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Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
¡Chicas! ¿cómo están? :aah:
Siento muchisimo no haber subido cap estos dos días :misery: pero no tuve chance.
Tuve una "pijamada" con mis amigas el viernes y nos dormimos como a las 5 de la mañana y el sábado dormí todo el el día así que no pude :xd: pero hoy ya estoy bien y ya puedo subirles caps :happuy: de hecho pensé en subirles un tipo maratón (serían los caps del viernes, sábado y el de hoy :3 ) ¿que les parece? sería cuestión de acomodar los caps y los subo el un rato :D bien en un rato más vuelvo :corre:
Siento muchisimo no haber subido cap estos dos días :misery: pero no tuve chance.
Tuve una "pijamada" con mis amigas el viernes y nos dormimos como a las 5 de la mañana y el sábado dormí todo el el día así que no pude :xd: pero hoy ya estoy bien y ya puedo subirles caps :happuy: de hecho pensé en subirles un tipo maratón (serían los caps del viernes, sábado y el de hoy :3 ) ¿que les parece? sería cuestión de acomodar los caps y los subo el un rato :D bien en un rato más vuelvo :corre:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Bueno chicas, ¡comenzamos! :corre:
Capitulo 5
Capitulo 5
Hoyo del Dragon Fyre, Yélsérk, Hungría
Final del Talismán Hie
Premio: la hoja del místico ciego Honorius para ganar.
Esta noche tendría a Mariah de vuelta.
Una última prueba. Una última lucha a la que someter a su cuerpo. Luego su recompensa.
Mientras corría a zancadas por el sofocante túnel hacia el hoyo de fuego del Dragón Fyre, Nick sentía una sensación de esperanza, una anticipación casi mareante que guerreaba con el dolor de sus muchas heridas, heridas que no curaban.
El Hie había sido tan feroz como había esperado y como para él que se había preparado, pero la bruja había reído última.
El hechizo de la tumba que había creído inocuo había tomado el control de su cuerpo. Arrastrándose por él como las raíces más fuertes, día tras día, filtrando su inmortalidad. Ya no tenía la capacidad de regenerarse, y por primera vez en mil doscientos años, se sentía envejecido. De hecho, apenas se las había arreglado para llegar al final de esta competición.
No podía haber peor momento para perder su fuerza que en el Hie.
Cuándo el premio le devolvería a su Mariah.
Durante ciento ochenta años, desde la noche en que la había encontrado —con su delgado cuerpo corneado y su capa verde extendida en la nieve empapada de sangre, había buscado sin descanso una manera de resucitarla.
Sobreviviendo en una clase de media vida, sin morir pero sin vivir realmente, había continuado creyendo que podría traerla de vuelta a él, cuando la mayoría de los Lykae habrían encontrado un modo de morir si hubieran perdido a sus compañeras. Otros en su clan le creían loco, preguntándose por qué continuaba existiendo en ese anochecer miserable. Incluso sus primos, Lachlain y Garreth, que eran como hermanos para él, no le podían comprender.
Pero les mostraría a todos, porque después de buscar durante tanto tiempo, una loca adivina Valquiria, de todas las personas, lo había puesto sobre aviso sobre esta competición —y le había dicho que era el medio para alcanzar a su compañera. Desesperado por intentar algo, había entrado. Cuándo supo que el premio final del Hie era una llave de volver atrás en el tiempo, todo tuvo sentido.
Nick no había estado esperando insensatamente algo que nunca podría ser. La oportunidad de devolver a Mariah estaba a su alcance, y había luchado despiadadamente por la llave.
Mas teniendo dos principales competidores: la Valquiria Kaderin la Insensible y Sebastian Wroth, un vampiro soldado. Justo hacía dos noches, en un campo de minas en Camboya, ellos habían forzado a Nick a una explosión que había ensartado una longitud oxidada de metralla entre las costillas y le había volado el ojo izquierdo y parte de la frente.
A causa de la maldición de la bruja, esas heridas horribles permanecían.
Ahora, mitad ciego y enormemente débil, Nick estaba seguro de ganar porque los dos competidores rivalizaban en esta última serie, y el otro finalista era Kaderin. Sí, la Valquiria era una competidora resuelta, pero al final todavía era una hembra.
Fue más despacio, luchando por discernir si ella ya estaba aquí. Durante esta parte final del Hie, matar estaba permitido. En esta noche, ¿mataría Nick a una hembra para traer de vuelta a Mariah? No tenía ninguna duda de que si surgía la oportunidad, la Valquiria tomaría su espada asesina y lo cortaría desde la entrepierna hasta el cuello sin parpadear sus fríos ojos, sin emoción.
Una cosa que Nick sabía era que si perdía, mataría definitivamente a la bruja por debilitarlo tanto.
Un rugido sonó en lo profundo de la tierra, y la caverna tembló, haciendo caer piedra y polvo sobre él. El Dragón Fyre, se rumoreaba que era una bestia con forma de serpiente, tan grande como un basilisco pero con un cuerpo de fuego, debía estar presintiendo la entrada ilegal de Nick.
Este lugar era conocido en el Lore como donde los inmortales iban a morir. La mayoría de los inmortales podían morir sólo por decapitación, una opción poco manejable de suicidio, o por total inmolación en un hoyo de calor de otro mundo como este. Incluso en los años que habían pasado, la localización de este lugar se había perdido virtualmente en el Lore. Hasta ahora...
Otro rugido, otra violenta sacudida. Los cantos rodados comenzaron a llover del techo de la caverna. Mientras corría a zancadas, esquivándolos, la herida en su costado gritaba en protesta. Pero el dolor en su cuerpo fue olvidado cuando se imaginó lo que haría después de reunirse con Mariah.
Juntos, comenzarían una nueva vida, y él la consentiría con toda la riqueza que había acumulado. Podrían vivir en su gran propiedad en Escocia o en el complejo Lykae en Louisiana. La propiedad del clan era vasta con millas de pantanos y bosques para correr. Había un alojamiento principal central para reuniones, y luego separadas, grandes cabañas de cazadores esparcidas.
Louisiana intrigaba a Nick. Los ventiladores perezosos siempre parecían estar sobre su cabeza. Olores de comida inusuales y el sonido de la música llevado continuamente por la brisa. Seguramente Mariah lo amaría como él lo hacía.
Y cuando la tuviera de vuelta con él, la seduciría alejando sus temores para finalmente reclamarla, y por último tenerla completamente.
