Love me, please. Nick y Tu

Nombre: Love me, please.
Autor: La chica que lo hizo es FranJones!
Adaptación: Si.
Género: Romance.
Advertencias: Es una de las mejores novelas que e leído
Otras Páginas: sii!




Soy Nicholas Jonas o solo Nick. Tengo casi sesenta años y recuerdo como si hubiese sido ayer como conocí a ______(tn), ______(tn) Bennett. Tal vez fue Dios, el destino o una simple coincidencia lo que me hizo cruzarme en su camino. Recuerdo que fueron las mejores vacaciones de mi vida, aunque al principio las consideré como las peores. Era un chico popular que solo quería fiestas, mujeres y más fiestas. Pero llegó un minuto en que esas cosas ya no tuvieron sentido, que las cosas que creía que me llenaban de felicidad no eran más que simples pérdidas de tiempo. Y no me di cuenta de eso hasta que la conocí, hasta que logré entrar en su mundo lleno de tristezas e inseguridades un mundo que ocultaba con una hermosa sonrisa y su actitud indiferente. Recuerdo que su sonrisa me cautivo desde el primer día, pero no lo aceptaba, estaba tan cegado con mis ideales que me costó darme cuenta de quien tenia al frente y cuando lo hice, luche y luche por ello, porque me dijera un simple “te quiero” solo quería que amara como yo a ella aunque sabía que el camino no me sería fácil. Pero en un momento todo lo que esperé llegó, en un segundo mi mundo se iluminó y recuerdo perfectamente las palabras que utilicé.

Love me, please.


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Bueno esta es mi primera adaptación :oops: espero que les guste, y comenten:$ hacepto cualquier comentario sea malo o algo d la nove que este mal haci aprendere mas okey? bueno disfruteen del caap(:




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Capitulo Uno.


