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El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Maraton 3/3
CAPITULO 23.
Me desperté a las seis cuando mi alarma sonó. Gruñí porque había olvidado cancelarla. Supongo que no necesito sacarlo de mi cama temprano, ya no. Me di vuelta y abracé a james. Siempre dormía a pesar del sonido de la arma; juro que él dormiría mientras un terremoto tuviera lugar y no despertaría. Lo codeé ligeramente, diciendo jugarle una broma.
—Seis en punto —dije, codeándolo de nuevo.
Gruñó y lentamente se levantó de la cama, todavía medio dormido.
—Bien, Ángel. Te quiero; te veré después. —Besó mi frente y salió de la cama, sus ojos apenas abiertos. No pude evitarlo, rompí en carcajadas. Me miró, confundido?. ¡Shh! ¿De qué te estás riendo? —preguntó, frunciendo el ceño, poniéndose sus jeans.
—De ti —lo provoqué, sonriendo felizmente.
— ¿Qué hay conmigo? ¿Qué he hecho? —susurró, trepando de vuelta a la cama y arrastrándose sobre mí. Presionó cada centímetro de su cuerpo contra el mío pero aun así mantuvo su peso lejos de mí de alguna manera. Miró a mis ojos, sonriendo felizmente por un rato, y luego el entendimiento cruzó su rostro?. ¡Mierda! ¡Tu hermano sabe! Entonces, ¿por qué diablos me despertaste, Ángel? No tengo que irme —lloriqueó.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo empujé para un largo beso.
—Sólo estaba bromeando. Olvidé cancelar la alarma, así que pensé en usar el tiempo de más para que pudiéramos besarnos.
Él sonrió pícaramente.
— ¿Quieres que nos besemos? —provocó, besando mi cuello. Jadeé mientras alcanzaba el sensible lugar cerca de mi clavícula.
—Mmmm —susurré, deslizando mis manos por su espalda, arañando ligeramente con mis uñas, haciéndolo gemir. Trepó de vuelta bajo las sábanas y me besó tierna y suavemente, manteniéndome cerca. No hizo movimiento alguno para llevar las cosas más lejos que eso, lo que adoré. Él realmente era adorable.
Salió de mi habitación un poco después de las siete y media. james me empujó en uno de los taburetes de la cocina, sonriendo a sí mismo como el gato que obtuvo el helado.
—Oye, ¿puedo hacerte el desayuno sin que me grites hoy? —dijo alegremente.
Me reí y observé mientras me servía una taza de cereal; sonrió y lo puso frente a mí, antes de hacer algo de tostadas para sí mismo.
— ¿No comes cereal? —pregunté, observándolo zamparse cuatro rebanadas de tostadas.
Sacudió la cabeza, estirando la nariz.
—No me gusta el cereal; es asqueroso y todo empapado. —Fingió un estremecimiento, pretendiendo tener náuseas.
Me reí de nuevo.
—De verdad que eres raro, James —me burlé, sonriéndole.
Sonrió de oreja a oreja.
—Sabes, es algo raro, que seas todas amable conmigo al desayuno.
—Podría ser mala si quieres —ofrecí, encogiéndome de hombros.
Se rió y sacudió la cabeza.
—No, me acostumbraré a ello con el tiempo. —Caminó hasta mi lado. Me volví para verlo y puso el cabello detrás de mí oreja, sus dedos demorándose en mi mejilla, haciéndome sonrojar. —De verdad eres la cosa más hermosa en el mundo —murmuró. Mi corazón se saltó un latido por la honestidad en su voz, sus ojos azules penetraban en los míos, haciéndome sentir como la única chica en el mundo.
— ¡Corten esa mierda! Puede que haya dado mi bendición pero no necesito que me lo muestren en la cara durante el desayuno —gruñó Carlos mientras caminaba en la cocina para preparar algo de cereal. Palmeó a James en la parte trasera de su cabeza al caminar por su lado, como de costumbre.
Todos nos reímos y James se paró detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura, apoyando su cabeza en mi hombro.
—Gracias, Carlos. Sé que dijiste que me mantuviera alejado, pero… —James dejó que las palabras quedaran en el aire, mirando a mi hermano con agradecimiento.
—Lo que sea, James. Estamos bien. Solo no nos hagas tener un problema, ¿de acuerdo?—respondió mi hermano, sonriendo amigablemente.
Los brazos de james se apretaron a mí alrededor.
—No lo haré. —Besó mi hombro ligeramente y carlos fingió náuseas, haciéndome reír.
—Bueno, vamos entonces, tortolitos, supongo que necesitan llegar un poco más temprano a la escuela para poder anunciarlo juntos —afirmó Carlos, poniendo los ojos en blanco.
James rió y asintió. Jadeé y sacudí la cabeza fieramente.
— ¡Imposible! No podemos hacer eso —dije, mirando a james. Lució realmente herido por alguna razón.
— ¿Por qué no? —preguntó, tomando mi mano y mirándome confundido.
Miré a Carlos; a él realmente no le iba a gustar esto.
—Emm, bueno, tengo una especie de apuesta. La siguiente en acostarse contigo ganará total. Realmente necesito el dinero. —Miré a James incómodamente, pero sólo empezó a reír histéricamente.
Carlos casi se ahogó con su bebida.
— ¡Imposible! ¡No puedes hacer eso! —gritó, sacudiendo la cabeza violentamente. —No quiero saber que ustedes dos están teniendo sexo. ¡No lo quiero!
Me reí con su enojada y disgustada cara.
—Carlos, no estamos teniendo sexo. —Me encogí de hombros, haciendo relajar su cara un poco. —Pero cuando lo hagamos, definitivamente quiero ganar la apuesta. No la ganaré si las personas saben que ya soy su novia. —Miré a James, insegura de si estaría de acuerdo con esto o no.
—Ángel, no quiero que estés conmigo por alguna apuesta. —Frunció el ceño, luciendo un poco herido. Le sonreí seductoramente.
— ¿Crees que esa es la razón por la que voy a querer tener sexo contigo? Confía en mí, chico mío; no será por el dinero, eso es sólo una ventaja de más.
Se inclinó adelante y puso su boca junto a mi oreja.
— ¿Así que cuál será la razón? —susurró, enviando un escalofrío por mi columna vertebral.
Me mordí el labio.
—Hmm, no estoy segura pero tendrá algo que ver con que me ruegues de rodillas —bromeé, sonriéndole con suficiencia.
Se rió y me besó, empujándome cerca de su cuerpo, enviando olas de deseo por mi torrente sanguíneo. Se apartó para mirarme, la lujuria escrita con claridad a través de su rostro.
—Te rogaría felizmente justo ahora, sabes.
Palmeé su pecho y di un paso atrás antes de que lo arrastrara de vuelta a mi habitación y rompiera sus sexys jeans y los botones de su camisa negra para ver su impecable cuerpo.
—Oh, eso lo sé, chico mío. —Me reí, intentando atrapar mi respiración.
Miré Carlos, que estaba mirándonos fijamente con los ojos muy abiertos, su boca abierta con sorpresa.
—Chicos, en serio no puedo soportar estas demostraciones de afecto —dijo, haciendo una mueca y sacudiendo la cabeza.
—Está bien, las demostraciones terminaron. Sólo creo que deberíamos mantener esto en secreto por un tiempo. ¿Por qué no conseguir algo de dinero por hacer algo que eventualmente sucedería, de todas maneras? Así es como yo lo veo. —dije, encogiéndome de hombros.
James y Carlos se miraron uno al otro.
—Supongo. Pero, ¿podrás ganar? Quiero decir, ¿la apuesta tenía algo que ver con hacerme terminar con mi novia o algo así? —preguntó james, frunciendo el ceño.
Me reí tontamente y sacudí la cabeza.
—Nop, me aseguré de eso. Definitivamente sólo se trata de la siguiente que te tenga en su cama, como tan elocuentemente lo dijeron.
James sacudió la cabeza, luciendo un poco disgustado.
—No puedo creer que las chicas hagan ese tipo de cosas.
Carlos rió.
— ¿Saben qué? Creo que puede que sea el siguiente en anunciar que tengo una novia. Entonces puedo sólo escoger a alguien y podemos dividir el dinero —dijo brillantemente, como si hablara en serio.
James tomó mi mano y me empujó hacia la puerta.
—Vamos, lleguemos a la escuela antes de que tu hermano tenga otra idea brillante. —Rió, sacudiendo su cabeza hacia Carlos.
James me guiñó un ojo por el espejo mientras entrabábamos al estacionamiento.
Había más chicas de lo normal esperándolos. Todas fueron directamente a él tan pronto como su puerta fue abierta. Jessica, como de costumbre, estaba al frente.
Me reí.
—Buena suerte, novio —me burlé, guiñándole mientras me alejaba, balanceando mi trasero a propósito. Sabía que estaba observándome. Cuando llegué a la puerta miré atrás sobre mi hombro para verlo empujar los brazos de una chica lejos de él, una expresión de mal gusto en su cara. Debió haber tenido a veinte cinco chicas rodeándole, lucía verdaderamente enojado. Me reí y fui a encontrar a mis amigos; como de costumbre, estaban por los casilleros.
—Hola, chicos —dije alegremente, cuando los alcancé.
— ¡Wow, alguien está de buen humor hoy! ¿Alguna razón en particular? —preguntó Kendall, luciendo confundido por mi rostro feliz.
—Nop, ninguna razón en particular. Sólo vi a james ser acosado por cerca de veinte cinco chicas. Se ve verdaderamente irritado por eso, fue muy gracioso —expliqué, sonriendo salvajemente. Justo entonces, él caminó más allá de mí con Carlos. Tenía a una chica coqueteándole a cada lado, y aproximadamente otras diez caminando detrás de él. Rompí en carcajadas y me lanzó una oscura mirada, haciéndome reír más fuerte.
—No me sorprende que tenga a todas esas chicas detrás de él. ¿Sabes en cuanto está la apuesta ahora? —preguntó Joss, sonriéndome con suficiencia.
Asentí.
—Sí, lo sé. Barbi me dijo que está como en ochocientos dólares o algo así. No lo puedo creer.—Sacudí la cabeza desaprobadoramente, e intenté no imaginar lo que se sentiría ganar esa cantidad de dinero.
Joss, Barbi y Kendall intercambiaron una mirada, antes de romper en risas.
—No, ese era el total de ayer. Hoy está a cerca de cuatro mil doscientos —dijo Joss. Sentí el color drenarse de mi cara mientras mi corazón se hundía. ¡Santo cielo! Eso es como, ¡oh, Dios, ni siquiera puedo definirlo! ¡Son como doscientas chicas, todas queriendo acostarse con mi novio!
— ¡Oh Dios mío! ¿En serio? —pregunté mientras tragaba el nudo que rápidamente estaba formándose en mi garganta. La idea de todas esas chicas lanzándose a sí mismas hacia mi chico, literalmente me hizo sentir un poco enferma. Joss asintió y parecía un poco comprensiva; como si supiera lo que yo estaba pensando. Barbi y Kendall sólo parecían emocionados porque obviamente no tenían ni idea de que yo estaba con James. Afortunadamente, la campana sonó, así que todos no dirigimos a clases.
A la hora de comer comenzaría a hacer mí jugada por James. La gente necesitaba ver que al menos lo estaba intentando. No podía sólo anunciar que había dormido con él, así que necesitaba que la gente me viera haciendo el esfuerzo. No lo había hablado con James, pero un pequeño coqueteo inofensivo en el almuerzo no debería ser tan difícil. Mientras llevaba mi bandeja de comida a través de la cafetería a nuestra mesa habitual, me volteé hacia mis amigos.
—Chicos, voy a hacer mí jugada por James para la apuesta. Sentémonos con mi hermano hoy, ¿sí?
Joss me dio una mirada de complicidad y me guiñó el ojo y nos dirigimos hacia la mesa de los atletas. La mesa de los atletas estaba casi llena de chicas, todas ellas coqueteando desvergonzadamente con james. Sonreí ante su expresión; parecía incluso más enfadado ahora que antes. Miré a la chica sentada al lado de James; ella había terminado su almuerzo y estaba mirándolo fijamente, con una expresión coqueta en su rostro.
—Oye, Sally. Escuché que alguien golpeó tu auto en el estacionamiento, ¿fue mucho el daño? —pregunté inocentemente.
Ella jadeó y se puso de pie de un salto.
— ¡Mierda! ¡Es el auto de mi mamá! —gritó, mientras se volteaba y echaba a correr.
Escuché a mis amigos echarse a reír detrás de mí mientras se sentaban en la parte más alejada de la mesa.
—Hola, James. —Le sonreí mientras me dejaba caer en la silla al lado de él.
—Hola, Ángel —respondió, sonriéndome. Miré alrededor para ver si estaba recibiendo miradas mortales de todas las chicas cerca, obviamente porque ya me había ganado una sonrisa—. ¿Alguien golpeó el auto de Sally? —preguntó, comiéndose su sándwich de atún.
Me encogí de hombros y sacudí la cabeza.
—Nah. Sólo lo dije porque quería sentarme aquí.
Se echó a reír.
—Sabía que me deseabas —bromeó, guiñándome un ojo.
—Bueno, quién no lo hace —respondí, sonriendo y mirando alrededor de la mesa a las chicas que estaban tratando de matarme con los ojos. Agarré mi botella de agua y fingí tratar de abrirla—. James, ¿puedes abrirla por mí? —pregunté, haciendo pucheros ligeramente.
—Ángel, si sigues haciendo pucheros, el viento cambiará y te quedarás atorada así —bromeó, sonriendo y quitándome la botella. La abrió fácilmente y me la pasó de nuevo.
—Gracias. —Sonreí, haciendo caso omiso de su comentario—. Vaya, nunca me di cuenta lo fuerte que eres. Debes ejercitarte un montón, ¿eh? —ronroneé, deslizando mi dedo hacia abajo por sus bíceps, mordiéndome el labio seductoramente. Me miró con lujuria, con los ojos fijos en mi boca. Sólo a partir de la expresión de dolor en su rostro, podía decir que quería darme un beso. Él no respondió—. ¿Entonces? ¿Te ejercitas mucho? Porque debes hacerlo, quiero decir, tu cuerpo es, mmm… —Mi voz se desvaneció, y lo examiné lentamente.
—Emm, supongo, sí un poco —murmuró, todavía mirándome un poco sorprendido y desconcertado.
No quería que esto llegara demasiado lejos, por el momento sólo estaba estableciendo el escenario para mi victoria. Rompí el contacto visual y comencé a comerme mi comida, lentamente, dejando que el tenedor se quedara en mi boca más tiempo del necesario.
—Oh Dios —gemí, cerrando los ojos mientras masticaba lentamente—. Esto está tan bueno —jadeé. Lo escuché gemir en voz baja a mi lado y supe que mis ruidos sexuales estaban llegándole. Lo miré—. James, deberías probar esto —ronroneé seductoramente. Él tenía una expresión adolorida en su rostro mientras me miraba fijamente con la boca ligeramente abierta. Sacudió la cabeza un poco, como si estuviera tratando de alejar un pensamiento y yo me tragué una risita. Oh mierda, iba a hacerme pagar por esto más tarde.
—Er, ok sí —dijo. Sonreí y agarré un tenedor lleno de mi pasta y lo guié hacia su boca para alimentarlo.
Un pedacito de pasta cayó del tenedor a sus pantalones vaqueros.
— ¡Oops, lo siento tanto! —Hice una mueca, mirándolo a modo de disculpa.
—No te preocupes por eso, Ángel. —Me sonrió y lo sacudió con su mano.
OK, ¡podía hacer que esto funcionara a mi favor! Agarré una servilleta y le limpié los pantalones vaqueros con ella. Era a medio muslo así que me aseguré de limpiar sólo un poco más arriba, mientras lo miraba a través de mis pestañas. Lo escuché tragar audiblemente mientras un ligero bulto comenzó a aparecer en sus pantalones el cual rápidamente cubrió con su brazo.
—Ahí. Listo —coqueteé.
—Emm… Gracias —murmuró, cerrando los ojos y suspirando.
Sonreí triunfalmente. ¡Ja! ¡Tomen eso, chicas! Miré alrededor de la mesa para ver si todas estaban mirándome. Ya sean expresiones sorprendidas o enojadas estaban pegadas a cada rostro femenino. Solté una risita, y le guiñé el ojo a Jessica quien se había vuelto roja por el enfado.
—Mejor me voy. Tengo que hablar con la Sra. Francis acerca de mi proyecto científico —dije, levantándome y sonriendo de oreja a oreja.
james agarró mi mano y me jaló de nuevo hacia el asiento.
— ¿Qué fue eso? —preguntó, luciendo ligeramente confundido.
Me encogí de hombros y le sonreí.
— ¿No tengo permitido ser amigable contigo, james? Quiero decir, eres el mejor amigo de mi hermano después de todo. Siempre estás pasando el rato en mi casa así que sólo pensé que debería ser cortés.
—Cortés, claro —contestó, sonriéndome.
Le lancé un guiño y me levanté para ir con mis amigos. Cuando pasaba junto a Jessica y las porristas me incliné hacia abajo y le susurré al oído.
—Supera eso —me burlé, partiéndome el culo de la risa.
Agarré la mano de Joss, haciéndola caminar un poco por delante de barbi y kendall quienes estaban conversando algo sobre una galería de arte a la que barbi quería ir el fin de semana. ella estaba un poco chiflada por el arte.
—Joss, creo que necesito tomar la píldora. ¿Todavía está abierta al público la clínica de planificación familiar en la calle Rose después de la escuela? —pregunté.
Asintió en confirmación. Sabía que ella sabría, había tenido un pequeño accidente hace aproximadamente un mes con un condón roto y había ido ahí por la píldora del día siguiente.
—Sí, desde las cuatro hasta las ocho —respondió, mirando por encima del hombro para asegurarse de que nadie pudiera oírnos—. Así que, vas a dar el paso, ¿eh? Creo que es genial. Definitivamente deberías tomar la píldora. ¿Quieres que vaya contigo? —preguntó de forma casual. Sabía que lo decía en serio; era la mejor amiga que una chica podía pedir.
—Todavía no estoy lista, pero no quiero quedarme corta o algo, quiero decir, debe tomar un tiempo que entre en tu sistema o algo. ¿Entonces no te importa venir conmigo? Realmente lo apreciaría —admití, mirándola con agradecimiento. Estaba muy nerviosa acerca ir por mi cuenta, y no se sentía bien pedirle a james que viniera.
No era exactamente el tipo de cosas que un chico hace.
— ¡Por supuesto que no! Tú has estado ahí conmigo un montón de veces. —Ella entrelazó su brazo a través del mío—. Y también hoy tengo mi auto, así que ni siquiera necesitamos caminar.
Sonreí.
—Gracias, Joss. —Suspiré felizmente y nos dirigimos hacia los casilleros. Agarré todos los libros que necesitaba para la tarde, metiéndolos en mi bolso—. Sólo necesito decirle a carlos que lo veré en casa. Te veré en clases —expliqué, volteando en dirección al casillero de mi hermano. Lo divise junto a james conversando con algunos de sus otros amigos del equipo—. Hola, chicos —canturreé a medida que me acercaba a ellos. Todos me miraron, sabía que les gustaba a algunos de los chicos del equipo; era obvio por la forma en que me miraban fijamente. Sin embargo nunca ninguno hacía un movimiento… eso probablemente era obra de carlos.
—Hola, (tn). ¿Cómo estás? —preguntó Matt, examinándome lentamente.
—Bien gracias, ¿y tú? —pregunté educadamente.
—Mucho mejor por verte —respondió, sonriéndome.
Carlos le dio un puñetazo en el brazo, haciéndome reír.
—Amigo, ¡hermana menor! —chilló furiosamente.
— Carlos, sólo quería decirte que no iré a casa contigo esta noche. Joss necesita que vaya con ella a hacer algo después de la escuela. Simplemente te veré en casa más tarde —dije, sonriendo. Pude ver a James frunciendo el ceño luciendo un poco decepcionado.
—Bueno, tengo trabajo esta noche, así que habría sido James quien te llevara a casa de todas formas —respondió Carlos, encogiéndose de hombros casualmente.
Miré a James y sonreí.
—Cierto, sí, lo olvidé. Bueno, lamento perderme eso. —Él me regresó la sonrisa y mi corazón casi se detuvo porque era tan apuesto. Me giré para irme caminando antes de detenerme de nuevo, con una idea formándose en mi cabeza. Volteé de nuevo hacia él y lo miré, burlonamente—. Oh, por cierto, James , el bote va por más de cuatro mil dólares ahora. Eso son más de doscientas chicas.
Sus ojos se ensancharon.
—No me jodas, ¿en serio? —preguntó, luciendo sorprendido, y francamente, un poco asustado. Carlos estaba partiéndose de la risa, y los otros chicos a nuestro alrededor estaban mirándonos como si nos hubiésemos vuelto locos.
—En serio —confirmé, guiñándole un ojo a James y alejándome, riéndome de su cara de disgusto.
Después de la escuela, Joss me llevó a la clínica de planificación familiar. Tomé un número y porque no había estado allí antes, tuve que llenar un montón de formas sobre mis datos personales, vida sexual actual y mi historial médico. Después de aproximadamente una hora de espera, me llamaron a través de una sala blanca, donde una señora estaba esperando allí por mí.
—Hola,(tn). Adelante —dijo, sonrió y señaló una silla.
—Hola —dije con voz ronca, nerviosa, sentándome frente a ella.
—No tienes que estar nerviosa. ¡No voy a morder! —se rió. Le sonreí nerviosamente. —Así que, ¿qué puedo hacer por ti hoy? —preguntó ella, hojeando las formas que había llenado.
—Bueno, mi novio y yo nos estamos volviendo muy serios y estamos hablando de tener relaciones sexuales, por lo que quería ir a la píldora. ¿Eso es algo que puedo hacer aquí, o tengo que ir a mi propio médico? —pregunté, jugando con mis manos, sonrojándome.
Ella sonrió amablemente.
—Por supuesto que puedes hacerlo aquí. Aquí dice que eres virgen —dijo, ojeando a través de mis formas de nuevo.
—Emm, sí lo soy. —Me ruboricé aún más, deseando que la tierra se abriera y me trague.
—No tienes que estar avergonzada, (tn). Creo que es fantástico que estés aquí. Veo tantas chicas jóvenes que no piensan en ir tomando la píldora hasta que es demasiado tarde. Es refrescante tener a una jovencita siendo tan responsable —dijo, acariciando mi mano. Di un suspiro de alivio y sonreí. Pensé que iba a tener una conferencia de por qué no debería tener relaciones sexuales a mi edad y cómo debería estar esperando. —Está bien, sólo tengo que conseguir cierta información, como tu presión arterial, peso y esas cosas. Luego podemos hablar de cuál te sentará mejor, ¿de acuerdo?
Después de que terminé con mi presión arterial, peso y mi índice de masa corporal ambas fuimos a sentarnos de nuevo cerca de su escritorio.
—Bien, bueno te recomiendo que vayas por la píldora combinada. La vas a tomar todos los días, a la misma hora cada día durante tres semanas, luego no la vas tomar por una semana que será cuando tengas tu período. Es muy eficaz y es lo que la mayoría de las jovencitas buscan —explicó, sonriendo.
Asentí y sonreí, porque todo parecía estar cayendo en su lugar.
—Eso suena bien.
Tomó su libreta y escribió una receta.
—Puedes retirar esto lleno justo al lado. Te he dado un suministro de tres meses para que pueda ver cómo te va. La próxima vez, si todo está bien, entonces vamos a ir a por seis meses —explicó.
—Sí, gracias. —Sonreí con gratitud porque había hecho esto mucho más fácil para mí de lo que pensé que sería.
—Así que, te voy a dar un folleto para leer, pero las cosas importantes a tener en cuenta son: hay que tomarlo a la misma hora cada día, y tienes que tomarla todos los días aparte de tu semana de descanso. —Sonrió y me dio la receta—. Asegúrate de leer el folleto sobre lo que hay que hacer si te olvidas de una, o si vomitas después de tomarla, ya que eso pueden dejar de hacerlo funcionar. Te voy a dar algunos de estos para mantenerte a salvo hasta que estés al ritmo de tu píldora, está bien. —Agarró un puñado de condones y los puso en una bolsa de papel para mí.
—Oh, gracias —murmuré, tomándolos con agradecimiento.
—Bueno, gracias por venir, (tn). Te veré en tres meses. —Se levantó y tendió su mano hacia mí, marcando el final de la cita.
Se la estreché, sonriendo.
—Gracias. —Caminé hacia la puerta, sonriendo de oreja a oreja. ¡Vaya, eso fue más fácil de lo que pensaba!
—Oye, ¿cómo te fue? —preguntó Joss, levantándose de su asiento.
—Sí, muy bien. Tengo que ir a llenar mi receta, y entonces estoy lista. —Enganché mi brazo a través del suyo, tirando de ella hacia la puerta.
— ¡Vaya, no puedo creer que vayas a tener relaciones sexuales con James Maslow! —chilló ella, emocionada.
—Todavía no lo hago. Necesito saber que puede esperar por mí. No estoy lista para eso aún —le dije con sinceridad.
—Él va a esperar. Se ve que está loco por ti. —Joss sonrió feliz y suspiré.
Realmente esperaba que eso fuera cierto. Llené mi receta y Joss me dejó en casa. Carlos aún estaba en el trabajo, así que me hice un sándwich y me senté a la mesa para hacer mi tarea. Una vez que hube terminado, miré el reloj. No era sino las ocho; tenía una hora más hasta que Carlos volviera a casa.
Sonreí y agarré mi teléfono, marcando a James apenas capaz de contener mi emoción.
—Hola, Ángel —respondió él, sonando ridículamente feliz.
—Hola. ¿Quieres venir? —le pregunté, mordiendo mi labio de entusiasmo.
—Claro que sí. Ahí estaré —respondió y colgó. Corrí a mi habitación para comprobar rápidamente mi cabello. Me reí de mí misma cuando me di cuenta que me había convertido en una de esas chicas que pensaban que tenían que verse perfectas para él. Volví a la sala de estar, al mismo tiempo en que él entró por la puerta delantera.
—Hola. —Sonreí.
Él me arrastró en sus brazos y me besó con pasión, haciendo que mi corazón se acelere y mi estómago aletee. Después de un rato se apartó.
—Hola —suspiró, haciéndome temblar de felicidad?. Así que, ¿dónde estabas? Te extrañé —murmuró, poniendo su rostro entre mi cabello y respirando profundamente.
Me reí y me aparté.
—Vaya, ¿qué? ¿Eres una especie de espeluznante hombre que huele el cabello? —bromeé, tomando su mano y arrastrándolo hacia el sofá y empujándolo hacia abajo.
Él se rió y se apoderó de mi cintura, y me atrajo a su regazo de modo que estaba sobre él.
—Te he echado mucho de menos hoy. Odiaba verte y no ser capaz de tocarte. Además, ¿qué diablos fue eso en el almuerzo? ¿Te gustó burlarte de mí? —preguntó, frunciendo el ceño.
Pasé mis manos por su cabello castaño y sedoso, y me reí con aire de culpabilidad.
—Tengo que preparar el terreno para mi victoria. No puedo aparecerme frente a Jessica y ser toda: “sí, he ganado la apuesta, ¿cierto?” —le pregunté inocentemente. Negó con la cabeza, todavía con el ceño fruncido.
—Pero eso fue exagerado. Quiero decir, ¿sabes lo difícil que fue para mí no saltarte encima? —bromeó.
Asentí con la cabeza y me mordí el labio para no reírme.
—Oh sí, me di cuenta de que fue difícil para ti —me burlé, alzando las cejas a sabiendas, haciéndole reír.
—Mmm, lo que sea. ¿A dónde fuiste de todos modos? Tenía la esperanza de pasar un poco de tiempo contigo esta noche. —Me atrajo más hacia él y me besó en la nuca, haciéndome morderme el labio cuando mi piel se desató en piel de gallina.
Me aparté y me puse de pie, caminando hacia mi bolso de la escuela para sacar la bolsa marrón de la clínica. Me senté en su regazo y sostuve la bolsa en alto para que él tomara. Me miró, confuso, y luego miró a la bolsa. Su cara se transformó desde la confusión, a la comprensión, a la felicidad, a estar molesto. Espera, ¿molesto? ¿Por qué demonios iba a estar molesto conmigo?
— ¿Fuiste a hacer esto por tu cuenta? —preguntó, frunciéndome el ceño con enojo.
Negué con la cabeza, un poco confundida por su reacción.
—No fui por mi cuenta, Joss fue conmigo —modifiqué, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
— ¿Por qué no me lo dijiste? Habría ido contigo —dijo, empujándome más cerca de él, la expresión molesta todavía en su rostro.
—James, pensé que, ya sabes... en realidad no es un lugar donde llevar a su novio. Quería ir por la píldora; Joss se ofreció a venir conmigo. —Me encogí de hombros; realmente no veo por qué estaba tan enojado por eso.
—Ángel, te amo, habría ido contigo. Me gustaría que me hubieras dicho —dijo, mirándome con tristeza.
— ¿Qué diferencia hace? No pensé que te gustaría ir —dije, confundida. ¿Por qué diablos se sentía tan lastimado y molesto? ¡Simplemente fui por la píldora para que pudiera tener sexo con él! ¿No debería estar feliz por ese hecho?
— ¿No pensaste que me gustaría ir? Ángel, se trata de mí también, quiero que hagamos cosas juntos. Somos una pareja, un equipo. Me siento un poco dolido de que pensaras que no querría ir —explicó, besándome en la frente.
—James, lo siento, de verdad. Realmente no pienso así. Simplemente pensé en que la mayoría de los chicos no estaría interesado. Pensé que estarías contento de tomara un poco de iniciativa —le dije, mirándolo en tono de disculpa, rogándole con mis ojos que entendiera que no tenía intención de hacerle daño.
—Estoy contento de que hayas tomado la iniciativa, pero no soy como la mayoría de los chicos. Te amo. La mayoría de los chicos no están enamorados de sus novias, como yo. Esta fue una gran cosa de tu parte por hacer, y yo debería haber estado allí para ti —explicó, besándome tiernamente.
Tomé una respiración profunda sintiendo la culpa instalarse en la boca de mi estómago. No pensé en ello de esa manera.
—Lamento no haberte dicho o pedido que vinieras conmigo. Tengo que volver en tres meses para un chequeo, ¿quieres venir conmigo entonces? —pregunté, sonriendo y poniendo mi frente en la suya.
Se echó a reír.
—No, en realidad no es lo mío —bromeó, levantando su nariz y encogiéndose de hombros.
Me reí y le di una palmada en el hombro juguetonamente.
—Idiota —dije en tono de broma, haciéndolo reír más fuerte. Lo empujé hacia abajo sobre el sofá y me puse encima de él, besándolo. En el momento en que me alejé, los dos estábamos respirando pesadamente. Me miraba con lujuria y podía sentir que ya había despertado. —James, sólo porque me voy a tomar la píldora, no significa que estoy lista para algo más. Ya lo sabes, ¿verdad? —pregunté, respingando, esperando no haber conseguido elevar sus esperanzas y ahora estuviera esperando sexo.
Él sonrió y me metió el pelo detrás de la oreja.
—Ángel, ya lo sé. Está bien. Vamos a ir tan lento como quieras. Mientras que pueda hacer esto. —Empujó mi rostro hacia abajo al suyo de nuevo. Sonreí contra sus labios y me sentí más feliz de lo que había estado en años, él era demasiado dulce.
Sólo rezaba que estuviera lista pronto, antes de que se aburriera o desesperara y se fuera corriendo tras esa cualquiera Jessica.
Después de besarnos y abrazarnos alrededor de una hora escuchamos un coche en la calle.
—Maldita sea, debe ser al auto de Carlos —susurré, tratando de alejarme de James.
Me senté, alisando mi cabello, con la esperanza de que no se viera como si hubiéramos estado ligando durante la última hora.
James se rió y tiró de mí hacia abajo en el sofá con él.
—Carlos puede manejar esto. Vamos, tiene que acostumbrarse a esto con el tiempo. Él va a vernos besándonos de vez en cuando —dijo, riendo entre dientes en mi cuello. Sonreí mientras entretejí mis dedos en su cabello, oí la puerta abrirse y James levantó la cabeza para mirar, con una pequeña sonrisa en el borde de sus labios.
De hecho, creo que él estaba disfrutando molestar a Carlos.
— ¡Oh, vamos, chicos! En serio, ¿qué he dicho esta mañana sobre las muestras de afecto públicas? —Se quejó mi hermano, arrojando las llaves sobre la mesa.
James gimió y puso los ojos en blanco mientras se incorporaba, empujándome a sentarme junto a él.
— ¿Mejor? —preguntó, sonriendo con malicia.
Carlos suspiró y puso los ojos en blanco también.
—Voy a acostumbrarse a esto, supongo ?se quejó. james me sonrió y no pude evitar sonreírle de vuelta. Él echó su brazo sobre mi hombro y me tomó de la mano con su otro brazo, jugando con mis dedos.
Mi hermano entró y se dejó caer en el sofá de enfrente, mirándonos con mal humor. Me reí de su expresión de contrariedad y me levanté.
—Voy a ir a hacer mi tarea. Ustedes, chicos, pueden entretenerse a sí mismos por un tiempo, ¿verdad? —Les sonreí a los dos a la vez. Tenía la sensación de que necesitaban un poco de tiempo de “vinculación masculina” después de las revelaciones de anoche. Carlos y James eran los mejores amigos después de todo.
—Sí. ¿Quieres jugar a Halo? —preguntó James con entusiasmo. Carlos se levantó para configurarlo y me sonreí secretamente feliz. Sí, volvieron a la normalidad.
Agarré la bolsa de papel marrón y me dirigí a mi dormitorio, riendo cuando james golpeó mi trasero y me silbó. Ya había hecho mis deberes, así que decidí que un largo y agradable baño de espuma en la bañera sería bueno. Preparé un baño y añadí una gran cantidad de burbujas, antes de agarrar un libro y meterme en la bañera. Me perdí en la historia.
Estaba tan absorta en la historia que no oí la puerta abrirse.
—Bueno, eso sí que es sexy ?ronroneó james desde la derecha junto a mí.
Grité y casi dejo caer el libro en el agua.
— ¡Mierda! ¡Casi me das un infarto, James! —grité, tratando de calmar mi corazón que estaba tratando de romper mis costillas. Llevé mis rodillas hasta mi pecho y traté de ocultarme de modo que pudiera ver nada inapropiado. Por suerte para mí, todavía había bastantes burbujas que ayudaron.
Se echó a reír.
—Lo siento. Oye, ¿puedo entrar? —bromeó mientras se arrodillaba junto a mí y puso sus dedos en la bañera. Los sacó de forma rápida y meneó la cabeza?. Olvídalo. ¡Eso está jodidamente helado! —Frunció el ceño y se secó la mano en la toalla.
—James, ¿podrías salir de aquí? ¡Esto no es divertido! —grité, sonrojándome.
Puso su sonrisa un poco engreída y se inclinó para besar mis labios sólo por una fracción de segundo antes de que se volviera y regresara a la puerta.
—Estaba bromeando. En realidad no me di cuenta de que estabas aquí. Aunque, deberías salir, esa agua está muy fría. ¿Has estado ahí todo este tiempo? —preguntó, sacudiendo la cabeza.
—Está un poco fría —admití. Ahora que estaba fuera de la historia ni siquiera me di cuenta que la bañera estaba como piedra fría y tenía piel de gallina por todas partes. James sonrió y se volvió de nuevo a mi habitación, cerrando la puerta para darme un poco de intimidad. Saqué el tapón y lancé mi libro a un lado mientras me ponía de pie. Agarré la toalla del borde y la envolví alrededor de mí con fuerza. Me di cuenta al salir de la bañera que no había traído nada de ropa aquí para cambiarme. En realidad estaba muy frío, y mis dientes castañeteaban. No podía quedarme aquí toda la noche, simplemente tendría que ir a buscar un pijama. No era gran cosa; James me había visto en una toalla antes.
Cuando entré en mi habitación me di cuenta de que estaba descansando en mi cama.
—Hola —dije, sintiéndome un poco incómoda, a medida que me ponía un par de pantalones cortos debajo de la toalla.