Dioses, la necesitaba debajo de él. Desde la noche en la tumba de la jungla, sus deseos largo tiempo descuidados habían venido ardiendo a la vida. Incluso con su cuerpo golpeado, cada día había necesitado aliviar el dolor que latía en su miembro.
Aunque lo avergonzaba, su mente vagaba a la bruja mientras se acariciaba en la cama. Sus fantasías habituales de yacer con Mariah y reclamarla suavemente eran reemplazadas por unas de Mariketa, aunque su hechizo volviera los recuerdos de ella difusos.
Podía recordar estar tan malditamente complacido y excitado por el cuerpo de la bruja pero no recordaba por qué. Más claramente, recordaba el pequeño tatuaje en la parte inferior de la espalda, se había imaginado frotando la cara contra esa marca. Aún la recordada sensación de la parte de atrás de la pierna contra su palma lo podía poner nervioso; se estremecía ante los meros pensamientos de sus suaves y elásticos muslos bajo la garra de su pulgar.
Fantasear acerca de probar la carne mojada que había ahuecado lo hacía emplearse tan fuertemente que los ojos se le ponían en blanco.
Una vez que se liberaba, una vergüenza amarga se asentaba. Pero cada noche, la vergüenza se convertía en determinación de ganar.
Cuándo el túnel se abrió a una elevada caverna, llena de humo y bocanadas de ceniza, Nick se apresuró a entrar y vio a Sebastian Wroth en el borde de un hoyo de lava, el brazo atrapado bajo una roca inmensa.
¿El vampiro? ¿Cuándo Kaderin debería estar aquí esta noche?
—¿Qué ha sucedido aquí?
—Un temblor... de rocas —rechinó Wroth con dificultad.
—¿Dónde está la Valquiria? Ella debería estar aquí, no tú.
—Estoy aquí en su lugar.
Nick había sospechado que Wroth era un convertido recientemente, pero ahora lo supo. Un vampiro más viejo y más poderoso podría haberse trazado de debajo de la piedra.
—No puedes alcanzar el premio —dijo el vampiro con su acento inglés—. Está al otro lado del hoyo... y el cable que lo atravesaba se rompió.
Nick inspeccionó el área y vio los restos del rollo de un delgado cable que colgaban flojamente de la pared de enfrente. Tenía cuerda en su camión pero no podía divisar ni un solo lugar en toda la vertiente rocosa para amarrarlo. Además, el camión estaba en la superficie a varias millas, y con cada minuto que pasaba, la maldición le drenaba más fuerza.
Sabía que el vampiro podía trazarlos a través en un parpadeo, pero liberarle sería un gran riesgo. Es más, aunque Nick estaba débil, Wroth lo parecía mucho más. Y Wroth no quería el premio tanto como Nick, él usaba el concurso solo para ganarse a Kaderin.
El vampiro estaba pálido como la muerte, la sangre derramándose a su alrededor. Si Nick lo dejaba para prepararse para cruzar el hoyo por su cuenta y fallaba, ¿estaría Wroth consciente cuando volviera?
Decidido.
—Te podría liberar para que me trazarás. Entonces, un concurso abierto para tomarlo.
—Puedo traicionarte.
Nick estrechó su único ojo.
—No si te agarro de tu brazo bueno.
Después de una vacilación, el vampiro dijo:
—Lo haré.
Nick cruzó hacia la roca y la empujó. Aunque recordaba constantemente cuán débil estaba, todavía estaba perplejo de ser incapaz de mover una sola roca.
—Maldita, condenada bruja. —Murmuró. Apoyando la espalda contra ella, preguntó—: ¿Dónde exactamente nos trazarás?
—Debajo del cable, hay un túnel de lava, otra caverna.
—No veo nada —rechinó Nick.
—Está allí. ¿Quieres el premio? Entonces vas a tener que fiarte de un vampiro...
La piedra cayó. Antes de que Wroth pudiera trazarse, Nick se lanzó para asir el brazo izquierdo de Wroth, luego silbó ante lo que quedaba del brazo derecho del vampiro, hueso pulverizado y tendones de músculos cortados.
—Eso tiene que doler —dijo con una sonrisa sarcástica.
—¿Te has mirado en el espejo últimamente? —dijo bruscamente Wroth.
—Sí. —Nick lo levantó—. Y planeo matarte por esto. Después de esta competición. En este momento, no tengo todo el día.
El vampiro parecía evitar el balancearse sobre sus pies. Parpadeó como si luchara por enfocar.
Nick le empujó.
—Vas a ser capaz de hacer esto...
Sin advertencia, el vampiro los trazó.
Instantáneamente, estuvieron en un nuevo túnel. Aunque Wroth parecía desorientado, de algún modo lo había hecho. El humo y el vapor eran más espesos aquí y las llamas parecían brotar de la árida piedra.
Nick vislumbró un reflejo en el techo de la cueva. Divisó la fuente más profundamente en el interior, una hoja brillante en una columna de roca a la altura de la cintura al final de la caverna. Nick salió disparado hacia delante, corriendo a por ella. Wroth se trazó y llegó primero. Arrebató la hoja con la mano buena y se tensó para desaparecer.
Pero Nick ya había liberado su látigo. Con un chasquido, tuvo la longitud enrollada alrededor de la muñeca de Wroth y tiró, evitando que el vampiro se trazara.
—Cogeré eso ahora.
Wroth transfirió la hoja a su mano derecha para levantarla y reclamar la victoria. Pero el brazo arruinado colgó sin vida.
—¿No puedes acercarlo a tu corazón, entonces?
El vampiro desnudó sus colmillos.
—Te destriparé antes de que consigas esto.
—Eso equivale a la vida de mi compañera.
—Tengo lo mismo en mi mente —ladró Wroth.
—¿La Valquiria murió? —¿Por eso Wroth estaba aquí en vez de Kaderin?
—No por mucho tiempo.
La mirada en sus ojos hizo callar a Nick. Él había visto ese nivel de determinación inflexible en su propia mirada en el espejo.
—Podríamos compartirla, vampiro —dijo, no creyendo lo que estaba ofreciendo, especialmente cuando él tenía la ventaja—. La llave funciona dos veces.
—Necesito las dos... para ella. —De repente, el destrozado brazo del vampiro se disparó hacia arriba. Imposible, la hoja se elevó como por sí misma y golpeó viciosamente.
La sangre chorreó de la muñeca de Nick; un ardiente dolor erupcionó mientras su mano cortada caía. Libre del látigo, el vampiro trazó la distancia a través del hoyo, decisivamente fuera del alcance de Nick.