Como amaba dormir, como odiaba despertar. No piensen que odio mi vida, porque no, en realidad es bastante… buena. Soy un chico con suerte, tengo citas constantemente, con lindas chicas, así que no me quejo, tengo buenos amigos, tengo una familia y tengo fiesta todos los fines de semana, mejor no podía ser. Pero levantarme a buscar trabajo no es algo que me animara. ¡Estaba de vacaciones! Uno desea estar de vacaciones y dormir hasta que no puedas más, no tener preocupaciones de tareas, pero mis padres creen que por que ya tengo dieciocho años necesito “independizarme” pero no sé a quién engañan, la posibilidad de que me den trabajo es un en un millón, o eso creo o más bien deseo.
—Nicholas apúrate, necesito el baño también, eres peor que una mujer para arreglarte !TE ODIO! — Mi hermana de catorce años, Mandy, me gritó a través de la puerta que nos separaba. Ella era algo exagerada para todo, estaba en plena adolescencia y esos cambios que sufrimos los jóvenes por lo que siempre estaba usando las palabras “Te odio” “Nadie me entiende” “Me iré de casa” Al principio mamá casi llora al escuchar a su pequeña decir semejantes cosas, pero después entendió que era parte de su mecanismo de defensa a sus inseguridades y complejos de la etapa. A pesar de todo, la amaba, era mi única hermana y tenía que hacer de un protector hermano mayor, aunque debo aceptar que a veces parecía más inmaduro que ella.
Tomé mi adorada y fiel chaqueta de cuero y mi casco para montar a Cebra, mi moto, no una cebra de verdad. Tengo a cebra desde los dieciséis, no sé cómo convencí a mis padres que me la compraran pero así fue y es el mejor regalo, me acompaña a todos lados, a todas mis aventuras incluyendo esta, la menos emocionante de todas.
¿No se supone que uno tiene que trabajar cuando se siente preparado para ello? Pues yo no, definitivamente no me sentía preparado para ni el más mísero trabajo. Por primera vez estoy odiando ser yo.
Andar en cebra por las calles de New york era mi pasatiempo favorito sin dudas, pero no lo estaba disfrutando esta vez, quería odiar a mamá por hacerme esto pero era imposible odiarla.
Ver un cartel grande, realmente grande, que dijera “Se necesita camarero” era de alguien realmente necesitado. Pienso que ahí me aceptarían, digo, si están tan necesitados de alguien no es necesariamente que sean exigentes, si no que nadie ha ido. Quizá aquí me aceptarían, que mediocre me siento.
Aparqué a cebra a fuera del restorán que tenía el enorme cartel y entré. Era un local pequeño, pero tenía clientes. Busqué con la mirada a alguien quien me pudiera atender y en la parte final de lugar, donde supongo se hacían los pedidos había una señora algo rellenita de unos sesenta años aproximadamente quien me miró apenas puse mis ojos sobre ella, le hice un gesto de saludo con la cabeza y me acerqué a ella.
—Buen día— le dije.
—Buen día joven ¿Lo puedo ayudar en algo? — me preguntó amablemente. Por un segundo me arrepentí de estar allí, podría decirle a mamá que en ningún lado me recibieron y que no trabajaría, disfrutaría mis vacaciones con mis amigos y todo normal, pero no podía, sentía una fuerza que insistía en que necesitaba trabajar y que estas vacaciones fueran diferentes, así que le conté a la señora a que se debía mi presencia allí. Casi se tira encima de mí de la felicidad que sintió al saber que alguien había ido por el puesto. Me explicó lo que tendría que hacer, que era básicamente anotar los pedidos y luego llevarlos a sus respectivas mesas, sonaba sencillo, aunque nunca lo había hecho en las películas parecía un trabajo sencillo. No necesité ninguna prueba ni nada por el estilo, la señora Bennett como se había presentado me dijo que era atractivo y que eso era suficiente. Lo acepto era atractivo y me gustaba que me lo recalcaran. Me contó que hace más de un mes estaba en espera de alguien y que era casi un ángel caído del cielo, reí por su comentario por que yo era más bien algo así como del lado del mal, nada que ver con ángeles. Me comentó que ella y su hija eran las únicas que trabajan allí y me pregunté como lo hacían, eran dos mujeres a cargo de esto, era un trabajo realmente duro, sentí lástima por ella un momento.
Finalmente me dijo que tendría que volver mañana para empezar, que viniera lo más cómodo que pudiera y con mucha energía- lo que menos tenía- . La verdad ya me estaba arrepintiendo, nuevamente, pero imaginar la cara de decepción de mamá me torturaba y me hacia seguir con esto.
Me dirigí a la salida sin saber cómo sentirme, estaba feliz porque no decepcionaría a mama pero realmente no quería hacer esto, me sentía obligado. 
Cuando atravesé la puerta sin querer choqué con alguien que traía unas cajas que pacerían estar vacías. Era una chica que parecía menor que yo, llevaba el pelo con una larga trenza, usaba lentes y llevaba ropa ancha. No sé porque me detuve a examinarla, pero lo hice. Ella después de unos segundos estiró su mano para que la ayudara a levantarse del suelo. No lo hice, nunca ayudaría a una chica con su apariencia ¿Para qué? Si ayudaba a alguien solo era por algo cambio, un cita tal vez si era se trataba de una chica guapa, pero no, este no era el caso, no ayudaría a una chica que usaba ropa casi cuatro tallas más grande de la que realmente necesita. La dejé allí y seguí mi camino hacia cebra. Moría por ver la cara de mamá y de papá, y la de Mandy, seguro diría que me odia por tener un trabajo.

Capitulo Dos.


Mamá me abrasó por horas, no dejaba de felicitarme por mi primer empleo. Mandy me miró emocionada, no me dijo que me odiaba porque estoy seguro que cree que le compraré algo con mi paga, que sueñe. Papá, papá se limitó a sonreírme. Con él no tenemos la misma relación que con mamá pero sé que es su forma de ser la que me impide acercarme, es misterioso, debe ser porque es escritor, se pasa casi todo el día encerrado en su despacho escribiendo novelas que luego lanza al mercado, es muy famoso, por lo que sus obras siempre tienen éxito y gracias a todo eso estamos como estamos, no nos moriremos de hambre nunca, por eso no necesito el trabajo, hay dinero de sobra.

