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"Dream Chaser" (Nick&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Gracias por sus comentariiioss.!!! :D
Capitulo 3 (Parte 2)
—Lo siento —respondió Julián—. Pero tenemos un problema. Carson, ______ (T.n). ______ (T.n), Carson. Él es cirujano.
—Oh, gracias a dios —dijo, agradecida de que hubiera otro doctor presente—. Yo sólo opero a los muertos.
Carson no hizo comentario al respecto. En vez de eso, su oscura mirada se posó sobre Nicholas.
—¿Y el tío que sangra sería…?
—Un Dream-Hunter.
Carson se quedó con la boca abierta ante la respuesta de Julián.
—¿Sangran en el plano humano?
—Aparentemente, y parece que bastante.
Carson asintió brevemente antes de atravesar la sala para abrir una puerta tras ellos.
—Traedlo aquí y colocadlo sobre la mesa.
Julián no dudó en obedecer.
______ (T.n) lo siguió dentro de la sala de cirugía. Al igual que la habitación exterior, estaba limpia y esterilizada, tenía muebles de acero y grandes lámparas sobre la mesa quirúrgica. Se parecía a cualquier quirófano que ella hubiera visto antes y estaba impresionada con la calidad de los instrumentos y monitores. De hecho, sabía que varios hospitales matarían por encontrarse tan actualizados.
Mientras Julián depositaba a Nicholas sobre la mesa, ella se encaminó a la pequeña habitación de la derecha donde un lavabo preparatorio aguardaba a que fuera a lavarse.
Carson la siguió de inmediato.
—Parece que sabes lo que haces.
—Soy Medico Forense y se me ocurrió que habrías de necesitar un asistente para la cirugía. —Se secó las manos con una de las toallas verdes que estaban apiladas sobre la repisa junto al lavabo.
El inclinó la cabeza antes de comenzar a enjabonarse las manos.
—Bien, mujer. Mi asistente de siempre tiene el día libre.
Julián apareció en la entrada con la ropa cubierta de sangre.
—Si nadie me necesita aquí, estoy planeando volver a mi casa a hacer un inventario de los daños de mi cama. Y a rezar a dios, que ninguno de mis vecinos haya visto la descomunal batalla que llevamos a cabo en la calle, con nuestro amigo demonio en el vecindario.
Carson carraspeó.
—Por favor, nada debe quedar grabado en cinta de video y Dios nos libre de las Cámaras Web. Juro que odio la era moderna.
______ (T.n) ignoró su mordaz comentario y miró a Julián a los ojos.
—Buena suerte y gracias por la ayuda.
Julián le sonrió y se desvaneció, mientras Carson acarreaba una mesa de instrumentos hacia la habitación contigua.
—¿No necesitaremos máscarillas y uniformes? —Preguntó ______ (T.n).
Él negó con la cabeza.
—Me lavo las manos por hábito. Básicamente, ese amigo tuyo, debería ser inmune a los gérmenes que matan a los humanos. Y de cualquier modo, si algo pudiera infectarlo, sería algo contra lo que no podremos protegerlo.
—Oh —______ (T.n) se situó en el lado opuesto de la mesa y lo ayudó a remover el esparadrapo provisorio del costado de Nicholas. Estaba un poco sorprendida de que Carson no le quitara los jeans a Nicholas, pero parecía satisfecho dejándolo parcialmente vestido.
Dado que ella jamás había operado a nadie, mucho menos alguien que no fuera humano, mantenía sus conocimientos quirúrgicos en secreto. Obviamente, el hombre sabía lo que hacía o Julián no los hubiera traído aquí. Sin mencionar, que nadie habría pagado por todo ese equipamiento, a menos que supiera como usarlo.
Era obvio ¿no?
Ella esperaba que así fuera. Dando un paso atrás, vio como Carson lo abría y empezaba a trabajar en la herida. Ella se encogió al percatarse del daño causado. Sus arterias y sus tejidos eran una pesadilla.
Pobre hombre... o lo que sea que fuera.
Una punzada de culpabilidad la atravesó al recordar la manera en que se había interpuesto entre ella y el demonio. Había recibido lo peor de la lucha, y lo mismo había hecho en el callejón, para que ellos no resultaran heridos.
A pesar de toda su grosera fanfarronería, él tenía corazón y al menos, un código de moral básico. Ese entendimiento, suavizó la manera en que se sentía sobre él. En realidad, no era tan malo. Y mientras lo miraba fijamente, una parte de ella se conmovió por su consideración.
Carson se estiró para coger una grapa de su inmaculada bandeja.
—¿Con qué le cortaron?
—Una espada corta.
Él sacudió la cabeza.
—Parece que lo hubieran atacado con una motosierra. Mira el daño que hay aquí. —El retiró la piel para que ella tuviera una vista completa.
______ (T.n) le alcanzó una nueva grapa notando cuanto sangraba Nicholas. Carson estaba en lo cierto. Era tremendo.
—No sé si esto ayuda o siquiera importa, pero el hombre que blandía la espada era una especie de demonio.
—¿Sabes a qué panteón pertenece?
Esta tenía que ser la conversación más atolondrada que hubiera tenido en su vida. No había muchas personas, con las que pudieras hablar sobre la aparición de un demonio en medio de la calle cuyo propósito era atacarte, que lo aceptaran tranquilamente, para luego formular una pregunta tan simple. Debería ser interrumpida a carcajadas.
Y mucho alcohol.
—Ah, no. Pero Nicholas lo llamó Kaiaphas.
Carson maldijo.
______ (T.n) se detuvo al notar la inesperada demostración de ira que causó el nombre.
—¿Le conoces?
—Parte griego y parte sumerio, todos cabrones. Es un milagro que alguno de ustedes haya sobrevivido. Pero la verdadera pregunta es, ¿por qué os atacaría a vosotros? Ese no es su estilo.
—¿A que te refieres?
—Kaiaphas es un doleodai. Un demonio vinculado. No puede actuar por cuenta propia, sino bajo las órdenes de alguien más.
Ese era un dato interesante. ______ (T.n) quería reír ante el absurdo de todo lo que había sucedido desde el almuerzo.
—¿Cómo demonios he quedado envuelta en esto? Todo lo quería era inspeccionar una simple escena de crimen y volver a casa. No... Retiro lo dicho. Todo lo que yo quería, era compartir un sándwich de jamón y queso con un viejo amigo. Ahora, me veo arrastrada en medio de un conflicto de dioses griegos y ni siquiera es la hora de la cena. No puedo esperar a ver que pasa a continuación.