Nick se hundió de rodillas, mirando mudamente la sangre que corría por su cuerpo. ¿Cómo? Jadeó ante la mano perdida, todavía apretando el asa del látigo. ¿Cómo se había alzado la hoja?
¿He... perdido? Su cuerpo se estremeció violentamente al darse cuenta.
—¡Te mataré por esto, vampiro! —rugió.
Nick había perdido. No podría volver atrás y salvar a Mariah, salvarla de sí mismo.
La había perdido. Otra vez.
—¡Me comeré tu maldito corazón! —Pero el vampiro ya se había ido, dejando a Nick atrapado en una caverna de fuego a donde los inmortales iban a morir.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Capitulo 6
—¡Salta, _______! Te agarraré.
_______ se arrastró sobre el vientre palmo a palmo entre los cadáveres rancios de los íncubos que dormían a su alrededor. En las últimas dos semanas, esto era lo más cerca que había estado del límite de su guarida sin despertarlos.
La noche del primer ataque, uno la había arrastrado a las sombras, luego la levantó por el aire por los tobillos, cabeza abajo, aunque había pateado y había golpeado para liberarse. Cuando el íncubo voló hacia arriba, su cuerpo se había columpiado flojamente como una muñeca de trapo. Cuándo su cabeza golpeó contra un estante de piedra tallada, la oscuridad obnubiló su visión. Había despertado aquí en este saliente, en algún lugar alto de la tumba.
Casi allí. Cuándo se levantó sobre los codos, sacudió desenfrenadamente la cabeza bamboleante. Puedes hacerlo, _______. Un codo delante del otro. Finalmente... finalmente, alcanzó el límite, y apenas si suprimió un jadeo. Sabía que estaba en alto, pero no se había dado cuenta de que fuera tan malo. Estaban al menos a treinta metros en el aire.
Alturas. Fenomenal.
Cuándo Tera vio a _______ asomarse sobre el lateral, levantó cortésmente su linterna. Aunque los otros inmortales podían ver en la oscuridad en varios grados, _______ no podía, todavía no.
—¿Mariketa, estás bien?
_______ asintió débilmente.
—Ven, entonces. Prometo que te agarraré —dijo Rydstrom una vez más con su profunda voz de barítono.
Durante días, _______ había oído a los cinco debatiendo planes de defensa o discutiendo acerca de su escape, y había aprendido sus voces y personalidades. El que más le gustaba era Rydstrom, y no simplemente porque fuera tan fiel y guapo. Para la mayoría, era imperturbable, especialmente para un demonio de furia, permanecía racional incluso mientras se retrasaba una hora tras otra.
Incluso Cade parecía capaz de provocarlo como ningún otro, y los hermanos a veces luchaban en las horas de más calor.
—¡Todavía actuando como un rey! —dijo bruscamente Cade—. Pero ya no lo eres. No más.
—¿Y de quien es la culpa, hermano? —había contestado Rydstrom.
Los dos habían entrado en el Hie, de hecho, por los medios para recuperar su reino, perdido a causa de algún acto de Cade.
En cuanto a los arqueros, Tera era verdaderamente hermana del impulsivo Tierney. Y _______ sospechaba que la bonita y morena fey era también objeto de gran interés para el segundo arquero masculino, Hild. Hild era normalmente silencioso, pero cuando hablaba los otros escuchaban. _______ no había descubierto si esos tres habían tenido un orden específico para entrar.
—¡Vamos, _______! Rydstrom no te dejará caer —dijo Cade, y los otros cabecearon con ánimo—. ¡Sólo salta!
Sí, lo conseguiré. Je-joder-ronimo, brujas.
Su expresión debía haber traicionado sus pensamientos porque Tera preguntó:
—Si no puedes saltar, entonces ¿puedes manejar alguna magia?
Durante las últimas dos semanas en este saliente, cada tentativa fallida había enojado a los íncubos y la había drenado aún más. Ni siquiera podía producir iluminación para romper la negra oscuridad que la rodeaba.
_______ sacudió la cabeza. Sencillamente estaba demasiado débil. Se apartó, desplomándose sobra su espalda. No era gallina en la mayoría de las circunstancias, pero había nacido y se había criado en un área situada bajo el nivel del mar. Nunca había visto una montaña en persona hasta que voló con aterrador sobrecogimiento sobre el paisaje de Guatemala con las siluetas de los volcanes y los picos cubiertos de selva.
Las norias infantiles la asustaban, zambullirse desde una altura de casi la mitad de un campo de fútbol no era muy normal.
Bastante extrañamente, había conseguido superar su otra gran fobia, la no brujeril a los grandes insectos. Una vez que llegó a estar demasiado fatigada para continuar aplastándolos, se habían arrastrado sobre ella en abandono, y ella simplemente se había acostumbrado a ellos con la exposición repetida. Si no la mordían, ella no los mordería...
Mientras yacía allí, mirando fijamente arriba a la oscuridad, los íncubos comenzaron a despertarse una vez más.
Muertos de hambre durante siglos pero incapaces de morir, estos seres eran verdaderamente muertos vivientes. Habían enloquecido por su cautiverio interminable y la privación, más retenían su brutal fuerza.
Pronto se alzarían y continuarían sus ataques nocturnos a los cinco de abajo, esforzándose por aplastar a los inmortales como si fueran extranjeros, intrusos, ladrones que habían irrumpido en la casa de los íncubos, pensando en robar sus preciosos tocados de sacrificio.
¿Y qué de ella? Había temido que intentarían más "crímenes poco naturales," pero hasta ahora, aparte de hundir los dientes o las garras en sus piernas para sacarla de su camino, o forzarla a comer y beber cosas que ni siquiera podía contemplar sin vomitar, los íncubos habían mantenido las manos lejos de ella.
Aún no era el momento del salto del ángel.
Aunque no podía comunicarse con ellos, si abrían la oscuridad profunda de sus bocas, nada salía excepto chillidos o gusanos, _______ comprendió de algún modo cosas acerca de ellos, como lo que esperaban de ella.
La mantenían con vida, porque querían morir.
Una vez hermosos demonios, nacidos para seducir la energía sexual de las hembras, se habían vuelto monstruos.
Y _______ se había dado cuenta de que sabían lo que eran.
En ese saliente en la oscuridad, había reconocido sinceramente por primera vez en su vida que algunas criaturas que asustaban en la noche quizás odiaban lo que hacían.
