Alcohol (Ziam y Ziall)

Suspiró frustrado. Odiaba tener que hacer esto, detestaba hacer cualquier cosa que su padre le ordenara. Bebió de su licorera y la depositó en el bolsillo interno de su saco. Vodka, dulce escape embotellado en un recipiente de metal. Tomó todo el aire que le cupo en los pulmones y se dirigió al camino de piedra que lo llevaba a la puerta principal de "La Mansión Smith". Ya se lo había pensado dos veces antes de ponerse el traje y se lo estaba pensando de nuevo justo ahora. Quizá pudiera marcharse, pegar la vuelta y olvidarse de toda esa tontería desobedeciendo las órdenes de su padre una vez más. No sonaba tan mala la idea. Pero no lo haría, se lo había prometido a su padre y mucho más importante, se lo había prometido a sí mismo. Se acomodó el cuello de la camisa y llegó a la entrada que aguardaba por él. Un hombre fornido le pidió su nombre: Zayn Army, anunció y le abrieron el paso. 

Dentro, parecía que toda la alta sociedad de Londres se hubiera dado cita en aquella sofisticada y elegante mansión que hospedaba a los más hermosos vestidos y a los más costosos trajes que las boutiques de Inglaterra pudieran ofrecer. Dentro, Zayn se sentía en su mundo y a la vez no. 

La familia Malik estaba situada en la más alta posición económica de Londres; Zayn Malik era el único hijo de Yaser Malik, un multimillonario empresario dueño de la mitad de una exitosa empresa financiera: Petit Geld Enterprises, la cual proveía a Zayn de los más costosos lujos que el muy desconsiderado pudiera querer. Zayn no se podía quejar, Yaser era un buen padre en cualquier sentido que se le viera, quizá su única falla sería trabajar demasiado, pero tampoco era algo excesivo, siempre estaba al pendiente de los asuntos de Zayn, aunque a él le diera un tanto lo mismo. Yaser le procuraba y lo colmaba de los mayores lujos y de las mejores atenciones que le eran posibles aun con la pesada carga de trabajo que llevaba siempre a cuestas. María por otro lado era siempre amable y considera con Zayn, su madrastra siempre se había mantenido pendiente de él y a pesar de saber que jamás sustituiría a Tricia intentaba hacer su mejor esfuerzo por hacer que Zayn depositara su confianza en ella. Había desempeñado tan bien su papel de esposa y tutora que Zayn le había cogido cariño con facilidad. No, Zayn no podía quejarse, tenía la vida que cualquiera desearía, completamente arreglada y con el futuro más cómodo que pudiera tener siendo hijo del empresario más rico de Inglaterra. Se podría decir que Zayn podía hacer y tener cualquier cosa que él quisiera.

Pero como todo en la vida, su perfectamente estable situación económica llevaba con ella obligaciones a veces a Zayn le costaba trabajo cubrir. Desde recién cumplidos los trece el joven Malik comenzó a presentar prematuras muestras de rebeldía que lograban sacar a su padre y a su recién estrena madrastra de quicio. Zayn parecía esforzarse en destrozarles los nervios a Yaser y María Malik en cualquier oportunidad que se le presentara, por lo que su tutor tuvo que encontrar la forma de meterlo en cintura y evitar que se descarriara por completo, de modo que desde pequeño Zayn fue inmiscuido en la alta alcurnia de Londres siendo obligado por su padre a tomar clases de ética, moral y modales, a mostrar compostura perfecta en fiestas a las que un adolescente común no era obligado a asistir y a ser partícipe, o más bien espectador, de conversaciones largas y tediosas en las que su padre gozaba en integrarse. Pasados los años, y con el libre albedrío que estos le concedían, Zayn comenzó a imponerse a no acatar cada orden que su padre le dictaba al pie de la letra, siendo la primera muestra de 'liberación' por su parte, haberse tatuado la piel a los diecisiete años, dibujando una hoja de helecho detrás de su cuello que simbolizaba la buena suerte. Al poco tiempo Zayn volvía a las andadas, que realmente jamás había abandonado del todo, y sin embargo, aun ahora con veintidos años a cuenta, el joven Malik aun respetaba y acudía a alguno que otro mandato/favor que su padre le pedía. A razón de ello Zayn estaba completamente acostumbrado y capacitado para aquel tipo de fiestas como en la que se encontraba. Estaba adecuado a los vinos caros de aquellas reuniones y a las conversaciones que en ellas nacían. Pero aun con todo eso de su parte, aun cuando sus padres se habían esforzado en inculcarle todas aquellas refinadas costumbres, Zayn no podía evitar sentirse fuera de lugar en aquel mundo de euros, libras y dolares, sentía que ese no era ni jamás sería su mundo. A Zayn le fastidiaba especialmente que todos esperaran de él lo que jamás podría darles, el joven Malik no era pieza de sociedad, o al menos no de la sociedad en la que se veía obligado a vivir, aunque eso aparentara, aunque con ayuda de la costumbre lograra engañar perfectamente con una sonrisa más bien hipócrita. Frente a la gente Zayn fingía una sonrisita cortés y se limitaba a responder lo justo, necesario y permitido, pero Zayn siempre sabría que estaba, precisamente, fingiendo. También le molestaba al extremo que la gente esperara algo del apellido Malik, que aquellas personas que le codeaban a él y a su familia lo hicieran por interés lograba hacer que Zayn odiara aún más a todas esas personas con las que en ocasiones, como en esta noche, se veía obligado a convivir. A veces a Zayn le gustaría sólo ser Zayn, y no Zayn Malik. A veces, y eso era para su fortuna y bienestar, la mayoría del tiempo, Zayn era Zayn Army, oveja descarriada y feliz artista independiente. Y ese era el verdadero Zayn. No el Zayn Malik que usaba una corbata y hacía con su encantadora sonrisa que todo el mundo creyera en lo que decía, sino un Zayn Army seguro de sí mismo y de lo que era, un Zayn al que no le importaba nada más que sí mismo, su botella y su arte. Pero hoy no había cabida en el mundo para Zayn Army. Para su desgracia hoy tenía que actuar el papel de Zayn Malik, hijo único de Yaser Malik y heredero de la fortuna Malik. Se sonrío pensando en lo absurdo que eso sonaba y comenzó a estrechar manos y actuar saludos cordiales. 

