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Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Ficha:
Nombre: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Autor: Zuna_98 (Nana) , Dani-hllnz (Nani) , 1Dani95 (Dani)
Adaptación: NO
Género: Romance, Drama, comedia con una pizca de sarcasmo.
Advertencias: Por ahora ninguna.
Otras páginas: No
Nombre: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Autor: Zuna_98 (Nana) , Dani-hllnz (Nani) , 1Dani95 (Dani)
Adaptación: NO
Género: Romance, Drama, comedia con una pizca de sarcasmo.
Advertencias: Por ahora ninguna.
Otras páginas: No
Tres historias, tres chicas, tres corazones, un destino entrelazado que volverá sus aburridas vidas en una fantástica aventura.
Una rubia, una castaña y un mal intento de pelirroja que se conocen en una circunstancia inesperada, que a pesar de sus diferencias y gracias a las cosas que tienen en común logran crear una solida amistad.
Tres vidas completamente diferentes unidas por un sentimiento que se encarga de demostrar que las casualidades no existen, el destino si.
Una rubia, una castaña y un mal intento de pelirroja que se conocen en una circunstancia inesperada, que a pesar de sus diferencias y gracias a las cosas que tienen en común logran crear una solida amistad.
Tres vidas completamente diferentes unidas por un sentimiento que se encarga de demostrar que las casualidades no existen, el destino si.
Somos tres adolescentes Colombianas apasionadas por la lectura y la escritura, y se nos ocurrió la loca idea de escribir un fanfic de una de nuestras bandas favoritas y entre todas las dificultades (como quemar una olla, tener dedos heridos y estudiar) estamos esforzandonos lo máximo por hacer una novela creativa, divertida y espontánea. Es nuestro primer intento y esperamos que les agrade.
Nuestros nombres son Daniela, Natalia y Daniela (Si, somos dos Danielas) y para evitar confusiones somos Dani (La rubia), Nana (“La pelirroja”), y Nani (La castaña).
Nuestros nombres son Daniela, Natalia y Daniela (Si, somos dos Danielas) y para evitar confusiones somos Dani (La rubia), Nana (“La pelirroja”), y Nani (La castaña).
Última edición por 1Dani95 el Dom 10 Feb 2013, 12:16 am, editado 2 veces
1Dani95
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capitulo 1: "Vacances d'été" (vacaciones de verano)
Holaaaa :) Soy Dani y estoy aqui para dejarles el primer capitulo... No es muy largo pero espero les guste
Holaaaa :) Soy Dani y estoy aqui para dejarles el primer capitulo... No es muy largo pero espero les guste
-Ringgg, Ringgg.- ¡¿Por qué?! ¿Por qué este ruido otra vez? Siempre olvido cambiarlo. Pero a quien engaño… ningún otro lograría despertarme, -Ahh, ¿y si pongo “Little Things” como despertador…? ¡No!, no podría levantarme de la cama, la repetiría mil ve… -Ringgg, Ringg.- Verdad, mi último día de clases, por fin me voy a librar de esta desgraciada ingeniería.
Tiré mis cobijas a un lado y estiré cada parte de mi cuerpo, intentando eliminar cada rastro de pereza de mí. Tenía que arreglarme rápido o perdería mi última clase. Entré al baño y miré el espejo: Despeinada… nada fuera de lo normal. Con mi cabello rubio podría asegurar que me veía como una leona, pero algo me alegraba, ya no tenía esas ojeras a la que me había acostumbrado por tantos trabajos y trasnochos durante este último año. Definitivamente no fue buena idea seguir el consejo de mi padre, aunque me iba bien, estoy segura de que esta carrera no es para mí, pero acabando esto, la posibilidad de estudiar lo que quiero aumentaba. Convencería a mis padres de que me inscribieran a psicología.
En menos de lo que pensaba, estaba bañada y vestida. Un short beige, una blusa azul índigo no muy ajustada y de abotonar al frente con unas sandalias sencillas azules también. Me senté frente al el espejo, maquillaje sencillo como acostumbraba, un poco de delineador para resaltar mis ojos verdes y brillo en mis labios.
Salí lo más rápido posible, mi madre me recibió con un plato de cereal, perfecto para la falta de tiempo. Comí y me monté en mi hermoso carro negro, un Mini Cooper que mis padres me regalaron en mi cumpleaños dieciocho.
Llegué a la universidad, por suerte éste sería el último día. Me encontré con mis amigos y entramos a clase. Solo debía recibir las últimas notas y sería libre por fin.
El día paso volando, y en menos de lo que creía, me encontraba camino a la casa de mi amiga Kath. Era buena idea ir a despedirme de los chicos antes de irme a Colombia a visitar mi familia. No es que me emocionara mucho la idea, pero me alegraba volver a ver a mis primos y mis tíos.
-Dani…- Me sacó Kath de mis pensamientos.- ¿Qué te pasa? ¿Qué es lo que tanto piensas?
-Tranquila, todo esta bien, solo… creo que extrañaré mucho Francia estos días que me iré.
-Ni que te fueras un siglo.- Exageró Kath.- Además sé que te encantará esta despedida, Andrew y Jhon se han esforzado mucho en hacer algo de tu agrado, así que cambia esa cara y muéstrame una sonrisa.- Hizo una mueca extraña ante la cual no pude evitar reír… Como siempre Kath lograba lo que se proponía
Por fin llegamos a su casa y ahí estaban todos con sus sonrisas. Ya que era una despedida, el alcohol no faltó, pero lo que yo tomé fue mínimo, el alcohol y yo no nos llevamos del todo bien.
Bailamos, reímos y cantamos; definitivamente mis amigos hicieron que me olvidara de esa tristeza que había estado rondando mi cabeza horas antes. Tarde en la noche, me despedí de los chicos, no me emocionaba el hecho de hacer las maletas con dolor de cabeza gracias al trasnocho. Cuando llegué a mi casa… ¡Oops! Había olvidado decirle a mi mamá que me tardaría. Ojala no este preocupada.
-¡Daniela! Por fin llegas ¿Dónde estabas? ¿Acaso quieres matarme de un susto?- Dijo mi mamá con sus negros ojos cargados de preocupación.
-Mami, disculpa, con tanta emoción olvidé decírtelo.- Le dije haciendo esos ojitos que no fallaban. –Estaban haciéndome una despedida.- Sonreí y mi mamá se calmó.
-Te lo dije María, todo esta bien. Tú siempre armándote películas.-Dijo mi padre entre risas.- Bueno, vamos a descansar, no es buena idea seguir aquí discutiendo con todo lo que tienes que hacer mañana.
Nos fuimos a la cama, estaba cansada y no tardé mucho en caer como una piedra.
Por suerte, abrí mis ojos unos minutos antes de que el horrible despertador sonara de nuevo. Mi mamá entró unos minutos después.
-Dani, párate, empieza a empacar… Oh y baja a desayunar.
-¡Qué emoción hacer maletas!- Le dije sarcásticamente a mi madre mientras salía de mi cama.
Sin muchos ánimos entré a la ducha, nada mal para terminar de despertarme. Cuando salí, recogí mi cabello en una coleta alta y me puse un short y una camiseta junto con mis pantuflas. Perfecto para encerrarme todo el día a empacar.
Mi estomago rugió, bajé rápidamente y me senté en el comedor. Unos deliciosos pancakes preparados por mi padre. Comí con más paciencia de lo normal, evitando volver a mi cuarto, pero eso no me duró mucho, una vez acabe, subí a terminar con mi labor. Prendí mi iPod. La música mejoraría mi aburrimiento.
Comencé con mi ropa, mis zapatos. Dos maletas se llenaron en menos de lo que pensé y por supuesto puse en el lugar mas seguro dos de mis pertenencias más preciadas y mas adoradas: Up All Night y Take Me Home. No me imaginaba éste viaje sin ellos.
Sólo recordé el almuerzo cuando vi el reloj. Eran las 4 pm ¿A caso mi madre se olvidó de que existo? Bajé y no estaban, así que decidí comerme unas papitas y un jugo, al menos así engañaría a mi estomago y de regreso a mi cuarto. Ya faltaba poco para acabar.
Una vez, mis tres maletas listas, cerca de las 6 pm, me bañé, lavé mi cabello y me coloqué la pijama. Quién diría que empacar sería tan agotador.
Me despertó un grito de mi mamá y el olor a pizza. Bajé, cené y volví a la cama. Al día siguiente empezaría mi viaje.
Me desperté, desayuné como de costumbre y me alisté para salir rumbo a el aeropuerto en el auto de mi padre.
Llegamos con el tiempo justo y empezó ese momento que no esperaba para nada, despedirme de mis padres.
-Cuídate, no le hables a ningún extraño y no recibas comida de nadie.- Típicas indicaciones de mi mamá.
-Mami, tranquila, ya no soy una bebé.-Le dije- Y ya me sé todas tus recomendaciones de memoria.
-¡Pero sigues siendo mi bebé!- Ahí viene lo cursi- Y siempre lo serás.
-Ya mamá, por favor…-Me sonrojé- Papi, te voy a extrañar mucho- Dije lanzándome hacía sus brazos, me correspondió el abrazo y se le salió una lagrima.
-Y yo a ti princesa.-Dijo entrecortadamente y unió a mi madre al abrazo, hasta que nos interrumpió esa voz.
-Pasajeros del vuelo 4271 destino Colombia-Bogotá, favor abordar.
-Creo que ya me voy…
Me despedí de ellos con un abrazo y un beso más. Abordé el avión en busca de mi asiento. Con suerte lo encontré rápido ¡y era ventana! Me senté con ansias de saber quién sería mi compañero durante esas horas. Mientras tanto puse música. “Live While We’re Young” empezó a sonar y como de costumbre empecé a cantar.
-Hey girl i’m wainting on ya, i’m waiting on ya… -Sentí que alguien me miraba y no pude evitar voltear, y vaya ojos con los que me encontré. No pude hacer más que sonreír y sonrojarme.
-Cantas bien.-Dijo aquel chico.
-Si, como no…- La pena se notaba en mi rostro.
Se sentó a mi lado y no pude evitar sonreír de nuevo. Al parecer lo noto y me habló.
-Un gusto, soy Dylan
-Hola, soy Daniela- Mi sonrisa aún no desaparecía
-Lindo nombre – y el color regreso a mis mejillas
-Gracias
-Así que te gusta One Direction.- Noté en su cara un gesto de incomodidad y una mueca salió de su cara tratando de ser una sonrisa.
-Si, me gusta mucho ¿Por qué?- Le dije algo indignada.
-No, nada… cantan bien, pero- De repente una rubia cabeza, de aproximadamente 12 años, se asomó por la parte superior de su asiento.
-¡Dylaaaan! Tengo sed.- Le dijo, la que supuse era su hermana por el parecido.
-Molly, ¿Qué quieres que haga? Estamos en un avión. – Le contesto no de muy buena gana, lo cual se me hizo extraño, después de eso la ignoró y siguió hablándome. -¿En qué estábamos?
-Mmm, en el pero que le encuentras a One Direction, ¡Son perfectos!- Me miró divertido y prosiguió.
-Es que Molly también los escucha y la verdad estoy algo cansado de ellos.- Eso me provocó risa. Nuestra conversación siguió, a pesar de todo resultó divertido, tiene 20 años y es muy lindo.
Entre charlas, risas y siestas el vuelo fue agradable y en menos de lo que pensé ya estábamos listos para aterrizar.
Una vez abajo, me despedí de Dylan que segura con su familia y fu a sentarme mientras esperaba mi vuelo a Cali. Cada vez estaba más cerca de mi familia.
Me encerré en mis pensamientos, cuando de repente sentí una extraña a mi lado. Era una chica, estoy segura que no era colombiana, traía una guitarra colgada en su hombro, arrastraba una maleta y cargaba otra grande en su mano.
-Hola.- Me dijo tímida.
Tiré mis cobijas a un lado y estiré cada parte de mi cuerpo, intentando eliminar cada rastro de pereza de mí. Tenía que arreglarme rápido o perdería mi última clase. Entré al baño y miré el espejo: Despeinada… nada fuera de lo normal. Con mi cabello rubio podría asegurar que me veía como una leona, pero algo me alegraba, ya no tenía esas ojeras a la que me había acostumbrado por tantos trabajos y trasnochos durante este último año. Definitivamente no fue buena idea seguir el consejo de mi padre, aunque me iba bien, estoy segura de que esta carrera no es para mí, pero acabando esto, la posibilidad de estudiar lo que quiero aumentaba. Convencería a mis padres de que me inscribieran a psicología.
En menos de lo que pensaba, estaba bañada y vestida. Un short beige, una blusa azul índigo no muy ajustada y de abotonar al frente con unas sandalias sencillas azules también. Me senté frente al el espejo, maquillaje sencillo como acostumbraba, un poco de delineador para resaltar mis ojos verdes y brillo en mis labios.
Salí lo más rápido posible, mi madre me recibió con un plato de cereal, perfecto para la falta de tiempo. Comí y me monté en mi hermoso carro negro, un Mini Cooper que mis padres me regalaron en mi cumpleaños dieciocho.
Llegué a la universidad, por suerte éste sería el último día. Me encontré con mis amigos y entramos a clase. Solo debía recibir las últimas notas y sería libre por fin.
El día paso volando, y en menos de lo que creía, me encontraba camino a la casa de mi amiga Kath. Era buena idea ir a despedirme de los chicos antes de irme a Colombia a visitar mi familia. No es que me emocionara mucho la idea, pero me alegraba volver a ver a mis primos y mis tíos.
-Dani…- Me sacó Kath de mis pensamientos.- ¿Qué te pasa? ¿Qué es lo que tanto piensas?
-Tranquila, todo esta bien, solo… creo que extrañaré mucho Francia estos días que me iré.
-Ni que te fueras un siglo.- Exageró Kath.- Además sé que te encantará esta despedida, Andrew y Jhon se han esforzado mucho en hacer algo de tu agrado, así que cambia esa cara y muéstrame una sonrisa.- Hizo una mueca extraña ante la cual no pude evitar reír… Como siempre Kath lograba lo que se proponía
Por fin llegamos a su casa y ahí estaban todos con sus sonrisas. Ya que era una despedida, el alcohol no faltó, pero lo que yo tomé fue mínimo, el alcohol y yo no nos llevamos del todo bien.
Bailamos, reímos y cantamos; definitivamente mis amigos hicieron que me olvidara de esa tristeza que había estado rondando mi cabeza horas antes. Tarde en la noche, me despedí de los chicos, no me emocionaba el hecho de hacer las maletas con dolor de cabeza gracias al trasnocho. Cuando llegué a mi casa… ¡Oops! Había olvidado decirle a mi mamá que me tardaría. Ojala no este preocupada.
-¡Daniela! Por fin llegas ¿Dónde estabas? ¿Acaso quieres matarme de un susto?- Dijo mi mamá con sus negros ojos cargados de preocupación.
-Mami, disculpa, con tanta emoción olvidé decírtelo.- Le dije haciendo esos ojitos que no fallaban. –Estaban haciéndome una despedida.- Sonreí y mi mamá se calmó.