Carson sonrió.
—He tenido esos días.
—Seguro que sí.
—No, en serio. Deberías seguirme a todas partes y documentar todas las rarezas en la que me veo envuelto.
—¿Cómo cuáles?
Él le quitó la grapa de la mano.
—Bueno, hubo una vez en que Marvin nuestra anterior mascota, un mono, escapó de su dueño, Wren, él es un tigre que puede adoptar forma humana y subió al segundo piso a dormir con el dragón. Resultó que nuestro dragón residente es alérgico a los monos. ¿Quien hubiera podido saber o imaginar algo así? A Max le brotó un sarpullido en áreas que aún me hacen encoger al recordarlas. Hasta el día de hoy, si le mencionas la palabra “mono”, te escupe fuego. También en otra oportunidad... o mejor no te cuento esa. Si llegara a oídos de Dev, me arrancará el corazón para comérselo.
______ (T.n) retrocedió ante todo lo que le estaba contando. No... No podía ser.
¿Podía?
—¿Vosotros tenéis licántropos aquí?
Haciendo una pausa, él levantó la vista para mirarla.
—¿No eres una Escudera?
—No.
Él tuvo que contener el aliento y su rostro se cubrió con un velo de irritación. Gruñendo, se puso a suturar.
—No tenías conocimiento sobre nada de lo que dije hasta que lo escuchaste saliendo de mi boca, ¿verdad?
—Nop.
Él maldijo una vez más.
—No puedo creer lo que acabo de hacer. Asumí, ya que sabías sobre Nicholas y el demonio, y Julián que te manifestó aquí dentro, que sabrías todo sobre nuestro mundo.
No, pero estaba recibiendo una rápida introducción que la asustaba más y más, conforme pasaban los minutos. En todas sus conversaciones con Tate, él jamás había mencionado a los licántropos.
—Pero parece que ahora sí —dijo ella, tratando de hacerlo sentir mejor sobre su verborrea—. Daily Inquisitor, allá voy… Mejor aún, al psiquiátrico de la localidad.
—Sí. Y yo acabo de romper novecientas reglas. ¿Qué opinas de mantenerlo entre nosotros?
—Créeme, cariño. No voy a hablar. Valoro la poca salud mental que aún conservo y lo último que quiero, es verme envuelta en medio de lo que estoy envuelta. Señálame la salida y Alicia saldrá de la madriguera del conejo. De vuelta en la tierra y feliz de desarrollar el síndrome de Alzheimer sobre todo este incidente. De hecho, ni siquiera estoy segura de encontrarme aquí. Estoy pensando que tal vez un Daimon me golpeó en la cabeza y todo esto es una gran alucinación causada por una severa pérdida de sangre.
—¿Siempre divagas así?
—Si. Lo encuentro tranquilizador.
Él echó a reír mientras continuaba operando a Nicholas.
______ (T.n) se detuvo al percatarse de algo.
—No le hemos suministrado nada para mantenerlo inconsciente. ¿No deberíamos hacerlo?
—No. No serviría de nada. Los Dream-Hunter son inmunes a ese tipo de drogas.
—¿En serio?
Él asintió, inclinándose hacia delante para enfocarse mejor en lo que estaba haciendo.
—Son dioses. Las medicinas humanas no surten efecto en ellos.
—Entonces, ¿por qué lo estamos operando?
—Porque está inconsciente y sangrando... Nunca antes había visto sangrar un Dream-Hunter. Especialmente, no de esta forma. Pero intuyo que si puede sangrar, podría desangrarse completamente y morir.
Por un lado eso tenía sentido, pero por el otro...
—Los dioses no pueden morir, ¿o si?
—Por supuesto que pueden. Sólo que no es cosa fácil y usualmente, se requiere alguna clase de arma inmortal, que apostaría, es lo que se encontraba entre las manos de Kaiaphas cuando lo atacó. —Levantó la vista para mirarla agudamente—. Los demonios no suelen atacar a un dios o a ningún otro, a menos que estén convencidos de que le matarán. Tienden a cabrear al objetivo, que ideará maneras de torturar y matar al demonio. Y luego, todo se vuelve un lío, cuando deciden atacarse mutuamente. Como regla general, los demonios pierden. Y más aún, si nos referimos a un dios enfurecido. Por lo tanto, los demonios tienden a ser un poco más cautelosos que el depredador habitual. Cuando dan el golpe, suele ser rápido y mortal.
______ (T.n) dejó escapar un lento suspiro ante la simple veracidad de la afirmación. Bajó la vista hacia Nicholas que yacía en un aparentemente pacífico reposo. Su cuerpo estaba esculpido y era letal. Un espécimen perfecto de belleza masculina.
Dormido, de esa forma, se parecía a un ángel, pero dada su austera personalidad, ella sólo podía imaginar la lista de personas que lo querrían muerto.
Incluso ella.
Capitulo 3 (Parte 2)
—Lo siento —respondió Julián—. Pero tenemos un problema. Carson, ______ (T.n). ______ (T.n), Carson. Él es cirujano.
—Oh, gracias a dios —dijo, agradecida de que hubiera otro doctor presente—. Yo sólo opero a los muertos.
Carson no hizo comentario al respecto. En vez de eso, su oscura mirada se posó sobre Nicholas.
—¿Y el tío que sangra sería…?
—Un Dream-Hunter.
Carson se quedó con la boca abierta ante la respuesta de Julián.
—¿Sangran en el plano humano?
—Aparentemente, y parece que bastante.
Carson asintió brevemente antes de atravesar la sala para abrir una puerta tras ellos.
—Traedlo aquí y colocadlo sobre la mesa.
Julián no dudó en obedecer.
______ (T.n) lo siguió dentro de la sala de cirugía. Al igual que la habitación exterior, estaba limpia y esterilizada, tenía muebles de acero y grandes lámparas sobre la mesa quirúrgica. Se parecía a cualquier quirófano que ella hubiera visto antes y estaba impresionada con la calidad de los instrumentos y monitores. De hecho, sabía que varios hospitales matarían por encontrarse tan actualizados.
Mientras Julián depositaba a Nicholas sobre la mesa, ella se encaminó a la pequeña habitación de la derecha donde un lavabo preparatorio aguardaba a que fuera a lavarse.
Carson la siguió de inmediato.
—Parece que sabes lo que haces.
