Behind Secrets {Zayn Malik & Tu}

por **Lucía-** Lun 19 Ago 2013, 5:20 pm

Autor: Lucía Magnana
Adaptación: Es mía, puede que algunas partes sean de libros.
Género: Romance y policial
Contenido: No sé, creo que es mucho amor y mucho odio ah
Advertencias: Nada
Otras páginas: No

Sinopsis

_____ Ryan, una joven adicta al juego, comienza su nueva vida en las playas de Louisiana. Al salir se encuentra con un joven muchacho, no le dio importancia y siguió su camino. Al volver a su hogar natal, tiene que prepararse para ingresar a la universidad, empiezan a suceder extraños sucesos pero, ¿qué será de aquel joven que vio en la playa? ¿qué pasará? ¿descubrirá el secreto del muchacho? _____ descubre más que sus propios secretos.

Espero que les guste! estaba planeando publicarlo en serio y lo pasé a fanfic! Diganme sus opiniones :)

por **Lucía-** Sáb 24 Ago 2013, 4:00 pm

Capítulo 1

“31 de Diciembre 2011, ¡qué rápido que se pasa el tiempo!” pensé. Estaba a orillas del mar, era mi lugar favorito del mundo. Era el atardecer, para ser exacta, las 18:30. Me sentía relajada y alejada de todo, no sufría problema alguno. Mi cabello iba del lado del viento, hacia la izquierda. Mis ojos miraban profundamente el horizonte. Recordé cuando una amiga de mi madre me dijo “El horizonte en la playa es calmante, te calma de cualquier cosa” y tuvo la razón, últimamente andaba casi todo el tiempo estresada. El color del cielo se transformaba de celeste a anaranjado, en diferentes tonos de éste.
Mi nombre es ______ Ryan, tengo diecisiete años y este año voy a comenzar el primer año de la universidad en Florida con especialidad en Inglés. No tengo muchos amigos, mi mejor amiga se llama Cloe Sanders, una morena de ojos verdes como el pasto y con unas curvas perfectamente definidas que hace que cada chico que pasa por su lado se quede sin aliento, a comparación de mí, soy un cero en la escala del uno al diez. Nos conocemos desde que tenemos seis años y hemos compartido miles de historias.
Volviendo a lo anterior, este era el día 365 del año ¿o era 366? Bueno, la cuestión es que era el último día de ese absurdo año, perdí muchas apuestas en el póquer y espero que este año sea de más suerte. Me sentía feliz, ¿completa? Tal vez.
Corrí hacia el mar sintiendo a las pequeñas olas romper en mis rodillas y mi cabello comenzaba a humedecerse. Comencé a reír sola. Disfrutaba el momento, ya que dentro de poco, volvería a mi horribilosa casa. Mi ropa se mojó un poco.
Decidí salir y acostarme en la arena. Amaba sentir la arena fría detrás de mi espalda. Mi cabello castaño se llenó de ésta en muy poco tiempo. Empecé a hacer “ángeles de arena”, entre otras cosas, hasta que mi madre llamó. Me sentía como una pequeña en un mundo de gigantes, todavía iba de vacaciones con mis padres a pocos días de cumplir los dieciocho.
– ¡______! ¿¡Qué haces!? –Vino hacia mí– Te he llamado como cuarenta veces al teléfono, ¿por qué no has contestado? –Mi madre siempre exagerando. Puse mis ojos en blanco. Siempre odié mi nombre, me llamaba como la del lago de los cisnes.
–Estaba… en el mar –Sonreí inocentemente, ¿qué tenía de malo? Ya casi era mayor de edad.
–Bueno, no importa eso ahora. Estaba preocupada por ti jovencita –Vio mi estado arenoso y puso su característica cara de esto-no-me-agrada. Volví a poner mis ojos en blanco. – ¡______ Ryan! ¡Ya te vas a bañar! –Casi le contesto de mala gana, pero tenía que convencer a mis padres que ya estaba siendo madura para que me compren un departamento fuera del campus.
–Sí su majestad. – Dije sarcásticamente y con la cabeza agachada.
