejarlo.
—Deberías averiguar qué juegos me gustan antes de mostrarte tan confiada.
—Cuéntamelos.
El miró fijamente sus dilatadas pupilas y notó el pulso que le latía en el cuello. Sonrió.
—Prefiero enseñártelos.
Nick asumió el mando y la besó con intensidad. Traspasó los labios de _______, aquella boca con sabor a tequila y cerezas, y enredó su lengua con la de ella en un baile sensual. Le exigió mucho. Tomó lo que quiso. Se dejó guiar por las pistas que ella le daba, los gemidos y los escalofríos, que le decían todo lo que _______ deseaba. Y luego se lo ofreció.
Todavía devorándole la boca, Nick le agarró las muñecas y se las sujetó juntas con una mano inquebrantable en el hueco de la espalda. Pegó los muslos a los de ella y se frotó contra su cuerpo... Pecho, vientre, cadera... La apretó contra la pared para inmovilizarla.
Ella contuvo la respiración y él se tragó el suspiro con otro beso. «Maldición, sí.»
Su cuerpo se estremecía por la necesidad de desnudarla, de follarla, de poseerla por completo. Mientras su mente se veía inundada por unas imágenes crudamente eróticas y se dejaba embriagar por su sabor, ella liberó una mano y la deslizó entre sus cuerpos, cerrando los dedos en torno a su miembro. Cuando se lo apretó, el deseo atravesó a Nick. Rechinó los clientes y contuvo un siseo mientras volvía a capturar la mano de _______ y se la llevaba de nuevo a la espalda.
_______ estaba acostumbrada a asumir el mando. No cedería el control con facilidad, pero Nick estaba decidido a ser paciente. Le gustaban los retos. Y no pensaba rendirse hasta que ella claudicara por completo.
Después de soplar las velas, _______ se abandonó a la celebración. La tarde se convirtió en noche mientras ella charlaba, bailaba y ardía al saber el placer que le esperaba.
Dos horas después, el pastel estaba terminándose y la mayor parte de los invitados habían vuelto a sus habitaciones o habían bajado a jugar al casino. _______ se bebió el cuarto margarita de la noche y se sintió un poco más eufórica. Una chica no cumplía todos los días veinticinco años, así que no pasaba nada por estar un poco achispada.
Percibía a Nick a su espalda, muy cerca de ella, con la mano sobre su cadera. El calor de su cuerpo atravesó el suéter y la minifalda negra cuando le apretó la erección contra el trasero. Todo él hablaba de posesión, y estaba segura de que no la dejaría marchar hasta que quedara satisfecho y la hubiera poseído de todas las maneras en que un hombre podía poseer a una mujer. Con la ayuda de Joe, por supuesto.
Desde que habían bailado, _______ encontró difícil centrar la atención en algo que no fuera desnudar el duro cuerpo de Nick y averiguar lo bien que podía hacerla sentir. Lo que no entendía era por qué demonios había animado a Joe a beber como un cosaco.
Y respecto a eso, ¿en qué estaba pensando Joe? Ese rollo que se traía de chico universitario la aburría. Jamás le había visto beber tanta cerveza. ¿Por qué esa noche?
—¡Más, más, más! —coreó la pequeña multitud compuesta por Tim, el oponente de Joe, su novia y su hermano. Nick guardó silencio.
Tras cuatro minutos de reto, ambos adversarios abrieron una nueva lata de cerveza —la cuarta de Tim y la quinta de Joe—, que ambos apuraron con fruición.
Dos minutos después, Joe eructó y sostuvo en alto la sexta cerveza vacía.
—¡Lo conseguí!
Dadas las copiosas cantidades de cerveza y vodka que había estado ingiriendo durante las últimas horas, Joe estaba borracho como una cuba. Sus palabras eran gangosas y movía con dificultad las extremidades. _______ suspiró y se dirigió a hacer café. Si quería que la ayudara a cumplir su fantasía, tenía que conseguir que recuperara un poco de sobriedad.
Su oponente, Tim, dejó la lata por la mitad.
—Joder, soy demasiado viejo para beber más que tú. —Suspiró, luego se volvió hacia su novia con el ceño fruncido—. Vámonos.
Después de que Tim cogiera a su novia del brazo y se dirigiera a la puerta, Trey, su hermano, se acercó a abrazar a _______.
—Feliz cumpleaños, _______. Espero que sea una gran noche.
Ella sonrió al policía de treinta y tantos años.