—Soy Medico Forense y se me ocurrió que habrías de necesitar un asistente para la cirugía. —Se secó las manos con una de las toallas verdes que estaban apiladas sobre la repisa junto al lavabo.
El inclinó la cabeza antes de comenzar a enjabonarse las manos.
—Bien, mujer. Mi asistente de siempre tiene el día libre.
Julián apareció en la entrada con la ropa cubierta de sangre.
—Si nadie me necesita aquí, estoy planeando volver a mi casa a hacer un inventario de los daños de mi cama. Y a rezar a dios, que ninguno de mis vecinos haya visto la descomunal batalla que llevamos a cabo en la calle, con nuestro amigo demonio en el vecindario.
Carson carraspeó.
—Por favor, nada debe quedar grabado en cinta de video y Dios nos libre de las Cámaras Web. Juro que odio la era moderna.
______ (T.n) ignoró su mordaz comentario y miró a Julián a los ojos.
—Buena suerte y gracias por la ayuda.
Julián le sonrió y se desvaneció, mientras Carson acarreaba una mesa de instrumentos hacia la habitación contigua.
—¿No necesitaremos máscarillas y uniformes? —Preguntó ______ (T.n).
Él negó con la cabeza.
—Me lavo las manos por hábito. Básicamente, ese amigo tuyo, debería ser inmune a los gérmenes que matan a los humanos. Y de cualquier modo, si algo pudiera infectarlo, sería algo contra lo que no podremos protegerlo.
—Oh —______ (T.n) se situó en el lado opuesto de la mesa y lo ayudó a remover el esparadrapo provisorio del costado de Nicholas. Estaba un poco sorprendida de que Carson no le quitara los jeans a Nicholas, pero parecía satisfecho dejándolo parcialmente vestido.
Dado que ella jamás había operado a nadie, mucho menos alguien que no fuera humano, mantenía sus conocimientos quirúrgicos en secreto. Obviamente, el hombre sabía lo que hacía o Julián no los hubiera traído aquí. Sin mencionar, que nadie habría pagado por todo ese equipamiento, a menos que supiera como usarlo.
Era obvio ¿no?
Ella esperaba que así fuera. Dando un paso atrás, vio como Carson lo abría y empezaba a trabajar en la herida. Ella se encogió al percatarse del daño causado. Sus arterias y sus tejidos eran una pesadilla.
Pobre hombre... o lo que sea que fuera.
Una punzada de culpabilidad la atravesó al recordar la manera en que se había interpuesto entre ella y el demonio. Había recibido lo peor de la lucha, y lo mismo había hecho en el callejón, para que ellos no resultaran heridos.
A pesar de toda su grosera fanfarronería, él tenía corazón y al menos, un código de moral básico. Ese entendimiento, suavizó la manera en que se sentía sobre él. En realidad, no era tan malo. Y mientras lo miraba fijamente, una parte de ella se conmovió por su consideración.
Carson se estiró para coger una grapa de su inmaculada bandeja.
—¿Con qué le cortaron?
—Una espada corta.
Él sacudió la cabeza.
—Parece que lo hubieran atacado con una motosierra. Mira el daño que hay aquí. —El retiró la piel para que ella tuviera una vista completa.
______ (T.n) le alcanzó una nueva grapa notando cuanto sangraba Nicholas. Carson estaba en lo cierto. Era tremendo.
—No sé si esto ayuda o siquiera importa, pero el hombre que blandía la espada era una especie de demonio.
—¿Sabes a qué panteón pertenece?
Esta tenía que ser la conversación más atolondrada que hubiera tenido en su vida. No había muchas personas, con las que pudieras hablar sobre la aparición de un demonio en medio de la calle cuyo propósito era atacarte, que lo aceptaran tranquilamente, para luego formular una pregunta tan simple. Debería ser interrumpida a carcajadas.
Y mucho alcohol.
—Ah, no. Pero Nicholas lo llamó Kaiaphas.
Carson maldijo.
______ (T.n) se detuvo al notar la inesperada demostración de ira que causó el nombre.
—¿Le conoces?
—Parte griego y parte sumerio, todos cabrones. Es un milagro que alguno de ustedes haya sobrevivido. Pero la verdadera pregunta es, ¿por qué os atacaría a vosotros? Ese no es su estilo.
—¿A que te refieres?
—Kaiaphas es un doleodai. Un demonio vinculado. No puede actuar por cuenta propia, sino bajo las órdenes de alguien más.
Ese era un dato interesante. ______ (T.n) quería reír ante el absurdo de todo lo que había sucedido desde el almuerzo.
—¿Cómo demonios he quedado envuelta en esto? Todo lo quería era inspeccionar una simple escena de crimen y volver a casa. No... Retiro lo dicho. Todo lo que yo quería, era compartir un sándwich de jamón y queso con un viejo amigo. Ahora, me veo arrastrada en medio de un conflicto de dioses griegos y ni siquiera es la hora de la cena. No puedo esperar a ver que pasa a continuación.
Carson sonrió.
—He tenido esos días.
—Seguro que sí.
—No, en serio. Deberías seguirme a todas partes y documentar todas las rarezas en la que me veo envuelto.
—¿Cómo cuáles?
Él le quitó la grapa de la mano.
—Bueno, hubo una vez en que Marvin nuestra anterior mascota, un mono, escapó de su dueño, Wren, él es un tigre que puede adoptar forma humana y subió al segundo piso a dormir con el dragón. Resultó que nuestro dragón residente es alérgico a los monos. ¿Quien hubiera podido saber o imaginar algo así? A Max le brotó un sarpullido en áreas que aún me hacen encoger al recordarlas. Hasta el día de hoy, si le mencionas la palabra “mono”, te escupe fuego. También en otra oportunidad... o mejor no te cuento esa. Si llegara a oídos de Dev, me arrancará el corazón para comérselo.
______ (T.n) retrocedió ante todo lo que le estaba contando. No... No podía ser.
¿Podía?
—¿Vosotros tenéis licántropos aquí?
Haciendo una pausa, él levantó la vista para mirarla.
—¿No eres una Escudera?
—No.
Él tuvo que contener el aliento y su rostro se cubrió con un velo de irritación. Gruñendo, se puso a suturar.
—No tenías conocimiento sobre nada de lo que dije hasta que lo escuchaste saliendo de mi boca, ¿verdad?
—Nop.
Él maldijo una vez más.
