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El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Noooo pero mi hermano menor se comporto muuuuy "tarado" ayer asiq el muy maldito me quito el celu y eso hiso mi tardansa xDvaleerusher escribió:jajajaja lees un capítulo en 14 minutos ?? xdMaJoRojas_ escribió:Wau que capitulo madre santa aksbjx siguela pronto y emm eso Byeeeee
Tu homo sapiens se va *-*
"."
MaJoRojas_
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
siento no haber comentado antes!!!!
aaaa han estado genial los caps!!!
me han encantado!!!
muajajajajaja jodete Mark!!!
ayayayayayay... James y la rayis a punto de hacerlos otra vez... y cuando ha dicho que James iba sin camiseta...
jajajaja sube cap cuando puedas!!!
besos <3
aaaa han estado genial los caps!!!
me han encantado!!!
muajajajajaja jodete Mark!!!
ayayayayayay... James y la rayis a punto de hacerlos otra vez... y cuando ha dicho que James iba sin camiseta...
jajajaja sube cap cuando puedas!!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
holuuuuuuuuuuuu jajajaja amo que ames la noveJuLy de Maslow escribió:
Aaaaaaaaaah!!!
Holu ame esta nove esta hermosamente hermosa
Bueno te leeo luego te amoo!
leeme ahora que ya subo cap C: besos
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
HOLAAA no te preocupes :3laura_33426 escribió:siento no haber comentado antes!!!!
aaaa han estado genial los caps!!!
me han encantado!!!
muajajajajaja jodete Mark!!!
ayayayayayay... James y la rayis a punto de hacerlos otra vez... y cuando ha dicho que James iba sin camiseta...
jajajaja sube cap cuando puedas!!!
besos <3
esperemos que lo hagan james y la rayis e.e jajajaja ahoraa la sigo besos!!
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPITULO 19.
— ¿Qué mierda es esto?! —escuché a Carlos gritar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.
— ¡Carlos no tan alto vas hacer sangrar mis oídos! ¿Qué pasa? —pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me di cuenta que estaba mal. Aún estaba en el sofá con James. ¡Oh no! salté rápidamente y miré a James, quien tenía su boca colgando abierta, luciendo completamente en shock. Está bien, necesitaba salvar la situación rápidamente—. ¡Maldita sea James! ¡Puaj! ¿Tenías tus manos sobre mí? —grité, pretendiendo estremecerme en horror. Carlos me miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.
—Yo… emm… no… ¿Qué? —James balbuceó.
— ¿Qué demonios estabas haciendo con él, (tn)? —mi hermano gruñó molesto, apuntando a James quien se veía confundido a este punto.
—Debí haberme quedado dormida, supongo —fruncí el ceño, agitando mi cabeza como si estuviera confundida también.
— ¿Quedarte dormida? Bueno, ¿qué estabas haciendo con él, en primer lugar? —pregunto, lanzándole a James otra mirada asesina, antes de volverse hacia mí. ¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar esto!
—Tuve un mal sueño, Carlos —murmuré, mirando al suelo, y pretendiendo estar alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mí alrededor, instantáneamente, poniendo su barbilla en lo alto de mi cabeza.
—Oh mierda, (tn). Está bien —susurró, balanceándome ligeramente.
—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no estabas. James me consoló, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos —susurré, sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad no estaba lista para que supiera aún, especialmente después de la forma en la que estaba mirando a James.
—Lo siento, solo pensé… bueno, olvídalo —Carlos murmuró, tirando de vuelta para mirarme—. ¿Estás bien? —asentí, mordiendo mi labio para tratar y aliviar algo de la culpa que sentía. Miró por encima hacia James—. Lo siento, hombre, salte a conclusiones y emm… gracias por cuidar de mi hermana.
James se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di una expresión suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.
—Sí, no hay problema —se encogió de hombros, frotando una mano a través de su desordenado cabello de cama.
Rápidamente salí del agarre de Carlos.
—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De cualquier manera que hora es? —pregunté, mirando alrededor buscando mi teléfono celular. ¿Por qué no había sonado la maldita alarma?
—Aún no son las seis, (tn). Me desperté temprano —se encogió de hombros.
—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme una ducha. Emm… gracias, James, por anoche —dije, ruborizándome y dándole una pequeña sonrisa.
—Definitivamente fue un placer, Ángel. —me guiñó un ojo, sonriendo felizmente. Carlos lo golpeó en la parte trasera de su cabeza, haciéndolo estremecerse.
— ¡Hermana menor! —señaló, rodando su ojos y pisando fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos a James y a mí en la sala. Una vez mi hermano se había ido, James me miró.
—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel —susurró, frunciendo el ceño.
—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? —rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Carlos tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, uno para James. Los lleve a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.
—Emm.... gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops —dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
—Claro que sí, te lo comes todos los días —me miró como si hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así? Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates —dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos.
— ¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar? —le pregunté, molesta.
—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno —dijo simplemente. Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
— ¿Los haces para mí? ¿Todos los días? —pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Carlos entró entonces, así que no podía decir nada. Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él:
“¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que hicieras eso. ¡Voy a darte las gracias adecuadamente más adelante! Xoxo”
Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.
Cuando salimos del auto de James en la escuela, fuimos inundados por la usual horda de chicas queriendo manosear a Carlos y James. Rodé mis ojos cuando Jessica empujó su camino hacia el frente y envolvió sus pequeños, sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos de “ven a la cama”.
—Jessica, en serio necesitas alejarte —dijo James con severidad, desenvolviéndose de ella y caminando hacia atrás.
—James, nene, ¿qué tal si nos saltamos el primer período y vamos a pasar un buen rato? —ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano hasta su pecho.
¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente enferma! Di media vuelta y me alejé tan rápido como pude, sólo queriendo estar lejos de todo. Después de un minuto pude escuchar a Joss corriendo para alcanzarme, me agarraron la mano tirando de mí para detenerme.
—En serio, no estoy de humor —casi gritó, dirigiéndome a ella, pero no era ella, era James.
—Hey, sólo quería acompañarte a clase —frunció el ceño y me miró con tristeza.
—Oh, claro... emm... Lo siento. Pensé que estabas con Jessica, teniendo un poco de diversión —dije sarcásticamente, avergonzada de haberle gritado.
Negó con la cabeza y se acercó a mí.
—No, no estoy con ella, estoy contigo —dijo dulcemente, sonriéndome, y haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Claro, sí, lo siento, sólo.... No sé.... —mi voz se apagó, ruborizándome como un loca.
—Estás celosa —afirmó, al parecer satisfecho de ello. Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no quería admitirlo—. Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años —dijo, sonriendo como un loco.
Me eché a reír.
— ¿En serio? Pues aquí lo tienes entonces, finalmente ocurrió —di una patada a mis zapatos en las piedras; tratando de distraerme de la sensación de celos que todavía estaba corriendo por mis venas. Supongo que iba a tener que acostumbrarme a que las chicas estuvieran sobre él. Era James Maslow, por el amor de Dios, las chicas siempre lo seguían a todas partes, pidiendo su atención.
—Recuerdas la charla que tuvimos ayer, ¿esa acerca de la confianza? Bueno, eso funciona en ambos sentidos, sabes. Nunca te haré daño, pero necesitas creer eso también —puso su dedo debajo de mi barbilla e inclinó mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo.
Suspiré, sí bien, supongo que dije eso.
—Confío en ti, sólo es difícil de ver —le contesté, sonriendo, imitando sus palabras de ayer.
Se echó a reír.
—Sí, bueno, lo que se dice por ahí ahora es que tengo una novia por lo que debe poner fin a todo este coqueteo —dijo con confianza, cepillando el pelo de mi cara.
— ¿Les dijiste a todos que tienes una novia? —pregunté, sorprendida. Bien, wow, tal vez era más serio de lo que pensé sobre hacer esto funcionar.
—Sí, por supuesto. Tengo una novia. Tengo la más sexy, más bella novia del mundo, que aún no me da las gracias que me prometió en un texto esta mañana —sonrió, con su sonrisa coqueta y sentí como un millón de mariposas revoloteaban en mi estómago. Me reí y me incliné hacia delante hasta que mi boca estaba casi tocando la suya.
—Todas las cosas buenas vienen a aquellos que esperan —me burlé, guiñándole un ojo y alejándome.
Gimió y me atrapó con rapidez.
—No crees que doce años sea tiempo suficiente para esperar —preguntó, fingiendo sorpresa, haciéndome reír.
—Hmmm, no realmente. Creo que voy hacerte esperar un poco más —le lancé un beso al entrar por la puerta de mi clase de Historia. Lo oí quejarse, pero cuando miré hacia atrás estaba sonriendo, mirándome marcharme. A propósito balanceaba mi trasero, tratando de lucir sexy; debió haber funcionado porque tres chicos de mi clase de historia silbaron e hicieron un comentario acerca de mi sexy trasero. Puse los ojos en blanco. ¡Chicos!
No pude hablar con James mucho en el almuerzo, nos sentamos en la misma mesa, pero todo el mundo quería hablar con él.
—Así que, ¿realmente tienes una novia secreta? —preguntó Dustin, uno de sus amigos, lo miraba como si no lo creyera en absoluto.
—Sí —confirmó James, pareciendo muy orgulloso de ello. Cada vez que me miraba, me ruborizaba como una loca, y estaba segura de que alguien lo iba notar.
—Ella debe ser una mujer caliente que ha domado a la bestia para sentar cabeza —sonrió jordan .
James se rió, sus ojos se posaron en mí por una fracción de segundo.
—Ella es la cosa viva más sexy, hombre —dijo con confianza.
— ¿En serio? ¿Tan buena es en la cama? —preguntó Dustin, recogiendo su emparedado.
—Hombre, en serio, no voy a contestar eso de mi chica —dijo James con una sonrisa.
—Apuesto a que podría superarla —coqueteó Rachel, pasando la mano por su brazo. El se echó a reír.
—Sabes qué, no tendrías ninguna posibilidad. Mi chica es increíblemente hermosa, tanto por dentro como por fuera —James se encogió de hombros, tirando de su brazo a distancia, con una sonrisa. Todas las chicas en la mesa hicieron awww . Sonreí y trate de comer mi almuerzo. Podía sentir los ojos de Joss en mí, para que la mirara, ella me sonreía de oreja a oreja. Puse los ojos en blanco, riendo entre dientes.
—No ha dormido con ella, ella no cree en el sexo antes del matrimonio —terció Carlos, sonriendo. Me tragué una risa. ¿Le había realmente creído mi hermano cuando le dijo eso? Todos se sorprendieron y miraron a James, quien estaba sonriendo como loco.
— ¡No me digas! ¿No te has acostado con ella? —preguntó Jordan escéptico.
—No, no lo he hecho, pero eso en realidad no es de su incumbencia, chicos —James sacudió su cabeza, sonriendo—. Me tengo que ir. Tengo que hablar con el entrenador acerca de la práctica —se encogió de hombros, poniéndose de pie. La mitad de los chicos también se levantaron, después a seguirlo.
Tan pronto como se marcharon, todas las chicas empezaron a planear y conspirar.
Querían saber quién era la chica secreta, y no se detendrían ante nada para descubrirlo, a continuación, cada una de ellas sacó veinte dólares y los puso en el centro de la mesa. Las miré, confundida.
—Entonces, la próxima chica que se acueste con él, se lleva la apuesta —dijo Jessica, con una sonrisa.
Di un grito ahogado.
— ¿En serio? Acaba de decir que tiene una novia y no está interesado, ¿y están apostando a quién va a dormir ahora? ¿Qué pasa si su novia es la próxima en dormir con él? —pregunté, sorprendida. ¡No podía creer que estas chicas estuvieran apostando por tener sexo con alguien! ¡No es una competición maldita sea!
—Bueno si ella pone su dinero, entonces va a ganar, pero obviamente ella no le está dando lo que él necesita. Se alejará con el tiempo. La próxima en engancharlo gana, pero te garantizo que no será su novia. Él no puede esperar. Sin sexo antes del matrimonio. ¡Sí, claro! Es de James Maslow de quien estamos hablando —rodó sus ojos riendo. Era obvio que ella tenía muy claro que ganaría.
Entonces tuve una idea, saque uno de veinte y lo puse en su montón.