—Por Dios, Ángel, podría haberte dado hipotermia o algo así —me regañó, mirándome con preocupación. Me agarró de la mano y me llevó a la cama, sentándome en el borde cuando él entró en el cuarto de baño, volviendo con otra toalla. Frotó mis brazos y hombros, secándome rápido.
Estaba contenta que decidí no lavarme el cabello, en cambio, poniéndolo en un moño desordenado, de lo contrario eso me habría hecho tener aún más frío. Envolvió su brazo alrededor de mí, poniendo cada uno de mis dedos arrugados como ciruelas en su boca, calentándolos de uno en uno a la vez. ¡Oh, Dios mío, eso es sexy! Incliné mi cabeza y lo besé, al parecer atrapándolo por sorpresa. Después de uno o dos segundos, respondió, besándome de vuelta. Mordí su labio suavemente y él abrió la boca, permitiéndome deslizar mi lengua en ella. Gimió desde la parte posterior de su garganta y envolví mis brazos alrededor de su cuello, sujetando su cabello rudamente, tirando ligeramente de él. Me llevó más cerca, profundizando el beso. Después de lo que pareció una eternidad, pero aun así no fue lo suficientemente largo, se alejó respirando pesadamente. Sus labios no dejando mi piel, sin embargo, en cambio, besó mi cuello, succionando la piel cerca de mi clavícula, haciéndome jadear y retorcerme.
Todavía estaba helándome y mis dientes empezaron a castañetear de nuevo, arruinando el momento. Se retiró entre risas.
—Vamos a ponerte debajo de las sábanas y así puedas entrar en calor. —Se quitó la camiseta en un solo movimiento y no pude dejar de mirar a su pecho esculpido.
Sentí movimiento y mi visión se volvió negra por unos segundos, interrumpiendo el comérmelo con los ojos. Sonreí cuando me di cuenta que había puesto su camiseta por encima de mi cabeza.
—James, si quieres que me caliente, todo lo que necesitas hacer es quitarte la ropa —ronroneé, mordiéndome los labios y mirando por encima su pecho y abdomen, con ganas de pasar mi lengua sobre ellos.
Se rió y rodeó sus brazos alrededor de mí.
—Ángel, no podrías estar más caliente, confía en mí. Eso sería ilegal —respondió, besándome otra vez. Me quité la toalla húmeda y la arrojé en el piso mientras él me levantaba. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras me cargaba hasta el final de la almohada y sacaba la colcha, subiéndose en la cama conmigo todavía unida a su frente como un mono bebé. Empujó la colcha por completo a lo largo de nuestras cabezas y se apartó de nuevo para hablar conmigo en la penumbra. —Te he echado de menos esta noche. ¿Por qué no te quedaste a jugar con nosotros? —preguntó de mala gana.
—Pensé que tú y carlos necesitaban un poco de tiempo juntos. Realmente no has hablado con él por tu cuenta desde que se enteró de nosotros. Él sigue siendo tu mejor amigo, así que sólo vamos a tener que encontrar un equilibrio. No puedes pasar todo tu tiempo tratando de meterte en mis pantalones, sabes —bromeé.
—Pero me encanta intentar meterme en tus pantalones —se quejó en broma, dándome la cara cachorrito, haciéndome reír. Estaba calentándome ahora. Su calor corporal palpitante en mí y nuestro aliento caliente entremezclándose bajo el edredón, lo hacía todo parecer casi humeante al debajo. Por otra parte, podría haber sido sólo la pasión que sentía ardiendo dentro de mí?. Supongo que tienes razón. Carlos estuvo bien esta noche, en realidad dijo que era agradable verte feliz, por lo cual me llevó todo el crédito por supuesto —dijo engreídamente.
— ¿Todo el crédito? ¡Vaya, ese un ego desmesurado el que tienes allí! —bromeé con una sonrisa ante el doble sentido, sobre el bulto en sus pantalones vaqueros que estaba presionando sobre mí. Se rió y acarició el costado de mi rostro con el dorso de sus dedos.
— ¡Es mejor que no estés desnudo con mi hermana pequeña, Maslow! —gruñó Carlos de advertencia desde la cercanía de la puerta.
James empujó la colcha fuera de nuestras cabezas, sonriendo con aire de culpabilidad.
—Carlos, amigo, un poco de advertencia más estaría bien.
—Oh, Carlos, ¡contrólate! ¿Qué quieres? ¿Y alguna vez has oído hablar de tocar? —pregunté, empujando la colcha más atrás para que pudiera ver que tenía una camiseta puesta.
—Toqué. Simplemente no escucharon a través de todo el coqueteo ?respondió, sonriendo. Todos nos reímos y mi hermano negó con la cabeza. —De todos modos, sólo quería decirte, (ta) , que mamá regresa a casa el domingo.
Sonreí; no había visto a mi madre en tres semanas.
— ¿Sí? ¡Impresionante! —exclamé con mucho gusto.
Carlos asintió con la cabeza, su sonrisa a juego con la mía.
—Sí. Bueno, está bien, voy a la cama. Mantengan el ruido bajo por aquí; no quiero saber nada.
Me eché a reír y no pude resistir burlarme de él un poco más.
—Carlos, tal vez quieras tomar prestado mi iPod, estamos calentando para la apuesta —bromeé, guiñándole un ojo.
james se echó a reír y mi hermano simplemente me miró fijamente, sacudiendo la cabeza con desaprobación, cerrando la puerta detrás de él.
—Ángel, eres demasiado divertida —dijo James, besando mi cuello.
—Cállate, Maslow —contesté, imitando el tono bromista de mi hermano------------------------------------------- espero que les haya gustado :3 besos!
CAPITULO 23.
Me desperté a las seis cuando mi alarma sonó. Gruñí porque había olvidado cancelarla. Supongo que no necesito sacarlo de mi cama temprano, ya no. Me di vuelta y abracé a james. Siempre dormía a pesar del sonido de la arma; juro que él dormiría mientras un terremoto tuviera lugar y no despertaría. Lo codeé ligeramente, diciendo jugarle una broma.
—Seis en punto —dije, codeándolo de nuevo.
Gruñó y lentamente se levantó de la cama, todavía medio dormido.
—Bien, Ángel. Te quiero; te veré después. —Besó mi frente y salió de la cama, sus ojos apenas abiertos. No pude evitarlo, rompí en carcajadas. Me miró, confundido?. ¡Shh! ¿De qué te estás riendo? —preguntó, frunciendo el ceño, poniéndose sus jeans.
—De ti —lo provoqué, sonriendo felizmente.
— ¿Qué hay conmigo? ¿Qué he hecho? —susurró, trepando de vuelta a la cama y arrastrándose sobre mí. Presionó cada centímetro de su cuerpo contra el mío pero aun así mantuvo su peso lejos de mí de alguna manera. Miró a mis ojos, sonriendo felizmente por un rato, y luego el entendimiento cruzó su rostro?. ¡Mierda! ¡Tu hermano sabe! Entonces, ¿por qué diablos me despertaste, Ángel? No tengo que irme —lloriqueó.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo empujé para un largo beso.
—Sólo estaba bromeando. Olvidé cancelar la alarma, así que pensé en usar el tiempo de más para que pudiéramos besarnos.
Él sonrió pícaramente.
— ¿Quieres que nos besemos? —provocó, besando mi cuello. Jadeé mientras alcanzaba el sensible lugar cerca de mi clavícula.
—Mmmm —susurré, deslizando mis manos por su espalda, arañando ligeramente con mis uñas, haciéndolo gemir. Trepó de vuelta bajo las sábanas y me besó tierna y suavemente, manteniéndome cerca. No hizo movimiento alguno para llevar las cosas más lejos que eso, lo que adoré. Él realmente era adorable.
Salió de mi habitación un poco después de las siete y media. james me empujó en uno de los taburetes de la cocina, sonriendo a sí mismo como el gato que obtuvo el helado.
—Oye, ¿puedo hacerte el desayuno sin que me grites hoy? —dijo alegremente.
Me reí y observé mientras me servía una taza de cereal; sonrió y lo puso frente a mí, antes de hacer algo de tostadas para sí mismo.
— ¿No comes cereal? —pregunté, observándolo zamparse cuatro rebanadas de tostadas.
Sacudió la cabeza, estirando la nariz.
—No me gusta el cereal; es asqueroso y todo empapado. —Fingió un estremecimiento, pretendiendo tener náuseas.
Me reí de nuevo.
—De verdad que eres raro, James —me burlé, sonriéndole.
Sonrió de oreja a oreja.
—Sabes, es algo raro, que seas todas amable conmigo al desayuno.
—Podría ser mala si quieres —ofrecí, encogiéndome de hombros.
Se rió y sacudió la cabeza.
—No, me acostumbraré a ello con el tiempo. —Caminó hasta mi lado. Me volví para verlo y puso el cabello detrás de mí oreja, sus dedos demorándose en mi mejilla, haciéndome sonrojar. —De verdad eres la cosa más hermosa en el mundo —murmuró. Mi corazón se saltó un latido por la honestidad en su voz, sus ojos azules penetraban en los míos, haciéndome sentir como la única chica en el mundo.
— ¡Corten esa mierda! Puede que haya dado mi bendición pero no necesito que me lo muestren en la cara durante el desayuno —gruñó Carlos mientras caminaba en la cocina para preparar algo de cereal. Palmeó a James en la parte trasera de su cabeza al caminar por su lado, como de costumbre.
Todos nos reímos y James se paró detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura, apoyando su cabeza en mi hombro.
—Gracias, Carlos. Sé que dijiste que me mantuviera alejado, pero… —James dejó que las palabras quedaran en el aire, mirando a mi hermano con agradecimiento.
—Lo que sea, James. Estamos bien. Solo no nos hagas tener un problema, ¿de acuerdo?—respondió mi hermano, sonriendo amigablemente.
Los brazos de james se apretaron a mí alrededor.
—No lo haré. —Besó mi hombro ligeramente y carlos fingió náuseas, haciéndome reír.
—Bueno, vamos entonces, tortolitos, supongo que necesitan llegar un poco más temprano a la escuela para poder anunciarlo juntos —afirmó Carlos, poniendo los ojos en blanco.
James rió y asintió. Jadeé y sacudí la cabeza fieramente.
— ¡Imposible! No podemos hacer eso —dije, mirando a james. Lució realmente herido por alguna razón.
— ¿Por qué no? —preguntó, tomando mi mano y mirándome confundido.
Miré a Carlos; a él realmente no le iba a gustar esto.
—Emm, bueno, tengo una especie de apuesta. La siguiente en acostarse contigo ganará total. Realmente necesito el dinero. —Miré a James incómodamente, pero sólo empezó a reír histéricamente.
Carlos casi se ahogó con su bebida.
— ¡Imposible! ¡No puedes hacer eso! —gritó, sacudiendo la cabeza violentamente. —No quiero saber que ustedes dos están teniendo sexo. ¡No lo quiero!
Me reí con su enojada y disgustada cara.
—Carlos, no estamos teniendo sexo. —Me encogí de hombros, haciendo relajar su cara un poco. —Pero cuando lo hagamos, definitivamente quiero ganar la apuesta. No la ganaré si las personas saben que ya soy su novia. —Miré a James, insegura de si estaría de acuerdo con esto o no.
—Ángel, no quiero que estés conmigo por alguna apuesta. —Frunció el ceño, luciendo un poco herido. Le sonreí seductoramente.
— ¿Crees que esa es la razón por la que voy a querer tener sexo contigo? Confía en mí, chico mío; no será por el dinero, eso es sólo una ventaja de más.
Se inclinó adelante y puso su boca junto a mi oreja.
— ¿Así que cuál será la razón? —susurró, enviando un escalofrío por mi columna vertebral.
Me mordí el labio.
—Hmm, no estoy segura pero tendrá algo que ver con que me ruegues de rodillas —bromeé, sonriéndole con suficiencia.
Se rió y me besó, empujándome cerca de su cuerpo, enviando olas de deseo por mi torrente sanguíneo. Se apartó para mirarme, la lujuria escrita con claridad a través de su rostro.
—Te rogaría felizmente justo ahora, sabes.
Palmeé su pecho y di un paso atrás antes de que lo arrastrara de vuelta a mi habitación y rompiera sus sexys jeans y los botones de su camisa negra para ver su impecable cuerpo.
—Oh, eso lo sé, chico mío. —Me reí, intentando atrapar mi respiración.
Miré Carlos, que estaba mirándonos fijamente con los ojos muy abiertos, su boca abierta con sorpresa.
—Chicos, en serio no puedo soportar estas demostraciones de afecto —dijo, haciendo una mueca y sacudiendo la cabeza.
—Está bien, las demostraciones terminaron. Sólo creo que deberíamos mantener esto en secreto por un tiempo. ¿Por qué no conseguir algo de dinero por hacer algo que eventualmente sucedería, de todas maneras? Así es como yo lo veo. —dije, encogiéndome de hombros.
James y Carlos se miraron uno al otro.
—Supongo. Pero, ¿podrás ganar? Quiero decir, ¿la apuesta tenía algo que ver con hacerme terminar con mi novia o algo así? —preguntó james, frunciendo el ceño.
Me reí tontamente y sacudí la cabeza.
—Nop, me aseguré de eso. Definitivamente sólo se trata de la siguiente que te tenga en su cama, como tan elocuentemente lo dijeron.
James sacudió la cabeza, luciendo un poco disgustado.
—No puedo creer que las chicas hagan ese tipo de cosas.
Carlos rió.
— ¿Saben qué? Creo que puede que sea el siguiente en anunciar que tengo una novia. Entonces puedo sólo escoger a alguien y podemos dividir el dinero —dijo brillantemente, como si hablara en serio.
James tomó mi mano y me empujó hacia la puerta.
—Vamos, lleguemos a la escuela antes de que tu hermano tenga otra idea brillante. —Rió, sacudiendo su cabeza hacia Carlos.
James me guiñó un ojo por el espejo mientras entrabábamos al estacionamiento.
Había más chicas de lo normal esperándolos. Todas fueron directamente a él tan pronto como su puerta fue abierta. Jessica, como de costumbre, estaba al frente.
Me reí.
—Buena suerte, novio —me burlé, guiñándole mientras me alejaba, balanceando mi trasero a propósito. Sabía que estaba observándome. Cuando llegué a la puerta miré atrás sobre mi hombro para verlo empujar los brazos de una chica lejos de él, una expresión de mal gusto en su cara. Debió haber tenido a veinte cinco chicas rodeándole, lucía verdaderamente enojado. Me reí y fui a encontrar a mis amigos; como de costumbre, estaban por los casilleros.
—Hola, chicos —dije alegremente, cuando los alcancé.
— ¡Wow, alguien está de buen humor hoy! ¿Alguna razón en particular? —preguntó Kendall, luciendo confundido por mi rostro feliz.
—Nop, ninguna razón en particular. Sólo vi a james ser acosado por cerca de veinte cinco chicas. Se ve verdaderamente irritado por eso, fue muy gracioso —expliqué, sonriendo salvajemente. Justo entonces, él caminó más allá de mí con Carlos. Tenía a una chica coqueteándole a cada lado, y aproximadamente otras diez caminando detrás de él. Rompí en carcajadas y me lanzó una oscura mirada, haciéndome reír más fuerte.
—No me sorprende que tenga a todas esas chicas detrás de él. ¿Sabes en cuanto está la apuesta ahora? —preguntó Joss, sonriéndome con suficiencia.
Asentí.
—Sí, lo sé. Barbi me dijo que está como en ochocientos dólares o algo así. No lo puedo creer.—Sacudí la cabeza desaprobadoramente, e intenté no imaginar lo que se sentiría ganar esa cantidad de dinero.
Joss, Barbi y Kendall intercambiaron una mirada, antes de romper en risas.
—No, ese era el total de ayer. Hoy está a cerca de cuatro mil doscientos —dijo Joss. Sentí el color drenarse de mi cara mientras mi corazón se hundía. ¡Santo cielo! Eso es como, ¡oh, Dios, ni siquiera puedo definirlo! ¡Son como doscientas chicas, todas queriendo acostarse con mi novio!
— ¡Oh Dios mío! ¿En serio? —pregunté mientras tragaba el nudo que rápidamente estaba formándose en mi garganta. La idea de todas esas chicas lanzándose a sí mismas hacia mi chico, literalmente me hizo sentir un poco enferma. Joss asintió y parecía un poco comprensiva; como si supiera lo que yo estaba pensando. Barbi y Kendall sólo parecían emocionados porque obviamente no tenían ni idea de que yo estaba con James. Afortunadamente, la campana sonó, así que todos no dirigimos a clases.
A la hora de comer comenzaría a hacer mí jugada por James. La gente necesitaba ver que al menos lo estaba intentando. No podía sólo anunciar que había dormido con él, así que necesitaba que la gente me viera haciendo el esfuerzo. No lo había hablado con James, pero un pequeño coqueteo inofensivo en el almuerzo no debería ser tan difícil. Mientras llevaba mi bandeja de comida a través de la cafetería a nuestra mesa habitual, me volteé hacia mis amigos.
—Chicos, voy a hacer mí jugada por James para la apuesta. Sentémonos con mi hermano hoy, ¿sí?
Joss me dio una mirada de complicidad y me guiñó el ojo y nos dirigimos hacia la mesa de los atletas. La mesa de los atletas estaba casi llena de chicas, todas ellas coqueteando desvergonzadamente con james. Sonreí ante su expresión; parecía incluso más enfadado ahora que antes. Miré a la chica sentada al lado de James; ella había terminado su almuerzo y estaba mirándolo fijamente, con una expresión coqueta en su rostro.
—Oye, Sally. Escuché que alguien golpeó tu auto en el estacionamiento, ¿fue mucho el daño? —pregunté inocentemente.
Ella jadeó y se puso de pie de un salto.
— ¡Mierda! ¡Es el auto de mi mamá! —gritó, mientras se volteaba y echaba a correr.
Escuché a mis amigos echarse a reír detrás de mí mientras se sentaban en la parte más alejada de la mesa.
—Hola, James. —Le sonreí mientras me dejaba caer en la silla al lado de él.
—Hola, Ángel —respondió, sonriéndome. Miré alrededor para ver si estaba recibiendo miradas mortales de todas las chicas cerca, obviamente porque ya me había ganado una sonrisa—. ¿Alguien golpeó el auto de Sally? —preguntó, comiéndose su sándwich de atún.
Me encogí de hombros y sacudí la cabeza.
—Nah. Sólo lo dije porque quería sentarme aquí.
Se echó a reír.
—Sabía que me deseabas —bromeó, guiñándome un ojo.
—Bueno, quién no lo hace —respondí, sonriendo y mirando alrededor de la mesa a las chicas que estaban tratando de matarme con los ojos. Agarré mi botella de agua y fingí tratar de abrirla—. James, ¿puedes abrirla por mí? —pregunté, haciendo pucheros ligeramente.
—Ángel, si sigues haciendo pucheros, el viento cambiará y te quedarás atorada así —bromeó, sonriendo y quitándome la botella. La abrió fácilmente y me la pasó de nuevo.
—Gracias. —Sonreí, haciendo caso omiso de su comentario—. Vaya, nunca me di cuenta lo fuerte que eres. Debes ejercitarte un montón, ¿eh? —ronroneé, deslizando mi dedo hacia abajo por sus bíceps, mordiéndome el labio seductoramente. Me miró con lujuria, con los ojos fijos en mi boca. Sólo a partir de la expresión de dolor en su rostro, podía decir que quería darme un beso. Él no respondió—. ¿Entonces? ¿Te ejercitas mucho? Porque debes hacerlo, quiero decir, tu cuerpo es, mmm… —Mi voz se desvaneció, y lo examiné lentamente.
—Emm, supongo, sí un poco —murmuró, todavía mirándome un poco sorprendido y desconcertado.
No quería que esto llegara demasiado lejos, por el momento sólo estaba estableciendo el escenario para mi victoria. Rompí el contacto visual y comencé a comerme mi comida, lentamente, dejando que el tenedor se quedara en mi boca más tiempo del necesario.
—Oh Dios —gemí, cerrando los ojos mientras masticaba lentamente—. Esto está tan bueno —jadeé. Lo escuché gemir en voz baja a mi lado y supe que mis ruidos sexuales estaban llegándole. Lo miré—. James, deberías probar esto —ronroneé seductoramente. Él tenía una expresión adolorida en su rostro mientras me miraba fijamente con la boca ligeramente abierta. Sacudió la cabeza un poco, como si estuviera tratando de alejar un pensamiento y yo me tragué una risita. Oh mierda, iba a hacerme pagar por esto más tarde.
—Er, ok sí —dijo. Sonreí y agarré un tenedor lleno de mi pasta y lo guié hacia su boca para alimentarlo.
Un pedacito de pasta cayó del tenedor a sus pantalones vaqueros.
— ¡Oops, lo siento tanto! —Hice una mueca, mirándolo a modo de disculpa.
—No te preocupes por eso, Ángel. —Me sonrió y lo sacudió con su mano.
OK, ¡podía hacer que esto funcionara a mi favor! Agarré una servilleta y le limpié los pantalones vaqueros con ella. Era a medio muslo así que me aseguré de limpiar sólo un poco más arriba, mientras lo miraba a través de mis pestañas. Lo escuché tragar audiblemente mientras un ligero bulto comenzó a aparecer en sus pantalones el cual rápidamente cubrió con su brazo.
—Ahí. Listo —coqueteé.
—Emm… Gracias —murmuró, cerrando los ojos y suspirando.
Sonreí triunfalmente. ¡Ja! ¡Tomen eso, chicas! Miré alrededor de la mesa para ver si todas estaban mirándome. Ya sean expresiones sorprendidas o enojadas estaban pegadas a cada rostro femenino. Solté una risita, y le guiñé el ojo a Jessica quien se había vuelto roja por el enfado.
—Mejor me voy. Tengo que hablar con la Sra. Francis acerca de mi proyecto científico —dije, levantándome y sonriendo de oreja a oreja.
james agarró mi mano y me jaló de nuevo hacia el asiento.
— ¿Qué fue eso? —preguntó, luciendo ligeramente confundido.
Me encogí de hombros y le sonreí.
— ¿No tengo permitido ser amigable contigo, james? Quiero decir, eres el mejor amigo de mi hermano después de todo. Siempre estás pasando el rato en mi casa así que sólo pensé que debería ser cortés.
—Cortés, claro —contestó, sonriéndome.
Le lancé un guiño y me levanté para ir con mis amigos. Cuando pasaba junto a Jessica y las porristas me incliné hacia abajo y le susurré al oído.
—Supera eso —me burlé, partiéndome el culo de la risa.
Agarré la mano de Joss, haciéndola caminar un poco por delante de barbi y kendall quienes estaban conversando algo sobre una galería de arte a la que barbi quería ir el fin de semana. ella estaba un poco chiflada por el arte.
—Joss, creo que necesito tomar la píldora. ¿Todavía está abierta al público la clínica de planificación familiar en la calle Rose después de la escuela? —pregunté.
Asintió en confirmación. Sabía que ella sabría, había tenido un pequeño accidente hace aproximadamente un mes con un condón roto y había ido ahí por la píldora del día siguiente.
—Sí, desde las cuatro hasta las ocho —respondió, mirando por encima del hombro para asegurarse de que nadie pudiera oírnos—. Así que, vas a dar el paso, ¿eh? Creo que es genial. Definitivamente deberías tomar la píldora. ¿Quieres que vaya contigo? —preguntó de forma casual. Sabía que lo decía en serio; era la mejor amiga que una chica podía pedir.
—Todavía no estoy lista, pero no quiero quedarme corta o algo, quiero decir, debe tomar un tiempo que entre en tu sistema o algo. ¿Entonces no te importa venir conmigo? Realmente lo apreciaría —admití, mirándola con agradecimiento. Estaba muy nerviosa acerca ir por mi cuenta, y no se sentía bien pedirle a james que viniera.
No era exactamente el tipo de cosas que un chico hace.
— ¡Por supuesto que no! Tú has estado ahí conmigo un montón de veces. —Ella entrelazó su brazo a través del mío—. Y también hoy tengo mi auto, así que ni siquiera necesitamos caminar.
Sonreí.
—Gracias, Joss. —Suspiré felizmente y nos dirigimos hacia los casilleros. Agarré todos los libros que necesitaba para la tarde, metiéndolos en mi bolso—. Sólo necesito decirle a carlos que lo veré en casa. Te veré en clases —expliqué, volteando en dirección al casillero de mi hermano. Lo divise junto a james conversando con algunos de sus otros amigos del equipo—. Hola, chicos —canturreé a medida que me acercaba a ellos. Todos me miraron, sabía que les gustaba a algunos de los chicos del equipo; era obvio por la forma en que me miraban fijamente. Sin embargo nunca ninguno hacía un movimiento… eso probablemente era obra de carlos.
—Hola, (tn). ¿Cómo estás? —preguntó Matt, examinándome lentamente.
—Bien gracias, ¿y tú? —pregunté educadamente.
—Mucho mejor por verte —respondió, sonriéndome.
Carlos le dio un puñetazo en el brazo, haciéndome reír.
—Amigo, ¡hermana menor! —chilló furiosamente.
— Carlos, sólo quería decirte que no iré a casa contigo esta noche. Joss necesita que vaya con ella a hacer algo después de la escuela. Simplemente te veré en casa más tarde —dije, sonriendo. Pude ver a James frunciendo el ceño luciendo un poco decepcionado.
—Bueno, tengo trabajo esta noche, así que habría sido James quien te llevara a casa de todas formas —respondió Carlos, encogiéndose de hombros casualmente.
Miré a James y sonreí.
—Cierto, sí, lo olvidé. Bueno, lamento perderme eso. —Él me regresó la sonrisa y mi corazón casi se detuvo porque era tan apuesto. Me giré para irme caminando antes de detenerme de nuevo, con una idea formándose en mi cabeza. Volteé de nuevo hacia él y lo miré, burlonamente—. Oh, por cierto, James , el bote va por más de cuatro mil dólares ahora. Eso son más de doscientas chicas.
Sus ojos se ensancharon.
—No me jodas, ¿en serio? —preguntó, luciendo sorprendido, y francamente, un poco asustado. Carlos estaba partiéndose de la risa, y los otros chicos a nuestro alrededor estaban mirándonos como si nos hubiésemos vuelto locos.
—En serio —confirmé, guiñándole un ojo a James y alejándome, riéndome de su cara de disgusto.
Después de la escuela, Joss me llevó a la clínica de planificación familiar. Tomé un número y porque no había estado allí antes, tuve que llenar un montón de formas sobre mis datos personales, vida sexual actual y mi historial médico. Después de aproximadamente una hora de espera, me llamaron a través de una sala blanca, donde una señora estaba esperando allí por mí.
—Hola,(tn). Adelante —dijo, sonrió y señaló una silla.
—Hola —dije con voz ronca, nerviosa, sentándome frente a ella.
—No tienes que estar nerviosa. ¡No voy a morder! —se rió. Le sonreí nerviosamente. —Así que, ¿qué puedo hacer por ti hoy? —preguntó ella, hojeando las formas que había llenado.
—Bueno, mi novio y yo nos estamos volviendo muy serios y estamos hablando de tener relaciones sexuales, por lo que quería ir a la píldora. ¿Eso es algo que puedo hacer aquí, o tengo que ir a mi propio médico? —pregunté, jugando con mis manos, sonrojándome.
Ella sonrió amablemente.
—Por supuesto que puedes hacerlo aquí. Aquí dice que eres virgen —dijo, ojeando a través de mis formas de nuevo.
—Emm, sí lo soy. —Me ruboricé aún más, deseando que la tierra se abriera y me trague.
—No tienes que estar avergonzada, (tn). Creo que es fantástico que estés aquí. Veo tantas chicas jóvenes que no piensan en ir tomando la píldora hasta que es demasiado tarde. Es refrescante tener a una jovencita siendo tan responsable —dijo, acariciando mi mano. Di un suspiro de alivio y sonreí. Pensé que iba a tener una conferencia de por qué no debería tener relaciones sexuales a mi edad y cómo debería estar esperando. —Está bien, sólo tengo que conseguir cierta información, como tu presión arterial, peso y esas cosas. Luego podemos hablar de cuál te sentará mejor, ¿de acuerdo?
Después de que terminé con mi presión arterial, peso y mi índice de masa corporal ambas fuimos a sentarnos de nuevo cerca de su escritorio.
—Bien, bueno te recomiendo que vayas por la píldora combinada. La vas a tomar todos los días, a la misma hora cada día durante tres semanas, luego no la vas tomar por una semana que será cuando tengas tu período. Es muy eficaz y es lo que la mayoría de las jovencitas buscan —explicó, sonriendo.
Asentí y sonreí, porque todo parecía estar cayendo en su lugar.
—Eso suena bien.
Tomó su libreta y escribió una receta.
—Puedes retirar esto lleno justo al lado. Te he dado un suministro de tres meses para que pueda ver cómo te va. La próxima vez, si todo está bien, entonces vamos a ir a por seis meses —explicó.
—Sí, gracias. —Sonreí con gratitud porque había hecho esto mucho más fácil para mí de lo que pensé que sería.
—Así que, te voy a dar un folleto para leer, pero las cosas importantes a tener en cuenta son: hay que tomarlo a la misma hora cada día, y tienes que tomarla todos los días aparte de tu semana de descanso. —Sonrió y me dio la receta—. Asegúrate de leer el folleto sobre lo que hay que hacer si te olvidas de una, o si vomitas después de tomarla, ya que eso pueden dejar de hacerlo funcionar. Te voy a dar algunos de estos para mantenerte a salvo hasta que estés al ritmo de tu píldora, está bien. —Agarró un puñado de condones y los puso en una bolsa de papel para mí.
—Oh, gracias —murmuré, tomándolos con agradecimiento.
—Bueno, gracias por venir, (tn). Te veré en tres meses. —Se levantó y tendió su mano hacia mí, marcando el final de la cita.
Se la estreché, sonriendo.
—Gracias. —Caminé hacia la puerta, sonriendo de oreja a oreja. ¡Vaya, eso fue más fácil de lo que pensaba!
—Oye, ¿cómo te fue? —preguntó Joss, levantándose de su asiento.
—Sí, muy bien. Tengo que ir a llenar mi receta, y entonces estoy lista. —Enganché mi brazo a través del suyo, tirando de ella hacia la puerta.
— ¡Vaya, no puedo creer que vayas a tener relaciones sexuales con James Maslow! —chilló ella, emocionada.
—Todavía no lo hago. Necesito saber que puede esperar por mí. No estoy lista para eso aún —le dije con sinceridad.
—Él va a esperar. Se ve que está loco por ti. —Joss sonrió feliz y suspiré.
Realmente esperaba que eso fuera cierto. Llené mi receta y Joss me dejó en casa. Carlos aún estaba en el trabajo, así que me hice un sándwich y me senté a la mesa para hacer mi tarea. Una vez que hube terminado, miré el reloj. No era sino las ocho; tenía una hora más hasta que Carlos volviera a casa.
Sonreí y agarré mi teléfono, marcando a James apenas capaz de contener mi emoción.
—Hola, Ángel —respondió él, sonando ridículamente feliz.
—Hola. ¿Quieres venir? —le pregunté, mordiendo mi labio de entusiasmo.
—Claro que sí. Ahí estaré —respondió y colgó. Corrí a mi habitación para comprobar rápidamente mi cabello. Me reí de mí misma cuando me di cuenta que me había convertido en una de esas chicas que pensaban que tenían que verse perfectas para él. Volví a la sala de estar, al mismo tiempo en que él entró por la puerta delantera.
—Hola. —Sonreí.
Él me arrastró en sus brazos y me besó con pasión, haciendo que mi corazón se acelere y mi estómago aletee. Después de un rato se apartó.
—Hola —suspiró, haciéndome temblar de felicidad?. Así que, ¿dónde estabas? Te extrañé —murmuró, poniendo su rostro entre mi cabello y respirando profundamente.
Me reí y me aparté.
—Vaya, ¿qué? ¿Eres una especie de espeluznante hombre que huele el cabello? —bromeé, tomando su mano y arrastrándolo hacia el sofá y empujándolo hacia abajo.
Él se rió y se apoderó de mi cintura, y me atrajo a su regazo de modo que estaba sobre él.
—Te he echado mucho de menos hoy. Odiaba verte y no ser capaz de tocarte. Además, ¿qué diablos fue eso en el almuerzo? ¿Te gustó burlarte de mí? —preguntó, frunciendo el ceño.
Pasé mis manos por su cabello castaño y sedoso, y me reí con aire de culpabilidad.
—Tengo que preparar el terreno para mi victoria. No puedo aparecerme frente a Jessica y ser toda: “sí, he ganado la apuesta, ¿cierto?” —le pregunté inocentemente. Negó con la cabeza, todavía con el ceño fruncido.
—Pero eso fue exagerado. Quiero decir, ¿sabes lo difícil que fue para mí no saltarte encima? —bromeó.
Asentí con la cabeza y me mordí el labio para no reírme.
—Oh sí, me di cuenta de que fue difícil para ti —me burlé, alzando las cejas a sabiendas, haciéndole reír.
—Mmm, lo que sea. ¿A dónde fuiste de todos modos? Tenía la esperanza de pasar un poco de tiempo contigo esta noche. —Me atrajo más hacia él y me besó en la nuca, haciéndome morderme el labio cuando mi piel se desató en piel de gallina.
Me aparté y me puse de pie, caminando hacia mi bolso de la escuela para sacar la bolsa marrón de la clínica. Me senté en su regazo y sostuve la bolsa en alto para que él tomara. Me miró, confuso, y luego miró a la bolsa. Su cara se transformó desde la confusión, a la comprensión, a la felicidad, a estar molesto. Espera, ¿molesto? ¿Por qué demonios iba a estar molesto conmigo?
— ¿Fuiste a hacer esto por tu cuenta? —preguntó, frunciéndome el ceño con enojo.
Negué con la cabeza, un poco confundida por su reacción.
—No fui por mi cuenta, Joss fue conmigo —modifiqué, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.
— ¿Por qué no me lo dijiste? Habría ido contigo —dijo, empujándome más cerca de él, la expresión molesta todavía en su rostro.
—James, pensé que, ya sabes... en realidad no es un lugar donde llevar a su novio. Quería ir por la píldora; Joss se ofreció a venir conmigo. —Me encogí de hombros; realmente no veo por qué estaba tan enojado por eso.
—Ángel, te amo, habría ido contigo. Me gustaría que me hubieras dicho —dijo, mirándome con tristeza.
— ¿Qué diferencia hace? No pensé que te gustaría ir —dije, confundida. ¿Por qué diablos se sentía tan lastimado y molesto? ¡Simplemente fui por la píldora para que pudiera tener sexo con él! ¿No debería estar feliz por ese hecho?
— ¿No pensaste que me gustaría ir? Ángel, se trata de mí también, quiero que hagamos cosas juntos. Somos una pareja, un equipo. Me siento un poco dolido de que pensaras que no querría ir —explicó, besándome en la frente.
—James, lo siento, de verdad. Realmente no pienso así. Simplemente pensé en que la mayoría de los chicos no estaría interesado. Pensé que estarías contento de tomara un poco de iniciativa —le dije, mirándolo en tono de disculpa, rogándole con mis ojos que entendiera que no tenía intención de hacerle daño.
—Estoy contento de que hayas tomado la iniciativa, pero no soy como la mayoría de los chicos. Te amo. La mayoría de los chicos no están enamorados de sus novias, como yo. Esta fue una gran cosa de tu parte por hacer, y yo debería haber estado allí para ti —explicó, besándome tiernamente.
Tomé una respiración profunda sintiendo la culpa instalarse en la boca de mi estómago. No pensé en ello de esa manera.
—Lamento no haberte dicho o pedido que vinieras conmigo. Tengo que volver en tres meses para un chequeo, ¿quieres venir conmigo entonces? —pregunté, sonriendo y poniendo mi frente en la suya.
Se echó a reír.
—No, en realidad no es lo mío —bromeó, levantando su nariz y encogiéndose de hombros.
Me reí y le di una palmada en el hombro juguetonamente.
