La hija perdida de Simon Cowell *Harry Styles y Amanda Cowell*

Me encontraba en el avión con destino a Londres. Miraba seriamente por la ventana mientras recordaba las últimas palabras que me dijo mi madre.
*Flashback*
Amanda: Mamá ¿quieres explicarme que pasa?-dije llorando. No podía creer que esta sería la última vez que nos veríamos.
Rose (mamá Amanda): No puedo explicarte nada, no ahora...lo siento pequeña.-dijo mirándo en todas las direcciones para después clavar sus hermosos ojos negros en mí.-Ya te lo explicaré cuando llegué el momento, ¿recuerdas aquella promesa que te hice cuando eras mas pequeña?-asentí.-Bien, pues tendrás que viajar a Londres. Aquí tienes suficiente dinero y una dirección de tu nueva casa.-dijo pasándome un sobre blanco.-Tu padre se llama Simon Cowell..en el sobre también está la dirección de su casa. Ahora por favor toma ese vuelo y no hagas mas preguntas.
Amanda: Pero no me quiero ir, quiero quedarme aquí contigo.-dije llorando todo lo que podía. Tal vez parecería una niña pequeña cuando le han quitado su peluche favorito pero era la primera vez que me separaba de mi madre.
Rose: Lo siento, pero no quiero que te pase nada malo. Probablemente esta será nuestra despedida por siempre.
*Fin Flashback*
No pude evitar que una lágrima recorriera mi mejilla. ¿Qué mal me podría pasar si me quedaba con ella? ¿Por qué esa fue nuestra última despedida? Muchas preguntas inundaban mi cabeza pero ninguna con respuesta. Ahora todo ha cambiado, mi vida ha cambiado y no tendría mas remedio que aceptarlo.
~5 horas después~
Me bajé del avión una vez que aterrizó. Recogí mis maletas y poco después cogí un taxi. Abrí el sobre blanco y saqué la dirección de mi casa para dársela al taxista. Cuando lo abrí, me sorprendí al ver la cantidad de dinero que había en él. Suspiré y al fin le di la dirección al taxista. Me dijo que estaba un poco lejos por lo que me acomodé en el asiento y me puse a escuchar música desde mi iPod mientras miraba por la ventana. Una vez mas, las palabras de mi madre volvieron a mi mente y otra lágrima volvió a recorrer mi mejilla. Me la sequé rápidamente y me concentré en la música. Después del cansado viaje, llegamos a mi casa. El taxista me ayudó a bajar las maletas y amablemente le pagué. Cuando se fue, me paré en frente de mi nueva casa y la observé con lentitud. Ahora, a mis 17 años, tendría que vivir SOLA en esta enorme casa. Finalmente entré en casa. Como pensaba, era una mansión o algo parecido. Dejé las maletas cerca de la puerta y empecé a "inspeccionar" la casa. Tenía cinco habitaciones, dos de huéspedes y tres habitaciones; tres baños y una sala de cine-juegos mas la cocina, el salón y los jardines. Cogí de nuevo las maletas y las subí a mi habitación. Bajé de nuevo y entré a la cocina. Me preparé un sándwich. Observé toda la cocina y mi vista se paró en otro sobre blanco junto con una nota. Lo cogí y leí la nota:
Querida hija:
Si lees esto es que ya has llegado a tu nueva casa. Espero que te haya gustado tu cuarto pero no te escribo esta nota solo para decirte esto. Aunque no lo creas tu padre te vio una vez. Aún recuerdo como ese mismo día dijo que siempre serás su princesita. Tal vez no te recuerde por todo lo que has cambiado, por eso en el sobre hay una foto del día que te vio en la que salís tu y el sonriendo. Quiero que cuando vayas a casa de Simon te lleves esa foto contigo y que se la enseñes para que pueda recordarte. Y en cuanto a mí no te preocupes...estaŕe bien. Sabes que sé cuidarme muy bien sola. Pronto volverás a tener noticias mías.
PD: En el sobre también hay unas llaves, las llaves de tu nuevo auto.
Te quiere, tu madre.
Por tercera vez, las lágrimas salieron de mis ojos. Espero que ese pronto signifique MUY pronto. Odiaba estar lejos de mi madre. Nunca nos habíamos separados, ella era mi mejor amiga, era mi vida entera y sin ella es como si hubiera muerto.
Acabé mi sándwich entre lágrimas y dejé el plato para después lavarlo. Subí a mi habitación de nuevo y me di una ducha larga, aún eran las 17:25. Una hora después, salí envuelta en una toalla que tapaba lo necesario, me dirigí a mi closet y cogí lo primero que vi. Me lo puse y me puse un poco de maquillaje. Una vez lista, me miré al espejo para ver si tenía algo mal. Suspiré y bajé las enormes escaleras. Cogí las llaves del auto y salí de casa. Estaba decidida...al fin conocería a mi padre.