—Gracias por venir a Las Vegas para celebrarlo conmigo.
—¿Cómo iba a perderme este estupendo fin de semana? —Se volvió y miró a Nick de arriba abajo—. ¿Ya sabes qué vas a hacer el resto de la noche o quieres que me quede contigo?
Lo que traducido quería decir «¿estás bien con este extraño?»
Nadie sabía nada de Nick excepto Joe, que le había asegurado que era un gran tipo con un montón de medallas. Pero incluso si aquel hombre tan sexy no hubiera sido SEAL, _______ hubiera sabido que era buena gente a pesar de que cuando le dio el beso, hacía unas horas, le había demostrado que tenía un lado duro e inflexible.
_______ sonrió.
—Estoy bien. Ve a disfrutar del resto de la noche.
Trey encogió los hombros.
—Tengo una ficha de cien dólares del Caesar's en el bolsillo.
Ella se rió y les hizo señas a los tres para que se fueran. Luego se acercó lentamente a la pequeña cocina de la suite. Hallie y Chloe se habían marchado unos minutos antes para intentar ligarse a algún tío bueno con el que pasar la noche. Se reuniría con ellas por la mañana para tomar el vuelo a casa. Marisol había vuelto a su habitación poco después de que _______ hubiera apagado las velas. Madre de dos niños de corta edad, no estaba acostumbrada a pasarse la noche de marcha.
Joe, Nick y ella estaban al fin solos en la suite. Ahora comenzaría de una vez por todas la auténtica diversión. Después de tomar café.
Puso en marcha la cafetera y cogió las tazas de la vitrina. Se dio la vuelta y se tropezó con Nick allí mismo. Soltó un gritito.
—Oh... Me has asustado. ¡No te acerques a hurtadillas!
La sombra de una sonrisa jugueteó en los labios masculinos.
—Lo siento. ¿Puedo ayudarte en algo?
—No. Gracias. ¿Quieres una taza? —dijo señalando la cafetera.
—Por ahora no. ¿Tú quieres una?
—Lo cierto es que no me gusta. —Lanzó una mirada a la salita de la suite y encogió los hombros al mirar a su amigo, que estaba repantigado en un sillón con los ojos entrecerrados—. Pero parece que Joe necesita una con urgencia.
—A mí no me hace falta ningún jodido café —ladró Joe, incorporándose—. Sólo estaba esperando a que se fuera todo el mundo para poder follarte. ¿O ya no quieres jugar, _______?
Ella quería participar en un trío desde hacía mucho tiempo. Según había oído era algo que quien lo probaba, repetía. Ansiaba saber si le gustaría.
Pero Joe estaba como una cuba. Era cierto que jamás la había dejado insatisfecha fueran cuales fueran las circunstancias. Y él le gustaba, aunque lo consideraba un amigo y no un amante. No podía negar que follaba bien.
¿Y Nick? Simplemente teniéndolo cerca se estremecía de pies a cabeza. Durante las últimas horas había comenzado a sospechar que él no sólo era intenso, sino que cruzaba los límites normales con contundencia y que quizá fuera demasiado dominante. Eso debería hacerle poner pies en polvorosa. Dado su historial familiar, la idea de tropezarse con un hombre dominante la aterraba. Pero Nick conseguía que humedeciera las bragas de la excitación.
Si dejaba pasar esa oportunidad porque la situación no era perfecta, ¿volvería a tener la oportunidad de que eso ocurriera? ¿De tropezarse con un hombre como él?
De ella dependía llevar a cabo su mayor fantasía. La tenía al alcance de la mano, sólo tenía que dirigirse al dormitorio.
—Claro que quiero jugar. —Respiró hondo y sostuvo la mirada azul de Nick—. ¿Y tú?
Cada vez que le miraba se le entrecortaba la respiración. Estaba buenísimo, pero ella no se sentía así con cada tío bueno que conocía. Era él. Parecía una tormenta a punto de estallar. Por fuera era frío y controlado, pero interiormente apenas lograba sujetar las riendas. Y _______ quería hacerle perder el control.
—He venido aquí por ti. Pero yo no juego, querida —dijo Nick, arrastrando las palabras.
—Entonces... supongo que podemos irnos al dormitorio.
—¡Maldito escalón! —dijo Joe cuando tropezó.
Nick le sujetó y le ayudó a recuperar el equilibrio para atravesar el vestíbulo de la suite. Se dirigió a la habitación tambaleándose. Logró avanzar dando tumbos de una pared a otra como si se tratara de una bola de billar. Ella le observó mordisqueándose los labios.