A la mitad de las personas Zayn no las conocía y a la otra mitad apenas podía recordarles. Se sirvió del alcohol como compañía y se decidió a pasar desapercibido el tiempo que le quedara ahí. Aun no había cumplido con su objetivo en aquella noche y sentía que no podría aguantar un minuto más en aquel lugar. Bebió del whisky que un mesero le sirvió en la copa y echó a andar para reanudar la búsqueda de la familia Smith. Yaser, con gran insistencia, le había encargado a su hijo que entregara un muy importante sobre a Geoff Smith, titular de la familia Smith, anfitrión principal de esa gala y socio mayoritario de las industrias Malik-Smith. Zayn ni siquiera se había molestado en fisgonear ni en intentar saber que era lo que Yaser ponía en la carta aunque le hubiera resultado tan sencillo que nadie lo notaría, porque sencillamente no le importaban nada los movimientos de Petit Geld Enterprises mientras pudiera seguir disponiendo de las tarjetas y la chequera de su padre como fondo económico, y suponiendo que en caso de cualquier problema Yaser ya lo hubiera puesto sobre aviso, ni siquiera se molestó en preguntar que era lo que su padre escribía para Geoff. 

El joven Malik conocía muy bien al señor Geoff Smith pues pasaba mucho tiempo con su padre cuando él vivía con su familia en Londres, recordaba de él siempre una sonrisa amable y una sensación de confianza y confort que podía inundar a cualquiera. En sí, Zayn recordaba al señor Smith con respeto y quizás también con algo de cariño. Quizá incluso se alegraba un poco de volverlo a ver esta noche. 

Su camino se tropezó con un par de rostros desconocidos que le saludaban como si llevaran media vida de conocerlo, o quizá incluso más, pero que él no podía recordar de nada. En cierto punto de su camino se encontró a la viuda Jade Martin en compañía de su hijo Marcus, a ellos les recordaba puesto que hacía un par de meses habían acudido durante varias noches a la oficina de su padre en la Escala Malik en Bradford, en dónde vivía en ese entonces, para un asunto a tratar con las acciones de la señora y el señor Martin. La encantadora señora Martin le saludó con entusiasmo y le preguntó por María y por su padre, Zayn respondió sus cuestiones y estableció una corta y casual conversación con la mujer, por su parte, Marcus le comía con la mirada al atractivo muchacho de cabello negro, se saciaba de él al mismo tiempo que los nervios le comían por dentro cada vez que aquel hablaba, y Zayn podía notarlo. 

-Hola Zayn -le saludó cuando éste ya se había despedido de su madre. Zayn se limitó a lanzarle una sonrisa sucia y se esfumó de ahí.

Marcus Martin había caído tan fácilmente en la cama de Malik que ni siquiera podía recordarlo como un trofeo de sus deseos. Aunque por fuera Marcus encarnara a un atractivo atleta heterosexual, rubio y con masculina mirada, cuando se encontraba en la cama de otro hombre gritaba como una nena mientras suplicaba, como lo había hecho con Zayn en aquellas ocasiones en las que se había rendido ante su viril encanto, que le penetraran cual pasivo era. A Zayn le divertía la cara de tonto que ponía cuando le veía, le divertía con malicia. En ocasiones Zayn podía llegar a ser bastante cretino.

Geoff Smith apareció en lo alto de las escaleras del recibidor cuando Zayn ya estaba pensando que jamás lograría encontrarlo entre tanta gente. El socio de su padre vestía un refinado traje sastre color gris que lo hacía lucir sencillamente distinguido. Desde lo alto tomó el micrófono en sus manos y dio una cordial bienvenida a toda la concurrencia que ya se había reunido alrededor de las escaleras para verle. 

-Hoy nos honramos en auspiciar esta gala de beneficencia con motivo de la recaudación de fondos para la fundación Construyendo Hogares -la gente aplaude. -Cuando este pequeño proyecto a penas empezaba mi esposa y yo nos comprometimos a hacer que niños sin hogares ni recursos pudieran tener la suerte de poder formar una familia. Y hoy, gracias al apoyo que firmas importantes como las que hoy se encuentran con nosotros nos han dado, este sueño es una realidad en proceso -de nuevo la gente aplaude. Geoff Smith, les sonrió desde lo alto y continúo. -Sin preámbulos los dejo en compañía de mi esposa, May Kanavagh - y la audiencia volvió a aplaudir. El señor Geoff bajó por las escaleras dejando a May en lo alto dando su propia bienvenida. Zayn buscó paso entre la gente congregada y cuando al fin pudo llegar a donde el señor Smith su mirada colapsó con los inocentes orbes cafés de otro hombre que no era Geoff. Una sensación eléctrica le recorrió el cuerpo y sonrió sin razón aparente... Él también sonrió. 