Caminé hacia nuestra casa, estaba a unos metros de la playa. Era como una cabaña, me gustaba mil veces más que nuestra casa en Luisiana.
Me metí en la ducha. Tardé en regular el agua porque esas cañerías, o lo que fuesen, funcionaban mal. Salí de la ducha y me dirigí a mi habitación. Me puse la ropa que me había regalado mi madre una semana antes de este día. Ella tenía la cábala de usar ropa nueva en Navidad y Año nuevo, era insoportable.
Eran las ocho de la noche y yo estaba sentada en el sillón leyendo mi libro favorito. A las ocho y media comenzaron a llegar la familia Ryan y Meyer. No somos muchos pero… ¿a quién quiero engañar? Somos miles, parecemos conejillos de indias, cada vez somos más y más. Tengo quince primos… Sí, como has leído, ¡quince! Uno más insoportable que el otro. Tengo un hermano siete años mayor que yo, Justin. Ahora no está conmigo, sino en Francia, con su novia Hilary, siempre me quejé porque siempre tuvo más libertad que yo, aunque casi siempre me escapaba para ir de fiesta con Cloe, no era tan difícil como pensaba.
Todos los Ryan y Meyer nos juntamos en diferentes casas los días de Año nuevo y Navidad. Esta vez nos tocó a nosotros. Nuestra casa no es tan grande para tantas personas, pero de algún tipo de magia, todos pudimos entrar.
Como en todos los lugares del mundo, mientras comíamos, reíamos, los mayores hablaban de política y, como siempre, siempre salía algún pariente preguntando o diciendo “¿Y el novio?” o “¡Qué grande que estás Od!” lo mismo desde que tengo memoria, parecen que tienen memoria a corto plazo o que les inyectaron alguna droga para recordar las cosas.
Ya era tarde, por así decirlo. Eran las once y media. Cada vez estaba más cerca de decir “Año nuevo, vida nueva”. Estaba esperando con ansias este momento, quería tener dieciocho y sentirme una vieja pero tener toda la libertad que se me antoje.
Los minutos se pasaron rápido. En un abrir y cerrar de ojos eran las doce.
“1 de Enero 2012, parece ayer que fue 2011” bromeé internamente.
Las copas de champagne comenzaron a golpearse unas con otras. Yo tenía jugo de naranja, ¿por qué me tratan como niña?
– ¡Vayamos a la playa! –Gritó mi padre hacia sus hermanos y uno de mis primos.
Todos mis primos menores que yo corrieron hacia la puerta con la felicidad al borde de la explosión. Era muy gracioso verlos. Me senté en el sofá otra vez para seguir leyendo, no me interesaba ir porque no pasaba nada de otro mundo.
–______, ¿por qué no los acompañas? –Mi madre y su gran bocota.
–No puedo, estoy leyendo –Dije con mi vista hacia el libro.
– ¡Nunca sueltas los libros! –“¿Prefieres que juegue al póquer o al blackjack en tu cara?” pensé. Bajó mi libro. Ella no sabía sobre mis apuestas y que casi siempre salía ganando. Era joven pero tenía un gran sentido del juego.
– ¡Oye! ¿Qué haces?
– ¡Ve con tus primos a la playa, ______! –Me levanté y puse mis ojos en blanco. Recogí una chaqueta de cuero y salí. De la chaqueta saqué un cigarrillo, aprovechaba cada momento libre.
Ellos ya habían llegado. Mientras iba saliendo, en frente de mi casa había un muchacho con el cabello alborotado. Estaba sentado en una silla a oscuras, creo que estaba escuchando música o quién sabe qué estaba haciendo. Me quedé mirándolo por un rato, no sé porqué. Era lindo, realmente lindo, aunque por la oscuridad no se podía distinguir bien. Sin darme cuenta, aquel joven también me estaba mirando. Me sonrojé y seguí mi camino, como si nada hubiese pasado.

por **Nanni~Direction♥** Sáb 24 Ago 2013, 4:15 pm

NUEVA LECTORA!