—Idiota —dije en tono de broma, haciéndolo reír más fuerte. Lo empujé hacia abajo sobre el sofá y me puse encima de él, besándolo. En el momento en que me alejé, los dos estábamos respirando pesadamente. Me miraba con lujuria y podía sentir que ya había despertado. —James, sólo porque me voy a tomar la píldora, no significa que estoy lista para algo más. Ya lo sabes, ¿verdad? —pregunté, respingando, esperando no haber conseguido elevar sus esperanzas y ahora estuviera esperando sexo.
Él sonrió y me metió el pelo detrás de la oreja.
—Ángel, ya lo sé. Está bien. Vamos a ir tan lento como quieras. Mientras que pueda hacer esto. —Empujó mi rostro hacia abajo al suyo de nuevo. Sonreí contra sus labios y me sentí más feliz de lo que había estado en años, él era demasiado dulce.
Sólo rezaba que estuviera lista pronto, antes de que se aburriera o desesperara y se fuera corriendo tras esa cualquiera Jessica.
Después de besarnos y abrazarnos alrededor de una hora escuchamos un coche en la calle.
—Maldita sea, debe ser al auto de Carlos —susurré, tratando de alejarme de James.
Me senté, alisando mi cabello, con la esperanza de que no se viera como si hubiéramos estado ligando durante la última hora.
James se rió y tiró de mí hacia abajo en el sofá con él.
—Carlos puede manejar esto. Vamos, tiene que acostumbrarse a esto con el tiempo. Él va a vernos besándonos de vez en cuando —dijo, riendo entre dientes en mi cuello. Sonreí mientras entretejí mis dedos en su cabello, oí la puerta abrirse y James levantó la cabeza para mirar, con una pequeña sonrisa en el borde de sus labios.
De hecho, creo que él estaba disfrutando molestar a Carlos.
— ¡Oh, vamos, chicos! En serio, ¿qué he dicho esta mañana sobre las muestras de afecto públicas? —Se quejó mi hermano, arrojando las llaves sobre la mesa.
James gimió y puso los ojos en blanco mientras se incorporaba, empujándome a sentarme junto a él.
— ¿Mejor? —preguntó, sonriendo con malicia.
Carlos suspiró y puso los ojos en blanco también.
—Voy a acostumbrarse a esto, supongo ?se quejó. james me sonrió y no pude evitar sonreírle de vuelta. Él echó su brazo sobre mi hombro y me tomó de la mano con su otro brazo, jugando con mis dedos.
Mi hermano entró y se dejó caer en el sofá de enfrente, mirándonos con mal humor. Me reí de su expresión de contrariedad y me levanté.
—Voy a ir a hacer mi tarea. Ustedes, chicos, pueden entretenerse a sí mismos por un tiempo, ¿verdad? —Les sonreí a los dos a la vez. Tenía la sensación de que necesitaban un poco de tiempo de “vinculación masculina” después de las revelaciones de anoche. Carlos y James eran los mejores amigos después de todo.
—Sí. ¿Quieres jugar a Halo? —preguntó James con entusiasmo. Carlos se levantó para configurarlo y me sonreí secretamente feliz. Sí, volvieron a la normalidad.
Agarré la bolsa de papel marrón y me dirigí a mi dormitorio, riendo cuando james golpeó mi trasero y me silbó. Ya había hecho mis deberes, así que decidí que un largo y agradable baño de espuma en la bañera sería bueno. Preparé un baño y añadí una gran cantidad de burbujas, antes de agarrar un libro y meterme en la bañera. Me perdí en la historia.
Estaba tan absorta en la historia que no oí la puerta abrirse.
—Bueno, eso sí que es sexy ?ronroneó james desde la derecha junto a mí.
Grité y casi dejo caer el libro en el agua.
— ¡Mierda! ¡Casi me das un infarto, James! —grité, tratando de calmar mi corazón que estaba tratando de romper mis costillas. Llevé mis rodillas hasta mi pecho y traté de ocultarme de modo que pudiera ver nada inapropiado. Por suerte para mí, todavía había bastantes burbujas que ayudaron.
Se echó a reír.
—Lo siento. Oye, ¿puedo entrar? —bromeó mientras se arrodillaba junto a mí y puso sus dedos en la bañera. Los sacó de forma rápida y meneó la cabeza?. Olvídalo. ¡Eso está jodidamente helado! —Frunció el ceño y se secó la mano en la toalla.
—James, ¿podrías salir de aquí? ¡Esto no es divertido! —grité, sonrojándome.
Puso su sonrisa un poco engreída y se inclinó para besar mis labios sólo por una fracción de segundo antes de que se volviera y regresara a la puerta.
—Estaba bromeando. En realidad no me di cuenta de que estabas aquí. Aunque, deberías salir, esa agua está muy fría. ¿Has estado ahí todo este tiempo? —preguntó, sacudiendo la cabeza.
—Está un poco fría —admití. Ahora que estaba fuera de la historia ni siquiera me di cuenta que la bañera estaba como piedra fría y tenía piel de gallina por todas partes. James sonrió y se volvió de nuevo a mi habitación, cerrando la puerta para darme un poco de intimidad. Saqué el tapón y lancé mi libro a un lado mientras me ponía de pie. Agarré la toalla del borde y la envolví alrededor de mí con fuerza. Me di cuenta al salir de la bañera que no había traído nada de ropa aquí para cambiarme. En realidad estaba muy frío, y mis dientes castañeteaban. No podía quedarme aquí toda la noche, simplemente tendría que ir a buscar un pijama. No era gran cosa; James me había visto en una toalla antes.
Cuando entré en mi habitación me di cuenta de que estaba descansando en mi cama.
—Hola —dije, sintiéndome un poco incómoda, a medida que me ponía un par de pantalones cortos debajo de la toalla.
—Por Dios, Ángel, podría haberte dado hipotermia o algo así —me regañó, mirándome con preocupación. Me agarró de la mano y me llevó a la cama, sentándome en el borde cuando él entró en el cuarto de baño, volviendo con otra toalla. Frotó mis brazos y hombros, secándome rápido.
Estaba contenta que decidí no lavarme el cabello, en cambio, poniéndolo en un moño desordenado, de lo contrario eso me habría hecho tener aún más frío. Envolvió su brazo alrededor de mí, poniendo cada uno de mis dedos arrugados como ciruelas en su boca, calentándolos de uno en uno a la vez. ¡Oh, Dios mío, eso es sexy! Incliné mi cabeza y lo besé, al parecer atrapándolo por sorpresa. Después de uno o dos segundos, respondió, besándome de vuelta. Mordí su labio suavemente y él abrió la boca, permitiéndome deslizar mi lengua en ella. Gimió desde la parte posterior de su garganta y envolví mis brazos alrededor de su cuello, sujetando su cabello rudamente, tirando ligeramente de él. Me llevó más cerca, profundizando el beso. Después de lo que pareció una eternidad, pero aun así no fue lo suficientemente largo, se alejó respirando pesadamente. Sus labios no dejando mi piel, sin embargo, en cambio, besó mi cuello, succionando la piel cerca de mi clavícula, haciéndome jadear y retorcerme.
Todavía estaba helándome y mis dientes empezaron a castañetear de nuevo, arruinando el momento. Se retiró entre risas.
—Vamos a ponerte debajo de las sábanas y así puedas entrar en calor. —Se quitó la camiseta en un solo movimiento y no pude dejar de mirar a su pecho esculpido.
Sentí movimiento y mi visión se volvió negra por unos segundos, interrumpiendo el comérmelo con los ojos. Sonreí cuando me di cuenta que había puesto su camiseta por encima de mi cabeza.
—James, si quieres que me caliente, todo lo que necesitas hacer es quitarte la ropa —ronroneé, mordiéndome los labios y mirando por encima su pecho y abdomen, con ganas de pasar mi lengua sobre ellos.
Se rió y rodeó sus brazos alrededor de mí.
—Ángel, no podrías estar más caliente, confía en mí. Eso sería ilegal —respondió, besándome otra vez. Me quité la toalla húmeda y la arrojé en el piso mientras él me levantaba. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras me cargaba hasta el final de la almohada y sacaba la colcha, subiéndose en la cama conmigo todavía unida a su frente como un mono bebé. Empujó la colcha por completo a lo largo de nuestras cabezas y se apartó de nuevo para hablar conmigo en la penumbra. —Te he echado de menos esta noche. ¿Por qué no te quedaste a jugar con nosotros? —preguntó de mala gana.
—Pensé que tú y carlos necesitaban un poco de tiempo juntos. Realmente no has hablado con él por tu cuenta desde que se enteró de nosotros. Él sigue siendo tu mejor amigo, así que sólo vamos a tener que encontrar un equilibrio. No puedes pasar todo tu tiempo tratando de meterte en mis pantalones, sabes —bromeé.
—Pero me encanta intentar meterme en tus pantalones —se quejó en broma, dándome la cara cachorrito, haciéndome reír. Estaba calentándome ahora. Su calor corporal palpitante en mí y nuestro aliento caliente entremezclándose bajo el edredón, lo hacía todo parecer casi humeante al debajo. Por otra parte, podría haber sido sólo la pasión que sentía ardiendo dentro de mí?. Supongo que tienes razón. Carlos estuvo bien esta noche, en realidad dijo que era agradable verte feliz, por lo cual me llevó todo el crédito por supuesto —dijo engreídamente.
— ¿Todo el crédito? ¡Vaya, ese un ego desmesurado el que tienes allí! —bromeé con una sonrisa ante el doble sentido, sobre el bulto en sus pantalones vaqueros que estaba presionando sobre mí. Se rió y acarició el costado de mi rostro con el dorso de sus dedos.
— ¡Es mejor que no estés desnudo con mi hermana pequeña, Maslow! —gruñó Carlos de advertencia desde la cercanía de la puerta.
James empujó la colcha fuera de nuestras cabezas, sonriendo con aire de culpabilidad.
—Carlos, amigo, un poco de advertencia más estaría bien.
—Oh, Carlos, ¡contrólate! ¿Qué quieres? ¿Y alguna vez has oído hablar de tocar? —pregunté, empujando la colcha más atrás para que pudiera ver que tenía una camiseta puesta.
—Toqué. Simplemente no escucharon a través de todo el coqueteo ?respondió, sonriendo. Todos nos reímos y mi hermano negó con la cabeza. —De todos modos, sólo quería decirte, (ta) , que mamá regresa a casa el domingo.
Sonreí; no había visto a mi madre en tres semanas.
— ¿Sí? ¡Impresionante! —exclamé con mucho gusto.
Carlos asintió con la cabeza, su sonrisa a juego con la mía.
—Sí. Bueno, está bien, voy a la cama. Mantengan el ruido bajo por aquí; no quiero saber nada.
Me eché a reír y no pude resistir burlarme de él un poco más.
—Carlos, tal vez quieras tomar prestado mi iPod, estamos calentando para la apuesta —bromeé, guiñándole un ojo.
james se echó a reír y mi hermano simplemente me miró fijamente, sacudiendo la cabeza con desaprobación, cerrando la puerta detrás de él.
—Ángel, eres demasiado divertida —dijo James, besando mi cuello.
—Cállate, Maslow —contesté, imitando el tono bromista de mi hermano------------------------------------------- espero que les haya gustado :3 besos!
Última edición por valeerusher el Sáb 31 Ago 2013, 8:49 am, editado 1 vez
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
menudo maraton!!!!
la apuesta se ha subido a 4.800$!!! :OWO:
con todo ese dineral yo me lo pienso eh...
jajaja como ha dejado la rayis a Jessica :jojojo:
uyuyuyyuy, bultito en los tejanos de James... :datass:
siguela cuando puedas, esta genial!!!
y la pildora...
besos <3
la apuesta se ha subido a 4.800$!!! :OWO:
con todo ese dineral yo me lo pienso eh...
jajaja como ha dejado la rayis a Jessica :jojojo:
uyuyuyyuy, bultito en los tejanos de James... :datass:
siguela cuando puedas, esta genial!!!
y la pildora...
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPITULO 24.
Desperté en la mañana con una enorme sonrisa en mi cara. El sol brillaba, las aves cantaban, y había despertado junto al chico más sexy del mundo, que por casualidad estaba enamorado de mí. Sonreí contra el brazo en el que estaba acostada y presioné mi espalda contra él, sintiendo su duro pecho presionado en mi espalda donde me estaba abrazando.
— ¿James? —susurré, girando mi cabeza en su dirección.
Sus brazos se tensionaron alrededor de mí mientras lentamente abría sus ojos.
—Hola —murmuró, levantando su cabeza para que pudiera besarme—. Wow, amo despertarme sabiendo que finalmente eres mía. —Puso la cabeza hacia atrás y suspiró con satisfacción—. Entonces, ¿podemos decirle a la gente hoy que estamos saliendo? —preguntó felizmente, sonriendo de oreja a oreja.
—Um… no. No hoy. Aún necesito hacer un poco más de trabajo de preparación en eso —respondí, recorriendo mi mano por su pecho, trazando sus músculos.
Gruñó.
—Por, “trabajo de preparación”, no querrás decir que vas a coquetear conmigo y ponerme caliente como el infierno de nuevo como ayer, ¿cierto? —preguntó, luciendo suplicante.
—Tendrás que esperar y ver, ¿no crees? Oh, y te doy permiso para tocarme un poco hoy si quieres —ofrecí casualmente. Me giré para enfrentarlo, sosteniendo mi cabeza en mi codo para que pudiera verlo mejor.
—Mmm…tocarte, ¿así? —ronroneó. Arrastrando sus dedos a través de mi cuerpo lentamente, desde mi cara, abajo por mi cuello, a través de mis senos y estómago, estableciéndose finalmente justo en el interior de mi muslo. Su mano estaba tan cerca de mi centro que no pude evitar el pequeño gemido que escapó de mis labios.
Trazó sus dedos a través de mi pierna, haciéndome gemir. Maldita sea, lo quería tanto pero simplemente no podía, no aún.
—No, James —supliqué. Dije las palabras, pero moví mis caderas inconscientemente tratando de acercarme más a su mano.
Se rió, poniendo sus labios de forma que están casi tocando los míos.
—Prométeme que no me provocarás mucho hoy en la escuela —murmuró contra mis labios mientras movía su mano a la parte exterior del muslo.
—No te molestaré demasiado. pero no puedo prometer que no te calentaras —bromeé, torciendo sus palabras.
Estrelló sus labios contra los míos y pude sentir que estaba sonriendo.
—¡Eres una maldita provocadora! Ni siquiera te das cuenta de lo que me haces —gruñó besando mi cuello suavemente. Vaya, sabía exactamente lo que estaba haciendo, ¡lo podía sentir!
Le devolví el beso con pasión y se alejó después de un par de minutos, justo cuando se estaba tornado apasionado.
—Mejor me voy. —Él me besó otra vez mientras salía de la cama.
—Está bien. Te veo en un rato —contesté, viendo cómo se ponía la ropa. Me guiñó un ojo mientras subía por la ventana, de regreso a su casa. A pesar de que Carlos sabía, James seguía necesitando mantener la pretensión para sus padres. Él no podía exactamente ser visto salir por la puerta principal, cuando se suponía que debía estar en su cama.
Me levanté de la cama y salté al cuarto de baño para una ducha. Cuando estaba seca, me quedé mirando a través de mi armario por mucho tiempo. Necesitaba algo diferente para usar hoy. Quería que James me viera como si realmente me quisiera enfrente de todos, porque no quería seguir mintiendo acerca de nuestra relación. Saqué una pollera tiro alto color azul y una remera gris lisa con cuello en V. Sonreí mientras miraba mi atuendo. Esto sin duda iba a funcionar. Me vestí y me examiné en el espejo, la falda era corta, pero no demasiado como para que pareciera una de las zorras, y la remera era ajustada lo suficiente para dar una pista de lo que estaba debajo. Sonreí y me puse un par de ballerinas color marrón y un cinto haciendo juego, completando el atuendo.
Agarré la bolsa pequeña que me dieron en la clínica de planificación familiar y saqué mi caja de pastillas. Echándole un vistazo al paquete, encontré la primera y me la tragué rápidamente, sonriendo para mis adentros. Fui a la cocina y James estaba hablando con Carlos, de espaldas a mí, y ya había un plato de cereal en el mostrador esperando por mí. Sentí mi corazón derretirse un poco por su consideración.
—Buenos días —dije alegremente. James estaba bebiendo un vaso de agua y cuando se dio la vuelta, casi se ahogó. Carlos le dio una palmada en la espalda bruscamente y se echó a reír. ¡Sip, ese era el efecto que quería! Sus ojos estaban muy abiertos y con hambre al mirarme lentamente, haciéndome sonrojar al imaginarme los pensamientos que estaba teniendo sobre mi cuepo. Él todavía no había hablado —. James, ¿quieres tomar una foto? Va a durar más tiempo —bromeé, comiendo mi cereal.
Eso pareció sacarlo de la fantasía privada que estaba teniendo.
— ¿No vas a usar eso hoy cierto? —preguntó, frunciendo el ceño ligeramente.
Me miré a mí misma preguntándome qué quería decir con eso. No me veía tan zorra.
—Sí, ¿por qué? —pregunté, confundida. Pensé que le gustaba la ropa; ¡desde luego parecía que le gustaba!
Él se acercó y rodeó sus brazos alrededor de mí por la espalda.
—Ángel, ¿cómo diablos se supone que me voy a concentrar todo el día, sabiendo que mi hermosa novia se ve como una maldita diosa del sexo? ¿Estás torturándome a propósito? —se quejó, besando el lado de mi cuello y pasando sus manos por mis muslos expuestos.
Me reí y le di un codazo en el estómago.
—Bueno, entonces sólo tendrás que ejercer algo de control, ¿no crees? —me burlé, alejándome después de moverme contra su erección discretamente.
Él gimió y se movió de modo que estaba detrás del mostrador, probablemente para que Carlos no pudiera ver que estaba tan excitado.
—No estás jugando nada limpio —se quejó.
Me reí y agarré mi mochila.
—¿Listo para irnos, Carlos? —pregunté, sonriendo a mi hermano, que parecía que estaba tratando de hacer caso omiso a nosotros, cosa en la que estaba fallando.
—Sí pero creo que James necesita otro minuto para calmarse, sin embargo —dijo él, riendo, haciendo rodar los ojos a James. Me reí de su expresión de advertencia. Carlos me agarró por los hombros y me empujó fuera de la puerta. Todavía estaba riéndome de James.
La mañana pasó volando y finalmente, la hora del almuerzo estaba aquí. Estaba tan emocionada de ver a James que no podía dejar de sonreír.
—Qué demonios te pasa? —preguntó Kendall, mirándome como si me hubiera vuelto loca.
—Nada, sólo estoy teniendo un buen día. Además, tengo hambre y ahora vamos a comer —mentí sin problemas.
— ¿Vas a hacer otro movimiento a James? —preguntó Joss, sonriéndome a sabiendas.
Me eché a reír.
—Oh, diablos, sí. Sólo observa la cara de Jessica. Voy a hacer que me desee hoy. —Sonreí feliz. Esto iba a ser grande y Jessica iba a odiar cada segundo de ello.
—No hay duda al respecto —estuvo de acuerdo Joss, riendo.
— ¡Oh! ¡Así que por eso es la falda! —dijo Kendall. Una mirada de comprensión cruzó su rostro.
Me eché a reír y asentí.
— ¿Crees que va a funcionar? —pregunté, en realidad quería su opinión.
Él asintió con la cabeza.
— Oh, sí que va a funcionar. Todos los chicos en la escuela han estado hablando acerca de tus piernas asesinas hoy. Debo decir que hasta yo, que estoy totalmente enamorado de mi novia, te he comprobado —admitió, encogiéndose de hombros.
Le di una palmada en el hombro juguetonamente.
— ¡Ew! Eso es asqueroso. ¡Tú eres unos de mis mejores amigos! ¡Los mejores amigos no pervierten el uno del otro! —declaré, fingiendo un estremecimiento.
—En realidad, he estado mirándote también —bromeó Joss.
—Yo también —agregó Barbi, haciéndonos reír a todos más fuerte.
Al entrar en el comedor, riendo, pude sentir algunos de los chicos mirándome. Ahora que Kendall había dicho acerca de eso, me di cuenta que tenía mucha más atención de lo normal.
Compramos nuestra comida.
—Ya vuelvo, muchachos —dije, sonriendo, mientras me dirigía a la mesa donde los atletas se sentaban. Todos mis amigos se fueron a sentar en la mesa de costumbre, me miraban con ojos curiosos. Vi a James mientras me acercaba. Como de costumbre, había una decena de chicas colgando a su alrededor, coqueteando descaradamente. Parecía que estaba realmente enojado.
—En serio, Rebeca, si me tocas una vez más voy a ir a hablar con alguien acerca de ello. Esto está al borde del acoso sexual —gruñó James, mirándola y quitando su mano fuera de su muslo. Se veía muy ofendida cuando se puso de pie y salió fuera. El resto de las chicas estaban sonriendo a sus espaldas. Prácticamente se podía leer sus pensamientos en sus caras: Una chicas menos para la competencia. Reprimí una risita y me senté en la mesa. Carlos no estaba allí, así que decidí sacar el máximo provecho de eso y realmente empujarlo hoy.
—Hola James —ronroneé, sonriéndole seductoramente.
Su rostro se iluminó cuando me vio.
—Hola angel ¿Tuviste una buena mañana? —preguntó alegremente. Puse mala cara y negué con la cabeza. Su rostro se cayó y puso su brazo sobre mi hombro, me miró preocupado—. ¿Qué está mal, Ángel?
Me puse de pie y me senté en la mesa frente a él, apoyando un pie en el banco entre sus piernas, así mi pie estaba casi tocando su entrepierna. Él no pareció darse cuenta, sin embargo; seguía mirando mi cara, preocupado.
—Me lastimé la pierna en clase de gimnasia. Es muy doloroso. ¿Tengo un moretón?—pregunté, abriendo las piernas ligeramente y apuntando a mi cara interna del muslo. Sus ojos de inmediato cayeron a mis piernas. Me sentía algo mal por lo que hacía, estaba siendo una total zorra. Puso su mano en el músculo de mi pantorrilla y la deslizó poco a poco todo el camino hasta mi pierna, a mi cara interna del muslo, gimiendo en voz baja al hacerlo.
—No, no hay moretones —dijo con su voz sensual, haciéndome arder en necesidad mientras masajeaba mi muslo.
—Hmm, ¿de verdad? Duele tanto —mentí, sonriéndole. Él estaba sonriendo hacia mí; su expresión me dijo que sabía que me estaba volviendo loca—. ¿Qué tal si mejor lo besas para mí? —sugerí, alzando las cejas, tratando de parecer sexy.
Escuché algunos de los chicos gemir, ya que obviamente estaban viendo el intercambio. La lujuria cruzó la cara de James mientras asentía con una sonrisa sexy e inclinó la cabeza hacia mi pierna. Justo antes de que sus labios tocaran mi piel, alejé mi pierna—. En realidad, es mejor que no. Pensé que tenías una novia — bromeé.
Se rió y negó con la cabeza hacia mí, entrecerrando los ojos, obviamente decepcionado de que no llegó a besar mi pierna delante de toda la escuela.
— Tengo una novia. La amo más que cualquier otra cosa —dijo, su voz llena de honestidad.
Sonreí mientras mi corazón se derritió.
—Bueno, no deberías estar haciendo esto, entonces, ¿eh? —me burlé, sonriéndole y bajando de la mesa. Agarré a mi bandeja del almuerzo—. Me parece que está bien ahora, de todos modos. Tal vez si comienza a doler de nuevo más tarde, te llamaré —coqueteé.
Él gimió cuando le guiñé y me fui a la mesa de amigos. Podía oír a los chicos, todos haciendo comentarios calientes detrás de mí acerca de cuán caliente era eso, y cómo definitivamente “aprovecharían eso”, y las chicas diciendo lo ramera que era.
Me reí y me dejé caer en nuestra mesa. Joss me sonrió a sabiendas, Kendall me estaba mirando con la boca bien abierta.
— ¡Estabas tan ahí! ¡Realmente creo que podrías ganar la apuesta! —dijo barbi, mirándome con asombro.
No podía dejar de reírme de ella; me miraba como si fuera una especie de diosa o algo así.
—Podrían servirme cuatro mil dólares —admití, riendo. Sólo esperaba que Jessica realmente pagara una vez se diera cuenta de que yo fui su novia todo el tiempo.
Cuando terminamos de comer, estaba caminando junto con mi grupo de amigos, cuando alguien me agarró la mano y me tiró a una parada. Chillé, un poco sorprendida, y me giré para ver a James sonriéndome mientras me arrastraba al salón de clases vacío más cercano. Me reí cuando vi a mis amigos caminar sin mí, ni siquiera dándose cuenta de que no estaba detrás de ellos más. Cerró la puerta y me miró, tratando de fingir que estaba molesto conmigo, pero no había manera de que cayera por eso, él se divertía, me di cuenta.
—Ángel, eso fue demasiado —afirmó mientras daba un paso más cerca de mí.
Di un paso atrás y choque con la pared.
— ¿Demasiado? Pensé que era bastante perfecto —respondí en broma.
Él se rió y apretó su cuerpo al mío.
—Eres bastante perfecta. —Apartó mi pelo de mi cara suavemente, mirándome con ternura. Puse mis brazos alrededor de él y lo acerqué más, luego moví mis manos para agarrar su trasero. Él sonrió con esa sonrisa sexy y presionó sus labios contra los míos con suavidad; gemía ligeramente y lo acerqué más, con ganas de más.
Se apartó para besar mi cuello, sus manos vagando por mi cuerpo, a través de mis piernas. Una de sus manos se deslizó debajo de mi falda, haciendo cosquillas con sus dedos en mi trasero provocando. Sentí chupar suavemente en mi cuello.
—James, ¿me estás dando un chupón? —pregunté, riendo.
Dejó de chupar por un segundo y alejó su boca de mi piel.
—Mmm-hmm te estoy marcando —murmuró, antes de chupar en el mismo lugar otra vez. Después de unos segundos, se apartó para mirarlo, inspeccionando su obra. Parecía muy orgulloso de sí mismo y estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Sí, ¿y yo puedo marcarte? —bromeé.
—Claro, si quieres. —Él estuvo de acuerdo, encogiéndose de hombros, pero en realidad luciendo un poco esperanzado. ¿Realmente quería que lo marcara? Apretó los labios a los míos una vez más, pareciendo poner mi cuerpo en llamas. Por Dios, ¿cómo diablos me hacía esto? Él era el único chico que había besado, por amor de
Dios. Sin embargo, aquí estoy, ¡dejándolo poner su mano en mi trasero! Sonreí cuando inclinó la cabeza hacia un lado, dándome acceso a su cuello. Justo cuando mis labios rozaron su piel, sonó la campana.
Él gimió y se alejó, mirándome con una cara de cachorro de nuevo.
—Falta a clases conmigo —declaró él, haciendo un puchero ligeramente.
¿Faltar a clases con él? ¡Oh, mierda, odiaba faltar a la escuela, eso no era yo en absoluto!
—Um, James, no puedo. —Estaba debatiéndome, tenía muchas ganas de pasar tiempo con él, pero simplemente no podía soportar la idea de que mis maestros supieran que falté a clase sin necesidad.
— ¿Por favor? —rogó, doblando sus rodillas para que así estuviéramos a la misma altura.
Sus ojos miel me estaban matando. No podía decirle que no. Suspiré profundamente.
—Si me atrapan, entonces tú estarás en serios problemas —le advertí. Si obtenía detención, me aseguraría de que él también.
Él se rió, una hermosa sonrisa se extendía por su cara mientras sacaba su celular y llamó a Carlos para decirle que no me sentía bien y que me llevaba a casa.
—Sí, ella está bien. No, dice que se siente un poco mareada, eso es todo. No, no, lo tengo. Muy bien. Nos vemos —dijo en el teléfono, sonriendo y lanzándome un guiño. Deslizó su teléfono en el bolsillo y me agarró la mano, tirando de mí desde el aula hasta el coche—. Carlos va a conseguir un aventón al trabajo. Así que, siempre y cuando te lleve a casa a las nueve, ni siquiera sabrá que faltamos a clases —dijo alegremente.
Rodé mis ojos hacia él.
— ¡Como si Carlos realmente creyera que estaba enferma! Él sabe que estamos faltando. —Sacudí la cabeza, riendo. Mi hermano no era tonto, él simplemente no quería decir nada.
—Pues bien, Ángel, ¿qué haremos? —preguntó James, saliendo del estacionamiento con rapidez antes de que alguien nos viera salir.
Me encogí de hombros con facilidad.
—No me importa. Lo que tú quieras. —Mientras involucrara pasar más tiempo con él, haría cualquier cosa. Él sonrió.
—¿Quieres que te lleve a patinar otra vez? —ofreció.
—Claro, ¿por qué no? Tengo que cambiarme primero o me congelaré el trasero otra ves. —Me reí mientras sus ojos inmediatamente se dirigían a mis piernas de nuevo. Le envié un texto a Joss para decirle que iba a faltar y le pedí que recogiera cualquier trabajo que me perdiera.
Cuando nos detuvimos frente a mi casa, James se fue a la suya a buscar algo que dijo que necesitaba, y yo corrí y me puse unos vaqueros. Pasé un cepillo por mi pelo y añadí una capa rápida de máscara de pestañas. Cuando salí de mi habitación, tomé un suéter, así no me daría frio.
Corrí hacia el auto, emocionada por algún tiempo a solas con él. Él sonrió mientras subía.
—Oye, te traje esto —dijo, dándome una de sus sudaderas.
Fruncí ante ella, sabiendo que tenía una de las mías. ¿Por qué traería esto?
—Emm.... ¿gracias?
—Es para tu pequeño trasero. Te dije traería una para que no te mojaras y te diera frío como la última vez. Aunque, tengo plena confianza en que patinarás por tu cuenta al final de esta lección —se jactó, sonriendo.
—Bueno, no estoy segura de querer patinar si no me vas a tocar —ronroneó sugestivamente.
Él sonrió.
—Mmm, nunca había pensado en eso. Esperemos que no aprendas muy rápido entonces. —Movió las cejas hacia mí, haciéndome reír. ------------------------------------ ese fue el capi de hoy besos :3
Desperté en la mañana con una enorme sonrisa en mi cara. El sol brillaba, las aves cantaban, y había despertado junto al chico más sexy del mundo, que por casualidad estaba enamorado de mí. Sonreí contra el brazo en el que estaba acostada y presioné mi espalda contra él, sintiendo su duro pecho presionado en mi espalda donde me estaba abrazando.
— ¿James? —susurré, girando mi cabeza en su dirección.
Sus brazos se tensionaron alrededor de mí mientras lentamente abría sus ojos.
—Hola —murmuró, levantando su cabeza para que pudiera besarme—. Wow, amo despertarme sabiendo que finalmente eres mía. —Puso la cabeza hacia atrás y suspiró con satisfacción—. Entonces, ¿podemos decirle a la gente hoy que estamos saliendo? —preguntó felizmente, sonriendo de oreja a oreja.
—Um… no. No hoy. Aún necesito hacer un poco más de trabajo de preparación en eso —respondí, recorriendo mi mano por su pecho, trazando sus músculos.
Gruñó.
—Por, “trabajo de preparación”, no querrás decir que vas a coquetear conmigo y ponerme caliente como el infierno de nuevo como ayer, ¿cierto? —preguntó, luciendo suplicante.
—Tendrás que esperar y ver, ¿no crees? Oh, y te doy permiso para tocarme un poco hoy si quieres —ofrecí casualmente. Me giré para enfrentarlo, sosteniendo mi cabeza en mi codo para que pudiera verlo mejor.
—Mmm…tocarte, ¿así? —ronroneó. Arrastrando sus dedos a través de mi cuerpo lentamente, desde mi cara, abajo por mi cuello, a través de mis senos y estómago, estableciéndose finalmente justo en el interior de mi muslo. Su mano estaba tan cerca de mi centro que no pude evitar el pequeño gemido que escapó de mis labios.
Trazó sus dedos a través de mi pierna, haciéndome gemir. Maldita sea, lo quería tanto pero simplemente no podía, no aún.
—No, James —supliqué. Dije las palabras, pero moví mis caderas inconscientemente tratando de acercarme más a su mano.
Se rió, poniendo sus labios de forma que están casi tocando los míos.
—Prométeme que no me provocarás mucho hoy en la escuela —murmuró contra mis labios mientras movía su mano a la parte exterior del muslo.
—No te molestaré demasiado. pero no puedo prometer que no te calentaras —bromeé, torciendo sus palabras.
Estrelló sus labios contra los míos y pude sentir que estaba sonriendo.
—¡Eres una maldita provocadora! Ni siquiera te das cuenta de lo que me haces —gruñó besando mi cuello suavemente. Vaya, sabía exactamente lo que estaba haciendo, ¡lo podía sentir!
Le devolví el beso con pasión y se alejó después de un par de minutos, justo cuando se estaba tornado apasionado.
—Mejor me voy. —Él me besó otra vez mientras salía de la cama.
—Está bien. Te veo en un rato —contesté, viendo cómo se ponía la ropa. Me guiñó un ojo mientras subía por la ventana, de regreso a su casa. A pesar de que Carlos sabía, James seguía necesitando mantener la pretensión para sus padres. Él no podía exactamente ser visto salir por la puerta principal, cuando se suponía que debía estar en su cama.
Me levanté de la cama y salté al cuarto de baño para una ducha. Cuando estaba seca, me quedé mirando a través de mi armario por mucho tiempo. Necesitaba algo diferente para usar hoy. Quería que James me viera como si realmente me quisiera enfrente de todos, porque no quería seguir mintiendo acerca de nuestra relación. Saqué una pollera tiro alto color azul y una remera gris lisa con cuello en V. Sonreí mientras miraba mi atuendo. Esto sin duda iba a funcionar. Me vestí y me examiné en el espejo, la falda era corta, pero no demasiado como para que pareciera una de las zorras, y la remera era ajustada lo suficiente para dar una pista de lo que estaba debajo. Sonreí y me puse un par de ballerinas color marrón y un cinto haciendo juego, completando el atuendo.
Agarré la bolsa pequeña que me dieron en la clínica de planificación familiar y saqué mi caja de pastillas. Echándole un vistazo al paquete, encontré la primera y me la tragué rápidamente, sonriendo para mis adentros. Fui a la cocina y James estaba hablando con Carlos, de espaldas a mí, y ya había un plato de cereal en el mostrador esperando por mí. Sentí mi corazón derretirse un poco por su consideración.
—Buenos días —dije alegremente. James estaba bebiendo un vaso de agua y cuando se dio la vuelta, casi se ahogó. Carlos le dio una palmada en la espalda bruscamente y se echó a reír. ¡Sip, ese era el efecto que quería! Sus ojos estaban muy abiertos y con hambre al mirarme lentamente, haciéndome sonrojar al imaginarme los pensamientos que estaba teniendo sobre mi cuepo. Él todavía no había hablado —. James, ¿quieres tomar una foto? Va a durar más tiempo —bromeé, comiendo mi cereal.
Eso pareció sacarlo de la fantasía privada que estaba teniendo.
— ¿No vas a usar eso hoy cierto? —preguntó, frunciendo el ceño ligeramente.
Me miré a mí misma preguntándome qué quería decir con eso. No me veía tan zorra.
—Sí, ¿por qué? —pregunté, confundida. Pensé que le gustaba la ropa; ¡desde luego parecía que le gustaba!
Él se acercó y rodeó sus brazos alrededor de mí por la espalda.
—Ángel, ¿cómo diablos se supone que me voy a concentrar todo el día, sabiendo que mi hermosa novia se ve como una maldita diosa del sexo? ¿Estás torturándome a propósito? —se quejó, besando el lado de mi cuello y pasando sus manos por mis muslos expuestos.
Me reí y le di un codazo en el estómago.
—Bueno, entonces sólo tendrás que ejercer algo de control, ¿no crees? —me burlé, alejándome después de moverme contra su erección discretamente.
Él gimió y se movió de modo que estaba detrás del mostrador, probablemente para que Carlos no pudiera ver que estaba tan excitado.
—No estás jugando nada limpio —se quejó.
Me reí y agarré mi mochila.
—¿Listo para irnos, Carlos? —pregunté, sonriendo a mi hermano, que parecía que estaba tratando de hacer caso omiso a nosotros, cosa en la que estaba fallando.
