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el hombre de sus fantacias.. [terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 7 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
lo siento xicas enserio hoy es el dia en k tenia k subiros pero esk no estoy en mi casa y en mi berry no tengo los capis por eso nomas asik
Invitado
Invitado
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
Capitulo Anterioro
Por su parte, a pesar de que el cielo estaba despejado, “_____” estaba convencido de que los truenos estallaban y los rayos centelleaban en las alturas, como si se hallaran a la intemperie, en medio de una tempestad.
Lo oyó gemir su nombre, notó el calor de sus arremetidas,, más profundas cuanto más le arañaba la espalda con las uñas. Y el corazón se le aceleró, la respiración se le entre- cortó, los sentimientos se le descontrolaron, salvajes y montaraces, constelados de amor por Nick...
Continuación
Y gritó, notó que el cuerpo se le tensaba, los espasmos la azotaron como una ola contra el malecón... y sólo al final llegó el silencio, cómplice y glorioso.
Permanecieron abrazados mientras una suave brisa los acariciaba. Nick se apartó un segundo para estirar la manta y cubrir a “_____”, se miraron sonrientes, saciados de inconfeso amor.
—Guau! —susurró él con voz ronca.
—Sí, ¡guau! —repitió ella, riéndose. No era muy poético, pero sí harto descriptivo.
Y, sin embargo, en medio de tanta dicha, irrumpió un pensamiento amargo: ¿cómo podía sentirse tan feliz existiendo secretos entre ambos?, ¿acaso no se merecía Nick más?
El mismo sueño. Otra vez. Sólo que, en esta ocasión, más real que nunca. Estaba en el bosque, a oscuras, sujetaba a una mujer entre los brazos, la besaba, la acariciaba... pero, como siempre, no podía ver su cara, ni hablarle.
La mujer iba alejándose en la densidad de la niebla, él intentaba seguirla, pero no lograba moverse... y terminaba despertando sudoroso, con el corazón agitado.
Nick encendió la lamparita de noche, se mezo el cabello y miró el reloj; eran las cuatro de la mañana y sabía que no conseguiría volver a dormirse.
Respiró profundamente y fue a la cocina, donde puso la cafetera a calentar. Sabía que la mujer no era “____”, pero estaba seguro de que se debía a la marcha de ésta a la semana siguiente. La noche anterior, recordó con frustración, mientras tomaba un helado con ella y con Drew, había mencionado Nueva York varias veces.., para comunicarle con sutileza que su tiempo juntos se estaba agotando.
Abrió un cajón de la cocina, extrajo una cajita de terciopelo negro y la mano le tembló al sacar el anillo de diamante que había en su interior. El estómago le calambreó.
Le iba a pedir que se casara con él. Ya había preparado una cena romántica, con velas, en una mesa del restaurante Four Winds. Hasta había reservado una suite, para celebrar que ella aceptaba...
¿Y silo rechazaba?, ¿y si de veras se marchaba con Drew? Había llegado a encariñarse del pequeño más de lo que jamás había imaginado. Los quería a los dos, como nunca había querido nada en la vida.
Ella lo había cambiado todo. Hasta su encuentro con “____”, siempre había estado contento con quién era él y con lo que hacía; había disfrutado de cada segundo de cada día... pero ahora estaba obsesionado con ella, sentía palpitares que ninguna otra mujer le había despertado nunca.
Miró el anillo unos segundos, lo metió en la caja y la cerró. Ese día tenía que ir al colegio de Drew para hablar de su trabajo... aunque no fuera su padre.
¿Cómo reaccionaría él si le dijera que quería ser su papá, casarse con “_____” y pasar el resto de sus vidas los tres juntos?
Exhaló un largo suspiró, restituyó la cajita a su cajón, se sirvió una taza de café bien fuerte y comenzó a prepararse para el día más importante de su vida.
—Cómo estoy?
_¿Me estás pidiendo un piropo? —replicó “_____” mientras le alisaba las solapas de la chaqueta.
Estaban en el salón de actos del colegio de Drew. “______” ya había hablado de su trabajo como periodista y escritora, así como habían intervenido un bibliotecario y una doctora en otorrinolaringología. En esos momentos había un contable durmiendo a los chiquillos. La señorita Perry había reservado a Nick para el final y “_____” sabía que era un acierto.
—No me das un beso de buena suerte?
_preguntó él con tono sensual.
—Hay niños delante. Compórtate —le reprochó “______”.
—Qué te parece, entonces, si vienes a mi casa después?
—Tengo que llevar a mi padre al médico a las once y luego he quedado con Julianna para comer.
—Sólo son las diez. Tenemos tiempo para...
—Nick Santos! —irrumpió la voz de la señorita Perry—. Tu turno, Nick. Los chicos están ansiosos por verte —añadió, al tiempo que lo desnudaba con la mirada.
“_____” prefirió no pensar en todas las mujeres en las que Nick se fijaría cuando ella se hubiera ido. Ya le costaba mucho separarse de él, de modo que no tenía sentido atormentarse imaginándoselo con otras.
—“_____” —la llamó la señorita Perry—, estamos grabando las intervenciones de todos para tener un recuerdo de este encuentro. ¿Te importa darle a grabar después de que presente a Nick?
—En absoluto —“______” sonrió y tomó el grabador de la señorita Perry mientras ésta se llevaba a Nick del brazo.
—Muy bien, chicos. Prestad atención un momento. Drew Hamilton le ha pedido a un amigo muy especial que esté con nosotros hoy, así que tenéis que portaros muy bien mientras está hablando —les pidió la señorita Perry—. ¿Podéis darle los buenos días al señor Santos?
—Buenos días, señor Santos —corearon unas doscientas vocecillas mientras Nick se acercaba al micrófono. Cuando se llevó una mano a la oreja y dijo que no oía bien, los niños gritaron alto, y cuando Nick se llevó las manos al pecho y dio un traspiés hacia atrás adrede, todos se echaron a reír.
Era de esperar, pensó “______” mientras ponía el grabador en funcionamiento. Acostumbrado a tratar con los medios de comunicación durante tantos años, era lógico que supiera ganarse la simpatía de un público mucho más receptivo.
Luego pasó a contar cómo pasó de disfrutar montando en moto a dedicarse al motociclismo profesionalmente, e indicó que el dinero no debía ser el principal motivo para elegir un trabajo, sino que éste te gustara, para pasarlo bien y que nunca se tuviera la sensación de estar trabajando.
“_____” se acercó al borde del escenario para localizar a Drew, el cual tenía una sonrisa de oreja a oreja y no se perdía una sola palabra de su adorado Nick.
Cerró los ojos para que no se le saltaran las lágrimas y lamentó lo mucho que iba a hacer sufrir a Drew cuando lo separara de su padre....
Desde el día del viaje en moto, sabía que tenía que contarle a Nick la verdad. Tal vez no volviera a hablarle y renegara de Drew, pero éstos se merecían una oportunidad. Fueran cuáles fueran las consecuencias, eran ellos los que tenían que tomar sus propias decisiones.
Por cobardía, había decidido esperar hasta el último día; pero al ver a Nick hablando con los niños, saludando a Drew con una mano y a éste devolviéndole el saludo emocionado, comprendió que no podía esperar tanto.
Mientras, él hablaba sobre la importancia de ir al colegio y de la educación.
“______” se alejó unos metros. No podía hacerle frente en ese instante; necesitaba un poco de tiempo para pensar y encontrar las palabras adecuadas... Y rezó porque de veras las encontrara.