Me preparo para mi primer día de trabajo. Como la señora Bennett me había sugerido, me puse ropa muy relajada, unos pantalones de ejercicio y una sudadera blanca de las que suelo ocupar siempre. Como ella había dicho “Seguro que te verás bien con cualquier atuendo” incluso llegué a creer que trataba de coquetear conmigo. 

Como de costumbre tomé mi chaqueta y salí de casa para montarme sobre cebra. Estaba echando a andar la moto cuando apareció Fred, es algo así como mi mejor amigo, digo algo así porque en realidad no tengo un mejor amigo, pero él es el más cercano que tengo. Me saludó y me preguntó para donde iba, no podía decirle que estaba trabajando, esto iba totalmente contra mis principios ¿Qué chico popular trabaja en vacaciones? La respuesta era sencilla, solo yo. Pero no podía mentirle, no tenía una buena escusa para estar saliendo a estas horas de la mañana.
—Tengo un trabajo — le confesé. Al principio pensó que bromeaba pero luego de ver mi cara de seriedad entendió que hablaba enserio. No se burló de mí como creí que lo haría y eso me gustó, lo sentí más amigo que nunca. Creo que podríamos ser más amigos aún pero yo soy así, no puedo ir más allá que una simple amistad, incluso con las chicas me pasa, he tenidos novias, si, bastantes, pero nunca nada “formal”, nunca me he enamorado.
Fred me dijo que venía a verme para avisarme de una fiesta cerca de casa que habría esta noche, le dije que tal vez podía ir, si salía temprano del trabajo podía darme una vuelta.
Me puse el caso y tomé rumbo hacia el restorán, que por cierto se llamaba “Los Bennett” , me parece raro que tenga ese nombre por que por lo que me dijo la señora, eran ella y su hija solamente, y “Los Bennett” suena algo en grande, como una familia.

Llegué luego de treinta minutos que me toma el trayecto y aparqué a cebra. Toqué la puerta trasera del local por que aún no abrían para el público. La señora Bennett me abrió y apenas me vio soltó una bendición al cielo.
—¡Gracias señor! — había gritado, seguro aún cree que soy un enviado del cielo o algo parecido.
Me invitó a pasar y me entregó un delantal con el nombre del restorán. Me lo puse y aunque no me veía sabía que estaba ridículo. Por suerte ninguno de mis amigos vendría a un lugar como este, porque estoy seguro que me molestarían por el resto de mi vida. Luego me indicó que fuera a la parte delantera donde se encontraba su hija arreglando las mesas y ordenando, seguro necesitaba una mano.
Y ahí fue cuando sentí que era muy bueno para ser verdad. Conseguir un trabajo así de fácil era raro y si, ya lo perdería. La famosa hija de la señora Bennett era la misma chica con que había chocado ayer y no me había dado la molestia de ayudarla, seguro que cuando me viera le diría todo a su madre y me despediría, tendría que salir a buscar un nuevo trabajo y no lo encontraría, estaba perdido, ya imagina la cara de mamá.
Me acerqué silenciosamente y la saludé.
—Hola — le dije a sus espaldas por lo que se sobresaltó mientras pasaba un paño sobre una de las mesas. Me miró y cambió su cara de sorpresa por una de relajación.
—Hola, tú debes ser Nicholas, bienvenido, gracias por aceptar el trabajo — la chica estiró su mano contenta. ¿Había olvidado que había sido yo el que ayer la dejó allí tirada sin importar que tal vez le haya pasado algo? Al parecer no recordaba mi cara y eso me alivió. Mientras estrechaba su mano examiné su cara, los mismos lentes feos, la misma trenza colgaba de su cabeza. Pero mirándola bien, no era horrenda, era más bien bonita, pero no mi gusto de bonita, más bien el bonita de… bien, no era en absoluto mi concepción de “belleza” aunque si tenía una sonrisa resplandeciente.
Me explicó que hacer y yo solo asentía a todo lo que decía.
—Bien, eso es todo, si tienes alguna duda respecto a algo solo pregúntame, muchas gracias de nuevo por estar aquí, en serio necesitábamos una ayuda — volví a asentir. Ellas me veían como una ayuda, como un ángel, como si hiciera esto por gusto en vez de que me fueran a pagar. Yo las veía ella como una ayuda, no como ángeles definitivamente, pero sentía que ellas me habían ayudado de cierta forma a mí.
—¿Tu no recuerdas quien soy? — le pregunté de pronto.
—Sí, el chico de ayer — contestó con total normalidad.
—Bien… ¿y no estás molesta porque te dejé allí y no te ayudé?
—No tendría por qué estarlo, seguro tuviste algo que hacer, no te preocupes, por cierto soy ______(tn) Bennett— y de nuevo mostró sus dientes mientras sonreía. ¿No estaba molesta? Cualquier chica en su lugar me habría dicho todos los insultos habidos y por haber pero ella solo me pidió que no preocupara, incluso se presento y sonrió. Algo mal andaba con esta chica, no era común, si, definitivamente no lo era, parecía que no buscaba nunca el lado malo de las cosas, era misteriosa — Como papá— pensé. Incluso tenía el pelo negro como la noche al igual que los ojos, eran como los de papá. ¿Una chica que me recuerde a papá? Es algo terrorífico, ella me parecía terrorífica de cierta forma. Más bien era alguien que te da una necesidad de saber que pasa por su cabeza, pero no era yo esa persona, no estaba interesado en saber que pasaba por su cabeza con trenza, me daba igual ella y su madre, solo me importaba el trabajo. Aunque ni eso me importaba realmente.

