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"Dream Chaser" (Nick&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Oh Fuck..lo siento me re colge de la peor forma! ...ya les subo tres cap :D...las amo con mi vidaa...agregenme al face..soy Laah Shoomiinaah :P ... o solo manden mi msn que es: goodbye_and_goodnight@hotmail.com
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo 13
______ (T.n) y Nicholas se volvieron para ver a tres hombres, extremadamente altos y fornidos, que estaban parados en la calle detrás de ellos. El primero era delgado, su cabello negro azabache era corto por detrás y largo en el frente, caía sobre sus ojos. Los otros dos tenían el cabello de color caoba y la constitución física de levantadores de pesas. Pero por la cítrica esencia de su piel y el extraño brillo de sus ojos, podían haber pasado por humanos.
El de cabello oscuro se acercó.
—Misafy…—Siseó peligrosamente mientras los recorría con una mirada hostil.— ¿Qué os trae por aquí?
______ (T.n) se aproximó a Nicholas.
—¿Nos han insultado?
—Depende de si ser llamada ‘mestiza’ te resulta ofensivo o no. —Su mirada se encontró con la del Caronte—. He visto lo que los gallu le hicieron a uno de los tuyos. Os estaba buscando para averiguar el por qué.
El Caronte se acercó a ellos con un andar letal.
—Xedrix —advirtió el que se encontraba a la derecha—. No conocemos nada sobre ellos o sobre sus poderes.
Xedrix lo ignoró y siguió acercándose a ______ (T.n). Inclinándose, aspiró profundamente el aire entre sus cabellos.
Nicholas lo instó a desistir.
Los ojos de Xedrix destellaron peligrosamente entretanto se negaba a retroceder.
—¿Katika? —Le preguntó a Nicholas.
—Sí.
Xedrix se arrodilló ante ella.
Completamente desconcertada por lo que acababa de ocurrir, ______ (T.n) miró a Nicholas buscando una explicación.
—¿Katika? ¿Y eso qué es?
El demonio se puso de pie.
—Tú eres su dueña.
Ella elevó las cejas para expresar sorpresa. Ella ¿era la dueña de Nicholas? ¿En qué clase de universo paralelo sería eso posible?
—¿Lo soy?
Nicholas le advirtió con la mirada que no dijera una palabra más, antes de volver a fijar su atención en Xedrix.
—Pieryol akati. Venimos en son de paz. Ninguno de nosotros tiene una alianza con los gallu.
Xedrix se mofó.
—¿No? Apestais a nuestros peores enemigos. Griegos y gallu. ¿Y esperáis que crea que no tenéis intenciones de dañarnos?
El demonio que se encontraba a la derecha de ______ (T.n) dio un paso al frente.
—Mi hermano yace muerto. Opino que matemos al macho como venganza.
Xedrix le dedicó una mirada llena de odio tan malévola, que el demonio que había hablado la sintió sobre sus hombros.
—Conoces las leyes de tu gente. Él pertenece a una, que no se ha declarado nuestra enemiga.
—¡No serviré a una humana-gallu misafy!
Xedrix extendió su mano y el demonio flotó por el aire para aterrizar en su puño.
—Te has olvidado de algo, Tyris. La hembra viene a hablar en son de paz, nosotros la escucharemos. Puede que seamos brutales pero no somos salvajes.
Volvió su mirada hacia Nicholas antes de liberar a Tyris.
—Un sólo movimiento hostil y Katika o no, os mataremos.
Nicholas enlazó sus manos y las levantó en alto para que el Caronte pudiera verlas.
—No habrá guerra en tanto mi Katika no sea amenazada.
—Entonces tenemos un acuerdo. —Xedrix se movió a un lado y extendió el brazo para abrirles el paso—. Pieryol akati.
______ (T.n) frunció el seño.
—¿Qué significa eso?
—La paz es nuestro camino, mi señora. —Xedrix la siguió de cerca—. Seguid a Tyris.
Los guió hacia un edificio ubicado a la izquierda, donde se abría una puerta en el lado opuesto a un contenedor.
______ (T.n) parpadeó ante la densa oscuridad que los envolvió al entrar en lo que parecía la parte trasera de un club. Todo estaba pintado de negro, incluso el suelo. Arregladas cortinas negras separaban el área en la que se encontraban de una plataforma sobre la que colgaba un letrero con las palabras CLUB VAMPYRE.
Ella aún no perdía su cuota de ironía.
—Bonito nombre.
Los ojos de Xedrix centellearon rojos en la oscuridad.
—Puede que no sea humano, señora. Pero eso no significa que no perciba el sarcasmo cuando lo oigo.
—Lo siento.
Mientras Xedrix los guiaba a través de las cortinas, ______ (T.n) dejó escapar un grito sofocado. Había al menos una docena más de Carontes, y al contrario que Xedrix y sus dos compañeros, estos parecían demonios. Tenían cuernos en las cabezas y sus pieles se combinaban en infinitos colores, usualmente dos por criatura. Estaban veteados de tal manera, que resultaban verdaderamente atractivos. Sus ojos variaban del amarillo al blanco, al rojo y al negro. Al igual que sus cabellos, cuyos colores iban del negro al marrón o al caoba. Grandes alas de brillantes colores sobresalían de sus espaldas, proporcionándoles una extraña apariencia angelical que contrastaba con sus colmillos y sus físicos, perfeccionados para la batalla.
______ (T.n) dio un paso atrás y se topó con Nicholas, que parecía encontrar la escena totalmente admisible.
—Tal vez debería dejar mis llaves fuera.
—Tranquila, —le dijo Nicholas, envolviendo los brazos alrededor de su cintura para evitar que saliera corriendo—. Tú no eres quien corre peligro.
—¿Cómo lo sabes?
Señaló el grupo con un movimiento del mentón.
—Por naturaleza, los Carontes son una raza extremadamente matriarcal. Los machos están siempre al servicio de las hembras, que es la razón por la que dije que tú eres mi propietaria. Esa es la forma en que entienden el mundo. Y afortunadamente para nosotros, los machos no suelen ser tan beligerantes como las hembras.
—¿En serio?
Él asintió.
—Ya que no hay hembras presentes, asumo que estamos relativamente a salvo. Al contrario que las hembras Caronte, los machos sólo atacarán si se les ordena o amenaza. —La comisura de un lado de su boca se elevó—. Sabias palabras, no los amenaces. Yo soy bueno, pero en este momento, ellos me superan en número.
—Descuida. No tengo intenciones de herir su orgullo dentro de su guarida.
Nicholas la liberó.
—¿Dónde está vuestra Katika? —Le preguntó a Xedrix.
Éste cruzó los brazos sobre el pecho.
—No tenemos.
—¿Ha muerto?
Él negó con la cabeza.
—Somos Dikomai.
—Guerreros machos. —Nicholas susurró las palabras al oído de ______ (T.n), para que pudiera entenderlo.
—Algunos años atrás nuestra Katika fue atacada. Había un griego —escupió las palabras como si fueran la cosa mas desagradable que pudiera imaginar— un dios, que buscó liberarla de su cautiverio. Ella nos envió a proteger a su hijo y luchar contra los griegos que pretendían dañarlo. Nosotros vinimos y peleamos. Muchos sucumbieron y antes de que los pocos sobrevivientes pudiéramos regresar a casa, el portal se cerró, recluyéndonos en este reino.
Tyris frunció la boca.
—Y ahora estamos siendo atacados por los gallu. Que todos ellos ardan y perezcan entre las cenizas del escamoso culo de un dragón.
—Vaaale, —dijo ______ (T.n) en voz baja, pero había que darles crédito, esa era una buena maldición para dedicarle a alguien que no te gustara. Las imágenes lo decían todo.
—¿Porqué están atacando los gallu? —preguntó Nicholas.
Los machos se negaron a responder.
Nicholas negó con la cabeza, para que advirtieran que no sólo se estaban negando a compartirlo con él. Perfecto. Tan solo, perfecto.
—Dejadme intentarlo otra vez. ¿Qué es lo que ellos quieren que vosotros tenéis?
Los machos se acercaron para formarse hombro con hombro con los brazos cruzados. Una consolidada pared de acérrimo machismo.
______ (T.n) sacudió la cabeza ante lo que veía.
—Son ideas mías o, ¿alguien más siente que se envenena con tanta testosterona?
Nicholas hizo una mueca.
—¿Qué?
Ella extendió la mano.
—Míralos. Listos para luchar hasta la muerte antes que responder a una simple pregunta… ¿sabes?, se me ocurre que hay una sola cosa que haría que los hombres actuaran así, especialmente hombres provenientes de una sociedad altamente matriarcal, dispuestos a entregar sus vidas sin siquiera dialogar.
—¿Y eso sería?
—Una mujer.
Nicholas se paralizó al advertir que ella estaba en lo cierto. Era por lo único por lo que ellos estarían dispuestos a morir protegiendo.
¿Pero de quien se trataba?
—¿Dónde está la hembra? —preguntó Nicholas.
Xedrix dio un paso adelante y los miró con odio.
—¡Largaos!
—Está bien, Xedrix. —La voz era suave y tranquila, y enmarcada con la cadencia más musical que le era posible.
—No les temo.
Los demonios machos se apartaron al tiempo que una pequeña figura emergía en medio de ellos.
Cuando finalmente quedó a la vista, ______ (T.n) jadeó ante la frágil belleza. Vestía jeans y un largo suéter verde, era la misma mujer que se había mudado a un apartamento cercano al de ella, unas pocas semanas atrás.
Medía apenas metro y medio de alto, se asemejaba a una de las muñecas de porcelana que fabricaba Liza. Su piel y sus labios eran tan pálidos que parecían luminiscentes. Largo y platinado cabello flotaba alrededor de su pequeño, pero aún voluptuoso cuerpo. El único color que tenía era el de sus ojos plateados, que brillaban entre una gruesa franja de pestañas color negro azabache.
No había forma de que luciera más inofensiva o hermosa.
Pero los recientes poderes demoníacos de ______ (T.n) percibieron las letales habilidades de la pequeña mujer.
Esta era la Dimme de los gallu.
—Mi nombre es Kerryna.
Nicholas se interpuso entre ______ (T.n) y la Dimme.
—Los gallu y los Carontes son enemigos acérrimos. ¿Cómo es que ellos te protegen?
Kerryna extendió la mano hacia Xedrix que se arrodilló junto a ella, le dio un apretón para luego sostenerla contra su corazón.
La calidez se extendió a través de ______ (T.n) al comprender que ellos estaban enamorados.
Pero eso no cambiaba el hecho de que Kerryna había asesinado a Gloria, y a otros.
—No fui yo.
______ (T.n) parpadeó ante las suaves palabras de Kerryna.
—¿Qué?
—Yo no asesiné a Gloria. Sólo he matado a dos hombres desde que fui liberada, y te aseguro que ambos se merecían lo que les sucedió. Aún tú habrías decidido acabar con sus vidas.