Nick aceleró justo antes de entrar en el aparcamiento de su taller. Luego hizo un caballito y después hizo tres ochos con la moto, hasta detenerla justo donde quería estacionaria.
Estaba contentísimo. Al fin y al cabo, acababa de salir airoso de su primera intervención como papá en el colegio de Drew, y estaba a punto de pedirle a la mujer a la que amaba que se casara con él. Miró el reloj e imprecó en silencio al ver que sólo eran las once menos cuarto de la mañana. Tenía mesa reservada para cenar a las ocho, y no recogería a “____” hasta las siete y cuarenta y cinco. ¿Qué diablos iba a hacer durante nueve horas? Entonces se le ocurrió acercarse a la montaña, donde tal vez hallara la quietud suficiente como para serenarse.
Pero no, no podía ir a la montaña, comprendió resignado mientras se quitaba el casco; después de haber llevado allí a “______”, no dejaría de pensar en ella.
Se puso a dar vueltas con ansiedad por el taller, echó un vistazo a un motor en el que había estado trabajando el día anterior, fue a su despacho y maldijo al comprobar que tenía diez mensajes en el contestador automático.
De acuerdo: adelantaría algo de papeleo, haría un par de llamadas para matar el tiempo. Cuando ya iba a descolgar el teléfono, notó que el casete que la profesora de Drew le había dado seguía en el bolsillo de su camisa. Lo sacó, lo colocó en el estéreo... y se quedó helado:
—Probando, probando...
Se giró despacio y miró hacia su equipo estéreo desconcertado. ¿Se había equivocado de cinta? Dos segundos después, oyó la voz de la señorita Perry y luego la suya propia al saludar a los chicos. Luego no se había equivocado...
Rebobinó, subió el volumen y volvió a pulsar la tecla de reproducir: era tina voz suave, delicada, sexy... ¿La de “______”?.
La señorita Perry le había dado la cinta a ella para que grabara su intervención, recordó Nick. Y él mismo la había visto probar si la grabadora funcionaba...
Volvió a escucharla, cerró los ojos y nuevamente la escuchó.
Sintió un escalofrío, un calambrazo que le recorrió la espalda y lo levantó de la silla como un resorte. Fue al dormitorio, manoteó dentro de una caja que guardaba bajo la cama, repleta de fotos, medallas y objetos para el recuerdo, y, cuando por fin encontró el casete que buscaba, lo agarró, regresó con él al despacho y lo introdujo en la pletina del equipo:
—Probando, probando...
Miró las dos cintas con el ceño fruncido. Eran idénticas, sonaban igual, sólo un poco más temblorosa la voz de la cinta antigua.
¿Qué demonios estaba pasando?
Cierto que todo el mundo decía probando, probando al iniciar una grabación; pero las voces de la dama misteriosa y de “_____” eran iguales... como si fueran la misma mujer.
Se quedó perplejo y, segundos después, descolgó el teléfono.
El taller de Nick estaba en silencio cuando “______” entró una hora después. Ni ruido de motores ni música a todo volumen. De no ser porque su camioneta y su moto estaban fuera, habría pensado que no estaba allí.
—Nick? —“_____” avanzó, entró en el despacho y al verlo sentado, casi en penumbra, sin decir nada ni moverse, sólo mirándola, se sobresaltó—. ¿Estás bien? —sólo habían pasado dos horas desde que se había despedido de él, pero era obvio que algo terrible había ocurrido.
—Siéntate, “_____” —le pidió con una voz tan fría que la aterrorizó.
—Qué pasa? —inquirió ansiosa.
—Cuándo ibas a decírmelo?
—El qué? —preguntó helada.
—Lo de Drew... Que es mi hijo —añadió al ver que “_____” no decía nada.
¿Cómo?, ¿cómo se había enterado?, se preguntó desesperada.
Nick puso una cinta en el equipo de música y ambos oyeron la voz de “______” al comprobar el funcionamiento de la grabadora.
—Lo... lo hice esta mañana.
—Lo hiciste hace cinco años —repuso Nick, tras denegar con la cabeza—. El periódico te había pedido queme entrevistaras y te dejaste la cinta en el cuarto de baño de mi dormitorio. La guardé como recuerdo de una noche gloriosa con una mujer sin nombre ni rostro... ¿Es así cómo entrevista a todos los hombres?, ¿te metes en su cama y luego te marchas sin decirles siquiera tu nombre? — añadió dolido.
—No —susurró ella con un hilillo de voz—. No...
—Después de oír la cinta, fue sencillo localizarte. Hace cinco años, justo cuando yo competía allí, tú trabajabas para el Tribune de Carolina del Norte. Tu antiguo jefe ha sido tan amable de enviarme por fax el artículo que escribiste, con detalles de la carrera y de la fiesta en el hotel, firmado por ( tus iniciales ).Smith—explicó Nick, al tiempo que le entregaba el fax—. ¿Por qué, “_____”?, ¿se trataba de un juego para ti?, ¿el mismo juego con el que me has estado engañando desde que volviste a Wolf River?.
—No —acertó a responder—. Tienes que creerme.
—Creerte? —se burló Nick—. Eso es lo último que haría.
—Hace cinco años —arrancó “_____”, destrozada—, mi jefe me encargó que te entrevistara. Me quedé aterrorizada. El ni siquiera sabía que tú y yo nos conocíamos. Y con lo famoso que eras y el tipo de vida que llevabas, yo misma pensaba que- no te acordarías de la pequeña y simple “______” Smith... Cuando entré en la fiesta que celebraste en la suite de tu hotel, comprendí que no podía enfrentarme a ti. Me iba a marchar, pero un hombre rubio que servía champán pensó que yo había ido a mirar una avería de tu cuarto de baño. Intenté explicarle que yo no pertenecía a la plantilla del hotel, pero había mucho ruido y yo estaba muy nerviosa, así que acabé en el baño, bebiendo champán... Me relajó, me animó a sacar adelante la entrevista... Entonces comprobé que la grabadora funcionaba y, al salir del baño, tu habitación estaba a oscuras... y choqué contigo. Cuando dijiste que me habías visto y que te alegrabas de yerme.., fui tan tonta que creí de verdad que sabías que era yo. Luego me besaste y ya no pude pensar. Me limité a creerlo que quería creer: que un hombre como tú podía querer a una mujer como yo —finalizó abochornada.
—Me abandonaste —dijo Nick con sequedad.
—Me llamaste por el nombre de otra mujer—susurró ella—. Me sentí humillada, había hecho el ridículo... ¿Cómo podía volver a verte?
—Estabas embarazada, maldita sea! —gritó Nick enfurecido, al tiempo que se levantaba de la mesa.
—Me enteré seis semanas después —replicó “______”, acongojada—. Hacía mucho que habías vuelto a los circuitos. Y cuando logré reunir el valor para llamarte y hablar contigo, estabas inmerso en un juicio por una demanda de paternidad. Habrías pensado que yo era otra aprovechada que quería sacarte dinero. No soportaba la idea de ver mi foto en todos los periódicos sensacionalistas. Habría perdido mi trabajo... y, entonces, ¿cómo habría cuidado de mi bebé?
—Nuestro bebé —espetó Nick—. Tenía derecho a saberlo.
—Nick, tú ni siquiera sabías que habías hecho el amor conmigo. Si te lo hubiera dicho, ¿habrías creído que la mujer con la que te habías acostado era la pequeña y aburrida “____” Smith?
