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Puros. |Novela Colectiva|
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Re: Puros. |Novela Colectiva|
Después de darme mi entrada de súpercúlgirl|?|, estoy dispuesta a, por lo menos, comentarles los dos capítulos que subieron SIN MI PERMISO.
¿QUÉ PERSONA, EN SU SANO JUICIO, NO QUIERE UN EPÍLOGO NAVIDEÑO?
#LosEpílogosNavideñosMeMantienenConVida.
Iba a hacerlo así todo lindo. Con arbolito incluso. Uno medio muerto, sí quizá, y las bolitas y decoraciones hubieran sido raíces y cuerpos de animales PEEROOOOO hubieran tenido una Navidad al fin y al cabo.
De todas maneras me gustó leer a la Stephanie y a la MariaFernanda porque es todo lo bueno que uno puede pedir en esta vida. Y les quería decir que sus capítulos no me hicieron llorar; me hicieron que me diera un derrame de esos feos.
Podía asegurarles que yo iba a ser la que reviviera a Scarlett y sería la Kenneth salvadora del día. Igualmente creo que no tendría sentido revivir a un personaje si yo luego fuera brutalmente asesinada por Guille la cagadora de vidas.
Sí, te llamé cagadora de vidas.
Ya fue, niñas. Escriben como si Dios hubiera querido que la escritura fuera del Cielo y estoy más orgullosa de ustedes que ustedes mismas. Já.
Y deberían hacer que a Sarah se la coma un lobo, como castigo por irse, y que luego el lobo y ella se fusionen y ahora tengamos a Sarah -viva- metida dentro de un lobo. ¿Ven? Sería así todo ganga porque tendríamos a Sarah de vuelta y de una vez la mascota del grupo.
No me agradezcan.
¿QUÉ PERSONA, EN SU SANO JUICIO, NO QUIERE UN EPÍLOGO NAVIDEÑO?
#LosEpílogosNavideñosMeMantienenConVida.
Iba a hacerlo así todo lindo. Con arbolito incluso. Uno medio muerto, sí quizá, y las bolitas y decoraciones hubieran sido raíces y cuerpos de animales PEEROOOOO hubieran tenido una Navidad al fin y al cabo.
De todas maneras me gustó leer a la Stephanie y a la MariaFernanda porque es todo lo bueno que uno puede pedir en esta vida. Y les quería decir que sus capítulos no me hicieron llorar; me hicieron que me diera un derrame de esos feos.
Podía asegurarles que yo iba a ser la que reviviera a Scarlett y sería la Kenneth salvadora del día. Igualmente creo que no tendría sentido revivir a un personaje si yo luego fuera brutalmente asesinada por Guille la cagadora de vidas.
Sí, te llamé cagadora de vidas.
Ya fue, niñas. Escriben como si Dios hubiera querido que la escritura fuera del Cielo y estoy más orgullosa de ustedes que ustedes mismas. Já.
Y deberían hacer que a Sarah se la coma un lobo, como castigo por irse, y que luego el lobo y ella se fusionen y ahora tengamos a Sarah -viva- metida dentro de un lobo. ¿Ven? Sería así todo ganga porque tendríamos a Sarah de vuelta y de una vez la mascota del grupo.
No me agradezcan.
PARACETAMOL
Re: Puros. |Novela Colectiva|
hola, Mir. es que nosotras somos rebeldes, viste. para la navidad del 2015 nos das tu hermoso epílogo, ¿querés? :papada:
demons.
Re: Puros. |Novela Colectiva|
creeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeo que voy a subir hoy, jé jé jé. soy bien piola y por eso no tengo ni puta idea de cuándo voy a terminar el capítulo, pero ya está hecha más de la mitad.
demons.
Re: Puros. |Novela Colectiva|
yo quiero leer y escribir, así que no sería muy feo si te apuraras, maia.
PARACETAMOL
Re: Puros. |Novela Colectiva|
Hola k acen? xD
Bueno, Maf, tu cap fue tan rbsdvinjofawiesgeriu genial, jeje.
Aw, Beth se volvió loca, Beth se volvió loca, amo a Beth y Harry, son tan lindos, bueno, la verdad ya había leído el cap. ni bien subiste, bt me daba paja escribir el comentario, sorry
Aw, irán a buscar el cuerpo de Scarlet y esperaran el regreso de Sahara wiii jaja
Bueno, Mir, te informamos, que May empezó una nueva revolución, llamada EPÍLOGO LAS PELOTAS, jaja y bue, todas nos unimos wiii, ok, ya me pelotudizé(? jaja
Bueno, vuelvo a repetir, Maf, valoró su vida, así que Scarlet sigue como estaba, si May o Mir, me matan más de lo que ya está a Scarlet o me la reviven, o encuentran su cuerpo, las castro, las mato y las tiro a los soldados de la ORS, les quedó claro? Mejor así.
jaja bueno, May, quiero leer, así que dale, apura el trámite y subí el cap, dah.
Besos de arcoiris
Bueno, Maf, tu cap fue tan rbsdvinjofawiesgeriu genial, jeje.
