LARRY STYLINSON (Me gustaría llamarte amor)

CAPÍTULO 7
 
 
Narra Harry:
 
 
¿Pero qué mierdas ha pasado? Joder, se ha comportado como un autentico maricón toda la tarde. No es que tuviera algún problema con ser gay, si resultaba que lo era, bueno ¿qué te guste otro hombre te convierte en homosexual, no es así? El problema es que siempre que estaba con Louis se volvía más sensible con los sentimientos ajenos, desde que lo conoció parecía que él hubiese salido de alguna novela cursi, y era insoportablemente agradable. Porque quería ver feliz a Louis, quería hacerlo feliz, y al parecer de una forma extrañamente romántica. No podía permitirse eso, su reputación de “Soy  Harry Styles y con sexo y alcohol voy bien, no necesito nada más, gracias” corría peligro. No iba a arriesgar todo por un chico al que acaba de conocer, pero no era sólo eso, era Louis…el que le quitaba el sueño todas las jodidas noches, incluso también durante el día. Ahora estaba confuso. Es culpa suya, estúpido Louis, Oh… Louis. Mi Louis. La culpa era de esos ojos azules y de ese precioso culo.- Espera, ¿QUÉ?- Harry sacudió la cabeza ante aquel pensamiento, no podía permitirse pensar esas cosas en mitad de la calle. Además no tendría con que tapar su alegría que tenía ahora en los pantalones, si seguía pensando en aquel chico.
No, ya era todo suficiente complicado como para ahora, preocuparse de que lo detengan por escándalo sexual. Aunque sería gracioso al tener que presentar una declaración en la comisaría. Seguramente diría algo como “No, verá agente. No soy un depravado sexual, es sólo que pensaba en los ojos más bonitos del mundo, son de un color precioso azulado, es cómo si el cielo y el océano decidieran tener un bebé. Y es por eso que iba empalmado por ahí” Empezó a reírse sólo con aquella idea, era un disparate. Pagaría millones por ver la cara que le pondría el hombre que lo detuviera. Pero él era una persona razonable, luego le explicaría que el dueño de esos ojos azules está bien seguro en su casa y de esa forma se ahorraría el papeleo y el detenerlo por violación sexual. Bueno, al menos esa tarde, porque a parte de que ya estuviera lo suficientemente lejos de la casa de Louis como para volver y secuestrarlo, no pensaba violarlo.
 
Quería que la primera vez con Louis, sea especial. Sería dulce y romántico con él. Porque Louis se lo merecía, merecía el mejor trato del mundo y ser feliz, y que Harry tuviera una oportunidad de hacer feliz a Louis le hacía la persona más tonta y profundamente feliz de la Tierra.
 
Mientras caminaba por la calle pensando en todo lo que estuvo haciendo con aquel castaño de ojos azules en su casa esa tarde, se fijó en un escaparate. Era una tienda erótica y bastante elegante, parecía demasiado inocente para los productos que vendía. Cuando Harry entró, vio que todo era de color rosa pálido, negro y marrón. Mucho marrón. –Por dios, está tienda parece una pastel gigante.- pensó, mientras paseaba por las estanterías inspeccionando todo. Las dependientas de aquella singular tienda erótica le seguían con la mirada y registraban todo lo que hacía y los movimientos que daba, que frustrante eran las mujeres, dios... Harry se sentía un poco intimidado, no sabía si era por donde se encontraba siendo sólo un adolescente de 19 años o por la razón de que lo pillaran justo en la sección gay ¿Era legal, no? Él seguía observando todo con curiosidad, no era algo muy radical a lo que ya conocía, algunas veces le daba por tener sexo duro y las chicas estaban tan desesperadas a tener sexo con él que hasta se dejaban hacer tales barbaridades. Y no era muy extraño a los juguetes que usaba con aquellas chicas, sólo diferente. Había gran variedad de cosas, desde condones de sabores de todos los tipos, y juguetes de todas la formas y colores. Hasta vídeos porno. Algunos sencillamente daban incluso miedo de fijarse en la portada de las cajas y otros eran más como tutoriales de auto-ayuda para conseguir un pene más grande, duro y firme y por más tiempo y otros en los que te explicaba como no correrte antes de tiempo… Asqueroso.
Menos mal que tú aguantas siempre hasta el final, pequeño Hazza- pensó hacia su pene. Es raro, hablar con tu pene y felicitarlo por sus hazañas. –Que cosas más raras piensas, Styles- se volvió a regañar para sus adentros.
 
Después de una discusión con su conciencia, un par de observaciones con su mini Harry, ya estaba decidido, le compraría algo a Louis, será gracioso ver su cara cuando abra el regalo y se encuentre con un vibrador anal o un vídeo porno gay… Pero, ¿le gustará, no sería demasiado para un chico tan inocente como Louis? En cierto modo sólo era una broma, para reírse y luego recordarlo en unos años y volver a reír por aquella tontería suya. A lo mejor más adelante, cuando lo conozca lo suficiente como para saber si se lo tomará bien o pensaría que él es un maníaco y un pervertido.
 
 
Con Louis otra vez en sus pensamientos, se dirigió hasta la caja donde es atendido por una mujer morena de ojos azules claro y pecas por toda la cara, parecía un ángel, no era alta, pero tampoco un enanito de esos de la película de Blancanieves. Era bonita, no tenía la apariencia de trabajar en un sito como aquel, parecía muy inocente y fácilmente la hubiera invitado a salir, pero no ahora. No cuando está comprando artículos gay de una tienda erótica para hacerle un regalo a Louis. Su Louis. Deseaba con ansias volver a verlo mañana, y todavía tenía más ganas ver su cara al recibir aquel extraño regalo. A lo mejor debería darle otra cosa, algo un poco más de amigo a amigo que de prostituta a cliente…¿Le pegaría una bofetada? Si se lo hubiera regalado a una chica, seguramente lo hubiera dejado en coma en el suelo durante días de la hostia que recibiría…Pero era Louis, a lo mejor le resultaría gracioso. ¿Y si lo usa? ¿Le pediría que lo acompañara mientras juega con aquel juguete tan extraño?
Volvió a sacudir la cabeza por sus locas teorías. Aquel juguete era sólo una broma, como aquella nota que le mandó a Louis en clase de biología, pero Louis se lo tomó muy en serio.
 
-Son 14’95 euros, ¿se lo envuelvo para regalo?- Aquella chica del mostrador lo sacó de sus pensamientos, y le miraba con cierta esperanza en los ojos. A lo mejor pensaba que no eras gay, Styles. Que compras esto para una broma con tus amigos. La pobre no tenía ni idea…- volvió a pensar.
 
-Sí, pero que no sea transparente. Algo bastante discreto, por favor- Harry se sonrojó mientras lo decía. Era bastante obvio, el regalo no era para una broma, no exactamente. Oh, por dios. ¿Y qué se espera, qué vaya enseñando por ahí lo que ha comprado?
 