Abrí los ojos lentamente mientras miraba el reloj que había en mi mesita de noche el cual marcaba las 15:34. Me senté en la cama mientras me frotaba los ojos y recordaba lo que hice anoche. Fui de fiesta con Caroline y luego no recuerdo nada más, aunque ya me lo imaginaba. Suspiré y me levanté pesadamente de la cama. Me volví a sentar ya que me mareé fuertemente. Cerré los ojos fuertemente y una vez que se me paso, me levanté lentamente. Entré al baño y me eché agua por la cara. Parecía un zombie. Suspiré y bajé abajo. Entré a la cocina donde estaban los chicos peleando con Niall porque tenía el último pastelito.
Harry: Chicos...-dije con la voz adormilada pero no me escucharon.-¡Chicos, paren de pelear!-dije esta vez con el tono mas alto pero tampoco me escucharon.-¡CHICOS, YA BASTA!-dije lo mas alto que pude a lo que todos me miraron asombrados.-¿Por qué siempre que me levantó después que vosotros os encuentro peleando?-todos se encogieron de hombros.-Deberíais dejar de pelear.-dije quitándole el pastelito a Niall y dándole un leve mordisco.
Todos: ¡Oye!
Liam: ¡Estábamos peleando por ese pastelito!
Harry: No me digas.-dije yo fingiendo asombro.-Vosotros ya habéis comido, yo no,por lo que me pertenece.-dije antes de darle otro mordisco.
Louis: Tienes razón.-sonreí.
Harry: ¿Y Simon?-pregunté al ver que no estaba en la mesa con nosotros. Vivía con nosotros y siempre era el primero que se levantaba.
Zayn: Dejó una nota diciendo que iba al estudio y que volvería...-el sonido del timbre le interrumpió.-Ya.-reí y me levanté a abrir. Era Simon.
Simon: Hola chicos.-dijo entrando a la cocina seguido de mí. Me senté en mi sitio y él se sentó entre Liam y Niall.
Todos: Hola.
Simon: ¿Vais a salir hoy?-dijo mirándome con cara amenazadora.
Todos - Harry: Nosotros no, él de seguro que sí.
Simon: Pues lo siento mucho pero hoy no podréis salir...NINGUNO.
Harry: ¡¿Por qué no?! ¡Había quedado con Caroline!
Simon: Pues lo siento mucho pero tendréis que ir al estudio y acabaréis muy tarde y cansados. No creo yo que quieras salir después del día que te espera.-dijo levantándose para servirse un poco de jugo de manzana. De nuevo el timbre sonó el timbre. Miré a todos los chicos para ver si alguno se levantaba pero ellos me miraron a mí.
Harry: Ya iré yo, os vayáis a romper una pierna.-dije dirigiéndome a la puerta. Abrí lentamente y me encontré con una hermosa chica de ojos marrones. Su pelo era de un hermoso color negro y totalmente liso. Era la chica mas hermosa que he visto pero de seguro era otra fan loca.
Harry: ¿Quién eres?-dije cortante.
Xxx: Hola, mi nombre es Amanda...¿Está Simon Cowell?-dijo mirándo un pequeño papel. Me extraño que no preguntase por nosotros.
Harry: Si claro, pasa.-me agradeció con una sonrisa. Pasó por mi lado dejándome oler su perfume.
Zayn: Hola.-dijo al ver a la chica. La miraba coquetamente lo que hizo que sintiera cosas extrañas dentro de mí pero no le di importancia.
Amanda: Hola...emmm...¿Simon Cowell?-dijo a lo que Simon rápidamente se giró.
Simon: Soy yo.-dijo sonriendo.
Amanda: ¿Podemos hablar a solas?-Simon me miró extrañado. Conocía esa mirada. De seguro pensó que era otra de mis conquistas. Solo me encogí de hombros y me senté de nuevo en mi mesa. Simon y la chica se fueron al salón y los chicos empezaron, de nuevo, a pelear por la comida.

Al llegar a la casa, toqué nerviosamente el timbre. Me abrió un hermoso chico de ojos verdes con unos rulos muy sexys...¡Dios! ¿Pero que digo? Tengo novio.
Xxx: ¿Quién eres?-dijo cortante. *¡Que carácter!* pensé.
Amanda: Hola, mi nombre es Amanda...¿está Simon Cowell?-dije mientras miraba el papel en el que ponía su nombre. El chico me miró extrañado pero finalmente me dejó pasar. Entré y otro chico de ojos marrones y un cuerpo muy bien trabajado me miró.
Xxx2: Hola.-dijo mirándome ¿coquetamente? Le resté importancia y seguí con mi misión.
Amanda: Hola...emmm...¿Simon Cowell?-rápidamente un hombre de mayor edad se giró y me miró. Se parecía un poco al hombre que aparecía en la foto cogiéndome en brazos. Supuse que ese era Simon.
Simon: Soy yo.-dijo sonriendo.
Amanda: ¿Podemos hablar a solas?-él miró al chico que me abrió la puerta extrañamente a lo que él se encogió de hombros y se sentó en una de las sillas que quedaban libre. Simon me guió al salón y me ofreció asiento.
Simon: Bien, ya estamos a solas.-dijo a lo que una pequeña carcajada se escapó de mi boca.-Bueno tú sabes mi nombre pero yo el tuyo no.-dijo a lo que rápidamente me puse nerviosa. Yo tenía su apellido...¿que le digo?
Amanda: Si...cierto. Emmm...mi nombre es Amanda, Amanda...Cowell.-dije. Su rostro pasó de alegre a serio.-Mi madre me dio esta foto.-se la entregué, la miró y sus ojos se pusieron llorosos.-Me dijo que viniese aquí y que le enseñará la foto a mi...padre.-su mirada, que ahora era una mezcla de felicidad y tristeza me miraron.
Simon: ¿Tú eres...?-la pregunta se quedó en el aire. Asentí lentamente.
Amanda: ¿Y tu eres mi padre?-el asintió al igual que yo. No podía creerlo, tenía delante a mi padre. Al que durante 17 años le pregunté a mi madre quién era. No dudé ni un segundo y lo abracé fuertemente. Él hizo igual que yo y así nos quedamos por unos minutos. Al fin lo conocía, al fin tenía a mi padre.