Perdon por no haber subido :D
Espero que les gusten :P
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
#Floreen{} escribió:Nueva lectora, seguila, me encanta
HOLA :D
BIENVENIDA!
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
Cap 2 (III)
Dedicado a Fran xD :P
:love:
Nick se acercó a ella y le puso la cálida palma de la mano en el hueco de la espalda.
—¿Tienes dudas?
—No. Estoy preocupada por Joe.
Él le apretó el hombro.
—Funcionará. Vamos.
Ella asintió con la cabeza, no debería perder el tiempo pensando en lo que podría ocurrir. Ahora mismo tenía a su disposición a dos macizos para intentar llevar a cabo su fantasía. ¿Por qué preocuparse por otra cosa?
Respiró hondo para aliviar la tensión y se dirigió a paso lento al dormitorio, cada vez más excitada. Y no sólo por la fantasía en sí. Estaba acostumbrada a Joe —solían acostarse juntos un par de veces a la semana, así que sabía qué encontraría exactamente—, pero Nick...
Lo miró de reojo y contuvo la respiración. Él le dirigió una sonrisa lenta que exudaba sexo. _______ le esperó llena de anticipación. Lo más probable es que la volviera loca con algún tipo de placer que no podía ni imaginar. Apenas contenía la impaciencia por comprobarlo.
—Cuanto más rápido muevas el culo —dijo Nick en tono ronco—, antes tendrás mi boca en tu coño.
_______ notó un vuelco en el estómago cuando se sostuvieron la mirada. Se quedó sin respiración.
«Oh, Santo Dios. Él hablaba en serio.»
Casi corrió hacia el dormitorio.
Allí, con el brillante cielo nocturno de Las Vegas como telón de fondo, Joe ya se estaba despojando de su ropa. Tenía la camisa desabrochada y se estaba quitando los zapatos apretando la puntera de un pie contra el talón del otro. También había abierto el botón de los vaqueros, pero tenía los ojos entrecerrados.
Después de que ella deslizara las pesadas cortinas del ventanal sur del dormitorio, Nick hizo lo mismo en la pared este, dejando la estancia sumida en una oscuridad casi absoluta; lo que a ella le parecía estupendo. A pesar de que le gustaban sus curvas, podían no gustarle a su amante y, si era así, prefería no saberlo. Por eso le agradaba estar a oscuras. A Joe nunca le había importado.
Nick encendió la lámpara de la mesilla de noche y un fulgor blanco iluminó la enorme cama. _______ vaciló, luego atravesó la habitación y la apagó, dejándoles sumidos de nuevo en la penumbra.
—Me sentiré más cómoda así...
Incluso en la oscuridad, sintió el desagrado de Nick y lo lamentó, pero ¿por qué debería importarle lo que él pensara? Se largaría por la mañana. Y _______ estaba determinada a no buscar más satisfacción que la propia. Un minuto con un tipo machista que mostrara señales de intentar dominarla era la forma más rápida de hacerle poner pies en polvorosa. Nick no había dicho ni una sola palabra, pero de alguna manera ella supo que él quería verla expuesta a su mirada. Vulnerable. El pensamiento la aterrorizó y la excitó a la vez.
—_______, necesito ayuda —indicó Joe.
Aliviada de tener algo de qué ocuparse, se acercó a su amigo para ayudarle a quitarse el otro zapato.
—Estás fatal esta noche.
—Sí, bueno, es que me cegué. Mis amigos me retaron y...
—Y tú no tuviste la suficiente sensatez para pasar de ellos a pesar de que sabías que sería lo mejor. La verdad, Joe...
—Soy un auténtico asno. —Se quitó la camisa y le brindó una sonrisa ladeada.
_______ no pudo evitar sonreír. Incluso borracho era sencillo y gracioso. Y fiable. Era imposible odiarle aun cuando estaba tan hecho polvo como esa noche.
—Lo eres. Será mejor que no me arruines el cumpleaños.
—¡Eh! ¿No te he traído a alguien? —Hizo un gesto vago en dirección a Nick mientras se bajaba los vaqueros hasta los tobillos—. Él ya tiene experiencia en esto. Las chicas que trabajaban cerca de la base donde hicimos el servicio, disfrutaban muchísimo con él. Te he traído al mejor. ¡Feliz cumpleaños!