-Por supuesto.- La chica se volvió seria, como si ya no tuviera ningún interés en Harry. Vaya, ha dado por supuesto que soy gay. ¿Era gay? No, todavía le gustaban las mujeres, demasiado como para ser gay. Bisexual tal vez. O una nueva sexualidad inventada para él “Soy heterosexual para el mundo, pero gay para Louis”
 
Oh, qué romántico. –Espera, ¿qué?- deja toda esa mierda ahora, Styles. Concéntrate, paga el regalo de Louis y vete a casa antes de que te atropelle un coche.
 
-Buenas tardes, señor- La chica respondió de forma profesional otra vez, cuando Harry le daba el dinero para pagar aquel juguetito erótico. Esto desesperó a Harry. Joder, que compre un puto vibrador anal no significa que ya no me pongan las tías. Y eso lo iba a dejar muy claro.
 
-Adiós, preciosa. –respondió Harry, le guñó un ojo, y con una brillante y seductora sonrisa que provocaría un paro cardíaco, se alejaba lentamente del mostrador, hacia la puerta, con pasos seguros y decididos. Y por poco creía que la chica se desmayaba. JA, ¿ven? Harry Styles, gay o no. Las vuelve locas a todas.
 
-A-adiós…- tartamudeó la dependienta con las mejillas tan rojas que por un momento  Harry pensó que explotarían. Y con gran satisfacción, salió de aquel lugar, dejando a la chica paralizada. –Que se joda- pensó, e iba a cruzar un semáforo cuando se volvió a fijar en la bolsa oscura que llevaba consigo. Nunca había regalado nada a nadie, y el primero sería Louis. Oh, Louis, ya lo estaba echando de menos. No puede ser, Styles. Han pasado como dos horas desde que lo viste… MIERDA ¿Dos horas? Joder, tenía que estar en casa a las ocho. Miró su reloj, eran las ocho menos cuarto. A lo mejor, si corría… O podía coger un taxi. Le sobraba el dinero. Empezó a buscar un taxi, pero nada. Mierda, y ¿por qué ahora no hay ningún taxi libre? Dios, lo van a matar.
 
Cuando llegó a su casa estaba vacía, o al menos lo suficiente silenciosa como para pensar que no había nadie ahí. Con sigilo, subió las escaleras a trompicones, y con cuidado de que no se le cayera el paquete para Louis, subió a toda prisa hasta su habitación.
 
Buf, salvado- pensó. Y mientras se preparaba para dormir colocó el regalo de Louis en el cajón bajo llave,- no queremos que tu familia se entere de tus preferencias sexuales con vibradores anales en tu habitación, Styles.- se decía mientras se aseguraba de que estaba cerrado.
Le gustará, seguro- volvió a pensar en el regalo para Louis. Era una especie de vibrador anal, pero para iniciantes, era suave e inocente, como Louis. Aquel objeto era para hacer el amor con la persona que amabas, no sólo para tener sexo salvaje.- Pero era demasiado pronto para un regalo tan… erótico o …¿sexual? Por dios, se acaban de conocer.- Sí, se acaban de conocer pero bien que se comían la boca el uno al otro en su cama- le recordó su subconsciente. –Cállate. –Se replicó a sí mismo- No le voy a regalar esto a Louis. No hasta que esté preparado para… bueno, para tener sexo.- Oh, dios. ¿Sexo? ¿Con un hombre, con Louis? ¿Podría hacerlo? No tenía ni idea de cómo, no era un entusiasta del porno gay, por lo que sabe lo básico- se mete por el culo- Bueno, en realidad, era así. Pero no sabía mucho en profundidad.- Que sensible eres, Styles- volvió a atacar su subconsciente. Agh, era confuso. ¿Por qué tuvo que enamorarse de un hombre? Ahora no sabe si está mal regalarle algo así a Louis. –Por supuesto que está mal, imbecil- No quedaba otra, el vibrador anal se quedaría en su cajón cogiendo polvo… Pero aún tenía ganas de regalarle algo a Louis… ¿Flores, chocolate, condones? Dios, no. Todo era o muy sexual o muy romántico. Iba a ser una noche larga, estaba claro.
Pero pensó en lo que le dijo Louis esta tarde en su casa. “Ya sé que suena muy infantil, pero odio las tormentas, siempre me acurruco con todas las almohadas que encuentro, porque mis hermanas no me dejan sus peluches…” Eso le pareció lo más dulce que había escuchado nunca y se grabó a fuego en su cabeza. Oh, como desearía abrazarlo siempre que hubiera tormenta… y también cuando no hubiera tormenta. Quería abrazarlo todas las noches. Pero lo realmente dulce fue que cuando él le respondió que él sería su peluche para los días de tormenta y lo abrazaría todo el tiempo, la cara de Louis se puso roja y los ojos se le cristalizaron y se le agarró al cuello a Harry sorprendiéndolo una vez más. Y cuando le susurró “Gracias, Harry” al oído, sentía que se moría. No tenía ni idea de lo tierno que eran a veces juntos. Montaban escenas de culebrón ellos solitos. Y era precioso, Louis lo era…
 
Después de una merecida ducha tras correr dos innecesarios kilómetros hasta su casa, se sentó en su cama y buscó su móvil para ponerlo a cargar, tenía cinco llamadas pedidas y tres mensajes.
Dos llamadas eran de su madre, y un mensaje suyo que decía que lo iba a matar y que no son horas para llegar entre semana. Y qué había salido con su padre a una cena de empresa. –Típico- pensó
Había otra llamada que era de alguna chica cualquiera que le ofrecía pasar una tarde juntos o algo así, tampoco se centro en los detalles de su mala ortografía, y la última de Zayn y también tenía un mensaje suyo, decía que dónde diablos estaba y qué mañana quería explicaciones, un par de insultos cariñosos y una broma sexual normal entre ellos.
 
Tenía un último mensaje. Era de Louis. Oh, mierda. Era de él. ¿Qué habrá pasado? ¿Se habría arrepentido de todo lo que hicieron? Oh, por favor, no. Louis, no me dejes, te iba a comprar hasta flores y chocolate, joder. Seguro que era algo sobre que no lo quería volver a ver. Seguro que se enteró de que es un mujeriego y un imbecil y se creerá que lo ha estado engañando. Mierda, esto no puede acabar incluso antes de comenzar. No, no, no…
 
 
 
 
Con un nerviosismo casi frenético, abrió el mensaje de Louis. Y para su alivio no le decía que se fuera a la mierda, que era un cabrón y que se olvidará de él. No, era algo totalmente distinto, algo que ensanchó de alegría su corazón con unas simples palabras.
 
 
“Harry, ha sido una tarde increíble. Que duermas bien, te veo mañana. -Louis xx”

CAPÍTULO 8
 
 
 
Narra Louis:
 
Me sentía bien hoy por la mañana, será por lo bien que dormí anoche. Nunca había disfrutado tanto hacer un trabajo, bueno tal vez fue porque la parte práctica es más divertida que la parte teórica. Pero lo que sí que alegró mi mañana fue el mensaje que recibí de Harry.
 