Nicholas sacudió la cabeza con incredulidad.
—Estoy realmente confundido. Estaba presente cuando escapaste de tu guarida en Nevada.
Kerryna asintió.
—Te recuerdo a ti, al dios Sin y a su mujer Katra. El otro dios, Zakar, me persiguió durante interminables días, hasta que fui capaz de escapar de él y esconderme. Es una bestia persistente. Y fue difícil. No sabía nada de este mundo, de su gente o lenguas.
Nicholas podía entenderla. Algunas cosas aún le eran desconocidas, a pesar de contar con sus poderes divinos y de haber venido antes a ayudar a Katra y Sin.
—¿Por qué viniste aquí, a Nueva Orleáns?
Ella señaló a ______ (T.n) con el mentón.
—Somos primas. Su padre era mi hermano. Está en mi naturaleza necesitar a mi familia junto a mí, pero cuando la conocí, me di cuenta de que ella no estaba preparada para aceptarse a sí misma, o a mí. Sus poderes habían sido limitados. Su esencia, ocultada. Se creía humana y pensé que era mejor dejarla con esa ilusión.
—¿Sabes?, —dijo ______ (T.n) rodeando a Nicholas— para ser una asesina indiscriminada es notablemente lúcida y considerada.
Kerryna sonrió.
—A causa del miedo, mis hermanas y yo fuimos encerradas tan rápido, que nadie se preocupó por aprender nada sobre nosotras. A pesar de que nacimos de los gallu, nosotras no somos gallu. La diosa Ishtar nos dio el don de la compasión y la comprensión. Creo que ella sabía lo que habría de sucedernos y quería asegurarse de que no destruyéramos el mundo, del modo en que nuestro creador pretendía. Aún así, de ser todas liberadas, no se qué habría de suceder. Dos de mis hermanas no son tan bondadosas o solidarias. Ellas anhelan la sangre sobre todas las cosas.
Xedrix se puso de pie y enlazó un brazo protector sobre sus hombros. Ella alzó la mano para acariciar su antebrazo afectuosamente. Él la sostenía desde atrás, mientras miraba hacia ellos con recelo.
—Los gallu quieren llevársela para usarla. Yo no lo permitiré.
Kerryna se recostó contra él.
—Ellos asesinan para hacerme salir.
______ (T.n) suspiró.
—Sabes, cuanto más sé sobre los gallu, menos me gustan y más odio compartir un lazo genético con ellos.
Kerryna asintió comprensivamente.
—Los machos son difíciles de tolerar, por momentos. Al contrario que los Carontes, son dominantes y crueles. Para ellos, las mujeres son animales de cría o alimento.
______ (T.n) lanzó una reveladora mirada hacia Nicholas sobre su hombro.
Él no parecía para nada arrepentido.
—No puedo evitar asemejarme a ellos. Todos somos víctimas de nuestra herencia. Pero al menos yo escucho de vez en cuando.
Era cierto. Lo hacía, y eso lo convertía en semi-tolerable. Ella le sonrió.
—Bueno, ¿qué puedo decir? Después de todo, eres un dios.
La única señal de diversión que ella pudo percibir fue una sutil distensión alrededor de sus ojos. No era que lo culpara. Cuando estabas rodeado por una clase guerrera de demonios, probablemente era bueno no mostrar ningún tipo de humor.
Lo que le recordó la importancia del asunto.
—De acuerdo, aún tenemos a los gallu sueltos asesinando gente... y demonios. ¿Cómo les detenemos?
Xedrix frotó su rostro contra el cabello de Kerryna.
—Hemos intentado encontrar la manera, pero aún no se nos ha ocurrido nada. Mientras tengamos a Kerryna, ellos ni siquiera discutirán una tregua.
—No volveré con ellos. Todos los gallu son desagradables. —Ella miró a Nicholas y se sonrojó bellamente—. Sin ánimos de ofender.
—Está bien. Estoy habituado a los insultos. —Nicholas echó un vistazo a ______ (T.n). Ella farfulló.
—Yo no te insulto... mucho.
Nicholas no respondió. En vez de eso, entrecerró sus ojos hacia Xedrix.
—Sabes, se me acaba de ocurrir algo... ¿Eres capaz de abrir un portal hacia Kalosis?
Xedrix negó con la cabeza.
—Lo hemos intentando. Por algún motivo, no podemos hacerlo.
Nicholas chasqueó la lengua.
—Estás mintiendo Xedrix, puedo olerlo.
—Nos rehusamos a volver, —dijo Tyris con furia, mientras daba un paso al frente—. Éramos esclavos allí. Xedrix era la mascota de la Destructora. Lo trataba como a un tonto. No estaré a su merced ni un sólo día más. Fue una bendición escapar cuando lo hicimos. Preferimos morir aquí como agentes libres que regresar a lo que solíamos ser.
______ (T.n) miró a Nicholas con el ceño fruncido.
—¿La Destructora?
—Una antigua diosa Atlante llamada Apollymi cuyo esposo la apresó en Kalosis once mil años atrás.
______ (T.n) se preguntó que habría hecho la diosa para merecer tal sentencia.
—Que bien, y tú quieres ir a visitarla, ¿ah?
—No, no quiero. Lo que quiero es matar a Satara.
Ante la mención del nombre de Satara, más de la mitad de los demonios hicieron ruidos de disgusto.
—¡Mata a esa perra!
—Dásela de comer a la Destructora.
—Degolladlas a ambas.
______ (T.n) estaba impresionada por tanto veneno. Parecía que tanto Satara como la Destructora podrían beneficiarse con un seminario sobre como hacer amigos e influenciar a las personas, o en este caso, demonios.
—Guau, ese Kalosis, podría rivalizar con Disneylandia. Apúntame para la próxima excursión.
—Lo haría, pero dadas las circunstancias, un viaje hacía allí parece más difícil de conseguir que una entrada de sobra para un show de Hannah Montana.
______ (T.n) se rió.
—Muy bueno, un ejemplo de la actualidad.
—Puedes darle las gracias a Jesse. Está totalmente enamorado de Hannah. —Nicholas cruzó miradas con Xedrix—. ¿Qué tengo que hacer para convencer a uno de vosotros de que abráis el portal?
—No hay nada que puedas hacer.
Nicholas miró a Kerryna, y ______ (T.n) supo exactamente lo que estaba pensando.
Xedrix la empujó tras él y se tensó.
—No te alteres, —dijo Nicholas—. No pensaba en eso. Jamás amenazaría a tu mujer. Sólo estaba meditando en lo equivocado que estaba sobre ella.
______ (T.n) enarcó una ceja.
—¿En serio pensabas eso?
Su rostro denotó una gran ofensa.
—No, ¿tú también?
—Lo siento. Tienes razón, te conozco mejor que eso. Pero en mi defensa diré que la forma en que la miraste fue... espeluznante.
Nicholas le hizo una mueca y volvió su atención hacia el Caronte.
—Se que debe haber una manera en la que podamos ayudarnos mutuamente. Piénsalo. Necesito entrar a Kalosis.
Nicholas intensificó su anterior gesto, apretando sus manos juntas las elevó.
—Pieryol akati.
Xedrix inclinó su cabeza antes de repetir las palabras.
Nicholas la empujó hacia la puerta, pero antes de que se alejaran Kerryna los detuvo.
—Somos familia, —le dijo suavemente a ______ (T.n). Se quitó un collar con una pequeña piedra roja de su cuello y lo depositó en su palma—. Si me necesitas, coge el cristal con tu mano y llámame. Llegaré de inmediato.
—Gracias.
Kerryna la abrazó fuertemente.
—Hay fuerza en tu interior, ______ (T.n). Nuestra sangre es la más fuerte entre los gallu. Nunca lo olvides.
—Lo recordaré.
Kerryna le dio palmaditas en la mano.
—Trabajaré en Xedrix para ti, —le dijo amistosamente a Nicholas—. Si la venganza es lo que realmente quieres, encontraré la forma para que la consigas.
Con eso, ella los abandonó y regresó junto a Xedrix.
______ (T.n) se volvió hacia Nicholas.
—Ni siquiera es la hora de la cena y ha sido un día interesante. Estoy un poco asustada al pensar en lo que nos deparan las horas venideras. ¿Qué hay de ti?
—Cualquier minuto en que no esté siendo azotado por un látigo, es uno grandioso en mi opinión. —El estómago le dio un vuelvo ante la sequedad de su tono y ante el recuerdo del mundo que él había dejado atrás. Si Xedrix pensaba que el suyo era malo, debería probar con el de Nicholas—. ¿Realmente tienes que pensar en eso?
—Si pensara que hay una forma de evitarlo, créeme, lo haría. Pero ya he sido sentenciado. Y no puedes huir de un dios.
—¿Y si yo hablara con Hades?
Él se rió.
—Hades no va a escucharte. Todo lo que podemos hacer es tomar el tiempo que tengo y tratar de expeler al gallu para que estés a salvo cuando me haya marchado.
Cuando me haya marchado...
Esas palabras la hirieron y le provocaron una ola de dolor que le hizo perder el aliento. ¿Cómo pudo convertirse en algo tan importante para ella en tan poco tiempo?
Y aún así no podía negar lo que sentía. No quería que se fuera. Nunca.
No pienses en eso.
Ella encontraría la forma de resolver esto. Una forma de acabar con todo sin que le costara la libertad a Nicholas. Tenía que hacerlo.
La única alternativa posible le era totalmente inaceptable.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Capitulo 14
______ (T.n) canceló su clase vespertina. Entre sus poderes, que aún la hacían sentir enferma, todo el caos que generó el ataque de los demonios, y la inesperada pérdida de control sobre su cuerpo, creyó que sería lo más seguro para sus alumnos. Lo último que necesitaban era ver cómo los ojos de su profesora se volvían rojo brillante.
O peor aún, que alguno resultara devorado por un gallu. La Dirección seguramente estaría en desacuerdo
Y también el pobre estudiante.
Entretanto, estaba aprendiendo ciertas cosas sobre sí misma y sobre sus nuevos poderes. Nicholas había cambiado de lugar los muebles de la sala de estar para poder enseñarle movimientos específicos para combatir a los gallu y ponerlos a llorar. Su favorito hasta el momento era asqueroso, pero altamente efectivo.
El escupitajo ácido.
Se pasó la mano por la nuca mientras miraba la taza metálica que acababa de destruir.
—Me siento como un extraterrestre de una película interespacial.
Nicholas la miró seductoramente antes de apretarse contra ella y decirle por lo bajo en el oído:
—Por suerte para mí, tú tienes mucho mejor aspecto.
Sonrió ante el cumplido y su cuerpo entero se calentó por el contacto.
—¡Uuuh! —dijo Jesse, deslizándose dentro de la habitación.
—Alguien ha movido los muebles. ¡Fabuloso!