«¿Nick ya había participado antes en un trío?» Le buscó con la mirada. Por lo poco que pudo ver de su expresión, ésta no confirmaba ni negaba lo que había dicho Joe... Pero ella no pensó ni por instante que él hubiera sido un santo.
Lo más seguro es que sí hubiera participado en alguno.
Comprobar que tenía experiencia debería de haber hecho que ella se sintiera mejor. Él sabría qué hacer, evitaría cualquier torpeza y maximizaría el placer. Pero en vez de sentir alivio, notó irritación. Pero, claro, ella no era especial para él, apenas le conocía.
Pero lógico o no, quería ser especial. O tal vez sólo quisiera que aquel acontecimiento fuera especial. Sí, lo más probable es que se tratara de eso.
—¿Quieres hablar sobre esto? —preguntó Nick, aproximándose a ella. Le apoyó la mano en la cadera y _______ notó un escalofrío por la espalda.
—No. Lo que quiero es disfrutar de un trío, así que todo sigue igual. —Ella encogió los hombros—. Venga, pongámonos a ello.
—¡Ésa es mi chica! —La luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas fue suficiente para ver que Joe apartaba el cubrecama y se quitaba los calzoncillos. Se acercó a la cama dando tumbos y se dejó caer encima del colchón. En rápida sucesión, se puso a acariciarse el pene—. Estoy esperando... ¿por qué no te desnudas para nosotros?
«¿Que se desnudara para ellos?» Incluso aunque la habitación estuviese a oscuras, no se sentiría cómoda haciéndolo. Joe lo sabía. ¿Por qué entonces decía aquello? Porque el señor Budweiser hablaba por él.
_______ abrió la boca para responderle pero antes de que lo hiciera, Nick se pegó a su espalda y se inclinó hacia ella.
—¿Quieres que te ayude? —le susurró al oído.
Imposible dejar pasar la ocasión. La anticipación hizo que le diera un vuelco el estómago.
—Sí, por favor.
Santo Dios, sonaba tan jadeante y ansiosa como se sentía.
—Será un placer —murmuró él contra su cuello.
La voz vibró en su interior y se estremeció con cada sílaba. Dios, aquel hombre era increíble. Sabía qué decir, qué hacer, cómo actuar para que ella deseara ardientemente su siguiente movimiento. _______ no estaba segura de que le gustara sentirse tan desequilibrada cuando estaba con él. Sexualmente sí, mucho más de lo que le gustaría admitir, pero independiente hasta la médula como era, se negaba a hacer cualquier cosa que la dejara en inferioridad de condiciones.
_______ sonrió y llevó el brazo a la espalda, le cogió la mano y con la otra se subió un poco el suéter rojo. Entonces guió sus dedos hacia su pecho. Incluso a través del sujetador de seda, notó una sensación eléctrica. Sus dedos la abrasaron. Contuvo el aliento y se derritió contra él.
Nick le acarició el seno, comprobó su peso y le rozó el pezón por encima del encaje. Ella apoyó la cabeza en su hombro mientras se le escapaba un gemido.
—Por lo poco que puedo ver, está muy cachonda. Quítale la ropa, tío —gritó Joe.
—Tranquilo. No tenemos prisa. —Nick apaciguó la agresiva petición de Joe. Luego volvió a centrarse en ella.
La besó en el hombro y le pasó la otra mano por la cadera. Ella apenas tuvo tiempo de pensar lo mucho que le gustaba la caricia antes de que él deslizara la palma por su cintura y su espalda para sacarle el suéter por la cabeza y lanzárselo a Joe.
Un instante después, su amigo emitió una exclamación de borracho.
—¡Guau! Venga, vamos. Desnúdala. Me duele la polla.
Nick no dijo ni una palabra. Siguió acariciándola. Primero en los hombros, luego bajó y le quitó el sujetador. Los senos, grandes e hinchados, fueron liberados. _______ notó los pezones tirantes y sensibles. En ese momento, Nick los abarcó con las manos y los alzó desde atrás, lanzando escalofríos de placer a cada rincón de su cuerpo. El dolor que sentía entre las piernas era un sordo latido desde que habían bailado juntos, pero ahora se estaba convirtiendo en una exigente punzada de deseo que se incrementó cuando Nick le pellizcó la punta de los pechos.
—Me gustaría verte desnuda. Jadeante. Mojada. Ansiosa. Sólo de pensarlo me excito más de lo que puedas imaginar. ¿Me dejas encender la lámpara para verte?