Hola! Me llamo Nair y soy de España. Y soy tu nueva lectora, chananana Behind Secrets {Zayn Malik & Tu} 961472736

Me encantó el primer capi. Ugh mamá, no soy un bebé(?

Sube pronto. :enamorado:

por **Lucía-** Mar 10 Sep 2013, 6:41 pm

Capítulo 2

Al llegar, tiré el cigarrillo antes de que alguien pudiera verme y vi cómo se divertían mis primos. Me quise unir a ellos y me sentía una más, que era de su edad. Me divertí mucho. Corrimos por todos lados, ni la oscuridad me detenía.
Me paré frente al mar y comencé a pensar en cómo sería este nuevo año, ¿tendría algún amor? Nadie quiere a una apostadora compulsiva de diecisiete años. Mi primo Harold interrumpió mis pensamientos.
–_____ –Dijo suavemente.
– ¿Qué sucede Harry? –Lo miré dulcemente. La noche no me dejaba ver con claridad.
– ¿Vendrás a jugar con nosotros? –Sonrió con esa sonrisa de niño pequeño.
–No, ____ ya está cansada, Harry
–Oh. –Se fue con la cabeza a gacha.
Retomé mis pensamientos y traté de calmarme.
Mi padre me llamó. Al darme vuelta, el chico de cabello alborotado estaba en el puente que une la ciudad con la playa. Estaba sonriendo. Esta vez lo podía ver mejor, pese a que estaba a un poco de distancia de él. Tenía el cabello negro como la noche, todo desarreglado. El color de sus ojos no los podía reconocer. El muchacho estaba frotando sus manos y me miraba. ¿Quién será? Estaba intrigada.
– ¡_____! –Mi padre volvió a llamarme. Me comencé a incomodar ante la presencia del joven.
– ¿Qué pasa? –Pregunté algo aturdida.
–Ya es hora de irnos, querida. –Sonrió y pasó su mano por mi espalda.
El chico del cabello alborotado aún seguía allí. Nunca lo había visto por aquí. Cada vez que nos acercábamos al puente, nos seguíamos con la mirada. Trataba de no mirar hacia allí.
Al llegar, lo pude ver con claridad y me paralicé. Mis ojos marrones se abrieron como platos. Llevaba unos jeans holgados, podía ver el elástico de su ropa interior, tenía una remera negra con algo escrito, no pude descifrar bien. Sus ojos eran color avellana. Tenía unas pestañas tan largas que me mataban. Su sonrisa era hermosa, él era hermoso. A su lado se hallaba una BMX color azul.
–Hola –Dijo el muchacho haciendo un gesto con su mano derecha, tenía acento británico. Mi padre lo miró impresionado, agarró mi brazo y me “arrastró” para irme rápido.
Me acordé que mi madre me había dicho algo esa mañana “acuérdate de hacer tus maletas”. Sacudí mi cabeza ante ese pensamiento, mañana volveríamos a casa “¡No!” grité en mi cabeza, ¿por qué el universo me hacía esto? Parecía todo hecho apropósito. Quería saber más del chico de la BMX.
– ¿Qué pasa? –Preguntó mi mamá al verme.
–Me olvidé… de hacer… mis maletas –Sonreí tímidamente.
–_____ –Respiró. Ya estaba sacada de quicio. Eso es lo mejor que sé hacer.
Me dirigí a mi habitación y comencé a armar mis valijas. No había llevado mucha ropa por suerte. Coloqué mis auriculares en mis oídos y la música me hizo compañía. Mi padre entró a mi cuarto.
–_____, ¿te puedo hacer una pregunta?
– Ya la hiciste –Dije bromeando pero no le causó ninguna gracia. – ¿Qué pasa?
– ¿Quién era aquel joven que te saludó en la playa? –Mis ojos se abrieron del asombro. “¿Y ahora qué hago?”
–Err… –Comencé a pensar– Un amigo –Sonreí.