-¡Zayn! -se apresuró a saludarle Geoff como quien espera ansioso la llegada de alguien, y quizá lo hacía. -¡Es un gusto verte por aquí muchacho! -le animó. Zayn salió de su pequeña ensoñación y al fin quitó por completo la vista de aquellos ojos que le habían idiotizado momentáneamente como si ellos tuvieran algún poder sobrenatural que había ejercido fuerza sobre él. 

-También es un gusto verlo señor Smith -respondió cortesmente estrechando su mano con el socio y amigo de su padre. 

-Ven, voy a presentarte -se dirigió a Zayn tomándolo del hombro y guiándolo justo a ese hombre del cual Zayn había quedado pendiendo hacía unos instantes. La sonrisa de éste fue sincera cuando extendió una mano para saludar al moreno. -Él es mi hijo...

-Liam Smith -se presentó el muchacho completando la frase de su padre. Liam Smith Kanavagh, hijo de May Kanavagh y Geoff Smith. No le recordaba así. La mente de Zayn colapsó ante los miles de pensamientos que le vinieron a la cabeza acompañados de la culpa.

-Zayn Malik -le correspondió el otro sonriéndole aun con la vista puesta en sus sinceros y profundos ojos casi del mismo color que los suyos, que debían están un tanto ennegrecidos por el... deseo. Su apretón de manos se extendió más de lo usual y cuando Zayn se percató de ello quitó su mano de aquel saludo y sonrió con torpeza mientras intentaba a toda costa y con todo su pesar quitarle la vista de encima a esos encantadores ojos cafés. 

-Zayn, espero que sigas disfrutando la fiesta que hemos preparado May y yo, tu padre ha sido muy generoso con su donación este año, agradecemos de corazón su reciente integración a la causa de Construyendo Hogares -mientras Geoff hablaba Zayn intentaba prestar atención apartando de su cabeza todos los sucios pensamientos que le surcaban. Se tuvo que recordar a sí mismo su propósito en aquella velada cuando arrancó su atención del menor de los Smith, se metió la mano al bolsillo interior del saco, del lado contrario al de su licorera y sacó de él un pequeño sobre blanco que tenía garabateado con la bien conocida caligrafía de su padre algo que parecía enunciar: Geoff. -Oh, muchas gracias Zayn -agradeció el señor Smith dándole su más grata sonrisa y una palmada en el hombro -Liam ¿por qué no le haces compañía a nuestro invitado especial? 

-Con gusto -la mirada de Liam bailó por todo el largo de Zayn y luego se desvió a su padre dedicándole una sonrisa de confianza con la que éste se esfumó dejándolos solos.

-Liam Smith, no te recordaba así -comenzó a hablar Zayn llevando su copa de nuevo a sus labios, recobrando la compostura pero sin eliminar esa sonrisita sucia y coqueta de sus labios. Liam le imitó antes de responder.

-Supongo que ha pasado mucho tiempo desde que te dejas ver, Zayn -el moreno recibió una sonrisa ligera y divertida de parte de Liam y sonrió por ello. En lo poco que había visto de él ya se podía decir que Zayn había quedado fascinado por Liam. No era novedad que a Zayn le encantaran los hombres, y tampoco lo era que no pudiera resistirse a los encantos de un hombre tan guapo como lo era Liam. Paseó sus ojos con descaro por el cuerpo de Liam, podía apostar lo que fuera a que ese cuerpo se vería encantado postrado en su cama, desnudo. Liam llevaba el cabello castaño quebrado y regado en todas direcciones, su piel blanca era el lienzo perfecto en el cual Zayn deseaba dibujar sus más sucios deseos, tenía una estatura equilibrada con la de él mismo y una complexión que su traje ceñido al cuerpo dejaba ver suculenta y deseable para los ojos de Malik. Esa sensación eléctrica que le había recorrido una vez el cuerpo continuaba su flujo en un circuito sin fin que le hacía estremecerse por dentro y le ocasionaba vuelcos en el estómago. Por su mente aquel hombre le estaba cumpliendo todas las fantasías, Zayn pudo haberse paseado la lengua por los labios de puro deseo pero no sería tan descarado con el que podía ser, si tenía suerte, su próxima presa. Sacudió la cabeza de un lado a otro mentalmente negándose ese pequeño deleite en sus adentros recordándose que aquel hombre con el que su mente fantaseaba era el hijo del señor Smith, buen amigo de su padre y casi pariente suyo. La culpa pudo con el deseo esta vez y Zayn apartó su mente sucia de aquel hombre que le sonreía de una manera tan tierna que hacía que el mismísimo Zayn Malik se sonrojara. ¿Se habría dado cuenta ya de que lo estaba mirando de ese modo? Sin saber que responderle y sin poder siquiera articular palabra los nervios comenzaron a apoderarse de su cuerpo. Sus pequeños pero delineados labios rosados le regalaban a Zayn olas de confort en el estómago y dos hoyuelos le aparecieron en el rostro, de nuevo, sin razón aparente. ¿Qué tenía Liam que le había desconcertado tanto? Evidentemente, a la vista de cualquiera: era guapísimo. Pero además, su semblante, su mirada y su sonrisa reflejaban algo imposible de ignorar: inocencia y paz. Y eso a Zayn le estaba enloqueciendo. Mordió su labio inferior de puro goce, respiró profundo e intentó volver en sí  mismo sin mucho éxito. Asustado de que Liam pudiera darse cuenta de lo mucho que le deseaba. -Recuerdo haberte visto por última vez en el despacho de tu padre. Pero de eso ya es mucho tiempo -habló Liam intentando volver a reanudar la conversación que el sonrojo de Zayn había interrumpido. 