-Te lo dije María, todo esta bien. Tú siempre armándote películas.-Dijo mi padre entre risas.- Bueno, vamos a descansar, no es buena idea seguir aquí discutiendo con todo lo que tienes que hacer mañana.
Nos fuimos a la cama, estaba cansada y no tardé mucho en caer como una piedra.
Por suerte, abrí mis ojos unos minutos antes de que el horrible despertador sonara de nuevo. Mi mamá entró unos minutos después.
-Dani, párate, empieza a empacar… Oh y baja a desayunar.
-¡Qué emoción hacer maletas!- Le dije sarcásticamente a mi madre mientras salía de mi cama.
Sin muchos ánimos entré a la ducha, nada mal para terminar de despertarme. Cuando salí, recogí mi cabello en una coleta alta y me puse un short y una camiseta junto con mis pantuflas. Perfecto para encerrarme todo el día a empacar.
Mi estomago rugió, bajé rápidamente y me senté en el comedor. Unos deliciosos pancakes preparados por mi padre. Comí con más paciencia de lo normal, evitando volver a mi cuarto, pero eso no me duró mucho, una vez acabe, subí a terminar con mi labor. Prendí mi iPod. La música mejoraría mi aburrimiento.
Comencé con mi ropa, mis zapatos. Dos maletas se llenaron en menos de lo que pensé y por supuesto puse en el lugar mas seguro dos de mis pertenencias más preciadas y mas adoradas: Up All Night y Take Me Home. No me imaginaba éste viaje sin ellos.
Sólo recordé el almuerzo cuando vi el reloj. Eran las 4 pm ¿A caso mi madre se olvidó de que existo? Bajé y no estaban, así que decidí comerme unas papitas y un jugo, al menos así engañaría a mi estomago y de regreso a mi cuarto. Ya faltaba poco para acabar.
Una vez, mis tres maletas listas, cerca de las 6 pm, me bañé, lavé mi cabello y me coloqué la pijama. Quién diría que empacar sería tan agotador.
Me despertó un grito de mi mamá y el olor a pizza. Bajé, cené y volví a la cama. Al día siguiente empezaría mi viaje.
Me desperté, desayuné como de costumbre y me alisté para salir rumbo a el aeropuerto en el auto de mi padre.
Llegamos con el tiempo justo y empezó ese momento que no esperaba para nada, despedirme de mis padres.
-Cuídate, no le hables a ningún extraño y no recibas comida de nadie.- Típicas indicaciones de mi mamá.
-Mami, tranquila, ya no soy una bebé.-Le dije- Y ya me sé todas tus recomendaciones de memoria.
-¡Pero sigues siendo mi bebé!- Ahí viene lo cursi- Y siempre lo serás.
-Ya mamá, por favor…-Me sonrojé- Papi, te voy a extrañar mucho- Dije lanzándome hacía sus brazos, me correspondió el abrazo y se le salió una lagrima.
-Y yo a ti princesa.-Dijo entrecortadamente y unió a mi madre al abrazo, hasta que nos interrumpió esa voz.
-Pasajeros del vuelo 4271 destino Colombia-Bogotá, favor abordar.
-Creo que ya me voy…
Me despedí de ellos con un abrazo y un beso más. Abordé el avión en busca de mi asiento. Con suerte lo encontré rápido ¡y era ventana! Me senté con ansias de saber quién sería mi compañero durante esas horas. Mientras tanto puse música. “Live While We’re Young” empezó a sonar y como de costumbre empecé a cantar.
-Hey girl i’m wainting on ya, i’m waiting on ya… -Sentí que alguien me miraba y no pude evitar voltear, y vaya ojos con los que me encontré. No pude hacer más que sonreír y sonrojarme.
-Cantas bien.-Dijo aquel chico.
-Si, como no…- La pena se notaba en mi rostro.
Se sentó a mi lado y no pude evitar sonreír de nuevo. Al parecer lo noto y me habló.
-Un gusto, soy Dylan
-Hola, soy Daniela- Mi sonrisa aún no desaparecía
-Lindo nombre – y el color regreso a mis mejillas
-Gracias
-Así que te gusta One Direction.- Noté en su cara un gesto de incomodidad y una mueca salió de su cara tratando de ser una sonrisa.
-Si, me gusta mucho ¿Por qué?- Le dije algo indignada.
-No, nada… cantan bien, pero- De repente una rubia cabeza, de aproximadamente 12 años, se asomó por la parte superior de su asiento.
-¡Dylaaaan! Tengo sed.- Le dijo, la que supuse era su hermana por el parecido.
-Molly, ¿Qué quieres que haga? Estamos en un avión. – Le contesto no de muy buena gana, lo cual se me hizo extraño, después de eso la ignoró y siguió hablándome. -¿En qué estábamos?
-Mmm, en el pero que le encuentras a One Direction, ¡Son perfectos!- Me miró divertido y prosiguió.
-Es que Molly también los escucha y la verdad estoy algo cansado de ellos.- Eso me provocó risa. Nuestra conversación siguió, a pesar de todo resultó divertido, tiene 20 años y es muy lindo.
Entre charlas, risas y siestas el vuelo fue agradable y en menos de lo que pensé ya estábamos listos para aterrizar.
Una vez abajo, me despedí de Dylan que segura con su familia y fu a sentarme mientras esperaba mi vuelo a Cali. Cada vez estaba más cerca de mi familia.
Me encerré en mis pensamientos, cuando de repente sentí una extraña a mi lado. Era una chica, estoy segura que no era colombiana, traía una guitarra colgada en su hombro, arrastraba una maleta y cargaba otra grande en su mano.
-Hola.- Me dijo tímida.
Continuara...
Última edición por 1Dani95 el Sáb 23 Mar 2013, 10:18 pm, editado 4 veces
1Dani95
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capitulo 2: "Vacanze estive" (vacaciones de verano)
Hola, soy Nani y aquí dejo mi capítulo que es el segundo. Espero que lo disfruten, aunque no sea muy largo
-No puedo creer que ya me haya graduado.-Murmuré por enésima vez en mi cama. Estaba boca abajo, abrazando una almohada, mi favorito, y me encontraba sumamente cansada. Había sido un día agotado, sin embargo no podía quedarme dormida. Dando vueltas, había dejado mi cama totalmente desordenada, pero no importaba, estaba feliz por mi grado y mis vacaciones.
Me levanté de un salto, con un solo pensamiento. Mi iPod. Ése aparatito tenía toda la música que amaba, desde la más alocada, hasta balada relajantes, y éstas últimas eran las que necesitaba para conciliar el sueño.
Me volví a acosta y creé una lista nueva de reproducción, con canciones de mi ídolos, One Direction, ¡Como amo esos chicos!, baladas de Ed Sheeran, Coldplay y así por el estilo. Reproduje las canciones y a la tercera logré quedarme profundamente dormida.
-Dani… Daniela.- Sentía como me movían suavemente el brazo. Por lo general era fácil despertarme, pero haberme quedado hasta las cuatro pasadas de la mañana, no ayudaba.
-Si, mamá, ya estoy despierta- Me estiré y bostecé. Abrí los ojos y mi mamá me sonrió, me dijo buenos días y que bajara a desayunar.
Me gusta desayunar en pijama, era una costumbre que había tenido desde niña, y no tenía planeado cambiarla ¡Es sumamente cómodo! Bajé las escaleras y me senté en el comedor con mi familia. Al frente mío, mi hermano comía sus waffles bañados en miel, a mi lado izquierdo, mi papá, y el derecho, el puesto de mi mamá que en ése momento me traía el desayuno.
Cuando ella se sentó, yo ataqué mi plato, estaba hambrienta. Al terminar noté que mis padres me miraban con una sonrisa.
-¿Qué pasa?- Los miré devolviéndoles la sonrisa. Sabía por su mirada que me tenían una sorpresa. Yo amo las sorpresas.
-¡Visitarás a tu abuela!- Dijeron ellos a la vez. Mi abuela es la persona más terca y cariñosa del mundo, por lo tanto muy importante para mí, así que la idea de ir a visitarla era asombroso, hacía varios años que no la veía y hablar con ella por skype no era lo mismo.
Mi abuela vive en Colombia, eso es América Latina, y yo me encontraba en Europa, específicamente Italia.
-¡Oh, Eso es asombroso! ¿Cuándo me voy? ¿Cuánto tiempo será?- Todo lo dije sin tomar mucho aire.
-Ha ha, bueno, te vas pasado mañana, en la mañana, el vuelo es a las diez y te irás todas las vacaciones.- Lo último me asombró. Los viajes que comúnmente hacía para visitar a mi abuela, duraban como mucho, dos semanas, y el hecho de irme todas mis vacaciones me resultó un poco extraño.
Me levanté de la silla, los abracé, les di las gracias por el regalo y luego les dije que me iba a bañar y que luego saldría a pasar el día con Mel y Peter, mis mejores amigos.
Subí a mi habitación y me dirigí directo al baño, me desvestí y entre a la ducha. Estaba deliciosamente fría. Luego salí y me dispuse a vestirme. Una blusa blanca con un estampado “Non rinunciare ai tu oi sogni”, Unos jeans gastados y unas sandalias sencillas. Agarré el secador y lo pasé por mi cabello. Extrañaba tenerlo largo, pero tenerlo corto facilitaba su arreglo. Después aplanché mi mechón de cabello delantero y agarré mi guitarra, bajé. Grité un “Ya me voy” y cerré la puerta detrás de mi.
Mel vive a unas cuantas casas de la mía. Al llegar entré como si estuviera en mi casa, saludé a su mamá y subí a la habitación de mi amiga.
Al rato llego Peter y toda la tarde estuvimos cantando y riendo como locos. Peter y yo tocamos guitarra y Mel nos acompañaba con su voz. Después de un rato empecé a rogar para que me acompañaran en una canción que adoraba. Ellos la sabían, pero no les gustaba tanto esa banda como a mí.
-¡Por favor! ¡Porfavorsito!, pasado mañana me voy y no los molestaré en todas las vacaciones con One Direction, solo cantemos “Little Things” y no más.- Todo mi discurso lo terminé con un adorable puchero, al cual Peter nunca se resistía, y sí el cedía, Mel se sentía sola y cantaba con nosotros.
-Espera, ¿Qué dijiste?- Habló Mel- ¿Cómo así que te irás en las vacaciones?- Bueno, creo que es detalle se me había pasado. No les había contado de mi viaje a Colombia, y ahora tenía a dos personas mirándome fijamente, esperando una respuesta.
-Eh, si, hoy mis padres me dieron la noticia de que visitaría a mi Mamita- Con Mamita me refería a mi abuela.- y también dijeron que esta vez me quedaría los dos meses de mis vacaciones.- Los miré y parecían tristes. Desde que éramos niños pasábamos juntos todo el tiempo y ahora que me iba los extrañaría muchísimo.
-Bueno, sabes que te extrañaremos demasiado -Habló Peter –Y ni se te ocurra olvidarnos, no te desharás tan fácilmente de nosotros –Esbozó una sonrisa maliciosa y yo me reí.
-Claro que no tontito, no ves que ya lo intenté y fracasé, ¿Por qué crees que sigo aquí? ¡Ustedes me embrujaron!- Me eché a reír y Mel y Peter me siguieron. Nos reímos un rato más, cuando me percaté de que Peter tocaba unas notas en la guitarra, “Little Things”, yo empecé a cantar y enseguida escuché a Mel acompañándonos.
Antes de irme a mi casa, acordé con Mel que viniera al día siguiente para ayudarme a empacar.
Cuando llegué, descargué mi guitarra y me senté a cenar. Hablamos un poco de lo que habíamos hecho en el día y al terminar subí a mi cuarto a leer. Tenía un nuevo libro y estaba ansiosa por pasar mis dedos entre sus hojas y perderme en una historia nueva.
Después de unas cuantas horas de drama, suspenso e ira- el personajes era un idiota muy lindo- bostecé y me quedé dormida.
-¡Madrid despierta! ¿No querías que te ayudara a empacar?- Oh rayos, como odiaba que me despertaran gritando y saltando encima de mí y sobre todo llamándome por mi apellido, así que no le hice caso a Mel y me tape mas con mis cobijas- Dani, mira, ¡ahí esta Harry Styles!
-¡¿Dónde?!- Salté de mi cama y miré a todos lados de mi cuarto, pero a la única persona que vi fue a la odiosa de Mel. Ok, era algo bobo que me creyera que él estaría ahí, pero solo la mención de alguno de los nombres de esos cinco chicos me volvía loca.
-¡Tonta!, no juegues con mis sentimientos- Ella me respondió son su mejor sonrisa para luego arremeter contra mis cobijas, tirarme de la cama y mandarme a bañar. Es cruel, me engañaba, me obligaba a bañarme y ¡Todo antes del desayuno!
Igual no valía la pena discutir con ella. Podía llegar a ser supremamente insoportable cuando se lo proponía y yo no tenía ganas de lidiar con ella tan temprano.
Me duché y le grité a Mel que me pasara ropa, ella me tiró unos shorts de jeans y una blusa de rayas rojas, conecté el secador y lo pasé rápidamente por mi cabello.
Bajamos a desayunar y cuando terminamos subimos a empacar. Sería un día largo guardando y tirándonos ropa, saltando y cantando a voz de grito la música que salía de mi equipo de sonido.
La noche llegó rápido y mis maletas estaban listas. Una grande de rodachines azul oscuro y otra de mano igual de grande.
Cenamos y me despedí de Mel, ella insistió en irme a dejar en el aeropuerto y le avisaría a Peter que estuviera en mi casa a las ocho de la mañana.
Subí a mi cuarto y leí un rato. El sueño me venció y pronto llegó el otro día.
Sonó mi despertador, una linda canción de Ed. Me metí al baño y escogí mi atuendo para ese día. Unos vaqueros sencillos con una blusa manga larga, café, era un poco suelta y tenía unos cuantos botones en la parte superior.
Bajé y me encontré con que Peter y Mel ya habían llegado, los saludé con un beso en la mejilla y desayuné.
Eran las nueve y cincuenta de la mañana y ya estaba por abordar el avión, así que decidí que era hora de despedirme. Me acerqué a mi madre y la abracé.
-Chao mi niña, te cuidas, te portas bien. Haces todo lo que te pidan y ¡No hables con extraños! – A todo esto asentí y le respondí con un “Te quiero” y un “Te extrañaré demasiado”. Pase a manos de mi papá.
-Mi niña hermosa, te portas bien, cuidado con los extraños y ¡Nada de chicos! ¡Todavía eres muy pequeña!
-Eh, papá, por Dios, ¡tengo diecisiete! – Me reí y le di un beso en la mejilla, seguí con mi hermano y me limité a abrazarlo y darle un beso, y luego sentí que alguien me jalaba. Mel.
- Daniela Madrid, me llamarás cuando llegues y hablaremos por Twitter y Facebook, ¡No puedes olvidarme! – Me abrazó fuertemente y en medio de risas le contesté “Si señora”. Por último abracé a Peter.