—Sí pero creo que James necesita otro minuto para calmarse, sin embargo —dijo él, riendo, haciendo rodar los ojos a James. Me reí de su expresión de advertencia. Carlos me agarró por los hombros y me empujó fuera de la puerta. Todavía estaba riéndome de James.
La mañana pasó volando y finalmente, la hora del almuerzo estaba aquí. Estaba tan emocionada de ver a James que no podía dejar de sonreír.
—Qué demonios te pasa? —preguntó Kendall, mirándome como si me hubiera vuelto loca.
—Nada, sólo estoy teniendo un buen día. Además, tengo hambre y ahora vamos a comer —mentí sin problemas.
— ¿Vas a hacer otro movimiento a James? —preguntó Joss, sonriéndome a sabiendas.
Me eché a reír.
—Oh, diablos, sí. Sólo observa la cara de Jessica. Voy a hacer que me desee hoy. —Sonreí feliz. Esto iba a ser grande y Jessica iba a odiar cada segundo de ello.
—No hay duda al respecto —estuvo de acuerdo Joss, riendo.
— ¡Oh! ¡Así que por eso es la falda! —dijo Kendall. Una mirada de comprensión cruzó su rostro.
Me eché a reír y asentí.
— ¿Crees que va a funcionar? —pregunté, en realidad quería su opinión.
Él asintió con la cabeza.
— Oh, sí que va a funcionar. Todos los chicos en la escuela han estado hablando acerca de tus piernas asesinas hoy. Debo decir que hasta yo, que estoy totalmente enamorado de mi novia, te he comprobado —admitió, encogiéndose de hombros.
Le di una palmada en el hombro juguetonamente.
— ¡Ew! Eso es asqueroso. ¡Tú eres unos de mis mejores amigos! ¡Los mejores amigos no pervierten el uno del otro! —declaré, fingiendo un estremecimiento.
—En realidad, he estado mirándote también —bromeó Joss.
—Yo también —agregó Barbi, haciéndonos reír a todos más fuerte.
Al entrar en el comedor, riendo, pude sentir algunos de los chicos mirándome. Ahora que Kendall había dicho acerca de eso, me di cuenta que tenía mucha más atención de lo normal.
Compramos nuestra comida.
—Ya vuelvo, muchachos —dije, sonriendo, mientras me dirigía a la mesa donde los atletas se sentaban. Todos mis amigos se fueron a sentar en la mesa de costumbre, me miraban con ojos curiosos. Vi a James mientras me acercaba. Como de costumbre, había una decena de chicas colgando a su alrededor, coqueteando descaradamente. Parecía que estaba realmente enojado.
—En serio, Rebeca, si me tocas una vez más voy a ir a hablar con alguien acerca de ello. Esto está al borde del acoso sexual —gruñó James, mirándola y quitando su mano fuera de su muslo. Se veía muy ofendida cuando se puso de pie y salió fuera. El resto de las chicas estaban sonriendo a sus espaldas. Prácticamente se podía leer sus pensamientos en sus caras: Una chicas menos para la competencia. Reprimí una risita y me senté en la mesa. Carlos no estaba allí, así que decidí sacar el máximo provecho de eso y realmente empujarlo hoy.
—Hola James —ronroneé, sonriéndole seductoramente.
Su rostro se iluminó cuando me vio.
—Hola angel ¿Tuviste una buena mañana? —preguntó alegremente. Puse mala cara y negué con la cabeza. Su rostro se cayó y puso su brazo sobre mi hombro, me miró preocupado—. ¿Qué está mal, Ángel?
Me puse de pie y me senté en la mesa frente a él, apoyando un pie en el banco entre sus piernas, así mi pie estaba casi tocando su entrepierna. Él no pareció darse cuenta, sin embargo; seguía mirando mi cara, preocupado.
—Me lastimé la pierna en clase de gimnasia. Es muy doloroso. ¿Tengo un moretón?—pregunté, abriendo las piernas ligeramente y apuntando a mi cara interna del muslo. Sus ojos de inmediato cayeron a mis piernas. Me sentía algo mal por lo que hacía, estaba siendo una total zorra. Puso su mano en el músculo de mi pantorrilla y la deslizó poco a poco todo el camino hasta mi pierna, a mi cara interna del muslo, gimiendo en voz baja al hacerlo.
—No, no hay moretones —dijo con su voz sensual, haciéndome arder en necesidad mientras masajeaba mi muslo.
—Hmm, ¿de verdad? Duele tanto —mentí, sonriéndole. Él estaba sonriendo hacia mí; su expresión me dijo que sabía que me estaba volviendo loca—. ¿Qué tal si mejor lo besas para mí? —sugerí, alzando las cejas, tratando de parecer sexy.
Escuché algunos de los chicos gemir, ya que obviamente estaban viendo el intercambio. La lujuria cruzó la cara de James mientras asentía con una sonrisa sexy e inclinó la cabeza hacia mi pierna. Justo antes de que sus labios tocaran mi piel, alejé mi pierna—. En realidad, es mejor que no. Pensé que tenías una novia — bromeé.
Se rió y negó con la cabeza hacia mí, entrecerrando los ojos, obviamente decepcionado de que no llegó a besar mi pierna delante de toda la escuela.
— Tengo una novia. La amo más que cualquier otra cosa —dijo, su voz llena de honestidad.
Sonreí mientras mi corazón se derritió.
—Bueno, no deberías estar haciendo esto, entonces, ¿eh? —me burlé, sonriéndole y bajando de la mesa. Agarré a mi bandeja del almuerzo—. Me parece que está bien ahora, de todos modos. Tal vez si comienza a doler de nuevo más tarde, te llamaré —coqueteé.
Él gimió cuando le guiñé y me fui a la mesa de amigos. Podía oír a los chicos, todos haciendo comentarios calientes detrás de mí acerca de cuán caliente era eso, y cómo definitivamente “aprovecharían eso”, y las chicas diciendo lo ramera que era.
Me reí y me dejé caer en nuestra mesa. Joss me sonrió a sabiendas, Kendall me estaba mirando con la boca bien abierta.
— ¡Estabas tan ahí! ¡Realmente creo que podrías ganar la apuesta! —dijo barbi, mirándome con asombro.
No podía dejar de reírme de ella; me miraba como si fuera una especie de diosa o algo así.
—Podrían servirme cuatro mil dólares —admití, riendo. Sólo esperaba que Jessica realmente pagara una vez se diera cuenta de que yo fui su novia todo el tiempo.
Cuando terminamos de comer, estaba caminando junto con mi grupo de amigos, cuando alguien me agarró la mano y me tiró a una parada. Chillé, un poco sorprendida, y me giré para ver a James sonriéndome mientras me arrastraba al salón de clases vacío más cercano. Me reí cuando vi a mis amigos caminar sin mí, ni siquiera dándose cuenta de que no estaba detrás de ellos más. Cerró la puerta y me miró, tratando de fingir que estaba molesto conmigo, pero no había manera de que cayera por eso, él se divertía, me di cuenta.
—Ángel, eso fue demasiado —afirmó mientras daba un paso más cerca de mí.
Di un paso atrás y choque con la pared.
— ¿Demasiado? Pensé que era bastante perfecto —respondí en broma.
Él se rió y apretó su cuerpo al mío.
—Eres bastante perfecta. —Apartó mi pelo de mi cara suavemente, mirándome con ternura. Puse mis brazos alrededor de él y lo acerqué más, luego moví mis manos para agarrar su trasero. Él sonrió con esa sonrisa sexy y presionó sus labios contra los míos con suavidad; gemía ligeramente y lo acerqué más, con ganas de más.
Se apartó para besar mi cuello, sus manos vagando por mi cuerpo, a través de mis piernas. Una de sus manos se deslizó debajo de mi falda, haciendo cosquillas con sus dedos en mi trasero provocando. Sentí chupar suavemente en mi cuello.
—James, ¿me estás dando un chupón? —pregunté, riendo.
Dejó de chupar por un segundo y alejó su boca de mi piel.
—Mmm-hmm te estoy marcando —murmuró, antes de chupar en el mismo lugar otra vez. Después de unos segundos, se apartó para mirarlo, inspeccionando su obra. Parecía muy orgulloso de sí mismo y estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Sí, ¿y yo puedo marcarte? —bromeé.
—Claro, si quieres. —Él estuvo de acuerdo, encogiéndose de hombros, pero en realidad luciendo un poco esperanzado. ¿Realmente quería que lo marcara? Apretó los labios a los míos una vez más, pareciendo poner mi cuerpo en llamas. Por Dios, ¿cómo diablos me hacía esto? Él era el único chico que había besado, por amor de
Dios. Sin embargo, aquí estoy, ¡dejándolo poner su mano en mi trasero! Sonreí cuando inclinó la cabeza hacia un lado, dándome acceso a su cuello. Justo cuando mis labios rozaron su piel, sonó la campana.
Él gimió y se alejó, mirándome con una cara de cachorro de nuevo.
—Falta a clases conmigo —declaró él, haciendo un puchero ligeramente.
¿Faltar a clases con él? ¡Oh, mierda, odiaba faltar a la escuela, eso no era yo en absoluto!
—Um, James, no puedo. —Estaba debatiéndome, tenía muchas ganas de pasar tiempo con él, pero simplemente no podía soportar la idea de que mis maestros supieran que falté a clase sin necesidad.
— ¿Por favor? —rogó, doblando sus rodillas para que así estuviéramos a la misma altura.
Sus ojos miel me estaban matando. No podía decirle que no. Suspiré profundamente.
—Si me atrapan, entonces tú estarás en serios problemas —le advertí. Si obtenía detención, me aseguraría de que él también.
Él se rió, una hermosa sonrisa se extendía por su cara mientras sacaba su celular y llamó a Carlos para decirle que no me sentía bien y que me llevaba a casa.
—Sí, ella está bien. No, dice que se siente un poco mareada, eso es todo. No, no, lo tengo. Muy bien. Nos vemos —dijo en el teléfono, sonriendo y lanzándome un guiño. Deslizó su teléfono en el bolsillo y me agarró la mano, tirando de mí desde el aula hasta el coche—. Carlos va a conseguir un aventón al trabajo. Así que, siempre y cuando te lleve a casa a las nueve, ni siquiera sabrá que faltamos a clases —dijo alegremente.
Rodé mis ojos hacia él.
— ¡Como si Carlos realmente creyera que estaba enferma! Él sabe que estamos faltando. —Sacudí la cabeza, riendo. Mi hermano no era tonto, él simplemente no quería decir nada.
—Pues bien, Ángel, ¿qué haremos? —preguntó James, saliendo del estacionamiento con rapidez antes de que alguien nos viera salir.
Me encogí de hombros con facilidad.
—No me importa. Lo que tú quieras. —Mientras involucrara pasar más tiempo con él, haría cualquier cosa. Él sonrió.
—¿Quieres que te lleve a patinar otra vez? —ofreció.
—Claro, ¿por qué no? Tengo que cambiarme primero o me congelaré el trasero otra ves. —Me reí mientras sus ojos inmediatamente se dirigían a mis piernas de nuevo. Le envié un texto a Joss para decirle que iba a faltar y le pedí que recogiera cualquier trabajo que me perdiera.
Cuando nos detuvimos frente a mi casa, James se fue a la suya a buscar algo que dijo que necesitaba, y yo corrí y me puse unos vaqueros. Pasé un cepillo por mi pelo y añadí una capa rápida de máscara de pestañas. Cuando salí de mi habitación, tomé un suéter, así no me daría frio.
Corrí hacia el auto, emocionada por algún tiempo a solas con él. Él sonrió mientras subía.
—Oye, te traje esto —dijo, dándome una de sus sudaderas.
Fruncí ante ella, sabiendo que tenía una de las mías. ¿Por qué traería esto?
—Emm.... ¿gracias?
—Es para tu pequeño trasero. Te dije traería una para que no te mojaras y te diera frío como la última vez. Aunque, tengo plena confianza en que patinarás por tu cuenta al final de esta lección —se jactó, sonriendo.
—Bueno, no estoy segura de querer patinar si no me vas a tocar —ronroneó sugestivamente.
Él sonrió.
—Mmm, nunca había pensado en eso. Esperemos que no aprendas muy rápido entonces. —Movió las cejas hacia mí, haciéndome reír. ------------------------------------ ese fue el capi de hoy besos :3
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
ays la rayis!!!! jajaja, por la mañana ha calentado a James mas de lo necesario, y en el almuerzo igual, jajajaj
chupetones, se marcan mutuamente, bueno, es mejor que un tatuaje...
y vuelven a la pista de patinaje!!! siii!! otra vez!!! y que mono James, que le presta una de sus sudaderas para que no se moje el culo... :enamorado:
sube cap cuando puedas!!
besos <3
chupetones, se marcan mutuamente, bueno, es mejor que un tatuaje...
y vuelven a la pista de patinaje!!! siii!! otra vez!!! y que mono James, que le presta una de sus sudaderas para que no se moje el culo... :enamorado:
sube cap cuando puedas!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPITULO 25.
El patinaje fue muy divertido. Tenía razón, era mucho mejor esta vez. Fue probablemente debido al hecho de que él era un maestro tan bueno, y porque nos pasamos casi todo el día aquí la última vez. Fue muy divertido estar con él. Él patinó hacia atrás al igual que lo hizo antes, sosteniendo mis manos, haciendo bromas y charlando.
Solo me caí un par de veces y cada vez que interrumpía mi caída, o me atrapaba o me levantaba. Lo miré mientras patinamos, estaba sonriendo ampliamente y mi corazón dio un vuelco. Era tan guapo, amable y paciente. Podía sentirme enamorándome de él. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera loca por él.
—Oye, ¿Qué tal si presumes un poco? Me encanta verte patinar —sugerí, agarrándome en el costado por mi vida para que pudiera soltarme.
Él me dio un beso antes de irse patinando al revés, se volvió bruscamente y patinó hacia delante tan rápido que realmente me asustó. Mi corazón estaba golpeando en mi pecho a la vista de eso. Si se caía, mientras patinaba de esa manera, iba a resultar gravemente herido. El pensamiento de él herido me aterraba. Hizo un par de vueltas, y me mostró sus habilidades, como saltar y patinar sobre un pie.
Siempre me encantaba verlo patinar. Se veía tan hermoso y grácil, pero nunca lo había deseado por eso, hasta ahora. Se veía tan sexy cuando estaba patinando, tan poderoso y dominante.
James quería jugar hockey profesionalmente, que ya había sido buscado por un equipo realmente bueno pero necesitaba estar en la universidad antes de que pudieran firmar. Le habían ofrecido una beca deportiva completa en una escuela muy buena en Boston, lo que significaría que tendría que mudarse cuando la escuela terminara en pocos meses. El tiempo de separación iba a matarme. Yo iba a tener pesadillas todas las noches cuando él no estuviera allí, sin mencionar la angustia que sentiría al verlo irse. Odiaba el hecho de que él estaría tan lejos y que las chicas estarían cayendo sobre él. Suspiré, negándome a pensar en ello. Tenía que confiar en él. Y lo hacía, confiaba plenamente en él, creía que me amaba y que no quería hacerme daño.
Cuando regresó a mí, patinó hasta detenerse, enviando un spray de hielo sobre un lado.
— ¿Es eso suficiente exhibición para ti? —preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura y besándome tiernamente.
—Oh, sí. Mi hombre puede patinar bien —confirmé, con una sonrisa hacia él.
—Mmm, di eso de nuevo. Me gusta eso —gruñó, en una ronca sexy voz que hizo temblar mis entrañas.
Envolví mis brazos con fuerza alrededor de su cuello y lo atraje más cerca.
—Mi hombre puede patinar —ronroneé seductoramente, mirándolo a los ojos.
Pude sentir la ardiente pasión chisporroteando entre nosotros. Él dobló sus rodillas así estábamos al mismo nivel, me abrazó fuertemente y luego me sostuvo, levantándome de mis pies. Empezó a patinar suavemente alrededor de la pista.
Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras patinaba ocasionalmente haciendo pequeños giros y cambiando a patinar hacia atrás. Sus ojos no dejaron los míos. Fue la cosa más erótica y sexy que me hubiera sucedido, y todo mi cuerpo estaba anhelando por él.
—Te amo tanto, Ángel —susurró.
Sonreí. Mis entrañas estaban rebosando de felicidad y pasión. Él me estaba volviendo loca; yo lo quería y lo necesitaba. Al mirar dentro de sus hermosos ojos, podía ver todo su amor por mí brillando a través y eso hizo a mi corazón latir muy rápido. De repente, me golpeó como un camión, yo también lo amaba.
Tal vez siempre lo había amado, no estaba segura. Él tenía una manera de deslizarse detrás de mis defensas y se abría paso dentro de mi corazón, pero siempre me había negado a verlo de esa manera. Me hacía sentir segura, querida, necesitada y especial; yo no quería volver a dejarlo ir. Lo amaba como loca, más que a nada, él era lo único que necesitaba en la vida.
Abrí mi boca para decirle que yo también lo amaba, pero habló primero, cortándome.
—Vamos a ir a cenar —sugirió, patinando fuera de la pista de hielo y sentándome en el banquillo. Él se puso de rodillas y me quitó mis patines. Sólo lo miré mientras lo hacía, incapaz de mantener la sonrisa fuera de mi cara. ¿Era este chico realmente mío? ¿Cómo conseguí ser tan afortunada?
Después de que conseguimos de nuevo nuestros zapatos, nos fuimos a un pequeño restaurante italiano que dijo él que hacía la segunda mejor lasaña en el mundo.
— ¿La segunda mejor? —pregunté riendo.
—Sí. Tu lasaña es genial —afirmó, sosteniendo mi mano con fuerza mientras seguíamos al camarero a la mesa.
—Sabes que me tienes ahora, puedes parar con los elogios —me burlé, riendo. Él sonrió y sacudió su cabeza, rodando sus ojos como si estuviera siendo estúpida.
La comida era buena y el restaurante era realmente bonito, tenía velas en cada mesa y era realmente muy romántico, era tan divertido estar cerca de él que no había un silencio incómodo. No podía dejar de preguntarme cómo no sabía nada de él antes de que estuviéramos juntos. Supongo que fue porque la única personalidad que alguna vez me mostró fue el lado idiota que, en realidad, no parecía ser una parte de su carácter en absoluto.
—James, ¿puedo preguntarte algo? —pregunté, demasiado curiosa para no preguntar.
—Por supuesto. Lo que tú quieras. —Se encogió de hombros, tomando un sorbo de su bebida, mirándome con curiosidad.
— ¿Por qué siempre fuiste tan imbécil conmigo? Si te he gustado todo este tiempo, ¿por qué siempre me enloquecías cuando éramos niños y siendo como un idiota conmigo? Sabes que solía odiarte, ¿cierto? —pregunté, alzando mis cejas, mirándolo en tono de disculpa.
Él se rió.
—Ya sabes, hay una delgada línea entre el amor y el odio. Tal vez me amabas y no te diste cuenta —sugirió, sonriendo. Sonreí porque eso era exactamente lo que estaba pensando antes.
—No, James. Eras un imbécil completo para mí. Pero la mayoría de eso era un acto, ¿no? Entonces, ¿por qué lo hiciste? —pregunté, necesitando la respuesta, me estaba matando porque simplemente no lo entendía.
—tu hermano. —Se encogió de hombros.
— ¿Carlos? no lo entiendo. —Le di mi mejor cara de “qué demonios”.
Él sonrió con tristeza.
— Carlos realmente no me quería cerca de ti. Me golpeó bastante un par de veces cuando éramos niños por ello. Él es realmente protector contigo. Era más fácil para mí mantenerme alejado de ti si en realidad no querías estar conmigo. Pensé que si te hacía querer estar lejos de mí, entonces yo no tendría que intentar tan duro —dijo, frunciendo el ceño.
Espera, ¿él fingió ser un idiota así yo no querría estar con él debido a Carlos?
¡Maldito sea ese chico!
—Todos estos años, James, simplemente me parece una pérdida. —Suspiré y sacudí la cabeza; si me lo hubiera dicho entonces, tal vez podríamos haber estado juntos durante más tiempo—. Sabes, yo siempre pensé que tenías una doble personalidad —le dije, riendo.
Él también se rió.
— ¿En serio? ¿Por qué?
—Bueno, siempre pensé en ti como el James de día, que era un idiota, imbécil, y un hombre prostituto. Luego estaba el James de noche, que era adorable, dulce y cariñoso. Siempre me ha gustado el James de noche —le dije con sinceridad.
Él sonrió feliz.
—Bueno, la noche era cuando me detenía de tratar de alejarte. Decidí que ya que Carlos no sabía nada, podía ser yo mismo y disfrutar de mi tiempo contigo. Para que lo sepas, sin embargo, ambas de mis personalidades te han amado por siempre —dijo, encogiéndose de hombros y sonriendo hacia mí.
Aww, ¡es tan malditamente dulce! Me estiré y sostuve su mano con fuerza.
—Me gustaría que me lo hubieras dicho antes, realmente te odié a veces —admití tímidamente, haciéndolo reír.
— ¿Sí? ¿Cómo la vez que corté la cabeza a tu osito de peluche y la lancé a la basura? —preguntó, riendo. Di un grito ahogado a la memoria de ello, ¡me había olvidado de eso! Carlos había sacado mi oso de la basura y lo puso de nuevo en mi cama para mí y arregló su cabeza.
—Sí, ¡idiota! —lo regañé, luchando contra una sonrisa.
—Sabes que nunca hice eso, ¿verdad? Fingí cortarle la cabeza y lo escondí en mi suéter y lo puse de nuevo en tu cama un par de horas después —dijo, sin dejar de reír.
— ¡De ninguna manera! ¡Carlos me dijo que él lo recuperó para mí! —Me reí.
Él sacudió su cabeza.
—No. Esa fue una de las veces que el me descubrio. Me agarró a escondidas en tu habitación ese día. Yo le dije que iba al baño —dijo, riendo y sacudiendo la cabeza.
—No puedo creer que mi hermano alla hecho eso. Debio ser muy gracioso.
—Me alegro de que no me mate por salir contigo. Puedo mantenerme por mi cuenta en una pelea, pero Carlos es un maldito psicópata cuando se trata de ti. — James frunció el ceño, moviendo ligeramente su cabeza, una sonrisa tirando en las esquinas de su boca.
—Sí, bueno, es mejor asegurarte de que no me hagas daño, ¿eh? —bromeé.
Él asintió con la cabeza.
—Nunca te haría daño, nunca. —Apretó suavemente mi mano, mirando directamente a mis ojos, todo su comportamiento mostrándome la verdad de sus palabras.
Le creí, no creía que alguna vez me lastimaría a propósito, pero sabía que rompería mi corazón tarde o temprano. Cuando fuera a la universidad y estuviéramos separados, aunque no me engañara, eso iba a doler mucho. Incluso si no estuviéramos saliendo sería terrible estar sin él, pero ahora sería como una tortura.
Aparté los pensamientos de mi mente. Yo no podía pensar en ello, no hasta que sucediera y aun así pudiéramos pasar a través de ello. Lo amaba lo suficiente para esperar por él. Sólo esperaba que él sintiera lo mismo dentro de cuatro meses cuando todas las zorras de la universidad se arrojaran sobre él y estuviera a un viaje de tres horas de distancia.
—Correcto, entonces, ¿estás lista para irnos? —preguntó James después de haberme comido un pedazo enorme de pastel de chocolate yo sola. Asentí con la cabeza y arrojó algo de dinero sobre la mesa, extendiendo una mano para ayudarme a levantarme.
Sonreí.
—Sabes que te estás perfilando como el mejor novio del mundo —dije felizmente.
—Me encanta cuando me llamas eso. —Sonrió y envolvió su suéter alrededor de mis hombros mientras caminábamos hacia fuera en el frío.
Me agarré fuertemente de su mano, no queriéndolo dejar ir. Cuando llegamos al auto incluso abrió mi puerta para mí.
—Tal caballero,James —bromeé.
Lo vi dar la vuelta hacia el lado del conductor. Era tan guapo, y era mío, yo no podía dejar de sonreír a ese conocimiento. Nunca había soñado que alguna vez tendría algo como esto con un chico. Cuando solía pensar acerca de las citas eso me asustaba enormemente porque no podía dejar que la gente me tocara, y todo el tiempo tuve al chico perfecto, quién estaba enamorado de mí, quien me abrazó y me mantuvo a salvo cada noche, y yo ni siquiera sabía. ¿Cómo pude haber sido tan estúpida?
Cuando llegamos a mi casa, eran sólo las ocho. Carlos no estaría en casa durante otra hora, así que teníamos la casa para nosotros.
—Ven aquí, quiero hablar contigo —le dije, tirando de él hacia el sofá. Parecía un poco preocupado y nervioso. Lo atraje a mi lado, sentándome cerca de él. Pude sentir la pasión construyéndose y sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera dispuesta a llevar las cosas más allá. Nunca me había sentido así antes, y aunque sólo habíamos estado juntos por cinco días, lo había conocido siempre.
Confiaba en él como nadie y sabía que no me haría daño. No estaba preocupada porque no fuera capaz de esperar por mí, podía ver en sus ojos que iba a esperar tanto tiempo como yo quisiera, y ese conocimiento me estaba empujando hacia delante. Si dudaba de que me esperara, entonces no habría manera de que me sintiera así. Agarré su mano con fuerza mientras me limitaba a mirarlo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar mis sentimientos por él.
— ¿Qué está mal, Ángel? —preguntó en voz baja, con el ceño fruncido, frotando círculos en el dorso de mi mano.
Oh, mierda, ¿puedo decirlo? Estaba tan avergonzada, nunca había dicho algo como esto a nadie antes.
Tomé una respiración profunda y quería que mi voz no mostrara los nervios que sentía en mi interior.
—Te amo James —le dije con sinceridad. Me miró, shock claro en su rostro. Su boca estaba abierta, sus ojos muy abiertos mientras asimilaba lo que dije. No podía dejar de reír—. Está bien, no es así como me imaginé tu reacción. —Hice una mueca, esperando que dijera algo.
Me empujó hacia abajo sobre mi espalda, rodando por encima de mí.
— ¿Me amas? ¿En serio? —preguntó, el shock dejando su rostro para ser reemplazado por excitación.
Asentí con la cabeza, sintiendo mis mejillas calentarse un poco.
—Sí, Te amo.
Se rió y me besó apasionadamente. Cuando se apartó sus ojos brillaban de felicidad.
— ¡Gracias a Dios! Pensé que ibas a terminarme o algo así. Te veías tan seria que pensé que no querías estar conmigo —dijo, sacudiendo su cabeza, sonriendo.
Me eché a reír.
— ¿En serio? ¿Es por eso que parecías nervioso? —pregunté, riendo.
—Dilo otra vez —susurró.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y tiré de él más cerca de mí, su boca aproximadamente a dos centímetros de la mía.
—Te amo, James Maslow burge —susurré.
—Te amo también, (tn) pena walker. —Me besó, duro, y no podía dejar de devolverle el beso con la misma intensidad. Pasé mis manos por su espalda y agarré la parte inferior de su camiseta, tirándola hacia arriba sobre su cabeza, arrastrando mis dedos por su pecho, simplemente asombrada de cuán perfecto era. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo ávidamente, él se apoderó la parte inferior de mi blusa y comenzó a tirarla hacia arriba lentamente, como si estuviera esperando algún tipo de reacción. Sentí mi amor por él incrementar a otra velocidad por la forma reflexiva y paciente de cómo era conmigo. Sonreí contra sus labios y él se apartó, mirándome con curiosidad.
— ¿Está bien? —preguntó, preocupación coloreando su voz.
Asentí con la cabeza y lo empujé fuera de mí para poder sentarme. Agarré mi blusa y la saqué por encima de mi cabeza, tirándola al suelo. Me estaba mirando en estado de shock. Tiré de él de nuevo hacia mí, besándolo profundamente. Sus manos estaban en todas partes mientras nos besabamos pero no hizo nada que no quería que hiciera. Fue perfecto y dulce. Un final increíble para una cita increíble. Después de un rato se retiró y se puso a mi lado, hablamos felizmente por un rato.
A las nueve, suspiró.
—Carlos va a estar en casa pronto, tal vez deberíamos vestirnos —sugirió, luciendo un poco triste mientras sus dedos se perdían por encima de mi sujetador y estómago.
Asentí con la cabeza.
—Sí. No creo que estaría muy contento si llegaba a casa y descubriera que me has visto sin la blusa, Maslow —dije con fingido horror. Se rió y se sentó, agarrando mi camisa del suelo y pasándomela, besándome otra vez con ternura.
Cuando los dos estábamos completamente vestidos de nuevo, nos sentamos viendo la televisión hasta que Carlos volvió a casa. No podía mantener la sonrisa fuera de mi cara, James me amaba y yo lo amaba y todo era perfecto. Cuando mi hermano estuvo en casa, ellos jugaron en la Wii mientras yo hacía mi tarea, tratando sin éxito, de no mirar el culo de James mientras permanecía de pie delante de mí. A las diez se fue a casa para cambiarse de ropa y ver a sus padres durante media hora antes de que se colara por mi ventana esta noche. Apenas podía contener mi emoción por estarde nuevo con él.
—Así que, ¿cómo lo están dos llevando ustedes? —preguntó Carlos, curiosamente, cuando estábamos por nuestra cuenta.
Sonreí con alegría.
—Muy bien en realidad. Gracias por no enloquecer ni hacerle daño ni nada —dije, haciendo una mueca ante la idea.
Él sonrió con tristeza.
—Eso está bien. Sólo ten cuidado, es un mujeriego, no quiero que salgas lastimada. —Me miró con preocupación. Él siempre fue sobreprotector, pero creo que por crecer en la forma en que lo hicimos, siempre sintió la necesidad de protegerme de nuestro padre. Supongo que ese instinto nunca se fue, incluso después de que mi padre lo hizo.
Sonreí y negué con la cabeza.
—No me lastimará —afirmé con aplomo.
Él se rió.
—Tal confianza en un chico que nunca se las arregló para conservar una novia antes —reflexionó, sacudiendo la cabeza.
—Carlos, James es un gran chico, no me lastimará. Él me ama.
Suspiró y asintió con la cabeza.
—Yo sé que lo hace. —Frunció el ceño con desaprobación mientras lo decía. No creo que Carlos alguna vez aprobara a alguien que yo trajera a casa, era tan condenadamente sobreprotector. Siempre había sido el mejor hermano que una chica podría desear—. Entonces, ¿necesitas hablar conmigo sobre papá o algo? — preguntó, haciendo una mueca ligeramente mientras decía la palabra papá.
Cerré mis ojos, había estado posponiéndolo, siquiera pensando en que ese hombre regresara.
—Yo no quiero verlo —dije en voz baja. Él me atrajo en un abrazo.
—Está bien, entonces no vamos a verlo. —Frotó mi espalda con dulzura, mirándome preocupado, como si pensara que iba a tener otro ataque de pánico como la última vez que hablamos de él.
—Puedes verlo si quieres —dije, sintiéndome un poco culpable. No quería detener a Carlos de verlo si él quería.
Se rió sin humor.
—En realidad, necesito verlo. —Se encogió de hombros, y mi corazón se hundió, no quería a mi hermano en cualquier lugar cerca de ese imbécil.
—Bien, bueno, si eso es lo que quieres… —me callé, tratando de no llorar. Carlos se retiró del abrazo y me miró con tristeza.
—Yo no quiero verlo, (tn), quiero matarlo —afirmó, encogiéndose de hombros casualmente, haciéndome reír. Le di una palmada en su hombro haciéndole reír—. Te prometo que no dejaré que te haga daño, nunca más. —Besó el lado de mi cabeza con suavidad, todo su cuerpo tenso. Sabía que Carlos siempre se sintió culpable de que no hiciera algo pronto. No creía que jamás se hubiera perdonado a sí mismo por ello, pero era una creencia irracional, nada de eso fue su culpa, sin embargo tomó toda la culpa por no ponerle fin antes de lo que lo hizo. Creo que olvida que él pasó por eso también, simplemente se preocupa por mí siempre. En realidad nunca habla del hecho de que probablemente se lesionó el doble de lo que yo porque siempre me estaba protegiendo. Siempre parece olvidar que era un niño en ese momento también, que no podía haber hecho nada al respecto de todos modos porque no era lo suficientemente fuerte.
—Sabes que eres el mejor hermano del mundo, ¿verdad? —dije, sonriendo feliz.
Asintió con la cabeza, sonriendo hacia mí.
—Sí, lo sé —respondió engreídamente, haciéndonos reír de nuevo.
Suspiré, sintiendo el agotamiento filtrándose en mí.
—Me voy a la cama. Buenas Noches,Carlos. —Besé la parte superior de su cabeza cuando fui a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí por el hábito.
Me puse mi pijama y justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, oí mi ventana abriéndose. Le sonreí felizmente mientras James se subió en la cama detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mí.
—Hola, tú —murmuré soñolienta.
Besó la parte posterior de mi cabeza con suavidad.
—Hola, tú —respondí, mientras me acurrucaba contra él.
—Te amo, James. —Sonreí mientras decía las palabras, simplemente se volvía más fácil y más fácil decirlo cada vez.
—Te amo más, Ángel. —Suspiré y cerré mis ojos, a la deriva en el sueño, segura y cálida, envuelta en su abrazo.
El patinaje fue muy divertido. Tenía razón, era mucho mejor esta vez. Fue probablemente debido al hecho de que él era un maestro tan bueno, y porque nos pasamos casi todo el día aquí la última vez. Fue muy divertido estar con él. Él patinó hacia atrás al igual que lo hizo antes, sosteniendo mis manos, haciendo bromas y charlando.
Solo me caí un par de veces y cada vez que interrumpía mi caída, o me atrapaba o me levantaba. Lo miré mientras patinamos, estaba sonriendo ampliamente y mi corazón dio un vuelco. Era tan guapo, amable y paciente. Podía sentirme enamorándome de él. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera loca por él.
—Oye, ¿Qué tal si presumes un poco? Me encanta verte patinar —sugerí, agarrándome en el costado por mi vida para que pudiera soltarme.
Él me dio un beso antes de irse patinando al revés, se volvió bruscamente y patinó hacia delante tan rápido que realmente me asustó. Mi corazón estaba golpeando en mi pecho a la vista de eso. Si se caía, mientras patinaba de esa manera, iba a resultar gravemente herido. El pensamiento de él herido me aterraba. Hizo un par de vueltas, y me mostró sus habilidades, como saltar y patinar sobre un pie.
Siempre me encantaba verlo patinar. Se veía tan hermoso y grácil, pero nunca lo había deseado por eso, hasta ahora. Se veía tan sexy cuando estaba patinando, tan poderoso y dominante.
James quería jugar hockey profesionalmente, que ya había sido buscado por un equipo realmente bueno pero necesitaba estar en la universidad antes de que pudieran firmar. Le habían ofrecido una beca deportiva completa en una escuela muy buena en Boston, lo que significaría que tendría que mudarse cuando la escuela terminara en pocos meses. El tiempo de separación iba a matarme. Yo iba a tener pesadillas todas las noches cuando él no estuviera allí, sin mencionar la angustia que sentiría al verlo irse. Odiaba el hecho de que él estaría tan lejos y que las chicas estarían cayendo sobre él. Suspiré, negándome a pensar en ello. Tenía que confiar en él. Y lo hacía, confiaba plenamente en él, creía que me amaba y que no quería hacerme daño.
Cuando regresó a mí, patinó hasta detenerse, enviando un spray de hielo sobre un lado.
— ¿Es eso suficiente exhibición para ti? —preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura y besándome tiernamente.
—Oh, sí. Mi hombre puede patinar bien —confirmé, con una sonrisa hacia él.
—Mmm, di eso de nuevo. Me gusta eso —gruñó, en una ronca sexy voz que hizo temblar mis entrañas.
Envolví mis brazos con fuerza alrededor de su cuello y lo atraje más cerca.
—Mi hombre puede patinar —ronroneé seductoramente, mirándolo a los ojos.
Pude sentir la ardiente pasión chisporroteando entre nosotros. Él dobló sus rodillas así estábamos al mismo nivel, me abrazó fuertemente y luego me sostuvo, levantándome de mis pies. Empezó a patinar suavemente alrededor de la pista.
Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras patinaba ocasionalmente haciendo pequeños giros y cambiando a patinar hacia atrás. Sus ojos no dejaron los míos. Fue la cosa más erótica y sexy que me hubiera sucedido, y todo mi cuerpo estaba anhelando por él.
—Te amo tanto, Ángel —susurró.
Sonreí. Mis entrañas estaban rebosando de felicidad y pasión. Él me estaba volviendo loca; yo lo quería y lo necesitaba. Al mirar dentro de sus hermosos ojos, podía ver todo su amor por mí brillando a través y eso hizo a mi corazón latir muy rápido. De repente, me golpeó como un camión, yo también lo amaba.
Tal vez siempre lo había amado, no estaba segura. Él tenía una manera de deslizarse detrás de mis defensas y se abría paso dentro de mi corazón, pero siempre me había negado a verlo de esa manera. Me hacía sentir segura, querida, necesitada y especial; yo no quería volver a dejarlo ir. Lo amaba como loca, más que a nada, él era lo único que necesitaba en la vida.
Abrí mi boca para decirle que yo también lo amaba, pero habló primero, cortándome.
—Vamos a ir a cenar —sugirió, patinando fuera de la pista de hielo y sentándome en el banquillo. Él se puso de rodillas y me quitó mis patines. Sólo lo miré mientras lo hacía, incapaz de mantener la sonrisa fuera de mi cara. ¿Era este chico realmente mío? ¿Cómo conseguí ser tan afortunada?
Después de que conseguimos de nuevo nuestros zapatos, nos fuimos a un pequeño restaurante italiano que dijo él que hacía la segunda mejor lasaña en el mundo.
— ¿La segunda mejor? —pregunté riendo.
—Sí. Tu lasaña es genial —afirmó, sosteniendo mi mano con fuerza mientras seguíamos al camarero a la mesa.
—Sabes que me tienes ahora, puedes parar con los elogios —me burlé, riendo. Él sonrió y sacudió su cabeza, rodando sus ojos como si estuviera siendo estúpida.
La comida era buena y el restaurante era realmente bonito, tenía velas en cada mesa y era realmente muy romántico, era tan divertido estar cerca de él que no había un silencio incómodo. No podía dejar de preguntarme cómo no sabía nada de él antes de que estuviéramos juntos. Supongo que fue porque la única personalidad que alguna vez me mostró fue el lado idiota que, en realidad, no parecía ser una parte de su carácter en absoluto.
—James, ¿puedo preguntarte algo? —pregunté, demasiado curiosa para no preguntar.
—Por supuesto. Lo que tú quieras. —Se encogió de hombros, tomando un sorbo de su bebida, mirándome con curiosidad.
— ¿Por qué siempre fuiste tan imbécil conmigo? Si te he gustado todo este tiempo, ¿por qué siempre me enloquecías cuando éramos niños y siendo como un idiota conmigo? Sabes que solía odiarte, ¿cierto? —pregunté, alzando mis cejas, mirándolo en tono de disculpa.
Él se rió.
—Ya sabes, hay una delgada línea entre el amor y el odio. Tal vez me amabas y no te diste cuenta —sugirió, sonriendo. Sonreí porque eso era exactamente lo que estaba pensando antes.
—No, James. Eras un imbécil completo para mí. Pero la mayoría de eso era un acto, ¿no? Entonces, ¿por qué lo hiciste? —pregunté, necesitando la respuesta, me estaba matando porque simplemente no lo entendía.
—tu hermano. —Se encogió de hombros.
— ¿Carlos? no lo entiendo. —Le di mi mejor cara de “qué demonios”.
Él sonrió con tristeza.
— Carlos realmente no me quería cerca de ti. Me golpeó bastante un par de veces cuando éramos niños por ello. Él es realmente protector contigo. Era más fácil para mí mantenerme alejado de ti si en realidad no querías estar conmigo. Pensé que si te hacía querer estar lejos de mí, entonces yo no tendría que intentar tan duro —dijo, frunciendo el ceño.
Espera, ¿él fingió ser un idiota así yo no querría estar con él debido a Carlos?
¡Maldito sea ese chico!
—Todos estos años, James, simplemente me parece una pérdida. —Suspiré y sacudí la cabeza; si me lo hubiera dicho entonces, tal vez podríamos haber estado juntos durante más tiempo—. Sabes, yo siempre pensé que tenías una doble personalidad —le dije, riendo.
Él también se rió.
— ¿En serio? ¿Por qué?
—Bueno, siempre pensé en ti como el James de día, que era un idiota, imbécil, y un hombre prostituto. Luego estaba el James de noche, que era adorable, dulce y cariñoso. Siempre me ha gustado el James de noche —le dije con sinceridad.
Él sonrió feliz.
—Bueno, la noche era cuando me detenía de tratar de alejarte. Decidí que ya que Carlos no sabía nada, podía ser yo mismo y disfrutar de mi tiempo contigo. Para que lo sepas, sin embargo, ambas de mis personalidades te han amado por siempre —dijo, encogiéndose de hombros y sonriendo hacia mí.
Aww, ¡es tan malditamente dulce! Me estiré y sostuve su mano con fuerza.
—Me gustaría que me lo hubieras dicho antes, realmente te odié a veces —admití tímidamente, haciéndolo reír.
— ¿Sí? ¿Cómo la vez que corté la cabeza a tu osito de peluche y la lancé a la basura? —preguntó, riendo. Di un grito ahogado a la memoria de ello, ¡me había olvidado de eso! Carlos había sacado mi oso de la basura y lo puso de nuevo en mi cama para mí y arregló su cabeza.
—Sí, ¡idiota! —lo regañé, luchando contra una sonrisa.
—Sabes que nunca hice eso, ¿verdad? Fingí cortarle la cabeza y lo escondí en mi suéter y lo puse de nuevo en tu cama un par de horas después —dijo, sin dejar de reír.
— ¡De ninguna manera! ¡Carlos me dijo que él lo recuperó para mí! —Me reí.
Él sacudió su cabeza.
—No. Esa fue una de las veces que el me descubrio. Me agarró a escondidas en tu habitación ese día. Yo le dije que iba al baño —dijo, riendo y sacudiendo la cabeza.
—No puedo creer que mi hermano alla hecho eso. Debio ser muy gracioso.
—Me alegro de que no me mate por salir contigo. Puedo mantenerme por mi cuenta en una pelea, pero Carlos es un maldito psicópata cuando se trata de ti. — James frunció el ceño, moviendo ligeramente su cabeza, una sonrisa tirando en las esquinas de su boca.
—Sí, bueno, es mejor asegurarte de que no me hagas daño, ¿eh? —bromeé.
Él asintió con la cabeza.
—Nunca te haría daño, nunca. —Apretó suavemente mi mano, mirando directamente a mis ojos, todo su comportamiento mostrándome la verdad de sus palabras.
Le creí, no creía que alguna vez me lastimaría a propósito, pero sabía que rompería mi corazón tarde o temprano. Cuando fuera a la universidad y estuviéramos separados, aunque no me engañara, eso iba a doler mucho. Incluso si no estuviéramos saliendo sería terrible estar sin él, pero ahora sería como una tortura.
Aparté los pensamientos de mi mente. Yo no podía pensar en ello, no hasta que sucediera y aun así pudiéramos pasar a través de ello. Lo amaba lo suficiente para esperar por él. Sólo esperaba que él sintiera lo mismo dentro de cuatro meses cuando todas las zorras de la universidad se arrojaran sobre él y estuviera a un viaje de tres horas de distancia.
—Correcto, entonces, ¿estás lista para irnos? —preguntó James después de haberme comido un pedazo enorme de pastel de chocolate yo sola. Asentí con la cabeza y arrojó algo de dinero sobre la mesa, extendiendo una mano para ayudarme a levantarme.
Sonreí.
—Sabes que te estás perfilando como el mejor novio del mundo —dije felizmente.
—Me encanta cuando me llamas eso. —Sonrió y envolvió su suéter alrededor de mis hombros mientras caminábamos hacia fuera en el frío.
Me agarré fuertemente de su mano, no queriéndolo dejar ir. Cuando llegamos al auto incluso abrió mi puerta para mí.
—Tal caballero,James —bromeé.
Lo vi dar la vuelta hacia el lado del conductor. Era tan guapo, y era mío, yo no podía dejar de sonreír a ese conocimiento. Nunca había soñado que alguna vez tendría algo como esto con un chico. Cuando solía pensar acerca de las citas eso me asustaba enormemente porque no podía dejar que la gente me tocara, y todo el tiempo tuve al chico perfecto, quién estaba enamorado de mí, quien me abrazó y me mantuvo a salvo cada noche, y yo ni siquiera sabía. ¿Cómo pude haber sido tan estúpida?
Cuando llegamos a mi casa, eran sólo las ocho. Carlos no estaría en casa durante otra hora, así que teníamos la casa para nosotros.
—Ven aquí, quiero hablar contigo —le dije, tirando de él hacia el sofá. Parecía un poco preocupado y nervioso. Lo atraje a mi lado, sentándome cerca de él. Pude sentir la pasión construyéndose y sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera dispuesta a llevar las cosas más allá. Nunca me había sentido así antes, y aunque sólo habíamos estado juntos por cinco días, lo había conocido siempre.
Confiaba en él como nadie y sabía que no me haría daño. No estaba preocupada porque no fuera capaz de esperar por mí, podía ver en sus ojos que iba a esperar tanto tiempo como yo quisiera, y ese conocimiento me estaba empujando hacia delante. Si dudaba de que me esperara, entonces no habría manera de que me sintiera así. Agarré su mano con fuerza mientras me limitaba a mirarlo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar mis sentimientos por él.
— ¿Qué está mal, Ángel? —preguntó en voz baja, con el ceño fruncido, frotando círculos en el dorso de mi mano.
Oh, mierda, ¿puedo decirlo? Estaba tan avergonzada, nunca había dicho algo como esto a nadie antes.
Tomé una respiración profunda y quería que mi voz no mostrara los nervios que sentía en mi interior.
—Te amo James —le dije con sinceridad. Me miró, shock claro en su rostro. Su boca estaba abierta, sus ojos muy abiertos mientras asimilaba lo que dije. No podía dejar de reír—. Está bien, no es así como me imaginé tu reacción. —Hice una mueca, esperando que dijera algo.
Me empujó hacia abajo sobre mi espalda, rodando por encima de mí.
— ¿Me amas? ¿En serio? —preguntó, el shock dejando su rostro para ser reemplazado por excitación.
Asentí con la cabeza, sintiendo mis mejillas calentarse un poco.
—Sí, Te amo.
Se rió y me besó apasionadamente. Cuando se apartó sus ojos brillaban de felicidad.
— ¡Gracias a Dios! Pensé que ibas a terminarme o algo así. Te veías tan seria que pensé que no querías estar conmigo —dijo, sacudiendo su cabeza, sonriendo.
Me eché a reír.
— ¿En serio? ¿Es por eso que parecías nervioso? —pregunté, riendo.
—Dilo otra vez —susurró.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y tiré de él más cerca de mí, su boca aproximadamente a dos centímetros de la mía.
—Te amo, James Maslow burge —susurré.
—Te amo también, (tn) pena walker. —Me besó, duro, y no podía dejar de devolverle el beso con la misma intensidad. Pasé mis manos por su espalda y agarré la parte inferior de su camiseta, tirándola hacia arriba sobre su cabeza, arrastrando mis dedos por su pecho, simplemente asombrada de cuán perfecto era. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo ávidamente, él se apoderó la parte inferior de mi blusa y comenzó a tirarla hacia arriba lentamente, como si estuviera esperando algún tipo de reacción. Sentí mi amor por él incrementar a otra velocidad por la forma reflexiva y paciente de cómo era conmigo. Sonreí contra sus labios y él se apartó, mirándome con curiosidad.
— ¿Está bien? —preguntó, preocupación coloreando su voz.
Asentí con la cabeza y lo empujé fuera de mí para poder sentarme. Agarré mi blusa y la saqué por encima de mi cabeza, tirándola al suelo. Me estaba mirando en estado de shock. Tiré de él de nuevo hacia mí, besándolo profundamente. Sus manos estaban en todas partes mientras nos besabamos pero no hizo nada que no quería que hiciera. Fue perfecto y dulce. Un final increíble para una cita increíble. Después de un rato se retiró y se puso a mi lado, hablamos felizmente por un rato.
A las nueve, suspiró.
—Carlos va a estar en casa pronto, tal vez deberíamos vestirnos —sugirió, luciendo un poco triste mientras sus dedos se perdían por encima de mi sujetador y estómago.
Asentí con la cabeza.
—Sí. No creo que estaría muy contento si llegaba a casa y descubriera que me has visto sin la blusa, Maslow —dije con fingido horror. Se rió y se sentó, agarrando mi camisa del suelo y pasándomela, besándome otra vez con ternura.
Cuando los dos estábamos completamente vestidos de nuevo, nos sentamos viendo la televisión hasta que Carlos volvió a casa. No podía mantener la sonrisa fuera de mi cara, James me amaba y yo lo amaba y todo era perfecto. Cuando mi hermano estuvo en casa, ellos jugaron en la Wii mientras yo hacía mi tarea, tratando sin éxito, de no mirar el culo de James mientras permanecía de pie delante de mí. A las diez se fue a casa para cambiarse de ropa y ver a sus padres durante media hora antes de que se colara por mi ventana esta noche. Apenas podía contener mi emoción por estarde nuevo con él.
—Así que, ¿cómo lo están dos llevando ustedes? —preguntó Carlos, curiosamente, cuando estábamos por nuestra cuenta.
Sonreí con alegría.
—Muy bien en realidad. Gracias por no enloquecer ni hacerle daño ni nada —dije, haciendo una mueca ante la idea.
Él sonrió con tristeza.
—Eso está bien. Sólo ten cuidado, es un mujeriego, no quiero que salgas lastimada. —Me miró con preocupación. Él siempre fue sobreprotector, pero creo que por crecer en la forma en que lo hicimos, siempre sintió la necesidad de protegerme de nuestro padre. Supongo que ese instinto nunca se fue, incluso después de que mi padre lo hizo.
Sonreí y negué con la cabeza.
—No me lastimará —afirmé con aplomo.
Él se rió.
—Tal confianza en un chico que nunca se las arregló para conservar una novia antes —reflexionó, sacudiendo la cabeza.
—Carlos, James es un gran chico, no me lastimará. Él me ama.
Suspiró y asintió con la cabeza.
—Yo sé que lo hace. —Frunció el ceño con desaprobación mientras lo decía. No creo que Carlos alguna vez aprobara a alguien que yo trajera a casa, era tan condenadamente sobreprotector. Siempre había sido el mejor hermano que una chica podría desear—. Entonces, ¿necesitas hablar conmigo sobre papá o algo? — preguntó, haciendo una mueca ligeramente mientras decía la palabra papá.
Cerré mis ojos, había estado posponiéndolo, siquiera pensando en que ese hombre regresara.
—Yo no quiero verlo —dije en voz baja. Él me atrajo en un abrazo.
—Está bien, entonces no vamos a verlo. —Frotó mi espalda con dulzura, mirándome preocupado, como si pensara que iba a tener otro ataque de pánico como la última vez que hablamos de él.
—Puedes verlo si quieres —dije, sintiéndome un poco culpable. No quería detener a Carlos de verlo si él quería.
Se rió sin humor.
—En realidad, necesito verlo. —Se encogió de hombros, y mi corazón se hundió, no quería a mi hermano en cualquier lugar cerca de ese imbécil.
—Bien, bueno, si eso es lo que quieres… —me callé, tratando de no llorar. Carlos se retiró del abrazo y me miró con tristeza.
—Yo no quiero verlo, (tn), quiero matarlo —afirmó, encogiéndose de hombros casualmente, haciéndome reír. Le di una palmada en su hombro haciéndole reír—. Te prometo que no dejaré que te haga daño, nunca más. —Besó el lado de mi cabeza con suavidad, todo su cuerpo tenso. Sabía que Carlos siempre se sintió culpable de que no hiciera algo pronto. No creía que jamás se hubiera perdonado a sí mismo por ello, pero era una creencia irracional, nada de eso fue su culpa, sin embargo tomó toda la culpa por no ponerle fin antes de lo que lo hizo. Creo que olvida que él pasó por eso también, simplemente se preocupa por mí siempre. En realidad nunca habla del hecho de que probablemente se lesionó el doble de lo que yo porque siempre me estaba protegiendo. Siempre parece olvidar que era un niño en ese momento también, que no podía haber hecho nada al respecto de todos modos porque no era lo suficientemente fuerte.
—Sabes que eres el mejor hermano del mundo, ¿verdad? —dije, sonriendo feliz.
Asintió con la cabeza, sonriendo hacia mí.
—Sí, lo sé —respondió engreídamente, haciéndonos reír de nuevo.
Suspiré, sintiendo el agotamiento filtrándose en mí.
—Me voy a la cama. Buenas Noches,Carlos. —Besé la parte superior de su cabeza cuando fui a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí por el hábito.
Me puse mi pijama y justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, oí mi ventana abriéndose. Le sonreí felizmente mientras James se subió en la cama detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mí.
—Hola, tú —murmuré soñolienta.
Besó la parte posterior de mi cabeza con suavidad.
—Hola, tú —respondí, mientras me acurrucaba contra él.
—Te amo, James. —Sonreí mientras decía las palabras, simplemente se volvía más fácil y más fácil decirlo cada vez.
—Te amo más, Ángel. —Suspiré y cerré mis ojos, a la deriva en el sueño, segura y cálida, envuelta en su abrazo.
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
holaa!!
pobre rayis... James se ira a una universidad lejos... :lloro:
siiiii!!! finalmente la rayis le ha dicho a James que le ama, y el igual!!! que bonitoooooo!!! :canto:
ays, pobre, le recuerdo de su padre le duele, yo tambien querria matarle, como Carlos...
bueno, sube cap cuando puedas, esta genial!!
besos <3
pobre rayis... James se ira a una universidad lejos... :lloro:
siiiii!!! finalmente la rayis le ha dicho a James que le ama, y el igual!!! que bonitoooooo!!! :canto:
ays, pobre, le recuerdo de su padre le duele, yo tambien querria matarle, como Carlos...
bueno, sube cap cuando puedas, esta genial!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
siii :'Claura_33426 escribió:holaa!!
pobre rayis... James se ira a una universidad lejos... :lloro:
siiiii!!! finalmente la rayis le ha dicho a James que le ama, y el igual!!! que bonitoooooo!!! :canto:
ays, pobre, le recuerdo de su padre le duele, yo tambien querria matarle, como Carlos...
bueno, sube cap cuando puedas, esta genial!!
besos <3
ya era hora jajaja :3
ahora subo capi :))
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPÍTULO 26.
JAMES:
Había estado con (tn) por una semana ahora, y honestamente había sido la mejor semana de mi vida —o de la vida de cualquiera, probablemente. Ella era tan perfecta. La había querido durante tanto tiempo que estaba un poco preocupado de que si alguna vez la conseguía, nunca sería capaz de estar a la altura de lo que había imaginado. La había puesto en un pedestal tan alto que estaba sorprendido de que realmente tuviera suficiente oxígeno para respirar. Pero estar con ella era mejor que cualquier cosa que jamás hubiera imaginado.
No podía esperar para esta noche. Como de costumbre, había una fiesta en la casa de Carlos —la celebración de después de los partidos. Definitivamente estaba planeando bailar con mi chica esta noche. Me puse un par de pantalones vaqueros rasgados y una camisa blanca y me dirigí hacia su casa. Estaba tan emocionado por verla que podría romper a cantar en cualquier momento. Aún no podía creer que alguien como yo fuera tan afortunado de tener a alguien como ella enamorada de mi. Podía tener a cualquier chico que quisiera; era preciosa, lista, divertida, y amable. Prácticamente cada chico en la escuela la deseaba, no es que pudiera culparlos; su cuerpo era de fuera de este mundo, y todo ese baile…
Me esforzaba por verla en su práctica de baile cada sábado, estaba enloqueciendo encendiéndome viéndola saltar alrededor, sacudiendose . Ella sinceramente hacía mi boca agua queriéndola tanto. Sería incluso peor mañana porque realmente había tenido mis manos en ese pequeño culo respingón que estaría sacudiéndose alrededor.
Fui directo a la cocina, ayudando a Carlos a ordenar las bebidas y aperitivos como de costumbre. (tn) estaba probablemente en su habitación haciéndose ver increíble, sólo para sacarme la vida de nuevo. Había insistido coquetear conmigo todos los días en la escuela por la estúpida apuesta. Cada día se ponía peor y peor cuando ella golpeaba otro mecanismo. Se estaba volviendo más segura de sí misma ahora; sabía exactamente cuánto me afectaba, y definitivamente lo usaba para su ventaja. No es que me importara, estaba pasando un buen rato haciéndolo y verla disfrutar me hacía feliz.
(tn) había estado metiéndose más y más en nuestra relación desde que me dijo que me amaba, llevando las cosas más y más lejos. Estaba un poco preocupado al principio. No quería que ella pensara que todo lo que quería de ella era sexo, le había dicho que esperaría y esperaría todo el tiempo que necesitara. Realmente la quería más que nada en el mundo. Si creyera que diría que sí, le pediría que se casara conmigo ahora mismo, pero no quería apresurarla o presionarla a nada, teníamos todo el tiempo del mundo.
Carlos había sido estupendo hasta ahora también. Parecía gustarle el hecho de que (tn) estaba feliz así que no me criticó demasiado acerca de salir con ella.
Tuvimos algunas palabras el día después que descubrió sobre nosotros, pero nunca se lo había dicho a (tn). Fueron básicamente amenazas de decapitación y castración —lo que sabía que decía en serio. No es que importara, no sería el que le hiciera daño o terminara esta relación, eso definitivamente dependía de ella. Todo lo que quería era cuidar de ella y hacerla feliz.
Una hora más tarde, la gente empezó a llegar para la fiesta. Observé el pasillo, esperándola. Normalmente, nunca salía de su habitación hasta que la fiesta estaba en pleno apogeo, así que sabía que tenía un poco de tiempo. Vi a Jessica entrar y gemí mientras agarraba a Matt, poniéndolo delante de mí así no me vería. Había estado molestándome tan mal toda la semana con todo el coqueteo , bueno, todas lo hicieron. No podía creer que las chicas hagan ese tipo de cosas, y caray lo que estaban ofreciendo, era literalmente en cualquier lugar, a cualquier hora, y cualquier cosa que yo quisiera. Ni siquiera quería pensar en lo que Jessica me había ofrecido, la pequeña sucia fulana. Mi mente subconsciente vagó al par de veces que habíamos salido y tenido sexo, me estremecí un poco con el pensamiento.
Matt se estaba partiendo de risa.
—En serio, James, sólo sé un hombre y fóllate a alguien para acabar de una vez — dijo, riendo.
Puse los ojos en blanco ante su estúpido comentario.
—Lo que sea, la única con la que estaré es mi novia. No estoy interesado en ninguna de estas mujerzuelas. —Agité la mano con desdén mientras un par de chicas me miraban desde el otro lado de la habitación. Alguien agarró mi brazo, apretando gentilmente para conseguir mi atención. Oh, por amos de Dios, ¿por qué diablos no pueden dejarme en paz?— Mira, ¡no estoy interesado! ¡Tengo novia! —gruñí con enojo mientras me daba la vuelta.
Mi aliento se atascó en mi garganta, (tn) estaba parada allí con un pequeño vestido negro que colgaba de su cuerpo bien formado y acababa a la mitad de su muslo. Su pelo estaba medio recogido y rizado, y sus ojos estaban brillando con diversión. No podía respirar. Estaba tan hermosa que era irreal. Todo lo que podía hacer era mirarla como un idiota. Oh mierda, ¡estoy mirando fijamente! Ok, vamos, James, di algo.
Di algo. James, ¡maldita sea di ALGO!
—Um… hola, Ángel —balbuceé, mi voz sonando escasa. Wow, ¡eso fue realmente salamero, James! Dios, ¡soy un imbécil! Estaba tan excitado que debe haber sido obvio para todo el mundo.
Sonrió, su sonrisa encendiendo su cara entera.
—Hola, James —ronroneó con su sexy voz. Gemí mentalmente. Ok aquí viene; finalmente va a matarme. En realidad no creo que pueda aguantarla conmigo mientras se ve así.
—Estás preciosa —dije honestamente, mirándola otra vez.
Sonrió e hizo un pequeño giro, haciendo a su vestido elevarse un poco. Mi corazón comenzó a latir más rápidamente.
— ¿Te gusta? —preguntó mordiéndose el labio. ¿Me gustaba? ¿Estaba bromeando?
Asentí y di un paso más cerca. Podía oler su perfume dejando mi cabeza un poco difusa.
—Me encanta —confirmé.
Se rió y cerró la distancia, presionando su pecho en el mío. No pude evitar poner mis manos en sus caderas, sintiendo el sedoso material bajo mis dedos.
— ¿Sabes qué? Creo que te gustará lo que está debajo incluso más —susurró en mi oído.
Apreté mi agarre en ella mientras trataba de dar un paso atrás, manteniéndola firmemente en mí, no queriendo que se alejara de mí.
—No te burles de mí esta noche, Ángel. En serio, te ves demasiado sexy, no puedo soportarlo —supliqué.
Rió y agarró la parte delantera de mi camisa, empujándome imposiblemente cerca de ella. La miré a los ojos, sintiéndome siendo arrastrado.
—No estoy burlándome, James. Por cierto, tu ropa se ve malditamente bien en ti, pero tengo la sensación de que se verá incluso mejor en el suelo de mi habitación más tarde —dijo tranquilamente, haciéndome gemir. Cerré los ojos. En serio, me estaba matando. Besó mi mejilla y se alejó rápidamente, se dirigió a la multitud de personas, dejándome parado en medio de la cocina con una maldita erección como de costumbre.
Me volví hacia Matt que estaba mirando a (tn) también.
—Maldición, se ve sexy esta noche. Creo que podría ir a ver si puedo tocar ese hermoso culo —dijo, meneando las cejas mientras se dirigió a ir a buscarla.
Agarré su brazo y sacudí mi cabeza, mirándolo en señal de advertencia.
—Ni hablar, Matt. Sólo mantente alejado de ella, está con alguien.
Me miró con curiosidad, luego sus ojos se agrandaron.
—Ella no es tu… —se calló, mirándome sorprendido.
Oh mierda. ¡Oops, bueno ahora él sabe! Asentí lentamente.
—Sí —confirmé. No pude evitar la sonrisa orgullosa que se extendió por mi cara, por fin alguien sabía sobre nosotros.
Se echó a reír, sacudiendo su cabeza.
—Carlos teva a cortar tus bolas cuando lo sepa. En serio, te va a hacer un nuevo agujero.
Sonreí y palmeé su hombro.
—Ya lo sabe. —Me encogí de hombros con facilidad, sonriendo mientras su cara se transformó en conmoción.
— ¡De ninguna manera! ¿Te dio una paliza? —preguntó con curiosidad. Me reí y me señalé a mí mismo.
— ¿Parece como que me ha dado una paliza? —pregunté, riendo.
De repente se vio molesto.
— ¿Todo este maldito tiempo nunca le pedí salir porque pensé que Carlos me cortaría las pelotas, y él no hizo nada? Maldita sea, ¡sabía que debería haberle pedido salir! —refunfuñó, viéndose fastidiado.
— Demasiado tarde ahora —me burlé, palmeando su hombro de nuevo mientras iba a conseguir una bebida.
Agarré dos shot de vodka y me dirigí a buscarla y contarle que Matt sabía.
No me molesté en decirle que no contara nada; quería esto al descubierto. No podía preocuparme menos por el dinero. En un par de años, cuando estuviera jugando al hockey profesionalmente, parecería una miseria y podría darle todo lo que quisiera.
La vi bailando con Joss y Kendall a un lado. Sonreí mientras envolvía mi brazo alrededor de su cintura, haciéndola saltar.
—Ey, novia —susurré en su oído. Me sonrió por encima del hombro mientras hundía su trasero en mi entrepierna, haciéndome anhelarla de nuevo. La empujé con más fuerza contra mí y bailé detrás de ella, le tendí uno de los tragos.
—Gracias. —Sonrió agradecidamente mientras se lo tragaba, estremeciéndose ligeramente.
—Así que, tengo algo que contarte —admití tímidamente.
Se volvió para encararme.
— ¿Qué es entonces? —preguntó, sonriendo. Su expresión emocionada me dijo que obviamente pensaba que era algo bueno.
—Mattsabe que eres mi chica —dije en voz baja, inclinándome hacia ella así nadie podía oír. Jadeó.
— ¿Él sabe? ¿Cómo? —preguntó, claramente sorprendida, mientras miraba alrededor sospechosamente.
—Se lo dije por accidente. Iba a venir y hacer un movimiento contigo, le dije que se alejara —admití, sonriendo en tono de disculpa, esperando que no me regañara por arruinar su plan con Jessica y la apuesta.
Puso los ojos en blanco y se acercó a mí.
—Bocazas —me regañó jocosamente, mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cuello, bailando conmigo de nuevo. La empujé más cerca de mí envolviéndola en mis brazos apretadamente, amando la sensación de su cuerpo contra el mío. Sonrió felizmente—. Bueno entonces, James, si la gente lo va a averiguar, bien podríamos darles un espectáculo —flirteó, elevando una ceja juguetonamente.
¿Qué demonios significaba eso? Sonrió y bajó mi cara hasta la suya, besándome. Escuché a la gente jadear y empezar a hablar apresuradamente a nuestro alrededor, pero no me importó. Estaba besando a la chica de mis sueños y ella me amaba. La empujé más cerca, delineando su labio con mi lengua, queriendo más.
Después de un minuto o así me retiré del beso y empecé a besar su cuello, haciéndola gemir en voz baja. Sonreí contra su cuello porque sabía que la gente estaba mirando. Finalmente, no más fingir, no más escuchar a los chicos hablar acerca de ella y queriendo darles una paliza. La eché hacia atrás para mirarla, estaba sonriéndome, viéndose tan malditamente caliente que era increíble.
—Te amo, James—dijo, sus ojos fijos en los míos. Escuché a alguna otra gente jadear otra vez.
—Yo también te amo, Ángel —contesté, inmediatamente.
Sabía que la gente estaba hablando de nosotros, y literalmente la habitación entera estaba mirando, pero simplemente no me importaba. Todo en lo que podía concentrarme era en sus preciosos ojos y cómo estaban mirando profundamente a los míos, volviéndome loco. Apreté mis brazos más estrechamente a su alrededor, no queriendo que el momento acabara. Me encantaba la forma en que su increíble cuerpo estaba meciéndose contra el mío, encendiéndome tanto que era casi insoportable. Bailamos durante casi una hora. Ahora que la gente sabía sobre nosotros, no dejaba su lado, queriendo más tiempo con ella. Nunca conseguía pasar tiempo con ella en las fiestas; por lo general, estaba demasiado ocupado asegurándome de que no le pasara nada a su casa, porque Carlos estaba siempre borracho o enganchándose con alguna chica por la parte trasera.
Esta noche era la mejor fiesta, sólo porque pude cogerle la mano y besarla. Incluso las chicas no se me lanzaban, lo que hacía un buen cambio. Me junté con ella y sus amigos. Joss era en realidad muy divertida, realmente no había hablado antes con ella apropiadamente. Por lo general, la única vez que me hablaba era para coquetear conmigo, así que era raro tener una conversación normal con ella.
Justo después de medianoche, (tn) se presionó contra mí apretadamente.
—Estoy cansada, James . ¿Quieres llevarme a la cama? —preguntó, levantando las cejas burlonamente. Oh mierda, ¡pensé que todo el coqueteo y las bromas pararían ahora que la gente sabía!
Reí y puse los ojos en blanco.
—Claro, Ángel. —Me encantaría envolver mis brazos alrededor de su sexy cuerpo ahora mismo. Sonrió y se volvió para alejarse; puse mis manos en sus caderas siguiéndola a través de la multitud de personas, a su habitación. Tan pronto como estuvimos a través de la puerta se volvió hacia mí con su cara juguetona y supe que las bromas no habían terminado aún. Gemí en voz baja. Mierda, amaba a esta chica más que nada, ¡pero estaba volviéndome loco!
Ella aseguró la puerta y se acercó un paso hacia mí, presionando su tonificado cuerpo con el mío. Sus manos recorren bajando por mi pecho, lentamente, poniéndome tan duro que era vergonzoso. ¿Claramente debería ser inmune a su encanto para ahora? Me refiero, he estado enamorado de esta chica por doce años, ¿cómo diablos todavía podía prenderme de esta manera? Nadie nunca se comparó a mi Ángel, literalmente era la chica más perfecta del mundo.
Incliné mi cabeza para besarla, recorriendo mi lengua a través de su suave labio lleno, queriendo profundizar el beso. Ella enredó sus manos en mi cabello y no pude evitar sujetarla contra la pared, presionando cada pulgada de mi cuerpo contra el suyo. Gimió en el fondo de su garganta y sentí felicidad burbujeando dentro de que ella amaba besarme tanto como yo amaba besarla a ella.
Flexioné mis rodillas y la envolví fuertemente en mis brazos, levantándola de sus pies. Ella envolvió sus largas piernas alrededor de mí mientras desabotonaba mi camisa lentamente; sus dedos persistiendo en mi piel, poniéndome la piel de gallina. Cada uno de los toques de (tn) eran como nada que hubiera sentido antes. Todas esas chicas con las que me había acostado solo para intentar y olvidarla, eran nada comparadas con ella. Deseaba con todo mi corazón que hubiera esperado y que fuera mi primera, pero todo se sentía como una primera vez con ella de todas formas. Cada toque era diez veces mejor que algo que hubiera sentido antes, era como si cada lugar en que su piel tocaba la mía, se sentía como si me quemara ligeramente, pero de una buena manera. Ella me ponía nervioso también. No quería hacer nada que ella no quisiera, pero estaba tan asustado que no pudiera satisfacerla y no quería arruinar nada.
Me alejé del beso, plantando pequeños besos por su cuello, succionando el chupón que le había hecho hace unos días para hacerlo más oscuro. Amaba esa marca en ella. Saber que era mía me volvía loco. Caminé hacia la cama, recostándola y subiéndome arriba de ella mientras bajaba mis manos por su cuerpo. Cuando llegué al borde de su vestido, deslicé mi mano por debajo, subiéndola por su tonificado muslo, haciendo mi camino para poder apretar su trasero. No pude evitar gemir al sentirlo. Saber que era el único que ella dejaría acercarse así, me hacía sentir como el tipo con más suerte del mundo.
Ella tiró mi camiseta por mis hombros y bajó sus manos por mi pecho. Cuando llegó a mis jeans inmediatamente comenzó a desabrocharlos también. Me tensé levemente. ¿Qué rayos está haciendo? Me giró sobre mi espalda y se sentó, sobre mí, luciendo tan sexy que era irreal. Se mordió el labio, pareciendo un poco nerviosa por algo.
— ¿Estás bien? —pregunté curiosamente, frotando mis manos en sus muslos tranquilizadoramente. ¿Por qué en la tierra está nerviosa? Ella asintió y sostuvo el borde de su vestido, levantándolo por su cabeza, sacudiendo su cabello después, haciéndolo colgar alrededor de su hermoso rostro. La miré en su sostén de encaje negro strapless y ropa interior a juego, y miles pensamientos lujuriosos bombardearon mi cerebro a la vez. La deseaba tanto que era irreal. Esto era lo más lejos que habíamos ido, la había visto sin camiseta pero no casi desnuda como esto. Era increíble. Se inclinó y me besó apasionadamente, alejándose para mirarme, todavía luciendo un poco nerviosa pero emocionada al mismo tiempo.
— ¿Me deseas, James? —preguntó. Mierda, ¿es algún tipo de broma o algo?
—Ángel, te he querido desde siempre. —Sonrió haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Hazme el amor —susurró, besándome suavemente.
Mi corazón se detuvo. Acaba de pedirme… no, de ninguna manera, ¡dijo algo más y luego vas a parecer como un idiota cuando resulta que no la escuchaste bien!
— ¿Qué? —pregunté débilmente, empujando su cabello detrás de su oreja.