-Debes disculpar mi mala memoria -se excusó Zayn pudiendo formular una oración completamente coherente para sorpresa propia. -Pero sí que recuerdo cuando jugábamos juntos de niños -le sonrió y algo pareció no encajar en Liam que frunció en ceño y luego pareció apartar algún pensamiento de su cabeza.

-Sí... yo también me acuerdo -le sonrió de nuevo con esa sinceridad que Zayn ya pensaba que le caracterizaba. -Mi padre me comentó que has abandonado la universidad -prosiguió guiando la conversación mientras caminaban fuera del recibidor rumbo al gran salón donde la gente ya se reunía para seguir conversando y chocando copas.

-Hace como dos años. Sí.

-¿A razón de qué? -se interesó pero se precipitó a añadir:-si me permites saberlo, claro -excusando su falta de prudencia, Zayn sólo sonrió, más para sí mismo que para Liam.

-Razones me sobraban -su respuesta indicaba que no pretendía contarle a Liam de ninguna manera sus razones, la indirecta le había llegado. Liam frunció en ceño y volvió a hacer ese gesto que sugería que apartaba alguna mala idea de su mente.

-Bueno... yo estoy estudiando Finanzas y Administración en la Universidad de Londres. Semestre tres -desvió la atención de Zayn a él y así ambos incubaron una conversación sobre temas de Londres, música, arte, pasatiempos y gustos personales. A la larga -para el corto tiempo que llevaban conversando- Zayn sabía de Liam que gustaba de tocar el piano y que su banda favorita era Passengerque, su película favorita Toy Story y su color favorito el color morado, que no le gustaban los días soleados y que quería administrar junto a su padre la industria Smith cuando terminara su carrera, por la cual parecía sentir gran vocación y compromiso. De algún modo, todo aquello que le contaba Liam, a Zayn le parecía fascinante, no pudo evitar sentir ese palpito en su pecho, con un sentimiento que conocía pero que no quería experimentar de nuevo. De pronto Zayn quería conocer más de Liam, y eso no era una buena señal, no para Zayn, quien pensó, por un momento, un sólo segundo en un abismo de tiempo, que Liam era la mezcla perfecta entre cuerpo y mente, y de nuevo vio todos sus sucios deseos aproximarse abrazándolos con fuerza. Aferrarse a ellos significaba alejarse de ese bicho molesto que se instalaba en su cabeza cuando alguien como Liam se le acercaba, esa sensación de querer proximidad. Esa era una de las facetas que Zayn más se esmeraba en ocultar. Aquel atractivo y viril muchacho de veintidos años podía conseguir que cualquier hombre se rindiera a sus pies y terminara en su cama si éste se lo proponía, Zayn podría ser conocido por sus encantos físicos y su inteligencia para valerse de ellos. Zayn era un demonio sexual que no lograba controlar su lado lujurioso y... caliente. Pero Zayn no quería más, simplemente no quería. Por eso Zayn era frío con sus conquistas, altanero, grosero e incluso, algunas veces, también hostil. Pero justo ahí, frente a Liam, dejó pasar esa sensación y le permitió instalarse en su pecho al menos un ratito, dejando andar fuera de sí cualquier pensamiento sucio respecto a quien le acompañaba, por el momento, prefirió atender lo que Liam le decía, concentrándose en su mente y no en su cuerpo, sonriéndole a ese bicho molesto que a veces pedía más. Y a la larga incluso se encontró a sí mismo interesado e inmiscuido en lo que el castaño le contaba. La cosa entre ellos parecía fluir naturalmente y ambos parecían tener eso que habitualmente se conocía como química. Liam parecía cómodo con Zayn y viceversa. Zayn había preferido hasta el momento, no hacer referencia de ningún modo a sus preferencias sexuales, temiendo cualquier insinuación que esto representara e incomodara a Liam. Pero aun una parte de su mente formulaba esas escenas eróticas dignas de una buena paja nocturna o, de ser posible, hacerse realidad. 

Sus pasos los habían guiado por sugerencia de Liam fuera del bullicio del interior de la mansión. Ambos reían con total tranquilad hasta que un traspié hizo que Liam tropezara, cayera de frente y los brazos de Zayn le atraparan con apenas el mínimo movimiento. Se observaron atrapados en un momento idóneo, silencioso, atrapados en la oscuridad de una noche de dos estrellas. Era innegable que Liam era... precioso. Ese bicho se removió en el pecho de Zayn invadiéndole de a poco el cuerpo de mil sensaciones en donde la lujuria y el bienestar llevaban delantera.

-¿Realmente los perdiste? -preguntó Liam sacándolo de sus pensamientos pero aún suspendido en los brazos de Zayn, reposándose en sus hombros.

El cabello revuelto de Liam regado por toda su frente hacía juego con esa sonrisa inocente y divertida. Sí. Liam era precioso.

-Luego del kilómetro cuarenta y dos ni el ruido me hizo compañía -cercioró Zayn entre las carcajadas de Liam y para su sorpresa, las de él mismo también.

Al fin Liam cortó el contacto con Zayn irguiéndose sobre sí mismo con el rubor en las mejillas, a penas notable, completamente invisible para Zayn.

-Deberías pasarte por aquí alguna vez si es que piensas quedarte más tiempo en Londres -le ofreció Liam sonriéndole con mayor firmeza y rigidez, con tono más serio, una seriedad impropia del momento que transcurría con total naturaleza y ¿confianza?

-Quizá lo haga -le correspondió Zayn y notó al instante que su comentario había salido con una clara nota de coquetería impresa en él. Pero Liam sólo sonrió recargándose en la piedra que formaba una especie de balcón en la terraza sobre la que se encontraban.