Cuando Nick se acercó a la ventana del despacho, ella se atrevió a acercarse y rozarle un hombro.
—Eras virgen —dijo él con voz neutra.
—Sí.
—Y pensaste que no me importaría? —preguntó Nick rabioso—. ¿Creías que llevaba una vida tan alocada, que meterme en la cama con una mujer virgen era el pan mío de cada día? —añadió, aún dándole la espalda.
—No te conocía —admitió “_____”—. Sólo podía imaginarme la vida que llevabas. Y aunque te hubiera podido aportar pruebas de que Drew era tu hijo, no podía imaginar que te gustaría cambiar de vida. No quería imponerte un bebé que no habías pedido.
—Y te lo quedaste —apuntó Nick con amargura..
—Nunca pensé en no tenerlo —“_____” lo miró con dureza—. Lo amé desde el momento en que supe que estaba creciendo dentro de mí. Decidí educarlo sola.
—Y Richard?
—Ya te he dicho que Richard fue un error. Por mucho que Drew necesitara un padre, habría sido peor seguir con un hombre al que no amaba.
—O sea, que en tu vida sólo hay errores, ¿no, “_____”?
—Lo siento, Nick —se disculpó ella—. Si quieres, Drew podría visitarte de vez en cuando. No tendría que quedarse contigo; podría estar en casa de mis padres, para que pudieras verlo cuando tuvieras tiempo.
—Visitarlo de vez en cuando? —Repitió Nick con dureza—. ¿Cuando tenga tiempo?
—Por favor, tienes todo el derecho del mundo a estar furioso conmigo; pero no odies a Drew, te lo ruego. El te quiere muchísimo —imploró “______”.
—Odiar a Drew? —repitió Nick, estupefacto—. ¿Acaso crees que podría odiarlo?, ¿tan mal concepto tienes de mí?
—Nick, por favor, escúchame...
—No, “______”. Escúchame tú. Hace una hora estaba dispuesto a suplicarte que te quedaras en Wolf River. Con Drew. Creía que me había enamorado de ti. Hasta quería casarme contigo —dijo en tono sarcástico—. Para tratarse de la pequeña y simple “______” Smith, sabes cómo destrozar la vida de un hombre.
—Nick... —lo llamó ella sin molestarse en secar las lágrimas que le caían por las mejillas.
—Tu turno ha terminado, “_______” —dijo Nick con seriedad—. Ahora soy yo el que va a cuidar de Drew y tú la única que lo va a visitar de vez en cuando.
—Qué? —exclamó “_____”, súbitamente pálida.
—Que vuelvas a Nueva York si te da la gana; pero no te llevarás a Drew. Me has robado casi cinco años de la vida de mi hijo y no pienso perderme ni un día más. Y te aseguro que no habrá ningún juez que no se ponga de mí lado.
“_____” sintió que la habitación le daba vueltas. Aquello no podía estar sucediendo.
—No puedes hacer eso —susurró desgarrada—. No puedes quitarme a Drew. Por favor, perdóname.
—Vas a llegar tarde a tu cita con Julianna, “______” —repuso él, indiferente—. Cierra la puerta al salir.
Deseó arrodillarse y suplicarle que la escuchara, pero lo vio tan enojado que sabía que
no serviría de nada. Nick nunca volvería a hablar con ella. Jamás la creería.
Invitado
Invitado
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
ahy esta el capi falta un capis y se acabo heheheh asik comenten y el lunes o martes o talves el miercoles por ser tan buenas os pongo caps hehehe
Invitado
Invitado
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
pleaseee me emueroo siguelaa
como no va a creerleeeeeee
como no va a creerleeeeeee
#Fire Rouge..*
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
mañana subo caps ahora imposible subir hahah
Invitado
Invitado
Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
lo prometido es deuda aki va el capitulo
capitulo anterior
—Nick... —lo llamó ella sin molestarse en secar las lágrimas que le caían por las mejillas.
—Tu turno ha terminado, “_______” —dijo Nick con seriedad—. Ahora soy yo el que va a cuidar de Drew y tú la única que lo va a visitar de vez en cuando.
—Qué? —exclamó “_____”, súbitamente pálida.
—Que vuelvas a Nueva York si te da la gana; pero no te llevarás a Drew. Me has robado casi cinco años de la vida de mi hijo y no pienso perderme ni un día más. Y te aseguro que no habrá ningún juez que no se ponga de mí lado.
“_____” sintió que la habitación le daba vueltas. Aquello no podía estar sucediendo.
—No puedes hacer eso —susurró desgarrada—. No puedes quitarme a Drew. Por favor, perdóname.
—Vas a llegar tarde a tu cita con Julianna, “______” —repuso él, indiferente—. Cierra la puerta al salir.
Deseó arrodillarse y suplicarle que la escuchara, pero lo vio tan enojado que sabía que
no serviría de nada. Nick nunca volvería a hablar con ella. Jamás la creería.
CONTINUACIÓN
Se dio media vuelta, sorprendida porque sus piernas la sostuvieran, y salió del taller con el corazón destrozado..
Quería emborracharse e iba a hacerlo..
Pero no todavía. En esos momentos prefería sentir las dentelladas de su corazón. El dolor alimentaba su ira y ese enojo era lo único que lo mantenía vivo. Eso, y saber que Drew era su hijo. Tenía sus ojos y su pelo, su sonrisa... Drew era su hijo, se repitió con incredulidad. Y de “_____”..
Se había quedado de piedra al enterarse de la verdad, y todo el tiempo había estado convencido de que debía de tratarse de una extraña coincidencia. Apretó la mandíbula, rompió un vaso y tiró una pila de papeles por el suelo..
—Qué ocurre? —le preguntó de pronto Lucas mientras miraba el caótico aspecto del despacho de Nick.
Este quiso que Lucas dijera algo más para volcar todo su enfado en él; pero se conocían desde hacía mucho tiempo y su amigo sabía cuándo debía hablar y cuándo esperar..
—Drew es mi hijo —soltó sin rodeos..
—Y deduzco que no lo sabías —comentó Lucas con asombro..
—Cómo demonios iba a saberlo? Hasta hace dos horas ni siquiera era consciente de que “_____” y yo nos hubiéramos acostado..
—Quieres hablar del tema? —preguntó Lucas con cautela..
—Sí, supongo que sí —supuso Nick. No paró de dar vueltas mientras le contaba todo lo que había descubierto: cómo había acabado “______” en su cama, cómo había desaparecido, los motivos que ella le había dado para no comunicarle su embarazo....
—Me he perdido más de cuatro años de la vida de mi hijo —se lamentó Nick cuando hubo terminado—. Su primera palabra, sus primeros pasos, sus primeras navidades... ¿Cómo voy a recuperar todo eso?.
_Pensar así no te va a servir de nada —comentó Lucas—. Es mejor que te centres en el presente..
—Eso mismo estoy haciendo —aseguró Nick—. No pienso perderme ni un día más de la vida de Drew. Se va a venir a vivir conmigo..
—¿Y “______”?.
—¿Qué pasa con ella?, ¿acaso crees que me importa después de lo que ha hecho? —preguntó dolorido..
—Sí, creo que te importa mucho —Lucas miró de nuevo el estado del despacho—. Más que nada en el mundo..
—No me digas qué es lo que pienso —gritó Nick—. Se supone que eres mi amigo y si yo digo que no me importa, más te vale estar de acuerdo, o te saltaré los dientes de un puñetazo..