Los íncubos habían presentido gran poder en ella, y creído que los podría destruir, pero si pudiera hablar su idioma, les diría que tenían a la chica equivocada. _______ era lo que se conocía como alguien que no desarrolla su potencial, más aún, una persona que no rendía sabía que eso era el código sociológico para súper fracasado.
Ella era famosa en el Lore por el simple hecho de que un día merecería ser famosa. Toda exageración, nada de sustancia. Eso era _______.
Todas en los aquelarres esperaban que hiciera algo épico y siempre mantenían un ojo sobre ella. Querían que valiera la pena “aguardar”. Incluso otras facciones en el Lore la monitoreaban con anticipación porque, mientras la mayoría de las brujas poseían la fuerza de uno, dos, o muy raramente de tres de las cinco castas de brujas, _______ era la única bruja que poseía la fuerza de todas.
Teóricamente, _______ era una bruja guerrera, sanadora, maga, vidente y hechicera.
Una perfecta tormenta potencial de tonterías.
En la realidad, _______ había perdido su erudición, no podía manejar ni siquiera los más simples hechizos, y seguía volando cosas. Ni siquiera podía equilibrar su talonario de cheques.
¿Competir en el Hie había sido un intento de redención de agitando el puño en alto, te mostraré? Bien... sí.
Ahora estaba pagando por ello. Los íncubos nunca podrían liberarla, no cuando ellos mismos estaban presos por toda la eternidad. Si su aquelarre no la había visto en los espejos por ahora, nunca lo harían. Las selvas alrededor de la tumba estaban llenas de humanos, ejércitos de la guerrilla, pero luchaban y disparaban por todo los alrededores del templo sin intentar jamás entrar. Cuán irónico. No tenían la menor idea de que batalla estallaba dentro cada noche.
Y _______ supo que el hombre lobo nunca volvería. ¿Cómo podría haber deseado ella a alguien tan cruel que los dejaría marchitarse aquí? Algunos en el Lore susurraban que, en el fondo, los Lykae no eran nada más que voraces bestias de pesadillas.
Nicholas MacRieve debía serlo. ¿Por qué sino no vendría? ¿O enviaría por lo menos a alguien?
Quizás ya estaba muerto por su hechizo. Sí de algún modo todavía vivía para cuando saliera de esto, iba a matarlo. No sabía cómo lo haría, sólo que sería lento.
Cuándo los íncubos comenzaron a alzarse a su alrededor, cerró los ojos apretadamente e intentó perderse en los sueños de hacer que el Lykae pagara.
Nick se sentó contra la pared muy caliente de la caverna, sosteniéndose el brazo. Aunque apenas era capaz de permanecer vertical, estaba determinado a no ceder a la tentación de acostarse.
A través de la neblina de agonizante calor, miró fijamente al Dragón Fyre deslizándose de aquí para allá por la lava, esperándolo.
Cuándo el sudor goteó por el restante ojo de Nick, se movió para enjuagarlo, pero la mano se había ido. Lo sabía, aguantaba el dolor constante, y todavía trataba de utilizarla.
La bestia que vivía dentro de él quería vivir desesperadamente, en cuanto a Nick, se daba malditamente por aludido. Durante más de dos semanas, había estado atrapado, incapaz de descubrir una salida o un camino a través del hoyo. Nunca había anticipado que esta caverna terminaría sin otra salida.
Si no podía escapar, como inmortal podía consumirse aquí, sin morir nunca, convirtiéndose en una sombra de sí mismo. Y Nick sabía que nadie vendría a por él. Ni el ingenioso Lachlain, su primo y rey, podría encontrar este lugar. Las coordenadas sólo eran conocidas en los rincones esotéricos del Lore, o por el vampiro, y Sebastian Wroth probablemente disfrutaría sabiendo que Nick sufría.
Su cuerpo estaba dolorido, su voluntad se había ido. Debería dar un paso hacia el fuego. Luchar por vivir bajo estas circunstancias parecía incluso más cobarde que terminarlo.
Infierno, durante casi dos siglos, su clan había estado esperando que renunciara de alguna manera.
Había querido el olvido. Esta sería la manera de conseguirlo.
Pero había prometido venganza contra ese vampiro. Y deseaba hacer que la bruja pagara por su intolerable derrota. En lo que a él le concernía, ella se había asegurado de que él perdiera la competición. La Valquiria y el vampiro sólo habían capitalizado las debilidades que Mariketa había proporcionado.
Nick sospechaba que ella y los otro cinco habían escapado de la tumba hacía mucho tiempo; ahora él era el atrapado. Se consoló recordando la desagradable sorpresa que habrían tenido. Antes de dejarlos, había destruido no sólo sus vehículos sino sus radios y los teléfonos por satélite también.
Incluso dejar tirada a la bruja en la selva no era casi suficiente retribución por lo que ella le había hecho. Había fallado. A causa de ella.
Se sentía como si hubiera perdido a Mariah de nuevo. Se había permitido tener un rayo de esperanza, imaginar a su compañera de vuelta a su lado. Y había estado pagado de sí mismo acerca de ganar.
Hasta que Mariketa lanzó uno de sus hechizos sobre él...
La maldita bruja invadía sus pensamientos. Intentaba recordar a Mariah y en su lugar veía vislumbres de tempestuosos ojos grises y labios rojos. Odiaba a la bruja por eso, odiaba que no pudiera imaginarse la cara de su compañera. Cuando dormía, soñaba solamente con Mariketa.
Nick había sido infiel a su compañera en pensamientos y en acto.
La serpiente de fuego rugió, como si se impacientara porque Nick se decidiera. Tras varios intentos, Nick logró levantarse, oscilando en el precipicio del hoyo.
Termínalo ahora. Era cobarde seguir existiendo.
Sintió un inesperado estallido de culpa. Mariketa todavía vive...
¿Por qué infiernos se preocuparía por su enemigo?
El reconocimiento resonó. Cuándo había estado mirando en sus ojos, había sabido que lo estaba embelesando. Pero no había sabido cuán profundamente lo había hecho o cuán permanentemente.
No estaba sufriendo los efectos de sólo un hechizo.
Nick se preocupaba por ella como si fuera su compañera. Soñaba con ella como si lo fuera. Pensaba en ella como suya, porque ella lo había forzado con uno de sus embrujos.
Quizás la maldita bruja debería aprender a tener cuidado con lo que deseaba.
Supo que su expresión era de pura maldad cuando dio un paso atrás de la orilla.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Capitulo 7
La carencia de la luz del sol y alimento verdadero habían comenzado a tomar su peaje. ______ se sentía más enferma, ahora mismo estaba ardiendo por la fiebre.