—Estoy lista ahora; quiero que me hagas el amor. —Se sonrojó levemente, luciendo más adorable todavía por cuan dulce e inocente era.
La giré en su espalda. ¿Ella cree que tiene que rendirse por mí? Jesús, ¿no me cree cuando le digo que la esperaré?
—Ángel, te esperaré tanto como quieras. Prometo que puedo esperar —prometí, disponiéndola a que me creyera. Nunca tocaría a otra mujer de nuevo, sólo no me interesaban, nunca lo hicieron.
Ella rió.
—Bueno lo siento, James, pero yo solo no puedo esperar por ti más tiempo. Necesito que estés listo ahora —bromeó, apretando su mano en mi trasero.
Reí; era tan malditamente graciosa.
—Oh no puedes esperar por mí, ¿huh? Bueno eso no es muy justo; como que estás poniendo excesiva presión en mi desempeño —bromeé. Mi corazón estaba volviendo a su ritmo normal ahora que me di cuenta de que sólo estaba bromeando. Ella sonrió y bajó sus manos por mi pecho de nuevo, cuando llegó a mis jeans deslizó su mano adentro, frotándome a través de mis bóxer. ¿Qué diablos? Oh mierda, ¿no está bromeando?— Ángel, ¿qué estás haciendo? — pregunté sin aliento. Mierda, ¡eso se siente bien!
— James, deja de hablar —susurró, acercándome mientras bajaba mis jeans.
Bien, sólo seguiré con esto hasta que me diga que me detenga; sé qué se siente lo suficientemente cómoda como para pedirme que me detenga, lo que amo. Amo que tenga fe en que no la apuraré o la presionaré. La beso hambrientamente, moviendo mis manos sobre su sostén, amando la sensación del material de encaje.
Lo desabroché, tirándolo, lentamente, esperando que me detenga. Estaba tan nervioso que mis manos estaban temblando levemente. Sus pechos eran perfectos.
Incliné mi cabeza besándolos por todas partes, haciéndola arquear su espalda y gemir sin aliento. Bien, así que este esta es una primera vez, ¡no he llegado tan lejos con ella antes! Pateé mis jeans para sacarlos ahora que estaban casi en mis rodillas y recorrí mis manos bajando por su cuerpo, deteniéndome cuando llegué a su ropa interior, mi mano rozando sobre ella suavemente, lo que hace que levante sus caderas intentando obtener más. Sonreí ligeramente mientras la frotaba a través de su ropa interior, haciéndola gemir y sostener su mano libre en mi hombro fuertemente.
Sus ojos estaban conectados con los míos.
—Hazme el amor, James —susurró.
Mierda, ¡era en serio! Me detuve y me alejé, no quitando mis ojos de los suyos. No había señal de confusión; se había decidido. Todo lo que veía en su rostro era amor, felicidad y necesidad, y apostaría cualquier cosa a que mi cara lucía exactamente igual.
—Ángel, puedo esperar —prometí de nuevo.
—Sé que puedes, pero estoy lista ahora. —Asintió, mirándome suavemente.
— ¿No debería ser especial tu primera vez? ¿En un lindo hotel o algo, con pétalos de rosas y velas dispersas alrededor? —pregunté, frunciendo el ceño. Podía reservar uno para mañana en la noche si estaba realmente lista.
Ella sacudió su cabeza.
—Será especial, James. Será nuestra primera vez. Eso es lo suficientemente especial para mí. ¿Por favor? —rogó, moviendo su mano por mi espalda.
Todo mi cuerpo estaba regocijándose al pensamiento de estar con ella, pero mi cabeza sabía que tenía que estar segura de que no estuviera haciendo esto por las razones equivocadas; nunca me perdonaría si se arrepintiera de esto en la mañana.
—Esto no es por la apuesta, ¿no? —pregunté curiosamente.
Rió y sacudió su cabeza.
—No podría importarme menos la apuesta. Confío en ti, te amo, quiero que me hagas el amor.
Sentí mi corazón saltándose un latido cuando me ponía tan emocionado y nervioso al mismo tiempo que juro que me mataría.
—También te amo, Ángel, más que todo. —Me incliné para besarla de nuevo dulcemente, sabiendo que necesito tomarlo lenta y suavemente, sólo recé a Dios que no le doliera tanto.
Recorrí con mis manos bajando por su cuerpo, amando la sensación de su suave piel bajo mis manos mientras la beso apasionadamente, mostrándole cuánto la amo y la deseo. Enganché mis pulgares en su ropa interior, bajándola lentamente, molestándola, obteniendo la revancha. Estaba enterrando sus dedos en mi espalda, su respiración acelerándose con excitación, poniéndome más caliente por ella. La besé bajando por su cuerpo, recorriendo con mi lengua a través de sus pechos y bajando por su estómago, deteniéndome para morder justo debajo de su ombligo, haciéndola jadear y levantar sus caderas. Me senté y bajé su ropa interior quitándola por completo y sólo la miré. Era pura y completa perfección, yaciendo allí desnuda y vulnerable. Supe que nunca sería capaz de mirar a otra chica de nuevo sin compararla a la visión de mi Ángel, mientras sólo yacía allí, sonrojándose.
Obviamente estaba avergonzada de que la estuviera viendo desnuda por primera vez.
—Eres tan hermosa, Ángel —susurré. Sonrió y sostuvo su mano alrededor de mi nuca, guiando mi boca de vuelta a la suya. Sentí mi corazón hinchándose mientras la besaba apasionadamente, mostrándole cuanto la amaba y la apreciaba antes de prepararme para hacerle el amor por primera vez.
Alisé su cabello fuera de su sudorosa frente. Ella estaba sonriéndome y luciendo tan feliz que hizo que mi corazón se saltara un latido.
—Te amo, Ángel. — despues de ello comense a emvestirla suavemente pero muy adrentro ,Yacimos allí intentando ralentizar nuestros ritmos cardiacos.y me corri en ella , Presioné mi rostro en la curva de su cuello besándola, sintiendo su pulso acelerado bajo mis labios. Me sentí más feliz de lo que me había sentido en toda mi vida.
Luego de un minuto o algo , me sali de ella y me giré a mi lado. Apreté mis brazos en ella, tirándola cerca de mí, recorriendo con mis dedos su desnudo, sudoroso cuerpo, demorándome en sus pechos—. Siento haberte lastimado —dije silenciosamente. Me sentí terrible de que fuera el que tuviera que causarle dolor, pero supongo que cada chica tiene que pasar por lo mismo la primera vez.
Ella rió.
— James, lo valió tanto —bromeó, presionando su cuerpo más cerca al mío, acurrucándose en mis brazos. Reí.
—Bueno estoy feliz de que lo disfrutaras —declaré, sonriéndole con suficiencia.
No había recibido quejas antes, pero nunca me importo realmente si la chica lo disfrutaba antes. Normalmente, sólo hacía lo que quería; nunca me había tomado el tiempo para pensar sobre aquello, era gracioso cuán diferente era eso con mi
Ángel. Todo lo que me importaba era ella; mis sentimientos eran secundarios.
—Definitivamente lo disfruté. ¿Lo hiciste tú? Quiero decir, no sabía qué hacer o nada, ¿debería haber hecho algo diferente? —preguntó, mordiéndose el labio, mirándome preocupadamente. Reí y besé su frente.
—Ángel, fue lo mejor que me ha pasado alguna vez. Fue perfecto, eres perfecta, y te amo tanto —prometí.
Se acurrucó más cerca de mí, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos; suspiró con satisfacción y cerró sus ojos.
—También te amo, James —susurró, besando mi pecho suavemente. No pude contener mi reacción corporal; comencé a encenderme de nuevo. Estaba tan cerca y ahora que ya la había tenido una vez no podía tener suficiente. Alejé mis caderas para que no me sintiera excitado de nuevo. Era su primera vez; tenía que estar adolorida así que no necesitaba saber mi reacción corporal caliente por ella.
Pero me moví muy tarde, ella debe haberlo notado. Levantó su cabeza y miró hacia abajo. Me miró de vuelta un poco sorprendida. Sonreí disculpándome y ella rió dulcemente.
— ¿En serio? ¿Ya? —bromeó, mientras las yemas de sus dedos recorrían bajando por mi pecho, haciéndome estremecer.
—Lo siento; bajará en un minuto. Sólo eres demasiado sexy. Deberías descansar, estarás adolorida —dije un poco tímidamente. Levantó sus cejas, una lenta sonrisa esparciéndose a través de su rostro mientras se giraba a mi espalda,sobre mí, luciendo como una alucinante diosa del sexo sentada arriba de mí.
—Estoy bien. Esta vez quiero intentarlo, dime si hago algo mal —dijo, besándome apasionadamente. ¡Santa mierda, esta chica es malditamente asombrosa!
Me desperté temprano en la mañana. (tn) tenía que estar en práctica de danza a las ocho treinta, ahora eran solo pasadas las siete. No pude quitar la sonrisa de mi rostro. Anoche fue increíble, la mejor noche de todas. Oírla gemir mi nombre fue el mejor sonido en el mundo. Ella lo disfrutó también lo que lo hizo más especial para mí. No le había dolido tanto, bueno, ella dijo que no de todas formas. No pudo haber sido tan doloroso porque me hizo hacerle el amor de nuevo después. Envolví mis brazos más fuerte alrededor de ella, amando la sensación de su piel desnuda contra la mía. Solo yací allí y la miré dormir hasta que la alarma sonó. Ella era tan malditamente hermosa; honestamente era justo como imaginaría que luce un ángel.
Se acurrucó más cerca de mí mientras abría sus ojos, una lenta sonrisa esparciéndose en su rostro cuando me miraba.
—Hola, novio.
No pude evitar sonreírle de vuelta.
—Hola, novia. —Envolvió sus brazos alrededor de mí más fuerte mientras suspiraba con satisfacción—. ¿Cómo te sientes hoy? —pregunté, recorriendo con mis dedos a través de su desordenado cabello .
Ella sonrió.
—Estoy bien, un poco adolorida, pero extremadamente feliz —declaró, riendo dulcemente.
Giré arriba de ella, presionando mi cuerpo con el de ella.
—Un poco adolorida, ¿huh? Mejor podría besar eso para ti —coqueteé.
Ella mordió su labio, mirándome emocionada.
—Oh puedes, ¿huh?
Asentí, sonriendo perversamente.
—Oh sí. —Le sonreí con suficiencia antes de besar todo el camino bajando por su cuerpo, apenas pudiendo contener mi emoción.----------------------- ese fue el capi de hoy besos
JAMES:
Había estado con (tn) por una semana ahora, y honestamente había sido la mejor semana de mi vida —o de la vida de cualquiera, probablemente. Ella era tan perfecta. La había querido durante tanto tiempo que estaba un poco preocupado de que si alguna vez la conseguía, nunca sería capaz de estar a la altura de lo que había imaginado. La había puesto en un pedestal tan alto que estaba sorprendido de que realmente tuviera suficiente oxígeno para respirar. Pero estar con ella era mejor que cualquier cosa que jamás hubiera imaginado.
No podía esperar para esta noche. Como de costumbre, había una fiesta en la casa de Carlos —la celebración de después de los partidos. Definitivamente estaba planeando bailar con mi chica esta noche. Me puse un par de pantalones vaqueros rasgados y una camisa blanca y me dirigí hacia su casa. Estaba tan emocionado por verla que podría romper a cantar en cualquier momento. Aún no podía creer que alguien como yo fuera tan afortunado de tener a alguien como ella enamorada de mi. Podía tener a cualquier chico que quisiera; era preciosa, lista, divertida, y amable. Prácticamente cada chico en la escuela la deseaba, no es que pudiera culparlos; su cuerpo era de fuera de este mundo, y todo ese baile…
Me esforzaba por verla en su práctica de baile cada sábado, estaba enloqueciendo encendiéndome viéndola saltar alrededor, sacudiendose . Ella sinceramente hacía mi boca agua queriéndola tanto. Sería incluso peor mañana porque realmente había tenido mis manos en ese pequeño culo respingón que estaría sacudiéndose alrededor.
Fui directo a la cocina, ayudando a Carlos a ordenar las bebidas y aperitivos como de costumbre. (tn) estaba probablemente en su habitación haciéndose ver increíble, sólo para sacarme la vida de nuevo. Había insistido coquetear conmigo todos los días en la escuela por la estúpida apuesta. Cada día se ponía peor y peor cuando ella golpeaba otro mecanismo. Se estaba volviendo más segura de sí misma ahora; sabía exactamente cuánto me afectaba, y definitivamente lo usaba para su ventaja. No es que me importara, estaba pasando un buen rato haciéndolo y verla disfrutar me hacía feliz.
(tn) había estado metiéndose más y más en nuestra relación desde que me dijo que me amaba, llevando las cosas más y más lejos. Estaba un poco preocupado al principio. No quería que ella pensara que todo lo que quería de ella era sexo, le había dicho que esperaría y esperaría todo el tiempo que necesitara. Realmente la quería más que nada en el mundo. Si creyera que diría que sí, le pediría que se casara conmigo ahora mismo, pero no quería apresurarla o presionarla a nada, teníamos todo el tiempo del mundo.
Carlos había sido estupendo hasta ahora también. Parecía gustarle el hecho de que (tn) estaba feliz así que no me criticó demasiado acerca de salir con ella.
Tuvimos algunas palabras el día después que descubrió sobre nosotros, pero nunca se lo había dicho a (tn). Fueron básicamente amenazas de decapitación y castración —lo que sabía que decía en serio. No es que importara, no sería el que le hiciera daño o terminara esta relación, eso definitivamente dependía de ella. Todo lo que quería era cuidar de ella y hacerla feliz.
Una hora más tarde, la gente empezó a llegar para la fiesta. Observé el pasillo, esperándola. Normalmente, nunca salía de su habitación hasta que la fiesta estaba en pleno apogeo, así que sabía que tenía un poco de tiempo. Vi a Jessica entrar y gemí mientras agarraba a Matt, poniéndolo delante de mí así no me vería. Había estado molestándome tan mal toda la semana con todo el coqueteo , bueno, todas lo hicieron. No podía creer que las chicas hagan ese tipo de cosas, y caray lo que estaban ofreciendo, era literalmente en cualquier lugar, a cualquier hora, y cualquier cosa que yo quisiera. Ni siquiera quería pensar en lo que Jessica me había ofrecido, la pequeña sucia fulana. Mi mente subconsciente vagó al par de veces que habíamos salido y tenido sexo, me estremecí un poco con el pensamiento.
Matt se estaba partiendo de risa.
—En serio, James, sólo sé un hombre y fóllate a alguien para acabar de una vez — dijo, riendo.
Puse los ojos en blanco ante su estúpido comentario.
—Lo que sea, la única con la que estaré es mi novia. No estoy interesado en ninguna de estas mujerzuelas. —Agité la mano con desdén mientras un par de chicas me miraban desde el otro lado de la habitación. Alguien agarró mi brazo, apretando gentilmente para conseguir mi atención. Oh, por amos de Dios, ¿por qué diablos no pueden dejarme en paz?— Mira, ¡no estoy interesado! ¡Tengo novia! —gruñí con enojo mientras me daba la vuelta.
Mi aliento se atascó en mi garganta, (tn) estaba parada allí con un pequeño vestido negro que colgaba de su cuerpo bien formado y acababa a la mitad de su muslo. Su pelo estaba medio recogido y rizado, y sus ojos estaban brillando con diversión. No podía respirar. Estaba tan hermosa que era irreal. Todo lo que podía hacer era mirarla como un idiota. Oh mierda, ¡estoy mirando fijamente! Ok, vamos, James, di algo.
Di algo. James, ¡maldita sea di ALGO!
—Um… hola, Ángel —balbuceé, mi voz sonando escasa. Wow, ¡eso fue realmente salamero, James! Dios, ¡soy un imbécil! Estaba tan excitado que debe haber sido obvio para todo el mundo.
Sonrió, su sonrisa encendiendo su cara entera.
—Hola, James —ronroneó con su sexy voz. Gemí mentalmente. Ok aquí viene; finalmente va a matarme. En realidad no creo que pueda aguantarla conmigo mientras se ve así.
—Estás preciosa —dije honestamente, mirándola otra vez.
Sonrió e hizo un pequeño giro, haciendo a su vestido elevarse un poco. Mi corazón comenzó a latir más rápidamente.
— ¿Te gusta? —preguntó mordiéndose el labio. ¿Me gustaba? ¿Estaba bromeando?
Asentí y di un paso más cerca. Podía oler su perfume dejando mi cabeza un poco difusa.
—Me encanta —confirmé.
Se rió y cerró la distancia, presionando su pecho en el mío. No pude evitar poner mis manos en sus caderas, sintiendo el sedoso material bajo mis dedos.
— ¿Sabes qué? Creo que te gustará lo que está debajo incluso más —susurró en mi oído.
Apreté mi agarre en ella mientras trataba de dar un paso atrás, manteniéndola firmemente en mí, no queriendo que se alejara de mí.
—No te burles de mí esta noche, Ángel. En serio, te ves demasiado sexy, no puedo soportarlo —supliqué.
Rió y agarró la parte delantera de mi camisa, empujándome imposiblemente cerca de ella. La miré a los ojos, sintiéndome siendo arrastrado.
—No estoy burlándome, James. Por cierto, tu ropa se ve malditamente bien en ti, pero tengo la sensación de que se verá incluso mejor en el suelo de mi habitación más tarde —dijo tranquilamente, haciéndome gemir. Cerré los ojos. En serio, me estaba matando. Besó mi mejilla y se alejó rápidamente, se dirigió a la multitud de personas, dejándome parado en medio de la cocina con una maldita erección como de costumbre.
Me volví hacia Matt que estaba mirando a (tn) también.
—Maldición, se ve sexy esta noche. Creo que podría ir a ver si puedo tocar ese hermoso culo —dijo, meneando las cejas mientras se dirigió a ir a buscarla.
Agarré su brazo y sacudí mi cabeza, mirándolo en señal de advertencia.
—Ni hablar, Matt. Sólo mantente alejado de ella, está con alguien.
Me miró con curiosidad, luego sus ojos se agrandaron.
—Ella no es tu… —se calló, mirándome sorprendido.
Oh mierda. ¡Oops, bueno ahora él sabe! Asentí lentamente.
—Sí —confirmé. No pude evitar la sonrisa orgullosa que se extendió por mi cara, por fin alguien sabía sobre nosotros.
Se echó a reír, sacudiendo su cabeza.
—Carlos teva a cortar tus bolas cuando lo sepa. En serio, te va a hacer un nuevo agujero.
Sonreí y palmeé su hombro.
—Ya lo sabe. —Me encogí de hombros con facilidad, sonriendo mientras su cara se transformó en conmoción.
— ¡De ninguna manera! ¿Te dio una paliza? —preguntó con curiosidad. Me reí y me señalé a mí mismo.
— ¿Parece como que me ha dado una paliza? —pregunté, riendo.
De repente se vio molesto.
— ¿Todo este maldito tiempo nunca le pedí salir porque pensé que Carlos me cortaría las pelotas, y él no hizo nada? Maldita sea, ¡sabía que debería haberle pedido salir! —refunfuñó, viéndose fastidiado.
— Demasiado tarde ahora —me burlé, palmeando su hombro de nuevo mientras iba a conseguir una bebida.
Agarré dos shot de vodka y me dirigí a buscarla y contarle que Matt sabía.
No me molesté en decirle que no contara nada; quería esto al descubierto. No podía preocuparme menos por el dinero. En un par de años, cuando estuviera jugando al hockey profesionalmente, parecería una miseria y podría darle todo lo que quisiera.
La vi bailando con Joss y Kendall a un lado. Sonreí mientras envolvía mi brazo alrededor de su cintura, haciéndola saltar.
—Ey, novia —susurré en su oído. Me sonrió por encima del hombro mientras hundía su trasero en mi entrepierna, haciéndome anhelarla de nuevo. La empujé con más fuerza contra mí y bailé detrás de ella, le tendí uno de los tragos.
—Gracias. —Sonrió agradecidamente mientras se lo tragaba, estremeciéndose ligeramente.
—Así que, tengo algo que contarte —admití tímidamente.
Se volvió para encararme.
— ¿Qué es entonces? —preguntó, sonriendo. Su expresión emocionada me dijo que obviamente pensaba que era algo bueno.
—Mattsabe que eres mi chica —dije en voz baja, inclinándome hacia ella así nadie podía oír. Jadeó.
— ¿Él sabe? ¿Cómo? —preguntó, claramente sorprendida, mientras miraba alrededor sospechosamente.
—Se lo dije por accidente. Iba a venir y hacer un movimiento contigo, le dije que se alejara —admití, sonriendo en tono de disculpa, esperando que no me regañara por arruinar su plan con Jessica y la apuesta.
Puso los ojos en blanco y se acercó a mí.
—Bocazas —me regañó jocosamente, mientras envolvía sus brazos alrededor de mi cuello, bailando conmigo de nuevo. La empujé más cerca de mí envolviéndola en mis brazos apretadamente, amando la sensación de su cuerpo contra el mío. Sonrió felizmente—. Bueno entonces, James, si la gente lo va a averiguar, bien podríamos darles un espectáculo —flirteó, elevando una ceja juguetonamente.
¿Qué demonios significaba eso? Sonrió y bajó mi cara hasta la suya, besándome. Escuché a la gente jadear y empezar a hablar apresuradamente a nuestro alrededor, pero no me importó. Estaba besando a la chica de mis sueños y ella me amaba. La empujé más cerca, delineando su labio con mi lengua, queriendo más.
Después de un minuto o así me retiré del beso y empecé a besar su cuello, haciéndola gemir en voz baja. Sonreí contra su cuello porque sabía que la gente estaba mirando. Finalmente, no más fingir, no más escuchar a los chicos hablar acerca de ella y queriendo darles una paliza. La eché hacia atrás para mirarla, estaba sonriéndome, viéndose tan malditamente caliente que era increíble.
—Te amo, James—dijo, sus ojos fijos en los míos. Escuché a alguna otra gente jadear otra vez.
—Yo también te amo, Ángel —contesté, inmediatamente.
Sabía que la gente estaba hablando de nosotros, y literalmente la habitación entera estaba mirando, pero simplemente no me importaba. Todo en lo que podía concentrarme era en sus preciosos ojos y cómo estaban mirando profundamente a los míos, volviéndome loco. Apreté mis brazos más estrechamente a su alrededor, no queriendo que el momento acabara. Me encantaba la forma en que su increíble cuerpo estaba meciéndose contra el mío, encendiéndome tanto que era casi insoportable. Bailamos durante casi una hora. Ahora que la gente sabía sobre nosotros, no dejaba su lado, queriendo más tiempo con ella. Nunca conseguía pasar tiempo con ella en las fiestas; por lo general, estaba demasiado ocupado asegurándome de que no le pasara nada a su casa, porque Carlos estaba siempre borracho o enganchándose con alguna chica por la parte trasera.
Esta noche era la mejor fiesta, sólo porque pude cogerle la mano y besarla. Incluso las chicas no se me lanzaban, lo que hacía un buen cambio. Me junté con ella y sus amigos. Joss era en realidad muy divertida, realmente no había hablado antes con ella apropiadamente. Por lo general, la única vez que me hablaba era para coquetear conmigo, así que era raro tener una conversación normal con ella.
Justo después de medianoche, (tn) se presionó contra mí apretadamente.
—Estoy cansada, James . ¿Quieres llevarme a la cama? —preguntó, levantando las cejas burlonamente. Oh mierda, ¡pensé que todo el coqueteo y las bromas pararían ahora que la gente sabía!
Reí y puse los ojos en blanco.
—Claro, Ángel. —Me encantaría envolver mis brazos alrededor de su sexy cuerpo ahora mismo. Sonrió y se volvió para alejarse; puse mis manos en sus caderas siguiéndola a través de la multitud de personas, a su habitación. Tan pronto como estuvimos a través de la puerta se volvió hacia mí con su cara juguetona y supe que las bromas no habían terminado aún. Gemí en voz baja. Mierda, amaba a esta chica más que nada, ¡pero estaba volviéndome loco!
Ella aseguró la puerta y se acercó un paso hacia mí, presionando su tonificado cuerpo con el mío. Sus manos recorren bajando por mi pecho, lentamente, poniéndome tan duro que era vergonzoso. ¿Claramente debería ser inmune a su encanto para ahora? Me refiero, he estado enamorado de esta chica por doce años, ¿cómo diablos todavía podía prenderme de esta manera? Nadie nunca se comparó a mi Ángel, literalmente era la chica más perfecta del mundo.
Incliné mi cabeza para besarla, recorriendo mi lengua a través de su suave labio lleno, queriendo profundizar el beso. Ella enredó sus manos en mi cabello y no pude evitar sujetarla contra la pared, presionando cada pulgada de mi cuerpo contra el suyo. Gimió en el fondo de su garganta y sentí felicidad burbujeando dentro de que ella amaba besarme tanto como yo amaba besarla a ella.
Flexioné mis rodillas y la envolví fuertemente en mis brazos, levantándola de sus pies. Ella envolvió sus largas piernas alrededor de mí mientras desabotonaba mi camisa lentamente; sus dedos persistiendo en mi piel, poniéndome la piel de gallina. Cada uno de los toques de (tn) eran como nada que hubiera sentido antes. Todas esas chicas con las que me había acostado solo para intentar y olvidarla, eran nada comparadas con ella. Deseaba con todo mi corazón que hubiera esperado y que fuera mi primera, pero todo se sentía como una primera vez con ella de todas formas. Cada toque era diez veces mejor que algo que hubiera sentido antes, era como si cada lugar en que su piel tocaba la mía, se sentía como si me quemara ligeramente, pero de una buena manera. Ella me ponía nervioso también. No quería hacer nada que ella no quisiera, pero estaba tan asustado que no pudiera satisfacerla y no quería arruinar nada.
Me alejé del beso, plantando pequeños besos por su cuello, succionando el chupón que le había hecho hace unos días para hacerlo más oscuro. Amaba esa marca en ella. Saber que era mía me volvía loco. Caminé hacia la cama, recostándola y subiéndome arriba de ella mientras bajaba mis manos por su cuerpo. Cuando llegué al borde de su vestido, deslicé mi mano por debajo, subiéndola por su tonificado muslo, haciendo mi camino para poder apretar su trasero. No pude evitar gemir al sentirlo. Saber que era el único que ella dejaría acercarse así, me hacía sentir como el tipo con más suerte del mundo.
Ella tiró mi camiseta por mis hombros y bajó sus manos por mi pecho. Cuando llegó a mis jeans inmediatamente comenzó a desabrocharlos también. Me tensé levemente. ¿Qué rayos está haciendo? Me giró sobre mi espalda y se sentó, sobre mí, luciendo tan sexy que era irreal. Se mordió el labio, pareciendo un poco nerviosa por algo.
— ¿Estás bien? —pregunté curiosamente, frotando mis manos en sus muslos tranquilizadoramente. ¿Por qué en la tierra está nerviosa? Ella asintió y sostuvo el borde de su vestido, levantándolo por su cabeza, sacudiendo su cabello después, haciéndolo colgar alrededor de su hermoso rostro. La miré en su sostén de encaje negro strapless y ropa interior a juego, y miles pensamientos lujuriosos bombardearon mi cerebro a la vez. La deseaba tanto que era irreal. Esto era lo más lejos que habíamos ido, la había visto sin camiseta pero no casi desnuda como esto. Era increíble. Se inclinó y me besó apasionadamente, alejándose para mirarme, todavía luciendo un poco nerviosa pero emocionada al mismo tiempo.
— ¿Me deseas, James? —preguntó. Mierda, ¿es algún tipo de broma o algo?
—Ángel, te he querido desde siempre. —Sonrió haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Hazme el amor —susurró, besándome suavemente.
Mi corazón se detuvo. Acaba de pedirme… no, de ninguna manera, ¡dijo algo más y luego vas a parecer como un idiota cuando resulta que no la escuchaste bien!
— ¿Qué? —pregunté débilmente, empujando su cabello detrás de su oreja.
—Estoy lista ahora; quiero que me hagas el amor. —Se sonrojó levemente, luciendo más adorable todavía por cuan dulce e inocente era.
La giré en su espalda. ¿Ella cree que tiene que rendirse por mí? Jesús, ¿no me cree cuando le digo que la esperaré?
—Ángel, te esperaré tanto como quieras. Prometo que puedo esperar —prometí, disponiéndola a que me creyera. Nunca tocaría a otra mujer de nuevo, sólo no me interesaban, nunca lo hicieron.
Ella rió.
—Bueno lo siento, James, pero yo solo no puedo esperar por ti más tiempo. Necesito que estés listo ahora —bromeó, apretando su mano en mi trasero.
Reí; era tan malditamente graciosa.
—Oh no puedes esperar por mí, ¿huh? Bueno eso no es muy justo; como que estás poniendo excesiva presión en mi desempeño —bromeé. Mi corazón estaba volviendo a su ritmo normal ahora que me di cuenta de que sólo estaba bromeando. Ella sonrió y bajó sus manos por mi pecho de nuevo, cuando llegó a mis jeans deslizó su mano adentro, frotándome a través de mis bóxer. ¿Qué diablos? Oh mierda, ¿no está bromeando?— Ángel, ¿qué estás haciendo? — pregunté sin aliento. Mierda, ¡eso se siente bien!
— James, deja de hablar —susurró, acercándome mientras bajaba mis jeans.
Bien, sólo seguiré con esto hasta que me diga que me detenga; sé qué se siente lo suficientemente cómoda como para pedirme que me detenga, lo que amo. Amo que tenga fe en que no la apuraré o la presionaré. La beso hambrientamente, moviendo mis manos sobre su sostén, amando la sensación del material de encaje.
Lo desabroché, tirándolo, lentamente, esperando que me detenga. Estaba tan nervioso que mis manos estaban temblando levemente. Sus pechos eran perfectos.
Incliné mi cabeza besándolos por todas partes, haciéndola arquear su espalda y gemir sin aliento. Bien, así que este esta es una primera vez, ¡no he llegado tan lejos con ella antes! Pateé mis jeans para sacarlos ahora que estaban casi en mis rodillas y recorrí mis manos bajando por su cuerpo, deteniéndome cuando llegué a su ropa interior, mi mano rozando sobre ella suavemente, lo que hace que levante sus caderas intentando obtener más. Sonreí ligeramente mientras la frotaba a través de su ropa interior, haciéndola gemir y sostener su mano libre en mi hombro fuertemente.
Sus ojos estaban conectados con los míos.
—Hazme el amor, James —susurró.
Mierda, ¡era en serio! Me detuve y me alejé, no quitando mis ojos de los suyos. No había señal de confusión; se había decidido. Todo lo que veía en su rostro era amor, felicidad y necesidad, y apostaría cualquier cosa a que mi cara lucía exactamente igual.
—Ángel, puedo esperar —prometí de nuevo.
—Sé que puedes, pero estoy lista ahora. —Asintió, mirándome suavemente.
— ¿No debería ser especial tu primera vez? ¿En un lindo hotel o algo, con pétalos de rosas y velas dispersas alrededor? —pregunté, frunciendo el ceño. Podía reservar uno para mañana en la noche si estaba realmente lista.
Ella sacudió su cabeza.
—Será especial, James. Será nuestra primera vez. Eso es lo suficientemente especial para mí. ¿Por favor? —rogó, moviendo su mano por mi espalda.
Todo mi cuerpo estaba regocijándose al pensamiento de estar con ella, pero mi cabeza sabía que tenía que estar segura de que no estuviera haciendo esto por las razones equivocadas; nunca me perdonaría si se arrepintiera de esto en la mañana.
—Esto no es por la apuesta, ¿no? —pregunté curiosamente.
Rió y sacudió su cabeza.
—No podría importarme menos la apuesta. Confío en ti, te amo, quiero que me hagas el amor.
Sentí mi corazón saltándose un latido cuando me ponía tan emocionado y nervioso al mismo tiempo que juro que me mataría.
—También te amo, Ángel, más que todo. —Me incliné para besarla de nuevo dulcemente, sabiendo que necesito tomarlo lenta y suavemente, sólo recé a Dios que no le doliera tanto.
Recorrí con mis manos bajando por su cuerpo, amando la sensación de su suave piel bajo mis manos mientras la beso apasionadamente, mostrándole cuánto la amo y la deseo. Enganché mis pulgares en su ropa interior, bajándola lentamente, molestándola, obteniendo la revancha. Estaba enterrando sus dedos en mi espalda, su respiración acelerándose con excitación, poniéndome más caliente por ella. La besé bajando por su cuerpo, recorriendo con mi lengua a través de sus pechos y bajando por su estómago, deteniéndome para morder justo debajo de su ombligo, haciéndola jadear y levantar sus caderas. Me senté y bajé su ropa interior quitándola por completo y sólo la miré. Era pura y completa perfección, yaciendo allí desnuda y vulnerable. Supe que nunca sería capaz de mirar a otra chica de nuevo sin compararla a la visión de mi Ángel, mientras sólo yacía allí, sonrojándose.
Obviamente estaba avergonzada de que la estuviera viendo desnuda por primera vez.
—Eres tan hermosa, Ángel —susurré. Sonrió y sostuvo su mano alrededor de mi nuca, guiando mi boca de vuelta a la suya. Sentí mi corazón hinchándose mientras la besaba apasionadamente, mostrándole cuanto la amaba y la apreciaba antes de prepararme para hacerle el amor por primera vez.
Alisé su cabello fuera de su sudorosa frente. Ella estaba sonriéndome y luciendo tan feliz que hizo que mi corazón se saltara un latido.
—Te amo, Ángel. — despues de ello comense a emvestirla suavemente pero muy adrentro ,Yacimos allí intentando ralentizar nuestros ritmos cardiacos.y me corri en ella , Presioné mi rostro en la curva de su cuello besándola, sintiendo su pulso acelerado bajo mis labios. Me sentí más feliz de lo que me había sentido en toda mi vida.
Luego de un minuto o algo , me sali de ella y me giré a mi lado. Apreté mis brazos en ella, tirándola cerca de mí, recorriendo con mis dedos su desnudo, sudoroso cuerpo, demorándome en sus pechos—. Siento haberte lastimado —dije silenciosamente. Me sentí terrible de que fuera el que tuviera que causarle dolor, pero supongo que cada chica tiene que pasar por lo mismo la primera vez.
Ella rió.
— James, lo valió tanto —bromeó, presionando su cuerpo más cerca al mío, acurrucándose en mis brazos. Reí.
—Bueno estoy feliz de que lo disfrutaras —declaré, sonriéndole con suficiencia.
No había recibido quejas antes, pero nunca me importo realmente si la chica lo disfrutaba antes. Normalmente, sólo hacía lo que quería; nunca me había tomado el tiempo para pensar sobre aquello, era gracioso cuán diferente era eso con mi
Ángel. Todo lo que me importaba era ella; mis sentimientos eran secundarios.
—Definitivamente lo disfruté. ¿Lo hiciste tú? Quiero decir, no sabía qué hacer o nada, ¿debería haber hecho algo diferente? —preguntó, mordiéndose el labio, mirándome preocupadamente. Reí y besé su frente.
—Ángel, fue lo mejor que me ha pasado alguna vez. Fue perfecto, eres perfecta, y te amo tanto —prometí.
Se acurrucó más cerca de mí, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos; suspiró con satisfacción y cerró sus ojos.
—También te amo, James —susurró, besando mi pecho suavemente. No pude contener mi reacción corporal; comencé a encenderme de nuevo. Estaba tan cerca y ahora que ya la había tenido una vez no podía tener suficiente. Alejé mis caderas para que no me sintiera excitado de nuevo. Era su primera vez; tenía que estar adolorida así que no necesitaba saber mi reacción corporal caliente por ella.
Pero me moví muy tarde, ella debe haberlo notado. Levantó su cabeza y miró hacia abajo. Me miró de vuelta un poco sorprendida. Sonreí disculpándome y ella rió dulcemente.
— ¿En serio? ¿Ya? —bromeó, mientras las yemas de sus dedos recorrían bajando por mi pecho, haciéndome estremecer.
—Lo siento; bajará en un minuto. Sólo eres demasiado sexy. Deberías descansar, estarás adolorida —dije un poco tímidamente. Levantó sus cejas, una lenta sonrisa esparciéndose a través de su rostro mientras se giraba a mi espalda,sobre mí, luciendo como una alucinante diosa del sexo sentada arriba de mí.