 
“Yo también, Lou. Tengo una sorpresa para ti :)  -H xx”
 
Ya me lo sabía de memoria, lo leí como unas cien veces antes de desayunar. Y mientras iba al instituto se repetía una y otra vez en mi cabeza.
Oh, ¿Qué será? Bueno, tranquilízate Tomlinson, puede ser sólo una bobería. Tampoco esperaba que le trajera un circo al instituto para perder clases o algo parecido. Pero la curiosidad me estaba matando… ¡QUERÍA SABERLO AHORA!
 
Y justo en ese momento, cuando cruzaba la esquina de la calle, me encontré con un chico alto de ojos verdes y un pelo caracterizado por unos rebeldes rizos, color chocolate. Bueno, decir “encontré” no era apropiado más bien chocamos, cayendo ambos al suelo. Yo aún estaba aturdido por el golpe, me fijé en como Harry se me acercaba lentamente como si temiera hacerme daño. Nunca esperé lo que hizo Harry a continuación, porque no hubo nada. Ni un “Hola, Louis” ni un beso, nada, no dije nada, y él tampoco. Sólo nos mirábamos, inspeccionando minuciosamente el uno al otro. Buscando algún defecto en sus facciones, pero por lo visto, no había ningún defecto para el otro. Todo estaba bien. Perfecto. Menos por el hecho de que estábamos tirados en el suelo, en mitad de la calle y sin hacer nada al respecto. –Seguro que ya nos habrán robado todo- pensé, con ademán de levantarme de la acera, pero un fuerte brazo me lo impidió. Cuando levanté la vista, pude ver que Harry me miraba con una intensidad que nunca antes había visto en sus ojos verdes.
 
-Louis… -Harry parecía sorprendido, de verme ahí. Como si está calle tuviera escrito “Prohibido los Louis Tomlinson” por todas partes.
 
-Hola- murmuré - ¿Estás bien?- Le susurré mientras levantaba mi mano hacia su mejilla para acariciarlo, y él cerró los ojos ante el tacto. Tenia la piel suave, muy suave, incluso cerrando los ojos podría confundirlo perfectamente con la piel de un bebé…
 
 
-Sí – dijo bruscamente, y se levanto inmediatamente, alargando el brazo para hacer yo lo mismo.- Es sólo que… -enmudeció antes de terminar la frase. Oh, por dios ¿qué pasa?
 
-¿Qué?
 
-Nada, es que…
 
-Mierda, dímelo Harry. ¿Qué pasa?- Harry se sorprendió ante mi tono porque pegó un saltito en su sitio mientras alcanzaba los libros tirados por el suelo.
 
-Que era yo él que tenía una sorpresa para ti. Y al final, él sorprendido soy yo.- dijo alcanzándome un par de libros de química que estaban esparcidos por el suelo debido al choque.
 
-Oh, pero si esta es la calle de mi casa, ¿por qué iba a ser sorprendente que venga desde aquí al instituto? – Y Harry enmudeció de nuevo, bajando la mirada hasta sus dedos. Parecía nervioso. Cómo si fuera un niño y su madre lo hubiera pillado haciendo algo malo.
 
-¿Qué pasa, Hazz?- mi voz sonó serena, aún que por dentro me moría de nervios ¿Qué diablos estabas haciendo aquí, Harry?
 
Harry levantó la mirada hasta mis ojos, parecía… ¿ardiente? Y entonces él que bajó la mirada esta vez, fui yo. Hasta su entrepierna, de hecho.
 
-Guau, si que estás contento de verme, eh. – le miré con una sonrisa lasciva. Él parecía no entender hasta que se dio cuenta a donde se dirigía mi mirada.
 
 
-¡Oh, por dios! – Exclamó, tapándose la entrepierna con sus manos- Louis… yo, yo… - hablaba entrecortadamente, mirando a todas partes menos en mi dirección, parecía avergonzado y su respiración se agitaba cada vez más por segundo. Mierda, si no hago algo, se me muere aquí mismo.- piensa algo pronto, Tomlinson.
 
Y no me quedaba otra, me abalancé hacia sus brazos, esperando que me respondiera, tranquilamente me acerque a su oído y susurré lo que quería decir desde que me levante esta mañana.
 
-Buenos días, Hazz. Te he echado de menos…- pero era un momento tan bonito que no quería que acabara nunca, y no iba a ayudar a que terminara tan pronto. Así que me quedé en sus brazos, que ahora rodeaban mi cintura, aspirando su aroma, tan varonil y seductor como siempre.
 
-Buenos días, Lou. Tengo tu sorpresa en el instituto…- dijo esta vez mucho más tranquilo.
 
-¡¿De verdad?! ¿Qué es?  -Interrumpí lo que estaba diciendo. ¡La sorpresa! Oh, cielos. Cálmate Tomlinson. Pareces un niño el día de navidad.
 
Harry soltó una sonora carcajada y luego me apretó mas fuerte, mi cadera contra su entrepierna. Vaya, parece que se le ha ido toda la vergüenza de golpe.
 
 
-Esta en mi taquilla, Lou. Fui a buscarte a casa para acompañarte pero…- dijo sonrojándose- te me has adelantado. – y volvió a lanzarme una típica sonrisa suya, llena de maldad.
 
 
-¡Pues vamos, ya no aguanto más!- exclamé
 
 
Y haciendo una carrera hasta el semáforo que se encontraba al final de la calle, con todas las energías que me quedaban le hice la pregunta que me he estado haciendo desde que lo vi desparecer por la calle, después de despedirlo en la puerta de mi casa la noche anterior.
 
-Harry…
 
-¿Sí?- Harry aún estaba riéndose por el comentario que hice sobre el parecido del traje de una mujer con las mechas a juego de su perro. Pero cuando giró para verme, tomó una postura totalmente seria.- Mierda, debo de tener una cara como si llegara de un funeral- pensé.
 
 
-Verás, yo…
 
 
-¿Qué pasa, Lou?- preguntó serio, mirándome directamente a los ojos. Tomé aire y pensé lo que iba a decir y como ordenar la frase para que tuviera un mínimo sentido. También intenté no reírme de aquella situación. Harry Styles totalmente serio, esperando por una respuesta que parecía importarle.
 
-Louis…- presionó agarrándome de los hombros y acercándose mucho más a mi cara, como si estando más juntos entendería mejor lo que pasa. Y la verdad, tener sus labios a dos centímetros de los míos, no ayudaba a concentrarme. Bufé por estos estúpidos pensamientos, tan inadecuados para el momento y decidí soltar la bomba de una vez.
 
 
-Me preguntaba que sí tú, cuando estábamos en el parque, ayer y dijiste todo eso…- baje la mirada a mis manos entrelazadas, moviéndose de forma nerviosa.-… lo querías decir de verdad.- Ahora no podía levantar la vista para ver su expresión. Era conciente de qué estaría analizando la pregunta desde todos los ángulos antes de contestar. O tal vez, sólo estaba intentado no morir de risa por el hecho de que me haya tragado su broma… Oh, no ¿era una broma? ¿Se ha reído de mí?
 