Rydstrom y los demás seguían animándola a brincar. Tal vez si los cinco le hubieran pedido que nadara a través de un río infestado de cocodrilos o que caminara por la cuerda floja sobre una cama de espadas, podría haberlo hecho, pero no las alturas.
No hacerles caso se hacía cada vez más fácil desde que estaba delirando. A veces se encontraba sonriendo o llorando en la oscuridad cuando pensaba en sus amigos o en su casa.
En una neblina febril, imaginó Andoain, el estado de su aquelarre a las afueras de Nueva Orleans. Nunca había pensado que extrañaría tanto ese lugar tan escalofriante, pero ahora daría cualquier cosa por volver.
Es más, Andoain parecía la majestuosa fortaleza de algún millonario, embellecida por vistosos jardines que atraían a las mariposas. La cerca de hierro forjado que rodeaba la propiedad era negra, perfectamente emparejada con las contraventanas. Con manzanos cargados de fruta o con una profusión de flores.
Sin el hechizo de encanto, sin embargo, la estructura era un viejo señorío decrépito repleto de serpientes enrolladas a lo largo de las rejas podridas. Los manzanos estaban, pero por cada mariposa en el encantamiento, múltiples arañas y ranas vivían en completa felicidad. Tenía charcos llenos de cañas por toda la propiedad, burbujeando olorosos vapores.
Profundamente dentro del gimiente señorío, estaba su dispareja habitación con empapelado rosa, cortinas de cordón y pompones cayendo en el suelo. Un encantamiento en su entrada no dejaba pasar nada más pequeño que los gatos negros y perros obligatorios del aquelarre.
Pero Andoain no siempre fue su casa. La mayor parte de su infancia, ______ había vivido con Jillian, su madre fey, en una brillante y modesta casita de campo en una playa de la Costa del Golfo. Ellas habían sido felices ahí, solo las dos, ya que su padre brujo las había abandonado con solamente la alegre promesa de un pronto retorno.
Sin embargo en su duodécimo cumpleaños, su madre había empacado y la había llevado a Andoain. Allí abrió sus brazos ampliamente y pronuncio:
—Tú nueva casa ______. —Dejándola boquiabierta, ______ había corrido en dirección contraria más rápido que sus desenfrenadas persecuciones del camión de los helados.
Durante dos días, su madre había permanecido con ella. Entonces se había alejado de ______, dejando a una ______ gritando en el pórtico delantero. Tomare un año sabático, en una isla secreta druida en algún sitio en Europa. Durante años, ______ había recibido esporádicas cartas, supuestamente de su madre, pero sospechaba que era Elianna la que realmente las escribía.
Sin Elianna y su mejor amiga, Carrow, la muchacha mala del aquelarre, ______ no creyó poder seguir adelante en aquellos primeros meses en la que fue repentinamente sumergida en la brujería. Dioses, ahora echaba de menos a sus amigas...
Hermosa, de pelo negro Carrow pensaba que ser una bruja ero lo mejor del mundo. Siempre que otras criaturas del Lore como las ninfas y sátiros levantaban sus narices en bromas maléficas, Carrow levantaría ambas manos con el gesto de los cuernos y gritaría:
—Doble, doble, trabaje duro y no de problemas, ¡c*abrones! ¡Solo estás maldecida!
Entonces realmente los maldeciría.
Carrow era una de aquellas raras brujas de tres castas, aunque principalmente era una guerrera con una especialidad incongruente en hechizos de amor. Se suponía que la feroz Carrow entraría con ______ en el Hie, pero la detuvieron en el último Mardi Gras por indecencia pública otra vez. Todo lo que la pobre de Carrow había hecho era invocar una regla de la moda poco conocida. No se corre desnudo si llevas puestas cuentas, pero el aquelarre había jurado que no la sacarían del apuro por ella.
Carrow estaría pronto en el Condado. O probablemente ya estaba.
______ tenía muchas ganas de ver a Elianna, quien había sido la mejor madre sustituta que podría pedir. Aunque Elianna había recibido el regalo de la inmortalidad de su madre que era una bruja, la humanidad de su padre aseguraba que seguiría envejeciendo. De buen corazón, Elianna, confundía de vez en cuando pues tenía más de cuatrocientos años, y sin encanto, parecía cada minuto de ellos. Le gustaba bromear que todo el ejercicio del mundo no puede ayudar a una persona que toma el sol.
______ esperaba que no se preocuparan demasiado.
—Mariketa, es la hora. —La voz de Rydstrom interrumpió sus pensamientos—. Tienes que hacerlo ahora.
El único ojo de Nick se abrió cuando tuvo la impresión de no estar solo. Era la primera vez en semanas que no eran solo él y la serpiente.
—¿Lachlain? —carraspeó, parpadeando para enfocarlo.
—Sí, Nick, soy yo —dijo su primo cuando se arrodillo a su lado, con la mirada vacilante sobre las heridas de Nick. Sabía que su primo estaba impresionado, pero Lachlain lo escondió y simplemente dijo—: Te llevo a casa —entonces lo ayudó a levantarse.
El sentido del olfato de Nick estaba arruinado, casi quemado por el calor y el opresivo humo, pero todavía podía oler a un vampiro. Se zafó del agarre de Lachlain y embistió la sombreada figura detrás de ellos.
Aquel frío bastardo de Wroth, simplemente se trazó a un lado, enviando a Nick tambaleándose a la tierra. Toda su mezcla de heridas se volvió a abrir en una ola fresca de sangre.
Lachlain llegó hasta él una vez más.
—Maldición, Nick, ¿deseas morir? Él me trajo hasta aquí para rescatarte.
Nick trató de zafarse del apretón de hierro de Lachlain.
—¡Él me puso aquí!
—No tengo ningún rencor contra ti, Lykae —dijo Wroth en un tono mesurado.
—¡Por qué ganaste maldito!
—Así es —contestó el vampiro tranquilamente.
—¿Cómo? —escupió Nick la palabra—. ¿Cómo levantaste aquella espada?
—Fui bendecido para nunca perder su señal —explicó Wroth—. Sólo tuve que imaginar un objetivo. —El vampiro no estaría tan tranquilo como estaba si hubiera perdido a Kaderin para siempre.
—¿Trajiste a la Valquiria de la muerte?
—Lo hice.
¡La Llave había funcionado! Nick sintió una llamarada de esperanza y tragó antes de preguntar:
—¿La usaste... ambas veces?