—La próxima en engancharlo, ¿no? —pregunté, apenas siendo capaz de contener mi sonrisa.
—Sí ¡Claro! Como si tuvieras una oportunidad, emo —me soltó Jessica, desagradablemente.
—Entonces, ¿qué obtiene el ganador? —pregunté emocionada, ignorando su burla.
Contó el dinero que había en el montón.
—Bien, hay doscientos cuarenta dólares ahora mismo, pero una vez que la gente se entere… bueno, no lo sé… la última vez que hicimos esto fue por Randy. Tuvimos setecientos ochenta , pero James es más caliente, y por su aspecto de intocable, nose ,bueno, por ahora de todos modos —Jessica se rió, doblando el dinero y poniéndoselo en su bolsillo, apuntando los nombres en un trozo de papel. Me reí, wow, esto iba a ser dinero fácil. Joss se reía como una loca.
— ¿Van a entrar también? —preguntó Jessica a Joss y a Barbi, cortésmente.
—No, yo no. No tengo ninguna oportunidad —Joss se encogió de hombros, aun riendo.
Barbi le pasó a Jessica su dinero.
—Estoy dentro. Quien podría decir que no a la oportunidad de ganar todo ese dinero y de dormir con James Maslow —dijo Barbi, de manera soñadora. Cogí a mis dos amigas por el brazo y las arrastré fuera de la sala del almuerzo hacia nuestra siguiente clase. --------------------------------------------------- espero que lea haya gustado :D y todos lo viernernes hare maraton! jejeje besos
— ¿Qué mierda es esto?! —escuché a Carlos gritar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.
— ¡Carlos no tan alto vas hacer sangrar mis oídos! ¿Qué pasa? —pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me di cuenta que estaba mal. Aún estaba en el sofá con James. ¡Oh no! salté rápidamente y miré a James, quien tenía su boca colgando abierta, luciendo completamente en shock. Está bien, necesitaba salvar la situación rápidamente—. ¡Maldita sea James! ¡Puaj! ¿Tenías tus manos sobre mí? —grité, pretendiendo estremecerme en horror. Carlos me miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.
—Yo… emm… no… ¿Qué? —James balbuceó.
— ¿Qué demonios estabas haciendo con él, (tn)? —mi hermano gruñó molesto, apuntando a James quien se veía confundido a este punto.
—Debí haberme quedado dormida, supongo —fruncí el ceño, agitando mi cabeza como si estuviera confundida también.
— ¿Quedarte dormida? Bueno, ¿qué estabas haciendo con él, en primer lugar? —pregunto, lanzándole a James otra mirada asesina, antes de volverse hacia mí. ¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar esto!
—Tuve un mal sueño, Carlos —murmuré, mirando al suelo, y pretendiendo estar alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mí alrededor, instantáneamente, poniendo su barbilla en lo alto de mi cabeza.
—Oh mierda, (tn). Está bien —susurró, balanceándome ligeramente.
—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no estabas. James me consoló, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos —susurré, sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad no estaba lista para que supiera aún, especialmente después de la forma en la que estaba mirando a James.
—Lo siento, solo pensé… bueno, olvídalo —Carlos murmuró, tirando de vuelta para mirarme—. ¿Estás bien? —asentí, mordiendo mi labio para tratar y aliviar algo de la culpa que sentía. Miró por encima hacia James—. Lo siento, hombre, salte a conclusiones y emm… gracias por cuidar de mi hermana.
James se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di una expresión suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.
—Sí, no hay problema —se encogió de hombros, frotando una mano a través de su desordenado cabello de cama.
Rápidamente salí del agarre de Carlos.
—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De cualquier manera que hora es? —pregunté, mirando alrededor buscando mi teléfono celular. ¿Por qué no había sonado la maldita alarma?
—Aún no son las seis, (tn). Me desperté temprano —se encogió de hombros.
—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme una ducha. Emm… gracias, James, por anoche —dije, ruborizándome y dándole una pequeña sonrisa.
—Definitivamente fue un placer, Ángel. —me guiñó un ojo, sonriendo felizmente. Carlos lo golpeó en la parte trasera de su cabeza, haciéndolo estremecerse.
— ¡Hermana menor! —señaló, rodando su ojos y pisando fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos a James y a mí en la sala. Una vez mi hermano se había ido, James me miró.
—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel —susurró, frunciendo el ceño.
—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? —rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Carlos tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, uno para James. Los lleve a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.
—Emm.... gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops —dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
—Claro que sí, te lo comes todos los días —me miró como si hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así? Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates —dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos.
— ¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar? —le pregunté, molesta.
—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno —dijo simplemente. Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
— ¿Los haces para mí? ¿Todos los días? —pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Carlos entró entonces, así que no podía decir nada. Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él:
“¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que hicieras eso. ¡Voy a darte las gracias adecuadamente más adelante! Xoxo”
Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.
Cuando salimos del auto de James en la escuela, fuimos inundados por la usual horda de chicas queriendo manosear a Carlos y James. Rodé mis ojos cuando Jessica empujó su camino hacia el frente y envolvió sus pequeños, sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos de “ven a la cama”.
—Jessica, en serio necesitas alejarte —dijo James con severidad, desenvolviéndose de ella y caminando hacia atrás.
—James, nene, ¿qué tal si nos saltamos el primer período y vamos a pasar un buen rato? —ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano hasta su pecho.
¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente enferma! Di media vuelta y me alejé tan rápido como pude, sólo queriendo estar lejos de todo. Después de un minuto pude escuchar a Joss corriendo para alcanzarme, me agarraron la mano tirando de mí para detenerme.
—En serio, no estoy de humor —casi gritó, dirigiéndome a ella, pero no era ella, era James.
—Hey, sólo quería acompañarte a clase —frunció el ceño y me miró con tristeza.
—Oh, claro... emm... Lo siento. Pensé que estabas con Jessica, teniendo un poco de diversión —dije sarcásticamente, avergonzada de haberle gritado.
Negó con la cabeza y se acercó a mí.
—No, no estoy con ella, estoy contigo —dijo dulcemente, sonriéndome, y haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Claro, sí, lo siento, sólo.... No sé.... —mi voz se apagó, ruborizándome como un loca.
—Estás celosa —afirmó, al parecer satisfecho de ello. Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no quería admitirlo—. Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años —dijo, sonriendo como un loco.
Me eché a reír.
— ¿En serio? Pues aquí lo tienes entonces, finalmente ocurrió —di una patada a mis zapatos en las piedras; tratando de distraerme de la sensación de celos que todavía estaba corriendo por mis venas. Supongo que iba a tener que acostumbrarme a que las chicas estuvieran sobre él. Era James Maslow, por el amor de Dios, las chicas siempre lo seguían a todas partes, pidiendo su atención.
—Recuerdas la charla que tuvimos ayer, ¿esa acerca de la confianza? Bueno, eso funciona en ambos sentidos, sabes. Nunca te haré daño, pero necesitas creer eso también —puso su dedo debajo de mi barbilla e inclinó mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo.
Suspiré, sí bien, supongo que dije eso.
—Confío en ti, sólo es difícil de ver —le contesté, sonriendo, imitando sus palabras de ayer.
Se echó a reír.
—Sí, bueno, lo que se dice por ahí ahora es que tengo una novia por lo que debe poner fin a todo este coqueteo —dijo con confianza, cepillando el pelo de mi cara.
— ¿Les dijiste a todos que tienes una novia? —pregunté, sorprendida. Bien, wow, tal vez era más serio de lo que pensé sobre hacer esto funcionar.
—Sí, por supuesto. Tengo una novia. Tengo la más sexy, más bella novia del mundo, que aún no me da las gracias que me prometió en un texto esta mañana —sonrió, con su sonrisa coqueta y sentí como un millón de mariposas revoloteaban en mi estómago. Me reí y me incliné hacia delante hasta que mi boca estaba casi tocando la suya.
—Todas las cosas buenas vienen a aquellos que esperan —me burlé, guiñándole un ojo y alejándome.
Gimió y me atrapó con rapidez.
—No crees que doce años sea tiempo suficiente para esperar —preguntó, fingiendo sorpresa, haciéndome reír.
—Hmmm, no realmente. Creo que voy hacerte esperar un poco más —le lancé un beso al entrar por la puerta de mi clase de Historia. Lo oí quejarse, pero cuando miré hacia atrás estaba sonriendo, mirándome marcharme. A propósito balanceaba mi trasero, tratando de lucir sexy; debió haber funcionado porque tres chicos de mi clase de historia silbaron e hicieron un comentario acerca de mi sexy trasero. Puse los ojos en blanco. ¡Chicos!
No pude hablar con James mucho en el almuerzo, nos sentamos en la misma mesa, pero todo el mundo quería hablar con él.
—Así que, ¿realmente tienes una novia secreta? —preguntó Dustin, uno de sus amigos, lo miraba como si no lo creyera en absoluto.
—Sí —confirmó James, pareciendo muy orgulloso de ello. Cada vez que me miraba, me ruborizaba como una loca, y estaba segura de que alguien lo iba notar.
—Ella debe ser una mujer caliente que ha domado a la bestia para sentar cabeza —sonrió jordan .
James se rió, sus ojos se posaron en mí por una fracción de segundo.
—Ella es la cosa viva más sexy, hombre —dijo con confianza.
— ¿En serio? ¿Tan buena es en la cama? —preguntó Dustin, recogiendo su emparedado.
—Hombre, en serio, no voy a contestar eso de mi chica —dijo James con una sonrisa.
—Apuesto a que podría superarla —coqueteó Rachel, pasando la mano por su brazo. El se echó a reír.
—Sabes qué, no tendrías ninguna posibilidad. Mi chica es increíblemente hermosa, tanto por dentro como por fuera —James se encogió de hombros, tirando de su brazo a distancia, con una sonrisa. Todas las chicas en la mesa hicieron awww . Sonreí y trate de comer mi almuerzo. Podía sentir los ojos de Joss en mí, para que la mirara, ella me sonreía de oreja a oreja. Puse los ojos en blanco, riendo entre dientes.
—No ha dormido con ella, ella no cree en el sexo antes del matrimonio —terció Carlos, sonriendo. Me tragué una risa. ¿Le había realmente creído mi hermano cuando le dijo eso? Todos se sorprendieron y miraron a James, quien estaba sonriendo como loco.
— ¡No me digas! ¿No te has acostado con ella? —preguntó Jordan escéptico.
—No, no lo he hecho, pero eso en realidad no es de su incumbencia, chicos —James sacudió su cabeza, sonriendo—. Me tengo que ir. Tengo que hablar con el entrenador acerca de la práctica —se encogió de hombros, poniéndose de pie. La mitad de los chicos también se levantaron, después a seguirlo.
Tan pronto como se marcharon, todas las chicas empezaron a planear y conspirar.
Querían saber quién era la chica secreta, y no se detendrían ante nada para descubrirlo, a continuación, cada una de ellas sacó veinte dólares y los puso en el centro de la mesa. Las miré, confundida.
—Entonces, la próxima chica que se acueste con él, se lleva la apuesta —dijo Jessica, con una sonrisa.
Di un grito ahogado.
— ¿En serio? Acaba de decir que tiene una novia y no está interesado, ¿y están apostando a quién va a dormir ahora? ¿Qué pasa si su novia es la próxima en dormir con él? —pregunté, sorprendida. ¡No podía creer que estas chicas estuvieran apostando por tener sexo con alguien! ¡No es una competición maldita sea!
—Bueno si ella pone su dinero, entonces va a ganar, pero obviamente ella no le está dando lo que él necesita. Se alejará con el tiempo. La próxima en engancharlo gana, pero te garantizo que no será su novia. Él no puede esperar. Sin sexo antes del matrimonio. ¡Sí, claro! Es de James Maslow de quien estamos hablando —rodó sus ojos riendo. Era obvio que ella tenía muy claro que ganaría.
Entonces tuve una idea, saque uno de veinte y lo puse en su montón.
—La próxima en engancharlo, ¿no? —pregunté, apenas siendo capaz de contener mi sonrisa.
—Sí ¡Claro! Como si tuvieras una oportunidad, emo —me soltó Jessica, desagradablemente.