La noche de dos estrellas a penas los iluminaba. Zayn se hizo entonces una pregunta que nunca debió haberse hecho. Fue entonces cuando sonó el ¡bum! del cañón y fue como si la propia tierra cimbrara. Un disparo.

Zayn no se fue de la mansión Smith hasta asegurarse de que el señor Geoff Smith se pondría bien. Liam y la señora May habían ido con él en la ambulancia y los paramédicos les habían dicho que la bala no había tocado ningún punto de gran importancia y que Geoff saldría bien librado de esta. Aun así, Liam parecía muy nervioso arriba de la ambulancia sentado en un banquito a lado de la camilla de su padre, junto a May. La escena pudo haberle enternecido por completo a Zayn de no haber sido por el contexto en el que se le presentaba. 

El evento había sido de lo más extraño. Todo había ocurrido en el interior de la mansión, específica e increíblemente en el salón principal, donde todo el público invitado se encontraba. El mercenario había efectuado su intento de homicidio a la vista de todos, pero nadie lo hubiera podido visto venir. Zayn sólo sabía lo que la gente le había contado, que un hombre, como de uno noventa, con el cabello negro, iba cubierto por un antifaz estrafalario que le cubría media cara, que había apuntado el arma a su objetivo y que justo luego de disparar se había dado a la fuga sin posibilidades de haber sido detenido. Por fortuna, considerando los hechos, aquel que había sido intruso en la mansión Smith había fallado y su bala había terminado impactando, si bien en la persona correcta, en la parte incorrecta del cuerpo. Aquella bala disparada por un extraño se le había incrustado a Geoff en el antebrazo izquierdo. Pero Zayn ni siquiera imaginaba que el agresor que esa noche había convertido una simple fiesta en un tropel de toda regla, no sólo había atinado en su objetivo, sino que había dado en el blanco con su mensaje. 

Apartó de momento sus recuerdos y puso la llave en su sitio antes de girarla para encontrarse en casa de Josh Parker, su mejor amigo. Josh reposaba en el sofá del living con el televisor encendido y los párpados unidos. Zayn sonrió al verlo y apagó el televisor antes de dirigirse sin más hacía sus aposentos. Abrió la puerta de madera blanca de su recién estrenada habitación y se encontró con miles de recuadros forrados con papel marrón y amarrados con hilo amarillo. Suspiró cansado. Tomó de su bolsillo interno del saco su fiel licorera y sirvió en su garganta el resto del contenido de ésta mientras se sentaba en la orilla de su cama. Hacía dos días que había llegado a Londres y no se había hecho tiempo para desempacar por completo. Por suerte su cuadernillo, sus lápices y sus carboncillos ya estaban descansando en el escritorio frente a él, iluminados por una pequeña y práctica linterna que le servía de apoyo en la oscuridad.

Zayn Malik era conocido por la fama de su padre. Zayn Army anhelaba ser conocido por forjar la suya propia. Deslizó la silla para abrirse lugar y se sentó en ella mientras abría el cuadernillo. La primera página que se le iluminó fue la que tenía dibujado un perfecto rostro pulcro bañado en inocencia, con los cabellos cayéndole desordenados y la sonrisa iluminando de un modo muy especial el cuadro, en la equina inferior derecha de aquella hoja se leía: Little Bunny. Le dedicó media sonrisa a su obra y cambió de página para encontrarse con un cartoncillo en blanco. Tomó el lapiz y comenzó a replicar con la punta la delineada línea de un nuevo rostro. Pudieron haber pasado horas mientras Zayn dibujaba en la oscuridad de su cuarto únicamente interrumpida por el lucero que le servía de guía sobre la mesa.  Y pudo haber seguido así por mucho más tiempo sino fuera por la vibración del móvil que lo sacó de sus pensamientos. 

-¿Sí? -atendió frustrado por no poder seguir con su entretenido trabajo.

-¿Has hecho lo que te he pedido, Zayn? -le cuestionó su padre jodiéndolo incluso a través de un auricular.

-Sí, como dije -alardeó Zayn, haciendo énfasis en que se lo había prometido y lo había cumplido. Dejó el carboncillo en su lugar y se reacomodó en la silla.

-María ya me ha contado lo que ha ocurrido con Geoff -comentó Yaser con tranquilidad. Zayn había telefoneado a la Torre Malik en Bradford inmediatamente al salir de la mansión Smith y sólo María había podido atenderlo. 

-Él va a estar bien, o eso me han dicho. Ha corrido con suerte... Nadie sabe como es que un mercenario ha podido colarse a la mansión. -contó Zayn un tanto alarmado, considerando que era Zayn el que hablaba. Yaser escuchó con atención y suspiró.

-Supongo que sí. Todos se han de haber llevado un buen susto ¿no? Sobre todo May y Liam ¿ya le has visto? 

-Sí -respondió desinteresado, pensando en lo gratificante que sería revolcarse entre las sábanas para al fin descansar... O revolcarse entre las sábanas con Liam entre los brazos. Ese pensamiento lujurioso le cursó la mente como un shot de placer. Rápido y voraz, calentándole el cuerpo al instante.

-¿Y ya has hablado con él?

-Sí -consiguió responder con la lengua rozándole los labios.

-¿Y no te ha dicho nada aún? -incluso en el ensueño que estaba atrapando a Zayn, con sus fantasía sorbiéndole la mente, y aun con los efectos del extraño evento que se acababa de suscitar presentes, pudo notar que la pregunta de su padre estaba un poco fuera de lugar. ¿Qué tendría que decirme Liam en especial para que Yaser se interesara?.