—Sí.
Nick agachó la cabeza. No podía oír esto, que su enemigo hubiera logrado hacer lo que Nick mismo no pudo. La vergüenza de su fracaso lo consumía.
—Recuperamos a las dos hermanas de sangre de Kaderin, que habían muerto hace mucho —dijo Wroth.
—Conversemos de esto más tarde —dijo Lachlain, observando el fuego—. No veo ninguna razón de estar aquí más tiempo. —Nick entendió la inquietud de Lachlain. Durante más de cien años, la Horda de Vampiros había torturado a Lachlain en un fuego interminable. Cada día había sido quemado vivo, pero nunca podía morir completamente. Sólo se había escapado recientemente, y simplemente estar allí debía ser insoportable.
Esto le recordó a Nick...
—Lachlain, ¿cómo puedes, de toda la gente, confiar en este vampiro?
—Él no es de la Horda. Y su hermano realmente salvó la vida de Emma.
Emma, la querida compañera y reina de Lachlain, era una medio vampiro, medio Valquiria abandonada.
—Sí, él ayudó a Emma, por un precio. ¿Entonces que lo trae aquí? ¿Qué exigió?
—Pues que Emma se encuentre con Kristoff, el rey de los vampiros rebeldes —admitió Lachlain—. Ella es prima hermana de Kristoff.
Nick negó con la cabeza.
—Demasiado peligroso. No voy a hacer que Emma lo haga por mí.
—Ella quiere encontrarse con él. Además, a nosotros no nos han dado opción. Como eres el único que sabe como localizar aquella tumba en América Central, Wroth y Kaderin son los únicos que sabían encontrar este lugar.
Nick que sufría por la pérdida de sangre, dos semanas sin alimento y agua, quedó aturdido por las palabras de Lachlain. ¿Por qué mencionan aquella tumba?
—Si quieres dejar este lugar, tienes que aceptar su ayuda —dijo Lachlain, añadiendo luego a Wroth—: Toma su brazo.
Wroth asintió y avanzo un paso.
—No me toques, vampiro —dijo bruscamente Nick—. Me pondré de pie por mí mismo. —Luchando por levantarse, apretó los dientes—. ¿Por qué querría alguien encontrar aquella tumba?
Wroth contestó:
—Porque los competidores atrapados allí, Lykae, no regresaron.
—¿Qué? —gruñó Nick cuando en efecto se puso de pie por sí mismo. Justo antes de perder el conocimiento.
Listo chicas :-w-: espero que les haya gustado, nos leemos mañana :bye: :corre:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
NOOOOOOO!!!!!
POBRE DE NIIICCCKKK!!!!!!.... PERO SE LO TIENE MERECIDOOO!!!!... Y AHORA QUE PASARAAA????... AAAAAAAAAAAAAAAAAIIII!!!
NO LO PUEDES DEJAR AAAHIIII PON OOOTROOO
POBRE DE NIIICCCKKK!!!!!!.... PERO SE LO TIENE MERECIDOOO!!!!... Y AHORA QUE PASARAAA????... AAAAAAAAAAAAAAAAAIIII!!!
NO LO PUEDES DEJAR AAAHIIII PON OOOTROOO
chelis
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Nueva Lectora...!!!! Siguela porfavor me encanta...!!!!
:love:
:love:
Bianca
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Bianca escribió:Nueva Lectora...!!!! Siguela porfavor me encanta...!!!!
:love:
¡BIENVENIDA! :canto:
Que bueno que te guste la nove :D gracias por comentar :corre:
Que bueno que te guste la nove :D gracias por comentar :corre:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
.Lu' Anne Lovegood. escribió:New Reader!*
Muuy buena tu novela...
SIGUELAAA (:
¡BIENVENIDA! :canto:
Gracias por comentar :corre:
Gracias por comentar :corre:
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Holas chicas que tal :D
Un poco terdecito pero vengo a subirles cap :happuy: me alegra ver que ya tenemos dos nueva lectoras :ilusion: bienvenidas otra vez, poco a poco somos más y eso me pone muuuy contenta :omg:
Bueno ya las dejo con el cap de hoy :3 :corre:
Capitulo 8.
Un poco terdecito pero vengo a subirles cap :happuy: me alegra ver que ya tenemos dos nueva lectoras :ilusion: bienvenidas otra vez, poco a poco somos más y eso me pone muuuy contenta :omg:
Bueno ya las dejo con el cap de hoy :3 :corre:
Capitulo 8.
—¿Qué diablos estás haciendo? —estalló Lachlain cuando vio a Nick luchando por sentarse encima de la cama.
Tan sólo hacía un día desde que había sido devuelto al complejo Lykae en Louisiana.
—Necesito ir a un sitio —contestó Nick. Su tono era cansado, y aún así parecía haber una especie de excitación subyacente en su comportamiento.
—Todavía no estás en condiciones de ir a ninguna parte. —El día anterior, antes de que Nick llegara, Lachlain había procurado que todas sus heridas estuvieran limpias y vendadas lo mejor posible. La cantidad de heridas causadas a Nick era asombrosa. Además de faltarle una mano y un ojo, una especie de metal oxidado le había atravesado el torso, desgarrando la parte inferior del pulmón—. No estás en condiciones de moverte por ahí tan pronto.
—No importa.
—Se te volverán a abrir las heridas. —La idea de que Nick hubiera sido capaz de seguir luchando en ese estado era asombrosa; si uno no sabía el por qué luchaba.
Pero después de tantas vicisitudes seguidas de tal pérdida, Lachlain no podía entender por qué Nick no había dado un paso hacia el interior de aquel pozo. Si Lachlain hubiera perdido a su compañera, Emma, no una vez, sino, en esencia, dos veces, se habría tirado de cabeza en cuestión de un segundo. ¿Por qué no Nick? ¿Qué era lo que le impulsaba? El tema era motivo de una de gran especulación dentro del clan.
—Deja de analizarme, primo.
Lachlain suspiró.
—A veces no te entiendo.
Nick asomó las piernas por un lado de la cama, y apretó los dientes al sentir una evidente puñalada de dolor.
—Si no lo has conseguido después de mil doscientos años, entonces nunca vas a hacerlo.
Lachlain sabía que tenía razón. Pero en fin, Nick siempre había sido único entre el clan.
Como la mayor parte de los Lykae, Nick era impaciente e impulsivo, pero también era sabido que se pasaba hora tras hora enseñando pacientemente a los niños las bases del rugby, su deporte favorito antes de que aparecieran los americanos con su propio “football”. Aunque Nick fuera siempre el primero en una lucha, impaciente por castigar las afrentas, una vez terminada la batalla, también era el primero en perdonar dichas ofensas.