awww Gracias Rachel x ser la unik q lee mi nove(: ya me voy para la tuya enseguidaa! espero q t siga gustando la nove(: y q la disfrutes(:

Capitulo tres. (dedicado a Rachel)


El primer día fue bueno, mejor de lo que pensé. El restorán no se llenaba mucho por lo que no me cansé en absoluto, incluso tuve tiempo de coquetear, aunque para eso siempre hay tiempo. La señora Bennett era muy amable al igual que su hija. ______(tn) era algo correcta para sus cosas, cuando un cliente le dio más dinero del que tenía que darle ella lo devolvió, yo en su lugar ni muerto hago eso. Tenía una actitud extraña, diferente. Aparte la forma en que se veía también era diferente, estoy seguro que nunca en su vida se ha pintado los labios, aunque los tenía bastante rosados y bonitos, no es que haya visto sus labios detenidamente, solo que era una característica que resaltaba de su cara.
—Nicholas me podrías traer el paño que esta encima de aquella mesa por favor, muchas gracias— me había dicho recalcando las palabras “por favor” y “Gracias” que al parecer siempre decía. Era muy educada, pero podía llegar a ser molesto. Me imaginaba a mis amigos viéndola, se burlarían de ella hasta que la hicieran llorar, estoy seguro, yo haría lo mismo si no fuera la hija de mi jefa.

Fred llamó a casa luego de que llegué, para mi mala suerte contestó mamá y le dijo que no podía salir a fiestas mientras trabajaba. Estoy viviendo la pero humillación de mi vida y todo por culpa de ella.
A pesar de que el día no fue tan agotador como pensé apenas apoyé mi cabeza en la almohada me dormí, pensando en que mañana de nuevo tendría que ver la cara sin maquillaje y el espantoso atuendo de ______(tn) Bennett y su madre.

Llegué un poco atrasado al trabajo porque Mandy peleo con mamá y no quería salir del baño. Que niña más molesta podía ser a veces. Por suerte la señora Bennett entendió y creyó lo que le dije. 
Me indicó que los días miércoles, como hoy, venía más gente de lo normal por lo que me preparara, aparte ella se ausentaría por todo el día y tendría que arreglármelas solo con Amanda. 
Dicho y hecho. La señora se fue y empezaron a llegar los clientes como si estuviéramos dando la comida gratis. ______(tn) parecía normal, no estaba agitada como lo estaba yo de correr, seguro era la costumbre de atender, me pregunto desde cuando lleva haciendo esto.