Aw, Beth se volvió loca, Beth se volvió loca, amo a Beth y Harry, son tan lindos, bueno, la verdad ya había leído el cap. ni bien subiste, bt me daba paja escribir el comentario, sorry
Aw, irán a buscar el cuerpo de Scarlet y esperaran el regreso de Sahara wiii jaja
Bueno, Mir, te informamos, que May empezó una nueva revolución, llamada EPÍLOGO LAS PELOTAS, jaja y bue, todas nos unimos wiii, ok, ya me pelotudizé(? jaja
Bueno, vuelvo a repetir, Maf, valoró su vida, así que Scarlet sigue como estaba, si May o Mir, me matan más de lo que ya está a Scarlet o me la reviven, o encuentran su cuerpo, las castro, las mato y las tiro a los soldados de la ORS, les quedó claro? Mejor así.
jaja bueno, May, quiero leer, así que dale, apura el trámite y subí el cap, dah.
Besos de arcoiris
Loveru
Re: Puros. |Novela Colectiva|
Capítulo 24
Destiny.
El viento azotó mi cabello y el resto de mi cuerpo, con fuerza, aquella tarde un poco oscurecida de miércoles. Si algo se podía detestar un poco más que el resto de las cosas de afuera era el clima espantoso que nos torturaba; pero yo había encontrado una forma de sonreírle a eso. Como a todo.
Estaba sentada en cuclillas mientras mi mano derecha se apoyaba en la tierra seca para no perder un poco el equilibro. Mi otra mano, la que no estaba ocupada ayudándome a no caerme, dibujaba cúpulas.
Mis pensamientos, al reflexionar en lo que estaba haciendo, se concentraron en escarbar en mi alma y preguntarme si en verdad quería volver.
—¿Nunca te ha parecido que todo está mal?
Se acercó a mí con la lentitud y la sutileza del animal más ágil de todos, por lo que no me percaté de su presencia hasta que habló. Me sobresalté, y dejé de apoyar mi mano en la tierra. Con un movimiento brusco, me tambaleé y quedé tirada sobre mis dibujos de cúpulas; que creo que él no había visto, afortunadamente. No es que me diera miedo ni que me pareciera inapropiado que lo viera, claro que no. Simplemente no quería que pensara que no me gustaba estar afuera de la Cúpula. Porque no era así; me encantaba poder respirar aire de verdad. Me encantaba el estilo de vida que había que llevar.
—Aunque sea en el sentido más general de la palabra, siempre me he dicho que cabe la posibilidad de que hayamos entendido todo mal desde el principio.
Él me sonrió con genuinidad, o eso pude apreciar, y se sentó a mi lado. No quiero ponerme a hablar como una de esas patéticas enamoradas que solamente hablan de lo lindo que se ven sus ojos con esa luz, o de lo petrificante que es su sonrisa; pero si no tuviera ese pensamiento ya lo habría hecho hace mucho.
Tampoco es que mis sentimientos fueran inequívocamente de enamoramiento perdido y lunático, puesto que todavía seguía sin poder afirmar con certeza que me encontraba sintiendo eso por el chico de ojos verdes que me contemplaba tirada en la tierra.
—Hay muchas cosas a las que no les encuentro solución, ni sentido, menos un motivo; por muy simples que sean— con voz baja, decido continuar con mis palabras—. Siempre he querido saber más y más, siempre quise saber las razones y el origen de todo.
Se queda viéndome, como si estuviera eclipsado. Y durante un poco más de un minuto todo en él permanece igual: el mismo tipo de mirada, el mismo tipo de sonrisa, el mismo tipo de postura. Sin nada más que hacer que imitar su comportamiento, me quedé quieta, sonriendo con un poco de timidez y mis ojos fijos en los suyos, para bajar al suelo un rato solamente cuando aquel contacto visual ya me producía escalofríos.
—Es bastante curioso lo mucho que me encanta tu manera de pensar—habló él, rompiendo por fin el silencio que, raramente, no se había sentido incómodo en lo absoluto.
Una inmensa sonrisa seguida de mejillas coloradas aparecieron en mi rostro, y no supe muy bien qué decir por unos segundos. Era un efecto que si bien era muy típico y habitual en mí, en esos momentos pareció tremendamente íntimo y personal. Esas ideas me sonrojaron todavía más. Y como sabía que si seguía pensando en eso parecería un tomate, volví a hablar y retomar la conversación.
—Pero, eh, ¿a qué te referías?—pregunté, incorporándome (no sin antes borrar con mi mano las cúpulas) y sentándome al lado suyo.
—Supongo que al hecho de estar aquí. ¿No te parece que nuestro destino podría haber sido otro, otro mejor?—me respondió, con absoluta seriedad, sin mirarme—. Toda esta porquería llena de sufrimiento les pudo haber tocado a todos los que ahora están tomando agua con hielo, frescos gracias a un aire acondicionado.
Dentro de todo, sus palabras me duelen un poco, solamente. Sobretodo porque son verdad, sobretodo porque así era yo antes. Como el tema había rozado su punto delicado, me tomo mi tiempo para responder, y cuando pasa lo hago con extremo cuidado.
—Por favor, deja de odiar a los que sólo tuvieron suerte. Deja de lamentarte por los que siguen aquí. Porque las cosas del pasado son simplemente recuerdos, hechos que quedaron en la historia y que no vamos a poder cambiar—mi mano se encuentró con la suya—. Pero el presente es lo que tenemos ahora, y eso sí podemos modificar. Todo el odio insufrible que hay entre los dos grupos no nos va a llevar a ninguna parte, no hasta que nos resignemos a pensar con claridad.