¿Era una pregunta? No lo parecía. La orden era sutil, pero no dejaba de ser una orden. Por lo general, si escuchaba algún tipo de orden, se plantaba. Pero oír el hambre en la voz de Nick la excitaba más que cualquier otra cosa.
—Quizá... Si tú también admites que te duele la polla sólo de verme.
—Oh, no te haces una idea. —Le sintió sonreír contra su cuello mientras volvía a pasarle los pulgares sobre los pezones—. Pero no te preocupes, te lo demostraré.
Nick le cogió la muñeca y la llevó a su espalda, poniéndola sobre su erección. Lo que ella llevaba toda la noche sospechando se vio confirmado al instante. Tenía un miembro de considerable tamaño y estaba muy duro... Sobrepasaba todas sus expectativas. Albergar cada centímetro sería difícil, pero _______ tenía tantas ganas de tenerlo dentro, que estaba incluso dispuesta a implorar.
Notó una opresión en el vientre. El era bueno. Realmente bueno. ¿Había deseado tanto algo alguna vez? Y eso que Nick sólo la había besado y acariciado un poco.
_______ gimió.
—Nick...
—Voy a quitarte la falda —murmuró contra su piel.
Ella casi protestó cuando él le apartó la mano de su miembro, pero entonces comenzó a bajarle la cremallera. El leve sonido del cierre inundó la estancia, acompañado de su jadeo.
—¡Sí! —gritóJoe—. Tiene unas piernas de infarto. Quiero que me envuelva la cabeza con los muslos.
—Paciencia —le regañó Nick con dureza—. Ni siquiera está desnuda.
—¿Necesitas ayuda para desnudarla? —Joe se incorporó en la cama.
—No, quédate donde estás.
La orden fue taxativa. Aunque no iba dirigida a ella, _______ prestó atención... y provocó en ella una emoción que no entendió.
Nick le palmeó ligeramente cada pierna y la instó a deshacerse de la falda, luego se la lanzó a Joe, que atrapó la pequeña prenda de piel... Un capricho absurdo por su cumpleaños.
—Oh, qué gusto frotarme la polla con ella.
—¡No se te ocurra mancharme la falda!
—Entonces daros prisa, nena.
—Dime, ¿de qué color son tus bragas? —murmuróNick al oído mientras le acariciaba la cadera—. Ya noto que son de encaje, ¿pero de un blanco inocente? ¿Quizá negras como la falda? ¿Rojas, porque eres atrevida y desobediente?
Nick siguió deslizando los dedos, cada vez más cerca de la unión de sus piernas. A _______ se le debilitaron las rodillas.
«Santo Dios, por favor... que me toque ahí de una vez...»
No lo hizo.
—Estoy esperando... —Nick pasó ligera y rápidamente los dedos por encima del monte de Venus. Ella notó su calor, pero la levedad de la caricia le mataba.
—También yo. —_______ arqueó las caderas, pero él se evadió, tentándola con aquella intimidad pero sin llegar a dársela.
—Respóndeme.
La orden provocó un escalofrío en ella como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Una sacudida. Un destello de deseo.
—Son rosas.
—Muy bien. —Como recompensa, Nick deslizó los dedos por debajo del elástico de las braguitas y le rozó el clítoris.
—¿Tienes dudas?
—No. Estoy preocupada por Joe.
Él le apretó el hombro.
—Funcionará. Vamos.
Ella asintió con la cabeza, no debería perder el tiempo pensando en lo que podría ocurrir. Ahora mismo tenía a su disposición a dos macizos para intentar llevar a cabo su fantasía. ¿Por qué preocuparse por otra cosa?
Respiró hondo para aliviar la tensión y se dirigió a paso lento al dormitorio, cada vez más excitada. Y no sólo por la fantasía en sí. Estaba acostumbrada a Joe —solían acostarse juntos un par de veces a la semana, así que sabía qué encontraría exactamente—, pero Nick...
Lo miró de reojo y contuvo la respiración. Él le dirigió una sonrisa lenta que exudaba sexo. _______ le esperó llena de anticipación. Lo más probable es que la volviera loca con algún tipo de placer que no podía ni imaginar. Apenas contenía la impaciencia por comprobarlo.
—Cuanto más rápido muevas el culo —dijo Nick en tono ronco—, antes tendrás mi boca en tu coño.
_______ notó un vuelco en el estómago cuando se sostuvieron la mirada. Se quedó sin respiración.
«Oh, Santo Dios. Él hablaba en serio.»
Casi corrió hacia el dormitorio.
