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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Dream Chaser" (Nick&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo 2 (parte 2)
Los ojos de ______ (T.n) se abrieron de par en par cuando escuchó explotar un neumático. El coche derrapó hacia un lado antes de volcar en la calle.
—Buena puntería, Tex.
Sacó el arma y la reemplazó con una nueva.
—Tengo una ventaja desleal. Puedo hacer que las balas se dirijan donde yo quiera. Eliminé a los Daimons antes de acabar con el coche.
______ (T.n) se adentró en un pequeño aparcamiento y luego se detuvo de nuevo. Se giró en su asiento para enfrentarlo. Tenía las mejillas enrojecidas por el esfuerzo y el viento quemaba su piel como había quemado a los Daimons. El color hacía que sus ojos destacaran aún más.
Se veía magnífico y humano, y aún así...
—¿Qué eres exactamente?
Nicholas no le respondió y se frotó una ceja.
—Tenemos que resolver lo de estos brazaletes antes de que se haga más tarde. No me gusta jugar con factores desconocidos.
Lo miró divertida.
—No estás sólo en el Planeta Ego. Yo también quiero saber en qué estoy metida, y en este momento, Psicópata, tú eres el factor desconocido más crucial en mi mundo. Así que responde a mi pregunta. ¿Qué eres?
El desprecio volvió a reflejarse en su rostro.
—Esa no es una respuesta simple, humana.
Apagó el motor, sacó las llaves y cruzó los brazos sobre su pecho.
—Ponme a prueba.
Nicholas apretó los dientes al tiempo que peleaba contra el deseo de asesinarla. Después de todo, era tan sólo otra humana, no obstante, una muy bonita. Y sin embargo, humana. Normalmente, no habría dudado en sacarla de su miseria, pero albergaba un verdadero mal presentimiento con respecto al brazalete que tenía en su antebrazo. El hecho de que ambos lo llevaran, probablemente significaba que sus vidas, si no sus almas, estaban vinculadas de alguna forma. Lo que suponía que si ella moría, había buenas probabilidades de que él también.
Maldición. Ella tendría que vivir hasta que resolviera el embrollo.
Consideró la opción de mentirle. Pero ¿para qué molestarse? Había visto a los Daimons, algunos de sus poderes, y ¿qué demonios? Había un fantasma en el asiento trasero que parecía ser su amigo. La forma en que se había comportado hasta el momento demostraba que al menos, se encontraba familiarizada con lo sobrenatural.
¿Qué podía suponer un poco más?
—¿Qué tanto sabes de mitología Griega? —le preguntó.
—Zeus es el rey, ¿verdad?
Nicholas resopló.
—Se lo cree la mayor parte del tiempo. Personalmente, creo que es un culo pomposo que debería ser abofeteado por Hera al menos una vez en su existencia.
______ (T.n) hizo una mueca de dolor al darse cuenta de que él, de alguna forma, estaría relacionado con ellos... Sí, su suerte mejoraba minuto a minuto.
—Entonces, ¿qué tiene que ver Zeus con todo esto?
—En realidad, nada. Tú eres quien lo trajo a colación.
Dejó escapar un suspiro exasperado.
—Me está doliendo la cabeza y tú aún evitas mi pregunta.
—De acuerdo, —le dijo simplemente—. Soy un Skotos.
Frunció el seño ante la desconocida palabra.
—¿Y eso qué significa? ¿Tienes una erupción?
No pareció nada divertido con su pregunta.
—No, humana, significa que solía ser un dios del sueño.
Bueno, él era un poco de ensueño...
Oh, no, Sim, no estás tragándote sus chorradas, ¿o si? Parecía tan poco probable y aún así, los Dark-Hunters para los que Tate trabajaba, eran un ejército de guerreros inmortales creados por la diosa Artemisa para proteger a la humanidad.
Sí, le había costado un tiempo asimilar esa realidad. Y si creía que Tate no estaba loco y que los Daimons eran reales, porque les había visto más veces de las que hubiera querido, entonces no tenía más opción que creer también este cuento.
Respirando profundamente, para contenerse por el resto de su historia, se puso tensa.
—¿Y ahora eres?
—Un muerto andante.
Con imágenes de los Daimons tratando de comérsela atravesando su mente, ______ (T.n) salió disparada del coche. Solo podía pensar en escapar antes de que él la convirtiera en su cena.
No llegó muy lejos.
Nicholas se precipitó ante ella y la apresó contra su pecho.
—Te dije que no.
Ella lo había atenazado por la garganta.
Maldiciendo, se liberó mientras luchaba por respirar.
Nicholas la miró fijamente mientras se imaginaba que la desmembraba en sangrientos trozos. Enojado más allá de la tolerancia, echó su mano hacia adelante y la apretó contra la pared. Con su garganta punzando de dolor, se abalanzó sobre ella intentando hacerle pagar su ataque.
Ya había recibido suficientes golpes en la vida...
—Vuelve a intentarlo, —le gruñó entre dientes apretados—, y con brazalete o sin él, te arrancaré la cabeza y la usaré como tope de la puerta.
______ (T.n) sintió que el miedo trepaba por su espina dorsal, pero no tenía intenciones de permitir que él lo notara.
—¿Qué es lo que quieres de mi?
—Nada. Todo lo que quiero es entrar al infierno de los Daimons para poder visitar y asesinar a una vieja amiga. Tú eres una pobre inocente que quedó atrapada bajo fuego cruzado.
La liberó de forma tan brusca que ______ (T.n) casi se cayó. Se recompuso y se enderezó tanto como pudo, pero estaba lejos de resultar intimidante ya que él le sacaba una buena cabeza.
—No me gusta que me amenacen, que me mientan o que me manipulen. Harías bien en recordarlo —le dijo.
Le sonrió sarcásticamente.
—¿O qué? ¿Vas a lloriquearme?
Jesse arremetió contra él pero antes de que pudiera atacar, Nicholas se volvió y lo sujetó por el cuello. Lanzando a Jesse contra el suelo, se echó hacia atrás para golpearlo, pero se contuvo antes de completar el ataque.
Se alejó.
Jesse lo miró boquiabierto mientras se ponía de pie.
______ (T.n) estaba asombrada. A pesar de que Jesse podía mover cosas, nadie jamás había podido tocarlo.
—¿Cómo es que puedes tocarlo?
Nicholas cruzó los brazos sobre su pecho.
—Aún conservo muchos de mis poderes divinos, pero no todos, y los que aún tengo van y vienen de manera impredecible. Sin lugar a dudas, cortesía de Hades y su retorcido sentido del humor.
Jesse la miró fijamente con incredulidad.
—Creo que tendremos que creerle. Nadie había sido capaz de tocarme desde la noche en que morí.
Tragando, ______ (T.n) hizo un gesto de asentimiento. Lo que Nicholas acababa de hacer era imposible e inexplicable.
—De acuerdo. Empecemos de nuevo. Tú eres un dios del sueño cuyos poderes están jodidos, y estas aquí para asesinar a alguien. Estos... —Ella alzó el brazo en el que tenía el brazalete. —Son un desafortunado regalo.
Él asintió.
—Por todo lo que sé, estos pequeños juguetitos podrían explotar y asesinarnos. Tenemos que encontrar la forma de quitárnoslos.
¿Tú crees? Ella contuvo su sarcasmo, presintiendo que no ayudaría con el problema o con su irritabilidad.
—Bien. Creo que conozco a alguien que puede ayudarnos.
—¿Tú? —El se burló. —Tú conoces a alguien. —Él se rió.
Oh, eso la ofendió.
—Ey, resulta que conozco a muchas personas. La mayoría de ellos son realmente inusuales.
—Sí, ¿y acaso alguno de ellos tiene algún tipo de conexión con un dios Griego?
—Pues de hecho, sí. —Lo miró pagada de sí misma. —Sucede que trabajan para Artemisa.
Reaccionó instantáneamente.
—¿Conoces a los Dark-Hunters?
—No personalmente, pero conozco a un Escudero.
—Llévame con él.
Esas palabras le cayeron como baldazo de agua fría a mitad de la noche.
—Eres un verdadero mandón HDP . Quién se murió y te convirtió…
______ (T.n) se detuvo al darse de cuenta de que si decía la verdad, entonces el hombre era realmente un dios. Lo que respondía a su pregunta. Y explicaba bastante sobre su ego y prepotencia.