Escuché un suspiro cerca de mi cuello, espera… ¿cuándo se había acercado tanto? Pero lo importante no era eso, ¡Harry no estaba enfadado, me estaba abrazando! Y demasiado fuerte, honestamente. Oh, mierda. Voy a vomitar el desayuno encima suya si sigue apretándome así. 
 
-Louis…-empezó a decir, aflojando el agarre para poder mirarme a los ojos. Oh, mierda ¿cuánto tiempo llevamos esperando a qué el semáforo se ponga en verde? Seguro que ya ha cambiado de color como unas cuatro veces y llegaremos tarde y no podré ver la sorpresa… ¡No!
 
 
-Louis, ¿por qué piensas que no quería decir lo que te dije ayer?- preguntó con una expresión de preocupación en su rostro. Mierda. Volví a bajar la vista a mis manos. Vaya, pero qué interesantes tengo las manos hoy…
 
-Lou…- me agarró de la barbilla con la mayor suavidad del mundo mientras intentaba encontrar mis ojos con los suyos. Con resignación acabé aceptando y le miré, con miedo al rechazo escrito en mi frente pero también con sinceridad, realmente no lo entendía ¿Por qué alguien como Harry Styles iba a quererme a mí? Alguien que tiene un trauma con los helados de chocolate y con miedo a las tormentas. Era tan surrealista…- Lou, por favor, mírame- sonó casi a una suplica.- Louis no te mentí… no me mentí cuando te dije que te quería…
 
-¿De verdad?- No estaba seguro, casi no nos conocíamos y encima era una situación extraña para ambos. ¡Nunca había mantenido semejante conversación con un hombre antes! Con tantos sentimientos de por medio, ni siquiera con su padre… Su padre…me vino a la mente el día del accidente y creo que si no fuera por los brazos de Harry, ahora mismo estaría desplomado en el suelo. Pero no era así, Harry me estaba protegiendo. Manteniéndome cerca de él, pegándome a su pecho para no dejarme ir.
 
Ahora si que íbamos a llegar tarde a clase- pensé, la idea de que estuviera pensando justo ahora en el instituto sólo le provocó reír. Bueno, mejor reír que llorar… ¿no?
 
 
Por su lado Harry tendría que estar cabreado, bueno que alguien te pida sinceridad sobre tu amor y que se te desplome en tus brazos para llorar y a continuación descojonarse a morir, no debía resultar gracioso para nadie.
 
 
-¿Louis…?- volvió a preguntar, mientras me abrazaba más fuerte y me apoyaba en un banco cercano. Espera, ¿me estaba cogiendo en brazos? No me he desmayado, puedo andar yo sólo… Oh, pero es que se sentía tan bien en sus brazos… A la mierda- pensé.
-Louis, respóndeme a algo, ¿sí?- habló Harry mientras se posicionaba al lado mío en el banco, sin separar el contacto visual ni una sola vez. Pero tampoco me había soltado, yo seguía en sus brazos… Dios, debemos parecer un pareja ñoña y enamorada de esas películas viejas que ponen en la televisión pública los lunes por la noche.- pensé otra vez.
 
Bufé ante el pensamiento. No somos una pareja, de hecho estábamos discutiendo si en realidad había amor como para serlo- Bueno, lo hacíais antes de que te desplomaras sobre Harry- atacó su conciencia. Agh, luego te estrangularé- amenazó esta vez a su propio subconsciente.
 
-C-claro…dime-tartamudee ¿Pero desde cuando tartamudeaba yo? Nunca, ¿e iba a empezar justo ahora?
 
-¿Eres bipolar?- preguntó Harry, examinando las reacciones de mi cara, al parecer, porque estaba muy pegado a mí, otra vez.
 
 
-¿Qué?- espeté. Bueno, a lo mejor y todo sí que lo soy… Me tiré a sus brazos y me eché a reír y luego a llorar en un nanosegundo…
 
 
 
-No, no lo creo. Sería lo que me faltaba…- pensé en voz alta. Oh, eso no era lo que quería decir. Mierda, Tomlinson, piensa algo joder.- quiero decir…- dije entrecortadamente- No, no soy bipolar, es sólo que…- ¿Y ahora qué? ¿Qué le digo? No le voy a decir por qué lloraba, no iba a hablar sobre mi padre y aquel accidente en mitad de la calle y encima con un casi desconocido.- Sí, un desconocido del que te has enamorado, Tomlinson…- Cállate, no me he enamorado. No puede ser.- atacó para sí mismo. No me he enamorado de Harry, no porque fuera un hombre o algo parecido, era sólo por el hecho de ¡qué lo conocía desde hace un par de días! No era amor, atracción, tal vez…sí. Esa era la palabra, atracción… Pero, él me dijo que me quería. ¿Está enamorado? No, es sólo un capricho. Harry no era de esos que se enamoran, alguien que tiene al mundo a sus pies no se aferraría a una sola persona, cuando puede tener a cualquiera que quisiera en el mismo momento.
 
 
-Louis… por favor.- suplicó por una respuesta, una cualquiera, pero una. Parecía ansioso, como si lo que fuera a decir dependiera su mundo… Que tontería, Louis.- pensó.
 
-Harry, nos conocemos desde hace unos días. No me puedes querer, no me conoces…
 
-No, Louis…- interrumpió Harry. Y empezó a hablar muy rápido, tragándose la mayor parte de las palabras…- Louis, yo… yo te quiero conocer. Podemos ser amigos si es lo que quieres, pero por favor… no, no… no te vayas. Tú me gustas y no quiero… perderte. No quiero perder algo que ni siquiera tengo. - dijo y bajó la mirada a sus pies, está esperando por tu respuesta, idiota. Di algo- espetó su subconsciente otra vez. No me quiere perder, pero… ¿él me tiene? ¿Soy suyo? Oh, Hazza…
 
 
-Harry…- susurré, acercándome mucho, esta vez. Y subí la mano hasta su mejilla para acariciarlo y calmarlo. Y él volvió a subir la vista hasta mis ojos, penetrándome con la mirada, era intenso. Verde con azul. Quería decirle tantas cosas… que no se preocupara, que yo no me iría, no lo pensaba dejar ir… Pero de mi boca no salió nada de eso, creo que no fue demasiado coherente pero sí, lo suficiente entendible- Tienes unos ojos preciosos, Hazz- dije sonriéndole.
 
Pero no era una sonrisa forzada de esas que le dabas a alguien para que te dejara en paz o sólo por ser educado, era una sonrisa genuina. Porque estaba feliz, él me hacía feliz. El muy bastardo me quiere, y de verdad le importo- pensé. Tiene una jodida sorpresa para mi, y además te ha ido a buscar para acompañarte a ese infierno de instituto, claro que le importas, idiota.
 