—Tienes razón, Nick —Lucas sonrió y se preparó para lo que iba a ocurrir—. Esa mujer no merece la pena. Es una mentirosa y está claro que se acuesta con el primero que pille. No te conviene mezclarte con una mujer así. Por mucho que te atraiga, es obvio que sólo es buena en la cama. Con ese cuerpo y esa cara, cualquier hombre querría seducirla....
Corno lo había previsto, esquivó el puñetazo que Nick le mandó. Luego dejó que lo agarrara y que le ajera un par de golpes en el cuerpo, para desahogarse, hasta que, por fin, decidió que iba siendo hora de poner las cosas claras vio sentó en una silla de un golpetazo.
.
—Y ahora te digo que de verdad pienso—prosiguió Lucas mientras tomaba asiento al lado de Nick, ya desfondado—. Creo que te mueres de amor por “______”. Creo que deberías acabar con todo este drama y casarte con ella. Hasta el más ******* es capaz de ver que ella también está enamorada de ti, Nick. Lo demás se arreglará solo. Confia en mí, amigo—finalizó Lucas..
Nick no podía creer en él. Tenía el corazón roto y no tenía ni idea de qué hacer con todos los pedazos..
_Vuelve a Nueva York la semana que viene—dijo por fin—. Se quiere llevar a Drew. ¿Cómo diablos va a arreglarse nada?.
—Hablando con ella, para empezar —respondió Lucas—. ¿Dónde está ahora?.
—Había quedado a comer con Julianna, pero igual ha cancelado la cita. Estaba destrozada cuando se marchó de aquí..
—No me extraña. Y más si le has dicho que le ibas a quitar a Drew —repuso Lucas—. ¿Cómo sabes que no ha huido con él?.
—No, no se marchará hasta que su padre pueda volver a conducir..
—Julianna se estaba vistiendo cuando me llamaste para que viniera. Llamaré a ver si sigue en casa —Lucas se llevó la mano al bolsillo en el que guardaba su teléfono móvil; pero no lo encontró. Después de buscarlo por el suelo unos minutos, lo encontró tirado en una esquina a la que había ido a parar durante la pelea con Nick. Luego, por fin, marcó el teléfono de casa y, al no obtener respuesta, llamó al restaurante... donde tampoco la localizó—. ¡Qué raro que Julianna no haya avisado al restaurante para cancelar la cita! Será mejor que vaya a casa a ver si todo está bien. Mientras tanto, ¿por qué no.
intentas encontrar a “_______”? Habla con ella, Nick. No tienes nada que perder —se despidió Lucas, preocupado por el paradero de Julianna..
.
.
—Cariño, ésta no es la solución —dijo la sra Smith mientras metía un jersey en la maleta de Drew..
—Es la única solución, mamá —respondió “______”—. Siento mucho no habértelo contado antes. No quería avergonzarte. Perdóname, por favor —le pidió con lágrimas en los ojos..
—No hay nada que perdonar —contestó _______, también llorosa, mientras abrazaba a su hija—. Papá y yo estamos orgullosos de ti. Siempre lo hemos estado. Os queremos a ti y a Drew con todo el corazón..
“______” no había dejado de llorar desde que había salido del taller de Nick. Ahora le había contado toda la verdad a su madre e iba a escaparse con Drew..
Puede que fuera otro error, pero no sabía qué hacer aparte de alejarse de Nick lo máximo posible. Estaba segura de que éste estaba tan enfadado que cumpliría con su amenaza de arrebatarle a su hijo y, aunque tuviera que cambiar de ciudad y de trabajo diez veces, eso no sucedería nunca..
Después de terminar las maletas y de meter a Drew en el coche, “______” se despidió de su padre y éste la abrazó con más intensidad que de costumbre..
.
Luego, tras llorar otro poco con su madre, como había llorado Drew al enterarse de que se iban, arrancó rumbo al aeropuerto. Sólo al llegar a la altura del Rancho Blackhawk recordó su cita con Julianna. Tenía que despedirse de ella. Había sido una buena amiga y quería hacerle saber lo mucho que valoraba dicha amistad..
Giró, avanzó unos metros y, mientras aparcaba el coche, se prometió no quedarse más de cinco minutos..
¿Julianna? —la llamó tras haber golpeado la puerta y no obtener respuesta. “______” empujó la puerta, que estaba entreabierta, y oyó un gemido que provenía del dormitorio—. ¡Julianna!.
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.
—“________”!, ¡sé que estás ahí!, ¡abre la puerta!.
Llevaba cinco minutos llamando al timbre y, dado que no estaba con Julianna, no podía sino estar en casa con sus padres. ¿Y dónde estaban éstos?, se preguntó mientras miraba por la ventana: definitivamente, no había nadie dentro..
>—Señorita Potts? —la llamó al ver a la vecina—. ¿Ha visto a “______”?.
—Yo no me meto donde no me llaman, señor Santos —contestó la señorita Potts a la defensiva—. Soy una buena vecina..
—Estoy seguro, señorita Potts. Sólo quiero saber si ha visto hoy a “______”..
—Pues.., la verdad es que sí..
—Hace poco?.
—Hará una hora. Hizo las maletas y se marchó con el pequeño. Me destrozó el corazón verla llorar tanto mientras se despedía de sus padres..
—Sabe dónde están ellos? —preguntó Nick con ansiedad..
_Eso es lo que me preocupa. El padre de “_____” estaba en el jardín cuando _____ lo llamó y le dijo que tenían que ir al hospital en seguida. Espero que no haya pasado nada..
El hospital?, habían tenido un accidente?, pensó Nick horrorizado. Se dio media vuelta y, sin despedirse siquiera de la señorita Pons, montó en la moto y se dirigió a toda velocidad hacia el hospital más cercano..
Cuando, después de varios minutos agónicos, llegó a Urgencias, preguntó a la recepcionista por “_______” y por Drew..
—Si han venido en ambulancia, todavía no me habrán pasado sus papeles. Pregunta ahí dentro —respondió la recepcionista, apuntando hacia el pasillo reservado para los pacientes que llegaban de urgencia..
Pero allí sólo había un doctor y una enfermera atendiendo a un adolescente que se había fracturado una pierna..
Un teléfono. Tenía que encontrar un teléfono y llamar al siguiente hospital más cercano. Cuando lo localizó, en la sala de espera principal, divisó al señor Smith, parapetado como siempre tras un periódico...
—Señor Smith?
—Ya era hora de que aparecieras —repuso Boyd con el ceño fruncido.
—“______”, Drew... ¿están bien?
—Cómo van a estar bien?
—Pero tampoco están muy mal, ¿verdad? —preguntó Nick, desesperado.
—Mi “______” es una chica fuerte y saldrá adelante; pero Drew es sólo un niño. Los niños no siempre se recuperan de estas cosas. Yen tal caso, siempre quedan secuelas —contestó Boyd—. ¿Le dijiste a mi hija que le quitarías a mi nieto?
—Estaba furioso, señor Boyd —respondió Nick, destrozado—. Pero no creo que sea el momento de discutirlo —añadió.
_Pues a mí me parece un momento perfecto. Estas cosas llevan su tiempo. Al menos así fue hace veintinueve años.
—No le sigo, señor Smith —dijo Nick, perturbado.
—Los bebés, Santos. Los bebés llevan su tiempo.
—Cómo?