Antes de que ______ (T.n) pudiera hablar, comenzó a sonar “Debería irme o debería quedarme”, de Clash.
—Jesse…
Éste empezó a bailar como un pollo.
—Oh, venga, Sim. Son los Clash. Debes bailar.
Le aferró la mano y la hizo girar.
Riéndose, ella sacudió la cabeza y se unió al famoso baile del Cuello del Pollo que solían realizar, generalmente, cuando se encontraban solos.
Gloria emitió un chillido de satisfacción antes de unírseles.
Nicholas se quedó atrás, observándolos a los tres con el ceño fruncido. Nunca en toda su existencia había observado algo tan extraño. Pasaron de bailar en fila como pollos, a bailar como robots, para terminar con algo que parecía twist. Si tenías algún tipo de problema espinal. Y luego comenzaron a bailar el “DO-SI-DO ” . La canción no duró mucho más y luego sonó “Los chicos no lloran, yo quiero ser un cowboy.”
Jesse apuntó a Nicholas con un dedo, luego con ambos y simuló que le disparaba mientras entonaba la canción.
Nicholas se restregó la mejilla.
—Os habéis vuelto locos.
______ (T.n) se rió.
—Venga, Ted —le dijo, usando el nombre del cowboy en la canción—. Baila con nosotros.
—Jamás, en mi toda mi larga existencia, he bailado.
—Y yo tampoco había sido capaz de oír los latidos de otra persona a un metro de distancia, hasta el día de hoy. —Lo cogió por los brazos y lo arrastró hacia el grupo—. Baila conmigo, Nicholas. Nadie se reirá de ti aquí. Confía en mí, si no nos hemos burlado de la falta de gracia de Jesse, jamás no burlaremos de ti.
Se sintió totalmente ridículo durante los primeros diez segundos. Pero moverse al unísono con ______ (T.n), mientras sus ojos destellaban, le hizo olvidar el hecho de que probablemente parecía un idiota.
La música continuó con “Más vale que seas bueno conmigo”, de Tina Turner.
—¡El baile del mono! —gritó Jesse.
Nicholas intercambió una mirada perpleja con Gloria, que se encontraba tan perdida como él.
______ (T.n) se recostó a su lado y le mostró como levantar una mano cada vez, siguiendo el ritmo de la música.
—Ahora, a mover la cola como un mono… Es el baile del mono.
Nicholas se rió, y por primera vez en su vida, no fue una risa amarga o burlona. Era una risa real, honesta, que surgía desde lo más hondo de las entrañas y que lo conmovió en lo más profundo de su ser. Santos dioses, se estaba divirtiendo. Verdaderamente, se estaba divirtiendo.
Nunca, pero nunca, había hecho tal cosa.
Entonces, así es como se sentía la verdadera diversión. Con razón las personas la buscaban. La diversión era increíble.
Los minutos y las canciones pasaron volando mientras disfrutaban de estar juntos, actuando como estúpidos totales. ______ (T.n) giró sobre sí misma, riéndose, hasta caer en el sofá.
—Oh, estoy envejeciendo. No puedo seguir el ritmo.
Jesse y Gloria continuaron bailando mientras Nicholas se sentaba junto a ella.
—¿Te encuentras bien?
Ella se rió.
—Acalorada y sudorosa. ¿Y tú?
—Igual. ¿Hacéis esto muy a menudo?
Ella le sonrió mientras observaba como Jesse y Gloria bailaban juntos.
—Al menos una vez a la semana. Pero no siempre movemos los muebles.
Nicholas le retiró un mechón de cabello del rostro, pero en cuanto la tocó, se dio cuenta de que había cometido un error. Una hola de calor le abrasó la entrepierna.
Gruñendo por la ferocidad del repentino deseo, se inclinó hacia ella y le capturó los labios.
______ (T.n) gimió suavemente al sentir el sabor de Nicholas. Su corazón se aceleró mientras hundía las manos en su grueso cabello negro y dejaba que los mechones se le enredaran entre los dedos. La incipiente barba le arañaba la piel, haciéndola arder de necesidad. Cerrando los ojos, se imaginó en la cama con él… desnuda.
En el momento en que ese pensamiento apareció en su mente, estuvo en la cama con él, completamente desnuda.
—Oh, Dios mío —dijo ella por lo bajo, retirándose y sintiendo que una ola de mareo la asaltaba.
Con un brillo maligno en los ojos, Nicholas se rió.
—Creo que me gusta el hecho de que aún no controles tus poderes. Siempre que no nos materialices desnudos en algún lugar público, por mí está bien.
Aferrando fuertemente la sábana contra su desnudo cuerpo, ella chilló indignada.
—No puedo creer que hiciera esto.
—No te avergüences.
Se le arrimó y entonces le mordisqueó la comisura de la boca.
______ (T.n) titubeó. Una parte de ella quería fugarse precipitadamente de la cama, pero la otra parte estaba absolutamente deseosa de estar ahí. Ya habían pasado por tantas cosas. Más que eso, había tocado su corazón y su vida de forma que ningún otro hombre había hecho jamás.
Sonriéndole, depositó una mano sobre la áspera mejilla. Sus ojos azules eran cautivadores. En ellos vio la necesidad y el calor de su pasión. Pero no la estaba presionando. Aguardaba, para asegurarse de que estuviera bien.
Este solo hecho acabó con la poca resistencia que le quedaba.
Rodó hasta sus brazos y lo besó.
Nicholas tembló de alivio ante estas acciones. Ella se había acercado a él.
Incapaz de soportarlo, la besó ferozmente mientras rodaba sobre la espalda para acomodarla sobre su torso. Siseó ante lo bien que se sentían aquellos pechos contra su pecho desnudo. Y ante la sensación de las piernas desnudas deslizándose entre las de él.
—Eh, Sim, qué… —Las palabras se convirtieron en un alarido de horror que parecía más el de una niña pequeña que el de un muchacho adolescente. Jesse corrió a través de la pared para escapar.
—La próxima vez, llama —le gritó Nicholas.
Jesse respondió algo, pero fue silenciado por el estéreo.
______ (T.n) no dejó que la interrupción la desconcertara. Vería a Jesse más tarde. En ese momento, sólo quería estar con Nicholas. Tenía algo que la cautivaba.
Una vez más, él rodó sobre ella, presionándola contra la cama.
—Eres tan hermosa —gruñó, mordisqueándole los labios antes de enterrar el rostro contra su cuello. Le dejó un rastro de ardientes besos desde el cuello hasta los senos.
______ (T.n) arqueó la espalda y lo acercó con fuerza, al tiempo que le deslizaba una mano por la espalda y notaba cómo sus músculos se flexionaban. Se sentía completamente excitada por la sensación de esos labios sobre su piel. Por la cálida y masculina esencia de su cuerpo.
Él miró por encima de sus senos para deslizarse más abajo, hacia el vientre, y luego más abajo aún.
Nicholas se tomó su tiempo para probarla, mientras enterraba en su interior la mano derecha y probaba delicadamente los pliegues de su cuerpo. Ella jadeó y se sacudió en respuesta. Sonriéndole, él trazó un círculo, disfrutando de lo húmeda que estaba ya. Su propio cuerpo ardía ante el pensamiento de tomarla. Pero no quería que acabara tan rápido.
Quería saborearla.
Con este único pensamiento en mente, le separó las piernas antes de retirar la mano y deslizar la lengua por su centro.
______ (T.n) emitió un quejido de gozo y enterró la mano en el cabello de Nicholas. Su lengua estaba obrando magia. No sabía el porqué, pero era mucho más que sexo. Había algo más en el hecho de estar ahí con él…
Lo necesitaba. Era como si tocara mucho más que su cuerpo. Tocaba su corazón. Su alma. Y quería que él sintiera lo mismo.
Nicholas la acarició con la nariz, dejando que la esencia de su cuerpo lo marcara. Apretando los dientes, recostó la cabeza sobre su vientre y disfrutó de la sensación de las manos en su cabello. Era tan delicada con él. Tan dulce. Jamás hubiera pensado en tocar a otra mujer de esta forma. Permitir que le tocara.
Esto era mucho mejor que cualquier sueño que hubiera tenido. Aquí, por un momento, podría fingir que le pertenecía a alguien. Que le importaba a alguien. Era una estupidez, lo sabía. Eran desconocidos. Jesse era su familia, no él. Se marcharía en unas pocas semanas y ella seguiría adelante con su vida mientras regresaba al infierno.
Pero aquí, por un momento, estaba con ella.
—¿Me echarás de menos? —Tan pronto como esas palabras abandonaron sus labios, deseó no haberlas pronunciado.
—Por supuesto que lo haré, Nicholas. No quiero que te marches.
Esas palabras se grabaron en su corazón. ¿Las decía en serio? Quería creerla. Pero Satara le había hecho juramentos similares.
Hasta le había dicho que lo amaba.
¿Cómo había podido jugar con él de esa manera? En cambio, ______ (T.n) no parecía el tipo de mujer que mentiría sobre sus sentimientos. Se reía cautivadoramente. Vivía su vida honestamente.
Tocarla era como tocar el sol. Cálido, brillante. Reparador.
Se elevó sobre ella para poder mirarla a los ojos. Podría mirarlos para siempre. Deslizándose sobre su cuerpo, le tomó el rostro entre las manos y le besó la punta de la nariz antes de sumergirse en su interior.
Un gemido se escapó de sus labios por lo bien que se sentía. Mordiéndose el labio, se hundió profundamente en ella, mientras miraba fijamente aquellos ojos tan repletos de bondad hacia él.
Y en ese momento, descubrió una devastadora verdad. Había vendido su alma por la causa equivocada.
Debería haberla vendido por el amor de ______ (T.n). Para ser parte de su mundo para siempre…
Era tan injusto encontrarla ahora que no tenía más elección que partir. El pensamiento le provocó un escalofrío. Presionó la mejilla contra la de ella, y escuchó sus cortos y jadeantes suspiros mientras aceleraba los envites.
______ (T.n) acunó a Nicholas entre los brazos y dejó que la fuerza de su cuerpo la transportara a la cima del placer absoluto. ¿Quién hubiera imaginado que un demonio pudiera ser tan tierno? Pero él lo era. La abrazaba como si fuera indescriptiblemente preciada. Como si temiera que se rompiera.
La única parte de su cuerpo que corría peligro era su corazón. Había perdido a todas las personas que habían significado algo en su vida.
Sólo Jesse había sido una constante. Y ahora tendría que perder a Nicholas. No estaba bien.
Gimió cuando él se hundió tan profundo en su cuerpo que le tocó el alma. Elevó las caderas, permitiéndole ir aún más adentro, hasta que se sintió caer.
Emitiendo un grito, se corrió en un deslumbrante estallido de liberación
Él rió triunfalmente antes de moverse más rápido contra ella. Cuando se corrió, gruñó como un animal salvaje que hubiera sido domado temporalmente.