Solté un pequeño bufido antes de dejar de mirar a la nada y fijar mis ojos en los suyos. Me escuchaba atentamente y tenía cara de un niño pequeño, perdido. Se me rompió el corazón.
—Y sé que parece en vano todo lo que te estoy diciendo porque el resto de las personas no lo están haciendo, pero podemos empezar nosotros. Nosotros y nuestros hermanos. Podemos ir a buscar a Sarah, volvernos a reunir todos. Hablarles, hablarles para que reaccionen porque ya estoy harta de que todos nos llevemos mal. Y luego...
No pude continuar hablando. Una horrible carcajada se escuchó justo detrás nuestro y los dos nos sobresaltamos. Marie estaba de brazos cruzados; y un semblante burlón y provocador de escalofríos adornaba su rostro. Ella y el resto del grupo nos miraban.
—Esa fue una gran teoría de cómo salvar a tu mundo de fantasía y de colores, pura—escupió, con una ceja levantada.
Y en ese momento me enojé.
Me enojé porque era algo tan odioso lo que ellos estaban haciendo. Me enojé porque era injusto todo lo que tenía que soportar. Me enojé porque no era posible que todo mi esfuerzo tuviera que tirarse por la borda culpa del pesimismo de alguien.
Cuando uno de mis hermanos se levantó para contestarle a la pelinegra, lo interrumpí.
—Que veas todo como un caso perdido y te limites a sentarte en el suelo, a sobrevivir y a victimizarte, no quiere decir que mis ideas no puedan ser reales. Y estoy harta de que me llamen pura. No soy pura, soy una persona; como ustedes, por muy inhumanos que puedan estar pareciendo en este preciso momento—nunca les había hablado de esa forma, pero no pensaba detenerme—. Todos nos encontramos muy resentidos por la suerte del otro, ¿eh? Bueno, nosotros salimos al exterior y conocimos su modo de vida. Déjenme decirles que sí tienen razones para llorar y sentir lástima por ustedes mismos, pero no nos va a llevar a nada. Tampoco que estén ofendidos para siempre porque nosotros estábamos encerrados en una Cúpula de la perdición—miré de soslayo a Logan, y vi una sonrisa en su rostro—. Pero como hacen oídos sordos a cada estúpida cosa que digo, voy a darles el gusto: ¿Quieren ir a la jodida Cúpula a sufrir como unos condenados, gobernados por una rutina y represión a casi todos los tipos de expresión? Está bien. Nos vamos a la Cúpula.
Logan.
Aquella chica me encantaba.
Era tan malditamente interesante que era imposible no prestarle atención a cada cosa que pasaba, o eso sentía yo todo el tiempo. Aunque en ese momento, el mundo entero concordaba conmigo; porque el grupo (y se sintió como si el resto del planeta también) se había quedado en silencio, intentando digerir y aliviar el impacto de las palabras que la ojiverde había dicho.
Supongo que al igual que todos, creí que estaba bromeando. Sin embargo, nadie se atrevió a reír. Seguíamos saboreando la acidez de su discurso y me planteé que podría ser divertido.
Divertido, todo tenía que parecerme divertido siempre. No había forma de que no le encontrara diversión a algo; pero supongo que eso no está mal.
—Des, yo, no creo que eso sea conveniente—dijo Liam, con cautela.
Ella se veía demasiado enfurecida, pero yo podía apreciar el dolor en sus ojos. Algo se ablandó en mi interior al escucharla. Era demasiado triste que haya tenido que hablarnos de esa forma para que alguien pueda al menos pensarse lo que estaba diciendo. De todos nosotros, actuaba como la más sensata, y era la menor.
—Y ustedes—señaló a sus hermanos—, no me vengan con que no quieren, porque me han estado reclamando todo lo que pasó desde que nos fuimos. ¿Es mi culpa, verdad? Bueno, ahora estoy por remediarlo. Me harté de ser la maldita culpable de todo.
Era imposible no quedarme viéndola fijamente por unos segundos y perderme un poco la conversación que estaba dándose entre todos, decidiendo si lo haríamos o no. Podía ver de reojo a los demás hablando, no tan pacíficamente, pero estaban menos agresivos que antes. Sin embargo, en mi mente sólo se repetían las palabras producidas por la adorable voz de Destiny. De cualquier forma, no podía evitar escuchar las palabras “locura”, “suicidio” y “muerte” de vez en cuando.
Sorprendente era la palabra ideal para definir que en tan poco tiempo ella haya alcanzado ese impacto, ese alto nivel de influencia en mi vida.
Y no es solamente por eso que la ayudé con su idea. Creo que ya no tenía sentido seguir ahí por más tiempo, simplemente simulando vivir, luchando contra toda la basura que nos tiraban. Y porque, ¿qué otra cosa podíamos perder? ¿Qué más nos quedaba?
Así que, cuando volvi de nuevo a la realidad actual, me encogí de hombros, y con voz fuerte y firme para silenciar a los demás, hablé:
—Sí, hagámoslo.
Eso generó un gran choque entre todos, que volvieron a permanecer en silencio. En esta ocasión, Kenneth habló.
—¿Por qué no? Sería genial enseñarle a ellos un poco de nuestra realidad.
—¿Están locos? ¿Qué pretenden hacer?—interrumpió Louis—. ¿Creen que vamos a llegar y nos van a recibir a todos entusiasmados?