—Olvídalo. Sube al coche y vayamos a buscar a Tate. Si estás en lo cierto sobre estas cosas explotando, entonces necesitamos darnos prisa.
Aparecieron dentro del coche instantáneamente.
______ (T.n) sacudió la cabeza para despejarse mientras un extraño zumbido le susurraba en los oídos.
—Guau. ¿Puedes llevarnos a lo oficina de Tate de esa forma?
—Solo si hubiera estado allí antes. Debo conocer el lugar al que me dirijo para perfeccionarlo. De lo contrario podríamos atascarnos en medio de una pared o aparecer en algún otro lugar de mierda.
“De mierda”, era malo. Definitivamente no quería eso. Ser implantada a una pared no mejoraría las cosas.
Jesse apareció en el asiento trasero.
—Por cierto, ¿Habeis notado que Gloria se desvaneció durante la persecución? No tengo idea si considerarlo como algo bueno o como algo malo.
La tristeza la envolvió mientras ponía en marcha el coche.
—Estoy segura de que es malo. Pero nos preocuparemos por ella después de hablar con Tate. A menos que puedas encontrarla en el otro plano, no hay mucho más que podamos hacer por ella ahora.
El miedo destelló en los castaños ojos de Jesse.
—Sí, claro. ¿Recuerdas lo que sucedió la última vez que hice eso? No es una experiencia que quiera volver a frontar.
Tampoco ella. El pobre Jesse casi había sido devorado por un Daimon.
______ (T.n) condujo hacia la oficina de Tate y cogió el teléfono. Marcó el número para asegurarse de que él estuviera dentro.
Atendió a la cuarta llamada.
—Hola, mi amor. Acabo de cortar con los Escuderos.
Deslizó su mirada hacia Nicholas, que permanecía sentado luciendo adusto e irritable.
—Eso es genial, pero ahora mismo tengo un real y apremiante problema.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
CAPS PLEASE!!!!! CAPS CAPS CAPS!!!!!!!!
:study: :study: :study: :study: :study: :study: :study:
911 WE NEED CAPS!!!!!!!!
:blabla: :blabla: :blabla: :blabla: :blabla: :blabla:
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911 WE NEED CAPS!!!!!!!!
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MarieMoonLight
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
QUE AWESOME!!!!! :cheers: :cheers: :cheers: :cheers:
Pero Nick está definitivamente muy agresivo :suspect: :suspect:
MAS SUPER CAPS!!!! ME FASCINA!!!!!!!!
Pero Nick está definitivamente muy agresivo :suspect: :suspect:
MAS SUPER CAPS!!!! ME FASCINA!!!!!!!!
MarieMoonLight
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo dedicado a Mi Mariee!! Te Quiero mucho demente :D
—¿Encontraste algo?
—Más bien, algo me encontró a mí.
—¿A qué te refieres? —preguntó, su voz denotaba miedo.
______ (T.n) consideró cual sería la mejor manera de contarle lo que había sucedido. No acostumbraba a andarse con rodeos. Además, si Tate trabajaba para los Dark-Hunters, tal vez estuviera al tanto de lo que era un Dream-Hunter.
—Mientras buscaba en los alrededores, un grupo de Daimons apareció y también… un Skotos.
Se rió nerviosamente.
—Me estás tomando el pelo, ¿no es cierto?
Nicholas enarcó una bonita ceja como si pudiera oír la conversación.
—No, —le respondió, alargando la palabra—y me estoy jugando que sabes de que se trata.
—Absolutamente. ¿Te han herido?
—Raspado, un poco. —Miró a la izquierda sobre el Canal—. Pero el meollo del asunto es que los Daimons me han abrochado algo en la muñeca y también en la del Skotos. No sabemos lo que es y necesitamos encontrar a alguien que lo sepa.
—Necesitas un oráculo. —Tate hizo que eso sonara como algo tan fácil.
______ (T.n) sacudió la cabeza.
—Sí, y nos encontramos un poquito alejados de Delphi, cariño.
—No tienes que ir a Grecia, nena. Conoces a Julián Alexander, ¿cierto?
Frunció el ceño ante el nombre tan familiar.
—¿El sexy profesor de historia?
—No es que lo considere sexy, pero sí.
Ella ignoró el sarcasmo.
—¿No estarás realmente diciéndome que él es un oráculo que habla con los dioses?
Tate rió con malicia.
—Prepárate, nena. Es hijo de Afrodita.
Por supuesto que lo era… ¿Por qué debería algo en este mundo tener sentido?
Dios santo, no es como si no estuviera sentada junto a uno de los hombres más guapos del mundo que también era un dios. O que tuviera un tonto fantasma adolescente sentado en el asiento trasero de su coche, tarareando la letra de la canción “Todos quieren dominar el mundo”, del grupo Tears for Fears.
Lo único que tenía sentido era que el buenorro del departamento de historia era también, un semidiós…
—Estaba segura de que no me gustaría la respuesta, —murmuró—. Y pensar que todo este tiempo, solo creí que se trataba de un profesor mono.
—Y todos tus alumnos creen que eres una excéntrica porque pareces hablar sola, cuando te descubren teniendo una conversación con Jesse.
—Por supuesto que lo creen. Vale, ¿cómo lo encuentro?
—Te daré su número.
______ (T.n) repitió el número para que Jesse la ayudara a recordarlo. Colgó la llamada con Tate, e inmediatamente llamó a Julián.
Cogió el teléfono a la tercera llamada.
—¿Dr. Alexander?
—¿Sí?
—No sé si me recordará, pero nos hemos encontrado en un par de funciones de la facultad. Soy la Doctora ______ (T.n) ______ (T.ape), la profesora de Examinación Médica y Patología…
—Sí, la recuerdo.
Eso era impresionante, dado que no tenía nada de especial. Era de estatura mediana, peso mediano, tenía el cabello ondulado de color castaño oscuro y ojos pardos y normalmente vestía en tonos beige o marrones, o usaba su bata blanca de laboratorio. Como regla general, no permanecía en la memoria de las personas. De hecho, su grupo de secundaria la había votado como la “Persona Con Más Probabilidades de Ser Olvidada” o “Que Se le Sentaran Encima Por Accidente”. El hecho de que el Dr. Alexander la recordara, le provocaba una pequeña e infundada emoción.
—Bien, porque estoy metida en algún tipo de embrollo.
—¿Y eso sería? —Aún a través del teléfono ella podía oír su tono de reserva.
Nicholas le arrebató el móvil de las manos y empezó a hablar con Julián en una lengua que ella ni siquiera pudo identificar. A pesar de eso, la suave y lírica cualidad del lenguaje era increíblemente sexy. Era el tipo de tono que podría calentar a una mujer aún si estuviera pidiendo una pizza. Odiaba el hecho de que le afectara.
Apuesto o no, era un cretino y lo último que una mujer necesitaba era alimentar su masivo y prepotente ego.
Pocos minutos después, le devolvió el teléfono.
—Va a darte indicaciones para llegar a su casa.
—Gracias, —le dijo fríamente. Tomó el teléfono que le entregaba. —¿Dr. Alexander?
—Llámeme Julián.
Escuchó mientras le explicaba como encontrar su casa. Afortunadamente, no estaban muy lejos.
No le llevó mucho tiempo encontrar el pequeño bungalow en las afueras de St. Charles. ______ (T.n) no había terminado de aparcar antes de que Nicholas los transportara hasta el porche.
—Sabes, eso es realmente molesto y desconcertante.
—No me importa en absoluto. —Llamó a la puerta.
______ (T.n) sacudió la cabeza y Jesse la imitó. Lucía tan encantado como ella.
Julián abrió la puerta con cara de pocos amigos. Nunca fallaba en conmocionarla la magnitud de lo apuesto que era ese hombre. Y no era la única que pensaba así. Sus clases estaban siempre colmadas de estudiantes femeninas que no querían otra cosa que mirarlo fijamente. El hecho de fuera uno de los mayores expertos en el mundo sobre civilizaciones antiguas era una especie de bonificación.
El buen doctor estrechó sus ojos ante Nicholas como si no pudiera creer lo que veía.
—Tienes emociones.
Nicholas curvó su labio.
—En realidad no. Solo tengo una. Ira. A menos que cuentes una insaciable sed de venganza como tal. Entonces serían dos.
El ceño de Julian se profundizó.
—Cómo es que puedes.