-Gracias.- musitó, sonrojándose. Oh, dios. Harry Styles está muerto de vergüenza. Y ¿yo le provoqué eso? Lo añadiré a mi lista de logros académicos cuando llegue a casa. ¿En la universidad me darán créditos por eso? Bueno, no tengo pruebas…- Una idea me vino a la mente. Estás como una cabra, Louis- regañó mi subconsciente. Y rápidamente saqué mi móvil del bolsillo trasero del vaquero y lo preparé, de modo que sacara una fotografía instantánea. ¡TENGO UNA FOTO DE HARRY STYLES ROJO COMO UN TOMATE EN EL MÓVIL! Bueno, además de sonrojado, ahora está sorprendido.
 
 
-¿P-por qué…me sacaste una foto?- tartamudeó Harry, ahora más rojo todavía. El gesto sólo me hizo sonreír todavía más.
 
-Porque estabas rojo como un tomate, bueno… aún lo estás- volví a sonreír.- y quería tener una prueba de qué yo, Louis William Tomlinson provoca tal efecto en chicos como tú.- dije orgulloso de mi hazaña.
 
-¿Chicos… chicos como yo?- Parecía asombrado por mi comentario, se notaba a kilometros que estaba impresionado. Tenía las mejillas tan rojas que explotarían y la boca le formaba una “O” perfecta, y también tenía los ojos como platos, y se podía observar mejor el color verde de sus ojos. Realmente, este chico estaría guapo de cualquier forma, incluso cabreado…. Él nunca lo había visto enfadado, ¿cómo será? ¿Violento? No, Harry no parecía una persona violenta, pero sí alguien que podría enfadarse con facilidad… Tendría que averiguarlo, entonces.- pensó Louis, y otra idea todavía peor que la anterior, pasó por su cabeza…
 
 
-Sí, ya sabes- respondió Louis, está vez muy emocionado. Quería ver cómo reaccionaría Harry a su próximo comentario. Y con una sonrisa lasciva y maliciosa dijo- Chicos que son perfectos según todos, y nunca se enamoran... –En ese momento, Louis vio como Harry cambiaba su expresión a una totalmente fría y dura. Mierda, era una broma. Ya la jodiste, Louis…-pensó para sí mismo. Arréglalo, di algo, lo que sea.- Lo que quería decir- dije esta vez más nervioso- Era que todos piensan que tú eres de esa clase de chico malo que no le importa nada ni nadie, y… quería sacarte una foto como prueba.
 
 
-¿Prueba?- preguntó Harry, otra vez más sorprendiéndose de las locuras del castaño.- ¿Prueba de qué, Lou?
 
 
-De que conmigo puedes ser diferente, supongo… Bueno, en realidad también quería una foto tuya…- dije, bajando la mirada a sus manos, que sostenían el teléfono con la foto de un Harry sorprendido y avergonzado. El favorito de Louis hasta ahora.
 
 
Y en ese momento en el que Louis esperaba encontrarse con un Harry enfadado o decepcionado… No hubo nada de eso, sólo una explosión de risas al lado derecho de aquel banco.
 
-Louis…- Harry aún seguía riendo por el comentario de Louis- ¿Por qué querías una foto mía? – intento calmarse pero no pudo, sólo consiguió reírse más todavía, ahora estaba retorciéndose en aquel banco al lado de Louis.
 
Después de unos minutos llenos de agonía para Louis, Harry ya estaba calmado pero con una postura totalmente diferente a la que se sentaron, Louis seguía sentado con las piernas cruzadas sobre el banco y Harry adoptó una forma más cómoda, tumbado esta vez, ocupando el resto que quedaba libre del banco. Y su cabeza sobre las piernas de Louis, mirando hacia arriba, esperando por la respuesta de su pregunta.
 
 
Eso incomodó a Louis, claro que habían estado así antes, ayer en su casa, de hecho. Pero ahora estaban en público. Y todos podían ver lo que hacían, también era incomodo porque Harry no para de mover la cabeza y los movimientos eran perfectamente captados por su entrepierna. Que ahora estaba más feliz y al parecer Harry lo notó porque empezó a reír de nuevo, atrayendo la atención de todo dios. Incluso de las personas de la acera de enfrente.
 
 
-Harry… vamos a llegar tarde.- respondió Louis con ademán de levantarse y si sus piernas se lo permitían, correr lo máximo posible lejos de aquel banco.
 
 
-Espera, Lou- Le agarró del brazo.- ya que vine a buscarte no quiero volver solo.
 
-De acuerdo.- dije acomodándome la ropa, tenía la camisa toda descolocada por los movimientos de Harry- ¿Por qué me miras así?- Harry sonrío por mi comentario
 
-Por nada, Lou.- Harry sacudió la cabeza y volvió a sonreírme. Yo lo miré con desconcierto. ¿Tenía algo en la cara? ¿O a lo mejor es que tengo la ropa manchada?
 
 
No, estaba todo en su sitio, ¿entonces, qué era? Me va a volver loco. Está sorprendido y avergonzado y al momento está tranquilo y recupera toda la seguridad. Y luego me llama a mí bipolar, ¡JA!
 
-Oye, ¿y cuál era la sorpresa?- decidí preguntar, así mataba mi curiosidad y al silencio. Dos pájaros de un tiro.
 
-Louis, pareces un chico listo- sonrío- Las sorpresas, son eso, sorpresas. No te lo voy a decir…
 
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
 
-Porque perdería toda la gracia, además es muy grande. Me gustaría ver donde lo vas a guardar.-me miró con una sonrisa de suficiencia. Bastardo.
 
-Pero… ¿no estaba en tu taquilla? Pues lo guardaré en la mía. ¿O acaso tú taquilla es especial y es más grande que las demás?
 
-No, Louis- volvió a decir-  En las taquillas no cabe, tu sorpresa está en mi taquilla de los vestuarios, que son más grandes.
 
-¿Y por qué yo no tengo una taquilla de vestuario?- Louis se sintió ofendido, ¿Por qué él no tenía una taquilla grande para guardar cosas grandes, como Harry? Por dios, acaba de sonar como crío celoso de los juguetes de otro niño…
 
-¿Practicas algún deporte en el instituto?-volvió a preguntar, pero esta vez fijándose en que el último semáforo estaba en verde. Al otro lado ya podía ver aquel infierno, de horario reducido de 08:00 a 15:00. Pero igual de malo que el real. De eso estaba seguro.
 
 
-No.- espetó Louis.- ¿Tú, sí?
 
-Ajam.- respondió sin demasiadas ganas- Vamos- dijo esto y me agarró la mano para cruzar la calle. Ole, acabo de volver a tener seis años otra vez…
 
-¿Cuál?- dije sin prestar demasiada atención en quejarme para que me soltara, porque, honestamente preferiría que lo atropellara un autobús antes de que Harry dejara de tocarme.
 
-Fútbol. Soy el cuartee back
 
-¿En serio?- quería que sonara a sarcasmo, porque era bastante obvio que él sería el cuartee back del equipo. Pero sonó como si fuese lo más importante de este mundo.
 