—¿Se puede saber qué te pasa? —preguntó Boyd al ver que Nick se había quedado blanco—. No eres tú el que va a tener gemelos.
Bebes, gemelos...
¡Julianna!, comprendió por fin Nick. Gracias a Dios, no había habido ningún accidente. “______” y Drew sólo habían ido al hospital a acompañar a julianna a dar a luz.
—Dónde están “______” y Drew? —quiso saber, inmensamente aliviado.
_Drew se ha ido con la abuela a tomar un refresco a la cafetería. “________” iba a hacer compañía a julianna hasta que llegara Lucas; pero éste ha llegado hace un rato, así que no sé dónde se habrá metido.
Nick echó a correr y entró al área reservada para los pacientes. No quería violar la intimidad de Lucas y Julianna, pero necesitaba encontrar a “_____”...
Entonces, después de doblar la esquina de un pasillo, la vio, triste y sola, mirando hacia el cristal de la guardería. Se le cayó el alma a los pies al verla tan frágil y abatida...
Por mucho que le hubiera ocultado la existencia de su hijo, no podía dejar de amarla, comprendió mientras se acercaba a ella.
—“________” —la llamó cuando estuvo a su lado.
—Me iba a marchar —confesó ella, agotada, tras unos segundos en silencio—. Con Drew. Había hecho las maletas y me acerqué un segundo a despedirme de julianna. La encontré en su habitación, con dolores de parto. Había llamado a Lucas al móvil, pero no respondía. Lo avisé yo más tarde mientras la traía en coche al hospital —relató telegráficamente.
—Cómo está ahora?
—Está bien. Los niños se han adelantado un poco, pero el doctor dice que están sanos y no espera problemas.
Nick cerró los ojos y, al abrirlos, se maravilló contemplando a los dos bebés.
—Cómo era Drew al nacer? —preguntó por fin.
—Moreno, siempre tenía los ojos abiertos, como si no quisiera perderse nada —respondió “_____” tras exhalar un suspiro.
—Tienes fotos?
—Muchas... Y vídeos —respondió con lágrimas en los ojos—. Te los mandaré todos.
—No me basta con eso.
—Nick, entiendo que me odies —dijo “_____” con la voz quebrada—. Pero te lo ruego, no me quites a mi hijo.
—También es hijo mío. Drew necesita un padre... y una madre.
—De qué estás hablando?, ¿custodia compartida?
—Algo así... Quiero que te cases conmigo—le pidió de repente, tal como había decidido durante aquellos eternos y angustiosos minutos en los que había temido por la vida de “______” y Drew.
_Qué?, ¿te casarías conmigo, a pesar de lo que sientes por mí?, ¿sólo por Drew?
—Lo que siento por ti es lo único que me impulsa a casarme contigo, “_____”. Te quiero. Sigo enfadado por lo que has hecho, pero no puedo vivir sin ti... Y, si no me equivoco, tú también me quieres.
—De... de verdad quieres casarte conmigo? —balbuceó “_______” mientras Nick la abrazaba contra su pecho—. ¿De verdad me quieres?
—Puede que necesites ir al otorrino —bromeó Nick—; pero antes contéstame, “______”:¿tú también me quieres?.
—Puede que tú necesites ir al oculista —retrucó “_______”—. Si no ves que te quiero, que te amo desde que me salvaste de Roger Gerckee cuando éramos pequeños, entonces es que estás ciego.
—Y aquella noche en Carolina del Norte? —preguntó Nick con los ojos de par en par—. ¿También estabas enamorada de mí?
—Me aterraba estar cerca de ti, por miedo a hacer el tonto. Sé que hice una tontería, pero fue porque te amaba y quería que tú fueras el primer hombre con el que me acostaba. Cuando me di cuenta de que me habías confundido con otra, no pude esperar y volver a mirarte a la cara... No serías mío, pero al dejarme embarazada de Drew, al menos siempre conservaría algo de ti.
—No tienes perdón —Nick suspiró—. Pero yo te lo voy a conceder... Cásate conmigo,
“______”. Quédate en Wolf River, con Drew, por favor —le pidió mientras sacaba un anillo del bolsillo.
—Sí —susurró ella, llorando de alegría—.Sí... —repitió, con el anillo ya en el dedo,justo antes de que Nick buscara sus labios y ambos volcaran todo su amor en aquel beso insuperable.
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—Nick... —lo llamó ella sin molestarse en secar las lágrimas que le caían por las mejillas.
—Tu turno ha terminado, “_______” —dijo Nick con seriedad—. Ahora soy yo el que va a cuidar de Drew y tú la única que lo va a visitar de vez en cuando.
—Qué? —exclamó “_____”, súbitamente pálida.
—Que vuelvas a Nueva York si te da la gana; pero no te llevarás a Drew. Me has robado casi cinco años de la vida de mi hijo y no pienso perderme ni un día más. Y te aseguro que no habrá ningún juez que no se ponga de mí lado.
“_____” sintió que la habitación le daba vueltas. Aquello no podía estar sucediendo.
—No puedes hacer eso —susurró desgarrada—. No puedes quitarme a Drew. Por favor, perdóname.
—Vas a llegar tarde a tu cita con Julianna, “______” —repuso él, indiferente—. Cierra la puerta al salir.
Deseó arrodillarse y suplicarle que la escuchara, pero lo vio tan enojado que sabía que
no serviría de nada. Nick nunca volvería a hablar con ella. Jamás la creería.
CONTINUACIÓN
Se dio media vuelta, sorprendida porque sus piernas la sostuvieran, y salió del taller con el corazón destrozado..
Quería emborracharse e iba a hacerlo..
Pero no todavía. En esos momentos prefería sentir las dentelladas de su corazón. El dolor alimentaba su ira y ese enojo era lo único que lo mantenía vivo. Eso, y saber que Drew era su hijo. Tenía sus ojos y su pelo, su sonrisa... Drew era su hijo, se repitió con incredulidad. Y de “_____”..
Se había quedado de piedra al enterarse de la verdad, y todo el tiempo había estado convencido de que debía de tratarse de una extraña coincidencia. Apretó la mandíbula, rompió un vaso y tiró una pila de papeles por el suelo..
—Qué ocurre? —le preguntó de pronto Lucas mientras miraba el caótico aspecto del despacho de Nick.
Este quiso que Lucas dijera algo más para volcar todo su enfado en él; pero se conocían desde hacía mucho tiempo y su amigo sabía cuándo debía hablar y cuándo esperar..
—Drew es mi hijo —soltó sin rodeos..
—Y deduzco que no lo sabías —comentó Lucas con asombro..
—Cómo demonios iba a saberlo? Hasta hace dos horas ni siquiera era consciente de que “_____” y yo nos hubiéramos acostado..
—Quieres hablar del tema? —preguntó Lucas con cautela..
—Sí, supongo que sí —supuso Nick. No paró de dar vueltas mientras le contaba todo lo que había descubierto: cómo había acabado “______” en su cama, cómo había desaparecido, los motivos que ella le había dado para no comunicarle su embarazo....
—Me he perdido más de cuatro años de la vida de mi hijo —se lamentó Nick cuando hubo terminado—. Su primera palabra, sus primeros pasos, sus primeras navidades... ¿Cómo voy a recuperar todo eso?.
_Pensar así no te va a servir de nada —comentó Lucas—. Es mejor que te centres en el presente..
—Eso mismo estoy haciendo —aseguró Nick—. No pienso perderme ni un día más de la vida de Drew. Se va a venir a vivir conmigo..
