Vecino Insoportable *Niall Horan y tú* Comedia romance y Hot

Capítulo 5

— ¿Este es 32 Long Point Road? — preguntó el fornido hombre de baja estatura que olía como si se hubiera bañado en un galón de colonia barata y ajo, mientras bajaba de un golpe del coche estacionado en la entrada de __________.

Normalmente Niall o simplemente ignora al imbécil o le da una rápida inclinación de cabeza y sigue ocupándose de sus propios asuntos mientras saca el barril de cerveza fuera de su asiento trasero, pero no hoy.

Hoy le iba a hacer a su vecina y compañera de trabajo normalmente tímida un favor.

Después de ayer estaba bastante seguro de que esto no la iba a cabrear y enviarla de vuelta a esconderse.

Bueno, tal vez no estaba cien por ciento seguro, pero simplemente no podía evitarlo, especialmente cuando el idiota en realidad empujó un condón en su bolsillo y le dio un guiño conspiratorio a Niall.

Al carajo.

En ese momento no le importaba si esto la enviaba corriendo por las colinas y hacia que ella pidiera una orden de restricción contra él, él se libraría de este capullo.

—No estás aquí por ________, ¿cierto?— preguntó, sacando el barril y colocándolo en el suelo.

El hombre frunció el ceño —Sí, ¿por qué?

Niall hizo una demostración encogiéndose de hombros mientras observaba rápidamente hacia la casa de ________, como si estuviera asegurándose de que ella no estuviera mirando.

—Realmente no creo que sea tan buena idea — murmuró Niall.

— ¿Por qué no?.

Él le dio al hombre una mirada de ‘¿estás bromeando?’ y tuvo que abstenerse de reír cuando el hombre se movió nerviosamente.

—Seguramente ya sabes...— dijo, dejando deliberadamente sus palabras a la deriva.

—No, mi amigo me organizo una cita con ella — dijo, disparando una mirada nerviosa hacia la casa de ________. ¿La cortina acababa de moverse?.

Niall se frotó la parte posterior del cuello, suspirando fatigosamente.

—Realmente no es mi lugar, pero no estoy seguro que de eso sea una idea tan buena.

—¿Qué? — lloriqueó prácticamente el hombre.

Después de una pausa, sacudió su cabeza.

—Lo siento, pero realmente no me gusta hablar de ello. Sólo puedo decirte que realmente necesitas tener cuidado —Él le dio al hombre una mirada significativa cuando subrayó —Mucho cuidado...

Los ojos del hombre se ensancharon mientras su boca cayó abierta. Dio varios pasos hacia atrás, lanzando miradas nerviosas hacia la casa de ________. Cuando llegó a su auto, dijo —Eh, de repente acabo de recordar que se supone tengo que estar en otro lugar.

Con eso prácticamente saltó en su coche y se alejó a toda velocidad.

Niall se rió entre dientes mientras se dirigía a la puerta de entrada de ________.

Llamó a la puerta y no estaba demasiado sorprendido un momento después, cuando no hubo respuesta. Empujó a un lado su decepción y llamó otra vez.

Simplemente genial.

Parecía que la noche anterior había sido un golpe de suerte y su tímida vecina estaba allí para quedarse. Realmente le gusto pasar tiempo con ________ ayer por la noche, más de lo que creyó posible.

Sintiéndose como un idiota se dirigió de regresó a su casa y al barril.

Una fuerte tos húmeda y áspera lo hizo detenerse a mitad del pequeño camino de entrada. La puerta se abrió lentamente mientras _________ decia:

—Siento que me tomara tanto tiempo — otra tos seca —responder — otra tos —la — tos —puerta. Pero el doctor dijo que seguía siendo—varias carraspeos fuertes e inquietante más tarde — contagiosa, así que yo...

—oh, solo eres tú —dijo _________ con un suspiro alivio.

Sus labios temblaron cuando noto su atuendo. En la cabeza tenia uno de los más feos sombreros de punto color verde vómito, que alguna vez había visto. Su raída bata demasiado grande era peor, pero la gran bola arrugada de pañuelos en su mano era un buen toque.

No había duda en su mente de que ella estaba fingiendo.

Teniendo en cuenta que él anoche estaba con ella y ella había sido la imagen de la salud. Justo ahora se veía bastante bien, solo con esas ropas desaliñadas, andrajosas y muy grandes.

—Amo el sombrero — dijo, sonriendo mientras caminaba hacia ella.

Riendo, ella se quitó el ofendido sombrero y se lo arrojó. Él lo atrapo antes de que golpeara su cara.

— ¿De qué se trata todo esto? — hizo un gesto hacia su atuendo con el sombrero.

—Nada — dijo rápidamente.

—Parece un repelente de citas.

Con una expresión inocente en sus ojos ella dijo — No tengo ni idea de que estás hablando. Estoy enferma —tos —muy enferma...

Y justo para respaldar su historia ella sorbió la nariz. Era triste, adorable tierna y dulce pero triste.

Él no pudo evitar rodar los ojos y reírse.

— Es simplemente triste que no puedas admitir que estabas plantando al amor de tu vida. Pero, por mucho que me gustaría escuchar tu pequeña y triste negación me temo que me tengo que ir ya que estás enferma y todo.

—Lo estoy— enfatizo —Realmente enferma. Yo podría muy bien estar muriendo mientras hablamos —dijo ella mientras empujaba sus lindos lentes un poco arriba de su nariz.

Con un encogimiento de hombros él dio un paso atrás hacia su casa.

—Es una maldita lástima porque esperaba que vinieras a mi fiesta de hoy, pero ya que estás enferma...

Ella presionó el dorso de la mano contra su frente.

—Hmmm... ¿Sabes qué? Estoy mejor. Mucho mejor!. ¿A qué hora es la fiesta?—preguntó con la más linda, tímida y pequeña sonrisa que él nunca había visto.

— A las ocho, pequeña farsante — dijo, riéndose cuando ella dejó escapar un chillido emocionado y corrió de vuelta a su casa.