-¿Y qué tendría que decirme a mí? -respondió Zayn a la defensiva, curioso por la respuesta e incapaz de contener su sospecha y su enojo.

Se hizo silencio.

-Nada importante, como van de la edad -atajó Yaser y desvió el tema -¿podrías ir a ver a los Smith mañana? Sólo para asegurarte de que se encuentren bien. 

-Lo haré -el ambiente que atravesaba ambas líneas se había tensado, Zayn aún se estaba preguntando por qué su padre habría de sugerir que debía haber hablando con Liam hoy, y además de algo en especial. Pero decidió darle de lado al tema con el sueño empapándole los párpados. -Voy a dormir, papá. Hablamos luego -cortó Zayn con la llamada luego de un corto "sí, descansa" de parte de su padre.

Eso había sido extraño. Zayn no se quitaba de la mente lo raro que resultaba que su padre le hubiera preguntado por Liam, pero el sueño le ganaba la batalla a medida que más y más preguntas y deducciones le atizaban la mente. Era obvio que la posibilidad de encontrarse con Liam existía, después de todo era hijo del anfitrión, pero no había razón específica para que Yaser mostrara interés por eso o para que sugiriera que habrían tenido que hablar de algo en específico. O quizá sí que había razones. Zayn pensó que quizá estaba leyendo demasiado en esa estúpida pregunta, dejó su trabajo sin terminar sobre el escritorio no sin antes echarle una ojeada y sonreír al ver la réplica de la sonrisa y los ojos que lo habían encantado esa noche, una replica que no le hacía justicia alguna a la belleza del hombre real, "Desearía poder follarte, Liam", le dijo a su copia de papel hecha por él mismo, se quitó la ropa y se fue a la cama.

La mañana siguiente recibió a Zayn con el sol penetrando las ventanas. Talló sus ojos con el dorso de sus manos y se incorporó desnudo en la cama. Los eventos de su extraña noche le seguían rebotando en la cabeza, desde su altura vio la obra que se encontraba a medias sobre su escritorio, se levantó, le sonrió y cerró su cuadernillo para salir de la habitación rumbo a la cocina donde Josh se encontraba comiendo cereales sobre el desayunador. 

-Buenos días -le saludó Zayn con la voz ronca y arrastrando las palabras por al modorra. 

-¿Cómo te fue en la gala Smith? -preguntó Josh saltándose completamente la parte cortés del saludo. Josh era su mejor amigo, se habían conocido en Berlín durante un viaje hecho por Zayn el año pasado, y Josh, ansioso por dar un giro a su vida, fue convencido por Malik para abandonar Alemania e ir a vivir a Liverpool con él y con su amigo George. Desde entonces sólo se habían separado durante la época de Zayn en Bradford, cuando Josh había comprado el apartamento en dónde ahora él y Zayn se encontraban desayunando. A Josh Parker le gustaba la buena vida, y sabía como ganársela sin mucho esfuerzo, casi siempre a base de trampas y estafas, pero al ser un maestro en lo que hacía nunca lograban descubrir cual era la táctica que usaba cada vez que conseguía lo que quería. Zayn a menudo prefería no cuestionarse la procedencia de los lujos de su mejor amigo, y optaba por sencillamente disfrutar de ellos, así como lo hacía con el apacible departamento que le servía de hogar en Londres.

-Todo iba muy bien hasta que un maniático le disparó al señor Smith -comentó Zayn como si fuera un tema de lavadero sin ningún tipo de complejidad. Josh dejó la cuchara nadando en el tazón de cereal y leche y lo encaró con el rostro desencajado. Zayn notó su reacción y se limitó a sonreír y añadir -él esta bien. Aunque todos nos hemos llevado un susto de muerte. Sobre todo la señora Smith y su hijo. 

-Apuesto a que no esperabas que eso pasara en un fiesta con la alta alcurnia de Londres -espetó Josh revolviendo con la cuchara sus cereales. 

-Por supuesto que no, ha sido una desagradable sorpresa pero ha valido la pena haber asistido -comenzó a contarle Zayn a su amigo mientras preparaba la cafetera con agua y café molido. -He conocido al hijo de los Smith... Liam. -Sonrió con malicia y al darse la vuelta se encontró con una sonrisa similar impuesta en la boca de Josh, insinuosa y casi macabra -es un completo encanto. 

-Seguro que sí... ¿Y es gay? 

-No... No lo sé... Probablemente no.

-¿Por qué no lo descubres? -Josh conocía bien las preferencias sexuales de Zayn, y aunque él preferiría siempre un par de senos antes que cualquier otra cosa, respetaba y entendía a su amigo y sus asuntos. Incluso, en alguna ocasión, había presentado a Zayn con uno que otro de sus colegas. Marcel Finegan, un apuesto ejecutivo de veinticinco que había servido a Zayn como esclavo sexual durante su estancia en Berlín, un completo sumiso, una perra asquerosa, como lo recordaba Zayn con excitación. Ángus, no recordaba el apellido, un exquisito rubio Alemán, sumiso hasta la última vena. Sam, de él sólo recordaba sus perfectos ojos azules empañados por el placer, otro juguete. En fin, Josh era cómplice y mano derecha de Zayn. Su mejor amigo, su primer hermano. En él Zayn depositaba toda su confianza y hasta su cariño. 

-Quizá lo haga -sirvió el café en su taza. -Yaser parece muy interesando en que lo conozca -añadió Zayn bebiendo el café y viendo por encima de la taza a un interesado Josh.