—¿Y “______”?.
—¿Qué pasa con ella?, ¿acaso crees que me importa después de lo que ha hecho? —preguntó dolorido..
—Sí, creo que te importa mucho —Lucas miró de nuevo el estado del despacho—. Más que nada en el mundo..
—No me digas qué es lo que pienso —gritó Nick—. Se supone que eres mi amigo y si yo digo que no me importa, más te vale estar de acuerdo, o te saltaré los dientes de un puñetazo..
—Tienes razón, Nick —Lucas sonrió y se preparó para lo que iba a ocurrir—. Esa mujer no merece la pena. Es una mentirosa y está claro que se acuesta con el primero que pille. No te conviene mezclarte con una mujer así. Por mucho que te atraiga, es obvio que sólo es buena en la cama. Con ese cuerpo y esa cara, cualquier hombre querría seducirla....
Corno lo había previsto, esquivó el puñetazo que Nick le mandó. Luego dejó que lo agarrara y que le ajera un par de golpes en el cuerpo, para desahogarse, hasta que, por fin, decidió que iba siendo hora de poner las cosas claras vio sentó en una silla de un golpetazo.
.
—Y ahora te digo que de verdad pienso—prosiguió Lucas mientras tomaba asiento al lado de Nick, ya desfondado—. Creo que te mueres de amor por “______”. Creo que deberías acabar con todo este drama y casarte con ella. Hasta el más ******* es capaz de ver que ella también está enamorada de ti, Nick. Lo demás se arreglará solo. Confia en mí, amigo—finalizó Lucas..
Nick no podía creer en él. Tenía el corazón roto y no tenía ni idea de qué hacer con todos los pedazos..
_Vuelve a Nueva York la semana que viene—dijo por fin—. Se quiere llevar a Drew. ¿Cómo diablos va a arreglarse nada?.
—Hablando con ella, para empezar —respondió Lucas—. ¿Dónde está ahora?.
—Había quedado a comer con Julianna, pero igual ha cancelado la cita. Estaba destrozada cuando se marchó de aquí..
—No me extraña. Y más si le has dicho que le ibas a quitar a Drew —repuso Lucas—. ¿Cómo sabes que no ha huido con él?.
—No, no se marchará hasta que su padre pueda volver a conducir..
—Julianna se estaba vistiendo cuando me llamaste para que viniera. Llamaré a ver si sigue en casa —Lucas se llevó la mano al bolsillo en el que guardaba su teléfono móvil; pero no lo encontró. Después de buscarlo por el suelo unos minutos, lo encontró tirado en una esquina a la que había ido a parar durante la pelea con Nick. Luego, por fin, marcó el teléfono de casa y, al no obtener respuesta, llamó al restaurante... donde tampoco la localizó—. ¡Qué raro que Julianna no haya avisado al restaurante para cancelar la cita! Será mejor que vaya a casa a ver si todo está bien. Mientras tanto, ¿por qué no.
intentas encontrar a “_______”? Habla con ella, Nick. No tienes nada que perder —se despidió Lucas, preocupado por el paradero de Julianna..
.
.
—Cariño, ésta no es la solución —dijo la sra Smith mientras metía un jersey en la maleta de Drew..
—Es la única solución, mamá —respondió “______”—. Siento mucho no habértelo contado antes. No quería avergonzarte. Perdóname, por favor —le pidió con lágrimas en los ojos..
—No hay nada que perdonar —contestó _______, también llorosa, mientras abrazaba a su hija—. Papá y yo estamos orgullosos de ti. Siempre lo hemos estado. Os queremos a ti y a Drew con todo el corazón..
“______” no había dejado de llorar desde que había salido del taller de Nick. Ahora le había contado toda la verdad a su madre e iba a escaparse con Drew..
Puede que fuera otro error, pero no sabía qué hacer aparte de alejarse de Nick lo máximo posible. Estaba segura de que éste estaba tan enfadado que cumpliría con su amenaza de arrebatarle a su hijo y, aunque tuviera que cambiar de ciudad y de trabajo diez veces, eso no sucedería nunca..
Después de terminar las maletas y de meter a Drew en el coche, “______” se despidió de su padre y éste la abrazó con más intensidad que de costumbre..
.
Luego, tras llorar otro poco con su madre, como había llorado Drew al enterarse de que se iban, arrancó rumbo al aeropuerto. Sólo al llegar a la altura del Rancho Blackhawk recordó su cita con Julianna. Tenía que despedirse de ella. Había sido una buena amiga y quería hacerle saber lo mucho que valoraba dicha amistad..
Giró, avanzó unos metros y, mientras aparcaba el coche, se prometió no quedarse más de cinco minutos..
¿Julianna? —la llamó tras haber golpeado la puerta y no obtener respuesta. “______” empujó la puerta, que estaba entreabierta, y oyó un gemido que provenía del dormitorio—. ¡Julianna!.
.
.
.
.
—“________”!, ¡sé que estás ahí!, ¡abre la puerta!.
Llevaba cinco minutos llamando al timbre y, dado que no estaba con Julianna, no podía sino estar en casa con sus padres. ¿Y dónde estaban éstos?, se preguntó mientras miraba por la ventana: definitivamente, no había nadie dentro..
>—Señorita Potts? —la llamó al ver a la vecina—. ¿Ha visto a “______”?.
—Yo no me meto donde no me llaman, señor Santos —contestó la señorita Potts a la defensiva—. Soy una buena vecina..
—Estoy seguro, señorita Potts. Sólo quiero saber si ha visto hoy a “______”..
—Pues.., la verdad es que sí..
—Hace poco?.
—Hará una hora. Hizo las maletas y se marchó con el pequeño. Me destrozó el corazón verla llorar tanto mientras se despedía de sus padres..
—Sabe dónde están ellos? —preguntó Nick con ansiedad..
_Eso es lo que me preocupa. El padre de “_____” estaba en el jardín cuando _____ lo llamó y le dijo que tenían que ir al hospital en seguida. Espero que no haya pasado nada..
El hospital?, habían tenido un accidente?, pensó Nick horrorizado. Se dio media vuelta y, sin despedirse siquiera de la señorita Pons, montó en la moto y se dirigió a toda velocidad hacia el hospital más cercano..
Cuando, después de varios minutos agónicos, llegó a Urgencias, preguntó a la recepcionista por “_______” y por Drew..
—Si han venido en ambulancia, todavía no me habrán pasado sus papeles. Pregunta ahí dentro —respondió la recepcionista, apuntando hacia el pasillo reservado para los pacientes que llegaban de urgencia..
Pero allí sólo había un doctor y una enfermera atendiendo a un adolescente que se había fracturado una pierna..
Un teléfono. Tenía que encontrar un teléfono y llamar al siguiente hospital más cercano. Cuando lo localizó, en la sala de espera principal, divisó al señor Smith, parapetado como siempre tras un periódico...
—Señor Smith?
—Ya era hora de que aparecieras —repuso Boyd con el ceño fruncido.
—“______”, Drew... ¿están bien?
—Cómo van a estar bien?
—Pero tampoco están muy mal, ¿verdad? —preguntó Nick, desesperado.
—Mi “______” es una chica fuerte y saldrá adelante; pero Drew es sólo un niño. Los niños no siempre se recuperan de estas cosas. Yen tal caso, siempre quedan secuelas —contestó Boyd—. ¿Le dijiste a mi hija que le quitarías a mi nieto?
