Sin Secretros {ONE DIRECTION}

Yo me quede igual Nur ¿puedo llamarte a Sí verdad?
Y bueno, la seguite el viernes

Judy_1D escribió:Yo me quede igual Nur ¿puedo llamarte a Sí verdad?
Y bueno, la seguite el viernes

Claro :)

quiero que sea viernes!! odio los examentes adios mundo creul me tiro por la ventana!!

Gracias, eso, que pasen los años y nazcan Primrose y rue!!

Mándame un privado con su físico, fotografías, segundo nombre y así, ¿ok? Necesito saber como son :)

Judy_1D escribió:Gracias, eso, que pasen los años y nazcan Primrose y rue!!

Ya te lo envíe BeaBea

Vaale, pero te aviso, ¿ambas no son la misma imagen? Es que repetiste la primera y la última fotografía y bueno, ¿por qué no mejor ambas son gemelas? ¡Y fuera complicaciones!

Judy_1D escribió:Ya te lo envíe BeaBea

como quieras heer, pero una rubia y la otra morena -prim es rubia :3-

Cuentame, Beth, yo estoy escribiendo lo que nosotras hablamos sobre Archer. 'El niño especial', solo debes darme un aviso para saber tu regreso. ¿ok?

bett1D escribió:Me emociono el capitulo geme!!
mi pequeño bebé, no dejen que se olvide de su mama, que por muy lejos que este, le quiere mucho, igual que a todos!!
:P
bea, tenemos que hablar de una pequeña cosa de la nove :) 
besitus para todos (lectoras y escritoras)

Espero el cap!!
-and let me kiss you-

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Han pasado casi seis años desde la ida de Beth, pocas semanas quedan parar honorar ese día.
Muchas cosas han pasado en esta media década y pocos meses más, por ejemplo, varios nacimientos.
*Marcos Charlie Payne Torres, el hijo de Liam e Inés, un muchacho semi rubio y de ojos oscuros, piel bronceada y la sonrisa adorable de su padre. {http://www.hola.com/imagenes/biografias/francisco-lachowski/89179-francisco-lachowski10.jpg}
*Nuria Charlotte Horan Leys, la esperada bebé de Niall y Beatriz, que era la más parecida a su tía con su piel morena, cabellos castaños claros y ojos avellana. {http://2.bp.blogspot.com/_y9VtM1IaK_I/S0Eu66JfhdI/AAAAAAAAAaM/X_CY0Qe5sTo/s400/miley-cyrus-bebe-6.jpg}
*Primrose y Rue Pattinson, las mellizas de Judith y Robert, una rubia y otra morena. {http://2.bp.blogspot.com/-m2vp-49uKAA/UFCgIDufi8I/AAAAAAAAAEA/17BVO6OlVsA/s1600/ni%C3%B1a+10a%C3%B1os.jpg}
*Nate Yeaser Malik Edwards, el último niño de su generación, la mezcla explosiva de sus padres. {http://photos-a.netjoven.pe/_files/noticias/1331917641-358.jpg}
*Eleanor Sofía Tomlinson Thierry, la última niña, hija de Louis y ______, con lo mejor de ambos y esa forma divertida e impulsiva de actuar. {http://pmchollywoodlife.files.wordpress.com/2012/07/eleanor-calder-bio-pic120724190806.jpg?w=300}
Y después el shock de la voz de Archer. ¿Qué significa eso? No volvió a hablar tras esas breves palabras con la «Gemela» de su madre. No más. Cualquiera podría pensar que el niño es normal y corriente hasta que preguntas y él no responde. Cuando se pone nervioso o necesita de la atención de los demás para su seguridad.
Mérida es su pilar de vida, no se ha separado de él, jamás. Ustedes pensarán que lo trata como un muñeco, pero no. La niña de siete años mira a Archer como a un cachorrito abandonado, la única croqueta de jamón del plato, o como mira su papá a su mamá en casa. De esa manera tierna y sincera, de esa que cuando tomas la mano de esa persona, sientes llevar tu mundo en brazos. Porque Mérida no siente ese amor infantil de críos, ese del que después te ríes, no. La niña mayor de los Horan tiene un enamoramiento inocente del pequeño, y lo protege de cualquier peligro. Por eso, aunque es secreto para ambos, ella es la única que recibe el delicado sonido de su risa o la simple mención de su nombre. Y eso es mucho, el mudo Archer no habla, ni con su padre, padrastro o espíritu santo.
Nicholas ha formado un vínculo con Nuria, pero él es un niño muy social, pero su hermana menor es un universo distinto para él. Es delicada, frágil y preciosa, su princesa, y el pequeño gesto de golpear al niño que no le presta sus juguetes en el parque es tan atroz como bonito. Nuria desde su parte, es mimada y querida por todos, se hace así con su sonrisa con hoyuelos o la mirada sincera de los grandes y expresivos ojos de los que ha sido dotada.
Marcos y Nate son como hermanos, nacieron con la diferencia de una semana y la cercanía de sus familias les permite fortalecer sus lazos de amistad perfectamente. Se combinan perfectamente, cuando juegan en la escuela infantil, Marcos es el responsable y perfecto en todo, mientras que Nate es arrogante y elegante, con la fachada de misterio de su padre y la aristocracia gentil de su madre.
Eleanor, Prim y Rue son, definitivamente, las tres Marías. Jamás podrás verlas enfadadas, sin cotorrear o reír, son tres pequeñas estrellas de sus padres. Ele puede tener dos años, y las mellizas cinco pero... nacieron para conocerse y forjan un vínculo capaz de todo. El mismo que unió a los padres en ese grupo, ese círculo vicioso incapaz de parar, y conocerse.
-No, no, no. Niall, ¿cómo crees?- Pregunta coquetamente la señora Horan, más adulta pero igual de bella.