-¿Y ya sabes el por qué? -le sonrió con aquella mueca de complicidad que se dan los camaradas en la planificación de su próximo golpe. 

-Eso voy a saberlo hoy -le devolvió la sonrisa.

El convertible negro frenó de golpe frente a la mansión Smith, aquella que había sido hogar de un crimen de baja escala ayer por la noche. Zayn descendió de él y se encaminó por el camino empedrado que conducía al jardín trasero de la casa del señor Geoff Smith y se encontró con May y Liam bebiendo té en una mesa de fierro en la cubierta superior del pastizal. La señora May lucía más relajada que la noche anterior y parloteaba alegre con su hijo. Liam ni se inmutó cuando Zayn se aproximó a la mesa y fue May quien le saludó primero con un amplía sonrisa de buena leche. 

-¿Cómo se encuentra hoy señor Kanavagh?

-Mucho mejor, Zayn, muchas gracias. Gracias a Dios Geoff se encuentra bien y ha salido de peligro. Las autoridades se están encargando ya de investigar lo sucedido y se han esmerado en asegurar la casa -le informó May revolviendo el té con su cuchara.

La señora Kanavagh era una mujer encantadora, debía rondar los cuarenta y pico pero no lucía mucho mayor a treinta. Zayn la recordaba amable y siempre contenta, tal como la señora May Kanavagh que tenía justo en frente.

-Me alegra oír eso, señora Kanavagh, todos estábamos muy preocupados por la salud de su esposo, mi padre particularmente, tantos años siendo socios y colegas.

-Dale las gracias a tu padre de mi parte, la familia Malik siempre ha sido muy cercana a nosotros. Pero que grosera he sido, ¿gustas un poco de té, Zayn? -se apresuró a ofrecerle la señora Kanavagh a Zayn cediéndole un asiento a su lado. 

-Me encantaría, muchas gracias -se aplastó Zayn mirando a Liam quien sin ningún problema le ignoraba como si ni siquiera estuviera ahí, como si siguiera tan tranquilo sólo en compañía de su madre, Zayn frunció el ceño extrañado y esperó a que la señora Kavanagh terminara de servirle el té verde con olor a hiervas y limón que Liam y ella bebían de una tacita como la que le ofrecían a él. -Espero encuentren pronto al agresor, no nos gustaría tener otro incidente. ¿El señor Smith ya se encuentra en casa?

-Como si el señor Smith pudiera quedarse quieto -soltó una risita discreta y bebió más de su té. -En cuanto hemos salido del hospital, Geoff sólo ha dormido un par de horas antes de partir a Liverpool esta mañana. Ha dicho que tenía asuntos de gran importancia que atender allá y me ha dado a mí unos cuantos encargos que arreglar aquí en Londres, has de saber que Geoff Smith es un obseso del trabajo.

-Igual que mi padre. Una cualidad admirable -comentó Zayn atrayendo por primera vez la atención de Liam. ¿Pudo ver en él una sonrisa socarrona?

-Supongo que sí.

-Debería servir de ejemplo, cualidades como esa son las que hay que imitar -sonrió Zayn poniendo a Liam a prueba, mirándolo de reojo e identificando, sin duda alguna, esa sonrisa socarrona dibujada en su carita de ángel. Zayn se preguntó si sus sospechas serían ciertas y esa sonrisa estaba a punto de delatar al perfecto actor con el que se encontraba.

-En fin, voy algo atrasada con las tareas de hoy. Es un gusto tenerte por aquí Zayn. Os dejo -la señora  May se puso de pie y caminó hacía Liam -nos veremos más tarde, cielo -y besó su cabello sin recibir de Liam más que una sonrisa angelical y dulce.

En cuestión de segundos Zayn quedó a solas con Liam de frente, ignorándole de nuevo.

-¿Qué ha sido todo eso? -le escupió Malik enojado, sí, completamente enojado comprobando que su elaborada teoría hecha en medio de la madrugada en su cama cuando había colgado con su padre, podía ser totalmente cierta. 

Liam pareció confundido, pero relajó sus facciones al ver la graciosa carita de Zayn acongojado. 

-¿De qué estás hablando? -volvió la vista al periódico que sostenía con su mano derecha sin borrar esa sonrisita que tanto le estaba irritando a Zayn.

-Hablo de que ayer me has tratado con interés y cortesía, has hablado durante toda la noche conmigo y hasta podría apostar a que me has flirteado -sacudió las palabras con enfado y tranquilidad al mismo tiempo, pero con un tonito enfadoso en ellas.

-Aja. ¿Y? -admitió Liam. ¡Joder con su patética sonrisa de angelito y ese tonito de mustio!

-Que no me lo trago -le reclamó Zayn enfadado pero disimulado. Ju, no iba a permitir que Liam supiera lo que le hervía no saber a que estaba jugando el chiquillo de la silla de enfrente.

-¿Tanto te cuesta creer que alguien se pueda interesar por ti, Zayn? -le soltó sin siquiera mirarlo, inspeccionando su periódico y bebiendo de su té. ¡Se iba a enterar el hijo de puta!, pensó Zayn mientras la sangre le hervía con furia, a galope lento y fuerte.