______ (T.n) se aferró a él en la oscuridad y lo escuchó respirar entrecortadamente junto a su oído.
—No te dejaré ir sin pelear, Nicholas. Hades no podrá recuperarte. No lo permitiré.
Nicholas hizo una mueca de dolor ante unas palabras que le tocaron el corazón. El hecho de que las pronunciara significaba un mundo para él. Pero sabía por experiencia propia que no convenía confiar en las palabras susurradas en los brazos de un amante. La mayoría de las veces eran palabras vacías.
Además, las palabras eran fáciles. Los hechos eran lo difícil. La gente salía a la calle con buenas intenciones, pero en cuanto el camino se ponía peligroso o difícil, se daban por vencidos. No había razones para creer que ______ (T.n) fuera diferente del resto.
No valía la pena luchar por él. Todo lo que podía ofrecerle era un futuro truncado.
Pero era agradable fingir que podía tener fe en su convicción. Que lucharía por él y no lo entregaría a sus enemigos…
—¿Nicholas?
Se movió hacia un lado y la atrajo hacia sus brazos.
—¿Sí?
—¿Amabas a Satara?
—Eso creía, pero me di cuenta muy tarde de que no entiendo el amor. Es una emoción humana.
—Mi padre lo sintió.
—Fue una excepción, igual que tu madre.
Ella levantó la vista hasta él.
—¿Tú no crees en el amor?
—Creo que existe. Tan solo que no creo que nunca exista para mí.
Suspiró antes de volver a acurrucarse sobre él.
—¿Qué sucedió para que odies a Satara del modo en que lo haces?
Él se quedó en silencio, con una mano entre sus cabellos, mientras un dolor irrefrenable lo atravesaba. Jamás le había contado a nadie lo que había sucedido, pero mientras yacía ahí con ______ (T.n), la verdad le salió a borbotones antes de que pudiera detenerse.
—Hice un trato con Jaden para aceptar su castigo.
—¿Qué?
Dejó escapar un largo suspiro.
—Le enseñé a Satara cómo caminar en los sueños de las personas. Le permití usar mis poderes y manipularlos.
—¿Por qué hiciste algo así?
—Por la misma razón por la que tú bailas con Jesse. Los sueños eran el único lugar en el que tenía emociones. Cuando Satara se unía a mí ahí, me sentía un hombre. Y pensé que la quería. En ese momento, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para hacerla feliz.
—¿Pero no la amabas?
Hundió la mano entre los cabellos y los desparramó sobre su pecho. Saboreó la fresca y cosquilleante sensación que le producían.
—No. Y ella tampoco me amaba a mí, aunque dijera que sí lo hacía. Me usó a mí y a mis poderes para poder atacar a las personas y torturarlas mientras dormían indefensos.
El corazón de ______ (T.n) dio un vuelco ante lo que describía.
—¿Qué?
—Esa es la maldición de los Skoti. Si visitamos demasiado a una persona, podemos desgastarlos y asesinarlos, o hacerles perder la razón. Satara usaba mis poderes para poder asesinar a aquéllos que no le gustaban.
Nicholas respiró entrecortadamente al recordar el fatídico día. Satara se había vestido de rojo. Su rubio cabello floraba alrededor de ella, haciéndola parecer un ángel mientras corría para arrojarse a sus brazos.
—Nicholas, ayúdame, por favor… —Sus ojos brillaban por las lágrimas.
Nunca la había visto llorar.
—¿Qué va mal?
—Zeus y Hades van a matarme. No se lo puedes permitir.
—¿Matarte? ¿Por qué motivo?
—Por los sueños que me enseñaste. Ellos… ellos dicen que yo hice algo mal, pero las personas que asesiné lo merecían. ¿Tú me crees, no es así?
—Por supuesto.
Ella le sonrió y entonces estuvo perdido.
—Por favor, no me dejes morir, Nicholas. Te amo. Siempre te amaré.
Dioses, qué tonto había sido al creerla.
______ (T.n) tragó saliva y el nudo en su estómago se acentuó. Sabía lo que había hecho después.
—Invocaste a Jaden.
Él asintió.
—Le entregaría mi alma a cambio de que hiciera creer a los otros dioses que era yo quien había torturado a los humanos. Satara me había prometido que cuando muriera, vendría al Tártaro y me alimentaría con semillas del jardín de la Destructora.
______ (T.n) frunció el ceño al tratar de comprenderlo.
—¿Para que querías comer semillas?
—Me habrían aniquilado por completo. Cada faceta de mi ser habría sido despojada de su existencia.
______ (T.n) emitió un jadeo ante el horror de lo que describía.
—¿Por qué querrías algo así?
Él le tomó la mano y la frotó sobre las cicatrices que estropeaban su torso.
—No quería sangrar eternamente por algo que no había hecho. Estaba dispuesto a morir por ella y quería asegurarme de no sufrir eternamente.
______ (T.n) hizo una mueca por el dolor que sintió por él.
—No cumplió con su parte del trato.
—No. En vez de hacerlo, vino y se rió de mí por mi estupidez. —Sus ojos se volvieron rojos—. Incluso por un tiempo, les ayudó a torturarme. La miraba fijamente, deseando una parte de su carne con tantas ganas, que casi podía saborearla.
______ (T.n) se cubrió la boca con la mano al sentir bilis en la garganta.
—¿Cómo pudo hacer algo así?
—Es una perra desalmada y ahora entiendes por qué no puedo volver al infierno y no llevarla conmigo. No soy el único hombre al que ha jodido, pero, por los dioses del Olimpo, quiero ser el último.
Sí, ahora lo entendía, pero el entendimiento no cambiaba el hecho de que no quería que resultara herido. O peor aún, muerto.
—Yo jamás te traicionaría así.
La mirada de él se suavizó, pero en lo profundo de sus ojos vio un atisbo de duda que la hirió.
¿Cómo podría ganarse la confianza de un hombre que había sido tan profundamente traicionado?
______ (T.n) recostó la cabeza contra la peor de las cicatrices de su torso y le puso una mano entre las suyas. De alguna manera se ganaría su confianza. Ya no estaba solo en esta lucha.
—Satara merece pagar por lo que hizo.
¿Cómo podía alguien, después de haber recibido tanto, volverse contra la persona que le había dado todo? Era cruel y aún más que cruel.
—Créeme, lo hará. Aunque tenga que descender al infierno y arrastrarla del pescuezo.
______ (T.n) sacudió la cabeza.
—Ahí está el pequeño rayito de sol que conozco tan bien. Siempre listo para animar a las personas.
—Vale, podría ser peor.
—¿Peor, cómo?
—Honestamente, no lo sé. Pero es lo que dicen los humanos, por lo tanto, pensé que sería apropiado.
______ (T.n) se rió hasta que vio la escritura sobre el brazo.
—¿Qué es esto?
Él le cubrió la mano con la suya.
—Es un recordatorio que escribí sobre el motivo por el que debo tener la sangre de Satara. Por el que no puedo abandonar mi búsqueda. Sin importar las tentaciones.
______ (T.n) aferró con su mano las palabras. Qué triste que las hubiera marcado ahí. Se preguntaba si habría alguna manera de borrarlas y reemplazarlas por algo más agradable.
Stryker se detuvo al avistar a su hermana escribiendo en el escritorio.
—¿Qué estás haciendo?
Ella dio un salto, luego cubrió la hoja con un libro.
—Escribo una carta.
—¿Para quién?
—Es personal. —Se puso de pie y se le acercó tranquilamente—. Tengo buenas noticias para ti. Los gallu han encontrado a la Dimme.
Stryker enarcó una de sus cejas con interés.
—¿En serio?
Ella asintió.
—Una Dimme podría acabar con la Destructora, ¿no es así?
Esa era la teoría.
—La necesitamos.
—No… —dijo Satara con una sonrisa maligna—, tú la necesitas. Pero hay un pequeño inconveniente.
—¿Y cuál es?
—¿Recuerdas cuando Dionisio casi abre el portal hacia Kalosis y Apollymi envió su Caronte para detenerlo?
Por supuesto que lo recordaba. Apollymi había estado lívida ese día.
—Fueron enviados para evitar que Acheron muriera, pero sí, lo recuerdo. ¿Qué pasa con eso?
—No todos los Carontes sucumbieron. Parece que un gran número sobrevivió y ahora protegen a nuestra Dimme.
Stryker se atragantó.
—¿Los Caronte están custodiando a una Dimme? ¿Es que se acerca el fin del mundo y se me pasó leer el memorandum? ¿Cómo demonios ha ocurrido?
—No estoy segura. Pero si alguien… —lo miró inquisitivamente— me prestara algunos de sus Daimons Spathi, yo podría ser capaz de coger a la Dimme. Después podemos usarla para acabar con mi asunto sobre Nicholas y tu problema con la Destructora. ¿Qué opinas?
Sonaba como una buena idea, pero también una bastante arriesgada. A pesar de que sus Sphati estaban muy bien entrenados y eran asesinos sobresalientes, también lo eran los Caronte. Lo último que quería era mermar su ejército. Sin embargo, si pudiera asesinar a Apollymi y reclamar sus poderes como propios, valdría la pena perder algunas docenas de soldados.
—Muy bien, hermana. Tendrás los soldados que quieras. Tan solo recuerda que si fallas, toda la culpa caerá sobre tu cabeza. Yo no sé nada de este plan.
—No te preocupes, Stryker. No tengo intención de fallar. Y para mañana, nuestros problemas estarán resueltos.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Ammm...koso...se que les dije que iba a subir 3 caps...pero...koso...faltan 2 caps y kosoo...termina D: ...pero tengo una nove hermosa para subir jeje...es la razon de mi nick :$ <3 :oops:
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
OOOO: por dios!
Satara es una perr'a asquerosa :x le odioo!!
Tan bello nick :B me lo imagino bailando como jesse jajaja
Siiguela :)
Satara es una perr'a asquerosa :x le odioo!!
Tan bello nick :B me lo imagino bailando como jesse jajaja
Siiguela :)
maiih* [:
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
dios adoro la nove
es prima de la dimme....
las dime que son 7 son mas poderosas que las caronte??
odio a satara me alegra los que pasa en la de Ash se lo merece jajaj
soy malaaa plis pliss siguela y cual es la prox que subiras???
es prima de la dimme....
las dime que son 7 son mas poderosas que las caronte??
odio a satara me alegra los que pasa en la de Ash se lo merece jajaj
soy malaaa plis pliss siguela y cual es la prox que subiras???
#Fire Rouge..*
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
ay noo ya va a terminar :(
me encantaron los caps
please siguela pronto :)
me encantaron los caps
please siguela pronto :)
Faby Evans Jonas
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Chiiicas, perdon por la tardanza aca les dejo cap :)
Capitulo 15
Nicholas se despertó con la sensación más extraña de su existencia. Una mujer acurrucada contra él. Se quedó en silencio, tendido de costado, tan solo sintiéndola contra su columna. El brazo izquierdo de ella estaba acomodado sobre su cintura, y el muslo acomodado entre los de él. La mejilla reposaba sobre su hombro y su aliento le hacía cosquillas en la piel.