–Oh, está bien –Pausó y vio que estaba haciendo mis maletas. – Bueno querida, te dejo tranquila.
Había zafado. ¿Por qué quería saber quién era aquel chico? Era problema mío si lo saludaba o no. Seguí haciendo mi equipaje hasta que terminé. Busqué mi libro y continué con mi lectura, tal vez, más tarde, comenzaría una partida de Black Jack online.
Mientras lo leía comencé a pensar que tengo altas expectativas en un chico, como leo mucho, siempre espero tener una relación amorosa como en las novelas, dramático y trágico pero con un final de “felices para siempre”.
Caí vencida sobre mi cama. Estaba verdaderamente cansada. Mágicamente desperté en el auto, estábamos en la carretera. “No volví a saludar al lindo chico del cabello alborotado” pensé e hice un puchero. Mi padre miró mi gesto por el retrovisor y arqueó una ceja. Lo miré y le saqué la legua, él sonrió.
Le pregunté a mi madre dónde estaba mi libro, ella me respondió de mala manera, pero no le di importancia.
El viaje era de pocas horas, así que probablemente lo iba a terminar pero, me dormí de nuevo, los viajes me fusilaban, especialmente los largos pero no era la ocasión.
–____ –Dijo una voz sacudiéndome– _____… vamos pequeña… ya llegamos –Era mi madre.
Nuestra casa no era ni grande ni pequeña, era bastante humilde. Tenía dos pisos y una gran sala de estar. Mi habitación estaba llena de fotos de Cloe y yo haciendo muecas graciosas.
Odiaba ir al colegio pero este año era diferente, comenzaba la universidad y con mi mejor amiga.
El recuerdo de volver a estudiar me hacía doler la cabeza, libros de lectura, libros de historia, de física, de idioma y matemática.
Me recosté en mi cama, se sentía tan bien, extrañaba mi hogar. Los siguientes días pasaron muy rápido, no salí a ningún club para jugar al póker. Las clases iban a empezar en dos días “demonios” pensé. No estaba preparada para volver a ese infierno y menos con gente que ni siquiera había hablado.
El día antes de empezar la universidad, comencé a empacar. Se sentía bien la libertad aunque no conseguí comprar mi propio departamento. Tomé mis maletas más grandes y empecé a llenarlos, creo que estuve como cuatro horas decidiendo qué era bueno y qué no.
Al terminar, Cloe llamó.
– ¿Aló aló? –Dijo felizmente.
–Hola Cloe, ¿ansiosa?
– ¡Al fin libertad, nena! –Ella era hija única, así que sus padres eran más insoportables que los míos. – ¿Cómo te sientes?
–Me siento feliz, eso es bueno ¿no? –Reí. – ¿y tú?
–Yo también, espero que hayan muchas fiestas –Reímos al unísono. Cloe era la chica más fiestera que haya conocido alguna vez.
–Verás que sí… Y también espero que haya salones
–Vamos a ir casi siempre, ¿no?
– ¡Claro!
–Hey, ¿mañana te paso a buscar con el Mercedes? –Ella tenía un bello Mercedes Benz SLK350 color champagne, era el auto de mis sueños.
–Sí, por favor, debo avisarles a mis padres… ya sabes Cleotus… ellos me querían llevarme –Teníamos apodos muy raros entre nosotras, éste hábito surgió a principios de la secundaria.
– ¡No te preocupes! ¡Cloe está aquí y salvará tu dignidad! –Volvimos a reír como locas.
– ¡Gracias! ¡No sé qué haría sin ti! Debo terminar de hacer mis maletas, ¡nos vemos mañana!

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