-Hey nena, a mi también debes llamarme, ¿bueno? Todavía no sé como soportaré a Mel sin ti… Te extrañaré muchísimo. – Lo abracé con fuerza y le susurré que mantendríamos en contacto. También le dije que no fueran dramáticos, que solo me iría dos meses y algo.
Cuando intenté separarme, sentí que él me volvía a abrazar y me daba un corto beso en los labios. Me sorprendió demasiado y cuando fui a hablar me vi interrumpida por una voz.
-El vuelo 3824 destino Colombia- Bogotá, favor abordar.
-Vamos Dani, ya te tienes que ir. – Mel me estaba empujando. Reaccioné y los miré por última vez, me despedí con la mano y me dirigí al avión.
Encontré mi silla y me tocaba en la mitad. ¡Rayos! Hubiera querido la ventana.
No podía sacarme a Peter de la cabeza. No sabía que le gustaba, bueno, si ese beso que me dio significa que le gusto. Lo peor es que hubo un tiempo en que me sentí atraída por él. Peter es muy lindo, en todo sentido de la palabra. Su cabello negro azabache, siempre despeinado, sus ojos de color miel con pequeñas motas verdes cubiertas por unas hermosas pestañas. Su cuerpo, bueno, tiene un muy buen cuerpo. Y no hablar de su forma de ser, siempre protegiéndonos a Mel y a mi, siempre aconsejándonos y abrazándonos cuando era necesario. Pero es mi mejor amigo y si no dije nada fue porque no quería dañar la amistad y además no creía que él sintiera algo por mi, aparte claro de la amistad.
Sacudí mi cabeza y decidí ponerme a leer, saqué mi libro y mi iPod. Por lo menos así me mantendría ocupada.
Pasó el tiempo y ya era hora de bajarme del avión. Cuando lo hice me vi agobiada por una duda.
Mi abuela es de Medellín, así que ¿Dónde mierdas esta la sala en donde espero el avión que necesito? Siempre me perdía, no sabía ubicarme en los lugares, a menos claro que llevara viviendo años en el lugar. Pero como venia pocas veces a mi lugar natal, siempre se me olvidaba orientarme en este aeropuerto.
Comencé a caminar, y a seguir a algunas personas que se bajaban del avión conmigo. Al final terminé en una sala de espera casi vacía. Los asientos traseros estaban ocupados por unos señores de edad y al frente por una chica rubia con audífonos. Me decidí por la chica rubia.
-Hola – Dije algo tímida y en inglés.
-Hola – ella me respondió en español, así que decidí que lo mejor era seguir en ese idioma, menos mal que lo manejaba bien.
-Eh, mira, lo que pasa es que estoy pérdida y no sé cual es la sala en que debo esperar para abordar el avión con destino a Medellín. – Le dediqué una sonrisa un poco rara, no me gustaba perderme.
-Medellín… Eh, si es ésta sala, ahora escuché que salía dentro de media hora – Me devolvió la sonrisa.
-Gracias – Y esta vez mi sonrisa era auténtica. Me senté al lado de ella, descargando suavemente mi adorada guitarra y mis maletas. Estaba mirando a las personas a mi alrededor cuando escuché “Live While We’re Young” Me volteé y vi a la chica rubia contestar su celular. ¿Le gusta One Direction? Cuando colgó me giré hacia ella.
-¿Te gusta One Direction?
-No, no me gusta… ¡Los amo! Soy Directioner, y tu? – Eso me hizo reír.
-También soy Directioner, mucho gusto, Daniela.
-Oh, yo también me llamo Daniela
-¡Eso si que es coincidencia! – Las dos reímos y nos pusimos a hablar, al parecer ella es de Francia y tiene dieciocho años y visitará a sus familiares de Cali.
-Yo soy de Italia, y vengo a visitar a mi mamita, bueno, mi abuela y ella es de Medellín.
-Oh, que genial, ya decía que no eras de por acá
-La verdad nací aquí pero toda mi vida la he vivido en Italia, y dime, ¿Canción favorita de los cinco sexys chicos?
-Jajaja, amo todas sus canciones, pero siento debilidad por “Little Things” ¿Y la tuya?
-Lo mismo, solo que mi debilidad es “Summer Love”
Seguimos hablando un poco, cuando una voz nos interrumpió.
-Vuelo 2338 destino Bogotá-Cali y vuelo 2732 destino Bogotá-Medellín tienen un retraso, favor esperar.
-Ah, que rabia… ¡eso es mucho tiempo!
-De acuerdo contigo – Nuestras caras eran muecas cuando escuchamos la voz de la azafata.
-Dani, la sala se ha llenado ¿En que momento sucedió? – Me dijo la rubia. Me volteé y vi que era cierto, excepto por una silla a mi lado que seguía vacía.
-Parece que nadie quiere sentarse a mi lado – Le dije a mi compañera. Ella soltó una risa.
-No lo creo, mira, ahí viene una chica – Señaló a una muchacha que traía cara de querer matar a alguien – Y lleva una guitarra como tú.
Me levanté de un salto, con un solo pensamiento. Mi iPod. Ése aparatito tenía toda la música que amaba, desde la más alocada, hasta balada relajantes, y éstas últimas eran las que necesitaba para conciliar el sueño.
Me volví a acosta y creé una lista nueva de reproducción, con canciones de mi ídolos, One Direction, ¡Como amo esos chicos!, baladas de Ed Sheeran, Coldplay y así por el estilo. Reproduje las canciones y a la tercera logré quedarme profundamente dormida.
-Dani… Daniela.- Sentía como me movían suavemente el brazo. Por lo general era fácil despertarme, pero haberme quedado hasta las cuatro pasadas de la mañana, no ayudaba.
-Si, mamá, ya estoy despierta- Me estiré y bostecé. Abrí los ojos y mi mamá me sonrió, me dijo buenos días y que bajara a desayunar.
Me gusta desayunar en pijama, era una costumbre que había tenido desde niña, y no tenía planeado cambiarla ¡Es sumamente cómodo! Bajé las escaleras y me senté en el comedor con mi familia. Al frente mío, mi hermano comía sus waffles bañados en miel, a mi lado izquierdo, mi papá, y el derecho, el puesto de mi mamá que en ése momento me traía el desayuno.
Cuando ella se sentó, yo ataqué mi plato, estaba hambrienta. Al terminar noté que mis padres me miraban con una sonrisa.
-¿Qué pasa?- Los miré devolviéndoles la sonrisa. Sabía por su mirada que me tenían una sorpresa. Yo amo las sorpresas.
-¡Visitarás a tu abuela!- Dijeron ellos a la vez. Mi abuela es la persona más terca y cariñosa del mundo, por lo tanto muy importante para mí, así que la idea de ir a visitarla era asombroso, hacía varios años que no la veía y hablar con ella por skype no era lo mismo.
Mi abuela vive en Colombia, eso es América Latina, y yo me encontraba en Europa, específicamente Italia.
-¡Oh, Eso es asombroso! ¿Cuándo me voy? ¿Cuánto tiempo será?- Todo lo dije sin tomar mucho aire.
-Ha ha, bueno, te vas pasado mañana, en la mañana, el vuelo es a las diez y te irás todas las vacaciones.- Lo último me asombró. Los viajes que comúnmente hacía para visitar a mi abuela, duraban como mucho, dos semanas, y el hecho de irme todas mis vacaciones me resultó un poco extraño.
Me levanté de la silla, los abracé, les di las gracias por el regalo y luego les dije que me iba a bañar y que luego saldría a pasar el día con Mel y Peter, mis mejores amigos.
Subí a mi habitación y me dirigí directo al baño, me desvestí y entre a la ducha. Estaba deliciosamente fría. Luego salí y me dispuse a vestirme. Una blusa blanca con un estampado “Non rinunciare ai tu oi sogni”, Unos jeans gastados y unas sandalias sencillas. Agarré el secador y lo pasé por mi cabello. Extrañaba tenerlo largo, pero tenerlo corto facilitaba su arreglo. Después aplanché mi mechón de cabello delantero y agarré mi guitarra, bajé. Grité un “Ya me voy” y cerré la puerta detrás de mi.
Mel vive a unas cuantas casas de la mía. Al llegar entré como si estuviera en mi casa, saludé a su mamá y subí a la habitación de mi amiga.
Al rato llego Peter y toda la tarde estuvimos cantando y riendo como locos. Peter y yo tocamos guitarra y Mel nos acompañaba con su voz. Después de un rato empecé a rogar para que me acompañaran en una canción que adoraba. Ellos la sabían, pero no les gustaba tanto esa banda como a mí.
-¡Por favor! ¡Porfavorsito!, pasado mañana me voy y no los molestaré en todas las vacaciones con One Direction, solo cantemos “Little Things” y no más.- Todo mi discurso lo terminé con un adorable puchero, al cual Peter nunca se resistía, y sí el cedía, Mel se sentía sola y cantaba con nosotros.
-Espera, ¿Qué dijiste?- Habló Mel- ¿Cómo así que te irás en las vacaciones?- Bueno, creo que es detalle se me había pasado. No les había contado de mi viaje a Colombia, y ahora tenía a dos personas mirándome fijamente, esperando una respuesta.
-Eh, si, hoy mis padres me dieron la noticia de que visitaría a mi Mamita- Con Mamita me refería a mi abuela.- y también dijeron que esta vez me quedaría los dos meses de mis vacaciones.- Los miré y parecían tristes. Desde que éramos niños pasábamos juntos todo el tiempo y ahora que me iba los extrañaría muchísimo.
-Bueno, sabes que te extrañaremos demasiado -Habló Peter –Y ni se te ocurra olvidarnos, no te desharás tan fácilmente de nosotros –Esbozó una sonrisa maliciosa y yo me reí.
-Claro que no tontito, no ves que ya lo intenté y fracasé, ¿Por qué crees que sigo aquí? ¡Ustedes me embrujaron!- Me eché a reír y Mel y Peter me siguieron. Nos reímos un rato más, cuando me percaté de que Peter tocaba unas notas en la guitarra, “Little Things”, yo empecé a cantar y enseguida escuché a Mel acompañándonos.
Antes de irme a mi casa, acordé con Mel que viniera al día siguiente para ayudarme a empacar.
Cuando llegué, descargué mi guitarra y me senté a cenar. Hablamos un poco de lo que habíamos hecho en el día y al terminar subí a mi cuarto a leer. Tenía un nuevo libro y estaba ansiosa por pasar mis dedos entre sus hojas y perderme en una historia nueva.
Después de unas cuantas horas de drama, suspenso e ira- el personajes era un idiota muy lindo- bostecé y me quedé dormida.
-¡Madrid despierta! ¿No querías que te ayudara a empacar?- Oh rayos, como odiaba que me despertaran gritando y saltando encima de mí y sobre todo llamándome por mi apellido, así que no le hice caso a Mel y me tape mas con mis cobijas- Dani, mira, ¡ahí esta Harry Styles!
-¡¿Dónde?!- Salté de mi cama y miré a todos lados de mi cuarto, pero a la única persona que vi fue a la odiosa de Mel. Ok, era algo bobo que me creyera que él estaría ahí, pero solo la mención de alguno de los nombres de esos cinco chicos me volvía loca.
-¡Tonta!, no juegues con mis sentimientos- Ella me respondió son su mejor sonrisa para luego arremeter contra mis cobijas, tirarme de la cama y mandarme a bañar. Es cruel, me engañaba, me obligaba a bañarme y ¡Todo antes del desayuno!
Igual no valía la pena discutir con ella. Podía llegar a ser supremamente insoportable cuando se lo proponía y yo no tenía ganas de lidiar con ella tan temprano.
Me duché y le grité a Mel que me pasara ropa, ella me tiró unos shorts de jeans y una blusa de rayas rojas, conecté el secador y lo pasé rápidamente por mi cabello.
Bajamos a desayunar y cuando terminamos subimos a empacar. Sería un día largo guardando y tirándonos ropa, saltando y cantando a voz de grito la música que salía de mi equipo de sonido.
La noche llegó rápido y mis maletas estaban listas. Una grande de rodachines azul oscuro y otra de mano igual de grande.
Cenamos y me despedí de Mel, ella insistió en irme a dejar en el aeropuerto y le avisaría a Peter que estuviera en mi casa a las ocho de la mañana.
Subí a mi cuarto y leí un rato. El sueño me venció y pronto llegó el otro día.
Sonó mi despertador, una linda canción de Ed. Me metí al baño y escogí mi atuendo para ese día. Unos vaqueros sencillos con una blusa manga larga, café, era un poco suelta y tenía unos cuantos botones en la parte superior.
Bajé y me encontré con que Peter y Mel ya habían llegado, los saludé con un beso en la mejilla y desayuné.
Eran las nueve y cincuenta de la mañana y ya estaba por abordar el avión, así que decidí que era hora de despedirme. Me acerqué a mi madre y la abracé.
-Chao mi niña, te cuidas, te portas bien. Haces todo lo que te pidan y ¡No hables con extraños! – A todo esto asentí y le respondí con un “Te quiero” y un “Te extrañaré demasiado”. Pase a manos de mi papá.
-Mi niña hermosa, te portas bien, cuidado con los extraños y ¡Nada de chicos! ¡Todavía eres muy pequeña!
-Eh, papá, por Dios, ¡tengo diecisiete! – Me reí y le di un beso en la mejilla, seguí con mi hermano y me limité a abrazarlo y darle un beso, y luego sentí que alguien me jalaba. Mel.
- Daniela Madrid, me llamarás cuando llegues y hablaremos por Twitter y Facebook, ¡No puedes olvidarme! – Me abrazó fuertemente y en medio de risas le contesté “Si señora”. Por último abracé a Peter.
-Hey nena, a mi también debes llamarme, ¿bueno? Todavía no sé como soportaré a Mel sin ti… Te extrañaré muchísimo. – Lo abracé con fuerza y le susurré que mantendríamos en contacto. También le dije que no fueran dramáticos, que solo me iría dos meses y algo.
Cuando intenté separarme, sentí que él me volvía a abrazar y me daba un corto beso en los labios. Me sorprendió demasiado y cuando fui a hablar me vi interrumpida por una voz.
-El vuelo 3824 destino Colombia- Bogotá, favor abordar.
-Vamos Dani, ya te tienes que ir. – Mel me estaba empujando. Reaccioné y los miré por última vez, me despedí con la mano y me dirigí al avión.
Encontré mi silla y me tocaba en la mitad. ¡Rayos! Hubiera querido la ventana.
No podía sacarme a Peter de la cabeza. No sabía que le gustaba, bueno, si ese beso que me dio significa que le gusto. Lo peor es que hubo un tiempo en que me sentí atraída por él. Peter es muy lindo, en todo sentido de la palabra. Su cabello negro azabache, siempre despeinado, sus ojos de color miel con pequeñas motas verdes cubiertas por unas hermosas pestañas. Su cuerpo, bueno, tiene un muy buen cuerpo. Y no hablar de su forma de ser, siempre protegiéndonos a Mel y a mi, siempre aconsejándonos y abrazándonos cuando era necesario. Pero es mi mejor amigo y si no dije nada fue porque no quería dañar la amistad y además no creía que él sintiera algo por mi, aparte claro de la amistad.