Allí, con el brillante cielo nocturno de Las Vegas como telón de fondo, Joe ya se estaba despojando de su ropa. Tenía la camisa desabrochada y se estaba quitando los zapatos apretando la puntera de un pie contra el talón del otro. También había abierto el botón de los vaqueros, pero tenía los ojos entrecerrados.
Después de que ella deslizara las pesadas cortinas del ventanal sur del dormitorio, Nick hizo lo mismo en la pared este, dejando la estancia sumida en una oscuridad casi absoluta; lo que a ella le parecía estupendo. A pesar de que le gustaban sus curvas, podían no gustarle a su amante y, si era así, prefería no saberlo. Por eso le agradaba estar a oscuras. A Joe nunca le había importado.
Nick encendió la lámpara de la mesilla de noche y un fulgor blanco iluminó la enorme cama. _______ vaciló, luego atravesó la habitación y la apagó, dejándoles sumidos de nuevo en la penumbra.
—Me sentiré más cómoda así...
Incluso en la oscuridad, sintió el desagrado de Nick y lo lamentó, pero ¿por qué debería importarle lo que él pensara? Se largaría por la mañana. Y _______ estaba determinada a no buscar más satisfacción que la propia. Un minuto con un tipo machista que mostrara señales de intentar dominarla era la forma más rápida de hacerle poner pies en polvorosa. Nick no había dicho ni una sola palabra, pero de alguna manera ella supo que él quería verla expuesta a su mirada. Vulnerable. El pensamiento la aterrorizó y la excitó a la vez.
—_______, necesito ayuda —indicó Joe.
Aliviada de tener algo de qué ocuparse, se acercó a su amigo para ayudarle a quitarse el otro zapato.
—Estás fatal esta noche.
—Sí, bueno, es que me cegué. Mis amigos me retaron y...
—Y tú no tuviste la suficiente sensatez para pasar de ellos a pesar de que sabías que sería lo mejor. La verdad, Joe...
—Soy un auténtico asno. —Se quitó la camisa y le brindó una sonrisa ladeada.
_______ no pudo evitar sonreír. Incluso borracho era sencillo y gracioso. Y fiable. Era imposible odiarle aun cuando estaba tan hecho polvo como esa noche.
—Lo eres. Será mejor que no me arruines el cumpleaños.
—¡Eh! ¿No te he traído a alguien? —Hizo un gesto vago en dirección a Nick mientras se bajaba los vaqueros hasta los tobillos—. Él ya tiene experiencia en esto. Las chicas que trabajaban cerca de la base donde hicimos el servicio, disfrutaban muchísimo con él. Te he traído al mejor. ¡Feliz cumpleaños!
«¿Nick ya había participado antes en un trío?» Le buscó con la mirada. Por lo poco que pudo ver de su expresión, ésta no confirmaba ni negaba lo que había dicho Joe... Pero ella no pensó ni por instante que él hubiera sido un santo.
Lo más seguro es que sí hubiera participado en alguno.
Comprobar que tenía experiencia debería de haber hecho que ella se sintiera mejor. Él sabría qué hacer, evitaría cualquier torpeza y maximizaría el placer. Pero en vez de sentir alivio, notó irritación. Pero, claro, ella no era especial para él, apenas le conocía.
Pero lógico o no, quería ser especial. O tal vez sólo quisiera que aquel acontecimiento fuera especial. Sí, lo más probable es que se tratara de eso.
—¿Quieres hablar sobre esto? —preguntó Nick, aproximándose a ella. Le apoyó la mano en la cadera y _______ notó un escalofrío por la espalda.
—No. Lo que quiero es disfrutar de un trío, así que todo sigue igual. —Ella encogió los hombros—. Venga, pongámonos a ello.
—¡Ésa es mi chica! —La luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas fue suficiente para ver que Joe apartaba el cubrecama y se quitaba los calzoncillos. Se acercó a la cama dando tumbos y se dejó caer encima del colchón. En rápida sucesión, se puso a acariciarse el pene—. Estoy esperando... ¿por qué no te desnudas para nosotros?
«¿Que se desnudara para ellos?» Incluso aunque la habitación estuviese a oscuras, no se sentiría cómoda haciéndolo. Joe lo sabía. ¿Por qué entonces decía aquello? Porque el señor Budweiser hablaba por él.
_______ abrió la boca para responderle pero antes de que lo hiciera, Nick se pegó a su espalda y se inclinó hacia ella.
—¿Quieres que te ayude? —le susurró al oído.