Cerró los ojos, saboreando cada matiz de su cuerpo contra el suyo. ¿Era así como se sentía ser humano? ¿Acaso los hombres tomaban esto a la ligera?
¿Cómo podían? Tener a alguien que confiara lo suficiente en ti como para reposar inconsciente a tu lado mientras tú hacías lo mismo, y ambos despertaban ilesos...
Esto era el paraíso.
No, ______ (T.n) lo era.
¿Por qué no había nacido humano? Hubiera nacido en esta época para poder así estar con ella. El hecho de que no fuera posible era aún más cruel que la tortura que había soportado en el Tártaro. Quería internarse en ella y quedarse allí para siempre.
Pero no estaba destinado a suceder y por mucho que soñara no cambiaría el hecho de que una vez que este aplazamiento terminara, él estaría de regreso en el infierno, donde los recuerdos de ella lo torturarían para siempre.
¿Cómo haría para soportarlo?
Con su corazón hecho trizas, se giró lentamente para no lastimarla. Ella se quejó en sueños, hasta que se movió y le pegó con el codo en la nariz.
—¡Ouch!— Él se frotó el tabique de la nariz y pestañó para contener lágrimas involuntarias.
—Voy a hacerte pagar por eso, — le susurró contra la piel.
Retirando el cobertor miró su cuerpo desnudo. Sus curvas exuberantes y llenas, sus pezones ligeramente arrugados, sus labios encendidos e inflamados, y sus piernas ligeramente apartadas. Lo suficiente para que él pudiera ver que aún estaba húmeda. Era la perspectiva más incitante que él hubiera contemplado en su vida.
El ceño volvió al rostro de ella antes de que cogiera la sábana para cubrirse y se volviera para esconderse en ella.
Nicholas se rió. Ella era realmente gruñona por la mañana. Toda esa palabrería de comenzar el día con un propósito. Más bien lo comenzaba con un puchero. Divertido, se inclinó para mordisquear la parte inferior de su pecho.
A ______ (T.n) la despertaron los pequeños lametones que causaron que su estómago se contrajera y su cuerpo se derritiera. Abriendo los ojos, vio a Nicholas observándola con tanta intensidad que le quitó el aliento.
—¿Qué estás haciendo?
—Te estoy lamiendo, —le dijo, antes de introducir un pezón profundamente en su boca,—no hay manera de que este tan cerca de ti sin tocarte. Además, estás en deuda conmigo, por mi reciente contusión.
Ella se frotó los ojos.
—¿Reciente contusión?
—Mi nariz. Me golpeaste mientras dormías.
—No lo hice.
—Estás en lo cierto. En realidad, me golpeaste la nariz con el codo.
Ella le apartó el pelo de los ojos y le tocó la nariz, que le había golpeado accidentalmente.
—Oh, por dios. Creo que tendré que besarte la herida y compensarte.
Su mirada fue malvada y cálida mientras se trepaba sobre su cuerpo.
—Tengo otra herida que precisa de tus besos.
Ella miró entre sus cuerpos para ver su erección.
—Mmm, parece una herida bastante grande, ¿no crees?
Nicholas la besó, su corazón desbocado por la forma en que ella lo provocaba con malicia. Él realmente adoraba lo novedoso de la acción.
La gente le temía. Él los enfurecía.
Nadie jamás había reído o jugado con él.
Y en ese momento fue donde llegó a la conclusión más impactante de todas.
La amaba.
Muy profundamente, en un lugar que nunca antes había mirado, él sentía ese amor arder. Le quemaba y le dolía, y haría cualquier cosa en el universo y tal vez más, para mantenerla a salvo. Ese conocimiento lo ensalzó.
Y lo aterrorizó en lo más profundo de su alma.
¡No! La negación lo recorrió como un bramido. No quería amar a nadie. El amor era para los tontos descerebrados.
Echando un vistazo a su brazo leyó las palabras que había grabado ahí...
Es un arma usada para manipular y arruinar a quien sea lo suficientemente estúpido para albergarla. No seas estúpido.
El amor destruye.
Le había entregado su amor a Satara y ella se lo había arrojado en la cara y lo había atacado por su estupidez. Pero Satara jamás lo había tratado de esta manera. No había habido risas. Ni besos cariñosos. Nada de sonrojos matutinos y caricias que lo enternecieran hasta lo más profundo de su corazón.
Y a pesar del horror de su reciente descubrimiento sobre ______ (T.n), estaba el conocimiento de que en realidad, él nunca había amado a Satara. Había tenido tantos deseos de conocer el amor que había retorcido el concepto para adecuarlo a una relación en la que no tenía cabida.
Esta vez el amor lo había sorprendido y lo había aporreado en la cabeza de la forma más inesperada. Esas emociones lo tomaron por sorpresa, no fueron conjuradas por alguna carencia que él tuviera.
Cuando conoció a ______ (T.n), y la empujó dentro de su coche, ella no era más que un títere.
Ahora, ella era su mundo.
Y no había nada que no fuera capaz de hacer por ella. ¿Cómo demonios había pasado eso? Sí, no había forma de negarlo. El insignificante impostor, que no había sido querido por nadie, le había entregado su corazón a una humana misafy...
______ (T.n) gimió al sentir un cambio en el toque de Nicholas. Era tierno y dulce. Casi reticente.
Y al mismo tiempo era dominante. Sus manos vagaban por su cuerpo, dándole placer y haciéndola suspirar.
Levantando su mano, le besó los nudillos cubiertos de cicatrices. Luego tomó la punta de su dedo índice en su boca para succionarlo suavemente.
Nicholas rodó con ella, colocándola sobre él. Sonriendo, ______ (T.n) montó a horjacadas sobre su cintura y lo miró con una expresión de ternura.
Él nunca había visto nada tan hermoso o acogedor.
—Ámame, ______ (T.n).
—¿Qué?
—Hazme el amor.
______ (T.n) asintió. La necesidad afloraba en los ojos de él. Algo le decía, que para él representaba más que sólo un acto físico. Intentando demostrarle que ella jamás lo lastimaría, lo besó suavemente en los labios mientras se deslizaba sobre él.
Nicholas echó su cabeza hacia atrás, mientras ella se movía lentamente contra sus caderas. Era una tortura exquisita. Lenta y constante. Tan feroz, que todo lo que él podía hacer era estremecerse.
Estaba indefenso ante su mujer y sus cándidos encantos.
La luz iluminó su cuerpo, haciéndola resplandecer. Ella se inclinó sobre él, permitiendo que las puntas de su cabello le rozaran el abdomen y pecho, mientras lo montaba suavemente.
Mordiéndose el labio, elevó sus caderas, penetrando más profundo en ella. Necesitando sentirla tanto como fuera posible.
______ (T.n) sonrió ante la belleza de Nicholas. Recorrió su musculoso pecho con las manos, ahuecando y acariciando la enrojecida carne. No se imaginaba volver a una vida en la que no pudiera ver su rostro todos los días. Eso la mataría.
En un abrir y cerrar de ojos, ella se había acostumbrado a que él fuera una presencia constante en su vida.
No quería que se marchara nunca.
Normalmente, estar rodeada todo el tiempo, la ponía de mal humor. Aún con Tate. Pero Nicholas era como Jesse. Aunque pudiera ser fastidioso, era encantador y a ella no le importaba en lo absoluto.
Sus ojos la quemaban, él tomó su mano entre las suyas y se la llevó a la boca para mordisquearle el costado. Dios, esos labios eran hermosos. Inclinándose hacia adelante, ella pasó la lengua sobre la barba de su mentón. Era tan áspero y masculino. Ella adoraba la sensación de picor en la piel.
Nicholas la envolvió en sus brazos y elevó las caderas, para acompañar sus embistes.
La calidez de su cuerpo y el tacto de su piel contra la de ella, era más de lo que ella podía soportar. Ella se corrió, mirándolo a los ojos, en un cegador momento de abrasadora paz.
Nicholas emitió una risa gutural al sentir su clímax y observar el placer reflejado en sus facciones. Adoraba la forma en que ella se sentía entre sus brazos, la forma en que sus cejas se juntaban un instante antes de que ella se corriera. Y el sonido de sus ronroneos de satisfacción mientras los espasmos contraían su cuerpo contra él.
Enterrando el rostro en su hombro, él jadeó al sentir llegar su propia liberación. Oprimiendo su cuerpo contra ella, la sostuvo muy cerca mientras se liberaba dentro de ella.
Ella se derrumbó sobre él. Él la mantuvo ahí, trazando las líneas de su espalda mientras el aliento de ella caía sobre su pecho.
—Que perfecta forma de comenzar el día.
La besó en lo alto de la cabeza.
—Sí, lo fue.
______ (T.n) suspiró satisfecha, estirándose como una gatita recién nacida junto a él.
—Ahora no quiero levantarme. Quiero quedarme aquí en tus brazos por el resto del día... ¿crees que Jesse podría impartir mis clases?
Él se rió entre dientes.
—Creo que verle intentarlo podría ser realmente entretenido.
—Bueno, te pediría que lo hicieras tú, pero eso le quitaría el propósito a mi idea de quedarme aquí... ¿me pregunto si podría jubilarme tempranamente y vivir en las calles? ¿Qué opinas al respecto?
—Vivir en las calles, no creo que funcione. No tendríamos suficiente privacidad para lo que quiero hacer contigo.
Ella sonrió.
—Muy buen punto.
Su reloj despertador comenzó a sonar.
Nicholas gruñó ante el ruido ensordecedor.
—Arranca esa cosa de la pared. —Arremetió contra el aparato, pero ella lo desvió rápidamente.
—No te atrevas. Adoro ese reloj despertador.
Él resopló.
—Te apegas a las cosas más impensadas.
Luego de rodar para alejarse de él, ______ (T.n) apagó la alarma y sonrió ante la certera afirmación. Realmente se apegaba a las cosas más extrañas, y Nicholas era definitivamente el más extraño de todos sus apegos.
Él bostezó al tiempo que ella regresaba a la cama.
—¿Estás segura de que quieres ir a trabajar hoy? Ayer no progresamos mucho en el entrenamiento para disimular tus poderes.
—Bueno, tendré que relacionarme con gente normal eventualmente. ¿Crees que hoy sea aún peor que ayer?
Él le apartó el cabello de los hombros.
—¿Has aprendido a advertir las señales de tu cuerpo antes del cambio?
—Siento una extraña quemazón detrás de mis ojos antes de que se pongan raros.
—Entonces, no creo que tengas problemas. Cuando sientas eso, sabrás que debes alejarte de la vista del público lo antes posible. Si te sucede en medio de una clase, diles que tienes un virus estomacal y que tienes que correr al servicio.