—Entonces, ¿qué obtiene el ganador? —pregunté emocionada, ignorando su burla.
Contó el dinero que había en el montón.
—Bien, hay doscientos cuarenta dólares ahora mismo, pero una vez que la gente se entere… bueno, no lo sé… la última vez que hicimos esto fue por Randy. Tuvimos setecientos ochenta , pero James es más caliente, y por su aspecto de intocable, nose ,bueno, por ahora de todos modos —Jessica se rió, doblando el dinero y poniéndoselo en su bolsillo, apuntando los nombres en un trozo de papel. Me reí, wow, esto iba a ser dinero fácil. Joss se reía como una loca.
— ¿Van a entrar también? —preguntó Jessica a Joss y a Barbi, cortésmente.
—No, yo no. No tengo ninguna oportunidad —Joss se encogió de hombros, aun riendo.
Barbi le pasó a Jessica su dinero.
—Estoy dentro. Quien podría decir que no a la oportunidad de ganar todo ese dinero y de dormir con James Maslow —dijo Barbi, de manera soñadora. Cogí a mis dos amigas por el brazo y las arrastré fuera de la sala del almuerzo hacia nuestra siguiente clase. --------------------------------------------------- espero que lea haya gustado :D y todos lo viernernes hare maraton! jejeje besos
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
por que apostaron?:OWO:
Siguela pronto
BESOS
clau sanchez
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
aaaaaahhhh!!! siii todos los viernes maraton!!!!
por poco Carlos pilla a la rayis y a James, que sustito...
que mala Jessica, que hace una apuesta, pero ganara la rayis, esta claro :meh:
me dejas con la intriga!!!
sube caps cuando puedas!!
besos <3
por poco Carlos pilla a la rayis y a James, que sustito...
que mala Jessica, que hace una apuesta, pero ganara la rayis, esta claro :meh:
me dejas con la intriga!!!
sube caps cuando puedas!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
xd los chicas las deje con la intriga jejeje y la rayis muy convencida aposto e.e jejej ahora sigooo :33 gracias a todos sus comentarios! ;D aqui les dejo el capi y les ago acordar que hare maraton todos los viernes! wohoo bye besos --------------------------------
CAPITULO 20.
Tuve que pasar el rato por los alrededores después de la escuela, esperando a que Carlos y James acabaran su entrenamiento de hockey. Me colé en la pista y me escondí en la parte de atrás así no sería vista. No teníamos permitido estar aquí durante los entrenamientos por que el entrenador decía que las chicas distraían a los jugadores. Amaba ver sus partidos de hockey; había algo en la forma que ellos se deslizaban por el hielo tan rápido y con gracia. Estaban haciendo carreras cortas en este momento, patinando de una línea a otra tan rápido como podían, luego tenían que regatear un disco alrededor de los conos, y al final estaban tomando turnos para disparar a la portería, con mi hermano haciéndolo lo mejor que podía para mantener los discos fuera. Era un gran portero, pero sólo jugaba por diversión. A James por otra parte, le habían ofrecido una beca de atletas completa para una de las mejores universidades del país. Él esperaba convertirse en profesional —en lo que aparentemente tenía muchas posibilidades de hacer, porque tenía a los reclutadores encima.
Me encontré viéndome patinar a James. Lo había observado hacer esto cientos, millones de veces, había algo simplemente hermoso sobre él. Me quitaba la respiración. Estaba mirando la manera en la que sus pies se movían, la manera en la que su desastrado pelo marrón se revolvía cuando patinaba, la manera en la que el hielo se esparcía cuando paraba. Y por supuesto, me di cuenta de cuan increíblemente bueno estaba con ese uniforme.
Me escabullí fuera cuando la práctica terminó y esperé en el coche mientras que James y a Carlos duchaban. Barbi se acercó cuando estaba allí.
—Hola chica —gorgoreó, saltando de arriba a abajo con emoción.
—Hola Barbi, ¿qué pasa contigo? No has estado inhalando esas hierbas otra vez ¿verdad? —bromeé. Era una broma recurrente, Barbi había comprado algunas “hierbas” de un amigo suyo y las encendió en su habitación para limpiar su aura o algo. Terminó siendo marihuana y algo mal corrió calle abajo medio desnuda mientras llamaba a todo el mundo por su teléfono para que vinieran a ver el desfile. Nunca lo superó.
— ¡Ja, ja! No, solo que acabo de hablar con Ashley y me ha dicho que la apuesta por el culo de James llega a ¡1860 dólares! ¿Puedes creerlo? Así que, voy a intentarlo cuando salga del entrenamiento —dijo, saltando en el sitio y mirando alrededor, buscándolo.
Casi me ahogo, ¡1860! ¿Era una broma? ¡Santa mierda! Eso significaba que más de noventa chicas estaban rogándole a mi novio para tener sexo, ofreciéndose en bandeja y yo estaba asustada de que me tocara. Quizás esto no iba a ser tan divertido como pensé en un principio.
Sobre unos cinco minutos después los chicos salieron.
—Hola James, wow, hueles bien —ronroneó Barbi seductoramente, mientras se inclinaba hacia él. Miró hacia ella, con una expresión de horror en su rostro. Mordí mi labio, fuerte, así no me reiría.
—Hola, Barb. Escucha, quizás no te hayas enterado de que tengo novia así que… —se retiró encogiéndose de hombros.
—Eso está bien, no me importa compartir —ronroneó Barbi poniendo una mano sobre su pecho para hacer que se parara delante de ella. Parecía un poco enfadado.
—Barbara, en serio no estoy interesado, vale —movió su mano y entró en el auto, frunciendo el ceño.
Sonreí en modo disculpa hacia mi amiga, porque parecía un poco derrotada.
—Ahí van veinte dólares que no volveré a ver —apuntó. Reí.
—Hey, cuando gané te devolveré los veinte —le giñé un ojo, haciéndola reír cuando me subía al coche.
Hoy era uno de los días que Carlos trabajaba, así que James siempre lo dejaba en el gimnasio, donde trabajaba de lunes a miércoles por la tarde. Luego normalmente me llevaba a casa.
—Mierda, hombre. Creo que he sido golpeado más veces hoy que en toda mi vida. ¿De qué demonios se trata? Le digo a la gente que tengo novia, y toda la tarde la gente ha estado rogándome por sex… —paró abruptamente de hablar, mirándome por el espejo como si hubiera dicho demasiado. Me reí. Bendícelo, ¡no tenía ni idea de que un centenar de chicas cachondas estaban intentando dormir con él por una apuesta!—. ¿Qué es tan gracioso, Ángel? —me preguntó, elevando sus cejas hacia mí por el espejo.
— ¿Quieres saber porque tuviste atención extra hoy? —pregunté, riéndome.
—Sí —contestó, viéndose un poco confundido. Carlos se giró para mirarme desde delante. Sonreí.
—Bueno, hay una apuesta corriendo entre las chicas para ver quién se puede acostar contigo, la primera que lo consiga, gana el bote. Es bastante dinero —declaré, aun sonriendo. Mi hermano estalló en risas, y James casi desvía el coche al otro carril por que estaba muy sorprendido.
— ¿Están haciendo qué? ¿No saben que tengo novia? —gritó, obviamente muy enfadado. Su indignación parecía hacer reír más a mi hermano.
Asentí.
—Sí, por eso lo están haciendo. No les gusta la idea de que estés atado, viendo que tú eres tan liberal, quieren ser las próximas en dormir contigo —me encogí de hombros con desdén, fingiendo que no era gran cosa cuando realmente estaba preocupada. ¿Cuánto tiempo iba a ser capaz de resistir toda esa atención?
— ¿De cuánto es el bote? —preguntó Carlos, con diversión.
—De más de mil ochocientos dólares —reí. James casi nos saca de la carretera otra vez y la boca de mi hermano cayó abierta. Miró hacia James con los ojos llenos de orgullo—. Sí, veinte dólares cada una. Así que eso hace unas noventa chicas queriendo ser las siguientes en acostarse contigo, James —sonreí hacia él por el espejo. Parecía horrorizado, y honestamente, un poco asustado.
— ¡Santa mierda, hombre! —ya sabes, simplemente puedes elegir a una, ¡tirártela y dividir el dinero! —dijo Carlos, emocionado. James le dio la mirada más sucia del mundo, como si él hubiera sugerido que le arrancara la piel a un cachorro o algo. Mi hermano levantó las manos disculpándose—. Estoy bromeando. Jesús. ¡Es una broma! —dijo rápidamente, pero podía ver por su rostro que iba completamente en serio.
— ¡Así que eso es por lo que tu amiga se me abalanzó fuera del auto! ¿Quién demonios esta con esto, Ángel? —preguntó James, sonando realmente enfadado.
—Bueno, Jessica lo está arreglando. Todo el equipo de porristas, la mayoría de las ultimo año, yo, Ashley, Nadine —contesté, nombrando a la gente que sabía, pero James me cortó.
— ¿Tú? —preguntó, con los ojos muy abiertos.
Asentí, riéndome.
—Bueno sí, mil ochocientos dólares es mucho dinero. Eso sí, solo habían doscientos cuarenta cuando entré, pero aun así, me gusta jugar —bromeé, dándole una sonrisa sexy por el espejo.
Carlos parecía que iba a explotar.
— ¿Tú? ¡De ninguna jodida manera! ¿Qué mierda estabas pensando? —me gritó, haciéndome estremecer. Odiaba ver a Carlos enfadado.
—Hermanito, es mucho dinero simplemente pensé, ya sabes, sería divertido. Nunca se sabe. Podría perder mi virginidad con el famoso James Maslow —bromeé, moviendo las cejas hacia él.
Mi hermano comenzó a reír, parecía aliviado; obviamente pensó que estaba bromeando.
Sonreí y miré por la ventana; no era buena mintiendo, si me preguntaba si estaba bromeando tendría que decirle la verdad.
—Jesús, (ta), ¡me asustaste! Creí que ibas en serio —rió, golpeando el hombro deJames, orgulloso—. Mil ochocientos dólares es asombroso,James. Me pregunto a cuantas chicas te podrás tirar en una noche, si ellas se creen que es para ganar la apuesta.
Jadeé. ¡Oh mierda! Genial Carlos, pon eso en su cabeza, ¡estoy segura que es lo que necesita oír ya que su novia no quiere hacerlo!
— ¡Maldición bro! Tengo novia —gritó James, sonando un poco desesperado.
—Sí, lo sé, pero vamos, las chicas van a estar desesperadas por ganar, te apuesto a que puedes conseguir lo que sea —sonrió, moviendo sus cejas.
—Carlos, para. No quiero a nadie más, estoy loco por mi chica. No la voy a joderlo con ella —empezó James, orgulloso. Me sonrió por el espejo y mi respiración comenzó a disminuir mientras mi pánico descendía. Confianza. Necesitaba confiar en él y parar de asumir siempre lo peor.
Dejamos a mi hermano en el gimnasio y fuimos a casa.
— ¿Apostaste veinte dólares a que serías la siguiente en dormir conmigo? —preguntó, sonriendo hacia mí, engreído.
—Exactamente no, la apuesta es sobre la siguiente en cazarte —me encogí de hombros, riendo.
Rió y cogió mi mano mientras conducía.
—No puedo creer que esto esté pasando. Pensé que una vez la gente supiera que no estaba interesado, me dejarían en paz, ¡no que tendría más chicas detrás de mí! De verdad lo siento —frunció el ceño y me besó el dorso de la mano suavemente.
—No te preocupes, no es tu culpa. Supongo que toda esa cosa de la confianza va a ser muy necesaria a partir de ahora, ¿eh? —bromeé, haciendo una media sonrisa, fingiendo no estar preocupada por todas las chicas que querían echarse encima de él en un futuro inmediato.
Llegamos a mi casa y aparcó en su entrada.
— ¿Eh, quieres entrar? Podemos decirles a mis padres que estamos juntos. Les dije que tengo novia y mi madre casi se muere. Te lo juro —dijo, asintiendo hacia su casa con expresión esperanzadora.
—Wow. ¿Todo eso de conocer a los padres ya? —bromeé, fingiendo estar asustada—. Digo: ¿Qué si no les gusto? —pregunté, rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cabeza en su pecho, fingiendo horror. Rió y también lo hice.