—Estoy bien. Esta vez quiero intentarlo, dime si hago algo mal —dijo, besándome apasionadamente. ¡Santa mierda, esta chica es malditamente asombrosa!
Me desperté temprano en la mañana. (tn) tenía que estar en práctica de danza a las ocho treinta, ahora eran solo pasadas las siete. No pude quitar la sonrisa de mi rostro. Anoche fue increíble, la mejor noche de todas. Oírla gemir mi nombre fue el mejor sonido en el mundo. Ella lo disfrutó también lo que lo hizo más especial para mí. No le había dolido tanto, bueno, ella dijo que no de todas formas. No pudo haber sido tan doloroso porque me hizo hacerle el amor de nuevo después. Envolví mis brazos más fuerte alrededor de ella, amando la sensación de su piel desnuda contra la mía. Solo yací allí y la miré dormir hasta que la alarma sonó. Ella era tan malditamente hermosa; honestamente era justo como imaginaría que luce un ángel.
Se acurrucó más cerca de mí mientras abría sus ojos, una lenta sonrisa esparciéndose en su rostro cuando me miraba.
—Hola, novio.
No pude evitar sonreírle de vuelta.
—Hola, novia. —Envolvió sus brazos alrededor de mí más fuerte mientras suspiraba con satisfacción—. ¿Cómo te sientes hoy? —pregunté, recorriendo con mis dedos a través de su desordenado cabello .
Ella sonrió.
—Estoy bien, un poco adolorida, pero extremadamente feliz —declaró, riendo dulcemente.
Giré arriba de ella, presionando mi cuerpo con el de ella.
—Un poco adolorida, ¿huh? Mejor podría besar eso para ti —coqueteé.
Ella mordió su labio, mirándome emocionada.
—Oh puedes, ¿huh?
Asentí, sonriendo perversamente.
—Oh sí. —Le sonreí con suficiencia antes de besar todo el camino bajando por su cuerpo, apenas pudiendo contener mi emoción.----------------------- ese fue el capi de hoy besos
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Waiuu *-* me perdi de varias cosas ajbsjxux encerio esq estaba castigada.
"."
"."
MaJoRojas_
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPITULO 27.
(tn):
Tras finalmente separarme de James el sábado por la mañana, literalmente no podía mantener alejada la sonrisa de mi cara. Fue tan increíble la noche anterior y fue mejor de lo que alguna vez pensé que podría ser. Fue tan dulce, paciente y tierno conmigo, tomándoselo todo lenta y tranquilamente. No pude haber pedido un novio más cariñoso.
—Vamos, chico amoroso, vámonos —ordené, deslizándome en un pantalón de chándal y una camiseta sin mangas lista para la práctica de baile.
Agarró mi cintura y besó la parte trasera de mi cuello.
—Está bien. Pero por favor trata de no sacudir demasiado ese lindo trasero en mi rostro, o quizás tenga que rasgar esos sexys pantalones y tomarte justo en frente de tu equipo —gruñó, mordisqueando suavemente mi cuello.
No pude evitar reírme ante el comentario. Nunca me había dicho nada como eso antes y me sonrojé como loca mientras golpeaba su hombro.
—Sal de mi cuarto, hombrezuelo —bromeé, empujándolo, riendo. Sujetó mi mano, tirando de mí, sonriendo felizmente. No pude evitar más que mirar a su trasero mientras caminaba enfrente de mí hacia el pasillo. ¡Wow, me ha convertido en una pervertida también!
La práctica de baile fue genial. Parecía que finalmente me estaba saliendo el levantamiento con el que había estado teniendo problemas la semana pasada, así que por lo menos no me caí sobre mi trasero demasiado. Para el momento en que terminamos estaba cansada y sudorosa. James se sentó ahí pacientemente observando como de costumbre, bromeando con Diego. Parecía que estaba sonriendo más de lo normal. Supongo que fue difícil para él, esperar una semana entera para tener sexo, apuesto que nunca había hecho eso en su vida.
Probablemente estaba satisfecho de finalmente tener algo la noche anterior después de todo el coqueteo que había hecho recientemente.
Espera, ¿sólo habíamos estado saliendo una semana? Me reí para mí misma, vaya, era una zorra. Me acosté con un chico con el que he estado saliendo por una semana; ¡Nunca pensé que podría decir eso! Parecía como si hubiéramos estado juntos desde siempre porque todo era sólo demasiado fácil y lo había conocido durante tanto tiempo.
Cuando terminamos de practicar, fuimos a un pequeño café y compramos sándwiches, llevándolos a un parque para comerlos. James se sentó bajo la sombra de un árbol, abriendo sus piernas para que me sentara entre ellas. Cuando estaba a punto de sentarme, me detuvo
—Espera, Ángel. —Se quitó su sweater con capucha y lo tendió en el suelo para que me sentara sobre él.
—Gracias. —Sonreí agradecidamente, dentándome y recargándome en su pecho, comiendo mi comida. Como de costumbre, James inhaló su comida y envolvió sus brazos a mí alrededor, meciéndose suavemente mientras yo terminaba de comer.
Nunca pensé que alguna vez podría tener algo como esto con un chico. Cada vez que pensaba en salir, me había asustado como el infierno porque nunca quise que un hombre me tocara de esa manera. Después de lo que mi padre había hecho con todo el toqueteo, supongo que estaba un poco asustada. Todo el tiempo había pensado que nunca quise un novio, jamás me di cuenta que ya tenía al chico perfecto que era dulce, amable y que me mantenía a salvo todas las noches.
—Podría quedarme aquí para siempre —mascullé, cerrando mis ojos, suspirando con alegría.
Besó el lado de mi cabeza.
— ¿No te arrepientes de dormir conmigo entonces? —preguntó.
Me giré para mirarlo de frente, pretendiendo pensar acerca de ello.
—Eso depende. ¿Vas a dejarme ahora que me rendí? —bromeé.
Me sonrió maliciosamente.
—Hmm, quizás debería —contestó, besándome suavemente.
Sonreí contra sus labios.
—Bueno quizás debería llegar ahí yo primero y botar tu candente trasero. Ahorrarme la humillación —sugerí, elevando mis cejas, sonriéndole.
Se rió y se recostó en su espalda, tirando de mí encima de él, sosteniéndome cerca.
—Si me botas voy a estar rogándote hasta el día que muera para que me aceptes de nuevo —declaró, acariciando mi espalda.
— ¿Rogando de rodillas? —pregunté, riendo.
Asintió, mirándome seriamente.
—Sí, lo que sea que se necesite. Donde sea que vayas, estaré siguiéndote detrás de ti, rogando por otra oportunidad. Seré como un acosador obsesionado —bromeó, rodando entonces yo estaba debajo de él.
—Suena como si eso fuera a ser un dolor en mi trasero. Tal vez sólo debería quedarme contigo entonces. —Sonreí, encogiéndome de hombros.
Asintió.
—Buen plan. —coincidió, besándome apasionadamente, terminando la conversación.
Después de una hora en el parque nos fuimos a casa para ordenarla. Como de costumbre el lugar era un desastre. Carlos ya había empezado. Teníamos que hacer un muy buen trabajo esta vez porque mamá tenía programado volver mañana. No tenía idea de que se llevaba a cabo una gran fiesta en su casa todas las semanas.
Que incluso llamé Joss para ayudar con la limpieza, pero para ser honesta tan pronto como apareció ninguno de nosotros habíamos hecho mucho. Me siguió a todas partes esperando para saber cada pequeño detalle de anoche, cómo era él, cómo fue, y cualquier otro detalle que pudieras pensar. Me negué a contestar más preguntas personales, como cuánto había durado, y qué tan grande era.
Finalmente, terminamos de limpiar y nos acomodamos con pizza y un DVD.
—Así que ahora que esos dos están emparejados, Carlos, eso sólo nos deja a ti y a mí —le dijo Joss a mi hermano, sonriéndole coquetamente.
Él le hizo una mueca.
—Eres una chica demasiado buena para mí, Joss —le dijo, sonriendo perversamente.
Ella se rió.
— ¿Y quién te dijo que era una chica buena? Como sea, incluso si lo fuera, quizás tú podrías corromperme. —Alzó las cejas, mirándolo por encima lentamente.
Me aclaré la garganta teatralmente, obteniendo su atención.
—Paren. La película empezó. No coqueteo durante las películas de terror, ésa es la regla, ambos lo saben —los reprendí, tratando de sonar severa. Carlos me dio una sonrisa de agradecimiento. Rodé los ojos. Él realmente no se ayudaba; había caminado derecho dentro de eso. ¿Si no la quería encima de él entonces por qué se metía el solo en eso?
Me acurruqué más cerca de James, viendo el resto de la película. Cuando finalmente terminó, James fue a su casa como de costumbre para mantener las apariencias con sus padres. Con mi madre llegando a casa mañana, necesitábamos hacerlo parecer como si se quedara en su casa. No creo que a mi madre le gustaría escuchar que el chico de al lado duerme con su hija todas las noches. Lo besé hambrientamente en la puerta, antes de entrar a mi habitación, antes de decidir tomar un largo y agradable baño en la bañera. Estaba un poco adolorida por tener sexo, y además bailar por horas esta mañana había puesto mis músculos un poco tensos. Me deslicé en la bañera, cerrando mis ojos, completamente feliz.
—Hey, tú —dijo James desde la entrada un poco más tarde.
—Hey —saludé, sin abrir los ojos.
— ¿Otro baño frío? —preguntó, riendo. Sacudí mi cabeza y le eché un vistazo.
Estaba inclinado contra el marco de la puerta, una pierna colgando casualmente sobre la otra, sus brazos cruzados sobre su pecho, una sonrisa en su rostro. Se veía tan candente como el infierno.
—En realidad, está tibio esta vez. ¿Quieres entrar? —ofrecí.
Se veía un poco sorprendido.
— ¿En serio? —preguntó, parándose derecho, viéndose ridículamente anhelante.
Me reí y asentí en confirmación.
—En serio.
Más rápido de lo que creí posible, estaba desnudo y en la bañera detrás de mí, envolviendo sus brazos a mí alrededor.
El domingo se fue increíblemente rápido. Estaba realmente emocionaba de ver a mi madre; no la había visto por más de dos semanas. Ella no tenía pensado volver hasta el próximo fin de semana pero en su lugar quiso volver esta semana. Era ahora justo después de las seis en punto, y llegaría en cualquier minuto. Estaba sentada en el regazo de James en la sala, prácticamente vibrando de emoción.
Cuando escuché su auto detenerse afuera, corrí hacia la puerta, chillando alegremente.
Carlos saltó al mismo tiempo que yo y me sujetó alrededor de la cintura, riendo mientras me tiraba al sofá.
—Yo primero, renacuajo —declaró, corriendo a la puerta delante de mí, haciéndome reír.
Lo seguí fuera de la puerta y atacamos a mamá en un abrazo.
— ¡Hola, Carlos! ¡Hola, (tn)! —gorjeó, abrazándonos fuertemente. James fue directo a la camioneta y sacó su equipaje. Cuando se empujó fuera del abrazo estaba sonriendo con lágrimas en los ojos—. Los extrañé chicos —dijo, besándonos a ambos felizmente—. Hey, James. ¿Tienes un abrazo para mí? —preguntó, sonriendo.
Él se rió y asintió.
—Siempre —dijo, abrazándola fuertemente.
—Te has vuelto más guapo —declaró, palmeando su mejilla afectuosamente.
Se rió.
—No se acerca de eso —contestó, sacudiendo su cabeza, sonriendo. Mordí mi labio; definitivamente se había vuelto más guapo en mi opinión. Mi mamá adoraba a James, siempre lo ha hecho. Él pasa mucho tiempo en nuestra casa, y desde que mi padre la dejó ella se hizo realmente cercana a Cat y Mike ahora que tenía “permitido” socializar.
—Entonces, ¿qué me he perdido? —preguntó, enganchando su brazo con el mío, caminando hacia la puerta, dejando que los chicos cargaran sus maletas.
Sonreí sabiendo que iba a enloquecer cuando le contara acerca de James.
—Um, no demasiado. Me enamoré —dije alegremente.
Jadeó y me obligó a detenerme, mirándome tan sorprendida que no pude evitar reírme.
— ¿Tú… Tú qué? —tartamudeó, mirándome con una expresión perpleja.
Sonreí y la hice caminar dentro de la casa, tirando de ella dentro de la cocina.
—Tengo un novio —confirmé, sonriendo como loca.
—Oh, (tn) , ¡nunca pensé que serías capaz de hacerlo! Estoy tan orgullosa de ti, cariño. Sé que tan difícil te es dejar que las personas estén cerca de ti —susurró, abrazándome apretadamente, lágrimas brillando en sus ojos de nuevo. James y Carlos entraron; ambos recargándose contra el mostrador de la cocina. James me dio un pequeño guiño y sonreí en respuesta—. Bueno, ¿cuál es su nombre? ¿Lo conoceré mientras esté aquí? Oh espera, ¿Carlos lo sabe? —preguntó, susurrando la última parte, probablemente pensando que estaba arrojándome a algo con mi hermano mayor sobreprotector.
Me reí y miré a mi hermano que estaba en proceso de mirar a James otra vez.
—Sí, mamá. Carlos lo sabe —confirmé, riendo entre dientes.
— ¿Bueno? ¿Quién es? ¿Cómo es? —preguntó, sonriéndome emocionadamente.
—Bueno, mayormente es un dolor de cabeza. Es arrogante y demasiado seguro de sí mismo. Pero por el lado positivo, es extremadamente sexy —declaré, viendo la cara de James mientras él trataba de no reír.
— ¡Las apariencias no duran, (tn)! ¡No deberías basar una relación en cómo se ve alguien! —me regañó, sus cejas juntas en señal de desaprobación.
No pude evitar reírme.
—No te preocupes, mamá, no lo voy dejar cuando deje de lucir guapo —bromeé.
— ¡Más te vale que no! —advirtió James, moviéndose a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura.
Mi mamá miró entre los dos varias veces, una expresión sorprendida en su rostro.
Sus ojos se movieron a Carlos, su expresión desconcertada y confundida. Él asintió un poco a regañadientes. De repente, ella empezó a reír y a menear la cabeza.
— ¡Debí haberlo sabido! Todas las provocaciones y cosas por el estilo, no me di cuenta que era tensión sexual —dijo, riéndose más fuerte cuando Carlos bufó enojado.
— ¡No quiero saber! —gruñó, cubriendo rápidamente sus oídos, sacudiendo su cabeza mientras todos nos reíamos.
Mi madre me tiró en un abrazo.
—Estoy tan feliz por ti, (tn). Él es un chico tan bueno —susurró.
—Sé que lo es —coincidí mientras me soltaba. Tomé la mano de James, presionando mi costado contra el suyo. No pude evitar desear llevarlo a mi cuarto y tenerlo frotando sus manos sobre todo mi cuerpo de nuevo, no había estado con él desde esta mañana y se sentía como una eternidad.
—Felicidades, chicos —chilló, sonriendo. James apretó mi mano, sonriéndome felizmente, haciendo derretirse a mi corazón. Mi mamá sonrió un poco triste, mirando primero a Carlos, luego a mí—. Chicos, necesito hablar con ustedes acerca de algo. Hay una razón por la que volví una semana antes —admitió, su voz tensa y seria.
Carlos se puso rígido, su rostro endureciéndose.
—No queremos verlo si eso es lo que vas a decir —dijo severamente, moviéndose para pararse a mi lado protectoramente.
Mamá meneó la cabeza.
—No es así de simple. No quiero tener que decir esto, él me ha puesto en una posición tan difícil y lo lamento —dijo en voz baja. James y Carlos ambos se movieron más cerca de mí inconscientemente, así que estaba completamente apretujada entre los dos. Por Dios, ¿por qué demonios se ponen tan preocupados acerca de eso? ¡Él no está aquí ahora!
—Mamá, ¿de qué estás hablando? No dejaré que ese imbécil se acerque a (tn)—gruñó Carlos enojado.
Ella empezó a llorar así que empujé a los chicos y envolví mis brazos alrededor suyo. Mierda, esto era malo. Lo sea que fuera, ella estaba realmente alterada sobre ello.
— ¿Qué está mal? —susurré, obligándome a no llorar también. Odiaba ver a mi mamá alterada, siempre era la fuerte.
—Necesitó sentarme —dijo en voz baja, limpiando su cara con fuerza, secando las lágrimas mientras tomaba un profundo respiro. La seguí a la sala, sentándome en el sofá, apenas capaz de respirar. Pensamientos de ellos dos volviendo a estar juntos, él queriéndose mudar con nosotros, demandando para vernos, incluso él queriendo la custodia de nosotros, todos estos pensamientos pasaban zumbando a través de mi cerebro tan rápido que me hizo sentir enferma. James se sentó a mi lado, envolviendo fuertemente sus brazos a mí alrededor. Me presioné a él por apoyo, esperando que ella lo dijera.
—Tú padre se ha mudado a esta ciudad —dijo suavemente. Carlos saltó de su asiento.
— ¡Hijo de p*ta! ¡Le dije que se mantuviera lejos! —gritó furioso, viéndose como si quisiera golpear algo.
Mi madre asintió.
—Carlos, él quiere estar en contacto con ustedes dos de nuevo. Dice que lo lamenta y que ha cambiado. Quiere que le den otra oportunidad.
— ¿Quieres decir que quiere otra oportunidad para tratar de violar a (tn)? —gritó Carlos. Me estremecí mientras los recuerdos volvían. Los brazos de James se tensaron a mí alrededor, sus manos apretándose en puños. Mi madre sacudió su cabeza, mirándolo suplicante.
— ¡Carlos, no me gusta esto más que a ti, así que por favor deja de gritarme! Odio que sea yo quien tenga que decirles eso, pero no es mi culpa —dijo, llorando de nuevo.
Mi hermano suspiró y meneó la cabeza, arrodillándose enfrente de ella y tirándola en un abrazo.
—Lo siento. No debí desquitarme contigo —dijo, aun sonando enojado. Presioné mi cara en el hombro de James, inhalándolo. Lo sentí poner sus labios en mi cuello y me concentré en la sensación de su respiración soplando tranquilizadoramente por mi espalda, tratando desesperadamente de no enloquecer. Luego de un minuto de silencio, Carloshabló—: ¿Por qué vuelve? ¿Por qué no sólo le dijiste que no queríamos verlo? —preguntó.
Ella cerró sus ojos y sonrió tristemente.
—Se volvió a casar. Tiene un hijo de un año, es su medio hermano. Aparentemente, la mujer con la que se casó ya tenía un hijo. Él tiene diecisiete. Su padre quiere que conozcan a su nueva familia —dijo, burlándose ligeramente en “nueva familia” un poco al final.
Mierda, ¿tengo un hermano pequeño, y un hermanastro?
— ¡Ese hijo de p*ta debió haber sido castrado! ¡No debió haber tenido permitido tener más hijos! —gritó Carlos, pasando sus manos por su cabello apretadamente.
—Necesitaba volver hoy y hablar con ustedes porque el chico más grande, Logan ese es su nombre; él va a empezar en su escuela mañana. Sabe acerca de ustedes dos —dijo, mirándome excusándose.
Carlos pateó la mesa de café, fuerte, mandándola volando. James saltó y se paró enfrente de mí protectoramente mientras Carlos gritaba blasfemias y pateaba la mesa una y otra vez, probablemente lastimándose el pie. Me paré y empujé a James, apartando sus manos mientras trataba de impedirme acercarme a mi hermano.
Agarré el brazo de Carlos, haciendo que se detuviera y me mirara. Su cara era pura ira y pienso que si mi padre estuviera aquí justo ahora, estaría muerto. El hombre necesitaba mantenerse muy lejos de mi hermano. Envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, sabiendo que necesitaba tranquilizarlo antes de que se hiriera a sí mismo. La única manera de calmar a Carlos cuando enloquecía así era hacerle creer que estaba alterada, eso usualmente lo sacaba de su ira bastante rápido.
— detente. Me estás asustando. ¿Por favor? —susurré, aferrándome a él para calmarlo.
Estaba temblando por la rabia mientras envolvía sus brazos alrededor de mí.
—Está bien. Shh, todo está bien. Lo siento —murmuró, acariciando mi espalda, su naturaleza sobreprotectora revelándose.
—Lo siento —murmuró mi madre, sollozando detrás de nosotros.
Salí de los brazos de mi hermano y me senté junto a ella.
—Está bien, mamá. Nada de esto es tu culpa. Ya veremos qué hacer. Ni Carlos ni yo queremos verlo, así que simplemente no lo veremos —declaré, pretendiendo que sería así de fácil.
— ¿Qué sobre este chico, Logan, tu hermanastro? Él va estar en tu escuela mañana. Él sabe quién eres pero no sabe sobre qué paso en aquel entonces. Tu padre me dijo que su nueva familia piensa que no quieres verlo debido al rompimiento de nuestro matrimonio, nada más —dijo ella sacudiendo la cabeza. Carlos se rió sin humor.
—Sí, ¿por qué el invertebrado bastardo le diría a su nueva esposa que golpeó por años a su vieja familia antes de finalmente tratar de violar a su propia hija? ¿No es algo que puedas sacar en una conversación normal cierto? —escupió de manera repugnante. Me estremecí otra vez. Odiaba la palabra violar, era horrible.
— ¡Maldita sea! ¿Dejarás de decir eso? —gritó James, mirando hacia él con enojo mientras se sentaba enfrente de mí, tomando mi mano.
—Lo siento, (ta), no pensé —Carlos murmuró en tono de disculpa.
Sacudí mi cabeza y fingí una sonrisa.
—Está bien, no te preocupes. —Agité la mano con desdén, pretendiendo que no estaba afectada por toda esta situación—. ¿Cuál es el nombre del bebé? —le pregunté a mamá, queriendo saber sobre el hermano pequeño que ahora tenía.
Ella sonrío tristemente.
—Sebastian
Sonreí. Seba. Era lindo, me gustaba. Podía sentir la histeria creciendo dentro de mí aunque sabía que necesitaba estar sola.
—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Logan mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaré segura de eso mientras me ponía de pie—. Voy a recostarme. Tengo dolor de cabeza —dije mientras empecé a alejarme. Necesitaba salir de aquí antes de tener una crisis enfrente de Carlos, eso sólo lo haría volverse loco otra vez.
James tomó mi mano.
— ¿Quieres algo de compañía? —preguntó en voz baja, mirándome con una cara de perrito. El condenado chico sabía que no podría decirle no a esa cara.
—Sí, de acuerdo. —Asentí ligeramente y empecé a caminar hacia mi habitación.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a tu hermano a limpiar la mesa —dijo James, asintiendo hacia el desastre de madera rota que solía ser nuestra mesa de café.
Asentí y me alejé rápido. Podía escucharlos susurrando detrás de mí, sabía que ellos estaban hablando sobre mí, pero simplemente no me importaba. Me enrollé en una bola en mi cama y sollocé mientras pensaba al respecto. Mi padre estaba en el pueblo y quería tener contacto con nosotros otra vez. Tenía una nueva familia.
No podía evitar preguntarme si los trataba bien o si los amaba, y si los trataba bien y los amaba, ¿Por qué demonios no pudo haber sido así con nosotros? ¿Por qué no nos amó?
Uno minutos después James entró, envolviendo su cuerpo alrededor del mío, dejándome sollozar en su pecho hasta que me dormí. La última cosa que pasó por mi cabeza fue que sabía que todo en mi vida era demasiado perfecto. Sabía que no debía poner mis esperanzas por un final feliz. Yo nunca tenía un final feliz.-------------------------------------------------- tada!! aparecio logan!! ese fue el capi de hoy n.n besos!
(tn):
Tras finalmente separarme de James el sábado por la mañana, literalmente no podía mantener alejada la sonrisa de mi cara. Fue tan increíble la noche anterior y fue mejor de lo que alguna vez pensé que podría ser. Fue tan dulce, paciente y tierno conmigo, tomándoselo todo lenta y tranquilamente. No pude haber pedido un novio más cariñoso.
—Vamos, chico amoroso, vámonos —ordené, deslizándome en un pantalón de chándal y una camiseta sin mangas lista para la práctica de baile.
Agarró mi cintura y besó la parte trasera de mi cuello.
—Está bien. Pero por favor trata de no sacudir demasiado ese lindo trasero en mi rostro, o quizás tenga que rasgar esos sexys pantalones y tomarte justo en frente de tu equipo —gruñó, mordisqueando suavemente mi cuello.
No pude evitar reírme ante el comentario. Nunca me había dicho nada como eso antes y me sonrojé como loca mientras golpeaba su hombro.
—Sal de mi cuarto, hombrezuelo —bromeé, empujándolo, riendo. Sujetó mi mano, tirando de mí, sonriendo felizmente. No pude evitar más que mirar a su trasero mientras caminaba enfrente de mí hacia el pasillo. ¡Wow, me ha convertido en una pervertida también!
La práctica de baile fue genial. Parecía que finalmente me estaba saliendo el levantamiento con el que había estado teniendo problemas la semana pasada, así que por lo menos no me caí sobre mi trasero demasiado. Para el momento en que terminamos estaba cansada y sudorosa. James se sentó ahí pacientemente observando como de costumbre, bromeando con Diego. Parecía que estaba sonriendo más de lo normal. Supongo que fue difícil para él, esperar una semana entera para tener sexo, apuesto que nunca había hecho eso en su vida.
Probablemente estaba satisfecho de finalmente tener algo la noche anterior después de todo el coqueteo que había hecho recientemente.
Espera, ¿sólo habíamos estado saliendo una semana? Me reí para mí misma, vaya, era una zorra. Me acosté con un chico con el que he estado saliendo por una semana; ¡Nunca pensé que podría decir eso! Parecía como si hubiéramos estado juntos desde siempre porque todo era sólo demasiado fácil y lo había conocido durante tanto tiempo.
Cuando terminamos de practicar, fuimos a un pequeño café y compramos sándwiches, llevándolos a un parque para comerlos. James se sentó bajo la sombra de un árbol, abriendo sus piernas para que me sentara entre ellas. Cuando estaba a punto de sentarme, me detuvo
—Espera, Ángel. —Se quitó su sweater con capucha y lo tendió en el suelo para que me sentara sobre él.
—Gracias. —Sonreí agradecidamente, dentándome y recargándome en su pecho, comiendo mi comida. Como de costumbre, James inhaló su comida y envolvió sus brazos a mí alrededor, meciéndose suavemente mientras yo terminaba de comer.
Nunca pensé que alguna vez podría tener algo como esto con un chico. Cada vez que pensaba en salir, me había asustado como el infierno porque nunca quise que un hombre me tocara de esa manera. Después de lo que mi padre había hecho con todo el toqueteo, supongo que estaba un poco asustada. Todo el tiempo había pensado que nunca quise un novio, jamás me di cuenta que ya tenía al chico perfecto que era dulce, amable y que me mantenía a salvo todas las noches.
—Podría quedarme aquí para siempre —mascullé, cerrando mis ojos, suspirando con alegría.
Besó el lado de mi cabeza.
— ¿No te arrepientes de dormir conmigo entonces? —preguntó.
Me giré para mirarlo de frente, pretendiendo pensar acerca de ello.
—Eso depende. ¿Vas a dejarme ahora que me rendí? —bromeé.
Me sonrió maliciosamente.
—Hmm, quizás debería —contestó, besándome suavemente.
Sonreí contra sus labios.
—Bueno quizás debería llegar ahí yo primero y botar tu candente trasero. Ahorrarme la humillación —sugerí, elevando mis cejas, sonriéndole.
Se rió y se recostó en su espalda, tirando de mí encima de él, sosteniéndome cerca.
—Si me botas voy a estar rogándote hasta el día que muera para que me aceptes de nuevo —declaró, acariciando mi espalda.
— ¿Rogando de rodillas? —pregunté, riendo.
Asintió, mirándome seriamente.
—Sí, lo que sea que se necesite. Donde sea que vayas, estaré siguiéndote detrás de ti, rogando por otra oportunidad. Seré como un acosador obsesionado —bromeó, rodando entonces yo estaba debajo de él.
—Suena como si eso fuera a ser un dolor en mi trasero. Tal vez sólo debería quedarme contigo entonces. —Sonreí, encogiéndome de hombros.
Asintió.
—Buen plan. —coincidió, besándome apasionadamente, terminando la conversación.
Después de una hora en el parque nos fuimos a casa para ordenarla. Como de costumbre el lugar era un desastre. Carlos ya había empezado. Teníamos que hacer un muy buen trabajo esta vez porque mamá tenía programado volver mañana. No tenía idea de que se llevaba a cabo una gran fiesta en su casa todas las semanas.
Que incluso llamé Joss para ayudar con la limpieza, pero para ser honesta tan pronto como apareció ninguno de nosotros habíamos hecho mucho. Me siguió a todas partes esperando para saber cada pequeño detalle de anoche, cómo era él, cómo fue, y cualquier otro detalle que pudieras pensar. Me negué a contestar más preguntas personales, como cuánto había durado, y qué tan grande era.
Finalmente, terminamos de limpiar y nos acomodamos con pizza y un DVD.
—Así que ahora que esos dos están emparejados, Carlos, eso sólo nos deja a ti y a mí —le dijo Joss a mi hermano, sonriéndole coquetamente.
Él le hizo una mueca.
—Eres una chica demasiado buena para mí, Joss —le dijo, sonriendo perversamente.
Ella se rió.
— ¿Y quién te dijo que era una chica buena? Como sea, incluso si lo fuera, quizás tú podrías corromperme. —Alzó las cejas, mirándolo por encima lentamente.
Me aclaré la garganta teatralmente, obteniendo su atención.
—Paren. La película empezó. No coqueteo durante las películas de terror, ésa es la regla, ambos lo saben —los reprendí, tratando de sonar severa. Carlos me dio una sonrisa de agradecimiento. Rodé los ojos. Él realmente no se ayudaba; había caminado derecho dentro de eso. ¿Si no la quería encima de él entonces por qué se metía el solo en eso?
Me acurruqué más cerca de James, viendo el resto de la película. Cuando finalmente terminó, James fue a su casa como de costumbre para mantener las apariencias con sus padres. Con mi madre llegando a casa mañana, necesitábamos hacerlo parecer como si se quedara en su casa. No creo que a mi madre le gustaría escuchar que el chico de al lado duerme con su hija todas las noches. Lo besé hambrientamente en la puerta, antes de entrar a mi habitación, antes de decidir tomar un largo y agradable baño en la bañera. Estaba un poco adolorida por tener sexo, y además bailar por horas esta mañana había puesto mis músculos un poco tensos. Me deslicé en la bañera, cerrando mis ojos, completamente feliz.
—Hey, tú —dijo James desde la entrada un poco más tarde.
—Hey —saludé, sin abrir los ojos.
— ¿Otro baño frío? —preguntó, riendo. Sacudí mi cabeza y le eché un vistazo.
Estaba inclinado contra el marco de la puerta, una pierna colgando casualmente sobre la otra, sus brazos cruzados sobre su pecho, una sonrisa en su rostro. Se veía tan candente como el infierno.
—En realidad, está tibio esta vez. ¿Quieres entrar? —ofrecí.
Se veía un poco sorprendido.
— ¿En serio? —preguntó, parándose derecho, viéndose ridículamente anhelante.
Me reí y asentí en confirmación.
—En serio.
Más rápido de lo que creí posible, estaba desnudo y en la bañera detrás de mí, envolviendo sus brazos a mí alrededor.
El domingo se fue increíblemente rápido. Estaba realmente emocionaba de ver a mi madre; no la había visto por más de dos semanas. Ella no tenía pensado volver hasta el próximo fin de semana pero en su lugar quiso volver esta semana. Era ahora justo después de las seis en punto, y llegaría en cualquier minuto. Estaba sentada en el regazo de James en la sala, prácticamente vibrando de emoción.
Cuando escuché su auto detenerse afuera, corrí hacia la puerta, chillando alegremente.
Carlos saltó al mismo tiempo que yo y me sujetó alrededor de la cintura, riendo mientras me tiraba al sofá.
—Yo primero, renacuajo —declaró, corriendo a la puerta delante de mí, haciéndome reír.
Lo seguí fuera de la puerta y atacamos a mamá en un abrazo.
— ¡Hola, Carlos! ¡Hola, (tn)! —gorjeó, abrazándonos fuertemente. James fue directo a la camioneta y sacó su equipaje. Cuando se empujó fuera del abrazo estaba sonriendo con lágrimas en los ojos—. Los extrañé chicos —dijo, besándonos a ambos felizmente—. Hey, James. ¿Tienes un abrazo para mí? —preguntó, sonriendo.
Él se rió y asintió.
—Siempre —dijo, abrazándola fuertemente.
—Te has vuelto más guapo —declaró, palmeando su mejilla afectuosamente.
Se rió.
—No se acerca de eso —contestó, sacudiendo su cabeza, sonriendo. Mordí mi labio; definitivamente se había vuelto más guapo en mi opinión. Mi mamá adoraba a James, siempre lo ha hecho. Él pasa mucho tiempo en nuestra casa, y desde que mi padre la dejó ella se hizo realmente cercana a Cat y Mike ahora que tenía “permitido” socializar.
—Entonces, ¿qué me he perdido? —preguntó, enganchando su brazo con el mío, caminando hacia la puerta, dejando que los chicos cargaran sus maletas.
Sonreí sabiendo que iba a enloquecer cuando le contara acerca de James.
—Um, no demasiado. Me enamoré —dije alegremente.
Jadeó y me obligó a detenerme, mirándome tan sorprendida que no pude evitar reírme.
— ¿Tú… Tú qué? —tartamudeó, mirándome con una expresión perpleja.
Sonreí y la hice caminar dentro de la casa, tirando de ella dentro de la cocina.
—Tengo un novio —confirmé, sonriendo como loca.
—Oh, (tn) , ¡nunca pensé que serías capaz de hacerlo! Estoy tan orgullosa de ti, cariño. Sé que tan difícil te es dejar que las personas estén cerca de ti —susurró, abrazándome apretadamente, lágrimas brillando en sus ojos de nuevo. James y Carlos entraron; ambos recargándose contra el mostrador de la cocina. James me dio un pequeño guiño y sonreí en respuesta—. Bueno, ¿cuál es su nombre? ¿Lo conoceré mientras esté aquí? Oh espera, ¿Carlos lo sabe? —preguntó, susurrando la última parte, probablemente pensando que estaba arrojándome a algo con mi hermano mayor sobreprotector.
Me reí y miré a mi hermano que estaba en proceso de mirar a James otra vez.
—Sí, mamá. Carlos lo sabe —confirmé, riendo entre dientes.
— ¿Bueno? ¿Quién es? ¿Cómo es? —preguntó, sonriéndome emocionadamente.
—Bueno, mayormente es un dolor de cabeza. Es arrogante y demasiado seguro de sí mismo. Pero por el lado positivo, es extremadamente sexy —declaré, viendo la cara de James mientras él trataba de no reír.
— ¡Las apariencias no duran, (tn)! ¡No deberías basar una relación en cómo se ve alguien! —me regañó, sus cejas juntas en señal de desaprobación.
No pude evitar reírme.
—No te preocupes, mamá, no lo voy dejar cuando deje de lucir guapo —bromeé.
— ¡Más te vale que no! —advirtió James, moviéndose a mi lado, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura.
Mi mamá miró entre los dos varias veces, una expresión sorprendida en su rostro.
Sus ojos se movieron a Carlos, su expresión desconcertada y confundida. Él asintió un poco a regañadientes. De repente, ella empezó a reír y a menear la cabeza.
— ¡Debí haberlo sabido! Todas las provocaciones y cosas por el estilo, no me di cuenta que era tensión sexual —dijo, riéndose más fuerte cuando Carlos bufó enojado.
— ¡No quiero saber! —gruñó, cubriendo rápidamente sus oídos, sacudiendo su cabeza mientras todos nos reíamos.
Mi madre me tiró en un abrazo.
—Estoy tan feliz por ti, (tn). Él es un chico tan bueno —susurró.