—Estaba furioso, señor Boyd —respondió Nick, destrozado—. Pero no creo que sea el momento de discutirlo —añadió.
_Pues a mí me parece un momento perfecto. Estas cosas llevan su tiempo. Al menos así fue hace veintinueve años.
—No le sigo, señor Smith —dijo Nick, perturbado.
—Los bebés, Santos. Los bebés llevan su tiempo.
—Cómo?
—¿Se puede saber qué te pasa? —preguntó Boyd al ver que Nick se había quedado blanco—. No eres tú el que va a tener gemelos.
Bebes, gemelos...
¡Julianna!, comprendió por fin Nick. Gracias a Dios, no había habido ningún accidente. “______” y Drew sólo habían ido al hospital a acompañar a julianna a dar a luz.
—Dónde están “______” y Drew? —quiso saber, inmensamente aliviado.
_Drew se ha ido con la abuela a tomar un refresco a la cafetería. “________” iba a hacer compañía a julianna hasta que llegara Lucas; pero éste ha llegado hace un rato, así que no sé dónde se habrá metido.
Nick echó a correr y entró al área reservada para los pacientes. No quería violar la intimidad de Lucas y Julianna, pero necesitaba encontrar a “_____”...
Entonces, después de doblar la esquina de un pasillo, la vio, triste y sola, mirando hacia el cristal de la guardería. Se le cayó el alma a los pies al verla tan frágil y abatida...
Por mucho que le hubiera ocultado la existencia de su hijo, no podía dejar de amarla, comprendió mientras se acercaba a ella.
—“________” —la llamó cuando estuvo a su lado.
—Me iba a marchar —confesó ella, agotada, tras unos segundos en silencio—. Con Drew. Había hecho las maletas y me acerqué un segundo a despedirme de julianna. La encontré en su habitación, con dolores de parto. Había llamado a Lucas al móvil, pero no respondía. Lo avisé yo más tarde mientras la traía en coche al hospital —relató telegráficamente.
—Cómo está ahora?
—Está bien. Los niños se han adelantado un poco, pero el doctor dice que están sanos y no espera problemas.
Nick cerró los ojos y, al abrirlos, se maravilló contemplando a los dos bebés.
—Cómo era Drew al nacer? —preguntó por fin.
—Moreno, siempre tenía los ojos abiertos, como si no quisiera perderse nada —respondió “_____” tras exhalar un suspiro.
—Tienes fotos?
—Muchas... Y vídeos —respondió con lágrimas en los ojos—. Te los mandaré todos.
—No me basta con eso.
—Nick, entiendo que me odies —dijo “_____” con la voz quebrada—. Pero te lo ruego, no me quites a mi hijo.
—También es hijo mío. Drew necesita un padre... y una madre.
—De qué estás hablando?, ¿custodia compartida?
—Algo así... Quiero que te cases conmigo—le pidió de repente, tal como había decidido durante aquellos eternos y angustiosos minutos en los que había temido por la vida de “______” y Drew.
_Qué?, ¿te casarías conmigo, a pesar de lo que sientes por mí?, ¿sólo por Drew?
—Lo que siento por ti es lo único que me impulsa a casarme contigo, “_____”. Te quiero. Sigo enfadado por lo que has hecho, pero no puedo vivir sin ti... Y, si no me equivoco, tú también me quieres.
—De... de verdad quieres casarte conmigo? —balbuceó “_______” mientras Nick la abrazaba contra su pecho—. ¿De verdad me quieres?
—Puede que necesites ir al otorrino —bromeó Nick—; pero antes contéstame, “______”:¿tú también me quieres?.
—Puede que tú necesites ir al oculista —retrucó “_______”—. Si no ves que te quiero, que te amo desde que me salvaste de Roger Gerckee cuando éramos pequeños, entonces es que estás ciego.
—Y aquella noche en Carolina del Norte? —preguntó Nick con los ojos de par en par—. ¿También estabas enamorada de mí?
—Me aterraba estar cerca de ti, por miedo a hacer el tonto. Sé que hice una tontería, pero fue porque te amaba y quería que tú fueras el primer hombre con el que me acostaba. Cuando me di cuenta de que me habías confundido con otra, no pude esperar y volver a mirarte a la cara... No serías mío, pero al dejarme embarazada de Drew, al menos siempre conservaría algo de ti.
—No tienes perdón —Nick suspiró—. Pero yo te lo voy a conceder... Cásate conmigo,
“______”. Quédate en Wolf River, con Drew, por favor —le pidió mientras sacaba un anillo del bolsillo.
—Sí —susurró ella, llorando de alegría—.Sí... —repitió, con el anillo ya en el dedo,justo antes de que Nick buscara sus labios y ambos volcaran todo su amor en aquel beso insuperable.
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Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
XICAS SOLO FALTA EL EPILOGO K CLARO ESTA ES EL FINAL ASIK COMENTEN Y SI NO POS ASTA NO SE CUANDO PONDRE HAHAHHA
ESPERO K OS ALLAGUSTADO
Y CLARO NUEVAMENTE OS DIGO GRACIAS POR VUESTRO COMENTARIOS
SOLO FALTA EL EPILOGO Y SE ACABO LA NOVE :P
ESPERO K OS ALLAGUSTADO
Y CLARO NUEVAMENTE OS DIGO GRACIAS POR VUESTRO COMENTARIOS
SOLO FALTA EL EPILOGO Y SE ACABO LA NOVE :P
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Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
Epílogo
La primavera llegó pronto a Wolf River. En el jardín de Lucas y julianna florecían tulipanes rojos y amarillos, petunias blancas que prometían un espectacular despliegue de belleza en las siguientes semanas.
Coincidiendo justo con la boda, pensó “_____” mientras se balanceaba en una mecedora de Julianna y acariciaba la cabeza del pequeño Nathaniel, moreno como su hermana Nicole, de ojos azules a diferencia de los de él, de color negro.
Julianna mecía a Nicole en los brazos, junto a “______”. Si se quedaba embarazada en los siguientes dos o tres meses, pensó ésta, también ella tendría un bebé en primavera.
Nick le había prometido una boda por todo lo alto: por la iglesia, con la familia y los amigos. Todavía no podía creerse que había dimitido de su trabajo y que un camión de mudanza le estaba trayendo sus pertenencias desde Nueva York...
No podía creerse que de veras fuera a casarse con el hombre al que había amado toda su vida, se dijo sonriente.
De pronto oyó a Drew reírse y sonrió aún más todavía. Había sido un poco embarazoso explicarle que Nick era su papá de verdad; pero lo único que le había importado al pequeño era que iba a quedarse en Wolf River y que tenía un papá al que adoraba.
—Mamá, mira lo que hemos pescado —gritó Drew de repente, el cual apareció secundado por Nick y Lucas—. Tío Lucas dice que vamos a limpiar la trucha para que no os mareéis viendo la sangre.
—¡Qué detalle! —comentó Julianna—. Parece que os quedáis a comer — añadió, dirigiéndose a “_____”, quien consideraba ya a Julianna como una verdadera hermana, más que como una amiga.
—Qué raro! —exclamó entonces Lucas, al oír el timbre de la puerta—. ¿Esperas a alguien, Julianna?
—Debe de ser la señorita Walters. Me pidió que contara mi experiencia como madre en el Club de Mujeres —respondió en tono resignado.
—Si quieres abro yo y le pongo cualquier excusa —se ofreció “_________”.