—Mira —Nicholas habló bruscamente—. No tengo tiempo para esto. Quita el brazalete para que pueda largarme a hacer lo que tengo que hacer.
—Tiene la idea fija, —explicó ______ (T.n).
—Sí, ya veo. —Julián dio un paso atrás—. Entra y déjame verlo.
Literalmente arrojó su brazo en la cara de Julián. El hombre era realmente odioso.
—Ahí.
—Tengo la sospecha de que ha sido criado por simios, —le dijo ______ (T.n) a Julián.
Rió por lo bajo antes de coger el antebrazo de Nicholas y examinar el brazalete mientras permanecían de pie en la entrada.
—Esto no es griego.
Nicholas se mofó.
—Por supuesto que lo es. Conozco el trabajo de Hefesto.
—También yo y esto no lo es. —Dobló su brazo para ver mejor el cerrojo.
—No puedo saberlo con exactitud, pero creo que el origen de esto es Atlante.
Aún no parecía del todo convencido.
—¿Estás seguro?
Julian asintió severamente.
—Hefesto es mi padrastro. Tengo sus baratijas por toda mi casa… y experiencia con algunos de sus artículos. Incluyendo esposas. El cerrojo en estas es definitivamente algo diferente.
______ (T.n) quería gemir por la frustración. Si Julián no podía ayudarlos, entonces ¿quién podría?
—¿Sabes para qué sirve?
—En realidad no, pero si pudieran entrar en la casa y salir así del campo de visión de mis vecinos, puedo preguntar.
Los ojos de Nicholas se oscurecieron peligrosamente.
—Ni siquiera lo intentes, —le dijo—. He enfrentado cosas muchos peores que un Skotos cabreado.
Nicholas lo miró amenazadoramente.
—Tendrás que dormir en algún momento.
—También tú.
______ (T.n) dejó escapar un sonido de disgusto.
—Tranquilos, chicos, tranquilos. Por favor. Tan sólo quisiera liberarme antes de morir por una sobredosis de testosterona.
Sin decir una palabra, Julián los guió dentro de la casa, hacia la sala de estar. ______ (T.n) sonrió ante la visión de los juguetes dispersados por el suelo en contraste con el resto de la inmaculada casa. Sobre la repisa de la chimenea había fotografías de Julián junto a una mujer de cabello oscuro y unos niños, dos varones y dos niñas. Aparentaban felicidad absoluta.
—No sabía que tenía hijos, —le dijo ella, enternecida por la visión.
El sonrió orgullosamente.
—Están en la casa de unos amigos con su madre. Estaba intentando armar un programa de estudios para mi nueva clase, aprovechando la tranquilidad y la falta de un bebé que garabatee mis notas. Su hermana mayor acaba de enseñarle cómo dibujar tulipanes y ha estado plantándolos por todos lados.
Para constatar sus palabras, había dos brillantes tulipanes rosa, de la altura de un bebé, dibujados sobre la pared tras ellos.
______ (T.n) se podía imaginar lo difícil que podría ser, idear material de estudio interesante y beneficioso mientras atendías a un bebé.
Personalmente, odiaba tener que preparar programas de estudio y eso sin contar con el... pensándolo bien, tenía a Jesse. Realmente podía identificarse con la situación de Julián.
—Siento que estemos molestándote.
—Descuida, —le dijo en un tono amistoso—. Si esta es la peor interrupción que tengo por el día, entonces me ha ido notablemente bien.
Después de eso y sin decir una palabra, Julián inclinó su cabeza hacia atrás y miró hacia el techo.
—Ey Ma, ¿tienes un minuto?
______ (T.n) miró hacia las escaleras, pensando que su madre estaría en la casa.
Resultó que no era el caso. Un destello de luz la dejó prácticamente ciega, antes de que una mujer rubia increíblemente hermosa surgiera ante Julián. Delgada y llena de gracia, vestía un traje de lana blanca; su madre parecía tan asombrada por la presencia de ______ (T.n) como ______ (T.n) lo estaba por la suya.
Sin mencionar el hecho de que no aparentaba ser si quiera un día mayor que él. ¡Santa hostia! ¡Había una real y viviente diosa ante ella! ¿Qué aparecería a continuación? ¿Un dragón? Así fuera Brad Pitt, estaría dentro de lo normal.
—¿Qué sucede? —preguntó Afrodita.
Julian señaló con la cabeza a Nicholas, que lucía su usual y amenazante mirada de ira.
—Tenemos un problema.
Afrodita se volvió e hizo una mueca.
—¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí? Creía que estabas muerto.
—Lo estoy. Gracias. Tú también te ves bien, para ser una vieja decrépita.
Afrodita lo miró como si sus palabras le dejaran un mal sabor de boca.
Nicholas la ignoró al tiempo que alzaba el brazalete hacia ella.
—Estoy aquí para quitarme esto, y si no es posible quitarlo, al menos quiero saber lo qué es y lo que hace.
______ (T.n) no creyó que la diosa pudiera lucir más asqueada y aún así se acercó amablemente. Al menos hasta que se rió.
—Lo juro por el río Styx, Nicholas, jamás he visto a nadie enfurecer más a los dioses que tú. ¿A quién has irritado esta vez?
Un músculo se tensó en la mandíbula de Nicholas.
—No juegues conmigo, Afrodita. ¿Qué es?
—Es un deamarkonian. Una bonita baratija creada por los dioses Atlantes para vencer lo invencible. No tenía idea de que aún existieran. ¿Dónde lo encontraste?
—Lo encontré prendido a mi muñeca. Ahora, ¿Qué es lo que hace exactamente?
Se encogió de hombros de la forma más grácil que ______ (T.n) hubiera visto.
—Vincula las fuerzas vitales de dos entidades. Tú y —se volteó hacia ______ (T.n)—tu pequeña amiga. Si uno de vosotros muere, el otro muere también. Los Atlantes lo usaban para matar a alguien más fuerte. Lo vinculas con alguien débil, entonces matas al débil para acabar así con el fuerte. Simple.
Nicholas maldijo.
—Oh, pero se pone aún mejor, —dijo Afrodita, arrugando la nariz en dirección a él—. Debéis permanecer juntos. Si os alejáis demasiado uno del otro, ambos moriréis.
______ (T.n) se quedó estática.
—¿Qué?
Ella asintió.
Nicholas maldijo otra vez.
—¿Cómo de lejos?
—No tengo idea. Adivino que lo descubriremos en cuanto uno de vosotros cruce el límite y ambos caigáis muertos.
Esta vez la maldición de Nicholas fue tan obscena que ______ (T.n) se sonrojó.
—No puedo quedarme atado a ti —le gruñó.
Ella abrió la boca ante sus palabras de furia.
—Como si tú fueras mi sueño hecho realidad. Créeme, ese retorcido sentimiento que tienes en tu estómago, lo comparto ampliamente.
Estrechó los ojos hacia ella, pero se rehusó a dejarse intimidar.
—¿Conoces alguna manera con la que podamos quitarnos esto? —le preguntó a Afrodita.
—No lo sé.
Por su expresión, ______ (T.n) adivinó que esa no era la respuesta que Nicholas quería.
—¿A qué te refieres con que no lo sabes? —le preguntó.
—¿Qué te pasa? ¿Estás ciego? No soy Atlante, el brazalete fue creado para acabar con nosotros, y eso significa que los dioses Atlantes que lo crearon no estaban realmente interesados en compartir sus debilidades. Si conoces a alguien vinculado a su panteón muerto, te sugiero que lo intentes con ellos. —Se volvió hacia Julian y sus facciones se suavizaron.
—Te veo luego, corazón. —Y se esfumó.
—¡Afrodita! —Nicholas gritó hacia el techo—. ¡Trae tu flaco trasero aquí!
______ (T.n) se mofó.
—No imagino por qué no respondería a eso—. Entrecerró los ojos hacia Nicholas.
—¿Dónde aprendiste modales? ¿En la prisión?
Él la miró como si pudiera visualizar sus manos alrededor de su cuello. A ella no le importaba, ya que casualmente, albergaba la misma fantasía con respecto a estrangularlo... preferentemente, con uno de esos brazaletes que los tenían vinculados.
Julián dejó escapar un largo suspiro al tiempo que apoyaba las manos en las caderas.
—Espero que seas amigo de Acheron. Es el único Atlante que conozco.