Sacudí mi cabeza y decidí ponerme a leer, saqué mi libro y mi iPod. Por lo menos así me mantendría ocupada.
Pasó el tiempo y ya era hora de bajarme del avión. Cuando lo hice me vi agobiada por una duda.
Mi abuela es de Medellín, así que ¿Dónde mierdas esta la sala en donde espero el avión que necesito? Siempre me perdía, no sabía ubicarme en los lugares, a menos claro que llevara viviendo años en el lugar. Pero como venia pocas veces a mi lugar natal, siempre se me olvidaba orientarme en este aeropuerto.
Comencé a caminar, y a seguir a algunas personas que se bajaban del avión conmigo. Al final terminé en una sala de espera casi vacía. Los asientos traseros estaban ocupados por unos señores de edad y al frente por una chica rubia con audífonos. Me decidí por la chica rubia.
-Hola – Dije algo tímida y en inglés.
-Hola – ella me respondió en español, así que decidí que lo mejor era seguir en ese idioma, menos mal que lo manejaba bien.
-Eh, mira, lo que pasa es que estoy pérdida y no sé cual es la sala en que debo esperar para abordar el avión con destino a Medellín. – Le dediqué una sonrisa un poco rara, no me gustaba perderme.
-Medellín… Eh, si es ésta sala, ahora escuché que salía dentro de media hora – Me devolvió la sonrisa.
-Gracias – Y esta vez mi sonrisa era auténtica. Me senté al lado de ella, descargando suavemente mi adorada guitarra y mis maletas. Estaba mirando a las personas a mi alrededor cuando escuché “Live While We’re Young” Me volteé y vi a la chica rubia contestar su celular. ¿Le gusta One Direction? Cuando colgó me giré hacia ella.
-¿Te gusta One Direction?
-No, no me gusta… ¡Los amo! Soy Directioner, y tu? – Eso me hizo reír.
-También soy Directioner, mucho gusto, Daniela.
-Oh, yo también me llamo Daniela
-¡Eso si que es coincidencia! – Las dos reímos y nos pusimos a hablar, al parecer ella es de Francia y tiene dieciocho años y visitará a sus familiares de Cali.
-Yo soy de Italia, y vengo a visitar a mi mamita, bueno, mi abuela y ella es de Medellín.
-Oh, que genial, ya decía que no eras de por acá
-La verdad nací aquí pero toda mi vida la he vivido en Italia, y dime, ¿Canción favorita de los cinco sexys chicos?
-Jajaja, amo todas sus canciones, pero siento debilidad por “Little Things” ¿Y la tuya?
-Lo mismo, solo que mi debilidad es “Summer Love”
Seguimos hablando un poco, cuando una voz nos interrumpió.
-Vuelo 2338 destino Bogotá-Cali y vuelo 2732 destino Bogotá-Medellín tienen un retraso, favor esperar.
-Ah, que rabia… ¡eso es mucho tiempo!
-De acuerdo contigo – Nuestras caras eran muecas cuando escuchamos la voz de la azafata.
-Dani, la sala se ha llenado ¿En que momento sucedió? – Me dijo la rubia. Me volteé y vi que era cierto, excepto por una silla a mi lado que seguía vacía.
-Parece que nadie quiere sentarse a mi lado – Le dije a mi compañera. Ella soltó una risa.
-No lo creo, mira, ahí viene una chica – Señaló a una muchacha que traía cara de querer matar a alguien – Y lleva una guitarra como tú.
Continuara...
Dani-hllnz
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capitulo 3: "Zomervakantie" (vacaciones de verano)
Hola OwO ... soy Nath y aqui os dejo mi capítulo. Disfrutenlo!
-Quisiera que te quedaras conmigo por siempre-Dije sonrojada
-No todo es para siempre, recuérdalo, algún día, volveré por ti- Desplego sus alas y se alejó hasta que una nube oculto su delgada figura.
“Don’t wanna be American idiot”
-Cariño, ¿te desperté?
-¿Qué crees?, sé que eres mi madre, pero también tengo opinión en esta relación ¿Sabes?
-Hahahahaha, ya levántate dormilona, y que yo supiera soy heterosexual, además no me gustan las morenas- Comentó con cierta gracia mi madre -Llevo el almuerzo, pasaré por Mc Donalds, ¿hamburguesa de res o pollo?
-¿Qué no te cansas de Mc Donalds?, hmm res, nos vemos luego, te quiero.
Después de tratar tres meses de volverme vegetariana, no resistí la tentación de una triple de carne con queso, estúpido Mc Donalds, me siento mal por ello, pero nací para ser carnívora y lo sé.
-¿Bananas?- Sé que estoy sola, pero para un caso de emergencia se necesita buscar para encontrar. De repente veo debajo de mi cama, una amarilla cola…
-Bananas… ¿Tan malo es dormir junto a mí?, sé que me muevo mucho pero ¿Es necesaria esta búsqueda diaria?- Mierda hablando sola de nuevo, podría ser síntomas de locura, pero después de buscar en internet y ver que era un signo de buena salud mental, tanto mi madre como yo nos tranquilizamos.
Dejé mi peluche en mi cama, todo estaba exactamente como anoche, mi cama ya arreglada con aquel extraño peluche. Es un mono amarillo de ojos negros, con quien todas las noches duermo y a soportado algunas de mis lágrimas, que últimamente no era extraño que derramara; y el nochero con mi lámpara color violeta, una botella de agua, y mi amado pick de una de mis bandas favoritas versailles; y a un lado estaba el cd de Up All Night, recuerdo la primera vez que lo compré, y las burlas de mis amigos que tuve que soportar, no les gustó la idea de que una persona que ve animé y escucha my Chemical Romance comprara un cd de One Direction, una de las bandas más odiadas y puestas en burla de mi grupo social, pero fue inevitable desde que por error escuche “One Thing” , no pude evitar enamorarme perdidamente de ellos, sentí fluir mis emociones a través de aquella hermosa canción, después de esto, supe quienes realmente eran mis amigos, y en este caso no tenia, corte mi largo cabello debajo de mis hombros, pero arriba de la mitad de mi espalda, tenía unas bonitas ondas, y a cada lado mechones rojos, y mi ropa sigue siendo igual.
Si antes era una marginada social, esto ayudo para que cayera al fondo de la cadena alimenticia. Pero en esos días de preparatoria, una baja chica rubia, ahora mi mejor amiga llamada Sol salvó mi trasero y el de mi ego, de cierta manera. Gritó de alegría cuando supo que me gustaba 1D, fue ella quien me presentó a Stephan, un chico guapo alto, de ojos color miel, un cabello negro azabache, y sus dulces facciones, esas que tanto dibuje, que terminé aprendiéndomelas de memoria.
Anoche, recordé, había soñado de nuevo con él. Un sueño obviamente bastante irreal. Stephan no era la clase de chico que luciría como un ángel, con sus ajustados jeans, y sus chistes de mal gusto que recuerdo tanto amaba, su sentido del humor, era eso de él, que me encantaba. El sueño fue hermosamente doloroso, ahora que recuerdo él ya no está. Un sueño que para muchos sería extraño, para mí no lo es, aunque nunca había soñado con ángeles.
Eso me gano por quedarme en vela leyendo “Cazadores de Sombras 5”, mi nueva reliquia. Me gustó el sueño, ¿Quien no quiere un ángel con alas desplegadas diciendo “algún día volveré por ti”? , prefiero mil veces eso que un “Necesitamos tomarnos un tiempo”. Obviamente esperaba algo más, por ejemplo, algo como la verdad “Conocí a alguien más”, una hermosa italiana con quien creo todavía está.
En esta calorífica tarde de junio mi desayuno no tenía mucho futuro, ya que mi nevera constaba de leche, huevos, y restos de la pizza que creo, era de ayer. No es mi culpa, no tomo leche, y esa pizza se ve seductoramente deliciosa, y no soy de piedra. Cogí un trozo de pollo con champiñones, y me senté en mi sillón a ver televisión.
La tarde se pasó bastante rápido después de que mi madre Lorena llegó. Comimos y no pude evitar pensar que me hubiera gustado sacar todo de ella: su largo cabello negro, sus ojos color avellana, su piel un poco más morena que la mía, y su delgada figura, sin mencionar su ternura.
Yo tengo mis ojos oscuros, mi cabello castaño oscuro con unas ondas, no es ni liso ni rizado, intermedio así siempre soy yo. Ni alta ni baja, ni gorda ni flaca, lo único podría ser mi busto, que es bastante prominente. No es que me incomode, pero no estoy orgullosa de ello.
“Don´t wanna be American idiot”
-¿Hola?
-Nath- era Sol- Te recojo en 30 minutos, ya que mañana te vas, mereces una despedida.- colgó. No es extraño de ella, después de mi “rompimiento”, evita mi respuesta para no negarme a sus invitaciones y no tener que ver a Stephan. Después de 4 años saliendo junto a él, se sentía extraño pasar los siguientes dos meses evitándolo.
Me bañé, me puse un suéter de rayas negro con azul, unos jeans algo ajustados para mi gusto, un poco de maquillaje, delineador, sombras, y brillo, peiné mi desgrafilado cabello, y terminé justo cuando Sol llegó.
El camino fue tranquilo, sin mucha habla, ya que le impuse la ley de hielo a mi amiga, después de negarse a decirme a donde iríamos, me gustaba vivir en Amsterdam, Holanda, grandes edificios, y aun así hermosos paisajes, tomé una pequeña siesta hasta que Sol me levantó.
-La playa, ¡genial!- dije emocionada.
-Sé que no te gusta el agua, así que cuídate, Jonathan y Michael andan tirando personas a las olas.
-No es el agua, son los sitios públicos en los que tengo que usar bañador-le recordé con una mirada algo incómoda.
Saludé a Lourent y Charlotte, la nueva pareja, y pensar que antes no se soportaban el uno al otro.
Pasé el resto de la noche conversando con Sol. Me aseguró que Stephan no vendría, porque no se enteró de la fiesta. Se supone que habíamos quedado de amigos, pero era obvio que su presencia me incomodaba profundamente.
Comí un poco de pastel de chocolate, mi preferido, e hice karaoke de “What Makes You Beautiful”. Adoraba como mi amiga Sol me miraba con sus hermosos ojos azules, decía que amaba mi voz; yo sólo la veía con una mirada extraña y devolvía su sonrisa.
Todos mis amigos estaban allí, unos un poco tristes por saber, que me ausentaría sin regreso previo al país de mi padre, Colombia, Jorge, o como le decía yo “Jorsh”. No me incomoda verlo a él, pero tener que ir, a ver sólo para conocer a mi futura madrastra Isabela, era algo que me ponía furiosa. No quería ir, pero más las diarias y constantes insistencias, era una oportunidad de alejarme de aquella ciudad que me traía recuerdos, ahora transformados en tonos de blanco y negro, con un sonido melancólico de fondo. Al menos él no estaba aquí, verlo me traía sentimientos, pero este día no iba a ser perfecto. Alguien tocó mi hombro. Era él. Y no fue eso lo peor. Ella estaba junto a él.
-Hola Nath, no te he presentado a Franchesca.- No pude evitar mi mirada de perplejidad, retrocedí unos pasos, y caí encima del ponche. Todos me miraron con sorpresa, y Franchesca con una mirada de burla que noté, no era mi imaginación. Salí corriendo hacia las escaleras para llegar al parqueadero, llamé a Sol quien vino a mi rescate.
En cuanto abrió el auto, me hice en la parte de atrás para cambiar mi ropa por una falda rosada, y una blusa blanca a juego. No era precisamente mi estilo, era el de Sol, pero era eso o mi sucia ropa. Me recosté en la cogineria de atrás. El viaje fue largo o al menos lo fue para mí, sentía tanta vergüenza. Quise agradecerle a Sol por su silencio, porque con él me reconfortaba, sólo dijo que él era un idiota por preferirla a ella que a mí. No dije nada al respecto. Empezó a sonar “more than this”, y no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas. No era fácil querer tener cerca a quien te quiere a kilómetros, Sol sabía lo que me hacía sentir esa canción, y la cambió. Sonó “Wonderwall” de Oasis, y llegamos al frente de mi casa.
-Nath, te juro que no sabía que el vendría.-
De repente pensé en eso, era mi despedida, Sol la organizó, y no tomó en cuenta que él podría aparecer. Me sentí dolida, y en parte decepcionada.
Abrí la puerta, y la cerré con fuerza más de la necesaria.
Al llegar mi madre estaba dormida junto a Patrick, mi padrastro, a quien con el tiempo, le he cogido muchísimo cariño, y es que está conmigo desde que tengo 12 años. Hace ya 4 años.
Me tomé mi pastilla diaria, pues dormir no era lo mío, y aunque me costó, logré conciliar el sueño.
Como despertador sonó “Live While We’re Young”, me desperté sin muchos ánimos. Después de estar grogui media hora, me bañé, y me vestí con unas botas negras, unas medias veladas azul naval y unos shorts grises con una camisa larga de cuadros negros con blanco, y un chaleco del mismo color que mis medias.
Llegué al aeropuerto y me despedí de mis padres. No soy buena para las despedidas y no es que sea muy cariñosa, por lo que abrasé a mi madre lo más tiernamente que pude y le di un beso, con un “te amo” incluido. A Patrick le di un pequeño puño en su brazo izquierdo, con un beso en la mejilla y un “te quiero, cuídala, o juro que te mando con los dementores”. Eso teníamos en común él y yo, nos vimos todas las películas y leímos todos los libros de Harry Potter. Recuerdo que fue eso lo que me agrado dé el cuándo tenía doce.
-El vuelo 9601 favor abordar.-
No es que no estuviera acostumbrada a que me miraran como rarita, pero la chica rubia que estaba a mi lado, me miraba como a un “muggle”,- “muggle” ella-, al menos mis pechos eran reales, ni una cirugía en toda mi vida.
Después de cinco horas de sueño, rebusqué en mi maleta, un pequeño pastel. Mi estómago rugía. Como era de costumbre todo el tiempo con hambre, quizás si no comiera tanto tendría una figura más definida.
Después de comer esa pequeña delicia de chocolate, saqué mi libro “Cazadores de sombras 5”, sólo me faltaban 20 páginas, cuando esa chica rubia se quedó dormida con una cerveza en la mano.
El sonido del altavoz anunciando que habíamos llegado a Bogotá la sorprendió y el resto de su cerveza fue a parar, a mi libro, volteé con una mirada asesina, pero la chica estaba con resaca y salió como si nada, cogí mi maleta, mi guitarra y salí del avión.