Y, en efecto, con el pequeño Nathaniel aún en brazos, se levantó, abrió la puerta... y se quedó-perpleja:
Ian! —exclamó al ver a Killian, tan guapo y fuerte como siempre.
—Vaya con la pequeña “________” Smith! —exclamó lan a su vez—. Nick me había dicho que habías cambiado, pero no me hacía una idea de hasta qué punto... Entiendo que este renacuajo es de Lucas y Julianna, ¿verdad? Ni siquiera Nick puede acelerar ese proceso —añadió con picardía mirando con pavor al bebé.
—Se llama Nathaniel —lo informó “______”—. ¿Por qué no entras y conoces a su hermana?
Killian la siguió y, al verlo llegar, Julianna se quedó tan asombrada como “______” anteriormente.
—Ian Shawnessy!, ¿cuándo has llegado?
—le preguntó cuando por fin encontró la voz para hablar.
—Hace un rato —contestó mientras miraba a Nicole—. He alquilado una casita por el río.
—Voy a avisar a Lucas y a Nick —dijo Julianna—. Nicole, cariño, dile hola a tío lan. Mamá vuelve ahora mismo.
Y, antes de que. Killian pudiera protestar, Julianna le puso a la pequeña en el brazo derecho. “_______” le guiñó un ojo a su amiga y puso a Nathaniel en el Otro brazo de lan.
—Oye... esperad... volved —protestó éste, mientras las dos mujeres se alejaban.
—Esta por no haber venido a nuestra boda
—bromeó Julianna.
—Fíjate, tan grande y con miedo de un par de bebés —comentó “_____”, sonriente—. ¿Crees que tiene posibilidades?
—Siempre se tienen posibilidades —aseguró Julianna—. Mira a Lucas y a Nick —añadió sonriente.
—Qué pasa con nosotros? —preguntó Lucas, seguido por Nick y Drew, los cuales acababan de salir de casa.
—Tenemos compañía, muchachos. Ha venido el tercero de los Chicos Malos —anunció“______”.
—Shawnessy! —exclamaron Lucas y Nick al unísono.
—En carne y hueso —dijo Julianna—. Pero más vale que os deis prisa o se desmayará sujetando a los bebés.
Lucas y julianna avanzaron hacia el jardín para darle la bienvenida. Nick empezó a seguirlos, pero luego se detuvo un segundo, agarró a Drew con una mano y a “______” con la otra y, antes de recibir a Jan, la besó.
—Qué bueno es estar en casa! —murmuró contra los labios de ella.
Drew soltó una risotada al ver que su mamá se ruborizaba y ésta sonrió feliz... Feliz para el resto de sus días.
La primavera llegó pronto a Wolf River. En el jardín de Lucas y julianna florecían tulipanes rojos y amarillos, petunias blancas que prometían un espectacular despliegue de belleza en las siguientes semanas.
Coincidiendo justo con la boda, pensó “_____” mientras se balanceaba en una mecedora de Julianna y acariciaba la cabeza del pequeño Nathaniel, moreno como su hermana Nicole, de ojos azules a diferencia de los de él, de color negro.
Julianna mecía a Nicole en los brazos, junto a “______”. Si se quedaba embarazada en los siguientes dos o tres meses, pensó ésta, también ella tendría un bebé en primavera.
Nick le había prometido una boda por todo lo alto: por la iglesia, con la familia y los amigos. Todavía no podía creerse que había dimitido de su trabajo y que un camión de mudanza le estaba trayendo sus pertenencias desde Nueva York...
No podía creerse que de veras fuera a casarse con el hombre al que había amado toda su vida, se dijo sonriente.
De pronto oyó a Drew reírse y sonrió aún más todavía. Había sido un poco embarazoso explicarle que Nick era su papá de verdad; pero lo único que le había importado al pequeño era que iba a quedarse en Wolf River y que tenía un papá al que adoraba.
—Mamá, mira lo que hemos pescado —gritó Drew de repente, el cual apareció secundado por Nick y Lucas—. Tío Lucas dice que vamos a limpiar la trucha para que no os mareéis viendo la sangre.
—¡Qué detalle! —comentó Julianna—. Parece que os quedáis a comer — añadió, dirigiéndose a “_____”, quien consideraba ya a Julianna como una verdadera hermana, más que como una amiga.
—Qué raro! —exclamó entonces Lucas, al oír el timbre de la puerta—. ¿Esperas a alguien, Julianna?
—Debe de ser la señorita Walters. Me pidió que contara mi experiencia como madre en el Club de Mujeres —respondió en tono resignado.
—Si quieres abro yo y le pongo cualquier excusa —se ofreció “_________”.
Y, en efecto, con el pequeño Nathaniel aún en brazos, se levantó, abrió la puerta... y se quedó-perpleja:
Ian! —exclamó al ver a Killian, tan guapo y fuerte como siempre.
—Vaya con la pequeña “________” Smith! —exclamó lan a su vez—. Nick me había dicho que habías cambiado, pero no me hacía una idea de hasta qué punto... Entiendo que este renacuajo es de Lucas y Julianna, ¿verdad? Ni siquiera Nick puede acelerar ese proceso —añadió con picardía mirando con pavor al bebé.
—Se llama Nathaniel —lo informó “______”—. ¿Por qué no entras y conoces a su hermana?
Killian la siguió y, al verlo llegar, Julianna se quedó tan asombrada como “______” anteriormente.
—Ian Shawnessy!, ¿cuándo has llegado?
—le preguntó cuando por fin encontró la voz para hablar.
—Hace un rato —contestó mientras miraba a Nicole—. He alquilado una casita por el río.
—Voy a avisar a Lucas y a Nick —dijo Julianna—. Nicole, cariño, dile hola a tío lan. Mamá vuelve ahora mismo.
Y, antes de que. Killian pudiera protestar, Julianna le puso a la pequeña en el brazo derecho. “_______” le guiñó un ojo a su amiga y puso a Nathaniel en el Otro brazo de lan.
—Oye... esperad... volved —protestó éste, mientras las dos mujeres se alejaban.
—Esta por no haber venido a nuestra boda
—bromeó Julianna.
—Fíjate, tan grande y con miedo de un par de bebés —comentó “_____”, sonriente—. ¿Crees que tiene posibilidades?
—Siempre se tienen posibilidades —aseguró Julianna—. Mira a Lucas y a Nick —añadió sonriente.
—Qué pasa con nosotros? —preguntó Lucas, seguido por Nick y Drew, los cuales acababan de salir de casa.
—Tenemos compañía, muchachos. Ha venido el tercero de los Chicos Malos —anunció“______”.
—Shawnessy! —exclamaron Lucas y Nick al unísono.
—En carne y hueso —dijo Julianna—. Pero más vale que os deis prisa o se desmayará sujetando a los bebés.
Lucas y julianna avanzaron hacia el jardín para darle la bienvenida. Nick empezó a seguirlos, pero luego se detuvo un segundo, agarró a Drew con una mano y a “______” con la otra y, antes de recibir a Jan, la besó.
—Qué bueno es estar en casa! —murmuró contra los labios de ella.
Drew soltó una risotada al ver que su mamá se ruborizaba y ésta sonrió feliz... Feliz para el resto de sus días.
FIN
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Re: el hombre de sus fantacias.. [terminada]
XICAS GRACIAS PORK OS ALLA GUSTADO LA NOVE GRACIAS POR COMENTAR MUXAS GRACIAS DE CORAZÓN
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