{·} Your love is a lie (Louis Tomlinson).

“Eran las dos de la mañana y seguía esperando… sola.” Te dije, había despertado tarde, las lágrimas no me habían permitido dormirme temprano. “Dime, ¿dónde has estado?”.
No encontré respuesta que valga para aquella pregunta… y salí de la casa; ya no quería escuchar tus mentiras… ya no más.
Hacía tres días encontré una nota con otro nombre. Ya no me besabas igual que antes, puedo sentir que te has ido, pero… no puedo morder mi lengua por siempre, mientras intentas actuar como si todo estuviera bien. Puedes ocultarte tras tus excusas, ¡pero no me tomes por tonta!
“You can tell me that there’s nobody else (but I fell it!). You can tell me that you’re home by yourself (but I see it!). You can look into my eyes and pretend all you want, but I know… I know. Your love is a lie!”.
“_____(t/n)”, susurraste. “Espera, muñeca, hablemos.”
“No, Louis. Ya no más”, respondí. “Ya no me mientas más…”. Lo miré. “Luces inocente pero la culpa en tu voz te delata”.
Tu rostro cambió por completo, y me sentí victoriosa por unos segundos. ‘Sí, sabes a lo que me refiero’, pensé.
“¿Cómo se siente besarla, cuando sabes que yo confío en ti? Y… ¿acaso piensas en mi cuando le haces el amor? ¿Podrías ser más obsceno?”.
Titubeaste, pero no lograste decir nada.
“No trates de decir que lo sientes, no intentes haces las cosas bien. No desgastes tu aliento, Tomlinson, porque es muy tarde… ¡muy tarde!”.
Me acerqué a ti para acertarte una bofetada en la mejilla. Noté que las lágrimas caían por tu rostro, y por el mío lo mismo. Dolió decir todo aquello, pero ya no iba a quedarme callada. Y menos después de haberte visto con esa…
Tu móvil sonó desesperado, pero no era el mismo tono de siempre… era otro. ¡Era ella!
“¡Es ella, cabrón! Venga, dile que ya estás libre. Dile que ahora puedes hacer lo que quieras con ella. ¡¡Dile que estás aquí conmigo, y que se todo!! ¡Díselo, quiero oírte!”.
Lo pusiste en altavoz y atendiste.
“Tannia…”, dijiste evitando un sollozo, cuando atendiste. “Hola…”
“Hola, mi amor, ¿qué sucede? ¿Estás con la puta esa… de nuevo?”, lo dijo por mi…
“Disculpa querida”, dije. “Pero la puta eres tú, oh, no. Lo olvidaba… las putas cobran. Tú te regalas, zorra.”
No dijo más nada, sabía perfectamente que se le había helado la sangre.
“Loui…” pidió por ayuda.
“No. Cierra el pico, voy a dejarte algo muy en claro. A ti y al imbécil éste. No quiero volver a verlos nunca jamás. ¿Está bien?”. Miré al chico que yo consideraba diferente a los demás. “Lo nuestro ha terminado Louis Tomlinson, no quiero saber de ti. Puedes irte…”, señalé la puerta. “Vete.”
“Lo siento, _____(t/n).” Hipócrita.
“No. Yo no quiero aceptar tus disculpas…”. Comencé a empujarlo fuera de la casa. No me arrepiento de nada de lo que hice ese día. Tomlinson dejo de significar un ‘todo’ en mi vida y paso a lo que era antes de que lo conociera… alguien inexistente.
Es el día de hoy en el que siento que lo nuestro nunca fue real, o al menos él no lo sentía así.
Sé que lo pensaré dos veces antes de inmiscuirme con alguien.