—¿Quién necesita que nos reciban bien? ¡Ellos ya no me importan! ¡Por mí podríamos volar la Cúpula y daría igual!—dijo Zayn, de la nada.
Parecía que cada cosa impactante que alguien decía generaba un silencio todavía más largo y meditabundo cada vez. Creo que los que habían vivido antes en la Cúpula no lo hicieron consientemente, pero en todos los rostros pude distinguir una pequeña sonrisa.
—Volar la Cúpula—repitió Beth, saboreando cómo se sentía decir eso.
Lo que más me encantó de todo el asunto fue que nunca escuché una oposición de los que estaban en aquella cosa, en su “hogar” que ahora se estaba planteando explotar. Probablemente en alguna de sus cabezas la idea sonaba aunque sea un poco incorrecta; pero el hecho de que no protestaran ya me dio una clara visión de que vivir en esa cosa no era tan fabuloso como se veía desde el exterior.
El asunto se discutió un poco más, pero la mayoría de nosotros ya opinaba de la misma manera: deberíamos hacerlo.
Entrar a aquel lugar, observar cómo era, y luego volarla en mil pedazos. Así toda la gente que vivía allí podría deleitarse con la maravillosa realidad que proclama que no todo está hecho de chocolate y helado.
Avanzamos todos por el escondite que los árboles nos proporcionaban, todos en manada. Luego de un tiempo de discusión intensa caímos en la cuenta de que hacer eso nos proporcionaría un gran placer, y paz. Como si nos quitaramos un peso de encima.
La noche y la completa oscuridad ya había caído, y eso nos ayudaba un poco. Un viento poderoso nos pegaba y traía tierra hacia nosotros.
Habíamos abandonado nuestro antiguo lugar hace una media hora; y nos dirigíamos a la Cúpula. No nos atrevíamos a hacer demasiado ruido, no era conveniente.
Nuestro plan no estaba perfectamente detallado pero dejaba en claro cómo llegar ahí, y cómo entrar. No decía nada de qué hacer luego ni de cómo salir, y por eso para los ojos y oídos de las personas ajenas a nosotros se veía y sonaba como una locura. Posiblemente, para muchos de nuestro grupo también lo hacía.
Sin embargo, el hecho de tener un propósito nos motivaba a hacerlo, pasara lo que pasara. Porque Destiny había acertado con su discurso: sólo nos limitabamos a sobrevivir. No podíamos llamarle vida a lo que teníamos antes. No tenía sentido.
Así que lo hicimos.
—Todavía estamos a tiempo para dar la vuelta y volver, ¿no?—dijo Harry, en un tono que dejaba ver un evidente nerviosismo.
—Puedes volver cuando quieras—le dije, en tono firme—. Lo que estamos haciendo no es para gente insegura o cobarde.
Aquelló lo silenció, y con los labios fruncidos comenzó a caminar de vuelta. La verdad había muchas cosas que me gustaría haberles dicho a todos ellos en innumerables ocasiones, pero sabía que no habría ayudado en nada.
Se retomó nuestra travesía en silencio hasta que llegamos a unos cuantos metros de distancia de la Cúpula y todos pudimos observarla detalladamente.
Era inmensa.
Se alzaba imponentemente sobre la tierra y tenía mucho vidrio, en su mayor parte estaba hecha de eso, pero no podíamos ver el interior.
—¿No pueden vernos?—preguntó Kenneth, en dirección a los que alguna vez habían estado allí.
—No, hay alguna especie de material que impide que los de aquí y los de allí se puedan ver entre ellos—respondió Destiny, con suavidad.
Nos quedamos un tiempo más inspeccionando todo, hasta que Louis aplaudió una sola vez y nos dijo que era hora de empezar.
Liam sacó de su mochila un pedazo de cuerda de cable, posiblemente la más resistente que había visto nunca, que habíamos podido canjear en el mercado, y me la tendió a mí. Con su dedo índice me señaló una ventana que quedaba casi en la parte más alta de la Cúpula, y se veía como la única abierta de toda aquella construcción. Si no había entendido mal nuestro mal elaborado plan, era la ventana de la habitación de ellos, donde habían dormido antes.
—Alguien necesita trepar a un árbol y atar la cuerda a la ventana si pretendemos llegar ahí con ese método—dije, evaluando con la vista todo.
Todos se miraron entre ellos y poco a poco se fueron descartando con distintos tipos de excusas. Luego de girar sus ojos, Destiny me quitó la cuerda de las manos y se encaminó a un árbol que quedaba cerca de la ventana.
Louis protestó al acto.
—¡Ni se te ocurra!
—Ya cálmate, Louis—acotó ella, sin mirarlo.
No se veía con temor en cada acto que hacía, y agarró una rama con fuerza. Flexionó su brazo para levantar el resto de su cuerpo de la tierra, y agarrándose de otra rama más alta con su otro brazo, se sentó en la primera rama. Louis y alguno de sus otros hermanos contemplaron lo que estaba haciendo con nervios y probablemente desaprobación. ¿Es que nadie podía dejar vivir a esa chica?
Un poco más de esa técnica que Destiny estaba haciendo y ya estaba a unos tres metros de altura. Si tenía miedo, nunca lo demostró. Ni siquiera cuando una de las ramas en las que puso su pie flaqueó y se rompió, cayendo al suelo. En ese momento, Niall cerró los ojos con fuerza, y yo me mordí el labio.