Nicholas no parecía muy emocionado al respecto.
—Dame su número.
______ (T.n) enarcó una ceja hacia Nicholas.
—¿Acaso no puedes hacerlo aparecer de la nada?
Julián se rió.
—Buena suerte. Es la única persona que conozco que puede ser más irritable que mi madre o incluso Nicholas. No invocas a Acheron. Lo solicitas amablemente.
—Estoy harto de que los dioses jueguen con mi vida —Nicholas gruñó mientras Julián le entregaba un trozo de papel con el número garabateado en él.
Un rayo de esperanza atravesó los ojos de Julián.
—Conozco el sentimiento. Pero a veces, la salvación llega en el momento menos esperado. Sus ojos se posaron sobre ______ (T.n).
—Y de parte de la persona menos probable.
Nicholas puso los ojos en blanco.
—No me vendas esa mierda. Estoy en una cuenta atrás. En veintidós días vuelvo al infierno. Mi única meta es asegurarme de que esta vez, no iré solo.
—Entonces te deseo suerte. —Julián les enseñó la puerta—. Si necesitáis algo más, hacédmelo saber.
______ (T.n) le dio las gracias antes de liderar el paso a través del porche. Le entregó el móvil a Nicholas mientras caminaba hacia el coche, estaba realmente sorprendida de que no los hubiera hecho aparecer dentro.
Después de todo, él estaba distraído. No dijo una palabra. Se limitó a coger el móvil y marcar el número con una expresión irritable, que era de algún modo, tentadora.
—Por supuesto que no estás disponible... —dijo en un tono gutural. Después, en un tono de voz más normal dijo, —Acheron, soy Nicholas. Cuando oigas los mensajes, necesito que me devuelvas la llamada. Tengo un problema y necesito que te pongas en contacto conmigo lo antes posible. Cerró el móvil y se lo devolvió.
______ (T.n) lo puso en su bolsillo trasero.
—¿Crees que responderá?
—No lo dudes.
Lo obligó a detenerse sobre la acera,
—¿Necesitas ser tan hosco cada vez que respondes?
—¿Y tú necesitas ser tan condenadamente alegre? Era demasiado pedir que me encadenaran a una muda depresiva o a alguna de esas tías que visten de negro y escriben patética poesía.
En su vida la habían ofendido tanto.
—¿Qué es lo que pasa contigo?
Sus ojos centellaron en la oscuridad.
—Agradece humana, que jamás podrás entenderlo.
¿Entender qué? ¿Qué él era un imbécil? No había excusa para eso.
—¿Sabes? no eres el único con problemas en esta ecuación. Resulta que yo tengo una vida y un trabajo. Lo último que necesito es cargar con un gorila de ciento cuarenta kilos con un resentimiento tan grande sobre sus hombros, que es un misterio que no le haya salido una joroba.
—No peso ciento cuarenta kilos.
Ella enarcó una ceja antes su respuesta.
—¿No niegas la parte del gorila?
—No.
Eso le quitó gran parte de su bravuconería. Era difícil atacarlo cuando parecía tan contento con el hecho de ser un monstruo.
—Eh, ¿______ (T.n)? —Había una nota de pánico en la voz de Jesse.
Ella se volvió a mirarlo.
—¿Si?
—¿Qué es eso?
Miró en la dirección que le señalaba. Alto y ágil, con ojos rojos que destellaban en la oscuridad.
Y se dirigía hacia ellos.
Capitulo 2 (Parte 3)
—¿Encontraste algo?
—Más bien, algo me encontró a mí.
—¿A qué te refieres? —preguntó, su voz denotaba miedo.
______ (T.n) consideró cual sería la mejor manera de contarle lo que había sucedido. No acostumbraba a andarse con rodeos. Además, si Tate trabajaba para los Dark-Hunters, tal vez estuviera al tanto de lo que era un Dream-Hunter.
—Mientras buscaba en los alrededores, un grupo de Daimons apareció y también… un Skotos.
Se rió nerviosamente.
—Me estás tomando el pelo, ¿no es cierto?
Nicholas enarcó una bonita ceja como si pudiera oír la conversación.
—No, —le respondió, alargando la palabra—y me estoy jugando que sabes de que se trata.
—Absolutamente. ¿Te han herido?
—Raspado, un poco. —Miró a la izquierda sobre el Canal—. Pero el meollo del asunto es que los Daimons me han abrochado algo en la muñeca y también en la del Skotos. No sabemos lo que es y necesitamos encontrar a alguien que lo sepa.
—Necesitas un oráculo. —Tate hizo que eso sonara como algo tan fácil.
______ (T.n) sacudió la cabeza.
—Sí, y nos encontramos un poquito alejados de Delphi, cariño.
—No tienes que ir a Grecia, nena. Conoces a Julián Alexander, ¿cierto?
Frunció el ceño ante el nombre tan familiar.
—¿El sexy profesor de historia?
—No es que lo considere sexy, pero sí.
Ella ignoró el sarcasmo.
—¿No estarás realmente diciéndome que él es un oráculo que habla con los dioses?
Tate rió con malicia.
—Prepárate, nena. Es hijo de Afrodita.
Por supuesto que lo era… ¿Por qué debería algo en este mundo tener sentido?
Dios santo, no es como si no estuviera sentada junto a uno de los hombres más guapos del mundo que también era un dios. O que tuviera un tonto fantasma adolescente sentado en el asiento trasero de su coche, tarareando la letra de la canción “Todos quieren dominar el mundo”, del grupo Tears for Fears.
Lo único que tenía sentido era que el buenorro del departamento de historia era también, un semidiós…
—Estaba segura de que no me gustaría la respuesta, —murmuró—. Y pensar que todo este tiempo, solo creí que se trataba de un profesor mono.
—Y todos tus alumnos creen que eres una excéntrica porque pareces hablar sola, cuando te descubren teniendo una conversación con Jesse.
—Por supuesto que lo creen. Vale, ¿cómo lo encuentro?
—Te daré su número.
______ (T.n) repitió el número para que Jesse la ayudara a recordarlo. Colgó la llamada con Tate, e inmediatamente llamó a Julián.
Cogió el teléfono a la tercera llamada.
—¿Dr. Alexander?
—¿Sí?
—No sé si me recordará, pero nos hemos encontrado en un par de funciones de la facultad. Soy la Doctora ______ (T.n) ______ (T.ape), la profesora de Examinación Médica y Patología…
—Sí, la recuerdo.
Eso era impresionante, dado que no tenía nada de especial. Era de estatura mediana, peso mediano, tenía el cabello ondulado de color castaño oscuro y ojos pardos y normalmente vestía en tonos beige o marrones, o usaba su bata blanca de laboratorio. Como regla general, no permanecía en la memoria de las personas. De hecho, su grupo de secundaria la había votado como la “Persona Con Más Probabilidades de Ser Olvidada” o “Que Se le Sentaran Encima Por Accidente”. El hecho de que el Dr. Alexander la recordara, le provocaba una pequeña e infundada emoción.
—Bien, porque estoy metida en algún tipo de embrollo.
—¿Y eso sería? —Aún a través del teléfono ella podía oír su tono de reserva.
Nicholas le arrebató el móvil de las manos y empezó a hablar con Julián en una lengua que ella ni siquiera pudo identificar. A pesar de eso, la suave y lírica cualidad del lenguaje era increíblemente sexy. Era el tipo de tono que podría calentar a una mujer aún si estuviera pidiendo una pizza. Odiaba el hecho de que le afectara.
Apuesto o no, era un cretino y lo último que una mujer necesitaba era alimentar su masivo y prepotente ego.
Pocos minutos después, le devolvió el teléfono.
—Va a darte indicaciones para llegar a su casa.
—Gracias, —le dijo fríamente. Tomó el teléfono que le entregaba. —¿Dr. Alexander?
—Llámeme Julián.
Escuchó mientras le explicaba como encontrar su casa. Afortunadamente, no estaban muy lejos.
No le llevó mucho tiempo encontrar el pequeño bungalow en las afueras de St. Charles. ______ (T.n) no había terminado de aparcar antes de que Nicholas los transportara hasta el porche.
—Sabes, eso es realmente molesto y desconcertante.
—No me importa en absoluto. —Llamó a la puerta.