En el norte de Escocia, los inviernos podían ser duros, el clan esperaba con impaciencia la primavera, pero Nick siempre lamentaba ver desaparecer el invierno, su estación favorita. Lachlain suponía que disfrutaba de ella porque se asemejaba mucho a él.
Al menos Nick lo había disfrutado hasta que perdió a su Mariah entre los muertos del invierno...
—¿Qué es tan importante como para que no descanses ni comas? —Lachlain hizo un gesto hacia los paquetes de comida y las bebidas minerales de extraño olor que estaban al lado de la cama. Se suponía que Nick tenía que tomarlas después de haber pasado tanto tiempo sin alimento ni agua, pero apenas las había tocado—. ¿Es una venganza contra Wroth?
Nick no dijo nada, solamente pareció disponerse a levantarse, plantando sus grandes pies en el suelo de madera.
—Si es así, te pido que lo reconsideres. Y no solo por la deuda que tengo con su hermano. —De no haber sido por Nikolai Wroth, Emma hubiera... muerto. Sólo de pensarlo Lachlain necesitó de repente verla, sentirla. Incluso sabiendo que ella lo esperaba a tan solo veinte minutos de distancia con su feroz familia Valkiria. La había dejado a salvo en Vall Hall, tras las gruesas cortinas, protegida del sol y jugando alegremente con los videojuegos—. Nick, debes recordar que era un concurso. Y que todos los informes que recibimos decían que “el combatiente Lykae” se estaba mostrando despiadado; y que jugaba más sucio que Kaderin en los tres Hie anteriores.
Nick se encogió de hombros.
—Oímos que hipnotizaste a Kaderin con un objeto brillante para así poder encerrarla detrás de una roca deslizante. ¿No la atrapaste tú solo con tres basiliscos hambrientos? —Lachlain sospechó que el destello en los ojos, el ojo, de Nicholas era de satisfacción—. Y también oímos que cuando estuviste en una misión en el Congo te divertiste cruzándole la cara a Sebastian Wroth con una pala. Lo dejaste fuera de combate y luego lo lanzaste a un río embravecido. En pleno mediodía, en África.
Era evidente que su primo había sentido una emoción salvaje con aquel acto, y que aún la sentía.
—No tiene nada que ver con Wroth —dijo Nick—. Todavía.
—¿Entonces estás pensando sólo en la bruja?
Por fin, Nick se volvió hacia él con interés.
—¿Qué has oído?
—Sé lo de la maldición. Y que ahora puedes morir a causa de estas heridas.
Nick no parecía estar preocupado en lo más mínimo por esto.
—Esa bruja y yo tenemos muchos asuntos pendientes. Voy a sacarla de la tumba, ya que nadie más ha sido capaz. Aunque no entiendo como nadie ha podido localizar ese lugar. En aquel torneo del Hie, se dieron las coordenadas a todos los competidores.
—Me han dicho que la diosa Riora las borró con cada prueba —explicó Lachlan—. Nadie tomó nota de la posición si no planeaba viajar hasta allí. Tú atrapaste a quien lo hizo.
Nick frunció el ceño ante eso.
—Estaba seguro de que al final se escaparían.
—¿Y qué es la bruja para ti? —De hecho Emma conocía a ______ bastante bien porque la bruja a menudo visitaba a la valkiria más rebelde en Val Hall. Esto no sorprendía a Lachlain; casi siempre que había estado en Val Hall había descubierto risas de brujas borrachas y tambaleantes en el lugar.
Nick vaciló, luego dijo:
—Me lanzó otro hechizo además del debilitante. Un conjuro para hacerme sentir algo por ella. Creo que eso hace que piense en ella como... mi compañera.
—¿Estás seguro de que se trata de un hechizo? —Se apresuró a preguntar Lachlain—. ¿Y si fuera realidad? —Eso esperaba. Emma le había dicho que, aparte de la ligera veta salvaje y algo de la naturaleza retorcida de una bruja, ______ tenía un buen corazón.
Lachlain no sabía si podía decir lo mismo de la anterior compañera de Nick. Conoció a Mariah en una ocasión, cuando él y Nick viajaron para reunirse con su padre, el rey de una gran facción de feys. A Lachlain, Mariah siempre le pareció algo mimada, y, aunque hubiera sido hermosa, alta y rubia, había parecido mostrar desdén para todo lo fundamental que veneraban los Lykae: comida, contacto y sexo. Pero Nick estaba contento con ella, de modo que Lachlain mantuvo sus dudas en silencio. Sin embargo ahora...
—Nick, puede ser que te dieran dos.
—¿Has oído hablar alguna vez de un acontecimiento así? —preguntó con tono de frustración.
—Bueno, no, pero...
—En cinco mil años de cuidadosos registros del clan, nunca hubo un solo caso. Cinco milenios, Lachlain. Lo sé porque me pasé media década repasando cada línea de cada registro. Cada maldito archivo.
Lachlain sabía que Nick había estado obsesionado con encontrar un modo de traer a Mariah de vuelta, pero no se había dado cuenta de que hubiera cribado todos aquellos registros.
—La bruja me lanzó un hechizo, ¿por qué no iba a pensar que me embrujaría dos veces? —añadió Nick.
—¿Pero por qué iba a hacerlo?
Se pasó la mano que le quedaba por la nuca.
—Hubo una pequeña ventana en el tiempo cuando... cuando me quiso para ella. Me obligó a besarla...
—¿Lo hiciste? —Lachlain enarcó las cejas.
—Me hechizó para que lo hiciera.
—¿Cómo puedes estar seguro de que no la deseabas, simplemente?
—Porque pude sentirlo. Y he sido fiel a Mariah todos estos años... hasta que esa bruja jugó conmigo.
El hecho de que Nick no se hubiera acostado con nadie durante tanto tiempo no sorprendió a Lachlain. Aunque los Lykae fueran famosos por sus insaciables apetitos, existían pocas cosas que su casta venerara más que la lealtad.
—Emma conoce a la bruja, y la ha visto sin su capa. Dice que ______ es una hermosa muchacha. ¿A ti no te lo pareció?
—Llevaba puesto un hechizo. No recuerdo su aspecto con claridad.
—¿Qué te dijo el Instinto?
Una fuerte guía con la cual nacía todo Lykae, el Instinto era como una voz mental que dirigía al individuo hacia lo que era mejor para él, así como para el clan en su conjunto.