—Vamos, Des, no pasa nada—la animé, sin saber muy bien si era capaz de escucharme desde donde ella estaba.
Continuó con lo suyo hasta que alcanzó a igualar la altura de la ventana que estaba abierta. Se sentó en la rama y poco a poco se acercó a la punta. Agarrándose con una mano a otra que estaba más arriba, se levantó, quedando de pie sobre ella. Marie miraba con una sonrisa de admiración lo que ella estaba haciendo, seguramente porque no creía que ella hubiera tenido el valor de hacer eso.
Se colgó de la rama que estaba más arriba de ella, quedando suspendida en el aire; y columpiándose para darse impulso, saltó.
Cuando desapareció de nuestra vista, todos suspiramos de alivio, y reímos un poco cuando sacó su cabeza por afuera de la Cúpula. Ató la cuerda a algo que estaba dentro de la habitación, y nos la arrojó.
—Muy bien, ¿quién va a ser el primero?—gritó.
El viento azotó mi cabello y el resto de mi cuerpo, con fuerza, aquella tarde un poco oscurecida de miércoles. Si algo se podía detestar un poco más que el resto de las cosas de afuera era el clima espantoso que nos torturaba; pero yo había encontrado una forma de sonreírle a eso. Como a todo.
Estaba sentada en cuclillas mientras mi mano derecha se apoyaba en la tierra seca para no perder un poco el equilibro. Mi otra mano, la que no estaba ocupada ayudándome a no caerme, dibujaba cúpulas.
Mis pensamientos, al reflexionar en lo que estaba haciendo, se concentraron en escarbar en mi alma y preguntarme si en verdad quería volver.
—¿Nunca te ha parecido que todo está mal?
Se acercó a mí con la lentitud y la sutileza del animal más ágil de todos, por lo que no me percaté de su presencia hasta que habló. Me sobresalté, y dejé de apoyar mi mano en la tierra. Con un movimiento brusco, me tambaleé y quedé tirada sobre mis dibujos de cúpulas; que creo que él no había visto, afortunadamente. No es que me diera miedo ni que me pareciera inapropiado que lo viera, claro que no. Simplemente no quería que pensara que no me gustaba estar afuera de la Cúpula. Porque no era así; me encantaba poder respirar aire de verdad. Me encantaba el estilo de vida que había que llevar.
—Aunque sea en el sentido más general de la palabra, siempre me he dicho que cabe la posibilidad de que hayamos entendido todo mal desde el principio.
Él me sonrió con genuinidad, o eso pude apreciar, y se sentó a mi lado. No quiero ponerme a hablar como una de esas patéticas enamoradas que solamente hablan de lo lindo que se ven sus ojos con esa luz, o de lo petrificante que es su sonrisa; pero si no tuviera ese pensamiento ya lo habría hecho hace mucho.
Tampoco es que mis sentimientos fueran inequívocamente de enamoramiento perdido y lunático, puesto que todavía seguía sin poder afirmar con certeza que me encontraba sintiendo eso por el chico de ojos verdes que me contemplaba tirada en la tierra.
—Hay muchas cosas a las que no les encuentro solución, ni sentido, menos un motivo; por muy simples que sean— con voz baja, decido continuar con mis palabras—. Siempre he querido saber más y más, siempre quise saber las razones y el origen de todo.
Se queda viéndome, como si estuviera eclipsado. Y durante un poco más de un minuto todo en él permanece igual: el mismo tipo de mirada, el mismo tipo de sonrisa, el mismo tipo de postura. Sin nada más que hacer que imitar su comportamiento, me quedé quieta, sonriendo con un poco de timidez y mis ojos fijos en los suyos, para bajar al suelo un rato solamente cuando aquel contacto visual ya me producía escalofríos.
—Es bastante curioso lo mucho que me encanta tu manera de pensar—habló él, rompiendo por fin el silencio que, raramente, no se había sentido incómodo en lo absoluto.
Una inmensa sonrisa seguida de mejillas coloradas aparecieron en mi rostro, y no supe muy bien qué decir por unos segundos. Era un efecto que si bien era muy típico y habitual en mí, en esos momentos pareció tremendamente íntimo y personal. Esas ideas me sonrojaron todavía más. Y como sabía que si seguía pensando en eso parecería un tomate, volví a hablar y retomar la conversación.
—Pero, eh, ¿a qué te referías?—pregunté, incorporándome (no sin antes borrar con mi mano las cúpulas) y sentándome al lado suyo.
—Supongo que al hecho de estar aquí. ¿No te parece que nuestro destino podría haber sido otro, otro mejor?—me respondió, con absoluta seriedad, sin mirarme—. Toda esta porquería llena de sufrimiento les pudo haber tocado a todos los que ahora están tomando agua con hielo, frescos gracias a un aire acondicionado.
Dentro de todo, sus palabras me duelen un poco, solamente. Sobretodo porque son verdad, sobretodo porque así era yo antes. Como el tema había rozado su punto delicado, me tomo mi tiempo para responder, y cuando pasa lo hago con extremo cuidado.