______ (T.n) sacudió la cabeza y Jesse la imitó. Lucía tan encantado como ella.
Julián abrió la puerta con cara de pocos amigos. Nunca fallaba en conmocionarla la magnitud de lo apuesto que era ese hombre. Y no era la única que pensaba así. Sus clases estaban siempre colmadas de estudiantes femeninas que no querían otra cosa que mirarlo fijamente. El hecho de fuera uno de los mayores expertos en el mundo sobre civilizaciones antiguas era una especie de bonificación.
El buen doctor estrechó sus ojos ante Nicholas como si no pudiera creer lo que veía.
—Tienes emociones.
Nicholas curvó su labio.
—En realidad no. Solo tengo una. Ira. A menos que cuentes una insaciable sed de venganza como tal. Entonces serían dos.
El ceño de Julian se profundizó.
—Cómo es que puedes.
—Mira —Nicholas habló bruscamente—. No tengo tiempo para esto. Quita el brazalete para que pueda largarme a hacer lo que tengo que hacer.
—Tiene la idea fija, —explicó ______ (T.n).
—Sí, ya veo. —Julián dio un paso atrás—. Entra y déjame verlo.
Literalmente arrojó su brazo en la cara de Julián. El hombre era realmente odioso.
—Ahí.
—Tengo la sospecha de que ha sido criado por simios, —le dijo ______ (T.n) a Julián.
Rió por lo bajo antes de coger el antebrazo de Nicholas y examinar el brazalete mientras permanecían de pie en la entrada.
—Esto no es griego.
Nicholas se mofó.
—Por supuesto que lo es. Conozco el trabajo de Hefesto.
—También yo y esto no lo es. —Dobló su brazo para ver mejor el cerrojo.
—No puedo saberlo con exactitud, pero creo que el origen de esto es Atlante.
Aún no parecía del todo convencido.
—¿Estás seguro?
Julian asintió severamente.
—Hefesto es mi padrastro. Tengo sus baratijas por toda mi casa… y experiencia con algunos de sus artículos. Incluyendo esposas. El cerrojo en estas es definitivamente algo diferente.
______ (T.n) quería gemir por la frustración. Si Julián no podía ayudarlos, entonces ¿quién podría?
—¿Sabes para qué sirve?
—En realidad no, pero si pudieran entrar en la casa y salir así del campo de visión de mis vecinos, puedo preguntar.
Los ojos de Nicholas se oscurecieron peligrosamente.
—Ni siquiera lo intentes, —le dijo—. He enfrentado cosas muchos peores que un Skotos cabreado.
Nicholas lo miró amenazadoramente.
—Tendrás que dormir en algún momento.
—También tú.
______ (T.n) dejó escapar un sonido de disgusto.
—Tranquilos, chicos, tranquilos. Por favor. Tan sólo quisiera liberarme antes de morir por una sobredosis de testosterona.
Sin decir una palabra, Julián los guió dentro de la casa, hacia la sala de estar. ______ (T.n) sonrió ante la visión de los juguetes dispersados por el suelo en contraste con el resto de la inmaculada casa. Sobre la repisa de la chimenea había fotografías de Julián junto a una mujer de cabello oscuro y unos niños, dos varones y dos niñas. Aparentaban felicidad absoluta.
—No sabía que tenía hijos, —le dijo ella, enternecida por la visión.
El sonrió orgullosamente.
—Están en la casa de unos amigos con su madre. Estaba intentando armar un programa de estudios para mi nueva clase, aprovechando la tranquilidad y la falta de un bebé que garabatee mis notas. Su hermana mayor acaba de enseñarle cómo dibujar tulipanes y ha estado plantándolos por todos lados.
Para constatar sus palabras, había dos brillantes tulipanes rosa, de la altura de un bebé, dibujados sobre la pared tras ellos.
______ (T.n) se podía imaginar lo difícil que podría ser, idear material de estudio interesante y beneficioso mientras atendías a un bebé.
Personalmente, odiaba tener que preparar programas de estudio y eso sin contar con el... pensándolo bien, tenía a Jesse. Realmente podía identificarse con la situación de Julián.
—Siento que estemos molestándote.
—Descuida, —le dijo en un tono amistoso—. Si esta es la peor interrupción que tengo por el día, entonces me ha ido notablemente bien.
Después de eso y sin decir una palabra, Julián inclinó su cabeza hacia atrás y miró hacia el techo.
—Ey Ma, ¿tienes un minuto?
______ (T.n) miró hacia las escaleras, pensando que su madre estaría en la casa.
Resultó que no era el caso. Un destello de luz la dejó prácticamente ciega, antes de que una mujer rubia increíblemente hermosa surgiera ante Julián. Delgada y llena de gracia, vestía un traje de lana blanca; su madre parecía tan asombrada por la presencia de ______ (T.n) como ______ (T.n) lo estaba por la suya.
Sin mencionar el hecho de que no aparentaba ser si quiera un día mayor que él. ¡Santa hostia! ¡Había una real y viviente diosa ante ella! ¿Qué aparecería a continuación? ¿Un dragón? Así fuera Brad Pitt, estaría dentro de lo normal.
—¿Qué sucede? —preguntó Afrodita.
Julian señaló con la cabeza a Nicholas, que lucía su usual y amenazante mirada de ira.
—Tenemos un problema.
Afrodita se volvió e hizo una mueca.
—¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí? Creía que estabas muerto.
—Lo estoy. Gracias. Tú también te ves bien, para ser una vieja decrépita.
Afrodita lo miró como si sus palabras le dejaran un mal sabor de boca.
Nicholas la ignoró al tiempo que alzaba el brazalete hacia ella.
—Estoy aquí para quitarme esto, y si no es posible quitarlo, al menos quiero saber lo qué es y lo que hace.
______ (T.n) no creyó que la diosa pudiera lucir más asqueada y aún así se acercó amablemente. Al menos hasta que se rió.
—Lo juro por el río Styx, Nicholas, jamás he visto a nadie enfurecer más a los dioses que tú. ¿A quién has irritado esta vez?
Un músculo se tensó en la mandíbula de Nicholas.
—No juegues conmigo, Afrodita. ¿Qué es?
—Es un deamarkonian. Una bonita baratija creada por los dioses Atlantes para vencer lo invencible. No tenía idea de que aún existieran. ¿Dónde lo encontraste?
—Lo encontré prendido a mi muñeca. Ahora, ¿Qué es lo que hace exactamente?
Se encogió de hombros de la forma más grácil que ______ (T.n) hubiera visto.
—Vincula las fuerzas vitales de dos entidades. Tú y —se volteó hacia ______ (T.n)—tu pequeña amiga. Si uno de vosotros muere, el otro muere también. Los Atlantes lo usaban para matar a alguien más fuerte. Lo vinculas con alguien débil, entonces matas al débil para acabar así con el fuerte. Simple.
Nicholas maldijo.
—Oh, pero se pone aún mejor, —dijo Afrodita, arrugando la nariz en dirección a él—. Debéis permanecer juntos. Si os alejáis demasiado uno del otro, ambos moriréis.
______ (T.n) se quedó estática.
—¿Qué?
Ella asintió.
Nicholas maldijo otra vez.
—¿Cómo de lejos?
—No tengo idea. Adivino que lo descubriremos en cuanto uno de vosotros cruce el límite y ambos caigáis muertos.
Esta vez la maldición de Nicholas fue tan obscena que ______ (T.n) se sonrojó.
—No puedo quedarme atado a ti —le gruñó.
Ella abrió la boca ante sus palabras de furia.
—Como si tú fueras mi sueño hecho realidad. Créeme, ese retorcido sentimiento que tienes en tu estómago, lo comparto ampliamente.
Estrechó los ojos hacia ella, pero se rehusó a dejarse intimidar.
—¿Conoces alguna manera con la que podamos quitarnos esto? —le preguntó a Afrodita.
—No lo sé.
Por su expresión, ______ (T.n) adivinó que esa no era la respuesta que Nicholas quería.
—¿A qué te refieres con que no lo sabes? —le preguntó.
—¿Qué te pasa? ¿Estás ciego? No soy Atlante, el brazalete fue creado para acabar con nosotros, y eso significa que los dioses Atlantes que lo crearon no estaban realmente interesados en compartir sus debilidades. Si conoces a alguien vinculado a su panteón muerto, te sugiero que lo intentes con ellos. —Se volvió hacia Julian y sus facciones se suavizaron.
—Te veo luego, corazón. —Y se esfumó.