La idea de que a los padres de James no les gustara era seriamente graciosa. Ellos ya piensan en mí como una hija. James era hijo único por que su madre tuvo algunos problemas cuando él nació, lo que la hizo incapaz de tener más niños, así que me amaba y siempre decía que Carlos y yo éramos parte de su familia. Los amaba también; eran unas personas geniales, amables, divertidas y reflexivas. Exactamente como James, aunque me tomó mucho tiempo ver más allá de su bravuconería.
CAPITULO 20.
Tuve que pasar el rato por los alrededores después de la escuela, esperando a que Carlos y James acabaran su entrenamiento de hockey. Me colé en la pista y me escondí en la parte de atrás así no sería vista. No teníamos permitido estar aquí durante los entrenamientos por que el entrenador decía que las chicas distraían a los jugadores. Amaba ver sus partidos de hockey; había algo en la forma que ellos se deslizaban por el hielo tan rápido y con gracia. Estaban haciendo carreras cortas en este momento, patinando de una línea a otra tan rápido como podían, luego tenían que regatear un disco alrededor de los conos, y al final estaban tomando turnos para disparar a la portería, con mi hermano haciéndolo lo mejor que podía para mantener los discos fuera. Era un gran portero, pero sólo jugaba por diversión. A James por otra parte, le habían ofrecido una beca de atletas completa para una de las mejores universidades del país. Él esperaba convertirse en profesional —en lo que aparentemente tenía muchas posibilidades de hacer, porque tenía a los reclutadores encima.
Me encontré viéndome patinar a James. Lo había observado hacer esto cientos, millones de veces, había algo simplemente hermoso sobre él. Me quitaba la respiración. Estaba mirando la manera en la que sus pies se movían, la manera en la que su desastrado pelo marrón se revolvía cuando patinaba, la manera en la que el hielo se esparcía cuando paraba. Y por supuesto, me di cuenta de cuan increíblemente bueno estaba con ese uniforme.
Me escabullí fuera cuando la práctica terminó y esperé en el coche mientras que James y a Carlos duchaban. Barbi se acercó cuando estaba allí.
—Hola chica —gorgoreó, saltando de arriba a abajo con emoción.
—Hola Barbi, ¿qué pasa contigo? No has estado inhalando esas hierbas otra vez ¿verdad? —bromeé. Era una broma recurrente, Barbi había comprado algunas “hierbas” de un amigo suyo y las encendió en su habitación para limpiar su aura o algo. Terminó siendo marihuana y algo mal corrió calle abajo medio desnuda mientras llamaba a todo el mundo por su teléfono para que vinieran a ver el desfile. Nunca lo superó.
— ¡Ja, ja! No, solo que acabo de hablar con Ashley y me ha dicho que la apuesta por el culo de James llega a ¡1860 dólares! ¿Puedes creerlo? Así que, voy a intentarlo cuando salga del entrenamiento —dijo, saltando en el sitio y mirando alrededor, buscándolo.
Casi me ahogo, ¡1860! ¿Era una broma? ¡Santa mierda! Eso significaba que más de noventa chicas estaban rogándole a mi novio para tener sexo, ofreciéndose en bandeja y yo estaba asustada de que me tocara. Quizás esto no iba a ser tan divertido como pensé en un principio.
Sobre unos cinco minutos después los chicos salieron.
—Hola James, wow, hueles bien —ronroneó Barbi seductoramente, mientras se inclinaba hacia él. Miró hacia ella, con una expresión de horror en su rostro. Mordí mi labio, fuerte, así no me reiría.
—Hola, Barb. Escucha, quizás no te hayas enterado de que tengo novia así que… —se retiró encogiéndose de hombros.
—Eso está bien, no me importa compartir —ronroneó Barbi poniendo una mano sobre su pecho para hacer que se parara delante de ella. Parecía un poco enfadado.
—Barbara, en serio no estoy interesado, vale —movió su mano y entró en el auto, frunciendo el ceño.
Sonreí en modo disculpa hacia mi amiga, porque parecía un poco derrotada.
—Ahí van veinte dólares que no volveré a ver —apuntó. Reí.
—Hey, cuando gané te devolveré los veinte —le giñé un ojo, haciéndola reír cuando me subía al coche.
Hoy era uno de los días que Carlos trabajaba, así que James siempre lo dejaba en el gimnasio, donde trabajaba de lunes a miércoles por la tarde. Luego normalmente me llevaba a casa.
—Mierda, hombre. Creo que he sido golpeado más veces hoy que en toda mi vida. ¿De qué demonios se trata? Le digo a la gente que tengo novia, y toda la tarde la gente ha estado rogándome por sex… —paró abruptamente de hablar, mirándome por el espejo como si hubiera dicho demasiado. Me reí. Bendícelo, ¡no tenía ni idea de que un centenar de chicas cachondas estaban intentando dormir con él por una apuesta!—. ¿Qué es tan gracioso, Ángel? —me preguntó, elevando sus cejas hacia mí por el espejo.
— ¿Quieres saber porque tuviste atención extra hoy? —pregunté, riéndome.
—Sí —contestó, viéndose un poco confundido. Carlos se giró para mirarme desde delante. Sonreí.
—Bueno, hay una apuesta corriendo entre las chicas para ver quién se puede acostar contigo, la primera que lo consiga, gana el bote. Es bastante dinero —declaré, aun sonriendo. Mi hermano estalló en risas, y James casi desvía el coche al otro carril por que estaba muy sorprendido.
— ¿Están haciendo qué? ¿No saben que tengo novia? —gritó, obviamente muy enfadado. Su indignación parecía hacer reír más a mi hermano.
Asentí.
—Sí, por eso lo están haciendo. No les gusta la idea de que estés atado, viendo que tú eres tan liberal, quieren ser las próximas en dormir contigo —me encogí de hombros con desdén, fingiendo que no era gran cosa cuando realmente estaba preocupada. ¿Cuánto tiempo iba a ser capaz de resistir toda esa atención?
— ¿De cuánto es el bote? —preguntó Carlos, con diversión.
—De más de mil ochocientos dólares —reí. James casi nos saca de la carretera otra vez y la boca de mi hermano cayó abierta. Miró hacia James con los ojos llenos de orgullo—. Sí, veinte dólares cada una. Así que eso hace unas noventa chicas queriendo ser las siguientes en acostarse contigo, James —sonreí hacia él por el espejo. Parecía horrorizado, y honestamente, un poco asustado.
— ¡Santa mierda, hombre! —ya sabes, simplemente puedes elegir a una, ¡tirártela y dividir el dinero! —dijo Carlos, emocionado. James le dio la mirada más sucia del mundo, como si él hubiera sugerido que le arrancara la piel a un cachorro o algo. Mi hermano levantó las manos disculpándose—. Estoy bromeando. Jesús. ¡Es una broma! —dijo rápidamente, pero podía ver por su rostro que iba completamente en serio.
— ¡Así que eso es por lo que tu amiga se me abalanzó fuera del auto! ¿Quién demonios esta con esto, Ángel? —preguntó James, sonando realmente enfadado.
—Bueno, Jessica lo está arreglando. Todo el equipo de porristas, la mayoría de las ultimo año, yo, Ashley, Nadine —contesté, nombrando a la gente que sabía, pero James me cortó.
— ¿Tú? —preguntó, con los ojos muy abiertos.
Asentí, riéndome.
—Bueno sí, mil ochocientos dólares es mucho dinero. Eso sí, solo habían doscientos cuarenta cuando entré, pero aun así, me gusta jugar —bromeé, dándole una sonrisa sexy por el espejo.
Carlos parecía que iba a explotar.
— ¿Tú? ¡De ninguna jodida manera! ¿Qué mierda estabas pensando? —me gritó, haciéndome estremecer. Odiaba ver a Carlos enfadado.
—Hermanito, es mucho dinero simplemente pensé, ya sabes, sería divertido. Nunca se sabe. Podría perder mi virginidad con el famoso James Maslow —bromeé, moviendo las cejas hacia él.
Mi hermano comenzó a reír, parecía aliviado; obviamente pensó que estaba bromeando.
Sonreí y miré por la ventana; no era buena mintiendo, si me preguntaba si estaba bromeando tendría que decirle la verdad.
—Jesús, (ta), ¡me asustaste! Creí que ibas en serio —rió, golpeando el hombro deJames, orgulloso—. Mil ochocientos dólares es asombroso,James. Me pregunto a cuantas chicas te podrás tirar en una noche, si ellas se creen que es para ganar la apuesta.
Jadeé. ¡Oh mierda! Genial Carlos, pon eso en su cabeza, ¡estoy segura que es lo que necesita oír ya que su novia no quiere hacerlo!
— ¡Maldición bro! Tengo novia —gritó James, sonando un poco desesperado.
—Sí, lo sé, pero vamos, las chicas van a estar desesperadas por ganar, te apuesto a que puedes conseguir lo que sea —sonrió, moviendo sus cejas.
—Carlos, para. No quiero a nadie más, estoy loco por mi chica. No la voy a joderlo con ella —empezó James, orgulloso. Me sonrió por el espejo y mi respiración comenzó a disminuir mientras mi pánico descendía. Confianza. Necesitaba confiar en él y parar de asumir siempre lo peor.
Dejamos a mi hermano en el gimnasio y fuimos a casa.
— ¿Apostaste veinte dólares a que serías la siguiente en dormir conmigo? —preguntó, sonriendo hacia mí, engreído.
—Exactamente no, la apuesta es sobre la siguiente en cazarte —me encogí de hombros, riendo.
Rió y cogió mi mano mientras conducía.
—No puedo creer que esto esté pasando. Pensé que una vez la gente supiera que no estaba interesado, me dejarían en paz, ¡no que tendría más chicas detrás de mí! De verdad lo siento —frunció el ceño y me besó el dorso de la mano suavemente.
—No te preocupes, no es tu culpa. Supongo que toda esa cosa de la confianza va a ser muy necesaria a partir de ahora, ¿eh? —bromeé, haciendo una media sonrisa, fingiendo no estar preocupada por todas las chicas que querían echarse encima de él en un futuro inmediato.
Llegamos a mi casa y aparcó en su entrada.
— ¿Eh, quieres entrar? Podemos decirles a mis padres que estamos juntos. Les dije que tengo novia y mi madre casi se muere. Te lo juro —dijo, asintiendo hacia su casa con expresión esperanzadora.
—Wow. ¿Todo eso de conocer a los padres ya? —bromeé, fingiendo estar asustada—. Digo: ¿Qué si no les gusto? —pregunté, rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cabeza en su pecho, fingiendo horror. Rió y también lo hice.
La idea de que a los padres de James no les gustara era seriamente graciosa. Ellos ya piensan en mí como una hija. James era hijo único por que su madre tuvo algunos problemas cuando él nació, lo que la hizo incapaz de tener más niños, así que me amaba y siempre decía que Carlos y yo éramos parte de su familia. Los amaba también; eran unas personas geniales, amables, divertidas y reflexivas. Exactamente como James, aunque me tomó mucho tiempo ver más allá de su bravuconería.
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
ha estado genial!!! la rayis ganara la apuesta, por supuesto
y ha subido a 1860$!!!! :quee:
yo no se que haria con tanto dinero...
siguela cuando puedas!!!
besos <3
y ha subido a 1860$!!!! :quee:
yo no se que haria con tanto dinero...
siguela cuando puedas!!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Ahhhh.!!!
Me encanto el capitulo.!!
y hoy es viernes si :DDD
siguela pronto
BESOS
Me encanto el capitulo.!!
y hoy es viernes si :DDD
siguela pronto
BESOS
clau sanchez
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
es mas que obio jajajaja podria ser..laura_33426 escribió:ha estado genial!!! la rayis ganara la apuesta, por supuesto
y ha subido a 1860$!!!! :quee:
yo no se que haria con tanto dinero...
siguela cuando puedas!!!
besos <3
yo tampoco sabria que hacer con el dinero D: pero todo se puede!
ahora la sigo :D con maraton yay bye besos
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
me encanta que te encante !! :DD! sip hoy es viernes ! MARATON MARATON MARATONclau sanchez escribió:Ahhhh.!!!