-Sí, en serio.- me sonrió, pero con una sonrisa cansada, a lo mejor estaba acostumbrado a este tipo de reacciones, y la mayoría serían de chicas interesadas en algo más que su carrera deportiva, seguro.
 
 
De repente los celos invadieron todo mi ser, ¿con cuántas chicas se habrá acostado Harry? Con la mitad del instituto como poco, por los pocos días que llevaba ahí, ya sabía la reputación de Styles, y que estaba muy solicitado. Pero nunca se creyó eso de que era un cabrón egoísta, un rompecorazones y un mujeriego. A Louis, no le parecía ninguna de esas cosas. Harry era divertido y atento con sus amigos y muy cariñoso y por lo que pudo comprobar, también muy romántico. O al menos eso pensaba Louis, con él es todas esas cosas. ¿Por qué con los demás no? ¿Por qué con él era distinto? Y por ahora no le disgustaba la actitud de Harry con él.
 
 
-Ven, Louis.- lo sacó de sus pensamientos, y entraron a zancadas al vestuario masculino, que por ser las ocho menos diez de la mañana, esta completamente desierto.
 
Harry se paró delate de una taquilla que ponía “Styles” y el número 43. – Tápate los ojos, Lou.- pidió, y al ver que estaba petrificado delante de él, me tapó los ojos con su mano. Y se acerco muchísimo a mí. Mierda, estaba muy cerca, podía notar su respiración en el cuello…- Muy bien, Lou. Voy a quitar la mano y cuando lo haga, cerrarás los ojos, ¿de acuerdo?- preguntó, yo asentí y pude notar como sonreía. Será bastardo, lo está disfrutando…
 
-De acuerdo, Lou. Ahora tienes que adivinar qué es. Pero por cada vez que falles, te castigaré y si lo adivinas… Podrás darme un beso como premio, ¿de acuerdo?- preguntó con aires de autosuficiencia y yo me dedique a temblar. Está otra vez muy cerca de mí, pero con los brazos en la espalda, será que está escondiendo mi sorpresa ahí. Que capullo, ¿cómo qué me castigará?
 
Iba a quejarme pero unos labios me lo impidieron, eran suaves y carnosos, no parecían los de un hombre, pero eran mucho mejores, eran dulces. Y encajaban perfectamente con los míos. No se movían, estaban quietos, presionando mi boca, pero no era sólo eso un toque. A lo mejor era una forma de decir que me callara.
 
-Louis, no te quejes, ¿quieres? - empezó a decir Harry cuando se separó de mí, pero sus labios aún estaban muy cerca, los notaba moverse encima de mi boca.
 
-Vale.- dije yo esta vez. Y cuando hablé, nuestros labios se volvieron a tocar, Oh, por dios. A ver, piensa Louis, quedan diez minutos para que empiecen las clases, así que no tendría tiempo para violarlo… Tenía que darme prisa si quería saber que era mi sorpresa antes de que acabe este infierno.
 
Ya no se le ocurría nada mejor, no tendría tiempo para adivinarlo y tampoco quería saber que era eso del “castigo” así que me abalancé una vez más sobre él. Harry se sorprendió ante mi acción, a lo mejor de que saltara por segunda vez encima en lo que llevamos de día…
 
Sólo iba a distraerlo y atrapar lo que tuviera detrás suya, me incliné a un lado pero él fue mucho más rápido y me giró con él, y acabó él encima de mí, presionándome contra la taquilla número 43, agarrándome por las muñecas con sus manos. Pero, ¿no tenía la sorpresa escondiéndola detrás de su espalda? ¡Me ha engañado! Será…
 
 
-Oh, no. Louis no hagas trampas…- susurró contra mi cuello.- Tu sorpresa está escondida. Si la quieres, primero tendrás que adivinar qué es.
 
-Pero, pero… ¡Al menos dame un pista de lo que es, mierda!
Harry soltó una risita juguetona y me apretó más fuerte contra la taquilla y su entrepierna. – Muy bien, Lou. La pista es… - movió sus caderas contra mí mientras me susurraba debajo de mi oreja- …que te ayudará por las noches.- y me retó con una de esas sonrisas suyas de “soy jodidamente sexy y hago que te corras aquí mismo”
 
- Eres un guarro, Harry Styles…- Acusé histérico. ¿Cómo qué me ayudará por las noches? ¿A dónde cojones se fue a comprar ayer, a un prostíbulo? ¿Me ha regalado una puta? No puede ser…
 
 
-No, Louis. No es nada sexual…- se puso serio pero el agarre era igual o más fuerte que antes. ¿Lo he cabreado? Bueno, a lo mejor era Harry el que quería hacer de puta…- Los juguetes sexuales serán más adelante, Lou. Ya tengo uno esperándote en el cajón de mi mesa…- murmuró y mordió el lóbulo de mi oreja, despacio y con cuidado. Dios, ¿qué pretendía? ¿Hacerme una dilata con los dientes?
 
 
-¡Ah!- grité, Harry empezó a lamer lo que antes también mordía, y bajó hasta mi cuello, con una lentitud que era casi insoportable.- Mmmm.- gemí, tal vez demasiado alto. Seguro que ahora mismo parecía una niña histérica por su primera vez… Harry sabe lo que hace…
 
-¿Te gusta Lou?- susurró contra mi cuello una vez más. Y con una mano que tenía ahora en mi nuca, bajó hasta mi cintura. Ahh, estaba acariciando mi abdomen por debajo de mi camisa, y ahora su mano bajaba por mi camino feliz hasta la entrepierna, seguía torturándome, con esas caricias tan suaves en mi cintura. –Dios, ¿este hombre pretende matarme a orgasmos, o qué?- Parecía divertido mientras jugaba con el elástico de mis boxers. – La tienes muy dura, Lou…- susurró de nuevo. –A lo mejor debería sacarte una foto de recuerdo a ti también. Una prueba de lo que puedo hacer en los chicos como tú…- el comentario me hizo reír, que ironía de circunstancias… Será cabrón.
 
-¿Qué te hace tanta gracia, Lou?- Preguntó mientras seguía con tortura particular en mis pantalones.
 
 
 
-Me hace gracia que…- dije mientras levantaba la mano que tenía libre a la altura de mi cabeza, para visualizar mi reloj. -… tengamos clases en dos minutos y estemos aquí haciendo…- mi voz falló cuando iba a terminar de hablar. ¿Qué estábamos haciendo? Cosas de amigos, no. Eso seguro…
 
-¿Haciendo qué, Lou?- preguntó serio. ¿De veras quería una respuesta sería ahora? ¿Justo ahora? ¿Cuándo aún seguía con su mano moviéndose dentro de mis pantalones?- Estamos jugando, tu tienes que adivinar tu sorpresa y como no lo haces, yo te castigo.- ¿Era eso? ¿Me estaba castigando? No jodas, ¿esto era el castigo? Mmmm, bueno pues que me siga castigando todo lo que quiera entonces…
 
-Mmm… dame otra pista, Harry.- giré mi cabeza hacia arriba. ¿Cómo conseguía hacerme esto? Excitarme tanto con sólo… rozarme los boxers.
 