—Por favor, deja de odiar a los que sólo tuvieron suerte. Deja de lamentarte por los que siguen aquí. Porque las cosas del pasado son simplemente recuerdos, hechos que quedaron en la historia y que no vamos a poder cambiar—mi mano se encuentró con la suya—. Pero el presente es lo que tenemos ahora, y eso sí podemos modificar. Todo el odio insufrible que hay entre los dos grupos no nos va a llevar a ninguna parte, no hasta que nos resignemos a pensar con claridad.
Solté un pequeño bufido antes de dejar de mirar a la nada y fijar mis ojos en los suyos. Me escuchaba atentamente y tenía cara de un niño pequeño, perdido. Se me rompió el corazón.
—Y sé que parece en vano todo lo que te estoy diciendo porque el resto de las personas no lo están haciendo, pero podemos empezar nosotros. Nosotros y nuestros hermanos. Podemos ir a buscar a Sarah, volvernos a reunir todos. Hablarles, hablarles para que reaccionen porque ya estoy harta de que todos nos llevemos mal. Y luego...
No pude continuar hablando. Una horrible carcajada se escuchó justo detrás nuestro y los dos nos sobresaltamos. Marie estaba de brazos cruzados; y un semblante burlón y provocador de escalofríos adornaba su rostro. Ella y el resto del grupo nos miraban.
—Esa fue una gran teoría de cómo salvar a tu mundo de fantasía y de colores, pura—escupió, con una ceja levantada.
Y en ese momento me enojé.
Me enojé porque era algo tan odioso lo que ellos estaban haciendo. Me enojé porque era injusto todo lo que tenía que soportar. Me enojé porque no era posible que todo mi esfuerzo tuviera que tirarse por la borda culpa del pesimismo de alguien.
Cuando uno de mis hermanos se levantó para contestarle a la pelinegra, lo interrumpí.
—Que veas todo como un caso perdido y te limites a sentarte en el suelo, a sobrevivir y a victimizarte, no quiere decir que mis ideas no puedan ser reales. Y estoy harta de que me llamen pura. No soy pura, soy una persona; como ustedes, por muy inhumanos que puedan estar pareciendo en este preciso momento—nunca les había hablado de esa forma, pero no pensaba detenerme—. Todos nos encontramos muy resentidos por la suerte del otro, ¿eh? Bueno, nosotros salimos al exterior y conocimos su modo de vida. Déjenme decirles que sí tienen razones para llorar y sentir lástima por ustedes mismos, pero no nos va a llevar a nada. Tampoco que estén ofendidos para siempre porque nosotros estábamos encerrados en una Cúpula de la perdición—miré de soslayo a Logan, y vi una sonrisa en su rostro—. Pero como hacen oídos sordos a cada estúpida cosa que digo, voy a darles el gusto: ¿Quieren ir a la jodida Cúpula a sufrir como unos condenados, gobernados por una rutina y represión a casi todos los tipos de expresión? Está bien. Nos vamos a la Cúpula.
Logan.
Aquella chica me encantaba.
Era tan malditamente interesante que era imposible no prestarle atención a cada cosa que pasaba, o eso sentía yo todo el tiempo. Aunque en ese momento, el mundo entero concordaba conmigo; porque el grupo (y se sintió como si el resto del planeta también) se había quedado en silencio, intentando digerir y aliviar el impacto de las palabras que la ojiverde había dicho.
Supongo que al igual que todos, creí que estaba bromeando. Sin embargo, nadie se atrevió a reír. Seguíamos saboreando la acidez de su discurso y me planteé que podría ser divertido.
Divertido, todo tenía que parecerme divertido siempre. No había forma de que no le encontrara diversión a algo; pero supongo que eso no está mal.
—Des, yo, no creo que eso sea conveniente—dijo Liam, con cautela.
Ella se veía demasiado enfurecida, pero yo podía apreciar el dolor en sus ojos. Algo se ablandó en mi interior al escucharla. Era demasiado triste que haya tenido que hablarnos de esa forma para que alguien pueda al menos pensarse lo que estaba diciendo. De todos nosotros, actuaba como la más sensata, y era la menor.
—Y ustedes—señaló a sus hermanos—, no me vengan con que no quieren, porque me han estado reclamando todo lo que pasó desde que nos fuimos. ¿Es mi culpa, verdad? Bueno, ahora estoy por remediarlo. Me harté de ser la maldita culpable de todo.
Era imposible no quedarme viéndola fijamente por unos segundos y perderme un poco la conversación que estaba dándose entre todos, decidiendo si lo haríamos o no. Podía ver de reojo a los demás hablando, no tan pacíficamente, pero estaban menos agresivos que antes. Sin embargo, en mi mente sólo se repetían las palabras producidas por la adorable voz de Destiny. De cualquier forma, no podía evitar escuchar las palabras “locura”, “suicidio” y “muerte” de vez en cuando.
Sorprendente era la palabra ideal para definir que en tan poco tiempo ella haya alcanzado ese impacto, ese alto nivel de influencia en mi vida.
Y no es solamente por eso que la ayudé con su idea. Creo que ya no tenía sentido seguir ahí por más tiempo, simplemente simulando vivir, luchando contra toda la basura que nos tiraban. Y porque, ¿qué otra cosa podíamos perder? ¿Qué más nos quedaba?
Así que, cuando volvi de nuevo a la realidad actual, me encogí de hombros, y con voz fuerte y firme para silenciar a los demás, hablé:
—Sí, hagámoslo.