Ella arrugó la nariz ante la idea.
—Eso es asqueroso.
—Vale, entonces usa gafas oscuras y di que tienes una infección ocular.
Ella le mordisqueó la incipiente barba.
—Sabes, esa idea no está tan mal.
—Por supuesto que las gafas no serán de mucha utilidad cuando te broten cuernos en la cabeza y alas en la espalda, pero…
Ella emitió un chillido.
—¡Eso no me pasará!
Él sonrió malignamente.
—No. Pero la cara que pusiste valió la pena.
Riendo, ella lo empujó de vuelta a la cama.
—Está decidido, voy a apalearte hasta que lo lamentes.
Nicholas se congeló al tiempo que se preparaba para la agresión.
Pero en vez de causarle dolor, ella le hizo cosquillas. A él le llevó varios segundos darse cuenta de sus intenciones. Para cuando lo comprendió, ella hacía un puchero.
—No tienes cosquillas. Vale, eso apesta. —Ella se apartó y cruzó los brazos sobre el pecho, ocultando los senos que el adoraba atormentar.
—Lo siento, —le dijo, intentando animarla. —Si te hace feliz, pretenderé que las tengo.
—No, está bien. Supongo que no se puede tener todo. —Ella se detuvo en el borde de la cama. —Pero tú te acercas bastante.
—¿Me acerco a qué?
—A ser perfecto. Sólo que tú eres mejor que eso, Nicholas. Tú, eres extraordinario.
Nicholas se quedó inmóvil mientras ella lo abandonaba para ir a ducharse. No podía respirar, mientras esas palabras se hundían en su conciencia. Ella cree que soy extraordinario...
Nadie jamás, había pensado tal cosa sobre él. Dolor en el culo. Grosero. Violento.
Pero extraordinario...
Esa revelación le sacudió como un golpe en las entrañas.
Al tiempo que se levantaba, Jesse apareció en la puerta con una mirada de consternación en el rostro.
—¿Cuáles son tus intenciones?
—Levantarme de la cama para ducharme y vestirme.
Los ojos de Jesse se estrecharon.
—Eso no. Me refiero a mi chica. Ambos habéis estado encerrados aquí dentro como dos conejos cachondos durante toda la noche, y antes de que le rompas el corazón, quiero saber si tienes intenciones de hacer las cosas bien con ella. ¿O acaso necesito reclutar algunos demonios para patearte el trasero?
Le gustaría ver a Jesse intentarlo, de hecho pagaría para verlo. Pero a pesar de que le ofendía que el fantasma pensara así, no esperaba menos de Jesse, ya que sólo pretendía proteger a ______ (T.n).
—Yo nunca la lastimaría, Jesse. Ni a ti. Pero no puedo quedarme aquí y tú lo sabes, así que no me hagas sentir peor de lo que ya me siento, acerca de abandonarla.
Jesse frunció el ceño.
—Eres un tío bastante decente bajo toda esa fanfarronería, ¿no es así?
—No. Aún soy el mismo bastardo enojado que vendería el corazón de su propia madre para hacerle pagar a Satara. Nada ha cambiado.
—Excepto que tú la amas.
Él tuvo que contener la sorpresa dentro de él antes de traicionarse a sí mismo. No le interesaba facilitarle ese conocimiento ni a Jesse ni a nadie más.
—No sé de qué estás hablando.
Jesse resopló.
—Sí que lo sabes. Puedo sentirlo y tú sabes que puedo.
Y él odiaba eso. Pero no había nada que hacer al respecto. Por lo tanto estrechó su mirada hacia Jesse.
—No te atrevas a decírselo a ______ (T.n).
—No te preocupes. No me corresponde. Pero si fuera tú, se lo diría antes de que sea demasiado tarde.
Eso era mucho más fácil de decir que de hacer.
—¿Qué sabrás tú al respecto?
—Soy un fantasma, Nicholas. Pensé que tenía todo el tiempo del mundo, para decirles a las personas lo que sentía por ellas, y para construirme un futuro. Pero en un segundo, el conductor de un camión de cemento bajó la vista para cambiar su estación de radio, zigzagueó hacia mi coche, y en un abrir y cerrar de ojos, lo perdí todo.
Él apartó la mirada, pero aún así Nicholas vio el dolor reflejado en sus ojos.
—El último recuerdo que tengo es de mi novia abrazándome mientras la lluvia caía sobre nosotros, mezclándose con mi sangre que se derramaba sobre ella. Me decía que me amaba y me suplicaba que no muriera. Yo no me quería ir.
Su voz se quebró a causa de las emociones que intentaba esconder, pero Nicholas las sintió y las vio de cualquier modo.
—Hay tantas cosas que quería decirle, pero los escombros me habían aplastado la tráquea y yo no podía emitir una sola palabra. Intenté con todas mis fuerzas quedarme con ella, pero no estaba destinado a suceder... ni siquiera pude levantar mi brazo para tocarla una última vez.
Su mirada se encontró con la de Nicholas.
—Por eso, sí, tengo un mejor entendimiento de tu situación del que tienes tú. He estado ahí, lo he vivido, y aún me carcome por dentro el hecho de que nunca le dije a Julie cuanto la amaba. Me hubiera llevado tan sólo tres segundos. Tres segundos, que ruego a dios, poder recuperar. Piénsalo. —Jesse se desvaneció de la habitación.
Nicholas se sentó en silencio al darse cuenta de que para ser un chico, Jesse era mucho más sensato de lo que él hubiera creído. El problema era, que las cosas no son tan simples. ¿De que serviría decirle a ______ (T.n) que la amaba sino podía quedarse? Tan sólo la lastimaría más y eso era lo último que él quería.
No. Lo mejor era guardarse ese amor para si mismo. Encerrarlo dentro suyo, donde sólo lastimaría a una persona, a él. Lo prefería de ese modo.
Obligándose a salir de la cama, fue a la ducha a unirse con ella.
—No volviste a soñar anoche, ¿verdad?
Nicholas pausó su afeitada para mirar a ______ (T.n) en el espejo.
—¿Cómo te diste cuenta?
—Lo estuve pensando mientras me duchaba, no estoy segura porqué, pero se me cruzó ese pensamiento. ¿Soñabas cuando estabas en el Tártaro?
—No. Hades me quitó esa habilidad para que no pudiera usarla como una vía de escape a mi tortura.
—¿Crees que sea la razón por la que no has soñado aquí?
Él enjuagó la navaja en el lavabo.
—Jaden restituyó todos mis poderes. Debería ser capaz de soñar sin inconvenientes.
Ella se paró a su lado.
—¿Has intentado soñar?
¿Cómo podría explicarle, que él estaba viviendo el mejor sueño posible, estando ahí con ella?
—En realidad no.
—Tal vez sea eso. Quizá tan sólo necesitas intentarlo.
Cómo deseaba que fuera tan fácil. Habían más razones para que él no estuviera soñando, pero no quería pensar en eso ahora.
En lo único que quería enfocarse era en ella. Él le besó la mano y retomó la tarea de afeitarse.
A pesar de que ya no estaban unidos por las esposas, Nicholas pasó el resto del día con ______ (T.n). Se dijo a sí mismo que iría tras Satara al día siguiente. Tan sólo quería un día más junto a la mujer que lo hacía reír.
Una mujer que pensaba que él era extraordinario...
Jesse y Gloria se unieron a ellos después de clase, mientras recorrían a pie el Distrito Francés y cenaban en el Restaurante Alpine.
—¿Has vivido siempre aquí?— le preguntó, mientras caminaban entre las tiendas de Royal Street, de regreso a su apartamento.
Ella sonrió.
—Así es. Excepto por el tiempo que pasé en el hogar para huérfanos luego de que mis padres murieran.
—No mencionas mucho a tus padres adoptivos.
Ella enlazó su brazo con el de él mientras caminaban.
—Carole y Dave. Eran personas maravillosas. Querían hijos propios, pero Carole no había sido capaz de concebir. En un principio, querían adoptar un bebé, pero finalmente se rindieron y decidieron acoger niños mayores. Yo era la menor de los cuatro que adoptaron.
—¿Entonces tienes hermanos?
—En realidad no. Mis hermanos adoptivos ya se habían marchado de la casa cuando yo llegué. Intercambiamos tarjetas navideñas, pero para ser honestos, somos prácticamente desconocidos. Lo único que teníamos en común eran los O’Learys. Y a ellos sí los extraño un montón. Cada vez que me ponía triste, Carole me llevaba a Fifi Mahoney’s donde me probaba pelucas y jugaba a maquillarme. Ella podía iluminar una habitación entera con su sonrisa.
—También tú.
Ella se detuvo a mirarlo.
—¿Tú crees?
—Absolutamente.
______ (T.n) se conmovió totalmente con su cumplido. Siguieron caminando, con sus brazos entrelazados, bromeando y jugando hasta que llegaron a su apartamento.
—Entonces, ¿qué sucedió con tus padres adoptivos?
Ella inspiró profundamente por la tristeza que le provocó la pregunta. —Murieron en un accidente de coche durante mi primer año de facultad.
—Lo siento mucho.
—Está bien. Pasó hace mucho tiempo, pero me dejó cicatrices profundas. No podía quitarme la idea de que estaba condenada a perder a todas las personas que amara. —Ella sacudió la cabeza. —Hubo un tiempo, en que me levantaba a mitad de la noche para asegurarme de que Jesse aún estaba conmigo.
Nicholas respiró hondo. Y ahora, él también iba a abandonarla...
No, jamás podría decirle que la amaba. Sería cruel.
______ (T.n) abrió la puerta de su apartamento, y se detuvo al ver que alguien se desplomaba al final del pequeño pasillo. Apresurándose hacia la persona, se sorprendió al encontrarse con Kyle Peltier. Tenía una terrible herida en su estómago. La sangre le salía a borbotones.
Temblando, alargó la mano hacia Nicholas y lo cogió por la camisa.
—Los gallus están atacando a Kerryna en su apartamento. Ayúdala. ¡Por favor!
Nicholas se enderezó de un salto.
—Llévalo al Santuario.
______ (T.n) tragó saliva.
—¿Qué hay de tí?
—Tengo que unirme a una pelea. Jesse, ve con ______ (T.n) y asegúrate de que nada le pase. Si me necesita, búscame inmediatamente.
Capitulo 15
Nicholas se despertó con la sensación más extraña de su existencia. Una mujer acurrucada contra él. Se quedó en silencio, tendido de costado, tan solo sintiéndola contra su columna. El brazo izquierdo de ella estaba acomodado sobre su cintura, y el muslo acomodado entre los de él. La mejilla reposaba sobre su hombro y su aliento le hacía cosquillas en la piel.
Cerró los ojos, saboreando cada matiz de su cuerpo contra el suyo. ¿Era así como se sentía ser humano? ¿Acaso los hombres tomaban esto a la ligera?