A aquel aeropuerto no le cabía un alma más, pedí una servilleta, y seque mi libro, o lo que quedaba de él, apestaba a cerveza, lo boté, y me despedí con la mirada. Me sentía tan frustrada, enojada y sola, y me sentí algo culpable por no haberle avisado a Sol de mi llegada a Bogotá, pero es que el día anterior Sol me había llamado y terminamos peleando. De repente sentí algo pegajoso en mi pie.
-¡Mierda!- grité, un chicle se me había pegado. Solo eso faltaba, un jodido chicle pegado a mi bota.
-Señorita le pido y cuide su vocabulario, hay niños en este espacio público por si no lo recuerda- Era un guardia de seguridad, o eso creo, lo asesiné con la mirada, o eso hubiera querido, y al ver el cielo noté la primera gota de lluvia, seguida por una llovizna hasta terminar en una tormenta -Al menos mi padre me recogería-pensé.
“Don´t wanna be American idiot”
-¿Cariño?
-¿Padre?, ¿Ya estás aquí?
-Hmm… no, Isabela ha enfermado, y salí corriendo hacia el hospital, le hicieron algunos exámenes, y necesito quedarme aquí hasta qué sepa que estará mejor.
-¿Eso significa qué no vendrás?
-Sí, cariño, te amo, iré en unas 2, 3, o quizás 4 hor…. – Colgué.
Esto sí que era increíble, sola, con el pie pegajoso; un obeso hombre mirándome con cara de asesino, como si me fuera a arrestar por decir una palabrota; sin mi libro, rodeada de tantas personas, que me miraban bastante extraño. Caminé enojada hacia un asiento que constaba de tres asientos, con una chica rubia de unos hermosos ojos verdes y otra chica morena, con un cabello castaño claro. No les presté mucha atención y me senté enfurruñada. Tiré mi maleta y mi guitarra, bueno después de pensármelo la dejé con cuidado a un lado. Cogí mi celular, me pusé mis audífonos, y le subí a todo lo que da. Me quería perder en la música como lo hacía siempre que me sentía como ahora.
Después de que acabo “Basket Case” de Green Day, empezó “More Than This”, y en vez de entristecerme me enfurecí y quite con furia la canción y cambió a “Kiss You”, pero torpemente hice que se soltaran los audífonos. La canción sonó estruendosamente y en un abrir y cerrar de ojos todas las miradas estaba frente a mí.
-Mierda- espeté.
Continuara...
Zuna98
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Definitivamente no puedo esperar para los otros capítulos, atrae mucho leerla, esta bien organizada tiene un trama de :corre: Me encanta!!! la leeré hasta el final!! :3 :amor:
jennifer_1994
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
wujuuuu yo ya me lei hasta el 4 esta buenooo van super jajaja hola soy Mel jajaja danis y nata esta buenisima
melissa.romero
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
;) me alegro por que les gustó
Última edición por 1Dani95 el Miér 27 Feb 2013, 7:16 pm, editado 1 vez
1Dani95
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capitulo 4: "Trapped by rain"
Hola soy Nath, otra vez y vengo a dejar el capitulo 4. Espero les guste... Disfrutenlo!
-“…Oh I just wanna take you anywhere that you like…”. -Vi lentamente que las dos chicas que estaban a mi lado se unieron a las voces de la canción, y ante esto me quedé perpleja.
-“we could go out any day any night baby I’ll take you there take you there baby I’ll take you there yeah”.-Reaccioné y la detuve, pero esto no significa que ellas lo hayan hecho.
-“…Oh tell me tell me tell me how I get your love on, you can get get anything that you want …”-Siguieron cantando aquellas chicas a coro, hasta que se encontraron con la mirada de enojo que traia desde que llegue a Bogotá.
El silencio se instalo en las tres por un momento, pero fue interrumpido por murmullos que compartian entre ellas. Solo alcanzaba a entender pequeños retazos de su conversación…
-Eh, casi nos mata no?- murmuró la chica rubia.
-Yeh, pero lo seguro es que le debe gustar One direction…- Esta vez fue la chica castaña que habló.
-Pues no lo sé, si le gustará no nos habría mirado tan mal al seguir la canción.-
No las soportaba, ¿Qué les importaba lo que me gusta o no?. Estaba despotricando en mi mente por haber cometido el error de antes, cuando noté que la chica castaña se había volteado totalmente hacía mi, y vi que en sus ojos había una pregunta.
-¿Qué?- Le pregunté secamente.
-Eh, sabes, relájate por Dios. ¿Tanto te molestó que hubiéramos cantado ese pedacito de perfección?.- ¿Qué si me había molestado? La verdad era que no, solo estaba de malas pulgas por la racha de mala suerte que había tenido.
-Lo siento, me levanté del lado izquierdo de la cama… o mas bien me empujaron salvajemente.- Esto último lo dije entre dientes, pero al parecer las chicas lo escucharon ya que soltaron una carcajada.
-Si es así, espero que no te haya dolido mucho.-Esta vez me uní a sus risas, porque su tono jocoso me relajó.
El silencio tomó posesión por segunda vez y después de unos segundos fue la chica rubia quien rompió el hielo.
-¿Y entonces te gusta One direction?.- Su voz sonaba inexpresiva, de seguro estaba sentida por mis malas reacciones.
-No.-Respondí por costumbre, y al instante caí en cuenta de mi respuesta. Las miré y supe que podía ser sincera, después de todo ellas habían cantado una parte de “Kiss you”
-¿No?- Me miró extraño la castaña.
-No, bueno si, si me gusta, solo que estaba acostumbrada a negarlo por todas las burlas que recibía por parte de mis supuestos “amigos”.
-Umm, ¿Supuestos?- Preguntó confundida la rubia.
-Nos va a contar su vida privada y ¿Ni siquiera sabemos su nombre?.-Eso me hizo gracia, pero la castaña tenía razón. Yo soy una chica a la que le cuesta abrirse.
-Los vuelos con destino nacional seguirán retrasados hasta nuevo aviso por mal tiempo. Les pedimos excusas por la incomodidad. Buscaremos la forma de solucionar los problemas lo mas pronto posible.- Ellas bufaron a la vez y me burlé mentalmente.
-Y… ¿Ustedes están esperando esos vuelos, verdad?- Les dije en tono jocoso, a lo que ellas respondieron fulminándome con la mirada.
-No te burles de la desgracia ajena.-Habló la rubia y fue apoyada por la mirada seria de la castaña
“…Don’t wanna be american idiot…”
-¿Padre, ya vienes?- Pregunté con ansiedad.
-Cariño, a eso te llamaba, me tardaré por lo menos dos o tres horas en recogerte, lo…
-¿¡TRES HORAS!?
-… Siento. Si mi vida, lo que pasa es que Isabela ha empeorado. No te enojes porfav…-De nuevo le colgué. Esto se esta volviendo costumbre. Maldije por lo bajo.
-Así que nos acompañaras, ¿Cierto?
-¡Karmaaaaa! –Completo la rubia con un deje de diversión en sus ojos, que fue seguido por la contagiosa risa de las dos chicas. ¿Qué tenian ellas, que siempre terminaba riendo?
-Ya que…- Dije resignada -Me llamo Natalia, ¿y ustedes?
-Me llamo Daniela.- Respondieron al unísono las dos chicas. ¿Qué rayos? ¿Las dos se llamaban igual? Ellas se voltearon a ver y se rieron.
-Genial, en este trío seré el jamón.- Dije aparentando seriedad, pero al final no contuve mis carcajadas, y las Danielas que me miraban raro a un principio se unieron a mis risas.
-Esta bien, pero yo seré la parte de arriba del sandwich.-Habló con rapidez Dani castaña, como si fuera una competencia. Volvimos a reir. -Ahora ya seria, puedes llamarme Nani. Así lo hacian algunos amigos de mi país.- habló la ahora apodada Nani.
-Bueno, entonces yo me quedo con el Dani.- Y ella lo dijo con un acento francés.- Siempre me han dicho así.
La conversación se tornó agradable y entre risas, bromas y sarcasmo, logré saber algunos datos de ellas, como que Nani es colombiana de nacimiento, pero desde pequeña ha vivido en Italia con su familia, tiene 17 años y toca la guitarra al igual que yo.
Mientras que Dani tiene 18 años, es francesa y viene a Colombia a visitar su familia materna, y resultó mas agradable de lo que pensé.
Extrañamente hay cosas que tenemos en común, como el gran amor que tenemos por One direction; por la lectura, específicamente de ficción; las tres hablamos fluidamente el español y el inglés.
-¿Qué te gusta tocar en la guitarra?-Me preguntó Nani.
-Hmm, principalmente rock clasico,alterno… en definitiva rock, pero me sé casi todas las canciones de One Direction, ¿Y tú?
-Yo me llevo por el pop, o baladas, pero me gusta tocar algunas canciones de pop rock y obviamente las de One Direction.
-Mis amigos dicen que soy excelente aplaudiendo, los instrumentos nunca han sido lo mio-A pesar de eso, Dani cada vez me estaba cayendo mejor y la tension entre nosotras se habia extinguido.
-¿Muero de hambre. Saben?-Dije con ojos suplicantes, no tenia dinero colombiano y no tenia la menor idea de como conseguirlo o cambiarlo.
-Yo igual, antes de irme mis padre me dieron $50.000, no se si es mucho, pero es algo, vayamos a algún sitio.
Llegamos a un pequeño restaurante con un bonito decorado rosa pastel, nos sentamos en la mesa cerca a la ventana, en petición mia ya que me gusta muchisimo la lluvia, sobre todo si puedo verla sin mojarme, en mi ciudad habia salido un par de veces a mojarme bajo la lluvia, pero esto era una verdadera tormenta.
La camarera llego para pedir nuestras ordenes, nos quedo mirando sin siquiera pasarnos alguna cartilla para saber que habia.
-Quiero una pizza porfavor, con un frappé- Dijé, no noté nada extraño en mi vos, pero la camarera al parecer si.
-De bebidas tenemos gaseosas, café “Normal”,y jugos naturales-Dijo la camarera con un tono que me resulto algo burlon.
-Solo es un café con espuma…-Trate de justificar.
-Café “Normal” para usted y una pizza, ¿las otras señoritas que desean?-Me ignoro por completo, pero tenia hambre, y mi ego también deseaba que mi estomago se llenara aunque sea con café “Normal”, me resigne a soltar un leve gruñido al cual a Nani le resulto sumamente gracioso.
-Para mi, una hamburguesa con un jugo de Lulo- Dijo Nani mirandome divertidamente.
-¿Lulo?-Pregundo dani- ¿Se supone que es un fruta?, prefiero no arriezgarme, me pido también un café “normal”-Hizo enfasis en la ultima palabra y solto una efimera carcajada.
No se demoraron en traer nuestro pedido, y me limite a mirar a la camarera con una glacida mirada, pero al notar que me ignoraba por completo me resigne a probar el café.
-No esta tan mal verdaderamente-Dije-Pero, una espuma lo mejoraría notoriamente, y pagaría el doble por ello-No sabia cuanto eran $5.000 colombianos, pero de seguro con algo espumoso podría costar $10.000
-Calla, y toma-Bufo Nani-No hay nada como los jugos de aquí, el de lulo es mi favorito, ¿Quieren probarlo?. Dani al primer sorbo se noto la satisfacción en su rostro.
-Deberían haber cosas como el lulo en mi país, sinceramente esta mejor que este café.
-Si tuviera espuma, dejaría por el piso al “glorioso” jugo de lulo- Dije lo ultimo con sarcasmo, sabia bien, pero no pensaba darle la razón.
fui la primera en terminar, de seguido Nani, y por ultimo Dani, en ella notaba un leve toque de refinación, y aunque no acostumbro acercarme a personas como ella, me resulto bastante agradable.
Intercambiamos nuestros números, cuentas de facebook, twitter y skype, y aunque resulte imposible de creer no quería que se marcharan, pero la lluvia no duro para siempre.
-Estimados pasajeros, nos alegra informar que el vuelo hacia Cali, Popayan, Medellin, y Cartagena, han sido habilitados, en 15 minutos saldrán favor de entrar a las salas de su respectivo destino.
Fue una despedida bastante normal, y bueno que se esperaba de alguien a quien conocías hace solo 3 horas, a cada una le di un abrazo y les desee suerte en su viaje.
En lo que a mi respecta mi padre llego a la media hora, entre en su “Audi le mans”, cruzamos un par de palabras apenas entré, pero durante casi todo el recorrido aplique mi muy eficaz ley de hielo, pero después de unas insistentes disculpas me relaje.
-¿Qué tal te fue en el vuelo cariño?-Pregunto mi padre con un tono de interés.
-Hmm no muy bien, una rubia borracha estropeo mi libro favorito-Dije sin muchos ánimos.
-Se lo mucho que significa un libro para ti, así que tranquila, si gustas mañana mismo compraremos otro-Dijo tratando de sonar comprensivo.
Después de unos 15 minutos, encendí mi celular, puse los audífonos, y no paso mucho tiempo antes de que cayera profunda en la cómoda cojineria de cuero.
Continuara...
Zuna98
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Me encanta esta novela *-* :(L): :aah: jajaja por cierto soy Sara... :P
Smdl17
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capitulo 5: "Beginning vacations, began the surprise"
HELLOOO :) Después de la espera, aquí esta el capitulo 5... uno de los mas largos hasta ahora y como todos los demás escrito con mucha dedicación ;) espero les guste
HELLOOO :) Después de la espera, aquí esta el capitulo 5... uno de los mas largos hasta ahora y como todos los demás escrito con mucha dedicación ;) espero les guste
-Estimados pasajeros, nos alegra informar que el vuelo hacia Cali, Popayán, Medellín, y a Cartagena, han sido habilitados, en 15 minutos saldrán favor de entrar a las salas de su respectivo destino.
Por fin después de la espera llegaba la hora de marcharnos… No es que me alegrara despedirme le las dos chicas que conocí tres horas atrás, después de todo la conexión que se creó entre nosotras es mucha para tan corto tiempo, todas las cosas que tenemos en común nos ayudaron a no morir de aburrimiento.
Quien diría que un retraso en los vuelos nacionales terminaría en una conversación como la que tuvimos nosotras. A pesar del mal comienzo con Natalia y lo diferente de nuestras personalidades resulto ser agradable para mí.
La despedida fue rápida, pero aseguramos que mantendríamos la comunicación intercambiando nuestras cuentas en todas las redes sociales que teníamos.
Después de esto me dispuse a volver a mi sala de espera, tenía una mezcla entre emoción y miedo de la llegada a la casa de mi familia, la ansiedad me estaba invadiendo cuando la voz de una mujer me indico que debía abordar el avión que me llevaría a Cali. Había pasado mucho tiempo desde mi última y única visita a esta ciudad, y a pesar de eso mi memoria guardaba hermosos recuerdos junto a mis padres en las casas de mis tíos y primos, pero esta vez, estaba sola en esta aventura que duraría todas mis vacaciones.