—Sé que lo es —coincidí mientras me soltaba. Tomé la mano de James, presionando mi costado contra el suyo. No pude evitar desear llevarlo a mi cuarto y tenerlo frotando sus manos sobre todo mi cuerpo de nuevo, no había estado con él desde esta mañana y se sentía como una eternidad.
—Felicidades, chicos —chilló, sonriendo. James apretó mi mano, sonriéndome felizmente, haciendo derretirse a mi corazón. Mi mamá sonrió un poco triste, mirando primero a Carlos, luego a mí—. Chicos, necesito hablar con ustedes acerca de algo. Hay una razón por la que volví una semana antes —admitió, su voz tensa y seria.
Carlos se puso rígido, su rostro endureciéndose.
—No queremos verlo si eso es lo que vas a decir —dijo severamente, moviéndose para pararse a mi lado protectoramente.
Mamá meneó la cabeza.
—No es así de simple. No quiero tener que decir esto, él me ha puesto en una posición tan difícil y lo lamento —dijo en voz baja. James y Carlos ambos se movieron más cerca de mí inconscientemente, así que estaba completamente apretujada entre los dos. Por Dios, ¿por qué demonios se ponen tan preocupados acerca de eso? ¡Él no está aquí ahora!
—Mamá, ¿de qué estás hablando? No dejaré que ese imbécil se acerque a (tn)—gruñó Carlos enojado.
Ella empezó a llorar así que empujé a los chicos y envolví mis brazos alrededor suyo. Mierda, esto era malo. Lo sea que fuera, ella estaba realmente alterada sobre ello.
— ¿Qué está mal? —susurré, obligándome a no llorar también. Odiaba ver a mi mamá alterada, siempre era la fuerte.
—Necesitó sentarme —dijo en voz baja, limpiando su cara con fuerza, secando las lágrimas mientras tomaba un profundo respiro. La seguí a la sala, sentándome en el sofá, apenas capaz de respirar. Pensamientos de ellos dos volviendo a estar juntos, él queriéndose mudar con nosotros, demandando para vernos, incluso él queriendo la custodia de nosotros, todos estos pensamientos pasaban zumbando a través de mi cerebro tan rápido que me hizo sentir enferma. James se sentó a mi lado, envolviendo fuertemente sus brazos a mí alrededor. Me presioné a él por apoyo, esperando que ella lo dijera.
—Tú padre se ha mudado a esta ciudad —dijo suavemente. Carlos saltó de su asiento.
— ¡Hijo de p*ta! ¡Le dije que se mantuviera lejos! —gritó furioso, viéndose como si quisiera golpear algo.
Mi madre asintió.
—Carlos, él quiere estar en contacto con ustedes dos de nuevo. Dice que lo lamenta y que ha cambiado. Quiere que le den otra oportunidad.
— ¿Quieres decir que quiere otra oportunidad para tratar de violar a (tn)? —gritó Carlos. Me estremecí mientras los recuerdos volvían. Los brazos de James se tensaron a mí alrededor, sus manos apretándose en puños. Mi madre sacudió su cabeza, mirándolo suplicante.
— ¡Carlos, no me gusta esto más que a ti, así que por favor deja de gritarme! Odio que sea yo quien tenga que decirles eso, pero no es mi culpa —dijo, llorando de nuevo.
Mi hermano suspiró y meneó la cabeza, arrodillándose enfrente de ella y tirándola en un abrazo.
—Lo siento. No debí desquitarme contigo —dijo, aun sonando enojado. Presioné mi cara en el hombro de James, inhalándolo. Lo sentí poner sus labios en mi cuello y me concentré en la sensación de su respiración soplando tranquilizadoramente por mi espalda, tratando desesperadamente de no enloquecer. Luego de un minuto de silencio, Carloshabló—: ¿Por qué vuelve? ¿Por qué no sólo le dijiste que no queríamos verlo? —preguntó.
Ella cerró sus ojos y sonrió tristemente.
—Se volvió a casar. Tiene un hijo de un año, es su medio hermano. Aparentemente, la mujer con la que se casó ya tenía un hijo. Él tiene diecisiete. Su padre quiere que conozcan a su nueva familia —dijo, burlándose ligeramente en “nueva familia” un poco al final.
Mierda, ¿tengo un hermano pequeño, y un hermanastro?
— ¡Ese hijo de p*ta debió haber sido castrado! ¡No debió haber tenido permitido tener más hijos! —gritó Carlos, pasando sus manos por su cabello apretadamente.
—Necesitaba volver hoy y hablar con ustedes porque el chico más grande, Logan ese es su nombre; él va a empezar en su escuela mañana. Sabe acerca de ustedes dos —dijo, mirándome excusándose.
Carlos pateó la mesa de café, fuerte, mandándola volando. James saltó y se paró enfrente de mí protectoramente mientras Carlos gritaba blasfemias y pateaba la mesa una y otra vez, probablemente lastimándose el pie. Me paré y empujé a James, apartando sus manos mientras trataba de impedirme acercarme a mi hermano.
Agarré el brazo de Carlos, haciendo que se detuviera y me mirara. Su cara era pura ira y pienso que si mi padre estuviera aquí justo ahora, estaría muerto. El hombre necesitaba mantenerse muy lejos de mi hermano. Envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, sabiendo que necesitaba tranquilizarlo antes de que se hiriera a sí mismo. La única manera de calmar a Carlos cuando enloquecía así era hacerle creer que estaba alterada, eso usualmente lo sacaba de su ira bastante rápido.
— detente. Me estás asustando. ¿Por favor? —susurré, aferrándome a él para calmarlo.
Estaba temblando por la rabia mientras envolvía sus brazos alrededor de mí.
—Está bien. Shh, todo está bien. Lo siento —murmuró, acariciando mi espalda, su naturaleza sobreprotectora revelándose.
—Lo siento —murmuró mi madre, sollozando detrás de nosotros.
Salí de los brazos de mi hermano y me senté junto a ella.
—Está bien, mamá. Nada de esto es tu culpa. Ya veremos qué hacer. Ni Carlos ni yo queremos verlo, así que simplemente no lo veremos —declaré, pretendiendo que sería así de fácil.
— ¿Qué sobre este chico, Logan, tu hermanastro? Él va estar en tu escuela mañana. Él sabe quién eres pero no sabe sobre qué paso en aquel entonces. Tu padre me dijo que su nueva familia piensa que no quieres verlo debido al rompimiento de nuestro matrimonio, nada más —dijo ella sacudiendo la cabeza. Carlos se rió sin humor.
—Sí, ¿por qué el invertebrado bastardo le diría a su nueva esposa que golpeó por años a su vieja familia antes de finalmente tratar de violar a su propia hija? ¿No es algo que puedas sacar en una conversación normal cierto? —escupió de manera repugnante. Me estremecí otra vez. Odiaba la palabra violar, era horrible.
— ¡Maldita sea! ¿Dejarás de decir eso? —gritó James, mirando hacia él con enojo mientras se sentaba enfrente de mí, tomando mi mano.
—Lo siento, (ta), no pensé —Carlos murmuró en tono de disculpa.
Sacudí mi cabeza y fingí una sonrisa.
—Está bien, no te preocupes. —Agité la mano con desdén, pretendiendo que no estaba afectada por toda esta situación—. ¿Cuál es el nombre del bebé? —le pregunté a mamá, queriendo saber sobre el hermano pequeño que ahora tenía.
Ella sonrío tristemente.
—Sebastian
Sonreí. Seba. Era lindo, me gustaba. Podía sentir la histeria creciendo dentro de mí aunque sabía que necesitaba estar sola.
—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Logan mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaré segura de eso mientras me ponía de pie—. Voy a recostarme. Tengo dolor de cabeza —dije mientras empecé a alejarme. Necesitaba salir de aquí antes de tener una crisis enfrente de Carlos, eso sólo lo haría volverse loco otra vez.
James tomó mi mano.
— ¿Quieres algo de compañía? —preguntó en voz baja, mirándome con una cara de perrito. El condenado chico sabía que no podría decirle no a esa cara.
—Sí, de acuerdo. —Asentí ligeramente y empecé a caminar hacia mi habitación.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a tu hermano a limpiar la mesa —dijo James, asintiendo hacia el desastre de madera rota que solía ser nuestra mesa de café.
Asentí y me alejé rápido. Podía escucharlos susurrando detrás de mí, sabía que ellos estaban hablando sobre mí, pero simplemente no me importaba. Me enrollé en una bola en mi cama y sollocé mientras pensaba al respecto. Mi padre estaba en el pueblo y quería tener contacto con nosotros otra vez. Tenía una nueva familia.
No podía evitar preguntarme si los trataba bien o si los amaba, y si los trataba bien y los amaba, ¿Por qué demonios no pudo haber sido así con nosotros? ¿Por qué no nos amó?
Uno minutos después James entró, envolviendo su cuerpo alrededor del mío, dejándome sollozar en su pecho hasta que me dormí. La última cosa que pasó por mi cabeza fue que sabía que todo en mi vida era demasiado perfecto. Sabía que no debía poner mis esperanzas por un final feliz. Yo nunca tenía un final feliz.-------------------------------------------------- tada!! aparecio logan!! ese fue el capi de hoy n.n besos!
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
Hola Vale.!!!
Perdoname por no haber comentado antes
Me encantaron todos los capitulos
Amo tu nove
No puedo creer todo lo que ya paso, es genial y Logan ya salio xD ajajaj
Siguela pronto
y de nuevo perdon por la tardanza
BESOS
Perdoname por no haber comentado antes
Me encantaron todos los capitulos
Amo tu nove
No puedo creer todo lo que ya paso, es genial y Logan ya salio xD ajajaj
Siguela pronto
y de nuevo perdon por la tardanza
BESOS
clau sanchez
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
HOLAA!! NO TE PREOCUPES ahora la suboclau sanchez escribió:Hola Vale.!!!
Perdoname por no haber comentado antes
Me encantaron todos los capitulos
Amo tu nove
No puedo creer todo lo que ya paso, es genial y Logan ya salio xD ajajaj
Siguela pronto
y de nuevo perdon por la tardanza
BESOS
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
CAPITULO 28.
James.
— ¿Cuál es el nombre del bebé? —preguntó (tn) curiosamente a su mamá. Ella había estado tan calmada. Sabía que esto probablemente la estaba matando por dentro pero ella estaba montando un acto, probablemente para el beneficio de Carlos. Sus ojos estaban apretados; su mano estaba sosteniendo la mía un poco fuerte como para que estuviera bien.
—Sebatian —respondió su mama , luciendo triste. (tn) sonrío.
—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Logan mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaró, como si no importara que el hombre que la golpeó, abusara sexualmente de ella por años, y finalmente intentando violarla, estuviera de regreso y quisiera verla otra vez. Se puso de pie y soltó mi mano. Instintivamente salté y me puse de pie también. Carlos estaba todavía realmente molesto, sabía que él jamás lastimaría a (tn) a propósito pero si se salía de control ella podría ser lastimada por accidente, así que necesitaba estar allí, sólo por si acaso—. Voy a recostarme. Tengo un dolor de cabeza —murmuró (tn), alejándose sin una sola lágrima. Esto era malo; ella de verdad lo perdería en cualquier momento, podía decirlo por la manera en que sus hombros se encorvaron ligeramente.
Agarré su mano.
— ¿Quieres algo de compañía? —pregunté, rezando para que no me alejara.
—Sí. De acuerdo. —Asintió ligeramente y se alejó sin esperar por mí.
Necesitaba hablar con Carlos primero, asegurarme que él no fuera a salir por ahí sin mí o algo.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a tu hermano a limpiar la mesa —mentí, asintiendo hacia las astillas de madera esparcidas por el suelo. Ella asintió y se alejó rápidamente. La miré caminar por el pasillo antes de girarme hacia Carlos—. No te atrevas a ir ahí por tu cuenta. Estoy hablando en serio, Carlos. Si quieres ir, entonces iré contigo —susurré en tono de advertencia.
Él frunció el ceño pero asintió de mala gana.
—No voy a ir al menos que haga falta. Si él no se acerca a nosotros no quiero tener nada que ver con él. Si se acerca a ella, lo mataré —gruñó.
Asentí, sabía que lo haría, podía verlo por su rostro. porque si Carlos no lo mataba, entonces yo lo haría si se acercaba sólo un poco a mi Ángel.
—Escucha, necesito ir allá y asegurarme que ella está bien. Hablaremos más tarde sobre esto. No hagas nada imprudente, Carlos —dije severamente. Él asintió y yo prácticamente corrí por el pasillo hacia ella. Entré en su habitación; ella estaba enrollada en una bola en su cama, sollozando su dolor. Odiaba verla así; me trajo aquellos recuerdos de cuando solía verla así cada noche desde que tenía ocho. La vista de eso ahora estaba rompiendo mi corazón.
Me acosté enfrente de ella y envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, lanzando mi pierna alrededor de las de ella, empujándola cerca de mí mientras descansaba mi barbilla en la cima de su cabeza. Si él la llegaba a tocar otra vez iba a matarlo. No la dejaré vivir su vida asustada por un hombre. No me importaba si terminaba gastando todo mi tiempo en ello, mientras ella estuviera segura, eso era todo lo que necesitaba.
Después de media hora sollozando histéricamente, su respiración se volvió más profunda. Me retiré lentamente y miré hacia ella. Se había quedado dormida. Su cara estaba roja e hinchada, estaba manchada con lágrimas, pero aun así lograba verse como la chica más hermosa en el mundo. Besé su frente gentilmente y limpié sus lágrimas, desenredándome lo más cuidadosamente que podía.
Salí a hurtadillas de su habitación y encontré a Carlos sentado en el sofá; su madre estaba en la cocina haciendo la cena. Me senté cerca de mi amigo dejando mis ojos vagar por su cara. Lucía tan estresado; no lo había visto así desde un par de años.
La última vez que lo vi así fue cuando su papá se puso en contacto hace dos años, cuando teníamos dieciséis. Eso fue cerca de un año después de que lo hubiésemos golpeado fuerte y sacado a patadas.
Aparentemente, el tipo había querido verlos otra vez para redimirse, o eso dijo él de cualquier manera Carlos se había vuelto loco, justo como antes, y en términos no vacilantes le dijo a su papá que si se acercaba otra vez a (tn), lo cortaría en pedazos. Fue sólo suerte que esa conversación pasara por teléfono; de otro modo ese imbécil se estaría descomponiendo en su tumba en estos momentos.
— ¿Todo bien? —pregunté, agarrando su hombro, apretándolo suavemente.
Él suspiro y asintió.
— ¿Está bien ella? —preguntó en voz baja.
Sacudí mi cabeza.
—No —admití tristemente. Miré mientras su cara se enfurecía; odiaba ver a Carlos tan furioso—. Pero, está dormida ahora.
—Necesitas ayudarme James —murmuró cerrando sus ojos.
—Por supuesto —coincidí, asintiendo rápidamente. Haría lo que sea para mantener a salvo a mi Ángel, cualquier cosa en el mundo.
—No la quiero sola por su cuenta. Uno de nosotros necesita estar con ella a toda hora. ¿Puedes quedarte mientras yo voy a trabajar durante la semana? —preguntó, mirándome esperanzado.
Sonreí con un poco de culpa.
—Siempre lo hago Carlos. No te preocupes. Todo estará bien. Ella estará bien. —
Sonreí de modo tranquilizador. Nunca dejaría que nada la lastimara otra vez. Lo permití cuando ellos eran niños y nunca me perdonaré por eso. Quiero decir, si le hubiera dicho algo a mi mamá o mi papá, quizás hubiera parado antes de que fuera demasiado lejos.
Él asintió.
—Sí, lo sé. Escucha, sobre mañana, no sé cómo va a reaccionar con este chico Logan. Ya sé que él no sabe nada, pero ¿Qué si el empieza a preguntarle por qué no lo vemos? Podía molestarla en la escuela. Ella odia eso. Ella tiene años en esto ahora —dijo tristemente.
—Carlos, sólo tenemos que ver cómo juega. —Tomé un profundo respiro y decidí decirle acerca de lo que había estado pensando desde que su madre dijo que ese imbécil estaba de regreso en el pueblo. No estaba seguro como Carlos reaccionaria a mi sugerencia, sin embargo; tenía la esperanza que lo viera de forma que estaba pensando sobre ella—. Sabes me iré a la universidad en un par de meses. Bueno, iba a rechazar mi beca a Boston e ir a una universidad más cercana aquí así todavía podría quedarme con ella, pero si pasa lo peor, la llevaré conmigo a Boston. Puede transferirse de escuela —sugerí, encogiéndome de hombros, esperando por su reacción.
He estado pensando bastante sobre esto los últimos meses, desde que recibí la carta de aceptación. Esa universidad era una oportunidad increíble para mi carrera, pero no quería irme. No quería dejar a (tn) ni siquiera antes de estar juntos, pero pienso que no sobreviviría ahora que finalmente la tengo. Estaba pensando sobre o ir a una universidad local, o preguntarle para que viniera conmigo a
Boston. El problema era que (tn) sólo tenía dieciciete, así que estaba seguro de que tendría que tomar la primera opción y quedarme aquí con ella. Ahora que esta situación se había presentado, regresaba a la idea de preguntarle para que viniera conmigo. Podría alejarla de todo; podríamos tener un nuevo comienzo donde ella no pensaría sobre él cada día, donde no tendría que preocuparse sobre encontrarse con él cada vez que saliera de la casa.
Esperaba que Carlos se volviera loco conmigo por siquiera sugerir alejarla de él, pero me sorprendió cuando no lo hizo. Él sólo asintió.
— Gracias, amigo —dijo tristemente.
—Voy a preguntarle a tu mamá si puedo pasar la noche —dije, poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina. ella todavía estaba molesta; sus ojos todavía estaban rojos por las lágrimas.
Ella se acercó a mí y me abrazó apretadamente.
—Eres un buen chico,James, siempre lo has sido —dijo con una lágrima en su ojo.
— ¿Es eso un, “sí, puedes compartir la cama con mi hija, James”? —bromeé, tratando de aligerar el ambiente. Funcionó, ella se rió.
—Sí, de acuerdo. —Asintió, poniendo los ojos en blanco y suspirando audiblemente.
La besé en la mejilla.
—Todo va a estar bien. Carlos y yo cuidaremos por las dos —le prometí mientras la abrazaba fuertemente.
Ella asintió.
—Sé que lo harán. Sólo cuida también de mi hijo por mí. Tengo el sentimiento que va a hacer algo imprudente y meterse en problemas —dijo ella frunciendo el ceño.
—Lo cuidaré. No te preocupes por nada. —Sonreí y la solté gentilmente—. Voy a buscar algo de ropa en mi casa. No tardaré mucho. —Me giré y prácticamente corrí a mi casa, tratando de ser lo más rápido posible.
Mi mamá estaba planchando en la sala.
—Oye, mamá. Me quedaré con Ángel esta noche —le informé mientras la pasaba sin siquiera esperar por una respuesta. Empujé ropa limpia y mis libros de la escuela dentro de mi bolso, antes de dirigirme de regreso a ver a mi mamá. No la había visto desde el viernes por la mañana cuando salí de mi habitación, pretendiendo que había pasado la noche aquí como es usual.
— ¿Cómo van (tn) y tú? —preguntó ella, sonriendo felizmente.
Sonreí, pensando sobre cuán bien nos estábamos llevando antes de que todo esto pasara hace unas horas.
—Increíble. Realmente increíble —admití.
Ella me dio una brillante y feliz sonrisa.
—Ustedes dos están teniendo cuidando, ¿cierto? —preguntó, mirándome con advertencia.
Sonreí y asentí.
—Sí, mamá, Ángel está tomando la píldora —declaré poniendo los ojos en blanco.
Ella jamás me había preguntado sobre mi vida sexual antes ¿y ahora de repente estaba interesada?—. Escucha, tengo que irme. las mama de Carlos está de regreso así que está haciendo la cena. Sólo vine para tomar algo de ropa. —Moví el bolso en mi hombro, mirando a la puerta con ansiedad; sólo quería regresar allí rápido en caso de que ella despertara.
Mamá me miró con curiosidad.
— ¿está en casa y va a dejar que te quedes con (tn)? —preguntó, luciendo un poco sorprendida. Sonreí, sabiendo que bajo circunstancias normales hubiera pateado mi trasero sólo por preguntar si podía quedarme, pero con todo lo que había pasado a ella parecía no importarle.
—Sí, dijo que estaba bien. —La besé en la mejilla—. Te veo mañana en la noche cerca de las nueve cuando Carlos llegue a casa del trabajo, ¿de acuerdo? —dije sobre mi hombro mientras caminaba hacia la puerta.
Suspiró dramáticamente.
—Fue lindo verte, James —dijo sarcásticamente.
Me reí.
—Te amo, Mamá.
—También te amo —dijo, justo mientras cerraba la puerta.
Corrí tan rápido como pude a la casa de (tn), ella todavía estaba dormida en la misma posición. Sólo eran la siete treinta; quizás ella duerma toda la noche. Me acosté cerca de ella otra vez, mirando por encima de ella. Instantáneamente, se apretó cerca de mí, de la misma manera que lo hacía cada noche. La envolví fuertemente en mis brazos y cerré mis ojos, tratando de pensar en otra cosa que no fuera el peor recuerdo de mi vida. La imagen de caminar dentro mientras su padre trataba de forzarla mientras ella yacía en la alfombra del salón sangrando.
Después que él se fue, admitió que su padre la había estado tocando desde que ella tenía cinco. Después de esa confesión, nunca más habló sobre eso. Creo que lo enterró tan profundo dentro de ella y pretendió como si no hubiera pasado o algo, como en un estado de negación supongo. La única vez que veías los efectos de ello, era cuando las personas la tocaban y entraba en pánico.
Un tiempo después, Carlos trajo dos platos la comida. Miró a (tn) con una expresión de dolor en su cara.
— ¿Crees que deberíamos despertarla y hacer que coma algo? —susurró.
Sacudí mi cabeza.
—No, déjala dormir. Si despierta con hambre entonces le haré algo —dije en voz baja, mientras empezaba a comer mi pasta ávidamente. Se sentó al pie de su cama sólo viendo su sueño por un rato—. Estará bien, Carlos —prometí.
Suspiró y asintió.
—Sí lo sé. Buenas noches, James. —Sonrió tristemente mientras tomaba mi plato vacío y el plato sin tocar de (tn) y se deslizó fuera de su habitación. Me envolví alrededor de ella otra vez y la vi dormir hasta que no pude quedarme despierto más tiempo.------------------------------------- hata ahi el api de hoy besos :3
James.
— ¿Cuál es el nombre del bebé? —preguntó (tn) curiosamente a su mamá. Ella había estado tan calmada. Sabía que esto probablemente la estaba matando por dentro pero ella estaba montando un acto, probablemente para el beneficio de Carlos. Sus ojos estaban apretados; su mano estaba sosteniendo la mía un poco fuerte como para que estuviera bien.
—Sebatian —respondió su mama , luciendo triste. (tn) sonrío.
—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Logan mañana. Pero no quiero tener nada con ese hombre jamás —declaró, como si no importara que el hombre que la golpeó, abusara sexualmente de ella por años, y finalmente intentando violarla, estuviera de regreso y quisiera verla otra vez. Se puso de pie y soltó mi mano. Instintivamente salté y me puse de pie también. Carlos estaba todavía realmente molesto, sabía que él jamás lastimaría a (tn) a propósito pero si se salía de control ella podría ser lastimada por accidente, así que necesitaba estar allí, sólo por si acaso—. Voy a recostarme. Tengo un dolor de cabeza —murmuró (tn), alejándose sin una sola lágrima. Esto era malo; ella de verdad lo perdería en cualquier momento, podía decirlo por la manera en que sus hombros se encorvaron ligeramente.
Agarré su mano.
— ¿Quieres algo de compañía? —pregunté, rezando para que no me alejara.
—Sí. De acuerdo. —Asintió ligeramente y se alejó sin esperar por mí.
Necesitaba hablar con Carlos primero, asegurarme que él no fuera a salir por ahí sin mí o algo.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a tu hermano a limpiar la mesa —mentí, asintiendo hacia las astillas de madera esparcidas por el suelo. Ella asintió y se alejó rápidamente. La miré caminar por el pasillo antes de girarme hacia Carlos—. No te atrevas a ir ahí por tu cuenta. Estoy hablando en serio, Carlos. Si quieres ir, entonces iré contigo —susurré en tono de advertencia.
Él frunció el ceño pero asintió de mala gana.
—No voy a ir al menos que haga falta. Si él no se acerca a nosotros no quiero tener nada que ver con él. Si se acerca a ella, lo mataré —gruñó.
Asentí, sabía que lo haría, podía verlo por su rostro. porque si Carlos no lo mataba, entonces yo lo haría si se acercaba sólo un poco a mi Ángel.
—Escucha, necesito ir allá y asegurarme que ella está bien. Hablaremos más tarde sobre esto. No hagas nada imprudente, Carlos —dije severamente. Él asintió y yo prácticamente corrí por el pasillo hacia ella. Entré en su habitación; ella estaba enrollada en una bola en su cama, sollozando su dolor. Odiaba verla así; me trajo aquellos recuerdos de cuando solía verla así cada noche desde que tenía ocho. La vista de eso ahora estaba rompiendo mi corazón.
Me acosté enfrente de ella y envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, lanzando mi pierna alrededor de las de ella, empujándola cerca de mí mientras descansaba mi barbilla en la cima de su cabeza. Si él la llegaba a tocar otra vez iba a matarlo. No la dejaré vivir su vida asustada por un hombre. No me importaba si terminaba gastando todo mi tiempo en ello, mientras ella estuviera segura, eso era todo lo que necesitaba.
Después de media hora sollozando histéricamente, su respiración se volvió más profunda. Me retiré lentamente y miré hacia ella. Se había quedado dormida. Su cara estaba roja e hinchada, estaba manchada con lágrimas, pero aun así lograba verse como la chica más hermosa en el mundo. Besé su frente gentilmente y limpié sus lágrimas, desenredándome lo más cuidadosamente que podía.
Salí a hurtadillas de su habitación y encontré a Carlos sentado en el sofá; su madre estaba en la cocina haciendo la cena. Me senté cerca de mi amigo dejando mis ojos vagar por su cara. Lucía tan estresado; no lo había visto así desde un par de años.
La última vez que lo vi así fue cuando su papá se puso en contacto hace dos años, cuando teníamos dieciséis. Eso fue cerca de un año después de que lo hubiésemos golpeado fuerte y sacado a patadas.
Aparentemente, el tipo había querido verlos otra vez para redimirse, o eso dijo él de cualquier manera Carlos se había vuelto loco, justo como antes, y en términos no vacilantes le dijo a su papá que si se acercaba otra vez a (tn), lo cortaría en pedazos. Fue sólo suerte que esa conversación pasara por teléfono; de otro modo ese imbécil se estaría descomponiendo en su tumba en estos momentos.
— ¿Todo bien? —pregunté, agarrando su hombro, apretándolo suavemente.
Él suspiro y asintió.
— ¿Está bien ella? —preguntó en voz baja.
Sacudí mi cabeza.
—No —admití tristemente. Miré mientras su cara se enfurecía; odiaba ver a Carlos tan furioso—. Pero, está dormida ahora.
—Necesitas ayudarme James —murmuró cerrando sus ojos.
—Por supuesto —coincidí, asintiendo rápidamente. Haría lo que sea para mantener a salvo a mi Ángel, cualquier cosa en el mundo.
—No la quiero sola por su cuenta. Uno de nosotros necesita estar con ella a toda hora. ¿Puedes quedarte mientras yo voy a trabajar durante la semana? —preguntó, mirándome esperanzado.
Sonreí con un poco de culpa.
—Siempre lo hago Carlos. No te preocupes. Todo estará bien. Ella estará bien. —
Sonreí de modo tranquilizador. Nunca dejaría que nada la lastimara otra vez. Lo permití cuando ellos eran niños y nunca me perdonaré por eso. Quiero decir, si le hubiera dicho algo a mi mamá o mi papá, quizás hubiera parado antes de que fuera demasiado lejos.
Él asintió.
—Sí, lo sé. Escucha, sobre mañana, no sé cómo va a reaccionar con este chico Logan. Ya sé que él no sabe nada, pero ¿Qué si el empieza a preguntarle por qué no lo vemos? Podía molestarla en la escuela. Ella odia eso. Ella tiene años en esto ahora —dijo tristemente.
—Carlos, sólo tenemos que ver cómo juega. —Tomé un profundo respiro y decidí decirle acerca de lo que había estado pensando desde que su madre dijo que ese imbécil estaba de regreso en el pueblo. No estaba seguro como Carlos reaccionaria a mi sugerencia, sin embargo; tenía la esperanza que lo viera de forma que estaba pensando sobre ella—. Sabes me iré a la universidad en un par de meses. Bueno, iba a rechazar mi beca a Boston e ir a una universidad más cercana aquí así todavía podría quedarme con ella, pero si pasa lo peor, la llevaré conmigo a Boston. Puede transferirse de escuela —sugerí, encogiéndome de hombros, esperando por su reacción.
He estado pensando bastante sobre esto los últimos meses, desde que recibí la carta de aceptación. Esa universidad era una oportunidad increíble para mi carrera, pero no quería irme. No quería dejar a (tn) ni siquiera antes de estar juntos, pero pienso que no sobreviviría ahora que finalmente la tengo. Estaba pensando sobre o ir a una universidad local, o preguntarle para que viniera conmigo a
Boston. El problema era que (tn) sólo tenía dieciciete, así que estaba seguro de que tendría que tomar la primera opción y quedarme aquí con ella. Ahora que esta situación se había presentado, regresaba a la idea de preguntarle para que viniera conmigo. Podría alejarla de todo; podríamos tener un nuevo comienzo donde ella no pensaría sobre él cada día, donde no tendría que preocuparse sobre encontrarse con él cada vez que saliera de la casa.
Esperaba que Carlos se volviera loco conmigo por siquiera sugerir alejarla de él, pero me sorprendió cuando no lo hizo. Él sólo asintió.
— Gracias, amigo —dijo tristemente.
—Voy a preguntarle a tu mamá si puedo pasar la noche —dije, poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina. ella todavía estaba molesta; sus ojos todavía estaban rojos por las lágrimas.
Ella se acercó a mí y me abrazó apretadamente.
—Eres un buen chico,James, siempre lo has sido —dijo con una lágrima en su ojo.
— ¿Es eso un, “sí, puedes compartir la cama con mi hija, James”? —bromeé, tratando de aligerar el ambiente. Funcionó, ella se rió.
—Sí, de acuerdo. —Asintió, poniendo los ojos en blanco y suspirando audiblemente.
La besé en la mejilla.
—Todo va a estar bien. Carlos y yo cuidaremos por las dos —le prometí mientras la abrazaba fuertemente.
Ella asintió.
—Sé que lo harán. Sólo cuida también de mi hijo por mí. Tengo el sentimiento que va a hacer algo imprudente y meterse en problemas —dijo ella frunciendo el ceño.
—Lo cuidaré. No te preocupes por nada. —Sonreí y la solté gentilmente—. Voy a buscar algo de ropa en mi casa. No tardaré mucho. —Me giré y prácticamente corrí a mi casa, tratando de ser lo más rápido posible.
Mi mamá estaba planchando en la sala.
—Oye, mamá. Me quedaré con Ángel esta noche —le informé mientras la pasaba sin siquiera esperar por una respuesta. Empujé ropa limpia y mis libros de la escuela dentro de mi bolso, antes de dirigirme de regreso a ver a mi mamá. No la había visto desde el viernes por la mañana cuando salí de mi habitación, pretendiendo que había pasado la noche aquí como es usual.
— ¿Cómo van (tn) y tú? —preguntó ella, sonriendo felizmente.
Sonreí, pensando sobre cuán bien nos estábamos llevando antes de que todo esto pasara hace unas horas.
—Increíble. Realmente increíble —admití.
Ella me dio una brillante y feliz sonrisa.
—Ustedes dos están teniendo cuidando, ¿cierto? —preguntó, mirándome con advertencia.
Sonreí y asentí.
—Sí, mamá, Ángel está tomando la píldora —declaré poniendo los ojos en blanco.
Ella jamás me había preguntado sobre mi vida sexual antes ¿y ahora de repente estaba interesada?—. Escucha, tengo que irme. las mama de Carlos está de regreso así que está haciendo la cena. Sólo vine para tomar algo de ropa. —Moví el bolso en mi hombro, mirando a la puerta con ansiedad; sólo quería regresar allí rápido en caso de que ella despertara.
Mamá me miró con curiosidad.
— ¿está en casa y va a dejar que te quedes con (tn)? —preguntó, luciendo un poco sorprendida. Sonreí, sabiendo que bajo circunstancias normales hubiera pateado mi trasero sólo por preguntar si podía quedarme, pero con todo lo que había pasado a ella parecía no importarle.
—Sí, dijo que estaba bien. —La besé en la mejilla—. Te veo mañana en la noche cerca de las nueve cuando Carlos llegue a casa del trabajo, ¿de acuerdo? —dije sobre mi hombro mientras caminaba hacia la puerta.
Suspiró dramáticamente.
—Fue lindo verte, James —dijo sarcásticamente.
Me reí.
—Te amo, Mamá.
—También te amo —dijo, justo mientras cerraba la puerta.
Corrí tan rápido como pude a la casa de (tn), ella todavía estaba dormida en la misma posición. Sólo eran la siete treinta; quizás ella duerma toda la noche. Me acosté cerca de ella otra vez, mirando por encima de ella. Instantáneamente, se apretó cerca de mí, de la misma manera que lo hacía cada noche. La envolví fuertemente en mis brazos y cerré mis ojos, tratando de pensar en otra cosa que no fuera el peor recuerdo de mi vida. La imagen de caminar dentro mientras su padre trataba de forzarla mientras ella yacía en la alfombra del salón sangrando.
Después que él se fue, admitió que su padre la había estado tocando desde que ella tenía cinco. Después de esa confesión, nunca más habló sobre eso. Creo que lo enterró tan profundo dentro de ella y pretendió como si no hubiera pasado o algo, como en un estado de negación supongo. La única vez que veías los efectos de ello, era cuando las personas la tocaban y entraba en pánico.
Un tiempo después, Carlos trajo dos platos la comida. Miró a (tn) con una expresión de dolor en su cara.
— ¿Crees que deberíamos despertarla y hacer que coma algo? —susurró.
Sacudí mi cabeza.
—No, déjala dormir. Si despierta con hambre entonces le haré algo —dije en voz baja, mientras empezaba a comer mi pasta ávidamente. Se sentó al pie de su cama sólo viendo su sueño por un rato—. Estará bien, Carlos —prometí.
Suspiró y asintió.
—Sí lo sé. Buenas noches, James. —Sonrió tristemente mientras tomaba mi plato vacío y el plato sin tocar de (tn) y se deslizó fuera de su habitación. Me envolví alrededor de ella otra vez y la vi dormir hasta que no pude quedarme despierto más tiempo.------------------------------------- hata ahi el api de hoy besos :3
valeerusher
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
hola!!!
que bien han estado todos los caps!!!
James y la rayis lo hacen!!!!! :gasp: uououououou!!!
su padre esta en el pueblo con otra familia y con hijos!?!?!?!?!?!?!? :OWO:
y Logan es el hijastro de su padre!?!?!?!?!?!? :quee:
siguela, esta genial!!!!
besos <3
que bien han estado todos los caps!!!
James y la rayis lo hacen!!!!! :gasp: uououououou!!!
su padre esta en el pueblo con otra familia y con hijos!?!?!?!?!?!?!? :OWO:
y Logan es el hijastro de su padre!?!?!?!?!?!? :quee:
siguela, esta genial!!!!
besos <3
laura_33426
Re: El chico que se metia por mi ventana (james maslow y tn pena)
HOLAAA!! :D ! THANKS :3laura_33426 escribió:hola!!!
que bien han estado todos los caps!!!
James y la rayis lo hacen!!!!! :gasp: uououououou!!!
su padre esta en el pueblo con otra familia y con hijos!?!?!?!?!?!?!? :OWO:
y Logan es el hijastro de su padre!?!?!?!?!?!? :quee:
siguela, esta genial!!!!
besos <3
SIII LO HICIERON DURO xd
SU PADRE D:!! Y LOGIE :3
AHORA LA SIGO JEJEJEJE BESOS
valeerusher
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