—No puedo creer lo que acabo de hacer. Asumí, ya que sabías sobre Nicholas y el demonio, y Julián que te manifestó aquí dentro, que sabrías todo sobre nuestro mundo.
No, pero estaba recibiendo una rápida introducción que la asustaba más y más, conforme pasaban los minutos. En todas sus conversaciones con Tate, él jamás había mencionado a los licántropos.
—Pero parece que ahora sí —dijo ella, tratando de hacerlo sentir mejor sobre su verborrea—. Daily Inquisitor, allá voy… Mejor aún, al psiquiátrico de la localidad.
—Sí. Y yo acabo de romper novecientas reglas. ¿Qué opinas de mantenerlo entre nosotros?
—Créeme, cariño. No voy a hablar. Valoro la poca salud mental que aún conservo y lo último que quiero, es verme envuelta en medio de lo que estoy envuelta. Señálame la salida y Alicia saldrá de la madriguera del conejo. De vuelta en la tierra y feliz de desarrollar el síndrome de Alzheimer sobre todo este incidente. De hecho, ni siquiera estoy segura de encontrarme aquí. Estoy pensando que tal vez un Daimon me golpeó en la cabeza y todo esto es una gran alucinación causada por una severa pérdida de sangre.
—¿Siempre divagas así?
—Si. Lo encuentro tranquilizador.
Él echó a reír mientras continuaba operando a Nicholas.
______ (T.n) se detuvo al percatarse de algo.
—No le hemos suministrado nada para mantenerlo inconsciente. ¿No deberíamos hacerlo?
—No. No serviría de nada. Los Dream-Hunter son inmunes a ese tipo de drogas.
—¿En serio?
Él asintió, inclinándose hacia delante para enfocarse mejor en lo que estaba haciendo.
—Son dioses. Las medicinas humanas no surten efecto en ellos.
—Entonces, ¿por qué lo estamos operando?
—Porque está inconsciente y sangrando... Nunca antes había visto sangrar un Dream-Hunter. Especialmente, no de esta forma. Pero intuyo que si puede sangrar, podría desangrarse completamente y morir.
Por un lado eso tenía sentido, pero por el otro...
—Los dioses no pueden morir, ¿o si?
—Por supuesto que pueden. Sólo que no es cosa fácil y usualmente, se requiere alguna clase de arma inmortal, que apostaría, es lo que se encontraba entre las manos de Kaiaphas cuando lo atacó. —Levantó la vista para mirarla agudamente—. Los demonios no suelen atacar a un dios o a ningún otro, a menos que estén convencidos de que le matarán. Tienden a cabrear al objetivo, que ideará maneras de torturar y matar al demonio. Y luego, todo se vuelve un lío, cuando deciden atacarse mutuamente. Como regla general, los demonios pierden. Y más aún, si nos referimos a un dios enfurecido. Por lo tanto, los demonios tienden a ser un poco más cautelosos que el depredador habitual. Cuando dan el golpe, suele ser rápido y mortal.
______ (T.n) dejó escapar un lento suspiro ante la simple veracidad de la afirmación. Bajó la vista hacia Nicholas que yacía en un aparentemente pacífico reposo. Su cuerpo estaba esculpido y era letal. Un espécimen perfecto de belleza masculina.
Dormido, de esa forma, se parecía a un ángel, pero dada su austera personalidad, ella sólo podía imaginar la lista de personas que lo querrían muerto.
Incluso ella.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
OH POR DIOS NICHOLAS, CURATEEE!!!! :crybaby: :crybaby: :crybaby:
Y sorpresivamente, este personaje divaga igual que yo
Es sorprendente como una Web Nove puede hacerte creer que lo estas viviendo...en especial esta :face:
UNA ORDEN DE CAPS EN COMBO DE CAPS Y EXTRA DE SUPER CAPS, PLEASE!!!!
Y sorpresivamente, este personaje divaga igual que yo
Es sorprendente como una Web Nove puede hacerte creer que lo estas viviendo...en especial esta :face:
UNA ORDEN DE CAPS EN COMBO DE CAPS Y EXTRA DE SUPER CAPS, PLEASE!!!!
MarieMoonLight
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
jajaja ese were-hunter me mata de risa jajaaja no me imaginaba que algo asi pudiera ocurrir....
y julian hace tiempo que no lo veo tn relacionado en una nove ya lo extrañaba, va extraño a todos jaja please please siguelaaa
y julian hace tiempo que no lo veo tn relacionado en una nove ya lo extrañaba, va extraño a todos jaja please please siguelaaa
#Fire Rouge..*
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
pobre nick no quiero que se desangre pero se salvara y mataran al demonio y todos tan hapys jijijijij
siguela pronto essta genial
siguela pronto essta genial
lovely last
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo 3 (Parte 3)
¿Pero al punto de llamar a un demonio para destruirlo? Eso era cruel.
Pobre Nicholas.
Ella guardó silencio mientras Carson, higienizaba, cauterizaba y suturaba la herida de Nicholas. Para cuando hubieron acabado, Nicholas aún se encontraba inconsciente, pero sudaba profusamente. Deslizó su mano por la incipiente barba de su firme mejilla y como sospechaba, estaba afiebrada.
Sintiendo pena por él, fue a lavarse al lavabo y luego humedeció un paño con agua fría. Con un poco de suerte, eso ayudaría. Llevó el paño hasta donde él estaba y lo dispuso sobre su frente, sintiéndose arrollada por su atractivo. Él era un hombre increíblemente apuesto. Pero dado que era un dios, se suponía que estaba implícito.
Todo lo que ella sabía sobre él, es que era un cretino... y que le había salvado la vida, dos veces.
Levantó la vista hacia Carson que se encontraba en el servicio, mientras pensaba en el término que Nicholas había utilizado para describirse a sí mismo.
—¿Qué es un Skotos, exactamente?
Carson se secó las manos con una pequeña toalla antes de acercarse a ella.
—¿Donde has oído ese término?
Ella señaló a Nicholas con la mano.
—Él me dijo, que eso es lo que era.
Carson asintió.
—En la Antigua Grecia, ellos eran los dioses del sueño. Siglos atrás, uno de ellos creyó que sería divertido jugar en los sueños de Zeus. El gran tío, no compartió su sentido del humor, por lo que ordenó que todos aquellos que poseyeran si quiera una gota de su sangre, debían ser asesinados o sus emociones arrebatadas.
Ella recordó cuando Julián se mostró sorprendido por el hecho de que Nicholas tuviera todas sus emociones.
—Eso fue muy cruel.