—¡Afrodita! —Nicholas gritó hacia el techo—. ¡Trae tu flaco trasero aquí!
______ (T.n) se mofó.
—No imagino por qué no respondería a eso—. Entrecerró los ojos hacia Nicholas.
—¿Dónde aprendiste modales? ¿En la prisión?
Él la miró como si pudiera visualizar sus manos alrededor de su cuello. A ella no le importaba, ya que casualmente, albergaba la misma fantasía con respecto a estrangularlo... preferentemente, con uno de esos brazaletes que los tenían vinculados.
Julián dejó escapar un largo suspiro al tiempo que apoyaba las manos en las caderas.
—Espero que seas amigo de Acheron. Es el único Atlante que conozco.
Nicholas no parecía muy emocionado al respecto.
—Dame su número.
______ (T.n) enarcó una ceja hacia Nicholas.
—¿Acaso no puedes hacerlo aparecer de la nada?
Julián se rió.
—Buena suerte. Es la única persona que conozco que puede ser más irritable que mi madre o incluso Nicholas. No invocas a Acheron. Lo solicitas amablemente.
—Estoy harto de que los dioses jueguen con mi vida —Nicholas gruñó mientras Julián le entregaba un trozo de papel con el número garabateado en él.
Un rayo de esperanza atravesó los ojos de Julián.
—Conozco el sentimiento. Pero a veces, la salvación llega en el momento menos esperado. Sus ojos se posaron sobre ______ (T.n).
—Y de parte de la persona menos probable.
Nicholas puso los ojos en blanco.
—No me vendas esa mierda. Estoy en una cuenta atrás. En veintidós días vuelvo al infierno. Mi única meta es asegurarme de que esta vez, no iré solo.
—Entonces te deseo suerte. —Julián les enseñó la puerta—. Si necesitáis algo más, hacédmelo saber.
______ (T.n) le dio las gracias antes de liderar el paso a través del porche. Le entregó el móvil a Nicholas mientras caminaba hacia el coche, estaba realmente sorprendida de que no los hubiera hecho aparecer dentro.
Después de todo, él estaba distraído. No dijo una palabra. Se limitó a coger el móvil y marcar el número con una expresión irritable, que era de algún modo, tentadora.
—Por supuesto que no estás disponible... —dijo en un tono gutural. Después, en un tono de voz más normal dijo, —Acheron, soy Nicholas. Cuando oigas los mensajes, necesito que me devuelvas la llamada. Tengo un problema y necesito que te pongas en contacto conmigo lo antes posible. Cerró el móvil y se lo devolvió.
______ (T.n) lo puso en su bolsillo trasero.
—¿Crees que responderá?
—No lo dudes.
Lo obligó a detenerse sobre la acera,
—¿Necesitas ser tan hosco cada vez que respondes?
—¿Y tú necesitas ser tan condenadamente alegre? Era demasiado pedir que me encadenaran a una muda depresiva o a alguna de esas tías que visten de negro y escriben patética poesía.
En su vida la habían ofendido tanto.
—¿Qué es lo que pasa contigo?
Sus ojos centellaron en la oscuridad.
—Agradece humana, que jamás podrás entenderlo.
¿Entender qué? ¿Qué él era un imbécil? No había excusa para eso.
—¿Sabes? no eres el único con problemas en esta ecuación. Resulta que yo tengo una vida y un trabajo. Lo último que necesito es cargar con un gorila de ciento cuarenta kilos con un resentimiento tan grande sobre sus hombros, que es un misterio que no le haya salido una joroba.
—No peso ciento cuarenta kilos.
Ella enarcó una ceja antes su respuesta.
—¿No niegas la parte del gorila?
—No.
Eso le quitó gran parte de su bravuconería. Era difícil atacarlo cuando parecía tan contento con el hecho de ser un monstruo.
—Eh, ¿______ (T.n)? —Había una nota de pánico en la voz de Jesse.
Ella se volvió a mirarlo.
—¿Si?
—¿Qué es eso?
Miró en la dirección que le señalaba. Alto y ágil, con ojos rojos que destellaban en la oscuridad.
Y se dirigía hacia ellos.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Bienvenidaa Faby Jonas :D
espero leerte muy seguido..!!
al igual que a las demás lectoras :D
espero leerte muy seguido..!!
al igual que a las demás lectoras :D
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
:affraid: :affraid: :affraid: SAY WHAT???
quedé igual que Jesse
Esta Nove está SUPER!!!! Simi la AAMAA!!!! Ojalá Akri les responda :lol: :lol: :lol:
quedé igual que Jesse
Esta Nove está SUPER!!!! Simi la AAMAA!!!! Ojalá Akri les responda :lol: :lol: :lol:
MarieMoonLight
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
nueva lectora:
holaa, me encanta la novela no puedo parar de leerla, porfavor siguelaa
holaa, me encanta la novela no puedo parar de leerla, porfavor siguelaa
Invitado
Invitado
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo dedicado a Faby Jonas y a Paubichito
CAPÍTULO 3 (Parte 1)
Nicholas la empujó hacia Jesse.
—Vosotros dos quedaos detrás.
______ (T.n) no pretendía discutir, teniendo en cuenta el tamaño de la criatura que se aproximaba y el hecho de que su piel parecía estar hirviendo y echando humo.
Vistiendo una capa negra que flotaba a su alrededor, ensombreciéndolo completamente, excepto por esos espeluznantes ojos rojos, fue por Nicholas tan rápido que ella apenas pudo distinguirlo.
Arremetieron uno contra el otro.
Nicholas hizo girar al demonio, que rodó y le disparó una bola de fuego. Él esquivó el fuego, luego echó su mano adelante, para reenviárselo a Smokey, el Demonio.
No funcionó.
El demonio se echó a reír.
—Pobre Nicholas. ¿Tienes problemas?
—¿Para patearte el trasero, Kaiaphas? Nunca.
La capa se desvaneció. En la oscuridad, la piel hirviente del demonio se articuló como si fuera cuero. Su rostro mutó al de una gárgola, mientras que el algodón de su vestimenta se convertía en una lustrosa armadura negra, que se ajustaba a los musculosos contornos de su cuerpo. Sus ojos aún destellaban como brasas brillantes en el fuego.
Kaiaphas sacó una corta espada y la hizo girar alrededor de su cuerpo antes de atacar a Nicholas, que esquivó la cuchilla. Una muñequera plateada apareció en su brazo, que no tenía el brazalete. Nicholas la usó para desasir la cuchilla de las manos del demonio. Pero antes de que pudiera capturarla, Kaiaphas la atrapó en su mano izquierda e intentó apuñalarlo una vez más.
Girando sobre sus talones, Nicholas empujó al demonio. Kaiaphas trastabilló, reincorporándose de inmediato.
Kaiaphas se echó a reír.
—Has mejorado.
—Sí, los críos crecen eventualmente. —Nicholas le lanzó un puntapié, pero Kaiaphas atrapó su pierna y le dio un tirón.
Nicholas dio una voltereta en el aire para aterrizar de pie. Echó a correr tras el demonio y lo cogió a la altura de la cintura. Ambos cayeron hacia atrás, aún luchando.
______ (T.n) quería correr, pero recordó, que mientras llevara el brazalete no podría alejarse demasiado sin provocar la muerte de ambos.
—Busca un arma —le susurró fuerte a Jesse, al tiempo que se ponía a buscar una rama de árbol o algo que le sirviera para ayudar a Nicholas a acabar con el demonio.
De pronto, Jesse maldijo.
______ (T.n) se giró a mirar a los combatientes, para ver que había causado tal reacción en Jesse. En un abrir y cerrar de ojos, Kaiaphas hizo girar la espada en su mano y apuñaló a Nicholas en el abdomen, atravesándolo de lado a lado.
Nicholas emitió un jadeo. La sangre se juntaba alrededor de la empuñadura de la espada, fluyendo sobre la mano de Kaiaphas.
El demonio se rió.
—Parece que tus habilidades no han mejorado lo suficiente, ¿eh? —Luego le dio un cabezazo a Nicholas. El golpe hizo tambalear hacia atrás a Nicholas, y la espada salió despedida de su cuerpo.
Cayó al suelo de rodillas, mientras Kaiaphas elevaba su espada para el golpe de gracia.
______ (T.n) apretó los dientes, mientras revivía en su mente las muertes de su madre y su hermano menor. Un sentimiento de ira infundada la sobrecogió, impidiéndole pensar racionalmente.