Imposible dejar pasar la ocasión. La anticipación hizo que le diera un vuelco el estómago.
—Sí, por favor.
Santo Dios, sonaba tan jadeante y ansiosa como se sentía.
—Será un placer —murmuró él contra su cuello.
La voz vibró en su interior y se estremeció con cada sílaba. Dios, aquel hombre era increíble. Sabía qué decir, qué hacer, cómo actuar para que ella deseara ardientemente su siguiente movimiento. _______ no estaba segura de que le gustara sentirse tan desequilibrada cuando estaba con él. Sexualmente sí, mucho más de lo que le gustaría admitir, pero independiente hasta la médula como era, se negaba a hacer cualquier cosa que la dejara en inferioridad de condiciones.
_______ sonrió y llevó el brazo a la espalda, le cogió la mano y con la otra se subió un poco el suéter rojo. Entonces guió sus dedos hacia su pecho. Incluso a través del sujetador de seda, notó una sensación eléctrica. Sus dedos la abrasaron. Contuvo el aliento y se derritió contra él.
Nick le acarició el seno, comprobó su peso y le rozó el pezón por encima del encaje. Ella apoyó la cabeza en su hombro mientras se le escapaba un gemido.
—Por lo poco que puedo ver, está muy cachonda. Quítale la ropa, tío —gritó Joe.
—Tranquilo. No tenemos prisa. —Nick apaciguó la agresiva petición de Joe. Luego volvió a centrarse en ella.
La besó en el hombro y le pasó la otra mano por la cadera. Ella apenas tuvo tiempo de pensar lo mucho que le gustaba la caricia antes de que él deslizara la palma por su cintura y su espalda para sacarle el suéter por la cabeza y lanzárselo a Joe.
Un instante después, su amigo emitió una exclamación de borracho.
—¡Guau! Venga, vamos. Desnúdala. Me duele la polla.
Nick no dijo ni una palabra. Siguió acariciándola. Primero en los hombros, luego bajó y le quitó el sujetador. Los senos, grandes e hinchados, fueron liberados. _______ notó los pezones tirantes y sensibles. En ese momento, Nick los abarcó con las manos y los alzó desde atrás, lanzando escalofríos de placer a cada rincón de su cuerpo. El dolor que sentía entre las piernas era un sordo latido desde que habían bailado juntos, pero ahora se estaba convirtiendo en una exigente punzada de deseo que se incrementó cuando Nick le pellizcó la punta de los pechos.
—Me gustaría verte desnuda. Jadeante. Mojada. Ansiosa. Sólo de pensarlo me excito más de lo que puedas imaginar. ¿Me dejas encender la lámpara para verte?
¿Era una pregunta? No lo parecía. La orden era sutil, pero no dejaba de ser una orden. Por lo general, si escuchaba algún tipo de orden, se plantaba. Pero oír el hambre en la voz de Nick la excitaba más que cualquier otra cosa.
—Quizá... Si tú también admites que te duele la polla sólo de verme.
—Oh, no te haces una idea. —Le sintió sonreír contra su cuello mientras volvía a pasarle los pulgares sobre los pezones—. Pero no te preocupes, te lo demostraré.
Nick le cogió la muñeca y la llevó a su espalda, poniéndola sobre su erección. Lo que ella llevaba toda la noche sospechando se vio confirmado al instante. Tenía un miembro de considerable tamaño y estaba muy duro... Sobrepasaba todas sus expectativas. Albergar cada centímetro sería difícil, pero _______ tenía tantas ganas de tenerlo dentro, que estaba incluso dispuesta a implorar.
Notó una opresión en el vientre. El era bueno. Realmente bueno. ¿Había deseado tanto algo alguna vez? Y eso que Nick sólo la había besado y acariciado un poco.
_______ gimió.
—Nick...
—Voy a quitarte la falda —murmuró contra su piel.
Ella casi protestó cuando él le apartó la mano de su miembro, pero entonces comenzó a bajarle la cremallera. El leve sonido del cierre inundó la estancia, acompañado de su jadeo.
—¡Sí! —gritóJoe—. Tiene unas piernas de infarto. Quiero que me envuelva la cabeza con los muslos.
—Paciencia —le regañó Nick con dureza—. Ni siquiera está desnuda.
—¿Necesitas ayuda para desnudarla? —Joe se incorporó en la cama.
—No, quédate donde estás.
La orden fue taxativa. Aunque no iba dirigida a ella, _______ prestó atención... y provocó en ella una emoción que no entendió.