¿Cómo podían? Tener a alguien que confiara lo suficiente en ti como para reposar inconsciente a tu lado mientras tú hacías lo mismo, y ambos despertaban ilesos...
Esto era el paraíso.
No, ______ (T.n) lo era.
¿Por qué no había nacido humano? Hubiera nacido en esta época para poder así estar con ella. El hecho de que no fuera posible era aún más cruel que la tortura que había soportado en el Tártaro. Quería internarse en ella y quedarse allí para siempre.
Pero no estaba destinado a suceder y por mucho que soñara no cambiaría el hecho de que una vez que este aplazamiento terminara, él estaría de regreso en el infierno, donde los recuerdos de ella lo torturarían para siempre.
¿Cómo haría para soportarlo?
Con su corazón hecho trizas, se giró lentamente para no lastimarla. Ella se quejó en sueños, hasta que se movió y le pegó con el codo en la nariz.
—¡Ouch!— Él se frotó el tabique de la nariz y pestañó para contener lágrimas involuntarias.
—Voy a hacerte pagar por eso, — le susurró contra la piel.
Retirando el cobertor miró su cuerpo desnudo. Sus curvas exuberantes y llenas, sus pezones ligeramente arrugados, sus labios encendidos e inflamados, y sus piernas ligeramente apartadas. Lo suficiente para que él pudiera ver que aún estaba húmeda. Era la perspectiva más incitante que él hubiera contemplado en su vida.
El ceño volvió al rostro de ella antes de que cogiera la sábana para cubrirse y se volviera para esconderse en ella.
Nicholas se rió. Ella era realmente gruñona por la mañana. Toda esa palabrería de comenzar el día con un propósito. Más bien lo comenzaba con un puchero. Divertido, se inclinó para mordisquear la parte inferior de su pecho.
A ______ (T.n) la despertaron los pequeños lametones que causaron que su estómago se contrajera y su cuerpo se derritiera. Abriendo los ojos, vio a Nicholas observándola con tanta intensidad que le quitó el aliento.
—¿Qué estás haciendo?
—Te estoy lamiendo, —le dijo, antes de introducir un pezón profundamente en su boca,—no hay manera de que este tan cerca de ti sin tocarte. Además, estás en deuda conmigo, por mi reciente contusión.
Ella se frotó los ojos.
—¿Reciente contusión?
—Mi nariz. Me golpeaste mientras dormías.
—No lo hice.
—Estás en lo cierto. En realidad, me golpeaste la nariz con el codo.
Ella le apartó el pelo de los ojos y le tocó la nariz, que le había golpeado accidentalmente.
—Oh, por dios. Creo que tendré que besarte la herida y compensarte.
Su mirada fue malvada y cálida mientras se trepaba sobre su cuerpo.
—Tengo otra herida que precisa de tus besos.
Ella miró entre sus cuerpos para ver su erección.
—Mmm, parece una herida bastante grande, ¿no crees?
Nicholas la besó, su corazón desbocado por la forma en que ella lo provocaba con malicia. Él realmente adoraba lo novedoso de la acción.
La gente le temía. Él los enfurecía.
Nadie jamás había reído o jugado con él.
Y en ese momento fue donde llegó a la conclusión más impactante de todas.
La amaba.
Muy profundamente, en un lugar que nunca antes había mirado, él sentía ese amor arder. Le quemaba y le dolía, y haría cualquier cosa en el universo y tal vez más, para mantenerla a salvo. Ese conocimiento lo ensalzó.
Y lo aterrorizó en lo más profundo de su alma.
¡No! La negación lo recorrió como un bramido. No quería amar a nadie. El amor era para los tontos descerebrados.
Echando un vistazo a su brazo leyó las palabras que había grabado ahí...
Es un arma usada para manipular y arruinar a quien sea lo suficientemente estúpido para albergarla. No seas estúpido.
El amor destruye.
Le había entregado su amor a Satara y ella se lo había arrojado en la cara y lo había atacado por su estupidez. Pero Satara jamás lo había tratado de esta manera. No había habido risas. Ni besos cariñosos. Nada de sonrojos matutinos y caricias que lo enternecieran hasta lo más profundo de su corazón.
Y a pesar del horror de su reciente descubrimiento sobre ______ (T.n), estaba el conocimiento de que en realidad, él nunca había amado a Satara. Había tenido tantos deseos de conocer el amor que había retorcido el concepto para adecuarlo a una relación en la que no tenía cabida.
Esta vez el amor lo había sorprendido y lo había aporreado en la cabeza de la forma más inesperada. Esas emociones lo tomaron por sorpresa, no fueron conjuradas por alguna carencia que él tuviera.
Cuando conoció a ______ (T.n), y la empujó dentro de su coche, ella no era más que un títere.
Ahora, ella era su mundo.
Y no había nada que no fuera capaz de hacer por ella. ¿Cómo demonios había pasado eso? Sí, no había forma de negarlo. El insignificante impostor, que no había sido querido por nadie, le había entregado su corazón a una humana misafy...
______ (T.n) gimió al sentir un cambio en el toque de Nicholas. Era tierno y dulce. Casi reticente.
Y al mismo tiempo era dominante. Sus manos vagaban por su cuerpo, dándole placer y haciéndola suspirar.
Levantando su mano, le besó los nudillos cubiertos de cicatrices. Luego tomó la punta de su dedo índice en su boca para succionarlo suavemente.
Nicholas rodó con ella, colocándola sobre él. Sonriendo, ______ (T.n) montó a horjacadas sobre su cintura y lo miró con una expresión de ternura.
Él nunca había visto nada tan hermoso o acogedor.
—Ámame, ______ (T.n).
—¿Qué?
—Hazme el amor.
______ (T.n) asintió. La necesidad afloraba en los ojos de él. Algo le decía, que para él representaba más que sólo un acto físico. Intentando demostrarle que ella jamás lo lastimaría, lo besó suavemente en los labios mientras se deslizaba sobre él.
Nicholas echó su cabeza hacia atrás, mientras ella se movía lentamente contra sus caderas. Era una tortura exquisita. Lenta y constante. Tan feroz, que todo lo que él podía hacer era estremecerse.
Estaba indefenso ante su mujer y sus cándidos encantos.
La luz iluminó su cuerpo, haciéndola resplandecer. Ella se inclinó sobre él, permitiendo que las puntas de su cabello le rozaran el abdomen y pecho, mientras lo montaba suavemente.
Mordiéndose el labio, elevó sus caderas, penetrando más profundo en ella. Necesitando sentirla tanto como fuera posible.
______ (T.n) sonrió ante la belleza de Nicholas. Recorrió su musculoso pecho con las manos, ahuecando y acariciando la enrojecida carne. No se imaginaba volver a una vida en la que no pudiera ver su rostro todos los días. Eso la mataría.
En un abrir y cerrar de ojos, ella se había acostumbrado a que él fuera una presencia constante en su vida.
No quería que se marchara nunca.
Normalmente, estar rodeada todo el tiempo, la ponía de mal humor. Aún con Tate. Pero Nicholas era como Jesse. Aunque pudiera ser fastidioso, era encantador y a ella no le importaba en lo absoluto.
Sus ojos la quemaban, él tomó su mano entre las suyas y se la llevó a la boca para mordisquearle el costado. Dios, esos labios eran hermosos. Inclinándose hacia adelante, ella pasó la lengua sobre la barba de su mentón. Era tan áspero y masculino. Ella adoraba la sensación de picor en la piel.
Nicholas la envolvió en sus brazos y elevó las caderas, para acompañar sus embistes.
La calidez de su cuerpo y el tacto de su piel contra la de ella, era más de lo que ella podía soportar. Ella se corrió, mirándolo a los ojos, en un cegador momento de abrasadora paz.
Nicholas emitió una risa gutural al sentir su clímax y observar el placer reflejado en sus facciones. Adoraba la forma en que ella se sentía entre sus brazos, la forma en que sus cejas se juntaban un instante antes de que ella se corriera. Y el sonido de sus ronroneos de satisfacción mientras los espasmos contraían su cuerpo contra él.
Enterrando el rostro en su hombro, él jadeó al sentir llegar su propia liberación. Oprimiendo su cuerpo contra ella, la sostuvo muy cerca mientras se liberaba dentro de ella.
Ella se derrumbó sobre él. Él la mantuvo ahí, trazando las líneas de su espalda mientras el aliento de ella caía sobre su pecho.
—Que perfecta forma de comenzar el día.
La besó en lo alto de la cabeza.
—Sí, lo fue.
______ (T.n) suspiró satisfecha, estirándose como una gatita recién nacida junto a él.
—Ahora no quiero levantarme. Quiero quedarme aquí en tus brazos por el resto del día... ¿crees que Jesse podría impartir mis clases?
Él se rió entre dientes.
—Creo que verle intentarlo podría ser realmente entretenido.
—Bueno, te pediría que lo hicieras tú, pero eso le quitaría el propósito a mi idea de quedarme aquí... ¿me pregunto si podría jubilarme tempranamente y vivir en las calles? ¿Qué opinas al respecto?
—Vivir en las calles, no creo que funcione. No tendríamos suficiente privacidad para lo que quiero hacer contigo.
Ella sonrió.
—Muy buen punto.
Su reloj despertador comenzó a sonar.
Nicholas gruñó ante el ruido ensordecedor.
—Arranca esa cosa de la pared. —Arremetió contra el aparato, pero ella lo desvió rápidamente.
—No te atrevas. Adoro ese reloj despertador.
Él resopló.
—Te apegas a las cosas más impensadas.
Luego de rodar para alejarse de él, ______ (T.n) apagó la alarma y sonrió ante la certera afirmación. Realmente se apegaba a las cosas más extrañas, y Nicholas era definitivamente el más extraño de todos sus apegos.
Él bostezó al tiempo que ella regresaba a la cama.
—¿Estás segura de que quieres ir a trabajar hoy? Ayer no progresamos mucho en el entrenamiento para disimular tus poderes.
—Bueno, tendré que relacionarme con gente normal eventualmente. ¿Crees que hoy sea aún peor que ayer?
Él le apartó el cabello de los hombros.
—¿Has aprendido a advertir las señales de tu cuerpo antes del cambio?
—Siento una extraña quemazón detrás de mis ojos antes de que se pongan raros.
—Entonces, no creo que tengas problemas. Cuando sientas eso, sabrás que debes alejarte de la vista del público lo antes posible. Si te sucede en medio de una clase, diles que tienes un virus estomacal y que tienes que correr al servicio.
Ella arrugó la nariz ante la idea.
—Eso es asqueroso.
—Vale, entonces usa gafas oscuras y di que tienes una infección ocular.
Ella le mordisqueó la incipiente barba.
—Sabes, esa idea no está tan mal.
—Por supuesto que las gafas no serán de mucha utilidad cuando te broten cuernos en la cabeza y alas en la espalda, pero…
Ella emitió un chillido.