Una vez adentro del avión, mucho más pequeño que el que me trajo de Francia, busqué y encontré mi lugar, ¡Ventana de nuevo! Esto sí que era suerte. Me senté, saqué de mi bolso de mano a mi fiel acompañante, mi iPod; estaba dispuesta a perderme en mi música durante este viaje, pero para mi sorpresa tenía solo un 5% de batería… de mi boca salió un sonido de decepción, sentí que mi suerte me estaba dejando abandonada.
-¿Tienes algún problema?- Me interrumpió una voz masculina, por lo que volteé y me encontré con unos ojos negros y una linda sonrisa.
-Solo un poco de mala suerte.- le contesté esbozando una sonrisa atontada por su mirada fija en mí.
-Creo que seremos compañeros de viaje.- dijo mirando su tiquete- Espero que no te moleste.-
-Claro que no.- La sonrisa seguía en mi rostro mientras él se sentaba a mi lado
-Soy Sebastián.- Sus ojos seguían dirigiéndose hacia mí, haciéndome sentir algo intimidada, lo cual gracias a mí clara piel representaba que me sonrojaría.
-Yo soy Daniela.-Mi tono de timidez hizo que su sonrisa se ensanchará más.
Era un chico muy lindo, cabello oscuro, ojos negros, piel clara, estatura alta, una musculatura bastante marcada y una hermosa sonrisa enmarcada por unos labios rosados, de unos 21 o 22 años. Estaba analizándolo minuciosamente mientras el avión despegaba, pero su voz se interpuso ante mis pensamientos.
-Acaso tengo algo raro encima…-dijo el divertido-…que no dejas de mirarme.- podría asegurar que un tomate no sería suficiente para representar el color en mi cara.
-Discúlpame, es que…-no me dejó terminar.
-No te preocupes, hagamos de cuenta que no noté tu mirada.- ¿Acaso era eso para que no me diera más vergüenza? Pues no lo logró, cada vez más sangre se acumulaba en mis mejillas y eso parecía ser divertido para el.- ya en serio no te sonrojes, no tienes porque, aunque así rojita te vez muy bien.
-Gracias.- lo murmure tan bajo que no se si lo haya escuchado.
-Y… ¿eres de Cali?- su cara de duda al preguntar me causo mucha gracia por lo que le regalé una sonrisa.
- non, je ne suis certainement pas un Colombien.-ante mi respuesta puso una muy graciosa cara de sorpresa.- Soy francesa.- le dije sonriente
-Genial, y… ¿Qué haces rumbo a Cali? Si no es problema podrías responderme en español- no pude evitar reír ante su petición
-Claro, voy a visitar a mi familia, hace más de ocho años no vengo, así que mis padres decidieron que sería perfecto que pasara vacaciones con ellos. ¿Y usted, es de Cali o también va solo de visita?
-Quisiera responderte en otro idioma, pero… Soy totalmente caleño y se hablar solo español, bueno y algo de inglés, pero no mucho. - ¿Acaso no voy a ser capaz de dejar de mirar su sonrisa?
-No te preocupes, mi español está muy bien entrenado no tengo problema en que me hables en este idioma.
En menos tiempo del que pensé, la aeromoza nos estaba pidiendo prepararnos para el aterrizaje, esa hora de viaje sin mi iPod no fue tan mala después de todo, incluso quede con Sebastián en vernos algún día para que el me mostrara la ciudad por eso intercambiamos nuestros números de celular.
Una vez abajo del avión me despedí de él, me dio un beso en la mejilla y a pesar de lo normal que era esa clase de despedidas, la sentí diferente. Decidí no darle más importancia y empecé a buscar a mi tía Bertha ya que se suponía que ella era quien me recogería en el aeropuerto, fue muy fácil, estaba en el primer grupo de personas a el que me dirigí, pero no estaba sola.
Una vez me vio, mostró su sonrisa, se acercó y me dio un beso y un abrazo a el cual por supuesto le correspondí, una vez nos separamos pude ver con quien estaba. Gracias a Dios existen las redes sociales de no ser por eso no hubiera reconocido a mi primo José que está muy alto y simpático, y a mi prima Adriana que tenía a su hija tomada de la mano, me dijo que se llama Anna y tiene 3 añitos.
Recogimos mi equipaje y salimos rumbo al parqueadero y nos acercamos a la camioneta de mi primo, una Chevrolet Trax blanca que según me contó se la regalaron sus padres en su cumpleaños 21.
José subió mi equipaje mientras yo me sentaba en el asiento de copiloto, mi tía su hija y su nieta en el asiento de atrás, en el camino me contaron que me quedaría en casa de mi tío, junto con José, su mamá y una de sus primas que se encontraba también de visita.
Una vez llegamos a la casa, mi primo muy atento abrió mi puerta y la de mi tía para ayudarnos a bajar, no recordaba este lugar pero era muy bonito, ayude a bajar mi equipaje y entramos a la casa, adentro me esperaban todos muy bien vestidos lo cual me sorprendió.
-Hola Daniela, ¿cómo estuvo tu viaje?- Me preguntó mi tío mientras me saludaba con un fuerte abrazo
-Un poco agotador y con algo de retrasos, pero gracias a Dios llegue bien
-Que mal que estés cansada, ¿crees que aguantarías ir a saludar a tus tías que están esperándote?- A pesar de mi cansancio era imposible decir que no, después de todo se reunieron por mí.
-Claro que si tío, pero primero me gustaría bañarme.
El me indico cual sería mi habitación, la tercera al lado derecho del pasillo, puerta blanca.
Una vez adentro me encontré con un espacio muy acogedor, paredes color violeta y blanco, una cama grande con hermosos tendidos blancos llenos de pequeños detalles morados también, una alfombra negra justo a cada lado de la cama, los muebles de la habitación eran negros también, tenía dos nocheros, un armario y un tocador; colgado justo al frente de la cama estaba el televisor, además había un pequeño equipo de sonido. Creo que mi tío y Dora, su esposa pensaron en todos los detalles.
Puse mis maletas en un rincón para buscar la ropa que me pondría, una vez encontré todo tome la toalla y entre al baño de la que sería mi habitación, me despojé de mi ropa, entré a la ducha el agua estaba deliciosamente fresca, perfecta para relajarme después del largo día que continuaba.
Después de bañarme, me coloqué un short oscuro, una blusa blanca un poco transparente más larga atrás que adelante, un delgado cinturón dorado y unas sandalias doradas también. Estaba haciendo calor, así que decidí no secar mi cabello, solo lo peine un poco y con suerte mis crespos se secarían manejables, pero por las dudas cogí una moña para sujetarlo y la guarde en un bolsito blanco pequeño junto con mi celular y mis documentos; me maquille un poco, como de costumbre lápiz café en mis ojos ya que así se ven más verdes, un poco de pestañina y brillo en mis labios.
Una vez lista, Salí del cuarto a avisar a mi tío que podríamos salir cuando quisiera, pero me encontré con una persona mirándome mal desde el cuarto del frente.
-Así que usted es la famosa Daniela de la que tanto hablan- me dijo la dueña de aquella mirada, una chica de cabello largo y negro, de estatura media, un poco acuerpada, ojos café oscuro delineados con negro y una sonrisa hipócrita que no me gusto para nada.
-Sí, soy yo- le dije cortante.- Y… ¿usted quién es?
-Soy Mónica, la prima de José.- su extraña sonrisa seguía ahí.
-Que bien, un placer conocerte.- use mi mejor tono de sarcasmo.
-lástima no poder decir lo mismo.- fue un murmullo casi inaudible pero para su mala suerte no funcionó y además no solo yo lo escuche ya que mi primo iba para su habitación justo al lado de la mía en ese momento.
-Mónica, ¿Qué clase de grosería es esa?- empezó a decir mi primo mientras pasaba su brazo sobre mi hombro.- Ni siquiera la conoces y ya le estás hablando así.- No pude evitar reír por la cara que puso antes de cerrar su puerta.- Papá dice que nos llamara en cuanto tengamos que salir en unos 20 minutos.- Ahora se dirigía a mí.
-Ok, aprovecharé para arreglar algunas de mis cosas.- Dije mientras entraba a mi habitación.
Una vez adentro, cerré la puerta y me dirigí a las maletas, tomé la primera y la puse sobre la cama, saqué de ella mis CDs y los coloque al lado del minicomponente, saque mis zapatos y los puse en la parte baja del armario… Continué desempacando hasta que la voz de mi primo me pidió que bajara para irnos, me mire una última vez en el espejo y salí.
Una vez todos estábamos en la sala decidimos que mi tío, su esposa, Mónica y mi tía se irían en el auto de mi tío, mientras que José, mi prima, la bebé y yo nos iríamos en la camioneta. Salimos y después de 15 minutos de viaje llegamos a la casa que me indicaron era de mi otra tía.
Adentro me recibieron con un grito de bienvenida salude a todos, uno por uno y una vez termine ya que eran tantos entre tops primos y novias o novios de ellos, sirvieron la comida y gracias a Dios porque estaba muriendo de hambre. No sé quién cocinó, pero estaba delicioso. Y después de estar un par de horas más ahí hablando con mí gran familia creo que el cansancio se empezó a ver en mí porque todos me dijeron que fuera a dormir y mi primo se ofreció a llevarme para que los demás siguieran sus conversaciones tranquilos.
Durante el viaje de regreso a casa se pasó muy rápido mientras hablaba con mi primo de todo y nada a la vez, me conto que Mónica tiene 16 años vive en Panamá con su mamá y su hermana, pero estará de visita durante un par de semanas, además me pidió que no me preocupara por su mal comportamiento que es un poco problemática pero se calma cuando se cansa de ser ignorada.
Una vez llegamos a casa me dirigí a mi cuarto, me di una ducha rápida para calmar el calor que sentía en mi cuerpo, me puse mi pijama, short verde manzana con estrellitas blancas y blusa blanca con una estrella verde y grande, me tire sobe la cama sin ni siquiera quitar el edredón y me quedé profundamente dormida.
Cuando me desperté al otro día eran las 8:30am, pero sentí como si hubiese dormido por muchas horas más. Entre al baño y lave mis dientes pero decidí no bañarme aun, la pijama era mucho más cómoda, además aún faltaban cosas por desempacar así que me puse manos a la obra.
Media hora después mis cosas estaban todas ya acomodadas, y yo estaba acostada boca abajo en mi cama con el computador al frente revisando mi Facebook, tenía algunas solicitudes de amistad entre las cuales estaba Natalia, la acepté y pase a revisar mi Twitter busque y seguí a las chicas. Me dispuse a bajar a desayunar.
En el comedor estábamos sentados todos menos Mónica por lo que mi tío me pidió que fuera a buscarla… la idea no me gusto en lo absoluto pero subí a llamarla. Toqué su puerta y no abrió, volví a hacerlo y tampoco… Así que tome medidas desesperadas mi estómago rugía, toque tan duro como pude hasta que su voz amenazante sonó del otro lado.
-¡¡SI SIGUE ASI VA A TENER PROBLEMAS CON MIGO!!
-ja ja ja.- el sarcasmo inundaba mi voz.- No sabes el miedo que me da que una niñita inmadura y recién levantada me amenace.
Baje de nuevo y me senté en mi puesto, y tan solo unos minutos después estaba ella bajando las escaleras.
-Esa ha sido la técnica más eficaz para hacerla bajar, felicitaciones mona vas a tener que enseñarme.- Dijo mi primo mientras ella se sentaba.
-Es tan fácil, solo dile la verdad.- mi primo nos miró confundido mientras ella me mataba con la mirada.
El desayuno pasó rápido, ayude a recoger la mesa y subí a bañarme cuando salí de la ducha me puse un jean ajustado, una blusa roja de hombro caído y unos zapatos negros de tacón y mientras me peinaba sonó mi celular; me sorprendí al ver de quien se trataba, era Sebastián, me invito a salir, pero dado que pensaba reunirme con uno de mis tíos paternos que estaba de visita en Colombia también y él tenía que hacer algo el día después, decidimos que sería al día siguiente.
Termine de arreglarme, fui a almorzar y una vez termine fui a mi cuarto a ver televisión pero me quede dormida hasta que escuche que Dora subía las escaleras para llamarme. Al parecer mi tío había llegado por mí y ya eran casi las cinco de la tarde. Arregle un poco mi cabello y retoque mi maquillaje para salir con mi tío.
Lo salude y subimos a el auto que usaba durante su visita a la ciudad. Fuimos a cenar en un lugar bastante fino y refinado, nada extraño proviniendo del gerente de la sede en Londres de una de las compañías más importantes de automóviles. Yo no estaba vestida totalmente apropiada para el lugar pero tampoco me veía mal.
Cuando la cena terminó seguimos conversando de mis sueños, mis metas y mi carrera hasta cerca de las 8:50pm cuando vio el reloj decidió que partiéramos porque el camino a través de la ciudad nos esperaba.
Una vez en casa salude a mi primo y la chica que lo acompañaba; sus miradas indicaban que eran más que amigos a pesar de que me la presento como “su amiga Diana”, parecía una chica dulce, era delgada, de cabello castaño, largo y liso, ojos miel y unos centímetros más alta que yo. Decidí no molestarlos más y subí a ducharme para después acostarme, aunque no era costumbre dormirme temprano, tampoco era buena idea ir a hacer mal tercio con mi primo y su “amiga” o ponerme a hablar con esa niña del cuarto del frente.
Al despertarme al día siguiente fue bastante normal aunque por la tarde estuve comunicándome a través de video llamada con Nani y Nana, como había decidido llamarle a Natalia.
Hablar con ellas me alegro, escuche como les fue con sus familias en el tiempo que habían estado con ellas y les conté todo lo que había pasado incluyendo lo de Mónica ante lo que recibí consejos como “cuélgala de un árbol y culpa a el vecino” o “tírala desde el balcón y haz que parezca un accidente”, opciones que se veían muy llamativas para mí. Además también tuvimos algunas peleas infantiles sobre quien se quedaría con cada uno de los chicos, pero ninguna de las tres cedió.
Tarde en la noche cuando ya era hora de dormir me puse la pijama, cogí mi iPod y lo encendí en aleatorio antes de tirarme a la cama paso cerca de una hora más y entre la música de Ed Sheeran, Katy Perry, Jonas Brothers, One Direction entre otros, incluyendo algunos grupos de música en español, logre conciliar el sueño. Ese día soñé con ellos, estaban paseando por una playa y se dirigían corriendo hacia mí que estaba tendida sobre la arena y cada vez que se acercaban más, mi cuerpo se tensaba, ellos corrían y corrían y seguían corriendo, pero una vez que por fin estaban cerca alguien toco mi puerta y me despertó…Típico de los sueños, pero después de que me pasara lo mismo tantas veces me resigne a que no sabría lo que pasaba al final. Ese no fue uno de los mejores sueños, de hecho me confundió mucho, pero cualquier lugar incluido estos sueños, en que estaban ellos, me parecían perfectos.
Ese día me desperté feliz, desayuné pero esta vez ignoré totalmente a esa niña a pesar de que colmaba mi paciencia. Fui a mi cuarto a arreglarme, después de todo pasaría el día con Sebastián.