Me encanto el capitulo.!!
y hoy es viernes si :DDD
siguela pronto
BESOS
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
MARATON MARATON MARATON!!!
Maraton 1/3
CAPITULO 21.
Él tiró de mí hacia su casa, sosteniendo mi mano, y sonriendo con entusiasmo.
— ¿Mamá? ¿Papá? ¿Están en casa? —gritó James, buscando en el salón vacío. Podía oír voces en la cocina.
—Sí, cariño. Estamos aquí —llamó Cathy.
James sonrió feliz y me arrastró a la cocina. Cat estaba horneando galletas y Mike estaba ocupado tratando de comer la mezcla de la galleta directamente del tazón, haciéndola reír y ella le golpeó la mano con la cuchara de madera. Me reí entre dientes de la escena. Ellos siempre eran así, ella era la perfecta ama de casa y madre, y él la adoraba a ella y a James, lo cual era muy dulce.
—Hey, (tn). Cuánto tiempo sin vernos —dijo Mike, agarrándome en un abrazo, lo que hizo que mi corazón se acelerara.
—Hey, Mike, Hola, Cat. ¿Cómo están?—pregunté alegremente.
—¡Estamos muy bien! Amber, te abrazaría pero estoy cubierta de galletas, cariño. —Cat frunció el ceño, levantando sus manos en evidencia.
— ¡Sí, puedo ver eso! Huelen tan bien —le dije, mirando las ya cocidas en el plato sobre el mostrador. Me pasó el plato y felizmente tomé una, sonriendo—. Gracias.
—¡Hey! Dijiste que no podía tomar una porque se estaban enfriando ?se quejó Mike, haciendo pucheros, haciéndome reír; ella cogió una galleta y la lanzó hacia él con un guiño.
—Um, me preguntaba si querían conocer a mi novia. ¿Tal vez ella pudiera cenar con nosotros esta noche? —Sugirió James, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda.
Una sonrisa se extendió a través del rostro de Cat. Se veía tan contenta que realmente pensé que en realidad estaba conteniendo las lágrimas.
— ¡Oh, James! ¡Me encantaría conocerla! Todavía no puedo creer que tengas una novia. ¡Pasaste todo este tiempo diciendo que sólo había una chica para ti y ahora finalmente eres capaz de seguir adelante y salir con alguien! —arrulló, prácticamente rebosante de emoción y orgullo.
—Si bien, mamá, baja el tono un poco, ¿eh? —murmuró James, poniendo los ojos en blanco.
—Entonces, ¿a qué hora viene? ¿La has conocido, (tn)? ¿Es bonita? —preguntó Cat, sonriendo hacia mí. Miré a James, sin saber qué decir.
Toda esta situación era ridícula. ¿Y dijo ella que James siempre había dicho que sólo había una chica para él?
—En realidad, mamá, ella está aquí ahora mismo —dijo James con orgullo, frotando mi espalda suavemente y sonriendo hacia mí. Sus ojos fijos en los míos, haciendo que todo mi cuerpo se sintiera un poco más caliente. Cat saltó y se limpió las manos en un paño, de forma rápida arreglándose el pelo frenéticamente, antes de que ella prácticamente corriera hacia el pasillo. Bueno, ¡raro!
—Mamá, ¿qué estás haciendo? —preguntó James, riendo; me di cuenta de que Mike estaba mirando la mano de James en mi espalda, con una amplia sonrisa en su rostro.
—Bueno, ¿está ella estacionando el automóvil o algo así? ?preguntó Cat, mirando hacia atrás a James antes de mirar a la puerta otra vez. Él se echó a reír más fuerte y Mike y yo reímos también.
—Mamá, ella es mi novia. Su nombre es (tn) Walker. —James sonrió con orgullo hacia mí mientras me presionaba a mí misma más cerca de él.
La cara de Cat reaccionó para mirarme, sorprendida. Poco a poco, su cara volvió a la felicidad, luego dicha completa, mientras reía y corría hacia mí, agarrando a ambos, a James y a mí en un gran abrazo.
— ¡Oh, Dios mío! Al fin, ¿ustedes dos? ¡Por fin! —Ella casi gritó, saltando arriba y abajo en su lugar. James , envolvió su brazo alrededor de mi cintura y me tiró más cerca de él.
—Sí, finalmente —confirmó, poniendo los ojos en blanco, pero luciendo divertido a la vez. Mike llevó la mano hacia James. Se estrecharon las manos en un gesto muy adulto, antes de que lo atrajera en un abrazo de oso. Después que toda la emoción se hubiera apagado, fuimos a cenar. Fue muy agradable estar sentada con los padres de James así, ellos sinceramente no dejaron de sonreír. Cada vez que James y yo nos tocábamos, Cat suspiraba feliz, radiante hacia nosotros.
—¡Bien, ustedes chicos pueden limpiar la mesa! —ordenó a James y Mike mientras agarro mi brazo y tiro de mí hacia la sala de estar.
—Estoy muy feliz por ustedes dos. James te dijo que ha estado enamorado de ti durante años, ¿verdad? ?sonrió.
Mi respiración quedó atrapada en mi garganta por su elección de palabras. ¿Ella pensaba que James estaba enamorado de mí? Él no estaba enamorado de mí, ¿verdad? ¿Realmente él susurró que me amaba ayer por la noche antes de dormirme?
—Emm, me dijo que le gusto desde hace mucho tiempo, sí —murmuré, un poco incómoda.
Ella rodó sus ojos.
—Gustar, cielos ese chico ha estado enamorado de ti desde el principio. Quiero decir, ¡todavía te llama Ángel por el amor de Dios! —Se rió. La miré, confundida.
—¿Qué tiene eso que ver? ?pregunté, frunciendo el ceño. Realmente amaba a Cat, pero a veces podía estar un poco loca.
—¿Nunca te ha dicho por qué te llama así? —preguntó, sonriendo hacia mí. Negué con la cabeza, y rió entre dientes misteriosamente—. La primera vez que te vimos fue en la fiesta del sexto cumpleaños de James. Ustedes no hacía mucho tiempo que se habían mudado y pensamos que estaría bien, ya sabes, invitar a los vecinos a la fiesta —comenzó, asintiendo con entusiasmo.
—Sí, lo recuerdo. Tenían globos por todas partes, y un payaso que hacía trucos de magia?sonreí; los Maslow siempre hicieron las mejores fiestas, incluso fiestas infantiles.
—Así es. Entonces de todos modos, tú y tu hermano vinieron a la fiesta y tan pronto como entraste por la puerta, James se quedó mirándote. Él literalmente no podía apartar sus ojos de ti. Tú sonreíste y le dijiste feliz cumpleaños, pero ni siquiera podía hablar contigo, así que te alejaste para ir a bailar. Se volvió hacia mí, y, ¿sabes qué me dijo? —preguntó, con los ojos lagrimeando. Negué con la cabeza. ¿Qué diablos va a decir ella? ¡Esto me está un poco volviendo loca!? Él dijo en un tono muy serio, “Mamá, ¿estoy muerto?” Y yo dije: “no cariño, no estás muerto”, y él sacudió la cabeza, mirando a todos confundido por algo. Luego señaló hacia ti, que estabas bailando y dijo: “Si no estoy muerto, entonces ¿por qué hay un ángel en nuestra casa?” —dijo, juntando las manos y sonriendo.
Jadeé. ¡Mierda! ¿Es por eso que él me llama Ángel? Mi corazón estaba acelerado y mis palmas sudorosas. Creo que James está realmente enamorado de mí, pero ¿estoy enamorada de él? No lo creo, al menos, no todavía. Pero puedo verme a mí misma fácilmente enamorándome de él.
— ¿Es por eso que me llama así? ¿Hablas en serio? —le pregunté, sin saber si estaba bromeando o no.
—Totalmente. Pregúntale si no me crees, pero desde el momento en que te vio estuvo enamorado de ti, está claro en la mirada en su rostro. Me sorprende que nunca te dieras cuenta. ?Sacudió la cabeza, riéndose entre dientes.
—Nunca me di cuenta porque siempre fue tan malo conmigo. Él siempre me estaba haciendo caer, o tirando de mi pelo, dándome sobrenombres. —Fruncí el ceño. ¿Por qué hacer todo eso si estaba enamorado de mí?
—Tu hermano le hizo mantenerse alejado. Descubrió a James después de su fiesta de cumpleaños ese mismo año y le dijo que se mantuviera alejado de ti —dijo, riendo y sacudiendo la cabeza—. Ese hermano tuyo seguro es protector, bendícelo ?dijo, sonriendo con cariño.
—Sí, lo sé. James y yo hablamos de ello y decidimos ocultarlo de Carlos por un par de semanas, justo hasta que las cosas se calmen. Realmente apreciaría si no le dices nada si lo ves. —Me estremecí ante la idea de James y Carlos peleando. Definitivamente quería poner eso fuera el mayor tiempo posible.
—No voy a decir nada, pero no creo que lo debería dejar mucho tiempo, de lo contrario sólo se volverá más duro. Sonreí agradecida.
—Sí, sólo un par de semanas.
De repente, James saltó por encima del respaldo del sofá y cayó a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi hombro y tirando de mí hacia él. Cuando me volví para sonreírle, me dio un beso, mordisqueando mi labio. Por Dios, ¿se olvidó que su mamá estaba ahí sentada viéndonos? Me aparté rápidamente, haciéndolo gemir.
—Ángel, no te he visto durante todo el día ?se quejó, haciendo pucheros como un niño pequeño. Me reí de la palabra Ángel; ¿realmente me llama así porque pensaba que yo era un Ángel cuando él tenía seis años de edad?
—¿De qué te ríes, hermosa? ?preguntó, acariciando el lado de mi cara con el dorso de un dedo. Me mordí el labio para detenerme y negué con la cabeza.
—Nada —mentí, sonriéndole.
Inclinó la cabeza hacia delante y me besó de nuevo, y me aparté de nuevo.
—James, en serio, tu mamá nos está mirando —le susurré a su cara de cachorro.
Ambos miramos hacia Cat que estaba mirando fijamente con una enorme sonrisa en su rostro, como si estuviera viendo la cosa más linda del mundo. James se levantó y extendió la mano hacia mí.
—Vamos a escuchar algo de música en mi habitación. —Frunció el ceño un poco hacia su mamá que todavía nos miraba como una especie de mujer feliz loca. Agarré su mano y dejé que me levantara y me llevara a su habitación. No había estado en su habitación por años. Creo que la última vez que estuve aquí fue probablemente hace unos dos años cuando entré a cambiarme de ropa después de que tuvimos una enorme guerra de agua y Carlos y yo nos habíamos quedado afuera. Su habitación era la misma que era entonces, pero ahora tenía más cosas en las paredes. Como la camisa de hockey firmada que había conseguido por su cumpleaños de sus padres este año, y sus trofeos que estaban alineados en algunos estantes.
Él puso un poco de música tranquila y me acerqué a la estantería para ver dos fotos enmarcadas. Una de ellas era de Carlos, James y yo en el parque donde habíamos ido para un picnic cuando éramos niños, yo tenía probablemente once o doce años. La otra foto era de mí y mi equipo de baile, tomada en una de las competencias que habíamos entrado. La levanté y la miré con curiosidad.
—Me encanta esa foto ?dijo James, sonriendo hacia ella cuando se puso de pie a mi lado.
La tendí hacia él.
—¿Cuándo tomaste esto?
—Hace unos dos meses en el club de Richmond. Ganaron el primer premio y ustedes estaban saltando por todo el lugar, emocionados. —Sonrió y frotó su pulgar sobre la imagen, antes de ponerla de nuevo abajo.
Me acerqué a su cama y me senté.
—Wow, ¡tu cama es incómoda! No es de extrañar que te guste dormir en la mía ?bromeé, pasando la mano sobre su edredón. Se rió y se sentó a mi lado. No pude dejar de notar que se veía tan guapo cuando se reía. Lo empujé sobre la cama y me moví así estaba ensima sobre él, puse mis antebrazos cerca de su cabeza y me incliné de modo que nuestros rostros casi se tocaban?. Entonces, James, quiero que me digas algo ?Suspiré, pasando mis manos por su pelo.
—¿Puedo besarte primero? Luego voy a responder lo que quieras. ?Su mirada se movió hasta mis labios por una fracción de segundo, antes de regresar a mis ojos.