—¡Eso no me pasará!
Él sonrió malignamente.
—No. Pero la cara que pusiste valió la pena.
Riendo, ella lo empujó de vuelta a la cama.
—Está decidido, voy a apalearte hasta que lo lamentes.
Nicholas se congeló al tiempo que se preparaba para la agresión.
Pero en vez de causarle dolor, ella le hizo cosquillas. A él le llevó varios segundos darse cuenta de sus intenciones. Para cuando lo comprendió, ella hacía un puchero.
—No tienes cosquillas. Vale, eso apesta. —Ella se apartó y cruzó los brazos sobre el pecho, ocultando los senos que el adoraba atormentar.
—Lo siento, —le dijo, intentando animarla. —Si te hace feliz, pretenderé que las tengo.
—No, está bien. Supongo que no se puede tener todo. —Ella se detuvo en el borde de la cama. —Pero tú te acercas bastante.
—¿Me acerco a qué?
—A ser perfecto. Sólo que tú eres mejor que eso, Nicholas. Tú, eres extraordinario.
Nicholas se quedó inmóvil mientras ella lo abandonaba para ir a ducharse. No podía respirar, mientras esas palabras se hundían en su conciencia. Ella cree que soy extraordinario...
Nadie jamás, había pensado tal cosa sobre él. Dolor en el culo. Grosero. Violento.
Pero extraordinario...
Esa revelación le sacudió como un golpe en las entrañas.
Al tiempo que se levantaba, Jesse apareció en la puerta con una mirada de consternación en el rostro.
—¿Cuáles son tus intenciones?
—Levantarme de la cama para ducharme y vestirme.
Los ojos de Jesse se estrecharon.
—Eso no. Me refiero a mi chica. Ambos habéis estado encerrados aquí dentro como dos conejos cachondos durante toda la noche, y antes de que le rompas el corazón, quiero saber si tienes intenciones de hacer las cosas bien con ella. ¿O acaso necesito reclutar algunos demonios para patearte el trasero?
Le gustaría ver a Jesse intentarlo, de hecho pagaría para verlo. Pero a pesar de que le ofendía que el fantasma pensara así, no esperaba menos de Jesse, ya que sólo pretendía proteger a ______ (T.n).
—Yo nunca la lastimaría, Jesse. Ni a ti. Pero no puedo quedarme aquí y tú lo sabes, así que no me hagas sentir peor de lo que ya me siento, acerca de abandonarla.
Jesse frunció el ceño.
—Eres un tío bastante decente bajo toda esa fanfarronería, ¿no es así?
—No. Aún soy el mismo bastardo enojado que vendería el corazón de su propia madre para hacerle pagar a Satara. Nada ha cambiado.
—Excepto que tú la amas.
Él tuvo que contener la sorpresa dentro de él antes de traicionarse a sí mismo. No le interesaba facilitarle ese conocimiento ni a Jesse ni a nadie más.
—No sé de qué estás hablando.
Jesse resopló.
—Sí que lo sabes. Puedo sentirlo y tú sabes que puedo.
Y él odiaba eso. Pero no había nada que hacer al respecto. Por lo tanto estrechó su mirada hacia Jesse.
—No te atrevas a decírselo a ______ (T.n).
—No te preocupes. No me corresponde. Pero si fuera tú, se lo diría antes de que sea demasiado tarde.
Eso era mucho más fácil de decir que de hacer.
—¿Qué sabrás tú al respecto?
—Soy un fantasma, Nicholas. Pensé que tenía todo el tiempo del mundo, para decirles a las personas lo que sentía por ellas, y para construirme un futuro. Pero en un segundo, el conductor de un camión de cemento bajó la vista para cambiar su estación de radio, zigzagueó hacia mi coche, y en un abrir y cerrar de ojos, lo perdí todo.
Él apartó la mirada, pero aún así Nicholas vio el dolor reflejado en sus ojos.
—El último recuerdo que tengo es de mi novia abrazándome mientras la lluvia caía sobre nosotros, mezclándose con mi sangre que se derramaba sobre ella. Me decía que me amaba y me suplicaba que no muriera. Yo no me quería ir.
Su voz se quebró a causa de las emociones que intentaba esconder, pero Nicholas las sintió y las vio de cualquier modo.
—Hay tantas cosas que quería decirle, pero los escombros me habían aplastado la tráquea y yo no podía emitir una sola palabra. Intenté con todas mis fuerzas quedarme con ella, pero no estaba destinado a suceder... ni siquiera pude levantar mi brazo para tocarla una última vez.
Su mirada se encontró con la de Nicholas.
—Por eso, sí, tengo un mejor entendimiento de tu situación del que tienes tú. He estado ahí, lo he vivido, y aún me carcome por dentro el hecho de que nunca le dije a Julie cuanto la amaba. Me hubiera llevado tan sólo tres segundos. Tres segundos, que ruego a dios, poder recuperar. Piénsalo. —Jesse se desvaneció de la habitación.
Nicholas se sentó en silencio al darse cuenta de que para ser un chico, Jesse era mucho más sensato de lo que él hubiera creído. El problema era, que las cosas no son tan simples. ¿De que serviría decirle a ______ (T.n) que la amaba sino podía quedarse? Tan sólo la lastimaría más y eso era lo último que él quería.
No. Lo mejor era guardarse ese amor para si mismo. Encerrarlo dentro suyo, donde sólo lastimaría a una persona, a él. Lo prefería de ese modo.
Obligándose a salir de la cama, fue a la ducha a unirse con ella.
—No volviste a soñar anoche, ¿verdad?
Nicholas pausó su afeitada para mirar a ______ (T.n) en el espejo.
—¿Cómo te diste cuenta?
—Lo estuve pensando mientras me duchaba, no estoy segura porqué, pero se me cruzó ese pensamiento. ¿Soñabas cuando estabas en el Tártaro?
—No. Hades me quitó esa habilidad para que no pudiera usarla como una vía de escape a mi tortura.
—¿Crees que sea la razón por la que no has soñado aquí?
Él enjuagó la navaja en el lavabo.
—Jaden restituyó todos mis poderes. Debería ser capaz de soñar sin inconvenientes.
Ella se paró a su lado.
—¿Has intentado soñar?
¿Cómo podría explicarle, que él estaba viviendo el mejor sueño posible, estando ahí con ella?
—En realidad no.
—Tal vez sea eso. Quizá tan sólo necesitas intentarlo.
Cómo deseaba que fuera tan fácil. Habían más razones para que él no estuviera soñando, pero no quería pensar en eso ahora.
En lo único que quería enfocarse era en ella. Él le besó la mano y retomó la tarea de afeitarse.
A pesar de que ya no estaban unidos por las esposas, Nicholas pasó el resto del día con ______ (T.n). Se dijo a sí mismo que iría tras Satara al día siguiente. Tan sólo quería un día más junto a la mujer que lo hacía reír.
Una mujer que pensaba que él era extraordinario...
Jesse y Gloria se unieron a ellos después de clase, mientras recorrían a pie el Distrito Francés y cenaban en el Restaurante Alpine.
—¿Has vivido siempre aquí?— le preguntó, mientras caminaban entre las tiendas de Royal Street, de regreso a su apartamento.
Ella sonrió.
—Así es. Excepto por el tiempo que pasé en el hogar para huérfanos luego de que mis padres murieran.
—No mencionas mucho a tus padres adoptivos.
Ella enlazó su brazo con el de él mientras caminaban.
—Carole y Dave. Eran personas maravillosas. Querían hijos propios, pero Carole no había sido capaz de concebir. En un principio, querían adoptar un bebé, pero finalmente se rindieron y decidieron acoger niños mayores. Yo era la menor de los cuatro que adoptaron.
—¿Entonces tienes hermanos?
—En realidad no. Mis hermanos adoptivos ya se habían marchado de la casa cuando yo llegué. Intercambiamos tarjetas navideñas, pero para ser honestos, somos prácticamente desconocidos. Lo único que teníamos en común eran los O’Learys. Y a ellos sí los extraño un montón. Cada vez que me ponía triste, Carole me llevaba a Fifi Mahoney’s donde me probaba pelucas y jugaba a maquillarme. Ella podía iluminar una habitación entera con su sonrisa.
—También tú.
Ella se detuvo a mirarlo.
—¿Tú crees?
—Absolutamente.
______ (T.n) se conmovió totalmente con su cumplido. Siguieron caminando, con sus brazos entrelazados, bromeando y jugando hasta que llegaron a su apartamento.
—Entonces, ¿qué sucedió con tus padres adoptivos?
Ella inspiró profundamente por la tristeza que le provocó la pregunta. —Murieron en un accidente de coche durante mi primer año de facultad.
—Lo siento mucho.
—Está bien. Pasó hace mucho tiempo, pero me dejó cicatrices profundas. No podía quitarme la idea de que estaba condenada a perder a todas las personas que amara. —Ella sacudió la cabeza. —Hubo un tiempo, en que me levantaba a mitad de la noche para asegurarme de que Jesse aún estaba conmigo.
Nicholas respiró hondo. Y ahora, él también iba a abandonarla...
No, jamás podría decirle que la amaba. Sería cruel.
______ (T.n) abrió la puerta de su apartamento, y se detuvo al ver que alguien se desplomaba al final del pequeño pasillo. Apresurándose hacia la persona, se sorprendió al encontrarse con Kyle Peltier. Tenía una terrible herida en su estómago. La sangre le salía a borbotones.
Temblando, alargó la mano hacia Nicholas y lo cogió por la camisa.
—Los gallus están atacando a Kerryna en su apartamento. Ayúdala. ¡Por favor!
Nicholas se enderezó de un salto.
—Llévalo al Santuario.
______ (T.n) tragó saliva.
—¿Qué hay de tí?
—Tengo que unirme a una pelea. Jesse, ve con ______ (T.n) y asegúrate de que nada le pase. Si me necesita, búscame inmediatamente.
Belieber&Smiler♥
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
ay dios la amaaa es hermosooo
que tierno me encantaaa
cual es el siguente que publicaras??
me encanta siguelaaaaa
que tierno me encantaaa
cual es el siguente que publicaras??
me encanta siguelaaaaa
#Fire Rouge..*
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
Owwwwwwwn *-*
Me encantaaa:33 esta hermosa esta novela!
Siiguela xfis :( :)
Me encantaaa:33 esta hermosa esta novela!
Siiguela xfis :( :)
maiih* [:
Re: "Dream Chaser" (Nick&Tu)
NUEVA LECTORA :study:
NO PUEDE SER !!!!!!!!!! :polli:
TIENES QUE SEGUIRLA PORFAVOR :bounce:
EN VERDAD ME ENCANTA!!!!!!!!!
NO PUEDE SER !!!!!!!!!! :polli:
TIENES QUE SEGUIRLA PORFAVOR :bounce:
EN VERDAD ME ENCANTA!!!!!!!!!
Stephany D´Jonas
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