POV Beatriz;


Nialler me mira con una ceja alzada mientras paseamos por las instalaciones de mi oficina de medicina mental, él bufa exasperado y alza los brazos como si con ese movimiento fuese a comprender mejor su problema.
-¡No! Es que, vamos a ver... ¡Ag! Tu sabes a lo que me refiero, cielo, no te hagas la sueca.- Pone su dedo índice y el gordito de la mano apretando el puente de su nariz. Se ve descompuesto por algo que no comprendo. Y es que piensa que soy mentalista o algo por el estilo, obviamente, no entiendo sus cosas. Hombres... deberían venir con un manual.
-Háblame en cristiano, ya, te lías a ti mismo.- Murmuro dejando una carpeta sobre la mesa de una secretaria que asiente en mi dirección. Yo hago el mismo gesto, es éste lenguaje interpersonal el que busco en mis empleados. No quiero enemistad con nadie, todos aquí nos conocemos y apoyamos. Si me cae mal, y aunque sea capaz de librar el esquizofreísmo de un hombre, lo echo a la calle. Suena mal pero... en mi equipo de doctores y especialistas, una ficha negra en el tablero del cuerpo humano en el que metafóricamente trabajamos, rompería la cadena. Un paciente es uno, los miles que acuden en un mes son bastantes. Ya habrá tiempo de curar a esa persona, lo inicial es generalizar.
-Joder Beatriz, nos vamos de gira por América durante el resto del año. Ala, ya está, ahí queda. Y no te enfades porque...- Pero le paro con una mirada gélida. ¡¿QUÉ?!
-¿Qué mierdas dices, y por qué no me avisaste ni tú ni nadie, eh? ¡NIALL JAMES HORAN!- Le reprocho entre voces, y si, no dejaré de gritar aunque cumpla los cincuenta y pueda perder mi capacidad vocal.
-Es que les prohibí hacerlo, cariño, sabía que pasaría como hace tres años...- Y le chisto, y calla. Bien hecho Horan, te viene la Tercera Guerra mundial.
-¿Tiene algo que ver eso de anoche, verdad? ¡SIEMPRE LO MISMO!- Y sus mejillas toman el color rojo mientras siente, siseo maldiciones en su contra. Soy demasiado tonta como para juntar piezas cuando la lujuria se junta con el hombre de mi vida, es imposible mantener la cabeza en frío cuando me besa, cuando me recuerda sus promesas de amor eternas, cuando me acaricia y hace suya...
-Volveremos, no te preocupes, antes de que me extrañes estaré aquí. Además, nos llamaremos todo el rato. Venga, Bea, no te enfades conmigo.- Me intenta abrazar, que mis ojos se enlacen con los suyos. Pero bajo la mirada, no caeré en sus redes otra vez más. Me engaña diciendo cosas como «No hasta que Nuria se recupere de la varicela, o hasta la comunión de los mellizos no haremos gira...» Pero miente. Se va, y si no me confundo, quedará menos de un mes.
-¿Cuando os vais?- Pregunto con voz dura, y él se echa para atrás, apoyándose en la pared con ese gesto joven y rebelde. Mis hormonas arden ante esa postura, juro parecer una cría de quince en vez de veintisiete.
-Dentro de tres semanas, es una sorpresa para las fans de Latinoamérica.- Murmura para el cuello de su oído, pero es audible también para mi.