El día terminó y me senté en una silla para descansar mientras los últimos clientes se marchaban.
—Que día más agotador— comenté.
—Igual que todos— respondió ______(tn) sonriente, esa sonrisa que siempre tenía en la cara. Le pregunté que como se iría a casa y me dijo que esa era su casa, yo la miré confundido y luego me explico que atrás del local tenían unos cuartos donde dormían. Me sentí extraño. ¿Por qué vivirían allí? Digo… tienen un restorán, ganan el dinero suficiente para tener una casa, pero no quise preguntar más, no quería saber cosas de los cuales me arrepentiría de saber.
—¿Por qué viniste a trabajar aquí? — me preguntó. ¿Es que piensa que tengo alguna doble intención? Me miró como si no confiara en mí.
—Necesitaba un trabajo, vi su enorme cartel y viene eso es todo— contesté cortante.
—Muchas gracias de nuevo por venir. ¿Tienes problemas económicos?
—No, y no te importa porque estoy acá solo agradece que las vine a ayudar o ¿sabes qué? Mejor deja de agradecer que suenas bastante molesta— por primera vez su sonrisa de borró y me sentí mal, pero solo un segundo, me consideraba sincero y eso es lo que había hecho, había sido sincero. — Será mejor que me valla— dije y ella agachó su cabeza y susurró un “cuídate” aunque lo más seguro es que pensó un “muérete” por lo que le había dicho. Aunque me importada un bledo lo que ella pensara de mi.

Llegué a mi casa y me encontré con Fred esperándome, lo invité a pasar y fuimos a mi habitación. Le conté sobre mi trabajo y sobre ______(tn), le conté lo molesta y fea que era. Está bien, no era fea pero él nunca la conocería y solo quería darle más emoción al asunto. Fred dijo que la quería conocer pero yo le dije que no sería buena idea y cambie de tema. Le pregunté cómo había estado la fiesta. Al parecer me habían extrañado y eso me hizo sentir bien, seguro las fiestas no eran lo mimo sin mí. Susan, mi ex novia me estuvo buscando toda la noche por lo que me contó, sonreí, cuando tuviera un tiempo la llamaría para… recordar viejos tiempos.

Despedí a Fred y me estiré en mi cama. De nuevo se me venía a la cabeza ______(tn) Bennet y sus feas gafas y sus labios rosas. Ahora más que nunca necesitaba a Susan para olvidarme de ciertas cosas. Me dormí pensando en que seguro mañana la llamaría.

SIGUELAAA

:wut:

Hola Soy Nueva en el foro La Amé, mmm espero no te molestes con lo que te diré Acepto es sin "H" Y Así Igual, solo eso no te molestes por favor es solo una sugerencia. Soy estricta con la ortografía. SIGUELA PRONTO

Rachel: de nada! ya que fuiste mi primera lectora en mi primera nove ahaha te lo merecías el cap(:

Fer: te puedo llamar asii o como? :oops: ahaha bueno lo del error de ortografía claro que lo acepto son todas criticas constructivas(: Gracias por leer la nove espero que te siga gustando(:

espero que la nove le siga gustando a ambas. Bueno les dejo el cap. espero que les guste...


Las quiero Vivi.

Capitulo Cuatro.


Cada vez entendía menos a ______(tn) Bennett, el día anterior le dije que era molesta y hoy me esperó hasta con desayuno, que chica más rara. Su madre me dijo que los jueves eran los días con menos clientes por lo que tendríamos bastante tiempo libre. ¿Qué tenia de alentador eso? Nada, significaba estar haciendo nada, y escuchar como ______(tn) me agradecía por todo, una tortura.