Nick vaciló antes de admitir...
—Hace mucho que mi Instinto está callado.
Lachlain miró a otro lado. La idea de que a su primo le hubiera sido negada la presencia consoladora del Instinto le dolía, pero no quería que Nick pensara que se compadecía de él. El Instinto no había abandonado a Lachlain ni siquiera cuando había sido torturado.
—En resumidas cuentas, los dioses no pueden ser tan crueles de emparejarme con una bruja —añadió Nick.
Esa era una buena observación. Todos los Lykae desconfiaban de las brujas —el Instinto les advertía continuamente— pero la aversión de Nick siempre fue más acusada que en otros. Les tenía una profunda antipatía desde pequeño, incluso antes de enterarse del trágico encuentro de su padre con una.
Aún así, Lachlain dijo:
—Me dieron por compañera a una medio vampiro, medio valkiria, y no podría quererla más.
—Yo podría soportar cualquier cosa... excepto a una maldita bruja, Lachlain.
Lachlain lo dejó así de momento.
—No vas a viajar hasta que hayas recuperado algo de fuerza. Y piensa, si de hecho la reconoces como tu compañera, por la razón que sea, todavía no puedes ir a por ella. Hoy es miércoles, la luna llena será el viernes por la noche.
Y todos los Lykae emparejados se transformaban al calor de la luna.
—Cristo. Cuando me transforme podría perseguirla como a mi compañera y reclamarla.
Nick hizo el comentario como si fuera un plan que debía ser evitado a toda costa, aunque Lachlain había visto un destello de pura anticipación en él al imaginar tal perspectiva. Todo su cuerpo se había tensado. Lachlain no había visto tal excitación en su primo en casi dos siglos.
—Tendrás que esperar.
Nick sacudió la cabeza.
—Conseguiré que elimine el hechizo antes.
—¿Y si se niega?
—La estrangularé.
—Maldita sea Nick, iré yo en tu lugar.
—¿Cuándo la luna llena se acerca? ¿Te alejarías de tu hembra?
Nick no sabía que Lachlain acababa de perderse la última con Emma porque ella había estado en el otro extremo del mundo manteniendo la vigilia junto a su familia por Kaderin. Estar sin Emma había sido una prueba agotadora para Lachlain, y temía la perspectiva de que se repitiera, pero no estaba dispuesto a ver como su primo se encaminaba hacia una trampa.
—Habrá más. Emma lo entenderá.
—¿Y por qué no envías a Munro o a Uilliam?
Los hermanos gemelos Lykae se contaban entre los soldados de mayor confianza de Lachlain.
—No han regresado de la última misión a la que los mandé.
—¿Y Garreth?
El hermano menor de Lachlain había regresado hacía dos días tan solo.
—Todavía anda detrás de Lucia, su valkiria cazadora. Ella está demostrando ser una presa difícil incluso para él. Y no confío en nadie más para hacer esto. Iré yo. Y es mi última palabra sobre el tema.
La expresión de Nick se ensombreció. Lachlain estaba tan acostumbrado a dar órdenes que a veces pasaba por alto el hecho de que Nick también era un alfa; uno poderoso al cual le era mucho más cómodo dar órdenes que recibirlas. Por no mencionar el hecho tácito de que Lachlain era el rey solo porque el padre de Nick había cedido su herencia.
—No me alejo para luchar con una maldita Hydra, Lachlain. Vuelo, conduzco, recojo a una bruja. ¿Realmente crees que soy incapaz de eso?
Lachlain no sólo había enfadado a Nick, además lo había ofendido. Suspiró.
—No, desde luego que no. Sólo... sólo avísame si puedo ayudarte.
Nick asintió.
—Antes de irme quiero saber por qué aquella adivina valkiria me dijo que recuperaría a mi compañera por medio del Hie. Puedes llamar a Emma y convencerla para que encuentre a Nïx...
El nuevo buscapersonas de Lachlain sonó, sobresaltándolo; todavía estaba incómodo con la tecnología de esta era. Emma le había comprado aquel artilugio e intentado enseñarle a manejarlo, pero él llevaba todo el día sin verla y lo único que le interesaba entonces era arrancarle el negligé rojo con los dientes... Todavía no le había dicho que el rojo era un reclamo para los machos Lykae, al menos para los machos emparejados.
Le lanzó el buscapersonas a Nick.
—Dime lo que pone. Y si no consigues manejarlo con una sola mano, entonces seguro como el infierno que no puedes manejar la palanca de cambios hasta Guatemala.
Nick frunció el ceño, luego manipuló aquello.
—Dice: Oscurece la habitación. Besos y abrazos.
—¡Mierda! —Lachlain se lanzó hacia las cortinas y las cerró de un tirón.
Justo cuando terminaba con la segunda ventana, apareció Emma en la escasa luz del dormitorio y le sonrió suavemente, con expresión de orgullo.
—¿Lo ves? El método funciona.
—¿Qué haces aquí, muchacha?
—Me vi obligada a venir cuando oí toda esta conmoción en Val Hall —dijo ella, echando a Nick una mirada de comprensión.
—¿Conmoción?
—Será mejor que deje que lo explique mi tía Nïx —Los hermosos ojos azules de Emma adquirieron una expresión preocupada—. Viene hacia aquí. ¿Ha dicho Nick que quería hablar con ella ahora?
Nick frunció el ceño.
—Espeluznante y maldita premonición. Estoy cansado de ellas, y de la magia, y de todo el condenado Lore.
Andrea P. Jonas:)
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
POBRE DE NICK!!!.. PERO RECUPERARA SU MANO Y OJO?????.... Y NIX JAJAJAJA ES SUPEEERR!!!... Y CON REFERENTE A LO DE CADE!!!!... SUBIERON LA ADAPTACION Y PUES AHI LO CONOCI... PERO COMO NICK!!!!!... JEJEJEJEJ Y YA NO SUBIERON LA DE SU HERMANO!!!!... PERO ME ENCANTAN ESTAS SERIER!!!
ASI QUE SIGUELAA PORFIIIISSS
ASI QUE SIGUELAA PORFIIIISSS
chelis
Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)
Gracias por la Bienvenida C:
Dios pobre Nick no me imagino el dolor que debe sentir :S
y SIGUELA...! que esta re-buena porfis..! :ilusion:
Dios pobre Nick no me imagino el dolor que debe sentir :S
y SIGUELA...! que esta re-buena porfis..! :ilusion:
Bianca
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