—Si, bueno, Zeus no es exactamente conocido por su gran compasión. —Había una nota en su voz que dejaba entrever que él tenía un asunto personal con el dios rey.
Carson señaló a Nicholas con un movimiento de su cabeza.
—Tras la maldición de Zeus, los Oneroi, o dioses de los sueños, fueron relegados a monitorear el sueño de los humanos y descubrieron rápidamente, que mientras estaban en el plano de los sueños, la prohibición de Zeus no funcionaba. Podían sentir otra vez. Aterrorizados ante la posibilidad de ser castigados, los dioses del sueño empezaron a patrullarse ellos mismos, para asegurarse de tener bajo control a sus hermanos. Aún así, algunos empezaron a codiciar las emociones, al punto de que perdieron control sobre ese apetito. Poco después, se volvieron peligrosos para sí mismos y para otros.
—Como una adicción.
—Exacto. —Él apartó la toalla—. Los dioses del sueño que pierden el control y empiezan a codiciar emociones son llamados Skoti. Skotos es la forma en singular.
Personalmente, a ella le gustaba más la idea de un dedo machucado. Pero al menos ahora, entendía lo que él era en realidad.
—Nicholas también dijo que estaba muerto.
—Bueno, en teoría los Skoti que se vuelven muy adictos, son ejecutados y enviados al Tártaro para el castigo eterno.
Eso lo explicaba todo. Él había sido asesinado y traído de vuelta. Se preguntaba como era eso posible. ¿Acaso habría hecho un pacto o algo así?
La sola idea era aterradora.
______ (T.n) frunció el ceño al notar una escritura desconocida extendida a lo largo del brazo de Nicholas. Presa de la curiosidad, tomó el brazo entre sus manos, admirada por la acerada sensación de su piel, mientras estudiaba las fluidas letras.
— ¿Puedes leer esto?
Carson se detuvo a su lado.
—No, lo siento. Parece griego y yo sólo hablo francés, cajún, inglés, algo de criollo y gillipolleces por el estilo.
Ella pasó la mano sobre las oscuras letras rojas, intentando no pensar lo fuerte que era ese brazo bajo sus dedos. ¿Por qué lo habría escrito ahí y que significaría?
Liberando el brazo, elevó la vista hacia Carson.
—¿Sabes algo sobre Nicholas y su historia?
—No. Nunca lo había visto o escuchado de él hasta que vosotros lo trajisteis aquí. Hay varios miles de Dream-Hunters y la mayoría se mantienen alejados del plano humano. Prefieren esconderse entre los sueños. —Carson hizo una pausa—. ¿Quieres dejarlo aquí e ir a casa?
Ella miró su brazalete.
—Desearía hacerlo, pero no puedo. Afrodita dijo que en tanto ambos lleváramos estos —ella levantó el suyo para que él pudiera verlo— estamos vinculados. Si nos alejamos mucho uno del otro, moriremos.
—Eso apesta.
—Dímelo a mí.
Él señaló una puerta tras él.
—Tengo una habitación más cómoda para vosotros dos. Te mostraré un lugar cómodo donde sentarte mientras él duerme.
______ (T.n) se encogió con sólo pensar en volver a desvanecerse.
—Por favor, no me desintegres. Empiezo a sentir náuseas de tantas ideas y vueltas, y he adquirido toda una nueva cuota de respeto para con Kirk y Spock.
El se rió.
—Entiendo. —Liberó el freno de la camilla con la punta de su bota—. Lo trasladaremos hasta allí.
—Mil bendiciones para ti.
Él se detuvo para llamar a un tal Dev antes de guiarla hacia una habitación adyacente, que estaba equipada con muebles antiguos. El mejor de todos, era una cama tamaño King que tenía una edredón de brillante terciopelo rojo. Habían pesadas cortinas que lo volvían muy oscuro y a la vez, extrañamente acogedor.
—Bonito lugar —dijo ella, pasando la mano sobre un hermoso tocador.
—Solo lo mejor para Mamá.
—¿Mamá?
—Nicolette Peltier. Ella es la dueña del lugar y todo el mundo aquí la llama “Mamá”.
—Eso es muy dulce. Debe ser muy cariñosa —dijo ______ (T.n) con una sonrisa.
—Puede serlo. En ocasiones, también puede ser una osa.
—Mi madre también era así.
—Eh, sí.
Un apuesto hombre de veintitantos años, con largo y rizado cabello rubio, abrió la puerta de un empujón.
—¿Que necesitas, Doc?
Carson señaló a Nicholas.
—Ayúdame a moverlo. No quiero forzar su costado.
Dev frunció el entrecejo severamente, al notar a Nicholas sobre la camilla.
—¿Quien es?
—Un Dream-Hunter.
Dev estaba atónito.
—¿Ellos sangran?
—Eso parece
—Joder —dijo Dev por lo bajo, antes de ayudar a Carson, a trasladar a Nicholas desde la camilla hacia la cama. En cuanto Nicholas estuvo ubicado, Dev la miró fijamente para luego salir acarreando la camilla, sin decir una palabra más.
______ (T.n) no estaba segura como definirlo.
—Es algo estirado, ¿no?
—La mayoría de nosotros los somos. Nuestra supervivencia depende de mantenernos en secreto.
—Y yo he abierto una brecha.
Él asintió.
______ (T.n) quería hacerle saber que ella nunca haría algo para lastimarles. Además, quien le creería si ella alguna vez decía que había una familia de licántropos instalada en Nueva Orleáns.
—Vuestro secreto está totalmente a salvo conmigo, Carson. Créeme, mantener la boca cerrada es a lo que me dedico. Si el departamento de policía puede confiar en mi, entonces vosotros también.
—Lo sé. De lo contrario te asesinaríamos y devoraríamos cada parte de tu cuerpo.
No estaba segura de si él bromeaba o no, pero algo le decía que hablaba muy en serio.
Señalándole la puerta con su pulgar le dijo:
—Si necesitas algo, estaré fuera en mi escritorio. Siéntete como en casa. Le indicó la puerta sobre la izquierda con un movimiento de su barbilla—. El baño está por ahí.
—Gracias.
Él cerró la puerta.
______ (T.n) dejó salir un largo suspiro sintiéndose exhausta. Estaba sola en un hogar extraño, algo que no acostumbraba hacer.
—¿Dónde estas Jesse? No me gusta estar sola. —Los años de amistad habían convertido la soledad en una cosa rara. Estaba tan habituada a él, que cuando se quedaba sola, casi sentía un dolor físico.