Bajé mis labios a los suyos. Sus brazos se dirigieron inmediatamente alrededor de mi cintura, tirándome más cerca de él, una de sus manos enredándose en mi pelo. Trazó su lengua por mi labio inferior poco a poco y no lo rechacé esta vez, abrí mi boca, ansiosamente. Su gusto explotó en mi boca mientras deslizaba su lengua dentro, masajeando la mía con pasión, haciéndome gemir. Besar a James parecía ser mejor y mejor cada vez. Estaba ardiendo en la necesidad de que me tocara, pero también estaba consciente de que sus padres estaban al final del pasillo y sabían que estábamos aquí juntos. Me aparté los pocos minutos, ambos estábamos respirando fuerte. Estaba corriendo lentamente sus manos por mi cuerpo, desde la parte superior de mi cabeza hasta la cintura y de vuelta arriba de nuevo, mirándome con amor.
Estaba un poco sorprendida por la mirada en su rostro. Lo que su mamá dijo que era cierto. Él realmente estaba enamorado de mí, podía verlo en sus ojos.
—Entonces, ¿qué es lo que quieres saber, Ángel? ?preguntó, sujetando ambas manos en mi trasero y apretando suavemente. Casi fui distraída, por sus manos; quiero decir, si sólo las movía un poco más abajo y más hacia el centro, ellas estarían exactamente donde mi cuerpo estaba gritando que él estuviera. Sacudí mi cabeza para despejar los pensamientos lujuriosos, y sonreí a su hermoso rostro.
—Quiero saber por qué me llamas Ángel.
Él jadeó y se sonrojó un poco. Sonreí tranquilizadoramente hacia él. Gimió y sacudió la cabeza rápidamente.
—De ninguna manera. No voy a responder eso ?se quejó, dándome la cara de cachorro que no podía resistir.
—Vamos, dijiste que ibas a responder cualquier cosa que quisiera ?animé. Frunció el ceño y sacudió la cabeza. OK, voy a intentar otra táctica?. ¿Por favor? —Supliqué, picoteando sus labios?. ¿Por favor? ?Susurré, besándolo de nuevo?. ¿Por favor?
Gimió y tomó una respiración profunda mientras lo besaba por el cuello.
—Te llamo Ángel, porque, honestamente creo que Dios puso un ángel en la tierra sólo para mí ?admitió, tomando mi rostro en sus manos haciéndome mirarlo.
Tomé una bocanada de aire inestable. Así que era cierto lo que dijo Cat. Mi corazón estaba acelerado en mi pecho mientras seguía hablando?. La primera vez que te vi pensé que eras un ángel directamente del cielo. Eras tan hermosa que me dejaste sin aliento. Todavía lo haces, todos los días.
—Eso tiene que ser la cosa más dulce que jamás he escuchado, James?murmuré, besándolo cariñosamente. Me devolvió el beso y rodó así que estaba debajo de él?. Podría besarte todo el día ?susurré, mientras besaba por mi cuello, mordisqueando suavemente sobre la piel y haciéndome gemir jadeante.
—Mmm, eso suena como un buen plan ?murmuró contra mi piel. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y tiré de él más cerca de mí, besándolo con todo lo que tenía. Me sujetó los brazos por encima de mi cabeza y me besó de nuevo antes de trazar besos a través de mi mejilla hacia mi oído?. Te amo, Ángel —susurró.
Mi corazón se detuvo y mi cuerpo comenzó a temblar, pero no sabía qué decir.
—Yo... Yo... James... Yo...
Me besó de nuevo, impidiéndome hablar. Sentí su agarre aflojar en mis muñecas, así que envolví mis brazos alrededor de su cuello, tirando de él hacia mí.
—No tienes que decir nada. Me he sentido así sobre ti durante años, pero apenas has dejado de mirarme como el mejor amigo idiota de tu hermano. Sólo quería decir las palabras para ti, eso es todo. He estado esperando para decirlas durante mucho tiempo —dijo, alejando mi pelo de mi cara. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo besé con fuerza por toda su cara, antes de finalmente besarlo en su boca perfecta.
Maraton 1/3
CAPITULO 21.
Él tiró de mí hacia su casa, sosteniendo mi mano, y sonriendo con entusiasmo.
— ¿Mamá? ¿Papá? ¿Están en casa? —gritó James, buscando en el salón vacío. Podía oír voces en la cocina.
—Sí, cariño. Estamos aquí —llamó Cathy.
James sonrió feliz y me arrastró a la cocina. Cat estaba horneando galletas y Mike estaba ocupado tratando de comer la mezcla de la galleta directamente del tazón, haciéndola reír y ella le golpeó la mano con la cuchara de madera. Me reí entre dientes de la escena. Ellos siempre eran así, ella era la perfecta ama de casa y madre, y él la adoraba a ella y a James, lo cual era muy dulce.
—Hey, (tn). Cuánto tiempo sin vernos —dijo Mike, agarrándome en un abrazo, lo que hizo que mi corazón se acelerara.
—Hey, Mike, Hola, Cat. ¿Cómo están?—pregunté alegremente.
—¡Estamos muy bien! Amber, te abrazaría pero estoy cubierta de galletas, cariño. —Cat frunció el ceño, levantando sus manos en evidencia.
— ¡Sí, puedo ver eso! Huelen tan bien —le dije, mirando las ya cocidas en el plato sobre el mostrador. Me pasó el plato y felizmente tomé una, sonriendo—. Gracias.
—¡Hey! Dijiste que no podía tomar una porque se estaban enfriando ?se quejó Mike, haciendo pucheros, haciéndome reír; ella cogió una galleta y la lanzó hacia él con un guiño.
—Um, me preguntaba si querían conocer a mi novia. ¿Tal vez ella pudiera cenar con nosotros esta noche? —Sugirió James, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda.
Una sonrisa se extendió a través del rostro de Cat. Se veía tan contenta que realmente pensé que en realidad estaba conteniendo las lágrimas.
— ¡Oh, James! ¡Me encantaría conocerla! Todavía no puedo creer que tengas una novia. ¡Pasaste todo este tiempo diciendo que sólo había una chica para ti y ahora finalmente eres capaz de seguir adelante y salir con alguien! —arrulló, prácticamente rebosante de emoción y orgullo.
—Si bien, mamá, baja el tono un poco, ¿eh? —murmuró James, poniendo los ojos en blanco.
—Entonces, ¿a qué hora viene? ¿La has conocido, (tn)? ¿Es bonita? —preguntó Cat, sonriendo hacia mí. Miré a James, sin saber qué decir.
Toda esta situación era ridícula. ¿Y dijo ella que James siempre había dicho que sólo había una chica para él?
—En realidad, mamá, ella está aquí ahora mismo —dijo James con orgullo, frotando mi espalda suavemente y sonriendo hacia mí. Sus ojos fijos en los míos, haciendo que todo mi cuerpo se sintiera un poco más caliente. Cat saltó y se limpió las manos en un paño, de forma rápida arreglándose el pelo frenéticamente, antes de que ella prácticamente corriera hacia el pasillo. Bueno, ¡raro!
—Mamá, ¿qué estás haciendo? —preguntó James, riendo; me di cuenta de que Mike estaba mirando la mano de James en mi espalda, con una amplia sonrisa en su rostro.
—Bueno, ¿está ella estacionando el automóvil o algo así? ?preguntó Cat, mirando hacia atrás a James antes de mirar a la puerta otra vez. Él se echó a reír más fuerte y Mike y yo reímos también.
—Mamá, ella es mi novia. Su nombre es (tn) Walker. —James sonrió con orgullo hacia mí mientras me presionaba a mí misma más cerca de él.
La cara de Cat reaccionó para mirarme, sorprendida. Poco a poco, su cara volvió a la felicidad, luego dicha completa, mientras reía y corría hacia mí, agarrando a ambos, a James y a mí en un gran abrazo.
— ¡Oh, Dios mío! Al fin, ¿ustedes dos? ¡Por fin! —Ella casi gritó, saltando arriba y abajo en su lugar. James , envolvió su brazo alrededor de mi cintura y me tiró más cerca de él.
—Sí, finalmente —confirmó, poniendo los ojos en blanco, pero luciendo divertido a la vez. Mike llevó la mano hacia James. Se estrecharon las manos en un gesto muy adulto, antes de que lo atrajera en un abrazo de oso. Después que toda la emoción se hubiera apagado, fuimos a cenar. Fue muy agradable estar sentada con los padres de James así, ellos sinceramente no dejaron de sonreír. Cada vez que James y yo nos tocábamos, Cat suspiraba feliz, radiante hacia nosotros.
—¡Bien, ustedes chicos pueden limpiar la mesa! —ordenó a James y Mike mientras agarro mi brazo y tiro de mí hacia la sala de estar.
—Estoy muy feliz por ustedes dos. James te dijo que ha estado enamorado de ti durante años, ¿verdad? ?sonrió.
Mi respiración quedó atrapada en mi garganta por su elección de palabras. ¿Ella pensaba que James estaba enamorado de mí? Él no estaba enamorado de mí, ¿verdad? ¿Realmente él susurró que me amaba ayer por la noche antes de dormirme?
—Emm, me dijo que le gusto desde hace mucho tiempo, sí —murmuré, un poco incómoda.
Ella rodó sus ojos.
—Gustar, cielos ese chico ha estado enamorado de ti desde el principio. Quiero decir, ¡todavía te llama Ángel por el amor de Dios! —Se rió. La miré, confundida.
—¿Qué tiene eso que ver? ?pregunté, frunciendo el ceño. Realmente amaba a Cat, pero a veces podía estar un poco loca.
—¿Nunca te ha dicho por qué te llama así? —preguntó, sonriendo hacia mí. Negué con la cabeza, y rió entre dientes misteriosamente—. La primera vez que te vimos fue en la fiesta del sexto cumpleaños de James. Ustedes no hacía mucho tiempo que se habían mudado y pensamos que estaría bien, ya sabes, invitar a los vecinos a la fiesta —comenzó, asintiendo con entusiasmo.
—Sí, lo recuerdo. Tenían globos por todas partes, y un payaso que hacía trucos de magia?sonreí; los Maslow siempre hicieron las mejores fiestas, incluso fiestas infantiles.
—Así es. Entonces de todos modos, tú y tu hermano vinieron a la fiesta y tan pronto como entraste por la puerta, James se quedó mirándote. Él literalmente no podía apartar sus ojos de ti. Tú sonreíste y le dijiste feliz cumpleaños, pero ni siquiera podía hablar contigo, así que te alejaste para ir a bailar. Se volvió hacia mí, y, ¿sabes qué me dijo? —preguntó, con los ojos lagrimeando. Negué con la cabeza. ¿Qué diablos va a decir ella? ¡Esto me está un poco volviendo loca!? Él dijo en un tono muy serio, “Mamá, ¿estoy muerto?” Y yo dije: “no cariño, no estás muerto”, y él sacudió la cabeza, mirando a todos confundido por algo. Luego señaló hacia ti, que estabas bailando y dijo: “Si no estoy muerto, entonces ¿por qué hay un ángel en nuestra casa?” —dijo, juntando las manos y sonriendo.
Jadeé. ¡Mierda! ¿Es por eso que él me llama Ángel? Mi corazón estaba acelerado y mis palmas sudorosas. Creo que James está realmente enamorado de mí, pero ¿estoy enamorada de él? No lo creo, al menos, no todavía. Pero puedo verme a mí misma fácilmente enamorándome de él.
— ¿Es por eso que me llama así? ¿Hablas en serio? —le pregunté, sin saber si estaba bromeando o no.
—Totalmente. Pregúntale si no me crees, pero desde el momento en que te vio estuvo enamorado de ti, está claro en la mirada en su rostro. Me sorprende que nunca te dieras cuenta. ?Sacudió la cabeza, riéndose entre dientes.
—Nunca me di cuenta porque siempre fue tan malo conmigo. Él siempre me estaba haciendo caer, o tirando de mi pelo, dándome sobrenombres. —Fruncí el ceño. ¿Por qué hacer todo eso si estaba enamorado de mí?