En ese momento, el demonio se convirtió en el foco de veinte años de frustración y desesperanza, a causa de un sistema legal que le había fallado. Y una rabia tan amarga, que casi podía saborearla.
Pensando sólo en salvar a Nicholas, ______ (T.n) cogió el spray pimienta del bolsillo de su abrigo y echó a correr hacia el demonio. Apartándolo de un empellón con toda su fuerza, contuvo el aliento y lo roció con el spray.
Kaiaphas tosía y escupía. Echando chispas por los ojos, corrió tras ella.
______ (T.n) se preparó para el ataque, pretendiendo defenderse sólo con sus manos. Pero antes de que la cogiera, algo lo apartó de un empellón.
Un destello de cabellos rubios le confirmó que se trataba de Julián, que traía un arma consigo. Interponiéndose en su camino, forzó al demonio a alejarse de ella y de Jesse.
Mientras él se ocupaba del demonio, ella corrió hacia Nicholas, que yacía en el suelo cubierto de sangre. Su rostro estaba pálido y temblaba visiblemente. La sangre brotaba a borbotones entre sus manos.
—Shh —le dijo ______ (T.n), apartándole la mano para poder verle la irregular herida—. Te tengo Nicholas. No te preocupes. —Se giró para mirar sobre el hombro—. Jesse, ve al camión y tráeme mi maletín de emergencia.
Jesse se apresuró hacia el vehículo mientras ella examinaba la herida en el vientre de Nicholas. Se veía espantosa. Y en cuanto lo tocó, el maldijo. Sus fosas nasales se dilataron y estaba segura de que la habría golpeado.
Afortunadamente, se desmayó antes de llevar a cabo la no pronunciada amenaza.
Ella elevó la mirada para ver a Julián envuelto en una impresionante lucha de espadas. Se movían tan de prisa, que sólo podía ver las chispas que centellaban cada vez que sus espadas chocaban. El sonido de metal contra metal era ensordecedor y envolvía todo excepto sus gruñidos e insultos.
De repente, en un movimiento fluido, Julián eludió al demonio y lo hizo a un lado antes de apuñalarlo en las costillas.
Tambaleándose hacia atrás, el demonio siseó, mostrando un juego completo de afilados dientes, antes de disolverse en la oscuridad. Todo lo que quedó atrás fue el hedor a sulfuro y algo que le recordaba a la melaza.
Julián estiró el cuello, como intentando percibir algo. Se giró hacia ella al tiempo que Jesse le alcanzaba el maletín. Ella se concentró en detener la hemorragia de Nicholas. No le resultaba fácil, especialmente, cuando empezó a sentir que se mareaba.
—¿Estás bien? —Le preguntó Jesse.
—No estoy segura.
Julián se arrodilló a su lado.
—Necesitamos sacarlo del punto de mira, si entiendes a que me refiero.
Ella ciertamente lo hacía. Habían sido afortunados, de que ningún coche circulara cerca durante la lucha… o peor aún, que el perro del vecino no hubiera necesitado un paseo.
—No podría estar más de acuerdo.
Un segundo después, estaban en la casa de Julián, en una habitación del segundo piso que estaba decorada en tonos verdes y cremas, y equipada con bonitas antigüedades Victorianas.
Ella y Julián se quedaron de pie junto al lecho de tamaño Queen mientras que Nicholas yacía sobre el mismo.
Jesse apareció un segundo después y arrugó la nariz.
—Esa es una herida repugnante. Debe doler.
Julián hizo una mueca al ver como emanaba sangre por el costado de Nicholas.
Sin decir una palabra, ella le rasgó la camisa a Nicholas. Contuvo el aliento y se acordó de una de las ventajas de su trabajo. Los cadáveres, no sangraban sobre su mesa de reexaminación. No había atendido a un paciente vivo desde que fuera una interna en la universidad.
Julián miró sobre el hombro.
—¿Cómo se encuentra?
—Esa… cosa, lo que sea que fuera, lo dejó hecho un desastre. La espada atravesó su cuerpo de lado a lado.
Julián hizo una mueca.
—Sí, esa herida duele bastante. Sufrí alguna de esas, tiempo atrás.
Ella decidió dejar pasar el comentario, mientras inspeccionaba la hemorragia sanguínea lo mejor que podía.
—Realmente necesito llevarlo al hospital, pero habiendo trabajado en la Sala de Urgencias durante años, sé la clase de preguntas que nos harán y que no podremos responder.
—Aguarda, os llevaré a uno.
Ella abrió la boca para protestar.
Julián levantó la mano para silenciarla antes de que empezara.
—Es un lugar seguro, llamado Santuario. La sala de hospital está equipada para este tipo de circunstancias. Es un lugar, donde aquellos que no son humanos pueden acudir en busca de auxilio. Tendrá todo lo que necesitas y no habrá preguntas sobre la procedencia de ninguno de vosotros.
Eso la hizo sentir mucho mejor.
—Bien. Porque a menos que empiece a curarse por sí mismo de inmediato, necesitará cirugía… rápido. O morirá.
La muerte, era una posibilidad que prefería evitar.
Julián miró la cama empapada de sangre e hizo una mueca de dolor.
—Debería haberte llevado allí antes de arruinar el edredón. Es lo que gano por intentar pasar por un humano todo el tiempo. A veces olvido mis propios poderes.
Lo próximo que supo, fue que se encontraban en algo parecido a un consultorio médico. El interior estaba revestido de acero, excepto por los pisos de baldosas blancas y las paredes también blancas, que estaban repletas de estanterías de vidrio atiborradas de medicinas. Había también una acolchada camilla, junto a la que se depositaban tres bandejas cubiertas de instrumentos médicos y quirúrgicos. Como le habían prometido, contenía todo lo que necesitaba para examinar a Nicholas.
Julián se situó a su lado, cargando a Nicholas en los brazos. Una tarea para nada sencilla, teniendo en cuenta que el hombre era varios centímetros más alto que él.
—Estoy desorientada —dijo ______ (T.n) en voz baja mientras la asaltaba una sensación de mareo. Se abrazó al maletín más cercano para orientarse.
Ignorándola, Julián gritó:
—¿Carson?
La puerta de la izquierda se abrió, para revelar la figura de un hombre alto, de origen Nativo Americano que los miró enfurecido. Su largo cabello negro estaba recogido en una firme cola de caballo y sus facciones afiladas, se asemejaban a las de un ave de rapiña.
—No gritéis. Tengo oídos extremadamente sensibles.
CAPÍTULO 3 (Parte 1)
Nicholas la empujó hacia Jesse.
—Vosotros dos quedaos detrás.
______ (T.n) no pretendía discutir, teniendo en cuenta el tamaño de la criatura que se aproximaba y el hecho de que su piel parecía estar hirviendo y echando humo.
Vistiendo una capa negra que flotaba a su alrededor, ensombreciéndolo completamente, excepto por esos espeluznantes ojos rojos, fue por Nicholas tan rápido que ella apenas pudo distinguirlo.
Arremetieron uno contra el otro.
Nicholas hizo girar al demonio, que rodó y le disparó una bola de fuego. Él esquivó el fuego, luego echó su mano adelante, para reenviárselo a Smokey, el Demonio.
No funcionó.
El demonio se echó a reír.
—Pobre Nicholas. ¿Tienes problemas?
—¿Para patearte el trasero, Kaiaphas? Nunca.
La capa se desvaneció. En la oscuridad, la piel hirviente del demonio se articuló como si fuera cuero. Su rostro mutó al de una gárgola, mientras que el algodón de su vestimenta se convertía en una lustrosa armadura negra, que se ajustaba a los musculosos contornos de su cuerpo. Sus ojos aún destellaban como brasas brillantes en el fuego.
Kaiaphas sacó una corta espada y la hizo girar alrededor de su cuerpo antes de atacar a Nicholas, que esquivó la cuchilla. Una muñequera plateada apareció en su brazo, que no tenía el brazalete. Nicholas la usó para desasir la cuchilla de las manos del demonio. Pero antes de que pudiera capturarla, Kaiaphas la atrapó en su mano izquierda e intentó apuñalarlo una vez más.
Girando sobre sus talones, Nicholas empujó al demonio. Kaiaphas trastabilló, reincorporándose de inmediato.
Kaiaphas se echó a reír.