Sintiéndose un poco perdida y sobrecogida, se acercó a la cama para cubrir a Nicholas con el edredón. No parecía tan feroz ahora, pero aún había un aura en él, que te dejaba ver, cuan letal era. Ella dejó caer la vista sobre sus manos y sobre las cicatrices que estropeaban sus nudillos. Eran viejas y habían sanado, pero aún así, ella podía notar que no habían sido causadas por una sola herida. Habían sido reabiertas y cicatrizadas en muchas peleas...
Si, en ocasiones, su trabajo le permitía conocer demasiado sobre una persona. Sin mencionar, que había numerosas cicatrices estropeando sus pecho y brazos. Sorprendentemente, la única cicatriz en su rostro era una apenas perceptible, sobre su sien derecha.
—¿Quien eres Nicholas?
—¿Sim?
Ella sonrió al reconocer el sonido de la voz de Jesse. El reapareció justo a su lado.
—¿Dónde has estado?
—Vosotros me habéis abandonado —dijo a la defensiva—. ¿Tienes idea lo difícil que es rastrear a un humano a través del plano ectoplásmico? No, no la tienes. Y créeme, no quieres tenerla. Estoy agradecido de haberte encontrado a ti esta vez y no a esa extraña mujer alimentando a su Schnauzer con gelatina.
Ahora, podía visualizarlo...
—De aaaaacuerdo. Lo lamento mucho.
—¡Deberías! —Entrecerró los ojos al mirar a Nicholas—. No se ve nada bien. ¿Crees que sobreviva?
—Eso creo.
—Diría que es una maldita lástima excepto que hasta que averigüemos un modo de liberarte, morirías, también.
—Que agradable que recuerdes ese pequeño detalle. —Frunció el ceño mientras le miraba y recordaba su diatriba de antes—. ¿Plano ectoplásmico? ¿Qué demonios es eso?
—Es la jerga de aquellos de nosotros que hemos cambiado de cuerpo. Es el gran Más Allá donde rebotamos unos contra otros como átomos flotantes. Es una tierra de brutos, que es por lo que paso el tiempo contigo. Pero sólo porque eres menos bruta que ellos.
______ (T.n) le miró boquiabierta ante su crítica.
—Ruego tu perdón. No soy bruta.
—Asqueroso al máximo. Y que más. Te he visto por las mañanas. No eres exactamente una dama.
Puso los ojos en blanco ante las expresiones ochenteras.
—Realmente te odio.
—Seguro que sí. —El sonrió como el gato Cheshire—. Eso explica porque estabas tan preocupada por mi.
A veces era demasiado astuto. ______ (T.n) se enfadó juguetonamente con él antes de girarse hacia Nicholas.
Era una lástima que supiera tan poco sobre él y le hacía preguntarse sobre su pasado. ¿Que le había hecho luchar todas las batallas que le habían dejado unas cicatrices tan horrendas, por otra parte hermoso cuerpo?
—¿Crees que tiene razones para ser tan hostil?
—No realmente. Personalmente creo que le gusta ser un gilipollas. Sabes, hay un montón de esos en el mundo.
Era verdad. De hecho había conocido a más de ellos que su parte de fracasos, también, y todavía… Parecía ser algo más. Una persona no odiaba tanto como Nicholas parecía hacerlo sin tener la habilidad de amar en el mismo grado.
Y su necesidad de matar hasta la exclusión de todos también hablaba de una extrema traición. La única persona a la que ella realmente había querido matar era la que había tomado la vida de su madre…
—No se puede odiar sin amar.
Jesse frunció el ceño.
—¿Qué?
—Es algo que mi madre solía decir.
Hizo muecas.
—Oh, hombre, no… no te atrevas.
—¿Atreverme a qué?
—A poner esos ojos llorones como si estuvieras simpatizando con él. —Hizo un irritado ruido con su garganta—. Eres tan tierna. ¿Hola? Este es el hombre que te ha vinculado a él mientras está tratando de descender al infierno para matar a alguien. No le preocupan tus sentimientos. No te preocupes tú por él.
______ (T.n) ondeó para alejar su diatriba.
—Oh, deja de gruñir. Ni siquiera le conozco.
—Y mejor que siga así.
Sabía que Jesse tenía razón. Es más, había una parte de ella que estaba atraída por Nicholas incluso contra su sentido común. No estaba segura de por que. El parecía perdido de algún modo.
Oh, si el humor del Señor Macho Alfa estaba perdido… bien. Ella lo estaba perdiendo.
—¿Has oído algo de Gloria? —preguntó a Jesse, tratando de distraerse.
Negó con la cabeza.
—Ni siquiera un gemido. Estoy pensando que los Daimons se la comieron.
______ (T.n) odiaba esos pensamientos. Nadie merecía ese destino.
—Espero que no. Parecía realmente agradable.
—Te oigo. —Jesse flotó hacia las cortinas. De repente, alguien llamó a la puerta.
—Entre —dijo ______ (T.n).
Carson entró en la habitación llevando una pequeña sierra de mano.
______ (T.n) dio un paso atrás, curiosa por sus intenciones.
—¿Qué vas a hacer?
Señaló a su brazalete con la sierra.
—Me estaba preguntando si esto serviría para quitar el brazalete.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
ayy no la dejes ahiii
haa a la rayita le gusta niiick!! haha yo se q si!
siguelaaaaa pliss
haa a la rayita le gusta niiick!! haha yo se q si!
siguelaaaaa pliss
Faby Evans Jonas
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
POR EL PESADO DE ZEUS!!!!! NO LA DEJES AHÍ!!!!!!
Un cap más por las dudas ...pleaaaase??? :lol: :lol: :lol:
Un cap más por las dudas ...pleaaaase??? :lol: :lol: :lol:
MarieMoonLight
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
jaja carson me mata ya lo dije.. y si no funciona le destroza la mano ajaj
siguellaa plis
siguellaa plis
#Fire Rouge..*
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo 3 (Parte 4)
Ella sonrió con alivio. Por un segundo, había tenido miedo de que fuera a cortarle la garganta para silenciarla.
—Justo ahora eres mi persona favorita en el planeta. Si, por favor fríelo.
Carson rió mientras se movía para cogerle la muñeca con las manos. Hizo una pausa de un minuto para examinar el brazalete.
—Parece oro normal.
—Afrodita dijo que era Atlante. Algo hecho por los dioses.