Eso generó un gran choque entre todos, que volvieron a permanecer en silencio. En esta ocasión, Kenneth habló.
—¿Por qué no? Sería genial enseñarle a ellos un poco de nuestra realidad.
—¿Están locos? ¿Qué pretenden hacer?—interrumpió Louis—. ¿Creen que vamos a llegar y nos van a recibir a todos entusiasmados?
—¿Quién necesita que nos reciban bien? ¡Ellos ya no me importan! ¡Por mí podríamos volar la Cúpula y daría igual!—dijo Zayn, de la nada.
Parecía que cada cosa impactante que alguien decía generaba un silencio todavía más largo y meditabundo cada vez. Creo que los que habían vivido antes en la Cúpula no lo hicieron consientemente, pero en todos los rostros pude distinguir una pequeña sonrisa.
—Volar la Cúpula—repitió Beth, saboreando cómo se sentía decir eso.
Lo que más me encantó de todo el asunto fue que nunca escuché una oposición de los que estaban en aquella cosa, en su “hogar” que ahora se estaba planteando explotar. Probablemente en alguna de sus cabezas la idea sonaba aunque sea un poco incorrecta; pero el hecho de que no protestaran ya me dio una clara visión de que vivir en esa cosa no era tan fabuloso como se veía desde el exterior.
El asunto se discutió un poco más, pero la mayoría de nosotros ya opinaba de la misma manera: deberíamos hacerlo.
Entrar a aquel lugar, observar cómo era, y luego volarla en mil pedazos. Así toda la gente que vivía allí podría deleitarse con la maravillosa realidad que proclama que no todo está hecho de chocolate y helado.
**
Avanzamos todos por el escondite que los árboles nos proporcionaban, todos en manada. Luego de un tiempo de discusión intensa caímos en la cuenta de que hacer eso nos proporcionaría un gran placer, y paz. Como si nos quitaramos un peso de encima.
La noche y la completa oscuridad ya había caído, y eso nos ayudaba un poco. Un viento poderoso nos pegaba y traía tierra hacia nosotros.
Habíamos abandonado nuestro antiguo lugar hace una media hora; y nos dirigíamos a la Cúpula. No nos atrevíamos a hacer demasiado ruido, no era conveniente.
Nuestro plan no estaba perfectamente detallado pero dejaba en claro cómo llegar ahí, y cómo entrar. No decía nada de qué hacer luego ni de cómo salir, y por eso para los ojos y oídos de las personas ajenas a nosotros se veía y sonaba como una locura. Posiblemente, para muchos de nuestro grupo también lo hacía.
Sin embargo, el hecho de tener un propósito nos motivaba a hacerlo, pasara lo que pasara. Porque Destiny había acertado con su discurso: sólo nos limitabamos a sobrevivir. No podíamos llamarle vida a lo que teníamos antes. No tenía sentido.
Así que lo hicimos.
—Todavía estamos a tiempo para dar la vuelta y volver, ¿no?—dijo Harry, en un tono que dejaba ver un evidente nerviosismo.
—Puedes volver cuando quieras—le dije, en tono firme—. Lo que estamos haciendo no es para gente insegura o cobarde.
Aquelló lo silenció, y con los labios fruncidos comenzó a caminar de vuelta. La verdad había muchas cosas que me gustaría haberles dicho a todos ellos en innumerables ocasiones, pero sabía que no habría ayudado en nada.
Se retomó nuestra travesía en silencio hasta que llegamos a unos cuantos metros de distancia de la Cúpula y todos pudimos observarla detalladamente.
Era inmensa.
Se alzaba imponentemente sobre la tierra y tenía mucho vidrio, en su mayor parte estaba hecha de eso, pero no podíamos ver el interior.
—¿No pueden vernos?—preguntó Kenneth, en dirección a los que alguna vez habían estado allí.
—No, hay alguna especie de material que impide que los de aquí y los de allí se puedan ver entre ellos—respondió Destiny, con suavidad.
Nos quedamos un tiempo más inspeccionando todo, hasta que Louis aplaudió una sola vez y nos dijo que era hora de empezar.
Liam sacó de su mochila un pedazo de cuerda de cable, posiblemente la más resistente que había visto nunca, que habíamos podido canjear en el mercado, y me la tendió a mí. Con su dedo índice me señaló una ventana que quedaba casi en la parte más alta de la Cúpula, y se veía como la única abierta de toda aquella construcción. Si no había entendido mal nuestro mal elaborado plan, era la ventana de la habitación de ellos, donde habían dormido antes.
—Alguien necesita trepar a un árbol y atar la cuerda a la ventana si pretendemos llegar ahí con ese método—dije, evaluando con la vista todo.
Todos se miraron entre ellos y poco a poco se fueron descartando con distintos tipos de excusas. Luego de girar sus ojos, Destiny me quitó la cuerda de las manos y se encaminó a un árbol que quedaba cerca de la ventana.
Louis protestó al acto.
—¡Ni se te ocurra!
—Ya cálmate, Louis—acotó ella, sin mirarlo.
No se veía con temor en cada acto que hacía, y agarró una rama con fuerza. Flexionó su brazo para levantar el resto de su cuerpo de la tierra, y agarrándose de otra rama más alta con su otro brazo, se sentó en la primera rama. Louis y alguno de sus otros hermanos contemplaron lo que estaba haciendo con nervios y probablemente desaprobación. ¿Es que nadie podía dejar vivir a esa chica?