-Ya quisieras. Atención es precisamente lo que me sobra, Liam. Es por eso que no me extraña que casi te me hayas lanzado sobre el cuello anoche -gozó Zayn lanzándole la pelota de vuelta, notando los labios de Liam fruncirse ante sus palabras. La mente de ambos proyecto al mismo tiempo la imagen de Liam pendiendo del cuello de Zayn a la mitad de la noche. - Lo que me extraña es lo frío que te estás portando conmigo hoy, encanto. ¿Qué ocurre contigo? -le exigió con tono meloso. Zayn había cambiado de jugada en el último momento y miró sonriendo como un diablillo la cara incrédula y escrutadora de Liam quien por primera vez lo miraba. ¡¿Me ha dicho encanto?!, se indignó mentalmente Liam con la oreja de la taza de té a punto de reventarle entre la manos. -¿Qué ocurre contigo, Liam? -lo presionó aun sonriente mientras el disimulado enfado de Liam casi desaparecía de su cara siendo sustituido por maldad.

-No creerás que de verdad estaba interesado en ti de alguna manera ¿verdad Zayn? No te tengo precisamente por ingenuo -chasqueó mientras Zayn lo diseccionaba con la mirada planeando su próxima jugada en ese pequeño combate con el imbécil de Liam Smith. ¿¡Quién diablos se había creído!?

-No me he creído tu mala actuación ni por un minuto -mintió. Zayn sentía que Liam le había pegado bajo pero no podía creer que estuviera mintiendo del todo. ¡¿Había fingido todo anoche?! La respuesta la supo con la última contestación del otro.

-A mí me ha parecido todo lo contrario. No creo haberme imaginado tu lujuriosa mirada desnudarme el cuerpo toda la noche, ni a tu entrepierna delatarte. ¡Pero si eres un guarro de lo peor, Zayn! Y no uno muy discreto -escupió Liam sin pensárselo demasiado, con esa fineza suya que le caracterizaba y con ese descaro que le impregnaba a cada palabra.

¡Liam se había fingido interesado en Zayn toda la noche! Le había correspondido las palabras, las cortesía y quizá hasta incluso había flirteado con él. Pero era mentira y Zayn se lo había creído. ¡Pero claro que le había creído! Si se notaba que era un maldito mustio hipócrita y un puto farsante impostor de los buenos. Zayn no se sintió meramente dolido, más bien se sentía: furioso, con su orgullo pisoteado por un estúpido con cara de niño de seis años. Y no iba a dejar que ese maldito hipócrita se quedara con la última palabra. 

-Hay una gran diferencia entre tragarme tu falso interés y querer follarte hasta cansarme, dulzura. No te confundas -le confrontó. No podía pretender meterse con Zayn Malik en un terreno como en el que estaban jugando, siendo un patán de mierda Zayn era el maestro, pero Liam... Liam tenía igenio  mucha clase.

-Cómo si eso fuera a pasar -se mofó.

-¿Me estás retando? -le sonrió Zayn. Guarro de mierda, pensó Liam más divertido que molesto.

-No hay reto Zayn, no hay nada más que una mesa y una tetera entre nosotros -y volvió la vista a su periódico y los labios a su té. Zayn reparó pensando en cómo sacar la siguiente pregunta sin sonar tan directo como pensaba que sonaría, pero después de todo ¿qué más daba ahora? ¿Qué más daba si incluso conseguía sonar lascivo?

-Vamos a ver, pequeña mustia. ¿Qué te ha pedido Yaser que hagas? ¿Qué es lo que quiere el viejo ahora? ¿Qué desea saber?-las palabras de Zayn le llegaron a Liam como una bofetada, pero seguro como él era, relajó sus músculos, ignoró aquello de 'pequeña mustia' y volvió a enfrentarse a esos ojos cargados de coraje.

Mientras Liam pensaba que responderle a Zayn, él pensaba en todas las posibilidades y creyó que había atinado en pensar que Yaser planeaba que Liam consiguiera que le contara lo que ocurría con él, con su vida después de abandonar la universidad y quizá, quien sabe, algo más sobre su vida privada. Tantas cosas ocultaba Zayn, que no se imaginaba cual te todas había levantado sospechas suficientes para que Yaser planeara algo para averiguarlo con Liam de intermediario. Pero Zayn jamás se esperó escuchar lo que Liam le contestó.

-Yaser me ha pedido que te entrene como el perro que eres -contestó sabiendo que no valía la pena ocultarlo en realidad y sintiéndose contento por poder dejar de fingir interés alguno con el idiota de Zayn Malik, por lo que finalmente le habló con todo el fastidio del mundo inundando sus palabras. -Que te enseñe todo lo que tu cerebro pueda aprender de economía, finanzas y administración -espera ¿qué?, Zayn se detuvo en cada palabra pronunciada por la lengua viperina de Liam. -Y quizá, con algo de suerte, también quiere que te infunda algo de clase -alardeó con la mirada fija en un Zayn descolocado, pendiente de lo que decía y completamente absorto en una niebla de pensamientos veloces.

La mandíbula le quedó colgando lo suficiente para dejar sus labios entreabiertos ante las palabras de Liam. ¿¡Qué le estaba contando!? ¡No podía creérselo! ¡Yaser no podía ser tan cretino! ¡Liam no podía ser tan hijo de puta! ¡¿Cómo se atrevía a hablarle de ese modo?! ¡A él! ¡A Zayn! Pero la sonrisita socarrona en los labios de Liam le hizo saber que no mentía, que todas sus palabras llenas de desprecio eran ciertas. Tardó segundos de más en comprender lo que la confesión de Liam encerraba y segundos más en digerirla. De nuevo Liam volvió los ojos al periódico y los labios a la tacita de té, mientras Zayn, incrédulo aún, rebozaba de ira.

Muy bien. Aquí está el capítulo cuatro que espero que os guste. Me alegra mucho leer sus comentarios y espero poder volver a leerles pronto :DD Este fin de semana subiré dos capítulos más, uno el sábado y otro el domingo que espero también os gusten. Muchas gracias por leer ;).