El respiró bruscamente.
—Oh… —El se echó hacia atrás—. ¿Eso es malo?
—Quizás. No se lo bastante sobre ellos ni siquiera para adivinar lo que intentar cortar esto te haría. Por todo lo que sé, el mundo podría acabarse.
Ella soltó su brazo de su agarre.
—Por favor, no. Hubo una situación tensa en el final de Dexter la semana pasada y tengo que ver como acaba.
Sus palabras parecieron sorprenderle.
—¿Ves eso?
—Religiosamente. Ya que estoy mórbidamente fascinada por la serie.
—Dado mi trabajo y vida, es un programa que evito tanto como Planeta Animal —retrocedió—. Os dejaré solos otra vez.
Apenas había dado un paso fuera de la puerta antes de que oyera el retumbar de una voz profunda detrás de ella.
—¿Donde estoy?
—Uau —dijo Jesse desde la cama—. El muerto se ha levantado… otra vez.
Ignorando a Jesse, fue al lado de Nicholas. Sus ojos azules estaban ribeteados de rojo e inyectados en sangre. Su piel todavía tenía una capa de gris y por la respiración superficial podía decir que tenía grandes dolores.
—Estás en el Santuario.
Respiró profundamente y luego hizo una mueca.
—Huelo a Were-Hunter.
—¿Were-Hunter?
Se movió ligeramente bajo la sábana antes de hablar otra vez.
—Lycantropos.
—Oh. —Realmente, eso tenía sentido para ella. Los Dark-Hunters cazaban vampiros Daimon. Los Dream-Hunters cazaban sueños y… bien, esto le hacía preguntarse que cazarían los Were-Hunter.
Si. Forzó a esos pensamientos a alejarse.
—Creo que un Were-Hunter podría haber ayudado a traerte aquí.
Nicholas intentó sentarse, luego siseó.
—Con cuidado —dijo, apresurándose hacia él. Le puso las manos en el pecho, luego le empujó hacia atrás mientras una descarga eléctrica la atravesaba. No sabía por qué, pero tocar su pecho era extremadamente desconcertante, y la dejaba sin aliento—. Te dieron una grave puñalada y Carson dijo que no podía darte nada para el dolor.
Un tic apareció en su mandíbula mientras se volvía a tumbar en la cama y apartaba el trapo de la frente. Lo miró como si fuera un alien queriendo succionarle el cerebro.
—Estabas febril —explicó.
Su ceño se agudizó.
—¿Tú hiciste esto?
Ella no podía entender su ira. Era como si su amabilidad verdaderamente le cabreara.
—Pensaba que estaba haciendo algo agradable por ti. Lo siento.
—¿Por qué harías algo agradable por mí?
—Porque estabas herido y sangrando.
Todavía no había respiro en su fría, penetrante mirada.
—¿Por qué te preocupas por eso?
—Fui a la escuela de medicina para ayudar a la gente. Es por lo que hago lo que hago.
—¿Por qué?
Nunca en la vida había conocido a alguien que tuviera tantos problemas en aceptar ayuda. Querido Señor, ¿qué le habían hecho al pobre hombre para que algo tan simple como poner un trapo en su febril frente le hiciera tan receloso?
—Me estoy dando cuenta que tienes un problema con que sea agradable contigo.
—Sí —dijo—. Lo siento. La gente no es agradable. Especialmente no conmigo.
Algo dentro de ella se tensó ante esas gruñidas palabras.
—Nicholas…
—No quiero tu compasión. —Lanzó la tela al suelo—. O tu amabilidad. Solamente apártate de mi camino y no hagas que te maten hasta que encuentre alguna manera de llegar a Kalosis.
Uau. Eso la hacía toda tibia y caliente por dentro. Él era como un agitado puercoespín en una fábrica de globos.
—¿Por qué es tan importante para ti matar a esa persona?
Desde algún lugar una imagen ardió en su mente. Era Nicholas. Estaba en una oscura, deprimente cueva, colgado dolorosamente de sus brazos. Su cabello negro estaba enredado con sangre y suciedad, y le caía hacia delante, sobre la cara. Completamente desnudo, su cuerpo estaba cubierto de heridas sangrientas.
La agonía de sus ojos era hermética. Intentaba escapar o luchar, pero no podía hacer nada. Golpe tras golpe de un látigo de púas de acero llovían sobre su carne, abriendo nuevas heridas y haciéndolo girar. A los dos esqueletos que lo golpeaban no les preocupaba cuanto tiempo llevaban hiriéndolo mientras le causaran dolor.
—¡Para! —suplicó, incapaz de soportarlo.
Las imágenes se desvanecieron tan rápidamente como habían empezado.
Nicholas le dirigió una mirada tan fría que la alcanzó interiormente y la hizo parte de su muy congelada alma.
—Eso es un destello de diez segundos de siglos de tortura que he aguantado a causa de la crueldad de una persona. ¿Más preguntas?
Ella no podía respirar a causa del dolor interior. Todo lo que podía hacer era sacudir la cabeza. No le extrañaba que estuviera enfadado, era difícil apartar el bulto de su garganta.
—Sí —dijo después de una breve pausa—. Tengo sólo una. ¿Habiendo dado a esta persona que te traicionó tanto ya, por que les darías también tu vida?
El rió amargamente.
—Déjame explicarte como conseguí llegar aquí, humana. Hice un favor a una diosa, la cual habló con Hades para convertirme en humano durante un mes. Un. Único. Mes. Ahora, habiendo vivido en el Tártaro todos estos siglos, he aprendido que Hades no deja ir a nadie de buena gana, especialmente no a alguien con mi pasado, voy a volver al infierno, nena. Nada de “síes”, “ies”, o “peros” sobre esto. El único factor indeterminado que queda es si voy a volver sólo o no, y no tengo la intención de hacerlo así. —Sus ojos ardían en ella un instante antes de que se empujara fuera de la cama—. ¿Dónde está mi camisa?
No podía creer la vista de él de pie dada la severidad de la herida. ¿Cómo podía incluso moverse, especialmente dado que no había tenido ni una gota de analgésico?
Luego entonces, habiendo visto lo que le habían hecho en el Tártaro, se figuró que probablemente estaba acostumbrado al dolor y que no le perturbaba ahora. Incluso tan mal como le habían intentado quebrar, había estado tratando de luchar contra ellos.
—No puedes moverte así. Necesitas descansar.