-No, sorpresa para mi...- Le reprocho, y alza su mirada arrepentida de nuevo a mi. Sus ojos celestes brillan de la misma forma que cuando los mellizos piden compasión en mis castigos, o cuando les mando a dormir pronto. Su pupila se dilata más, el blanco de sus ojos es perfecto y la película azul es hipnótica, todo bien puesto y estratégicamente alzado contra mi orbe avellana para ganar el perdón. Se acerca como un perro mojado arrepentido y me abraza, su olor a One Million me abraza al igual, y funciona como un afrodisiaco. Huele a éxito, a promesas, huele a perfecto pecado para una mujer.
-Por favor, mi mamá duende...- Susurra cerca de mi oído, y siento un beso húmedo en mi cuello. Tiemblo, y asiento.- ¿eso que significa?- Y repite la acción pero más rápida, Dios, que estamos en mi empleo. ¿Qué pensará la gente si ven a la jefa derrumbarse ante los encantos de su marido? Piensa mi parte razonable, la que se casó y es madre de familia numerosa le responde que es jodidamente humana, y una perra con suerte al tener tal hombre rondando sus faldas.
-Te perdono, pero tu se lo dices a los niños.- Cierro los ojos para embriagarme de ese íntimo gesto de pareja.
-Los niños lo saben.- Responde con diversión, y se aleja. Abro los ojos y veo su sonrisa enorme, y quiero golpear a él y a nuestros demonios.
-Aggggg, se nota que son hijos tuyos.- Gruño, y él ríe grave y graciosamente.
-No soportarían tan bien alguna cosa sin ser tuyos también, Bea.- Y me roba un beso, pero esa frase me da que pensar. Es cierto, son unos perfectos mentirosos por llevar el gen Leys en sus entrañas. ¿Serían capaz de mentir y ocultarme información importante, a mi, su madre? ¿Lo serían? Y de nuevo, la parte razonable de mi cabeza asiente mordisqueando su labio. Yo lo haría, ellos también. Aprovecharán su portada como lo hice yo, que no se dude lo calculadora que es su familia materna. Utilizarán bien la inocente mirada que les regala ser hijos de Niall Horan.
Observo distraídamente el reloj, pero la hora que apunta me saca de las cavilaciones paranoicas que mantengo y sonrío genuina.
-Es ya hora de regresar a casa, rubio teñido.- Le aviso, y rueda los ojos.
-¿Ahora soy rubio teñido para ti, de nuevo?- Pregunta aburrido, y yo pongo mi mano perversamente en el bolsillo trasero, en su trasero, y aprieto su nalga decidida. De nuevo se ruboriza y me mira intensamente.
-Admite que fue bonita nuestra guerra mientras duró.- Sonrío de medio lado ahora, mientras tomo mi bolso y nos vamos de allí.
-Apenas veinticuatro horas de rencor, olvidadas cuando supimos de nuestro fanatismo, ¿recuerdas?- Abre la puerta de entrada, y salimos en dirección a su furgoneta negra de cristales tintados y una amapola rojo intenso que la identifica.
-Jamás podré olvidar ese baño y como hablamos de Justin. Y pensar que es amigo de la familia ahora... ah, cuantas vueltas da el mundo, y que pequeño es.- Filosofeo mientras saco mi mano del bolsillo y me siento en el asiento, colocándome el cinturón y viendo como él repite mis acciones con esa sonrisa nostálgica, hambrienta de recuerdos de nuestra vida juntos.