Nick le palmeó ligeramente cada pierna y la instó a deshacerse de la falda, luego se la lanzó a Joe, que atrapó la pequeña prenda de piel... Un capricho absurdo por su cumpleaños.
—Oh, qué gusto frotarme la polla con ella.
—¡No se te ocurra mancharme la falda!
—Entonces daros prisa, nena.
—Dime, ¿de qué color son tus bragas? —murmuróNick al oído mientras le acariciaba la cadera—. Ya noto que son de encaje, ¿pero de un blanco inocente? ¿Quizá negras como la falda? ¿Rojas, porque eres atrevida y desobediente?
Nick siguió deslizando los dedos, cada vez más cerca de la unión de sus piernas. A _______ se le debilitaron las rodillas.
«Santo Dios, por favor... que me toque ahí de una vez...»
No lo hizo.
—Estoy esperando... —Nick pasó ligera y rápidamente los dedos por encima del monte de Venus. Ella notó su calor, pero la levedad de la caricia le mataba.
—También yo. —_______ arqueó las caderas, pero él se evadió, tentándola con aquella intimidad pero sin llegar a dársela.
—Respóndeme.
La orden provocó un escalofrío en ella como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Una sacudida. Un destello de deseo.
—Son rosas.
—Muy bien. —Como recompensa, Nick deslizó los dedos por debajo del elástico de las braguitas y le rozó el clítoris.
Dedicado a Fran xD :P
:love:
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
uuuuuuuuuuuuuh me lo dedicaste! jajajaj que honor ;)
Nick es un loquillo hot(? jajaja siguela pronto :$$$
Nick es un loquillo hot(? jajaja siguela pronto :$$$
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
TellMeFraan escribió:uuuuuuuuuuuuuh me lo dedicaste! jajajaj que honor ;)
Nick es un loquillo hot(? jajaja siguela pronto :$$$
jaja sep! :twisted:
si eso piensas ahora. ¿Que pensaras después..? jummm :yonofui:
la sigo tomorrow :P
Tina(:
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
uuuuuuuuuh :twisted: :twisted: :twisted: jajajaja.:JustDream:. escribió:TellMeFraan escribió:uuuuuuuuuuuuuh me lo dedicaste! jajajaj que honor ;)
Nick es un loquillo hot(? jajaja siguela pronto :$$$
jaja sep! :twisted:
si eso piensas ahora. ¿Que pensaras después..? jummm
la sigo tomorrow :P
FranJones.
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
¡Holaaaaaa!
¡WOW! ¿te digo algo? Puede que esté bastante sexy y HOT ^^
pero es que no lo sé, leer algo sí de Nick, imaginarlo así: ME ENCANTA
Puedo sonar lo bastante perver pero no me importa.
¡Sigueeeee!
P.D: Gracias por subirla (:
¡WOW! ¿te digo algo? Puede que esté bastante sexy y HOT ^^
pero es que no lo sé, leer algo sí de Nick, imaginarlo así: ME ENCANTA
Puedo sonar lo bastante perver pero no me importa.
¡Sigueeeee!
P.D: Gracias por subirla (:
Born Free
Re: "En las Redes del Placer" (Nick y Tu)
KeanneJ escribió: ¡Holaaaaaa!
¡WOW! ¿te digo algo? Puede que esté bastante sexy y HOT ^^
pero es que no lo sé, leer algo sí de Nick, imaginarlo así: ME ENCANTA
Puedo sonar lo bastante perver pero no me importa.
¡Sigueeeee!
P.D: Gracias por subirla (:
Hahahaha también me encanta imaginármelo así hahaha... se siente extraño hahaha ya que el nick real que conocemos creo que no sería así o bueno a la mejor y sí hahaha ok not !! ya estoy fantaseando con él hahahaha y eso que ni lo conosco hahaha !!!
Siguela por favor quiero cap me dejaste bien picada
Quiero saber que mas pasara¡¡
Ojala y Joe se quede dormido después de lo borracho que se puso así nada mas serian Nick y ____ hahaha ok not pero siguela..
Me gusto este texto xD
Ella asintió con la cabeza, no debería perder el tiempo pensando en lo que podría ocurrir. Ahora mismo tenía a su disposición a dos macizos para intentar llevar a cabo su fantasía. ¿Por qué preocuparse por otra cosa?
A dos macizos para llevar acabo su fantasía :evil:
hahahaha encerio siguela xD
MichelleWilliams♥JB
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