Antes de entrar al baño, puse mis dos preciados CDs a un alto volumen, además de que me encantaba oírlos con ese volumen estaba segura de que a Mónica le molestaría.
Entré y me bañé, me demoré tanto como ningún otro día de los que había estado en Cali, una vez totalmente limpia empecé a vestirme, un jean desteñido y roto, una blusa blanca de un Mickey Mouse asomado, unos supras blancos con celeste. Mi rutina de maquillaje fue la misma solo que esta vez use lápiz de ojos negro, seque mi cabello con la toalla para dejar que se secara con el viento.
Mi capital monetaria en pesos colombianos era nula, por lo que decidí pedirle a mi primo que me llevara a cambiar algo de dinero. Salimos y tardamos menos de una hora en regresar a la casa, justo a tiempo para la hora del almuerzo aunque solo estábamos Mónica mi primo y yo. La señora del servicio nos sirvió y justo cuando estábamos terminando sonó mi celular, Sebastián estaba a punto de llegar así que fui a lavarme los dientes, cuando estaba lista mi primo se me acercó
-Dani, mucho cuidado, recuerda que ese tipo es un extraño aún, si intenta sobrepasarse llámame de inmediato, evita comer cosas extrañas y por favor cuídate mucho.- típicas indicaciones de hermano sobreprotector.
Justo cuando José terminó, llegó Sebastián; me despedí y salí.
Subí en el KIA Cerato color acero y arrancamos, este sería un tour por la ciudad.
Empezamos por El Monumento “Al Gato” justo al lado del rio Cali, caminamos mirando y tomando fotos con las novias del gato, unas gatas hechas con mucha creatividad por artistas caleños. Después fuimos a el mirador de Sebastián de Belalcázar, lugar que me encanto; la vista de la ciudad es perfecta las fotos que tomamos eran hermosas. Después de un largo trayecto por las calles de Cali terminamos en las canchas panamericanas, haciendo lo más típico de los planes de tarde-noche en la ciudad; el comiendo cholado que es raspado de hielo con frutas y leche condensada, y yo tomándome una lulada, después de probar el jugo en el aeropuerto no me pude resistirá ese sabor ácido y dulce a la vez.
Esa tarde con Sebastián fue muy divertida, y para terminar con los planes decidimos llamar a mi primo para que nos acompañara a "rumbear" lo cual significa ir de fiesta o a bailar, por supuesto mi primito acepto y una hora después ya estábamos en una discoteca bailando y ellos tomando; José fue con Diana y dos amigos más, Luis y Lina.
Todos pensaron que por ser de otro país no sabría bailar salsa, pero se equivocaron desde pequeña aprendí los pasos básicos y no perdía la oportunidad de practicarlo.
Después de un rato, mi primo y su amigo ya estaba pasados de tragos y empezó a decir incoherencias, y a bailaban entre sí, ante lo que la gente les gritaba cosas como que se fueran a una habitación, y los llamaban gays; estoy segura de que estando en sano juicio se hubiera armado la tercera guerra mundial pero paso lo contrario, Luis les decía que si querían podían acompañarlos a la habitación, y que no eran pareja, sino amigos especiales.
No podía creer lo que hacía el alcohol en sus cabezas así que antes de que todo pasara a mayores les pedí que nos fuéramos, Sebas entendió y me ayudo a sacarlos de aquel lugar, se acercó a mí...
-Dani, gracias por todo, fue un día maravilloso el que pase a tu lado.-su sonrisa estaba aposentada en sus labios.
-Gracias a ti por enseñarme esta hermosa ciudad, me divertí mucho.
Sebas se acercó para darme un beso muy cerca de los labios, lo cual fue raro. Después se ofreció a llevar a los demás ya que mi primo no estaba en condiciones de ir al volante, se lo agradecí, me despedí de los demás y subí al borracho que me correspondía a la camioneta. Me subí en el espacio del conductor, la entendí y me dirigí a casa.
Eran cerca de las 3am cuando llegamos a casa, así que lo ayude a bajarse de la camioneta y a que subiera las escaleras. Lo deje al lado de su puerta y me dirigí a la mía, una vez escuché que él se tiró en su cama pude dormir tranquila.
Desperté con un dolor de cabeza horrible, quien me viera pensaría que tome como una desquiciada la noche anterior, pero no, yo solo tome un trago de un cóctel suave para ambientar la noche, el resto del tiempo tome gaseosa. Abrí la puerta y me encontré con ella ahí mirándome, hice como si no estuviera, definitivamente no estaba dispuesta a aguantar.
Durante el desayuno, mi muy animado primo no mostro síntomas de su resaca y me ofreció una bebida burbujeante para calmar mi malestar.
Un rato después estaba en mi habitación escuchando música acostada frente al computador, para ese entonces el malestar ya había desaparecido casi totalmente.
Cerca de las 11am entre al baño, me di una ducha y como no pensaba salir me puse un short de jean muy corto, una camiseta grande y las sandalias más hogareñas que tenía. Me había ofrecido a hacer el almuerzo así que baje a la cocina y aliste los ingredientes para hacer crepes rellenos de pollo con champiñones en salsa blanca.
No soy la mejor cocinera, pero con una madre chef algo tenía que aprender.
Empecé con mi receta, la que mejor me salía; una hora después estaba ya sacando las crepes del horno y el pan tostado con mantequilla de ajo estaba listo. Así que llame a todos a almorzar, bueno con todos me refiero a mi primo y Mónica ya que mi tío y Dora estaban trabajando.
Serví todo mientras ellos se acomodaron, salí con dos platos hacia la mesa, entregue uno a José y cuando me estaba acercando a Mónica el plato se deslizó de mi mano y fue a parar boca abajo sobre su blusa.
-Juro que fue un accidente.- fue todo lo que salió de mi boca, aunque a quien engaño, estaba que moría de la risa por dentro.
-Si, como no... Así como también fue un accidente que tú y tu vida perfecta aterrizaran en el cuarto frente al mío.- A qué se refería con eso... Esa niña definitivamente tiene problemas con migo, ¿pero yo que le hice?
- Mi vida no es perfecta, pero la vivo y la disfruto a cada instante, no como usted que se la pasa amargada.- mi voz subió un poco de tono pero ya no pude aguantar más.
Mónica subió corriendo y solo se escuchó el azoton de su puerta, José me miraba sorprendido, no si por lo que hice por accidente o por lo que le dije a ella. Me hizo una señal para que trajera mi comida y me sentara, el almuerzo paso en silencio él recogió los platos y la señora del servicio limpio el desastre del incidente con Mónica.
El resto del día paso desapercibido, tener que aguantarme a Mónica el resto de mis vacaciones no sería muy agradable.
Esa noche me dormí temprano y al día siguiente me despertó una llamada de Adriana pidiéndome que fuera el sábado a una cena familiar en su casa a las 4pm y que le avisara a mi tío, así que me levante, di aviso a la familia y regrese a mi cuarto a ordenar un poco. Me hacían falta algunas cosas de uso personal así que me duche y le pedí a mi primo su compañía para ir al supermercado, a regañadientes acepto, compre shampoo, acondicionador, crema para peinar, un tratamiento para puntas y otras cosas, pague y volvimos a casa.
Del resto de este día, y los dos siguientes, solo podría resaltar la llamada de una hora con mi madre, típicas recomendaciones y todo el tiempo diciéndome que me amaba, me extrañaba y pidiéndome que disfrutara mis vacaciones. También estuve en contacto con Kath, John y Andrew; Es increíble cuanto extraño a esos tres, que suerte que el internet suprima esas distancias, aunque la diferencia horaria es un poco difícil de manejar.
Llego el sábado de la dichosa cena familiar después del desayuno me bañé, lave mi cabello y lo sequé para poder plancharlo. Es increíble como el cabello liso cambia tanto mi apariencia, y me encanta. Cuando estuvo listo me vestí, nada muy elegante, una falda de jean, una blusa fucsia ajustada, mis tacones y accesorios negros. Salimos y como ya era costumbre me fui con mi primo. Una vez en la casa de Adriana me sorprendió ver tantas personas ahí, estaban todos mis tíos, incluido con el que Salí a cenar el otro día, lo cual era más extraño aun ya que no es de la misma familia.
Todos estaban muy sospechosos y evadían mis preguntas, cerca de las 6pm cenamos, estaba muy rico todo pero esta reunión seguía pareciéndome extraña.
-Daniela nos reunimos hoy aquí para…-empezó mi tío Gustavo con algo de misterio en su voz.
-¡Por fin!- mi tío solo sonrió ante mis palabras.
-…contarte cual será tu regalo de cumpleaños de parte de todos nosotros, tus tíos…- parecía que nunca fuera a terminar de decirlo, toda la familia me miraba sonriente pero yo aún no comprendía del todo.-…pero para poder decirte necesitamos estar en contacto con tus papás.
-Ya estoy en eso, dijo una de mis primas con su computador en las manos.- Esto se estaba volviendo desesperante, si no se apuraban mi cabeza iba a explotar.- ¡Listo!.- de repente empezó una video llamada y dos sonrisas más se unieron a la habitación, y sumaron un poquito más de confusión.
-Hola cariño, ¿te gusto la sorpresa del…- mi madre no pudo terminar la pregunta.
-¡¡Shhhh!!- la interrumpieron todos y yo solo voltee los ojos
-…Upss.-
-bueno, bueno, díganme ya o me voy a enloquecer.
-Está bien Dani- Continuo mi tío.-… sabemos que uno de tus sueños más grandes es viajar a…- mi mandíbula cayó a pesar de que no escuchaba aun la noticia completa.-… Londres y todos nosotros- Señalo todas las personas de la habitación.- estamos de acuerdo en cumplir tu sueño.- Para ese entonces yo ya estaba llorando de la emoción, el mayor de mis sueños estaba a punto de cumplirse.
-¡Gracias, gracias, gracias, gracias!- no podía dejar de sonreír, esta era la mejor noticia que me podían dar.
-Te vas mañana en la mañana y estarás allá hasta que se acaben las vacaciones.- ¿Qué? ¿Así de rápido? Bueno, entre más rápido más tiempo estaría allá.
Después de darme algunos detalles más sobre mi sorpresa mis padres se despidieron, y yo me apodere del computador, tenía que contarles a las chicas.
Entre a Skype y Nana estaba conectada, nos pusimos a hablar mientras se conectaba Nani que no tardo sino 5 minutos. Una vez en nuestra video llamada yo empecé.
-¡Chicas!, les tengo una maravillosa noticia.
-Yo también.- Dijo Nani emocionada.
-Yo no me quedo atrás, también les tengo la mejor de las noticias.- dijo Nana sacándonos la lengua.
-Genial, y ¿quién comienza?
-Las tres a la vez.- me contesto Nani con una sonrisa.
-Está bien, UNO…
-DOS…
-¡TRES!
-¡Iré a Londres!- las tres pusimos una cara de sorpresa.
-Yo me voy mañana.- Dijo Nani en cuanto logro salir del shock que le produjo la sorpresa.
-Yo también.- contestamos Nana y yo al unísono. Esto era solo el comienzo de las coincidencias que descubrimos esa noche, resulto que íbamos en el mismo vuelo y hacia el mismo hotel.
Nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente en la sala de espera.
Llegue a casa a alistar de nuevo mis maletas pero esta vez de muy buena gana. Una vez acabe me quede dormida y me desperté muy temprano a la mañana siguiente, me bañe y me puse cómoda, un pantalón gris, una camisa celeste estampada con “living the dream, vivre le rêve, viviendo el sueño” repitiéndose una y otra vez formando un corazón, mis supras blancos con celeste y maquillaje natural. Mi primo me llevaría al aeropuerto así que me despedí de los demás y salí.
En el aeropuerto me despedí de José y llame a Sebas para contarle que me iba, lo sentí algo triste pero eso no me detendría. En el avión encontré mi puesto, esta vez mi compañera fue una señora que durmió y roncó todo el viaje.
Una vez en Bogotá, camine hacia la sala de espera del siguiente vuelo, en el que seguramente estarían esperándome Nani y Nana. Y justo como lo esperaba, estaban ahí sentadas juntas y guardando un puesto que supuse era para mí.
-Hola chicas.- Les dije cuando llegue a su lado.
Continuara...
1Dani95
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
ayyyyyyyyyyyyy! nooooooooooo!! este capitulo estuvo largo pero muy bueno!! hahahaha lo amé!!!!
jennifer_1994
Re: Quisiera que te quedaras conmigo por siempre
Capítulo 6: "Little time, big surprise"
Sé que hace poco subió Dani, pero no pude aguantar las ganas de subir el siguiente... Que lo disfruten!
Me encontraba en el avión, ubicada en la silla que daba al pasillo. Si, soy de malas, había subido al avión cruzando los dedos para que me tocara al lado de la ventana, pero parecía que el destino me alejaba de poder disfrutar de la hermosa vista que es Colombia desde el cielo.
Resignada, subí un poco más el volumen de mi iPod, acababa de cambiar a “I Wish” y esa canción la amaba, así que empecé a cantarla, no muy alto, pero si lo suficiente como para provocar curiosidad en las personas que me rodeaban. Sabía que no cantaba muy bien, lo mío era la guitarra, pero no me importaba, era feliz cantando.
Repasé mentalmente las anteriores horas y sonreí, esas chicas eran geniales y había sido estupendo compartir con ellas ese tiempo, que de otro modo, hubiera sido aburrido estando sola, y aunque habíamos compartido de TODO para mantenernos en contacto, sabía que éste no duraría. Ya me había pasado. Al principio sería interesante, pero luego dejaría de importar y no volveríamos a hablar.
Ir en avión de Bogotá a Medellín duraba como máximo media hora. Así que llegué rápido y en menos de lo que pensaba ya me encontraba abrazando a mi tía.
Me habían ido a recoger mi tía Claudia, mi primita Giselle, su esposo Manuel y mi querida Mamita.
Saludé a cada uno y después de haber cogido mis pertenencias nos dirigimos a su carro. Era una camioneta nosequé hermosa y grande. Me gustaría tener un carro, y si era una camioneta mejor, pero eso no significaba que me supiera las diferentes marcas.
Llegamos a la casa de mi tía. La casa era magnífica, enorme y siempre destilaba una sensación hogareña. Manuel descargó mis maletas y me indicó que subiera con él para decirme cuál sería mi habitación esta vez. Al subir me topé con Dalia, mi prima, y al hablar, me contó que también se quedaría por un tiempo.
Cenamos, di gracias por lo rico que estaba y subí a mi habitación con la idea de organizar mis pertenencias.
Después de organizar todo, decidí que era hora de llamar a Mel.
-¿Hola?
-¡Meeeel!, Ya estoy en Colombia, y ¡Ya te extraño!- Grité apenas reconocí la voz de mi amiga.
-¡Yo también te extraño! Por Dios, te demoraste muchísimo en llamarme!- Me reprochó y no pude mas que reírme. La conversación siguió un buen tiempo, tocando temas desde ¿Viste algún chico lindo? Y al decirle que no me había fijado, soltó varios bufidos, después le conté sobre Dani y Nata y de nuestro amor compartido a One Direction, a lo que ella alegó diciendo que también le gustaban pero de una forma mas normal, y luego terminamos con la promesa de llamarnos en los siguientes días.