-Tienes que ganártela, Lou… - dijo con una sonrisa de “Harás lo que yo quiera, cuando yo quiera y donde yo quiera, y no puedes negarte”
 
-Mmm, ¿Qué quieres que haga?- dije con el poco sentido común que me quedaba, y parece que incluso tonto perdido conseguía conservar mi sentido del humor, eso o Harry sólo se descojonaba encima mía por la cara de imbecil que debía de tener en ese momento…
 
-Mmm- gimió ahora Harry- Bueno, en dos minutos no conseguirás adivinarlo. Así que vamos a clase e intenta adivinarlo durante el día, ¿Sí?- Harry se aseguró de que yo pudiera reaccionar, separándose un poco para mirarme a los ojos, y a lo mejor, de que pudiera interactuar el resto de día. Honestamente, ¿cómo podía creer que yo ahora  podría pensar en qué era esa estúpida sorpresa después de esta visita a la taquilla 43?
 
 
-Louis…- se separó de mí, ahora ya no me tocaba, sólo me agarraba de los hombros mientras me penetraba con su mirada.
 
-¿Hmm?- contesté, y cerraba los ojos por el placer. Y también para no desmayarme por la intensidad con la que me miraba Harry.
 
-Aún así, creo que podríamos aprovechar esos dos minutos.- susurró mientras se acercaba lentamente a mí. Oh, por favor bésame ya. Era demasiado lento.
 
Acabé con el pequeño espacio que nos separaba con un sencillo y rápido movimiento. Ya no aguantaba más la petulancia que tenía Harry Styles para burlarse de mí yendo tan despacio después de hacerme todo lo que me hizo los últimos ocho minutos en este mismo vestuario… Oh, esto es maravilloso.
 
 
 
 
 
 
 
Narra Harry:
 
 
 
 
No lo puedo creer, ¿este es Louis Tomlinson? ¿Mi Louis Tomlinson? ¿Él que lleva toda la mañana con una timidez insufrible, y ahora se me tira encima?
Oh, sus labios eran tan suaves y delicados. No eran los labios carnosos y con pintalabios de una mujer, a los que estaba acostumbrado. Pero eran mejores, los labios de Louis les daba mil vueltas a todos los labios, de todas las bocas, de todas las mujeres, de toda la Tierra.
 
Louis era feroz y ansioso al principio, pero se calmó y esperó a que le respondiera. Joder, esto realmente me tomó por sorpresa. Parecía que Louis no hubiera bebido nada  en años y se creía que mi boca era toda el agua que había en el desierto. Era agradable pensar que me necesitaba. ¿Era necesidad? Podía ser amor, ¿amor? ¿Louis me ama? Hoy por la mañana no me respondió cuando le pregunté. No me dijo nada. Sólo que tenía unos ojos preciosos. Es gracioso, eso lo había oído de todas las personas que conocía, pero sólo con Louis fue… diferente. Estaba acostumbrado a que me dijeran eso por decir. Pero Louis… parecía que realmente quería que supiera que le gustaban.
 
El beso se profundizó más, ahora el desesperado era yo. Quería explorar todo lo que su boca me daba, una forma más carnal de conocerlo mejor. Oh, Louis, necesito tu boca, necesito que me ames.
 
Eran movimientos lentos y rápidos al mismo tiempo, pero encajaban bien juntos. Como nosotros, él uno para él otro. Louis puso sus brazos alrededor de mi cuello, acariciando mi nuca, jugando con mi pelo, enroscándolo en sus dedos y volviendo a alisarlos, una y otra vez, ¿cómo haciendo sólo eso con mi pelo, podía distraerme tanto? Con una fuerza sobre humana, conseguí seguir con aquel beso, un dulce beso. Pero quería más, volví a acorralarlo contra la taquilla, pegando nuestras cinturas, haciendo que nuestras erecciones se encontraran, y se movieran al mismo tiempo. Mutuo placer. –Vaya, mini Harry está haciendo nuevos amigos- me reí ante la idea, que oportuno, justo ahora tenía que tener una conversación telepática con mi pene, ¿no? Concéntrate, Harold. Primero ocúpate de la boca de Louis y luego arreglamos el problema de tu pene en el baño. Tal vez en Historia… sí, la profesora le dejaría salir de clases sin justificación. A veces ser así, tenía sus ventajas… este colegio necesita más mujeres en el profesorado.
 
 
Oh, Louis besa realmente bien, ¿tendrá mucha experiencia? ¿Con cuántas se habrá…? Mmm, no. Sacudí aquel pensamiento de mi cabeza. Ahora el dueño de los labios de Louis era él, y ninguna de esas zorras ex novias…
 
Louis pidió permiso a entrar a mi boca de nuevo con su lengua. Y abrí la boca de inmediato. Mmm, Oh Louis, no tienes ni idea de lo loco que me tienen tus labios…
 
Entreabrió de nuevo los labios, para conseguir oxígeno, tal vez. Pero no quería dejarle separarse de mí, lo quería todavía más cerca, si eso era posible. Un bonito día laboral, y yo aquí, con la boca a Louis Tomlinson a centímetros de la mía a las ocho de la mañana… No, Louis. No te alejes… Y a la segunda bocana de aire que expulsó, lo atrape con mis dientes. Oh, Louis he echado tanto de menos tus labios…
 
La desesperación por su boca estaba escrita por toda mi cara, lo agarré más fuerte con mis dientes tirándolo hacia mí. Sus labios están rojos e hinchados y eran dulces. Sabían a Louis, un chico con antojo al helado de chocolate y miedo a las tormentas, una persona dulce para abrazar los días de invierno, sabían deliciosos y suaves… sobretodo suaves. Seguía mordiendo y saboreando su labio inferior, mientras él hacía lo mismo con mi labio superior. Sus manos seguían jugando con mi pelo, mientras que las mías acariciaban sus caderas, hacía figuras imaginarias con mis dedos en su espalda y su abdomen. Mmm los círculos y los triángulos eran mis favoritos, hacían que Louis se pusiera a temblar en mis brazos.
 
Y finalmente nos separamos a regañadientes, estúpido oxígeno. Louis parecía contento, aún no se ha echado a correr… ¿eso es bueno, no? Louis estaba despeinado y con la ropa descolocada y con los labios rojos e hinchados y también tenía las mejillas rojas, rojas. Como los tomates Cherry… -Pero, ¿qué mierdas haces, Styles? ¿Qué tienes, cinco años?- Harry sacudió la cabeza, necesitaba despejarse. ¿Cuánto tiempo llevan besandose ahí?
 
 
-¿Qué hora es, Louis?
 