Un poco más de esa técnica que Destiny estaba haciendo y ya estaba a unos tres metros de altura. Si tenía miedo, nunca lo demostró. Ni siquiera cuando una de las ramas en las que puso su pie flaqueó y se rompió, cayendo al suelo. En ese momento, Niall cerró los ojos con fuerza, y yo me mordí el labio.
—Vamos, Des, no pasa nada—la animé, sin saber muy bien si era capaz de escucharme desde donde ella estaba.
Continuó con lo suyo hasta que alcanzó a igualar la altura de la ventana que estaba abierta. Se sentó en la rama y poco a poco se acercó a la punta. Agarrándose con una mano a otra que estaba más arriba, se levantó, quedando de pie sobre ella. Marie miraba con una sonrisa de admiración lo que ella estaba haciendo, seguramente porque no creía que ella hubiera tenido el valor de hacer eso.
Se colgó de la rama que estaba más arriba de ella, quedando suspendida en el aire; y columpiándose para darse impulso, saltó.
Cuando desapareció de nuestra vista, todos suspiramos de alivio, y reímos un poco cuando sacó su cabeza por afuera de la Cúpula. Ató la cuerda a algo que estaba dentro de la habitación, y nos la arrojó.
—Muy bien, ¿quién va a ser el primero?—gritó.
- olha a thodaz:
- buenop, yo quería decir que la canción es la misma que puse en el primer capítulo, porque feels y porque no me acuerdo cómo se hacía para poner más música. el capítulo es medio raro y le da otro giro a la historia.
síp, a la mierda Sarah y Scarlett ahreno.
espero que les guste y esas porquerías, la sigue Miranda.
Y NO ME AMENACÉS, GUILLE, QUE SE RE ARMA, EH. (?)
demons.
Re: Puros. |Novela Colectiva|
veo que aquí todas me quieren matar de algo al corazón porque dios ese capítulo fue hermoso Destiny se les encaró y bien callados que los dejo pero dios que plan tan suicida sacaron los niños ahora igual sigo queriendo a cada uno de esos miserables Logan es tan nxkajciebcj que también me dio algo con ese chico.
Y ahora sin mucha inspiración pero con muchas ansias de saber que sigue obligo a Miranda que suba porque quiero saber quiero sabeeeeerrr
Y ahora sin mucha inspiración pero con muchas ansias de saber que sigue obligo a Miranda que suba porque quiero saber quiero sabeeeeerrr
Kurisu
Re: Puros. |Novela Colectiva|
SE ARMA EL RE BARDO CON GUILLERMINA, STEPHANIE Y MAIA.
Me dejaste esperando una eternidad de tiempo a que subieras el mentado capítulo y tanto tiempo de espera para que me salgas con QUE LES VALIÓ TODO Y SE FUERON A LA CHINA.
Sí, está bien, que vuelen la Cúpula que son jóvenes, eh.
Ratos que no leía algo tuyo nuevo, niña. Me puse toda loca al ver que ya habías subido y me puse peor al comenzar a leer.
Logan y Destiny tienen un amor tan poderoso que casi se le quita al nene el leve capricho por Harry, ¿no? Yo creo que el amor todo lo puede.|?|
Y en un momento me confundí y pensé que Harry se había enojado tanto que comenzó a caminar de vuelta al pueblo'. |?| Pero bueno, creo que el grupo se hizo más fuerte. |?| Y Sarah y Scarlet tendrán que salir ahora con que los que se mueren se van a la Cúpula, como es el caso de Scarlet, y a Sarah le apeteció ir a darse una vuelta por ahí. ¡PROBLEMA RESUELTO!
Saben que me di cuenta hace poquito {ah, ya me había dado cuenta, pero hasta ahora lo acepté} que hablo exactamente igual que como escribo. Todo es un caos. Así que me tomará algo de tiempo el capítulo veinticinco {veinticinco de Navidad, vieron que es el destino}, y eso.
Sos un genio, May.
Me dejaste esperando una eternidad de tiempo a que subieras el mentado capítulo y tanto tiempo de espera para que me salgas con QUE LES VALIÓ TODO Y SE FUERON A LA CHINA.
Sí, está bien, que vuelen la Cúpula que son jóvenes, eh.
Ratos que no leía algo tuyo nuevo, niña. Me puse toda loca al ver que ya habías subido y me puse peor al comenzar a leer.
Logan y Destiny tienen un amor tan poderoso que casi se le quita al nene el leve capricho por Harry, ¿no? Yo creo que el amor todo lo puede.|?|
Y en un momento me confundí y pensé que Harry se había enojado tanto que comenzó a caminar de vuelta al pueblo'. |?| Pero bueno, creo que el grupo se hizo más fuerte. |?| Y Sarah y Scarlet tendrán que salir ahora con que los que se mueren se van a la Cúpula, como es el caso de Scarlet, y a Sarah le apeteció ir a darse una vuelta por ahí. ¡PROBLEMA RESUELTO!
Saben que me di cuenta hace poquito {ah, ya me había dado cuenta, pero hasta ahora lo acepté} que hablo exactamente igual que como escribo. Todo es un caos. Así que me tomará algo de tiempo el capítulo veinticinco {veinticinco de Navidad, vieron que es el destino}, y eso.
Sos un genio, May.
PARACETAMOL
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