—Tu hermano le hizo mantenerse alejado. Descubrió a James después de su fiesta de cumpleaños ese mismo año y le dijo que se mantuviera alejado de ti —dijo, riendo y sacudiendo la cabeza—. Ese hermano tuyo seguro es protector, bendícelo ?dijo, sonriendo con cariño.
—Sí, lo sé. James y yo hablamos de ello y decidimos ocultarlo de Carlos por un par de semanas, justo hasta que las cosas se calmen. Realmente apreciaría si no le dices nada si lo ves. —Me estremecí ante la idea de James y Carlos peleando. Definitivamente quería poner eso fuera el mayor tiempo posible.
—No voy a decir nada, pero no creo que lo debería dejar mucho tiempo, de lo contrario sólo se volverá más duro. Sonreí agradecida.
—Sí, sólo un par de semanas.
De repente, James saltó por encima del respaldo del sofá y cayó a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi hombro y tirando de mí hacia él. Cuando me volví para sonreírle, me dio un beso, mordisqueando mi labio. Por Dios, ¿se olvidó que su mamá estaba ahí sentada viéndonos? Me aparté rápidamente, haciéndolo gemir.
—Ángel, no te he visto durante todo el día ?se quejó, haciendo pucheros como un niño pequeño. Me reí de la palabra Ángel; ¿realmente me llama así porque pensaba que yo era un Ángel cuando él tenía seis años de edad?
—¿De qué te ríes, hermosa? ?preguntó, acariciando el lado de mi cara con el dorso de un dedo. Me mordí el labio para detenerme y negué con la cabeza.
—Nada —mentí, sonriéndole.
Inclinó la cabeza hacia delante y me besó de nuevo, y me aparté de nuevo.
—James, en serio, tu mamá nos está mirando —le susurré a su cara de cachorro.
Ambos miramos hacia Cat que estaba mirando fijamente con una enorme sonrisa en su rostro, como si estuviera viendo la cosa más linda del mundo. James se levantó y extendió la mano hacia mí.
—Vamos a escuchar algo de música en mi habitación. —Frunció el ceño un poco hacia su mamá que todavía nos miraba como una especie de mujer feliz loca. Agarré su mano y dejé que me levantara y me llevara a su habitación. No había estado en su habitación por años. Creo que la última vez que estuve aquí fue probablemente hace unos dos años cuando entré a cambiarme de ropa después de que tuvimos una enorme guerra de agua y Carlos y yo nos habíamos quedado afuera. Su habitación era la misma que era entonces, pero ahora tenía más cosas en las paredes. Como la camisa de hockey firmada que había conseguido por su cumpleaños de sus padres este año, y sus trofeos que estaban alineados en algunos estantes.
Él puso un poco de música tranquila y me acerqué a la estantería para ver dos fotos enmarcadas. Una de ellas era de Carlos, James y yo en el parque donde habíamos ido para un picnic cuando éramos niños, yo tenía probablemente once o doce años. La otra foto era de mí y mi equipo de baile, tomada en una de las competencias que habíamos entrado. La levanté y la miré con curiosidad.
—Me encanta esa foto ?dijo James, sonriendo hacia ella cuando se puso de pie a mi lado.
La tendí hacia él.
—¿Cuándo tomaste esto?
—Hace unos dos meses en el club de Richmond. Ganaron el primer premio y ustedes estaban saltando por todo el lugar, emocionados. —Sonrió y frotó su pulgar sobre la imagen, antes de ponerla de nuevo abajo.
Me acerqué a su cama y me senté.
—Wow, ¡tu cama es incómoda! No es de extrañar que te guste dormir en la mía ?bromeé, pasando la mano sobre su edredón. Se rió y se sentó a mi lado. No pude dejar de notar que se veía tan guapo cuando se reía. Lo empujé sobre la cama y me moví así estaba ensima sobre él, puse mis antebrazos cerca de su cabeza y me incliné de modo que nuestros rostros casi se tocaban?. Entonces, James, quiero que me digas algo ?Suspiré, pasando mis manos por su pelo.
—¿Puedo besarte primero? Luego voy a responder lo que quieras. ?Su mirada se movió hasta mis labios por una fracción de segundo, antes de regresar a mis ojos.
Bajé mis labios a los suyos. Sus brazos se dirigieron inmediatamente alrededor de mi cintura, tirándome más cerca de él, una de sus manos enredándose en mi pelo. Trazó su lengua por mi labio inferior poco a poco y no lo rechacé esta vez, abrí mi boca, ansiosamente. Su gusto explotó en mi boca mientras deslizaba su lengua dentro, masajeando la mía con pasión, haciéndome gemir. Besar a James parecía ser mejor y mejor cada vez. Estaba ardiendo en la necesidad de que me tocara, pero también estaba consciente de que sus padres estaban al final del pasillo y sabían que estábamos aquí juntos. Me aparté los pocos minutos, ambos estábamos respirando fuerte. Estaba corriendo lentamente sus manos por mi cuerpo, desde la parte superior de mi cabeza hasta la cintura y de vuelta arriba de nuevo, mirándome con amor.
Estaba un poco sorprendida por la mirada en su rostro. Lo que su mamá dijo que era cierto. Él realmente estaba enamorado de mí, podía verlo en sus ojos.
—Entonces, ¿qué es lo que quieres saber, Ángel? ?preguntó, sujetando ambas manos en mi trasero y apretando suavemente. Casi fui distraída, por sus manos; quiero decir, si sólo las movía un poco más abajo y más hacia el centro, ellas estarían exactamente donde mi cuerpo estaba gritando que él estuviera. Sacudí mi cabeza para despejar los pensamientos lujuriosos, y sonreí a su hermoso rostro.
—Quiero saber por qué me llamas Ángel.
Él jadeó y se sonrojó un poco. Sonreí tranquilizadoramente hacia él. Gimió y sacudió la cabeza rápidamente.
—De ninguna manera. No voy a responder eso ?se quejó, dándome la cara de cachorro que no podía resistir.
—Vamos, dijiste que ibas a responder cualquier cosa que quisiera ?animé. Frunció el ceño y sacudió la cabeza. OK, voy a intentar otra táctica?. ¿Por favor? —Supliqué, picoteando sus labios?. ¿Por favor? ?Susurré, besándolo de nuevo?. ¿Por favor?
Gimió y tomó una respiración profunda mientras lo besaba por el cuello.
—Te llamo Ángel, porque, honestamente creo que Dios puso un ángel en la tierra sólo para mí ?admitió, tomando mi rostro en sus manos haciéndome mirarlo.
Tomé una bocanada de aire inestable. Así que era cierto lo que dijo Cat. Mi corazón estaba acelerado en mi pecho mientras seguía hablando?. La primera vez que te vi pensé que eras un ángel directamente del cielo. Eras tan hermosa que me dejaste sin aliento. Todavía lo haces, todos los días.
—Eso tiene que ser la cosa más dulce que jamás he escuchado, James?murmuré, besándolo cariñosamente. Me devolvió el beso y rodó así que estaba debajo de él?. Podría besarte todo el día ?susurré, mientras besaba por mi cuello, mordisqueando suavemente sobre la piel y haciéndome gemir jadeante.
—Mmm, eso suena como un buen plan ?murmuró contra mi piel. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y tiré de él más cerca de mí, besándolo con todo lo que tenía. Me sujetó los brazos por encima de mi cabeza y me besó de nuevo antes de trazar besos a través de mi mejilla hacia mi oído?. Te amo, Ángel —susurró.
Mi corazón se detuvo y mi cuerpo comenzó a temblar, pero no sabía qué decir.
—Yo... Yo... James... Yo...
Me besó de nuevo, impidiéndome hablar. Sentí su agarre aflojar en mis muñecas, así que envolví mis brazos alrededor de su cuello, tirando de él hacia mí.
—No tienes que decir nada. Me he sentido así sobre ti durante años, pero apenas has dejado de mirarme como el mejor amigo idiota de tu hermano. Sólo quería decir las palabras para ti, eso es todo. He estado esperando para decirlas durante mucho tiempo —dijo, alejando mi pelo de mi cara. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo besé con fuerza por toda su cara, antes de finalmente besarlo en su boca perfecta.
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Maraton 2/3
CAPITULO 22.
Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con James todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve! Carlos ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.
—Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarlo de mí.
Gimió.
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.
—James no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Carlos se estará preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba mi oreja. Sacudió su cabeza.
—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.
—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije, encogiéndome de hombros. Suspiró con resignación.
—Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta.
—Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.
—Adiós Cat. Adiós Mike —dije.
—Adiós cariño —respondió Mike, sin sacar los ojos de la televisión. Cat me sonrió.
—Adiós (tn). ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.
James rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.
Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a James mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y eso que sólo vivía como a 9 metros.
Carlos estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.
— ¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado! Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
—Lo siento, estaba en lo de James. Cat me invitó a que me quedara a cenar, y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola —dije encogiéndome de hombros.
— ¡Amo las cenas de Cat! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.
—(ta), espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
— ¿Qué pasa? —pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo. Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
— ¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? —pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas. La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido.
Sacudió su cabeza.
—Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por qué preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente. Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
— ¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor.
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Carlos dijo:
—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo —escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo.
Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Carlos y James entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta.
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a mi hermano, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor.
Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Carlos.
—Carlos, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo —dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como el de James.
Oh, gracias a Dios, ¡James está aquí! La carrera de mi corazón comenzó a ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya.
Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer. Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con James, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabía. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
— ¿Estás bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía. Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y suspire. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón.
Levanté la vista para ver a Carlos sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a James. Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de James, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto. Carlos caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de James, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
—Demonios,(tn). ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir! Mierda, me asustaste —despotricó mientras me mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije débilmente. Mire hacia a James, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.
— ¿Dónde está James? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh Dios, me dejó!
Carlos me abrazó más fuerte.
—Shh está bien. Sólo respira, shh —murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.
— ¡Mierda! —jadeó Carlos al mirarme—. ¡James, vuelve aquí rápido! —casi gritó.
James corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.
Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a James gratamente. Carlos se veía mordazmente enojado.
— ¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió enojado.
—Mira Carlos, tú y yo hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo que ha pasado. Necesito asegurarme de que ella esté bien —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación. Mi hermano me miró arrepentido y asintió.
—Lo siento, (tn), pero tenía que decírtelo, asegurarme que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo mi hermano tomando mi mano.
Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como una mueca.
—Lo sé hermanito. Siento haberme vuelto loca y asustarte. —Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.
—Está bien. Sólo, no lo hagas de nuevo —dijo sonriéndome. Reí débilmente y asentí.
James me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Carlos observaba cada movimiento de James, mirándolo enojado.
—Deja de mirarlo así Carlos, él no ha hecho nada malo —dije frunciendo el ceño.
Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de hablar.
—Ustedes dos están juntos —dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómoda en mi asiento. De acuerdo, demasiado para un par de semanas.
—Sí —respondió James asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor. Me encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba comenzar a golpear a mi novio.
— ¿Desde hace cuánto? —preguntó, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.
—Desde el viernes —respondió James en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabía que era mi culpa, porque le había pedido que mintiera sobre esto.
—Él te lo quiso decir de inmediato Carlos, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi hermano, poniendo carita de cachorro.
—Te gusta, ¿(tn)? —pregunto, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.
—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y no fuera a culpar a James por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí.
Él asintió pero no abrió sus ojos.
— ¿Qué fue lo que hiciste, James? ¿Cómo hiciste eso? ¿Calmarla de esa forma? —preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.
—No lo sé. Es sólo algo que la calma, eso es todo. Siempre lo ha hecho —dijo James con un encogimiento de hombros.
— ¿Qué siempre lo ha hecho? ¿Cuándo lo hiciste antes? —preguntó Carlos, pareciendo confundido.
—Sí, he tenido que tranquilizarla un par de veces —respondió James tristemente.
Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.
— ¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso —protestó mi hermano, negando con su cabeza, pareciendo confundido.
Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que James duerme en mi cuarto.
Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Carlos estuviera de acuerdo, y no muy enojado con su mejor amigo. James me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto se iba a saber tarde o temprano.
—Carlos, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de James, en caso de que mi hermano se lanzara hacia él o algo. Mi pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi novio.