—Has mejorado.
—Sí, los críos crecen eventualmente. —Nicholas le lanzó un puntapié, pero Kaiaphas atrapó su pierna y le dio un tirón.
Nicholas dio una voltereta en el aire para aterrizar de pie. Echó a correr tras el demonio y lo cogió a la altura de la cintura. Ambos cayeron hacia atrás, aún luchando.
______ (T.n) quería correr, pero recordó, que mientras llevara el brazalete no podría alejarse demasiado sin provocar la muerte de ambos.
—Busca un arma —le susurró fuerte a Jesse, al tiempo que se ponía a buscar una rama de árbol o algo que le sirviera para ayudar a Nicholas a acabar con el demonio.
De pronto, Jesse maldijo.
______ (T.n) se giró a mirar a los combatientes, para ver que había causado tal reacción en Jesse. En un abrir y cerrar de ojos, Kaiaphas hizo girar la espada en su mano y apuñaló a Nicholas en el abdomen, atravesándolo de lado a lado.
Nicholas emitió un jadeo. La sangre se juntaba alrededor de la empuñadura de la espada, fluyendo sobre la mano de Kaiaphas.
El demonio se rió.
—Parece que tus habilidades no han mejorado lo suficiente, ¿eh? —Luego le dio un cabezazo a Nicholas. El golpe hizo tambalear hacia atrás a Nicholas, y la espada salió despedida de su cuerpo.
Cayó al suelo de rodillas, mientras Kaiaphas elevaba su espada para el golpe de gracia.
______ (T.n) apretó los dientes, mientras revivía en su mente las muertes de su madre y su hermano menor. Un sentimiento de ira infundada la sobrecogió, impidiéndole pensar racionalmente.
En ese momento, el demonio se convirtió en el foco de veinte años de frustración y desesperanza, a causa de un sistema legal que le había fallado. Y una rabia tan amarga, que casi podía saborearla.
Pensando sólo en salvar a Nicholas, ______ (T.n) cogió el spray pimienta del bolsillo de su abrigo y echó a correr hacia el demonio. Apartándolo de un empellón con toda su fuerza, contuvo el aliento y lo roció con el spray.
Kaiaphas tosía y escupía. Echando chispas por los ojos, corrió tras ella.
______ (T.n) se preparó para el ataque, pretendiendo defenderse sólo con sus manos. Pero antes de que la cogiera, algo lo apartó de un empellón.
Un destello de cabellos rubios le confirmó que se trataba de Julián, que traía un arma consigo. Interponiéndose en su camino, forzó al demonio a alejarse de ella y de Jesse.
Mientras él se ocupaba del demonio, ella corrió hacia Nicholas, que yacía en el suelo cubierto de sangre. Su rostro estaba pálido y temblaba visiblemente. La sangre brotaba a borbotones entre sus manos.
—Shh —le dijo ______ (T.n), apartándole la mano para poder verle la irregular herida—. Te tengo Nicholas. No te preocupes. —Se giró para mirar sobre el hombro—. Jesse, ve al camión y tráeme mi maletín de emergencia.
Jesse se apresuró hacia el vehículo mientras ella examinaba la herida en el vientre de Nicholas. Se veía espantosa. Y en cuanto lo tocó, el maldijo. Sus fosas nasales se dilataron y estaba segura de que la habría golpeado.
Afortunadamente, se desmayó antes de llevar a cabo la no pronunciada amenaza.
Ella elevó la mirada para ver a Julián envuelto en una impresionante lucha de espadas. Se movían tan de prisa, que sólo podía ver las chispas que centellaban cada vez que sus espadas chocaban. El sonido de metal contra metal era ensordecedor y envolvía todo excepto sus gruñidos e insultos.
De repente, en un movimiento fluido, Julián eludió al demonio y lo hizo a un lado antes de apuñalarlo en las costillas.
Tambaleándose hacia atrás, el demonio siseó, mostrando un juego completo de afilados dientes, antes de disolverse en la oscuridad. Todo lo que quedó atrás fue el hedor a sulfuro y algo que le recordaba a la melaza.
Julián estiró el cuello, como intentando percibir algo. Se giró hacia ella al tiempo que Jesse le alcanzaba el maletín. Ella se concentró en detener la hemorragia de Nicholas. No le resultaba fácil, especialmente, cuando empezó a sentir que se mareaba.
—¿Estás bien? —Le preguntó Jesse.
—No estoy segura.
Julián se arrodilló a su lado.
—Necesitamos sacarlo del punto de mira, si entiendes a que me refiero.
Ella ciertamente lo hacía. Habían sido afortunados, de que ningún coche circulara cerca durante la lucha… o peor aún, que el perro del vecino no hubiera necesitado un paseo.
—No podría estar más de acuerdo.
Un segundo después, estaban en la casa de Julián, en una habitación del segundo piso que estaba decorada en tonos verdes y cremas, y equipada con bonitas antigüedades Victorianas.
Ella y Julián se quedaron de pie junto al lecho de tamaño Queen mientras que Nicholas yacía sobre el mismo.
Jesse apareció un segundo después y arrugó la nariz.
—Esa es una herida repugnante. Debe doler.
Julián hizo una mueca al ver como emanaba sangre por el costado de Nicholas.
Sin decir una palabra, ella le rasgó la camisa a Nicholas. Contuvo el aliento y se acordó de una de las ventajas de su trabajo. Los cadáveres, no sangraban sobre su mesa de reexaminación. No había atendido a un paciente vivo desde que fuera una interna en la universidad.
Julián miró sobre el hombro.
—¿Cómo se encuentra?
—Esa… cosa, lo que sea que fuera, lo dejó hecho un desastre. La espada atravesó su cuerpo de lado a lado.
Julián hizo una mueca.
—Sí, esa herida duele bastante. Sufrí alguna de esas, tiempo atrás.
Ella decidió dejar pasar el comentario, mientras inspeccionaba la hemorragia sanguínea lo mejor que podía.
—Realmente necesito llevarlo al hospital, pero habiendo trabajado en la Sala de Urgencias durante años, sé la clase de preguntas que nos harán y que no podremos responder.
—Aguarda, os llevaré a uno.
Ella abrió la boca para protestar.
Julián levantó la mano para silenciarla antes de que empezara.
—Es un lugar seguro, llamado Santuario. La sala de hospital está equipada para este tipo de circunstancias. Es un lugar, donde aquellos que no son humanos pueden acudir en busca de auxilio. Tendrá todo lo que necesitas y no habrá preguntas sobre la procedencia de ninguno de vosotros.
Eso la hizo sentir mucho mejor.
—Bien. Porque a menos que empiece a curarse por sí mismo de inmediato, necesitará cirugía… rápido. O morirá.
La muerte, era una posibilidad que prefería evitar.
Julián miró la cama empapada de sangre e hizo una mueca de dolor.
—Debería haberte llevado allí antes de arruinar el edredón. Es lo que gano por intentar pasar por un humano todo el tiempo. A veces olvido mis propios poderes.
Lo próximo que supo, fue que se encontraban en algo parecido a un consultorio médico. El interior estaba revestido de acero, excepto por los pisos de baldosas blancas y las paredes también blancas, que estaban repletas de estanterías de vidrio atiborradas de medicinas. Había también una acolchada camilla, junto a la que se depositaban tres bandejas cubiertas de instrumentos médicos y quirúrgicos. Como le habían prometido, contenía todo lo que necesitaba para examinar a Nicholas.
Julián se situó a su lado, cargando a Nicholas en los brazos. Una tarea para nada sencilla, teniendo en cuenta que el hombre era varios centímetros más alto que él.
—Estoy desorientada —dijo ______ (T.n) en voz baja mientras la asaltaba una sensación de mareo. Se abrazó al maletín más cercano para orientarse.
Ignorándola, Julián gritó:
—¿Carson?
La puerta de la izquierda se abrió, para revelar la figura de un hombre alto, de origen Nativo Americano que los miró enfurecido. Su largo cabello negro estaba recogido en una firme cola de caballo y sus facciones afiladas, se asemejaban a las de un ave de rapiña.
—No gritéis. Tengo oídos extremadamente sensibles.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
aayy noooo no se puede morir!!
gracias por el cap, estuvo genial pero tienes que seguirla pronto!!
bye
gracias por el cap, estuvo genial pero tienes que seguirla pronto!!
bye
Faby Evans Jonas
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