—Que se joda el descanso —gruñó entre los dientes apretados—. Tengo demasiado que hacer para estar tumbado en la cama como algún príncipe consentido.
Ella se puso delante de él para evitar que saliera.
—Vas a abrirte la herida.
—¿Y qué?
—¿Y qué? ¿Estás loco? —Tenía que estarlo—. ¿Tienes alguna idea de cuánto te dolerá?
La dio una seca y fría mirada antes de darse la vuelta y mostrarle la espalda.
—Sí, tengo una maldita idea bastante buena.
______ (T.n) se cubrió la boca mientras miraba fijamente las cicatrices de honor que estropeaban la belleza de su piel. Decir que había sido atacado salvajemente era una descripción insuficiente. Estiró la mano instintivamente para tocarle, pero se agarró a si misma antes de hacer contacto.
La mano se cernió allí, justo encima de las marcas. Tan cerca que podía sentir el calor que se alzaba de su piel febril. El pensamiento de él siendo golpeado de esa manera la rompía. ¿Qué tierra de monstruos podía hacer una cosa así?
El hecho de que había sufrido solo con nadie para cuidarle la hizo sentir mas enferma.
El se dio la vuelta para encararla.
—Ahora ¿dónde está mi camisa?
Ella tuvo que aclararse la garganta antes de que pudiera responderle en un tono semihumano.
—La cortamos para quitártela.
El apartó la mirada como si su respuesta hubiera enviado una onda de furia a través suyo.
—Mil gracias.
¿Por qué estaba tan molesto por una simple camisa?
—Podemos ir a tu casa y conseguir otra.
—No tengo casa y no tengo otra camisa.
¿Hablaba en serio?
—¿Qué quieres decir?
Nicholas se movió para quedarse delante de ella. Bajó la mirada y sonrió burlonamente.
—¿Por qué no puedes seguir esto, humana? Me permitieron salir del infierno, no de un parque de atracciones. Ellos no te mandan exactamente al mundo con un guardarropa y la cartera.
—Pero has estado aquí unos cuantos días, ¿verdad? ¿Dónde has estado? ¿Has comido?
No respondió mientras la apartaba.
Fue entonces que supo lo que se había negado a decir.
—Has estado durmiendo en la calle, ¿verdad?
—¿Quién dice que he estado durmiendo?
Abrió la puerta.
Carson alzó la mirada desde donde estaba sentado en un oscuro y duro escritorio como si esperara que Nicholas le molestara. Alcanzó una camisa que estaba doblada en el escritorio y se la tiró.
—Puedes coger esta.
Nicholas tomó la camisa sin mucho más que un gracias. Se la estaba poniendo por la cabeza cuando ______ (T.n) se le unió en la habitación.
El teléfono móvil sonó. ______ (T.n) lo sacó del bolsillo y miró la identificación. Entraba como una llamada restringida. Lo abrió.
—¿Hola?
La voz que respondió era profunda e increíblemente sexy y lucía un acento melodioso que mandaba un embotamiento por su espina dorsal.
—Soy Acheron Parthenopaeus que devuelve la llamada de Nicholas. ¿Podrías entregarle el teléfono por favor?
Sí, pero realmente no quería hacerlo. Preferiría con mucho hablar con esa bonita voz que era inquietantemente apaciguadora y tranquilizadora. De mala gana, se lo ofreció.
—Es Acheron.
Con la típica forma de Nicholas, le arrancó el teléfono de la mano.
—¿Dónde infiernos estás?
Jesse se inclinó para susurrar en el oído de ______ (T.n).
—Eso me haría querer ayudarle. ¿Y a ti?
—Shh… —dijo, suprimiendo una sonrisa ante sus honestas palabras.
Nicholas cerró el teléfono de golpe y se le devolvió. Otra luz brillante destelló antes de que un hombre inmenso con largo cabello negro y un aura tan letal que hacía que Nicholas pareciera un gatito apareciese.
Llevaba gafas de sol negras Oakley y un abrigo largo, de estilo pirata sobre una camiseta negra de Misfits. Este ser parecía proclamar, Johny Depp no tenía nada, cuando este hombre llegaba, era el sex appeal absoluto. Acheron lo rezumaba por cada poro.
Se quedó de pie descansando su peso en una pierna, tenía una mochila negra de cuero arrojada casualmente sobre un hombro. ______ (T.n) frunció el ceño mientras se daba cuenta de sus botas de combate Dr. Martens rojas con negro, que probablemente le añadían 5 centímetros más a su impresionante estatura.
—Ya era hora —gruñó Nicholas.
La única reacción de Acheron fue una ceja negra perfectamente formada que se arqueó sobre el marco de las gafas de sol.
—Aunque respeto las tendencias suicidas la mayoría de los días, harías bien en recordar a quien te diriges, y más al grano, lo que puedo hacer por ti. Nadie dice que tengas que volver al Tártaro de una pieza.
Nicholas cruzó los brazos sobre el pecho.
Con su humor aligerado, Acheron se giró hacia ella.
—¿Puedo ver tu brazalete?
Educado. Mortal. Magnífico. Respetuoso. Sexy más allá de la resistencia humana. Oh, que alguien le ponga un lazo, definitivamente le quería en casa. Tragando mientras un estremecimiento la bajaba por la espina dorsal, hizo lo que pedía.
Acheron cogió la mano en las suyas y la sostuvo en alto para poder estudiar el cierre. Después de un momento, le soltó el brazo y miró a Nicholas.
—¿Quieres las buenas noticias primero o las malas?
—¿Realmente importa?
La comisura de la boca de Acheron se curvó con una sonrisa de burla.
—No para mí… Las malas noticias, no puedo tocarlo. Quiero decir que puedo, pero ambos moriríais si lo manipulo.
Nicholas maldijo.
—¿Quién infiernos inventó esto?
Acheron colocó ambas manos en las asas de la mochila para anclarla sobre su chaqueta.
—Archon, el rey de los dioses Atlantes. Confía en mí, era un gilipollas integral.
______ (T.n) dejó salir el aire que no se había dado cuenta que retenía. Esto no parecía particularmente agradable para ellos.
—¿Y las buenas noticias?
—Alguien tiene una llave y no, no te marchitarás y morirás porque lo tengas. En teoría puedes vivir una eternidad vinculados juntos con esto.
—¿Pero? —preguntó ella.
Acheron inclinó la cabeza.
—Siempre hay un pero implicado, ¿verdad?
Desafortunadamente.
Belieber&Smiler♥
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