Los primeros clientes comenzaron a entrar y me acerqué a su mesa para hacer los pedidos y luego decirles a los cocineros lo que prepararan. Cuando el pedido estuvo listo lo llevé a su respectiva mesa y ahí me quedé, sin nada que hacer al igual que ______(tn)

—¿Qué hay que hacer cuando no viene nadie? — le pregunté.
—Solo esperar que alguien llegue — me respondió sonriente, su maldita sonrisa.
—Oh… oye, lamento como te hable ayer, estaba un poco cansado, eso es todo — ¿Me estaba disculpando? No suelo hacerlo, si lo hago pero no con cualquier persona, pero de cierta forma no podía dejar de pensar en cómo la había tratado pro solo agradecer, había sido algo duro.
—Está bien, lo supuse, después de todo tienes algo de razón, suelo agradecer mucho.
—No, está bien que lo hagas, ya nadie lo hace y… solo hazlo — dije finalizando y le sonreí y ella me de volvió la sonrisa. ¿Nos estábamos sonriendo? ¿Y por qué me gustaba tanto que lo hiciera? Esto me recordó que tendría que llamar a Susan.
—Eres muy pensativo — comentó riendo.
—¿Enserio? Oh… no lo había notado — no fue un comentario sarcástico, en serio no me había dado cuenta y tenía razón, suelo ser muy pensativo, examino todo a mi alrededor y analizo todas las situaciones, aunque me falta algo muy importante que es pensar antes de decir las cosas, soy muy impulsivo.
—Te quedas mirando un punto fijo pensando sin darte cuenta de que pasa a tu alrededor, me pasa lo mismo — ¿Tanto me había observado? — Me pasa desde pequeña.
—¿Cuántos años tienes? — le pregunté sin pensar, el gran problema ¿Qué me importaba a mi cuanto años tenía?
—Dieciocho ¿Y tú? — ¿La misma edad que yo? Pero si se veía más pequeña.
—También… ¿a qué colegio vas? Es emocionante porque es nuestro último año— Y sigo insistiendo ¿Qué me importa a mí?
—Yo… no estudio — me respondió y yo no pregunté más. ¿Qué joven no va al colegio? ¿Qué escondía bajo esas gafas y su gran sonrisa? Porque a pesar de tener esa sonrisa y esos grandes ojos negros había tristeza en ellos, soy observador también y podía ver eso, algo escondía ella y… no, no me interesaba.

Llegué a casa y lo primero que hice fue buscar el número de Susan y llamarla. Quedamos de vernos en media hora más en su casa, estaba sola por lo que me dijo y eso era excelente.
Susan era alta, era incluso más alta que yo. Tenía el pelo largo y liso de un tono castaño, era una de las mujeres más bonitas que he conocido, pero terminamos. Nunca supe el motivo solo dejé de llamarla y ella igual, eso es todo.
Su casa era grande, más grande que la mía y sus padres tenían mucho dinero y casi nunca estaban en casa. Cuando llegué fuimos a su habitación y comenzamos a besarnos desesperadamente, sus labios eran grandes y deseables, solo que sabían a brillo labial, no tenían un rosado natural como los de ______(tn) Me pregunto si alguien ha besado sus labios alguna vez, aunque lo dudo, seguro nunca ha tenido un novio, nadie la soportaría.
Susan fue desvistiéndose a los pocos minutos de estar besándonos, quedó solo en ropa interior mientras yo acariciaba sus pechos encima de la tela de su sujetador. Luego comenzó a deshacerse de mi ropa. Ella tenía un bonito cuerpo, aunque era algo delgada y a mí me gustaba la carne, me gustaban algo más rellenitas aunque Susan no estaba tan mal. Seguro ______(tn) tiene un buen cuerpo que esconde bajo todos esos metros de tela. Me la imaginaba sin lentes, sin su larga trenza solo con el pelo suelto y al viento, sin la ropa cuatro tallas más grandes, seguro se vería bonita…. ¿Qué mierda estoy pensando?
Me separé de Susan mientras los dos estábamos agitados. Me sentía abrumado por todo lo que estaba pensando.
—¿Qué pasa Nick? — me preguntó. No podía decirle que estaba pensando en la molesta de ______(tn) mientras la besaba, ni siquiera sabe quién es ______(tn).
—Nada — solo respondí.
—Estás raro sabes, necesito acción Nick y tu solo estas en otro mundo, será mejor que te vayas — me ordenó y yo ni siquiera protesté. En otra ocasión me hubiera lanzado encima de ella y hubiéramos hecho de todo, pero no, ahora…. Ahora no sé qué me pasa, creo que trabajar me está afectado mucho, demasiado.