—Carlos, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió James. Él lo miró, con su expresión aún más confundida—. Cuando tenía diez, la vi a través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama —Carlos lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche siguiente y la siguiente. Ella lloraba y yo entraba a hurtadillas por su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo James frunciendo un poco.
Carlos saltó con su puño en alto. Sus ojos estrechos miraban a James. Tan rápido como un rayo, James me agarró del brazo y me puso detrás de él, protectoramente. Los ojos de Carlos, llamearon antes de que su rostro se calmara.
— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó mi hermano, jadeando y mirando a James intensamente.
— ¿Hacer qué? —preguntó James, aun sosteniéndome detrás de él.
—Poner a mi hermana detrás de ti de esa forma —dijo, completamente calmado ahora.
James sacudió su cabeza, como si no terminara de entender la pregunta.
—Es sólo que no quiero que salga lastimada, eso es todo. Carlos volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su cabello.
— ¿De verdad te gusta mi hermana? —preguntó mirando el piso.
—Carlos, estoy enamorado de tu hermana, lo sabes —James se sentó en el sofá y me hizo sentar junto a él. Mi hermano asintió.
—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños —declaró, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las cosas.
—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba intentando decirte. Ella solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarla cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede dormir bien, sin el otro ahí —admitió James, frunciendo el ceño. El rostro de Carlos se endureció.
— ¿Aún duermes en su cuarto? ¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, James. ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió mi hermano, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con sus puños cerrados otra vez.
Apreté los ojos. ¡Oh, Dios, aquí viene! Levanté mis manos, intentando detenerlo.
—Carlos, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo el tiempo? —pregunté desesperada. Necesitaba hacerlo entrar en razón antes de que terminaran peleando.
Asintió y cerró los ojos, pestañeó.
—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo así.
Asentí.
—Sí, tenía nueve. Eso fue cuando James comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a James —dije sonriendo, y apretando la mano de James.
— ¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo —protestó Carlos.
—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo pesadillas aun cuando estabas ahí —lo contrarié. Se estremeció y asintió, probablemente recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde entonces, y la única vez que las he tenido ha sido cuando James no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo —expliqué mirando a mi hermano, viendo la comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento.
James acariciaba mi mano, Carlos sólo miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, finalmente miró a James.
—James, si lastimas a mi hermana, mejor amigo o no, te mataré —le advirtió Carlos. Podía ver que lo decía en serio.
—No lo haré, lo prometo —juró James, con una sonrisa tranquilizadora.
—De acuerdo, entonces me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a dormir —instruyó Carlos parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.
Miré a James, se veía tan anonadado como yo me sentía.
—Wow, eso fue más fácil de lo que hubiera imaginado —reflexionó, sonriéndome mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro. Sonreí, complacida de que esto finalmente saliera a la luz.
— ¿Quieres ir a la cama James? No estoy de humor para hacer tareas, sólo quiero dormir. —Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a él, sosteniéndome por un rato.
Asintió y besó mi nariz.
—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Carlos llamó y dijo que tú estabas mal, así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba. —Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo mirándome con una sonrisa triste.
—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te veré cuando estés listo —dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.
—Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Carlos sabe? —sonrió.
Reí con su emoción, pero negué con la cabeza.
—No, tus padres podrían verte… a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.
Sonrió felizmente.
—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu cama. Nunca he hecho eso antes.
Saqué mis llaves y se las pasé.
—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿sí? —lo besé en la mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.
Eran casi las diez pero mi cuerpo se sentía tan exhausto por todo el drama emocional, que me sentía como si no hubiera dormido en días. Me saqué la ropa y me metí en mi camiseta favorita, que solía ser de James. Me dormí de inmediato. Un par de minutos después, sentí dos brazos rodeándome y una pesada pierna deslizarse sobre la mía. Sonreí y me presioné contra él. Mi novio. Al único que necesitaba cuando las cosas se ponían mal.
Es raro, pero cuando Carlos me alejó de James esta noche, me sentí extraña, como si hubiera dejado mi corazón detrás. No me di cuenta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectada a él. Literalmente lo era todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras él estuviera conmigo, estaría bien.
Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar:
—Te amo —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras.
CAPITULO 22.
Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con James todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve! Carlos ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.
—Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarlo de mí.
Gimió.
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.
—James no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Carlos se estará preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba mi oreja. Sacudió su cabeza.
—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.
—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije, encogiéndome de hombros. Suspiró con resignación.
—Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta.
—Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.
—Adiós Cat. Adiós Mike —dije.
—Adiós cariño —respondió Mike, sin sacar los ojos de la televisión. Cat me sonrió.
—Adiós (tn). ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.
James rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.
Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a James mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y eso que sólo vivía como a 9 metros.
Carlos estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.
— ¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado! Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
—Lo siento, estaba en lo de James. Cat me invitó a que me quedara a cenar, y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola —dije encogiéndome de hombros.
— ¡Amo las cenas de Cat! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.
—(ta), espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
— ¿Qué pasa? —pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo. Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
— ¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? —pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas. La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido.
Sacudió su cabeza.
—Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por qué preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente. Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
— ¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor.
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Carlos dijo:
—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo —escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo.
Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Carlos y James entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta.
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a mi hermano, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor.
Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Carlos.
—Carlos, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo —dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como el de James.
Oh, gracias a Dios, ¡James está aquí! La carrera de mi corazón comenzó a ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya.
Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer. Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con James, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabía. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
— ¿Estás bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía. Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y suspire. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón.
Levanté la vista para ver a Carlos sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a James. Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de James, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto. Carlos caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de James, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
—Demonios,(tn). ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir! Mierda, me asustaste —despotricó mientras me mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije débilmente. Mire hacia a James, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.
— ¿Dónde está James? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh Dios, me dejó!
Carlos me abrazó más fuerte.
—Shh está bien. Sólo respira, shh —murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.
— ¡Mierda! —jadeó Carlos al mirarme—. ¡James, vuelve aquí rápido! —casi gritó.
James corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.
Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a James gratamente. Carlos se veía mordazmente enojado.
— ¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió enojado.
—Mira Carlos, tú y yo hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo que ha pasado. Necesito asegurarme de que ella esté bien —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación. Mi hermano me miró arrepentido y asintió.
—Lo siento, (tn), pero tenía que decírtelo, asegurarme que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo mi hermano tomando mi mano.
Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como una mueca.
—Lo sé hermanito. Siento haberme vuelto loca y asustarte. —Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.
—Está bien. Sólo, no lo hagas de nuevo —dijo sonriéndome. Reí débilmente y asentí.
James me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Carlos observaba cada movimiento de James, mirándolo enojado.
—Deja de mirarlo así Carlos, él no ha hecho nada malo —dije frunciendo el ceño.
Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de hablar.
—Ustedes dos están juntos —dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómoda en mi asiento. De acuerdo, demasiado para un par de semanas.
—Sí —respondió James asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor. Me encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba comenzar a golpear a mi novio.
— ¿Desde hace cuánto? —preguntó, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.
—Desde el viernes —respondió James en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabía que era mi culpa, porque le había pedido que mintiera sobre esto.
—Él te lo quiso decir de inmediato Carlos, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi hermano, poniendo carita de cachorro.
—Te gusta, ¿(tn)? —pregunto, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.
—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y no fuera a culpar a James por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí.
Él asintió pero no abrió sus ojos.
— ¿Qué fue lo que hiciste, James? ¿Cómo hiciste eso? ¿Calmarla de esa forma? —preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.
—No lo sé. Es sólo algo que la calma, eso es todo. Siempre lo ha hecho —dijo James con un encogimiento de hombros.
— ¿Qué siempre lo ha hecho? ¿Cuándo lo hiciste antes? —preguntó Carlos, pareciendo confundido.
—Sí, he tenido que tranquilizarla un par de veces —respondió James tristemente.
Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.
— ¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso —protestó mi hermano, negando con su cabeza, pareciendo confundido.
Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que James duerme en mi cuarto.
Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Carlos estuviera de acuerdo, y no muy enojado con su mejor amigo. James me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto se iba a saber tarde o temprano.
—Carlos, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de James, en caso de que mi hermano se lanzara hacia él o algo. Mi pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi novio.
—Carlos, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió James. Él lo miró, con su expresión aún más confundida—. Cuando tenía diez, la vi a través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama —Carlos lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche siguiente y la siguiente. Ella lloraba y yo entraba a hurtadillas por su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo James frunciendo un poco.
Carlos saltó con su puño en alto. Sus ojos estrechos miraban a James. Tan rápido como un rayo, James me agarró del brazo y me puso detrás de él, protectoramente. Los ojos de Carlos, llamearon antes de que su rostro se calmara.
— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó mi hermano, jadeando y mirando a James intensamente.
— ¿Hacer qué? —preguntó James, aun sosteniéndome detrás de él.
—Poner a mi hermana detrás de ti de esa forma —dijo, completamente calmado ahora.
James sacudió su cabeza, como si no terminara de entender la pregunta.
—Es sólo que no quiero que salga lastimada, eso es todo. Carlos volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su cabello.
— ¿De verdad te gusta mi hermana? —preguntó mirando el piso.
—Carlos, estoy enamorado de tu hermana, lo sabes —James se sentó en el sofá y me hizo sentar junto a él. Mi hermano asintió.
—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños —declaró, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las cosas.
—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba intentando decirte. Ella solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarla cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede dormir bien, sin el otro ahí —admitió James, frunciendo el ceño. El rostro de Carlos se endureció.
— ¿Aún duermes en su cuarto? ¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, James. ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió mi hermano, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con sus puños cerrados otra vez.
Apreté los ojos. ¡Oh, Dios, aquí viene! Levanté mis manos, intentando detenerlo.
—Carlos, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo el tiempo? —pregunté desesperada. Necesitaba hacerlo entrar en razón antes de que terminaran peleando.
Asintió y cerró los ojos, pestañeó.
—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo así.
Asentí.
—Sí, tenía nueve. Eso fue cuando James comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a James —dije sonriendo, y apretando la mano de James.
— ¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo —protestó Carlos.
—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo pesadillas aun cuando estabas ahí —lo contrarié. Se estremeció y asintió, probablemente recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde entonces, y la única vez que las he tenido ha sido cuando James no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo —expliqué mirando a mi hermano, viendo la comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento.
James acariciaba mi mano, Carlos sólo miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, finalmente miró a James.
—James, si lastimas a mi hermana, mejor amigo o no, te mataré —le advirtió Carlos. Podía ver que lo decía en serio.
—No lo haré, lo prometo —juró James, con una sonrisa tranquilizadora.
—De acuerdo, entonces me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a dormir —instruyó Carlos parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.
Miré a James, se veía tan anonadado como yo me sentía.
—Wow, eso fue más fácil de lo que hubiera imaginado —reflexionó, sonriéndome mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro. Sonreí, complacida de que esto finalmente saliera a la luz.
— ¿Quieres ir a la cama James? No estoy de humor para hacer tareas, sólo quiero dormir. —Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a él, sosteniéndome por un rato.
Asintió y besó mi nariz.
—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Carlos llamó y dijo que tú estabas mal, así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba. —Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo mirándome con una sonrisa triste.
—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te veré cuando estés listo —dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.
—Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Carlos sabe? —sonrió.
Reí con su emoción, pero negué con la cabeza.
—No, tus padres podrían verte… a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.
Sonrió felizmente.
—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu cama. Nunca he hecho eso antes.
Saqué mis llaves y se las pasé.
—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿sí? —lo besé en la mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.
Eran casi las diez pero mi cuerpo se sentía tan exhausto por todo el drama emocional, que me sentía como si no hubiera dormido en días. Me saqué la ropa y me metí en mi camiseta favorita, que solía ser de James. Me dormí de inmediato. Un par de minutos después, sentí dos brazos rodeándome y una pesada pierna deslizarse sobre la mía. Sonreí y me presioné contra él. Mi novio. Al único que necesitaba cuando las cosas se ponían mal.
Es raro, pero cuando Carlos me alejó de James esta noche, me sentí extraña, como si hubiera dejado mi corazón detrás. No me di cuenta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectada a él. Literalmente lo era todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras él estuviera conmigo, estaría bien.
Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar:
—Te amo —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras.
valeerusher
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