Nada más abrir la puerta se oye el jaleo de la televisión alta, la voz de Nuria desde su cuarto jugando seguramente con las Barbies, y ambos nos dirigimos al salón donde Nicholas y Mérida pelean, sin un porqué pero sin perder sus sonrisas y la mirada del objeto que muestra imágenes en movimientos y se utiliza para entretenimiento de la mente.


Mérida y Nicholas.


Si, me volví crítica de esos momentos que irrumpe la caja tonta, como la llamaba mi padre para luego quedar embelesado por ella. Y el recuerdo me golpea, como la vez que la rompí y él a mi mis libros de historia de la Edad Media. Si, una niña de ocho años que amaba la literatura de esa época sufrió cuando su padre tan malvado, rompió la recopilación de su obra preferida.
Niall se tira sobre el sofá casi aplastándolos, y con ese comportamiento de crío que no le debería pertenecer a estas alturas pero que me alegra que mantenga.
-¡Papá, quita, me aplastas!- Mérida se queja haciendo más movimientos que el baile de Peter la ánguila.
-¡Me ahogo! ¡Bájate!- Nicholas intenta liberarse dando pequeñas patadas a su padre, que le ha puesto la espalda por encima y juraría, que se está riendo de las reacciones de nuestros hijos mayores. Ante el vocerío preparado, Nuria viene y tiene una sonrisa ladina mientras mira la escena.
-¡Bomba vaaaaaaaaaaa!- Exclama antes de lanzarse a plancha sobre la cúspide de la montaña humana, y se oye el chirrido de las patas del sillón al desplazarse ante el peso.
-Tienen tres segundos para levantarse y colocar el sofá en su lugar, repito, y es una amenaza. Si en tres segundos no está todo en buen estado, no hay cena y corto la línea del teléfono para que no podáis pedir pizza o comida china.- Advierto, y el silencio se hace mientras alzo mi mano derecha con tres dedos mirando al techo. Niall traga saliva.- Tres.- Bajo uno, y Mérida se mueve con más prisas y mi querido y patoso esposo cae de bruces al suelo.- Dos...- Otro dedo abajo, Nuria se engancha al cuello de Nicholas mientras éste mece el sofá hasta dejarlo en su pocisión original.- Uno...- Bajo lentamente el último dedo, enarcando una ceja, y antes de que mi puño éste alzado, los cuatro están en pie y firmes. Parecen salidos del ejercito.
-¡Quiero espaguetis a la boloñesa, mamá!- Mueve sus ojos oscuros Nuria hacía mi, y su ternura es palpable. No cabe duda de que en su adolescencia utilizará ese gesto contra la muchedumbre masculina.
-¡No, yo quiero ensalada de pasta y patatas fritas!- Mérida hace un puchero, y sus gafas descolocadas en el puente de la nariz se mueven casi cayendo al suelo.
-¡¿Qué decís?! Prueba de cerdo con patatas cocidas.- Se relame los labios Nicholas, y Niall asiente a su lado, son tal para cual.
-Eso eso, ¡democracia! ¡Dos contra un voto para cada!- Asiente palmeando la espalda de Nick que se mantiene recta y orgullosa.
-Pues no a nada, la que cocina soy yo.- Ruedo los ojos y oigo sus bufidos.- Habrá pescado en vinagre, escalope de pollo y patatas fritas. Traje ayer Coca Cola y Fanta de naranja, no quiero quejas.- Y Nuria aplaude, porque ella sacó mi gusto ante la comida casera y española. Mérida y Nicholas no están de acuerdo, ellos son más de carne de cerdo y Niall, ah, éste hombre come hasta piedras si se da el caso.