Cuando colgué no pude hacer más que tirarme sobre mi cama y caer dormida.
La mañana era muy soleada y el calor insoportable, me levanté, estirando todo mi cuerpo y me dirigí a abrir las cortinas para dar una vía libre al sol. Pero lo que no me esperaba, era que al dar vía libre a la luz solar, también había dado vía libre a una vista muy atractiva.
Desde mi ventana tenía plena vista del cuarto de la casa contigua, y en ésos momentos se levantaba de la cama, un muchacho, sin camisa, totalmente despeinado y muy sexy. Su cabello de color miel, le llegaba a los ojos, y pude contemplar como se lo apartaba molesto, su piel bronceada se veía excelente en tan buen cuerpo, y sus ojos eran claros, y pude ver perfectamente que me devolvía la mirada.
Me sonrojé y salí corriendo a ocultarme, no antes sin ver una sonrisa dibujándose en su rostro.
El día se pasó sin más incidentes. Salí con mi prima, que era mayor que yo por unos meses, a caminar por la ciudad. Ella es callada y demasiado tímida. Yo trataba de comprenderla porque yo también soy así, pero yo me comportaba de ese modo con extraños y claramente yo no era una extraña para ella.
Al terminar de dar una vuelta por un antiguo barrio, Dalia me propuso ir a tomar un helado. Acepté encantada.
-Un helado de brownie y otro de fresa, por favor.-Pedí a la señora que atendía.
Tomamos nuestro helado y nos sentamos en una pequeña mesa. Por fin logré que la conversación fluyera un poco. Al rato decidimos volver y en medio de bromas y risas nos encontramos a unos pocos metros de la casa.
Estábamos jugando a decir pequeñas confesiones, como “Me da miedo la oscuridad” o “Cuando pequeña me orinaba en la cama”, era muy gracioso y nos ayudaba a entrar en confianza. Cuando alcé mi vista.
El chico de la mañana venía caminando hacía nosotras, se le dibujo una sonrisa en su rostro al ver a mi prima, susurró un “Hola chicas”, pero sus ojos no se separaron de ella. Pude notar que Dalia sonreía bobamente y tartamudeaba un hola.
Entramos a la casa y mi abuela nos saludó con una cálida sonrisa y nos dijo que la cena ya estaba servida. Al parecer nos habíamos demorado más de lo que creía.
Terminamos, me levanté para a ir a mi cuarto, pero no antes de dedicarle una mirada a Dalia indicándole que me siguiera.
En mi cuarto, cerrada la puerta, la asedié con preguntas.
-¿Te gusta ese chico? ¿Cómo se llama? ¿Ya le has hablado? ¿Sabías que se notó que le gustas? ¡Esta buenísimo!- Grité y suspiré al final. Quería que me lo contara todo y sobre todo, si ella me decía que le gustaba, tenía que ayudarla a que le hablara. Sabía a la perfección que ella por sí sola no haría nada.
Me contó que se llama Alex, que tiene 19 años y es hijo de una amiga de mi tía. Que si le gustaba y que también le parecía que estaba muy bueno. Con esto, ella se sonrojó a más no poder. Me dijo, que él le hablaba, pero ella lo esquivaba porque le daba miedo. ¿De qué? Ni idea, pero le daba miedo. Le dije que la ayudaría pero necesitaba que fuera más sociable, que el chico no muerde, bueno, no por ahora, y que Alex parecía un buen muchacho.
Dalia se fue a su habitación y yo me lancé a mi cama. Cogí mi libro y me sumergí en sus páginas. Era la quinta parte de una saga y amaba al protagonista, aunque me hiciera enojar como a los otros personajes. Mi amor por Jace, el personaje, se podía comparar al amor que le tenía a Harry, Louis, Liam, Zayn y Niall. Un amor imposible.
Al siguiente día supe que tenía que llamar a Peter. Me desperecé, desayuné y me dispuse a arreglarme un poco, ya que al rato saldríamos todos a pasear. Cuando estuve lista, tomé mi celular y busqué su nombre.
-¿Dani?
-¡Peter! ¿Cómo estas? – Dije lo más tranquila que pude. No quería que me notara nerviosa y que sospechara que el beso que me había dado rondaba aún por mi mente. De seguro a él ya se le había olvidado y solo fue emoción del momento.
-Dani, te he extrañado mucho. Estoy bien, ¿y Tú? ¿Cómo te fue en el viaje?
-Bien y bien, fue genial, aunque en el avión no pude sentarme en la ventana.- Hice un puchero, aunque sabía muy bien que él no lo vería.
-Oh, que pesar, tú que tanto amas las panorámicas
Hablamos un rato de bobadas, le conté sobre las chicas que había conocido y le relaté un pedazo del libro que me estaba leyendo. Peter ya se lo había leído, al igual que yo amaba leer, y se reía de la frustración que me causaba el libro.
-¡Todo va de mal en peor!, ¿Es mucho pedir que ellos puedan estar juntos sin que ningún demonio los separé?- Escuché su carcajada y solo me dijo que al final las cosas se arreglaban un poco. Eso me tranquilizó.
-Eh, Dani - Oh-oh, conocía ese tono.- ¿Te acuerdas de lo que pasó cuando me despedí de ti?
-Si… ¿Por qué fue eso?- Pregunté casi en un susurro.
-Dani, no quería decírtelo así, pero es que, me… me gustas- Bueno, las palabras ya estaban dichas, y no sabía con exactitud si era eso lo que quería escuchar o que si prefería que nada hubiera pasado y siguiéramos como amigos. Mordí mi labio, y no pronuncié palabra. No sabía que decir.
-No te preocupes, lo entiendo si tu no sientes lo mismo… es difícil hablar de esto estando tan lejos, lo sie…
-No, Eh, si es difícil, y… la verdad no sé que siento. ¿Podríamos hablar después?- Puede que fuera cobarde por no afrontar las cosas de una vez, pero no me sentía con la capacidad de responderle, ya que no sabía lo que en verdad quería o sentía.
-Si, claro, descansa, Ten un lindo día, Te quiero.
-Gracias… yo igual.
Me puse los audífonos, prendí mi iPod, le subí todo el volumen. No quería pensar en nada aparte de las dulces voces que salían del aparato. Salí de mi habitación para reunirme con mi familia que me esperaba para irnos.
Una semana se fue volando. Visité monumentos, probé comida típica del lugar, me maravillé de lo hermosa que es Medellín en verano. Flores por doquier y su aroma bailaba en el aire. Aparte de eso, logré que Dalia hablara con Alex, y estoy segura que falta poco para que esos dos terminen siendo novios.
En la semana también hablé con Dani y Nata, nuestras charlas variaban de lo que hicimos en el día, los lugares que conocimos, como eran nuestras vidas en Europa, como llegamos a conocer los chicos más perfectos del mundo, One Direction. Con cuál de ellos nos quedaríamos, pero esta cuestión siempre terminaba en una pelea, pelea amistosa, pero pelea al fin y al cabo, porque las tres queríamos quedarnos con los cinco.
-Dani, no estas prestando atención a la película.- Me susurró Dalia. Nos encontrábamos en cine, viendo una película de comedia y romance, pero últimamente viendo ese tipo películas, me elevaba imaginándome como sería encontrar ese chico perfecto.
-Claro que le estoy prestando atención, la película pasa en Londres, tú sabes que amo Londres y además el protagonista es muy lindo.- Mi prima volteó los ojos y volvió a susurrar.
-Sólo porque el chico esta lindo te creo que estas prestando atención, y visitarás Londres esta semana así que…-Se tapó la boca y me miró con los ojos que denotaban claramente que había metido la pata. Yo solo pude mirarla con los ojos bien abiertos.
-Explícate!- Le dije lo más suave que pude. ¿Visitar Londres esta semana? No lo creía.
-Dios, me van a matar, se supone que era una sorpresa por tu cumpleaños.
-¿Qué? ¿Mi cumpleaños? Pero si todavía falta un mes y varios días…
-Por eso, pasarías tu cumpleaños en Londres, ¡No diré mas!, la noticia te la van a dar hoy en la noche.- Solo pude contener un grito, ¡Iría a Londres! ¡Wow!
No logré concentrarme más en la película, quería llegar rápido a la casa, que me dieran la noticia y avisarles a Nata y a Dani de mi viaje. Habíamos concordado que si alguna de nosotras viajaba a Londres, le contaría al resto para gritar a la vez. Era otro sueño que teníamos en común. Conocer Londres.
Al llegar, mi Mamita me dijo que hoy tendríamos una cena especial y que por favor me vistiera con algo lindo. Sonreí a más no poder y corría a mi habitación. Solo faltaban dos horas para la gran noticia.
La mesa estaba llena de comida. Ensaladas de pastas, una carne aderezada se encontraba en el medio y unas botellas de vino.
-¿Y se puede saber el por qué de esta cena especial?- Dije tratando de que no se notara mi ansiedad.
-Todo a su tiempo Daniela- Habló mi abuela.- Espera que termine de servir Claudia y procederemos con el por qué.- Me dedico una gran sonrisa.
Mi tía se sentó y le dirigió una mirada a mi abuela, indicándole que podía proseguir.
-Bueno, todos los aquí presentes, sabemos que tú ya casi cumples años, en julio, y entre todos los presentes hemos decidido adelantarte tu regalo de cumpleaños.- Hizo una pausa, y sentí que me iba a morir. Mi abuela se me acercó y me entrego dos sobres blancos, uno era grueso y el otro mas liviano y delgado. Con cuidado abrí el primero. Unos pasajes de avión de ida y regreso a Londres. Grité, hiperventilé y corrí a abrazar a mi abuela, luego a cada uno de los presentes.
-¡No lo puedo creer! ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias! ¿Cuándo me voy? ¿Cuánto tiempo? Dios, esto es asombroso.- Dije lo último más para mi misma.
-Te irás mañana en la mañana. Creo que tendrás una noche agitada.- Con eso mi Mamita rió.- Y será el resto de tus vacaciones, hasta a mitad de septiembre. Pero eso no es todo, has olvidado el segundo sobre. Es un regalo por parte de tus padres.
Sin pensármelo cogí el segundo sobre y lo abrí. Una tarjeta de crédito.
-Tiene mucho dinero, así que sé responsable. Es para todos los gastos, para que compres ropa, comida, lo que se te antoje.
¿Era un sueño? No lo podía creer.
-Ya tenemos la reservación en un hotel cinco estrellas, y cuando llegues al aeropuerto, habrá un tal Henry que te recogerá y te llevará al hotel.
Estaba en shock, ¿Hotel cinco estrellas? ¡Dios! ¡En Londres!
-Ahora, ya podemos comer.- La miré, y volví a abrazar a cada uno de los presentes. ¡Este es el mejor regalo de cumpleaños que he tenido en mi vida!
Cuando terminé, subí corriendo a mi habitación y prendí mi portátil. Afortunadamente Dani y Nata ya estaban conectadas. Abrí una video llamada para las tres, y antes de verlas ya las escuchaba gritando y hablando a la vez. Todavía no les había contado ¿Así que por qué gritaban? Se calmaron y me miraron. Dani habló.
-¡Chicas!, les tengo una maravillosa noticia.
-Yo también.- Dije emocionada.
-Yo no me quedo atrás, también les tengo la mejor de las noticias.- dijo Nana sacándonos la lengua.
-¿O sea que las tres tenemos noticias? Propongo que la digamos a la vez- Dijo Daniela.
-Por mi esta bien
-Ok, a la cuenta de tres
-Uno…
-Dos…
-¡Tres! ¡Iré a Londres!- Gritamos a la vez, y nos miramos estupefactas.
-Yo me voy mañana.- Dije en cuanto pude volver a respirar.
-Yo también.- contestaron Nata y Dani al unísono.
Nos contamos como nos habían dado la noticia nuestros respectivos familiares, todo era increíble, pero el hecho de darnos cuenta que íbamos en a la misma hora y en el mismo avión lo llevó todo a un punto totalmente impresionante. ¿Podía ser este día más asombroso?
Acordamos encontrarnos en el aeropuerto. Al principio pensé que a estas chicas les dejaría de hablar con el tiempo. El destino estaba indicándome que estaba en un error.
No esperé mucho y llamé a mis padres. Por el teléfono les grité emocionada, diciéndoles una y otra vez gracias, que eran los mejores padres, que los quería muchísimo y los extrañaba.
Colgué y suspiré. Como dijo mi abuela: Sería una noche larga.
La una de la mañana y por fin terminé de empacar mis pertenencias. Otra vez mi maleta de rueditas, mi gran maleta de mano y mi guitarra. Dejé lista la ropa que me pondría en un rato y me acosté intentando conciliar el sueño. Pero lo único que lograba era crear escenarios de cómo me toparía en Londres con los chicos de One Direction. Tenía que encontrarme con ellos. Bueno, eso esperaba.
Me despertó un grito de mi tía, diciéndome que llegaría tarde. Refunfuñé y me lancé al baño. Al salir me puse un jean sencillo y un jersey azul oscuro con unas Converse blancas. Agarré mi guitarra y bajé.
Todos estaban en la camioneta de Manuel, y vi mis maletas en la parte de atrás. Cerré los ojos y sonreí.
El viaje se hizo corto y en menos de lo que pensaba ya estaba dentro del aeropuerto. Estaba por subir en el vuelo 2561 que me llevaría a Bogotá y luego mi próximo destino, Londres.
-¡Estoy tan emocionada! ¡Gracias! ¡Gracias! – Abracé por última vez a mis familiares y le di un pequeño beso a la mejilla de mi abuela antes de ir a subirme en el avión.
Como siempre, el vuelo se me hizo corto y no alcancé a echarme una pequeña siesta. Seguía somnolienta por haberme despertado tan temprano, y la verdad no ayudaba que todas las canciones que habían sonado fueran suaves. Puse “Heart attack” antes de bajarme del avión, cogí mi maleta e hice la fila para salir.
Estaba un poco desorientada. Siempre me pasaba cuando me encontraba sola en un lugar. Seguí a unas cuantas personas, mirando a todos los lados tratando de encontrar la cara de alguna de las chicas.
Ya habían pasado cinco canciones y no lograba ver una cara conocida. Me decidí a pedir indicaciones.
-Señora, ¿A dónde debo ir para esperar los vuelos internacionales?
La señorita, porque me corrigió, me indicó que saliera por una puerta transparente, siguiera derecho y que ahí encontraría la sala. Le agradecí y me dirigí al lugar.
Unas cuatro canciones más y volvía a estar atenta, mirando a cada persona, tratando de reconocer a Dani o a Nata en ese lugar. Odiaba no poder encontrar a las personas rápido. Cuando volví a alzar la vista, vi a una chica castaña, con una guitarra en el hombro al igual que yo.
-¡Nataaaaaaaaaa!
Continuará...
Dani-hllnz
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