-Las…- dijo mientras giraba su mano para divisar el reloj- … ocho y cuarto. ¡MIERDA! ¡Corre!- gritó y echó a correr a la puerta del vestuario, sujetando mi mano y tirando de mí. Y a una velocidad digna de una carrera de olimpiada, llegamos a clase, aula 2 A. Mi favorita de este año y toda la culpa la tiene el chico que tengo al lado, por supuesto… Casi caímos un par de veces por el camino. Pero a medida que recuperaba la razón perdida en la última media hora, conseguí recuperar el paso de Louis. Dios, ¿no dijo qué el no hacía ningún deporte? ¿Cómo es que corría tanto? A duras penas conseguía mantener su paso… Luego le haría un interrogatorio de su destreza corriendo. Pero por ahora, tenían otra cosa en qué pensar. ¿Cómo explicaban que los dos llegaban tarde, al mismo tiempo? Y encima, apareciendo juntos, con la ropa mal puesta y los labios hinchados.
 
En fin, vamos allá…
 
Le di una mirada a Louis para hacerle entender que era hora de entrar ahí y dar explicaciones. Y así lo hizo. Él cerró los ojos, suspiró y con decisión abrió la puerta. Dando una vista de treinta alumnos con una expresión confusa y con la viva imagen de la interrogación en el rostro. Y por otra parte al profesor de biología, el señor Burton, con una sonrisa cómplice.

CAPÍTULO 9  (PARTE 1)
 
-Buenos días, alumnos. ¿Por qué llegan tarde?- inquirió el profesor Burton.
 
-Err… pues verá…- empezó a explicar Louis entre tartamudeos- Nosotros…, yo…
 
Harry al dirigir la mirada de nuevo en el castaño de ojos azules, debido a sus tartamudeos, vio lo tenso que estaba  Louis, y salió a su rescate. –Verá, profesor Burton. Nosotros estábamos terminando el trabajo de biología en una cafetería que está cerca de mi casa porque no nos dio tiempo de terminarlo ayer y…se nos hizo tarde y tuvimos que correr.- concluyó Harry satisfecho con su bastante e increíble explicación improvisada.
 
-Ah, ¿sí? – Dijo no muy convencido el profesor de biología, que ahora estaba centrado únicamente en Harry y el chico de su derecha que movía la cabeza con energía en signo de afirmación.- Bueno, en ese caso, preparen su trabajo. Empezaran exponiendo hoy ustedes. Tienen media hora para exponer.
 
-Claro.- se resignó Louis. Esto es jodidamente increíble, por una estúpida “sorpresa” ahora estaban en un lío. Lo expondrán mal y suspenderán y luego su madre lo castigará de por vida y no podrá ver cual era la estúpida sorpresa que aquel chico de rizos tenía para él. En el vestuario masculino. En la bendita taquilla número 43. Amaba esa taquilla…
 
-Está bien- suspiró Harry, dejando sus cosas en la mesa que compartió con Louis el día que lo conoció. Empezó a sacar sus cosas y cogiendo el trabajo se acercó a Louis, quien también estaba dejando sus cosas sobre la mesa al lado suya.- ¿Preparado bebé?- le susurró al oído. El castaño se estremeció ante el gesto del ojiverde. ¿Está tonto? Están delante de 30 personas, ¿y el se pone sentimental? Se giró para regañar a Harry pero cuando se dio la vuelta, lo encontró de espaldas a la pizarra, mirando a toda la clase, esperándolo a él. Lo estaba mirando con una sonrisa seductora invitándolo a que se acercara a él. Para exponer, por supuesto. Pero lo estaba invitando a tenerlo cerca. El pensamiento hizo sonrojar a Louis.
 
-Muy bien.- dijo Harry, cuando él ya estaba al lado de su compañero de trabajo. Dirigió la mirada al frente, analizando a la clase y, por supuesto todos les prestaba toda su atención. Porque él era Harry Styles, era perfecto. Y se merecía hasta la última de todas esas miradas de intriga que recibía, por saber que iba a decir. Se oyeron un par de suspiros por parte de las chicas.
 
-Zorras.-murmuró Louis en un tono casi inaudible, tanto que sólo Styles pudo oírle, ya que estaban muy cerca, no demasiado comparando la cercanía que han compartido en la última semana, pero aun así estaban muy cerca. Hombro con hombro. Harry iba a comenzar a exponer su trabajo sobre la homosexualidad pero aquel comentario tosco por parte del ojiazul lo sorprendió. ¿Estaba celoso? En realidad no tenía motivo aparente, eran sólo las mismas chicas de siempre, las mismas aburridas y monótonas de cada día.
 
Harry sonrío ante la idea de que Louis estuviera celoso. Le parecía tierno. –No te preocupes, Lou. Yo sólo te quiero a ti.- susurró Harry en el mismo tono que uso el castaño. Y volvió su atención a la clase. –Bien, nuestro trabajo trata sobre la homosexualidad y… bueno, iremos explicando lo qué es, y daremos detalles de algún tema en concreto más que otro. Profundizamos los apartados más interesantes y hablaremos principalmente de lo que pensamos que os gustaría escuchar. Y así hacemos la próxima media hora más agradable, ¿no? – dijo esto último mirando a Louis, esperando algún gesto de conforme con lo dicho anteriormente por su parte. Pero el castaño no reaccionaba, aún estaba en shock. Harry le ha dicho que lo quiere como la quinta vez en esa semana. Y él… él sólo respondía con sonrisas bobas o respuestas evasivas… -eres un desalmado, Tomlinson- se reprendió a sí mismo.
 
 
-Por supuesto- sonrío cálidamente, más para el rizado que para la clase. Ahora sólo estaban ellos dos, y nadie más. Ahora lo sabía.
 


























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Chicas, disculpenme por no haber subido nada en meses. No tengo perdón. Lo siento, de veras. Aquí está el adelanto del capítulo 9 y ya subí los capítulos 7 y 8. Lo siento otra vez. Intentaré subir capítulos más seguido.

siguela *-*

WOW!
que lindos capitulos!
tambien ame este fic!
no tengo palabras!
hoy oficialmente soy tu nueva fiel lectora!
cvjzdvfb
seguilaa

I'm Luu BITCHES! escribió:WOW!
que lindos capitulos!
tambien ame este fic!
no tengo palabras!
hoy oficialmente soy tu nueva fiel lectora!
cvjzdvfb
seguilaa

Muchísimas gracias, Lu. Definitivamente tu eres la mejor lectora que he tenido hasta ahora. Lo haré :)

hola bueno soy samir o me puedes decir tatu depende de ti ...dios me encanto desde el primer capitulo en serio lo amo ....diosss harry estan seductor pero a la vez es un amor ... y louis es tan tierno pero a la vez puede ser salvaje dios amo tu historia siguela por fa lo mas rapido que puedas estare esperando y estare atento t emando un fuerte abrazo

siguelaaaa!!
ai Harry es todo un don juan jajaja, bueno y Louis no se queda  atrás soy nueva lectora :omg:

quee hermosso!
lo amee seguilaa